CONSERVACIÓN Y TURISMO: EL BOSQUE DE CALDÉN EN LA PAMPA, ARGENTINA “¿Qué sabes del caldén tú, que lo has visto morir de pie en la pampa...? ¿Sabes que a veces llora, y a veces , canta ...?” Juan Ricardo Nervi. “He recorrido casi toda la República y conozco la mayor parte de sus árboles, pero no recuerdo un solo árbol más artísticamente interesante que el caldén.” Eduardo L. Holmberg (1898) Introducción En la provincia de La Pampa1, el bosque de caldén, único en el mundo, cubre miles de hectáreas y está formalmente protegido por la ley de bosques a nivel nacional, pero sólo existe una reserva provincial, originalmente creada como coto de caza, dedicada a preservar su entorno. En los últimos años, hubo un intento frustrado de crear un parque nacional. Se describen las características de la especie, su importancia ambiental, la protección actual, la necesidad de sumar más áreas para su preservación y cómo su aprovechamiento como atractivo dentro del producto turístico pampeano -tanto el bosque de caldén como ejemplares aislados- contribuiría a la conservación de la especie y a la biodiversidad del sistema del caldenal. Palabras clave bosque, caldén, caldenal, pampa, conservación, turismo, biodiversidad, ambiente, legislación, reserva, parque nacional, ecoturismo, rural. El caldén El caldén (neltuma caldenia) es un árbol espinoso, de 5 a 12 m de alto, con un tronco grueso de 1 a 2 m de diámetro, que adquiere una figura espléndida en contraste con la 1 Provincia de Argentina, ubicada en el centro del país y que forma parte de la Patagonia, según la ley 23272 de 1985. vegetación achaparrada de las tierras semidesérticas donde habita, en su mayor extensión, en la provincia de La Pampa, ubicada en el centro de la República Argentina. Forma bosques puros conocidos como caldenares o caldenales cuya composición en su madurez tiene ejemplares enormes, distanciados entre sí y que brindan un sotobosque luminoso cubierto de hierbas o arbustos. Es una especie endémica del centro de la Argentina. Además de La Pampa -que lo tiene en su escudo-, se encuentra en mucha menor medida, en las provincias de San Luis, Córdoba y Buenos Aires. Sus bosques constituyen el distrito fitogeográfico del caldenar, la unidad austral y más árida del Espinal. La madera dura y semi-pesada es una valiosa fuente que provee leña, poste, tintura (la corteza da un color marrón), sombra y reparo. Es un forraje nutritivo para la hacienda vacuna y equina, debido a que la legumbre tiene altos contenidos de azúcar y proteína. En mayo y junio el bosque de caldén puede producir 622 kg/hectárea de frutos, dependiendo de cómo haya sido la temporada de lluvias anterior, lo que duplica la oferta forrajera del estrato herbáceo del caldenar. En medicina popular al leño se le asigna propiedad astringente, en tanto es la planta nutricia de las mariposas Oiketicus geyeri, Arctopoda maculosa y Leucanella aspersa (antes Automeris aspersa). Historia y evolución del bosque de caldén Desde la segunda mitad del siglo XVIII los indígenas ocuparon el caldenar con vacas, que distribuyen sus semillas y facilitan su dispersión incluso en pastizales, produciendo consecuencias ambientales de baja escala. Luego de la Campaña al Desierto en 1879, ordenada por la ley 23 de 1867, hubieron masivos desmontes para instalar producciones agropecuarias. La introducción de ganado produjo efectos diversos según se tratara de ovinos o de bovinos. El ganado ovino no dispersa el caldén y consume sus renovales, manteniendo el paisaje abierto con árboles aislados. El pastoreo bovino, por el contrario, contribuye a la expansión del caldén. Así los ejemplares colosales de caldén que hoy admiramos son aquellos nacidos en los tiempos de ocupación indígena, que quedaron aislados al desmontar y liberados de la competencia del bosque durante el período con ovejas. En la primera mitad del siglo XX se produjeron dos grandes desmontes para extraer caldén como fuente de leña para el ferrocarril. Desde la década de 1940 el accionar del ganado bovino y de los incendios han favorecido el avance de arbustos y caldenes pequeños. La madera de caldén se usó para la fabricación de postes, adoquines, pisos de parquets, colmenas, mueblería, leña, carbón y en particular durante las dos guerras mundiales, como combustible para las locomotoras del ferrocarril. Las principales causas de la pérdida de superficie de monte de caldén, actualmente, son la expansión de la frontera agropecuaria y la ganadería extensiva. Según el Informe Nacional del Segundo Inventario Nacional de Bosques Nativos (INBN2), en 2022, la situación actual del ecosistema del monte de caldén, región forestal del espina, era la siguiente: “las áreas boscosas naturales se restringen a los bosques de caldén (neltuma caldenia) principalmente en la provincia de La Pampa y a los bosques de ñandubay (prosopis affinis), de Corrientes y Entre Ríos. Estos bosques presentan un alto grado de fragmentación debido al reemplazo por cultivos y a incendios forestales de grandes dimensiones principalmente en los bosques de caldén. Es una región natural con gran intervención del hombre. En la actualidad las principales actividades productivas en áreas de bosques son la ganadería y en menor medida, el uso maderero”. El sitio Los que se van, portal dedicado a la conservación de la naturaleza argentina, con énfasis en las especies en peligro de extinción y las áreas protegidas, afirmaba ya en 2009: “Resulta