Máster en Psicología General Sanitaria Fundamentos Científicos y Profesionales de la Psicología Sanitaria Unidad didáctica 5. Metodología de investigación en psicología general sanitaria UD 5. Metodología de investigación en psicología general sanitaria ........................................ 3 5.1. Destrezas básicas en investigación ........................................................................... 4 5.1.1. Introducción a las bases de datos ....................................................................... 4 5.1.2. Manejando las bases de datos ............................................................................ 5 5.1.3. Manejando las búsquedas .................................................................................. 7 5.1.4. Manejando los operadores de búsqueda ............................................................... 8 5.1.5. Manejando los criterios de selección .................................................................. 11 5.1.6. Formulando objetivos de investigación............................................................... 13 Objetivo general .................................................................................................... 14 Objetivos específicos .............................................................................................. 16 5.2. Investigación en psicología general sanitaria y su utilidad clínica ................................ 17 5.2.1. Estudios que analizan la eficacia de una intervención........................................... 17 5.2.2. Estudios que analizan las especificaciones de una intervención ............................. 20 Estudios que analizan las especificaciones de una intervención (II) ................................. 21 5.2.3. Estudios no manipulativos que analizan la covariación entre variables ................... 23 5.2.4. Estudios que analizan un solo caso .................................................................... 23 5.2.5. Estudios de revisión de la literatura científica ..................................................... 26 Revisiones narrativas ............................................................................................. 26 Revisiones sistemáticas y metaanálisis ..................................................................... 27 Resumen ...................................................................................................................... 31 Mapa de contenidos ....................................................................................................... 32 Recursos bibliográficos ................................................................................................... 33 2 UD 5. Metodología de investigación en psicología general sanitaria Como hemos venido detallando a lo largo de las unidades anteriores, la psicología es una ciencia y, por ende, la psicología general sanitaria (PGS) también. Como todas las ciencias, se nutre de la investigación, y el conocimiento de la metodología que rige esta es fundamental para el buen desarrollo profesional. Esto es así por varios motivos. En primer lugar, el estudio de contenidos metodológicos va a proporcionar a la persona una estructura cognitiva basada en la evidencia, dándole la capacidad de razonar, de forma que se plantee preguntas relevantes y responda a estas siguiendo el método científico. En segundo lugar, el psicólogo sanitario deberá estar en continua formación; ha de estar al día de la literatura científica publicada en el ámbito en el que trabaja. Una base metodológica sólida le permitirá al profesional analizar los artículos científicos de manera objetiva, viendo sus aplicaciones, beneficios y limitaciones. Así, trasladará a la práctica profesional los procedimientos y técnicas mejor validados y más actuales. A la inversa, el psicólogo sanitario puede formular investigaciones basadas en su práctica clínica diaria. En esta unidad vamos a estudiar la metodología de investigación básica aplicable a la psicología general sanitaria a fin de dar al psicólogo sanitario las claves aplicadas para entender la parte científica de la disciplina. 3 5.1. Destrezas básicas en investigación Play Recuerda lo que es el método científico con este vídeo de ciencia animada. Para poder efectuar una práctica basada en la evidencia, se debe saber buscar dicha evidencia y conocer cómo analizarla para poder seleccionar la más apropiada. Específicamente, las fuentes de información científica se pueden dividir en dos niveles: las fuentes primarias y las fuentes secundarias. Las primeras son aquellos documentos que recogen la investigación en sí misma, facilitando todos los detalles de forma que esta pueda ser replicada por los lectores interesados. Dentro de este nivel se encuentran: • Artículos científicos publicados en revistas. • Tesis doctorales. • Trabajos presentados a congresos. Las fuentes secundarias son aquellas que parten de las fuentes primarias, pero las procesan de alguna manera, por ejemplo, agrupándolas, resumiendo sus resultados, etc. Entre ellas se encuentran: • Los libros basados en la evidencia que recogen la información de un grupo de artículos sobre un tema concreto. • Las bases de datos en las que se agrupan diferentes artículos de múltiples revistas para facilitar el acceso a estos. • Las revisiones sistemáticas y los metaanálisis que analizan, de forma científica, varios artículos, llegando a conclusiones sobre ellos y su tema objeto de estudio. En el siguiente apartado vamos a profundizar en el uso de las bases de datos para realizar una búsqueda de literatura científica. 5.1.1. Introducción a las bases de datos Viaja En la biblioteca de la UI1 puedes encontrar múltiples bases de datos: Web of Science, Scopus, Medline, etc. 4 Las bases de datos son compendios de literatura científica sobre una temática determinada, más o menos especializada (por ejemplo, podemos encontrar bases de ciencias de la salud o, más específicas, de psicología). Estas comprenden desde artículos científicos a tesis, libros, presentaciones en congresos, vídeos, etc. Entre las bases de datos más destacadas para realizar búsquedas en el ámbito de la PGS, podemos encontrar, entre otras: • PsycINFO: específica de psicología e internacional, está desarrollada por la Asociación Americana de Psicología (APA). • Medline: base de datos de ciencias de la salud desarrollada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. • Scopus: base multidisciplinar gestionada por la editorial Elsevier. • Web of Science (WOS): base de datos multidisciplinar con millones de datos y registros, propiedad de la empresa Clarivate Analytics. • Psicodoc: específica de psicología e internacional, está publicada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Cuenta con un número más reducido de datos que las demás. Estas bases tienen un registro bibliográfico del recurso (artículo, libro, etc.), es decir, su título, autores y filiación de estos, año y lugar de publicación y, en su caso, la revista (con el volumen, número si procede, y número de páginas) o editorial donde está publicado. Este registro bibliográfico nos permite identificar en detalle dicho recurso y, si dentro de la propia base no nos redireccionan a este, poder encontrarlo. 5.1.2. Manejando las bases de datos Para poder acceder a los recursos que necesitamos, de entre todos los que están comprendidos en la base de datos, debemos realizar una buena búsqueda en esta. La búsqueda de información adecuada nos va a permitir encontrar los mejores recursos para responder a nuestra pregunta problema. Para realizarla de forma correcta, debemos seguir una serie de pasos básicos (Botella y Caperos, 2019): 5 Figura 1. Pasos para realizar una búsqueda bibliográfica en bases de datos. Fuente: Botella y Caperos, 2019. 