Subido por Benjamin Fria

1era y 2da guerra resumen

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¿Qué fue la Primera Guerra Mundial?
La Primera Guerra Mundial, también conocida como la Gran Guerra, fue
un conflicto armado de gran escala que sucedió entre 1914 y 1918, y en el
que se enfrentaron las principales potencias de la época. Fue el primer
conflicto bélico que se desarrolló como una guerra de posiciones, con
una tecnología que incluyó armas de repetición, bombardeos y ataques
aéreos sobre redes de trincheras.
Los países combatientes se alinearon en dos grandes alianzas:
•
La Triple Alianza, liderada por Alemania, Italia y el Imperio
austrohúngaro.
La Triple Entente, integrada por Francia, Gran Bretaña y Rusia.
La guerra fue consecuencia de la competencia política, económica y
territorial de los imperios colonialistas europeos. Sin bien fue un conflicto
que sucedió principalmente en Europa, terminó afectando profundamente
la economía mundial.
La Gran Guerra alcanzó unos niveles de mortandad y destrucción
inexistentes hasta entonces. El avance de la tecnología armamentística, la
transformación del conflicto en una guerra de posiciones y la
incorporación de soldados en una guerra de masas, llevó a la muerte de
más de 10 millones de soldados y más de 5 millones de civiles.
Al finalizar el conflicto, las economías europeas se vieron profundamente
afectadas y Estados Unidos consolidó su poder en el nuevo orden
mundial. El mapa europeo cambió drásticamente: desaparecieron los
Imperios Centrales como grandes unidades políticas y surgieron nuevos
países. Las tensiones producidas por la destrucción, la pobreza y la
inestabilidad política transformaron a las sociedades occidentales.
Características de la Primera Guerra Mundial
En la guerra de posiciones, los ejércitos se asentaron en redes de
trincheras.
Entre las principales características de la Primera Guerra Mundial se
encuentran:
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Extensión temporal. Si bien todos los países que iniciaron la guerra
creían que se iba a tratar de un conflicto bélico corto y de rápida
resolución, la Gran Guerra duró cuatro años y medio, desde el 28 de
julio de 1914 hasta el 11 de noviembre de 1918.
Guerra de masas. Por primera vez en la historia, el conflicto bélico
alcanzó una escala de masas. Durante la Gran Guerra se movilizó al
conjunto de la población por un periodo extremadamente
prolongado (más de 4 años). Por primera vez, se consideró la vida
del hombre como “material bélico” disponible en función de
objetivos militares de manera masiva.
Guerra de posiciones. En vez de una guerra de movimientos, la
Gran Guerra desencadenó en una guerra de posiciones. En esta
modalidad de combate, los soldados se perpetraron en trincheras
para defender las posiciones obtenidas. Las batallas de Verdún y
Somme son el ejemplo más cruel de este nuevo sistema bélico;
duraron varios meses y se llevaron más de dos millones de vidas de
soldados. Ante los nuevas armas de repetición, los países
beligerantes construyeron redes de trincheras en los frentes de
guerra.
Industria al servicio de la guerra. En este contexto, el verdadero
potencial bélico se encontraba en la fuerza industrial de cada
Estado. Las innovaciones de las industrias metalúrgicas, mecánicas y
químicas desarrollaron nuevos armamentos (ametralladoras, gases,
lanzallamas, tanques y submarinos, entre otros).
Eventos desencadenantes de la Primera Guerra Mundial
El asesinato del heredero austríaco desencadenó las declaraciones de
guerra entre potencias.
La Gran Guerra tuvo lugar desde 1914 hasta 1918. Se considera su punto
de inicio el asesinato del archiduque Francisco Fernando de
Austria (heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro) por parte de un
joven nacionalista serbio en Sarajevo.
Este evento desencadenó un conflicto diplomático que se convirtió en un
conflicto armado. En consecuencia, el Imperio Austro-Húngaro declaró la
guerra a Serbia. Rusia salió en apoyo a Serbia, Alemania declaró la guerra
a Rusia e invadió Bélgica y, entonces, Gran Bretaña ingresó al conflicto en
contra de Rusia.
Alianzas de la Primera Guerra Mundial
La Triple Alianza estaba integrada por el Imperio alemán, el Imperio
Austrohúngaro y el Reino de Italia.
