Sr. Freddy Pacheco León,Ciencias Biológicas, catedrático jubilado UNA,

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Clamor del Papa Francisco por el Planeta. Una visión
desde Costa Rica
Freddy Pacheco León*
Doctor en Ciencias Biológicas
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El planeta enfermo
Nunca antes, un Papa había hablado tan claro y con tanto fundamento sobre la
situación ambiental del planeta. Consecuente con su sentida invocación a San
Francisco de Asís al escoger su nombre de Obispo de Roma, Francisco inicia
su Encíclica con estas palabras: “1. «Laudato si, mi Signore» – «Alabado seas,
mi Señor», como cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos
recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual
compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus
brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual
nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y
hierba».
Y refiriéndose al santo, agrega: “Creo que Francisco es el ejemplo por
excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con
alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan
en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos (…)
En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la
naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz
interior”.
Y es que para Francisco aquél concepto de “desarrollo sostenible e integral”,
reafirmado y mayormente divulgado a partir de la Cumbre de jefes de Estado
en Río de Janeiro celebrada en junio de 1992, ha de verse como una
preocupación común de la familia humana hacia tiempos mejores; “sabemos
que las cosas pueden cambiar”, es su llamado pleno de esperanza.
“Un inmenso depósito de porquería”
Ampliamente conocedor de lo que sucede en “nuestra casa común”, el Papa no
desdeña ninguno de los problemas, acciones y amenazas que afectan
negativamente al planeta, ni a sus causas, usando incluso palabras muy
fuertes (para algunos) como cuando afirma “La tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------* Doctor en Ciencias Biológicas, Universidad de Dundee, Escocia, R.U., catedrático jubilado
Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. Dirección electrónica [email protected]
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Inmundicia provocada por la creciente “exposición a los contaminantes
atmosféricos (que) produce un amplio espectro de efectos sobre la salud,
especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes
prematuras”. Dentro de los que menciona “al transporte, al humo de la
industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del
suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de
malezas y agrotóxicos en general”. “Se producen cientos de millones de
toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables: residuos
domiciliarios y comerciales, residuos de demolición, residuos clínicos,
electrónicos e industriales, residuos altamente tóxicos y radiactivos”, acota.
Habrá quienes con razón dirán que Francisco no está diciendo nada nuevo;
que en nuestras sociedades, incluso a nivel local, ya se ha venido denunciando
y reclamando sobre esta situación. Que las acciones comunales han sido
múltiples, pero que igualmente, la respuesta institucional y formal de las
autoridades gubernamentales ha sido, en la mayoría de las veces, reprochable.
Algo innegable, pero que es precisamente ante esas omisiones y ante la
ausencia de soluciones efectivas imbuidas de sensibilidad humana, que será la
voz del Papa, con el alto sentido espiritual, moral, ético, cristiano, que encierra,
la que ahora habrán de enfrentar los que desdeñan la voz del pueblo (que
pocas veces se toma como “la voz de Dios”, pese a la repetida expresión).
Con el Papa Francisco, a manera de ejemplo, ahora podemos decir a los
servidores públicos, que los habitantes de las comunidades urbanas
(principalmente) no merecen seguir siendo intoxicados por los gases emitidos
por los desechos sólidos de un vertedero mal manejado, que desde que
iniciara su funcionamiento incumple con las normas establecidas en un Plan
Nacional de Manejo de Desechos oficialmente decretado, donde se estipula
que no podía ubicarse a menos de 500 metros de una comunidad ni cerca de
las riberas de los ríos. O que es un crimen la sola idea de permitir el
funcionamiento de incineradores de basura, productores inevitables de gases
letales como dioxinas y el furanos, contaminantes orgánicos persistentes que
provocan cáncer, patologías inmunológicas, desórdenes endocrinos, diabetes y
malformaciones congénitas.
Y reafirma, en pocas palabras, lo que ha sido una prédica continua desde el
sector de los ambientalistas sinceros: “Estos problemas están íntimamente
ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos
excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. (…)
Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que
asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone
limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo,
maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar”.
