La importancia del saber: el derecho de acceso a la información pública como constructor de mejores democracias en el mundo. SÍNTESIS El presente ensayo plantea un análisis de la importancia que tiene el derecho de acceso a la información pública en el mejoramiento de la calidad democrática de los países. Asimismo, una vez enunciada su importancia, se hace un breve recorrido por las diversas acciones que organismos internacionales y regionales han hecho para su promoción y protección. Finalmente se menciona a la iniciativa islandesa para la modernización de los medios como un ejemplo de cómo robustecer la calidad democrática protegiendo el derecho de acceso a la información pública. Palabras clave: Acceso a la información pública, Democracia, Iniciativa IMMI . « L’obligation de subir nous donne le Droit de savoir » Jean Rostand Introducción.- Robusteciendo la democracia ¿Qué necesita un país para mejorar su calidad democrática?.... Una pregunta que, sin lugar a dudas, ha de requerir de mucho análisis si lo que se desea es evitar “respuestas simples”, como la de suponer que un país mejorará su calidad democrática con sólo organizar elecciones populares periódicamente. Si bien es cierto que los comicios electorales son el instrumento clásico de participación ciudadana, ya que mediante ellos se eligen a quienes han de ser nuestros representantes, no significa que éstos y su organización periódica vengan a mejorar la calidad democrática de los países (Gallegos, 2012). Hablar de un mejoramiento en la calidad democrática está asociado con el hecho de que existan ciertas condiciones de bienestar y de rendimiento institucional (Dahl, 1973). Esto se relaciona directamente con la idea de gobernabilidad democrática, misma que hace hincapié en la necesidad por fortalecer la capacidad de los gobiernos con la intención de que éstos se vean posibilitados a realizar los objetivos básicos que se plantean (entiéndase a estos últimos como la provisión de servicios sociales, la educación, el mantenimiento del orden, la defensa y el desarrollo económico (Pegoraro & Zulcovsky, 2006)). Un país carente de un buen funcionamiento institucional, difícilmente podrá mejorar su calidad democrática. Trayendo como consecuencia que su gobierno comience a verse incapacitado para cumplir con los objetivos básicos que se ha planteado, situación que desembocará en graves problemas para sus gobernados, ya que carecerán de los aspectos fundamentales para mejorar sustancialmente su calidad de vida. Cabe hacer referencia, en aras de comprender mejor el presente ensayo, que se entiende por instituciones a los formatos estabilizadores que posibilitan el orden político (Immergut, 1998). En este sentido, dichas instituciones llegan a convertirse en elementos estructurales necesarios en todo Estado democrático, debido que es a través de ellas como habrá de ser ejercido el poder público (Eisenstadt, 1965). Asimismo, las instituciones son ideadas para darle cauce al desarrollo de una sociedad (Rubio & Jaime , 2007) y son consideras legitimas toda vez que son el producto de un proceso democrático en el que el ciudadano se reconoce a sí mismo como soberano, diseñando así las instituciones adecuadas para su autogobierno. Estas se encuentran representadas, en los países con forma de gobierno parlamentaria, en el poder legislativo y el gabinete de ministros; mientras que en las repúblicas presidencialistas lo hacen a través del poder ejecutivo; aunque también dicho diseño institucional se puede distinguir por las características del sistema de equilibrio y control entre poderes legislativo, ejecutivo y judicial, en el grado de institucionalización de los partidos políticos y en materia de ordenamiento territorial (Méndez Parnes & Negri, 2006). Entonces, si lo que se busca es que las instituciones tengan un buen rendimiento, y por consecuencia coadyuven al mejoramiento de la calidad democrática de un país, será necesario, que quienes en un principio las diseñaron, es decir los ciudadanos, sean incorporados en la toma de decisiones públicas. Esto, aparte de generar una mayor calidad democrática, contribuirá a que los ciudadanos se desarrollen moral y socialmente, convirtiéndolos en seres más activos e instruidos para generar alternativas políticas (Martí Capitanachi , 2007) encaminadas a generar esferas más igualitarias en el acceso de bienes educativos, económicos, sanitarios, etc. El que se haga mención a la incorporación de los ciudadanos en la toma de decisiones se debe a que éstos son los únicos que cuentan con la oportunidad de resolver en cómo se ordenaran las cuestiones referentes de todo aquello que se considere como público (Dahl, 1992), ya que un elemento definitorio de la democracia alude a que el poder reside en el pueblo, y que al ser así, sólo éste puede decidir qué es lo que más le conviene (Sartori, 2007). Sin embargo, para que la