My Dark Protector

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La búsqueda de Harry Potter
Mi protector oscuro
Capítulo 1
La búsqueda de Harry Potter
"¿Has pensado en volver a convocar a la Orden y buscar a Harry, Albus?" preguntó Arthur Weasley, mirando al
mago mayor que estaba desgastado por los años por la preocupación y el miedo. Arthur todavía no estaba
acostumbrado a verlo así; Era bastante desconcertante, si era honesto. El viejo mago había estado buscando a Harry
solo durante un año y medio antes de que Arthur lo descubriera y se ofreciera a la búsqueda. Harry Potter no había
aparecido en Hogwarts y Albus no había podido encontrar a su familia, pero no era la familia lo que estaba buscando,
era el propio Harry.
"La Orden fue creada para derribar a Voldemort, Arthur, no estoy seguro de que alguien quedara impresionado
si lo llamaran para algo como esto", dijo Albus, sonriendo con tristeza, pasándole una taza de café. Eran las seis de
la mañana; Habían estado buscando toda la noche, sin suerte, pero eso no era nada nuevo para Albus.
Lamentablemente, en ningún lugar donde buscó encontró buenas pistas. Los muggles eran criaturas extrañas y
groseras; Había llamado a varios lugares para preguntar sobre los Dursley, pero le habían cerrado las puertas en
la cara.
“Si otros ayudan en la búsqueda, podríamos encontrarlo; tal vez tengamos más suerte”, sugirió Arthur. Puede
que la Orden no fuera muy numerosa, pero tampoco pequeña. Podía pensar en algunas otras personas que
podrían estar dispuestas a ayudar, que no fueran miembros de la Orden. Había estado allí durante la
última guerra, junto con los hermanos de Molly quienes, Merlín en paz descanse, habían muerto.
"Eso es cierto", admitió Albus. Nunca había considerado usarlos, pero Arthur lo hizo sonar como algo bueno. No
era como si se vieran obligados a ayudar en la búsqueda, tenían la opción de ayudarlo o no. Después de todos
los años de fracaso, francamente haría cualquier cosa.
“Vale la pena intentarlo”, dijo Arthur, asintiendo.
"Hoy es el decimoquinto cumpleaños de Harry", dijo Albus, pensando, '31 de julio, cuando muera el séptimo mes'. La
vida no había sido fácil para el niño desde que nació. ¿Donde estuvo el? ¿Por qué no pudieron encontrarlo a él ni
a ningún registro suyo? Incluso los Aurores habían dejado de buscar después de tres meses de búsqueda; Se
especulaba que Harry estaba estudiando en el extranjero. Sabía que ese no podía ser el caso, le había advertido
a Petunia sobre la importancia de que Harry se quedara en Privet Drive.
"¿Le has pedido a Severus que mire?" preguntó Arthur, bebiendo el café con deleite. Tenía frío y lo intentó, así
que el café era perfecto para él en ese momento. Sabía cuántos años tenía Harry; tenía la misma edad que su hijo
menor, Ron, y habrían estado tomando clases juntos en Hogwarts, y deberían haberlo hecho.
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“¿Severo? No estoy seguro de poder tolerar su actitud de 'te lo dije'”, suspiró Albus. Severus le había
advertido que no pusiera a Harry con Petunia. Al igual que Minerva, llegado a eso, pero había sentido que las
barreras de sangre eran demasiado importantes para escucharlas. Algo de lo que se había arrepentido dos
meses después de buscar a Harry, entre las reuniones del Wizengamot y, por supuesto, dirigiendo
Hogwarts.
"Él podría tener más éxito que Charity", le dijo Arthur; para ser una profesora de Estudios Muggles, ella no tuvo
mucho éxito. Ella no sabía casi nada sobre el mundo muggle, al igual que él.
¿Sin embargo, ella constantemente decía que los magos y los muggles deberían abrazarse? Aunque estuvo
de acuerdo, no debería venir de una bruja que no tenía idea sobre el mundo muggle más allá de los libros que
había leído.
"Quizás", murmuró Albus, frotándose las sienes con cansancio. Sólo deseaba profunda y
profundamente que Harry fuera encontrado, que estuviera vivo, bien y feliz. Sin embargo, no podía librarse
del horrible sentimiento que había estado constantemente con él desde que Harry tenía once años. Ninguna
carta había sido dirigida a él, lo que nunca antes había sucedido en todos sus años como primero profesor y
luego director de Hogwarts. Las cosas habían cambiado mucho; ¿Cuándo se había convertido Arthur
Weasley en un confidente cercano? Por lo general era Minerva, pero honestamente no quería que le
echaran en cara que esto era culpa suya, ya se sentía bastante culpable tal como estaba.
“Debería llegar a casa”, dijo Arthur, mirando la hora; podría dormir dos horas antes de tener que ir a trabajar.
"Saluda a Molly de mi parte", dijo Albus. Lamentablemente, el sueño era cosa del pasado para él, pasaba
más horas durmiendo en esta silla de las que lograba dormir en su cama. Francamente, la culpa lo estaba
devorando por dentro. Sus cansados ojos azules observaron cómo Arthur desaparecía en la red Flu.
"¿Dónde estás, Harry?" se preguntó Albus en voz baja, recostándose en su silla, "¿Dónde puedes estar?"
Su mente no pudo evitar pensar en el drama que se había desarrollado a lo largo de los años, comenzando
con toda la debacle de la Piedra Filosofal. Voldemort había estado viviendo a costa de su recién
contratado profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Quirninus Quirrell lamentablemente se había
extinguido en los cuencos de Hogwarts, cuando en su furia Voldemort había abandonado al mago; el shock de
la separación lo había matado. El rostro del malvado mago había sido impreso en la parte posterior de la
cabeza de Quirninus, revelando exactamente lo que sucedió sin necesidad de la autopsia para descubrirlo. La
piedra había sido devuelta a su dueño, sana y salva; Nicolás estaba extremadamente feliz por eso. Pero
eso debería haber sido durante el primer año de Harry en Hogwarts.
El año siguiente no fue mejor. Afortunadamente, Ginny Weasley había recobrado el sentido acerca de un
libro muy peligroso en su primer año y se lo dio a sus padres, rogándoles que no permitieran que "ellos" se la
llevaran a Azkaban. La chica tonta había estado manteniendo correspondencia con Voldemort durante
meses; el diario había sido rápidamente destruido antes de que pudiera suceder algo. Conociendo a
Voldemort como lo conocía, sabía que sólo habría sido cuestión de tiempo antes de que el Señor Oscuro
hubiera perpetrado alguna atrocidad u otra. Tenía curiosidad de cómo lo había conseguido; sólo había unas
pocas opciones y todas ellas le hicieron apretar los dientes con furia. ¿Cómo se atreven los Mortífagos a
plantarle algo así a una niña de once años?
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Justo antes de lo que habría sido el tercer año de Harry, Sirius Black había escapado de Azkaban,
iniciando una persecución masiva para él. Luego lo vieron en Hogwarts, lo cual, por supuesto, Albus ahora
entendía. Black había visto a Peter Pettigrew en la portada de los periódicos, con los Weasley. Al final,
durante un partido de Quidditch, Sirius Black se había transformado de un perro a su forma humana
frente a todos sus ojos con una rata en la mano, luciendo loco. Antes de que alguien pudiera aturdir al
mago fugitivo y detenerlo, robó una varita y la usó para devolver a Peter Pettigrew a su forma humana.
Había sido demasiado público para que el ministerio intentara negarlo; unas semanas más tarde era
oficialmente un hombre libre y exonerado de sus crímenes. Albus había visto al mago derrumbarse
cuando le informaron que Harry había desaparecido.
Harry habría disfrutado el último año escolar, que debería haber sido el cuarto. Los diferentes
estudiantes, el torneo; había sido exactamente lo que los estudiantes necesitaban. Alastor había tenido la
amabilidad de salir de su retiro y enseñar Defensa a los estudiantes durante un año. También quería tener a
su amigo cerca para mayor seguridad, ya que la marca de Severus se había vuelto un poco más
oscura. Viktor Krum había ganado para Durmstrang, en lo que había sido una competición muy reñida en
todas las pruebas. No sabía qué iba a hacer este año como profesor de Defensa; afortunadamente ahora
tenía todo el verano para preocuparse por eso.
Mirando su escritorio, respirando profundamente, de vez en cuando le asaltaba la idea de que Harry
había pasado a la siguiente gran aventura. Odiaba pensar en eso, pero como hombre inteligente, sabía que
era una posibilidad. Si bien era posible mantenerse fuera del radar, alguien tan poderoso como Harry... ya
debería haber sido encontrado. Los carteles estaban por todas partes, los nacidos de muggles, los
mestizos y los sangre pura sabían de él; ¿Seguramente alguien ya lo habrá visto? Era hora de preguntarle
a Severus. A decir verdad, tenía la sensación de que Severus estaba esperando a que le preguntara; siempre
tenía una cierta mirada en sus ojos.
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Más tarde esa noche…
"Ah, Severus, entra", dijo Albus, antes de que Severus pudiera siquiera tocar la puerta. Tenía una pequeña
sonrisa secreta en su rostro; sabía que a Severus le irritaba cuando hacía eso. No estaba seguro de por qué,
ya que Severus sabía cómo lo hacía; probablemente lo había hecho desde la primera vez que ocurrió.
Snape era ingenioso a la hora de encontrar información.
"¿Qué puedo hacer por ti, Albus?" preguntó Severus, sentándose e ignorando la gota de limón que el director
le estaba ofreciendo con un gesto de su labio. Odiaba esas cosas infernales y Albus lo sabía muy bien.
"Necesito tu ayuda para encontrar a Harry", admitió Albus. Era el mago más poderoso del mundo y necesitaba
ayuda para encontrar un mago menor de edad; sí, la vida tenía una manera de asegurarse de que no se
sobrepasara.
Severus sonrió divertido. “Me preguntaba si alguna vez lo preguntarías. ¿Pensaste que sería tan negligente en
mi promesa de mantener a Harry a salvo? Lo he estado buscando. He descubierto dónde están los Dursley
y voy a visitarlos para ver si tienen alguna idea de dónde está. Es muy dudoso que lo sepan, pero es
una pista que quiero seguir. Cada ángulo debe ser investigado a fondo”.
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"¿Dónde están?" gritó Albus sorprendido. ¿Cómo era que Severus estaba llegando más lejos que él?
"Prisión", afirmó Severus bruscamente.
El corazón de Albus se hundió profundamente en su pecho, "¿Sabes por qué?" él graznó.
"Lo descubriré mañana durante las horas de visita que he programado", respondió Severus.
Los muggles pensaron que era el 'Detective Smith' y que estaba interrogando a los Dursley sobre otro caso en
el que estaban implicados. La base de datos estaba llena de Smith, por lo que sabía que habría menos
posibilidades de que le negaran el acceso. También estaba el problema de que Petunia sabía su apellido,
por lo que no quería usarlo. Quería que ella no se diera cuenta cuando la visitara; Si los tomaban por
sorpresa, era más probable que dijeran cosas que no tenían intención de decir.
No es que importara; si fuera necesario, usaría Veritaserum para garantizar su cooperación.
“¿Cuál estás visitando?” preguntó Albus, consciente de que era poco probable que marido y mujer estuvieran
en la misma prisión.
"Petunia", reveló Severus, haciendo una mueca de disgusto. No la había visto en años, y le revolvió el estómago
tener que ver a la perra de cara amarga que de alguna manera estaba relacionada con Lily. Sólo Merlín sabe
cómo, las dos chicas eran tan diferentes que, francamente, fue sorprendente verlo.
"Severus, ¿por qué no me informaste de esto?" preguntó Albus en voz baja. No sabía si estaba herido porque
Severus lo había mantenido al margen o aliviado de que después de tanto tiempo, finalmente hubiera aparecido
una pista sólida.
“Albus, no quería hacerte ilusiones. Me he mantenido en silencio algunas veces en las que las pistas no dieron
resultado y, francamente, fue algo bueno que lo hice. Sé lo desesperado que estás por traerlo aquí; Sólo
te lo diré si lo encuentro”, dijo Severus con severidad.
"Muy bien", admitió Albus. Pensó que había estado cerca una vez, pero se había convertido en un gran
fracaso, así que tal vez Severus tenía razón.
"Duerme un poco, Albus, lo necesitas", exigió Severus, el anciano parecía listo para caer en cualquier segundo.
Las bolsas bajo sus ojos eran extremadamente prominentes; el peso que había perdido a lo largo de los años
era alarmante, y eso incluso con las pociones que le había estado introduciendo en su bebida todas las
mañanas. “Te haré saber cómo va. No se lo digas a Black ni a Lupin, realmente no puedo lidiar con ellos dos”.
"¿Cuándo podrás?" Le dijo Albus, sus labios temblando un poco. Sólo saber que Severus estaba ayudando
había aliviado mucho el peso que llevaba consigo. Debería haberle preguntado antes, pero ya había estado
buscando, ¿no?
"Me conoces bien", dijo Severus sardónicamente, no podía soportar a Black ni a Lupin y punto; Algunas cosas
simplemente no se podían arreglar sin importar la edad que tengas. Severus se puso de pie, sacudiendo la
cabeza con cansancio; normalmente se iría unas horas después del toque de queda y la búsqueda, pero esta
noche decidió no hacerlo. Tenía una pista y se concentraría en ella. Estaba acercándose a la puerta cuando
Albus habló de nuevo.
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"Gracias, Severus, te lo agradezco", confesó Dumbledore, sonando amargado, aliviado,
cansado y exasperado, todo de una vez.
Severus no respondió, simplemente abrió la puerta y bajó las escaleras. Por primera vez no
puso los ojos en blanco ante el dramatismo de Albus. También había estado buscando durante
casi cuatro años; No había nada dramático en esta situación y estaba desgastando a todos.
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Visitando a los Dursley y un descubrimiento sombrío
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capitulo 2
Visitando a los Dursley
Severus quería maldecir. Estaba esperando en una cola para entrar a la parte principal de la prisión para ver a
Petunia Dursley, y había estado esperando lo que parecieron horas. Los guardias se estaban tomando su
tiempo mientras registraban a todos y luego los cacheaban para asegurarse de que no trajeran nada a la prisión.
Estaba contemplando Obliviar a todos después de quitar las cámaras de seguridad, pero no, eso volvería en su
contra, estaba seguro. No sólo terminaría notificado al Ministerio, sino que también investigaría por qué estaba allí.
No podía permitir que eso sucediera, así que todo tenía que hacerse según las reglas. Cornelius Fudge estaba
desesperado por ponerle las manos encima a Harry, para impulsar su carrera y su posición en el mundo
mágico.
La búsqueda de Harry no fue tan intensa como había sido, pero todavía había gente siguiendo pistas.
Afortunadamente, los Aurores eran inútiles en el mundo muggle; no podían mezclarse para salvarse.
Sin embargo, podía pasar por allí, razón por la cual estaba parado aquí con un traje negro muy incómodo, camisa
blanca y corbata verde. Era el único atuendo muggle que tenía, por lo que había sido su única opción. Se había
hecho con el traje hacía más de diez años, probablemente más, pero todavía le quedaba bien.
Eso no fue una sorpresa; No había ganado peso desde que era un adolescente. Había crecido en altura, sí, pero
nunca había ganado más que unos pocos kilos, y todo eso había sido músculo magro. Las únicas otras cosas que
tenía con él eran una tarjeta muggle falsa con sus llamadas 'credenciales policiales' que había transfigurado,
su varita y, por supuesto, la botella de Veritaserum, que se había asegurado de no alertar a la seguridad. Debido a
los hechizos de aviso que les había colocado, los muggles no les prestarían atención.
"¿Nombre?" —ladró el guardia cuando finalmente llegó al principio de la cola. Ni siquiera le dio una mirada a
Severus mientras miraba su portapapeles, buscando a todo el mundo aburrido y medio dormido.
"Detective Smith", se burló Severus, su voz fría y áspera, exigiendo la atención del muggle. "Estoy aquí para
ver a Petunia Dursley".
“Sí, señor”, dijo el guardia, cambiando de tono inmediatamente. “Continúa”.
"Gracias", murmuró Severus sardónicamente, dejando muy claro que no era nada sincero. Al pasar junto al
guardia, soportó que lo miraran, mordiéndose la lengua todo el tiempo para evitar que las maldiciones salieran de su
boca. Bueno, más que eso, porque si no hubiera estado apretando los puños, habría agarrado su varita y
ayudado al estúpido muggle a sentirse violado también.
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“Listo para pasar”, gritó el guardia, presumiblemente hablando con otro guardia negro, que dio un paso adelante.
“¿Detective Smith?” cuestionó un cuarto guardia, acercándose a él, con sus ojos azules llenos de curiosidad.
"De hecho", respondió Severus, confirmando lo que el hombre, Max según su etiqueta con su nombre, ya sabía.
“Sígame, señor; El prisionero ya está en la habitación privada solicitada”, dijo Max, acercándolos por el pasillo,
abriendo y cerrando las puertas a medida que avanzaba.
"Nunca pude leer por qué estaba en prisión..." dijo Severus, mirando al frente, usando magia sin varita para darle
a Max la compulsión de responder a su comentario.
“Malversación y cómplice de malversación. Abuso infantil, puesta en peligro de niños”, afirmó Max. Recordó haber
leído sobre ello en el periódico y, además, cuando se trataba de estar en prisión, se corrió la voz. La mujer que el
detective iba a ver había sido mantenida en régimen de aislamiento más que la mayoría, por su propia seguridad,
ya que muchas de las otras mujeres la habían atacado. Había un código tácito en prisión: los niños estaban
prohibidos para la mayoría de las personas; sólo los realmente enfermos dañaban a un niño indefenso.
Severus parpadeó. “Ya veo”, respondió Severus; tal vez debería haber revisado los periódicos muggles, eso
habría resultado útil al menos. "¿Era el niño Harry Potter?" su estómago se apretó incómodamente, sabía la
respuesta a esa pregunta sin necesidad de que se la dijera. Petunia siempre había tenido una fea racha de celos por
cualquier cosa que fuera de Lily...
"Sí, creo que sí... sí, ahora lo recuerdo", dijo Max, asintiendo vigorosamente con la cabeza.
“¿Sabes qué fue de él?” preguntó Severus, tratando de mantener la calma; los cargos decían peligro y abuso infantil,
no asesinato u homicidio involuntario. Después de todo, eso era exactamente lo que serían los cargos si los Dursley
hubieran hecho lo peor posible, y todo sería culpa de Dumbledore. Tanto él como Minerva habían acosado al viejo
tonto durante años, diciéndole que no eran las personas adecuadas para criar a un niño mágico.
"No", dijo Max honestamente, sacudiendo la cabeza solemnemente. Sin embargo, esperaba que el niño
estuviera teniendo una buena vida, lejos de las personas que lo habían lastimado. Simplemente demostró que
el sistema judicial hizo lo correcto, la mayor parte de las veces.
“Ya veo”, dijo Severus abatido. Al menos ahora sabía que el niño estaba vivo y probablemente en el sistema; sólo
tenía que averiguar dónde.
Max abrió la puerta y dejó entrar a Severus a la sala de entrevistas; Fiel a su palabra, Petunia ya estaba sentada
allí con la cabeza gacha, sin siquiera mirar hacia arriba cuando él entró. Severus no prestó atención al cierre de la
puerta mientras observaba a la mujer amargada. No sintió lástima por ella mientras estaba sentada allí, delgada,
magullada y evidentemente golpeada por los otros reclusos, que eran más fuertes que ella. Ella merecía todo lo
que recibió. Quería maldecirla él mismo: ¿cómo podría dañar a un niño indefenso? ¡El hijo de su hermana! Oh, él
ya sabía por qué: ella era una perra amargada y celosa, que estaba enojada con el mundo porque no había
podido ir a Hogwarts.
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"Tú", gruñó cuando finalmente levantó la vista, sus ojos marrones muy abiertos por el asombro y el miedo.
Tenía derecho a temerle, porque él realmente quería causarle un dolor inmenso que nunca olvidaría.
"¿Por qué?" gruñó Severus, mirándola furiosamente.
"Le dije a Dumbledore que no quería al mocoso", espetó Petunia, algo de su viejo vitriolo regresó.
“Si la situación hubiera sido al revés, ¿en serio crees que Lily se habría atrevido a ponerle la mano encima a
tu hijo? ¿Aparte de alguien amoroso? demandó Severus, mirándola con disgusto y sin molestarse en ocultarlo
en lo más mínimo.
"Sí, porque Lily era la niña de oro que no podía hacer nada malo", escupió Petunia, en sus celos
desdeñando por completo toda precaución.
"Espero que haya un infierno cuando dejemos este mundo, porque habrá un lugar especial reservado
para personas como tú", siseó Severus, con los ojos negros brillando fríamente.
Petunia palideció pero se negó a dar marcha atrás, a pesar de que tenía el labio partido y un ojo morado.
Severus sacó su varita y finalmente vio el miedo puro emanando de la despreciable mujer frente a él.
"¡No lo harías!" jadeó Petunia, aterrorizada, alejándose de él, temblando hasta lo más profundo.
“¡Somnia!” escupió Severus, y la maldición golpeó a Petunia con precisión. "Que duermas bien", se burló,
con los ojos brillando con saña.
"¡Tómalo!" ella chilló, sin estar segura de qué era; ella no entendía latín.
"Lo haré si puedes responder una pregunta", dijo Severus, pero ya sabía que sería una pérdida de
tiempo; ¿Cómo diablos podía saberlo? La habían encerrado aquí. Lo que significaba que no tenía que
preocuparse de que Petunia respondiera y no tendría que eliminar el hechizo.
"¿Qué?" se quejó Petunia desesperadamente, frotándose a sí misma como si pudiera eliminar el hechizo al
hacerlo.
"¿Dónde está Harry?" demandó Severus, mirándola.
"No lo sé", confesó Petunia, palideciendo aún más cuando Severus se giró para irse. "¡Tómalo!" —llamó
suplicante.
"Deberías haber sabido que no debías meterte con Harry, Petunia", dijo Severus, abriendo la puerta y dejando
a la mujer a su suerte. Déjela retorcerse durante años preguntándose qué había hecho.
Aunque si fuera inteligente, en unas semanas se daría cuenta de cuál había sido ese hechizo. Él la había
maldecido para que tuviera malos sueños, pesadillas, sobre lo que había hecho a lo largo de su vida, y eso
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Serían muchísimas. Era una mujer tan vengativa que le sorprendía que alguien hubiera querido casarse
con ella.
"¿Ya terminado?" preguntó Max. Por lo general, cuando se interrogaba a los sospechosos, podía durar horas.
"Sí", dijo Severus, secamente; Necesitaba profundizar más en esto. El siguiente paso sería mirar los periódicos
y averiguar a qué hospital habían llevado a Harry, y partir de ahí. Finalmente estaba llegando a alguna parte...
Recordó distraídamente el hechizo que le había puesto al muggle y lo eliminó con un silencioso 'Finite
Incantatem' y el guardia volvió a la normalidad, presumiblemente; no tenía forma de saberlo con
seguridad. Ese era el problema de hacer magia silenciosa y sin varita. Sabía en el fondo que esto iba a
dar sus frutos; encontraría a Harry después de todos estos años.
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Hogwarts ­ Gran Salón
"¿Hiciste qué?" siseó Severus, mirando a Dumbledore con irritación.
“Le pedí a la Orden que se reuniera aquí. Necesitamos ayuda, Severus; cuanto antes encontremos a Harry,
mejor”. dijo Albus, sin disculparse en lo más mínimo. Hasta ahora había asumido que sólo eran Remus,
Sirius, Arthur Weasley y él mismo buscando a Harry por todas partes; ahora podría agregar a Severus
al recuento de buscadores y, con suerte, a la Orden.
"¿Porqué ahora?" demandó Severus, entrecerrando los ojos; Será mejor que ese viejo no mencione el hecho
de que su Marca Tenebrosa se estaba oscureciendo, o explotaría. Dejó con cuidado el tenedor y el cuchillo
en el plato vacío. Se dio cuenta de que necesitaba eso: algo que le saciara para comer. No se había llevado
dinero muggle con él antes, pero podría ser una buena idea hacerlo esta vez, sin saber cuánto tiempo
estaría fuera.
“Fue idea de Arthur, pero estoy de acuerdo. Nunca habría pensado en reiniciar la Orden para buscar a Harry,
pero suena como una idea muy atractiva”, dijo Albus de mala gana después de tragar su trozo de carne. Sabía
por qué Severus se estaba poniendo nervioso y se sentía ligeramente herido. ¿Cómo podía Severus pensar
que estaba cada vez más desesperado por encontrar a Harry sólo porque Voldemort podría regresar? Ese no
fue el caso en absoluto; sólo quería que Harry estuviera a salvo y aprendiendo magia donde debía estar.
"Muy bien", dijo Severus, dando su propio acuerdo sin decirlo abiertamente.
Albus escondió una sonrisa detrás de su mano; Severus nunca cambiaría, y en este mundo en constante
cambio… era agradable ver una sólida familiaridad. Severus nunca le dejaría pensar en Harry como un
soldado, un líder o un niño que derrotaría a Voldemort. No, siempre estaría consciente de que Severus estaba
observando, asegurándose de que viera al niño como el hijo de Lily, lo cual era necesario, especialmente si la
guerra comenzaba de nuevo.
"¿Cuando?" preguntó Severus, ignorando descaradamente la sonrisa, aunque puso los ojos en blanco ante
el anciano.
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"Media hora", reveló Albus.
Severus hizo una mueca de disgusto. "Espero que no esperes que esté allí".
"¿Tienes una pista?" preguntó Albus, verdadera preocupación y esperanza en su voz.
“Sí”, reveló Severus, dándole una mirada mordaz; él no quiso discutirlo.
“¿Quieres compañía?” preguntó Albus, sabiendo que no obtendría nada del mago frente a él.
"Estaré bien." Severus le dijo con firmeza. Albus, a pesar de su amor por las cosas muggles, no sabía cómo
integrarse, y cuando estaba en el mundo muggle, en ocasiones hacía las preguntas más absurdas, del tipo que haría
que las personas fueran encerradas y revisadas por problemas psicológicos. .
"Muy bien", dijo Albus con un suspiro, colocando su copa nuevamente sobre la mesa. Supuso que podría ir a su
oficina y empezar a prepararse para la reunión de la Orden. Arthur había dicho algo sobre traer a algunas
personas que no habían sido miembros la última vez; Si Fawkes obtuvo buenas vibraciones de ellos, entonces no
tuvo ningún problema con esa sugerencia. Cuanto más, mejor en su opinión, aunque… no Severus, él no era una
persona del pueblo.
"Tengo que ir; Sólo vine a almorzar”, dijo Severus, mirando la hora. El personal del hospital ya habría vuelto a
trabajar...
"Te veré más tarde, Severus, y si regresas en el tiempo... únete a nosotros", dijo Albus. Di lo que quieras, Severus
era un mago muy minucioso a la hora de buscar. Debería haberle pedido ayuda a Severus desde el principio;
Bueno, no tiene sentido insistir en ello, lo hecho, hecho está.
Simplemente no pudo evitar preguntarse si algún día encontrarían a Harry con éxito, o si estaban condenados a
buscar para siempre.
"No es probable", murmuró Severus en voz baja, mientras se levantaba y abandonaba la mesa principal sin
decir una palabra más. Con un poco de suerte, sería una pérdida de tiempo involucrar a la Orden. Estaba
más cerca que nunca, lo que significaba que finalmente podría haber encontrado al niño que había estado buscando
con tanto rigor.
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Hospital de la calle Great Ormond
"¿Hola, como puedo ayudarte?" preguntó la enfermera detrás de la estación de enfermería; su etiqueta de identificación
reveló que su nombre era Jane.
“Estoy buscando información sobre Harry Potter. Fue traído aquí el diez de agosto de 1984; No puedo encontrar
ningún registro de él después de ese tiempo”, afirmó Severus, mostrándole su placa de detective, sabiendo
que no tendría ningún problema para obtener información con ella.
"Espera un segundo", dijo, haciendo clic en la computadora frente a ella. Finalmente levantó la vista de
nuevo. “¿Sabes su fecha de nacimiento?”
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"Treinta y uno de julio de 1980", respondió Severus, esperando con impaciencia mientras revisaba su computadora.
una vez más.
“Sí, lo tengo aquí; Lo trasladaron al hospital The Priory en el norte de Londres”, dijo Jane, levantando la vista de la
computadora para mirarlo expectante.
"Gracias", dijo Severus, asintiendo brevemente antes de darse vuelta y salir del hospital infantil.
Su corazón latía salvajemente; ¿Había encontrado finalmente a Harry... o iba a ser una larga carrera sin
resultados? Las puertas automáticas se abrieron, lanzando aire hacia él mientras salía por el frente del hospital.
Inhalando profundamente, se obligó a relajarse y rápidamente se apartó del camino de una paciente en silla de
ruedas que parecía decidida a derribar a todos los que se interpusieran en su camino.
Al alejarse del hospital, buscó un lugar apartado donde nadie pudiera verlo, y pronto lo encontró. Sólo cuando estuvo
seguro de que estaba solo, Severus se apareció en el siguiente hospital. Tres personas se quedaron boquiabiertas
de sorpresa cuando apareció justo delante de ellos en el aparcamiento. “¡Olvidar!” dijo Severus rápidamente,
maldiciendo en voz baja por haber sido atrapado por alguien. Sus ojos se pusieron vidriosos y Severus se alejó
rápidamente, sabiendo que estarían bien. Aunque olvidarían los últimos minutos, realmente fue lo mejor.
Dejó de moverse abruptamente, haciendo que su pie izquierdo patinara un poco, mientras miraba el cartel junto a la
entrada, sin poder comprenderlo. ¿Cuidado de la salud mental? ¿Todo este tiempo? Es poco probable, pensó para
sí mismo. "Apuntame, Harry Potter", murmuró Severus, usando su varita como indicador de punto.
Se sorprendió cuando su varita se dirigió automáticamente hacia la gran propiedad.
Tragando saliva con dificultad, miró fijamente el edificio sin ver. ¿Qué habían hecho los Dursley para que Harry no
hubiera podido salir de ese lugar durante diez años? No lo entendía, pero no obtendría sus respuestas
estando aquí. Dudaba que hablaran con él ahora mismo… espera, era policía; no necesitaría esperar.
Quizás debería haber hecho que Albus viniera con él, pensó sombríamente mientras caminaba por el sendero. El
lugar era absolutamente enorme y nada parecido a un hospital. De hecho, le recordaba a Prince Manor; había
visitado el lugar sólo una vez, cuando su abuelo lo había 'exigido', en su lecho de muerte. Aparentemente
se había sentido muy arrepentido por cómo habían ido las cosas y deseaba poder regresar y cambiarlas. La muerte
siempre tenía una manera de hacer que la gente se arrepintiera de un montón de cosas, y Severus esperaba que
cuando su tiempo finalmente terminara no estuviera lleno de arrepentimiento. Ese arrepentimiento le había
proporcionado una elegante mansión y una bóveda, las cuales no necesitaba, pero no era alguien que se cortara la
nariz para fastidiar su rostro... al menos no en este sentido.
No estaba dispuesto a permitir que el Ministerio o los Goblins pusieran sus manos en su propiedad familiar, incluso si
no hubiera podido soportar a un solo miembro de su propia familia.
"Señor, ¿puedo ayudarle?" preguntó una mujer, moviéndose para pararse frente a él, “¿Estás aquí para hacer
una consulta?”
“No, estoy aquí para preguntar sobre Harry Potter; Necesito hablar con él”, dijo Severus, mostrando su placa.
“¿Harry Potter?” dijo sin comprender, moviéndose hacia su asiento nuevamente, haciendo clic en el teclado mientras
buscaba a la persona que él buscaba.
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“Sí, fecha de nacimiento, treinta y uno de julio; Lo trasladaron aquí desde el Hospital Great Ormond Street en
noviembre de 1984”, afirmó Severus.
"Lo siento, no hay nadie aquí con ese nombre", admitió cuando no hubo ningún resultado para Harry Potter.
"Prueba con Dursley", ladró Severus, impaciente.
"Nada, señor", dijo, encogiéndose ligeramente.
Apretando los dientes, se obligó a no gritar y ordenó: "Entonces prueba con Evans". Sabía que Harry estaba allí,
y el hecho de que no pudieran encontrar su nombre era muy sospechoso.
“Nada en absoluto”, admitió la mujer.
Severus miró fijamente la pared preguntándose qué hacer. Sabía que Harry estaba allí, no había manera de que
hubieran confundido su nombre, ¿y seguramente Harry los habría corregido? “Gracias por su tiempo y ayuda”,
añadió antes de darse la vuelta y fingir que se iba. Tan pronto como su atención se desvió, él salió de la habitación,
se lanzó un hechizo de invisibilidad y silenciamiento y luego regresó al interior, siendo extremadamente cuidadoso.
Severus se deslizó por otra puerta, siguiendo hacia donde la varita le decía que fuera, para poder encontrar a
Harry Potter. Mientras continuaba, comenzó a sentir una sensación de hundimiento en la boca del estómago. Harry
no estaba en la parte principal del hospital; Nadie traería a un paciente aquí, ¿verdad? El chico estaba vivo,
obviamente, ya que la atracción no existiría si no lo estuviera.
Severus hizo una mueca cuando el agua goteó sobre su ropa. Secándose la humedad con dureza, miró a su
alrededor y entrecerró los ojos para ver algo. Aquí abajo estaba completamente oscuro. “¡Lumos!” llamó, y la
luz explotó desde la punta de su varita y se expandió por todas partes, iluminando toda el área mientras exploraba
más, siguiendo la guía de su varita. ¿Existía este lugar siquiera en los planos de planta? De alguna manera lo dudaba;
Estaba húmedo, frío y lúgubre, pero considerando todo, podría haber sido peor...
Era peor, pensó Severus: Harry Potter estaba en algún lugar aquí abajo.
Entonces la varita giró hacia la izquierda, deteniéndolo abruptamente. No, no en algún lugar; aquí, detrás de esa
puerta. El corazón de Severus latía con fuerza en su pecho; estaba realmente aterrorizado por lo que estaba a punto
de encontrar. ¿Harry padecía una enfermedad mental que no podía curarse? ¿Podría Poppy ayudarlo? ¿Y si nadie
pudiera? “¡Alohomora!” murmuró Severus en voz baja, y la puerta se abrió.
Severus empujó la puerta con el pie, abriéndola, dejando la mano de su varita libre mientras miraba a su
alrededor. Apretó con más fuerza su varita, como si esperara que algo volara hacia él.