1. Definición de la pregunta problema y el objetivo de la búsqueda La búsqueda de recursos científicos va a estar definida por el motivo y el objetivo que tengamos para realizarla. No hay búsquedas buenas o malas, correctas o incorrectas, sino aquellas que nos ayudan a conseguir nuestro objetivo y aquellas que no. Para poder lograrlo, el primer paso es definirlo, es decir, plantear nuestra pregunta problema, la cual deseo responder a través de los recursos científicos disponibles hasta el momento. Ejemplo: Imaginemos que estamos en nuestra consulta y nos llega una persona con trastorno depresivo persistente, la cual ha pasado por varios tratamientos que no han conseguido revertir su sintomatología. En esta situación, nos podemos plantear dos cuestiones: • ¿Cuál es el tratamiento más eficaz para el trastorno depresivo persistente? • El tratamiento mediante activación conductual, con el que yo he trabajado en terapia, ¿será eficaz para esta persona? Ambas preguntas, aunque similares, nos marcan búsquedas diferentes. En la primera se deberán buscar artículos que comparen diferentes abordajes para este trastorno e indiquen cuál es el más eficaz. En la segunda, se buscarán solo artículos que hayan puesto a prueba la activación conductual en ese trastorno concreto y con las características que presente este consultante. Esto, como veremos a continuación, definirá los demás pasos de la búsqueda. 2. Selección de la base de datos El primer aspecto que debemos tener en cuenta es el de buscar en la base de datos apropiada. Imaginemos que queremos comprar un coche y vamos a un concesionario de motos, evidentemente no encontraremos lo que buscamos, pero ello no significa que no haya coches para comprar, sino que no los estamos buscando en el lugar apropiado. Esto es similar a si buscamos un artículo sobre una materia específica en la base de datos inadecuada; la falta de resultados no indica que no haya artículos sobre ese aspecto específico, sino que no los estamos buscando en el lugar apropiado. 6 Igualmente, debemos ser conscientes de que si utilizamos bases de datos con un número muy elevado de registros debemos restringir la búsqueda al campo apropiado para que no se nos generen millones de resultados que no podamos manejar, perdiendo así los resultados que nos interesan. Asimismo, se deberá considerar el idioma de búsqueda, puesto que en la gran mayoría de las bases de datos se empleará el inglés. 5.1.3. Manejando las búsquedas 3. Selección de los términos y ecuaciones de búsqueda Los términos de búsqueda son las palabras que introducimos en la base de datos, las cuales son usadas para encontrar y reportar los resultados en relación con ellas; así, sirven para realizar el cribado de toda la información que está en la base. Las bases de datos van a comprender una búsqueda de lenguaje natural, pero, usualmente, ellas lo traducen a lenguaje documental. Este tipo de lenguaje hace uso de los descriptores, es decir, etiquetas estandarizadas que definen el contenido de cada recurso (por ejemplo, un artículo; véase el ejemplo posterior) y mediante las cuales este es categorizado y ordenado. Estos descriptores están dispuestos por campos y de forma jerárquica. Ejemplo: El artículo «Acceptance and commitment therapy for perinatal mood and anxiety disorders: development of an inpatient group intervention» (Bonacquisti et al., 2017) está definido por los siguientes descriptores: Los diferentes descriptores están recogidos en tesauros, o diccionarios que estandarizan y definen cada término. En psicología, el tesauro más utilizado es el de la APA (Thesaurus of Psychological Index Term, Tuleya, 2007) y en ciencias de la salud es el Medical Subject Headings (MeSH Terms). Dependiendo de la base de datos que utilicemos, esta va a trabajar con uno u otro tesauro. Así, los descriptores son un vocabulario controlado que se utiliza en los registros de la base de datos para hacer que la búsqueda sea más fácil y exhaustiva. Al estandarizar las palabras o frases utilizadas para representar los conceptos, no es necesario que la base de datos intente averiguar todas las formas en que diferentes autores podrían referirse al mismo concepto, por lo que nos da resultados más precisos. 7 Ejemplo: Si realizamos una búsqueda con el término trauma (lenguaje natural), el motor de búsqueda de la base de datos (en este caso el ejemplo ha sido realizado con PubMed) va a extender esta a lenguaje documental: Trauma: "injuries"[Subheading] OR "injuries"[All Fields] OR "trauma"[All Fields] OR "wounds and injuries"[MeSH Terms] OR ("wounds"[All Fields] AND "injuries"[All Fields]) OR "wounds and injuries"[All Fields] OR "trauma's"[All Fields] OR "traumas"[All Fields] Con ello, al buscar trauma también nos saldrán resultados sobre heridas y lesiones, ya que, al no introducir el término según el tesauro, la base intenta «averiguar» qué queremos decir con ese concepto. Así, aunque no lo hayamos buscado específicamente, encontramos artículos sobre todo ello cuando, quizá, nosotros nos referíamos a trauma psicológico. 5.1.4. Manejando los operadores de búsqueda Una vez escogidos los términos podemos desarrollar la ecuación de búsqueda, la cual está conformada por una o por varias palabras más los signos asociados a ellas (comillas, paréntesis o limitadores de campo) y los operadores booleanos que las unen. Veamos cada uno de estos aspectos: Comillas Cuando queremos indicar que se debe buscar el término de forma literal, es decir, sin alterarlo de ningún modo (por ejemplo, convirtiéndolo en singular o plural, buscando otras expresiones que lo contengan, etc.), utilizamos las comillas. Esto es especialmente útil cuando buscamos una expresión de más de una palabra y queremos que la base de datos comprenda que la debe buscar como un todo, no de forma separada. Ejemplo: Siguiendo con el ejemplo anterior, si buscamos el término trauma, la base va a entenderlo como término único y va a buscar: “trauma”[All Fields] Del mismo modo, si buscamos psychological trauma, la base entenderá y buscará: "psychological trauma"[MeSH Terms] OR ("psychological"[All Fields] AND "trauma"[All Fields]) OR "psychological trauma"[All Fields] Pero si introducimos “psychological trauma”, la base solo buscará: "psychological trauma"[All Fields] 8 Paréntesis Cuando queremos indicar la prioridad de una búsqueda sobre otra, utilizamos los paréntesis en la destacada. Con ello estamos señalando que queremos que primero se realice la búsqueda que está dentro del paréntesis y, de ella, se seleccionarán los recursos que indiquen la información que queda fuera de este. Ejemplo: En la búsqueda: “psychological trauma” AND (“anxiety” OR “depression”), la base de datos buscará primero recursos sobre ansiedad o depresión, y, de ellos, seleccionará los que hablen también de trauma psicológico. En la búsqueda: (“psychological trauma” AND “anxiety”) OR “depression”, se buscarán primero los recursos que hablan de trauma psicológico y ansiedad conjuntamente, añadiendo posteriormente los que hablen de depresión. Operadores booleanos Llega más lejos En la página de Web of Science pueden consultarse explicaciones y ejemplos adicionales sobre los operadores booleanos y de proximidad (como SAME o NEAR). Para indicar a la base de datos cómo queremos relacionar los distintos términos de búsqueda entre sí, utilizamos los operadores booleanos: • AND: indica que la búsqueda debe contener ambos términos unidos por ello. • OR: indica que la búsqueda puede contener o uno u otro de los términos unidos por ello, ya que nos es indiferente. • NOT: indica a la base de datos que hay que excluir ese término de la búsqueda. Ejemplo: En la búsqueda: “psychological trauma” AND “anxiety”, estamos indicando que queremos recursos que tengan ambos términos. 