incorporación de los ciudadanos en la toma de decisiones sea provechosa, y que su participación política no se convierta en mera retórica, se necesita que éstos estén informados respecto a los asuntos públicos sobre los que se debatirán y tomarán decisiones (Pierini & Lorences, 1999) por lo que se vuelve imprescindible que la información concerniente a la esfera pública, considerada como toda la información en manos del Estado en forma de datos, documento escritos, soporte informático o registro en archivos (Martí Capitanachi , 2007) sea accesible para todos aquellos que así lo deseen. Entonces, tenemos que, si un país aspira a mejorar su calidad democrática requiere, en primer lugar, fortalecer sus instituciones ya que, como vimos con antelación, en ellas se ejerce el poder público que habrá de encausar el desarrollo de la sociedad. Dicho fortalecimiento institucional se logra a partir de la incorporación de todos los ciudadanos en la toma de decisiones públicas; sin embargo, si se desea que la participación de éstos sea provechosa, entonces habrán de estar informados respecto a los asuntos públicos, por lo que la información considerada como pública, la cual es toda aquella en manos del Estado, deberá ser accesible para ellos. Por lo tanto podríamos finalizar esta idea diciendo que el acceso a la información pública es esencial para una mayor calidad democrática. Pero…… ¿Es el acceso a la información pública sólo una buena idea para mejorar la calidad democrática de los países? Capitulo I.- El acceso a la información pública: La esencia de la democracia convertida en un derecho fundamental. Como ya vimos, el acceso a la información pública es uno de los aspectos más importantes para alcanzar un mayor nivel en la calidad democrática. Sin embargo, cuando se habla del acceso a la información pública no es sólo para hacer mención a una útil herramienta que puedan utilizar aquellos países que aspiren a mejorar su nivel democrático. Hablar del acceso a la información pública también es hacer referencia a un derecho fundamental que tiene todo ciudadano, reconocido por el Derecho Internacional y que le permite tener conocimiento de el por qué, para qué, cómo y cuándo de las decisiones públicas tomadas por sus gobiernos. Como consecuencia, el derecho de acceso a la información pública se erige como la mejor manera de que, nosotros como ciudadanos, tengamos control sobre el actuar gubernamental. Un control promotor de la transparencia (Acces-info, 2010) que habrá de suponer una obligación para todas las entidades públicas del Estado que son parte del diseño institucional a rendir cuentas sobre sus acciones (Prweworski, Manin, & Stokes, 1999); so pena que de no ser así comiencen a perder legitimidad, ya que éstas dejarían de ser escenarios transparentes y abiertos al debate público (Habermas, 1998). La ilegitimidad institucional pudiese desembocar en sucesos similares a los ocurridos en la llamada “Primavera Árabe”, en la que millones de personas, a través de protestas y manifestaciones masivas, pedían que sus derechos políticos fueran respetados (Rodríguez, 2011). Una de las causas detonantes más importantes del conflicto que culminó con el derrocamiento de algunos gobiernos, fue la ausencia de participación cívica en la vida política de los diversos Estados (Ramonet, 2011). Esto no se debió a que el ciudadano fuese apático por participar en las cuestiones públicas, sino a la carencia de medios que le permitiesen incorporarse a los mismos, entre ellos la falta de mecanismos para acceder sin complicaciones a la información pública. La ausencia de dichos medios permitió a quienes gobernaban, abusar del poder público. Entre los abusos ocurridos están la perpetuación en el poder por parte de los gobernantes, tal y como si se tratara de una dictadura, con sucesiones asignadas por ellos al clásico estilo del dedazo; el saqueo de las arcas públicas; la supresión a la libertad de prensa; la violación sistemática a los derechos humanos, etc. (Blanco Navarro , 2011). Una de las cosas que, precisamente se busca evitar con el derecho de acceso a la información pública, es la generación de situaciones similares a aquellas que detonaron la llamada “Primavera Árabe”, ya que este derecho permite a los ciudadanos saber qué se hace en sus gobiernos y con qué criterios legales, administrativos y formales se toman las decisiones, a fin de que puedan dirigir y calificar las actuaciones públicas de los órganos del Estado (Arellano Gault, 2008) coadyuvando así a la creación de escenarios más transparentes que impidan conductas despóticas de servidores públicos en las que se abuse del poder y se ponga en entredicho el principio de legalidad. En efecto, el derecho de acceso a la información pública favorece la construcción de un Estado honesto, eficiente y eficaz, toda vez que las decisiones de quienes ostentan el poder público