Teoría de Millón CONCEPTO DE PERSONALIDAD La personalidad en Millon representa un patrón profundamente arraigado en el individuo, compuesto por cogniciones, afectos y conductas, que persisten por largos periodos de tiempo, donde el aprendizaje experiencial y las disposiciones biológicas juegan un importante papel (Millon, 1969/1976). Estas características se expresan en casi todas las áreas del funcionamiento del individuo como modos preferentes de percibir, sentir, pensar, actuar y relacionarse con otros, e incluyen tanto las estrategias normales de funcionamiento personal como sus contrapartes más patológicas. Esta “normalidad” se concreta en una actitud constructiva ante el entorno y en comportamientos promotores de salud. Si el individuo muestra escasa flexibilidad para adaptarse, lo que se traduce en una escasez de estrategias alternativas en la relación con los demás, utilizándolas de forma rígida, y es incapaz de adaptarse a los cambios, tendiendo a modificar su entorno para que éste no le exija comportamientos que están fuera de su repertorio, entonces hablaremos de patrón de personalidad patológico (Millon, 1986a, 1986b). Teoría Psicobiosocial Tomando como premisa de partida los factores biológicos y ambientales, Millon explica teóricamente el origen de los patrones o pautas de personalidad sobre la base de dos dimensiones: La primera dimensión pertenece a la fuente con que los individuos consiguen recompensa, satisfacción o placer (refuerzo positivo) o intentan evitar la angustia y estrés (refuerzo negativo). La segunda dimensión se refiere al análisis de "cómo" el individuo busca los refuerzos, refleja los patrones básicos de comportamiento que característicamente los individuos emplean para maximizar las recompensas y minimizar el castigo. Primera Dimensión 1) La dimensión de “acción” (Actividad versus Pasividad), entendida como un patrón básico de reforzamiento que el sujeto emplea para maximizar la obtención de los refuerzos (satisfacción, placer, bienestar o recompensa) y minimizar el dolor o sufrimiento (angustia, estrés). Se trata de una dimensión anclada a procesos biológicos y modelada por el aprendizaje. Expresada en dos categorías: Actividad: búsqueda activa de refuerzo (Patrón Activo). Pasividad: búsqueda pasiva de refuerzo (Patrón Pasivo) Segunda Dimensión La dimensión de “clase de vínculo interpersonal, entre el Sí mismo y los Otros”. Esta dimensión es entendida como resultado del desarrollo psicológico de la fuente primaria de las satisfacciones y refuerzos que el sujeto logra. Esta expresada en cuatro categorías (Retraimiento, Independencia, Dependencia y Ambivalencia): - - - - Retraimiento: Escasa relación del sujeto consigo mismo o con los otros, con tendencia al aislamiento y desinterés hacia lo interpersonal. Los individuos retraidos experimentan pocas recompensas o satisfacciones en la vida, por sí mismo o por otros. En realidad no buscan el refuerzo. Dependencia: Los sujetos evalúan sus experiencias de satisfacción o malestar en función de cómo los otros reaccionan o sienten hacia ellos. Han aprendido que para maximizar el refuerzo deben depender de los demás utilizando para ello la estrategia de la atención, el afecto y el apoyo interpersonal como medio para obtener su refuerzo. Independencia: Los sujetos obtienen gratificación por sus propios valores o deseos, con escasa referencia a los otros; es decir, el sujeto es autosuficiente. Estos individuos han aprendido que la confianza en sí mismos es la manera más efectiva para conseguir el refuerzo y evitar el castigo. Ambivalencia: Los sujetos se encuentran inmersos en un patrón vacilante entre la dependencia e independencia, bien utilizando ambas pautas, bien recurriendo cíclicamente a una u otra. Se guían a veces por las opiniones y deseos de los demás y otras veces por sus propias necesidades y deseos. Refuerzo Patrón de conducta Activa Pasiva Independiente (Propio) Fuente de refuerzo Dependiente Ambivalente (Los demás) (Confuso) Personalidad violenta Personalidad segura Personalidad sociable Personalidad cooperativa Personalidad sensible Personalidad respetuosa Desvinculado (Ni propio de los demás) Personalidad inhibida Personalidad introvertida Estilo 1: Introvertido (Pasivo‐Retraído) Las personalidades introvertidas son a menudo vistas como apagadas, tranquilas y sin alegría, incapaces de hacer amigos y a menudo indiferentes y apáticos. Una conducta aparente: pasiva, b).‐ Una conducta interpersonal: , ).‐ Un estilo cognitivo: vago, d).‐ Una expresión afectiva: blanda, e).