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Artigas, fundador de la nacionalidad oriental.

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ARTIGAS: FUNDADOR DE LA NACIONALIDAD ORIENTAL
El 19 de setiembre de 1855 llegaba al puerto de Montevideo el vapor “Menay”, que
transportaba los restos del Gral. Artigas en una urna metálica de grandes
dimensiones. La situación política del país no era la mejor para recibirlo en ese
momento.
Poco más de un mes antes, el 9 de agosto, también había llegado al mismo puerto el
Gral. Manuel Oribe, luego de dos años de exilio en Barcelona. El Presidente Venancio
Flores, el mismo que lo había desterrado, no lo dejó poner pié en tierra porque
enfrentaba una gran inestabilidad institucional.
La situación en esos meses era bastante compleja:
El Presidente (de facto) Venancio Flores enfrentaba la amenaza de un sector disidente
de su propio Partido Colorado, los “Conservadores”, quienes tentaban desplazarlo en
acuerdo con el sector doctoral “Constitucionalista” del Partido Blanco.
Previniendo ese levantamiento “conservador”, en mayo de 1854 habían llegado 4.000
efectivos del Ejército brasileño, a solicitud del Presidente Gral. Venancio Flores, para
garantizar la paz interna. Dicha solicitud se tramitó en el marco del Tratado de Alianza
Ofensiva y Defensiva firmado en 1851 entre Brasil, Uruguay y Entre Ríos, que había
sido negociado por el Ministro Plenipotenciario de Uruguay en Río de Janeiro, Dr.
Andrés Lamas. Este es el mismo Tratado que se utilizó para derrotar a Juan Manuel
de Rosas en la batalla de Caseros en febrero de 1852.
Estas tropas, al mando del brigadier José Pereira Pinto, se instalaron en el Cerrito, que
había sido sede del gobierno de Manuel Oribe durante el sitio de Montevideo hasta
octubre de 1851. La fuerza militar brasileña dependía del representante imperial en
Montevideo, Juan Teodoro Amaral.
Según el cónsul francés Maillefer en su informe del 4/9/1855, Flores le dijo que
acababa de rechazar el envío de otros 10.000 soldados imperiales ofrecidos por
Amaral. Maillefer señala además que “el señor Amaral ha tomado la actitud de un
Virrey”, imponiéndole al gobierno uruguayo la contratación de empréstitos con la
Banca del Barón de Mauá1.
El referido Ministro Plenipotenciario y titular de la Embajada uruguaya en Río de
Janeiro, Dr. Andrés Lamas, que antes había gestionado el envío de las tropas
brasileñas a Montevideo, se estaba dedicando a publicar notas en la prensa brasileña
en contra del gobierno del Gral. Flores. Por este motivo el Presidente intentó
reemplazarlo, pero se enfrentó a la rotunda negativa del Emperador y del Senado del
Brasil, quienes lo respaldaron.
1
http://jorgepelfort.blogspot.com/2012/10/el-hombre-del-destino-y-la-cisplatina.html
1
El 13 de agosto de 1855, Andrés Lamas publica un “Manifiesto a mis Compatriotas”, el
cual se transforma en la consigna de “conservadores” y “constitucionalistas”, elemento
que resulta detonante del alzamiento militar. Este se concreta el 27 de agosto,
encabezado por José María Muñoz, con el apoyo de los batallones capitalinos al
mando de César Díaz y Lorenzo Batlle, y la adhesión de otros militares de prestigio
como León de Palleja y Francisco Tajes.
El Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Flores, Francisco Agell, exige en
dos oportunidades la protección del ejército brasileño, pero no la obtiene. La actitud
pasiva del representante imperial Amaral, significó de hecho un respaldo a los
rebeldes. Poco después los coroneles sublevados evalúan con el brigadier Pereira
Pintos las operaciones para derrotar a las fuerzas leales al gobierno.
El Presidente Flores, sin renunciar, se retira de Montevideo, estableciendo su sede en
la ciudad de Las Piedras, convocando desde allí a todas sus fuerzas en la campaña.
Rápidamente forma un contingente de 2.500 hombres y pone sitio a la ciudad.
