See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/375232250 La sobreexposición de jóvenes en redes sociales como riesgo evitable (Sharenting) Article · May 2023 CITATIONS READS 0 1,286 1 author: Sandra Wierzba University of Buenos Aires 9 PUBLICATIONS 15 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Sandra Wierzba on 02 November 2023. The user has requested enhancement of the downloaded file. 130 Dossier La sobreexposición de jóvenes en redes sociales como riesgo evitable(1) Sandra M. Wierzba Directora del Instituto del Salud del Colegio de Abogados de San Isidro. Integró la Comisión de Bioética del Código Civil y Comercial de la Nación. Miembro del Instituto de Derecho Civil de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales. [email protected] Resumen: Con vistas a dar cuenta de los peligros ínsitos de la aparentemente “inocente” y cada vez más extendida práctica del sharenting, así como de la vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes (NNyA) que esta supone y de la particular relevancia de las tareas de prevención, el presente artículo analiza, desde una perspectiva jurídica y jurisprudencial, aspectos tales como los riesgos asociados a la sobreexposición de NNyA en redes sociales, la responsabilidad parental y el rol del Estado, el derecho al olvido que asiste a NNyA, la afectación del derecho de imagen, así como asuntos derivados, como la relación sharenting-trabajo infantil. Abstract: With a view to explaining the dangers inherent in the apparently "innocent" and increasingly widespread practice of sharenting, as well as the violation of the rights of children and adolescents that this practice entails and the particular relevance of prevention efforts, this article analyzes, from a legal and jurisprudential perspective, aspects such as the risks associated with the overexposure of children and adolescents on social networks, parental responsibility and the role of the State, children's rights to oblivion, the affectation of the right to image, as well as derived issues, such as the relationship between sharenting and child labor. Palabras-clave: sharenting; niñas, niños y adolescentes; sobreexposición en redes sociales; derecho al olvido; derecho a la imagen; responsabilidad parental; Estado. Keywords:sharenting; children and adolescents; overexposure in social networks; right to be forgotten; right to image; parental responsibility; State. 1. Planteo del tema (1) importancia el fenómeno de la sobreexposición de los jóvenes en redes sociales. Conocido por su denominación en idioma inglés, el “sharenting”(2) constituye En los últimos años, con el amplio desarrollo de una faceta relevante de la vida humana en el mundo digital, ha cobrado (1) El presente trabajo se basa parcialmente en la exposición que integró el Panel 3 –“Función preventiva de la responsabilidad civil”– de las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil celebradas en Mendoza, del 22 al 24 de septiembre de 2022, así como en abordajes previos sobre las temáticas tratadas. (2) Apelaremos a diversos vocablos para nombrar este concepto a lo largo del presente trabajo, a Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico un neologismo que reúne en una palabra las ideas de compartir (“share”) y crianza (“parenting”) para describir las prácticas de uso de tales redes, con el fin de acercar a los allegados información sobre los propios hijxs, sobrinos, nietos y otras personas menores de edad, cercanas en el afecto. Es decir, se ha generalizado la publicación de fotografías, videos y audios de niñas, niños y adolescentes, por razones de índole familiar, social o de salud (en este último caso, por ejemplo, en busca de apoyos ante el padecimiento de enfermedades crónicas o huérfanas), pero también por motivos de índole económica (por ejemplo, comercialización de productos infantiles por parte de ciertos influencers). En cualquier caso, el sharenting constituye a esta altura un hábito social incorporado que, si bien obra como fuente de satisfacciones y sostén para muchas personas, supone ingentes riesgos de provocar daños a los titulares de la información involucrada, quienes generalmente no brindan un consentimiento informado y adecuado para la extensa difusión de aspectos que conciernen a su intimidad, a su imagen y, en definitiva, a su dignidad. Desde ciertas lecturas de la realidad, podrá afirmarse que los profundos cambios sociales acaecidos en el presente siglo justifican el tipo de exposición pública señalada; que muchos jóvenes se verán favorecidos por la publicidad de sus vidas, con repercusiones favorables para su desarrollo laboral y social; que los posibles daños derivados de la sobreexposición mencionada carecerán de entidad, en la marea de información personal que hoy en día circula en pesar de sus diferencias semánticas (sobreexposición de niños, niñas y adolescentes [NNyA], filial, de los jóvenes, sharenting, etc.). 