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22.Por qué es importante ser un líder altamente eficaz

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Actualizado en enero de 2024
¿Por qué es importante ser un líder
altamente eficaz?
Un liderazgo altamente eficaz no consiste en dominar. Se trata de fomentar un entorno en el que cada
individuo se sienta valorado, escuchado e inspirado para alcanzar su potencial. Como futuros líderes
de equipo, trabajarán en entornos que exigen un trabajo en equipo eficaz, una comunicación sólida y
una resolución de problemas innovadora. A continuación, consideramos varias cualidades que debe
esforzarse por desarrollar a medida que se convierte en un líder sólido y eficaz dentro y fuera de la
universidad.
¿Cuáles son las cualidades esenciales del liderazgo?
El liderazgo no consiste en nacer con ciertas cualidades. El liderazgo es una habilidad que crece y
evoluciona con la experiencia, el desarrollo personal y el conocimiento de uno mismo. Es un viaje
marcado por continuas oportunidades y posibilidades de perfeccionar sus habilidades. Implica:
●
Formar relaciones sólidas: En las tareas grupales en la universidad, durante las pasantías o en
su futuro lugar de trabajo, es crucial establecer relaciones genuinas basadas en la confianza y
el respeto mutuos. Puede conseguirlo escuchando activamente a los miembros de su equipo,
mostrando empatía y respetando sus puntos de vista. Asista a actos sociales, participe en
actividades de creación de equipos y muestre un interés genuino por las vidas de sus colegas
fuera de la universidad y el trabajo. Son estas relaciones las que le ayudarán a crear equipos
sólidos capaces de ofrecer resultados excelentes.
●
Tomar decisiones eficaces y éticas: Cuando asuma roles de liderazgo en proyectos grupales o
pasantías, recuerde que está marcando la pauta de la conducta ética de su equipo. No se
trata solo de tomar decisiones éticamente sólidas, sino de ser transparente sobre su proceso
de toma de decisiones, especialmente cuando se abordan cuestiones complejas. Un líder
ético es aquel que promueve una cultura de honestidad y comportamiento ético dentro de la
organización. Al mismo tiempo, un líder eficaz es aquel que basa su toma de decisiones en
datos. Esto implica recopilar datos relevantes, analizarlos y utilizar los conocimientos
obtenidos para fundamentar sus decisiones. Un líder que se basa en datos puede evaluar
objetivamente las situaciones, minimizando los prejuicios y aumentando la precisión en su
proceso de toma de decisiones.
●
Coordinar el trabajo en equipo: Un líder es responsable de utilizar eficazmente las diversas
habilidades y puntos fuertes de un equipo. Ya se trate de un proyecto grupal en la universidad
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o de liderar un equipo en su futuro trabajo, su rol consiste en identificar cómo puede
contribuir cada miembro del equipo de forma óptima a las metas colectivas. Fomente un
entorno de colaboración y asegúrese de que cada miembro del equipo comprende su rol y se
siente valorado.
●
Comunicarse con eficacia: Una comunicación clara y eficaz es el núcleo de un buen liderazgo.
Esto implica no solo hablar con claridad, sino también escuchar con atención. Practique la
escucha activa, aclare los malentendidos con prontitud y asegúrese de que todo el mundo
está de acuerdo. Una comunicación eficaz fomenta la comprensión mutua y refuerza la
productividad del equipo.
●
Demostrar inteligencia emocional: Un líder con una elevada inteligencia emocional puede
manejar mejor el estrés, superar los retos, comunicarse con eficacia, empatizar con los demás
y apaciguar los conflictos. Tanto si se enfrenta a una difícil tarea grupal como a una situación
desafiante durante sus pasantías, la inteligencia emocional puede ser la clave para mantener
la armonía y la productividad dentro de su equipo. Puede desarrollar la inteligencia emocional
reflexionando sobre sus propias emociones, buscando la opinión de los demás y practicando
la empatía. Retornaremos a este tema más adelante en el curso.
●
Ser adaptable: Esté abierto a nuevas ideas y dispuesto a cambiar su enfoque cuando sea
necesario. Asegúrese de aprender continuamente y de estar dispuesto a salir de su zona de
confort. Esencial para la adaptabilidad es la formación de una mentalidad de crecimiento. Los
líderes con una mentalidad de crecimiento no temen los retos, sino que los ven como
oportunidades para aprender y crecer. Son resilientes ante los contratiempos, ven el esfuerzo
como un camino hacia el perfeccionamiento y encuentran lecciones en el éxito de los demás.
Al fomentar una mentalidad de crecimiento, abre las puertas a nuevas oportunidades, a la
innovación y al éxito sostenido (consulte nuestras lecciones anteriores sobre mentalidades).
