Enfermedades de la salud en Latinoamérica

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Enfermedades de la salud en Latinoamérica.
Fernanda López – [email protected]
En la declaración universal de los derechos humanos ,en su artículo 25 se puede leer “Toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica
y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de
subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”1
En el marco de este congreso, Salud mental y Derechos humanos y más específicamente en esta
mesa que nos convoca, Caminos de liberación, Piscologías liberadas me permitiré cuestionar el
concepto de salud mental y si en verdad nuestro sistema de atención respeta y promueve la
satisfacción del derecho a la salud citado en el anterior párrafo. Y por ultimo poner en evidencia
como determinadas prácticas y saberes impuestos a grupos y comunidades desde el saber y el
poder medico - psicológico hegemónico muchas veces van en detrimento de la salud mental de
tales pueblos. Lo anterior lo intentaré abordar desde una visión que tenga en primer plano a
Latinoamérica, porque es ésta la realidad en la cual vivimos y estamos insertos, por lo tanto, es
la que debemos problematizar si pretendemos generar salud por estas latitudes.
Si apuntamos a que la psicología libere es necesario que está se libere a sí misma, y por tanto
que esté atenta a los conceptos que utiliza al pensar y pensarse. Unos de estos términos es
salud mental, muchas veces naturalizado y tomado como tal sin considerar que es un concepto
entretejido y emergido en y desde circunstancias sociales, políticas, epistemológicas culturales,
entre otras. El lenguaje crea realidad y por lo tanto muchas veces nos impide salirnos de
concepciones cristalizadas y poder trabajar con situaciones nuevas que nos interrogan. La
psicología de la liberación desde Baró nos habla de la frecuencia en que incurrimos en el error
de pensar que hay una naturaleza humana universal, al igual que creer que los hombres y que las
ideas con las que nos manejamos cada día no tienen su historia cayendo en un a-historicismo.
Esto ocurre con la noción de lo mental, no en todas las culturas ni el todos los tiempos ha
existido la dicotomía mente –cuerpo que atraviesa al hombre occidental y contemporáneo.
Descartes retomando a los griegos nos hace creer que siempre y en todos lugares los seres
humanos estamos constituidos y formados por mente y cuerpo ambos separados. Como veremos
más adelante aportes como los de Rebellato, la Psicología de la liberación y nuevas teorías
epistemológicas, buscan nuevas respuestas y nuevas preguntas, compartiendo la visión de los
nativos latinoamericanos de lo entretejido de la realidad humana, de su dependencia del resto
de lo existente. De la complejidad del ser humano.
Planteos más actuales (Morin) de lo mental, lo conceptualizan como una emergencia de la
complejidad humana, teniendo no solo en cuenta lo bio, sino también lo cultural y lo ecológico.
En el trabajo pretendo hacer que hablen estas otras voces que escapan al dualismo mente –
cuerpo, que escapan a las certidumbres, a pensarnos como piezas separadas del resto sino en
constante interacción. Rebellato nos habla de la necesidad de escuchar otras voces desde otras
narraciones, otros mitos, otras creencias para que exista una verdadera democracia.
Lo saludable de complejizar la salud.
Teniendo en cuenta que intento poner en evidencia que desde un sistema de salud que no trabaje
desde la complejidad no se está satisfaciendo el derecho a ésta e inclusive se podrían estar
1
ONU, Derechos humanos para todos.En: http://www.un.org
2
violando otros derechos como la participación, o el respeto a la identidad, creo pertinente
explicar que entiendo por complejidad, y que sería la complejidad en el campo de la salud. La
misma Complejidad se vuelca sobre si dando una idea aproximada pero no agotada de lo que es
o va siendo. También he tomado este paradigma de la complejidad ya que se encuentra
hermanado, por algunas de sus características, con los aportes de Rebellato y la Psicología de la
liberación, ellos se atreven a pensar en y desde la incertidumbre, teniendo en cuenta la
inmanencia de una realidad precisa y no ideal, en la consideración del mito y lo irracional, en el
potencial creativo de las falta de certezas. En tener en cuenta los emergentes que surgen de la
realidad a la que queremos acceder, en la consideración que no hay realidad en sí, sino es
mediada por nuestro sistema de representaciones, por nuestras ideologías, y por tanto la
necesidad de respetar lo que otras visiones pueden aportar.