9 En la búsqueda: “psychological trauma” OR “anxiety”, estamos indicando que queremos recursos que hablen o de trauma psicológico o de ansiedad. En la búsqueda: “psychological trauma” NOT “anxiety”, estamos indicando que queremos que se excluyan los artículos que hablen de ansiedad. Limitadores de campo Para indicar dónde debe ser buscado el término que introducimos se utilizan los limitadores de campo. Es usual que queramos que el término esté en el título o en este y el resumen o que, en vez de buscar un concepto, queramos buscar un autor. Todo ello lo establecemos mediante estos limitadores. Si no conocemos cómo son nombrados en cada base de datos, podemos hacer uso de la «búsqueda avanzada», para poder señalarlos directamente dentro de ella en las opciones que esta nos da. Ejemplo: En la búsqueda: "psychological trauma"[All Fields], se le está indicando a la base que queremos que busque en todo el artículo completo. En la búsqueda: "psychological trauma"[Title/Abstract], estamos indicando que queremos los artículos que en su título o resumen tengan la expresión «trauma psicológico». La base de datos no nos reportará los resultados que mencionen esta expresión, por ejemplo, en el cuerpo del artículo, si no está en el título o el resumen. Otra opción es introducirlo a través de la búsqueda avanzada; por ejemplo, en el motor de búsqueda PubMed lo encontramos del siguiente modo: 10 5.1.5. Manejando los criterios de selección 4. Elección de los recursos Otro aspecto que debemos valorar son los criterios de selección de los recursos (artículos, etc.) que respondan a nuestra pregunta problema. Ejemplo: En la pregunta que nos planteábamos anteriormente, «el tratamiento mediante activación conductual, con el que yo he trabajado en terapia, ¿será eficaz para una persona con trastorno depresivo persistente con sintomatología?», los criterios de selección de los artículos podrían ser los siguientes: • Análisis de la eficacia de la activación conductual mediante datos cuantitativos y los estadísticos pertinentes. • Muestra de adultos (no de niños o adolescentes). • Con diagnóstico de trastorno depresivo persistente. • Con síntomas resistentes al tratamiento. Todos los artículos que no cumplan estas especificaciones, por ejemplo, porque no analicen los datos mediante un análisis estadístico o las personas de la muestra del estudio no tengan diagnosticado el problema porque no cumplan con toda la sintomatología, no cumplirían con nuestros criterios de selección; por este motivo no los deberíamos considerar, aunque puede que estén dentro de los resultados que aporta la búsqueda (porque en esta no podemos introducir todos estos criterios). Dentro de los criterios podemos tener en cuenta aspectos como los siguientes: 11 Aspectos generales Aspectos como la fecha del estudio, el país de realización de este, si nos interesa algún autor en concreto, el idioma, etc., pueden ser criterios que considerar. Por ejemplo, si estamos buscando la validación de un cuestionario en población española, uno de nuestros criterios será que el estudio se haya realizado en España. Tipo de estudio Dependiendo de nuestro objetivo o pregunta problema, fijaremos si será pertinente elegir unos tipos de estudios u otros; en concreto, son recomendables: • Estudios experimentales o cuasiexperimentales: analizar la investigación relativa a un tema concreto, por ejemplo, conocer la eficacia, efectividad o validez de una determinada terapia. • Estudios cualitativos: conocer las perspectivas y experiencia específica de un grupo de personas. • Estudios observacionales: analizar los factores de riesgo, protección, etc., de una determinada población. • Revisión sistemática o metaanálisis: conocer los resultados de varios artículos y las conclusiones sobre todos ellos, para tomar decisiones fundamentadas. • Revisiones narrativas o artículos teóricos: profundizar en el conocimiento actualizado de un tema concreto. Tipo de muestra Aspectos como las variables sociodemográficas (edad, sexo, nivel sociocultural, etc.) o las variables clínicas (diagnóstico, años con la sintomatología, comorbilidades, etc.) pueden ser considerados como criterios de inclusión con base en nuestros objetivos e intereses. Metodología empleada Se refiere a la metodología empleada para realizar el procedimiento de recogida y análisis de los datos. Por ejemplo, cómo han medido una determinada variable (¿con un test?, ¿qué tipo de test?, etc.) o cómo se analizan los datos (tipo de pruebas, estadísticos utilizados, etc.). Debemos destacar que la elección de los resultados es flexible, es decir, se puede ir estructurando con base en los recursos que nos reporte nuestra propia búsqueda. Por ejemplo, si no obtenemos ningún resultado con una búsqueda inicial, deberemos reducir nuestros criterios de inclusión y ampliarla para poder analizar qué se ha investigado, o no, sobre ese aspecto. Del mismo modo, en este caso, también podemos ampliar nuestros términos de búsqueda, seleccionando términos más amplios. Por el contrario, si obtenemos muchos recursos, podemos ampliar nuestros criterios para quedarnos con aquellos que tengan más garantías metodológicas, es decir, que tengan mayor calidad (experimentales o cuasiexperimentales, una mayor muestra, etc.). 12 5.1.6. Formulando objetivos de investigación La investigación tiene como propósito la búsqueda y generación de conocimiento, de tal modo que ese conocimiento puede tener distintos grados de elaboración (exploraciones, descripciones, análisis, comparaciones, explicaciones, etc.). Los objetivos de investigación están directamente relacionados con el problema y la/s hipótesis de investigación. Ayudan a establecer de manera clara, operativa y sin ambigüedad, resultados parciales que deben obtenerse para responder el problema y guían al investigador sobre los pasos que debe seguir para comprobar su hipótesis (Ortega González, 2003). Los objetivos de investigación deben orientarse a los elementos básicos del problema, es decir, a las variables de estudio y lo que se quiere conocer de ellas. Si bien se desprenden directamente del problema, es necesario considerar la hipótesis y lo que se desea demostrar con ella, el tipo de estudio, la presencia o no de grupos de comparación, los criterios de selección de los sujetos, el manejo de los datos, las pruebas estadísticas por utilizar, etc. (Ortega González, 2003). Un error frecuente en investigación consiste en confundir las actividades con objetivos. Las actividades constituyen todas aquellas acciones de carácter metodológico que son necesarias en cualquier proceso de investigación y contribuyen al logro de objetivos. Una actividad que se lleva a cabo, pero no conduce a un logro, no puede considerarse como un objetivo alcanzado. En cuanto a su formulación, las oraciones con que se enuncian deben ser explícitas y estructurarse con verbos en infinitivo que indiquen acciones cuyo cumplimiento pueda comprobarse. Para los objetivos de investigación, el verbo adecuado es aquel que causa menor confusión o ambigüedad (claridad semántica), de tal manera que permita verificar el cumplimiento de la meta propuesta. Existe una relación directa entre la especificidad de los objetivos y los verbos empleados para enunciarlos. Los verbos reconocer, comprender, entender, saber, comprobar y demostrar son amplios, generales y ambiguos. En cambio, calcular, seleccionar, aplicar, separar, identificar, comparar son acciones más específicas y permiten determinar el avance en la consecución del objetivo. Al estructurar los objetivos de investigación, se debe procurar que (Ortega González, 2003): 1. Estén dirigidos a los elementos básicos de la pregunta de investigación. 2. Sean cuantificables en relación con su logro. 3. La redacción sea clara y sin ambigüedad. 4. Tengan un orden lógico según importancia o temporalidad. 5. Se enuncien con un verbo en infinitivo. 6. Estén relacionados con el contenido del estudio. 7. Existan niveles de generalidad y especificidad. Finalmente, todo trabajo de investigación debe incluir objetivos, general y específicos. A continuación, se describen ambos brevemente. 