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Clases 4. Literatura coreana

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Clase 4. Literatura coreana
¿Cómo podemos definir la literatura coreana?
En comparación con otras literaturas, la coreana se puede delimitar históricamente con
mayor facilidad por la condición geográfica de la península, debido a los pocos intercambios
en términos de idioma con otras culturas. Podemos decir que la literatura coreana
comprende todas las obras literarias expresadas en idioma coreano y por autores coreanos,
sin olvidarnos de que existe una fuerte presencia de la literatura oral en su desarrollo y que
también dentro del canon de la literatura coreana se incluyen obras escritas en chino.
Cronológicamente, la literatura coreana generalmente se divide en un período clásico y uno
moderno.
Literatura clásica coreana
El período clásico presenta una división entre la literatura oral y la literatura escrita. Luego,
dentro de la literatura escrita, existe otra división entre la literatura escrita en chino y la
escrita en coreano, dado que la literatura tradicional coreana, escrita en caracteres chinos
(hanja), se estableció al mismo tiempo que la escritura china llegaba a la península antes de
la creación del hangeul.
La literatura clásica tiene sus raíces en las creencias populares tradicionales y los cuentos
orales y populares de la península de Corea. Otras influencias incluyen el confucianismo, el
budismo y, hasta cierto punto, el taoísmo.
Así, las historias populares de Corea tienen similitud con las de otros países pero conservan
un carácter propio y pueden dividirse en diferentes categorías. Los cuentos folklóricos (en
coreano: 민화) a menudo describen conflictos entre el bien y el mal, protagonizados por
animales, fantasmas, demonios y espíritus de las montañas. Las narraciones (en coreano:
신화) incluyen mitos, leyendas y cuentos populares que se encuentran en los registros
escritos. Las leyendas (en coreano: 전설) incluyen todas aquellas historias populares
transmitidas oralmente y no registradas por escrito. Estas leyendas fueron durante mucho
tiempo la principal forma de entretenimiento literario que disfrutaba la gente común. Sus
temas típicos tratan el origen del universo y la participación de los dioses en los asuntos
humanos, mediante animales personificados y trucos elaborados. El registro de estas
narraciones proviene principalmente de dos libros compilados durante la dinastía Koryo:
Samguk sagi (1146; “Registro histórico de los Tres Reinos”) y Samguk yusa (1285;
“Memorabilia de los Tres Reinos”).
Un típico ejemplo sería la historia de Dangun (단군신화), leyenda fundacional de la
identidad coreana, que cuenta la historia de su abuelo Hwanin y de su padre Hwanung, a
quien se considera mitológicamente como el fundador del pueblo coreano en la península.
El mito de Dangun
https://www.youtube.com/watch?v=HkN8gIKMYdw&ab_channel=COREANOconCarlos
Dentro de la literatura oral coreana también se pueden incluir otros géneros y estilos
narrativos, que existieron desde mucho antes de la invención del hangeul.
Afortunadamente, muchas de estas obras siguen siendo interpretadas y reproducidas por
artistas contemporáneos en formatos novedosos como el teatro de marionetas y el manga, y
están siendo preservadas para las generaciones futuras.
En cambio, los eruditos coreanos escribían poesía en el estilo chino clásico desde el siglo IV.
Algunos historiadores excluyen estas formas de literatura de la literatura coreana,
argumentando que eran simplemente formas de literatura china. Otros investigadores
argumentan, sin embargo, que el hecho de que se usaran caracteres chinos no es razón
suficiente para excluir del canon clásico coreano a estas obras que reflejan pensamientos y
formas de vida particularmente coreanos.
En el periodo de Silla Unificada, se fundó una academia nacional para promover la literatura
coreana. Durante la mayor parte de esta era, las clases de educación superior coreanas eran
bilingües, impartidas oralmente en coreano pero escritas en chino clásico como en Japón,
Vietnam y otros países de la región.
Hyangga durante Silla Unificada
<Hyangga del período Silla se han conservado en Samguk yusa>
La poesía Hyangga del período Silla marcó el comienzo de una forma poética única en la
literatura coreana. Los Hyangga se registraron en la escritura hyangchal, en la que el
idioma coreano se escribió usando "sonido" (um) y "significado" (hun) de caracteres
chinos. Catorce poemas en estilo Hyangga del período Silla se han conservado en el libro
Samguk yusa (Memorabilia de los Tres Reinos).
Esta forma poética se transmitió a la dinastía Koryo. Los poetas eran monjes budistas o
miembros de Hwarangdo, una escuela en la que jóvenes eran entrenados en virtudes
civiles y militares como preparación para el servicio estatal.
