Internet para todos: La Revolución que viene Internet, a través de

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Internet para todos: La Revolución que viene
Internet, a través de sus capacidades de transmisión de paquetes de datos a muy
alta velocidad y en dos vías, se está convirtiendo en un medio de medios.
Es decir, es una red que cuenta con la capacidad de concurrentemente transmitir
voz, video, imagen, datos, sonido, etc.
La transición de un modelo de broadcast a un modelo de red, implica que la
generación de contenidos deja de ser monopolio de los transmisores y se
convierte en una prerrogativa multivía para todos, incluyendo los medios
tradicionales.
En este nuevo modelo, nadie puede ser excluido, pues representa una
reconfiguración de las relaciones y potenciales sociales como no se había dado
desde la invención de la imprenta. Para millones de mexicanos, poder contar con
servicios de telecomunicaciones básicos a un costo de cero, representaría una
oportunidad única de progreso intelectual y material y para México, el salto hacia
adelante que se necesita. El acceso a Internet, por tanto, debe ser un derecho
garantizado por el Estado en el que la capacidad económica del ciudadano no
juegue el papel de discriminador.
"Internet para Todos" es una propuesta para crear una red pública de protocolo de
IP de acceso libre a nivel nacional, aprovechando la fibra óptica con la que
actualmente cuenta la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que cubre la mayor
parte del territorio poblado de la República Mexicana, así como con tecnología
inalámbrica de datos a alta velocidad (“G4”) para la llamada última milla.
Al abrirse el acceso a Internet para todos, México ofrecería posibilidades para su
población en todos los campos:
Económicas:
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Miles de empresas de todo tamaño serían capaces de ofrecer servicios de
telecomunicaciones que hoy están limitados a muy pocas empresas
Los precios de estos servicios, por ende, se reducirían y estarían al alcance
de toda la población. Imaginemos paquetes de voz inalámbrica, como hoy
es el celular, con uso ilimitado, por menos de $200 pesos al mes.
Con una red que una a toda la población, los negocios extenderían su
alcance a nivel nacional, independientemente de su tamaño.
Educativas
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Si cada alumno puede tener un dispositivo de acceso de bajo costo, los
vastos recursos de información existentes en Internet y otros más que el
Estado pudiera inyectar a la red, como sería el caso del libro de texto en
línea, por ejemplo, estarían disponibles para todo el alumnado de manera
permanente y sin costo alguno.
La disponibilidad de materiales educativos en la red abriría el camino para
que miles de personas adquirieran una educación de forma autodidacta a
través de cursos en línea o por investigación propia.
Socio políticas
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Los bajos costos de organización y convocatoria que encierran los nuevos
medios sociales por Internet han demostrado ya su eficacia para unir
personas alrededor de causas. Extender el acceso a estos medios a la
mayor parte de la población revigorizaría las capacidades políticas y de
participación de la sociedad en su conjunto. Fortalecería pues la
democracia horizontal que tanta falta hace al país.
Con lo anterior, resulta urgente proteger la propiedad y operación pública de estos
recursos, que representa quizás la única oportunidad real que tenemos de saltar
hacia un futuro tecnológico a la par de las naciones desarrolladas.
Concesionar estos recursos a actores privados limitaría las posibilidades antes
descritas, mantendría al país en el atraso tecnológico y en vez de una mayor
democracia política y económica, solo se acrecentaría el poder del oligopolio que
caracteriza la participación privada en telecomunicaciones en nuestro país, los
altos costos del servicio, la cobertura limitada a las regiones con poder adquisitivo
y el continuado sometimiento del estado y la población al poder político de las
empresas televisoras y de telecomunicación. La opción de la red pública daría
ciertamente mucho poder a la CFE y su sindicato, pero nos parece que estas
entidades se pueden mantener bajo control social más fácilmente que empresas
como Televisa o Telmex.
Hay que atreverse a pensar en grande y eso es lo que está detrás de esta
propuesta: el empuje de un país donde más del 80% de la población pueda
acceder a los servicios que caben dentro de 1 Mbps, como VoIP, TV de definición
estándar y navegación en el Web, vía inalámbrica y sin costo alguno.
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Como realizar esta red
La red pública nacional debe constituirse de un “backbone” y de la “última milla”,
conceptos que explicaremos más en detalle en seguida.