La habitación estaba inquietantemente silenciosa; deslizándose más hacia adentro, vio pies debajo de una manta
en una cama, y luego, antes de darse cuenta, estaba parado al pie de la cama mirando hacia abajo.
A un Harry Potter inconsciente.
Atado a la cama.
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Retirando las mantas, Severus presionó sus dedos en el cuello del chico, asegurándose de que su pulso estuviera
estable. Con arcadas de disgusto ante la suciedad que encontró mientras su mirada recorría el cuerpo que tenía
delante, se alejó, horrorizado hasta la médula. Ningún mago merecía esto... no, ningún humano merecía esto, era indigno
y repugnante. Ni siquiera quería especular cuánto tiempo había estado Harry en sus propios excrementos y orina.
Moviendo su varita eliminó ambos, además de refrescar el aire.
“¡FAWKES!” demandó Severus; necesitaba a Albus Dumbledore, y lo necesitaba ahora. No se iría hasta que hubiera
matado a quien le estaba haciendo esto a Harry, pero también sabía que Harry necesitaba ayuda.
“¿Te pasa algo, Fawkes?” dijo Dumbledore, sonando sorprendido.
"Lo llamé", dijo Severus, mirando como Dumbledore iluminaba cada rincón de la habitación con un movimiento de su
dedo meñique. Entonces el viejo mago palideció cuando vio el casi esqueleto sobre la cama; sabía que sólo había una
razón por la que Severus podría haberlo traído aquí.
Por fin había encontrado a Harry Potter.
Y a pesar de todas las oraciones de Albus para que Harry estuviera bien, sano, feliz y poderoso... no parecía que sus
oraciones hubieran sido respondidas.
Notas finales del capítulo
Esto fue editado por Jake y Jordre. ¡Gracias!
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Descubriendo lo que estaba pasando
Mi protector oscuro
Capítulo 3
Descubriendo lo que estaba pasando
“Severus, ¿qué está pasando? ¿Por qué está aquí abajo? ¿Es así como los muggles tratan a los suyos?
preguntó Albus, mirando a su alrededor con horror. La cama era claramente una cama de hospital, no
se podía negar eso, y los armarios que rodeaban la habitación también delataban que se trataba de algún tipo
de hospital muggle. Le recordaba a la sección muggle de San Mungo, que se usaba principalmente para los
muggles que fueron maldecidos accidentalmente con magia, o los Squibs.
Incluso la parte muggle de San Mungo era más limpia, más cálida y simplemente... mejor que esto. La
habitación apestaba a cosas asquerosas que ni siquiera quería pensar en identificar; ¿donde estuvo el?
"Él no es de ellos", dijo Severus, apretando los dientes, Harry era uno de ellos, era mágico. El niño se
sintió absolutamente congelado ante su toque; Desabrochándose apresuradamente su capa, Severus le
lanzó un hechizo cálido y lo colocó sobre el adolescente inconsciente. No parecía tener quince años; querido
Merlín, ¿qué le habían hecho?
"¿Dónde estamos?" preguntó Albus, moviéndose hacia una puerta al otro lado de la habitación y
abriéndola para ver qué había más allá. Era otra habitación, ésta contenía una silla, una cama y jaulas que
estaban vacías. Su estómago se revolvió incómodo cuando los vio; sus ojos azules, a los que les faltaba el
brillo, se endurecieron con la ira que lentamente hervía bajo la superficie de su amable rostro. Se giró
para mirar a Severus, observándolo de cerca.
“Estamos bajo el Hospital Priory; su especialidad es ayudar con el cuidado de la salud mental. Harry fue
transferido aquí, pero alguien debe haberse asegurado de que cualquier registro de eso desapareciera. Si no
hubiera lanzado un hechizo de apuntarme, habría estado en otro callejón sin salida”, respondió Severus,
su tono ligeramente distraído mientras se movía con practicada facilidad. Un goteo intravenoso aseguraba que
Harry al menos tuviera fluidos en su sistema. Tenía muchas marcas de agujas en los brazos; ¿Por qué
tendrían que hacer eso, cuando ya había un lugar para poner lo que fuera que iba a entrar en él?
Ni siquiera quería pensar en eso, mientras continuaba buscando en el área inmediatamente alrededor
de la cama de Harry. Rápidamente encontró lo que el o los muggles le estaban metiendo al niño; Al leer las
etiquetas, comenzó a gruñir en voz baja. Deslizándolos en su bolsillo, Severus prometió analizarlos más tarde
y dejarle saber a Poppy lo que le habían dado a Harry.
"Alguien no quería que encontraran a Harry", afirmó Albus bruscamente, entendiendo lo que Severus estaba
diciendo sin que fuera necesaria más explicación.
“Se han tomado muchas molestias; la pregunta es… ¿por qué?” dijo Severus sombríamente. Sabía que
cualquier razón que tuvieran para esto... no sería suficiente. Los mataría por esto; Sería un asesinato por
piedad. ¿A cuántos más les habían hecho esto? Oh, se aseguraría de que supieran que habían hecho algo
incorrecto por atreverse a dañar a un mago.
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"Buena pregunta", murmuró Albus, alarmado. “¿Podemos llevarlo con Poppy?”
"Ni siquiera creo que sea una buena idea moverlo", admitió Severus con cautela, "Hay que moverlo, pero es
arriesgado de cualquier manera". Hizo una pausa para pensar en la situación por un momento antes de
decidir: “Translador y Aparición definitivamente serán demasiado agotadores para su sistema”. Severus, dejó que
sus ojos se dirigieran hacia los pies de la cama, donde Fawkes estaba observando todo atentamente. Como
si entendiera la pregunta no formulada, Fawkes trinó una melodía tranquilizadora que los hizo relajarse un
poco. El mago oscuro ni siquiera se atrevió a lanzar un 'Enervar' a Harry; Tal vez su corazón no fuera capaz de
soportar la tensión. Estaba tan delgado y drogado que el evidente abandono y maltrato debieron haber afectado su
corazón y otros órganos internos.
"Lo llevaré a la enfermería y le explicaré todo a Poppy", dijo Albus, mirando torpemente al chico de quince años.
Harry parecía como si fuera a romperse si lo levantaba.
“No la enfermería; eso garantizaría que la noticia de su hallazgo llegaría a Hogwarts en cinco minutos.
Veinte minutos más para que llegue a los padres, y otra media hora como máximo antes de que llegue al
Ministerio”, argumentó Severus. Si Fudge pusiera sus manos sobre Harry… no habría esperanza de
recuperación. Tenían que mantener esto lo más silencioso posible, no sólo hasta que descubrieran qué le
pasaba al niño, sino también cómo tratarlo y guiar a Harry hasta que superara la edad.
“Está bien, lo llevaré a mi oficina; al menos nadie podrá llegar hasta él allí”, dijo Albus, pero sabía que tendrían que
idear algo más permanente. "Volveré tan pronto como se lo diga a Poppy".
"¿Por qué?" preguntó Severus mientras quitaba la aguja del brazo de Harry, haciendo una mueca de disgusto ante
los métodos utilizados por los malditos muggles; agradeció a Merlín que las pociones fueran menos… invasivas.
Colocando su mano alrededor de la parte posterior del cuello del niño, levantó a Harry hasta sentarlo, arqueando
una ceja a lo largo de su cabello. No parecía que nadie lo hubiera cortado alguna vez, al menos no durante mucho
tiempo. Se deshizo de ese pensamiento. Al menos no tenía que preocuparse de que Harry pesara demasiado;
Pesaba casi nada, pensó mientras levantaba al niño de la cama por completo.
Albus se había movido alrededor de su lado de la cama para tomar al adolescente; ahora aceptó el precioso
cargamento, mientras la culpa lo devoraba vivo. Se sentía mal del estómago y no estaba seguro de cómo
logró contenerlo. Se giró para mirar a Severus, antes de responder con una voz que apenas reconoció como la
suya. “Sé lo que vas a hacer, Severus, y no voy a interponerme en tu camino. Tienes mi palabra."
Severus miró a Albus con sorpresa; este era un mago que probablemente nunca había violado la ley y siempre
le gustó tomar la salida pacífica. ¿Sin embargo, básicamente le estaba dando permiso para hacer lo que
quisiera con aquellos que habían lastimado a Harry? ¿Seguramente Albus sabía lo que estaba a punto de hacer?
Como desatar su lado mortífago contra el desprevenido muggle; finalmente todos los hechizos que había aprendido
serían utilizados correctamente. "Fawkes, vete". Trinando de nuevo, Fawkes extendió sus alas y aterrizó sobre
Albus, luego las llamas los consumieron a todos y desaparecieron.
Severus se movió por la habitación, inspeccionando el lugar más a fondo. Al abrir un mueble, la ráfaga de frío le
dijo que era un frigorífico; un estante de tubos en el interior llamó su atención. Severus se inclinó y los sacó; diez
tubos llenos de sangre... la sangre de Harry. ¿Que demonios? No podía entender nada de esto; ¿Por qué
estaba el chico aquí abajo para empezar? Sacudiendo su
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pensamientos, continuó su búsqueda. Encontró estantes adicionales de la sangre de Harry, así
como más viales de la medicina que había encontrado al lado de la cama. Sinceramente esperaba que
no los hubieran usado, ya que los medicamentos no deberían dejarse tirados así.
Los otros gabinetes solo contenían sábanas, batas de hospital, agujas, bolsas intravenosas y cosas
que parecían exclusivas para un ocupante: Harry. Lento pero seguro se dirigió a la siguiente
habitación, en la que había visto entrar a Albus durante unos segundos. Al entrar, miró a su alrededor,
sus ojos negros quemaban agujeros en todo como si pudiera entender milagrosamente cómo
alguien podía tratar a otro humano de esta manera. Ni siquiera el Señor Oscuro había hecho una mierda como esta.
Sí, mató, pero fue una muerte rápida e indolora... después de unas cuantas maldiciones Cruciatus si
estaba de mal humor, y peor si te descubrían como traidor a la causa.
¿Había hecho algo malo al volver al lado luminoso? Si este era un ejemplo de muggles...
realmente quería matarlos a todos y ahorrarles el dolor a los magos. Le hubiera gustado entrar en la
mente de Harry y ver qué había pasado, desafortunadamente no pudo. Harry ya había pasado por
demasiado y dudaba que su maldito cuerpo hubiera sido capaz de resistir un hechizo tan
invasivo usado contra él.
Dando un paso adelante, miró las jaulas vacías como si contuvieran pistas, pero no había nada
que mostrara lo que podría haber estado allí en algún momento. Sacudió la cabeza con irritación;
¿Había sido esto para otro paciente? ¿O simplemente algo que había estado aquí desde antes de
que trajeran a Harry aquí? Todo parecía lo suficientemente degradado como para que ese fuera el caso.
Inhalando profundamente, salió de la habitación y cerró la puerta. Lanzando un hechizo de ilusión para que
pareciera que Harry estaba en la habitación, Severus apagó la luz que Dumbledore había lanzado y se sentó
en la silla. Con un movimiento de su varita se hizo invisible y se dispuso a esperar. Tendrían que bajar
tarde o temprano y entonces él se enteraría de todo.
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Albus tropezó un poco antes de enderezarse. No estaba en su oficina; Fawkes lo había llevado a sus
habitaciones. Pensamiento inteligente; al menos así no necesitaría subir las escaleras con una carga
tan preciosa en sus brazos. Caminando hacia la habitación de invitados, por primera vez se sintió
agradecido por ella, a pesar de que nunca la había usado. Usó magia sin varita para abrir la puerta y
hacer que Harry entrara de manera segura sin tener que perder el tiempo tratando de abrir la puerta.
Colocando a Harry en la cama, el viejo mago murmuró un hechizo para evitar que se cayera, luego
rápidamente salió y se dirigió a la chimenea en el área de estar de su oficina.
“¡La oficina de Madame Pomfrey! ¡Hogwarts! Dijo Albus apresuradamente, arrojando el polvo a las
llamas y volviéndolas verdes. Se puso de rodillas, metió la cara en la chimenea y se encontró mirando
alrededor de la oficina de Poppy. Quería gritarle y gritarle, pero se contuvo. Sabía que Harry
necesitaba mucha atención ahora mismo y estaba aterrorizado de que lo hubieran encontrado
demasiado tarde. Las acciones de Severus lo habían vuelto extremadamente paranoico; Tenía la
necesidad de comprobarle el pulso a Harry y éste se hacía más fuerte a cada segundo. "¡AMAPOLA!"
Llamó más fuerte, incapaz de ocultar la urgencia en su tono.
“¿Albus? ¿Todo está bien?" preguntó Poppy, entrando a su oficina para mirarlo confundida.
Esto era nuevo; Albus rara vez la llamaba por red Flu y venía al hospital.
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ala en cualquier ocasión que hubiera un estudiante herido. Parecía extremadamente preocupado, lo que
la puso ansiosa; Albus no era alguien que sonara preocupado.
“Te necesito en mis habitaciones inmediatamente; Trae todo lo que puedas necesitar”, dijo Albus,
tratando de moderar su tono. "¡Rápidamente!" añadió antes de desaparecer.
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Poppy se quedó mirando la chimenea vacía durante unos segundos antes de que sus palabras penetraran en
su preocupada mente. “¡Bolsa de emergencia Accio!” gritó mientras rápidamente se recogía el cabello en un
moño hecho apresuradamente. Algo andaba mal, evidentemente, y debe ser malo para Albus no traer
a quienquiera que fuera donde estaban todos sus suministros.
"¡La oficina de Albus Dumbledore!" llamó Poppy, desapareciendo de su oficina, con el bolso agarrado a su
costado para mantenerlo a salvo del viaje lleno de baches a través de la red.
"¿Dónde?" preguntó Poppy mientras salía de la chimenea; a pesar de no tener puesto su uniforme, estaba muy
ocupada.
"Por aquí", dijo Albus, ya levantándose del suelo y mostrándole el paso a la habitación libre.
habitación.
“¡Querido Merlín!” gritó Poppy, vomitando ante el estado del adolescente. Acercándose a él, comenzó a realizar
un hechizo de diagnóstico. “¿Sabes qué medicación ha tomado? ¿Algo sobre su historia? Cuando se quitó la
capa tuvo que darse la vuelta, horrorizada hasta el fondo; ¿quién había hecho esto?
“Es Harry Potter, Poppy, y no se conoce su historia desde que tenía un año. Al menos ya ha recibido sus
golpes”. dijo Albus gravemente. “No tengo idea de lo que le han dado; Severus tiene las botellas.
“Necesito saberlo, pero no de inmediato”, dijo Poppy; Como siempre, Severus pensó en el futuro. "¿Dónde
está?" preguntó cuando se dio cuenta de que él no estaba allí.
"Él se quedó atrás", dijo Albus, subiendo la calefacción, manteniendo a Harry lo más caliente posible.
"Bien", dijo Poppy vengativamente. Ella conocía bien a Severus, y cuando se trataba de abuso infantil… él
perdía la cabeza. Después de haber sido abusado él mismo, aunque nunca hasta ese punto, se enojó mucho.
Por una vez, esperaba que Severus les diera un infierno y les hiciera arrepentirse de haberle hecho daño
a un niño. "Deberías regresar y evitar que vaya demasiado lejos".
"Me temo que prefiero unirme a detenerlo, Poppy", admitió Albus, con sus ojos azules llenos de fuego. "Y
realmente dudo que pueda detenerlo en cualquier caso".
Poppy se sorprendió bastante por eso, pero no dudó más. Se enderezó, puso su bolso a los pies de la cama y
rápidamente comenzó a buscarlo. Honestamente, no sabía por dónde empezar, pero conseguir un poco de
la nutrición que le había faltado fue un buen comienzo. Necesitaría mucho antes de ser considerado
saludable. Podía ver cada uno de sus huesos; Era realmente horrible y había visto muchas cosas como
sanadora. Ella
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estaba segura de que podría ayudarlo; todo lo que se necesitaría era una dieta estricta y mucho descanso.
Sabía que se estaba adelantando a sí misma y que esto no iba a ser una solución fácil. ¿Quién sabía
cuánto tiempo había estado así Harry y cómo se las había arreglado para llegar a estar así? Finalmente miró
los resultados del diagnóstico y siseó en voz baja.
Agarrando apresuradamente dos reabastecedores de sangre, los introdujo en su sistema, rezando para que
funcionaran rápidamente. No sabía cómo seguía vivo; fue desconcertante. El daño causado a sus órganos
internos por la falta de sangre fue, francamente, sorprendentemente horrible.
Albus la vio ir a trabajar, deletreándole varias pociones. Sus sentimientos de culpa estaban alcanzando
proporciones épicas; ¿Por qué no había escuchado a Minerva y Severus? Lamentablemente, no había nada
más que pudiera haber hecho; Si el niño se hubiera quedado en el mundo mágico, cualquiera podría
haberlo adoptado, incluidos algunos personajes poco atractivos. Su padrino y guardián mágico había sido
arrestado; sus padres se habían ido; los Dursley habían sido la única familia que le quedaba. Hasta que
Harry cumplió once años, no había nada que pudiera hacer; tenía las manos atadas. Una vez que los
estudiantes aceptaron venir a Hogwarts, se los agregó automáticamente como un "pupilo mágico" a su
Jefe de Casa.
Tenía que salir de aquí; No podía seguir mirando a Harry o explotaría.
“Regresaré lo antes posible, Poppy; ¿Confío en que permanecerás aquí con él? preguntó Albus. No quería
a Harry solo; había estado demasiado solo en su vida. Temblando de nuevo, Dumbledore pensó en el
asqueroso pozo en el que lo habían encontrado... y al que regresaba.
"¡Por supuesto!" exclamó en voz alta en estado de shock, como si fuera a dejar al adolescente solo en un
entorno desconocido.
"Gracias, Poppy", dijo Albus, sin mirar en su dirección. ¿Esta culpa desaparecería alguna vez?
Desgraciadamente, la culpa le era algo familiar; había estado cargado con eso toda su vida. Sin embargo,
no creía que alguna vez se libraría de esa culpa; Rezó para que Harry pudiera perdonarlo por intentar darle
una vida normal... una vida segura, lejos del mundo mágico y de los Mortífagos.
“¿Fawkes?” ordenó Albus, y sin necesidad de decir nada el Fénix lo transportó de regreso a la húmeda
habitación.
“¿Severo?” llamó Albus, iluminando la habitación con confusión. "¿Qué estás haciendo?" ¿Por qué había un
glamour de Harry en la cama? ¿No había sido suficientemente torturado al ver la realidad?
"Espera." dijo fríamente la voz incorpórea de Severus.
"¿En la oscuridad?" 'Y frío' pensó Albus, mirando el área general donde podía sentir a Severus y por
supuesto de dónde había sonado su voz.
“La mejor manera de sorprenderlos; No puedo dejar que se ejecuten, ¿verdad? respondió Severus con
dureza, girando su varita.
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"De hecho", murmuró Albus, "¿Qué te hace pensar que vendrán aquí hoy?"
“Teniendo en cuenta que estaba drogado, deben venir cada nueve o doce horas. Depende de qué tan
fuerte sea”, respondió Severus. “No estoy lo suficientemente familiarizado con estas drogas muggles como
para saberlo con certeza. Estarán aquí”. Y entonces empezará la verdadera diversión, añadió para
sí. Después de obtener toda la información que necesitaba de ellos, por supuesto.
Sacando su varita, el viejo director creó una silla antes de sentarse junto a Severus; Las luces desaparecieron
abruptamente.
“Debería haberte escuchado, Severus. ¿Qué he hecho?" murmuró Albus, la culpa y la vergüenza
cubriendo su voz.
“Por muy omnipotente que te guste pensar, como le gusta pensar al mundo mágico, no eres más que un
hombre; no se podía predecir el resultado”, se burló Severus. “No es culpa tuya que los Dursley fueran
sorprendidos malversando, aunque por lo que pude entender de la mente de la enfermera, Harry no estaba
en buena forma cuando la policía llamó a la puerta. Habría muerto bajo su cuidado; No sé cuál prefiero
en este momento… sólo el tiempo lo dirá”.
"Gracias por la charla de ánimo", murmuró Albus, recordándose a sí mismo que no debía venir con
Severus si quería sentirse mejor... pero claro, ya lo sabía.
"No doy charlas de ánimo", criticó Severus; no obstante, sus labios se torcieron divertidos.
"Claramente", dijo Albus, irónicamente.
El tiempo parecía pasar muy lentamente; No se oía nada más que el goteo del agua.
"Severus, ¿tal vez deberíamos simplemente poner una alerta en la habitación y luego regresar cuando
suene?" sugirió Albus. Quería volver a Hogwarts y necesitaba saber que Harry estaba bien. Cualquier cosa
podría haber sucedido durante el tiempo que estuvieron fuera; sentía como si hubiera estado allí durante
días, aunque el gruñido en su estómago indicaba que probablemente era justo después del almuerzo o casi
la cena.
"No me iré", dijo Severus. Tenía mucha frustración reprimida que desahogar y no lo estaba haciendo en
Hogwarts. No es que pudiera, ya que no había nadie allí; no había estudiantes rebeldes a quienes quitarles
puntos, y los profesores honestamente no merecían su ira, que empeoraba con cada minuto que pasaba.
"Muy bien", admitió Albus, no estaba dispuesto a dejar a Severus solo. "Quizás deberíamos conseguir
un elfo doméstico para que b­"
"Silencio", ordenó Severus, colocando su mano sobre el hombro de Dumbledore mientras escuchaba;
habría jurado que había oído pasos.
Albus se levantó abruptamente. Él también podía oírlos, y asintió a pesar de que Severus no podía verlo...
ni podía ver a Severus, llegado a eso. Sintiendo la creciente ira en su Maestro de Pociones, se preguntó
brevemente si quería estar allí. Saber que Severus había sido un
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Mortífago era una cosa... ¿pero verlo de primera mano? Había visto lo suficiente durante la guerra como para toda
la vida.
Cuando la puerta se abrió, Albus no pudo evitar sorprenderse; Era una mujer pequeña y delicada.
No sabía por qué, pero esperaba un monstruo de aspecto malvado. ¿Quién podría culparlo? Los magos que
terminaron siendo malvados tenían una tendencia a parecer deformes... o parecidos a serpientes.
Voldemort fue un excelente ejemplo. Saliendo de sus pensamientos, la vio moverse hacia la cama con una jeringa,
pero antes de que pudiera dar un paso más escuchó a Severus murmurar tan suavemente que le costó un
segundo entender lo que había hecho. Teniendo en cuenta que no estaba gritando, no hacía falta ser un
genio para darse cuenta de que le había lanzado 'Legilimens'.
"Albus", ahogó a Severus, "Asegúrate de obtener toda la sangre de Harry".
“¿Severo?” preguntó Albus alarmado; No podía decidir si Severus estaba ahogado por la furia o por el miedo puro.
"Ella ha estado tratando de entender su magia, inyectando su sangre en animales y personas", dijo Severus,
jadeando peligrosamente. Bueno, ahora sabía lo que hacía la sangre mágica si se transfundía a un muggle. Sus
cuerpos no pudieron soportarlo y literalmente terminaron explotando. Considerando que había visto mucho, eso
fue lo más espantoso que jamás había experimentado. Para colmo, un niño ―Harry― había visto lo sucedido;
¿Había siquiera una pequeña posibilidad de que estuviera cuerdo después de esto?
"Pero los muggles no pueden..." Albus ni siquiera logró terminar el pensamiento, o no quiso terminarlo.
“¡Crucio!” gruñó Severus, observando su agonía con placer vengativo.
“¡Silencio!” cantó Albus, moviéndose rápidamente por la habitación. Al encontrar el primer armario lleno, se quitó
la capa y la transfiguró hábilmente en una bolsa. Lo arrojó todo dentro y revisó cada cajón, armario y archivador,
llevándoselo todo, sin correr el riesgo de que se quedara nada. Una vez que ese lado estuvo hecho, se movió
hacia el otro lado de la habitación, evitando al muggle que se retorcía, quien obviamente sabía sobre magia.
No podía salir viva de la habitación para compartir este conocimiento. Con la mirada que Severus estaba
exhibiendo (ahora era visible, Albus lo notó distraídamente) no pensó que eso fuera a ser un problema.
Recordando la segunda habitación, Dumbledore se dirigió hacia ella, buscando otras salidas o gabinetes. No
podían permitirse el lujo de dejar nada relacionado con la magia aquí abajo, era demasiado arriesgado. ¿Esto
había sucedido porque Harry era mágico? ¿Porque lo había visto haciendo magia accidental? ¿Por qué no
había investigado el Escuadrón Mágico Accidental?
Severus caminó hacia la mujer, que todavía estaba temblando a pesar de que la maldición había sido levantada;
se arrodilló hacia ella y tiró de su cabeza para mirarlo por el cabello.
“¿Quieres magia? Aquí hay algo de magia”, escupió Severus, maldiciéndola de nuevo, observando cómo
pequeños puntos comenzaban a aparecer por toda ella, de la cabeza a los pies, como si cientos y cientos de
pequeñas agujas la estuvieran atravesando. Él la soltó mientras ella gritaba de nuevo, tirando los mechones de
cabello que habían quedado atrapados en sus dedos mientras ella se retorcía en agonía.
“¡Basta, basta, basta, basta!” gritó, sintiendo como si la estuvieran devorando viva.
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“¿Te detuviste cuando un niño indefenso te lo suplicó?” gruñó Severus, “¿Un niño al que juré proteger?
¡Nunca más volverás a tener en tus manos a otro niño! No podía arriesgarse a que ella pusiera sus manos
sobre un niño nacido de muggles, ella ya había lastimado a alguien. Merlín, medio quería entregársela
personalmente a Voldemort y dejar que él la matara. Habría funcionado... si el Señor Oscuro hubiera estado
vivo.
“¡Sectumsempra!” El grito impío que penetró en sus oídos ni siquiera le hizo temblar.
Observó cómo la luz se desvanecía lentamente de sus ojos mientras ella jadeaba, la sangre saturaba su
ropa y se extendía por el suelo mientras se desangraba. Al final se puso tan pálida como las sábanas y
los latidos erráticos de su corazón cesaron por completo. Había sido una muerte demasiado buena para
ella, pero él no podía quedarse aquí y torturarla para siempre... ¿o sí? No, le estaba entrando
hambre.
"Tenemos que irnos", dijo Albus, regresando a la primera habitación una vez que por fin se hizo el
silencio. No había podido mirar... pero tampoco intentó detener a Severus, sabiendo que ella tenía que ser
silenciada. Se negó a mirar a la mujer muerta en el suelo; no quería sentir lástima por ella. "Supongo
que ella no tuvo ningún... ¿cómplices?"
"No", afirmó Severus con calma, limpiando la sangre con un movimiento de su varita. "Todos los demás
que estuvieron involucrados están muertos... gracias a ella". Había salvado a muchas personas que
literalmente habrían explotado, en la misma habitación en la que Albus acababa de estar hace unos
momentos. Después de cada muerte, la repugnante mujer simplemente limpiaba el lugar y no les daba
ningún tipo de entierro. De hecho, eso le dio a Severus una buena idea. “¡Wingardium Leviosa!”
cantó Severus, moviendo el cuerpo hacia la siguiente habitación. "Necesito que levites algo", murmuró
mientras pasaba junto al hombre mayor.
Albus lo siguió con cautela, pero una mirada al suelo le hizo darse cuenta de lo que necesitaba.
“¡Wingardium Leviosa!” Albus señaló la cubierta del túnel de drenaje. Apartó la nariz ante el olor que
emanaba de allí. Captó un tinte rojo por el rabillo del ojo; ¿Era eso sangre? A su alrededor había
grandes cantidades esparcidas, como si lo hubieran utilizado como vertedero. El chapoteo del agua lo
alertó sobre el hecho de que Severus acababa de dejarla caer, dejando que los hilos de su magia
se alejaran de ella. Cerrando los ojos, Albus no podía creer a lo que se había visto reducido. Durante
años les había dicho a todos que no había que temer a los muggles.
Lo estaban obligando de la manera más despreciable a reevaluar el trabajo de su vida.
"¿Has recogido todo?" preguntó Severus, como si no acabara de cometer un asesinato.
"Sí", respondió Albus, mirando hacia la puerta. Medio quería olvidar lo que había sucedido en su
mente. “¿Dejó información en algún otro lugar? ¿Su oficina? ¿Su casa?"
"No, nada", afirmó Severus, "vámonos". Dicho esto, se apareció desde esta sombría y oscura habitación
de hospital subterránea hasta las puertas de Hogwarts. No estaba completamente libre de su ira, pero la
mayoría había sido desangrada gracias a la Maldición Cruciatus. No lo había usado en años... casi quince
años, para ser exactos. Esa mujer había sacado a relucir su maldad, pero no era como si pudiera
entregarla al Ministerio y decirles que había estado torturando a un niño mágico. Querrían saber por qué y
quién; nadie podía saber que Harry había regresado hasta los diecisiete años. Si tenían alguna esperanza
de curarlo, tenían que hacerlo ellos, no el Ministerio... quienes lo dejarían como estaba y lo usarían para
elevar su propio sentido de importancia personal.
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Un pop lo hizo darse la vuelta para ver que Albus había aparecido detrás de él.
“¿Qué les vas a decir a los demás?” preguntó Severus dándose la vuelta.
"Sólo lo que necesitan saber", respondió Albus.
"Bien", dijo Severus, contento de que estuvieran de acuerdo. "¿Dónde está?" Quería hablar con Poppy,
especialmente sobre los medicamentos que habían encontrado.
"Mi habitación, sólo temporalmente, por supuesto", murmuró Albus. “Está en mi habitación de invitados;
Poppy está con él”.
Severus asintió brevemente y siguió a su director al interior de la escuela una vez más.
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Capítulo 4
Mi protector oscuro
Capítulo 4
El comienzo de la curación
“¿Qué le pasa a su piel?” preguntó Albus, horrorizado al ver el estado de su espalda cuando apareció ante su
vista. Había estado observando a Severus y Poppy trabajar juntos, colocando cuidadosamente al adolescente
en una posición diferente como si tuvieran miedo de doblegarlo.
Lo cual entendió completamente; Harry parecía como si un solo movimiento en falso fuera a destrozarlo por completo.
Su espalda estaba negra, llena de ampollas; la piel se estaba despegando. Parecía muy irritado e inflamado y tenía
un agujero en la espalda. El área estaba cubierta de diferentes colores, todos en distintos niveles de rojo donde no
había oscuridad. Había un extraño color amarillo en el medio de la llaga. Se arrepintió de haber mirado
inmediatamente, ya que se dio cuenta de que no era una infección… eran los huesos del niño.
“Sufre de úlceras de decúbito, más comúnmente conocidas como llagas de decúbito”, respondió Poppy. El peor
estaba sobre su espalda; también tenía uno en la base de la columna que se extendía hasta las nalgas, así como
algunos en la parte posterior de los talones. Nunca había visto nada tan malo en toda su carrera; Ni siquiera los que
estaban en el pabellón de larga estancia de San Mungo los tenían así.
Cuando esos pacientes comenzaron a mostrar signos, fueron tratados inmediatamente, no dejados así.
Esto fue absolutamente horrible; cuando los vio quiso golpear algo o alguien. Eso explicaba el olor, que era bastante
malo. Las llagas pueden ser fatales; era sólo la magia innata de Harry la que lo mantenía vivo, manteniéndolo luchando
contra la infección. Las úlceras podrían haber comenzado a aparecer diez meses después del cautiverio de Harry;
No tenía idea de cuánto tiempo había sido descuidado de esa manera, pero a juzgar por el estado de ellos... fue
mucho tiempo.
años, incluso.
Severus se puso los guantes esterilizados y tomó una gran cantidad de ungüento del frasco al lado de la cama. Sólo
entonces comenzó a frotarlo, teniendo que evitar, francamente, sentirse mareado. Había visto muchas cosas como
Mortífago, pero este era otro juego de pelota completamente diferente. Respirando profundamente, continuó
frotándolo, incluso hasta el cráter en la espalda de Harry. Ayudaría a prevenir cualquier infección mientras sana.
Recogiendo más, rápidamente frotó el resto del ungüento en la herida, pero suavemente, para no lastimar más a
Harry.
"Aquí tienes", dijo Poppy, entregándole el trozo de algodón, cortado al tamaño de la herida.
Severus lo tomó mientras Poppy mantenía a Harry en una posición que le hacía más fácil hacer esto. Tenían que
mantener todo sumamente limpio; la más mínima infección podía ser fatal, ya que su sistema inmunológico
era básicamente inexistente. Hecho esto, le envolvió una gasa, manteniendo la zona esterilizada y limpia, y por
supuesto para evitar que la lana se cayera de la herida. Tenía que sanar de adentro hacia afuera, era vital que eso
sucediera primero. y este también fue solo el primero de ellos; tenía otros tres que atender.
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"Ese es el primero que se hace", le dijo Severus a Poppy, quien lo colocó más sobre su costado y empujó más
las mantas hacia abajo, mostrando el otro en la base de su cóccix. Poppy colocó la gasa y el algodón al pie
de la cama, al alcance de Severus. Repitió sus acciones, extendiendo el ungüento en una capa espesa, antes
de que el algodón se asentara en su lugar y se aplicara la gasa.
Albus se dio la vuelta, incapaz de mirar; Esta era la cosa más horrible que jamás había visto. ¿Por qué lo había
hecho? Severus aún no había hablado de lo que había visto en su mente; una parte de él no quería saberlo
porque sabía que, fuera lo que fuese, nunca sería una razón suficiente para haber descuidado a un niño.
Levantándose, salió de su habitación de invitados y tocó el timbre de la chimenea.
"¿Qué puede regalarle Izzy al director Dumbledore?" preguntó el elfo doméstico que respondía a la llamada.
"Tres comidas por favor, y algo... sopa, y tal vez leche", dijo Albus, no estaba seguro de si Harry podría comer algo
de eso. Afortunadamente, entre Severus y Poppy estaban bien cubiertos en cualquier cosa que Harry pudiera
necesitar. Poppy era la mejor en su campo; por eso había estado tan ansioso por tenerla en Hogwarts. Severus
tenía un gran conocimiento de las medicinas y pociones tanto muggles como mágicas, aunque no parecía saber
cuáles eran las drogas muggles que la mujer le estaba dando a Harry.
Le había pedido a Fawkes que fuera con Minerva, que tenía contactos en el mundo muggle, y con suerte encontraría
un libro que les dijera todo lo que querían saber. Aún no había regresado, pero sólo había pasado aproximadamente
media hora desde que Fawkes desapareció. El sonido de la partida del elfo doméstico lo sacó de sus pensamientos.