Para completar el cuadro a nivel regional, alguna prensa de Rio de Janeiro,
complaciente con el embajador Andrés Lamas, editorializaba sobre la conveniencia de
“la incorporación del Estado Oriental al Imperio, restituyendo así la antigua Provincia
Cisplatina”2. Mientras que la de Buenos Aires (entonces Estado independiente
enfrentado a la Confederación Argentina liderada por Urquiza), abogaba por “… la
reunión de la Banda Oriental a Buenos Aires”3, línea que entonces contaba con el
apoyo de Mitre, Sarmiento y Vélez Sarfield, además del uruguayo Juan Carlos Gómez,
secretario del Partido Conservador.
En Montevideo, los rebeldes organizaron su gobierno, entronizando como Presidente
Provisorio en un gesto muy significativo, al padre del referido embajador en Río de
Janeiro, don Luis Lamas. Lo secundaban como Ministro de Guerra Lorenzo Batlle y en
el Ministerio de Gobierno Francisco Solano Antuña.
Con la finalidad de obtener algún apoyo popular para este nuevo gobierno, le dirigen
cartas a Manuel Oribe, que seguía alojado en el barco español “El Patriota” anclado en
el puerto (igual que los restos de Artigas, esperando en un depósito). Incluso el
embajador Amaral le ofrece su residencia como alojamiento provisorio.
Manuel Oribe por su parte, sabiéndose árbitro de la situación, plantea una solución
rigurosamente constitucional y se la ofrece por carta al Gral. Venancio Flores, el
mismo que lo había desterrado y le había prohibido bajar del barco. La solución
consistía en que Flores renunciara a favor del Presidente del Senado, Manuel Basilio
Bustamante, hasta completar el período constitucional que hubiera correspondido al
anterior Presidente constitucional Francisco Giró, derrocado por Flores.
Flores convoca al Gral. Ignacio Oribe y le informa que acepta la propuesta de su
hermano. Ante el pronunciamiento de Oribe, acaecido el 2 de setiembre, sus antiguos
2
Jorge Pelfort, artículo citado
3
ibídem
2
subordinados cierran filas y se le unen, entre ellos los generales Lucas Moreno y
Diego Lamas, exiliados en Entre Ríos, y el general Dionisio Coronel, exiliado en Rio
Grande. El Partido Blanco se reorganiza en torno a su viejo caudillo en apoyo al orden
constitucional.
El 10 de setiembre se reúne la Asamblea General en la quinta de Hernández, en la
villa de “La Unión” (antigua Villa Restauración), y ante ella el Presidente Flores
presenta su renuncia. Al día siguiente, tal como estaba acordado, asume el cargo
interinamente el Presidente del Senado Manuel Basilio Bustamante, y en su primer
acto de gobierno, autoriza el desembarco de Manuel Oribe. Se había recuperado el
orden institucional, garantizando así la paz y la independencia del país.
Frente a esta situación drásticamente diferente, se diluyen las bases de sustentación
del gobierno rebelde de Montevideo, a la vez que también resulta innecesaria la
presencia de la fuerza militar brasileña.
El 13 de setiembre Manuel Oribe se instala en su quinta del Miguelete, a la vez que
Flores se instala en una quinta vecina, manteniendo varias conversaciones que
desembocan en la elaboración del Pacto de la Unión, que se firma por ambos caudillos
el día 11 de noviembre. Inmediatamente después, el día 14, las tropas brasileñas se
despiden de Montevideo con un desfile frente al Cabildo.
El texto del Pacto de la Unión es el siguiente:
1°.- Trabajar por la extinción de los odios que hayan dejado nuestras pasadas
disensiones, sepultando en perpetuo olvido los actos ejercidos bajo su funesta
influencia.
2°.- Observar con fidelidad la Constitución del Estado.
3°.- Obedecer y respetar al Gobierno que la Nación eligiere por medio de sus
legítimos representantes.
4°.- Sostener la independencia é integridad de la República, consagrando á su
defensa hasta el último momento de la existencia.
5°.- Trabajar por el fomento de la educación del Pueblo.