Las potencias enfrentadas se agruparon en dos bandos que estaban
integrados de la siguiente manera:
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Triple Alianza. Estaba integrada por los llamados "Imperios
Centrales": el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Reino
de Italia. Este último, no obstante, se cambió de bando al primer
año del conflicto, y combatió en su lugar el Imperio otomano y
Bulgaria. Otras naciones se sumarían a la alianza en base a sus
relaciones con las Potencias Centrales.
Triple Entente. Estaba conformada por el Reino Unido, Francia y el
Imperio ruso. Italia se unió en 1915 y luego lo hicieron
también Japón, Rumania y Estados Unidos. A medida que el
conflicto creció, otras naciones se sumaron a la alianza en contra de
los Imperios Centrales.
Antecedentes de la Primera Guerra Mundial
Durante la “paz armada” las potencias invirtieron en el desarrollo de sus
industrias bélicas.
Desde finales del siglo XIX, en Europa se vivió un periodo conocido como
“la paz armada”. Las potencias imperiales europeas se competían por su
poder económico y territorial, lo que hacía continuamente crecer las
tensiones entre los Estados. En ese contexto de conflicto latente, las
potencias comenzaron a invertir cada vez más recursos en la producción
de armamento y en la ampliación de sus ejércitos.
Ante esta situación, las diferentes potencias fueron tejiendo un sistema de
alianzas entre Estados. En 1882 se conformó la Triple Alianza, un acuerdo
que comprometió a Alemania, Italia y al Imperio Austro-Húngaro a
apoyarse militarmente entre ellos. En 1907, Rusia, Gran Bretaña y Francia
firmaron su propia coalición con los mismos fines: la Triple Entente.
En este contexto, hubo algunos factores decisivos que llevaron al
crecimiento de los conflictos entre las potencias:
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Competencia económica. Con el desarrollo del capitalismo
industrial, el poder de los Estados comenzó a medirse por sus
recursos materiales y productivos. Su posibilidad de imponerse
sobre las otras potencias dependía en gran medida de su capacidad
económica, industrial y financiera.
Imperialismo territorial. En las últimas décadas del siglo XIX, las
potencias europeas buscaron extender su influencia política y
económica en aquellas regiones donde los Estados eran más
débiles. A través de la ocupación militar, las potencias europeas se
impusieron en el continente africano y en muchas áreas de Oceanía.
Las poblaciones, los gobiernos y las economías locales fueron
sometidas al control de los estados europeos, que impusieron
medidas para satisfacer sus propios intereses.
•
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Nacionalismo. Desde el siglo anterior se había consolidado en
Europa un nuevo tipo de identidad colectiva: la identidad nacional.
Según las ideas nacionalistas, debía existir una correspondencia
directa entre territorio, unidad política e identidad cultural. A partir
de las representaciones del pasado y del presente, se creó la idea de
que los países debían estar compuestos por unidades culturales
homogéneas. Esta nueva ideología entraba en conflicto directo con
la realidad de las poblaciones europeas, en las que los Estados
estaban muchas veces conformados por entidades étnicas con
diversos orígenes y costumbres.
Intereses contrapuestos. En el mapa político de Europa, las
diferentes potencias y países tenían intereses políticos que los
enfrentaban entre sí. Había potencias (como el imperio AustroHúngaro y Gran Bretaña) que buscaban conservar su poder frente al
crecimiento de otros Estados; otros querían mejorar su porvenir
(como Italia y Serbia); en cambio, había Estados que habían sufrido
grandes derrotas en el pasado reciente y deseaban restaurar su
poder (como Francia, Turquía o Rusia).
Frentes de la Primera Guerra Mundial
La Batalla del Somme fue una de las más sangrientas de la Primera Guerra
Mundial.
La Gran Guerra ocurrió de manera simultánea en varios frentes:
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Frente occidental. Es la frontera en la que se enfrentaron Francia y
Gran Bretaña contra Alemania, luego de que esta última invadiera
Bélgica y Luxemburgo. Luego, se establecieron líneas de trinchera
que estancaron las posiciones de ambos bandos. Las principales
batallas de este frente fueron la Batalla del Marne, la Batalla de
Verdún y la Batalla del Somme.
Frente oriental. Es el territorio en el que luchaban Alemania y el
Imperio Austrohúngaro contra las tropas del Imperio Ruso. Además
de las zonas fronterizas entre estos países, el frente abarcó el Reino
de Polonia (invadido por Alemania), la zona de los Cárpatos y la
Armenia rusa (con la incorporación del Imperio otomano al
conflicto). Entre las batallas más importantes de este frente se
encuentran la Batalla de Tannenberg y la Batalla de Lodz.