El paradigma de la complejidad no se rige por usos lógicos y privilegiando el pensamiento.
Habla de la necesidad de pensar en términos organizacionales y no en términos absolutos ni
identitarios- reduccionistas. Si el paradigma de la simplicidad tomaba al orden absoluto, la
perfección, la inmortalidad y la eternidad inmutable de piezas elementales como sus dioses, lo
complejo tomara al desorden, lo múltiple (pero sin perder a lo único), y el devenir como parte
del universo. El primero tendió a la exclusión y la reducción, el segundo lo hará en dirección a
la conjunción y la implicación.
La complejidad es relación e inclusión, ni siquiera excluye la simplificación sino que la integra.
Tiene como característica una visión de la realidad que se asume como abierta, incompleta e
incierta. Es un pensamiento que renuncia a un punto de vista único (el punto de vista de dios), y
absoluto desde el cual conocer y dominar la realidad y a la misma complejidad. Por lo tanto
todo objeto debe ser conocido en relación al sujeto que lo aborda, el sujeto está incluido en eso
que conoce, en el conocimiento que produce. Esto lleva a la necesidad de considerar la
implicación en el proceso de conocimiento. El sujeto en su cualidad de conocer y auto
conocerse, puede objetivar su subjetividad, considerando en un conocimiento del conocimiento
sus posibilidades y límites.
Sería bueno por lo tanto ya que carecemos del punto de vista de Dios nutrirnos de los aportes
que otras visiones tienen que hacer en el campo de la salud, al pensarla lo hacemos desde
nuestros paradigmas y desde nuestra historia, hecho que nos habilita y también nos limita en
captar los múltiples tejidos que forman esta red compleja que es la salud.
Es importante al pensar el campo de la salud, que el ser que “trata” es un ser hipercomplejo
(Morín), donde se podría decir que hay cuatro polos constituyéndolo de forma antagonista y
complementaria a un mismo tiempo. Estos son cuatro polos sistémicos; el genético; el sistema
cerebro; el sociocultural y el ecosistémico. Por lo tanto el sistema humano es la resultante de la
interacción de estos sistemas, es un sistema de sistemas, por esto la importancia de contar con
varias disciplinas para poder explicar a lo humano y cualquier fenómeno que éste produzca
Pensar cualquier fenómeno desde la complejidad es una tarea ardua ya que permanentemente
tenemos que estar considerando, los múltiples niveles que están implicados en el.
Frecuentemente cuando hablamos de salud únicamente se piensa en lo bio, como mucho en
aspectos psíquicos (y ni siquiera frecuentemente hacemos un esfuerzo por articularlos), sin
detenernos en los aspectos socioculturales o ecológicos. Me pregunto: ¿si en verdad cuando
únicamente se atiende la psiquis o el soma, en verdad estamos promoviendo salud?; ¿Acaso en
ciertas políticas de salud -como las acciones preventivas inclusive- no se está dando lugar a la
iatrogenia?; ¿Qué efectos tienen en la salud mental de los pueblos ciertas intervenciones del
modelo medico hegemónico que resultan verdaderos cuerpos extraños en medio de sus
cosmovisiones?; ¿Acaso cuando desde la psicología recortamos al ser humano de sus medios,
de su cultura, de su creencia no hacemos lo mismo que la medicina dominante yendo en contra
de esa salud mental buscada?; ¿Qué objetivo perseguimos cuando intervenimos?; ¿Qué lógicas
3
naturalizadas al servicio de diferentes poderes permanecen invisibles al momento de accionar
en el campo de la salud por parte de los técnicos?
xxxEl concepto de salud que pretendo rescatar es un concepto de salud que contemple la
complejidad de la vida .El ser humano es un nodo configurado por múltiples hilos, que han de
ser tenidos en cuenta si se busca la satisfacción de su derecho a la salud.
