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MARTES 4 DE MAYO DE 1982
El parte meteorológico
El cielo se presentó nublado, con buena visibilidad y precipitaciones
aisladas; un frente cálido se aproximaba desde el Norte, próximo a las
islas, y las afectó con abundante nubosidad; techos de 900 metros.
La situación táctica
La flota enemiga, alejada prudentemente, intentó una nueva incursión con
sus portaaviones y correspondientes escoltas, HMS Sheffield, HMS Arrow,
HMS Yarmouth, HMS Glasgow y HMS Coventry, con la finalidad de atacar
el aeródromo de la BAM Cóndor, y destruir los Pucará que habían
retornado del Aeródromo Auxiliar Calderón. Simultáneamente, a las 05:33
hs, se estaba realizando la operación Black Buck II, la cual, pese al
tremendo esfuerzo requerido para su ejecución (dos aviones Vulcan y diez
Victor como aviones cisternas), tampoco logró hacer blanco en la pista.
La batalla por la información
Sin duda, a esta altura del conflicto comenzaba a materializarse la batalla
por la información, en la que ambas partes comprendían que su obtención
oportuna era vital para la planificación y ejecución de las operaciones
(Anexo I).
Detalles:
La batalla por la información
La información de la Task Force
La Task Force era, ahora, consciente de sus grandes deficiencias en este
aspecto. Al no disponer de la información satelital y/o electrónica (Big Bird
y otros satélites), complementada por nuestras acciones de
desinformación y contrainformación, debían confiar en la búsqueda de
observadores visuales en tierra, submarinos y los elementos electrónicos
embarcados, de poco alcance, a costa de arriesgar valiosos buques en
posiciones de piquete radar. A esto se debió que tuvieran que
comprometer acciones peligrosísimas, desde el punto de vista político,
estratégico y militar, como fue la de helitransportar grupos comandos a
Punta Arenas (Chile), a fin de lograr información relativa a nuestro
despliegue y movimientos aéreos.
La información propia
Por su lado, la FAA que, como hemos dicho, no estaba preparada para
operar en un Teatro de Operaciones marítimo de tan grandes proporciones
ni contra objetivos navales en constante desplazamiento, también sufría la
carencia de inteligencia operativa. Para subsanar la deficiencia, puso
esfuerzo, y sobre todo imaginación. Se contó para ello con los medios
aéreos que efectuaron las misiones de exploración y reconocimiento sobre
prácticamente todo el Atlántico Sur y con el sistema de vigilancia del
espacio aéreo que desplegó el Comando de
Defensa Aérea a lo largo del litoral marítimo y en las Islas.
El centro de gravedad de la vigilancia del espacio aéreo descansó en los
radares móviles Westinghouse TPS 43 de la FAA que, convenientemente
ubicados en las bases patagónicas y uno en Malvinas permitieron controlar
la mayor parte del área cubierta por el Teatro de Operaciones Austral. En
Puerto Argentino, además, se contó con la invalorable colaboración de un
radar de vigilancia TPS 44 Cardión del GADA 601 del Ejército Argentino.
No obstante la eficiencia del equipamiento citado, si se piensa que se
debía defender una isla en el Atlántico Sur sin ninguna posibilidad de
adelantar un buque de alerta temprana, por falta de dominio del mar, y se
consideran los 5.000 km que separan a las Malvinas de la Isla de
Ascensión, de donde despegaron los bombarderos Vulcan, se comprenderá
que los escasos 300 km cubiertos por los sensores argentinos eran
prácticamente insignificantes.
Como un complemento del sistema de vigilancia se desplegaron en las
islas y en el litoral continental austral, Redes de Observadores del Aire
(ROA) que, bien enlazadas y centralizadas, obtuvieron no sólo en la
observación aérea, sino también, importantísima información sobre los
movimientos navales y terrestres. En las islas, la ROA estuvo conformada
por dos redes que operaron en forma independiente: una principal, que
cubría más de la mitad de la isla Soledad, constituida casi en su totalidad
por radioaficionados civiles de la provincia de Córdoba, dependiente del
CIC Malvinas; y una red local de la BAM Cóndor en Darwin, integrada por
personal militar superior de la Fuerza Aérea. Por su parte, la Armada
utilizó dos aviones Neptune que, agotados materialmente, volaron hasta el
15 de mayo. A las 09:30 de ese día, uno de ellos ubicó dos formaciones
navales: Un grupo, en los 52º 33' S / y 57º 40' O, otro en 52º 48' 05" S /
y 57º 31' 05" O.