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Frente balcánico. Es la región donde combatieron el Imperio
austrohúngaro, el Imperio otomano y Bulgaria, contra Serbia,
Montenegro y Grecia.
Frente de Oriente Medio. Consistió en el enfrentamiento de tropas
más que nada británicas en su intento por penetrar el Imperio
otomano y crear un corredor hasta Rusia. A este frente se sumó
Palestina en 1916. La batalla más destacada fue la Batalla de
Gallipoli.
Frente africano. Las fuerzas británicas y francesas
en África atacaron a las colonias alemanas, y esto creó un clima que
aprovechó Sudáfrica para sumarse al conflicto y adueñarse también
de África del Sudoeste en 1915.
Fin de la Primera Guerra Mundial
En 1918, con el Tratado de Brest-Litovsk, Rusia firmó su salida de la
guerra.
En 1917 sucedieron dos acontecimientos que cambiaron de manera
determinante el desarrollo de la guerra. El Imperio ruso atravesó
la Revolución rusa que expulsó al zar e instaló un nuevo régimen,
gobernado por los bolcheviques. El nuevo gobierno buscó la salida de la
guerra con los Imperios Centrales y firmó en 1918 el tratado de BrestLitovsk, según el cual Rusia debía ceder los territorios de Polonia, Lituania,
Estonia, Ucrania y Finlandia.
Por otro lado, Estados Unidos ingresó al conflicto de manera directa y
envió armas, municiones y alimentos a sus aliados Francia y Gran
Bretaña.
Frente a este desequilibrio, Alemania llevó a cabo cuatro ofensivas
seguidas, con las que logró posicionarse sobre Francia y llegar a 60
kilómetros de París. Sin embargo, la contraofensiva unificada de los
aliados se impuso sobre el ejército alemán.
Ante el agotamiento y las continuas derrotas, las tropas alemanas
comenzaron a retroceder y se generalizó el desánimo. Las presiones y
movimientos internos en la población alemana obligaron al emperador
Guillermo II a abdicar. El 11 de noviembre, un consejo del provisional
gobierno alemán firmó el armisticio con Francia y Gran Bretaña y,
finalmente, se puso fin a la guerra.
Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
Los líderes de las potencias vencedoras determinaron el nuevo mapa
político europeo.
Entre las principales consecuencias de la Primera Guerra Mundial, se
pueden destacar:
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El reordenamiento del mapa europeo. En los tratados de posguerra
se estableció la repartición de territorios y la creación de nuevos
Estados, que delimitaron un nuevo mapa político europeo. Polonia
apareció como nuevo estado que funcionaría como “Estado tapón”
entre Alemania y Rusia. Los Imperios Centrales fueron
desmantelados: Austria, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría
aparecieron como Estados autónomos. Las posesiones turcas en
Medio Oriente pasaron a manos británicas. Las colonias alemanas
se repartieron entre los Estados vencedores.
La creación de la Sociedad de las Naciones. Se creó por primera vez
una organización internacional con el objetivo de evitar los
conflictos armados de gran escala en el futuro. Aunque el alcance
de la Sociedad de las Naciones fue limitado y no logró cumplir su
objetivo, fue un antecedente claro para la creación de
la Organización de las Naciones Unidas después de la Segunda
Guerra Mundial.
Las consecuencias sociales de la guerra. La guerra causó la muerte
de 10 millones de soldados y 5 millones de civiles. Por otro lado,
comenzó a reconocerse el espacio social obtenido por las mujeres
durante la guerra, que con su trabajo sostuvieron la producción
industrial. En Estados Unidos, Bélgica, Alemania, Holanda, Suecia,
Austria y Hungría se aprobó el sufragio femenino.
Las consecuencias económicas de la guerra. El escenario
económico europeo quedó materialmente agotado. Además de los
altísimos niveles de destrucción de industrias, campos y ciudades,
los países vencidos debieron soportar condiciones de paz muy
duras, que los llevaron a tener que replantear su economía y
enfrentar terribles tensiones sociales. Los países vencedores, en
cambio, recobraron sus antiguos niveles de producción y afianzaron
su rol como proveedores industriales.