Es necesario que la psicología latinoamericana tenga en cuenta el carácter de los hilos con el
que están configuradas las personas con las que trabaja, considerando su realidad, y no la
realidad importada e impuesta desde afuera, es necesario que se consideren sus mitos, sus
narraciones, sus creencias para en verdad lograr algo de lo que se quiere.
No nos olvidemos que vivimos en un concierto de narraciones en las que todas tienen algo que
decir y aportar para la construcciones de nuevas realidades ,de nuevos mundos. Para esto es
necesario desarmar ciertas ideologías ,como las que nos hablan de esencialismo ,de verdades
únicas, eternas, inmutables..También exige a los técnicos la capacidad de ser verdaderos
artesanos en la creación de herramientas y conceptos que permitan la interacción con esas otras
narraciones, al igual que la creación de herramientas para de-construir sus propias practicas, los
materiales necesarios para tal obra es la realidad misma con la que se trabaja. Además tener la
suficiente humildad de sentir que sus voces son tan validas como las nuestras, si queremos
“hacer” salud mental debemos tener en cuenta al hombre y la mujer real que tenemos enfrente,
con sus dificultades, y sufrimientos reales, la única manera es escuchando y creando soluciones
desde y con ellos.
Será necesario construir con los pueblos y comunidades latinoamericanas nuevas y articuladas
concepciones de lo que consideramos salud.
La noción de salud tendría que tener un carácter nómade, surgida de la singularidad de esas
circunstancias precisas, teniendo en cuenta la originalidad de cada momento, de cada cultura, de
cada comunidad .Vamos siendo cuerpos, sociedades, comunidades, el querer cristalizar una
noción seria no tener en cuenta la complejidad y la deriva de la vida, tenemos que trabajar con
las posibilidades que nos otorga la incertidumbre, el cambio, la vida. Somos cambio, novedad,
creación y esas son herramientas con las que nos podemos abordar a nosotros y a los otros con
los que estamos entretejidos. No hay naturaleza humana ni estructuras psíquicas universales, por
tanto no generalizamos, resulta violento imponer un conocimiento a una realidad que no
corresponde, el conocimiento provisorio debe de surgir en la interacción con ésta.
Un ejemplo que me parece que podría ilustrar lo anterior tiene que ver con un pueblo indígena
sudamericano los Aymara, estos no poseen un término específico para designar la salud. El
concepto más aproximado sería “kankaña” que significa bienestar, paz moral e integridad física.
Este puede ser el concepto que más se acerque a salud. Por otro lado “...para el aymara, la
enfermedad es un desequilibrio fisiológico y social que puede ser originado por un cuerpo
extraño o por la voluntad de los dioses a consecuencia de una serie de faltas (pecados) que
pudo haber cometido el individuo, igualmente puede resultar de la acción de los hechiceros
.La dimensión religiosa de la enfermedad y la curación es parte fundamental de esta
cultura…”2
También en el campo de la salud debemos tener en cuenta que está sustentado en ideologías,
éticas, y poderes que se validan entre sí, hay una concepción de consumo de salud en donde se
compran servicios, donde la salud viene de afuera, donde no debo de hacer nada, hay un
paternalismo (no en el sentido de un Estado benefactor), en salud que nos dice que debemos
tomar para sentirnos mejor, no hay un trabajo, una participación real de los actores involucrados
OMS, OPS, División de desarrollo de sistemas y servicios de salud (2002), “Promoción de la medicina
y terapias indígenas en la atención primaria de salud: El Caso de los Garífunas de Honduras.”.
2
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en ella. Nosotros no producimos la salud en este sistema .esta se compra, nos es dada. En suma,
no hay una verdadera participación.
