Prevenir el embarazo Precoz: una llamada a la acción C

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Prevenir el embarazo precoz:
una llamada a la acción
Cerca de 16 millones de
adolescentes entre los 15 y
19 dan a luz cada año, casi
Joey O’Loughlin
Las intervenciones
deben estar dirigidas a:
Prevenir el embarazo precoz:
1. Reducir el matrimonio antes de
los 18 años
2. Reducir el embarazo antes de
los 20 años
3. Aumentar el uso de anticonceptivos
por parte de las adolescentes
4. Reducir las relaciones sexuales
bajo coacción en las adolescentes
Es hora de actuar
Sabemos cómo hacerlo.
todas en los países en desarrollo.
Trabajemos con la juventud para
Si bien los partos en adolescentes
mejorar la salud y el bienestar.
se han venido reduciendo a nivel
Es urgente que aunemos
mundial, existen disparidades a
esfuerzos para implementar
nivel regional y hacia el interior de medidas integrales y complelos países. Los embarazos tempramentarias en las áreas de:
nos son más frecuentes en las adolescentes más pobres y con menos • SALUD
• EDUCACION
nivel de educación. Para algunas
• HABILIDADES PARA LA VIDA
madres jóvenes, el embarazo y el
• SEGURIDAD
parto son algo previsto y deseado.
Para muchas otros no. A menudo,
las jóvenes quedan embarazadas bajo presión, porque no saben o no
pueden evitar un embarazo, o porque son forzadas a mantener relaciones sexuales. Las adolescentes embarazadas tienen menos acceso
al aborto seguro, y a la atención médica calificada antes, durante y
después del parto.
En los países en desarrollo, las complicaciones del embarazo y el parto
son la principal causa de muerte en las adolescentes. La maternidad
temprana también afecta negativamente la salud de los bebés. El
embarazo adolescente contribuye a las muertes maternas e infantiles,
y al círculo vicioso de pobreza y mala salud. Abordar el embarazo
precoz es crítico para alcanzar los ODM relacionados con la mortalidad
infantil, la mortalidad materna y la reducción de la pobreza.
Prevenir los resultados
reproductivos adversos
El embarazo precoz está determinado por múltiples factores a nivel
individual, social y legislativo. Sólo podemos mejorar la salud adolescente si actuamos sobre estos tres niveles y permitimos que las
mismas jóvenes jueguen un rol protagónico.
5. Reducir el aborto inseguro en las
adolescentes
6. Aumentar el uso de la atención
prenatal, perinatal y postparto por
parte de las adolescentes
Esta publicación insta a legisladores, agrupaciones civiles y activistas
a actuar ya para prevenir el embarazo precoz y la morbi-mortalidad
relacionada con el embarazo. Este informe propone lineamientos
sustentados por la más solida evidencia disponible para el diseño de
políticas públicas y programas de salud reproductiva efectivos.
Esta guía se basa en las Directrices de la OMS para la prevención del embarazo precoz y los resultados reproductivos adversos en adolescentes de los países en desarrollo
que fueron realizadas con el apoyo del Fondo de Población
de las Naciones Unidas, la Agencia de los Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional, International Planned
Parenthood Federation/Región del Hemisferio Occidental
y la Agencia Española de Cooperación Internacional para
el Desarrollo. Esta publicación fue elaborada por la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de Población de las
Naciones Unidas/Oficina Regional para América Latina y
el Caribe y Family Care International.
OMS
1
Prevenir el matrimonio temprano para lograr el máximo
desarrollo de las adolescentes.
En los países en desarrollo, el 30% de las niñas se casa antes de cumplir los 18 y cerca del 14% lo hace
antes de los 15. El matrimonio a edades tempranas lleva al embarazo precoz y a la mala salud. Además,
perpetúa el ciclo de analfabetismo y pobreza.
Podemos prohibir el matrimonio temprano. En muchos países o no existen o no se implementan las leyes que
prohíben el matrimonio antes de los 18i años de edad. Como consecuencia, el matrimonio temprano es muy
frecuente. Debemos asegurar que se formulen y se cumplan las leyes que impiden el matrimonio de las jóvenes
antes de los 18 años de edad.
Podemos informar y empoderar a las niñas. A menudo las jóvenes están condicionadas para aceptar que sus
familias decidan por ellas. Podemos implementar intervenciones para informarlas sobre sus derechos a la salud,
al bienestar y a la autodeterminación. Podemos promover intervenciones que las ayuden a fortalecer su conocimiento del mundo y el sentido de sí mismas, así como a desarrollar habilidades para relacionarse socialmente.
En una palabra, podemos brindar las herramientas para que, empoderadas, puedan defender sus derechos.
Podemos influir en las normas culturales que respaldan el matrimonio temprano. En algunas partes del mundo,
se espera que las niñas se casen y comiencen a tener hijos en la adolescencia temprana. Los padres están presionados por las normas y tradiciones vigentes o por dificultades económicas. Para lograr retrasar la edad del
matrimonio, debemos trabajar a nivel comunitario para cuestionar, desafiar y cambiar estas normas. Una niña
empoderada e informada necesita un entorno familiar y social favorable para poder lograr su máximo potencial.
i
Patton GC, Coffey C, Sawyer SM et al. Global patterns of mortality in young people. A systematic analysis of population data. Lancet. 2009: 374: 881-892.
