RADICALES LIBRES Y ENFERMEDADES DERMATOLOGICAS

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RADICALES LIBRES Y ENFERMEDADES
DERMATOLOGICAS
Por el Dr. Rubén José Larrondo Muguercia.
Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral y
Especialista de Primero y Segundo Grado en Dermatología.
Dermatólogo del centro de Histoterapia Placentaria.
Ciudad de la Habana. Cuba
Los Radicales Libres o Especies Reactivas de Oxigeno constituyen los elementos
patológicos que inducen al estrés oxidativo y a partir de este a múltiples enfermedades en el
ser humano.
El sistema cardiovascular, el nervioso, el aparato ocular, el sistema respiratorio, el
aparato osteoarticular, el tubo digestivo, el riñón, la glándula mamaria y el útero, son
ejemplos de sistemas diana para los radicales libres y el estrés subsiguiente.
La piel es el órgano mas extenso del ser humano, estructuralmente contiene altas
cantidades de lípidos, proteínas y DNA, elementos que la hacen extremadamente sensible
a los procesos oxidativos. El daño cutáneo por especies reactivas de oxigeno puede ser de
origen endógeno, ambiental o en la propia piel (1,2)
El Vitiligo y el Daño Solar son los ejemplos mas destacados y estudiados en los últimos
años sobre el efecto de los radicales libres y el estrés oxidativo sobre el tegumento.
(3,4,5)
VITILIGO.
El Vitiligo es una afección cutánea clásica, pues es evidente para todos y porque afecta
solo a la piel, pudiera decirse que es una de las afecciones de la piel que más rechazo
provoca, nótese que en la India le dicen manchados y que cuando una persona comienza a
padecer vitiligo, la pareja sexual tiene derecho a divorciarse sin ningún beneficio para el
enfermo. Se le denomina también, Leucoderma Adquirida Idiopática, y vulgarmente se le
conoce como: Pinto, Pintado, Nostálgico, Manchado y Carare por citar algunos ejemplos
(6, 7,8)
Clínicamente se caracteriza por la presencia de manchas o máculas acrómicas, la
enfermedad se caracteriza por exclusivamente por lesiones cutáneas, las cuales consisten
en áreas sin pigmentación sin otra alteración de la piel a su nivel, el color es blanco
marfil, habiendo sido comparado con la leche y el queso (6, 7,8)
Las lesiones pueden aparecer en cualquier sitio de la superficie cutánea, aunque tienen
predilección por: dorso de las manos, alrededor de la boca y los ojos, regiones genitales y
perigenitales y dorso de los pies. (6, 7,8)
Tienen una simetría relativa, existiendo lesiones en puntos simétricos del cuerpo, sin que
necesariamente sean lesiones en espejo; puede hallarse, un halo hipercrómico rodeando
las maculas, lo que, aunque frecuente, no es en la actualidad tan constante como se
considero e otros tiempos. Muchas veces las maculas o placas acrónicas tienen distintos
tonos de perdida del pigmento en su configuración, lo que ha sido señalado, según el
numero de tonalidades en el interior, como vitiligo dicrómico, tricrómico, cuadricrómico
y hasta pentacrómico (6, 7,8)
La incidencia de la enfermedad varía entre el 0.5 y el 4% de la población mundial; sin
embargo, en América Latina llega hasta el 8.8%, destacándose México donde alcanza
hasta un 15% de la población, es de señalar que en pacientes con enfermedades
autoinmunes también existe un aumento de la incidencia del vitiligo que llega hasta el
10% (6,7,8)
Desde el punto de vista fisiopatológico, se han postulado múltiples teorías, entre las que
se destacan: estrés, autoinmunidad, herencia, factores neurohumorales, autotoxicidad y
exposición química exógena, o sea, que debe ser considerada como una enfermedad
multifactorial (6,7,8)
Los estudios sobre el estrés oxidativo han demostrado un aumento de los radicales libres
y una disminución de las defensas antioxidantes en las lesiones acrónicas de los pacientes
que padecen vitiligo; por tanto, el estrés oxidativo juega un papel determinado en la
fisiopatología de la afección (3)
Se ha documentado, tanto in vitro como in vivo la acumulación de peroxido de hidrogeno
en asociación con bajos niveles de catalasa en la epidermis, explicable, pues la
sobreproducción de peroxido de hidrogeno puede causar inactivación de la catalasa así
como vacuolización de los melanocitos con una traducción clínica evidente, la pérdida de
pigmento y la aparición del vitiligo (3,9,10)
Queda aún por responder el hecho de cómo y por qué se desencadena el estrés oxidativo
en estos pacientes. Existe una alta relación entre el vitiligo y otras enfermedades
autoinmunes, habiéndose demostrado la presencia de autoanticuerpos frente a los
melanocitos epidérmicos entre estos pacientes. Se considera, además, que las
catecolaminas podrían ser elementos de neurotoxicidad frente a los melanocitos, nótese
que un gran número de pacientes asocian el debut de la enfermedad con fenómenos de
estrés emocional, en estas condiciones y en individuos con predisposición genética a
padecerla, los melanocitos podrían ser autotóxicos (6,7,8)
Vamos a partir del hecho de la predisposición genética a padecer vitiligo, y esto explica
un tanto la asociación a otras enfermedades autoinmunes, en las cuales también existe
una alta predisposición genética; estos individuos tendrían una hiperreactividad a los
elementos neurotóxicos liberados en estados de estrés o tensión emocional, hecho que
DESENCADENARIA el estrés oxidativo a nivel epidérmico con la acumulación de
especies reactivas de oxigeno, inactivación de las defensas antioxidantes y vacuolización
de los melanocitos, así, éstos últimos serian reconocidos por los elementos inmunes
autoreactivos con la consiguiente producción de autoanticuerpos, se produciría un
proceso de mayor estrés oxidativo y de mayor producción de autoanticuerpos con la
traducción clínica hacia el vitiligo. Ya en aquel paciente con lesiones clínicas de vitiligo,
el estrés oxidativo provocado por las radiaciones ultravioletas seria aun mas intenso que
en individuos normales por lo que se agregaría otro elemento negativo tanto en la
evolución del paciente como en la respuesta a los diferentes esquemas de tratamiento.