131 los entornos digitales y que el tradicional concepto de privacidad se ha difuminado. Sin embargo, dentro de los límites todavía imprescindibles para la vida humana y la convivencia social, y bajo el amparo de los derechos fundamentales vigentes en nuestro medio, se impone mantener protecciones adecuadas para las elecciones personales, máxime si estas involucran derechos personalísimos de NNyA. Particularmente en el caso de la sobreexposición filial, se observan ciertas características diferenciales con relación a otros fenómenos propios de los daños habilitados por el mundo digital: en este supuesto, suele existir un lazo afectivo entre las personas involucradas y una intención de beneficiar a quienes pueden resultar damnificados, sostener lazos familiares a la distancia o encontrar una solución para un problema de salud. Hasta podría afirmarse que hay un tipo de daño característico del sharenting provocado por quien persigue causar un bien a la posible víctima o a su núcleo íntimo. Además, en muchísimos casos, los riesgos de daño se asocian al despliegue de acciones cuyas consecuencias se desconocen —un desconocimiento no necesariamente inocente o derivado de una actitud responsable, pero desconocimiento al fin–. 2. Notas sobre los alcances de la sobreexposición de NNyA en redes sociales Ahora bien, ¿qué alcances tiene el fenómeno bajo análisis en términos de realidad? A nivel local, en un informe realizado por el Programa “Navegación Segura por Internet”, desarrollado en conjunto con el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo de Córdoba (2018), se publicaron datos Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3 132 como los siguientes: más de un 70% de los encuestados comparte fotografías o videos de un hijo/sobrino, nieto/ahijado en redes sociales (en adelante, RRSS); y, entre ellos, un 98,04% muestra su rostro; 54,66% lo ridiculiza; 40% lo nombra; 29,41% lo muestra desnudo o semidesnudo; 23,53% aporta datos para su geolocalización. A su vez, en una publicación del Ministerio Público Tutelar del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires (2019) se señala que 8 de cada 10 niños de hasta seis meses de edad tendrían ya fotos publicadas en internet, así como que el 39% de los argentinos publica, por lo menos una vez al mes, fotografías de niños de su familia con poca ropa (por ejemplo, en pañales, después de la ducha, en la pileta o playa). La sobreexposición de personas menores de edad también ha generado preocupación en el extranjero. Ya en 2016, en Reino Unido se observó que, en promedio, los progenitores habían posteado casi 1500 fotografías de sus hijos hacia el quinto cumpleaños –con un 54% de incremento respecto del año anterior (Informe Nominet)–. En los Estados Unidos, el 92% de los niños contaría con una huella digital a los dos años de edad (Jo Sales, 2016; Elorriaga Illera et al., 2022). Asimismo, en un estudio canadiense que exploró el uso de Facebook desde una “perspectiva del capital social”, se concluyó que un 98% de las madres y el 89% de los padres habían subido fotos de sus hijos a esa red social con vistas a que sus amistades pongan “me gusta” o comenten las imágenes, pero se alertaba fuertemente en los medios de comunicación sobre la circulación de esas fotografías en sitios pedófilos. En general, la divulgación de datos personales a través de redes sociales se explica por Dossier factores diversos: interés de los individuos en darse a conocer a los demás; presiones de los grupos sociales y los comportamientos de tipo rebaño; actitudes relajadas o falta de interés en la privacidad personal; desconocimiento acerca de las posibles implicancias de las publicaciones; fe en el proveedor del servicio de red social; o confianza en un miembro y la consecuente aceptación de las condiciones de uso sin cuestionar los estándares de privacidad predeterminados (García Ricci, 2009). Todos esos factores requieren de una necesaria revisión por los usuarios de redes sociales, pero tal revisión resulta inexorable cuando la información que se publica no es propia, sino que se refiere a la vida de un tercero que, además, es una persona menor de edad. 3. Riegos asociados a la sobreexposición de