Si queremos promover la salud y la satisfacción de este derecho tendremos que hacer frente a
ideologías que exponen verdaderos dualismos que nos incapacitan acceder a nuevas lógicas
desde las que actuar y pensar, Algunos de ellos son: individuo –sociedad, normal –patológico,
adentro-afuera, entre otras.
Para Martin Baró el segundo presupuesto de la psicología dominante y uno de los elementos
obstaculizantes de una epistemología de la psicología latinoamericana más liberada y más
eficaz, es el individualismo, el cual niega la relación de los problemas personales y las
estructuras sociales. La psicología latinoamericana también
refleja sus carencias
epistemológicas en el campo de la salud en su a- historicismo, el positivismo que se mezcla en
la investigación con el idealismo metodológico que antepone la teoría a la práctica.
Los riesgos de la prevención.
En esta parte del trabajo quiero mostrar como muchas veces las políticas en salud, como al
prevenir no buscan la salud, sino que esconden otros intereses, así como también, no tiene la
misma eficacia en todos lados la misma acción. Tratando de dar un ejemplo práctico de lo
entretejido que se encuentra la consecución del éxito en lo que a materia de salud se refiere.
Najmanovich 3cuenta en uno de sus artículos, que en los años la 50 la división internacional de
salud de la fundación Rockefeller combatía según su modo de ver y la forma en lo que lo hacía
creer, la fiebre amarilla en Sudamérica. Algunos piensan que el éxito de la erradicación se debió
a los avances en la virología, aunque otros se lo atribuyen al control que se hizo hasta en las
mismas viviendas de los afectados. Uno de los motivos que jugaban en el interés de la
erradicación era que resultaba un verdadero obstáculo para la colonización, la fiebre amarilla
atacaba no solo nativos sino también extranjeros .Un poco esto es ejemplo de los intereses que
se mueven detrás de ciertas prácticas médicas. Otras enfermedades de estas zonas no eran
atendidas de la misma manera ya que afectaba solo a sectores sociales de bajos recursos .En
síntesis, había un importante factor de tipo político- económico incidiendo en la puesta en
práctica de esta política preventiva. “…Las consideraciones “puramente” técnicas respecto a la
enfermedad están siempre ligadas a otras de carácter económico, político, ético, cultural y
pragmático, formando un complejo “multidimensional” que debe ser tenido en cuenta en su
articulación y dinámica…”.4
Las autoridades encargadas del programa en América del sur tenían el derecho y la potestad de
inmiscuirse en la intimidad de las viviendas y en la cotidianeidad de sus habitantes en pos de
erradicar la malaria. Hecho que no sucedió en Estados Unidos cuando se pretendió llevarla a
cabo. Ya que no estaban de acuerdo con los métodos que violaban su intimidad, dando lo
anterior como resultado que la campaña no fuera exitosa como en Sudamérica. Esto también nos
muestra como el campo de la salud está configurado por las creencias de las personas en la que
se va a instaurar. Lo peor de todo no es que persigan objetivos ajenos a la salud, lo peor es que
los técnicos muchas veces piensan que son asépticos y neutrales en la aplicación de su
conocimiento. De vuelta recuerdo que para liberar antes debemos liberarnos para no caer en esta
clase de cegueras.
Las políticas de prevención pueden tener efectos negativos como pueden ser la violación de
ciertos derechos, debido a la imposición y la dominación de ciertos grupos sobre las
cosmovisiones y tradiciones de otros pueblos. Habrá que prevenir en prevención que no ocurran
Denise Najmanovich, “El lado oscuro de la prevención” “Revista Claves en psicoanálisis y medicina”.
Año IX, 2 Semestre, 1999.
4
Denise Najmanovich Op cit
3
5
estas cosas, escuchando más voces, promoviendo la mayor participación posible de todos los
actores en juego.
Otras voces latinoamericanas nos hablan de salud.
Aunque existen variaciones, la mayoría de las comunidades indígenas de Latinoamérica poseen
un concepto de salud, holístico y complejo que nos recuerda a las nuevas propuestas teóricas y
epistemológicas antes expuestas. Se apartan en gran medida de la concepción hegemónica en
salud rescatando aspectos mágicos, míticos, ecológicos, vinculares y sociales.