6°.- Sostener por medio de la prensa la causa de las luces y de los principios,
discutiendo las materias de interés general, y propender á la marcha progresiva
del espíritu público, para radicar en el pueblo la adhesión al orden y á las
instituciones, a fin de extirpar por este medio el germen de la anarquía y el
sistema del caudillaje
Villa de la Unión, 11 de Noviembre de 1855
Venancio Flores – Manuel Oribe4
4
ibídem
3
Posteriormente, el 1º de marzo de 1856, resulta electo Presidente de la República don
Gabriel Antonio Pereira, y pocos días después, el 7 de marzo, en la ciudad de Paraná,
Entre Ríos, capital de la Confederación Argentina, se firma el Tratado de Paz,
Amistad, Comercio y Navegación entre esta y el Imperio del Brasil, que seguramente
podría ser calificado como la “Convención definitiva de paz” en relación a la
“Convención preliminar” de 1828, en la medida que en sus primeros artículos se
acuerda:
Artículo 1°: Habrá perfecta paz y firme y sincera amistad entre la Confederación
Argentina y sus ciudadanos y S. M. el emperador del Brasil y sus sucesores y
súbditos en todas sus posesiones y territorios respectivos.
Artículo 2°: Cada una de las dos altas partes contratantes se compromete a no
apoyar directa, ni indirectamente, la segregación de porción alguna de los
territorios de la otra, ni la creación en ellos de gobiernos independientes, en
desconocimiento de la autoridad soberana y legítima respectiva.
Artículo 3°: Las dos altas Partes contratantes confirman y ratifican la
declaración contenida en el artículo 1° de la convención preliminar de paz,
celebrada entre el Brasil y la República Argentina a 27 días del mes de agosto
de 1828; así como confirman y ratifican la obligación de defender la
independencia e integridad de la República Oriental del Uruguay de
conformidad con el artículo 3° de la misma convención preliminar y según lo
estipulado ulteriormente por el gobierno de dicha República.
Artículo 4°: Se considerará atacada la independencia e integridad del Estado
Oriental del Uruguay en los casos que ulteriormente se acordasen en
concurrencia con su gobierno y desde luego y terminantemente en el caso de
conquista declarada, y cuando alguna nación extranjera pretendiese mudar la
forma de su gobierno, o designar o imponer la persona o personas que hayan
de gobernarle.5
El canje de ratificaciones de este importante Tratado se realiza también en la ciudad
de Paraná, en presencia el Presidente de la Confederación Argentina, Brigadier
General Justo José de Urquiza y todos sus ministros, el día 25 de junio de 1856,
labrándose el Acta correspondiente.
En julio de ese año el Gral. Flores abandona el territorio oriental, primero se dirige a
Entre Ríos y luego a Buenos Aires, poniéndose a las órdenes del Gral. Bartolomé
Mitre.
Así es que el Gral. Manuel Oribe es el único de los firmantes del Pacto de la Unión,
que permanece en territorio nacional para sostenerlo.
5
https://es.wikisource.org/wiki/Tratado_de_Paz,_Amistad,_Comercio_y_Navegaci%C3%B3n_entre_Arge
ntina_y_Brasil_1856
4
El Presidente Pereira dispuso que se rindieran homenajes públicos a los restos de
Artigas, que fueron trasladados a una urna de madera. El decreto expresaba que “el
ejército, la guardia nacional, la policía, toda la fuerza militar con luto de ordenanza, la
fortaleza de San José con sus descargas de artillería, los empleados públicos llevando
luto en el brazo por cuarenta y ocho horas, las banderas a media asta, las bandas de
músicos con sus marchas fúnebres, todos contribuyeran a darle solemnidad a las
exequias”6.
“El 20 de noviembre de 1856, el cortejo fúnebre se encaminó de la aduana a la Iglesia
Matriz y de allí al Cementerio Central, donde se preparó un nicho que recibió los
fúnebres despojos, colocándose una placa con la inscripción: “Artigas; Fundador de la
Nacionalidad Oriental”7.
“Durante esa jornada hizo escuchar su voz emocionada un compañero de armas de
Artigas, el coronel Juan José Aguiar. Destacados representantes del gobierno
hablaron en el cementerio. Los poetas se hicieron presentes con Fermín Ferreira
(hijo), Pedro P. Bermúdez y Francisco Javier Román Acha, quienes tejieron la corona
poética para las exequias de José Artigas”8.
¿”Fundador de la Nacionalidad Oriental”? ¿Desde cuándo? Pues, desde ese mismo
momento. Evidentemente a nadie se le escapa que Artigas, en vida, nunca recibió ese
título, entonces ¿por qué asignárselo después de muerto y cuando él no tiene ninguna
posibilidad de aceptarlo o rechazarlo?