entonces necesario llevar adelante diversas acciones efectivas, a fin de remediar la grave situación observada. El caldén es un árbol único en el mundo y endémico de Argentina el cual brinda refugio y alimento a numerosas especies animales. Pero sobre todo, es parte de nuestra identidad cultural. Por ello, urge la confección de un proyecto serio para la conservación del bosque de caldén con un marcado perfil holístico. Es indispensable la participación en dicho proyecto de especialistas en la materia, de la ciudadanía y de toda organización no gubernamental que desee formar parte del proceso”. El marco constitucional y legal del ambiente La Argentina es un país con sistema federal de gobierno. En lo atinente a la protección ambiental, estableció que la Nación tiene a cargo el dictado de los presupuestos mínimos y las provincias, es decir, cada jurisdicción federal, las normas que hagan falta para complementar esos presupuestos. La Constitución Nacional en su artículo 41 define que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras. En su redacción se tuvo en cuenta el deber de preservación, la utilización racional de los recursos naturales, la preservación del patrimonio natural y cultural, de la diversidad biológica, y el derecho a la información y educación ambientales. El art. 14 del Código Civil y Comercial reconoce los derechos de incidencia colectiva y señala que la ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando puedan afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general. El artículo 240 regula los límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes, que debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva: no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley especial. La Argentina cuenta con una Ley General del Ambiente, 25675, que establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable. En cuanto a la problemática específica de la protección de los bosques nativos, la ley 26.331 y su decreto reglamentario 91/2009, establecen los presupuestos mínimos para su protección ambiental, su enriquecimiento, restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible, así como de los servicios ambientales que brindan a la sociedad. Comprende tanto los bosques nativos de origen primario, donde no intervino el hombre, como aquellos de origen secundario formados luego de un desmonte y los resultantes de una recomposición o restauración voluntarias. Por su parte la ley 25831 garantiza el derecho a la información ambiental que se encontrare en poder del Estado, ya sea nivel nacional, provincial o municipal, como si se tratare de entes autónomos estatales o empresas públicas. La República Argentina además es signataria de tratados internacionales en materia ambiental, tales como el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, la Convención de las Naciones Unidas sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Protocolo de Kyoto y la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación. Protección Legal Nacional y Provincial del caldén La Argentina tiene una larga tradición de creación de áreas naturales protegidas, iniciada en 1905, cuando el perito Francisco Moreno cedió a la Argentina tres leguas cuadradas de su propiedad, equivalente a unas 7500 hectáreas, ubicadas en las cercanías de la Laguna Frías y Puerto Blest, al oeste del lago Nahuel Huapi, en la Patagonia, para la creación del Parque Nacional del Sur, que luego sería el Parque Nacional Nahuel Huapi. Actualmente, hay 577 áreas protegidas que integran el Sistema Federal de Áreas Protegidas (SiFAP), que representan el 16,61 % del territorio nacional continental. De ese total, 504 son provinciales. Numerosas reservas privadas y organizaciones de la sociedad civil, comprometidas con la conservación de los valores naturales y culturales en tierras de propiedad privada, conformar una red y promueven las iniciativas voluntarias de conservación. La provincia de La Pampa registra 15 áreas protegidas, 10 de las cuales son provinciales y 5 municipales, sumando aproximadamente 220.000 hectáreas. Si se contempla al Parque Nacional Lihué Calel el número asciende a alrededor de 252.000 hectáreas, con lo que llega a tener más del 1,75 % de su territorio bajo alguna figura de protección ambiental y de conservación. Dos áreas naturales tienen entre sus objetivos de conservación específicos al bosque de caldén: la Laguna Guatraché (8500 hectáreas), que además protege el pastizal, inmersa en un paisaje de lomadas y depresiones, característico de los valles del sudeste pampeano, y la Reserva Natural Provincial Parque Luro (7608 hectáreas). Esta última, protege el caldenal, el pastizal sammófilo, las lagunas y el acervo cultural del predio que fuera el primer coto de caza de la Argentina, con especies europeas introducidas como el ciervo colorado (cervus elaphus) y el jabalí (sus scrofa) catalogadas entre las 100 peores especies invasoras de todo el planeta, que han causado gran daño al ecosistema. En la reserva provincial Pichi Mahuida hay algunos bosquecillos de caldén, aunque no es el ambiente predominante. Las áreas protegidas, según lo descripto más arriba, reúnen una exigua superficie del total de 1.968.000 hectáreas de caldenal en la provincia de La Pampa. Según los criterios de conservación, es a todas luces insuficiente para la conservación del ecosistema. El 3 de agosto de 2022, el sitio oficial argentina.gob.ar/noticias, daba