La cosmovisión que prevalece concibe la salud como el equilibrio entre los factores naturales y
espirituales, entre los individuos y las comunidades. La enfermedad muestra la alteración de tal
equilibrio
Ilustrando lo anterior me gustaría mostrar dos ejemplos de nociones de salud pertenecientes a
pueblos indígenas latinoamericanos:
1. Los Kichwa del Ecuador conciben la salud como el logro de la armonía y el equilibrio
de lo físico, lo mental y lo espiritual en el individuo, la comunidad, la cultura, la
naturaleza y la tierra o Allpamama. La enfermedad es la ruptura de tal equilibrio
2. Mientras que para los Miskitos de Nicaragua una persona sana es una persona alegre, se
viste mejor, tiene apetito, se encuentra gordo, está contento en su trabajo, se pasea por
su vivienda, le gusta su vida. En el caso de las mujeres, se pinta la cara, está contenta y
puede andar por cualquier parte sin pensar en nada. La salud, pues, está configurada por
sus experiencias históricas y su visión espiritual del mundo.
Las diferencias que se pueden notar al leer estas concepciones de salud me hacen pensar en
¿cómo se sienten los habitantes de tales territorios cuando la medicina occidental se les quiere
imponer, que efectos psíquicos y en la salud integral de estos pueblos tendrá?
La situación en América latina y el Caribe en cuanto a la situación de los pueblos indígenas es
de marginación, no han sido tenidos en cuenta en las políticas llevadas a cabo en busca del
desarrollo, son pueblos que presentan altas tasas de mortalidad infantil debido a enfermedades
infecciosas y respiratorias, al igual que en los adultos sigue pesando muchos el factor contagio.
El tener acceso por parte de estos sectores a los servicios de salud es difícil, Sin embargo en vez
de buscar nuevas alternativas para paliar la mortalidad, escuchando lo que estos pueblos pueden
ofrecer se prohíbe y hasta se castiga en las legislaciones de ellos como se puede leer en el
Código Penal de 1990 de Perú, cuya letra dice: "Será reprimido con pena privativa de la
libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio voluntario de veinte a cincuenta
jornadas, quien careciendo de título realiza cualquiera de las acciones siguientes: 1)
Anuncia, emite diagnósticos, prescribe, administra o aplica cualquier medio supuestamente
destinado al cuidado de la salud, aunque obre de modo gratuito; 2) Expide dictámenes o
informes destinados a sustentar el diagnóstico, la prescripción o la administración a que se
refiere el inciso 1" 5
Resulta poco estratégico y hasta diría cruel, el hecho de no ofrecerles los medios para sobrevivir
y prohibir los procedimientos que han sido utilizados por siglos para curarse. Me pregunto ante
esto: ¿Qué intereses se están resguardando al no permitir las practicas medicas de los pueblos
indígenas? .Es necesario fomentar su participación y su escucha para poder cambiar la realidad
de estos pueblos a los que ni siquiera se les permite usar su conocimientos para sanarse.
5
OMS,OPS Op.cit
6
En los casos que las constituciones o alguna declaración de derecho recoge el saber indígena o
su participación lo hacen en su mayoría de modo paternalista, hablando desde un lugar de
control, de que se participe pero amoldándose a lo ya construido por los sectores dominantes, o
que se ajusten a programas construidos para ellos, pero no construidos desde ellos. A mi
entender no se debería pensar por ellos, sino con ellos, desde ellos.