“¿Por qué te escondes aquí?” demandó Severus, mientras salía del dormitorio, mirando pensativamente a
Dumbledore. Podía ver la repugnante culpa que rodeaba al viejo mago. No había visto tanta culpa en el
anciano desde que Lily y James Potter habían muerto; había sentido como si les hubiera fallado. La verdad era que
habían elegido al mago equivocado al que confiarle sus vidas, y habían pagado por ello, al final. Severus sabía
que en realidad no era tan simple como le gustaba intentar entender; Lily había sido la única persona en el
mundo que le importaba, incluso después de que ella le dio la espalda a su amistad.
"Sólo estaba trayendo algo de comer... ¿hay algo que Harry pueda comer?" preguntó Albus.
"Papilla; agregue miel y aceite, tal vez algunos trozos pequeños de fruta. Dudo que pueda comerlos, pero hay
bondades incluso en los jugos”, dijo Severus de inmediato. “Una cucharada de azúcar, pero no mucha; Necesita
alimentos extremadamente blandos, ya que necesita desarrollar una vez más su tolerancia a los alimentos”.
"¿Tolerancia?" repitió Albus.
“Existe la posibilidad de que vuelva a vomitar la comida; sufre desnutrición crónica severa, como lo
demuestran las manchas oscuras en su piel, su estómago hinchado y, por supuesto, la hinchazón de sus ojos y
tobillos”, explicó Severus. Ese no era el único problema potencial ―había muchas posibilidades de que
tuviera diarrea―, pero no quería hablar de eso. Se ocuparían de ello cuando sucediera. Poppy ya había colocado
una sábana de plástico en la mitad inferior de la cama, para no tener que cambiar las sábanas.
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“¿Qué más necesita?” preguntó Albus, queriendo saber todo lo que pudiera para ayudar.
“¿Por su desnutrición? Comida, bebida; necesita estar caliente en todo momento y, por supuesto, las pociones nutritivas
con las que ya le hemos empezado a tomar”, respondió Severus, con tono sombrío.
"¿Por qué lo hizo, Severus?" preguntó Dumbledore lastimeramente.
"Ya sabes por qué, Albus", le dijo Severus lacónicamente. No quería ni pensar en lo que había visto en la cabeza de esa
mujer, mucho menos hablar de ello.
“Severus…Harry parece tener algo de hinchazón en la garganta; No puedo encontrar una causa para esto”, dijo Poppy,
saliendo de la habitación y mirándolos con cautela.
"Sonda de alimentación", soltó Severus, "Cuando podría molestarla". Se podían dejar puestos, pero ella se los quitaba
cada vez... para sentirse más en control; para hacerle ver a Harry que ella tenía el control.
“Pero se pueden guardar… ¿lo quitaste?” preguntó Poppy confundida.
"No, ella se lo quitó, le gustó el poder que obtuvo cuando escondió a Harry allí, el poder de saber que podía dejarlo
allí para que muriera", hizo una mueca Severus, frunciendo el ceño ante el pensamiento. "A ella tampoco le gustaba
limpiar lo que ensucia... así que le dio lo mínimo".
Poppy se tapó la boca con la mano y ¿éste era un sanador? ¿O como los muggles llamaban a sus curanderos: un
médico? Quería desesperadamente gritar y enfurecerse. Pero ella no podía; Harry la necesitaba más de lo que ella
necesitaba para desahogarse... bueno, era técnicamente cierto, pero sentía la necesidad de gritar ante la injusticia que
Harry se había visto obligado a sufrir.
“¿Cuándo empezó a sedarlo?” preguntó Albus, sentándose, haciendo un gesto para que los demás hicieran lo mismo.
Izzy regresó con su comida, y bendita sea, pensó Albus, había una fuente con café, leche y todos los demás elementos
esenciales. Tenía hambre, pero no creía que su estómago pudiera retener la comida; todavía estaba agitado gracias a las
imágenes plantadas para siempre en su mente. Para empeorar las cosas, se sentía extremadamente extraño al tener a
Severus y Poppy en sus habitaciones. Ninguno de sus profesores había estado nunca aquí; era su lugar privado. También
estaba presente una jarra de leche fría; Severus no había dicho nada al respecto así que esperaba que todo estuviera
bien.
"Trae una jarra de agua y una cuchara, así como un frasco de sal y azúcar", dijo Severus secamente, hablando con el
elfo doméstico. “Además de gachas recién hechas, rociadas con miel, aceite, azúcar y unos trocitos pequeños de fresa;
deja que los jugos se mezclen”.
“Sí, señor”, dijo Izzy, inclinándose profundamente antes de desaparecer inmediatamente.
"¿Sal?" preguntó Albus.
“Hidrata; Cuando la deshidratación es causada por diarrea, se necesita una pequeña cantidad de agua salada,
además de agua azucarada. El agua azucarada es necesaria para dar energía a los pacientes”. Fue Poppy quien le
informó a Albus esta vez.
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"Ya veo", respondió Albus, asintiendo con la cabeza en comprensión. "Severus, ¿cuándo empezó ella a
sedarlo?" Repitió su pregunta anterior antes de que fueran interrumpidos.
“Creo que unas pocas semanas después de llevarlo allí. Es difícil descifrar los días, pero él siguió usando su
magia con ella; eventualmente se dio cuenta de que no actuaba mal cuando él estaba inconsciente”, afirmó
Severus bruscamente. No quería hablar de eso. "Colocaré los recuerdos en un pensadero, entonces
podrás verlos".
Albus parecía angustiado ante la sola idea de tener que ver los recuerdos, pero tal vez se lo merecía
para recordarle sus fracasos.
Poppy agarró un plato y comió un poco de su comida, notando que Severus hacía lo mismo; Esta noche no
dormiría nada, por lo que necesitaría toda la energía que pudiera obtener comiendo. Tenía tantas
preguntas dando vueltas en su cabeza, como por qué Harry había sido llevado a un hospital por
enfermedades mentales: ¿había algo mal con él? ¿Estaría siquiera cuerdo cuando despertara? ¿O tendrían
que confinarle en cama por su propio bien? Rezó para que ese no fuera el caso; Después de cómo lo
habían tratado estos últimos años, definitivamente NO era algo que se mereciera. Aquí conseguiría todo lo
que necesitaba, al menos eso esperaba; si no, San Mungo definitivamente lo ayudaría. Sin embargo, ese sería
un último recurso, y rezó para que Merlín no sucediera.
“¿Crees que podría conseguir su expediente médico? Me gustaría saber por qué lo estaban transfiriendo a...
Priory, ¿no? se preguntó Poppy, después de tragar la comida apresuradamente, cuando Severus asintió.
"Sí, Priorato".
"Necesitarías mostrar tus credenciales médicas, pero sí, no veo por qué no pudiste obtenerlas", dijo Severus;
ni siquiera había pensado en eso.
Fawkes apareció en la habitación, gorjeando suavemente mientras dejaba caer un paquete sobre su dueño
antes de abalanzarse sobre su posición y comenzar a beber con avidez el agua que había en el cuenco para
él. Trinó un poco más, una melodía tranquilizadora que relajó un poco a los ocupantes de la habitación.
"Finalmente", murmuró Albus, abriendo el paquete para encontrar el enorme libro muggle dentro y una larga
carta de Minerva. Ni siquiera necesitaba leerlo; sin duda tenía mucha curiosidad y quería saber qué estaba
pasando y POR QUÉ lo necesitaban. Su forma animaga había sido realmente apropiada; afortunadamente
su curiosidad no mató al gato. Le pasó el libro a Severus, quien comenzó a hojearlo, su comida ya olvidada.
"Haloperidol, o Haldol, es un medicamento antipsicótico utilizado en el tratamiento de la
esquizofrenia, psicosis aguda, manía, delirio, tics en el síndrome de Tourette, coreas, náuseas y vómitos en
cuidados paliativos, hipo intratable, agitación y ansiedad severa", dijo Severus como lo leyó.
“¿Antipsicótico? Eso no suena bien”. dijo Albus, sus ojos azules ensombrecidos por un dolor amargo.
“La quetiapina también es un antipsicótico”, reveló Severus con tono sombrío.
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“¿Existe la posibilidad de que simplemente se lo estuviera dando porque estaba allí?” preguntó Albus desesperadamente.
"No lo sabremos hasta que despierte", dijo Poppy, "será algo que debemos determinar por nuestra cuenta".
"Los efectos secundarios de la exposición prolongada a esos medicamentos son... alarmantes por decir lo menos", dijo
Severus. Si no fueran mágicos, habría arruinado la vida de Harry.
"¿Cómo es eso?" ­Preguntó Poppy alarmada.
"La corteza cerebral a menudo sufre daños irreparables debido a esto, al menos para los muggles que no tienen nuestras
habilidades", dijo Severus sombríamente. "Considerando que ha estado allí desde que tenía cuatro años... han pasado casi
once años".
Albus tragó saliva, sabía de qué era responsable la corteza cerebral: memoria, atención, conciencia situacional,
pensamiento, lenguaje y conciencia. “¿Cómo podemos solucionarlo?” él graznó. Izzy colocó los elementos requeridos
sobre la mesa antes de desaparecer nuevamente, sintiendo lo sombrío de la conversación a su alrededor.
“Un régimen de poción diario. Se puede añadir a los demás; No interferirá”, dijo Severus, “pero tendré que comprobarlo para
estar seguro. Definitivamente no es una poción que tengamos por ahí. No recibirá las pociones inferiores de San Mungo;
Lo prepararé yo mismo”. No le importaba que tardara más de siete horas en prepararse.
"De todos modos hay que prepararlo fresco", señaló Poppy. Sabía que se degradaba rápidamente y sólo duraba quince
días como máximo, si recordaba correctamente. “Disculpe”, dijo levantándose, llevándose la jarra de agua, la sal y el
azúcar, además de la cuchara.
“Terminaré en un momento”, dijo Severus, todavía leyendo el libro. Tendría que agradecer a Minerva por su rapidez. Sólo había
pasado una hora como mucho; Considerando que vivía en Hogsmeade, debió haber sido muy rápida y eficiente. No
había duda de que estaba regresando a Hogwarts; Tenía demasiada curiosidad para su propio bien. No todos los días
un colega te pedía un libro muggle que tratara sobre las drogas muggles.
“¿Le devolveré la sopa?” Preguntó Dumbledore, dándose cuenta de que probablemente no lo comerían ahora que se había
ordenado algo más... relleno. La sopa simplemente no serviría, al menos en lo que respecta a la desnutrición. Las gachas con
aceite, miel y azúcar no sonaban nada atractivas, pero debían ser buenas para Harry si Poppy y Severus lo habían sugerido.
“Sí, aunque la sopa puede ser una buena idea, especialmente la de verduras, ya que necesitará muchas verduras en
los próximos meses, en este momento será demasiado rica para su organismo. Simplemente estaría garantizado que
mostraría una reaparición”, afirmó Severus. Se puso de pie y llevó las gachas al dormitorio. Las cosas pintaban un
poco mejor, aunque las apariencias engañaran. “Yo sugeriría el azúcar primero; Estaba tomando solución salina por vía
intravenosa cuando lo encontramos”. La solución salina era agua salada, la misma que se encontraba en el cuerpo y
generalmente era para pacientes que no podían tomar nada por vía oral... pero las personas mágicas no tenían ese problema.
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“Ya veo”, dijo Poppy, conjurando otro vaso y vertiendo un poco de agua con una pequeña cantidad de azúcar. Era
agua a temperatura ambiente, para evitar que el sistema de Harry reaccionara al impacto del agua fría. “Debería
despertarse pronto, eso si puede; Creo que las drogas casi estarán fuera de su sistema”.
"Sí, lo hará", respondió Severus casi huecamente. Lo temía con cada fibra de su ser; no quería ver esto, preferiría
meterse dentro de las llagas de Harry. Bueno, podría estar exagerando las cosas, pero de todos modos
estaba aterrorizado de que lo que Harry había visto cuando era niño lo hubiera roto, lo hubiera astillado en mil
pedazos para que ni siquiera un gran mago y bruja como él y Poppy pudieran recomponerlo. . Lo había repugnado
hasta la médula, ver lo que ella le había hecho a los muggles tratando de darles magia, y eso fue sólo una mirada
superficial. Harry había estado viviendo la pesadilla. Le resultaba difícil admitirlo, pero con Poppy no había
necesidad de fingir. Ella lo conocía; ella sabía cuánto le molestaba esto sin escuchar su voz o la tensión en ella.
"Tenemos que ser positivos, Severus, debemos hacerlo", dijo Poppy, agarrando su codo en señal de apoyo moral.
“Sé que debemos hacerlo, pero no es fácil. Soy un mago con el caldero medio vacío, como bien sabes”, dijo Severus,
con un tono ligeramente apagado. Pensó lo peor de cada situación; le impedía sorprenderse o decepcionarse,
cualquiera que fuera el caso.
"¿Deberíamos darle esto mágicamente?" preguntó Poppy, refiriéndose, por supuesto, a las gachas que
Severus todavía tenía en la mano.
"Sólo una cucharada a la vez, sugeriría, tal vez una cada veinte minutos, para permitir que su cuerpo se acostumbre
al sustento", respondió Severus, pensativo.
"¿Tanto tiempo entre ellos?" afirmó Poppy. A ella no le gustó eso, pero se remitió a la experiencia de Severus;
nunca antes había tratado tan mal a un paciente.
"Si le damos demasiado, su cuerpo lo rechazará, como sabes", dijo Severus.
"Está bien", estuvo de acuerdo Poppy, deletreando una pequeña cantidad en su estómago. Al menos ahora
no estaba tomando pociones con el estómago completamente vacío... lo cual no era muy agradable. “¿Qué tal una
poción contra las náuseas? ¿Podríamos mezclar uno con la papilla? Luego preguntó, dándose cuenta de que
eso sólo podría ayudar.
"En realidad, es una muy buena idea". dijo Severus dando su aprobación.
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Capítulo 5
Mi protector oscuro
Capítulo 5
Albus Dumbledore aterrizó con un golpe, sus costillas golpeando dolorosamente contra el costado de su
escritorio mientras salía del pensadero. Su rostro estaba pálido, sus ojos estaban llenos de un horror que
no debería ser posible en un hombre que había visto dos guerras. Sin embargo, no se podía negar, ya que
era evidente que estaba allí. Albus buscó ciegamente su asiento; una vez que lo encontró se sentó,
abriendo y cerrando la boca sin decir palabra, incapaz de formular una sola respuesta.
"¿Necesitas un trago calmante?" preguntó Severus, sus ojos se encontraron con los del director, llenos
de comprensión y dolor. Sabía lo que el director había visto porque había puesto esos recuerdos en el
pensadero. Tenía que vivir con ello cada minuto del día, literalmente; Desde que había asaltado la
mente de esa mujer repugnante, aún no había dormido más de unos segundos en un momento en el que
accidentalmente se quedó dormido.
"Estaré bien", dijo Albus con voz áspera, agarrando la jarra y el vaso mientras se servía un poco de
agua. Se lo tragó lo más rápido posible mientras recuperaba el rumbo, tratando de darle sentido a las
acciones de la despreciable mujer.
"¿Está seguro?" Severus entonces preguntó; El director parecía estar a punto de enfermarse
espectacularmente.
Albus asintió sombríamente; estaba agradecido de haber tomado una poción calmante para el estómago
y un trago calmante antes de ir a ver el recuerdo. Por supuesto, había sido sugerencia de Severus y, como
siempre, él sabía lo que era mejor. Suspirando suavemente, el viejo mago cerró los ojos,
masajeándose las sienes; No se oía nada más que el suave girar de los instrumentos sobre el escritorio.
Incluso los retratos estaban silenciosos como la muerte, tal vez sintiendo lo sombrío del día… o tal
vez no querían perderse nada de lo que el Director tenía que decir. "En mi juventud... tuve esta gran
visión, ya sabes..." comenzó Albus, pero hizo una pausa, sin estar muy seguro de si quería revelar eso,
nadie más lo sabía.
"¿Sí?" Dijo Severus, ahora curioso. Albus rara vez compartía historias de su vida personal. Se parecía
un poco a él en ese sentido… ¿y juventud? Bueno, eso era completamente nuevo.
“Tenía una hermana menor, Ariana; Fue atacada por tres niños cuando la vieron usando magia accidental.
El ataque la dejó rota... se negó a usar magia de nuevo, y su magia solía fluir peligrosamente, hasta que
no pudo contenerla más y explotó en ella”, dijo Albus, observando cómo los ojos de Severus se
agrandaban ante su anuncio. “Sentí resentimiento y odio hacia los muggles, pero no duró, por
supuesto. Luego pasé más de cien años defendiéndolos… ¿Qué he hecho? ¿Me equivoqué, Severus?
¿Qué pasa si incidentes como este... esta atrocidad continúan ocurriendo? ¿Y si hubiera salido? Los
cimientos mismos de nuestro mundo habrían estado en peligro más allá de toda comprensión”. Podría
haber ayudado en el camino... diciendo que los muggles no eran un peligro.
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“¿Qué le pasó a Ariana?” preguntó Severus, su tono extrañamente respetuoso. No podía creer lo que le habían
dicho; ¿Cómo podía siquiera pensar el director en defender a aquellos que habían atacado a su familia?
Nunca había tenido un hermano o una hermana; lo más cerca que había estado de uno era Lily.
Si hubiera sido atacada, habría causado estragos entre los muggles.
"Ella murió, no mucho después que mi madre, quien murió debido a los arrebatos erráticos de Ariana". La culpa
que sentía todavía era evidente en su voz después de todos estos años. A Albus le resultó extremadamente
extraño escuchar su nombre de boca de alguien; Aberforth se lo echaba en cara cada vez que tenían un
momento juntos.
“¿Y los chicos?” demandó Severus, su tono inmensamente hostil.
Albus lo miró fijamente, en conflicto, antes de que finalmente le dijera. “Mi padre los mató; era bien conocido por
odiar a los muggles. Cuando llegué por primera vez a Hogwarts, todos asumieron que sería como él. Pasé mi vida
tratando de demostrar que no lo era, a pesar de que me alegraba que él hubiera hecho lo que hizo. Pero sólo
porque me alegraba que esos chicos hubieran recibido lo que merecían, no significaba que se lo deseara a
todos los muggles. Querido Merlín, esto no se lo he contado a nadie”, admitió sorprendido. Esta situación me
estaba trayendo muchos malos recuerdos. Por lo general tenía más decoro que esto, y la necesidad de mantener
ese incidente en secreto se le había inculcado tan profundamente que se sorprendió de haber podido decir algo.
Sin embargo, al mismo tiempo, había sido muy liberador poder pronunciar las palabras.
"Siempre he pensado que eres un misterio, Albus", confesó Severus. “Con la excepción de tus logros, no se
sabe mucho sobre ti, para un hombre que vive su vida en el centro de atención. Si se suponía que esto
me ayudaría a comprenderte, entonces has fracasado; Eres un misterio aún mayor de lo que pensaba”.
"¿Me he equivocado, Severus?" susurró Albus, los recuerdos del Pensadero pasando ante sus ojos,
haciéndolo sentir enfermo. “¿Serán los muggles el fin de todos nosotros?”
"¿Quién sabe?" Declaró Severus, escuchando la pregunta no formulada: ¿Tenía razón el Señor Oscuro?
"Nadie puede decirnos realmente lo que nos depara el futuro, al menos no sin acertijos". Aquí estaba pensando
en las Profecías y en aquellas que habían predicho la caída del Señor Oscuro.
"Es cierto", estuvo de acuerdo Dumbledore. De repente, unos fuertes golpes en la puerta los sacaron de la
conversación. "¡Adelante!" llamó sin dudarlo.
"¿Querías vernos, Albus?" dijo Remus, su amable voz llena de fatiga mientras entraba a la oficina del director,
con su sombra permanente Sirius Black siguiéndolo.
"Sí, sí lo hice", dijo Albus, "por favor, toma asiento".
"¿Qué esta haciendo él aquí?" susurró Sirius con petulancia, mirando a Severus como si fuera algo
desagradable y asqueroso. No confiaba en Snape hasta donde podía arrojarlo. Una vez mortífago, siempre
mortífago.
"Te pediré que guardes tus opiniones sobre Severus para ti", espetó Albus mientras miraba a Sirius, cansándose
de sus pequeñas disputas. "O puedes irte y no volver nunca más".
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Sirius y Remus lo miraron en shock mientras se sentaban; Nunca antes el Director les había gritado o
mirado con tanta fiereza. Los ojos ámbar de Remus lo miraron con silenciosa preocupación, mientras Sirius lo
miraba confuso y desconcertado, medio esperando una respuesta de por qué el Director estaba tan...
enojado con ellos. O mejor dicho, era Sirius quien estaba pensando eso; Remus simplemente se recostó
en su asiento como un colegial errante, tratando de no llamar la atención.
Severus frunció los labios, mordiéndose brutalmente la lengua para evitar liberar su frustración reprimida
hacia Black o Lupin. Normalmente no tendría ningún problema en hacer eso, pero considerando lo que
estaban a punto de aprender… no pudo evitar sentir especial lástima por ellos. En cualquier otro momento
se habría burlado de ellos, pero nunca esperó que Albus dijera algo; por lo general, nunca lo hacía. Ignoró sus
"pequeñas disputas", como le gustaba llamarlas. Albus siempre lo había ignorado, desde que tenían once
años hasta ese mismo día.
¿Qué había cambiado? ¿Ver a Harry? Bueno, posiblemente; incluso había detenido sus inclinaciones naturales
hacia Black y Lupin.
"Me disculpo, Albus", dijo Remus en voz baja. “¿Había algo que necesitabas? Es sólo que podríamos estar
ahí afuera buscando…”
"Estamos perdiendo el tiempo aquí", intervino Sirius furioso, enojado con el director por sus amenazas.
¿Como se atreve? ¡Esto era una escuela! No propiedad privada; podía ir y venir cuando quisiera.
Remus simplemente miró al anciano en tono de disculpa, sus ojos color ámbar se dirigieron a Severus, para
encontrarlo mirando al frente sin mostrar ninguna emoción en su rostro. Por lo general, estaba lleno de
disgusto, incluso una mueca de desprecio o un gruñido hacia los dos. Algo estaba pasando, se dio
cuenta Remus con una sensación de hundimiento en el estómago.
“No, no estás perdiendo el tiempo; Por eso te llamé aquí”, dijo Albus, en tono seco.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Sirius, frunciendo el ceño oscuramente, sin ver la expresión de temor en el
rostro de Remus.
Remus sintió que la desesperación crecía dentro de él; Para alguien que solía ser un Auror, Black era a veces
un idiota. Albus había encontrado a Harry, obviamente, y por lo que parece... no eran buenas noticias.
Ciertamente eso explicaba el enfado de Albus; no sabía lo que iba a hacer.
¿Cómo reaccionaría Sirius? No, pensó con saña, no iba a asumir lo peor, pero no podía pensar en ninguna
otra explicación de por qué estaban aquí y no en la enfermería donde Harry presumiblemente habría estado
si hubiera estado vivo.
"Quiero decir que Harry es..." Albus se calló, honestamente no sabía qué decir, no podía darles falsas
esperanzas.
"¡Él no está muerto!" gritó Sirius, levantándose, con los ojos azules brillando; Se negó rotundamente a
creer eso, ya que la negación lo golpeó con toda su fuerza. Harry no estaba muerto. Remus miró ciegamente
entre Albus y Sirius, esperando que esto fuera algún tipo de error, que no le pasara nada a Harry.
"No, no, no lo es", afirmó Albus.
"¿Dónde está?" preguntó Sirius, "¿Dónde está mi ahijado?"
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"Está a salvo", le dijo Severus con dureza. "Ahora cállate antes de molestarlo". Aún no se había despertado
y, francamente, no quería que la primera vez que lo hiciera oyera gritos y gritos; no sería bueno para su sistema.
"¿Él está aquí?" preguntó Remus preocupado. "¿Por qué?" No tenía sentido lógico, así que añadió: "¿Está herido?".
"Eso es decirlo suavemente," afirmó Severus suavemente.
“¡Llévame con mi ahijado!” exigió Sirius en voz alta.
"Cállate", siseó Severus, sus ojos negros brillando furiosamente. El sonido de una puerta abriéndose en la
escalera de caracol hizo que tanto Severus como Albus miraran alarmados; esperaban que Poppy les dijera que
los gritos habían despertado a Harry.
“Está bien, Severus, he lanzado un hechizo silenciador en la habitación; Volveré a subir ahora”.
Les dijo Poppy, mirando a Remus y Sirius por molestar a su paciente... bueno, casi.
Sirius se movió para seguirla escaleras arriba, decidido a llegar hasta su ahijado y verlo por sí mismo. Se
lo impidió una varita debajo de su barbilla, clavándose con fuerza en su garganta. Sus ojos perforaron agujeros
en Snape; sus labios se retiraron para revelar sus dientes en un gruñido salvaje, recordándoles a todos su
forma animaga, a la que a veces se parecía, especialmente cuando se enojaba lo suficiente como para parecer
rabioso. Lo que Severus diría que era todo el tiempo.
"Haz otro movimiento y dejarás esta oficina hecho pedazos", dijo Severus, su voz engañosamente
suave.
"¡Eso es suficiente!" espetó Albus, "Harry no está en condiciones de lidiar con tus payasadas, Sirius Black".
“Él es mi ahijado. Tengo la custodia legal de él, y si intentas detenerme, lo haré oficial”, le dijo Sirius a
Albus, mirándolo fijamente, a pesar de que era Severus quien tenía su varita metida en su cuello.
“Todo lo que lograremos es encerrarlo en San Mungo, o que Harry se convierta en pupilo del Ministro; tu reclamo
sobre Harry es, en el mejor de los casos, débil. Eres un desastre; No se podía cuidar a un perro, mucho menos
a un ser humano. Todos saben eso; el Ministro lo tendrá antes del anochecer, y el resultado final es el
mismo: no podrás ver a tu ahijado”, siseó Severus, su magia fluctuando salvajemente.
Sirius se quedó helado; Ni siquiera se podía decir si todavía respiraba.
"Calle. ¿La de Mungo? ¿Qué le pasa exactamente? preguntó Remus, con un temblor en su voz.
"Siéntate. Lo digo en serio, Sirius, siéntate. Ni Severus, ni Poppy ni yo hemos dormido más de dos horas en
dos días. Estamos muy nerviosos por el cansancio y nos provocan fácilmente”, dijo Albus. “Ahora, Remus,
en cuanto a tu pregunta…” el director hizo una pausa, deseando poder tomar otra poción estimulante.
Lamentablemente, no pudo soportar más; la única opción que tenía era dormir. Incluso cuando se acostó
para intentar descansar un poco, su mente estaba plagada de Harry y de encontrarlo. A los diez minutos de
quedarse dormido se despertó aterrorizado.
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su ingenio que Harry estaba muerto. Era completamente irracional, pero a pesar de su edad, no era inmune a
la preocupación.
"¿Dónde lo encontraste?" preguntó Remus, agarrando a Sirius por los hombros y empujándolo hacia el
asiento antes de reclamar el suyo.
“No lo encontré; Severus lo hizo,” admitió Albus, mirando a Remus astutamente. "Lo encerraron bajo el
Hospital Priory".
“¿Un hospital muggle?” hizo una mueca Sirius.
"¿Ardillado?" repitió Remus, mirando a Albus; había una clara nota dura en su voz.
“Fue rescatado de casa de los Dursley, gravemente golpeado y enfermo. La lista es francamente interminable;
No te aburriré con eso”, afirmó Severus; Eso no fue lo peor de todos modos. “Lo enviaron a un hospital infantil
en Londres; sanaron todas sus heridas físicas, pero sus cicatrices mentales fueron... extremas. No hablaba,
tenía terrores nocturnos y se negaba a comer; No dejaba de intentar limpiar el hospital”.
Remus se quedó boquiabierto, con la mandíbula desquiciada mientras miraba a Severus... pero no lo estaba viendo.
"No estaban equipados para lidiar con sus problemas, así que lo transfirieron a algún lugar donde pudiera
recibir la atención que obviamente necesitaba", continuó Severus, su tono suave como si no le importara,
pero eso estaba tan lejos de la verdad. Fue ridículo. Había caminado como un tigre enjaulado, furioso durante
horas después de leer la información que le había proporcionado el hospital. “Aquí es donde las cosas se
ponen… incompletas. Cuando lo trasladaron allí, una mujer llamada Louisa White lo vio usar magia accidental.
Lo trasladaron por la noche, les faltaba personal y ella vio una oportunidad y la aprovechó”.
"Espera... ¿qué tipo de oportunidad?" preguntó Remus, tragando saliva y mirando a Sirius con preocupación.
El animago estaba demasiado callado… ¿estaba siquiera procesando esto?
"¿Qué opinas? Ella lo vio usando magia”, espetó Severus enojado. “Ella lo llevó al hospital y lo mantuvo
allí; Básicamente, pasó los últimos once años como prisionero, sedado, y cuando no estaba
inconsciente por las drogas que ella le dio, se vio obligado a ver suceder cosas indescriptibles, sin poder
evitarlas”.
"¿Indecible?" susurró Remus, las lágrimas corrían libremente por su rostro.
"Créanme, no quieren saberlo", les dijo Albus, su tono revelaba más que cualquier otra cosa.
“¿Entonces… entonces… mentalmente? Cómo…” tartamudeó Remus, sin siquiera intentar secar las lágrimas.
“Las drogas que ella le estaba dando le causaron daño en la corteza cerebral; Lo tengo en un régimen de
pociones para ayudar. No sabremos hasta que despierte qué tan grave es el daño”, dijo Severus.
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él sombríamente. "De cualquier manera, si puede curarse mentalmente... será un camino muy largo hacia la recuperación,
si es que eso es posible".
"¿Corteza cerebral?" murmuró Sirius, con los ojos muy abiertos, finalmente hablando.
"El cerebro, una parte del cerebro", dijo Severus, poniendo los ojos en blanco ante el maldito idiota. "Es responsable
de la memoria, la atención, la conciencia situacional, los pensamientos, el lenguaje y la conciencia".
“¿Entonces tal vez no pueda hablar? ¿Pensar? ¿Recuerdas cosas? susurró Sirius, estremeciéndose de horror.
"Como dije, no lo sabremos hasta que despierte", dijo Severus.
"¿Nosotros?" Dijo Sirius sin comprender.
“Severus y Poppy están a cargo del cuidado de Harry; Ambos son los mejores en sus campos”, dijo Albus, esperando la
explosión. "Severus tiene un amplio conocimiento sobre todo lo relacionado con los muggles, mientras que ambos
saben mucho sobre el lado mágico de la atención médica".
“¿Puedo al menos verlo? ¿Por favor?" suplicó Sirius.
Severus y Albus intercambiaron miradas; Black se estaba tomando esto demasiado bien y obviamente estaba en una especie
de negación.
“¿Entiendes que debes mantener esto en secreto? Si se corriera la voz... Fudge se llevaría a Harry y tal vez incluso lo
encerraría. Lo entiendes, ¿no? advirtió Albus, con cautela.
"Lo sé, lo sé", gruñó Sirius, "Por favor, déjame verlo".
"Síguenos", dijo Albus levantándose. Severus fue primero, ya a medio camino de las escaleras cuando Albus, Sirius y Remus
lo siguieron, en ese orden. No se pronunció una sola palabra y no se emitió ningún sonido más que el golpeteo de pies
en la escalera de metal. Había un sentimiento tangible de desesperación en el aire y oraciones silenciosas para que algo
saliera bien por una vez.
Severus abrió la puerta de la habitación, dándole a Poppy una mirada silenciosa; Luego trató de cubrir a Harry con las
mantas para que los dos magos no vieran lo peor del daño. Desafortunadamente, ella no fue lo suficientemente rápida, ya
que había estado en el proceso de moverlo boca abajo para evitar más úlceras; Harry ya tenía suficientes para toda la
vida. Se había quitado el acolchado de las llagas, dejando entrar aire durante media hora.
“¡LAS BOLAS DE MERLÍN!” graznó Sirius, dándose vuelta apresuradamente, antes de que estuviera espectacularmente
enfermo por todo el lugar.
"¡Sácalo de aquí!" gritó Poppy, empujando a Sirius y Remus fuera de la habitación, lanzando hechizos apresuradamente
mientras avanzaba, esterilizando y desinfectando la habitación y el aire.
"¿Qué le pasa?" preguntó Remus, haciendo una mueca cuando el dolor le subió por las costillas, desde donde ella lo había
empujado con bastante fuerza.
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“El sistema inmunológico de Harry es inexistente; si contrae la más mínima enfermedad, podría resultar fatal.
Poppy, como siempre, está siendo demasiado diligente en el cuidado de su paciente, y sólo puedo felicitarla
por un trabajo bien hecho”, afirmó Albus, usando un hechizo propio para deshacerse del olor que ahora
persiste en su asiento. habitación.
Finalmente, sus ojos vieron a Sirius agachado en el suelo balanceándose hacia adelante y hacia atrás, con
el cabello recogido entre los puños. Violentos sollozos lo atravesaban, haciéndolo sonar como un hombre
destrozado, desolado. Remus estaba apoyado contra el marco de la puerta, todo su cuerpo temblaba
mientras las lágrimas corrían por su rostro. Finalmente se tambaleó hacia Sirius, tratando inútilmente de
consolarlo cuando él mismo se sentía destrozado.
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Capítulo 6
Mi protector oscuro
Capítulo 6
Finalmente descansar un poco
Severus no podía quedarse quieto mirándolo más; Se deslizó dentro de la habitación y cerró la puerta
rápidamente detrás de él. Puede que los odie a muerte, pero no podía simplemente observarlos en su momento
más vulnerable, sabía que sin importar lo que sucediera en el futuro, no sería capaz de sacar esa imagen de
su mente. Dejaría que Albus se ocupara de eso, de todos modos era mucho mejor en ese tipo de cosas; Seguro
que no tenía idea de qué decir. Nada de lo que saliera de su boca sería un consuelo para ellos, y no estaba
dispuesto a mentir y hacerles creer que Harry estaría bien. Ya que no había manera de que se enteraran
por un largo tiempo. La magia era buena en muchas cosas, pero no podía enumerar los problemas que tienes
mentalmente, sólo las heridas físicas.
"¿Crees que necesitan un trago calmante?" preguntó Poppy, luciendo culpable; Deseó haber sido más rápida,
haber cubierto a Harry más rápido para que no hubieran visto lo malo que estaba. O los trataba con tanta
dureza, pero no podía arriesgarse a que Harry contrajera algún virus o infección. Ahora ellos mismos lo
entenderían, habiendo visto lo malo que era.