El cambio climático
La combinación de los factores que evidencian la realidad del cambio
climático, unidos a los efectos más marcados del fenómeno de El Niño, que
para el caso particular de Costa Rica han sido marcadamente severos en el
2015, con extendidas sequías experimentadas en la provincia de Guanacaste,
en la vertiente del Pacífico, que contrastan con las extraordinariamente grandes
precipitaciones lluviosas en la caribeña provincia de Limón, y que han hecho,
por fin, que algunos tomen conciencia de los efectos del cambio climático en
nuestro pequeño país. Así, frente a los que siguen anteponiendo los factores
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económicos por encima de los ecológicos, para no invertir en procesos que
mitiguen al menos el cambio climático, Francisco también tiene un mensaje.
“El clima”, expresa, “es un bien común, de todos y para todos. A nivel global,
es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para
la vida humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que
nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. (…)
Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la
órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos
señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se
debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido
carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de
la actividad humana”.
En el caso particular de Costa Rica, al no ser un país industrializado, alrededor
del 70% de los gases que acentúan el efecto invernadero proviene de la flota
vehicular. Como factor positivo, en condiciones climáticas equilibradas, el
Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) genera más del 90% de la energía
a partir del funcionamiento de plantas hidroeléctricas de reconocida eficiencia.
La construcción exitosa (que está en sus etapas finales) de otro proyecto
hidroeléctrico (P.H. Reventazón) en la vertiente Caribe, permitirá generar 305,5
megavatios de electricidad que suplirá la electricidad a 525.000 hogares, a
partir del año entrante. Muestra evidente de que la infraestructura energética
estatal se ha venido diseñando acorde con las potencialidades ambientales del
país, permitiendo así evitar la generación de electricidad a partir de
hidrocarburos, que profundizarían el daño ambiental.
Sin embargo, al reconocer que solo unos 24.000 vehículos del total de
aproximadamente 1,2 millones utilizan algún tipo de energía alternativa, vemos
que la proclamada meta nacional de alcanzar la “carbono neutralidad” para el
año 2021 (¡dentro de poco más de cinco años!) no es más que un canto
demagógico, irrealizable, propagandístico. Saben los gobernantes que ese
objetivo jamás se alcanzará, pues la realidad nos demuestra que lejos de
ejecutarse políticas efectivas para atender esa realidad, la tasa de importación
de vehículos de cualquier tipo mantiene cifras crecientes.
Pero bueno, tal vez ahora que el Papa ha manifestado su profunda
preocupación por “la hermana nuestra madre Tierra”, la demagogia le cederá
espacio a la honradez política y Costa Rica empezará a caminar por senderos
responsables, donde el “ambiente sano y ecológicamente equilibrado”,
estampado en nuestra Constitución Política, supere el texto y se convierta en
una práctica nacional. Al menos, esa es la esperanza.
Depredación de la naturaleza
“El capitalismo salvaje” del que nos hablara el Papa Juan Pablo II, en ciertos
casos no deja ni un árbol en pie. La generación de ganancia financiera se
convirtió en el dogma de una creencia fundamentalista, donde los textos
“sagrados” se reproducen en academias de economía donde se venera a
Milton Friedman. Líder de los “Chicago Boys” promotor de un inhumano libre
mercado, causante de profundo caos social que, se comprobó dolorosamente,
solo podría implementarse con cierto nivel de éxito, en el contexto de
regímenes dictatoriales como sucediera con Augusto Pinochet, después del
derrocamiento y muerte del Presidente Salvador Allende. Políticas económicas
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impuestas solo por la fuerza, ante el rechazo de los habitantes más pobres,
para quienes el sacrificio era (y es) un reto a la supervivencia.
Costa Rica, muy cercano a esas ideas, por muchos años hizo de “la
destrucción como desarrollo” su “modelo” predominante. Por eso, después
de tener por unos 15 años (entre 1970 y 1985) la tasa de deforestación más
alta en el mundo, una inmensa pérdida de suelos fértiles casi imposible de
evaluar y una pesca depredadora que arrasó con la riqueza del hasta entonces
productivo golfo de Nicoya, las consecuencias inmediatas provocaron
aumentos en pobreza y migraciones internas, que hoy subsisten.
La pesca de peces y crustáceos jamás pudo recuperarse, pues el brutal
rompimiento de las redes tróficas hizo que las vedas impuestas a los
pescadores semi-industriales y artesanales, fueran insuficientes para recuperar
las poblaciones de especies de interés comercial. Los suelos fértiles terminaron
la mayoría de ellos en los taludes marinos, arrastrados por los ríos que aún hoy
llegan al mar cargados de sedimentos.