1. “Backbone”
La CFE cuenta al día de hoy con 21,000 Km de fibra, con un mínimo de 12 hilos y
una capacidad mucho mayor en ciertas áreas. La cobertura de la red eléctrica
alcanza al 95% de la población del país y constituye la única infraestructura
nacional pública de telecomunicaciones que puede hacer realidad este cometido.
Dos de los mencionados hilos se usan para el monitoreo de la red eléctrica, dos
hilos para servicios de telecomm de CFE, y dos hilos fueron licitados a sector
privado. Por lo tanto hay 50% de capacidad sin usar.
La red de CFE puede usarse para el transporte de datos a lo largo y ancho del
país, constituyéndose como una supercarretera nacional (o “backbone”) de datos ,
que además sería libre y abierta para toda la población. Esta red resolvería el
problema del transporte de datos en volúmenes masivos a nivel nacional sin tocar
la infraestructura de actores privados.
2. “Ultima milla”
El término última milla se utiliza para denominar la infraestructura con la que los
usuarios finales acceden a una red. Se trata de los cables o frecuencias de radio
con las que las personas, o mejor dicho, sus dispositivos, ganan acceso a la red.
En México todas las redes que actualmente llegan hasta el usuario están en
manos del sector privado y dado el pésimo esquema regulatorio y la nula
capacidad que ha mostrado el Estado para proteger el interés público, dichos
actores privados usan esquemas de extorsión para habilitar el acceso por parte de
los usuarios. En consecuencia, México tiene los precios más altos del mundo en
acceso a Internet.
Sin embargo, el Estado mexicano no ha concesionado aún algunos de los rangos
de frecuencias sobre los que potencialmente pueden operar redes de datos
inalámbricas de cuarta generación (G4) de alta velocidad. Además, luego de la
liberación de espectro que conlleva el llamado apagón analógico, quedará
disponible una cantidad de espectro capaz de complementar esta red para un
futuro donde el uso de estos recursos crezca exponencialmente.
Combinando ambos recursos se puede crear una red de transmisión de datos de
alta velocidad de alcance nacional sobre la fibra de CFE y para entregar la señal a
la población (precisamente, la última milla).
Es posible especular que pronto el mercado comenzaría a ofrecer aparatos de
todo tipo para acceso a la red. Veríamos algunos que para todo efecto práctico no
se diferenciarían del celular, otros que replicarían algunas de las funcionalidades
de una caja de cable y las ubicuas netbooks, que sin tener que cubrir el costo de
acceso, quedarían al alcance de millones de personas en México.
Todo sin plazos forzosos, sin contratos leoninos y sin costos exorbitantes. Es
decir, México podría acabar con los efectos perniciosos de sus monopolios sin
tener que tocarlos siquiera, sin litigios eternos, sin prostitución legislativa, sólo con
tecnología.
Las compañías de telecomunicaciones existentes se verían entonces motivadas a
ofrecer servicios de alto valor agregado. Acceso a Internet a más de 10 Mbps, TV
en HD bajo demanda, aplicaciones en la nube, son tan sólo una muestra de las
múltiples oportunidades de negocios que se abrirían para los actuales operadores.
Sería poner a México a la par de Japón en términos de acceso digital. Ninguna
otra política pública tiene este alcance.
3. Nueva empresa pública
Nuestra propuesta es que una empresa pública nueva, distinta a la CFE, sea la operadora
tanto de la red como de la última milla, a fin de iniciar el proyecto sin los temibles vicios
del pasado. Hay inversiones adicionales, que podría llevar a cabo dicha empresa o, si se
prefiere, la propia CFE, que de acuerdo a documentos de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes son necesarias para completar el tendido de la red de fibra
oscura en la red eléctrica. Estamos hablando de 15,000 km para larga distancia y 100,000
km para anillos interurbanos, con un costo 3,000 millones de dólares. Una vez más, hay
ventajas de que esto último esté en manos de una empresa pública, ya que la CFE ya
cuenta con los permisos municipales necesarios para hacer estos tendidos. Asimismo,
sería una contribución al desarrollo tecnológico mexicano, que hace tiempo no se enfrenta
a los retos que necesita.
-------------------------------Desde luego, es necesario que expertos sobre G4 y sobre la red de CFE contribuyan con
ángulos técnicos adicionales y hacer cálculos precisos de los costos de implementación y
mantenimiento de este proyecto.
--------------------------------La visión de un México firmemente plantado en este siglo sólo puede ser el producto de
una gran acción colectiva. Sólo si todos queremos que así sea y contribuimos nuestra
parte será posible lograrlo.
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