estarán bajo el análisis y dirección de actores externos, trayendo como consecuencia que el actuar público se fundamente y documente de mejor manera (Ackerman , 2008). El derecho de acceso a la información pública es también una posibilidad que tiene el individuo para garantizar el cumplimiento de otros derechos fundamentales frente al Estado, ya que deja de ser un sujeto pasivo y se convierto en un sujeto dispuesto a ejercer sus roles como ciudadano activo (Sandoval, 2012). Aspecto que sin duda ayuda a consolidar y robustecer al Estado de Derecho, entendiendo a éste último no como la sujeción que los individuos deben al orden legal, el Rule of Law (Cossío Díaz, 2008) sino como un Estado que auspicie y construya ciudadanos participativos y críticos, es decir, un Estado Democrático de Derecho (Ackerman , 2008). Así pues, entendemos que el acceso a la información pública no sólo es una buena idea para que los países tangan una mejor calidad democrática, sino que también se trata de un derecho fundamental de todo ciudadano; y, que, como tal, tiene una doble función, la primera como un mecanismo de control gubernamental, creando escenarios transparentes y abiertos al debate público; y, la segunda como un mecanismo instrumental que coadyuva al cumplimiento de otros derechos fundamentales debido a que permite al individuo pasar de ser un sujeto pasivo a uno activo en la toma de decisiones públicas. Capitulo II.- De las acciones hechas alrededor del mundo para la protección y promoción del derecho de acceso a la información pública. Después de comprender la importancia que reviste el derecho de acceso a la información pública, no será de sorprendernos que exista un interés muy grande por parte de los Estados que se consideren democráticos, por protegerlo y promoverlo. Tal interés ha de reflejarse en leyes que den a sus ciudadanos el derecho de requerir y recibir documentos públicos. Hoy día, poco más de noventa países, entre ellos México, cuentan con este tipo de normativa (RTI Rating, 2012), que facilita a los ciudadanos el calificar de manera directa las actuaciones gubernamentales. Asimismo, esta explosión internacional de leyes de acceso a la información pública ofrece una esperanza para quienes todavía ven posible recuperar los ideales y practicas centrales del proyecto democratizador (Sandoval, 2012). El movimiento a favor del derecho de acceso a la información pública comienza a partir de 1948, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos1; sin embargo, este derecho alcanzaría su máximo apogeo en 1966, con el Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos debido a que, por primera vez, se le dotaba de obligatoriedad frente a los Estados que fueron parte en dicho Instrumento jurídico internacional. Dicho Pacto Internacional, en su artículo 19.2 menciona que: 1 El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. “Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.” Para evitar conflictos en la interpretación de tal artículo, en Julio del 2011, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas realizó una observación general, la cual precisa que el artículo 19.2 comprende también al derecho de acceso a la información en manos de las autoridades públicas, incluyendo los documentos de organismos públicos sin importar el formato, la fuente y la fecha. Asimismo, tal observación enumera las principales medidas que los Estados parte del Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos deben llevar a cabo para hacer efectivo tal derecho2. Otras de las acciones realizadas por la ONU para la promoción y protección del derecho de acceso a la información pública, es la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre la lucha contra la corrupción. Tal convención obliga a los Estados que son parte a tomar medidas en su derecho interno para permitir el acceso a la información pública, ya que este es considerado como un buen medio para combatir a la corrupción3. De igual manera y pese a que no se trata de ningún instrumento jurídico, la ONU, con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, considera al derecho de acceso a la información pública como un arma clave 2 UN Human Rights Committee General comment no.34, 21 July 2011, CCPR/C/CG/34, párrafo 18 y 19 en: http://www.ccprcentre.org/doc/ICCPR/General%20Comments/CCPR.C.GC34_AUV.pdf 3 Ver en: http://www.unodc.org/pdf/corruption/publications_unodc_convention-s.pdf para combatir la pobreza y alcanzar más rápidamente el desarrollo humano y económico, así como un aspecto primigenio para lograr la gobernabilidad democrática (Sharma, 2008), referida esta última como: “la capacidad de una sociedad de definir y establecer políticas y resolver sus conflictos de manera pacífica dentro de un orden jurídico vigente4”. Las acciones hechas por organismos regionales tampoco son para menos, veamos: Comencemos por la Organización