El ataque a un "Blanco Grande"
Esta importantísima operación aérea, fue ejecutada y planificada con
absoluta idoneidad en todos sus aspectos, aunque, por las características
del ataque, no se pudieron comprobar en el momento los daños
ocasionados y el objetivo naval preciso que se batió. ¿Blanco en el
portaviones HMS Hermes?.
Detalles:
El ataque a un "Blanco Grande"
Esta operación aérea, planificada y ejecutada por la Aviación Naval
mediante el avión explorador Neptune y dos aviones Super Etendard,
portando cada uno un misil Exocet, contó con el siguiente apoyo de la
Fuerza Aérea:
Lear Jet LR-35, indicativo "Dardo"; misión: diversión. Tripulación: 1er
Teniente Eduardo Blanco, Teniente Luis Herrera y Cabo Principal Dardo
Rocha; despegó de Río Grande a las 09:40 hs y arribó a la 01:00 hs.
Hercules KC-130, indicativo "Rata", tripulación: Vicecomodoro Enrique
Pessana, 1er Teniente Gerardo Vaccaro, Mayor Eduardo Gómez, Suboficial
Auxiliar Oscar Ardizzoni, Suboficial Auxiliar Mario Amengual, Suboficial
Auxiliar Manuel Lombino, Cabo Principal Mario Cemino y Cabo Principal
Luis Martínez. Esperó en 50º 30' S / y 65º 30' O a nivel FL 100 y
reabasteció, en su vuelo de ida, a los dos Super Etendard, "Vincha"
Capitán de Corbeta Bedacarratz y Teniente de Navío Mayora. Despegó de
Río Gallegos a las 08:45 hs y arribó a Río Grande a las 13:45 hs.
Dos M-5 Dagger, indicativo "Pollo", misión: cobertura del Hercules KC-130
y los dos Super Etendard SUE; armamento: dos cañones y misiles
Shaffrir. Tripulación: Capitán Amílcar Cimatti (C-437) y Capitán Higinio
Robles (C-414). Despegaron de Río Grande a las 10:20 hs y arribaron a
las 13:00 hs.
Dos M-5 Dagger, indicativo "Talo", misión: cobertura avión Neptune;
armamento: dos cañones y misiles Shaffrir. Tripulación: Capitán Carlos
Moreno (C-431) y Teniente Ricardo Volponi (C-429). Despegaron de Río
Grande
a
las
16:00
hs
y
arribaron
a
las
17:00
hs.
Luego del reabastecerse en vuelo, los Super Etendard siguieron rasante,
engancharon el objetivo mayor y lanzaron los Exocet (11:04 hs).
Regresaron de inmediato a Río Grande.
El HMS Hermes navegando al este de Malvinas
Los resultados de este ataque
La aviación de combate de la FAS debía penetrar una intrincada red
defensiva, llegar hasta los buques y atacarlos sobrevolándolos. La
evaluación de los resultados se hacía mediante el análisis de las
filmaciones y los interrogatorios a las tripulaciones. De ese modo se podía
identificar al menos, con bastante precisión, el tipo de buque atacado.
En cambio, el moderno sistema de armas “stand off” Exocet de la Aviación
Naval, mantenía al atacante fuera del contacto visual con el objetivo. Por
esa causa, los resultados de los ataques debían analizarse consultando
distintas fuentes.
Versión británica:
El 4 de mayo de 1982 el portavoz británico difundió la siguiente
información:
Un misil argentino impactó en el HMS Sheffield (destructor tipo 42); se
inició un incendio que luego escapó al control de la tripulación. Cuando no
había ya esperanzas de salvar la nave, la tripulación la abandonó. Todos
fueron rescatados.
Simultáneamente a este anuncio oficial, la prensa británica abundó en
detalles (hasta la fecha, sorpresivamente, los medios periodísticos se
quejaban de que la información era escamoteada) con profusión de fotos
y relatos que confirmaban el hundimiento del HMS Sheffield.
Informes posteriores confirman, sin asomo de duda, que el HMS Sheffield
recibió el impacto.
Evaluación de la aviación naval:
La información producida por los aviadores navales que efectuaron el
ataque, a su regreso a la BAM Río Grande, puede sintetizarse así:
Ambos aviones Super Etendard tuvieron ecos largos en su radar de tiro,
de un buque grande y uno chico.
Ambos engancharon al grande y dispararon los Exocet de forma
simultánea.
No fueron interceptados y regresaron con normalidad a su base.
No confirmaron el impacto.