Inclusive cuando hablamos de los derechos humanos , lo hacemos generalmente desde los
construidos por los occidentales , aunque estos tienen en cuenta la participación y la lucha
contra la discriminación carecen de las preocupaciones que les son propias a los pueblos
indígenas, al hablar de derecho quiero tomar una declaración hecha en el Primer Seminario de
Derechos Humanos y pueblos indígenas Aymara y Colla en los cuales demandan entre otras
cosas el derecho a la identidad de la cultura indígena como también el derecho a la utilización
de su propia lengua. El reclamo al respeto de su identidad, la prohibición de sus prácticas
medicinales y la pregunta que antes me formule en relación a los efectos que podrían tener
ciertas prácticas ajenas a sus creencias a nivel de sus salud mental, me lleva a recordar los
planteos de Baro en cuanto el trauma social que sufren ciertos pueblos que han sido sometidos a
sufrimientos, frustraciones, y vaya que los pueblos indígenas latinoamericanos la sufren a
diario. “… La mentira permea negativamente los fundamentos de la identidad de las personas,
y ello de diversos modos. …genera un descoyuntamiento esquizoide entre las vivencias
subjetivas y la vida Social,….Cuando la mentira tiene que ser asumida como forma de vida y
las personas se ven forzadas a llevar una doble existencia —el caso de todos los que trabajan
en la clandestinidad— el problema se agrava, no tanto porque no se encuentre manera de
formalizar y validar la propia experiencia, Cuanto porque la necesidad de actuar en dos planos
determina una confusión ética y vivencial…”6
Los técnicos de sectores dominantes y exponentes de sistemas de salud hegemónicos se creen
aun superiores en su saber a los interlocutores que tienen enfrente, lo que los hace sufrir de una
sordera que impide el intercambio creativo entre las diferentes tradiciones.
En relación a lo anterior quiero mostrar un ejemplo interesante que están llevando a cabo los
indios kunas en pos de rescatar su saber y proteger sus conocimientos sobre botánica y plantas
medicinales de la comercialización desleal para con ellos de ciertas empresas internacionales.
Estos se presentaron ante la Asamblea Nacional de su país (Panamá) presentando un proyecto
de ley que persigue la creación del ministerio autónomo de medicina tradicional, cuyo objetivo
principal es proteger sus conocimientos botánicos de las transnacionales. Con esto además se
busca:




6
Que el ministerio de salud tome en cuenta, el aporte y la importancia de la medicina
tradicional, ya que el acceso a los centros de salud en ciertas zonas es sumamente
dificultoso para la población indígena.
Que en la universidad de su país una de las asignaturas sea la de medicina tradicional
indígena, no perdiéndose de este modo los aportes valiosos que podrían hacer desde sus
amplios conocimientos de las propiedades curativas de la botánica de este país.
Que cesen las persecuciones por parte de las autoridades de los médicos tradicionales,
los cuales muchas veces paradójicamente son acusados de vender su conocimiento a
capitales extranjeros.
El deseo de unión con la medicina ortodoxa para la conservación de la medicina
tradicional.
Martín-Baró, I. (1990). La violencia política y la guerra como causas del trauma psicosocial en El
Salvador. Revista de Psicología de El Salvador, vol. IX, Nº 35. San Salvador : UCA
7
Me resulta bien interesante este proyecto de los indios Kunas, ya que muestra en un caso, los
fenómenos que se suelen dar cuando se intenta desplegar la medicina tradicional en América
Latina, surgen miedos, controles, persecuciones, de sectores a los cuales no les conviene que
esta se desarrolle.
Varias preguntas se me ocurren con respecto a lo anterior: ¿Cómo hacer para que los técnicos se
acostumbren a escuchar desde un lugar de igualdad estas otras voces? ; ¿Cómo desnaturalizar
teorías y prácticas para poder entrar en dialogo con estas tradiciones?; ¿el ser reconocidos por
otras culturas no empieza por el reconocimiento por parte de ellos del valor de su medicina?
El campo de la salud en Uruguay
Entre 1900 y 1930 la sociedad uruguaya se medicalizó, ocupando el médico un rol protagónico
en el tratamiento de la sociedad, convirtiéndose la salud en un valor supremo y adoptando la
sociedad conductas cotidianas y valores colectivos derivados de la propagación del saber
medico. Este proceso de medicalización de la sociedad se dio en toda la cultura occidental, pero
especialmente en la sociedad uruguaya, ocupando el fenómeno de la salud – enfermedad un alto
grado de importancia. Esta ultima característica ha hecho muy difícil (sino imposible) que otros
modelos o concepciones de salud sobrevivieran en el Uruguay después de 1900.