•
La hegemonía de Estados Unidos. El gobierno estadounidense
utilizó los créditos y las inversiones como herramienta para sostener
a las economías europeas, que le permitieron a su vez aumentar su
influencia en los países latinoamericanos (compradores de los
bienes industriales europeos).
Tratado de Versalles
Al finalizar la Gran Guerra, las potencias realizaron varios acuerdos. El más
importante de ellos fue el Tratado de Versalles, en el que se acordaron
diferentes puntos:
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Culpabilidad. Quedó oficialmente establecida la responsabilidad de
Alemania y la destrucción consecuente de la guerra. Alemania debió
reconocer que fue su agresión la que desencadenó el conflicto.
Cláusulas territoriales. Se estableció el nuevo ordenamiento del
mapa político europeo (aunque muchas de estas cláusulas se
apoyaron en otros tratados firmados tras el final de la guerra).
Como potencia derrotada, Alemania perdió el 13 % de su territorio
europeo (donde vivían 6.5 millones de personas) y todas sus
colonias, que fueron repartidas entre las potencias vencedoras.
Cláusulas militares. Se limitó drásticamente a la armada y el
ejército alemán y se desmilitarizó Renania (la región alemana en la
frontera con Francia).
Reparaciones de guerra. Se impuso el pago de indemnizaciones de
guerra a Alemania (la cantidad y destino de los pagos se
establecieron al año siguiente en las conferencias de Spa y de
Londres).
Sociedad de las Naciones. Se acordó la creación de una
organización internacional orientada a mediar entre los países para
evitar futuros enfrentamientos. A Alemania se le prohibió su
incorporación.
La dureza de estas condiciones y la humillación que sintieron los alemanes
fueron elementos fundamentales para la profundización de los
sentimientos nacionalistas en Alemania y crecimiento del
nacionalsocialismo nazi en la década posterior.
¿Qué fue la Segunda Guerra Mundial?
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado global que tuvo
lugar entre 1939 y 1945, en el que se enfrentaron las grandes potencias
de la época y que involucró a más de 72 países.
Se la considera la mayor contienda bélica de la historia de la humanidad,
por la cantidad de naciones involucradas, las dimensiones territoriales del
conflicto, la magnitud de destrucción y muertes, el armamento bélico
empleado y sus consecuencias históricas.
En la Segunda Guerra Mundial se enfrentaron dos bandos:
•
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Los Aliados, liderados por Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y
la URSS.
El Eje, encabezado por Alemania, Italia y Japón.
Decenas de países se fueron incorporando a la contienda durante los seis
años que duró la guerra, y se alinearon con uno de los bandos.
El conflicto estuvo causado por múltiples factores, entre los cuales se
destacan la crisis económica y política que atravesó Europa en el período
de entreguerras, el capitalismo nacionalista e imperialista de las grandes
potencias europeas y el ascenso de los regímenes fascistas y totalitaristas
en Italia y Alemania.
Durante la Segunda Guerra Mundial, además de la muerte de soldados en
los frentes de batalla, murieron millones de civiles por el continuo
bombardeo aéreo de ciudades y campos. En este contexto también se
perpetuó el Holocausto, que implicó el exterminio sistemático y masivo
de 6 millones de judíos en manos del partido nazi alemán.
Y, al finalizar la guerra, Estados Unidos arrojó las bombas atómicas de
Hiroshima y Nagasaki, que se llevaron la vida de cientos de miles de
civiles.
Preguntas frecuentes
Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial
En la década de 1930 se vio el ascenso de los regímenes totalitarios
fascistas.
Desde comienzos del siglo XX, Europa estuvo atravesada por tensiones
que desencadenaron en la Primera Guerra Mundial (1918-1918) y
persistieron durante las décadas de 1920 y 1930. Las tensiones estuvieron
marcadas por la competencia de las potencias imperialistas europeas por
territorios, recursos y hegemonía política. Se pueden identificar diferentes
circunstancias que llevaron a desencadenar el conflicto.
Causas económicas
Entre las principales causas económicas, se pueden destacar:
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La Gran Depresión. Durante la década de 1930 las potencias de la
época atravesaron la primera gran crisis capitalista de la historia.
Entre 1929 y 1932, la producción mundial cayó un 40 %; los
intercambios comerciales un 30 % y los precios un 60 %. Esto
generó el cierre de empresas e industrias que, a su vez,
desencadenó en un aumento inédito del desempleo: 15 millones de
personas desocupadas en Estados Unidos, 6 millones en Alemania y
3 millones en Gran Bretaña.
