ANÁLISIS DE TEORÍAS ERIKSON Y MARCIA, JUNTO A PSICOEDUCACIÓN PARA PADRES. Estudiantes: Johanna Catalán, Alicia Godoy, Jennifer Rojas Carrera: Psicología Advance, S11. I. INTRODUCCIÓN El desarrollo humano es un proceso complejo en el que convergen aspectos psicosociales, cognitivos y sexuales. La teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erikson ofrece una perspectiva fundamental sobre las crisis vitales que enfrentan las personas en cada etapa de la vida. Durante la adolescencia, Erikson plantea la crisis de identidad vs. confusión de roles, en la que los jóvenes buscan definir quiénes son y cuál es su lugar en el mundo (Erikson, 1993). Este conflicto es evidente en la vida de personajes que representan a adolescentes en transición, como aquellos que cuestionan las normas familiares o exploran nuevas ideologías. El éxito en esta etapa radica en construir una identidad coherente; por el contrario, el fracaso genera confusión y una identidad difusa (Marcia, 1980). En este contexto, la teoría de Marcia amplía la comprensión de la identidad a través de cuatro estados: Difusión: la persona no ha explorado ni se ha comprometido con una identidad Exclusión: se adopta una identidad sin exploración previa, generalmente siguiendo las expectativas de otros (como padres o sociedad). Moratoria: exploración activa de alternativas sin haber tomado aún un compromiso definitivo sobre la identidad. Identidad lograda: tras explorar, la persona se compromete con una identidad clara y coherente. De lo anterior, se desglosan los siguientes tres elementos relevantes de su teoría: La importancia de la exploración activa para construir una identidad sólida El rol de las crisis como catalizadores del cambio El impacto del compromiso en los valores y metas personales. Por ejemplo, un adolescente en moratoria está explorando opciones, lo que le permite reflexionar antes de comprometerse. Por otra parte, en el ámbito del desarrollo psicosexual, existen creencias erróneas comunes entre los padres que pueden afectar el bienestar del adolescente. Una de estas es pensar que hablar de sexualidad fomenta el inicio temprano de la actividad sexual. Contrariamente, la evidencia muestra que la educación sexual abierta reduce comportamientos riesgosos, promoviendo relaciones responsables y seguras. Otra creencia es que la sexualidad se limita a la actividad sexual, ignorando su dimensión emocional y afectiva. Es fundamental educar a los padres para que entiendan que la sexualidad incluye valores, emociones y actitudes, no solo prácticas («AbstinenceOnly-Until-Marriage Policies and Programs», 2017; Kirby, 2007) La psicoeducación para los padres debe incluir la promoción de una comunicación abierta, no juzgadora, que permita a los adolescentes expresar sus inquietudes. Además, brindar información basada en evidencia sobre el desarrollo sexual y las emociones fortalece su rol como guías durante este periodo crítico. Un enfoque psicosocial integral que combine las perspectivas de Erikson, Marcia y la educación sexual adecuada permite comprender mejor los desafíos y fortalezas de los adolescentes, ayudándolos a alcanzar un desarrollo equilibrado. II. CASO CLÍNICO Juan Miguel es un adolescente de 17 años. Juan Miguel asiste al psicólogo ya que aún no sabe qué estudiar. Se debate entre periodismo, psicología y medicina. Dice que de periodismo le gusta la posibilidad de “mantener informada a la gente, sobre todo en temas de contingencia política”. Sin embargo, le gusta el ámbito de la salud, por lo que también quisiera explorar carreras del área de la salud física (medicina, enfermería) y la salud mental (psicología o psiquiatría). Ambos padres son ortodoncistas, por lo que insisten en que la mejor opción es ortodoncia, ya que así podrían dejarle como legado la clínica odontológica que ellos han construido a lo largo de su vida profesional. Sin embargo, estarían dispuestos a que su hijo estudie medicina si eso implica que no estudie ni psicología ni periodismo. Juan Miguel percibe la presión de sus padres. Sabe que ellos son muy tradicionales, por lo que es importante para ellos que Juan Miguel escoja una carrera de las ciencias de la salud, derecho o alguna ingeniería. De este modo sabe que, si estudia periodismo o psicología, tendrá que esforzarse al máximo para que sus padres no le reprochen que hizo una mala elección. Asimismo, señala que cualquier carrera que estudie debe tener un componente de pensamiento crítico. Juan Miguel cuenta que le encanta participar en grupos de debate y centros de alumnos. Con ellos se identifica y se vincula positivamente. Por otra parte, los padres llevan a Juan Miguel a psicoterapia con un motivo oculto. Por una conversación que leyeron en su teléfono, sospechan que su hijo está saliendo con un compañero. Esto les preocupa, porque “no quieren que su hijo termine vistiéndose como mujer, como todos los chiquillos de hoy en día que un día son hombres y después son mujer”. Al respecto, Juan Miguel le pide a su psicólogo que por favor realice una psicoeducación a sus padres: “Mis padres no saben nada de estos temas; confunden orientación con identidad sexual, y si bien no tiene nada de malo que existan personas no