El vinculo de la sociedad y el poder-saber medico parece cambiar nuevamente en la modernidad
Bayce7 escribe que la actual incapacidad de la medicina para captar las características del
universo de la modernidad y aceptar los excesos de la racionalidad modernista, sumado a la
competencia de medicinas populares, ancestrales y neo-mágicas a partir de sectas y religiones
hace prever un descenso del prestigio y poder medico.
En el mismo sentido Romero postula que “La variedad de medicinas o sistemas de atención
comenzaron a difundirse aquí tardíamente avanzados los años 1990; algunos se encontraban
comprendidos dentro de marcos religiosos (es el caso del Umbandismo) y otros no
(tratamientos florales), pero compartían todos la preocupación por el bienestar, por una
salud integral”8. Por lo tanto para Romero existe un “pensamiento de estado” que se
corresponde con la medicina occidental o biomedicina asimismo existe un “pensamiento
nómada” que se corresponden con tratamientos o sistemas médicos que evolucionan en un plano
informal. Si a esto le sumamos lo que propone Rial “…durante los últimos años se ha visto un
incremento de la práctica de religiones que incluyen en su propuesta abordajes de la salud y
proponen “recetas” para mantenerla o recuperarla, en ese sentido se destacan los centros
religiosos afrobrasileños…”9
A partir de esto podríamos deducir que cierto paradigma de salud africano se ha difundido en la
población.
Según Virginia Rial en este tipo de religión “el elemento “energía” se considera fuente
esencial que puede desequilibrarse y generar lo que llamamos “enfermedad”, a partir de
agentes internos (el propio cuerpo se desequilibra y aparecen los signos y síntomas) o
externos (que pueden ser producidos por energías naturales sin intencionalidad o por agentes
externos –otros individuos– donde la intención es la que moviliza)”10. Por lo tanto sanar es
entendido como algo más que eliminar los síntomas, sanar implicaría un proceso de reequilibrio de la energía corporal, psíquica o social del individuo y también encontrar el porqué
del síntoma es una forma más holística de curar.
7
Barrán, J.P. y otros. La medicalización de la sociedad. Ed. Nordan. Montevideo, 1993.
Romero. S. y otros. Dossier: Medicinas y/o terapias alternativas en Uruguay. Investigación colectiva del
Programa de Antropología y Salud Departamento de Antropología Social-FHCE
9
Rial. V Las religiones afrobrasileñas y la salud. Anuario antropológico 2003-2004
10
Rial. V. Op cit.
8
8
Uno de los aspectos de mayor importancia al adoptar entonces este tipo de paradigmas es la
posibilidad de aunar la salud y lo trascendente, incorporando esa perspectiva “mítica” de que se
hablaba anteriormente. Reiteradamente las personas se quejan de la medicina occidental en el
sentido que no les da esperanzas al respecto V. Rial dirá que: “La religión y quienes la
practican darían a quienes van en busca de alivio la idea de que existe algo más, más
poderoso, que da esperanzas”11
El aspecto mítico es rescatado por Rebellato, ya que es visto por él como un factor que hace
surgir la energía de los pueblos y reúne voluntades colectivas. En el mito podemos encontrar
espacios de resistencia y potencia necesarios de ser tenidos en cuenta por los pueblos
latinoamericanos que se quieren convertir en interlocutores a ser escuchados .En nuestras
narraciones, en nuestro lenguaje, en nuestras creencias donde es posible encontrar el poder que
ayude a la liberación.
La medicina afro en Uruguay tiene como unos de sus rasgos el promover la participación de sus
seguidores. Giorgi12 expone que la participación es un factor protector, siendo una necesidad
humana el involucrarse, sentirse parte de un proyecto y asumir responsabilidades en la
construcción de su futuro. Esto permitiría desplegar las capacidades creativas, pero
tradicionalmente la medicina occidental coloca al paciente en el lugar de la pasividad y el
desconocimiento ante su enfermedad.