‐ Una percepción de sí mismo: complaciente. Estilo 2: Inhibido (Activo‐retraído) Son sujetos reservados o socialmente molestos con los demás. Estos individuos muestran una falta de relación con las personas y desconfianza, son recelosos, vigilantes y han aprendido que ello es lo mejor para no ser rechazados o humillados. (Estos individuos son sensibles, compasivos y emocionables) Estilo 3: Cooperativo (Pasivo‐dependiente) Tienden a ser compasivos sentimentales y bondadosos en sus relaciones con los demás. En general, son sujetos poco dispuestos a imponerse, evitan tomar la iniciativa o asumir el rol de líder. La personalidad cooperativa incluye a individuos sociables y amistosos, pero de una forma sumisa y dependiente. Son individuos no vanidosos que intentan congeniar tanto como le es posible con la gente. Son personas queridas pero ocasionalmente consideradas como poco comprometidas porque evitan tener una firme posición en situaciones controvertidas. Se encuentra caracterizado por: a).‐ Una conducta aparente: dócil b).‐ Una conducta interpersonal: complaciente c).‐ Un estilo cognitivo: abierto d).‐ Una expresión afectiva: tierna e).‐ Una percepción de sí mismo: débil Estilo 4: Sociable (Activo‐dependiente) Personalidad habladora, socialmente encantadora y dramática e hiperemocional. Tienden a mantener con los demás una intensa pero frecuentemente breve relación. Son personas que buscan nuevas excitaciones y experiencias interesantes. El patrón de personalidad sociable se encuentra caracterizado por: a).‐ Una conducta aparente: animada b).‐ Una conducta interpersonal: abierta c).‐ Un estilo cognitivo: superficial d).‐ Una expresión afectiva: dramática e).‐ Una percepción de sí mismo: como encantador. Estilo 5: Seguro (Pasivo‐independiente) Sujetos totalmente confiados, seguros en sus habilidades y orgullosos de sus logros. Este individuo presenta la tendencia a sentir que es más competente y dotado que los demás. Generalmente suele ser la figura dominante entre sus amistades rodeándose de amigos que soportan esta necesidad de reconocimiento. Puede relacionarse con los demás de una forma condescendiente. Estas personas tienden a no hacer caso a los demás y a no compartir sus propios intereses con aquellos con quienes se relacionan. El patrón de personalidad segura se encuentra caracterizado por: a).‐ Una conducta aparente: equilibrada b).‐ Una conducta interpersonal: no empática c).‐ Un estilo cognitivo: imaginativo d).‐ Una expresión afectiva: dramática e).‐ Una percepción de sí mismo: como de seguridad Estilo 6: Violento (Activo‐independiente) Sujeto con voluntad firme y pensamiento rígido, tendiendo a manejar y dominar a los otros. Tienden a tomar la responsabilidad y dirección en la mayoría de las situaciones. Son frecuentemente desafiantes, crueles, tendiendo a ser intolerantes con los problemas o debilidades de los demás. Se caracterizan por la expresión de ira y por el esfuerzo por alcanzar el control y el poder. La suspicacia, la desconfianza y la hostilidad son características a menudo peculiares de sus relaciones interpersonales Estilo 7: Respetuoso (Pasivo ambivalente) Personas con un pensamiento correcto, serio, eficiente y conocedoras de las normas. Prefieren vivir sus experiencias de una manera muy ordenada y planificada, evitando situaciones imprevisibles e inesperadas. El individuo es ordenado y proyecta para el futuro. Es eficiente, fiable, trabajador y persistente. Tienden a relacionarse con la autoridad de una forma demasiado respetuosa, congraciadora y dependiente, sin embargo cambian cuando la relación es con un subordinado, se convierte en arrogante y perfeccionista y trata al subordinado con desdén Estilo 8: Sensible (Activo‐ambivalente) - Factores determinantes de la personalidad. Factores biogénicos: Carga genética heredada. Factores psicogénicos: Aprendizaje del entorno donde se desarrolla el individuo. (importancia de la estimulación ambiental). La suma de estos factores desencadena lo que se llaman patrones de personalidad. De acuerdo con la teoría evolutiva de la personalidad y la psicopatología de Theodore Millón existen 12 tipos de personalidad, más 3 tipos adicionales que corresponderían a estados patológicos más graves. Los patrones clínicos de la personalidad reflejan características de funcionamiento generalizadas y profundamente arraigadas que pueden perpetuar y agravar las dificultades cotidianas. Estas características están tan integradas y son tan automáticas que a menudo la persona no es consciente ni de su naturaleza ni de su potencial autodestructivo. En situaciones de adversidad persistente, estos estilos de adaptativos pueden descompensarse y pasar a ser