Artigas había encarnado el sueño de construir un “Estado denominado Provincias
Unidas del Río de la Plata”, según dice en la Convención de la Provincia Oriental de
18159. Ese sueño abortó con la ocupación de la Provincia Oriental por los portugueses
desde la derrota y alejamiento de Artigas en 1820.
Resurge el mismo sueño en 1825, en un momento en que todas las Provincias
Argentinas eran Estados independientes y soberanos, en virtud de la derrota y
supresión del Directorio como consecuencia de la Batalla de Cepeda. Se convoca a un
Congreso Constituyente en Buenos Aires en 1825, la Provincia Oriental declara su
Independencia y, en ejercicio de su soberanía plena, declara a continuación su
voluntad de unirse con “las demás Provincias del mismo nombre en el territorio de Sud
América”.
“Artigas en la poesía de América”, Daniel Hammerly Dupuy y otro, Editorial Noel, Buenos Aires, 1951,
Tomo II, pág. 483
6
7
ibídem
8
ibídem
9
http://www.artigas.org.uy/fichas/historia_militar/hm_liga_federal_19.html
5
Pero la Convención Preliminar de Paz de 1828 destruye y sepulta definitivamente el
sueño de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La “separación nacional”10 del
Estado Oriental del Uruguay, perfeccionada con la Jura de su Constitución en 1830 en
estricto cumplimiento de la mencionada Convención, deja a los orientales sin un
“proyecto nacional” y con la sociedad dividida entre unitarios y federales.
Las demás Provincias del Litoral firman en 1831 el Pacto Federal que da nacimiento a
la Confederación Argentina, un nuevo proyecto de integración regional, del cual la
antigua Provincia Oriental no puede participar, al menos formalmente, debido a las
limitaciones impuestas por la Convención.11
Pero la Guerra Grande (1836-1851) demuestra claramente que los entramados y
“vínculos sagrados” entre las Provincias Argentinas y los Orientales aun seguían
existiendo.
A la derrota de Juan Manuel de Rosas en Caseros y el exilio de Manuel Oribe, sigue el
fallecimiento del Gral. Eugenio Garzón, considerado como la persona más idónea en
aquel momento para pacificar a una sociedad profundamente desgarrada y dividida.
El intento de recuperar la unidad nacional formando un Triunvirato que conjugara a los
caudillos más prestigiosos y representativos de ambos Partidos, también fracasa
debido a los fallecimientos de Juan Antonio Lavalleja y Fructuoso Rivera.
Al quedar solo en el ejercicio del gobierno el Gral. Venancio Flores, no ve mejor opción
que recurrir al auxilio del Imperio del Brasil y repatriar los restos del Gral. Artigas. El
retorno de Manuel Oribe equilibra la situación, se recupera la estabilidad institucional y
se puede prescindir de las fuerzas brasileñas.
Pero Manuel Oribe por sí solo no es una figura que permita aglutinar a todos los
orientales, condición sine qua non para emprender un nuevo proyecto nacional, ya no
regional, sino estrictamente uruguayo.
10
Dice Artigas en la Oración inaugural del Congreso de Tres Cruces, leída el 5 de abril de 1813:
"Ciudadanos: la energía es el recurso de las almas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoria y
plantado para siempre el laurel en nuestro suelo: si somos libres, si no queréis deshonrar vuestros afanes
casi diurnos y si respetáis la memoria de vuestros sacrificios, examinad si debéis reconocer la Asamblea
por obedecimiento o por pacto. No hay un sólo motivo conveniencia para el primer caso que no sea
contrastable en el segundo y al fin reportaréis la ventaja de haberlo conciliado todo con vuestra libertad
inviolable. Esto, ni por asomos, se acerca a una separación nacional: garantir las consecuencias del
reconocimiento, no es negar el reconocimiento y bajo todo principio será compatible un reproche a
vuestra conducta; en tal caso con las miras liberales y fundamentos que autorizan hasta la misma
instalación de la Asamblea. Vuestro temor la ultrajaría altamente y si no hay un motivo para creer que
ella vulnere nuestros derechos, es consiguiente que tampoco debemos temerle para atrevernos a pensar
que ella increpe nuestra precaución."
http://www.artigas.org.uy/fichas/artigas/artigas_instrucciones_02.html
Resulta paradójica esta “independencia” y “soberanía absoluta”, que puede todo menos realizar el
deseo expresado por Ley Fundamental en 1825… ¿Independencia o confinamiento?
