GUIA DE CULTIVO PARA GIRASOLES Instrucciones Encuentra un sitio en el jardín que reciba sol pleno. Los girasoles crecen de la mejor manera en climas cálidos con sol pleno durante todo el día. Los climas con veranos largos son perfectos para esta planta. Encuentra un sitio protegido del viento. Si fuera posible, es mejor mantenerlas cuidadas del viento. Planta las semillas junto a una cerca, de lado a una casa o detrás de una hilera de árboles robustos. Si fuera posible, ubícalas en el sector norte de tu jardín. Esto evitará que las plantas hagan sombra a las otras plantas del jardín Chequea el pH del suelo. Los girasoles crecen mejor en suelos ligeramente ácidos con un pH de entre 6,0 y 7,5. Sin embargo, los girasoles son relativamente resistentes y pueden crecer sin dificultades en varios tipos de suelo. Si el nivel de pH está por debajo de 6,0, enriquece el suelo utilizando compost o abono. Si el nivel de pH está por encima de 7,5, añade sulfuro granulado para disminuir el pH. . Asegúrate de que el suelo drena bien. una de las cosas que peor les hace es un suelo inundado. Asegúrate de que el lugar que has escogido tenga buen drenaje o construye un macetero sencillo. Si fuera necesario, construye una huerta elevada con placas de cedro de 1,5 mts de longitud. El cedro es una buena opción porque no se pudrirá aunque esté en contacto con el agua. Afloja la tierra utilizando tus manos. Debes conseguir que la tierra esté suelta y liviana para sembrar las semillas. Cava hoyos de 2,5 cmts, con una distancia de unos 60 cmts entre cada uno, dependiendo de la variedad que vayas a sembrar. Puedes hacer estos hoyos con tus manos y te resultará sencillo. Si estás sembrando hileras, guarda una distancia de 1,5 metros entre cada hilera. Los girasoles necesitan mucho espacio para crecer saludables. Para tipos de girasol grandes, deja 1 mt entre cada semilla. Para girasoles de tamaño medio, con 70 cmts bastará. Puedes espaciar la siembra algunas semanas para que florezcan durante todo el verano. Dado que los girasoles son plantas anuales (crecen solamente una vez al año), diferir la siembra te asegurará tener flores durante un mayor periodo de tiempo. Mezcla una fina capa de fertilizante después de plantar las semillas. Lo mejor es que sea un fertilizante orgánico. Viértelo sobre el área donde hayas sembrado. Si tienes abono también es buena idea mezclarlo con la tierra que has removido. Riega con abundante agua después de sembrarlas y fertilizarlas. Asegúrate de que no se inunde el sector. Riega las plantas día por medio. En épocas demasiado calurosas o muy nubladas, ajusta el riego. Si todo va bien, las plantas estarán entre 2 y 3 meses después de haberlas plantado. Coloca guías si fuera necesario. Si vives en una zona ventosa, necesitarás guías para que las plantas no se caigan por el viento. Extermina pestes y moho. Aunque están relativamente libres de plagas, algunas polillas pueden colocar sus huevos sobre la flor. Simplemente quita las pequeñas lombrices para evitar que crezcan comiéndosela. Los girasoles también tienen la habilidad de contraer moho y oxidarse. Si alguna de estas cosas sucediera, rocía las flores con funguicida. Cosecha las semillas o las flores. Cuando las semillas comienzan a secarse y oscurecerse y las flores comienzan a languidecer, es el momento de cosechar. Corta las flores dejando unos 5 cmts de tallo y cuélgalas boca abajo hasta que estén completamente secas. Elige un especio seco y bien ventilado para colgarlas. Para hacer unas deliciosas semillas, rehoga las semillas en agua con sal. Luego escúrrelas y colócalas sobre una bandeja de horno a fuego mínimo (120° C) hasta verlas ligeramente tostadas. Para disfrutarlas como centro de mesa, corta el tallo en ángulo la mañana anterior de que la flor abra totalmente sus pétalos. Cambia el agua del florero cada dos días para que las flores resistan por más tiempo.