Enfermedades Mentales - Departamento de Biología y Geología

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Índice
 Enfermedades mentales
 Clasificación

-
Trastornos de la infancia
retraso mental
la hiperactividad
trastornos ansiosos
otros trastornos
 Trastornos orgánicos mentales
- la enfermedad del Alzheimer
- demencia senil
 Trastornos de la afectividad
- depresión y manía
 trastornos paranoides
 trastornos de la ansiedad
 trastornos neuróticos
- psicosis
 trastornos de la personalidad
- esquizofrenia
Enfermedades Mentales
Enfermedades mentales, afecciones o síndromes psíquicos y conductuales. En
general, son causa de angustia y deterioro en importantes áreas del
funcionamiento psíquico, afectando al equilibrio emocional, al rendimiento
intelectual y a la adaptación social. A través de la historia y en todas las culturas
se han descrito diferentes tipos de trastornos, pese a la vaguedad y a las
dificultades que implica su definición.
A lo largo de la historia, y hasta tiempos relativamente recientes, la locura no
era consideraba una enfermedad sino un problema moral —el extremo de la
depravación humana— o espiritual —casos de maldición o de posesión
demoníaca. Después de unos tímidos inicios durante los siglos XVI y XVII, la
psiquiatría empezó a ser una ciencia respetable en 1790, cuando el médico
parisino Philippe Pinel decidió quitar las cadenas a los enfermos mentales,
introdujo una perspectiva psicológica y comenzó a hacer estudios clínicos
objetivos. A partir de entonces, y desde que se inició el trabajo en los
manicomios, se definirían los principales tipos de enfermedades mentales y sus
formas de tratamiento.
* CLASIFICACIÓN
La clasificación de los trastornos mentales es todavía inexacta y varía según las
escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) creó la DSM, clasificación universal de los
trastornos mentales que ha conocido hasta la fecha varias versiones.
La mayoría de los sistemas de clasificación reconocen los trastornos infantiles
(por ejemplo, el retraso mental) como categorías separadas de los trastornos
adultos. Igualmente, distinguen entre trastornos orgánicos, los más graves
provocados por una clara causa somática, fisiológica, relacionada con una
lesión estructural en el cerebro, y trastornos no orgánicos, a veces también
denominados funcionales, considerados más leves.
Partiendo de la distinción en función de la gravedad y de la base orgánica, se
diferencian los trastornos ‘psicóticos’ de los ‘neuróticos’. De forma general,
psicótico implica un estado en el que el paciente ha perdido el contacto con la
realidad, mientras que neurótico se refiere a un estado de malestar y ansiedad,
pero sin llegar a perder contacto con la realidad. Los más comunes son: la
esquizofrenia, la mayor parte de los trastornos neurológicos y cerebrales
(demencias) y las formas extremas de la depresión (como la psicosis maniacodepresiva). Entre las neurosis, las más típicas son las fobias, la histeria, los
trastornos obsesivo-compulsivos, la hipocondría y, en general, todos aquellos
que generan una alta dosis de ansiedad sin que exista una desconexión con la
realidad.
 TRASTORNOS DE LA INFANCIA
Algunos trastornos mentales se hacen evidentes por primera vez durante la infancia, la
pubertad o la adolescencia.
 El retraso mental se caracteriza por la incapacidad para aprender con normalidad
y llegar a ser independiente y socialmente responsable como las personas de la
misma edad y cultura. Los individuos con un cociente intelectual inferior a 70 se
consideran retrasados en cuanto a su inteligencia.
 La hiperactividad, desorden que parte de un déficit en la atención y la
concentración, se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la padece,
haciéndole incapaz de organizar y terminar su trabajo, de seguir instrucciones o
perseverar en sus tareas, debido a una inquietud constante y patológica.
 Los trastornos ansiosos comprenden el miedo a la separación (abandono de la
casa o de los padres), a evitar el contacto con los extraños y, en general, un
comportamiento pusilánime y medroso.
 Otros trastornos mentales
se caracterizan por la
distorsión simultánea y/o
progresiva
de
varias
funciones psíquicas, como
la atención, la percepción,
la evaluación de la realidad
y la motricidad. Un ejemplo
es el autismo infantil,
trastorno caracterizado por
el desinterés del niño hacia
el mundo que le rodea.
 Algunos problemas del comportamiento pueden ser: la bulimia, la anorexia
nerviosa, los ‘tics’, la tartamudez y demás trastornos del habla y la enuresis
(incapacidad de controlar la micción, generalmente por las noches).
 TRASTORNOS ORGÁNICOS MENTALES