moderadamente graves o muy graves, veamos cuáles son. Personalidades con dificultades para el placer. Personalidades con problemas interpersonales. Personalidades con conflictos intrapsíquicos Personalidades con déficit estructurales Esquizoide Evitativo Depresivo Dependiente Histriónico Narcisista Antisocial Sádico Compulsivo Negativista Masoquista Esquizotípico Descompensado - Patrones de la personalidad 1. Esquizoide: Se caracterizan por su falta de deseo y su incapacidad para sentir placer o dolor intenso, se muestran indiferentes a las relaciones sociales y tienden a ser apáticos, distantes y asociales. Sus emociones y necesidades afectivas son mínimas; actúan como observadores pasivos, desligados del beneficio y del afecto que aportan las relaciones humanas, así como de los requerimientos de las mismas. 2. Evitativo: Experimentan pocos refuerzos positivos procedentes de sí mismos o de los demás, siempre están alerta, preparados para distanciarse de las experiencias dolorosas o negativas de la vida. Su estrategia adaptativa refleja miedo y desconfianza hacia los demás. Mantienen una vigilancia constante para evitar que su anhelo de afecto resulte en la repetición del dolor y la angustia que han experimentado con otras personas. A pesar de sus deseos de relacionarse con los demás, han aprendido que es mejor negar estos sentimientos y mantener la distancia interpersonal necesaria. 3. Melancólico: Experimentan el dolor como un estado permanente en el que el placer ya no se considera posible. Pueden tener una predisposición biológica o química hacia el pesimismo y el desánimo, mientras que otros muestran un estilo de desesperanza ante las pérdidas importantes determinado por la experiencia. El estilo de carácter melancólico puede verse afectado por el hecho de pertenecer a una familia muy triste o desanimada, estar en un entorno sin interés y tener una perspectiva sin esperanzas. 4. Dependiente: Destacan por su falta de iniciativa y autonomía y han aprendido no solo a recurrir a los demás para obtener afecto, cuidados y seguridad, sino también a esperar pasivamente a que sean ellos quienes los dirijan. Buscan relaciones en las que puedan apoyarse para conseguir afecto y orientación; y han aprendido que es más cómodo asumir un rol pasivo en las relaciones interpersonales, aceptar las atenciones y el apoyo que puedan encontrar, y someterse voluntariamente a los deseos de los demás a fin de conservar su afecto. 5. Histriónico: Recurren a los demás, pero maximizan la atención y los favores que reciben, manipulando los hechos de una forma superficial y entusiasta. Su comportamiento social inteligente y a menudo ingenioso transmite confianza y seguridad en sí mismo; sin embargo, debajo de esta apariencia, subyace el miedo a la autonomía real y a la necesidad de recibir señales recurrentes de aceptación y aprobación casi constantemente. 6. Tempestuoso: Son muy alegres y animados, pero su persistente euforia, entrometimiento y volubilidad puede resultar irritante para los demás. Aunque son apasionados y entusiastas, se aburren con demasiada facilidad y carecen de los recursos y la regularidad necesarios para llevar a término sus objetivos y planes. Sin control, su conducta puede llegar a ser más extrema, temeraria y errática. Resulta un patrón de conducta impredecible, de pensamiento disperso y de acciones y estados de ánimo impetuosos e impulsivos, interrumpidos por arrebatos de ira momentánea y ansiedad temerosa. 7. Narcisista: Se distinguen por su egocentrismo egotista, por sentir placer simplemente centrándose en sí mismos. Sus sentimientos de superioridad pueden no estar basados en logros reales o maduros. Conservan un aire arrogante de seguridad en sí mismos y sin pensarlo demasiado ni pretenderlo conscientemente, explotan a los demás en beneficio propio. Aunque agradecen y fomentan los elogios y las atenciones que reciben de los demás, no necesitan logros reales o aprobación social para mantener su aire de esnobismo y superioridad pretenciosa. Su confianza extrema hace que no se sientan motivados a implicarse en las interacciones propias de la vida social. 8. Antisocial: Destacan por su desconfianza hacia los demás, su deseo de autonomía y su anhelo de venganza y recompensa por lo que consideran injusticias del pasado. Para contrarrestar el dolor y los estragos que prevén que les causen otras personas, se comportan de forma engañosa o cometen actos ilegales en beneficio propio. Son irresponsables e impulsivos, y justifican esas cualidades porque consideran que los demás son desleales y no se puede confiar en ellos. Su insensibilidad y crueldad son sus únicos medios para evitar el abuso y la victimización. 