de Estados Americanos. En el año 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, estimó en la sentencia dada al caso Claude Reyes y otros vs Chile5, que el acceso a la información constituye un derecho humano fundamental. En Dicha sentencia se hace referencia a que Chile había violado el artículo 13 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos6 al negarse a comunicar la información sobre un importante proyecto de explotación forestal. Como consecuencia, la Corte ordenó a Chile establecer un mecanismo jurídico efectivo que garantice el derecho que tiene cada individuo de pedir y recibir información en manos de las autoridades públicas. Asimismo, se señaló la importante relación que existe entre el derecho de acceso a la información y la democracia: “para que las personas públicas puedan ejercer el control democrático, es esencial que el Estado garantice el acceso a la información de interés público bajo su control”. 4 Ver: http://www.regionalcentrelac-undp.org/es/gobernabilidad-democratica Sentencia de día 19 de septiembre de 2006: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_151_esp.pdf 5 6 Artículo 13: “1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”. En Junio del 2009, Conscientes de la importancia del artículo 13 y de su promoción, los Estados miembros de la OEA pidieron la elaboración de una Ley Modelo Interamericana sobre el acceso a la información pública, siendo un año después, en junio del 2010, cuando este Modelo de Ley y su guía para su implementación terminarían de elaborarse (OEA, 2012). Tales documentos incorporan los principios articulados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Claude Reyes vs Chile. La Ley Modelo Interamericana, asimismo, se basa en el principio de máxima publicidad, estableciendo de esta forma la más amplia aplicación del derecho de acceso a la información pública7. En el continente africano la protección y promoción del derecho de acceso a la información también es cosa sería, para muestra lo siguiente: En el año 2002, la Comisión Africana de Derechos del Hombre y de los pueblos, adoptó la Declaración de principios sobre la libertad de expresión en África, en la cual estipula que: “la libertad de expresión y de información….es un derecho fundamental e inalienable y un elemento indispensable de la democracia”; en el titulo IV se enuncia de igual manera que: “los órganos públicos poseen información no para sí mismos, sino como guardianes del bien público y toda persona tiene el derecho de acceder a esta información, bajo reserva de reglas definidas y establecidas por la ley 8”. Asimismo, en el 2003, la Unión Africana adoptó la Convención sobre la 7 Ver : http://www.oas.org/dil/esp/AG-RES_2607_XL-O-10_esp.pdf Ver: http://www.achpr.org/files/sessions/32nd/resolutions/62/achpr32_freedom_of_expression_eng.pdf 8 prevención y la lucha contra la corrupción, la cual en su artículo noveno 9 insta a cada Estado parte del mismo a adoptar medidas legislativas para hacer efectivo el derecho de acceso a toda información necesaria para ayudar a la lucha contra la corrupción En noviembre del 2010, la Comisión africana de derechos del hombre y de los pueblos adoptó una resolución10 sobre la garantía de una realización efectiva del acceso a la información en África, en la que se autorizó al Relator especial sobre la libertad de expresión y el acceso a la información en África, a iniciar el proceso de elaboración de una ley modelo sobre el acceso a la información pública11. Recientemente, en el mes de abril del 2012, se adoptó una resolución en la cual se insiste a los Estados parte de la Comisión Africana de Derechos del Hombre y de los pueblos a adoptar en su derecho interno leyes que promuevan y protejan el acceso al información pública, mismas que habrán de realizarse a partir de lo establecido por el APAI (African Platform and Access to Information (APAI) Declaration)12, así como a promocionar el 28 de septiembre como el día internacional del derecho a la información.13. En el viejo continente, los esfuerzos para la promoción del derecho de acceso a la información pública también son notables: 9 Ver: http://www.africaunion.org/Official_documents/Treaties_Conventions_fr/Convention%20sur%20la%20lutte%20contre%20la%20c orruption.pdf 10 Ver: http://www.achpr.org/sessions/48th/resolutions/167/ El modelo de Ley es consultable en la página web de la Comisión Africana: http://www.achpr.org/files/instruments/accessinformation/achpr_instr_draft_model_law_access_to_information_2011_eng.pdf 12 Ver: http://www.misa.org/downloads/APAI%20Declaration%20Booklet.pdf 13 Ver: http://www.acdhrs.org/2012/04/tres00242012-resolution-on-access-to-information-in-africa/ 11 En el 2002, como una medida para proteger y promover el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos14, el Consejo Europeo adoptó la Recomendación Rec (2002)215, en la que se