2
Prevenir el embarazo precoz para que las jóvenes
aprovechen todas sus oportunidades.
Si bien los nacimientos de madres adolescentes han disminuido, las cifras siguen siendo altas. En las regiones
más relegadas del mundo, una de cada 3 mujeres tiene un hijo antes de los 18 añosii. El embarazo adolescente
es más común en entornos de pobreza, falta de educación y ruralidad.
Debemos abogar por la prevención del embarazo en adolescentes. En muchos países las normas sociales, las
tradiciones y las condiciones económicas siembran el embarazo adolescente. Esto se agrava por la resistencia
a la educación sexual, a pesar de la evidencia a favor de ésta. La sociedad, incluyendo decisores políticos, educadores y líderes comunitarios, debe fortalecer los esfuerzos para prevenir el embarazo adolescente, sobre todo
a través de la educación sexual, la información y los servicios de salud sexual y reproductiva.
Podemos mejorar la educación de niñas y jóvenes. Cada día más niñas van a la escuela. Esto tiene un efecto
positivo sobre su salud, la de sus hijos y comunidades. Además, las niñas que están en la escuela posponen el
matrimonio. Lamentablemente, la tasa de matriculación disminuye drásticamente después de 5 o 6 años de
escolarización. Debemos expandir las oportunidades para la educación formal y no formal de las niñas tanto a
nivel primario como secundario.
Es fundamental educar a las niñas (y a los varones) en la sexualidad. Muchos adolescentes inician su vida
sexual tempranamente, cuando aún no saben cómo evitar embarazos no deseados o infecciones de transmisión
sexual. Factores en el entorno, tales como la presión por conformar con los estereotipos y las normas de sus
pares, aumentan su vulnerabilidad. Para asegurar una sexualidad saludable, debemos promover la educación
sexual en las escuelas y facilitar el acceso a métodos anticonceptivos—acompañados de consejería. A su vez,
debemos promover programas que fortalezcan las habilidades para la vida.
Debemos trabajar con las comunidades para fomentar el apoyo a la prevención del embarazo precoz. En
muchos lugares hay una enorme resistencia a reconocer que los jóvenes tienen relaciones sexuales prematrimoniales y a discutir las formas de abordar este tema. Las familias y las comunidades son actores clave y deben
ser involucrados y comprometidos en los esfuerzos por prevenir los embarazos precoces y las infecciones de
transmisión sexual.
ii
World Health Organization. Women and Health. Today’s evidence. Tomorrow’s agenda. Geneva: WHO, 2009.
3
Aumentar el uso de anticoncepción en adolescentes para
asegurar una buena salud sexual y reproductiva.
Aún en lugares donde hay amplia disponibilidad de anticonceptivos, los adolescentes enfrentan dificultades
para obtenerlosiii. El acceso y el uso de anticoncepción son esenciales para poder tomar decisiones saludables
y evitar los embarazos no deseados.
Se pueden crear leyes que promuevan el acceso a información y a servicios de anticoncepción. En muchos
lugares la legislación y las políticas impiden la provisión de anticonceptivos a adolescentes, especialmente si
no están casados y si son menores de edad. Es urgente reformar leyes y políticas para eliminar las barreras y
facilitar el acceso a información y a servicios de salud sexual y reproductiva amigables, incluyendo a la anticoncepción de emergencia.
Podemos reducir el costo y simplificar la obtención de anticonceptivos para adolescentes*. Debemos abogar
por precios más asequibles y promover servicios de salud sexual y reproductiva amigables y apropiados.
Podemos educar a los adolescentes sobre el uso de anticoncepción. Frecuentemente, los jóvenes que inician su
actividad sexual no saben ni dónde obtener anticonceptivos ni cómo usarlos adecuadamente. Debemos promover el acceso a la educación sexual y a información sobre anticonceptivos, dentro y fuera de los establecimientos
escolares.
Podemos conseguir apoyo comunitario para la provisión de anticonceptivos a los adolescentes. En muchos
entornos, hay una resistencia social a la provisión de anticonceptivos a los adolescentes, particularmente si no
están casados. Necesitamos sensibilizar a las comunidades sobre la importancia del acceso a los anticonceptivos.
iii
Ibid.; * Recomendación condicional.
4
Combatir las relaciones sexuales bajo coacción es
un imperativo.
Un gran número de niñas en todo el mundo son obligadas a tener relaciones sexuales, a menudo por familiares y allegadosiv. En algunos países más de un tercio de las niñas informó que su primera relación sexual
fue bajo coacción. Las relaciones sexuales forzadas aumentan el riesgo de embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y traumas físicos.
Debemos buscar cómo prohibir las relaciones sexuales forzadas. En muchos lugares no se persigue ni castiga la violación. Además, la vergüenza
y el estigma social hacen que sea muy difícil para las víctimas pedir
justicia. Esto debe cambiar. Debemos demandar leyes que prohíban las
relaciones sexuales bajo coerción y permitan castigar a los culpables de
forma expeditiva.