<Lee Kyubo, un erudito coreano, crítico literario, poeta
y escritor del período Koryo. (Produjo entre 1.500 y
2.000 poemas, también numerosas obras en prosa.>
Sijo, gasa y pansori
Las poesías Sijo (en coreano: 시조) están estrechamente
relacionados con el desarrollo del hangeul a principios del
período Joseon. La palabra sijo está formada por los términos
Si (tiempo) y jo (armonía). Aunque su forma poética se
estableció a finales del período Goryeo, no se hizo popular
hasta el período Joseon. Muchos de los sijo reflejan el
pensamiento y los valores confucianos, como la lealtad y el
honor, y tratan temas como arrepentimiento por la vejez y el
tiempo perdido, dolor por el amor no correspondido, la
pérdida del poder y el honor, o la reafirmación de la lealtad a
una causa perdida.
Los sijo se caracterizan por una estructura de tres estrofas de
cuatro pies cada una. Cada pie contiene de tres a cuatro
sílabas excepto en la tercera estrofa, donde se supone que el
primer pie tiene 3 sílabas y el segundo pie puede tener hasta
siete.
Los sijo se popularizaron a medida que los autores de la clase
media, incluyendo autoras mujeres como Hwang Jin Yi y Hong
Rang, empezaron a expresar en sus obras sentimientos y
pensamientos que reflejaban las vivencias de la gente común.
La poeta Hwang Jin Yi, considerada la Kisaeng1 más famosa de
Corea y uno de los talentos literarios femeninos más conocidos del
"Reino Ermitaño", es vista hoy como una figura protofeminista.
¿Qué causa te di / para que esperes que yo apareciera? / Nunca
quise que creyeras / que perturbaría las hojas caídas a
medianoche. / ¿Por qué me culpas? / Es el viento otoñal el que
influye en tu ilusión.
El destinatario de la reprimenda ciertamente amable de Hwang Jin
Yi era el eminente erudito neoconfuciano Seo Kyong Duk, quien se
convertiría en su tutor y mentor. Hwang Jin Yi escribió este sijo
como respuesta al de Seo Kyong Duk en el que él expresa su
angustia mientras esperaba la visita de ella:
Desde que mi corazón se inquietó / cada cosa me distrajo. / En estas montañas
amortajadas, / ¿qué expectativa de visita? / Las hojas que caen en el viento otoñal /
imitan la llegada de mi amante.
El Gasa (en coreano: 가사) es una forma de verso cuyo contenido puede incluir más que
Kisaeng eran artistas femeninas profesionales, de alguna manera comparables a las geishas
japonesas.
1
la expresión de un sentimiento individual, como por ejemplo advertencias y enseñanzas
morales. Por esto, algunos consideran a los gasa una forma de ensayo versificado. Sus
temas comunes eran la naturaleza, las virtudes de los caballeros o el amor entre el hombre
y la mujer.
El Pansori (en coreano: 판소리) es un género coreano de narración musical interpretado
por una cantante y un percusionista. El término pansori se conforma con las palabras
coreanas pan 판 y sori 소리, la última de las cuales significa "sonido". Sin embargo, pan
tiene múltiples significados y los estudiosos no están de acuerdo sobre cuál era el
significado pretendido cuando se acuñó el término. Algunos significados utilizados son
"una situación en la que se reúnen muchas personas" o "una canción compuesta de tonos
variados". El Pansori es una forma de entretenimiento musical que ha persistido en Corea
desde el siglo XVII hasta la actualidad.
Pansori: South Korea’s Authentic Musical Storytelling
Los sijo y los pansori eran géneros muy distintos originalmente. La forma de expresión,
narrativa en el primero y lírica en el segundo, así como su público principal, de clase alta y
clase baja, respectivamente, fueron elementos que los diferenciaban. Sin embargo, ambos
géneros tenían un punto de contacto en la posibilidad de desarrollarse como un canto.
A finales del siglo XIX se produjo un cambio significativo en ambos géneros, con un aumento
del público que asistía a sus representaciones. El sijo experimentó transformaciones a través
de la expansión del canto, mientras que el pansori experimentó cambios debido a la
participación de la clase noble. Esto permitió que los artistas y el público de ambos géneros
se superpusieran, lo que facilitó la comunicación mutua y dio lugar a un intenso intercambio
en los textos y composiciones.
La esencia del sijo se caracterizaba por su concisión y descripciones sutiles. Sin embargo, a
raíz de las influencias del pansori, comenzó a explorar aspectos que enriquecieron la
visualización de los temas. Especialmente, pudo expandir el alcance de los temas y el
contenido, ampliando así el ámbito de la narrativa.