Severus se detuvo al lado de la cama de Harry, mirando a Poppy sin comprender durante unos segundos
como si las palabras no se hubieran registrado. “No, necesitan esto, necesitan llorar, si no pasan esta etapa,
las cosas empeorarán a largo plazo. Lo último que realmente necesitan Black y Lupin es una falsa sensación
de calma”.
"Sí, sí, supongo que tienes razón", dijo Poppy, reconociendo el punto. Tomando asiento al lado de la cama de
Harry, colocando su varita en el soporte junto a ella. Suspirando suavemente, agradeciendo al menos que
fuera verano. No podía imaginarse tener que dividirse entre aquí y la enfermería. Principalmente
aquí, ya que Harry era quien más la necesitaría, los cortes y moretones no eran absolutamente nada en
comparación con este daño.
"Descansa un poco, Poppy, no podemos seguir como estamos, debemos llegar a algún tipo de acuerdo".
dijo Severus pensativamente, mirando a la Sanadora, quien estaba completamente agotada, como
evidencia por el hecho de que ya estaba casi profundamente dormida en la silla.
“¿Qué tipo de arreglo? Creo que es mejor que decidamos uno antes de hacer cualquier otra cosa”. dijo Poppy,
sacudiéndose para despertarse, sentándose más erguida, parpadeando y estirando los brazos del cuello.
"Obviamente uno de nosotros hará el turno de día y otro el turno de noche", dijo Severus, "al menos hasta que
esté completamente fuera del punto de peligro".
"Bueno, considerando que estás acostumbrado a pasar largas noches, ¿quizás yo debería tomar el turno
de día y tú el de noche?" sugirió Poppy, muy consciente de que Severus era un ave nocturna.
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"Está bien", dijo Severus, de acuerdo con eso, al menos de esta manera ambos pudieron dormir un poco.
En este momento estaban consumiendo únicamente cafeína, se había usado Pepper­Up Potion y se
había extendido al máximo. No podrían tener más durante al menos doce horas, veinticuatro para estar
seguros. Se suponía que el cuerpo no podía pasar tanto tiempo sin dormir y, considerando todo lo que
habían aprendido, necesitaban dormir para afrontarlo.
"Entonces, ¿por qué no duermes un poco?" dijo Poppy, "Tal vez algo de comer también, he notado que no
estás comiendo bien Severus, no creas que no lo hice".
"Para ser honesto, no he tenido mucho apetito". respondió Severus, "Pero tienes razón, creo que es mejor si
ambos comemos".
"Roz", llamó Poppy.
“¿Qué puedo hacer por la sanadora Poppy?” preguntó Roz, el uniforme revelaba el hecho de que ella no era
una elfa doméstica de Hogwarts. Ella era la elfa doméstica personal de Poppy, y Severus estaba
agradecido de que la cosa no se inclinara ni se rascara.
"Trae dos cenas completas, algo de té, creo y... ¿qué debería regalarle a Harry?" preguntó Poppy, antes de
hablar con Severus.
“Guiso, debe quedar completamente licuado y sin grumos”. afirmó con cansancio. Le proporcionaría una
amplia variedad de alimentos que necesitaba, carne, carbohidratos y demás.
"Roz hará lo que el Señor desee", dijo Roz, haciendo una pequeña reverencia y salió de la habitación con un pop
inaudible.
"Está mejorando en mantener el nivel bajo". dijo en voz baja, el agua azucarada y salada estaba
ayudando a detener la diarrea por completo. Ninguna regurgitación aún, lo cual agradecía, probablemente
debido a las pociones contra las náuseas que le colocaban en las pequeñas cantidades de comida que
comía. No mucha poción, solo un poco rociada.
"Lo es", coincidió Severus, era una cosa menos de qué preocuparse. Desearía poder decir que eso
reduciría la lista, pero no pudo. Harry iba a necesitar mucha atención y curación, le tomaría años
recuperarse si había alguna esperanza de ello. Lo último que Harry necesitaba era estar encerrado en San
Mungo, aunque era un buen lugar, ellos lo cuidarían y le darían la atención que necesitaba, después de todo
lo que Harry había pasado: no era correcto ni justo. Desgraciadamente, era muy consciente de que la vida no
era justa para las mejores personas. Quizás por primera vez en su vida, se alegraba de que Lily se hubiera
ido, para no tener que ver qué había sido de su hijo. Aunque si hubiera estado viva nada de esto
habría sucedido.
Cuando Severus finalmente salió de sus pensamientos, encontró a Poppy durmiendo incómodamente en
la silla en la que estaba. Sacudiendo la cabeza, ¿por qué no lo había escuchado y se había acostado?
Sacando su varita de su funda, la agitó y convirtió la silla en un cómodo sillón reclinable.
Acercándose a ella, colocó una almohada debajo de su cabeza, agarró la funda aún sin usar y la colocó sobre
el sanador dormido.
"¡Sh!" dijo rápidamente cuando escuchó el sutil pop, indicando que Roz, la elfa doméstica, había aparecido
en la habitación. Impidiéndole abrir la boca y despertar al exhausto
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Bruja arriba. “¡Wingardium Leviosa!” murmuró Severus, levitándola al otro lado de la habitación y conjurando
una mesa y tres sillas para cuando fueran necesarias. No volvería allí hasta que estuviera seguro de que
se habían ido, así que comería aquí. Roz colocó el plato, que por cierto era más grande que ella, sobre la
mesa y desapareció nuevamente habiendo cumplido con su deber.
Respirando uniformemente, Severus sacó algunos pañuelos de papel de la caja y limpió la baba que
se acumulaba a un lado de la cara de Harry. Lo habían limpiado lo mejor que pudieron, pero el niño
necesitaba un baño. No tenía idea de cómo lograría eso, había una cosa en la que ambos estuvieron de
acuerdo fue en mantener la magia al mínimo. No tenían idea de cómo reaccionaría Harry, después de todo lo
que había presenciado, podría verlo como la causa de su encarcelamiento, que lo era, y rechazar sus
regalos. Eso había causado que Albus palideciera drásticamente, parecía a punto de derrumbarse, Severus
entendió que ahora era como una explosión del pasado. Era exactamente el mismo destino que le había
tocado a Ariana, pero no permitiría que le pasara a Harry, incluso si tuviera que recorrer las Artes Más
Oscuras en busca de una poción para suprimir su magia, o inventar una si la encontrara. No dejaría que
Harry sufriera, nunca más, había jurado protegerlo y lo haría – incluso si fuera por sí mismo.
Sentándose, Severus comenzó a comer de mala gana, su apetito aún no había regresado, y tal como se
veían las cosas, dudaba que regresara pronto. Las cubiertas de la comida mantendrían la comida de Poppy
caliente hasta que despertara, tenían un encanto cálido imbuido en ellas manteniéndolas frescas durante
horas después de ser cocinadas. Quitó la tapa de la comida de Harry, dejándola enfriar, mientras comía la
suya. Cuando estaba a la mitad, sacó una cucharada y usó su varita para hacer que el guiso desapareciera
(y apareciera en el estómago de Harry) sin que ellos lo vieran. Era mucho mejor que el crudo método
muggle de darle comida a alguien.
No poder escuchar lo que sucedía afuera lo ponía ansioso y no tenía idea de por qué. Quizás porque
también estaba consciente de su entorno, su hechizo Muffliato funcionó diferente a 'Silencio', aún se podía
escuchar, solo que los que estaban debajo de la 'burbuja' no se podían escuchar, para el mundo exterior
sonaba como un zumbido de abejas o algo así. otro insecto.
­­­­­­0
Albus se sintió débil al ver a los dos hombres llorar en el suelo de su casa, y era su casa, había sido director
durante mucho tiempo. Por millonésima vez en los últimos días, se preguntó si esta culpa paralizante
desaparecería algún día. Al tratar de darle a Harry una vida normal, no solo había lastimado a una persona,
sino a una gran cantidad de ellas. Severus estaba herido, pero afortunadamente no lo culpaba por eso,
pero ¿podrían esos dos dejar entrar en sus corazones el perdón por hacer lo que pensaba que era mejor?
Incluso haber sido criado por el Ministro de Magia habría sido mejor que el destino que le había sucedido a
Harry. Quería unirse a ellos, llorar su pérdida, la pérdida de Harry, su pérdida. Sin embargo, no podía, no
merecía llorar, y si decidían enojarse con él, no los detendría. No podía detenerlos, como tampoco podía
evitar que su propio hermano lo odiara y lo culpara por algo que había sucedido más de cien años después.
hace años que.
Aberforth había esperado demasiado de él; era un adolescente; había dejado que sus emociones lo
guiaran y sólo aprendió a seguir su corazón demasiado tarde. Nada de lo que había hecho había ayudado a aliviar
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el odio que su hermano sentía por él, y había dejado de intentarlo, pensando que Abe lo necesitaba, sólo para darse
cuenta de que había dejado que se pudriera por demasiado tiempo y nada cambiaría sus sentimientos.
Sirius y Remus sólo tenían treinta y cinco años, uno era un hombre lobo y el otro había estado en Azkaban
durante años, lo que bien podría romperlos. Albus siempre había sido bueno consolando a la
gente, pero ahora mismo no había nada que pudiera hacer, decir u ofrecer que marcara la más mínima
diferencia. Dejándose caer en un asiento, cerrando los ojos deseando presionar sus manos contra sus
oídos para cortar el ruido de sus gemidos de agonía. Envidiaba que Severus hubiera podido irse, ya que le
hubiera gustado mucho ir con él. No, esta era su penitencia, merecía escucharlo todo, tal vez entonces lo
pensaría dos veces antes de tomar decisiones que podrían tener efectos potencialmente condenatorios.
El tiempo parecía haberse detenido, así lo sintió, mirando el reloj, diez minutos… diez minutos completos,
y deberían haber pasado más de diez minutos. ¿Qué podría hacer él para ayudar? ¿Un trago calmante? No,
si Severus no hubiera intentado forzarles a tragar uno, obviamente estarían mejor sin él. Esto no era algo
pequeño, era algo grande y necesitaban dejarlo salir. Tendría que vigilarlos; El shock era una condición grave
si no se trataba.
"¿Quién le hizo esto?" preguntó Remus, mirando a Dumbledore, sus ojos ámbar reflejaban locura y el deseo
de matar; reconoció las señales muy bien, habiéndolas visto en un Tom Riddle, en él mismo en un momento
y en Gellert también.
"Alguien que no tendrá la oportunidad de dañar a otra alma", dijo Albus, dándose cuenta de que tendría
que decir la verdad, de lo contrario probablemente intentarían cazarlo, tal vez incluso dañar a alguien inocente
en el fuego cruzado. Sus ojos estaban sin brillo, una fría dureza en ellos que había estado presente durante
dos días cuando no estaba mostrando su culpa, por supuesto.
“¿Severo?” susurró Remus, su mirada llena de astucia a pesar de las lágrimas que corrían por su rostro.
Todavía estaba agachado, abrazando a Sirius cerca, parecía como si estuviera inconsciente, pero no lo
estaba, los sollozos aún estallaban. Conocía a Albus Dumbledore lo suficientemente bien como para saber
que nunca le quitaría la vida a otra persona. Ni siquiera había podido matar a Grindelwald y mira todo lo
que había hecho un mago malvado que había matado a innumerables personas.
Severus, por otro lado, no tuvo problemas en imaginar esa confrontación. Sabía lo mucho que Lily había
significado para Severus, y si alguien había tocado a su hijo… tocado a Harry… bueno, ni siquiera iba a
pretender sentir lástima por ellos.
Albus no respondió, le había dicho a Severus que el asunto quedaría entre ellos. Les permitiría a Remus y
Sirius cierto margen de venganza porque el que lastimó a Harry ya no respiraba en este mundo. Que
saquen sus propias conclusiones, las conclusiones no podrían hacer daño a nadie si por alguna razón
dijeran algo.
"Correcto", dijo Remus, asintiendo con la cabeza con resignación. Aparentemente era necesario saberlo,
parecía como si Albus estuviera tratando de proteger a Severus. No es que necesitara protegerlo de ellos,
Remus quería agradecerle por sacar la basura, ahorrándole el problema. Tragando pesadamente,
mientras su mente evocaba la imagen de Harry una vez más y más específicamente el estado de su espalda...
su delgadez, ¡era como un esqueleto y su cabello! Fue extremadamente largo.
“¿Qué le hicieron?” graznó Remus, sus emociones se desmoronaron sobre él una vez
más.
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Albus miró hacia donde estaban, desmoronados afuera de la habitación temporal de Harry. “Créeme,
no querrás saberlo, si no confías en nada más… confía en eso. No quieres ver por lo que pasó Harry”. Albus
dijo, tratando de calmarlos, que estaría tomando pociones para dormir sin sueños durante meses para
superar lo que vio, si alguna vez pudiera. No, ninguno de los dos merecía los recuerdos sentados en su
pensamiento, nadie más que él los merecía.
"Podría ayudarnos a entender", susurró Remus, con el rostro dolorido.
"No, Remus, créeme, nunca podrás entenderlo, ella era un alma depravada que se aprovechaba de un
niño inocente por algo que él tenía y ella no". dijo Albus, con más firmeza. No iba a dejarles ver eso, no,
los únicos recuerdos que tendrían de Harry serían los que crearían aquí y ahora, a medida que Harry
mejorara. Quizás nunca fuera capaz de cuidar de sí mismo, pero pasaría el resto de sus días feliz, amado,
cuidado y al diablo con Merlín si alguien intentaba meterse con Harry: haría caer el infierno sobre ellos para
salvarlo. Él mismo no lo entendía del todo y había visto los recuerdos.
Parecía como si quisiera magia para ella y todos los muggles, para venderla como una droga milagrosa
y hacerse famosa. Al principio había alimentado a Harry todos los días y atendido sus necesidades, pero a
medida que pasó el tiempo se volvió más negligente, tal vez debido al fracaso de sus experimentos. Sin
embargo, nunca había tratado a Harry como a un humano, no, él había sido un experimento para ella y había
sentido envidia de sus habilidades. Se volvió evidente cada vez que Harry luchó con éxito contra ella usando
su magia. Había tratado de protegerlo, pero a una edad tan joven y con un núcleo mágico tan pequeño, no
había podido hacer mucho.
Remus asintió en silencio con la cabeza, mirando a Sirius, quien finalmente se había quedado en silencio;
su camisa estaba completamente saturada de lágrimas. No sabía qué diablos hacer, ¿cómo podría ofrecerle
consuelo a Sirius? Esto… esto fue horrible; Realmente no había otra manera de describir esta
situación. No se había recuperado completamente del hecho de que se había ido de Azkaban, luego
descubrió que su ahijado había desaparecido, había pasado cada segundo que llevaba buscándolo.
Que era cada minuto que no dormía, lo cual era raro en sí mismo, ya que tenía malas pesadillas de su
tiempo en prisión.
"Creo que es mejor si llevo a Sirius a casa", dijo Remus, se sentía agotado como si hubiera corrido cinco
maratones en un solo día.
"No voy a dejar a Harry", protestó Sirius inmediatamente, su fuerte voz irritando la mente de Albus por falta
de sueño. "Él me necesita."
"Es la estimación de Poppy que Harry no se despertará durante al menos unos días más, una semana a
más tardar, su cuerpo está pasando por muchas cosas en este momento". dijo Albus, acostumbrándose a
las pociones, la comida, la cantidad correcta de sangre en su sistema, sus órganos comenzando a
funcionar correctamente, su mente reparando el daño hecho a la corteza cerebral, Severus lo había
preparado fresco y agregado algunos ingredientes para mejorarlo. . Esa poción se le daría durante una
semana entera, mañana, tarde y noche. Luego, por supuesto, estaba combatiendo las infecciones que tenía
con los antibióticos que le estaban dando.
"Él necesita saber que estoy aquí para él", dijo Sirius respirando entrecortadamente. “Que me preocupo por él”.
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“Entonces necesitas que Poppy te haga un chequeo, el sistema inmunológico de Harry es… vulnerable, cualquier
enfermedad podría matarlo… ¿entiendes eso? El más mínimo resfriado podría significar su fin”. dijo Albus, cruel
para ser amable, no iba a dejar que Harry muriera sobre él ahora que acababa de ser salvado. "Eso tendrá que
esperar; Todos necesitamos descansar antes de poder empezar a pensar con claridad”.
"Cualquier cosa, cualquier cosa para él". dijo Sirius casi con crueldad.
Albus no debería haberse sorprendido, pero lo estaba. Poppy había estado tratando de hacerle un chequeo a
Sirius durante años, y él había esquivado persistentemente sus intentos. "Estoy bien, mujer, déjame en paz",
fueron sus palabras. Quizás ahora sería un buen momento para lograr que Sirius se inscribiera para ver a un
sanador mental, o al menos a Poppy, ya que ella también estaba certificada en esa área. Este iba a ser un viaje
largo para todos ellos, también difícil, pero solo uno de ellos era un desastre emocional y mental que había estado
en Azkaban. Si Sirius quería ver o estar cerca de Harry, tendría que aprender a mantener la calma y ser
constante. Que eran sólo dos de las muchas cosas que Harry necesitaba y seguirá necesitando en el futuro.
Sirius no era ninguna de esas cosas en este momento, era ruidoso, cruel, con una higiene repugnante y no tenía ni
la mitad de simpatía en su cuerpo.
No se arrepentía de nada de lo que había hecho en su vida y seguía justificándolos.
"Bien." dijo Albus, sin decir más sobre eso; si siguió adelante o no, era una incógnita. "Ahora, por favor, discúlpeme,
creo que es necesario tomar una siesta, no me estoy haciendo más joven". pidiéndoles sin decir nada que se fueran.
"Por supuesto", murmuró Remus, soltando a Sirius para poder levantarse, secándose las lágrimas casi secas,
sintiéndose aún tembloroso. Se giró para mirar la puerta cerrada, grabada en su retina había una foto de Harry,
su espalda parecía como si hubiera pasado por una maldición que lo estaba matando lentamente. Su piel había
desaparecido, tenía un agujero en la espalda, ¿y cómo diablos pudo haberle pasado esto a un muggle de todas las
cosas? Temblando de horror, miró a Sirius antes de agarrarlo por debajo del brazo y levantarlo. "¿Puedo usar tu
red Flu?"
"Sé mi invitado", dijo Albus, agradecido de que se fueran; No tenía fuerzas para hablar por mucho más tiempo.
Estaba más que exhausto y ni siquiera podía irse directamente a la cama. Apenas los escuchó irse, mientras
caminaba hacia la habitación de invitados, decidido a decirle a Severus que durmiera, para que todos pudieran
descansar lo que tanto necesitaban.
"¿Como es el?" preguntó Albus, abriendo la puerta, su voz se calmó al ver a Poppy dormida en un rincón. Podía
ver a Severus sentado en una mesa con los restos de comida escupiendo a su alrededor. Un tazón medio lleno de
lo que probablemente era la comida de Harry también estaba allí. Ya estaba recibiendo más comida que era buena.
Ayer sólo había conseguido una cuarta parte del cuenco si tenía suerte.
"Lo mismo de siempre", respondió Severus, tratando sin éxito de amortiguar un bostezo. Recordándose a sí mismo
llamar a Roz después de que Poppy hubiera comido, por supuesto; no podía permitir que ella lo aceptara todo.
La comida de Harry definitivamente estaba fría ahora, pero no podía comer más, no sin causarle náuseas y eso
era lo último que necesitaba con un niño enfermo e inconsciente en sus manos.
"Severus, hechiza a Harry para que sepas que cuando se despierte y duerma un poco, todos lo necesitamos".
preguntó Albus. "El hechizo te despertará antes de que esté completamente consciente, incluso si se despierta
esta noche".
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Severus se pellizcó el puente de la nariz, era factible, de todos modos no iba a permanecer consciente por mucho
tiempo a este ritmo. Apartando el plato vacío de él, asintió con la cabeza en señal de acuerdo con el plan.
Levantándose, agarró el asiento que había estado usando y se movió hacia el otro lado de la habitación, la dirección
en la que Harry estaba durmiendo en ese momento (de su lado).
Convirtiendo la silla en un asiento reclinable, tal como lo había hecho con Poppy hace ni siquiera una hora.
Tomó una manta de los pies de la cama y luego se giró hacia Harry y lanzó el hechizo para avisarle cuando despertara.
“¿Dónde están Black y Lupin?” preguntó Severus, quitándose la capa mientras se sentaba, su cuerpo se hundió en el
cómodo sillón reclinable y casi ronroneó de alivio.
"Han regresado a casa", le dijo Albus, "sin duda volverán mañana, pero necesitarán un chequeo con Poppy antes de
que los deje acercarse a Harry". No le importaba que Sirius Black fuera su tutor "legal".
"Bien", dijo Severus satisfecho; permaneció sentado allí, mirando expectante a Albus y esperando a que se fuera.
"Que duermas bien", dijo Albus, dándose cuenta de que Severus no estaba dispuesto a calmarse hasta que se
fuera. Ciertamente no le sorprendió el hecho de que las puertas se deletrearan tan pronto como la puerta se cerró.
Severus sospechaba demasiado para su propio bien, pero le había salvado la vida numerosas veces, así que no podía
decir nada al respecto. Diez pasos más tarde, Albus se estaba deslizando hacia su propia habitación,
deletreándola segura antes de prácticamente caer en la cama haciendo una mueca cuando le tiraron de la barba, pero
aun así cerró los ojos y el sueño se lo llevó casi instantáneamente.
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Capítulo 7
Mi protector oscuro
Capítulo 7
Severus golpeó el irritante pitido en su oído, como si intentara desalojar el sonido por completo, aún
durmiendo. La conciencia lentamente comenzó a aumentar su conciencia, hasta que se dio cuenta de que
el pitido era importante porque todavía no podía entender. De repente se sentó, sus piernas permanecieron en
la misma posición mientras lo hacía. Su cabeza se ladeó tan rápido que hizo clic, sus músculos se contrajeron
en protesta causando que el dolor lo atravesara. Lo frotó distraídamente mientras se levantaba, la habitación
estaba como siempre, iluminada para que pudieran vigilar a Harry. Eso y hacerle saber a Harry que estaba en
un ambiente seguro, después de pasar esos años en una instalación subterránea húmeda. Todos estaban tan
cansados que no tuvieron problemas para conciliar el sueño a pesar de la iluminación de la habitación. Cuando
estabas tan cansado, podías dormir en cualquier lugar, incluso de pie.
Levantándose, se acercó a Harry, frotándose distraídamente el sueño de sus ojos mientras lo hacía.
Sentándose en la silla, moviéndola para poder ver a Harry correctamente y así el adolescente pudiera
verlo. Sabía que era una figura intimidante, de ahí su razón para sentarse para que Harry no se aterrorizara
e intimidara inmediatamente. Aunque sabía que era inevitable, tenía que hacer todo lo posible para ayudarlo.
Lo que incluía no usar magia, por más difícil que fuera, él prevalecería.
No esperaba esto esta noche; había asumido que Harry permanecería inconsciente por unos días más. Por
supuesto, Harry Potter era alguien que desafiaba las expectativas de los demás. Había sobrevivido al ataque
a su familia, sobrevivió a una maldición asesina, y ésta rebotó sobre el Señor Oscuro y le quitó el cuerpo.
Había sobrevivido a los Dursley y había sobrevivido a todos los males que la mujer había acumulado sobre
él; era un superviviente. Si por algún milagro Harry estuviera en forma, sano y cuerdo, no había duda de que lo
colocarían en Slytherin por su impulso puro y puro de vivir y sobrevivir.
Los ojos negros observaron los pequeños movimientos nerviosos, no tenía miedo de que Harry pudiera salir de
la cama. No sólo había un hechizo que lo impedía en la cama, sino que no había manera de que tuviera la
fuerza para mover la cabeza y mucho menos el cuerpo. Necesitaría someterse a fisioterapia, algo con lo
que estaba familiarizado, y Poppy también.
Se preparó, asegurándose de que no tuviera ninguna emoción en su rostro, ya fuera ira o cualquier otra cosa.
Harry necesita calma en su vida, especialmente después de haber tenido tantas emociones negativas en su camino.
A los cuatro años de edad el cerebro estaba completamente desarrollado, existía la posibilidad de que
Harry realmente recordara su tiempo con los Dursley, eso si las pociones estaban reparando todo el daño que le
habían causado las drogas.
Entonces esos sorprendentes ojos verdes se abrieron, había sabido que Harry tenía ojos verdes, le había
dicho Albus. Tenían exactamente la misma forma y color que sus madres, pero ahí terminaba la similitud.
Lily había estado alegre, jubilosa y bulliciosa, al igual que Albus, sus ojos lo habían visto.
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Siempre les brilló un brillo, excepto la noche en que murió. Los de Harry, sin embargo, estaban llenos, en pánico y
llenos de miedo. Hizo que le doliera el corazón como si alguien le estuviera clavando un cuchillo.
"Estás a salvo, Harry, mantén la calma". dijo Severus, su voz suave, calmante en su afecto, captando la
atención de Harry. "Ella ya no puede hacerte daño, me aseguré de eso". Era extremadamente difícil no
mostrar su enojo, pero afortunadamente, debido a sus días de espionaje, pudo conservar su fachada de calma.
Continuó mirándolo, queriendo ver si entendía, pero su rostro no cambió de su terror. Harry lo estaba mirando
como si fuera una serpiente extremadamente peligrosa lista para atacar. Una descripción bastante adecuada. Si
Harry fuera otra persona, aprendería que no tenía nada que temer de él.
Severus se levantó de su asiento, lentamente, consciente de que esos ojos seguían moviéndose con él. Vertió
agua de la jarra en un vaso de plástico, el agua estaba fría esta vez, con suerte Harry lo apreciaría. Mantuvo
sus movimientos lentos, dejando que Harry viera dónde estaba en todo momento. Estaba apoyado sobre las
almohadas, que le llegaban hasta la mitad de la espalda, para mantener el peso alejado de las escaras. Aunque
era casi imposible con el que estaba en la cola de su columna, habían hecho lo mejor que podían.
"Bebe", dijo Severus, colocando la taza en su boca, pero se negó a abrir la boca.
Respirando uniformemente, se llevó la taza a los labios y bebió un poco de agua. Dejarle ver a Harry que no
estaba drogado y que no iba a lastimarlo. Una vez que pasaron unos segundos, movió la taza de regreso a la
boca de Harry, sus labios se torcieron con orgullo mientras Harry tomaba un pequeño sorbo, una vez que se dio
cuenta de lo que era ­ o tal vez de lo sediento que estaba, comenzó a engullirlo tan rápido como posible. Severus
no dejó que Harry bebiera demasiado rápido, así que se aseguró de que no pudiera tomar demasiado de una
vez. Al poco tiempo se había bebido todo el contenido y lo volvió a colocar en la mesa de noche. La necesidad de
despertar a Poppy era fuerte, pero no quería que Harry entrara en pánico. La comida también establecería
confianza entre ellos; No podía convocar a un elfo doméstico aquí. Él tampoco quería dejarlo, así que se
encontraba en un gran dilema.
Su dilema se resolvió cuando Poppy comenzó a moverse como si fuera consciente de que su paciente estaba
despierto.
"Poppy, muévete despacio". dijo Severus apenas moviendo la boca mientras le hablaba, de espaldas a Harry.
Poppy escuchó las palabras de Severus y saltó a la única conclusión posible: Harry por fin estaba despierto.
Sentándose lentamente, miró al niño, apenas evitando jadear, sus ojos... parecían mayores que los de Albus y
más aterrorizados de lo que jamás había visto en nadie.
Severus le había aconsejado que no usara su uniforme cuando atendiera a Harry, ya que tenía el mismo tamaño
y edad que la mujer que lo había lastimado. Ella había tomado en serio su consejo y se alegraba de haberlo
hecho... no habría sido capaz de soportar más terror en los ojos de Harry.
“¿Le compro algo?” preguntó Poppy, la necesidad de alimentarlo era, como siempre, muy fuerte.
"Sopa de pollo", sugirió Severus, dudaba que Harry bebiera sopa de tomate si le daba alguna. Sería un
recordatorio demasiado vívido de los horrores que había visto y la sangre que se había derramado. No, tendrían
que mantenerse alejados de cosas así en el futuro previsible.
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“Iré a buscarlo”, dijo Poppy aún manteniendo la voz baja y los movimientos silenciosos y lentos. Podía sentir
ojos taladrandola, pero si era Severus o no, no lo sabía. Él estaba despierto, ella apenas podía creerlo, y
pronto comenzarían su verdadero diagnóstico. ¿Había hablado? ¿Era siquiera capaz de hacerlo? Obviamente
no se había encerrado en su propia mente; de lo contrario no se habría despertado. Había esperanza,
una pequeña, pero estaba ahí y ahora eso es todo lo que importaba.
“¿Roz?” llamó Poppy en voz baja, tratando de no despertar a Albus; No tenía sentido que todos estuvieran
despiertos. Considerando lo temprano que era, no pasaría mucho tiempo antes de que Albus se levantara.
El sueño que había tenido la había hecho descansar, no estaba cansada, pero eso era sólo por falta de
sueño. Probablemente volvería a estar cansada en unas horas, pero eso podría esperar.
“¿Cómo puedo ayudar a la sanadora Poppy?” preguntó Roz, con sus ojos cansados de dormir mirando a
la Señora. Adoraba a Poppy, tal vez por la sencilla razón de que la trataba como si existiera. Poppy incluso le
había enseñado hechizos básicos para detener el sangrado y demás, en caso de que sucediera algo
importante y necesitara ayuda.
"¿Puedes calentar un poco de sopa de pollo, por favor?" preguntó Poppy, “Tráelo por aquí, no aparezcas en el
dormitorio, incluso si te llamamos allí. Tenemos un paciente que no está familiarizado con la magia, queremos
que mejore primero antes de que conozca nuestro mundo”. ella continuó explicando.
"Lo haré", dijo Roz antes de desaparecer.
Poppy suspiró suavemente y se sentó; todavía no estaba acostumbrada a estar en la vivienda del director.
Era diferente de su oficina, muy diferente de hecho. No había chucherías en todas las superficies disponibles,
sólo una pequeña selección de libros, pero supuso que podría tener más en otros lugares. No era rojo y
dorado, esa fue probablemente la mayor sorpresa, pero considerando que había oído que él había prendido
fuego a las cortinas de su dormitorio cuando era adolescente, no debería serlo. No, más bien eran colores
tranquilos, blanco, crema, sofás de cuero color caramelo con una alfombra a juego al otro lado de la chimenea.
"Aquí está la sopa de pollo, toda calentada". dijo apareciendo de nuevo. "Traje un poco de agua fresca y leche,
¿está bien?"
"Sí, gracias, Roz, puedes irte ahora". dijo Poppy levantándose y tomando la bandeja grande, que era liviana,
de lo contrario Roz se habría quedado lisiada bajo el peso real de la misma. La leche era algo que Harry
definitivamente necesitaba; todo su cuerpo era muy corto debido a la atrofia muscular, afortunadamente con
pociones pudieron reconstruirlo como debía ser. Tomaría mucho tiempo y tendría que esperar hasta terminar
con dos pociones específicas, de lo contrario la interacción entre los ingredientes causaría un daño peor.
Además, su PT también ayudaría con este problema en particular. Dudaba que Harry alguna vez fuera tan
alto como podría haber sido; el daño fue demasiado severo para eso, incluso con la ayuda de las pociones.
Respirando profundamente, regresó a la habitación y colocó la bandeja sobre la mesa que estaba segura
no había estado allí antes de irse a dormir. No, sabía que no había sido Severus, debía haberlo conjurado
por alguna razón. Bueno, mucho mejor, ya que no tenía otro lugar donde poner esto debido a que la jarra de
agua y las pociones ya estaban en la mesa de noche.
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"¿Lo quieres en una taza?" sugirió Poppy suavemente.
"En realidad, sí, hará las cosas menos complicadas", dijo Severus, tomando la taza que acababa de usar y
girándola unas cuantas veces para sacar los restos del agua. Poppy había cogido el cuenco, aceptando la taza
de manos de Severus; lo vertió en la taza, haciendo un gran desastre. Considerando que Harry no se lo
bebería todo, no iba a ser menos desperdiciado. Probablemente su estómago todavía era muy pequeño, Harry
se llenaría rápidamente.
“¿Ha dicho algo?” susurró Poppy, mirando rápidamente a Harry con preocupación. ¿El alivio del dolor
que le habían dado seguramente ya había desaparecido? Verlo tan tranquilo era francamente desconcertante,
probablemente era mejor ponerle las pociones mágicamente esta noche, ya que sin duda todavía estaba
cansado de ellas y de sus intenciones. Una pequeña parte de ella se preguntaba si usar magia no tendría
el efecto opuesto al que Harry temía. ¿Qué pasaría si al usar magia le hicieran ver a Harry que no era malo
ni estaba equivocado o era un bicho raro o lo que fuera que él mismo pudiera pensar? Podía confiar en ellos
más rápido... pero el daño que podrían terminar causando era demasiado grande para ignorarlo.
"No, dale unos días, necesita aprender a confiar en nosotros, y esta es la manera de hacerlo". dijo Severus
en voz tan baja que estaba seguro de que Harry no sería capaz de oírlos. Severus tomó la taza de manos de
Poppy y se puso de pie una vez más, tratando de parecer más pequeño... pero era una tarea imposible,
era un hombre alto. Todo lo que estaba haciendo era lastimarse al agacharse, pero era una cruz que soportar
si ayudaba a Harry. Una vez más tomó un trago para asegurarle a Harry que no tenía nada de malo, aunque
hacía un poco de calor, con suerte no sería demasiado para Harry.
Harry no estaba tan tranquilo como antes, seguía mirando a Poppy, como si esperara que ella viniera y se
llevara la comida, o le diera un golpe o algo así. Ella pareció darse cuenta de esto, así que se sentó, aunque
todavía a una distancia de visión.
"Necesitas comer, Harry, te ayudará a mejorar". dijo Severus con dulzura.
Poppy miró hacia arriba incapaz de evitarlo, siempre había sabido que Severus tenía una voz muy tranquila
cuando quería usarla. La cuestión es que nunca antes lo había escuchado sonar tan tranquilizador, ni siquiera
cuando había sido herido o había sido abusado de los raros estudiantes en la enfermería. Imagínate que sería
necesario que el hijo de Lily sacara lo mejor que ella sabía que estaba en Severus, en el severo
Maestro de Pociones/Profesor/Jefe de Casa.