Este grupo de trastornos se caracteriza por la anormalidad psíquica y de la conducta
asociada a deterioros transitorios o permanentes en el funcionamiento del cerebro. Los
desórdenes presentan diferentes síntomas según el área afectada o la causa, duración y
progreso de la lesión. El daño cerebral procede de una enfermedad orgánica, del consumo
de alguna droga lesiva para el cerebro o de alguna enfermedad que lo altere indirectamente
por sus efectos sobre otras partes del organismo.
Los síntomas asociados a los trastornos orgánicos mentales podrán ser el resultado de un
daño orgánico o la reacción del paciente a la pérdida de capacidades mentales. Ciertos
trastornos presentan como característica principal el delirio o un estado de obnubilación de
la conciencia que impide mantener la atención, acompañado de errores perceptivos y de un
pensamiento desordenado e inadaptado a la realidad.
Otro síntoma frecuente de los trastornos orgánicos como la enfermedad de Alzheimer, es la
demencia, caracterizada por fallos en la memoria, el pensamiento, la percepción, el juicio y
la atención, que interfieren con el funcionamiento ocupacional y social. La demencia senil
se da en la tercera edad y produce alteraciones en la expresión emocional (apatía creciente,
euforia injustificada o irritabilidad).
 La enfermedad de Alzheimer. enfermedad degenerativa progresiva del cerebro
caracterizada por la desorientación y la pérdida de memoria, de atención y de la
capacidad de raciocinio. Se considera la primera causa de demencia en la vejez. Fue
descrita por primera vez por el neuropatólogo alemán Alois Alzheimer en 1906. La
incidencia de la enfermedad aumenta con la edad, pero no hay pruebas de que su origen
esté en el proceso de envejecimiento.
La causa de esta enfermedad no se ha descubierto, aunque se dispone de terapia
paliativa. La capacidad de los médicos para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer se
ha incrementado en los últimos años, pero sigue siendo un proceso de eliminación en el
que el diagnóstico final sólo se puede confirmar mediante la autopsia.
Durante la autopsia de pacientes de Alzheimer se observa pérdida de neuronas en las
áreas cerebrales asociadas con las funciones cognitivas. Las lesiones características de
esta enfermedad consisten en la formación de proteínas anómalas conocidas como
placas seniles y degeneración neurofibrilar. Se ha logrado identificar la naturaleza de
estas proteínas anómalas y la localización de los genes que producen la proteína
precursora. La enfermedad de Alzheimer también se caracteriza por un importante
déficit de neurotransmisores cerebrales, las sustancias químicas que trasmiten los
impulsos nerviosos, en particular la acetilcolina, vinculada con la memoria. La cuestión
científica más importante que se plantea respecto a la enfermedad de Alzheimer se
centra en averiguar cuál es la causa de que determinados tipos de neuronas sean
vulnerables y mueran. Muchos investigadores están tratando de responder a esta
pregunta a través de estudios que analizan los efectos potenciales de factores genéticos,
toxinas, agentes infecciosos, anomalías metabólicas, y una combinación de estos
factores. Los hallazgos recientes señalan que un pequeño porcentaje de los casos de
enfermedad de Alzheimer puede ser hereditario.
Demencia senil, forma clínica de deterioro intelectual del anciano. Alrededor de un
10% de todas las personas mayores de 65 años sufren un deterioro intelectual
significativo. Aunque una quinta parte de los casos se debe a causas que pueden ser
tratadas, como por ejemplo reacciones indeseables a fármacos, la mayoría padecen
enfermedades degenerativas, en especial la enfermedad de Alzheimer.
La demencia senil se inicia con fallos en la atención y la memoria, pérdida de
habilidades matemáticas, irritabilidad, pérdida del sentido del humor y desorientación,
tanto temporal, como espacial.
 TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD
Son aquellos trastornos en los que el síntoma predominante es una alteración del estado de
ánimo. El más típico, la depresión, se caracteriza por la tristeza, el sentimiento de culpa, la
desesperanza y la sensación de inutilidad personal. Su opuesta, la manía, se caracteriza por
un ánimo exaltado, expansivo, megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se
alterna casi siempre con el estado depresivo.
 Síntomas de depresión y manía
No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen de todos los
síntomas. Algunas padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad
de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo.
Depresión

Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.

