Homilía 12 de Mayo {DESCARGAR}

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HOMILÍA 12 MAYO 2015 Monasterio de la Encarnación
Hechos 16, 22-34 / Salmo 137 / Juan 16, 5-11
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Hacemos silencio después de escuchar el evangelio… dejamos reposar la Palabra…
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Un saludo a vosotras, nuestras hermanas a las que nos une el gozo de una misma vocación, hijos de una misma madre; a todos los
fieles que tenéis la suerte de poder vivir la Eucaristía en este lugar cada día, y a mis hermanos con los que comparto el orgullo humilde
de ser hijo de Teresa de Jesús.
En el contexto de un capítulo general, visitamos la tierra sagrada del monasterio de la Encarnación y lo hacemos con emoción, pisamos
la huella caliente de Teresa de Jesús. Todo aquí está impregnado de su aventura, todo huele a Teresa, y a tantas hijas de Teresa que se
han santificado y han vivido aquí, silenciosamente, su particular historia de amor.
Aquel Amigo y compañero, Capitán del Amor, que hizo arder el corazón de Teresa, es el mismo que ahora anda como un mendigo
queriendo enamorarnos y darse entero, sin reservarse nada para sí, en la Eucaristía que celebramos, en la comunión que vamos a
recibir. No tenemos menos suerte que la suya. La transverberación más importante es la de Jesús, de su propio corazón traspasado, y
el éxtasis fundamental es el del amor de Dios por cada uno de nosotros. Somos muy afortunados, inmensamente ricos, queridos
hermanos y hermanas.
En medio de tantas palabras y reflexiones necesarias y no tan necesarias en un Capítulo, queremos hacerle caso a Teresa y poner los
ojos en Él, centrar nuestra mirada en el Señor, luz para nuestros pasos, lámpara en la noche.
Que el Cristo muy llagado que a ella le cambió la vida, detenga nuestros pasos apresurados, (sin pasar página); que nos duela
intensamente también a nosotros y nos ponga en el alma la urgencia de la confianza. CONFÍA. CONFÍA EN MÍ.
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Desde esa confianza, como quien abre su corazón y todo el ser a lo que Dios quiere de nosotros hoy… ¿Qué mandáis hacer de mí?
Tres ideas luminosas y oportunas para nosotros de la liturgia de la Palabra en este día, muy carmelitanas y teresianas, nos dan la respuesta:
* Dar gracias de todo corazón.
* Dejar que Jesús se marche, para que venga el Espíritu Santo.
* En la dificultad y la contradicción cantar un himno al Señor.
1. Salmo 137 Te doy gracias
TE DOY GRACIAS, SEÑOR, DE TODO CORAZÓN
Hoy, por encima de todo, queremos con Teresa dar gracias de todo corazón… Cada uno de nosotros tiene muchos motivos para dar
gracias.
Por tu misericordia y tu lealtad. Lo que más conmovía el corazón de Teresa, la misericordia del Señor…
No abandones la obra de tus manos, la obra de Teresa, aunque nos veas pobres y frágiles, pocos y ruines. Con lo que somos y tenemos,
con todos nuestros hermanos, sin dejar a nadie fuera, queremos, Señor, darte gracias de todo corazón.
2. JUAN 16, 5-11 Os enviaré el Defensor
Os conviene que yo me vaya; porque si no, no vendrá a vosotros el Defensor.
NO PUEDE VENIR EL ESPÍRITU SANTO, SI NO NOS DESASIMOS DE LO QUE CONOCEMOS DE DIOS, DE LO APRENDIDO… para abrirnos al
Dios vivo, a Jesús resucitado. El camino de Teresa fue un continuo dejarse sorprender y asombrar por la novedad de Dios. Nosotros, sus
hijos, Desasidos de nosotros, de las cosas y también de Dios, queremos dejarle ser un Dios recién nacido en nuestra tierra, que abra
caminos insospechados de comienzo. Estos tiempos de crisis, son los mejores tiempos para el soplo del Espíritu. Permaneceremos
atentos al paso de Dios.
3. HECHOS 16, 22-34 Canta y camina.
LOS DESNUDARON Y LOS APALEARON… ELLOS ORABAN CANTANDO HIMNOS A DIOS.
La lectura de los Hechos nos habla de que / Los desnudaron / Los apalearon / Los metieron en la cárcel, en la mazmorra / Les sujetó los
pies con el cepo / Heridas.
Ellos oraban cantando himnos a Dios.
Las puertas se abrieron de golpe y se les soltaron las cadenas.
Nosotros, no hemos llegado a tanto como Pablo y Silas… todavía.
No hemos venido al Carmelo a buscar fama, honra y aplausos, sino a seguir a Cristo crucificado.
Teresa de Jesús se pasó la vida enfrentando la dificultad, la contradicción y la enfermedad. Escribió sus mejores páginas en los
momentos más duros. Perseveró 18 años de oración difícil, aguardando el momento de Dios.
Nosotros hoy, en la situación que estamos queremos que nuestro capítulo sea un himno de acción de gracias al Señor, un cántico y una
oración, sin lamentos, ni añoranzas, valientes y humildes, con todas nuestras hermanas y hermanos, hijos de Teresa, juntos andemos,
Señor. Aquí nos tienes, ¿qué mandas hacer de nosotros?
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