jóvenes en internet El fenómeno bajo estudio, potenciado por el efecto viralizador de las publicaciones digitales, la pérdida del control del material y la imposibilidad de su eliminación definitiva, entraña riesgos concretos: el engaño pederasta, el abuso sexual infantil, el hostigamiento, el robo de datos personales y de identidad, la generación de una huella digital asociada a los propios datos y, en general, la afectación de la privacidad con impacto en el mundo físico. A ello se suman conflictos que, desde las ciencias del comportamiento, se identifican con la “dictadura del like”, los problemas de autoestima y el resentimiento de los hijos con los padres. A su vez, en ocasiones, la publicación de imágenes de personas menores de edad tiene –o bien termina teniendo– finalidad lucrativa. Es que, según resulta de público conocimiento, de acuerdo a un moderno Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico y muy extendido modelo de negocios, las personas de influencia reciben remuneraciones en forma directa o indirecta por sus posteos o publicaciones. La actividad conocida como sharenting alcanza otra dimensión cuando se obtiene un rendimiento económico derivado de la exposición de las NNyA y su colaboración con las marcas, constituyendo un paso más en el uso que se hace de las personas menores de edad para monetizar las cuentas de ciertas redes sociales por los adultos (Sarget Tarifa et al., 2023). Así, por ejemplo, resultó célebre el caso de la influencer Verdeliss, reconocida por su canal de Youtube, en el que se expone la vida familiar de la que forman parte seis hijos menores, que motivó una campaña extendida por explotación infantil (Elorriaga Illera et al., 2022). Asimismo, adquirió gran fama el caso de una niña coreana, cuya gracia y simpatía encantaron a los usuarios de redes sociales a partir de las variadas imágenes que, de ella, publicaron sus progenitores, dando lugar a conflictos sobre su propiedad intelectual y a un llamado a los seguidores de abstenerse del uso de tales imágenes sin autorización, bajo la amenaza de iniciar acciones legales (2021). Todo ello implica una serie de repercusiones jurídicas, de muy variada naturaleza, que, en parte, comentamos a continuación. 4. Cuestiones jurídicas relevantes 4.1. ¿A partir de qué edad pueden las NNyA decidir en forma autónoma la exposición de su imagen en internet? En primer lugar, cabe preguntarse desde cuándo un joven puede decidir autónomamente la publicación de fotografías, 133 videos u otros contenidos suyos, en un sistema legal que, por un lado, ha conservado categorías clásicas –como la capacidad y el discernimiento– para habilitar o reconocer efectos en forma directa a los actos realizados por los individuos (arts. 25 y 261 CCyC), pero, por el otro, ha consagrado la autonomía progresiva basada en aptitudes personales, fijando ciertas presunciones al efecto (arts. 25, 26, 59, 261, incs. b. y c, CCyC, entre variadas normas). Desde cierta lectura se ha propuesto que los progenitores pueden publicar en redes sociales fotos, videos y otros datos de sus hijos, mientras ellos no alcancen la edad y grado de madurez suficiente, y siempre respetando sus derechos e interés superior (Nieto, 2021). Sin embargo, pensamos que la regla debe plantearse en sentido contrario, considerándose además otro tipo de criterios. Concretamente, entendemos que tales publicaciones en RRSS deben ser decididas por los titulares de la información, atendiéndose a las condiciones psíquicas de cada joven, interesando las presunciones del art. 26 en casos dudosos y debiendo reconocerse un derecho a veto al NNyA en todos los casos, con independencia de la edad (Keith Steinberg, 2017; Otero, 2017). Al realizar tal afirmación, no desconocemos las dificultades de implementación de una pauta como la propuesta, pero nos posicionamos respecto de las implicancias de proponer toda facilitación jurídica de las prácticas vigentes. Ello se explica, llanamente, con el siguiente ejemplo: pocas personas dudarían sobre los peligros que supone exhibir en la puerta de calle de sus hogares y a la luz del vecindario y de sus eventuales visitantes, fotografías o videos de sus propios hijos, máxime si Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3 134 estos revelan datos íntimos que hacen a sus cuerpos, costumbres o actividades. ¿Por qué debería, entonces, dudarse del peligro que supone publicar fotos y videos en un medio al que tendrá acceso gran parte de la humanidad, por tiempo indeterminado? 