La intervención estatal. Ante la crisis económica, los países
comenzaron a aplicar medidas de proteccionismo y fuerte
intervención estatal, guiadas por la doctrina del economista John
Keynes. Con el fin de movilizar a las economías estancadas, los
gobiernos incrementaron su gasto público estatal para invertir en
sus industrias nacionales, aumentaron los impuestos aduaneros con
el fin de reducir las importaciones, incentivar las exportaciones y
controlar el flujo de capitales.
La inversión en la industria bélica. En este contexto, muchos
Estados fomentaron el desarrollo de sus industrias bélicas que,
además de generar empleo y movilidad económica, producían
tecnología y bienes valiosos en el contexto de las tensiones
políticas. Por otro lado, estas industrias necesitaban materias
primas (caucho, petróleo, minerales, etc.), que muchos países no
tenían dentro de sus territorios, lo que exacerbó los reclamos
territoriales de diferentes países europeos.
Causas políticas
Entre las principales causas políticas, se pueden mencionar:
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El reordenamiento del mapa europeo. Los países vencedores de la
Primera Guerra Mundial impusieron un reordenamiento político del
mapa europeo. Se disolvieron el Imperio otomano y el Imperio
austrohúngaro y, en su lugar, se crearon nuevos Estados nacionales:
Austria, Hungría, Polonia, Checoslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania,
Finlandia y Yugoslavia. Sin embargo, en las décadas siguientes estos
países estuvieron en un conflicto permanente al reclamar territorios
invocando razones nacionalistas (como la lengua, la religión o las
prácticas culturales).
Los intereses territoriales. Por otro lado, las diferentes potencias
tenían sus propios reclamos territoriales. La URSS quería recuperar
los países bálticos (perdido con el Tratado de Brest-Litovsk) y
buscaba controlar territorios ucranianos; Italia exigía territorios en
los Balcanes; y Alemania reclamaba territorios en el Báltico y en
Polonia. Por otro lado, Estados Unidos, China, Japón y la URSS se
disputaban el control de islas asiáticas para aumentar su poder
comercial en el océano Pacífico.
Causas ideológicas
Además, se pueden destacar causas ideológicas:
•
El nacionalismo, el racismo y el fascismo. En el contexto de crisis
económica, desempleo, tensiones políticas y reclamos territoriales,
se exacerbó el nacionalismo de las diferentes poblaciones europeas.
Las minorías étnicas o raciales comenzaron a ser despreciadas y
culpadas de la falta de empleo y recursos, y se crearon medidas
administrativas en diferentes países europeos que discriminaban a
la población según su origen o raza. Apareció el fascismo como una
opción política que integraba la unidad nacional en torno a un
Estado gobernado por un partido único con un líder carismático. En
Alemania, el nacionalsocialismo construyó una imagen racista de la
humanidad, en la que la raza aria se consideraba superior y, como
tal, debía imponerse sobre el resto de las naciones (al expandir el
Estado alemán) y sobre las minorías que vivían en el territorio del
Estado alemán. En este contexto, el antisemitismo se convirtió en
eje de la ideología nazi.
•
La disputa entre el fascismo y el comunismo. Ante el éxito de la
revolución comunista en la URSS, los partidos fascistas de Italia y
Alemania se posicionaron como defensores del capitalismo
occidental. Ante su fuerte ideología anticomunista, los democracias
liberales del resto de los países europeos dejaron actuar a los
líderes fascistas. En los primeros años, se abstuvieron de intervenir
en las agresiones expansionistas con la esperanza de que
constituyeran una fuerza de choque contra el comunismo ruso.
Desencadenantes de la Segunda Guerra Mundial
En 1939, Alemania invadió Polonia y los Aliados le declararon la guerra.
Durante la década de 1930, se comenzaron a ver las limitaciones de la
Sociedad de las Naciones y su ineptitud para neutralizar los conflictos
internacionales.
Desde el ascenso de Hitler, Alemania gradualmente dejó de cumplir lo
estipulado en el Tratado de Versalles: incrementó su política de rearme,
restauró el servicio militar obligatorio y militarizó las regiones que debían
permanecer desmilitarizadas.