Paradójicamente, la caída de la actividad ganadera de carne, por los efectos de
la disminución drástica de la demanda extranjera, trajeron como consecuencia
inesperada la recuperación de zonas boscosas. Sin embargo, la reforestación
de los bosques primarios, de gran biodiversidad, dieron paso a charrales y
tacotales y a plantaciones forestales de unas pocas especies exóticas de muy
limitado valor biológico, como Teca (Tectona grandis), Melina (Gmelina
arbórea), Chancho (Vochyssia sp.), Ciprés (Cupressus lusitanica), Jaúl (Alnus
acuminata), Cebo (Vochysia guatemalensis) y Amarillón (Teminalia amazonia).
De esta forma, aunque las estadísticas nos muestran una sostenida
recuperación de la cobertura vegetal, esos datos habrá que verlos con especial
atención pues la riqueza genética de los bosques originales, lamentablemente
se ha perdido para siempre.
Sobre esta situación, Francisco advierte que “Los recursos de la tierra también
están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la
economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida de selvas y
bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar
en el futuro recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación,
sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios. Las
diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para
resolver en el futuro alguna necesidad humana o para regular algún problema
ambiental”.
Y enfatiza: “El reemplazo de la flora silvestre por áreas forestadas con árboles,
que generalmente son monocultivos, tampoco suele ser objeto de un
adecuado análisis. Porque puede afectar gravemente a una biodiversidad
que no es albergada por las nuevas especies que se implantan”.
Y en referencia a los humedales que han adquirido mayor interés entre los
costarricenses, desde que se diera la invasión por el ejército nicaragüense de
un humedal costarricense situado cerca de la frontera norte del país (localidad
de isla Portillo) así como por las áreas de humedales destruidas como parte del
desarrollo de un puerto marítimo, que supuestamente desarrollaría la empresa
transnacional APM Terminals, en misma región Caribe. El Papa llama la
atención, señalando que “También los humedales, que son transformados en
terreno de cultivo, pierden la enorme biodiversidad que acogían. En algunas
zonas costeras, es preocupante la desaparición de los ecosistemas
constituidos por manglares”, como la “lucha” que ha venido sucediendo en
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Costa Rica entre arrozales y manglares, donde los primeros han sido los
vencedores indiscutibles.
Especies en peligro de extinción
Algunos entes autodenominados “conservacionistas”, “ambientalistas”,
“preservacionistas” y demás, han tomado animales como focas, osos panda,
delfines, tortugas marinas, ballenas, elefantes, águilas, rinocerontes, panteras,
etc., como símbolos de sus “campañas” internacionales. Se trata de acciones
muy bien financiadas con aportes diversos, que incluyen en algunos casos a
grandes corporaciones, muy alejadas por cierto, de tener en su misión
institucional la protección ambiental.
Un caso documentado es el de la denominada “Conservación Internacional”
(CI) organismo financiado por entes del Gobierno de los EUA con claros
intereses geopolíticos, en la que aparecen jugando papeles determinantes la
US-AID, el Departamento de Estado y la NASA, con presupuestos de hasta
$6.000 millones. Dinero comprometido por múltiples corporaciones, algunas
incluso con oscuros historiales en los campos económicos, políticos, laborales
y ambientales. Tales como ALCOA, British Petroleum, la minera Río Tinto,
Bank of America, CEMEX, Chevron Texaco Corporation, SHELL, Citigroup,
Coca Cola, Ford Motor Co., Intel, compañías de cruceros, KRAFT, McDonald´s,
Microsoft, corporaciones productoras de papel, MONSANTO, NBC Televisión
Network, Office Depot, ORACLE, productoras de Hollywood, PEPSI,
SAFEWAY, SONY, Starbuks Coffee, TreeTop Incorporation, United Airlines,
Visa USA, Volcafe, Walt-Mart y otras. Corporación de empresas
transnacionales que se presenta como
“conservacionista” con muchos
vínculos en Costa Rica y muchos otros países ricos en recursos naturales, lo
que justifica el “gran interés” que despierta en ellas, su acercamiento a grupos
malinchistas que contribuyen gustosos con las acciones que desde la metrópoli
les dictan.