cisgénero, desearía que mi papá no me pregunte todo el tiempo si comenzaré a vestirme de mujer”. Descripción del caso utilizando la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson. Según Erikson (1968), la teoría del desarrollo psicosocial se compone de ocho etapas, cada una con un conflicto central que debe resolverse para un desarrollo saludable (Erikson, 1968). Juan Miguel, a sus 17 años, se encuentra en la etapa de “Identidad vs. Confusión de Roles”. Esta etapa es crucial durante la adolescencia, ya que los jóvenes buscan establecer su identidad personal y social. En el caso de Juan Miguel, él está explorando diferentes opciones de carrera, como periodismo, psicología y medicina. Esta exploración refleja su búsqueda de identidad y su deseo de encontrar una carrera que se alinee con sus intereses y valores. Sin embargo, también enfrenta una fuerte presión de sus padres, quienes desean que siga una carrera en el ámbito de la salud, como ortodoncia o medicina. Esta presión externa añade un nivel de complejidad a su III. proceso de desarrollo de identidad. La participación de Juan Miguel en grupos de debate y centros de alumnos indica su interés en el pensamiento crítico y su deseo de involucrarse en actividades que le permitan expresarse y conectarse con otros. Estas actividades son parte de su exploración de identidad y le ayudan a definir quién es y qué valora. La resolución exitosa del conflicto de “Identidad vs. Confusión de Roles” permitirá a Juan Miguel desarrollar una identidad clara y estable. Sin embargo, la presión de sus padres y sus propias dudas sobre qué carrera elegir muestran que aún está en proceso de resolver este conflicto. Es importante que Juan Miguel tenga el apoyo necesario para explorar sus opciones y tomar una decisión que refleje sus verdaderos intereses y valores. En resumen, utilizando la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson, podemos ver que Juan Miguel está en una etapa crítica de su desarrollo, enfrentando el desafío de definir su identidad mientras maneja las expectativas y presiones externas. IV. Desarrollo de la identidad de acuerdo con Marcia Según la teoría de los estados de identidad de James Marcia (1966), el desarrollo de la identidad se puede entender a través de cuatro estados basados en los procesos de exploración y compromiso: difusión de identidad, moratoria, logro de identidad y cierre de identidad (Marcia, 1966). En el caso de Juan Miguel, él se encuentra en un estado de moratoria. Este estado se caracteriza por una exploración activa de diferentes opciones sin haber llegado aún a un compromiso definitivo. Juan Miguel está considerando varias carreras, como periodismo, psicología y medicina, lo que muestra su proceso de exploración. Además, participa en actividades como grupos de debate y centros de alumnos, lo que indica su búsqueda activa de identidad y su interés en el pensamiento crítico. La presión de sus padres para que elija una carrera en el ámbito de la salud añade una capa adicional de complejidad a su proceso de desarrollo de identidad. Sus padres prefieren que siga una carrera tradicional y relacionada con la salud, como ortodoncia o medicina, y están en contra de que estudie periodismo o psicología. Esta presión externa puede dificultar que Juan Miguel llegue a un compromiso que refleje verdaderamente sus intereses y valores personales. En resumen, Juan Miguel está en una fase crucial de exploración (moratoria) en su desarrollo de identidad, según Marcia. Está evaluando diferentes opciones y enfrentando presiones externas, lo que es típico en la búsqueda de una identidad sólida y coherente durante la adolescencia. Psicoeducación a los padres de Juan Miguel respecto del desarrollo sexual Es fundamental que los padres de Juan Miguel comprendan cómo sus creencias erróneas sobre el desarrollo sexual pueden influir negativamente en el bienestar de su hijo. Estas creencias deben ser identificadas y abordadas de manera empática, ofreciendo información clara y precisa para facilitar su comprensión y apoyo en el proceso de autodescubrimiento de Juan Miguel. Por ejemplo, los padres confunden orientación sexual con identidad de género, creyendo que la orientación de su hijo podría determinar su expresión de género, como "vestirse como mujer". Este tipo de creencias refleja una falta de información sobre la diversidad de la sexualidad humana. Además, existe un temor basado en estereotipos sobre expresión de género, que V. asume que la orientación sexual de una persona define cómo debe expresarse externamente (i.e.: vestimenta, accesorios, maquillaje, etc). (Rafferty et al., 2018). De acuerdo con lo anterior, una vez identificadas estas creencias, es esencial abordarlas con información adecuada (es decir, es necesario brindarles psicoeducación). En este contexto, la orientación sexual se refiere a la atracción emocional, romántica o sexual hacia otras personas y no está relacionada directamente con cómo una persona se identifica o se expresa. Por otro lado, la identidad de género describe cómo una persona se percibe a sí misma internamente y puede o no coincidir con el sexo asignado al nacer. Finalmente, la expresión de género está vinculada a cómo una persona