En 1935, Francia y la URSS firmaron un pacto militar de mutua
defensa para prevenir el avance alemán sobre sus fronteras. En 1936,
Italia ocupó la capital de Abisinia (reino limítrofe de sus colonias
en África). Francia y Gran Bretaña buscaron imponerle sanciones
económicas a través de la Sociedad de las Naciones.
En respuesta, Italia y Alemania firmaron el acuerdo Eje Roma-Berlín y se
consolidaron como aliados en el centro de Europa. En 1938 y 1939,
Alemania continuó su política expansionista y anexó Austria, la región de
los Sudetes y comenzó su invasión a Checoslovaquia. Por otro lado, en
1939 Italia invadió Albania, que estaba en control de la URSS.
En ese contexto, la URSS firmó un pacto de “no agresión” con Alemania.
Entre sus cláusulas secretas, el acuerdo estableció una futura división de
Polonia entre ambas potencias.
Con la seguridad de que la URSS no intervendría, el 1 de septiembre de
1939, Alemania comenzó su invasión militar a Polonia. En respuesta,
Francia y Gran Bretaña abandonaron la postura pasiva y declararon la
guerra a Alemania.
Alianzas de la Segunda Guerra Mundial
En 1936, Mussolini y Hitler firmaron el acuerdo que fundó la coalición del
Eje.
Las fuerzas en contienda fueron, principalmente, las de las potencias
europeas, asiáticas y Estados Unidos, divididos en dos bloques políticos e
ideológicos:
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El Eje. Era una coalición formada por Alemania, Italia y Japón.
Tuvieron como socios a naciones como Hungría y Rumania, y fueron
apoyados por otros países, que no intervinieron directamente en la
guerra.
Los Aliados. Estaban liderados por Francia, Gran Bretaña, Estados
Unidos y la Unión Soviética. Con ellos se alinearon los países que
sufrieron invasiones de las potencias del Eje, como Polonia, China,
Noruega, Dinamarca, Bélgica, Yugoslavia, entre otros. Además,
tuvieron el apoyo de otros Estados que no se involucraron de
manera directa.
Líderes de la Segunda Guerra Mundial
Las potencias enfrentadas –sobre todo las del Eje, de carácter totalitario–,
estaban dirigidas por:
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Adolf Hitler. Fue el líder político fascista de Alemania entre 1933 y
1945. Llevó a cabo los movimientos militares que desencadenaron
la Segunda Guerra Mundial y fue responsable principal del
Holocausto.
Benito Mussolini. Fue el líder político fascista de Italia entre 1922 y
1945. Estableció un régimen totalitario y se alió con Hitler durante
la guerra.
Hirohito. Fue el emperador de Japón desde 1926 hasta su muerte,
en 1989. Aunque se alió con las potencias derrotadas en la guerra,
no fue juzgado y mantuvo el poder. Es reconocido por la profunda
transformación que convirtió a Japón en una potencia económica
mundial.
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Winston Churchill. Fue el primer ministro de Gran Bretaña entre
1940 y 1945 (y luego entre 1951 y 1955). Es reconocido por el
importante papel que jugó en el devenir de la Segunda Guerra
Mundial y se lo considera el forjador de la “Gran Alianza” entre EE.
UU., Francia, Gran Bretaña y la URSS.
Iósif Stalin. Fue el dictador comunista de la URSS entre 1922 y 1952,
y el responsable de convertir a la URSS en una superpotencia
política y económica a nivel mundial.
Charles De Gaulle. Fue un líder militar francés clave durante la
Segunda Guerra Mundial. Dirigió la resistencia francesa durante el
período de ocupación alemana. Estuvo a cargo del gobierno
provisional entre 1944 y 1946 y logró que se reconociera a Francia
como una potencia vencedora en los tratados de posguerra.
Franklin Roosevelt. Fue el presidente de EE. UU. entre 1933 y 1945.
Creó las políticas que sacaron al país de la depresión económica y
desde 1939 fue convenciendo al Congreso de implicarse en el
conflicto para apoyar a las democracias liberales.
Frentes de la Segunda Guerra Mundial
Luego del bombardeo a Pearl Harbor (Hawaii), Estados Unidos ingresó en
la guerra.
Los principales frentes de guerra fueron:
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Frente occidental. Involucró territorios de Italia, Francia, Holanda,
Bélgica, Gran Bretaña y Noruega.
Frente oriental. Se disputó en regiones de la URSS, Polonia,
Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania y los Balcanes.