Sentimientos de desesperanza y pesimismo.

Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.

Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se
disfrutaban, incluyendo la actividad sexual.

Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara
lenta."

Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.

Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.

Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y
aumento de peso.

Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.

Inquietud, irritabilidad.

Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como
dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.
Manía

Euforia anormal o excesiva.

Irritabilidad inusual.

Disminución de la necesidad de dormir.

Ideas de grandeza.

Conversación excesiva.

Pensamientos acelerados.

Aumento del deseo sexual.

Energía excesivamente incrementada.

Falta de juicio.

Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales.
Causas de la depresión
Algunos tipos de depresión tienden a
afectar miembros de la misma familia, lo
cual sugeriría que se puede heredar una
predisposición biológica. Esto parece
darse en el caso del trastorno bipolar.
Los estudios de familias con miembros
que padecen del trastorno bipolar en
cada generación, han encontrado que
aquellos que se enferman tienen una
constitución genética algo diferente de
quienes no se enferman. Sin embargo, no
todos los que tienen la predisposición
genética para el trastorno bipolar lo
padecen. Al parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se
desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia,
trabajo o estudio.
En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin
embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una
historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo está a
menudo asociado con cambios en las estructuras o funciones cerebrales.
Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en
forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el
estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una
predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.
En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas
enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los
accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de
Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una enfermedad depresiva. La
persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender a sus propias
necesidades físicas, lo cual prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser
querido, los problemas en una relación personal, los problemas económicos, o cualquier
situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden
precipitar un episodio depresivo. Las causas de los trastornos depresivos generalmente
incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales. Después
del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un
estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés.
 TRASTORNOS PARANOIDES
Su síntoma principal son las ideas delirantes (creencia falsa, firmemente asentada, y
resistente por ello a la crítica) y las más típicas son las de persecución (se considera víctima
de una conspiración), las de grandeza (el sujeto se cree de ascendencia noble, principesca,
santa, genial e incluso divina) o las celotípicas (celos desmedidos). En cualquier caso, la
personalidad paranoide es defensiva, rígida, desconfiada y egocéntrica, por lo que tiende a
aislarse y puede llegar a ser violentamente antisocial. Este trastorno normalmente suele
iniciarse en la mitad o al final de la vida, destruyendo las relaciones sociales, sobre todo las
de pareja.
 TRSTORNOS DE ANSIEDAD
La ansiedad es el síntoma predominante en dos casos: los desórdenes que suponen pánico
ante situaciones concretas y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis obsesivo-compulsivas, el pánico aparece cuando el individuo
intenta dominar otros síntomas: el miedo irracional, desmedido, a una situación, objeto o
animal concretos que altera su vida cotidiana. Entre las más perturbadoras está la
agorafobia, miedo a los espacios abiertos o muy cerrados (claustrofobia), tras el cual se
oculta en realidad un miedo desmedido a la muerte o al propio pánico, y que impide a los
que la sufren salir a la calle. Por otro lado, las obsesiones, neurosis cada vez más frecuentes
(frente a la histeria, que ha ido disminuyendo su frecuencia), consisten en pensamientos,
imágenes, impulsos o ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sin embargo
sometida a ellos. Por último, la compulsión es la tendencia irrefrenable a repetir
mecánicamente comportamientos inútiles, rituales de comprobación o de previsión (por
ejemplo, lavarse las manos más de treinta veces al día o revisar una y otra vez la llave de
paso del gas).
 OTROS TRASTORNOS NEURÓTICOS
Además de la depresión neurótica y otros trastornos ansiosos, hay diversas situaciones que
tradicionalmente se han considerado neuróticas, como la histeria, las reacciones de
conversión (de un conflicto psíquico a una enfermedad orgánica irreal), la hipocondría y
los trastornos disociativos.
Los llamados trastornos psicosomáticos se caracterizan por la aparición de síntomas físicos
sin que concurran causas físicas aparentes. En la histeria, las quejas se presentan de forma
teatral y se inician, por lo general, en la adolescencia, para continuar durante la vida adulta.
Es un trastorno que se ha diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres que en hombres,
y en su extremo —la histeria de conversión— aparecen parálisis que imitan trastornos
neurológicos, de modo similar al dolor psicogénico que no presenta una causa física