"Bien hecho", dijo Severus, con calma, pero pudo ver a mitad de camino que se estaba sintiendo
incómodo. Supuso que podría deberse al hecho de que estaba incómodamente lleno. Continuó
comiendo de todos modos, y Severus sabía que si retrocedía se generaría desconfianza, pero al mismo
tiempo, si continuaba comiendo podría terminar enfermo. A menos, por supuesto, que el elfo doméstico hubiera
puesto una cucharada de poción contra las náuseas en la sopa.
Así, los ojos de Harry comenzaron a cerrarse, muy involuntariamente si la frustración y la molestia en los
ojos de Harry eran algo que continuara. Era la misma mirada que Draco solía tener cuando estaba cansado y
quería comer cuando era un bebé. No sabía si consolarse con eso o no. Harry sería como un bebé por un
tiempo; necesitaría ayuda para absolutamente todo durante mucho tiempo dependiendo de cómo se
encontraba mentalmente. En realidad, podría haber regresado a la edad de un bebé, solo dependía de si
recordaba cómo hablar o si realmente sabía alguna palabra.
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"¿Qué opinas?" preguntó en la habitación silenciosa, mientras observaba a Severus poner la taza casi vacía
sobre la mesa antes de levantarse y estirarse con alivio.
"¿Sinceramente? Es demasiado pronto para decirlo, pero dado que ni siquiera emitió ningún sonido, no es bueno”.
Severus admitió: "Sin embargo, llegaremos allí, no voy a renunciar a él. Juré protegerlo y hasta ahora he
fallado, nunca más". su voz se volvió fría al instante, transmitiendo la profundidad de sus sentimientos al
respecto.
Poppy asintió en señal de comprensión, mirando a Harry nuevamente, luciendo pensativa.
"Vete a casa, duerme un poco", dijo Severus, "no tengo ninguna duda de que Black y Lupin vendrán a verte muy
temprano".
"¿Crees que se dan cuenta de que no podrán pasar mucho tiempo con él?" preguntó Poppy, la duda cubriendo
su voz.
"No", respondió Severus de inmediato. “De hecho, podemos contar con que Black se quejará extensamente al
respecto. Pensará que Harry estará bien con algunas pociones y mágicamente mejorará. No creo que realmente
entienda el efecto que las drogas muggles tuvieron en él o el efecto de lo que le sucedió. Quizás necesitemos
encontrar algunas alternativas mágicas para que se dé cuenta del alcance de la enfermedad de Harry”.
“Black no está mentalmente preparado para lidiar con esto, apenas logra recuperar la cordura tras su estancia en
Azkaban, y no me sorprendería que no comprenda la gravedad de lo que le pasó a Harry. He estado tratando de
que se dé cuenta de esto durante años, pero él seguía alejándome, insistiendo en que estaba bien”. afirmó
Poppy, sacudiendo la cabeza con irritación.
"Si algo o alguien puede lograr que te vea, incluso yo tengo que admitir que es Harry". dijo Severus, era extraño
decir el nombre del adolescente. No solo porque a menudo se había referido a él mentalmente como Potter, sino
porque llamaba a todos sus estudiantes (niños de once a diecisiete años) por su apellido. Poppy, Filius, Pomona,
Minerva y Albus fueron los únicos a los que llamó por su nombre también, el resto de los profesores también
fueron llamados por su apellido.
“Obviamente, dado que aceptó venir a verme”, coincidió Poppy, “puede que no le gusten los resultados de mi
diagnóstico, ¿lo has visto recientemente? No se está cuidando a sí mismo, está... bueno... descuidado y huele mal.
"Después de tanto tiempo en Azkaban, no se considerará como tal... pero obviamente Lupin no ha tenido el coraje
de decírselo". dijo Severus con ironía, y para un hombre lobo el olor debe ser espantoso.
"No se ha cuidado a sí mismo, por lo que las posibilidades de que tenga algo mal son francamente grandes". Le
dijo Poppy.
Severus asintió en acuerdo. “Ve a descansar un poco, me quedaré aquí esta noche, de hecho con ese hechizo
útil creo que intentaré dormir un poco más. Aunque no creo que lo haga, estoy demasiado despierto para eso”.
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“¿Le daré sus pociones?” preguntó Poppy, mirando la hora. "De todos modos, ahora mismo le corresponden dos".
uno para su mente y el otro era su antibiótico.
"Adelante", respondió Severus, "Disculpe". añadió dirigiéndose al baño, para aliviarse y aliviar la presión
en su vejiga. Luego se frotó las manos y los brazos, asegurándose de que estuvieran completamente limpios
antes de limpiarlos con una toalla que acababa de colocar allí. No podían permitir que ninguna bacteria se acercara a
Harry, por eso tenían jabón antibacteriano en el baño. Colocando la toalla en el cesto para que los elfos domésticos la
limpiaran, salió del baño y vio a Poppy deletrear la última poción en el estómago de Harry. Los viales vacíos se
colocaban entonces en un pequeño contenedor junto con los demás, se limpiaban y luego se reutilizaban; era
demasiado caro tirarlos al contenedor después de usarlos sólo una vez.
Especialmente considerando todas las pociones que tuvieron que crear, definitivamente sería demasiado costoso.
"Esas son las pociones hechas para esta noche, sólo las necesitará nuevamente en la mañana, alrededor de las diez
en punto". Dijo Poppy sin siquiera tener que darse la vuelta, sabiendo que estaba hablando con Severus.
Para entonces sería ella la que estaría de turno, moviéndose hacia el final de la cama y levantando el portapapeles
(habiéndolo puesto allí por pura costumbre) y garabateando la información necesaria usando un bolígrafo de tinta,
un objeto muggle que Severus le había presentado y ella los amaba. Especialmente al escribir gráficos, parecía
mucho más ordenado y tomaba menos tiempo, especialmente cuando tenía prisa o tenía más de un paciente.
"Bien", murmuró Severus, bostezando detrás de su mano, sorprendido de estar bostezando, había dormido más esta
noche que en lo que ya eran tres días. Ya era cuatro de agosto, ya que era pasada la medianoche, difícil de creer,
pero eso no lo hacía menos cierto.
"Si vamos a ser su cuidador principal, ¿crees que deberíamos asignarle una habitación en otro lugar?" se preguntó
Poppy, todavía de pie.
“Bueno, Albus dijo que esta habitación era sólo temporal, pero no tengo idea de lo que ha planeado.
Harry está demasiado enfermo para tener su propia habitación, así que eso está fuera de discusión”. respondió
Severus, a decir verdad, preferiría sus propias habitaciones. Era extremadamente extraño estar en las habitaciones
de Albus, y especialmente dormir allí. Le habría sorprendido haber podido dormir si no fuera por el hecho de que
había estado a punto de colapsar donde estaba. Sus protecciones alrededor de sus habitaciones eran en realidad
más fuertes que las de Albus, lo cual era sorprendente. Por otra parte, Albus en realidad controlaba las barreras en
todo Hogwarts, sabría si alguien se acercaba a su oficina, no importa si sabían la contraseña para entrar. Tenía
control limitado de las mazmorras, en territorio de Slytherin, por lo que sabía dónde estaban sus Serpientes. estuvieron
en todo momento. Incluso el control de Minerva sobre Hogwarts como subdirectora era limitado, una versión fantasmal
del de Albus.
"Tienes una habitación libre, es grande, aireada y transmite una sensación de tranquilidad". ­señaló Poppy­.
Se podía ver debajo del lago, uno de los encantos que hay en él y se podían escuchar las olas y los sonidos
generales del agua. Era una de las razones por las que Severus no había usado esa habitación, honestamente no
había querido silenciar la maldita pared cada vez que el hechizo desaparecía.
"Aunque sería ideal, no quiero a Black ni a Lupin en mi vivienda". dijo Severus, él trazó el límite en eso.
"Si llegan a verlo ahora, sólo se les permitirá estar en la habitación unas horas, menos por el momento, porque está
muy enfermo; se implementarán horarios de visita". dijo Poppy, ella no iba a
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Tratar de mejorar a Harry con Sirius y Remus sentados ahí mirándola cada minuto del día. Ella trazó el límite en
eso, además necesitaba la ayuda de Severus, desesperadamente, y si Remus y Sirius iban demasiado lejos, sabía
que él retiraría no sólo su ayuda sino completamente. Ella no podía hacerlo todo por sí misma, y Severus no lo
haría por despecho, simplemente no podía lidiar con Sirius o Remus; algunas heridas eran demasiado profundas.
Nada más profundo que el hecho de que casi lo mataron o, peor aún, lo dejaron con una vida maldita: como
hombre lobo. Muchos no sobrevivieron al ataque de un hombre lobo, y considerando que acababa de convertirse...
si Sirius no hubiera revelado lo que hizo, Severus habría estado allí toda la noche, realmente no habría tenido
oportunidad de sobrevivir. Tendría que vigilarlos en todo momento. Más trabajo para él, era lo último que necesitaba
pero era mejor que la alternativa.
"Esa es una muy buena idea", dijo Severus, "aunque Black probablemente peleará contigo cada vez que pueda".
“De eso no tengo ninguna duda”. murmuró Poppy, sus labios temblando divertidos.
"Ir a dormir." dijo Severus, sentándose en su cama, realmente debería darse una ducha, la necesitaba
desesperadamente. De hecho, preferiría un baño, tendría que levantarse media hora más temprano; con suerte, eso
significaría poder bañarse en paz.
"Está bien, te veré mañana, si me necesitas antes, entonces sabes dónde estoy". dijo Poppy, agarrando su
bolso, todas las pociones necesarias habían sido sacadas de él. Pensó en mencionar más mientras salía de la
habitación y usaba el fuego de Albus para regresar a sus habitaciones mediante la red Flu. No pensó mucho
después de eso, ya que se deslizó en su cómoda y cálida cama y se quedó dormida casi de inmediato.
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“¡Pequeño!” llamó Albus, sentándose en la silla, después de haber hechizado el fuego para que ardiese en su
sala de estar, calentándolo. En un castillo podría haber muchas corrientes de aire y muy rápidamente. Así
que las mañanas siempre eran frías y, por lo general, los elfos domésticos lo hacían antes de que él despertara.
Desafortunadamente ya no podía dormir, estaba demasiado ansioso.
"Desayuno para el director Dumbledore y el profesor Snape". dijo Bitsy apareciendo en la habitación, colocando
el plato grande sobre la mesa.
"Gracias", le dijo Albus agradecido. Ya se sirvió un café negro fuerte y le añadió dos cucharadas de azúcar,
lo cual le gustó porque le daba una energía que a veces simplemente no tenía.
No se sorprendió cuando Severus salió por la puerta, no sólo era un madrugador sino que le encantaba el café de
la mañana. De hecho, los estudiantes estarían en peligro si Severus se viera obligado a enseñar sin él. Teniendo en
cuenta cómo se comportaba durante las clases, uno pensaría que no podía empeorar con ellas, pero la verdad
era que sí. No era un mal profesor per se, simplemente tenía... mal genio, y que los estudiantes cometieran
errores tontos que podrían causar explosiones devastadoras no ayudaba. Incluso enseñar Transformaciones había
sido una clase complicada, con hechizos contraproducentes; simplemente se alegraba de que no hubiera tenido que
enseñar Pociones. Cuando Horace había enseñado al principio, había un estudiante en la enfermería durante cada
clase, había sido interminable. Quizás porque era demasiado blando con ellos y no les prestaba la atención
que debía.
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"Buenos días", dijo Albus, observando a Severus de cerca mientras se servía una bebida y se sentaba. Parecía un poco
incómodo, pero siempre lo estaba cuando no estaba en su propio territorio.
"Harry se despertó", reveló Severus, deliberadamente cuando Albus estaba bebiendo su café, lo que lo sobresaltó y farfulló.
"¿Y?" preguntó Albus, conteniendo la respiración, demasiado ansioso por una respuesta como para darle a Severus una
mirada mordaz por hacerlo farfullar de todas las cosas.
“Y nada”, respondió Severus, “comenzará a sanar, aprenderá a confiar en nosotros y luego descubriremos el alcance del daño.
Considerando que no hizo ningún sonido... va a ser un largo e insoportable camino para mejorarlo”.
Albus tragó saliva, "¿Ni siquiera un solo sonido?"
“No, nada, cuando empezó a cansarse una mirada de frustración apareció en su rostro, pero aun así permaneció en
silencio.” dijo Severus honestamente.
Albus frunció los labios y frunció el ceño mientras pensaba en la nueva información.
¿Qué significaba? ¿Harry ni siquiera sería capaz de hablar? ¿O simplemente estaba demasiado traumatizado como para no
querer hacerlo? ¿O está tan acostumbrado a que nadie lo escuche que siente que es inútil desperdiciar su energía hablando?
¿Había olvidado cómo hablar? ¿Podría siquiera recordar cómo mantener una conversación? A la edad de cuatro niños,
¿sabía lo básico Harry? ¿O iban a tener que enseñarle todo desde el principio? No le importaba en sí, sólo quería que
Harry mejorara. No se hacía ilusiones de que Harry estaría bien a tiempo para que Hogwarts comenzara y ni siquiera
contempló la idea. No, a Harry le tomaría años
para recuperar.
"No te preocupes demasiado, no hay nada malo con sus cuerdas vocales y era bastante hablador cuando era niño". afirmó
Severus.
Los labios de Albus se torcieron, "Eso era", admitió, cuando era niño había sido adorable. "Querido Merlín, espero que
no nos demoremos después de la muerte de Severus... porque si Lily viera que le hicieron esto a su hijo..." su rostro se
estremeció de agonía. James también había amado a Harry, pero Lily había estado muy orgullosa de su hijo. James había
estado ocupado trabajando gran parte del tiempo, por lo que Lily había podido vincularse con su hijo de una manera que
James no lo había hecho. Quizás sea por eso que el vínculo entre madre e hijo había sido tan fuerte que ella fue,
literalmente, capaz de salvarlo de las fauces de la muerte.
"Lo sé." dijo Severus, haciendo una mueca amargamente.
De repente, la red Flu se activó y escupió a un recién llegado.
"¿Estoy interrumpiendo algo?" preguntó Poppy, sintiendo la tristeza en la habitación.
"Por supuesto que no", dijo Albus, "¿Has desayunado?"
"Sí, he estado levantada desde las seis", admitió Poppy, sentándose y alcanzando la cafetera. "Aunque no me importaría
tomar una copa".
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“¿Supongo que Black y Lupin lo han sido?” dijo Severus astutamente, parecía agotada. No es que las personas
que no la conocían, o que no la conocían muy bien, pudieran saberlo. En realidad, nunca mostraba sus
emociones al extremo, a menos que estuviera bajo una inmensa tensión. Eran sólo los músculos tensos de su
rostro, los labios fruncidos, los ojos apretados y la mandíbula apretada cada pocos segundos.
“Sí”, admitió Poppy, frotándose la frente claramente agitada.
"¿Como le fue?" preguntó Albus, sabía que Severus estaba desesperado por preguntar pero nunca
preguntaría sobre el bienestar de Sirius o Remus.
"No es bueno", dijo Poppy, "Black tuvo un ataque, no es que hubiera esperado lo contrario".
Severus arqueó una ceja, ¿ella lo estaba llamando Black? Bueno, eso fue una sorpresa, debe ser la primera vez
que ella debe estar realmente furiosa con él. Ella no lo había llamado Black desde que se graduó en Hogwarts.
Tenía sus "favoritos", pero nadie sabía realmente quiénes eran a menos que recibieran un trato especial. Que
se salieran con la suya en cosas que los estudiantes normales no hacían.
Hubo una noche en la que ella usó su nombre de pila, la noche en que casi fue atacado por un hombre
lobo. El shock casi había causado que su cuerpo se apagara, pero con cuidado Poppy lo ayudó y lo sacó de
allí. Cuando era niño había estado furioso porque Dumbledore lo había escondido debajo de la alfombra.
Aunque de adulto lo entendió a regañadientes. Había estado defendiendo a un estudiante algo inocente y a su
propio trasero. Él había sido quien había dejado entrar a un hombre lobo en una escuela llena de estudiantes, no
solo Albus habría sido obligado a retirarse o despedido, Black habría sido expulsado y Remus sentenciado a
muerte o Azkaban.
“¿Cuánto falta para que puedan visitarnos?” cuestionó Albus.
"De una semana a tres meses, tiene una infección bronquial, probablemente ha estado allí desde que estuvo
en Azkaban o después de salir". respondió Poppy: "Está tomando antibióticos, siempre y cuando los tome".
"¿Qué hay de Remus?" se preguntó Albus.
“Tiene un pequeño resfriado que con unas pociones se le curará en unos días”. respondió amapola.
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Capítulo 8
Mi protector oscuro
Capítulo 8
Remus se apareció en su apartamento y en el de Sirius, desde que Sirius salió de Azkaban se habían
mudado al apartamento que el tío de Sirius había pagado. No es que importara ahora, ya que Sirius era el
heredero de toda la fortuna Black. Por alguna razón, los padres de Sirius no lo habían expulsado
oficialmente de la finca Black en Gringotts. Solo el árbol genealógico en su casa, y le impidió obtener más
dinero, pero desde que murieron, él fue el único que quedó capaz de hacerse cargo.
Quizás inconscientemente se habían dado cuenta de que Sirius tenía la mejor oportunidad de sobrevivir,
después de todo, Regulus se había unido a Voldemort. Había traído sus cosas aquí, no es que fueran muchas,
pero ahora estaban todas en el sótano. Sirius había contratado a alguien para rehacer toda la casa; se
notaba que ahora tenía el sello de un sangre pura en lugar del piso de soltero que había sido antes. Si tan
solo Sirius se cuidara a sí mismo de la forma en que se había hecho la casa... pero no, no fue así.
"Tengo las pociones", dijo Remus, poniendo la bolsa sobre la mesa, antes de abrirla y entregarle los
antibióticos en silencio. Había escuchado todo lo que Poppy había dicho, sabía que Sirius estaba completamente
mortificado, tal vez debería haber dicho algo. ¿Seguramente hubiera sido mejor viniendo de él que de
alguien como Poppy?
Sirius refunfuñó en voz baja, antes de tomar de mala gana la poción, descorcharla y beberla de una sola
vez. Odiaba las pociones, ¿por qué tenía que tomar esas malditas cosas? Oh, sí, sabía por qué, porque
Poppy lo amenazaba con no dejarle ver a su ahijado si no se los llevaba. Ella no tenía derecho a decirle cómo
vivir su vida. Que es exactamente lo que le dijo a Remus, sintiendo como si todos estuvieran conspirando
contra él.
"Escuchaste lo que dijo, si Harry termina con tu infección, podría matarlo... no quieres eso, ¿verdad?" declaró
Remus suavemente.
"No", murmuró Sirius, sacudiendo la cabeza con irritación.
"Entonces completa el curso, estarás bien antes de que te des cuenta, entonces podrás ver a Harry". dijo
Remus, no se hacía ilusiones de que Poppy cambiaría repentinamente de opinión. No, Harry necesitaba
que lo mantuvieran sano, por el bien de todos. Si moría... Remus sabía que Sirius se suicidaría por
desesperación. No podría vivir sin Sirius; ya había perdido a tres miembros de su manada, dos por muerte y
un tercero por el lado oscuro.
"Pero podrían ser tres meses", se quejó Sirius.
"Podría ser", estuvo de acuerdo Remus, "pero puede que no, podrías estar mejor en una semana
después de los antibióticos". tenía que tomar cuatro pociones cada día, una hora antes de comer cualquier
cosa. Sinceramente, le sorprendió que lo único que tuviera fuera una infección. Por la forma en que Sirius
la había estado evitando, había asumido que Sirius había estado sintiendo algo mucho peor en cuanto a su salud.
"Eso espero, quiero estar ahí cuando Harry despierte". dijo Sirius con determinación.
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Remus cerró los ojos con desesperación, parecía como si Sirius estuviera en algún tipo de negación.
Sentándose, exhaló bruscamente, no sabía qué hacer. "Harry no se despertará y se arrojará a tus brazos, recordando
quién eres como si los últimos catorce años no hubieran sucedido". Señaló lo más suavemente posible.
Dudaba mucho que Harry confiara en alguien poco tiempo después de lo que había pasado. Oh, ¿sabía que debía
ser malo que un mago como Severus perdiera el control y la matara? Después de todo lo que había visto como
mortífago… sí, lo malo de alguna manera simplemente no era suficiente.
"No, pero él sabrá que estoy ahí, que siempre estaré ahí para él". dijo Sirius rotundamente.
Remus no dijo nada en respuesta, ¿qué podía decir que no lo hubiera hecho ya?
"Podrás verlo antes que yo", añadió Sirius hoscamente.
"Si quieres, esperaré hasta que estés mejor, podemos verlo juntos". dijo Remus, pellizcándose la pierna,
impidiéndose decir lo que realmente pensaba. Ese Sirius era un maldito niño en el cuerpo de un hombre. ¿Qué
más podría pensar? Llegaste primero, no es justo, como si quisiera ver a Harry en tal estado. Tener que esperar
probablemente fue algo bueno; No había estado comiendo adecuadamente desde que vio a Harry. Era como un
niño de doce años, delgado, demacrado, y las llagas… eran horrendas, y sí, sabía lo que eran gracias a Poppy.
No tenía experiencia en enfermería ni en curación, por lo que no estaba al tanto de lo que eran.
"¿Tu harías eso?" preguntó Sirius sorprendido.
"Por supuesto que lo haría", respondió Remus, poniendo los ojos en blanco. "Esperamos que cuando visitemos a
Harry se vea mucho mejor".
"Lo hará, al menos las heridas desaparecerán y estará más saludable", dijo Sirius asintiendo sabiamente.
"Si esperamos tres meses, entonces sí, las heridas mejorarán mucho, pero estarán lejos de desaparecer". dijo
Remus, ¿No vio Sirius lo profundos que eran? Si no se habían ido ya, el proceso de curación iba a ser largo. No
todo se puede curar automáticamente con magia o pociones al instante.
"No seas tonto, probablemente ya se han ido", dijo Sirius, sacudiendo la cabeza divertido por la tontería de Remus.
“Sirius, esas llagas deben curarse capa por capa, sus huesos se veían.
Pasará mucho tiempo hasta que desaparezcan por completo”. Remus una vez más señaló al engañado animago.
No era sólo piel la que necesitaba volver a crecer... o volver a crecer.
Sirius no respondió, simplemente se levantó y arrojó el frasco a la basura, habiendo tomado su poción.
Remus lo vio irse, sintiéndose ya agotado y aún era de mañana. Lo peor aún no había pasado, se dio cuenta,
cuando Sirius lo viera nuevamente la negación se iría y la ira se mostraría. Si se enojaba delante de Harry... Poppy
nunca les permitiría visitarlo de nuevo. Tendría que asegurarse de que Sirius tuviera una dosis calmante en su
sistema; incluso ellos no harían mucho. No era sólo de Poppy de quien tenían que preocuparse, se dio cuenta
tardíamente, sino también de Severus y Albus. Albus había estado muy enojado con ellos por las travesuras
infantiles de Sirius, y
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Sabía que no era por cansancio. Habían visto a Albus aún más exhausto durante la guerra, y él no les había
hablado así entonces. No, lo que había visto obviamente lo había cambiado; en cierto modo, lo poco que había
visto también lo había cambiado a él.
“¿Desayunaremos algo ahora?” gritó Sirius.
"Sí", respondió Remus, levantándose, Sirius no podía cocinar nada; Incluso quemó tostadas cuando intentó
prepararlas. Sucedió cuando tenías un elfo doméstico que se ocupaba de todas tus necesidades durante la
niñez y la adolescencia. Cuando Sirius finalmente se mudó al departamento, había vivido de comida para llevar,
ya sea del Caldero Chorreante o cosas traídas a casa de la cafetería del Ministerio. Por supuesto, hubo
ocasiones en las que Lily le trajo comida, en su mayoría sobras de las comidas que Lily y James comieron.
“¿Quieres ayuda?” preguntó Sirius, sentándose en la mesa de la cocina.
"Estaré bien", afirmó Remus, sabiendo que solo sería buscar problemas si Sirius se acercaba a algún
utensilio de cocina. No tenía la paciencia para lidiar con ningún error hoy; se sentía muy nervioso. Además,
sentía demasiado calor y temblaba al mismo tiempo; sin duda era su resfriado. Debería tomar un poco de pimienta,
pero esperaría hasta haber preparado el desayuno y tal vez tomaría una siesta. La noche anterior su sueño
había sido muy turbulento. Se había despertado al menos diez veces desde que recordaba, por lo que no hace
falta decir que había sido muy insomne y desalentador.
"¿Como dormiste anoche?" preguntó Sirio. Sin Remus siempre tuvo pesadillas feroces, de su tiempo
en Azkaban. Afortunadamente, después de la primera semana, Remus pareció darse cuenta de que su presencia
ayudaba y habían comenzado a compartir cama.
"No muy bien", admitió Remus, preguntándose interiormente si Sirius podría leer su mente; era espeluznante.
Sirius había estado bien, de hecho no se había movido en toda la noche, luego nuevamente se había agotado
llorando tanto en las habitaciones del Director como cuando regresaron.
“¿Compraste algunos borradores para dormir sin sueños mientras estabas fuera?” Entonces Sirius preguntó.
"No, ¿quieres un poco?" se preguntó Remus, dando vueltas por la cocina mientras preparaba el desayuno.
El olor ya estaba flotando en el aire, y olía bien a pesar de que ninguno de los dos tenía mucho apetito, o mejor
dicho… no lo tenía, Sirius parecía estar bien. Luego nuevamente se mostró en negación; realmente pensó
que Harry estaría bien después de unos días.
"Creo que al menos deberías tener uno para ayudar esta noche", dijo Sirius distraídamente.
"Podré dormir sin problema", reveló Remus, cuando estabas enfermo siempre dormías fácilmente, era como si
tu cuerpo supiera que dormir era lo mejor para él, ya que combatía cualquier virus o infección que tuviera. .
"Bien", respondió Sirius, no dispuesto a discutir con Remus en este momento.
"Deberías ir a darte un baño y descansar un poco después del desayuno, es la forma más rápida de mejorar".
comentó Remus. "De esa manera podrás ver a Harry antes". usarlo hizo que Remus se sintiera fatal, Harry
estaba pasando por suficiente. Sin embargo, sabía que esta sería la única manera de comunicarse con Sirius:
simplemente era demasiado terco.
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Sirius se sonrojó profundamente, recordando lo que Poppy había dicho: nunca antes en su vida se había
sentido más humillado por la forma en que ella le habló.
­­­­­­­­­0 Flash atrás 0­­­­­­­
"¡Sirius, es demasiado pronto para esto!" siseó Remus, mientras seguía a Sirius, habiendo sido arrastrado fuera
de su cama al amanecer para vestirse, preparar el desayuno y venir a Hogwarts. Sirius había empacado una
docena de cosas en un cofre para dárselas a Harry, bajo la impresión de que podría verlo y estaría despierto.
“Llevan días despiertos ayudándolo, están agotados, déjenlos dormir”. añadió todavía siseando. No sabía por
qué, Hogwarts estaba vacío, y otra vez estaban los profesores, no sabía quién sabía sobre Harry todavía y no
quería correr el riesgo de que alguien lo escuchara. La advertencia que Dumbledore había dicho lo había
sacudido, más que nada porque sabía que era verdad. Sirius no estaba en condiciones de cuidar de Harry en
absoluto.
"Quiero ver cómo me voy... a él", dijo Sirius, mirando a su alrededor con inquietud, lo que revivió mucho a
Remus, parecía como si al menos hubiera logrado comunicarse con él.
"Sí, pero ¿no es mejor venir a una hora más razonable?" preguntó Remus, estaban exhaustos, no era
justo despertarlos después de todo lo que habían estado cuidando de Harry.
"Estamos aquí ahora", dijo Sirius, sin cambiar de opinión, incluso si sentía una pizca de culpa; inmediatamente la
olvidó en su deseo egoísta de ver a su ahijado.
"Bien", murmuró Remus, sacudiendo la cabeza tediosamente. Honestamente, Sirius era simplemente
testarudo y tenía una mente única que rara vez pensaba en los demás. Sirius necesitaría cambiarse y ayunar
si quería tener algo que ver con Harry.
Sirius abrió con entusiasmo las puertas de la enfermería y no se sorprendió al verla desierta ya que Hogwarts no
estaba en sesión. Caminando por el centro, pasando por las camas cuidadosamente hechas, que por el momento
no estaban en uso. Llamando ruidosamente a la puerta de Madame Pomfrey, esperando impacientemente
una respuesta.
"Ella no está aquí", dijo Remus, afirmando lo obvio.
“Ella sabrá que estamos aquí, ¿recuerdas? Tiene salas en el hospital que le avisan si alguien entra”. dijo
Sirius con aire de suficiencia, debería saberlo ya que lo habían atrapado muchas veces tratando de visitar a
Remus antes de clases después de la luna llena. Solía volverla loca tratando de mantenerlo fuera de su
enfermería, especialmente durante la temporada de gripe. Lo último que quería era que él estuviera enfermo en
la enfermería de su hospital; solía causar estragos cuando estaba aburrido; todavía lo hacía.
Remus se mordió la lengua antes de sentarse en una de las sillas cerca de la puerta, completamente cansado.
Sólo podía imaginar lo que estarían sintiendo Albus, Severus y Poppy. Tendría que disculparse con
ella, por Sirius, otra vez. Estaba empezando a perder la cuenta de cuántas veces se había disculpado por
las payasadas de Sirius estos días. Tenía la sensación de que a Sirius no le iban a gustar los resultados del
escaneo, no se había cuidado y había mucho que podía hacer para ayudarlo.
Sirius volvió a tocar persistentemente, molesto porque ella no le respondía.
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"Dale un respiro", espetó Remus, "Dale la oportunidad de venir".
"Alguien se levantó del lado equivocado de la cama", murmuró Sirius, poniendo los ojos en blanco antes de dejarse
caer junto a Remus.
"Tú", dijo Poppy, no impresionada, mirándolos, "¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó, sabiendo ya la respuesta.
Severus había tenido razón después de todo, no es que a ella le sorprendiera.
"El chequeo", dijo Sirius como si no hubiera despertado al sanador.
"¿Y no pensaste en venir a una hora más razonable?" preguntó Poppy, con el rostro en blanco mientras los miraba.
"Quiero ver a mi ahijado", respondió Sirius a modo de explicación.
Poppy cerró los ojos y oró pidiendo paciencia: "Entonces terminemos con esto de una vez". dijo ella, llevándolo a
la cama más cercana y corriendo las cortinas alrededor de ambos para darle una apariencia de privacidad. Estaba
tan agotada que se olvidó por completo de lanzar sus habituales hechizos silenciadores.
El hechizo para hacerle un chequeo a una persona era estrictamente no evasivo. Sin embargo, hizo bien su trabajo y
también a fondo. Sin embargo, la persona que recibió el hechizo sintió un pequeño cosquilleo en todos los lugares donde
lo comprobó. El hechizo de diagnóstico no causó ese efecto, pero eso tal vez se deba a que cuando alguien (en su mayoría
curanderos) generalmente lo lanzaba, el paciente estaba inconsciente.
“¿Harry siempre estará en la oficina del director? Quiero decir, ¿no puede venir a mi piso?
Hay mucho espacio para él”. dijo Sirius, con entusiasmo.
Poppy simplemente lo miró atónita, no podría haber formulado una respuesta ni siquiera si lo hubiera intentado.
Unos segundos más tarde, el pergamino con los resultados del chequeo de Sirius se desplegó desde su varita,
sacándola de allí. Ella automáticamente lo agarró con facilidad. Volviendo a colocar su varita en la funda de su brazo, la
desenrolló y comenzó a leer los resultados. Estaba desnutrido, como era de esperar, ya que Azkaban no era
conocido por sus alimentos nutritivos. Definitivamente no podía acercarse a Harry, se dio cuenta, tenía una infección
bronquial. Necesitaría antibióticos, podría desaparecer en una semana o tres meses.
"Deberías haber venido a verme antes, necesitas antibióticos", afirmó Poppy bruscamente. "No puedes ver a Harry hasta
que eso se aclare".
"¿Cuánto tiempo?" exigió Sirius, "Quiero verlo".
"De una semana a tres meses, depende... teniendo en cuenta cuánto tiempo lo has tenido, puede llevar un tiempo". dijo
amapola.
“¡No voy a esperar tanto para ver a mi ahijado!” se quejó Sirius.
"Lo siento, pero Harry no puede estar cerca de alguien con tu tipo de infección; podría matarlo". Ella explicó.
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Sirius se burló, si no lo hubiera matado no mataría a Harry ­ como siempre estaban exagerando y manteniéndolo alejado
de su ahijado. “Estará bien; No me ha hecho nada ahora, ¿verdad?
“Aparte del hecho de que estás desnutrido, apuesto a que te sientes débil todo el tiempo, toses incesantemente y sientes
dolores en el pecho. ¿Sí? Eso es por la infección. Ahora te recetaré antibióticos, pero tendrás que ir a San Mungo a
buscarlos, Severus aún no había preparado las pociones para el hospital. dijo Poppy, sacando un pequeño trozo cuadrado
de pergamino y golpeándolo con su varita. La escritura de llamas comenzó a extenderse por él, junto con su firma, lo que
significa que era real.
"No puedes impedir que vea a Harry". dijo Sirius engañosamente tranquilo.
"Descubrirás que puedo y lo haré, Harry no está en condiciones de recuperarse si otra enfermedad lo golpea, ya es
vulnerable a todo tal como está". dijo Poppy, lo revisaban regularmente para detectar todo, especialmente
neumonía, que es algo que la mayoría de las personas contraen cuando su sistema inmunológico se está recuperando de
alguna otra enfermedad, especialmente la gripe. Colocar los resultados de Sirius en el gabinete, teniendo todo lo que
necesitaba.
"Soy su guardián mágico, no puedes detenerme". declaró Sirius bruscamente.
"Aquí está la receta para los antibióticos, tómalos cuatro veces al día, también te sugiero que te bañes, no es de extrañar
que estés enfermo". dijo Poppy, empujándolo hacia su mano y llevándolo fuera detrás del área de la cortina.
"Lo siento", susurró Remus avergonzado hasta la médula, mientras se sentaba.
Poppy simplemente carraspeó, mientras quitaba su varita nuevamente y lanzaba el hechizo sobre Remus.
"¿Como es el?" preguntó Remus pensativamente.
"Ya viste cómo estaba", dijo Poppy secamente, simplemente no estaba de humor para ser amable. La habían
levantado a las seis de la mañana, ya no volvería a dormirse y, a pesar de que era lo más largo que había dormido,
todavía estaba cansada.