4.2. Apuntes sobre el sharenting y el trabajo infantil En lo que hace a posibles derivaciones de orden laboral asociadas a la publicación de la imagen de los jóvenes, corresponde destacar que, por regla y en base a la ley 26.390 (2008), en la Argentina se encuentra prohibido el trabajo infantil y adolescente (Iacovantuono, 2021), constituyendo un delito penal su aprovechamiento económico, en los términos de la ley 26.847 (2013). No obstante, hoy en día, existe un criterio algo confuso sobre la cuestión de la participación de los niños, niñas y adolescentes en los medios audiovisuales en general, resultando importante determinar cuáles son los alcances que el Estado argentino reconoce a dichas actividades –incluyendo aquellas que se desarrollan en internet y en las redes sociales–. En este sentido, la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infanto-Juvenil (Conaeti), en su Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente (2018-2022), ha conceptualizado el trabajo infantil como ... toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, o que no ha finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 Dossier años si se trata de trabajo peligroso. (MTEySS, p. 12) Por otro lado, el tema bajo análisis renueva las controversias sobre quiénes serán las personas o entidades que tendrán la responsabilidad de decidir qué es lo mejor para la crianza y el desarrollo de los NNyA, en los variados supuestos en los cuales carecen aún de competencia suficiente para tomar determinadas decisiones: si los progenitores o adultos a cargo, o bien los Estados. 4.3. Crianza de los NNyA y cuestiones dilemáticas: ¿deciden los progenitores o el Estado? En materia de vacunación infantil obligatoria, y ante la negativa de los progenitores a administrar vacunas previstas por el Plan Nacional de Vacunación, la cuestión fue ya resuelta en favor de los Estados, en precedentes de los máximos tribunales nacionales e internacionales. Ello fue así, a nivel nacional, en los autos “N.N. O U.V. s/ protección y guarda de personas" (CSJN, 2012) y, en la Unión Europea, en el precedente “Vavřička v. República Checa” (TEDH, 2021). Pero cuando se trata de enfermedades transmisibles, la decisión de vacunarse o no comprometerá en forma directa la salud de terceros y del público en general, lo cual hace a una particularidad de estas prácticas. Por su parte, la educación sexual de las niñas, niños y adolescentes también ha generado este tipo de debates, dirimidos en general en favor de la existencia de un derecho autónomo de los NNyA a recibir información y tomar decisiones en relación con su salud reproductiva, sin necesidad de consulta previa y obligatoria a sus progenitores, como así también a requerir tal información en los establecimientos educativos, cuando esta no le fuere proporcionada en su entorno educacional Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico estrecho (TSJ CABA, 2003). Ello no impide las dificultades en materia de implementación de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), del 2006, cuestión sobre la que se da cuenta en múltiples trabajos académicos y noticias periodísticas. A nivel comparado, el emblemático caso “Gillick” (Reino Unido, House of Lords, 1986) constituye un material de exquisito interés para recorrer la historia de las posiciones opuestas con relación a esta controversia. 4.4. Responsabilidad de los progenitores por daños causados a sus hijos Desde otra óptica, los daños derivados de la sobreexposición filial resignifican las discusiones dadas en torno a la responsabilidad de los padres por daños causados a sus hijos. Pensadas antaño para el supuesto de transmisión de enfermedades, se esgrimieron variados argumentos en favor y en contra de tal responsabilidad. Entre ellos, la gravedad e injusticia del daño sufrido por el hijo o hija y el hecho que la relación familiar no puede constituir una valla inexorable para un reclamo indemnizatorio –de un lado y para propiciarla–; y de que la responsabilidad favorecería un conflicto familiar, faltando alguno de los presupuestos de la responsabilidad civil, como la función reparatoria del daño o la antijuridicidad –de otro y para rechazarla– (Wierzba, 1996; Tagliani, 2021). Esas discusiones bien podrían replantearse ante la situación inaugural que significará, para los jóvenes, encontrarse a futuro con las consecuencias lesivas de publicaciones de imágenes y datos sensibles propios en la web, no debidamente consentidas. 