Asimismo, cabe citar en esta breve e incompleta acotación,
a “The
Leatherback Trust” (Fideicomiso baulas) presidida por un exasesor del
Pentágono, a la que se le demostraron acciones reprochables hacia las
tortugas marinas de Costa Rica que decían estar protegiendo, como el caso de
un “experimento” en el que decapitaron cientos de neonatos de baulas para
determinar el sexo de los mismos. Y no podrían faltar las organizaciones
acusadas de gestar fraudes financieros por medio de movimientos
sospechosos de sus acciones en las bolsas de valores, como sucediera con el
Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) a la que se ha llegado a llamar
“World Wide Fraud” fundada por el príncipe Felipe de Edimburgo, reconocido
cazador de fauna silvestre.
Hechos conocidos, que se han tratado de denunciar pero que han contado con
la protección cómplice de medios de comunicación masiva, usualmente
contratados para publirreportajes y campañas propagandísticas abiertas, que
ahora Francisco denuncia en su (para muchos) incómoda Encíclica.
Situación que resume el Papa cuando nos recuerda: “(...) Pero no basta pensar
en las distintas especies sólo como eventuales «recursos» explotables,
olvidando que tienen un valor en sí mismas. Cada año desaparecen miles de
especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros
hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre. La inmensa mayoría se
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extinguen por razones que tienen que ver con alguna acción humana”. Y
agrega, en clara alusión a los que lucran con animales símbolo, como los
citados, cual si su conservación fuera la más importante tarea: “Posiblemente
nos inquieta saber de la extinción de un mamífero o de un ave, por su mayor
visibilidad. Pero para el buen funcionamiento de los ecosistemas también son
necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y
la innumerable variedad de microorganismos. Algunas especies poco
numerosas, que suelen pasar desapercibidas, juegan un rol crítico fundamental
para estabilizar el equilibrio de un lugar”.
Especies que, acorde con los intereses de los que lucran con la “conservación”,
no podrían usarse como “símbolos” de sus campañas y marchas, pues sin
duda enfrentarían el rechazo de los publicistas eventualmente contratados para
esas actividades. ¿Se imaginan lo que sucedería con una campaña para
salvar, por ejemplo, a las diminutas cianobacterias? ¿Se podrían negociar
títulos valores con esos “símbolos”? ¿Se podría sustentar un modus vivendi a
partir de algo tan “insignificante”?
“La cuestión del agua”
Con ese título, el Papa Francisco dedica las más sentidas reflexiones a la
situación del agua potable en muchas regiones del planeta. Y es que como han
expresado pueblos originarios del altiplano andino, “Tomar agua nos da vida,
pero tomar conciencia nos da agua”, en referencia a las silenciosas y por
tanto cínicas amenazas que se ciernen desde las inescrupulosas corporaciones
que lucran con el comercio del agua cual bien económico. E incluso con la
administración concesionada de acueductos, como una vez se intentara
hacer en Costa Rica durante la administración del presidente Miguel Ángel
Rodríguez (1998-2002).
Ese tomar conciencia ha de ser una tarea impostergable que habrán de
cumplir los pueblos latinoamericanos y de otros países del sur, para enfrentar
con algún grado de éxito a los que consideran el agua como “una necesidad
básica” de los pueblos… y no como “un derecho humano básico”, tal y
como sostienen los entes comerciales en los llamados “foros mundiales del
agua”, que en lugar de ser convocados por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), para que sus diálogos se realicen en un marco transparente
(como el agua) donde sean los pueblos del mundo los que deliberen y
promulguen soluciones a la crisis hídrica, y no los que lucran vilmente con tan
preciado recurso vital.
“Foros” comerciales a donde son llevados (como el más reciente realizado en
Corea del Sur) más de 30.000 “invitados” a hacer cualquier cosa menos que a
debatir. “Foros”, eso sí, muy atractivos para los “turistas del agua”, financiados
por los representantes del negocio del agua reunidos bajo la sombrilla del
Consejo Mundial del Agua (WWC), apéndice del Banco Mundial. Entes hijos de
este banco, como el “Global Water Partnership” (GWP) que se encargan de
canalizar los deseos expresos de corporaciones como Suez, Vivendi, GW
Thames, Coca Cola, Nestlé, Femsa, Bechtell y otros, quienes a través de
testaferros ubicados en instituciones públicas (como en Costa Rica) conspiran
por establecer los medios que les permitan, adecuar las legislaciones de los
países de esos especiales “turistas”, comprometidos con los generosos
patrocinadores de sus numerosos viajes alrededor del mundo.