invitaba a los Estados miembros a garantizar el derecho de toda persona de acceder, a su demanda, a los documentos en manos de las autoridades públicas, esto debido a la importancia que reviste en una sociedad democrática pluralista, una administración pública transparente y la disponibilidad inmediata de informaciones sobre las cuestiones de interés público. Sin embargo, esto no es lo único que se ha hecho, ya que en el 2007, con la adopción del Tratado de funcionamiento de la Unión Europea, se reconoció en su artículo 1516, el derecho de todo ciudadano europeo a acceder a los documentos de las instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea. Esta tendencia general de reconocer al derecho de acceso a la información como un derecho fundamental, encuentra su consagración en el Convenio del Consejo Europeo sobre el Acceso a los Documentos Públicos de 2009. Este convenio es el primer instrumento jurídico internacional vinculante que reconoce un derecho general de acceso a documentos públicos en manos de las autoridades públicas, siendo su fuente de inspiración la Recomendación Rec (2002)2. El Convenio del Consejo Europeo sobre el Acceso a los Documentos Públicos establece las garantías 14 Artículo 10: “ 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras..”. 15 16 Ver: http://www.coe.int/t/dghl/standardsetting/media/doc/H-Inf(2003)003_fr.pdf Ver: http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2010:083:0047:0200:es:PDF mínimas que los Estados miembros del Consejo de Europa deben integrar en sus leyes nacionales de acceso a la información. De igual manera, consigue establecer las condiciones básicas para la buena puesta en práctica del derecho de acceso a la información (Acces-info, 2010). En Europa se dieron avances considerables a partir del Convenio, ya que en 1989 sólo 8 países de los 47 que integran el Consejo Europeo tenían leyes sobre el acceso a la información pública; sin embargo, hoy día son poco más de 40 países los que han puesto en marcha dispositivos legales que se corresponden con los estándares más mínimos establecidos por la convención del 200917. Tras este breve recorrido que hemos hecho por las diversas acciones que los Organismos internacionales y regionales han realizado a favor del derecho de acceso a la información pública, constatamos la importancia dada a que los Estados que integran tales organismos adopten leyes orientadas a proteger e incrementar el poder real de sus ciudadanos, un poder que se relaciona directamente con el saber. Pareciera que, con todo este movimiento a favor de la protección del derecho de acceso a la información pública, al fin, después de largos trayectos recorridos en su búsqueda, la democracia se hace presente. Los notables esfuerzos hechos alrededor del mundo, como ya vimos, marcan la tendencia por hacer del acceso a la información pública algo fundamental para que los ciudadanos tengan injerencia en las decisiones públicas. Quedaron atrás los tiempos en 17 Ver: http://www.accessinfo.org/documents/documents/Beyond_Access_10_Aug_2010_consultationn.pdf que sólo los más “poderosos” decidían, lo de hoy es que todos decidamos, para ello es necesario, como ya lo mencione, estar al tanto del actuar público. Capitulo III.- Un caso icónico: la iniciativa IMMI o de cómo fortalecer las instituciones públicas al tiempo que se protege el derecho de acceso a la información. En este capítulo se hará referencia a un acontecimiento reciente. Un caso que podría marcar un precedente en la manera de ver el acceso a la información pública. Corría el año 2008 cuando una crisis económica y financiera se hizo presente, haciendo que los ciudadanos perdieran la confianza en el mercado financiero, pero sobre todo en las instituciones públicas. Dicha crisis afectó de manera considerable a diversos países, entre ellos Islandia. Las consecuencias de la crisis económica a este pequeño país fueron graves, ya que sufrió un colapso bancario que combinado con la tremenda deuda contraída por el Estado generó un debacle económico, social y político. Este debacle estuvo también acompañado de una profunda crisis moral que traumatizó a todo el país, trayendo repercusiones negativas para su imagen en el extranjero (Jónsdóttir, 2011) . El pueblo islandés, consciente de que tal debacle financiero fue producido en gran parte por el actuar despótico y corrupto de sus representantes políticos, decidió salir a las calles a exigir las suficientes garantías para que una nueva crisis económica no volviera a presentarse. Para lograr su meta, los islandeses llevaron a cabo acciones que facilitaron la participación de todos en la construcción de un mejor futuro. Ejemplo de lo anterior, es que se elaboró una nueva Constitución, hecha por el pueblo y para el pueblo (Chabas, 2012). Así pues, los ciudadanos tomaron la decisión de que todos debían participar en la vida económica y