9. Sádico: Pueden buscar placer y satisfacción personal humillando a otras personas y dejando a un lado sus derechos y sentimientos. Son hostiles y sumamente combativos; y parece que las consecuencias destructivas de su conducta conflictiva, ofensiva y brutal les son indiferentes o les satisfacen. Aunque muchos encubren sus tendencias más maliciosas y de búsqueda del poder con acciones o profesiones públicamente aceptadas, sus actos dominantes, hostiles y a menudo persecutorios los delatan. 10. Compulsivo: Han sido intimidados y coaccionados para que acepten las exigencias y las decisiones que los demás les imponen. Su prudencia, control y perfeccionismo derivan de un conflicto entre la hostilidad hacia los demás y el miedo a la desaprobación social. Esta ambivalencia la resuelven suprimiendo su resentimiento y exigiéndose mucho a sí mismos y exigiéndolo a los demás. Su disciplinada autocontención les permite controlar los sentimientos oposicionistas intensos, aunque ocultos; y de ello, resulta una pasividad manifiesta y una aparente sumisión pública. 11. Negativista: Se debaten entre aceptar las gratificaciones que otros les ofrecen o perseguir sus propios deseos. Dado que vacilan entre la diferencia y el desafío y, a veces, la obediencia y la oposición agresiva, se enfrentan a interminables disputas y decepciones. Esta batalla representa una incapacidad para resolver conflictos similar a la de los sujetos compulsivos. Sin embargo, los conflictos de los negativistas persisten y permanecen cerca de la conciencia. Su conducta se caracteriza por un patrón errático de ira explosiva o resistencia completamente mezclado con periodos culpa y vergüenza. 12. Masoquista: Se relacionan con los demás de una forma servil y auto sacrificada, y les permiten que abusen o se aprovechen de ellos, quizá incluso los alientan a hacerlo. Cuando se muestran sus peores rasgos, muchos sostienen que merecen ser avergonzados y humillados. Para agravar su dolor y angustia, que pueden vivirlos como reconfortantes, los masoquistas rememoran activa y reiteradamente sus desgracias del pasado y, ante situaciones afortunadas, esperan que el resultado sea problemático. Tipos de carácter y factores que lo conforman Patología grave de la personalidad Además de los 12 patrones de la personalidad, la teoría de Millon recoge 3 patrones adicionales que representan estados patológicos de la personalidad más graves. Estos patrones reflejan un deterioro gradual y lento de la estructura de la personalidad y se diferencian de los patrones clínicos, especialmente en los déficits que afectan a la competencia social y en los frecuentes, pero generalmente reversibles, episodios psicóticos. Su organización de la personalidad está menos integrada y sus estrategias de afrontamiento son menos efectivas que las de sus homólogos más leves y son especialmente vulnerables a las tensiones de la vida diaria. 1. Esquizotípico: Prefieren estar aislados socialmente y tener mínimos vínculos y obligaciones personales. Su funcionamiento cognitivo tiende a ser desorganizado, piensan tangencialmente y a menudo parecen estar absortos en sí mismos y pensativos. Se distinguen por sus excentricidades y a menudo son vistos por los demás como personas raras o diferentes. Si su patrón básico es activo, muestran desconfianza ansiosa e hipersensibilidad; si es pasivo, muestran aplanamiento emocional y afecto deficiente 2. Límite: Se caracterizan por su inestabilidad y labilidad afectiva. Experimentan estados de ánimo endógenos intensos, con periodos recurrentes de abatimiento y apatía, a menudo intercalados con periodos de ira, ansiedad o euforia. Muchos tienen pensamientos recurrentes de autolesiones y suicidio, parecen extremadamente preocupados por conservar el afecto de los demás y tienen dificultades para mantener el sentido de su propia identidad. A menudo muestran una ambivalencia cognitivo-afectiva que se evidencia en sus sentimientos conflictivos de rabia, amor y culpa hacia los demás. 3. Paranoide: Se muestran desconfiados y en alerta hacia los demás y tensos y a la defensiva ante posibles críticas y engaños. Presentan una irritabilidad desabrida y tienden a hacer que los demás se exasperen o se enfaden. Asimismo, se distinguen por la inmutabilidad de sus sentimientos y la inflexibilidad de su pensamiento. A menudo expresan miedo a perder la independencia, lo que nos lleva a resistirse enérgicamente a las influencias y al control externo. - Niveles de gravedad en cuanto a los trastornos de personalidad. - Enfoque evolutivo.