Océano Pacífico. Abarcó territorios insulares y marítimos del
océano desde Japón hasta Australia y desde China hasta Hawaii.
Norte de África. Implicó el área que va desde Túnez hasta Egipto y
desde el mar Mediterráneo hasta el desierto del Sahara.
Puntos estratégicos. Además, hubo batallas por el control de
algunos territorios específicos en el océano Índico, en el Ártico, en
el centro de África y en el Río de la Plata.
Etapas de la Segunda Guerra Mundial
Con el desembarco en Normandía, los Aliados lanzaron su mayor
contraofensiva.
Se pueden distinguir tres etapas de la Segunda Guerra Mundial:
Triunfos del Eje (1939-1941)
La primera etapa de la guerra se caracterizó por las sucesivas victorias de
las fuerzas del Eje en Europa central y occidental, con las conquistas de
Noruega, Dinamarca, Francia, Bélgica, Países Bajos, Yugoslavia y Grecia, así
como la expansión de las fuerzas fascistas en el Norte de África. En 1941,
Alemania rompió el pacto de no agresión e invadió la URSS.
Por su parte, Japón invadió China y en 1941 inició su expansión en Asia
oriental: Malasia, Filipinas, Hong Kong, Tailandia, Indochina y varios
territorios insulares del Pacífico. Con el ataque a Hawaii, Estados Unidos
decidió intervenir en el conflicto.
Equilibrio de fuerzas (1942-1943)
Con los triunfos expansionistas del Eje, la URSS y Estados Unidos entraron
en guerra. En 1942, en los diferentes frentes de guerra, las batallas de El
Alamein, Midway y Stalingrado detuvieron el avance de las tropas del Eje y
la guerra entró en un período de equilibrio de fuerzas. Los
estadounidenses detuvieron a los japoneses en el frente del Pacífico.
En el Frente Occidental, los Aliados bombardearon Alemania desde el aire
e invadieron Italia desde el sur. En el Frente Oriental, los soviéticos
lograron expulsar a los alemanes de la URSS e invadieron Polonia. Entre
1941 y 1944, se organizó la resistencia en todos los países ocupados por
las potencias del Eje.
Victoria de los Aliados (1944-1945)
En el Frente Occidental, los Aliados lograron recuperar Francia y atacar
Alemania desde la frontera. Los italianos fueron vencidos y en su intento
de escape, Mussolini fue arrestado por la resistencia y fusilado. Desde
1944, los soviéticos organizaron una ofensiva final contra Alemania:
invadieron Rumania, Hungría, Bulgaria y Yugoslavia. En 1945, lograron
tomar Berlín.
Ante la derrota, Hitler se suicidó y los alemanes se rindieron. En el Frente
del Pacífico, tras sangrientas batallas los japoneses fueron arrinconados
por los estadounidenses.
El 6 y el 9 de agosto de 1945, Estados Unidos arrojó dos bombas atómicas
en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, que causaron decenas de miles
de muertes civiles, y obligó a Japón a firmar la rendición final.
Fin de la Segunda Guerra Mundial
En la Conferencia de Yalta, Churchill, Roosevelt y Stalin acordaron los
términos de posguerra.
Durante el último período de la guerra, los dirigentes de los países aliados
tuvieron una serie de reuniones para delinear las bases de los acuerdos de
posguerra.
En febrero de 1945, se celebró la Conferencia de Yalta, a la que asistieron
los máximos dirigentes aliados: Winston Churchill (Gran Bretaña), Franklin
Roosevelt (Estados Unidos) y Iósif Stalin (URSS). Allí resolvieron:
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La repartición de Alemania, entre Gran Bretaña, Estados Unidos,
Francia y la URSS.
El sometimiento de Polonia y Yugoslavia bajo influencia de la
URSS.
La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en
reemplazo de la Sociedad de las Naciones.
En julio, los dirigentes se volvieron a reunir en la Conferencia de Potsdam.
Esta vez, quedaron manifiestos los intereses contrapuestos de los países
Aliados. La URSS controlaba la mayor parte de la Europa oriental y había
implementado el sistema comunista. En cambio, Estados Unidos y Gran
Bretaña defendían el capitalismo en Europa occidental y los territorios que
controlaban en África y Asia.
En 1946, se celebró la Conferencia de París y se firmó la paz con Italia,
Rumania, Bulgaria, Hungría y Finlandia. Alemania, en cambio, no firmó
ningún tratado de paz, sino que fue directamente intervenida por los
países aliados.