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Una amenazante nueva Ley de Aguas para Costa Rica
Los antecedentes anotados han de considerarse para
comprender la
insistencia mostrada por algunos costarricenses vinculados con la citada GWPBanco Mundial, por sustituir una magnífica Ley de Aguas inspirada en la
Doctrina Social de la Iglesia, que se emitiera durante la administración del Dr.
Rafael Ángel Calderón Guardia en agosto de 1942. Legislación que fuere
modificada en 1972 y más intensamente en 1996, para adecuarla a las
características y necesidades de la Costa Rica del siglo XXI.
Ley que abrió el camino para la creación del Servicio Nacional de Acueductos y
Alcantarillados –SNAA- (que luego le dio paso al Instituto Costarricense de
Acueductos y Alcantarillados – ICAA-), así como al funcionamiento de las más
de mil ASADAS (asociaciones administradoras de acueductos rurales) y otros
entes de interés público con funciones en el sector agua, sin que se hubiere
provocado caos alguno, más allá de los inevitables problemas administrativos
de cualquier sector.
Sin embargo, los que han venido conspirando contra esa ley nacida bajo la
influencia de las encíclicas “Rerum novarum” y “Quadragesimo anno” y ante la
realidad conocida por el entonces estudiante de medicina Rafael Ángel
Calderón en la Bélgica que lo acogía. Realidad muy diferente a la Costa Rica
de entonces, donde sus habitantes no gozaban de servicios de salud pública,
de garantías laborales, de educación universitaria, ni de agua potable.
Situación que seguramente desveló al sensible médico que veía como sus
compatriotas tenían un promedio de vida que no superaba los 47 años, pues
las enfermedades, en su mayoría vinculadas a las aguas contaminadas que
consumían, tenían que enfrentarse con decisión política. Así nació la Ley de
Aguas que todavía goza de buena salud y que los “interesados con intereses”
consideran desechable.
Pues bien, después de engañar a poco más de 150.000 ciudadanos que
firmaran por un proyecto de ley que se tramitaría por el nuevo mecanismo de
“iniciativa popular”, los bien financiados promotores del nuevo proyecto que
sustituiría esa Ley de Aguas vigente, llevaron a la Asamblea Legislativa un
texto desconocido por los que hubieren firmado y, en un acto torpe además de
malintencionado, lo modificaron sustancialmente al interior de una comisión
legislativa. Al cambiarlo en su espíritu y letra, hicieron que el proceso cayera en
una situación contraria a la Constitución Política de Costa Rica, pues un
proyecto de iniciativa popular, en aras de respetar la voluntad de los
ciudadanos que la suscriben, no puede ser modificada en su esencia, como
alegremente hicieron.
Pero más allá de esa situación relacionada con el procedimiento, los que
hemos tratado de advertir a los habitantes acerca de las amenazas evidentes
que contiene ese proyecto, hemos recibido con especial beneplácito la
Encíclica Laudato Si que comentamos. Cual si Francisco hubiere estado
enterado de lo que se discutía en Costa Rica, lo que escribió hace que lo
sintamos al lado de los costarricenses que queremos evitarle un terrible daño a
la calidad de vida de nuestros compatriotas y demás habitantes del país, en
caso de que un proyecto así llegara a aprobarse. ¡Veamos algunos de sus
puntos cuestionables!
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Agua como bien económico y como necesidad básica. No como
bien social y derecho humano básico
Dice el Papa: “Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua
disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso
escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado.
En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano
básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las
personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos
humanos”.
Párrafo que parece una respuesta a la declaratoria del agua como un “bien
económico” que se incluyera subrepticiamente en el proyecto propiciado por la
GWP, en sustitución al apartado que declaraba como principio general que “El
agua es un recurso de usos múltiples, siendo el consumo humano el
prioritario”. Bien económico (que es muy diferente a “valor económico”) que al
tratarlo como una mercancía, como dice el Papa, lo coloca en el ámbito del
mercado donde puede ser privatizable.