política de la nación. Sin embargo, para tomar decisiones acertadas se requiere ciudadanos informados, por lo que la información debe de ser fácil y rápidamente accesible para ellos. Fue así que el 16 de Junio del 2010 se adoptó por parte del parlamento islandés una iniciativa de ley que, en opinión de varios, convertirá a Islandia en un modelo de transparencia y justicia para el mundo entero (IMMI, 2012). La Iniciativa islandesa para la modernización de los medios (Icelendic Modern Media Initiative) contempla, entre sus aspectos más destacados, la elaboración de una ley “ultramoderna” para el acceso a la información pública, la cual vendría a remplazar a la actual ley (The Icelandic Freedom of Information law) adoptada en 1996. La nueva ley propuesta por la iniciativa IMMI es un conjunto de disposiciones jurídicas formuladas sobre la base de las mejores leyes de acceso a la información existentes en el mundo. Tal iniciativa de ley promete que una vez convertida en derecho positivo, convierta a Islandia en un baluarte de las democracias modernas. Igualmente, se advierte que esta ley deberá atender las resoluciones emitidas en el 2009 por el Consejo de Europa y las hechas por la Organización de Estados Americanos. Uno de los rasgos relevantes de está iniciativa de ley es que aplicará a todas las autoridades gubernamentales y a las entidades que, no siendo gubernamentales, operen en nombre de éste así como a todas aquellas que para su funcionamiento requieran de fondos públicos. Esta iniciativa de ley está basada en la noción de que todos los documentos del actuar gubernamental son en un principio públicos y que, como tales, deben estar disponibles al acceso de cualquier ciudadano. Asimismo, contempla que todos estos documentos, tanto físicos como electrónicos, deberán ser manejados de manera pro-activa por parte de las diversas instituciones públicas, a excepción de aquellos relativos a la seguridad nacional, los cuales podrán ser accesibles sólo después de cumplir con una serie de requisitos enmarcados en la misma ley (IMMI, 2012). Quienes pugnan a favor de tal iniciativa apuestan a que ésta será un ejemplo icónico para todo el mundo de cómo robustecer los mecanismos para obtener información pública. Asimismo, se apuesta a que con esta iniciativa, el acceso a los documentos públicos será más rápido a comparación de la ley aun vigente de 1996, la cual presenta diversos obstáculos para poder acceder a la información publica (Karchmer, 2012). Sin dudas, la iniciativa IMMI, apuntala al derecho de acceso a la información pública magníficamente, resaltando que en una democracia los ciudadanos deben estar disponibles a tomar decisiones informadas. Asimismo, dicha iniciativa nos recuerda que la secrecía en la democracia es una paradoja, por lo que ningún Estado que se considere democrático tiene permitido ocultar los datos públicos a sus ciudadanos. A más de dos años de que se elaboró tal iniciativa, aún se discute en el parlamento islandés su aprobación; sin embargo, todo apunta que dentro de poco tiempo, el mundo tendrá un ejemplo de una ley “ultramoderna” en materia de acceso a la información pública (IMMI, 2012). Conclusión El panorama global del derecho de acceso a la información pública se avizora favorable en todos sus aspectos. Las acciones que a favor de él se han realizado nos hablan del interés por hacer del ciudadano un sujeto activo en la toma de decisiones públicas. Por otra parte, también nos hablan del interés por hacer Estados más acordes con los tiempos modernos, más democráticos, más transparentes y más honestos. No obstante, aún queda mucho por hacer, se puede decir que esto apenas es el comienzo en la construcción de un nuevo orden mundial en el que democracia y derechos humanos son lo más importante. Una construcción que pareciera estar cada vez más próxima. Se requiere voluntad, tanto de gobiernos como de la sociedad civil. Ésta última, sin duda, juega el rol más importante de todos18, ya que es la encargada de exigir la protección y la promoción del derecho de acceso a la información pública. Sin ella, los logros que en la materia se tienen, muy difícilmente se hubiesen logrado. Evohé 18 Baste recordar los esfuerzos hechos a favor del derecho de acceso a la información pública por Organizaciones no gubernamentales de alcance internacional tales como: Article 19, Open Society Foundations, FOIAnet, etc. Bibliografía Acces-info. (Junio de 2010). Access-info. Obtenido de Access-info: http://www.accessinfo.org/documents/Access_Docs/Advancing/Spain/El_Derecho_de_acceso_a_la_informacin._principi os_bsicos.pdf Ackerman , J. M. (2008). Introducción: más alla del acceso a la información. En J. M. Ackerman, Más allá del acceso a la información. Transparencia, rendición de cuentas y estado de derecho. (págs. 11-30). México, D.F.: Siglo XXI. 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