aparente. Por último, en la hipocondría el síntoma dominante es el miedo irracional a la
enfermedad.
Entre las formas disociativas de trastorno mental están la amnesia psicológica y la
personalidad múltiple (antaño conocida como histeria de la personalidad alternante), una
extraña enfermedad en la que el paciente comparte dos o más personalidades distintas,
alternando el predominio de una o de otra.
 Psicosis Se trata de una enfermedad caracterizada por una desorganización de la
personalidad, alteraciones del juicio crítico y de la relación con la realidad,
trastornos del pensamiento, ideas y construcciones delirantes y, frecuentemente,
perturbaciones de la percepción (alucinaciones).
Existen diferentes tipos según exista o no un agente externo que la pueda
desencadenar, y de acuerdo con las características que manifieste el paciente:
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
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Psicosis afectiva, también conocida como maniacodepresiva. En ella se suceden
episodios de euforia con episodios de tristeza.
P. Alcohólica: Debida al alcoholismo crónico, es el caso de la P. de Korsakov
caracterizada por confusión, desorientación, amnesia y alucinaciones.
P. alucinatoria aguda o delirante aguda: Caracterizada por la aparición repentina
de un delirio transitorio, de tipo múltiple y variable en sus temas
P. Alucinatoria crónica: Caracterizada por delirios crónicos
P. Confusional: Caracterizada por alteración de la conciencia, desorientación
temporoespacial y delirios.
P. Esquizofrénica
P. Infantil: Término que incluye las psicosis de aparición precoz en la infancia,
como el autismo infantil, la psicosis simbiótica y la esquizofrenia infantil
P. Idiofrénica u orgánica, debida a una lesión cerebral
P. Reactiva desencadenada por circunstancias vitales o ambientales traumáticas
P. Tóxica, debida a sustancia tóxicas
CAUSAS
Los factores que intervienen en todos estos procesos son de diferente naturaleza:
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Factores genéticos (predisposición genética)
Factores psicológicos (personalidad)
Factores sociales (ambiente social que rodea al individuo)
Factor desencadenante
 TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
A diferencia de lo episódico de los trastornos neuróticos e incluso de algunos
psicóticos, los trastornos de la personalidad duran toda la vida; determinados
rasgos de la personalidad del enfermo son tan rígidos e inadaptados que pueden
llegar a causar problemas laborales y sociales, daños a uno mismo y
probablemente a los demás.
La personalidad paranoide se caracteriza por la suspicacia y la desconfianza. La
esquizoide ha perdido la capacidad e incluso el deseo de amar o de establecer
relaciones personales, mientras que la esquizotípica se caracteriza por el
pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraños. Las
personalidades histriónicas se caracterizan por la teatralidad de su
comportamiento y de su expresión, relacionadas en parte con el siguiente tipo,
la personalidad narcisista, que demanda la admiración y la atención constante
de los demás.
Las personalidades antisociales (antes conocidas como psicopatías) se
caracterizan por violar los derechos de los demás y no respetar las normas
sociales. Este tipo de personalidad es inestable en su autoimagen, estado de
ánimo y comportamiento con los demás, y los ‘evitadores’ son hipersensibles al
posible rechazo, la humillación o la vergüenza. La personalidad dependiente es
pasiva hasta el punto de ser incapaz de tomar una decisión propia, forzando a
los demás a tomar las decisiones en su lugar. Los ‘compulsivos’ son
perfeccionistas hasta el extremo e incapaces de manifestar sus afectos. Por
último, los ‘pasivos-agresivos’ se caracterizan por resistirse a las exigencias de
los demás a través de maniobras indirectas, como la dilación o la holgazanería.
 La Esquizofrenia.
Es un trastorno fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento. Los que la
padecen tienen frecuentemente el sentimiento de estar controlados por fuerzas extrañas.
Poseen ideas delirantes que pueden ser extravagantes, con alteración de la percepción,
afecto anormal sin relación con la situación y autismo entendido como aislamiento.
La actividad cognitiva del esquizofrénico no es normal, hay incoherencias, desconexiones y
existe una gran repercusión en el lenguaje, pues no piensa ni razona de forma normal.
El comienzo de la enfermedad puede ser agudo, es decir, puede comenzar de un momento
para otro con una crisis delirante, un estado maníaco, un cuadro depresivo con contenidos
psicóticos o un estado confuso onírico. También puede surgir de manera insidiosa o
progresiva.
La edad de inicio promedio es en los hombres entre los 15 y los 25 años, y en las mujeres
entre los 25 y los 35 años. No obstante puede aparecer antes o después, aunque es poco
frecuente que surja antes de los 10 años o después de los 50 años.
La prevalencia de esta enfermedad se sitúa entre el 0'3% y el 3'7% dependiendo de la zona
del mundo donde estemos. Se ha observado una cierta prevalencia hereditaria, si uno de los
padres padre padece esquizofrenia el hijo tiene un 12% de posibilidades de desarrollar
dicho trastorno y si ambos son esquizofrénicos el niño tiene un 39% de probabilidades. Un
niño con padres sanos tiene un 1% de posibilidades de padecer este trastorno, mientras que
un niño con un hermano con este desorden tiene un 8% de probabilidades. Por tanto las
causas de la esquizofrenia son tanto bioquímicas como ambientales.
SINTOMAS
Exceso o distorsión de las funciones normales como:

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Alucinaciones: percepciones que no existen que pueden ser auditivas, visuales,
táctiles, olfativas o gustativas (las 2 primeras son las más comunes).
Ideas delirantes: alteraciones del pensamiento, ideas falsas e irreductibles al
razonamiento argumental.
Lenguaje desorganizado e incoherente (suelen ser ideas de persecución, de
grandeza, religiosos, de celos e hipocondríacos).
Comportamiento gravemente desorganizado (agitación, incapacidad de
organizarse y de mantener la higiene personal) o catatónico (con una
disminución de la actividad física y motora hasta llegar a una falta total de
atención y rigidez).
Abulia o apatía: falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una
actividad.
Anhedonia: incapacidad para disfrutar de los placeres.
TRATAMIENTOS
Por lo general, y al igual que las otras enfermedades mentales, la esquizofrenia se trata
con una combinación de terapias, creadas especialmente de acuerdo a los síntomas y
necesidades del paciente.
El mejor tratamiento para la esquizofrenia es la administración de medicamentos
antipsicóticos bajo la supervisión de un psiquiatra, ya que la enfermedad se relaciona
con un desequilibrio bioquímico. Estos medicamentos reducen las alucinaciones, los
delirios y los pensamientos revueltos, pero muy pocos tratan adecuadamente el
aislamiento social y la apatía característica de la esquizofrenia.
Como ocurre con todos los medicamentos, las medicinas antipsicóticas tienen efectos
secundarios. Algunos desaparecen con el tiempo, como sequedad en la boca, vértigo,
somnolencia y estreñimiento. Otros efectos son agitación, temblores, espasmos
musculares, calambres y rigidez. Un efecto secundario irreversible es la diskinesia, que
causa movimientos anormales en la boca, cara y luego en los brazos y piernas.
Muchos de estos efectos secundarios pueden atenuarse o evitarse cuando se los reporta
al psiquiatra. No se debe dejar de tomar los medicamentos de golpe, aumentar las dosis
o tomar otros medicamentos al mismo tiempo sin consultar con el médico. Dichos
cambios podrían causar una recaída u otros problemas serios.
Los medicamentos se recetan a través de la etapa de remisión de la enfermedad para
prevenir una recaída. A pesar de que una recaída puede ocurrir aún cuando se están
tomando los medicamentos, éstos mismos brindan la mejor protección contra una
recaída en el futuro.
La psicoterapia y otras terapias de apoyo abordan las respuestas emocionales y prácticas
a estas enfermedades y típicamente se recomiendan paralelamente la medicación.
Las alucinaciones, los delirios y el aislamiento causados por la esquizofrenia pueden
perjudicar las relaciones de una persona con los demás, su vida diaria, su crecimiento
espiritual y su habilidad para realizar un trabajo. La psicoterapia individual ayuda a los
pacientes a comprender sus emociones y hacer frente a sus problemas con más
confianza y en una forma más sana. La terapia de grupo les permite a los pacientes
aprender a actuar socialmente y obtener apoyo emocional en tiempos difíciles al mismo
tiempo que ellos les brindan apoyo a los demás.
La terapia ocupacional ayuda a los pacientes a volver a realizar sus tareas diarias y
rutinas, que podrían haberse visto impedidas debido a la enfermedad mental. La terapia
de actividades se concentra en los problemas a través de actividades recreativas y de
grupo.
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