13 Objetivo general El objetivo general es el enunciado vinculado a la pregunta de investigación y funciona como una guía del proceso que investigar, esto es, guarda estrecha relación con la pregunta de investigación. Se presenta solo un objetivo general, el cual debe ser alcanzable con el método propuesto, debe tener un único logro y se debe formular utilizando un único verbo. De igual manera, debe ser coherente con los objetivos específicos. Incluso marca la ruta de investigación, dado que a partir de este se deberá decidir el tipo de metodología y diseño que se utilizarán en la investigación. Además, debe expresar claramente el tipo de investigación con el uso de verbos que contribuyan a ello. Véase a continuación, en la tabla 1, la relación entre la pregunta de investigación y el objetivo general y, en la tabla 2, la correspondencia entre el objetivo general y el tipo de investigación, como recursos de apoyo didáctico. Posibles preguntas que formularse Objetivo general ¿Qué quiero saber? ¿Qué hay? Explorar ¿Cómo es? ¿Cómo cambia? ¿Cuántos casos? ¿Qué intensidad tiene…? Describir ¿Cómo se puede interpretar…? ¿Cuáles son los significados menos Analizar evidentes…? ¿En qué medida se corresponde? ¿Qué diferencia o semejanzas hay en estos grupos en relación con este Comparar evento…? ¿Por qué ocurre…? ¿Cuáles son las causas? Explicar ¿Cómo se presentará este fenómeno en un futuro…? Predecir ¿Cuáles serán las características de un diseño…? Proyectiva ¿Qué cambios se pueden producir durante…? Interactiva ¿Existe relación entre estos eventos? Confirmatoria ¿Cuál es la efectividad…? ¿Está alcanzando los objetivos…? Evaluativa Tabla 1. Relación entre pregunta de investigación y el objetivo general. Fuente: Hurtado de Barrera, 2005. 14 Objetivo general Tipo de investigación Explorar Investigación exploratoria Describir Investigación descriptiva Analizar Investigación analítica Comparar Investigación comparativa Explicar Investigación explicativa Predecir Investigación predictiva Proyectiva Investigación proyectiva Interactiva Investigación interactiva Confirmatoria Investigación confirmatoria Evaluativa Investigación evaluativa Tabla 2. Correspondencia entre el objetivo general y el tipo de investigación. Fuente: Hurtado de Barrera, 2005. El objetivo general debe incorporar los mismos aspectos que la pregunta de investigación. Según Hurtado de Barrera (2005) contiene: • Lo que se desea saber o el interrogante básico. • La característica, hecho, situación o proceso que estudiar, que constituye el evento de estudio. • El poseedor de la característica que estudiar, o el que participa del hecho, proceso o situación, que constituye la unidad de estudio (por ejemplo, persona, objeto, institución…). • El lapso o la temporalidad en la que se va a estudiar el evento (pasado, presente, evolutivo, etc.). • El contexto específico en el cual se va a estudiar el evento. Ejemplo: Comparar el personal docente que trabaja en las universidades públicas de España y el que trabaja en las universidades privadas del mismo país, con respecto a su satisfacción laboral, durante el año 2024. 15 Objetivos específicos Los objetivos específicos presentan el cómo se alcanzará el objetivo general. Son fines o metas que se pretenden alcanzar a través del proceso que investigar. Cada objetivo debe tener un único logro, ya que la incorporación de más de un mismo logro en el mismo objetivo indica que, en realidad, se trata de más de un objetivo, por lo cual se deben redactar de forma separada. Ejemplo: Incorrecta. Identificar los factores de riesgo de burnout en una empresa y formular un modelo de prevención de riesgos psicosociales. Correcta. Objetivo 1. Identificar los factores de riesgo de burnout en una empresa. Objetivo 2. Formular un modelo de prevención de riesgos psicosociales en la empresa. Asimismo, estos indican los estadios que se deben cubrir para alcanzar el objetivo general. De tal forma que, como los objetivos de investigación son de carácter integrativo, el alcanzar un determinado objetivo general implica alcanzar los logros previos a este, y tales logros estarán expresados en los objetivos específicos. Por tanto, se deben redactar en orden creciente de los más simples a los más complejos; habitualmente, se formulan tres objetivos específicos (Armijo et al., 2021; Henríquez y Zepeda, 2003; Sampieri et al., 2014). Además, hay que mencionar que el logro de los objetivos de investigación debe expresarse en los resultados y las conclusiones. Esto significa que formular conclusiones que no se corresponden con los objetivos es como comenzar un viaje pensando en llegar a un destino, pero acabar en un lugar diferente (Hurtado de Barrera, 2005). Por eso, cada objetivo debe incluir, al menos, una conclusión en el trabajo de investigación. Llega más lejos Si quieres profundizar en ¿cómo formular objetivos de investigación?, consulta este documento. 16 5.2. Investigación en psicología general sanitaria y su utilidad clínica Como ya comentamos anteriormente, la práctica basada en la evidencia se fundamenta en los resultados encontrados en investigaciones científicas. Dichos hallazgos son reportados en informes científicos o, en su mayoría, en los llamados artículos científicos. Un aspecto importante para poder analizarlos es saber qué tipo de estudio se ha llevado a cabo, así como la calidad y fiabilidad de sus resultados. Es por ello por lo que en este apartado vamos a analizar los tipos de estudios existentes y qué nos aportan a la práctica clínica diaria. 5.2.1. Estudios que analizan la eficacia de una intervención Los estudios experimentales son aquellos que permiten establecer una relación causa-efecto entre las variables, es decir, la relación causal se produce cuando A origina B, precediendo A a B y covariando conjuntamente (Botella y Caperos, 2019). Estos se desarrollan bajo dos premisas: 1. Manipulación de la/s variable/s independiente/s, es decir, provocar el fenómeno que se quiere estudiar. 2. Asignación al azar de los sujetos a los grupos y control del efecto de las variables extrañas, es decir, se aislará el fenómeno que se quiere estudiar para evitar que los resultados sean provocados por otra razón que no sea nuestra manipulación. En los estudios cuasiexperimentales, al igual que en los experimentales, también se produce una manipulación controlada de la/s variable/s independiente/s. Sin embargo, lo que diferencia ambos estudios es que en los cuasiexperimentales los participantes no son asignados de forma aleatoria a las condiciones experimentales, de modo que no se asegura la equivalencia inicial de los grupos. En psicología sanitaria, esos estudios son muy útiles para analizar la eficacia de una intervención, si bien podemos considerar diferentes diseños. El primero de ellos es el diseño simple pre-post; en su mayoría, este es un estudio cuasiexperimental, en el que se miden las variables objeto de estudio antes y después de realizar la intervención y se analiza si estas se han modificado. Este tipo de estudios presentan una gran limitación, dado que los cambios en las variables podrían deberse a algún otro factor o cuestión acontecida entre nuestras evaluaciones y no a la intervención propiamente dicha. Por ejemplo, a que el sujeto sabe que está siendo evaluado, al efecto placebo, o por la evolución natural del problema, entre otras circunstancias. 17 Esta limitación se puede reducir con un diseño que incluya un grupo control, el cual puede ser equivalente o no. Cuanto mayor sea esa similitud entre el grupo control y experimental al inicio del estudio, más nos aproximaremos a la situación de investigación experimental. La introducción de un grupo de comparación, y su construcción aleatoria, permite que se exponga a circunstancias análogas al grupo experimental, excepto en la aplicación de la intervención. De este modo, podemos cotejar si los cambios acontecidos se deben a esta o a otros aspectos. Si es la intervención la que está produciendo el efecto, veremos que solo se modifica la variable objeto de estudio en el grupo experimental. Sin embargo, si es otra variable extraña la que está asociada con el cambio, veremos este en los dos grupos. Específicamente, podríamos tener un diseño de grupo control no tratado, es decir, crear un grupo al que no se le proporciona ninguna información ni sobre el que se realiza ninguna actuación, o un diseño con grupo control en lista de espera, en el que se usan a las personas que están esperando para recibir el tratamiento como grupo de comparación. Así, este último sería evaluado y sabría que serían tratados posteriormente, en una segunda fase. Esto podría provocar cierto cambio en las personas que lo conformen. Como se ha comentado previamente, otra de las limitaciones que destaca en este tipo de estudios es el efecto placebo. Este se produce en el grupo experimental, en el que se ha puesto en marcha la intervención, ya que las personas que pertenecen a él, al creer que el tratamiento les será beneficioso, aumentan los cambios que puede provocar. Esto se podría solventar con un diseño con grupo control placebo. En él, hay un grupo que cree que está recibiendo tratamiento, pero, en realidad, no es así. Sin embargo, a nivel ético, como se detalló en la Unidad didáctica 3, nunca se puede dejar a una persona sin tratar o, simplemente, administrar un tratamiento placebo sin más. Para superar esta limitación, se utilizan los diseños de grupos con tratamientos alternativos. En ellos, a los diferentes grupos experimentales se les aplican distintas intervenciones y se compara la eficacia de unas sobre las otras en términos relativos, no absolutos. En la mayoría de las ocasiones, un grupo recibe el tratamiento habitual, el cual se sabe que es eficaz, y otro, el tratamiento experimental para analizar si provoca los mismos cambios, al menos, que el que ya se conoce y se aplica. 