11
6
Casualmente, muy oportunamente, estaba en el puerto de Montevideo la urna con los
restos del Gral. Artigas, que se habían repatriado desde el Paraguay, y fue la
salvación de un pueblo que había quedado huérfano de caudillos y de sueños.
Es cierto que Artigas fue el precursor de la Independencia provincial, que fue el
forjador de una identidad del Pueblo Oriental, que fue el paladín de la Libertad
Republicana, pero junto con todo eso, también fue el Protector de los Pueblos Libres y
quien primero y mejor encarnó la idea de la Federación rioplatense, que conjugaba
todo lo anterior.
La Nación de Artigas era un sueño, un proyecto mucho mayor que su amada Provincia
Oriental. Un proyecto que nunca se llegó a concretar.
Pero bueno, ahí estaba Artigas, en el puerto de Montevideo en noviembre de 1856, y
el Pueblo Oriental, su Pueblo, lo necesitaba más que nunca. Lo necesitaba para darle
un sentido al Estado Oriental del Uruguay, para tener un nuevo proyecto nacional. No
el que hubiera querido Artigas, tal vez ningún oriental se lo hubiera imaginado en 1811
o en 1825, pero la dinámica política, la correlación de fuerzas, los intereses imperiales,
y también el deseo de ser libres e independientes (aunque nunca solos), habían
conducido al Pueblo Oriental a la realidad de 1856.
Así fue que el 20 de noviembre de 1856 Artigas renació de sus cenizas transformado
en “Fundador de la Nacionalidad Oriental”, y junto con él, ya devenido en Prócer de la
Patria posible, nació un nuevo proyecto nacional, que fue Oriental y Americano.
No por casualidad, en esos mismos años, el Estado de Buenos Aires de la mano de
Mitre, Sarmiento y Vicente Fidel López, comenzaba a buscar también entre las cenizas
de los precursores de la independencia, un relato de su “Historia Nacional”. Se fue
instalando en Buenos Aires el culto a Rivadavia, que tuvo su apoteosis en 1880, al
cumplirse el centenario de su nacimiento.
En este marco, la reivindicación de Artigas en Uruguay y de Rivadavia en Argentina,
tuvieron el efecto adicional de diferenciar notoriamente los procesos de desarrollo
político, las culturas políticas, afianzando con el paso de los años la idea de la Nación
Oriental.
Y así llegamos a este presente de integración regional y continental, del siglo XXI, en
que nos volvemos a preguntar si Artigas fue realmente el “Fundador de la
Nacionalidad Oriental”, si fue un fantasma, un mito, una ilusión, o si quiso ser
argentino…
7
En torno al supuesto testamento de Artigas12
En una entrevista de CX 36 a Gonzalo Abella, en setiembre de 2004, dice: "hay que
leer como, por ejemplo, en 1846 hace su testamento y dice "Yo, José Artigas,
ciudadano de las Provincias Unidas, nacido en la Provincia Oriental"..."13. Parece que
hay varias versiones del famoso testamento de Artigas, pero por suerte Gonzalo
Abella aún vive y se le puede preguntar dónde leyó la frase que cita tan asertivamente.
Según una reciente investigación en busca del testamento realizada por el Archivo
General de la Nación, de Uruguay, se llegó a la conclusión de que la primera cita de
esta frase que supuestamente pertenece a ese documento, es de fecha tan reciente
como 1998. Entonces, cabe preguntarse razonablemente, ¿por qué nadie lo había
citado antes, si, como dice Licoln Maiztegui, alguien vio ese testamento en el escritorio
de Carlos Antonio López?
Volviendo a la investigación realizada por el Archivo General de la Nación, de
Uruguay, la primera cita encontrada corresponde al libro "La muerte romántica del
General Ramírez" cuyo autor es el Capitán de Fragata Horacio Bernardo Salduna,
editado por Corregidor el 1º de julio de 1998.
Resulta sorprendente que la primera cita de esa frase sea tan reciente, considerando
la enorme difusión que ha tenido.