cuenta del avance de la creación del Parque Nacional El Caldenal, con la participación de integrantes del Gobierno provincial, de la Administración de Parques Nacionales, y de las ONGs ambientales Fundación WYSS, WCS y el Banco de Bosques. Como primera etapa del proceso se firmó un convenio tripartito firmado entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el Gobierno de La Pampa y Administración de Parques Nacionales, que fue refrendado por la legislatura provincial mediante la Ley N°3246/2020. El bosque de Caldén, señala la publicación, es un ecosistema único en el mundo, la creación de un Parque Nacional en el corazón del caldenal pampeano, además de incrementar la conservación de un ambiente con poca protección a nivel nacional, representa una importante área de esparcimiento, acercamiento a la naturaleza y revalorización de los bienes naturales que constituirá una importante fuente de reactivación económica para las localidades vecinas a través del creciente turismo”. En octubre de 2022, el proyecto fue desestimado por la Legislatura en virtud de la oposición de los productores a la expropiación de más de 108 mil hectáreas de campos productivos. Sostuvieron que el bosque está protegido por los propietarios de los campos y que «no fue tenida en cuenta la opinión de las personas que están en esa superficie”. Los bosques de caldén y el turismo El caldén, ya se trate de añosos ejemplares aislados o de bosques, llamados montes en La Pampa, constituye un recurso turístico de gran interés y originalidad, por la estética del paisaje que conforma, por su condición de especie endémica, su historia de explotación y el hecho de que actualmente, sobrevive en territorios dedicados a la producción ganadera, sin tener el estado provincial tierras fiscales para dedicar a una protección local o bien, mediante la declaratoria de Parque Nacional. Aún muy modificado debido a la deforestación descontrolada para comercializar su valiosa madera, primero, y luego por el avance de la frontera agropecuaria, quedan manchones o retazos en la zona original de distribución del distrito del espinal. Sin embargo, y pese a ser altamente apreciado por los pampeanos, no se han desarrollado productos turísticos que tengan al caldén y su bosque como atractivo principal, como sucede con otros bosques, como por ejemplo el andino patagónico. Una posibilidad concreta consiste en el diseño de una ruta relacionada con este árbol emblema en el arco que traza en la provincia de La Pampa y su consecuente promoción regional, nacional e internacional, teniendo en cuenta una de las columnas del ecoturismo, que es la educación ambiental. La interpretación del patrimonio puede ser una herramienta educativa para colaborar en dimensionar el historial del caldén, y cómo este recurso favoreció la economía local sin sustentabilidad y los destinos de los caldenes pampeanos en la Argentina Una ruta turística tiene como función la promoción de un área, de una región o de una temática con potencialidad turística. La finalidad de una ruta es la facilitación del encuentro entre el visitante y el medio -en especial en sus rasgos comunes e identitariosy la sensación de libertad, así como de seguridad y previsibilidad que tiene el turista para moverse por un determinado territorio. La ruta podría integrar, en un recorrido por diversas localidades, los distintos puntos de atracción histórica y cultural que el caldén promovió en la provincia de La Pampa, desde los obrajes hasta la explotación ganadera, pasando por las estaciones de trenes de carga y su estado actual. Un ejemplo a considerar, es la Ruta del Algarrobo en San Juan, una eco-ruta que mediante esa especie de prosopia, vertebra una serie de atractivos del orden gastronómico, paisajístico, cultural y natural, uniendo localidades y parajes, con servicios turísticos y productos relacionados, como las artesanías. La ruta del caldén podría favorecer la declaración como monumento natural municipal a los ejemplares más viejos y el armado de senderos en reservas, en particular privadas, por su capacidad de ofrecer servicios al turista. Conclusión La necesidad de una mayor protección legal para el caldén, árbol emblemático de La Pampa, es apremiante y se sustenta en su singularidad ecológica y cultural. A pesar de contar con ciertas normativas que garantizan su conservación, éstas resultan ineficaces frente a las amenazas que enfrenta su ecosistema. La creación de nuevas áreas protegidas, privadas o públicas, en forma de parques, reservas de uso múltiple o la figura que resulte viable, no sólo es vital para salvaguardar esta especie endémica y su biodiversidad asociada, sino que también podría potenciar el turismo sostenible en la región, promoviendo un equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el desarrollo económico local. Para tal cometido, se requerirá el consenso de los productores y propietarios de las tierras donde la especie sobrevive. La protección del caldén es, por ende, un imperativo que refleja la necesidad de involucrar a la sociedad, a las empresas y emprendedores, a las autoridades y a los expertos, en un esfuerzo colectivo para asegurar su legado para las generaciones futuras. 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Buenos Aires: Albatros, 2007 https://reservasprivadas.org.ar/institucional/ https://www.researchgate.net/publication/332910008_Plan_educativo_del_Parqu e_Nacional_Chaco/citation/download