18 Control Menor Diseño Simple pre-post Características • Un grupo. • Comparación de las puntuaciones pre con las post. Los participantes se asignan al grupo: Control no tratado • Intervención. • O control no tratado. Los pacientes se asignan al grupo: Control placebo Mayor • Intervención. • O control placebo. Grupos con Los participantes se asignan a una de las varias intervenciones tratamientos alternativas. alternativos Tabla 3. Tipos de grupos de control. Fuente: Botella y Caperos, 2019 (adaptación). Es aquí donde se introducen los ensayos controlados aleatorizados (ECA) o randomized controlled trials (RCT) (que son estudios experimentales), que analizamos en la Unidad didáctica 4. Recordemos que un ECA es «un experimento controlado en voluntarios humanos que se utiliza para evaluar la seguridad y eficacia de tratamientos o intervenciones» (Lazcano-Ponce et al., 2004, p. 560), todo ello con base en las especificaciones que acabamos de detallar. Por ello, los ECA son los estudios que aportan una mayor evidencia, por las propias características que los definen, entre las que podemos destacar (Botella y Caperos, 2019; Lazcano-Ponce et al., 2004): • Asignación aleatoria de los individuos al grupo de intervención, control o de comparación. • Estudio concurrente y con una evaluación validada. • Uso de un método ciego en relación con los evaluadores y pacientes. • Tratamientos operativizados y estandarizados. Viaja Profundiza en los ensayos clínicos aleatorizados en el siguiente artículo. Una variante de estos son los ensayos controlados no aleatorizados o non-randomized controlled trials; en ellos, la asignación de los participantes a los diferentes grupos, de intervención o control, se realiza con base en algunas variables, pero no por azar, por lo que dejan de ser experimentales y pasan a considerarse cuasiexperimentales. Estos reducen la calidad y la fiabilidad de sus resultados, al eliminar la aleatorización (son, por tanto, cuasiexperimentales). 19 5.2.2. Estudios que analizan las especificaciones de una intervención Además de poder examinar si A causa B, mediante situaciones controladas, se puede también poner a prueba el papel que tiene en la relación una tercera variable o grupo de variables. Dos aspectos fundamentales, en esta línea, serían examinar: • En qué condiciones se da la relación causal entre A y B, es decir, se estudian las variables moderadoras. • Qué mecanismos están originando esa relación entre A y B, es decir, se analizan las variables mediadoras. Las investigaciones sobre los factores moderadores analizan las interacciones entre estos y la intervención para ver cómo influyen en los resultados de esta. Por otro lado, los estudios sobre los factores mediadores analizan los mecanismos que explican el cambio, es decir, las vías por las que la intervención produce los resultados. Ejemplo: • Estudio de moderación: podemos examinar en qué perfiles de pacientes la intervención causa más o menos remisión de los síntomas, es decir, las variables moderadoras (por ejemplo, la edad, el sexo, la presencia de comorbilidad, etc.). • Estudio de mediación: podemos comprobar qué modificación específica realiza la intervención, a nivel cognitivo, emocional y/o conductual, que provoca la remisión de los síntomas; esas son las variables mediadoras (por ejemplo, el rol de la alianza terapéutica, una disminución de las metacogniciones negativas o de la sensibilidad a la ansiedad). 20 Profundizando en los estudios de moderación, hablamos de que se produce una interacción característica por tratamiento cuando una intervención origina resultados desiguales en un subgrupo que presenta una determinada característica (variable moderadora). Esta variable, aunque se analiza bajo un diseño experimental o cuasiexperimental, es una variable de selección y no puede ser manipulada (dicho subgrupo cuenta con esta), por lo que no podemos inferir una relación causal en ella. Del mismo modo, la variable moderadora no se modifica con la intervención, sino que es ella la que cambia el efecto de la variable independiente sobre la dependiente (figura 2). Figura 2. Esquema de moderación. Ejemplo: Se analiza si los problemas cardiovasculares de la persona (variable moderadora) podrían influir en los efectos de la inundación (variable independiente) como tratamiento para eliminar la sintomatología psicofisiológica (resultados) relacionada con la fobia específica a volar. Se concluye que, ante personas con problemas cardiovasculares, la inundación causa un aumento de la sintomatología (quizá porque, además del miedo a volar, la persona siente miedo a que le dé un infarto producido por la alta activación que le está produciendo la situación). Así, los problemas cardiovasculares estarían moderando la relación entre la inundación y la remisión de la sintomatología, con resultados negativos. Esto nos indica que la inundación, en personas con problemas cardiovasculares, sería contraproducente. Estudios que analizan las especificaciones de una intervención (II) Los estudios en relación con las variables moderadoras pueden ayudarnos a lo siguiente: • Aplicar el tratamiento más ajustado a una persona con base en sus características, ya que estos nos permiten conocer que una intervención funciona mejor en unas circunstancias y otra, en otras. • Saber cuándo una intervención es contraproducente, porque bajo determinadas circunstancias no se pueda llevar a cabo. • Conocer por qué una intervención no produce ningún resultado, ya que una tercera variable está neutralizando el cambio. 21 Viaja Encuentra un ejemplo de un análisis de moderación de las distintas estrategias de afrontamiento en la relación entre estresores vitales y el ajuste adolescente en este artículo de Estévez et al. (2012, pp. 39-53). En lo que respecta a los estudios de mediación, en auge en los últimos tiempos, hay una manipulación experimental o cuasiexperimental de la variable mediadora, y se puede atribuir a esta un papel causal. Para ello, este factor mediador debe variar antes que la variable de resultado de la terapia, pero como consecuencia de haber aplicado el tratamiento (véase figura 3). Figura 3. Esquema de mediación completa. Ejemplo: Se analiza el papel de la reestructuración de los pensamientos distorsionados (variable mediadora) en la reducción de la sintomatología depresiva (variable dependiente) dentro de un tratamiento cognitivo-conductual (variable independiente). Se concluye que el tratamiento cognitivo-conductual modifica los pensamientos distorsionados que presenta la persona en torno a sí misma, los demás o el futuro, lo cual disminuye la sintomatología depresiva que presenta. Esto nos indica que la intervención, como muestra la teoría al respecto, actúa a través de este componente. Este tipo de estudios, que examinan las variables mediadoras, nos permiten: • Verificar la teoría que sustenta la intervención, validando o refutando esta. • Reconocer aspectos terapéuticos comunes entre terapias que, a priori, parecían diferentes. • Identificar las técnicas o componentes con mayor peso en una intervención. 