Remus no dijo nada a cambio, simplemente observó cómo Poppy tomaba el pergamino de su varita. Una vez más,
deslizando su varita en su funda, miró los resultados. Estaba sano, un poco bajo de peso para un hombre de su edad y
tamaño, y un pequeño resfriado aparte de eso estaba bien. "Tienes un resfriado, unos días de descanso y un poco de
poción Pepper­Up y estarás bien".
"Gracias", dijo Remus en voz baja. “¿Qué causó esas… heridas?” No había pensado que los muggles fueran
capaces de tales cosas.
“Son escaras, se producen por la presión, por ejemplo, estar sentado o acostado en la misma posición durante un período
prolongado de tiempo. Se desarrollan rápidamente pero pueden ser extremadamente difíciles de curar”. dijo amapola.
"Recuerda, poción de pimienta".
"Todo bien gracias." dijo Remus, levantándose de nuevo.
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"Disculpe", dijo, saliendo rápidamente de la sala principal y entrando a su oficina, la red Flu se activó unos
segundos después.
“¿Escuchaste lo que dijo?” Sirius se quedó boquiabierto, sacudiendo la cabeza mientras la ira comenzaba a invadirlo.
"Vámonos a casa, tendré que recoger tu receta", dijo Remus, sacando a Sirius de la enfermería. Siempre era mejor
dejar que Sirius desahogara su ira y luego disculparse que discutir con él. Discutir solo garantizaba dos o tres días de
petulancia, algo que no quería especialmente ahora de todos los tiempos.
­­­­­­­­­0 Finalizar flash atrás 0­­­­­­­­­­­­­
"Buena idea", murmuró Sirius, era una ducha, no podía creer que Poppy le hubiera dicho eso. Desafortunadamente,
en Azkaban la higiene era lo primero, incluso antes que la cordura.
Remus suspiró agradecido cuando Sirius salió de la cocina para ducharse, tal vez superarían esto. Tan pronto como
Sirius se durmiera, tenía la intención de regresar a Hogwarts. Una larga conversación con Severus Snape estaba
en juego, y sólo esperaba que el mago hablara con él. Necesitaba respuestas adecuadas, Sirius podría estar lo
suficientemente dispuesto a vivir en negación, pero quería respuestas. Necesitaba saber por lo que había pasado Harry
para asegurarse de saber lo que estaba haciendo. No quería que su cachorro le tuviera miedo, así que tenía que
saber qué hacer y qué no hacer.
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Capítulo 9
Mi protector oscuro
Capítulo 9
Una habitación permanente para Harry
El desayuno se desayunó en silencio mientras todos reflexionaban sobre todo lo sucedido en los últimos días. Poppy
también se preguntaba qué pasaría después de las vacaciones de verano y cómo diablos iban a poder cuidar de Harry
cuando la escuela comenzara a tiempo completo nuevamente. Necesitaban comenzar a pensar a largo plazo,
alejar a Harry de todo lo que le resulta familiar después de dos meses causaría cantidades inconmensurables de
daño. Sería como un niño, deseando familiaridad y un sentido de pertenencia si las cosas salieran como quisieran…
si no salía bien, ni siquiera podía empezar a imaginar cómo sería Harry. No le gustaba pensar eso, pero Harry
podría terminar peor que Voldemort si se lo proponía. Podía odiar a todas las personas mágicas por lo que le habían
hecho, y odiar a todos los muggles por lo que le habían hecho. Tampoco querría culparlo porque ese conflicto la
enfurecía.
Necesitaba a alguien que le diera una buena idea del bien y del mal, que le ayudara a superar lo sucedido. Si tal
cosa es siquiera posible. ¿Cómo se podrían superar los horrores que habían visto? Sin embargo, con la ayuda de
Severus y la de ella, estaba segura de que podrían ayudar a Harry lo mejor que pudieran.
"Como le sugerí a Severus, realmente deberíamos darle a Harry una habitación permanente, moverlo después
de un tiempo podría tener un efecto perjudicial en su curación". dijo amapola. “Necesita comodidad, coherencia, un
lugar donde sepa que es suyo, ¿y Severus dijo que esto era sólo una configuración temporal? Sugerí las habitaciones
de Severus, serán muy relajantes para él y el agua siempre tiene un efecto calmante.
"O podría tener el efecto opuesto", señaló Severus sardónicamente. "Todo lo que podías escuchar bajo tierra era el
constante goteo de agua, aunque honestamente no recuerdo haberlo escuchado en la habitación... ¿verdad, Albus?"
es posible que simplemente estuviera distraído.
"Tienes razón, no recuerdo haberlo escuchado en la habitación", dijo Albus, pensativo, tratando de recordar
todo. En contra de sus deseos, ya que no quería revivir lo que había visto. Nunca podría pedir perdón a Harry, ni
siquiera si el niño estuviera dispuesto; lo que se había hecho era cruel y horrible, nunca se perdonaría a sí mismo
y mucho menos pediría perdón a alguien.
"Entonces debemos andar con cuidado", suspiró Poppy, ella no lo sabía todo y si hubiera estado goteando entonces
el agua sería lo último que Harry necesitaría tener cerca constantemente.
"¿Es algo así realmente tan importante?" preguntó Albus, mirando entre ellos. ¿Por qué una habitación tendría
un impacto tan significativo en Harry?
“En cierto modo, sería como arrancar a un niño, y Harry se sentiría inquietado por ello, aunque nadie sabe qué tan
inquietante sería… no sabemos cuán volátil podría ser si entrara en pánico. Él era
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aterrorizado por nosotros, el movimiento constante descarrilaría su... bueno, cualquier mejora que pueda hacer".
dijo Poppy, sin estar segura de cómo expresar lo que Harry estaba pasando.
"Entonces tal vez deberíamos conseguir una ubicación permanente hoy", dijo Albus, palideciendo al pensar, ni
Poppy ni Severus habrían mencionado el tema si no fuera importante. No quería nada que pudiera descarrilar
la recuperación de Harry, por lo que se instalaría una habitación permanente de inmediato. “La
pregunta es ¿dónde? ¿Lo quieres en tus habitaciones, Severus? consciente de que apreciaba su privacidad.
"Realmente no veo ninguna alternativa, ¿y tú?" dijo Severus, mostrando su descontento por tener que hacer
esto, pero al hacerlo estaba dando su consentimiento y demostrando que estaba dispuesto a hacer lo que
fuera necesario para ayudar a Harry. La vivienda de Poppy sólo tenía un dormitorio; estaba detrás de su
oficina y del ala del hospital. Simplemente no había manera realista de dejarlo vivir allí.
“Prince Manor”, sugirió Poppy, “Privacidad, los acres y acres de tierra, él no sería visto y, francamente, no
tendríamos que preocuparnos de que él iniciara a los estudiantes. Las noticias llegarían a Hogwarts más
rápido que un rayo.
“En realidad, es mejor si los estudiantes saben que hay alguien en Hogwarts que no es un estudiante.
Si lo descubren ellos mismos, sentirán diez veces más curiosidad. Si ya lo saben, no estarán interesados
en lo más mínimo”. Dijo Severus, gruñendo levemente mientras movía su pierna que había muerto.
“¿No intentarán verlo ellos mismos? ¿Y el Ministerio? preguntó Poppy sorprendida por lo que Severus estaba
proponiendo, era muy arriesgado.
"¿Crees que realmente les gusta todo lo que dice Albus?" afirmó Severus sardónicamente. "Es
arriesgado pero todo tiene el potencial de serlo".
"Sugeriría mantenerlo en secreto, al menos hasta que veamos cómo le va a Harry", dijo Albus, hablando.
"Puede que ni siquiera esté activo hasta después de las vacaciones o incluso el nuevo año escolar, dijiste que
el PT lleva mucho tiempo... ¿cuánto tiempo?"
"Depende de muchas variables, si las pociones funcionan completamente, cómo le va a Harry en el PT, cada
uno es diferente, ellos establecen sus propios ritmos; algunos necesitan mano dura, otros
estímulo". respondió Severus, “Es un trabajo extremadamente difícil, especialmente hasta que el cuerpo se
acostumbra. No es como cuando le doblamos las rodillas y los brazos para mantenerlos en movimiento”.
Señaló sabiendo que eso era en lo que Albus estaba pensando.
"No es sólo PT, Harry puede necesitar meses antes de levantarse de la cama". añadió Poppy.
No podían predecir nada; era simplemente imposible en este momento hasta que descubrieran más sobre
Harry.
"Tal vez debería hacerle una visita a Petunia, descubrir cómo era la vida de Harry antes de que ella le pusiera
las manos encima". se preguntó Albus. Su nombre era tabú, no lo usarían, siempre se refería a ELLA, no era
digna de un nombre por lo despreciable que era.
“Quieres saber qué tan mal abusaron de él allí. El hecho de que un niño de cuatro años herido estuviera
limpiando su habitación en el hospital en plena noche y que las enfermeras lo encontraran cada vez, lo dice todo.
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un cuento por sí solo sin el hecho de que no quería comer porque 'no se lo había ganado'”. Declaró Severus
bruscamente, dándole a Albus una mirada mordaz. Parecía completamente miserable sin saber lo que habían
hecho los Dursley. Habría sido completamente repugnante ver el despliegue emocional si, en primer lugar, Albus
normalmente no mostrara sus emociones, y en segundo lugar, no sintiera exactamente lo mismo.
"Quizás no fue una de mis mejores sugerencias", admitió Albus, solo quería saber todo para poder estar preparado
para todas las facetas del carácter de Harry.
"Ciertamente no lo es". Severus le dijo sombríamente.
"Tus habitaciones entonces, Severus", dijo Albus, cambiando de tema. “¿Deberíamos hacerlo ahora? ¿Mientras
duerme o qué? Luego preguntó más.
"Tendré que hechizarlo para que permanezca dormido, no podemos permitir que se despierte durante el viaje
por red Flu". declaró Severus, "Tendré que bajar y preparar la habitación, no se ha utilizado en años, no sé si los
elfos domésticos la limpian".
“Es verano; limpian todo, ya que no tienen nada más interesante que hacer”. Les dijo Albus, sonando divertido. Eran
francamente intolerables tratando de ver constantemente si necesitabas algo, evitando el aburrimiento por más
tiempo. No tenían sábanas que cambiar, ni sartenes que poner en la cama para calentarla, ni lavar, ni limpiar
después de los estudiantes y, especialmente, ninguna gran cantidad de comida que cocinar para los estudiantes.
Estaban cuidando a unos pocos miembros del personal que permanecieron en Hogwarts durante el verano.
Normalmente eran solo él, Trelawney y, por supuesto, Filch, pero ambos preferían comer en su oficina.
"Debería empezar", dijo Severus poniéndose de pie.
“Otra vez no”, suspiró Poppy exasperada, poniéndose también de pie.
"¿Qué?" preguntó Severus, arqueando una ceja hacia ella.
"Remus Lupin está en la enfermería", suspiró Poppy, haciéndole un gesto para que se fuera, "Adelante, me reuniré
contigo lo antes posible".
“¿Necesitas mi ayuda?” preguntó Albus, encontrándose realmente queriendo ayudar.
“No, quédate aquí”. dijo Severus, "No se le puede dejar solo".
Albus tragó saliva, "No sé qué hacer". admitió, con los ojos ligeramente abiertos. Sólo estar en esa habitación lo
abrumaba con culpa, ¿cómo podría siquiera comenzar a interactuar con Harry?
"Lo sabré en el momento en que comience a despertar, y regresaré", afirmó Severus, poniendo los ojos en blanco
antes de desaparecer abruptamente a través de la red Flu tan elegante como siempre.
"Disculpe", murmuró Poppy, siguiendo el ejemplo de Severus y se fue tan rápido como él, aunque no con tanta gracia.
­­­­­­­0
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Ala del hospital ­ Hogwarts
"¿Qué puedo hacer por ti, Remus?" preguntó Poppy, sacudiéndose el polvo distraídamente mientras salía
de su oficina, sin necesidad de ver al hombre lobo para saber que era él. Controlaba las salas del ala del
hospital ya que estaban conectadas a su oficina y a su vivienda. Su rostro era una máscara profesional,
nada indicaba que se había estado quejando antes de él o de Sirius Black.
"Sólo vine a... hablar, ya sabes, sobre Harry", dijo Remus, su tono inseguro y preocupado. Quería
saber qué había sucedido al mismo tiempo que lo temía. El lobo dentro de él había estado aullando
de furia por el daño hecho a su cachorro, y prácticamente había ronroneado cuando escuchó que
ella se había ido.
"Ven a mi oficina... pensándolo bien, sígueme", dijo Poppy, saliendo por completo de la enfermería.
Ella no sabía tanto como Albus o Severus, así que era mejor ir a la fuente de información.
Aunque no estaba segura de cómo reaccionaría Severus ante el hecho de que Remus Lupin
estuviera allí, eventualmente tendría que acostumbrarse ya que Harry iba a estar en las Mazmorras
a tiempo completo.
"¿A dónde vamos?" Remus soltó confundido, mientras se movían hacia el vestíbulo de entrada y
bajaban las escaleras. Un giro los llevó hacia las mazmorras y Remus de repente no necesitó su
respuesta para saberlo.
"Severus sabe más sobre esto que yo, él fue quien lo encontró", dijo Poppy con gravedad.
“Conozco lo básico y lo suficiente como para evitar dar vueltas equivocadas cuando se trata de
Harry. No lo sé todo y, francamente, no quiero saberlo. Todavía estoy tratando de aceptar el hecho
de que un médico, un sanador, que juró ayudar y salvar a la gente, haría daño a alguien”. Remus no
sólo podía sentir lo repugnante sino que podía sentirlo saliendo de Poppy en oleadas mientras
su ira aumentaba contra alguien de su profesión.
"Hay gente buena y mala en todos los ámbitos de la vida, Poppy, en todos los estilos de
vida, es inconcebible que estén en mejor situación, pero no deja de ser cierto", dijo Remus
ofreciendo una idea. “Había un asesino en serie muggle en el mundo muggle que se pensaba
que era un cirujano o alguien con conocimientos médicos ya que cortaba el cuello a sus víctimas
y les extraía los órganos. Sucedió hace mucho tiempo en el año 1888. No ayuda, lo sé, es sólo...
bueno, nunca conoces a alguien, ¿verdad?
"Evidentemente no", dijo Poppy con el estómago revuelto ante la idea. Olvidaba constantemente
que la madre de Remus era muggle, y sin duda él había aprendido mucha información del
mundo muggle gracias a ella. Deseaba poder creer que los muggles eran todos horribles, pero
considerando las vidas perdidas debido a Grindelwald y Voldemort a lo largo de los años, no podía.
Cómo el mundo mágico seguía prosperando, ella no sabía que era una locura.
"No creo que vaya a ser feliz", dijo Remus, con cautela, realmente no quería pelear ni discutir, solo
quería que alguien se sentara y le explicara por lo que Harry había pasado. Para poder calmarse
y descubrir la mejor manera de acercarse a él cuando estuviera mejor, y ayudar a su maldito lobo
que todavía estaba dando vueltas en el borde de su mente esperando su oportunidad para
atacar. "No es que alguna vez sea feliz".
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"Suficiente", espetó Poppy, girándose abruptamente para mirarlo. “Tiene derecho a estar descontento con todo
lo que le pasó, Remus Lupin. ¿Cómo te atreves a juzgarlo? Ha pasado por más de lo que jamás
comprenderás”. escupió furiosamente. Ella sabía por lo que él había pasado, ella había sido quien lo curaba
cada año, luego lo curaba cada vez que regresaba de las reuniones de los Mortífagos magullado y ensangrentado.
Ella había sido lo más parecido a una madre que Severus alguna vez había tenido, y él mismo lo había
admitido aunque estaba enfermo. Estaba tan cansada de los constantes menosprecios, cuando Severus siempre
hacía un esfuerzo extra cuando alguien resultaba herido.
Los ojos de Remus se abrieron ante el ataque inesperado. "Sólo quise decir que él nunca estuvo feliz de verme".
Poppy tosió un poco, se dio la vuelta y comenzó a caminar de nuevo, y Remus vio que sus mejillas estaban de
un rojo pálido mientras se movía apresuradamente. No dijo nada mientras seguía caminando, sabiendo en
parte que se lo merecía después de todo lo que él y sus amigos le habían hecho pasar a Severus en la escuela.
En muchos sentidos había sido peor, sabía que estaba mal y simplemente se quedó atrás y dejó que
sucediera. La amistad de James y Sirius había significado demasiado, todavía lo significaba en muchos sentidos.
Eran los únicos amigos que había tenido, desde que tenía uso de razón. Cuando era niño, antes de
Hogwarts, no se había hecho amigo de nadie. No sólo por el constante movimiento, sino que le aterrorizaba
que alguien descubriera quién era y lo sacrificaran como a un perro. Su padre siempre había despotricado
sobre los hombres lobo, podía recordarlos, su padre no lo sabía; antes de su muerte tampoco sabía que lo había
escuchado todo. Cómo debían ser humillados y cómo eran criaturas sin alma. Después del ataque contra él,
su padre no había dicho una palabra más, aparte de expresarle a su madre sus temores de que se
enteraran. Ellos, supuso ahora, eran el Ministerio, no todas las personas con las que entró en contacto cercano.
Incluso sin sus padres, todavía evitaba las grandes multitudes, con la única excepción de la Orden, que ya sabía
lo que era. Quizás era por eso que se había apegado a Sirius; La verdad era que necesitaba a Sirius tanto
como el animago lo necesitaba a él. Estaba aterrorizado de estar solo, y eso era una cosa que su lobo y él tenían
en común, los lobos eran animales de manada al igual que obviamente lo eran los hombres lobo.
Una vez que llegaron al salón de clases de Severus, Poppy la abrió y entró sin pausa, luego por supuesto la
puerta de su oficina. Ella era quizás la única que no tenía miedo de entrar al calabozo que albergaba la oficina
de Severus Snape. Parpadeó con sus ojos color ámbar hasta que Poppy se acercó a una puerta oculta y llamó
con fuerza para que la escucharan.
La puerta se abrió, "¿Por qué no lo hiciste por red flu?" preguntó Severus, evidentemente confundido.
"Traje a un... invitado conmigo", dijo Poppy, señalando a Remus. Era su manera de decirle que no estaba
segura del recibimiento que recibiría con él y darle la oportunidad de decir que no.
Severus frunció el labio mostrando su disgusto pero aun así mantuvo la puerta abierta en silencio diciéndoles
que entraran.
"Gracias", dijo Remus en voz baja, mientras la puerta se cerraba detrás de él.
Severus gruñó en respuesta antes de desaparecer por una puerta a la derecha una vez más.
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Poppy lo siguió, quitando su varita mientras comenzaba a lanzar hechizos para ayudar a Severus a limpiar la habitación
y desinfectarla. Había que esterilizar toda la habitación, lo que no llevaría mucho tiempo ya que no había absolutamente
nada en la habitación. Estaba tan desnudo como el día en que se hizo. A menos, por supuesto, que cuentes las
lámparas de aceite, que arden intensamente. “¿Crees que deberíamos tener aquí una cama en el ala de un hospital o
una con dosel?” preguntó Poppy, a partir de ahora era solo una cama normal en la que Harry estaba, como las
camas en la enfermería.
"Si quieres que sea diez veces más difícil ayudarlo, entonces sí", respondió Severus con ironía, no, necesitaban mantener
a Harry en una cama que hiciera fácil ayudarlo por el momento.
"Buen punto", reflexionó Poppy, "En realidad, ¿crees que Roz podría traer mágicamente la cama aquí con Harry
encima?"
"No había pensado en eso", dijo Severus, sorprendido. Sin duda haría las cosas más fáciles, pero ¿querían arriesgarse
con Harry? "Si podemos estar seguros de que funcionará, no veo por qué no".
"Pruébalo, lo haré". dijo Remus rápidamente, deseando hacer algo para ayudar, y si esto era todo lo que podía
hacer, que así fuera.
Severus asintió con la cabeza hacia Poppy dándole el visto bueno para probar la teoría, si eso les ayudaba a evitar un
viaje Flu con un chico de quince años inconsciente, él estaba totalmente de acuerdo.
“¿Roz?” llamó Poppy, usando su elfo doméstico personal.
“¿Sí, sanadora Poppy?” respondió Roz con sus grandes ojos mirando expectante a su Ama.
“¿Alguna vez han transportado a alguien en un objeto como una cama de un área del castillo a otra?” preguntó Poppy
seriamente.
"Una camilla, sanadora Poppy", dijo Roz inclinándose en voz baja.
"Perfecto", dijo Severus, contento de que se hubiera planteado la sugerencia.
“Quiero que vayas a la habitación que nuestro invitado está usando actualmente y comiences a traer todo aquí.
Utilice el mismo diseño tanto como sea posible”. dijo Severus, con firmeza. Las paredes que habían estado húmedas y
de aspecto gris comenzaron a colorear, pintura crema llenó cada rincón.
No iba a dejar los ladrillos negros y horribles de esa manera, le recordaría demasiado vívidamente a Harry su cautiverio.
"¡Sí, maestro de pociones, señor!" dijo Roz con entusiasmo, prácticamente saltando de emoción.
“Vete ahora, y si te llamo ven inmediatamente, intenta que no te vean que no conoce el mundo mágico”. añadió
Severus antes de que el elfo doméstico pudiera desaparecer.
"Roz está entendiendo esto, señor", dijo, ya consciente desde que su señora Poppy le había informado de esto
hace más de un día.
“¿No sabe nada de magia?” preguntó Remus pensativamente.
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“En un sentido básico, sí, lo usó para defenderse, pero su núcleo era joven, no estaba acostumbrado
a realizar magia fuerte y, por lo tanto, no era capaz de hacer mucho daño. No tenemos idea de cómo
reaccionará ante otros usuarios de magia”. dijo Severus con fuerza.
“Pero tú lo salvaste; ¿Seguramente se alegrará por ello? Remus dijo sin entender.
“Podía considerar la magia como algo malo, la causa de sus problemas, que, irónicamente, fue la causa de
todo por lo que ha pasado. Los Dursley abusaron de él por miedo a su magia, y luego una mujer lo mantuvo
escondido y encarcelado para tratar de comprender y aprovechar su magia. Ha visto personas literalmente
explotar hasta morir después de que les inyectaran su sangre”. Le dijo Severus impasible, viendo a Remus
palidecer y listo para enfermarse si la expresión de su rostro era algo que pudiera guiarse. "La posibilidad
de que sea violento con los usuarios de magia es muy alta, necesitamos que confíe en nosotros antes
de que comencemos a mencionar la magia, e incluso entonces tendrán que ser cosas pequeñas que no
puedan dañar nada".
"¿Explotar?" graznó Remus, horrorizado.
“De hecho, aceptaron un experimento sin darse cuenta de en qué se estaban metiendo. Sacó a la gente de la
calle, a personas sin hogar ofreciéndoles mucho dinero, tanto que no podían dejarlo pasar. También lo
hizo de manera muy profesional y luego los llevó a la habitación al lado de donde estaba retenido Harry. Nueve
de cada diez veces ella lo trajo para presenciar lo que estaba sucediendo, como si fuera la reacción
de Harry no mágica a la sangre muggle. afirmó Severus.
"¿Dónde está tu baño?" susurró Remus con la boca tapándose la boca tan pronto como terminó de hablar.
“Directamente adelante”, respondió Severus, señalando hacia allí impasible.
Remus corrió tan rápido que podrías haber visto el rastro si hubieran estado interesados en mirar.
"Severus", suspiró Poppy, sacudiendo la cabeza, viéndose enferma ella misma, a pesar de que ya lo
sabía... más o menos.
“¿Por qué lo derribaste?” preguntó Severus, con curiosidad.
"Quería saber qué pasó", dijo Poppy, luciendo avergonzada, ella acababa de darle a Severus una pequeña
'reprimenda', si se podía llamar así, por ser de la manera que lo había hecho con Remus cuando en realidad
fue él quien había quería saber. "Aun así, hubiera preferido que se lo hubieran dicho con un poco más de
gentileza".
Remus, que tenía un oído superior, podía oír todo lo que estaban discutiendo. La gente tendía a olvidar ese
atributo en particular, prefiriendo sólo pensar en los hombres lobo como monstruos atroces que disfrutaban
mordiendo y transformando a otras personas.
“Él tiene que entender todo… en su totalidad si se le permite acercarse a Harry.
Black también, pero si soy yo quien se lo dice, hará todo lo posible para asegurarse de romper todas las reglas
sólo porque puede”. dijo Severus, y supo que tenía razón, evidentemente Poppy también, ya que ella asintió
con la cabeza.
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"Esta también ha sido una de mis preocupaciones, que él simplemente no entienda lo frágil que es Harry en este
momento", dijo Poppy, observando como su elfo doméstico aparecía con la mesa de comedor que Severus había
conjurado y colocándola exactamente como habría sido. en la habitación de arriba. "Eso es perfecto Roz, gracias".
“La única manera de lograr que Sirius comprenda verdaderamente es mostrándole que tiene que ver por sí mismo por lo
que ha pasado Harry. Decirle no significa nada; simplemente negará que haya sido tan malo como afirmas. No por
malicia, sino porque ama tanto a Harry que no quiere creerlo”. Dijo Remus regresando a la habitación.
"Amaba al niño que era", corrigió Severus, "en este momento sólo tiene una versión idealizada de él, que será mejor que
desidealice de inmediato si tiene alguna esperanza de ver a Harry".
Nadie le prestó atención a Roz mientras continuaba entrando con artículos de la habitación que Dumbledore
le había dado originalmente a Harry.
"¿No es eso un poco duro?" preguntó Remus, no entendía por qué eran tan inflexibles en mantener a Sirius alejado de
Harry. Vale, tenía una buena idea, pero no creía que saldría tan mal como sugerían.
“Imagínese esto, Black comienza a sollozar con todo su corazón, sintiéndose culpable. Harry tiene un ataque de
pánico, Black intenta ayudar y tocar a Harry sólo hace que se ponga aún más histérico. Utiliza magia debido a su
alto estrés, lo que lo vuelve catatónico y establece cualquier progreso que hayamos logrado para que confíe en
nosotros y vuelva al punto de partida. Esta es sólo una de las muchas maneras en que podría tomar las cosas, Black
necesita ser un hombre y dejar de ser un niño emocional de cinco años”. espetó Severus.
"Ha estado en Azkaban, sólo necesita tiempo". dijo Remus defendiendo a Sirius.
“¡FUE HACE TRES AÑOS!” gruñó Severus irritado.
"Estuvo en prisión durante casi doce años", dijo Remus en voz baja, "normalmente nadie está cuerdo después de tanto
tiempo".
"Sí, pero nunca se vio afectado por ellos cuando era un perro callejero". respondió Severus. "Si hubiera recibido la
ayuda que le ofrecieron, esto le satisfaría".
Los hombros de Remus se encorvaron, "Lo sé, seguí pidiéndole que lo hiciera pero él insistió en que estaba bien".
admitió finalmente el cansado hombre lobo.
"Roz traerá invitados ahora", dijo el elfo doméstico, mirándolos con recelo. Ella no quería interponerse en su
camino si estaban a punto de comenzar a batirse en duelo.
"Ve a la sala de estar", dijo Severus, mirando a Lupin con severidad.
Remus asintió con su acento en silencio antes de salir de la habitación, no cerró la puerta y pudo ver el interior. Queriendo
ver a Harry, incluso desde lejos. Unos segundos más tarde, la cama con el bulto dentro apareció en la habitación.
Parecía tan pacífico que uno no pensaría que estaba tan herido bajo las sábanas o con tantas cicatrices.
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“Ya es hora de sus pociones”, murmuró Poppy, deseando pasar su mano por su cabello pero sin
atreverse a invadir su espacio personal o despertarlo. Dormir era lo mejor para él mientras se
recuperaba, sanaría su mente y también permitiría que las pociones funcionaran.
En lugar de eso, salió de la habitación, dejando a Harry descansar. De todos modos, necesitaban
terminar su conversación con Remus.
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Capítulo 10
Mi protector oscuro
Capítulo 10
"Estaba pensando en ir al mundo muggle y conseguir algunas cosas para que Harry las use a medida que
mejore". dijo Poppy, mientras Severus se reunía con ambos después de darle a Harry sus pociones.
"Al igual que los libros para colorear, no puede conseguir libros mágicos por razones obvias". se movieron
una vez que lo habían coloreado, o marginalmente. Eso y el hecho de que eran fotografías de cosas que no
se veían a menudo en el mundo muggle. Pociones, calderos, volar en una escoba, gigantes, trolls,
dragones, fénix, todo el asunto.
"Te estás adelantando un poco, ¿no?" murmuró Severus irónicamente, mientras se sentaba.
"No tendré tiempo una vez que Hogwarts inicie a Severus, no sé qué vamos a hacer; no podemos dividirnos
en dos sin un giratiempo". argumentó Poppy; era algo que estaba constantemente en su mente día y noche.
"No tienes que hacerlo solo, yo puedo ayudarte". dijo Remus, exasperado. ¿Por qué estaban tan
decididos a excluir a todos? Si pudieran dejar que él y Sirius ayudaran, podrían hacer todo lo que necesitaran
sin conflictos ni preocupaciones.
"¿Tiene algún conocimiento médico?" Severus le preguntó impasible. Dándole a Poppy una mirada que
decía que se estaba molestando mucho con el hombre lobo. Él no estaba escuchando, ¿qué sentido tenía
hablar si iba a ignorar todos los consejos?
"No... pero..." comenzó Remus sintiéndose muy enojado porque ni siquiera le iban a dar una oportunidad.
“Entonces eres incapaz de cuidar a un niño que no sólo tiene problemas físicos sino también mentales”. dijo
Severus, sin estar seguro de qué otra manera podría decirlo. Es posible que Harry nunca pueda cuidar de
sí mismo, por lo que sabían, siempre podría necesitar un guardián mágico. Es posible que siempre tenga
la actitud de un niño; simplemente no sabían el daño que se había causado. Su magia podría haberlo
protegido de lo peor, que era el equivalente muggle del trastorno de estrés postraumático. Negando lo que
sucedió, negándose a hablar de ello y teniendo horribles pesadillas sobre lo sucedido. Independientemente
de que su magia lo ayudara, si hubiera podido hacerlo, todavía lo trataron horriblemente durante la mayor
parte de su vida. Todo lo que pudieron hacer fue ayudarlo a recuperarse tanto como pudiera.
"Me parece que no quieres que nadie te ayude", dijo Remus, hablando honestamente.
Severus abruptamente se levantó con el rostro furioso, antes de dirigirse a su habitación y perderse de
vista.
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"No te traje aquí para menospreciar la palabra de Severus". Le dijo Poppy a Remus, frotándose la frente.
Honestamente ya no sabía qué hacer, le estaban haciendo la vida muy incómoda y no conocía otra
manera posible de hacerles entender. Incluso Remus, por muy inteligente que fuera, no entendía lo frágil que
era. Ella sabía que él lo estaba intentando, que Merlín los ayudara, lo estaba intentando, pero la profundidad
del cautiverio de Harry simplemente no podía ser reconocida o comprendida, especialmente por aquellos
que lo habían conocido cuando era un bebé. Severus tenía razón; tenían una visión idealizada que, a pesar
de todos los intentos, no pudo ser descartada. No querían que así fuera, sólo ver realmente a Harry podría
abrirse paso hacia ellos.
Severus regresó con una carpeta en sus manos, sacó las fotografías y se las arrojó a Remus, esparciéndolas
por todo el hombre lobo. "¡Míralos! ¡Míralo! ¿Sabes siquiera algo sobre la curación? No van a mejorar
instantáneamente; tomará meses curarlos, y por meses me refiero a la mayor parte del año”. siseó Severus.
“Con tal de conseguir algo de peso sobre él, ¿en serio crees que podrás afrontar eso sin sollozar con tu
patético corazoncito? Tocarlo, ni siquiera... caminar cerca de él lo aterroriza, ¿eso se te mete en el cerebro?
Remus juntó las fotografías y les dio la vuelta, mientras su estómago se rebelaba peligrosamente otra
vez. No podía creer lo bajo que estaba cayendo Snape, mostrándole imágenes como esa; era horrible. No había
nada más que le provocara náuseas, no había comido mucho esa mañana. Esta reunión no había salido como
esperaba y no estaba seguro de qué más podía decir para ayudar. No quería empeorarlos, eso es
seguro.
"Aparte de esto, ¿seguramente puedes entender nuestro deseo de ver a Harry al menos?" cuestionó Remus,
mirando principalmente a Poppy.
"Sí, lo entendemos, pero no es fácil, no lo hacemos por diversión, lo hacemos por el bien de Harry". respondió
Poppy, su tono sombrío.
"Para darle la mejor oportunidad que tenga de recuperarse". añadió Severus bruscamente.
"Lo amamos", les dijo Remus desesperadamente. “¿Por qué si no nos esforzaríamos tanto en buscarlo?”
Severus resopló ante ese anuncio, causando que Remus lo mirara ligeramente confundido.
"¿Qué?" Luego dijo exigiendo una explicación por el bufido de burla ante la declaración.
"Dime si amas tanto a Harry... ¿por qué siempre hay algo más importante para ti?" se burló Severus.
Poppy cerró los ojos, podía ver cómo se desarrollaría esta conversación y honestamente no quería quedarse
atrapada en el medio. Estaba agradecida de haber pensado en poner un hechizo silenciador en la sala de
estar, lo último que Harry necesitaba para despertar era gritar.
Nada iba a unir a estos hombres, ni siquiera lo enfermo que estaba Harry. Había demasiada mala sangre
entre ellos. No podía tener esta amargura cerca de Harry.
"¡No hay nada más importante!" Dijo Remus con vehemencia. “¡Ni para mí ni para Sirius!”
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"¿En realidad? ¿Entonces no permitió que Harry fuera con Hagrid en lugar de cuidarlo e ir tras Pettigrew? ¿Hacerse
arrestar y encarcelar? se burló Severus, "¿Y tú, simplemente te escondiste con el rabo entre las piernas y decidiste no
visitar nunca al niño?"
“¿¡Como lo hiciste tú!?” escupió Remus.
"Él no me conocía", gruñó Severus, ¿el descaro del vidente lo comparó con su padrino o un hombre al que había
llamado tío? Si hubiera estado tan cerca de Harry lo habría visitado, se tomaba su deber muy en serio. "Incluso si todavía
hubiera sido amigo de Lily, Potter no me habría dejado acercarme a tres metros de su hijo". solo había visto a Harry
de pasada, tenía alrededor de un año, cuando Lily lo llevó a una reunión de la Orden. El niño había balbuceado, muy feliz,
disfrutando de la atención y de los arrullos.
"Lily no habría dejado que eso la detuviera, tenía un temperamento tan feroz", dijo Poppy, con una diversión
agridulce.
