CÓMO ELABORAR LOS TEXTOS PARA DESARROLLO DE COMPETENCIAS Ofrecemos ahora esta guía, complemento de los apuntes y explicaciones dados. No ofrecemos "recetas", porque sería contradecir nuestros criterios pedagógicos, impedir la creatividad de los elaboradores y no dar oportunidad de que adquieran la competencia de aprender por sí mismos con el mínimo de aportes cerrados nuestros.. En el curso previsto para los elaboradores, estaremos disponibles como facilitadores, en caso de que ellos no hayan construido sus propios conocimientos sobre lo que pretendemos que hagan.. Con esta guía nos proponemos: 1. Orientar a los formadores para que sepan elaborar sus textos y cursos en base a las "competencias" sobre el tramado de los "contenidos", es decir, que logren "aprendizaje de contenidos y desarrollo de capacidades", en "formación a distancia"; y 2. Animarlos para que ellos mismos elaboren en sus textos-curso su propuesta de cómo formar en los contenidos y competencias específicas de su especialidad. 1. Que entendemos por Competencias. (De qué hablamos cuando hablamos de "competencias") La palabra competencia se usa en castellano en una doble acepción: competencia como sustantivo del verbo competir; y competencia como sinónimo de capacidad, ser competente para algo. Aquí usamos la palabra "competencia" para referirnos a "una habilidad que permite la ejecución correcta de una tarea". 3. Competencias comunes y Competencias profesionales. Al hablar de "competencias comunes" nos referimos a las competencias básicas que debe tener toda persona. Se consideran básicas las competencias cognitivas, las comunicativas, las afectivas y las relacionales. Las competencias profesionales se refieren a las competencias necesarias para el ejercicio de la profesión. Es obvio que cada profesión exige sus propias competencias. No son las mismas las competencias necesarias para un cirujano, que para un profesor de guaraní. Pero en algo coinciden las competencias de todas las profesiones. A estas competencias comunes a toda profesión nos referimos ahora. Entre estas competencias podemos citar: a) Visión amplia del campo y quehacer de su profesión. b) Análisis de la realidad, desde distintos puntos de vista. c) Comprensión del contexto del beneficiario de nuestra profesión. d) Relación y comprensión de las diferentes especialidades vinculadas con la profesión y su ejercicio. e) Conocimiento, comprensión y flexibilidad para el uso de los recursos y medios profesionales. f) Capacidad de actualización permanente de conocimientos y ejercicio de la profesión. 3.Tipos y Taxonomías de Competencias Generales y su relación con los "Saberes". La presente taxonomía o clasificación de los tipos o clases de competencias básicas tiene correspondencia con la taxonomía de saberes que Jacques Delors (1996) propuso para Europa en su famoso informe de la UNESCO. Por su significación y la extensión de su uso, he preferido poner en pararlelo nuestra taxonomía de competencias, inspirada en la de César Coll (2003), con la de Delors. 4. COMO SE ADQUIEREN Y DESARROLLAN LAS COMPETENCIAS. Las competencias se adquieren en la acción. No basta la información sobre ellas, ni siquiera la comprensión tras un conocimiento profundo de los contenidos propios de cada competencia, se requiere el "ejercicio" para adquirirla. Por ejemplo, para tener la competencia de montar en bicicleta, no basta saber qué es la bicicleta, qué es montar en bicicleta, cuáles son las piezas de la bicicleta y cómo se las hace funcionar, etc., es necesario poner al aprendiz en acción y reiterar el ejercicio, hasta conseguir la competencia sin riesgos ni deficiencias. Definidas las competencias que se quieren adquirir, el formador de aprendices debe planificar las "actividades" que serán necesarias para que dichos aprendices se ejerciten en ellas y las adquieran. Construir una competencia es un proceso largo que requiere reiteradas y diversas experiencias de aprendizaje. El formador, como facilitador del aprendizaje, ofrece: a) Elementos para que el aprendiz "conozca" de qué se trata. Para ello facilita, directa o indirectamente, "hechos, conceptos y principios" (ámbito cognitivo); y además procedimientos y destrezas para que el aprendiz pueda construir el conocimiento y no sólo aprender de memoria los conocimientos de otros. Competencias y conocimientos son en gran parte indisociables. Construimos las competencias a partir de conocimientos concretos. b) Al mismo tiempo, es necesario trabajar sobre los contenidos de tipo actitudinal: "valores, normas y actitudes". Las actitudes son tendencias de comportamiento que queremos que nuestros aprendices aprendan, internalicen, asimilen. Toda actitud es una predisposición hacia un objeto o sujeto, que tiene tres componentes: cognitivo, afectivo y comportamental u operativo. Por ejemplo, mi actitud ante la droga: conozco lo que es la droga y sus efectos (ámbito cognitivo); estoy afectado negativamente ante ella, porque he sufrido en un familiar los efectos de la droga; consecuentemente mi predisposición operativamente es de rechazo. c) Las actitudes responden al entorno social, que funciona de acuerdo a ciertas normas. Pero para que las normas no sean arbitrarias, deben estar basadas en valores. El formador debe facilitar las actividades y procesos necesarios para que los aprendices adquieran los valores en que se deben enmarcar las competencias. Por ejemplo, la competencia de lograr cambio de comportamiento del cliente con respecto a un producto nuevo (interesarlo) debe basarse en valores como la persuasión (que respeta la libertad del cliente) y no en el antivalor de la manipulación o el engaño. d) Las actividades para aprender y asimilar las competencias deben parecerse lo más posible a lo que será el ejercicio de la competencia en la acción profesional. Para ello se usan diversas estrategias: simulación, juego de roles, dramatización, observación proyectiva (observando documentales, películas o reportajes, etc..), pasantías y otras, según las características y exigencias de la competencia que se quiere enseñar y aprender. 5. LA SELECCIÓN DE LAS COMPETENCIAS. La selección de las competencias corresponde a cada uno de los profesoreselaboradores de textos de cada una de las disciplinas. Las razones son obvias.: sólo el profesional especialista en su materia sabe bien cuáles son las competencias necesarias en su campo. Para hacer dicha selección, todos pueden orientarse sirviéndose de la taxonomía anteriormente descrita. Conviene que cada elaborador incluya en su texto y enseñanza al menos una o dos de cada campo de competencias: cognitivas, motrices, etc. Conviene que los elaboradores tengan en cuenta que, ante la diversidad de destinatarios del curso, puede ser necesario en algunos casos ofrecer la posibilidad de enseñar también alguna competencia básica común, si es que el o los aprendices no las tienen adquiridas. Por ejemplo, si estoy enseñando para que adquieran la competencia de comunicación profesional con un cliente y descubro que este aprendiz no sabe hablar, porque no domina la lengua (supongamos, el castellano), yo profesor-facilitador debo ofrecerle elementos para que el adquiera también la competencia de saber hablar en castellano. Y si considero que no es de mi incumbencia, y debo presuponer tal competencia básica y no ocuparme de ella, debo por ética hacerle consciente al aprendiz de que carece de esa competencia básica común y debe aduirirla, si es que quiere ser profesionalmente competente.