●
Demostrar resiliencia: Los reveses y los fracasos forman parte de todo trayecto, ya sea en la
universidad, en sus pasantías o en su futura carrera profesional. Los líderes resilientes los
perciben como peldaños, no como obstáculos. Ante tareas grupales difíciles o durante una
fase dura de sus pasantías, manténgase positivo, aprenda de sus errores y céntrese en las
soluciones en lugar de obsesionarse con los problemas. Para desarrollar la resiliencia,
considere la posibilidad de incorporar prácticas de atención plena y de mantener su salud
física. No subestime el poder de una red de apoyo. Los mentores, compañeros y colegas
pueden proporcionarle consejos y ánimos inestimables, reforzando su capacidad para
recuperarse con más fuerza.
●
Comprender la dinámica del poder: El liderazgo implica invariablemente una dinámica de
poder. Como líder, es importante comprender la influencia que ejerce y cómo puede utilizarla
eficazmente. Utilizar su poder de forma positiva implica capacitar a los miembros de su
equipo, darles autonomía para tomar decisiones y crear un entorno que fomente el
crecimiento y el desarrollo. Sin embargo, es crucial encontrar un equilibrio. Ejercer demasiado
control puede sofocar la creatividad y desmotivar a los miembros del equipo, mientras que
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muy poco puede conducir al caos y a la falta de dirección. Reconocer este equilibrio y navegar
por la dinámica del poder con empatía y comprensión puede convertirle en un líder más
eficaz.
●
Autoliderazgo y dominio personal: El liderazgo también implica introspección y crecimiento
personal. Una autorreflexión habitual puede ayudarle a comprender sus puntos fuertes y sus
áreas de mejora. Esto podría formar parte de su rutina diaria: reflexionar sobre su
rendimiento en una tarea grupal, solicitar la retroalimentación de los supervisores de las
pasantías o establecer objetivos de desarrollo personal. Evitar el agotamiento es crucial;
encuentre aficiones o actividades que le gusten fuera de su curso o período de pasantías,
mantenga una rutina de ejercicio regular y asegúrese un descanso adecuado. Entrenar la
resiliencia emocional mediante prácticas de atención plena, mantener una mentalidad
positiva y buscar el apoyo de su red de contactos puede ayudarle a sortear los inevitables
retos de los roles de liderazgo.
Conclusión provisional
El liderazgo es un viaje continuo de aprendizaje, crecimiento y superación constante. Es crucial ser
paciente con uno mismo, reconociendo que todo el mundo tiene margen de crecimiento y que los
errores son parte fundamental del proceso.
Estilos de liderazgo
No existe un estilo único para todos en lo que se refiere al liderazgo. Más bien, el liderazgo se
presenta en diferentes formas, algunas de las cuales son más o menos adecuadas para diferentes
contextos y culturas organizativas. A continuación, nos centraremos en tres estilos: El liderazgo
transaccional, transformacional y adaptativo.
●
Liderazgo transaccional: Este estilo de liderazgo está profundamente arraigado en los
procesos de gestión tradicionales, en los que la eficacia, la organización y el cumplimiento de
las tareas son los principales motores. A menudo se equipara con el "liderazgo directivo", ya
que implica una línea directa de responsabilidad y autoridad. Los líderes transaccionales
trabajan definiendo claramente las estructuras, estableciendo objetivos concretos y
aclarando los roles y tareas de sus seguidores. Supervisan el trabajo para asegurarse de que
se hace con eficacia, corrigen las desviaciones y recompensan o castigan sistemáticamente el
rendimiento. El éxito de este estilo de liderazgo radica en su explicitud: los seguidores saben
lo que se espera de ellos y lo que recibirán a cambio de cumplir esas expectativas.
Ejemplo: En un proyecto grupal, un líder transaccional definiría claramente las funciones,
fijaría las expectativas y supervisaría los progresos. Recompensaría a quienes cumplieran los
objetivos fijados (quizá con elogios verbales, buenas calificaciones o menos trabajo la próxima
vez) y corregiría o podría penalizar a quienes no cumplieran lo esperado.
●
Liderazgo transformacional: El liderazgo transformacional se sitúa en el otro extremo del
espectro y se centra en iniciar y gestionar el cambio dentro de una organización. En lugar de
estar meramente orientados a las tareas, los líderes transformacionales están orientados a las
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personas. Inspiran y motivan a sus seguidores para que superen sus niveles de rendimiento
personal y contribuyan más eficazmente a la organización. Un líder transformacional se
centrará en el panorama general, fomentará el pensamiento innovador e invertirá en el
crecimiento personal y profesional de sus seguidores. Buscan fomentar un ambiente de
trabajo entusiasta y crear una visión compartida con la que los seguidores puedan
identificarse y sentirse motivados para alcanzarla.
Ejemplo: En el contexto de unas pasantías, un líder transformacional podría animar a sus
colegas a desafiar el statu quo y aportar ideas innovadoras que podrían revolucionar los
procesos comerciales de la empresa. Inspiran a los demás para que vayan más allá de sus
descripciones de trabajo y contribuyan activamente al éxito de la empresa.