22 5.2.3. Estudios no manipulativos que analizan la covariación entre variables En algunas situaciones, no es posible manipular experimentalmente las variables para poder estudiar las relaciones entre estas, por lo que no se pueden poner en marcha estudios (cuasi)experimentales. En estas ocasiones, se realizan estudios no manipulativos. Estos nos permiten observar y examinar la realidad, estableciendo relaciones de covariación entre las variables y, en menor medida y con una fiabilidad más baja que los experimentales, relaciones de causalidad. Entre los diseños habituales de este tipo de estudios podemos encontrar los diseños de cohorte y los de casos y controles. En los primeros, los diseños de cohorte, se examina si la presencia de un determinado factor o variable puede predecir la aparición de otro. Para ello, se analiza un grupo de personas (cohorte) a lo largo del tiempo para dar cuenta de la evolución de la variable de estudio. Así, un estudio de cohorte es un tipo de investigación observacional y analítica (prospectiva o retrospectiva) en la que, en la mayoría de los casos, se hace una comparación de la frecuencia de aparición de un evento entre dos grupos, uno de los cuales está expuesto a un factor que no está presente en el otro grupo (Botella y Caperos, 2019). En las cohortes o estudios de seguimiento partiremos de dos grupos de individuos sanos: un grupo estará expuesto a un factor de riesgo y el otro no, y seguiremos a las dos cohortes a lo largo del tiempo (estudio longitudinal), midiendo la aparición de la enfermedad en los dos grupos. Por el contrario, en un estudio de casos y controles se identifica a un grupo de personas con una problemática (casos) y se compara con un grupo apropiado que no tenga dicha problemática (controles). Si en el primer grupo (casos) hubiera mayor exposición a un determinado factor que en el grupo control, podremos decir que hay una asociación entre el factor y el efecto. 5.2.4. Estudios que analizan un solo caso Los estudios de caso único o de N = 1 son aquellos que se centran en describir, de forma detallada, la intervención de un consultante concreto desde un punto de vista científico-aplicado. Así pues, permiten examinar la eficacia de una intervención (Bono y Arnau, 2014). Específicamente, estos se disponen en fases; en ellas, se recogen medidas de forma repetida de un mismo consultante bajo diferentes situaciones experimentales. Habitualmente, se suele/n medir la/s variable/s antes de comenzar la intervención (línea base) y con posterioridad a esta. 23 Estos estudios pueden ser experimentales siempre que cumplan con el principio de aleatorización; en este caso, aleatorizar el momento de inicio de las distintas fases de la intervención (ya que la asignación a grupos experimentales no podría darse). Pero pueden presentar un elevado número de sesgos, como la habituación a los instrumentos de evaluación, efectos del aprendizaje, etc. Como hemos comentado, el diseño más básico de este tipo de estudios es el diseño A-B, el cual comprende dos fases: línea base (A) y tratamiento (B). Así, se realizan dos medidas de la variable dependiente a lo largo de la intervención, antes de comenzarla y tras esta. Es habitual que se complementen estas medidas con un seguimiento de la intervención, evaluando los cambios en la variable dependiente semanas o meses después de la finalización de esta (por ejemplo, a los tres y/o seis meses y/o al año). En este caso, hablaríamos de un diseño A-B con seguimiento. Recuerda La validez interna se entiende como «el grado de confianza con que se pueden atribuir a la variable independiente los cambios observados en la variable dependiente» (Botella y Caperos, 2019, p. 23). Sin embargo, este tipo de diseños presentan problemas con la validez interna. Para mejorar esto, y poder atribuir los cambios de la variable dependiente a la intervención con menor nivel de error, existen otro tipo de diseños. El primero de ellos es el diseño A-B-A o de retirada. En él, después de medir la línea base (A) y tras una primera fase de tratamiento (B), este se retira antes de que sus efectos estén consolidados. Si los cambios son producidos por la intervención, deben disminuir o eliminarse si este no está presente. Sin embargo, al terminar en fase de no tratamiento, este diseño tiene múltiples detractores. Para solucionar este aspecto, se desarrollaron el diseño A-BA-B (similar al anterior, pero finalizando en una fase de tratamiento) o el diseño A-B-C-B, en el cual se introduce una fase de tratamiento placebo (C) para poder comparar sus resultados con la intervención propiamente dicha o el no tratamiento. 24 A pesar de las ventajas de estos diseños, no siempre pueden ser aplicados. Por ejemplo, no es ético retirar una intervención a una persona que presenta un alto riesgo de suicidio o, si ponemos en marcha una intervención para enseñar algún tipo de habilidad al consultante, no puede ser retirada una vez que es aprendida. En estos casos, se ponen en marcha diseños de línea base múltiple (diseños de no reversión). En ellos, se mide la línea base de las conductas susceptibles de cambio por la intervención para, a continuación, aplicar el tratamiento de manera desfasada. Así, se comienza aplicando una de ellas mientras se continúa monitorizando la línea base en el resto de las conductas. Más tarde, se aplica el tratamiento a otra de las conductas y se observan los cambios. Este procedimiento continúa hasta que se ha intervenido en todas las conductas objeto de estudio. De este modo, se puede observar si los cambios en la/s variable/s dependiente/s comienzan de forma contingente con este (y no antes o después). Dentro de este tipo de diseños, podemos encontrar tres modalidades: • Línea base múltiple a través de conductas: se evalúan todas las variables en la fase A y se interviene, dentro de la fase de tratamiento, sobre cada una de ellas de forma individualizada y no solapada en el tiempo, mientras se continúan registrando todas las demás en un mismo individuo. • Línea base múltiple a través de situaciones: se evalúa el mismo comportamiento o variable de una misma persona en dos o más situaciones o escenarios. Es decir, se interviene en la variable en contextos diferentes. • Línea base múltiple a través de sujetos: se evalúa en la fase A y se interviene (B) en un mismo contexto, pero en diferentes individuos. Ejemplo: Pongamos un ejemplo de cada uno de los tipos de diseños de línea base múltiple comentados, de forma respectiva: • Línea base múltiple a través de conductas. Tratamiento de la sintomatología depresiva en una mujer de 65 años. Se pretende realizar una activación conductual, para lo cual se va a trabajar en 1) mejorar su autocuidado o aspecto físico, 2) la realización de actividades gratificantes y 3) la puesta en marcha de actividades sociales. Para ello, primero se comenzará abordando la variable 1, y cuando esta esté estabilizada, se intervendrá sobre la 2, mientras se registran 1, 2 y 3. • Línea base múltiple a través de situaciones. Aumento de las habilidades sociales de un adolescente. Se pretende llevar a cabo la intervención en diferentes contextos: 1) adultos, 2) iguales con confianza, 3) desconocidos. En este tipo de diseño, se pondría en marcha la intervención primero en el contexto 1, a continuación en el 2 y, tras ello, en el 3, analizando si se producen cambios en los diferentes contextos y registrándolo en todo momento. • Línea base múltiple a través de sujetos. Se pretende reducir/eliminar los mordiscos en un aula de Educación Infantil. Para ello se pone en marcha una intervención con un niño, analizando si se muestran diferencias en relación con el resto. Si el cambio se produce cuando comienza a aplicarse la intervención sobre esa variable, podremos decir que las modificaciones de la/s variable/s se deben a ella. 25 5.2.5. Estudios de revisión de la literatura científica La ciencia