Y también la Encíclica destaca que el acceso al agua, como es una tendencia
muy extendida entre los pueblos del mundo que ven como su escasez
amenaza a los que sufren hambre en virtud de su inhumana condición
económica, ha de ser un derecho humano. Que esa agua ha de ser “potable y
segura”, o sea, en calidad y cantidad adecuadas. Respuesta oportuna del Papa
a los que cínicamente modificaron el principio general que decía “El acceso al
agua en cantidad y calidad adecuadas y al saneamiento son derechos
humanos fundamentales indispensables para satisfacer todas las necesidades
básicas”, al eliminarle que tal acceso fuere “en cantidad y calidad adecuadas
(indispensables) para satisfacer todas las necesidades básicas”.
La inaceptable eliminación del párrafo “en cantidad y calidad adecuadas
(indispensables) para satisfacer todas las necesidades básicas”, choca con lo
que manifiesta el Papa cuando nos recuerda lo siguiente: “Un problema
particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres,
que provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son
frecuentes enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por
microorganismos y por sustancias químicas. La diarrea y el cólera, que se
relacionan con servicios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un
factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil”.
En fin, se trata de mutilaciones que obviamente no se hicieron por error, sino
que obedecen a la ideología imperante en los principios que rigen la acción del
Consejo Mundial del Agua (WWC) y la GWP-Banco Mundial, expresados en los
foros del agua organizados por los comerciantes del agua que denuncia el
Papa Francisco. Entes para los cuales el agua ha de considerársele como un
bien económico y no como un bien social, y para quienes su acceso en
calidad y cantidad suficientes no ha de ser un derecho humano básico, sino
una “necesidad” básica, como lo acordaran en el Foro Mundial del Agua
celebrado en Estambul, con la presencia de delegados costarricenses que ni se
enteraron de lo que se estaba decidiendo “en las alturas”.
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Las aguas subterráneas
Además de lo anterior, el proyecto de nueva Ley de Aguas de la GWP-Banco
Mundial plantea algo insólito. Al desconocer la experiencia acumulada a lo
largo de tres décadas por los profesionales especializados en el manejo e
investigación de las aguas subterráneas por el estatal “Servicio Nacional de
Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento” (Senara), se le cercena al
Senara ¡hasta de su nombre!, las funciones relativas a las aguas subterráneas.
Sin considerar la escasez nacional de profesionales en ese trascendental
campo, se trasladan esas tareas a un ente político dependiente del ministro de
Ambiente, a donde no se tiene la idoneidad, el conocimiento, ni la capacidad
para satisfacer esa necesidad nacional. A partir de ese momento, por ejemplo,
cuando así se requiera en el proceso que sigue un estudio de impacto
ambiental al interior de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), no
habría institución estatal capaz de emitir un dictamen técnico-científico, por
ejemplo para aprobar o improbar la ejecución de un proyecto de desarrollo en
una zona restringida de recarga acuífera, o para determinar, las
particularidades de un acuífero en una zona de manantial para, si fuere posible,
determinar su área de protección.
De acuerdo a estudios del Senara, en Costa Rica existen 58 acuíferos, de los
cuales de acuerdo con su geología y localización, 34 son costeros, 9 volcánicos
continentales y 15 sedimentarios continentales. Costa Rica cuenta con unos
17.000 pozos a los cuales se les ha otorgado al menos una concesión,
ubicados en la cuenca de Tárcoles (39%), la cuenca Península de Nicoya
(17%), cuencaTempisque (14,4%), cuenca Reventazón (5,5%) y cuenca Jesús
María (3%). Acuíferos que cada día, y especialmente en los años en que la
influencia del fenómeno de El Niño, adquieren mayor importancia para tratar de
garantizar su permanencia y evitar su contaminación. Son fuentes de agua
potable trascendental, para el consumo humano y actividades productivas de
las comunidades, que, asimismo, no han estado ajenas al derroche y la
contaminación por agroquímicos y otras sustancias tóxicas, como está
sucediendo en varias comunidades rurales costarricenses.
Por lo anteriormente resumido, resulta incomprensible propiciar una regresión
ambiental de tal magnitud, al trasladar las funciones inherentes a las aguas
subterráneas a un ente incapaz de atender las funciones estatales que hasta
hoy buscan garantizar su protección mediante un manejo técnico y científico
idóneos. Traslado que se haría (luego de una modificación indebida) sin que
sea una obligación de los funcionarios especializados hacerlo y sin “los
recursos físicos, tecnológicos y financieros que utiliza esta dependencia”, como
rezaba el proyecto original. Tendríamos así, reiteramos, un vacío de
inimaginables consecuencias, en la función estatal relacionada con las aguas
subterráneas.