Desde el punto de vista de la Fuerza Aérea:
Si bien, al principio, la Fuerza Aérea recibió entusiasmada la versión
británica respecto del objetivo naval batido este día, de a poco fue
elaborando otra hipótesis:
El Carrier Battle Group, al mando del Comandante Woodward, repitió la
misma maniobra del día anterior, con la diferencia que ahora navegaba en
rumbos contrarios a aquella, o sea E-NE, y con dos portaaviones y sus
respectivas escoltas.
Los Super Etendard de la Aviación Naval, dispararon sus dos misiles
contra esta formación, que navegaba en posición 52º 35' S y 57º 33' O.
Un buque habría recibido impacto.
El segundo Exocet, por contramedidas electrónicas, podría haberse
perdido en el mar.
El 4 de mayo los portaaviones estaban a una distancia entre 90 y 120 MN
de Puerto Argentino (uno al E-NE y el otro al E-SE). En el continente, se
esperó este momento para lanzar el ataque. De acuerdo al relato del
Mayor Gilberto Oliva:
... luego del mismo, sin necesidad de confirmación, tuvimos la certeza del
éxito de la misión porque cesó la actividad aérea (ecos en el radar) desde
ese punto. Sólo les quedaba un portaaviones. El 30 de mayo les sucedió lo
mismo luego del ataque al HMS Invincible, pero el caos fue más evidente.
Se veía cómo reagrupaban a sus aviones Sea Harrier, mandándolos en
breves vuelos de una fragata a la otra, de acuerdo a cómo habían sido
recuperados en el desbande provocado por el ataque. Durante unos días,
prácticamente, no hubo ataques aéreos enemigos, pero luego se fueron
recuperando. También se estima que comenzaron a operar desde tierra,
en la zona de la bahía de San Carlos, desde antes de la caída de Darwin el
29 de mayo.
La hipótesis de la Fuerza Aérea es que el portaaviones HMS Hermes habría
recibido un impacto, causándole daños, y se retiró al este.
Los ataques de la Task Force
Aprovechando el mal tiempo reinante en el continente, el Carrier Battle
Group, en la forma ya explicada, se aproximó a Malvinas y operó sólo con
sus medios aéreos de la siguiente forma:
08:00 hs. Aproximó a la BAM Malvinas a dos Sea Harrier que sólo se
acercaron al aeródromo, sin entrar a distancia de tiro de nuestra artillería
antiaérea, posiblemente en exploración y reconocimiento, para verificar
daños del ataque del Vulcan).
13:10 hs. Ataque de tres Harrier a la BAM Cóndor, con los siguientes
resultados, según el relato del Diario de Guerra del Grupo 1 de artillería
antiaérea en Darwin.
Día 4: Cerca del mediodía atacan tres Harrier desde el Este, el primero es
derribado por una ráfaga de 35mm del Ejército, cayendo a un costado de
la pista. El avión lleva la matrícula XZ 450 y su piloto es Nick Taylor, quien
muere en la acción. El segundo avión es alcanzado por el fuego de la pieza
Nº 5 de 20 mm, se aleja humeando y lanza sus bombas sobre la zona
Darwin, que no explotan. El tercero, ante el fuego de 20 mm gira hacia el
Sur lanzando su carga a un campo vacío.
Este fue un día de festejo, pues se había rechazado por primera vez un
ataque aéreo con saldo netamente favorable, no pudieron tirar sus
bombas en los blancos y no hubo bajas propias.
Restos del Sea Harrier del HMS Hermes, piloteado por el LtCdr Nick Taylor
La operación Black Buck II (Ataque de avión Vulcan)
Esta misión se concretó a las 05:33 hs, sobre la BAM Malvinas,
sobrevolándola con rumbo N-NE y lanzando diecisiete bombas con retardo
de hasta dos horas, que impactaron a 45º de la cabecera 08, pero sin
afectar la pista, aunque hiriendo levemente a dos soldados del Ejército
Argentino.
Esa noche fue tranquila para los defensores de Puerto Argentino; la Task
Force no atacó en horas nocturnas.
El Aviso Sobral
Lenta y dificultosamente, el Aviso Sobral, con sus muertos a bordo,
navegaba (en posición desconocida, dado que no emitía mensajes), hacia
nuestro continente. Su acción de búsqueda y rescate de dos tripulantes
del Canberra eyectados, será permanentemente reconocida por la Fuerza
Aérea Argentina.
Fuente:http://www.fuerzaaerea.mil.ar/conflicto/dias/may31.html
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