Seria entonces, el estrés oxidativo un eslabón importante en la génesis de la enfermedad y
por tanto, una diana hacia las perspectivas terapéuticas de esta enfermedad. Deben
incluirse; sin duda, los antioxidantes en cualquier esquema terapéutico destinado a la
curación de la enfermedad.
DAÑO SOLAR.
El daño solar se produce por la exposición indiscriminada y sin protección a las
radiaciones ultravioletas, las cuales tienen efectos agudos y crónicos sobre el tegumento
cutáneo
Respuestas cutáneas frente a la radiación ultravioleta:
 Agudas:
Eritema
Pigmentación
Engrosamiento cutáneo
 Crónicas:
Envejecimiento
Premalignidad
Malignidad
Sin duda, los efectos crónicos de las radiaciones ultravioletas son los más temidos y los
de mayor importancia clínica.
El fotoenvejecimiento cutáneo o dermatoheliosis constituye el primer paso hacia la
premalignidad y la posterior malignidad. Los individuos presentan una piel francamente
engrosada, con elastosis (arrugas gruesas y evidentes) de un tinte bronceado mas o menos
intenso y que se define claramente cuando comparamos áreas de piel expuestas al sol con
áreas cubiertas por los vestidos habituales, se les denomina igualmente piel de marino o
piel de campesino debido a que en ellos el sol deja su marca debido a sus labores
habituales durante años de trabajo. (6,11)
Sobre esta piel dañada y preparada, aparecen lesiones premalignas y posteriormente
lesiones malignas.
La premalignidad se caracteriza por la aparición de lesiones debidas al daño solar del tipo
de las queratosis actínicas y el cuerno cutáneo que en un periodo mas o menos corto
conducirían a la aparición de carcinomas cutáneos y la melanosis circunscrita de
Dubreuilh que en un periodo similar conduciría a la aparición del melanoma maligno.
Existen otras lesiones premalignas, que si bien no son dependientes directas del daño
solar crónico, si son influenciadas negativamente por la exposición a las radiaciones
solares y deben ser mencionadas. Cicatrices secundarias a lupus vulgar, leishmaniasis,
lupus vulgar o quemaduras, ulceras cutáneas de larga duración, las dermatitis
ocupacionales y la atrofia senil de la piel evolucionan a carcinomas cutáneos tanto mas
rápido cuanto mayor sea el abuso de la exposición al sol. De igual manera los nevos
pigmentados, sobre todo los y los displásticos evolucionan melanoma maligno de forma
mas rápida si la exposición interviene (11,12)
La malignidad cutánea es; sin duda, la más frecuente de todas, se estima que entre el 40 y
el 50% de toda la población habrá padecido al menos de un tipo de cáncer cutáneo al
llegar a los 65 años. Se destacan, entre otras, el carcinoma basocelular, el carcinoma
espinocelular y el melanoma maligno (11,12)
Las radiaciones ultravioletas provocan un incremento en la producción de especies
reactivas de oxigeno o radicales libres en la piel humana, los que son responsables del
estrés oxidativo y del daño a proteínas, lípidos y sobre todo al DNA celular, daño que de
no poder ser reparado por un exceso de radicales, por una disminución de las defensas
antioxidantes o por ambos, conduce a la carcinogénesis (13,14)
Sin duda, la prevención del daño solar y sus consecuencias en el ser humano seria muy
fácil si los individuos no se expusieran a las radiaciones solares; sin embargo, eso seria
como cambiar el mundo, por lo que los mecanismos de prevención deben ir encaminados
a la educación sobre cómo exponerse al sol y las medidas terapéuticas necesarias para
evitar el efecto dañino de las radiaciones ultravioletas, momento en el cual los
antioxidantes entran a jugar un rol de vital importancia
Los betacarotenos han sido los antioxidantes que preferentemente se han utilizado en la
prevención del fotodaño; sin embargo, la vitamina C y la vitamina E también protegen
eficazmente, de igual modo la coenzima Q 10 (CoQ10) para aplicación tópica en la
fotoprotección, así como la ingestión de compuestos polifenólicos derivados del te verde
con el mismo fin (15,16)
El modo de vida moderno conduce; a no dudar, a una mayor tendencia al uso del
bronceado cutáneo como elemento de belleza tanto femenina como masculina; por otro
lado, el indiscriminado deterioro de las capas atmosféricas protectoras provoca que el
daño a las células expuestas sea cada vez mayor, deben buscarse entonces todos los
elementos que sean capaces de protegernos de este inminente daño, estando los
antioxidantes en la primera línea para la protección urgente y necesaria frente a ese
enemigo presente y cada vez mas fuerte
Enseñemos a utilizar el vestuario correcto en labores que irremediablemente tienen una
exposición al sol, eduquemos sobre las horas en que las radiaciones hacen mas daño, pero
además, eduquemos sobre la ingestión diaria de productos antioxidantes en la dieta y
prescribamos los antioxidantes necesarios para la prevención del dañó solar.
Referencias Bibliográficas.
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