Ante tal atentado a la razonabilidad y la lógica, hemos de reflexionar sobre las
palabras del Papa Francisco cuando dice: “Las aguas subterráneas en
muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen
algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países
donde no hay una reglamentación y controles suficientes”. “Pero se advierte un
derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos
menos desarrollados que poseen grandes reservas. Esto muestra que el
problema del agua es en parte una cuestión educativa y cultural, porque no hay
conciencia de la gravedad de estas conductas en un contexto de gran
iniquidad”.
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Control del agua por comerciantes
Cuando nos hemos de referir a los impactos ambientales sobre las aguas
subterráneas y las fuentes superficiales que pudieren ser utilizables, hemos de
considerar el lucrativo negocio que se deriva de la comercialización a nivel
nacional e internacional de las fuentes de agua.
Cual si fuere algo insólito, los diarios nacionales impresos y digitales han
estado reseñando con preocupación la situación de gran parte del pueblo
puertorriqueño que ha venido sufriendo recurrentemente de una escasez de
agua potable, consecuencia de una extendida y severa sequía que afecta a esa
isla caribeña. Pero también se ha comentado el hecho inaudito de que, pese a
esa situación de sed extendida, no solo algunas empresas siguen exportando
agua embotellada (¡cada vez más valiosa!) sino que ha sido imposible aprobar
sendos proyectos de ley que buscan regular dicha actividad comercial en
situaciones como las que padece Puerto Rico.
Situación que resume el Papa Francisco cuando manifiesta que “Los impactos
ambientales podrían afectar a miles de millones de personas, pero es previsible
que el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se
convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo”.
Conflictos que algunos han denominado “guerras por el agua” pero que el Papa
plantea en un ámbito más amplio, más realista, más cercano, aunque no
excluyente del nivel planetario.
La triste experiencia que experimenta el pueblo boricua, principalmente el
sector más desposeído, es un ejemplo doloroso de conflicto entre el acceso al
agua en calidad y cantidad adecuadas como un derecho humano,
indispensable
para satisfacer todas las necesidades básicas, y las
incontenibles acciones ejecutadas por las empresas que ven al agua como un
bien económico y no como un bien social. Las mismas que han dicho en los
multimillonarios foros de los turistas del agua (en su idioma) “No money, No
water”.
Pero como el proyecto de ley de la GWP-Banco Mundial también en este
aspecto tenía que enfrentar a la voz muy respetada del Papa Francisco, hemos
encontrado una situación que refleja el verdadero y escondido interés comercial
que salpica su texto.
En uno de los más claros ejemplos del incumplimiento del Principio de
Conexidad que ha de imperar en un proyecto ingresado a la Asamblea
Legislativa por la vía de la Ley de Iniciativa Popular, so pena de ser declarado
inconstitucional en caso de que algo así fuere aprobado eventualmente, resulta
que el artículo relacionado con la regulación a la exportación del agua,
que expresaba, en lo fundamental, la posibilidad de “restringir y limitar total o
parcialmente la exportación de agua cuando eso sea necesario para garantizar
el abastecimiento para consumo humano y los distintos usos aprovechamientos
de las comunidades locales y los sectores productivos nacionales”, ¡fue
eliminado!, borrado totalmente, “lavado” del texto del proyecto. ¿No es esta
acción ejecutada en las sombras, muestra evidente de los intereses que
promovieron su redacción y que ahora abogan por su aprobación?
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Nota final
Hemos querido sintetizar nuestra visión de la Encíclica “Sobre el Cuidado de
la Casa Común”, a partir de nuestra experiencia en el campo ambiental y la
realidad costarricense, como un humilde aporte a su conocimiento. Como una
motivación a estudiarla y ponerla en práctica; como un agradecimiento a ese
gran latinoamericano que desde el Vaticano nos ha venido sorprendiendo
desde el primer instante en que fuere nombrado Obispo de Roma y Papa de la
Iglesia Católica.
Referencias
http://www.news.va/es/news/laudato-si-texto-completo-de-la-enciclica-del-papa
http://contraperiodismomatrix.com/la-patetica-estafa-de-las-ongs-como-wwf-ogreenpeace-en-un-mundo-en-quiebra/
http://www.fanswrestling.com/wwe/wwe-fraude-financiero/
http://www.mitosyfraudes.org/INDICE/Cap12-WWF.pdf
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