A la vez, por la influencia del sijo, el pansori se enfocó en una "construcción narrativa" más
elaborada y logró efectos dramáticos maximizados tanto en términos narrativos como en
presentaciones escénicas.
La literatura moderna
La literatura coreana moderna se originó en un contexto complejo que abarcó la herencia
del Este asiático, el encuentro con Occidente y la nueva realidad política del creciente poder
imperial japonés en el este de Asia. Muchas expresiones de ese último período de Joseon,
con su enfoque en la autosuficiencia y la independencia, ya no eran posibles. Se realizaron
diversos intentos para adaptar formas y estilos de Occidente o crear una forma de expresión
específicamente coreana. En particular, la literatura coreana moderna se desarrolló durante
el desmoronamiento de la sociedad feudal de la dinastía Joseon. La primera etapa de
establecimiento de la literatura moderna en Corea abarcó desde mediados del siglo XIX
hasta principios del siglo XX, y se conoce como el período de la Ilustración (개화기
계몽문학).
El cambio de la literatura tradicional a la moderna durante este período de la Ilustración se
debió en gran medida a los efectos de la nueva educación y el movimiento de lengua y
literatura coreana. Después de las reformas de Kabo en 1894, se implementó una nueva
forma de educación, se establecieron escuelas de estilo occidental y se publicaron nuevos
libros de texto para enseñar conocimientos occidentales. La literatura de este período
aseguró su base social a través de nuevos medios, como los periódicos. La mayoría de los
periódicos, como Tongnip Shinmun (conocido por su nombre en inglés, The Independent),
Hwangsong Shinmun (The Imperial City Newspaper), Taehan maeil Shinbo (Korean Daily
News), Cheguk Shinmun (Imperial Newspaper) y Mansebo (The Forever Report), publicaron
novelas por entregas, así como sijo y gasa.
En este proceso, se reconoce la influencia de las evoluciones de Silhak y Tonghak, que
combinaron las tres fuentes de la cultura coreana: la herencia del noreste asiático, la
subestructura de la tradición nativa y el conocimiento proporcionado por el impacto
occidental. Estas influencias se entrelazaron y se transformaron en una base sólida para la
literatura moderna coreana y para los estudios de humanidades en el futuro.
Durante el periodo en el que escritores profesionales como Yi In-jik, Yi Hae-cho, Choi
Chan-shik y Kim Ko-je comenzaron a formar una clase literaria en Corea, surgió una nueva
forma de literatura llamada shinsosol (en coreano:신소설), novelas escritas completamente
en hangeul, que ganaron una gran popularidad entre las clases populares. Obras como
Hyoluinu (Lágrimas de sangre, 1906) y Ensegye (El mundo plateado, 1908) de Yi In-jik
(1862-1916, considerado como el padre de la novela moderna y precursor del teatro
moderno coreanos) seguidas por Kumagom (La espada que expulsa al demonio) y
Chayujong (La campana de la libertad) de Yi Hae-cho, se destacaron en este género. También
es ampliamente conocida Chuwolsaek (El color de la luna de otoño, 1912) de Choi Chan-shik.
Estas novelas retrataron los ideales de la Ilustración en el contexto de la vida
contemporánea, alejándose de los mundos trascendentales y poco realistas de épocas
anteriores. Además, en el shinsosol se introdujo por primera vez la técnica estructural de la
"reversión del tiempo". Los autores también adoptaron un estilo de prosa vernácula que se
asemejaba más a la forma de la novela moderna.
Sin embargo, con la ocupación japonesa de Corea en 1910, el carácter del shinsosol comenzó
a cambiar. Las obras posteriores comenzaron a centrarse más en los destinos de los
personajes individuales y las luchas amorosas comunes se volvieron más prominentes.
Período colonial
<Yom Sang Seop (1897-1963): escritor y combatiente por la independencia coreana de la
primera mitad del siglo XX, pionero de la narrativa moderna coreana, llamado "escritor del
periodo del descontento" y “escritor de ‘tres generaciones”>
Durante el dominio japonés de Corea (1910-1945), se restringieron el habla y la prensa, lo
que afectó a la literatura coreana de la época. A partir del Movimiento del Primero de Marzo
en 1919, se estableció una nueva forma de literatura coreana. Muchos escritores exhibieron
una actitud más positiva, tratando de hacer frente a la situación nacional en ese momento.
La literatura se centró en el autodescubrimiento y, cada vez más, en la realidad concreta. Los
esfuerzos artísticos fueron apoyados por periódicos nacionales que fueron reabiertos en esa
década de 1920.