Remus hizo una mueca de dolor mientras le pinchaba el corazón, si hubiera visto a su hijo de esta manera… Merlín
se habría enfurecido contra todos y contra todo. ¿Podría haber evitado todo esto si hubiera visitado a Harry?
¿Realmente tuvo la culpa de lo sucedido? No pudo soportar esto, Remus se levantó ciegamente y salió a
trompicones de las habitaciones de Severus Snape, a través de su oficina y fuera del salón de clases.
Salió a ciegas de Hogwarts, bajó por el camino y se apareció de regreso a su departamento y al de Sirius, su espíritu
completamente aplastado mientras la culpa y el dolor lo consumían por completo. Las lágrimas corrían libremente
por el rostro del hombre lobo, mientras sollozaba en el sofá, tratando de mantenerse en silencio y no despertar a
Sirius. No quería verlo y mucho menos hablar con él cuando estaba en este tipo de estado.
­­­­­0
“¿Veo que ya está todo instalado?” dijo Albus entrando al dormitorio, con los ojos muy abiertos, estaba muy lejos de la
habitación no utilizada que había sido unas horas antes. Las paredes estaban pintadas de un precioso tono crema; el
suelo tenía alfombras en casi todas las superficies disponibles. Todos eran verdes y plateados, probablemente de los
armarios de la tienda de Slytherin, donde se encontraba todo lo que necesitaban los dormitorios, o la habitación de las
cosas perdidas de donde los elfos domésticos ocasionalmente obtienen artículos.
Había decidido tomarse un tiempo libre de la montaña de papeleo para ver cómo les iba con la mudanza.
"Sí", respondió Severus, y no se había despertado de nuevo, lo cual era bastante preocupante si era honesto consigo
mismo. Dejando el libro de Pociones que estaba leyendo, mientras hablaba con el Director, no era una persona
ignorante. Aunque mucha gente diría que lo era, había una diferencia entre ignorante y franco.
"¿Hay algo más que necesite?" preguntó Albus, deseando ayudar en todo lo que pudiera. La culpa nunca desaparecería,
eso era obvio, pero deseaba aliviarla un poco; con suerte, en algún momento sería mejor.
"Nada en este momento", dijo Severus.
"Severus, ¿estás seguro de que puedes hacer esto?" preguntó Albus, mirando a Harry con tristeza.
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“¿No me confías al hijo de Potter?” se burló Severus.
"Severus", dijo Albus secamente, sacudiendo la cabeza con decepción.
"Lo siento, Albus, Lupin estuvo aquí antes y me atrapó", admitió Severus, cerrando el libro con un chasquido.
"¿Como es que?" preguntó Albus sorprendido, le costó mucho llegar a su estoico Maestro de Pociones.
Entrando más plenamente en la sala, se sentó en uno de los asientos disponibles. Su mirada penetrante
nunca se apartó de Severus, mientras lo instaba a responder.
“Lo básico es que Lupin y Black solo se preocupaban por los mejores intereses de Harry, que querían que
mejorara. Me enojé y les dije la verdad. Si Harry hubiera sido tan importante para ellos, entonces Black nunca
debería haber entregado a Harry y cuidarlo él mismo.
Que Lupin no se habría arrastrado y escondido durante los últimos años. La única respuesta que tuvo fue
culparme a mí también”. afirmó Severus, apretando sus manos en puños mientras pensaba en ello nuevamente.
"No eras el padrino de Harry, ni estabas nombrado en su testamento", dijo Albus con la mirada perdida. No,
las únicas personas que habían estado allí fueron Sirius y, por supuesto, Frank y Alice, quienes para
cuando se leyó el testamento no podían cuidar de sí mismos, mucho menos de un niño pequeño. "Hasta
donde yo sé, no tuviste ningún contacto con Harry... entonces, ¿por qué diría algo así?"
Severus había sido amigo de la infancia de Lily; habían dejado de ser amigos en su adolescencia. Quince si no
recordaba mal, seis años antes de que ella muriera.
“Culpabilidad, ira…” sugirió Severus sardónicamente. "Hay mucho de eso dando vueltas, y nada de eso le
hará a Harry el más mínimo bien". ni tendría lástima. Tendría que aprender a mantener la calma, alrededor
de los idiotas, especialmente en esta habitación. Desafortunadamente cuando Black o Lupin estaban cerca;
aunque en su mayoría era negro, simplemente lo perdió. Sabían cómo meterse en su piel, al igual que él
los conocía lo suficientemente bien como para hacer lo mismo.
"Muy cierto, Severus, espero que se aplique lo mismo a ti". dijo Albus, pero sabía muy bien que Severus era
muy bueno controlando su temperamento. Era algo por lo que era legendario, un tiro equivocado y eso sería
todo. Sin embargo, necesitaba confiar tanto en Poppy como en Severus para supervisar la mejora de Harry. No
podía permitir que el Ministerio le pusiera las manos encima, y si se presentaba con una solicitud para ser el
guardián mágico de Harry, lo rodearía de funcionarios del Ministerio, escabulléndose para tratar de ver si tenía
a Harry para que estuviera fuera del alcance. pregunta.
"Por supuesto", dijo Severus indignado. No había aceptado esto por capricho, haría lo mejor que pudiera por
Harry, lo sanaría, tal como había prometido hacerlo. No volvería a fallarle a Harry, se negó rotundamente.
"Me alegra escuchar eso, Severus, y tienes mi permiso para desalojar a Remus o Sirius de Hogwarts si
es demasiado". – prometió Albus. "Harry viene primero, lo siento..."
"Tranquilo." dijo Severus tranquilizándolo, su rostro se convirtió en una máscara de calma, cualquier ansiedad
o enojo simplemente desapareció. Albus estaba asombrado con solo verlo, no era de extrañar que hubiera
sobrevivido como un espía, pensó interiormente. “Ve a la sala y tráele un poco de caldo, Roz lo sabe.
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lo que él tiene permitido, así que úsala. Movimientos lentos, y por el amor de Merlín, Albus, no le sonrías ni le
sonrías como si estuvieras feliz de verlo; él solo conocía el dolor cuando eso sucedía.
Albus parpadeó ante la orden, no estaba acostumbrado a que le dijeran qué hacer, y mucho menos sus
empleados, pero sabía que había una razón para ello. Así que se levantó lentamente y comenzó a salir de la
habitación, antes de que Harry abriera los ojos. ¿Quién había dicho? ¿Roz o había sido Rose?
¿Qué era? “¿Roz?” Llamó Albus en voz baja, esperando que fuera el correcto. No podía recordar ningún elfo
doméstico en Hogwarts con ese nombre, así que tenía esperanzas.
“¿Cómo puede Roz ayudar al director?” preguntó Roz, evidentemente sabiendo quién era.
"¿Puedes traerle algo de comer a Harry, por favor?" Albus le preguntó.
"Roz traerá comida para tu invitado", dijo Roz, haciendo una profunda reverencia antes de irse.
Albus se movió silenciosamente hacia la puerta, observando a Severus interactuar con Harry.
Escuchar la forma en que hablaba le hizo relajarse por completo y confiar en que efectivamente esa era
la decisión correcta. Severus era la persona perfecta para ayudar a Harry; su voz era muy tranquilizadora
cuando no le ladraba a la gente. Desvió su atención de la habitación cuando escuchó un pop silencioso
que indicaba que 'Roz' había regresado con la comida.
"Aquí está la comida, Director", dijo el elfo doméstico, entregándole la bandeja antes de
desaparecer antes de que Albus pudiera decir una palabra, simplemente se agarró con más fuerza a la
bandeja sorprendido por lo brusco del momento. Respirando uniformemente, respiró profundamente
antes de relajarse por completo. Estaba aterrorizado por lo que le esperaba allí dentro; ¿Podría pararse y ver
la mirada en los ojos de Harry? Estaba acostumbrado a que los estudiantes lo miraran con recelo, con
enojo, con asombro, con reverencia… ¿podría aceptar lo que sea que Harry le diera?
Exhalando bruscamente, sabiendo que no tenía otra opción, entró al dormitorio, tragando saliva cuando esos
ojos verdes inmediatamente se fijaron en él con terror y otra emoción identificable en ellos. Aparentemente
podía escuchar todo si lo hubiera escuchado desde fuera de la habitación. Se acercó a Severus y colocó
la bandeja de comida sobre la mesa antes de sentarse. Debe ser un masoquista secreto, pensó Albus
preguntándose por qué estaba pensando en quedarse.
"¿Tienes hambre, Harry?" preguntó Severus con dulzura, evaluando su respuesta a sus palabras,
preguntándose si entendía. Observando triunfalmente cómo esos ojos verdes automáticamente se fijaban
en la comida antes de posarse nuevamente en él. Oh, él entendió lo que estaba diciendo, esto fue bueno, fue
estimulante y, con suerte, no fue una coincidencia. Todavía no decía nada, pero llegaría allí, Harry
aprendería a confiar en él. De eso cubriría su apuesta al cien por cien. "¿Quieres algo de comer?" una vez
más midiendolo, pero Harry no cedió. Continuó mirándolo con miedo y tormento. Severus notó sin embargo
que no era tan malo como lo había sido ayer, ya que siempre dar comida era una forma de ganarse la
confianza, pero conservarla sería la parte difícil. Descubriría qué tan avanzado estaba Harry tarde o temprano,
pero si tuviera que apostar lo pondría mentalmente en las edades entre uno y cinco.
"Necesito ponerte algunas almohadas en la espalda", dijo Severus con dulzura, Harry estaba acostado boca
arriba, lo cual no era ideal para alguien que intentaba comer, a menos que quisieras asfixiarlo.
Lo cual ciertamente no hizo, estirándose lentamente y levantó a Harry usando la almohada en lugar de
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tocándolo, pero a pesar de eso podía sentir el temblor, el estremecimiento, así que se movió un
poco más rápido hasta que Harry se inclinó. El repugnante olor a amoníaco golpeó su nariz, no le
sorprendió el olor, ya que Harry estaba deshidratado, y el amoníaco era un olor común en
personas que no habían bebido lo suficiente. El pis era anaranjado; Podía verlo desde las sábanas.
Mierda, esto era lo último que necesitaba en este momento, Harry no podía tolerar que nadie lo
escuchara. No iba a dejarlo en su propia orina, no podía arriesgarse a que ésta entrara en sus
heridas y lo infectara. Sería difícil ayudarlo, especialmente si temía tanto que lo tocaran.
"Prepara un baño, por favor, Albus", dijo Severus, sin querer dejar a Harry solo. Sabía que sólo
le llevaría unos segundos: esa era la belleza de la magia. ¿Cómo diablos iba a hacer esto sin que
Harry se asustara? En momentos como este deseaba poder usar la magia libremente.
Desafortunadamente, si Harry no les decía cuando lo necesitaba, no había absolutamente nada
que pudieran hacer para evitarlo.
Severus retiró las mantas, haciendo todo lo posible por ignorar el terror de Harry, que era evidente
en cada movimiento de su delgado cuerpo. Merlín hubiera preferido gritar, gritar cualquier cosa
ante este horror silencioso que atravesaba a Harry. Sabía que nada de lo que dijera haría esto más
fácil. Así que sin dudarlo más, levantó a Harry de la cama, manteniendo su toque lo más ligero
posible pero asegurándose de que no se cayera. No es que su peso fuera un problema, había
sostenido a un niño de cinco años que pesaba más que Harry en este momento.
"Está bien, todo estará bien, lo prometo". murmuró Severus, y era una promesa que prometió cumplir.
Salió del dormitorio y entró en el baño humeante, Albus no estaba allí, se había mantenido alejado
bien. El agua no estaba muy alta, pero seguía entrando a la bañera, con dificultad le quitó la parte
inferior del pijama a Harry y lo colocó en el inodoro, sujetándolo mientras le quitaba la parte superior.
No necesitaba soltar a Harry para cerrar los grifos y probar el agua, ya que el inodoro estaba al
alcance de la bañera. Quizás sería mejor vaciar sus intestinos cuando estuviera dormido, o cuando
llegara a la mitad del intestino. Le ahorraría a Harry algo de vergüenza, aunque no creía que
Harry estuviera avergonzado ahora... sólo asustado.
Sacando a Harry del inodoro, colocó al adolescente en la bañera, y luego, para su profunda
tristeza y felicidad, un sonido de sorpresa escapó de la boca de Harry. El olor a aceite de árbol de té
llenó la habitación, con las pociones analgésicas, afortunadamente las heridas que estaban
descubiertas por el momento, no le estarían causando dolor. Agarrando una esponja, comenzó a
lavar delicadamente al adolescente que parecía haberse quedado completamente quieto. Como si
estuviera tan sorprendido por la calidez, o tal vez se estuviera encerrando en un intento de
protegerse. Dejó correr el agua sobre las heridas, dejando que se limpiaran pero sin llegar a
tocarlas. ¿Se atrevió a lavarle el pelo a Harry? Su longitud era ridícula y sería necesario cortarlo
tarde o temprano, pero hasta que supieran cómo estaba mentalmente tal vez fuera mejor dejarlo.
Sosteniendo torpemente el cuello de Harry, inclinó un poco la cabeza y comenzó a verter el agua en
su cabello, evitando su cara para no querer asustarlo. Lo hizo dos veces antes de lavarse el
cabello, con una combinación de champú y acondicionador, dejando que se absorbiera mientras
se limpiaba la cara, mirando esos ojos verdes que tanto deseaba para asegurarle que estaría bien de
ahora en adelante. "A salvo", murmuró Severus con dulzura, antes de terminar lo que había
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Comenzó y limpió el champú del cabello de Harry. Lo desenredaría y lo pasaría con un cepillo esa
misma noche; demasiado contacto sólo empeoraría todo diez veces.
Agarrando una toalla, sacó torpemente a Harry del baño y lo envolvió en ella tanto como pudo. La cabeza
de Harry cayó sobre su hombro, o estaba exhausto y dormido, o catatónico y esperaba que esto no lo
hubiera puesto de nuevo en el punto de partida para ganarse la confianza de Harry, pero desafortunadamente
no se pudo evitar.
Llevarlo de regreso al dormitorio fue fácil, y con los fuegos encendidos en su habitación hacía suficiente calor.
Sin embargo, con Harry inconsciente lo dejó seco, antes de ponerle un nuevo pijama, que había sido colocado
sobre la cálida cama recién hecha. Las sábanas estaban dobladas para que le fuera más fácil poner a
Harry de lado, mantuvo las almohadas en su posición levantada. Volviendo a taparlo con las mantas, suspiró
suavemente mientras se desplomaba exhausto en su silla.
"Nada me preparó para esto... Sólo Merlín sabe cómo serán Sirius y Remus". dijo Albus sonando ronco
como si estuviera tratando de evitar emocionarse demasiado. Verlo tan destrozado era diferente a que
le dijeran eso, y sintió una oleada de protección recorrerlo. Si alguien quisiera intentar llegar a Harry,
tendría que pasar por él. Haría lo que tuviera que hacer: proteger a Harry, y eso se extendía hasta hacer que
quienquiera que fuera desapareciera para siempre. Toda esta experiencia había cambiado quién era
él, en qué creía y qué quería para el mundo mágico. Siempre había creído lo mejor de cada uno, a pesar de
que a veces pareciera lo contrario, esta vez… esta vez había ido demasiado lejos y no había vuelta atrás.
La oscuridad finalmente lo había tocado después de todos estos años, la profecía no podía cumplirse, no
había manera de que ese niño en la cama pudiera hacerlo. Ni siquiera dentro de cinco años, no podrían pedirle
que lastimara a nadie… lo que lo dejaba en sus manos. Quizás el papel de Harry ya había sido desempeñado,
así que ahora dependía de él, rezó por estar vivo cuando Tom Riddle regresara para poder destruirlo y
asegurar la felicidad futura de Harry. No sería tocado por más maldad, eso Albus Dumbledore juró con su
magia y su vida. La magia estalló dentro de él, atándolo a su palabra, y haría todo lo que estuviera a su
alcance para cumplirla.
Severus levantó la vista desde donde estaba sentado y asintió sombríamente en acuerdo.
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Capítulo 11
Mi protector oscuro
Capítulo 11
Rutina regular
Ya habían pasado dos semanas desde que encontraron a Harry por primera vez, ya era mediados de agosto y el
tiempo pasaba muy rápido a pesar de lo extraño del verano. No había manera de que pudieran negar lo extraño
que era, pasaban la mayor parte del tiempo en la vivienda de Severus. Aunque Severus le había dejado
claro a Poppy que preferiría que ella durmiera en su propia habitación durante la noche. Que simplemente no
tenía sentido que ambos permanecieran allí, cuando Poppy estaba cuidando a Harry, Severus estaba
preparando las pociones para la enfermería en lotes de tres en lugar de dos como de costumbre. Cada
tercer día preparó todas las pociones que Harry necesitaría en los próximos días. Poppy se había ofrecido a
ayudar, pero Severus casi le arranca la cabeza de un mordisco por tocar su equipo de pociones.
Nadie en Hogwarts había notado nada fuera de lo común, pero no había nadie más que los habitantes habituales
durante las vacaciones de verano. Trelawney nunca se aventuró a salir de la torre, se vio a Filch deambulando,
Severus supuso que estaba buscando a su maldito gato y los fantasmas no entraron a las habitaciones
privadas de los maestros; afortunadamente, de lo contrario, lo habrían sabido más rápido de lo que se podía
decir, mantenlo en silencio.
Albus continuó con su rutina, yendo al Ministerio cuando era necesario, lo cual era mucho más regular de lo que
la gente creía. La mayoría de las leyes y demás fueron cambiadas, alteradas o descartadas durante ese tiempo,
así como otros cambios, como cambios en Hogwarts o las salidas que hacían, y los presupuestos. Se informó
a la Orden que sus servicios ya no eran necesarios y se disolvió tan rápidamente como se reformó. Hagan lo
que quieran, pero la mayoría de ellos probablemente fueron lo suficientemente inteligentes como para darse
cuenta de por qué había sucedido. Por supuesto, pasaría tiempo con Severus en sus habitaciones, simplemente
deseando estar ahí para ellos mientras estaban bajo esta inmensa tensión. Por la noche, cuando debería
estar durmiendo, estaba ocupado con el papeleo de Hogwarts y su correspondencia personal.
“¿Qué vamos a hacer Fawkes?” murmuró Albus, distraídamente mientras se rascaba debajo de la barbilla
de su fénix, Minerva regresaría a Hogwarts hoy si estuviera a tiempo para comenzar con las cartas para el
nuevo año y planear visitas a los estudiantes nacidos de muggles y hablar con los padres. Remus se mostró un
poco más comprensivo, aunque no muy solemne, después de las palabras que Severus tuvo con él hace
más de una semana. Sin embargo, Sirius se estaba convirtiendo en una presencia cada vez más molesta
en Hogwarts. Realmente temía que el mago hiciera algo increíblemente estúpido y le contara a alguien
sobre la presencia de Harry en Hogwarts.
El fénix trinó suavemente, una melodía relajante que normalmente haría que Albus se relajara un poco, pero
desafortunadamente sus preocupaciones eran demasiado… preocupantes para que su amado familiar las calmara.
Mirando hacia afuera, a los terrenos desiertos, por una vez sin desear que Hogwarts comenzara de nuevo. No él
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Quería que el verano durara para siempre, o dos años hasta que Harry cumpliera diecisiete años y estuviera legalmente libre.
edad.
Albus estaba tan distraído que ni siquiera sintió que se activaba la red Flu en su oficina, ni sintió las
protecciones avisándole del hecho de que alguien había entrado a su oficina.
"Albus, ¿está todo bien?" preguntó Minerva, después de verlo alarmantemente mirar a lo lejos durante unos
minutos. ¿Tenía algo que ver con el libro que le habían pedido? Había asumido que era para una
investigación, no para alguien que la necesitaba. ¿OMS? Pero fue ella la siguiente, ¿quién fue? Le
rezó a Merlín para que no fuera uno de sus Gryffindors.
"Minerva, justo a tiempo", dijo Albus, tratando de sonreírle, pero resultó más bien una mueca. Serían
unos días difíciles, verla le traería recuerdos de ella insistiendo en que los Dursley no eran del tipo adecuado
para criar a Harry. Incluso saber que no había nada que pudiera hacer, o que aún así llegara a eso, no hacía
que fuera más fácil llevar la cruz.
"¿Qué está pasando?" preguntó Minerva, sintiendo que algo grande estaba pasando; tal vez debería
haber regresado con Fawkes con el libro. No apartó su vista de la de Albus mientras encantaba su equipaje
para que volviera a su tamaño adecuado y lo desterró a sus habitaciones, lo arreglaría más tarde; ahora estaba
más interesada en lo que estaba pasando con Albus.
"¿Por qué no tomas asiento?" sugirió Albus, preguntándose si tal vez debería dejarla ver a Harry. Aunque
Poppy tendría que revisarla antes de que eso sucediera. Tanto Severus como el Sanador insistieron en ser
revisados antes de permitirles acercarse a Harry, para evitar que el adolescente se enfermara.
“Ahora me tienes preocupada”, murmuró Minerva sentándose a regañadientes, mientras miraba con
aprensión al Director. "¿Tiene algo que ver con el libro que pediste?" Bueno, según Albus, en realidad
había sido para Severus, pero evidentemente algo había sucedido.
"En parte", admitió Albus, no quería mostrarle los recuerdos. No, eso estaba reservado para Sirius Black la
próxima vez que viniera. No sólo los recuerdos que Severus había recopilado de la mujer sino la reacción de
Harry hacia todos ellos desde que llegó aquí. Quizás entonces se daría cuenta de que es mejor dar marcha
atrás ahora mismo, y cuando Harry estuviera un poco menos aterrorizado por ellos, sería mejor para él.
Al menos no tendría que irse a dormir con la imagen de un adolescente aterrorizado en sus manos. Había
visto mucho pero, francamente, esto estaba en la lista de las diez cosas que lo devoraban por dentro y le
provocaban pesadillas.
“¿Le importaría dar más detalles? ¿Especialmente antes de que mi corazón baje más hacia mi estómago?
sugirió Minerva, su tono cortante sonaba aún más escocés, como si hubiera pasado mucho tiempo aquí.
"Como desees", respondió Albus, "Como sabes, hemos estado buscando a Harry, este verano descubrí que
Severus también lo ha hecho".
"Por supuesto que sí", dijo Minerva poniendo los ojos en blanco, no era una novedad para ella. Ella no era
estúpida, conocía a Severus y él no habría descansado hasta encontrar a Harry. Por la sencilla razón de
que habría sido lo que Lily hubiera querido.
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"¿Supieras?" preguntó Albus sorprendido.
"Por supuesto, estamos hablando del hijo de Lily, Severus habría movido cielo e infierno para protegerla a
ella y, de paso, a su hijo". respondió Minerva, tal como si moviera el cielo y el infierno para proteger a
Severus, Albus, Pomona y Filius, así como a aquellos que le importaban profundamente. “¿Finalmente tienes
una pista sobre él?” el pobre niño había desaparecido de la faz de la tierra, presumiblemente viviendo en las
calles o acogido por una familia que simplemente no conocía. Es posible que incluso haya sido acogido por una
familia mágica, pero era poco probable que debido a la cicatriz fuera obvio quién era.
"No tenía idea de que lo era", dijo Albus divertidamente, aunque cuando Minerva lo dijo así debería haberlo
adivinado. Había asumido que el odio entre James Potter y el Maestro de Pociones había sido demasiado
grande para que Severus pudiera ver más allá del odio y ver a Harry por sí mismo. Una suposición
errónea, como muchas otras que había hecho a lo largo de los años, que así era la vida tal como era.
"¿Entonces?" preguntó Minerva, haciéndole un gesto para que se diera prisa. ¿Harry terminaría en su casa?
Dependía de su vida, muy bien podría terminar en las otras casas, y no podía negar que estaría decepcionada
si no estuviera en Gryffindor. Llevaba años deseando enseñarle y tenerlo en su casa.
“No es bueno, Minerva, los Dursley abusaron de él y la policía muggle lo encontró y lo envió a un hospital para
que se recuperara. Estuvo en el hospital infantil durante un mes antes de ser trasladado a otro que
estaba más equipado para atender las necesidades de Harry”. respondió Albus, cansado, mientras
tomaba su propio asiento dejando a Fawkes acicalarse.
"¿Las necesidades de Harry?" repitió Minerva, alarmándose una vez más. ¿Lo habían llevado a St.
¿La de Mungo? No, Albus sólo lo habría llevado allí como último recurso… lo cual seguramente no podría ser
el caso… ¿o sí?
“Desafortunadamente el hospital no tuvo la oportunidad de ayudarlo, un médico observó a Harry usando
magia accidental cuando fue transferido allí. Básicamente, ella lo secuestró y lo mantuvo prisionero debajo
del hospital durante años. Severus solo lo encontró gracias a que usó el hechizo "encuéntrame" dentro de la
distancia requerida de donde estaba. No está nada bien, ni física ni mentalmente”. añadió Albus, el
arrepentimiento y una profunda tristeza lo despidieron en masa.
La mandíbula de Minerva estaba prácticamente desquiciada, mientras miraba sin comprender a Albus como
si estuviera esperando que él le dijera que era una broma. Desafortunadamente, conocía a Albus lo
suficientemente bien como para saber que él nunca bromearía sobre tal cosa. Sacudiendo la cabeza, tratando
de comprender lo que le acababan de decir. ¿Qué significó para Harry? ¿Podrá recuperarse? "H... ¿cuánto
tiempo?" susurró, devastada.
"Once años", gruñó Albus, el número parecía afectarlo cada vez.
"¿Dónde está?" —preguntó con voz ronca.
"En las habitaciones de Severus, Poppy y Severus dicen que necesita una habitación en la que pueda
permanecer, una sensación de familiaridad". Albus le dijo.
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“¿Puedo verlo?” preguntó Minerva, su corazón latía salvajemente.
"¿Estás seguro que quieres?" preguntó Albus, su tono muy serio.
Minerva hizo una pausa ante la advertencia en su tono, pero finalmente dijo "Sí". Ella lo había visto por sí misma,
sólo tenía que hacerlo.
"Muy bien, sígueme hasta las habitaciones de Severus, Poppy todavía debería estar allí", dijo Albus,
dirigiéndose a la chimenea y pasando rápidamente por la red Flu.
Minerva también lo siguió, preguntándose por qué Poppy tendría que estar allí, tenía que haber una razón por
la forma en que Albus había expresado la frase. Sin embargo, rápidamente gritó en las habitaciones de
Severus a la red y metió las manos; El viaje fue corto ya que era un Flu interno. Ella fue rápidamente escupida
en las habitaciones de Severus, no era un lugar al que normalmente se aventuraba, hablaban a través
de la red Flu pero era raro que ella estuviera aquí abajo. Si se juntaran, sería en el Leaky Cauldron para
tomar una copa o en Hogshead. Cuando entró, escuchó el final de la conversación de Albus con Poppy.
"...Si pudieras, gracias, Poppy". ­terminó Albus­.
"Voy a hacerte un chequeo, Minerva, quédate quieta", dijo Poppy, con la varita ya en la mano y el hechizo
siendo cantado suavemente.
"Necesitamos comprobar que no estés contrayendo ninguna enfermedad", le dijo Severus a Minerva, al ver la
expresión confusa en su rostro. "El sistema inmunológico de Harry es muy inestable en este momento, y hasta
que mejore no podemos permitir que nadie que esté resfriado se acerque a él". aunque al ser verano había
menos posibilidades de que alguien se enfermara, pero en este momento era mejor prevenir que curar.
“Ya veo”, respondió Minerva con gravedad. Los nervios finalmente se estaban apoderando de ella, honestamente
no sabía qué esperar cuando finalmente pudiera verlo y era más preocupante que saber por lo que había pasado.
“Buena salud”, dijo Poppy, leyendo los resultados satisfecha.
"Eso espero", dijo Minerva, ella tuvo mucho cuidado en cuidarse a sí misma, desde que tuvo viruela del dragón
cuando era adolescente. Era una enfermedad que mataba incluso al mago más fuerte. El más notable fue
Abraxas Malfoy, había sido un mago fuerte y poderoso, con la mejor atención que el dinero podía comprar y
había sucumbido a la enfermedad. Afortunadamente, había una vacuna para el vicioso asesino de magos, por
lo que no reclamó tantos magos como cuando ella era una niña.
Poppy solo sonrió a medias, ya acostumbrada a la manera de actuar de la bruja.
"Ven", dijo Severus abruptamente, interiormente irritado por cómo su vivienda estaba tan llena estos días. No
podía evitarlo, era un hombre antisocial y nada cambiaría eso. Eso no significaba que no le importaran Albus,
Minerva o Poppy, simplemente prefería su propio lugar vacío. En algún lugar podría estar y simplemente
reflexionar sobre todo, no siempre había sido así, pero cuando uno se convertía en mortífago y espía, era
mejor estar solo. También ayudó
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que no le haría daño que nadie más le diera la espalda como lo hizo Lily por una palabra que no había querido
decir. Realmente no la culpaba, ella había visto el camino que él estaba tomando antes que él, y Lily había sido
demasiado buena para eso. Había intentado inútilmente hacerle ver lo que estaba pasando y lo mal que
estaba, pero ella era sólo una niña, ¿cómo podría haber intentado detenerlo? Una parte de él deseaba que ella
hubiera tenido éxito; la vida podría haber sido muy diferente. Si los deseos fueran caballos, entonces los
mendigos montarían, pensó con desdén, nada podría cambiar lo sucedido.
Minerva tragó saliva, viendo cómo todos se quedaban en blanco ante sus ojos, como si no se atrevieran a
mostrar ningún tipo de emoción en esa habitación. Respirando profundamente, exhaló antes de obligar a sus
entumecidas piernas a recorrer la corta distancia hasta la habitación. Una vez que estuvo allí, se aferró al marco
de la puerta y se encontró mirando hacia adentro. No vio nada que apareciera ante ella de inmediato, solo un niño
en una cama con el pelo extremadamente largo. Por supuesto, tardíamente se dio cuenta de que se suponía que
se trataba de un chico de quince años, la altura incluso resistía la cama, sus pies deberían haber estado mucho más
abajo de lo que estaba.
"¿Dónde están Remus y Sirius?" preguntó Minerva susurrando las palabras mientras se sentaba en uno de los
asientos disponibles. Mirando al niño en la cama, mientras dormía su rostro estaba ligeramente torcido como si
sintiera dolor. Conociendo a Poppy y a Severus, sabía que Harry no sentía ningún tipo de dolor... al menos
físicamente; tenía que ser emocional, sólo podía imaginar las pesadillas que tenía sobre ser secuestrado y
encerrado. Su mano se cernió sobre la de Harry como si fuera a tocarlo.
"No hagas eso". advirtió Severus, relajándose ligeramente cuando ella retiró su mano.
"Remus y Sirius han estado... intensificando esta situación más de lo que puedas imaginar". Dijo Albus,
respondiendo la pregunta de Minerva.
"¿Escalado? ¿Cómo?" preguntó desconcertada.
Severus resopló burlonamente, como si fuera bastante obvio cómo lo estaban haciendo.
“Sirius desea estar ahí para Harry, lo cual es bastante comprensible, no lo culpo por eso. Desgraciadamente,
pregunta todos los días, a pesar de lo que le decimos, es insistente”. respondió Albus.
"¿Por qué no le dejas ver a Harry entonces?" preguntó Minerva como si eso fuera a arreglar todo.
"Tiene una infección en el pecho, de la cual se está recuperando, si Harry contrae eso, tendría neumonía al final
de la semana y su sistema debilitado no tendría ninguna posibilidad; lo mataría, Minerva". explicó Poppy, ya
que Severus no parecía estar de humor para explicar nada. Dado que parecía que no había dormido bien en las
últimas semanas, apostaría a que esa era la razón por la que estaba más gruñón que de costumbre. Si creyera
que podía, pondría una poción para dormir sin sueños en su comida o bebida para hacerlo dormir.
Desafortunadamente él era un Maestro de Pociones; lo sabría en el momento en que lo colocaran frente a él.
"Ya veo, ¿y todavía está tratando de verlo?" Minerva no estaba segura de cómo sentirse, asombrada,
conmocionada, disgustada y un poco desconcertada.
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“Sí, simplemente está desesperado por ayudar, pero no comprende la gravedad de la situación. Temo que
vaya demasiado lejos y todo el mundo se entere; usted sabe lo que sucedería tan bien como yo”. dijo Albus. El
Ministro había tratado de obtener la tutela de Harry, pero eso fracasó debido a las protecciones de sangre y
al hecho de que Harry tenía familia viva, simplemente había esperado su momento. Lo había intentado y
había fracasado cuando Harry tenía once años, únicamente por el hecho de que no tenían idea de dónde
estaba Harry. Entendía el deseo de Sirius, realmente lo entendía, pero no hacía la menor diferencia: no podía
estar cerca de Harry en ese momento.
“¿Y Remus?” preguntó Minerva, sacudiendo la cabeza.
“Está haciendo todo lo posible para evitar que Sirius haga alguna tontería. La conversación que Severus y
Remus habían asegurado que él entendiera, pero por lo que parece, simplemente no puede comunicarse con
Sirius. Creo que solo hay una cosa que lo hará, la próxima vez que venga, revisará los recuerdos que Severus
extrajo de la doctora. dijo Albus en voz baja.
“Espero que hayas tratado con ella apropiadamente”, dijo Minerva, su tono lleno de fuego y crueldad.
Severus le sonrió salvajemente al profesor de Transformaciones, nadie dijo nada pero Minerva no
necesitaba que se lo dijeran, ella lo sabía.
"Bien", respondió Minerva, a la respuesta sin respuesta que había recibido.
Minerva miró a Harry una vez más, su rostro tenía espasmos de dolor; ni siquiera quería saber exactamente
por lo que había pasado. Frente a esto, de repente no le importó en qué casa entrara, o a quién tomara
más… ella sólo quería que mejorara. La persistente duda la atormentaba: ¿podría mejorar después de once
años de cautiverio? Ella no podía verlo, pero ¿qué sabía? El espíritu humano era algo realmente difícil de
romper; Le rezó a Merlín para que estuviera sano y pudiera mejorar.
"¿Cómo está él... mentalmente?" preguntó con un temblor en su voz.
"Él no ha dicho nada, ni ha hecho ningún tipo de sonido excepto en una ocasión", le dijo Severus, sin entrar
en detalles al respecto. Había sido una suave exclamación de sorpresa, nada más profundamente dormido
y en medio de una pesadilla estaba en silencio. Estaba mal en tantos niveles que era físicamente doloroso
verlo. "Es difícil discernirlo, pero nuestra mejor suposición es que mentalmente tiene entre cuatro y seis años".