se desarrolla a través de numerosas investigaciones, de forma colaborativa y sumatoria. El trabajo de un investigador sobre un tema concreto se integra en el de otro y, a su vez, este último lo amplía y complementa. En ocasiones, existen datos contradictorios sobre un aspecto concreto o hay multitud de estudios a los que se puede tener acceso. Para recoger, organizar y sintetizar toda la información contenida en las fuentes primarias, se desarrollan las llamadas revisiones. Estas son una forma de investigación que utiliza los artículos publicados para responder a su pregunta-objetivo. Tradicionalmente, los artículos de revisión seleccionaban algunos trabajos publicados que iban, generalmente, en la misma línea de resultados, realizando un resumen cualitativo y crítico de sus hallazgos. Sin embargo, con la aparición de la práctica basada en la evidencia se vio la necesidad de dotar a este tipo de artículos de una metodología propia y objetiva. Existen varios tipos de revisiones bibliográficas, denominadas de modo diferente según el autor consultado. Por ejemplo, Cronin et al. (2008) hablan de revisiones tradicionales o narrativas, sistemáticas, metaanálisis y metasíntesis. Por otro lado, Whittemore et al. (2014) las clasifican como revisiones integradoras, sistemáticas, metaanálisis, síntesis cualitativas, panorámicas, de estudios mixtos y revisiones paraguas. Aunque si atendemos a las más realizadas, podemos diferenciar entre revisión narrativa, sistemática y metaanálisis (Arksey y O’Malley, 2005). Revisiones narrativas Las revisiones narrativas son aquellas que identifican estudios y describen un problema de interés, pero no siguen unos criterios previamente establecidos para su diseño ni una búsqueda de los trabajos exhaustiva, por lo que no recogen todos ellos. Así, no tienen una pregunta de investigación predeterminada ni una estrategia de búsqueda específica, solo un tema de interés del que se recopilan datos, lo desarrollan y discuten, pero sin seguir un protocolo específico para su realización. En este tipo de revisiones se pueden utilizar datos de diversa procedencia, como libros o artículos teóricos, empíricos, etc. 26 Revisiones sistemáticas y metaanálisis Viaja Puedes consultar un ejemplo de una revisión narrativa sobre actividad física y calidad de vida en el adulto mayor, o de una revisión sistemática sobre dolor crónico, trastorno de estrés postraumático e ingesta de opioides. Las revisiones sistemáticas son un resumen exhaustivo de la evidencia acumulada sobre un tema específico. Estas utilizan un proceso riguroso de búsqueda, análisis y síntesis de los datos, para evitar introducir ningún tipo de sesgo o valoración subjetiva. Para ello, desarrollan un protocolo estandarizado y replicable, el cual describe una pregunta clínica específica y, con los datos recopilados a través de una búsqueda predefinida, dan respuesta a esta. Todo ello garantiza la claridad, replicabilidad y consistencia de la investigación. Entre las características que cabe destacar de la revisión sistemática podemos encontrar las siguientes (Gisbert y Bonfill, 2004): • Exhaustividad: son análisis que aglutinan la mayor cantidad de información sobre el tema que analizan, siempre que esta sea adecuada. • Rigurosidad: incluyen estudios basados en criterios de calidad metodológica, analizando los sesgos. • Concreción: tratan de dar respuesta a una pregunta claramente definida, presentando la información de forma objetiva, sin sesgos. • Transparencia y replicabilidad: ponen de relieve la metodología que se ha utilizado para identificar y seleccionar los estudios, evaluar estos de forma crítica, extraer los datos y analizarlos. Si los datos recogidos en la revisión sistemática los analizamos de forma cuantitativa, estaremos realizando un metaanálisis. Esta es una técnica o análisis estadístico que integra el análisis de los resultados de los diferentes artículos seleccionados para obtener un valor único. Figura 4. Pasos que seguir para la elaboración de una revisión sistemática y/o metaanálisis. Los pasos que seguir para elaborar una revisión sistemática y/o metaanálisis son los siguientes: 27 Formulación del problema El primer punto del trabajo es el desarrollo y justificación de la pregunta de estudio y el objetivo de este. Dicha pregunta debe estar correctamente formulada, ya que, si no, incluiría errores también en la respuesta. Para su desarrollo se suelen utilizar métodos como PICO, que establece qué tipo de información debe tener la pregunta y el objetivo de la formulación. La estrategia PICO se basa en la respuesta a las siguientes cuestiones: • P: paciente o problema. ¿Qué grupo de pacientes o problema me interesa estudiar? • I: intervención. ¿Qué intervención se va a analizar? • C: comparación. ¿Se va a comparar con otra intervención? Si es así, ¿con cuál? • O: outcome o resultado. ¿Cuál es el resultado esperado? Tras formular el problema, podemos definir la búsqueda que ayude a dar luz a este. Búsqueda y selección de los artículos Este es un punto esencial de la revisión. Antes de comenzar a desarrollar la búsqueda, se deben definir las características de esta (idioma, bases de datos, tipo de estudios, etc.), así como los términos y ecuaciones de búsqueda. Del mismo modo, se debe establecer cómo se llevará a cabo la revisión y selección de los artículos (número de revisores, criterios de inclusión y exclusión de los artículos, datos que examinar, forma de resolver las discrepancias entre revisores, etc.). Una vez realizada la búsqueda, obtendremos múltiples artículos, más o menos adecuados para responder a nuestra pregunta de investigación. Deberemos analizarlos uno a uno para decidir, con base en los criterios previamente definidos, si entran o no a formar parte de nuestra revisión. Análisis de la calidad de los estudios Si introducimos estudios de mala calidad en la revisión, esta también lo será, por lo que se debe examinar la metodología propia de cada estudio. Con ello conseguiremos limitar el número de sesgos que introducimos en la revisión, o, al menos, identificarlos. Esto nos va a permitir conocer la «verosimilitud» de los datos extraídos en los estudios y orientar la síntesis de resultados. Una vez analizado el riesgo de sesgo de los estudios, se seleccionan los que van a formar parte de nuestra revisión. Extracción de datos De cada estudio seleccionado, se extraen los datos para poder realizar una síntesis de la información y generar la posterior conclusión. Cada revisor debe extraerlos con base en el protocolo especificado previamente. Tras ello, se procede a analizar la información. 28 Análisis y síntesis de los resultados La información, como hemos apuntado anteriormente, se puede analizar de modo cualitativo y/o cuantitativo (metaanálisis). La inclusión de este último debe estar justificada por el número de estudios encontrado para tomar decisiones terapéuticas, para contrastar datos contradictorios o para establecer la magnitud de los resultados. Del mismo modo, se deben analizar las limitaciones de nuestra revisión. Redacción de los hallazgos La redacción del informe se va realizando progresivamente según avanza el estudio y, posteriormente, se redactarán las conclusiones extraídas de los resultados, las cuales deben estar relacionadas con los objetivos planteados en un primer momento. En un último momento se suele redactar la introducción (o se modifica si se redactó al inicio) para contextualizar el tema, explicar qué motivó la realización del estudio y aclarar los conceptos básicos, y para entender el resto de los apartados (Pardal-Refoyo y Pardal-Peláez, 2020). Para aumentar la calidad y normalizar la publicación de los resultados de las revisiones sistemáticas y metaanálisis, en 2009 se publicó la declaración PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses), revisada en 2020 (Page et al., 2021). En este documento se aúnan las especificaciones y directrices que se deben seguir para realizar este tipo de trabajos e informar de los resultados. Además, existen otras guías que seguir para realizar revisiones sistemáticas, como la guía Cochrane, la cual aborda las revisiones de intervenciones clínicas. Asimismo, cabe mencionar que, para algunos autores, cuando no se cumplen algunas de las características o pasos expuestos anteriormente, estaríamos ante las denominadas como revisiones sistematizadas o estructuradas. Estas intentan seguir la rigurosidad y claridad de las sistemáticas, pero carecen de algún aspecto, como la amplitud de búsqueda, la profundidad o la realización adecuada del proceso de búsqueda y análisis de artículos. Llega más lejos Profundiza en la declaración PRISMA en su página web. Podrás encontrar, entre otros recursos, una explicación de la declaración, una checklist y varios ejemplos de diagramas de flujo para incluir en las revisiones sistemáticas o metaanálisis. También están disponibles en español en su página web o en este artículo. 