Sin embargo, muchas novelas de la década de 1920 también se centraron en el tema del
sufrimiento de los intelectuales que vagan por la realidad. La vida de los campesinos a
menudo se describía como patética. A medida que el gobierno japonés reforzó la coerción
ideológica durante la década de 1930, la literatura coreana se vio directamente afectada.
Muchas novelas de la época experimentaron con nuevos estilos y técnicas literarias. Bajo la
ocupación japonesa, los coreanos tuvieron que imitar la adaptación japonesa de la
civilización occidental. Pero a pesar de esta situación, muchos académicos coreanos lograron
notables avances en historia, lengua y literatura, combinando lo coreano y lo occidental.
En la década de 1920, escritores como Yom Sang-op (1897-1963) lanzaron una tendencia
naturalista literaria. Yi Sang (1910-1937, el escritor de vanguardia más famoso del período
colonial japonés), Han Yong-un (1879-1944) y Kim So-wol (1902-1934) son los poetas que
describen durante ese período la difícil situación de la colonización.
Yi Sang (1910-1937)
Yi Sang esun poeta vanguardista que escribía en japonés y en coreano, y experimentaba
con el lenguaje, los mundos interiores y la separación del yo con el mundo exterior. Sus
poemas están fuertemente influenciados por conceptos literarios de Occidente como el
dadaísmo y el surrealismo. Su obra más representativa “Alas” se caracteriza por el estilo
de flujo de conciencia (stream of consciousness).
En este periodo colonial, Yi Kwang-su (1892-1945), con su novela Mujong (Sin Corazón,
1917), y Kim Tong-in (1900-1951) se consideran los dos escritores más relevantes con sus
novelas históricas. Por otro lado, la madurez se alcanzó en la poesía en la década de 1930
con Chong Chi-won (n. 1903), Yi Yuk-sa (1904-1944) y Yung Tong-ju (1917-1945).
Nueva Mujer
<La Revista ‘Nueva Mujer’ (en coreano: 신여성)>
La Corea de la década de 1910 vio el surgimiento de las primeras feministas, “nuevas
mujeres” que se oponían al sistema tradicional de valores familiares, al matrimonio
arreglado y a la moralidad sexual, intentando vivir de acuerdo con su propia
determinación. Eran una nueva generación de mujeres en contraste con las "mujeres
pasadas de moda", que eran consideradas amas de casa y madres sumisas bajo el control
de la jerarquía confuciana patriarcal tradicional.
La revista Nueva Mujer fue fundada por Kim Won Ju (1896-1971), escritora, periodista y
monje budista, en marzo de 1920, cuando regresó de Japón. Esta fue la primera revista
exclusiva para mujeres en Corea, operó como una plataforma feminista y en ella participó
la primera generación de mujeres profesionales, incluyendo a Na Hye Seok (1896-1948) y
Kim Myeong Sun (1896-1951), cuyos nombres siguen siendo relevantes en la actualidad.
Son consideradas como las primeras mujeres independientes de Corea y también como
un símbolo de la occidentalización, experimentaron los conflictos con la tradición y la
discriminación y la visión machista las despreciaba por “egoístas”, “infantiles” y
“materialistas”.
Después de la Liberación
Después de la liberación de Japón en 1945, Corea pronto se vio dividida en Norte y Sur. La
Guerra de Corea (1950-1953) condujo al desarrollo de una literatura centrada en las heridas
y el caos de la guerra. Gran parte de la literatura de posguerra en Corea del Sur trata sobre la
vida cotidiana de la gente común y sus luchas con el trauma, el dolor y las vicisitudes por el
contexto nacional. El colapso del sistema de valores tradicional coreano es otro tema común
de la época. En la posguerra surgió un movimiento tradicionalista: volver a las raíces de los
ritmos tradicionales y los sentimientos populares. Algunos poetas desarrollaron un
movimiento experimental, intentando traer nuevas experiencias a la poesía coreana.
En la década de 1960, muchos escritores comenzaron a rechazar la literatura de posguerra
como un escapismo sentimental. Mientras que algunos autores coreanos reflejaron el
humanismo tradicional, los escritos de muchos otros reflejan una profunda alienación y
desesperación. Buscaban involucrar a los lectores con la realidad política de la época. Esto
llevó a que la poesía y la literatura en general se convirtieran en un importante medio de
expresión política. También notable para el desarrollo de la literatura en la década de 1960
fue la influencia del modernismo occidental.