4.5. Derecho al olvido Finalmente, en cuanto el sharenting supone la creación de una huella digital por 135 representación, no debidamente consentida por los interesados, la figura del “derecho al olvido” cobra relevancia en su caso. Se trata de un instituto que ha generado un debate complejo en términos de ponderación, en la medida que contrapone derechos personalísimos (a la imagen, a la intimidad, a la dignidad), con derechos fundamentales a la libertad de expresión y de información (Faliero, 2020), pero en supuestos en los cuales se presupone la veracidad de lo publicado. Más allá de los interesantes y publicitados debates dados en las diversas instancias del caso “Denegri”, que culminaran en una decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desfavorable a la pretensión de la actora (CSJN, Fallos: 345:482), cabe mencionar que, en las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mendoza, 2022), hubo un despacho específico que propuso un reconocimiento más amplio de este derecho para los casos de NNyA.(3) 5. La afectación del derecho a la imagen Vale la pena dedicar un breve análisis particularizado al vínculo entre la sobreexposición de NNyA en el mundo virtual y el derecho a la imagen. Para ello, recordemos que el concepto de imagen nos acerca a la representación de la realidad, a la recreación de aquello que existe. En el caso de las personas humanas, la imagen hace a (3) Comisión N°1. Parte General, “Derechos Personalísimos y Nuevas Tecnologías”, conclusiones 17 a 20, de la mayoría. Se sostuvo por mayoría que “El standard exigido para invocar el derecho al olvido debe ser más amplio cuando se trate de niñas, niños y adolescentes” (p. 2). Su redacción puede dar lugar a interpretaciones diversas, pero resulta claro el sentido expuesto si se realiza una lectura contextualizada. Para conocer las conclusiones de cada una de los comisiones, entrar a: jornadasnacionalesderechocivil.org/ Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3 136 un atributo esencial, que exhibe nuestra originalidad y nos diferencia de nuestros congéneres. Su regulación en la normativa constitucional argentina aparece, por lo menos, implícita en las disposiciones que regulan el derecho a la dignidad, a la identidad y a la honra. Pero se trata de un derecho fundamental autónomo, según las constituciones de Portugal (arts. 26 y 37), España (arts. 18° y 20°), Brasil (art. 5 XXVIII) y Perú (arts. 2 y 4). En la jurisprudencia clásica, su tratamiento resultó nodal en precedentes como “Ponzetti de Balbín, Indalia c/ Editorial Atlántida S.A.” (CSJN,1984), donde se interpretó que la privacidad y la intimidad amparadas por el art. 19 CN, comprendían el derecho a la imagen. Su análisis también fue decisivo en el fallo “Fontevecchia y D’Amico vs. Argentina” (Corte IDH, 2011), en el cual se afirmó que, si bien el derecho a la propia imagen no se encuentra expresamente enunciado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las imágenes o fotografías personales, evidentemente, están incluidas dentro del ámbito de protección de la vida privada, así como que, en sí mismas, tienen un importante contenido y valor expresivo, comunicativo e informativo –en ocasiones mayor a la palabra escrita–, destacándose su importancia en tiempos donde los medios de comunicación audiovisual predominan. Los avances tecnológicos imprimieron un nuevo tratamiento al tema de la imagen, siendo que en el precedente “Rodríguez, María Belén” (CSJN, 2014) se analizó tangencialmente el concepto de thumbnail y su función en el contexto de las responsabilidades de los buscadores de internet. En la normativa interna, luego de décadas de vigencia de la Ley 11.723 de Régimen Dossier Legal de la Propiedad Intelectual,(4) centrada en el retrato fotográfico el derecho a la imagen fue consagrado con autonomía en el derecho civil constitucionalizado más específicamente, en el art. 53 CCyC. Allí se destaca una protección de la imagen que no solo incluye su reproducción, sino su misma captación. Es que el amparo efectivo del derecho a la imagen requiere del consentimiento del interesado desde el momento de su captura, pues de no ser así, un atributo esencial de la personalidad podría ser detentado por otro, sin que su titular tuviera el control sobre su eventual uso posterior (TEDH, 2009 y 2014). Se incluye, además, la protección de la voz, en base a la opinión unánime de la doctrina especializada, que la considera el reflejo sonoro de la imagen (Pizarro, 1997; Leiva Fernández, 1990). El amparo del art. 53 CCyC recae sobre la imagen en cualquier formato, lo cual claramente incluye su difusión por medios digitales y, más específicamente, por redes sociales. Así, por ejemplo, se ha sostenido que la conformidad prestada por una persona para ser fotografiada en un evento privado, de ningún modo habilita a terceros para que hagan uso de ella en cualquier sitio web o RRSS, sin la autorización del titular del derecho personalísimo (CNCiv., Sala B, 2022). Y, por regla, se requiere del consentimiento informado del titular para la disposición de la imagen por todo tercero, con excepciones, que incluyen la participación en actos públicos; el interés científico, cultural o educacional prioritario –siempre que se tomen las precauciones suficientes para evitar un daño innecesario– y el ejercicio regular del derecho de informar (4) BO, 30/09/1933. Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico sobre acontecimientos de interés general (art. 53 CCyC). En línea con tales excepciones, aun antes de la entrada en vigencia del Código unificado, se consideró legítima la publicación de una fotografía que incluía a personas menores de edad, tomada en el contexto de una actividad de interés general, desarrollada en público, a pesar de no haber existido consentimiento informado previo y específico al efecto (CNCiv., Sala H, 2011). Ahora bien, los adultos a cargo de NNyA son claramente terceros, aunque por el ejercicio de su representación puedan tener derecho a la administración limitada y justificada de la manifestación de tal derecho personalísimo. Al ejercerlo, deben respetar los derechos a la intimidad, a la imagen y a la privacidad de sus hijos y “… un cierto ámbito de decisión que compete exclusivamente a ellos, según su madurez progresiva y las circunstancias del grupo familiar” (Caramelo, 2012, p. 38). Ello es así porque, como afirma Caramelo en el artículo “Infancia y adolescencia en tiempos de Revolución Digital" publicado en este mismo número de la revista, “[c]omo sea, es su derecho, como lo es de toda persona, el decidir sobre el empleo que se vaya a hacer de su imagen”. Más específicamente, la Ley 26.062 de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes contiene un valladar en su art. 22, al expresar: Se prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente a los sujetos de esta ley, a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad y la de sus padres, representantes legales o responsables, cuando se lesionen su dignidad o la reputación de 137 las niñas, niños y adolescentes o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar. Claro que dicha norma requerirá de una adecuada interpretación, ya que, desde el punto de vista legal, el sharenting también implica otra complejidad específica: la normativa suele partir de la base de que los progenitores siempre actuamos en el mejor interés de los hijos, cuando en realidad, con nuestras palabras y acciones poseemos la habilidad de beneficiarlos o perjudicarlos. En este sentido y con relación al Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD, 2016), que introdujo un conjunto de medidas de protección de la privacidad y seguridad a favor de los más jóvenes (como la prohibición del tratamiento de sus datos biométricos, su derecho a la portabilidad de datos y al olvido), se dijo que no incluyó tales protecciones para los casos de víctimas de sharenting (Donovan, 2020). Por lo demás, todo el sistema de fuentes protectorias de los derechos fundamentales de las personas más jóvenes, además de propiciar el respeto a su autonomía progresiva, asigna una consideración primordial a su derecho a ser escuchados (art. 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño [CDN]), 1989), que exige información sobre su existencia para que pueda ejercerse (Kemelmajer de Carlucci, 2019), y al resguardo del interés superior del niño, que excluye la idea de su explotación económica y social (art. 10, inc. 3, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales [PIDESC], 1966). Es así que, en las prácticas de publicar fotografías, videos, audios y otro tipo de informaciones en las redes, puede haber una transgresión al derecho a la imagen Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3 138 Dossier de NNyA, por captación y reproducción inadecuadamente consentida de los titulares de tal información personalísima. intimidad en imágenes, cuando aún carecía de competencia para decidir si eso es lo que quería para sí. 6. Casos judiciales que interesan al fenómeno de la sobreexposición de lxs jóvenes en entornos digitales 7. Algunas ideas en materia de prevención En nuestros tribunales vienen tratándose diversas acciones vinculadas a la sobreexposición filial. Como precedente en la materia, se refiere el caso “V. F. c/ S.B. s/ Medidas Precautorias” (Juzgado de Familia N° 1 de Tigre, 2021), en el que el padre de tres niñas solicitó una medida cautelar contra su madre, acogiéndose el requerimiento de abstención de publicar y difundir información, además de la eliminación de las imágenes de aquellas de la red social Instagram. En dicha sentencia se destaca el rol preventivo y orientador correspondiente a los progenitores, reconociéndose el derecho de NNA a la intimidad, a la imagen, al honor, a formar una identidad digital y a la libre disposición de tales derechos según su autonomía progresiva. En el extranjero, ha generado gran interés el caso “Spencer Elden v. Nirvana” (2022), donde se demandó a los integrantes de la famosa banda musical estadounidense, a la sucesión de su líder, a su fotógrafo y a distintas discográficas, por explotación infantil y pornografía, con fundamento en el lucro que las demandadas habrían obtenido a partir de la publicación y difusión de la foto de un bebé desnudo, en la tapa de un disco con el cual la banda obtuviera un notable éxito comercial. Si bien el hecho ocurrió mucho antes de la existencia de las redes sociales y el reclamo no obtuvo aún una resolución definitiva, este obra como precedente de interés para la materia, en tanto exhibe la reacción a largo plazo de quien vio expuesta su En tanto los daños por sobreexposición infantil suelen tener por víctimas y victimarios a personas unidas por fuertes lazos afectivos y un relevante componente de desconocimiento a su respecto, es de esperar que la adecuada información y educación pueda tener efectos ciertamente beneficiosos. A su respecto, la función preventiva de la responsabilidad civil tiene todo un sentido, no solo bajo el formato de acción inhibitoria (arts. 1711 a 1713 CCyC), sino fundamentalmente en su faz de prevención genérica y no litigiosa (art. 1710 CCyC). Es así que la difusión de propuestas sencillas de prevención en las escuelas, en las consultas pediátricas, en otros ámbitos institucionales y en las sentencias que puedan dictarse sobre la materia constituyen desde ya una herramienta importante. De hecho, desde la doctrina ya se han difundido catálogos de pautas (Steinberg, 2017): que sugieren: 1) familiarizarse con las políticas de privacidad de las RRSS; 2) configurar notificaciones/alertas cuando el nombre del hijo o hija aparezca en los motores de búsqueda; 3) cerciorarse de que toda Información sobre problemas de salud sea anónima; 4) tomar precauciones al compartir la ubicación real y nombre completo de las NNyA; 5) otorgar “poder de veto” a los hijos mayores sobre publicaciones; 6) no publicar fotos de NNyA en cualquier estado de desnudez; y, sobre todo, 7) considerar el efecto actual y futuro de compartir información. El dictado de normativa sobre concientización e información referida al uso Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico responsable de tecnologías de la información y comunicación por parte de NNyA también podría introducir marcos para el desarrollo de las citadas políticas. La ley 3268 (2020) de la provincia de Neuquén resulta un ejemplo interesante a este respecto, en cuanto dispone un sistema de planificación, coordinación y asesoramiento en la materia, la provisión de herramientas para NNyA y adultos –con articulación intergubernamental, interdisciplinaria e integral– para la optimización de recursos, espacios de contención y sitios de denuncias, además de la inclusión de contenidos específicos en la normativa sobre educación a nivel primario y secundario, entre otras cuestiones. Ahora bien, de persistir el fenómeno bajo estudio y perpetuarse sus efectos nocivos sobre el grupo vulnerable que integran NNyA, debieran valorarse alternativas adicionales que establezcan protecciones legales más poderosas con relación su derecho a la imagen. Ciertos países como Francia debaten hoy en día la implementación de mecanismos de prohibición lisa y llana del sharenting para ciertos supuestos, que podrían tener sentido a futuro en nuestro medio si resultase que las políticas de concientización y educación resultan insuficientes Referencias Caramelo, G. (2012). Los niños y el consentimiento informado para la práctica de tratamientos médicos y ensayos clínicos. Revista Derecho Privado, 1, año 1. bibliotecadigital.gob.ar/items/show/1435. ----------------. (2023) Infancia y adolescencia en tiempos de la Revolución Digital. Revista Derecho, Universidad y Justicia, 3, año 2. 139 Donovan, S. (2020). “Sharenting”: The Forgotten Children of the GDPR. 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