Universidad del Mar
Mare Nostrum Veritabile Faciendum
LICENCIATURA DE ENFERMERIA
Ser Y No Ser
Legislación En Enfermería
825-B
Elaborado por:
Altamirano Pérez José Fernando
En la enfermería, existe una diferencia clara entre lo que realmente sucede en la práctica
y lo que debería suceder según las normas y principios éticos. La realidad diaria de los
enfermeros y enfermeras incluye largas jornadas de trabajo, escasez de materiales,
demasiados pacientes y situaciones que pueden poner en riesgo tanto su seguridad como
la de quienes atienden. En contraste, las normativas y códigos de ética establecen un
modelo ideal de atención, enfocado en la seguridad, la calidad y el respeto por los
derechos de los pacientes.
Un ejemplo de esta diferencia es la aplicación de los protocolos de seguridad. Por regla,
antes de administrar un medicamento, se debe verificar la dosis y la identidad del
paciente. Sin embargo, cuando hay poco personal y demasiadas tareas, el tiempo juega
en contra y pueden cometerse errores. Un caso común es el de una enfermera que, por la
falta de equipos adecuados, administra insulina sin medir antes la glucosa del paciente,
aumentando el riesgo de complicaciones. Esto muestra que, en muchas ocasiones, seguir
las normas al pie de la letra no es posible debido a las condiciones laborales.
Las leyes y regulaciones son esenciales para asegurar una buena práctica profesional, pero
su cumplimiento depende de que existan los recursos adecuados. De lo contrario, los
enfermeros y enfermeras se ven obligados a tomar decisiones bajo presión, lo que puede
llevar a errores y dilemas éticos. Para cerrar la brecha entre la realidad y el ideal, no basta
con que el personal de salud haga su mejor esfuerzo; también es necesario que las
instituciones y el gobierno garanticen condiciones de trabajo dignas.
En conclusión, la enfermería es una profesión en la que constantemente se enfrenta la
ética con la realidad del trabajo. Para acercarse al modelo ideal de atención, es
imprescindible mejorar las condiciones laborales, contar de insumos suficientes y ofrecer
capacitación constante. Solo así se podrá brindar una atención de calidad sin afectar la
seguridad de los pacientes ni la integridad de los profesionales de la salud.