Podemos empoderar a las niñas para que se resistan a las relaciones
sexuales forzadas. En muchos contextos las niñas y jóvenes no se sienten
capaces de resistir las relaciones forzadas. Debemos exigir medidas para
prevenir el acoso y la coacción sexual. Debemos empoderarlas para que
ellas mismas puedan protegerse, y también pedir y conseguir asistencia
cuando no pueden controlar la situación por sí solas.
ONU
Podemos influir sobre las normas sociales que condonan las relaciones sexuales forzadas. En muchos sitios las
normas sociales prevalentes aceptan la violencia y la coacción sexual. Además de empoderar a las adolescentes,
se necesitan intervenciones para cuestionar y modificar las normas que condonan estas acciones: las sociedades
no deben tolerar esta violación a los derechos.
Debemos comprometer a los varones a cuestionar las normas de género. En muchos contextos se acepta la violencia de género como norma. Esto debe cambiar. Debemos involucrar activamente a los hombres en programas
que los ayuden a analizar críticamente las normas y estereotipos de género y su efecto negativo.
iv
Ibid.
5
Reducir los abortos inseguros es clave para reducir las
muertes maternas.
Muchos de los embarazos en adolescentes terminan en aborto, a menudo en abortos insegurosv. En África,
por ejemplo, uno de cada cuatro abortos inseguros se realiza en jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. Miles
de mujeres mueren a causa del aborto inseguro y muchísimas más quedan lisiadas de por vida.
Debemos facilitar el acceso a servicios de aborto y post aborto seguros. Pocos son los países en los que las
adolescentes pueden obtener abortos seguros. Debemos exigir leyes que permitan a las adolescentes acceder a
servicios de aborto seguros y legales y a servicios de post aborto apropiados, más allá de la legalidad del aborto
en sí. Todas las adolescentes que han recurrido a un aborto deben recibir servicios de consejería y anticoncepción post aborto.
Podemos informar a las adolescentes sobre los riesgos del aborto inseguro y sobre cómo acceder a un aborto
seguro. A menudo, las adolescentes desconocen los riesgos del aborto inseguro o temen acercarse a los centros
de salud. Todas las adolescentes y sus familias deben recibir información sobre los riesgos del aborto inseguro, y
sobre dónde, cómo y en qué condiciones pueden obtener un aborto legal.
Podemos educar a la comunidad sobre los riesgos del aborto inseguro. Gran parte de la sociedad desconoce
las dimensiones trágicas de denegar a las adolescentes el acceso al aborto seguro y legal. Debemos sensibilizar
a las comunidades acerca de estas graves consecuencias para fomentar la demanda de políticas que permitan a
las adolescentes acceder a servicios de aborto y post aborto seguros.
Debemos identificar y eliminar las barreras a los servicios de aborto seguros. Hay que asegurar que todas las
adolescentes que lo necesiten, puedan acceder a servicios de aborto y post aborto seguros, así como a métodos
de planificación familiar.
v
Ibid.
6
El acceso a la atención calificada antes durante y después
del parto es un derecho postergado.
Un tercio de las mujeres en los países en desarrollo dan a luz sin atención médica calificadavi. Las adolescentes,
en particular, enfrentan importantes barreras para vivir la maternidad sin riesgos.
Podemos ampliar el acceso a la atención médica calificada antes, durante y después del parto. La atención
calificada salva las vidas de las mujeres embarazadas y sus bebés. Los legisladores deben promover leyes que
aseguren el acceso de todas las mujeres embarazadas, incluidas las adolescentes, a servicios de calidad antes,
durante y después del parto.
Podemos ampliar el acceso a la AOEm básica e integral. La atención obstétrica de emergencia (AOem) básica e
integral es esencial para la maternidad sin riesgos. El acceso a estos servicios debe ampliarse a todas las mujeres embarazadas, incluyendo a las adolescentes.
Podemos sensibilizar a las adolescentes, sus familias y comunidades sobre la importancia de recibir atención
materna calificada. Para asegurar el uso de los servicios, hay que concientizar a la opinión pública sobre el
hecho de que la atención obstétrica de calidad antes, durante y después de dar a luz salva vidas.
Podemos asegurar que las adolescentes, sus familias y comunidades estén preparadas para responder a las
emergencias obstétricas. Las adolescentes embarazadas deben recibir la información necesaria para saber
cómo actuar en caso de una emergencia obstétrica. Esta preparación debe ofrecerse de forma sistemática a
todas las adolescentes como parte de la atención prenatal, desde los hogares, las comunidades y los centros
sanitarios.
Debemos ser sensibles y responder a las necesidades de las adolescentes embarazadas y las madres jóvenes.
Todas las mujeres deben tener acceso a atención médica calificada antes, durante y después de dar a luz. Si surgen complicaciones deben disponer de servicios obstétricos de emergencia. Los proveedores de servicios deben
tratar a las jóvenes con respecto y ser sensibles a sus necesidades particulares.
vi
United Nations Population Fund. How universal is access to reproductive health? A review of the evidence. New York: UNFPA, 2010.
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