presenta su género al mundo, a través de ropa, comportamiento y estilo, y no necesariamente está relacionada con su orientación sexual o identidad de género. Ejemplos prácticos: Un adolescente puede identificarse como hombre (identidad de género) y sentirse atraído por otros hombres (orientación sexual). Una persona cisgénero (su identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer), puede preferir vestimenta asociada culturalmente con otro género como parte de su expresión personal. Asimismo, es crucial que los padres comprendan que la diversidad es parte integral de la experiencia humana, y que cada persona tiene un camino único de desarrollo y autodescubrimiento. Además, los padres deben crear un entorno de apoyo emocional y aceptación, donde Juan Miguel se sienta seguro y amado, permitiéndole expresar sus inquietudes sin temor a juicios. Para proporcionar herramientas efectivas a los padres, es importante: Ofrecer recursos educativos accesibles: Recomendar materiales como libros, artículos o guías sobre diversidad sexual y de género. Estos recursos deben ser prácticos y basados en evidencia científica, como las publicaciones de la American Psychological Association (APA). Facilitar espacios de aprendizaje: Sugerir la participación en talleres, charlas o grupos de apoyo donde puedan compartir experiencias con otros padres y aprender de profesionales en el área de la psicología y la educación sexual. Establecer un canal de comunicación continuo con el psicólogo: Proponer reuniones periódicas donde los padres puedan expresar sus dudas, recibir orientación personalizada y evaluar su progreso en la creación de un ambiente de apoyo para su hijo. Finalmente, es importante recordar que el proceso de psicoeducación no debe ser percibido como una imposición, sino como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento tanto para los padres como para su hijo (Coolhart & Shipman, 2017). Es importante reconocer que los padres también pueden experimentar malestar, confusión o incluso resistencia al enfrentarse a información que desafía sus creencias previas. Para que este proceso sea lo menos traumático posible para ambas partes, se pueden implementar las siguientes estrategias: 1. Validación emocional: Reconocer los sentimientos de los padres, como su preocupación o miedo, y explicar que estas emociones son normales cuando se enfrentan a algo desconocido. Esto ayuda a generar un espacio seguro para dialogar sin juicios. (Riley et al., 2011) 2. Enfoque gradual: Presentar la información de manera progresiva, adaptándola a las necesidades y ritmo de los padres. Esto evita que se sientan abrumados y facilita la asimilación de nuevos conceptos. (Kuvalanka et al., 2014) 3. Reenfocar la preocupación: Ayudar a los padres a comprender que su objetivo principal es el bienestar emocional y psicológico de su hijo, lo que incluye brindarle un ambiente de aceptación y apoyo.(Malpas, 2011) VI. CONCLUSIÓN El desarrollo humano durante la adolescencia implica enfrentarse a desafíos críticos relacionados con la identidad y las expectativas sociales. Las teorías de Erikson y Marcia destacan la importancia de la exploración activa y el compromiso para alcanzar una identidad sólida. Además, la psicoeducación para los padres, basada en la validación emocional, el enfoque gradual y el reforzamiento de valores de aceptación, resulta esencial para construir un entorno que permita a los adolescentes, como Juan Miguel, crecer en un ambiente seguro, empático y enriquecedor. Este enfoque integral no solo beneficia al adolescente, sino que también facilita el aprendizaje y la adaptación de los padres a nuevas perspectivas. REFERENCIAS Abstinence-Only-Until-Marriage Policies and Programs: An Updated Position Paper of the Society for Adolescent Health and Medicine. (2017). Journal of Adolescent Health, 61(3), 400-403. Coolhart, D., & Shipman, D. L. (2017). Working Toward Family Attunement: Family Therapy with Transgender and Gender-Nonconforming Children and Adolescents. Psychiatric Clinics of North America, 40(1), 113-125. Erikson, E. H. (1968). Identity youth and crisis. WW Norton & company. Erikson, E. H. (1993). Childhood and Society. W. W. Norton & Company. Kirby, D. (2007). Emerging answers, 2007: Research findings on programs to reduce teen pregnancy and sexually transmitted diseases. National Campaign to Prevent Teen and Unplanned Pregnancy. Kuvalanka, K. A., Weiner, J. L., & Mahan, D. (2014). Child, Family, and Community Transformations: Findings from Interviews with Mothers of Transgender Girls. Journal of GLBT Family Studies, 10(4), 354-379. Malpas, J. (2011). Between pink and blue: A multi-dimensional family approach to gender nonconforming children and their families. Family Process, 50(4), 453-470. Marcia, J. E. (1966). Development and validation of ego-identity status. Journal of Personality and Social Psychology, 3(5), 551-558. Marcia, J. E. (1980). Identity in Adolescence. Handbook of Adolescent Psychology, 9(11), 159-187. Rafferty, J., COMMITTEE ON PSYCHOSOCIAL ASPECTS OF CHILD AND FAMILY HEALTH, & SECTION ON LESBIAN, G., BISEXUAL, AND TRANSGENDER HEALTH AND WELLNESS. (2018). 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