29 Viaja Puedes consultar los recursos para elaborar revisiones de Cochrane o este vídeo donde se explican las características clave de una revisión sistemática según Cochrane. Finalmente, se expone una tabla comparativa (véase tabla 4) donde se resumen las principales características de una revisión narrativa y una revisión sistemática. Característica Revisión narrativa Revisión sistemática Pregunta de Amplia; no definida de forma Concreta, precisa y definida de investigación detallada. forma específica. Fuentes de información No informadas de forma Informadas de forma explícita y rigurosa. detallada. Revisión y análisis de No se localizan todos los Localizan todos los artículos. Baja o los datos estudios sobre el tema. Alta nula probabilidad de sesgos. probabilidad de sesgos. Selección de los Sin criterios previos de selección Decisión y establecimiento de los estudios de fuentes. criterios específicos de inclusión de artículos. Evaluación de la calidad Evaluación poco profunda o Evaluación exhaustiva, como de los estudios criterios predefinidos, de la calidad nula. metodológica de los artículos. Síntesis de los datos Subjetiva y cualitativa. Objetiva, basada en la calidad de los artículos y en los datos cuantitativos de estos. Conclusiones extraídas Basada en los estudios, pero Basada en la evidencia y en un de los datos introduciendo los artículos de análisis objetivo de los datos. forma subjetiva. Tabla 4. Comparación entre revisión narrativa y revisión sistemática. 30 Resumen La psicología es una ciencia y, como tal, debe estar regida por los principios científicos. Para poder efectuar una práctica basada en la evidencia, es necesario conocer el acceso a esta y saber cómo examinarla a fin de poder seleccionar la más apropiada. El principal texto científico que podemos encontrar es el artículo científico. Para poder manejarlo, debemos realizar búsquedas eficaces en las diferentes bases de datos. Por lo tanto, debemos: 1. Definir la pregunta-problema y el objetivo de la búsqueda. 2. Seleccionar la/s base/s de datos adecuada/s. 3. Seleccionar los términos y las ecuaciones de búsqueda. 4. Elegir los recursos (criterios de selección) con base en nuestro problema objetivo. Del mismo modo, para comprender la información contenida en los textos científicos, necesitamos manejar los tipos de estudios habituales con los que se trabaja dentro de la psicología sanitaria. Se pueden encontrar: • Estudios que analizan la eficacia de una intervención: entre ellos destacan el diseño simple pre-post, diseño con grupo control, grupo control no tratado, grupo control en lista de espera, diseño con grupo control placebo, diseño de grupos con tratamientos alternativos, ensayos controlados aleatorizados y ensayos controlados no aleatorizados. • Estudios que analizan las especificaciones de una intervención: en ellos podemos discriminar entre los estudios de moderación y los estudios de mediación. • Estudios, no manipulativos, que analizan la covariación entre variables: podemos encontrar el diseño de cohorte y el de casos y controles. • Estudios que analizan un solo caso: este grupo es definido por los estudios de caso único o de N = 1; estos pueden presentar un diseño A-B, diseño A-B con seguimiento, diseño A-B-A o de retirada, diseño A-B-A-B, diseño A-B-C-B o el diseño de línea base múltiple. • Estudios de revisión de la literatura científica: entre estos destacan las revisiones narrativas, las revisiones sistemáticas y los metaanálisis. 31 Mapa de contenidos 32 Recursos bibliográficos Bibliografía básica Botella, J. y Caperos, J. M. (2019). Metodología de investigación en psicología general sanitaria. Síntesis. Bibliografía complementaria Arksey, H. y O’Malley, L. (2005). Scoping studies: towards a methodological framework. International Journal of Social Research Methodology, 8, 19-32. https://doi.org/10.1080/1364557032000119616 Armijo, I., Aspillaga, C., Bustos, C., Calderón, A., Cortés, C., Fossa, P., Melipillan, R., Sánchez, A. y Vivanco, A. (2021). Manual de metodología de investigación. Facultad de Psicología. Universidad del Desarrollo. Bonacquisti, A., Cohen, M. J. y Schiller, C. E. (2017). Acceptance and commitment therapy for perinatal mood and anxiety disorders: development of an inpatient group intervention. Archives of Women’s Mental Health, 20(5), 645-654. http://doi.org/10.1007/s00737-017-0735-8 Bono, R. y Arnau, J. (2014). Diseños de caso único en ciencias sociales y de la salud. Síntesis. Cronin, P., Ryan, F. y Coughlan, M. (2008). Undertaking a literature: a step by step approach. British Journal of Nursing, 17(1), 38-48. https://doi.org/10.12968/bjon.2008.17.1.28059 Estévez, R. M., Oliva, A. y Parra, Á. (2012). Acontecimientos vitales estresantes, estilo de afrontamiento y ajuste adolescente: un análisis longitudinal de los efectos de moderación. Revista Latinoamericana de Psicología, 44(2), 39-53. https://www.redalyc.org/pdf/805/80524058003.pdf Gisbert, J. P. y Bonfill, X. (2004). ¿Cómo realizar, evaluar y utilizar revisiones sistemáticas y metaanálisis? Gastroenterología y Hepatología, 27(3), 129-149. https://doi.org/10.1016/S0210-5705(03)79110-9 Henríquez Fierro, E. y Zepeda González, M. I. (2003). Preparación de un proyecto de investigación. Ciencia y Enfermería, 9(2), 23-28. Hurtado de Barrera, J. (2005). Cómo formular objetivos de investigación. https://studylib.es/doc/9076935/como-formular-objetivos-de-investigacion-hurtado-2005-1 Lazcano-Ponce, E., Salazar-Martínez, E., Gutiérrez-Castrellón, P., Ángeles-Llerenas, A., Hernández-Garduño, A. y Viramontes, J. L. (2004). Ensayos clínicos aleatorizados: variantes, métodos de aleatorización, análisis, consideraciones éticas y regulación. Salud Pública de México, 46(6), 559-584. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003636342004000600012 Ortega González, J. (2003). Enunciación de objetivos en proyectos de investigación. Revista Medigraphic, 41(5), 437-440. 33 Otero-Ortega, A. (2018). Formulación de los objetivos de investigación. https://www.researchgate.net/publication/326905438_Formulacion_de_los_objetivos_de_inv estigacion Page, M. J., McKenzie, J. E., Bossuyt, P. M., Boutron, I., Hoffmann, T. C., Mulrow, C. D., Shamseer, L., Tetzlaff, J. M., Akl, E. A., Brennan, S. E., Chou, R., Glanville, J., Grimshaw, J. M., Hróbjartsson, A., Lalu, M. M., Li, T., Loder, E. W., Mayo-Wilson, E., McDonald, S.,… Moher, D. (2021). The PRISMA 2020 statement: an updated guideline for reporting systematic reviews. PLOS Medicine, 18(3), e1003583. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1003583 Pardal-Refoyo, J. L. y Pardal-Peláez, B. (2020). Anotaciones para estructurar una revisión sistemática. Revista ORL, 11(2), 155-160. https://scielo.isciii.es/pdf/orl/v11n2/2444-7986-orl11-02-155.pdf Sampieri Hernández, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación. McGraw Hill. Tuleya, L. G. (ed.). (2007). Thesaurus of psychological index terms. American Psychological Association. Whittemore, R., Chao, A., Jang, M., Minges, K. E. y Park, C. (2014). Methods for knowledge synthesis: an overview. Heart Lung, 43, 453-459. https://doi.org/10.1016/j.hrtlng.2014.05.014 Otros recursos Cochrane. (s. f.). 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