“La plaza” de Choi In-Hun es una de las novelas clásicas surcoreanas que puede ayudar a
entender la mentalidad del país que ha perdurado hasta la actualidad. Es una novela sobre la
posguerra, un acontecimiento traumático que destrozó el país y la moral de los coreanos. Su
protagonista, un estudiante de filosofía, es el típico personaje que no encaja, que se siente
desencantado por todo y critica a su país desde una superioridad moral. No entiende el
capitalismo que avanza en Corea del Sur de la mano de Estados Unidos y se va a Corea del
Norte, donde ve que los ideales del comunismo han sido traicionados por sus gobernantes.
Se mueve esquizofrénico y partido entre ambas Coreas y acaba transformado en un
monstruo amoral. La amoralidad como signo de la alienación moderna, así como la
búsqueda de lo auténtico en una sociedad muy cuadriculada (confucionista) donde es difícil
salirse de la norma son temas recurrentes en la literatura de Choi.
Durante la década de 1960, la literatura relacionada con la división nacional (분단소설) se
hizo más popular y hasta principios del siglo XXI, la división nacional sigue siendo un tema
recurrente.
Sin embargo, la década de 1970 marcó el comienzo de una nueva era en Corea tras la
muerte del dictador que gobernaba el país, un episodio oscuro que la novela "Actos
Humanos" de Han Kang retrata de manera impactante. El país ya se estaba recuperando
económicamente y adoptando las ideas neoliberales que también llevaron a Japón a la
prosperidad, y la censura del gobierno se relaja, lo que permite a los creadores ser más
libres en su expresión.
Las obras en ese periodo se van alejando de los temas que marcaron la literatura anterior (el
trauma de la guerra y la división) y en muchos casos tratan temas del momento como la
alienación en los espacios urbanos que surgen con la rápida industrialización del país o la
crítica a los regímenes políticos autoritarios que marcan estas décadas. Así, surge un
movimiento de literatura antisistema, ocupada en los conflictos de la rápida
industrialización, como el abandono de las zonas rurales y el sufrimiento de los campesinos.
A partir de la década de los 90 se producen cambios significativos en el estilo y la temática
de la literatura coreana, plasmando en las obras literarias el gran cambio social que lleva a
una transformación profunda de la sociedad surcoreana. Entre muchos otros, se tratan
temas propios de la sociedad capitalista postindustrial. La novela "Tengo derecho a
destruirme" de Kim Young-Ha encaja perfectamente en la corriente literaria occidental de la
época. Se caracteriza por un estilo directo y frío, y se enmarca en el realismo sucio. El
narrador, misterioso y amoral, sirve como crítica a la falta de valores en el mundo capitalista.
Su voz salta de una historia a otra de manera libre y algunas de las anécdotas que narra son
verdaderamente atrapantes. A su vez, en esta novela encontramos muchos de los elementos
distintivos del cine coreano: violencia, tristeza, sexualidad y personajes perdidos.
Literatura coreana contemporánea en el mundo
La industria editorial coreana fue a lo largo del siglo XX una industria casi marginal, y hasta la
década de 2000, era poco conocida fuera de la península. Pero en las últimas décadas, fue
ganando fuerza y reconocimiento internacional, con una gran variedad de obras traducidas y
una notable mejora en la calidad de las traducciones, y hoy se encuentra dentro de las diez
industrias editoriales más grandes del mundo. El Premio Man Asian Literary Prize a “Por
favor, cuida de mamá” de Shin Kyung-sook en 2011 y el Premio Man Booker International a
“La vegetariana” de Han Kang en 2016 son algunos de los hitos más recientes.
Park-Min-gyu y Lee Kiho son autores coreanos que trabajan en estos cuentos de tinte
absurdo los cambios que experimentó Corea en las últimas décadas a partir de su apertura
al mundo global, reflejando el cosmopolitismo, las nuevas tecnologías y un nuevo equilibrio
de fuerzas.
Un aspecto llamativo de la literatura coreana contemporánea es que las mujeres
comenzaron a tomar un papel totalmente diferente al que venían teniendo y rompieron
muchos de los códigos patriarcales de la sociedad en que les toca vivir. Así, las voces
femeninas en la literatura coreana se hicieron notar hasta lograr destacarse, e incluso,
mucho más que la de los hombres. En la actualidad hay una gran cantidad de grandes
novelas escritas por mujeres coreanas, que marcaron y siguen marcando la historia, dejando
una huella en todo el mundo. Gong Ji-young, Eun Hee Kyung, Cho Nam-joo, Chung Serang
entre otras son las autoras destacadas en la la literatura coreana actualidad.
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