Instituto de formación docente N°11-Profesorado de Historia Alumno: Abel Luna Profesora: Jessica Rojas Posturas de Susana Ackerman Susana Ackerman plantea que los conflictos en las escuelas son frecuentemente vistos desde dos perspectivas opuestas: la de los docentes, quienes suelen atribuir los problemas a factores externos y familiares que los alumnos traen consigo; y la de los padres, quienes responsabilizan a la escuela y a los docentes por la falta de control y manejo adecuado de estos conflictos. Ackerman enfatiza la necesidad de comprender estas posturas para abordar los conflictos de manera más efectiva y contextualizada, proponiendo que la resolución de estos problemas debe considerar la complejidad de las interacciones entre la escuela y la familia: La postura de los padres y familiares se centra en la responsabilidad de la escuela y los docentes en la gestión de los conflictos dentro del entorno educativo. Los padres suelen criticar la falta de control adecuado sobre los alumnos, lo que permite que problemas como la violencia, el bullying y la discriminación proliferen sin una intervención efectiva. Consideran que la escuela debe ser un espacio seguro y estructurado que no solo proporcione educación académica, sino también enseñe valores y habilidades para la convivencia pacífica. Cuando esto no ocurre, perciben que la escuela está fallando en una parte esencial de su rol. Los padres esperan que los docentes estén capacitados y comprometidos para manejar situaciones conflictivas, y cuando esto no sucede, expresan insatisfacción y cuestionan la preparación de los educadores. Además, sienten que hay una falta de compromiso por parte de los docentes y directivos para abordar de manera efectiva los problemas que surgen en el aula. Esta postura refleja también una desconexión entre la escuela y las familias, ya que muchos padres sienten que sus preocupaciones no son escuchadas ni atendidas de forma adecuada, lo que lleva a una percepción de que la escuela no colabora suficientemente con ellos para resolver los problemas de los alumnos. En resumen, los padres enfatizan la necesidad de una gestión más efectiva y comprometida por parte de las escuelas para asegurar un entorno educativo seguro y de apoyo para los estudiantes. La postura de los docentes y directivos se centra en atribuir los conflictos escolares a factores externos, principalmente a las circunstancias familiares y personales de los alumnos. Desde esta perspectiva, consideran que la raíz de muchos problemas de conducta y disciplina en la escuela se encuentra en situaciones que los estudiantes enfrentan fuera del ámbito escolar, como la falta de apoyo y compromiso por parte de los padres, problemas familiares, condiciones socioeconómicas desfavorables, y otras dificultades en el hogar. Los docentes también suelen señalar que su capacidad para manejar estos conflictos dentro del aula es limitada debido a la complejidad de los problemas que traen los alumnos desde sus contextos familiares. Perciben que a menudo se espera que ellos asuman roles que van más allá de la enseñanza académica, como mediadores o consejeros, sin contar necesariamente con la formación o los recursos adecuados para ello. Además, esta postura pone de relieve la percepción de que los conflictos en las escuelas reflejan una falta de compromiso de los padres, quienes no siempre colaboran o están presentes para apoyar el proceso educativo de sus hijos. 2) En la escuela "Nueva Esperanza", el maestro Abel lleva varios años enseñando a sus alumnos con dedicación y compromiso. Sin embargo, un grupo de padres se presenta en la escuela para expresar su preocupación por el comportamiento de algunos alumnos en la clase, quienes han tenido varios conflictos entre ellos, incluyendo episodios de bullying. Una mañana, los padres de tres alumnos de mi clase llegan a la escuela pidiendo hablar con él. Al enterarse de la situación, accede a recibirlos en la sala de reuniones. Los padres, visiblemente preocupados, explican que sus hijos se sienten inseguros en el aula y que han visto a otros alumnos insultando y excluyendo a sus compañeros, lo que ha generado un ambiente de tensión y miedo. Los padres señalan que esperan una respuesta más firme por parte del maestro y que consideran que la escuela no está haciendo lo suficiente para controlar estos conflictos. Uno de los padres menciona: "Nuestros hijos pasan muchas horas aquí, y es responsabilidad de la escuela asegurarse de que estén en un entorno seguro. No vemos que haya medidas concretas para frenar este comportamiento." Cómo actuar ante esta situación: Escucha atentamente a los padres sin interrumpirlos, manteniendo una postura calmada y receptiva. Después de escuchar sus preocupaciones, responder con empatía: "Entiendo completamente su preocupación y agradezco que hayan venido a hablar conmigo sobre esto. Quiero asegurarles que la seguridad y el bienestar de sus hijos es mi prioridad, y estoy aquí para trabajar con ustedes y con la escuela para mejorar esta situación." Luego, detallar algunas de las medidas que ya ha estado implementando en el aula, como promover actividades de integración, realizar charlas sobre convivencia, y aplicar estrategias para mediar en conflictos cuando ocurren. Sin embargo, también reconoce que la situación actual requiere un enfoque más intensivo. El cual en mi humilde opinión consta de separar al agresor del resto del grupo hasta que se identifique la razón de su comportamiento. Esto obviamente va a desencadenar una respuesta posiblemente agresiva por parte de los padres del niño agresor los cuales en caso de reaccionar violentamente, deberán ser enfrentados sin mostrar miedo para dar la impresión de ser un profesor que no cede ante estas situaciones.