El holocausto
El Holocausto fue el proceso de exterminio sistemático y masivo de
personas judías.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el partido nacionalsocialista que
gobernaba Alemania llevó a cabo el exterminio sistemático y masivo de
personas debido a su religión u origen étnico. A este proceso se lo conoce
como “Holocausto” o “Shoá” (en hebreo).
Desde 1933, con el ascenso de Hitler y su partido al poder, se comenzaron
a tomar medidas para imponer la ideología nazi en el resto de la
población. A través de manifestaciones y propaganda masiva, se afirmaron
por repetición los valores del partido: racismo, antisemitismo,
anticomunismo y nacionalismo. Los nazis sostenían que debían asegurar
la “pureza racial” de Alemania y tomaron medidas cada vez más violentas
contra las minorías que eran parte de la sociedad alemana: desde la
esterilización a personas por portar enfermedades hasta la persecusión
directa de grupos sociales por su origen étnico (gitanos y eslavos),
sexualidad (homoxuales) o religión (judíos).
En 1935, se adoptaron las Leyes de Nuremberg, se negó a los judíos sus
derechos básicos y se los empujó a abandonar el país o vivir en barrios
separados (llamados guetos). Desde 1938, con la “noche de los cristales
rotos'' la persecución se volvió más violenta; se saquearon los espacios de
trabajo y viviendas de familias judías y se recluyeron más de 30 mil
personas en campos de concentración.
Con el estallido de la Segunda Guerra, las políticas racistas siguieron
escalando en violencia. Hitler y el partido identificaron “el problema judío”
como un asunto de urgente solución y diseñaron un sistema de
exterminio masivo de personas. En las ciudades conquistadas, como
Varsovia o Budapest, se encerró a la población judía en guetos. Se crearon
nuevos campos de concentración en los que los prisioneros debían realizar
trabajos forzados.
En la Conferencia de Wansee de 1942, los altos funcionarios nazis
proclamaron la “solución final al problema judío”: utilizar a toda la
población judía para construir las rutas de abastecimiento que las tropas
alemanas necesitaban en su invasión de la URSS. Muchos prisioneros
murieron por las duras condiciones.
Los sobrevivientes fueron enviados a los campos de concentración donde
serían finalmente exterminados en cámaras de gas. Se calcula que entre
1942 y 1945 fueron asesinados más de 6 millones de personas judías.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Entre las principales consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, se
pueden destacar:
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Un desastre demográfico. Por la guerra murieron entre 40 y 50
millones de personas. Esta mortandad estuvo causada por el uso de
armamento cada vez más desarrollado, el bombardeo de ciudades y
campos, las hambrunas crónicas y las políticas de exterminio
masivas de civiles (como el Holocausto judío, la persecución a
minorías étnicas y el uso de bombas atómicas).
La destrucción material masiva. Los bombardeos aéreos de
ciudades, industrias y campos fueron un arma clave en la contienda
y generaron un nivel de destrucción nunca antes visto. El efecto
económico fue incalculable y la reconstrucción llevó décadas. En
Nagasaki e Hiroshima, tras el ataque con bombas nucleares, los
japoneses además debieron convivir con la contaminación por
radiación nuclear.
El declive de la hegemonía europea. Ante la destrucción material y
humana en Europa, Estados Unidos y la URSS se alzaron como
potencias económicas que, a su vez, comenzaron a competir entre
sí por su influencia en Europa. Luego de la división del territorio
alemán, Europa misma quedó dividida en dos grandes bloques bajo
la influencia de las nuevas superpotencias: un bloque occidentalcapitalista y un bloque oriental-comunista.
La defensa de los derechos civiles. En 1948, luego de la creación de
la Organización de las Naciones Unidas, se aprobó la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. Estos acuerdos entre múltiples
países, buscaban defender los valores democráticos, garantizar los
derechos civiles de las personas y apoyar la lucha por los derechos
de las minorías sociales. Por otro lado, en la mayoría de los países se
estableció el sufragio femenino.
La descolonización de Asia y África. En las tres décadas posteriores
a la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países colonizados
obtuvieron su independencia. Los movimientos nacionalistas locales
pudieron luchar contra los gobiernos extranjeros de Francia, Gran
Bretaña y Alemania y lograr su emancipación.
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