●
Liderazgo adaptativo: El liderazgo adaptativo es un estilo especialmente adecuado para
situaciones inciertas, desafiantes y cambiantes. Este estilo requiere que los líderes sean
ágiles, tengan pensamiento proactivo y se sientan cómodos con la ambigüedad que puede
conllevar el cambio. Los líderes adaptativos tienen que aprender rápido, ser capaces de
descartar las prácticas que ya no sirven a su propósito y adoptar otras nuevas que puedan
satisfacer mejor los requisitos cambiantes. Fomentan un entorno que estimula el aprendizaje,
la experimentación y la resolución de problemas.
Ejemplo: Imagine una situación en la que los requisitos de un proyecto de grupo cambian
bruscamente o las situaciones cambian durante unas pasantías. Un líder adaptativo animaría
al equipo a ver el cambio como una oportunidad y no como un contratiempo. Ajustarían
rápidamente las estrategias, inspirarían al equipo a ser flexible y fomentarían una cultura de
resiliencia y resolución de problemas para hacer frente a las nuevas exigencias. Consideran
los retos como oportunidades para aprender y crecer, más que como obstáculos.
●
Otros estilos de liderazgo: Hay muchos otros estilos de liderazgo que puede adoptar y que
pueden convenirle más. Por ejemplo, el liderazgo de servicio implica dar prioridad a las
necesidades del equipo y de la organización por encima de las suyas propias. Este tipo de
líderes se centran en el crecimiento y el bienestar de sus seguidores, capacitándoles para dar
lo mejor de sí mismos. Este estilo es beneficioso para fomentar la confianza y la cooperación
dentro del equipo. El liderazgo auténtico implica ser consciente de uno mismo, ser
transparente y actuar con integridad. Este tipo de líderes son coherentes en sus palabras y
acciones, fomentando la confianza a través de su fiabilidad. Este estilo de liderazgo puede
conducir a altos niveles de compromiso y confianza dentro del equipo. Por último, el liderazgo
inclusivo celebra la diversidad y se asegura de que todos los miembros del equipo se sientan
valorados e incluidos. Se empeñan en buscar las aportaciones de una gama diversa de
miembros del equipo, asegurándose de que todas las voces sean escuchadas. Este estilo de
liderazgo puede conducir a una mayor creatividad y a la resolución de problemas, ya que
aprovecha el poder de las diversas perspectivas.
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Comparar y contrastar estilos de liderazgo
Una vez más, los distintos estilos de liderazgo sirven a diferentes propósitos y operan sobre principios
diferentes. Por ejemplo:
●
El liderazgo transaccional se centra en la realización de tareas y la productividad mediante un
sistema de recompensas y castigos, es eficaz en situaciones en las que existen directrices y
plazos estrictos, como ciertos proyectos grupales o pasantías estructuradas. Este estilo de
liderazgo se centra en la productividad.
●
Por otra parte, el liderazgo transformacional se centra más en inspirar y motivar al equipo,
superando los límites en beneficio de la organización. Es proactivo y está orientado al equipo,
fomentando la inversión personal y el compromiso entre los seguidores. Funciona en
entornos en los que se fomenta la innovación y la creatividad, como las pasantías en
empresas emergentes o innovadoras.
●
El liderazgo adaptativo prospera en medio de la incertidumbre y el cambio. Implica aprender
mediante la autocorrección, gestionar mediante la influencia y liderar con empatía. Fomenta
un entorno de creatividad y cambio a largo plazo y brilla en entornos dinámicos, como un
mercado que cambia rápidamente o los requisitos de un proyecto.
Desde un punto de vista crítico, cada estilo de liderazgo tiene sus limitaciones. El liderazgo
transaccional puede ser ineficaz a la hora de motivar a los empleados para que piensen de forma
creativa y tomen la iniciativa, ya que se centra principalmente en recompensar o castigar el
rendimiento basándose en directrices específicas. El liderazgo transformacional, aunque inspirador, a
veces puede pasar por alto los detalles y la eficacia operativa, centrándose demasiado en los cambios
a gran escala. Por su parte, el liderazgo adaptativo puede tener dificultades en entornos muy
estructurados que requieren estabilidad y coherencia. Es esencial tener en cuenta estas limitaciones a
la hora de decidir qué estilo adoptar en una situación determinada.
Conclusión
El liderazgo no consiste en que un estilo sea superior a los demás, sino en comprender la situación y
adaptarse en consecuencia. Reconocer qué estilo servirá mejor a las necesidades de su equipo y a los
objetivos específicos de su organización, asignación de grupo o proyecto es fundamental. Un líder
versátil puede alternar entre estos estilos según sea necesario, equilibrando el cumplimiento de las
tareas con la motivación, la inspiración y la adaptabilidad.
Autores y colaboradores: Sean Hughes, Ph. D.
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