El autor falleció en 2005, apareciendo una extensa nota biográfica en el diario La
Nación el jueves 19 de mayo de ese año, que transcribo a continuación:
"Horacio Salduna
"A los 78 años falleció en esta ciudad el capitán de fragata retirado Horacio
Bernardo Salduna, reconocido historiador y ex funcionario nacional.
"Nacido en Concordia, Entre Ríos, el 11 de noviembre de 1928, Salduna
ingresó en el servicio activo de la Armada el 17 de enero de 1947 y pasó a
retiro el 1° de septiembre de 1960, con el grado de capitán de fragata.
"Delegado de la Comisión Administradora del Río de la Plata, interventor de la
Administración General de Puertos, en 1991, asesor de la Subsecretaría de
Transporte Fluvial y Marítimo, y presidente del Centro de Estudios Portuarios y
Marítimos (Cedepormar) Salduna dedicó la mayor parte de su vida a la historia
y también incursionó en la política.
"En las crónicas políticas de 1987, se lo recuerda como presidente del Partido
Acción Transformadora de la Capital Federal, agrupación desde la cual instaba
a apoyar el gobierno de Raúl Alfonsín frente a los incipientes conflictos sociales
12
http://institutoartiguistadesantafe.blogspot.com/2013/07/en-torno-al-testamento-de-artigasnota.html
13
http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2004/09/230904_artigas.htm
8
y económicos, incluidos los movimientos carapintadas, que socavaban la
gobernabilidad.
"Defensor del papel de las Fuerzas Armadas, sus opiniones fueron vertidas en
una innumerable cantidad de cartas de lectores en LA NACION y en
presentaciones en otros medios de comunicación. A tal punto que el año
pasado le fue impuesto un arresto de seis días por cuestionar públicamente la
autocrítica del jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, por los delitos que
habían ocurrido en la ESMA durante la dictadura.
"Inquebrantable federal republicano", quizás haya sido una de las mejores
definiciones sobre su personalidad que hubiera escuchado de parte de la
Asociación Entrerriana General Urquiza, de la que fue miembro, al igual que del
Grupo Entre Ríos Unión y Progreso, Ateneo Raminiero, Círculo de Concordia,
Instituto Urquiza de Estudios Históricos y del Centro de Genealogía de Entre
Ríos.
"De los casi 20 libros que deja como legado histórico se destacan "Amores en
la historia argentina", "El mar que no miramos", "El último virrey", "Madame
Perichón", "La muerte romántica del general Ramírez", "La muerte de Urquiza",
"Urquiza, Rosas y López Jordán", "El pronunciamiento de Urquiza". "La
Segunda Revolución de Mayo" y "Lucio V. Mansilla y la historia de Entre Ríos,
una olvidada polémica con Olegario V. Andrade". Especializado en la historia
de su provincia natal, puso especial énfasis en escribir sobre una de sus figuras
centrales, el general Justo José de Urquiza. Sobre el vencedor de Caseros,
Salduna escribió, entre otras obras, "Testamento histórico, político y moral del
general Urquiza".
"Casado con María Laura Millán, tuvo dos hijas -María y Florencia- y cinco
nietos. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de la Chacarita."14
Por mi parte, hurgando en mi memoria y en los libros de mi biblioteca, no he
encontrado ninguna cita del testamento de Artigas, no solamente antes de 1998, sino
incluso en algunos libros del propio Gonzalo Abella anteriores al 2003.
Hasta fines del siglo XX las grandes polémicas sobre la “nacionalidad” de Artigas se
planteaban en torno a dos preguntas: ¿por qué Artigas no volvió?, ¿por qué dijo que
"ya no tengo patria"15?
En 1960, el prestigioso historiador argentino José María Rosa ofrece una conferencia
en la Facultad de Arquitectura de Montevideo, con presentación de Methol Ferré, en la
cual se cuestiona sobre la patria y nacionalidad de Artigas, y se responde en los
siguientes términos:
14
https://www.lanacion.com.ar/705351-horacio-salduna
15
Ver “El exilio de Artigas” a partir de la página 10 del presente artículo.