Si nos enfocamos ahora en el nivel comunitario se puede observar la importancia que ha
adquirido en estas religiones, para la Umbanda la comunidad ha sido un factor importante. Esta
importancia puede observarse en los diferentes niveles a lo que la Umbanda le presta atención
para entender el proceso de salud-enfermedad dentro de los cuales residiría el social y
comunitario. En ese sentido este paradigma estaría más cercano al modelo social- expansivo de
salud para el cual el nivel comunitario es sumamente importante a la hora de determinar las
causas de la enfermedad.
Como vemos la difusión de la medicina africana no solo rescata aspectos biológicos, sino
también sociales y comunitarios ya que busca la participación y la promoción de redes sociales.
Las personas que frecuentan estos lugares buscan más que un remedio a un problema orgánico
sino que buscan un camino integral para sentirse mejor .Es necesario retomar los aspectos
míticos de los procesos de sanación y de las culturas en los que estos se desarrollan El sistema
médico hegemónico uruguayo no cumple con ciertos requisitos que la población cree necesarios
,como son el sentirse parte de algo que trasciende la supuesta individualidad ,así como también
empiezan a vivirse de un modo más global ,la visión holística de algunos planteos médicos no
es nueva En ese sentido Sonnia Romero escribe que “La concepción holística ya existía en el
canon de diferentes tradiciones culturales (africanas, celtas, mayas, navajos y otros) y en las
llamadas ‘medicinas tradicionales’ (medicina china, india, tibetana, árabe, entre otros).”13
En síntesis pienso que si queremos fomentar la salud mental, será necesario cuestionar tal
concepto y empezar a mirarlo desde la complejidad del ser humano, muchas prácticas médicas y
psicológicas son hechas de modo irresponsable y hasta impertinente, olvidándose de lo
entretejido del ámbito en el cual se está interviniendo, dando lugar a la violación de costumbres,
creencias, religiones cosmovisiones, como sucede en forma frecuente en latinoamericana.
Dando lugar al malestar psíquico en los pueblos de estas tierras, ellos reclaman por su identidad
y debemos escucharlos, tener en cuenta su aporte cuando estamos hablando de salud en estas
tierras. La medicina hegemónica y reduccionista ya no da cuenta de los fenómenos que la vida
crea, tenemos que tener la suficiente humildad de escuchar otras voces si queremos que se
cumpla el derecho a la salud y nuestros pueblos gocen de la armonía necesaria para poder vivir.
11
Rial. V. Op cit
Giorgi. Víctor. Interdisciplinariedad y factores protectores. (2000).
13
Romero. S Op .cit
12
9
Es necesario para esto herramientas que nos permitan pensar y pensarnos en nuestras prácticas
profesionales ,que nos permitan crear los medios para comunicarnos con lo diferente que puede
enriquecernos dando lugar a nuevas y creativas maneras de ser ,pensar y hacer en salud en
comunidad. Cabe recordar en este momento estas palabras de Watzlawick “…La historia de la
humanidad enseña que apenas hay otra idea más asesina y despótica que el delirio de una
realidad real (entendiendo por tal, naturalmente, la de la propia opinión), con todas las
terribles consecuencias que se derivan con implacable rigor lógico de este delirante punto de
partida. La capacidad de vivir con verdades relativas, con preguntas para las que no hay
respuesta, con la sabiduría de no saber y con las paradójicas incertidumbres de la existencia,
todo esto, puede ser la esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frente a
los demás. Donde esta capacidad falta, nos entregamos de nuevo, sin saberlo, al mundo del
inquisidor general y viviremos la vida de rebaños, oscura e irresponsable, sólo de vez en
cuando con la respiración aquejada por el humo acre de la hoguera de algún magnífico auto
de fe, o por el de las chimeneas de los hornos crematorios de algún campo de exterminio…”14
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