9
"¿Cuál era la Patria de Artigas? ¿Era solamente su amada provincia, su “patria
chica” por la que tanto luchó? ¿Era la Liga de los Pueblos Libres? ¿Eran las
Provincias Unidas del Plata? Sí. Todo eso, y algo más también. Artigas era
oriental y por ser muy oriental era muy argentino. (no hablo de “argentino”
como sinónimo de porteño, y pido que se me entienda; argento es el habitante
de las provincias del Plata como lo dice la etimología). Pero no se detenía allí
su idea de patria: por ser muy argentino era muy americano, muy
hispanoamericano.
"Para él su patria era la unión de todas las porciones de América Española.
Unirán en un mismo Estado o Confederación de Estados, o una misma
fraternidad, que para el caso es lo mismo. Lo importante no es lo formal, sino lo
esencial: que haya conciencia de unidad de origen y unidad de destino.
"Eso era el pensamiento de los hombres de la primera década revolucionaria.
La artiguista provincia do Santa Fe en su mencionado Estatuto considera
“ciudadano de Santa Fe” a todos los nacidos en América, española. Pero luego
vinieron otras cosas, Nos perdieron entre constituciones y recelos: fraccionaron
en veinte partes insondables la fraternidad hispanoamericana ¿Lo hicimos
nosotros? Si... los gobiernos oligarcas eran tesoneramente separatistas: en
Buenos Aires había un Rivadavia que nada quería saber con Bolívar, Fueron
los gobiernos de la oligarquía orientados y dirigidos desde afuera. Es el “dividir
para reinar" clásico, de los hábiles. Cuando ocurre eso, Artigas ya no existe
políticamente. Yo veo en su retiro de Curuguaty, en su muerte política
voluntariamente impuesta, en su soledad y abandono, una protesta por la
pérdida de la Patria Grande, porque América no tomaba el rumbo que él
señalara. Aquí tengo un documento de Artigas. Es el oficio que manda el 7 de
diciembre de 1811 desde orillas del Dayman al cabildo de Paraguay,
Pongámonos en el momento. Artigas encabeza el Éxodo: se dirige al Ayuí con
todo su pueblo, en protesta del armisticio con Elío y para sustraer a los
orientales del dominio español. En el Ayuí va a prepararse para recuperar la
Banda Oriental. Y pide ayuda a Paraguay, entre otros.
"Habla de su éxodo. Es una hazaña gigante: “yo llegaré muy en breve a mi
destino con este pueblo de héroes” dice. Pero no la considera patrimonio
oriental solamente; no ha hecho sino repetir el éxodo de La Paz en 1809.
Primer manifestación de solidaridad americana. Hay más. Pide la ayuda
paraguaya porque Asunción se defiende a sí misma defendiendo a los
orientales. "Fuera cual fuere la suerte de la Banda Oriental, deberá trasmitirse
hasta esa parte del norte de nuestra América”. La guerra de la independencia
era una sola.Yo les llamo la atención sobre la fecha de este documento: 7 de
diciembre de 1811. Ocurre un año antes que Bolívar hiciera su conocido
manifiesto de Cartagena – como lo recalcara el profesor oriental Petit Muñoz –
solicitando la ayuda de Nueva Granada para a recuperar Caracas. Porque la
defensa de Nueva Granada estaba más allá de sus límites formales. La
América española era una sola, pese a sus límites administrativos.
10
"Artigas no triunfó. Tuvo poderosos enemigos que acabaron por arrojarlo fuera
de su Banda Oriental, vencido. No son esos enemigos ni Francisco Ramírez, ni
Otorgués, ni los directoriales de Buenos Aires que engañaron a Ramírez con el
inicuo tratado del Pilar. Artigas no triunfó porque no había llegado su hora:
porque se había adelantado a su Hora. Porque la unidad de América hispana
con gobiernos populares (sola manera de lograr esa unidad) no se podía hacer
ante un enemigo tan poderoso como era Inglaterra entonces. Y con una
oligarquía fuerte y sin desmantelar adentro.
"Después de Cepeda, el 1º de febrero de 1820, Artigas debió entrar en Buenos
Aires y extender los Pueblos Libres por todo el territorio occidental; Con los
recursos de Buenos Aires, arrojar de la Banda Oriental a los portugueses; y
erigirse él desde Buenos Aires (al fin y al cabo centro geográfico del Plata) en
Jefe o Protector de la agrandada federación. Ayudar a San Martín y tenderle la
mano a Bolívar, Otra seria la historia americana entonces. Pero no fué así.
Ocurrió (culpa de los de afuera más que de José Miguel Carrera, o de la logia
porteña, o de las ambiciones de Ramirez) la baja traición del Pilar y se eliminó
a Artigas y a la Provincia Oriental de la argentinidad. Es decir se le eliminó la
posibilidad de integrar la unión Hispanoamericana.
"Artigas se fue y no volvió más. Pero dejó su espíritu en ambas márgenes del
Plata. Los 33 tomaron el sentido heroico del artiguismo para defender la “patria
chica”, y Juan Manuel de Rosas tomó el espíritu de Artigas para reconstruir la
Confederación."16
¿Por qué un hombre tan nacionalista argentino y rosista como José María Rosa no cita
la famosa frase del testamento de Artigas en 1960? ¿Por qué tampoco la cita un
"argentino oriental" como orgullosamente fue Alberto Methol Ferré? Seguramente la
ausencia de la cita obedece a que en 1960 esa frase que tanto se repite en estos días,
aun no se había inventado, pero aun así, José María Rosa reivindicaba a José Artigas
como un caudillo federal argentino, muy argentino, pero sin exclusiones, también
oriental, muy oriental.
El “exilio” de Artigas (“ya no tengo patria”)
El "exilio" de Artigas es relativo, porque no tuvo que salir de este continente que para
él era la Patria, igual que para San Martín, Bolívar y prácticamente todos los demás
próceres precursores de la Emancipación.
En la recopilación que hace Hammerly Dupuy en 1951 sobre "Artigas en la Poesía de
América", se publican por primera vez numerosos poemas de Joaquín Lenzina
(Ansina). Uno de ellos cuenta la anécdota de la visita del hijo de Artigas, José María, a
16
https://hispanoamericaunida.com/2012/12/13/la-revolucion-de-mayo-y-la-unidadhispanoamericana/
11
la quinta de Ibiray, donde vivía ya anciano. El poema se titula "Ya se fue el hijo del
Patriarca" y dice en sus versos finales:
"¡Siento que hasta aquí llega la Patria,
Quedaré, hasta que Dios me llame,
Porque mi corazón idolatra
La formación de la América Grande...!"
"Fue con esta muy clara respuesta,
Como Artigas explicó a su hijo
Por qué rechazaba dar la vuelta
Adonde aún peleaban, le dijo..."
Este poema de Ansina es mucho más fidedigno y coherente con el pensamiento
Artiguista, que la elaboración de Washington Lockhart publicada en Cuadernos de
Marcha bajo el título "El verdadero Artigas"17, donde pone en boca del prócer la
expresión "Yo ya no tengo patria", como hipotética respuesta a la carta de Fructuoso
Rivera exhortándolo a retornar. Subrayo que esas palabras provienen de la
imaginación literaria de Washington Lockhart, del mismo modo que el poema de
Ansina también, con la diferencia de que Ansina fue testigo presencial del encuentro
de Artigas con su hijo.
Creo que Washington Lockhart está confundiendo Patria con Estado, lo afectivo y lo
jurídico-político, que en la sensibilidad federal de Artigas no se confunden. La Patria de
Artigas existe y permanece Grande, con independencia de cuál sea la configuración
política de los Estados o la forma u orientación del gobierno.
La otra historia…
De lo expresado surge que la “independencia” o “separación nacional” del Estado
Oriental del Uruguay, ha sido el resultado de un largo, tortuoso y complejo proceso
histórico, que tiene muchos hitos importantes, pero sólo convencionalmente se puede
decir que alguno de esos hitos fue el principio o el final del proceso.
Del mismo modo, José Artigas fue una de las figuras centrales de ese proceso, tanto
durante su vida como después de su muerte. Pero no fue el único, y quizá sería
importante, incluso para terminar de entender y dimensionar el rol que tuvo Artigas,
hacer un esfuerzo por “visualizar” a otros personajes igualmente relevantes, que
pueden “contar” otros aspectos de la misma historia, por ejemplo José Rondeau y
Gaspar de Vigodet. Dicho esto sin perjuicio de afirmar categóricamente que la Historia
la hacen los pueblos, no solamente los personajes más visibles.
Lic. Alberto Umpiérrez
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http://letras-uruguay.espaciolatino.com/lockhart/verdadero_artigas.htm
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