“¿Y podrá mejorar? Quiero decir, ¿podrá conservar la mentalidad de un adolescente o un adulto en algún
momento? Minerva oró para que la respuesta fuera sí.
"Eso no se sabe, es posible que nunca sea mentalmente capaz de cuidar de sí mismo, la mente es algo único
y ninguna magia puede penetrarla y decirnos nuestras respuestas". dijo amapola.
El corazón de Minerva se hundió, esa no era la respuesta que había estado esperando, pero no podía decir
que estaba terriblemente sorprendida. "Si no lo hace... ¿qué pasará a largo plazo?"
"Depende de lo grave que sea, con los elfos domésticos puede ser perfectamente capaz de llevar una vida
normal, pero si es peor, es posible que siempre necesite la supervisión de un adulto". fue Severus quien
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Le respondió esta vez.
“¿Pero quién es capaz de eso? No sería justo que se acostumbrara a esto y terminara en St.
¡Lo de Mungo sería peor que lo que hizo esa horrible mujer! escupió Minerva, si hubiera estado en su forma animaga,
sus garras habrían estado completamente extendidas y su cabello erizado amenazadoramente.
“Cálmate, Minerva”, la tranquilizó Albus, “puede que no llegue a eso; Tendremos que afrontarlo cuando suceda. Nunca
terminará en San Mungo mientras tenga aliento en mi cuerpo”. Su tono podría ser tranquilo, pero no se podía negar la
determinación de sus palabras. Nunca permitiría que Harry terminara allí. Quizás era un miedo residual que le quedaba
desde su infancia, pero nunca internaría a un niño en un hospital. El hospital no era malo ni malo en ningún
sentido, los pacientes eran atendidos pero en su opinión no era vida.
"Espero que tengas razón." dijo Minerva. Se desesperó ante la idea de que esto sucediera; sólo podía imaginar la
expresión del rostro de Harry si lo hicieran. Tal vez tenían razón, ella estaba pensando demasiado en el futuro en este
momento. Especialmente cuando deberían concentrarse en Harry como lo estaba ahora… no dentro de unos años.
"¿No lo hacemos todos?" murmuró Severus, cuidaría de Harry hasta el día de su muerte si fuera necesario. Si no fuera
por el hecho de que tenía una marca en el brazo que lo declaraba mortífago... y el hecho de que el Señor Oscuro
regresaría algún día... bueno, su futuro no estaba exactamente garantizado ahora, ¿verdad? Sin embargo, él era el
más joven de todos en la habitación (menos Harry, obviamente) y viviría mucho más. Se lo debía a Lily, a Harry y a su
propia tranquilidad intentar sobrevivir y vivir sin importar los cuidados que Harry pueda necesitar o no en el futuro.
“Está extremadamente pálido, ¿has pensado en conseguir una silla de ruedas y dejarlo sentarse al sol unas horas?”
sugirió Minerva, probablemente era algo más a lo que Harry no estaba acostumbrado. Sabía que algunos de los
curanderos de San Mungo no lo pensarían dos veces antes de darle uno si ella lo solicitaba, de hecho eran antiguos
estudiantes.
"Oh, sí, estoy seguro de que le encantaría ver los fantasmas deambulando por la escuela", murmuró Severus
secamente.
"Es bueno ver que esto no ha cambiado tu ingenio matizado", respondió Minerva inteligentemente.
"Por supuesto que no", respondió Severus sardónicamente.
“Sin embargo, es una buena idea, Severus, no deberíamos descartarla, podríamos usar a los elfos domésticos para
llevarlo a los jardines a tomar un poco de sol y cuando llegue el momento de regresar, un simple hechizo para dormir
será de gran ayuda. " ­sugirió Poppy, pensativamente.
"Nunca insinué que no fuera una buena idea, sólo que sería difícil". Severus le recordó bruscamente.
"Cualquier cosa que valga la pena hacer nunca es fácil", dijo Albus, "Estoy seguro de que entre todos podemos llegar a
algo, incluso si tengo que dejarles muy claro a los fantasmas que no deben desviarse en un área determinada". entre
ciertas horas del día”. él haría lo que fuera necesario para
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hacerle la vida más fácil a Harry. Si había alguien en este mundo que merecía un poco de felicidad y
satisfacción era Harry, ¿no?
"Entonces, una vez que pase más de unos minutos consciente, ya veremos", dijo Severus, "Sin embargo, hay
una cosa, Poppy, cuando vas a buscar sus libros para colorear, compras libros de cuentos para niños, no lo sabría".
Por dónde empezar, incluso cuando era niño y crecía en el mundo muggle, leía cuentos mágicos”.
"Lo había planeado", dijo Poppy, asintiendo con la cabeza.
"Si quieres puedo acompañarte, Poppy, conozco bien las tiendas y las zonas, sé dónde puedes conseguir cosas
para Harry a muy buenos precios". sugirió Minerva.
"El precio no es motivo de preocupación", respondieron Albus y Severus al unísono.
"Muy bien", dijo Minerva, sabiendo que ambos hombres obviamente estaban invirtiendo dinero, tal vez ella
también debería hacerlo. Nadie podría tocar la fortuna de Potter aparte de Harry y, por supuesto, Sirius Black, ya
que él era su guardián mágico; por mucho que eso valiera, el joven no podía cuidar de sí mismo y mucho
menos de su ahijado. "Estoy libre esta tarde si deseas ir entonces, Poppy".
"Está bien", le dijo Poppy, asintiendo en señal de acuerdo. Sería bueno conseguirle a Harry pijamas reales y
no artículos transfigurados o de ala de hospital. Tendrían que ser holgados, para poder quitárselos fácilmente al
adolescente, pero considerando lo demacrado que estaba Harry, lo serían de todos modos. Sin duda, Severus y
Albus solo tenían galeones, por lo que ella tendría que hacer un viaje a Gringotts para obtener notas muggles antes
de salir del Caldero Chorreante y encontrar las tiendas necesarias.
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Capítulo 12
Mi protector oscuro
Capítulo 12
"Hay tantas cosas aquí", admiró Poppy, mirando a su alrededor desconcertada, la tienda en la que
se encontraban actualmente era lo que ella calcularía a lo largo y ancho de la aldea de Hogsmeade.
Quizás una pequeña exageración, pero no obstante cierto, era una tienda muy grande, con lo que parecían
docenas de tiendas en todas direcciones. Dudaba que necesitaran ir a algún otro lugar, encontrarían todo
lo que Harry necesitaba aquí en este lugar.
"No te aventuras muy a menudo en el mundo muggle, ¿verdad?" dijo Minerva mirando a su alrededor, pero
sin el ligero asombro que mostraba Poppy.
"Para nada", admitió Poppy, ella era una sanadora mágica, no tenía motivos para visitar el mundo muggle a
menudo. Ella también era una bruja de sangre pura y tampoco tenía vínculos aquí, a diferencia de Minerva,
por supuesto. En su juventud Minerva no había querido terminar como su madre, una bruja incapaz de usar
su magia debido a las leyes cuando se enamoró y se casó con un muggle. Entonces ella dijo que no a un
hombre que le pedía casarse con ella y se concentró en el mundo mágico. Sin embargo, cada verano, viajaba
de regreso, como para recordar de dónde era originaria su familia, quién sabía, ella nunca había preguntado
y Minerva no lo había dicho.
Era la razón por la que Severus le había pedido a Minerva que recuperara el texto médico muggle que
necesitaban desesperadamente. Aunque Severus podría haber ido, ella misma habría podido cuidar de
Harry, pero Severus no era alguien que eludiera su deber. En otras palabras, no quería dejarlo solo. Puede
que no lo demostrara, pero Severus se sentía culpable por lo que le pasó a Harry. Sobre todo porque
consideraba que era su deber velar por él, protegerlo. Si alguien, incluso el Ministro, intentara lastimar a
Harry, ella se compadecería de los tontos; Severus era un hombre bastante cruel cuando quería serlo.
Todos lo tenían dentro, solo se necesitaba la situación correcta para sacarlo a relucir (si a eso se le podía
llamar "correcto" al final del día) y Severus había sido desatado mucho más joven que la mayoría de
las personas.
"Quizás la ropa y la ropa de dormir sean el mejor lugar para comenzar", dijo Minerva, las dos mujeres
asintieron en silencio mientras ambas se abrían paso rápidamente entre la multitud de manera
inofensiva. Ambos vestían pantalón de vestir y camiseta, aunque Minerva llevaba chaqueta. Era la ropa
más 'muggle' que tenían la que no los haría destacar. O más bien en el caso de Poppy, ya que Minerva
estaba muy consciente de cuál era la apariencia actual de los muggles. "Ni siquiera pensé en preguntar
qué talla", reflexionó mientras miraba alrededor de la sección para adolescentes de la tienda a la que
acababan de entrar.
"A partir de los doce años, dudo que alguna vez sea tan alto como debería haber sido", dijo Poppy
automáticamente, serían demasiado grandes para él y tal vez incluso demasiado largos en cuanto a
altura por un tiempo. Afortunadamente con la magia eso no sería un problema, suspirando suavemente
miró a su alrededor preguntándose qué diablos regalarle a Harry. Ella no lo conocía; Demonios, el niño no lo sabía.
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él mismo tampoco. Quizás lo mejor sería una buena variedad; Con suerte, en algún momento sabrían qué le
gustaba y podrían conseguirle las prendas preferidas.
"Así que cuatro estaciones: verano, invierno, otoño y primavera", reflexionó Minerva. "La ropa de invierno no
estará disponible en muchas tiendas, pero espero que podamos encontrar suficientes cosas aquí".
"No podrá usar pantalones cortos y camisetas por un tiempo, hay que mantenerlo abrigado, por lo que los pantalones
y los suéteres son imprescindibles". Le dijo Poppy, sacudiendo la cabeza. Afortunadamente tenían esas prendas en
abundancia, aunque las prendas de verano sí las eclipsaban.
"Empieza tú, yo iré a buscar un carrito". dijo Minerva, sabiendo que necesitarían uno. No era como si pudiera
lanzarles un hechizo ligero. Se sentía mejor haciendo esto, más fuerte, pero de vez en cuando tenía un destello
de cómo se veía Harry en su mente.
Pensó que mantenerse ocupada habría evitado esto, pero debería haberlo sabido mejor: cuando sucedía algo tan
espantoso, te marcaba para toda la vida, nunca olvidaría lo que había visto incluso años después. Recuerdos como ese
no se desvanecieron; permanecen grabados en tu mente para siempre.
Poppy rápidamente comenzó a sacar artículos de sus estantes, asegurándose de que fueran cómodos,
duraderos y, lo más importante, gruesos para que el calor corporal no se escapara fácilmente. Las camisetas, las
camisas de manga larga, los jerséis y cuatro cárdigans de lana también le gustaron de inmediato. Haría que Minerva
transfigurara algunos botones y los elfos domésticos cosieran algunos botones ya que parecía que faltaban o tal
vez era solo la moda. No sabía por qué alguien querría un cárdigan sin botones, sentía como si simplemente frustrara
su propósito. Depositó el lote en el carrito que Minerva condujo hacia ella.
"Deberíamos darnos prisa", dijo Poppy, frotándose los ojos, "Necesito dejar dormir a Severus; él está tratando
obstinadamente de hacerlo solo. Cuando le digo que descanse un poco, simplemente se le ocurre una cosa
u otra que necesita". hacer."
"Sí, ese es Severus de principio a fin." Minerva dijo que a veces era divertido, pero Severus estaba quemando la
mecha en ambos extremos; no se estaba haciendo ningún favor a sí mismo. Parecía como si ella y Poppy tuvieran
que presionarlo para que consiguiera un merecido descanso.
"No te preocupes, cuando regresemos se lo dejaremos claro al chico tonto".
Poppy frunció los labios sintiéndose definitivamente divertida; Sólo Minerva llamaría a Severus Snape niño y tonto.
Ambos lo conocían desde que tenía once años y sabían más sobre él que nadie. Aunque no fue únicamente su
elección, como diría Severus, constantemente obligaban a prestarle atención.
"Zapatillas, zapatos, ropa interior, tendremos que ir al Callejón Diagon por un juego de gorro, bufanda y guantes...
no los venden en esta época del año en ninguna tienda". dijo Minerva.
"¿Por qué?" preguntó Poppy, no tenía ningún sentido lógico.
"Mira a tu alrededor, hay demasiada ropa de un mismo producto y no venden ropa de invierno en muchas tiendas,
habría que ir a alguna específica si hay alguna". explicó Minerva.
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"Hmm", fue el único sonido evasivo que hizo Poppy mientras elegían rápida pero eficientemente las cosas
para Harry. No tenían que preocuparse por no tener suficiente dinero muggle para pagar todo. Entre los
tres habían puesto juntos los galeones que tenían encima sin sacar nada de sus bóvedas. Resultó ser una
cantidad bastante grande; Minerva lo había llevado a Gringotts para que lo cambiaran ya que ella era la
única que solía hacer tal cosa. Es posible que se hayan excedido para que las cosas parezcan
normales, pero era mejor para todos los interesados que siguiera así. Entre Fudge, Black y la perspectiva
de que Harry terminara siendo una mercancía en el pozo de San Mungo, todos caminaban sobre
cáscaras de huevo para asegurarse de que las cosas siguieran como estaban.
El carrito estaba medio lleno cuando empacaron todo lo que podían necesitar. Con la única excepción
de una chaqueta, pero hasta que Harry conociera el mundo mágico, una capa podía transfigurarse en
una con un hechizo cálido. Minerva sería perfecta para hacer eso también, pensó mientras iban a las
cajas y fueron atendidos de inmediato ya que no había otras personas esperando.
"¿Hay algo más que lo esencial que podamos conseguirle?" preguntó Minerva, entregándole las notas,
"Dáselo a la caridad". —añadió como dependienta, sin detenerse, simplemente dándole a Poppy la mitad
de las bolsas y quedándose la misma cantidad para ella. Al girar, ambos salieron de la tienda, pero
se quedaron dentro del centro comercial y fueron de tienda en tienda, hasta que sus bolsas estuvieron
a punto de reventar.
"Buenas tardes, Severus", dijo Albus, entrando al laboratorio del Maestro de Pociones, sin sorprenderse de
verlo allí. Estaba constantemente en el laboratorio o en el dormitorio. Nunca salió; de hecho, se
sorprendería si alguien se diera cuenta de que estaba en Hogwarts además del pequeño grupo que sabía
la verdad.
"Albus", saludó Severus, sin detenerse en sus acciones ni siquiera por la más mínima vacilación.
"¿Poppy y Minerva todavía están haciendo su pequeño recado?" preguntó Albus, habían pasado horas y
estaba francamente sorprendido.
"Una cosa se aprende sobre todas las mujeres: ya sean adolescentes o adultas, ir de compras se convierte
en un evento que dura todo el día". respondió Severus, sus labios temblando divertido. "No me
sorprendería si trajeran más de lo que Harry podría usar". tal vez hubiera sido algo que Albus hubiera
sabido si su hermana hubiera crecido como debería haberlo hecho. O no estaba continuamente
desconcertado por sus maneras, lo cual evidentemente estaba porque le sorprendía que todavía
estuvieran fuera de compras. Cualquier otro día habría resoplando divertido, pero estaba demasiado
cansado incluso para eso. Sabía que porque había sido el mejor amigo de uno durante años, Lily había
sido todo su mundo ahora que él era el de Harry y se aseguraría de estar a salvo de cualquier daño.
"¿Puedo ayudar?" preguntó Albus, la mayoría de la gente tendía a olvidar que él era uno de los
mejores en alquimia, aunque era cierto que no había participado en esa rama particular de la magia en
mucho tiempo, no lo olvidabas.
"Lo tengo." afirmó Severus; No le gustaba que la gente tocara su equipo. Probablemente porque pagó
por lo mejor, eso y no tener nada de niño probablemente tuvo mucho que ver.
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con eso. Todo lo que había en su laboratorio privado lo había derrochado de su propio bolsillo. Incluso sus
existencias de pociones eran todas suyas, la escuela pagaba sólo por el armario de pociones.
"Está bien", admitió Albus, sabiendo que era mejor no volver a ofrecerse. Se paró contra el marco de la puerta mirándolo
trabajar, repentinamente golpeado por un hecho en el que no había pensado antes. Severus era un hombre alto e
intimidante, incluso cuando no fruncía el ceño, como en este momento, ¿cómo era que Harry podía confiar en él?
¿Serían las mujeres a las que temía por encima de todo? Quizás seguiría siendo un misterio, pero cualquier cosa que
ayudara a Harry lo cumpliría o lo ayudaría en todo lo que pudiera. Ya lo había jurado como tal, sólo deseaba que
fuera así de fácil ayudar al chico a recuperarse.
"¿Vas a quedarte ahí toda la tarde? Si debes quedarte al menos siéntate". afirmó Severus, sintiéndose distraído
por la silenciosa presencia de Albus a su espalda. No le gustaba que la gente estuviera fuera de su campo de visión,
podía sentir las preguntas que abrumaban al Director.
Tampoco era propio de él quedarse callado, definitivamente un nuevo territorio para el viejo mago.
"¿Qué tienes en mente?" preguntó Severus, exasperado por el silencio. Habría tomado a Albus hablando con
acertijos que esta tranquilidad desconcertante.
"No necesitas saber las divagaciones de un viejo tonto, Severus", respondió Albus, su voz sonaba cansada.
"Culparte a ti mismo no va a mejorar esta situación", espetó Severus, "Sólo concéntrate en lo que puedes hacer
aquí y ahora, hiciste lo que sabías que era mejor".
"¿Lo era? Al menos con Cornelius Fudge habría estado vivo, completo", dijo Albus, sintiendo la ironía en la declaración
de Severus ya que cada uno de ellos sentía algo de culpa. Quizás Poppy era la que menos tenía con qué lidiar, lo que
hacía que su trabajo de curar a Harry fuera un poco más fácil.
"No, lo habrían exhibido ante las masas, mimado y superficial". argumentó Severus, agregando el ingrediente que
acababa de moler a la poción, revolviendo con cuidado antes de volver a hablar. "A pesar de que Fudge era un Auror
cuando todo esto sucedió, tenía mucha influencia política, especialmente cuando Crouch Senior perdió el favor, y tenía
dinero para asegurarlo". ya no tenía esa fortuna, había tenido que compartirla con un hermano, que tenía un hijo, se
había graduado de Hogwarts el año pasado, y tratando de ascender en la escala social, bueno con ese territorio
llegaron los sobornos. Algo que Fudge no habría tenido que hacer si hubiera puesto sus manos sobre Harry. No
significaba que deseara lo que le había pasado, pero realmente ¿qué maldito sentido tenía preguntarse qué pudo haber
pasado? El pasado era el pasado; no había absolutamente nada que pudieran hacer. Le transmitió estos sentimientos
a Albus, exactamente de la forma en que los había pensado.
"Me doy cuenta de que no es fácil dejar de lado la culpa", confesó Albus, todavía llevaba consigo muchas cosas de
su adolescencia, incluso alejando a Gellert. Culpándose a sí mismo, pensando que si hubiera visto antes lo que estaba
haciendo tal vez podría haber detenido a Gellert, en lugar de eso, ambos se habían sentido alentados por su propia
superioridad.
"No, no lo es", dijo Severus, estando de acuerdo en que tenía su propia parte de culpa. Sus recuerdos
problemáticos pasaron rápidamente por su mente, la mayoría de los recuerdos tenían a Lily en ellos. Estaba tan sumido
en sus pensamientos que no se dio cuenta de que las barreras de su habitación se habían movido, alertándolo del
hecho de que alguien había entrado.
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Lo que hizo que ambos hombres saltaran (y que Severus accidentalmente abandonara su poción y la
arruinara) fue un grito de puro terror proveniente del dormitorio… el dormitorio de Harry. Para ser un
anciano, Albus Dumbledore no se movió ni la mitad de rápido, como si alguien le hubiera prendido fuego al
trasero.
Luego sus corazones se hundieron cuando escucharon la voz de Sirius Black suplicando a Harry que se
calmara.
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Capítulo 13
Mi protector oscuro
Capítulo 13
Sirius rebuscó en el gabinete de pociones con determinación, tratando de mantenerse lo más silencioso
posible, hasta que encontró esa poción morada que necesitaba. Agarrándolo en su mano, salió del baño
después de cerrar la puerta del gabinete. Caminando hacia la cocina, abrió el armario, sacó dos vasos y
vertió tres gotas de somnífero en el vaso de su derecha. Mirando a su alrededor con aparente
preocupación, exhaló, luego tomó el whisky del estante y sirvió dos medidas generosas en los vasos. Iba
a ver a Harry y no quería que Remus lo detuviera o le dijera a Dumbledore. Estaba tan cansado de que
le dijeran que no podía ver a Harry; bueno, no más. Que se jodan todos; este era su ahijado. Si alguien tenía
derecho a ver a Harry era él, no Snape ni Dumbledore ni siquiera Poppy. Las excusas eran ridículas,
¡como si fuera a enfermar a Harry! El estaba bien; solo estaban usando eso como excusa para hacerlo
callar.
El sonido del agua corriendo por las tuberías le dijo que Remus probablemente había salido del baño.
Dejó la botella de whisky en su lugar, levantó ambos vasos y se dirigió hacia la sala de estar. "¿Beber?"
preguntó, ofreciéndole a Remus el vaso en su mano derecha; era la mano con la que siempre daba cosas.
Su rostro no cambió para mostrar su júbilo cuando Remus lo tomó.
La razón por la que había usado alcohol era porque cualquier cosa más débil y la poción habrían sido
detectadas por su compañero hombre lobo.
"¿Qué ocurre?" preguntó Remus, dándole a Sirius una mirada especulativa; este era el tiempo más largo
en el que se había abstenido de quejarse... bueno, desde que habían estado en la oficina del director y le
habían dicho que Harry estaba a salvo. El único momento en que estaba en silencio era cuando dormía,
y eso finalmente le dio a su cabeza la oportunidad de dejar de latir. Estaba al límite de su ingenio tratando
de ver todos los lados de este triángulo sangriento que rodeaba a Harry y su recuperación. Entendía a
Sirius, entendía lo que le pasó a Harry y entendía por qué no podían verlo hasta cierto punto.
"Estoy cansado de pelear", admitió Sirius, y de perder, pensó, pero no perdería por mucho más tiempo.
Entraría a ver a Harry, al diablo con las consecuencias. Harry tenía que saber que estaba ahí para él. Ya
había fracasado al no estar allí desde que lo rescataron. Cómo odiaba a Snape, pensó Sirius, apretando los
dientes.
"Entonces no; solo alégrate de que Harry esté vivo; es más de lo que hemos tenido en los últimos años...
¿no es así?" Dijo Remus, mirando a Sirius tragar su bebida y hacer una mueca.
"Al principio, sí", respondió Sirius, diciendo en realidad la verdad; Cuando lo escuchó por primera vez,
se sintió aliviado de que Harry estuviera vivo y relativamente ileso. No había durado mucho; la necesidad de
ver al niño lo había abrumado, y ahora por fin iba a verlo. Eso era, si Remus alguna vez bebía el maldito
whisky; Hablando de una bebida… quería otra.
Levantándose, agarrando el vaso, regresó a la cocina y volvió a llenar el vaso.
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vaso. Se sentía culpable por lo que estaba planeando, pero el pensamiento de su ahijado borró todos los
sentimientos de culpa. No debería beber; necesitaba tener la cabeza despejada para lo que estaba haciendo,
se dio cuenta tardíamente; Con ese pensamiento, apartó el vaso de whisky. Una silenciosa maldición seguida
por el rompimiento de un vaso en la otra habitación le permitió a Sirius darse cuenta de que su truco había
sido efectivamente puesto en acción.
Corriendo a través de la puerta desde la cocina, Sirius suspiró aliviado; Remus estaba bien y no se había
lastimado al caerse del sofá. Los huesos de Remus eran frágiles en esta época del mes, fáciles de dañar o
romper. Gruñendo por la tensión, logró acomodar a Remus cómodamente en el sofá. Sacando su varita,
reparó el vaso y lo puso sobre la mesa.
"Lo
siento, Remy, pero no dejaré que me detengas esta vez", murmuró en voz baja.
Respirando profundamente, se subió a la chimenea, activó la red Flu y gritó: "¡Pub Hogshead, Hogsmeade!"
Antes de darse cuenta, estaba disparando a través del sistema y siendo escupido en su destino. El lugar
estaba lleno de brujas, brujas, magos y todo tipo de criaturas disfrutando de su primera copa del día: los
alcohólicos. Ignoró sus miradas curiosas mientras salía. La comunidad mágica no lo veía a menudo;
había pasado cada segundo hasta ahora buscando a su ahijado para traerlo de regreso a su verdadero mundo.
Caminó hacia Hogwarts, pasando por las tiendas, la gente, sin prestar mucha atención. Sinceramente, no
le importaba lo suficiente como para siquiera mirarlos. La anticipación lo recorría; Una vez que estuvo lo
suficientemente cerca de las puertas, llamó a un carruaje y esperó con impaciencia a que apareciera
el carruaje tirado por Thestral. Respirando uniformemente, saltó y tomó el viaje de cinco minutos hacia el
castillo de Hogwarts.
Saltando los escalones de entrada, Sirius entró en el vestíbulo de entrada, miró a su alrededor y lo encontró
vacío. Sonriendo triunfalmente, agitó su varita en la palma de su mano y lanzó el hechizo Accio. "¡Mapa de
los Merodeadores de Accio!" Vendría de la oficina de Filch, así que no debería tomar mucho tiempo, pensó
mientras seguía mirando a su alrededor. No quería ser descubierto; con suerte, Dumbledore todavía estaba
fuera de Hogwarts; había dicho algo sobre estar ocupado e ir al Ministerio.
Estaba empezando a perder la esperanza de que el mapa siguiera aquí, cuando lo vio volar hacia él,
viniendo desde las escaleras. Sirius rápidamente lo tomó en el aire y comenzó a abrirlo. "Juro
solemnemente que no estoy tramando nada bueno", murmuró, tocando el pergamino y observando cómo se
extendía la tinta, sintiéndose de nuevo un adolescente. Fue una experiencia muy liberadora; juró que
podía sentir el espíritu de James a su lado riéndose.
Miró primero el área alrededor de la oficina del director, frunciendo el ceño apareció en su rostro al no encontrar
ningún indicio de que hubiera nadie allí. Dumbledore había dado a entender que Harry estaba allí arriba... si no
lo estaba, ¿dónde estaba? Entrando en pánico ahora, comenzó a extender el mapa y comenzó a mirar
por todas partes, sin apenas ver nada en su prisa. ¿Y si hubieran sacado a Harry de Hogwarts? No podría
verlo ni encontrarlo. Nada, no pudo encontrar nada; casi estaba llorando de horror. No, no podían hacerle esto.
Habían insistido en que tenía que quedarse aquí, que Harry no podía venir con él para quedarse. No le importaba
lo que dijera Dumbledore, si su ahijado no estaba en Hogwarts, iría al Ministerio.
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Dejándose caer sobre el frío y duro mármol, mirando el mapa, estaba a punto de ceder y asaltar la oficina de
Dumbledore y exigir una respuesta cuando vio el nombre de la persona que estaba buscando en el borde del
mapa.
Harry Potter.
Un chorro de alivio salió de los labios de Sirius; Él todavía estaba aquí, gracias a Merlín por eso. Su mandíbula
se apretó con fuerza cuando se dio cuenta de dónde estaba exactamente. ¡Las habitaciones de
Snape! No podía creer que Dumbledore hubiera dejado que Harry fuera con esa…esa…serpiente.
Probablemente se lo entregaría a Voldemort y le dejaría terminar el trabajo; Snivellus era un mortífago y tan
malvado como el resto de ellos. ¡Viejo estúpido! ¿Qué estaba pensando Dumbledore? Incluso podría estar
lastimando a Harry para vengarse de James por todo lo que habían hecho. Tenía que llegar hasta él; la sensación
de urgencia se había triplicado en un segundo.
Poniéndose de pie, salió corriendo hacia las mazmorras, su carrera se desaceleró un poco cuando notó a
Dumbledore allí también. Tendría que colarse y conseguir pruebas o algo, cualquier cosa, para
demostrarle a Dumbledore que Snape no era bueno para Harry. Podría cuidar de su propio ahijado y demostraría
a todos que podía hacerlo.
Mordiéndose el labio, se dio cuenta de que no podría entrar sin una contraseña; todos los lugares que estaban
'restringidos', si se podía llamar así, estaban protegidos por contraseñas. Las dependencias de los
profesores, las salas comunes de las casas y la oficina del director estaban protegidas de esa manera para
evitar que los estudiantes en general, o solo aquellos de diferentes casas, pudieran ingresar.
Con suerte, no sería demasiado difícil descifrar esta contraseña; todos los Slytherin eran iguales, pensó para sí
mismo cuando finalmente llegó al frente de las habitaciones de Snape.
"¿Sangre pura?" Sirius adivinó, "Um... ¿Perdón? ¿Lily? ¿Harry? ¿Dittany? ¿Sangre de unicornio?
¿Lágrimas de fénix? ¿Acónito? ¿Bezoar?" Sirius continuó susurrando los nombres de los ingredientes
de la poción, rezando para que de alguna manera lo hiciera bien. Cuanto más permaneciera aquí, más posibilidades
tenía de ser descubierto. "Sangre de dragón... ¿Asfódelo?" y la puerta se abrió. para su deleite, ya que no había
podido recordar ningún otro ingrediente de la poción.
Sirius entró sigilosamente, escuchando su conversación. "No necesitas saber las divagaciones de un viejo tonto,
Severus", escuchó decir a Albus, sonando extremadamente cansado.
"Culparte a ti mismo no mejorará esta situación. Sólo concéntrate en lo que puedes hacer aquí y ahora; hiciste lo
que pensaste que era mejor", escuchó Sirius responder a Snape mientras pasaba sin que ellos se dieran
cuenta; estaban demasiado distraídos, lo que probablemente era lo único que realmente jugaba a su favor.
Sonriendo de satisfacción, abrió una puerta, sólo para descubrir que era un baño. Cerrándola silenciosamente,
revisó las otras puertas; Encontró a Harry en la tercera habitación que revisó. Sonriendo suavemente, entró
sigilosamente en la habitación. Harry parecía tan pacífico y se parecía mucho a su padre. Por supuesto, Sirius solo
estaba viendo lo que quería, ya que Harry se parecía más a un esqueleto de doce años, no a su madre, ni
a su padre, y ciertamente no al chico de quince años que era.
Hizo una mueca al ver el pelo largo; sólo Snape lo mantendría así; realmente debería cortarse el pelo. Sirius se
sentó mientras acariciaba el cabello de Harry; Se quedó mirando el rostro dormido. El chico
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parecía sereno, tranquilo; sólo sabía que Harry estaría bien. Obviamente estaban exagerando, se dijo
por millonésima vez esa noche. Respirando temblorosamente, quitó las mantas... para encontrar todavía
vendas en las heridas. ¿No deberían haberse curado a estas alturas?
¿Y qué diablos fue eso? ¿Le pusieron a su ahijado un pañal de tamaño adulto? ¿Qué diablos?
En ese momento Harry se movió. Sirius arrastró su silla hacia adelante, sosteniendo su mano con
entusiasmo. Oh, no podía esperar para hablar con Harry sobre cosas... su padre, Quidditch,
Hogwarts... todo sobre el mundo mágico. Al niño le encantaría y él estaría al mando enseñándole todo lo
que necesitaba saber. Tuvo medio segundo para darse cuenta de que los ojos de Harry... eran
diferentes de la última vez que los vio; estaba aterrorizado, se dio cuenta, su corazón latía con fuerza en su pecho.
Luego saltó de su silla como si acabara de ser electrocutado cuando Harry gritó como si le estuviera
quitando la piel con una cuchara sin filo.
"Harry, cálmate, soy yo, soy Padfoot", aseguró Sirius, entrando en pánico e intentando que Harry se
callara cuando escuchó correr. "Por favor, cálmate, está bien, estás bien... ¡vas a estar bien!"
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Capítulo 14
Mi protector oscuro
Capítulo 14
Sirius entró en pánico, mirando entre Harry y la puerta donde se podía escuchar el ruido de pasos.
Esta no era la forma en que se suponía que debía ser. No, esto no podía estar sucediendo; se suponía
que no encontrarían a Harry entrando en pánico de esta manera. Se suponía que debían estar
hablando de todo: sus padres, Quidditch y lo que quería hacer, así que ya no podían mantenerlo alejado
de Harry. Harry debería reconocerlo; ¡Había estado en su vida durante más de un año!
Él era su padrino; Harry debería haber sabido quién era. Esto no era justo, pensó salvajemente, él
tampoco había hecho nada; todo lo que quería hacer era estar ahí para él, y era como si le estuviera
escupiendo en la cara.
Severus irrumpió en el dormitorio, colocándose entre Black y Harry y enfrentando al mago con una
mirada de puro y puro odio y furia en su rostro. ¡No podía creer que Black hubiera entrado en sus
habitaciones! El puro descaro absoluto del hombre; Estaba temblando de pies a cabeza, luchando
contra el impulso de atacar a Black. Desgraciadamente, estaba fracasando espectacularmente; la única
razón por la que se detenía era porque Harry había visto suficiente violencia en su vida. Si Harry lo
viera golpeando a Black, eso sería todo; No habría manera en esta tierra de que confiara en él. Sintió
la magia de Albus y se giró para descubrir que Harry ahora estaba profundamente dormido; No necesita
dudar más. Su puño golpeó contra la cara de Sirius; ese único golpe, conteniendo toda la ira de
Severus, tuvo a Sirius en el suelo antes de que entendiera qué diablos estaba pasando.
"Severus", advirtió Albus, pero no dio un paso adelante ni intervino. Si era honesto consigo mismo,
quería maldecir al mago por ser tan estúpido. Los aposentos de Severus eran los más protegidos de
todo el castillo; Honestamente, estaba sorprendido de que Black hubiera entrado; debió haber
descubierto la contraseña. Esa era la única manera en que podría haber eludido las protecciones que
protegían la vivienda de Severus.
"Ya es suficiente", siseó Severus, sonando trastornado mientras levantaba al mago con una fuerza que
no debería haber sido posible en un hombre tan delgado. Podría tener algo que ver con el hecho de que
el propio Black estaba desnutrido debido a su estancia en Azkaban y su incapacidad para cuidar de
sí mismo después de su liberación. Rezó para que Black no hubiera hecho lo impensable y
hecho retroceder a Harry. Había trabajado muy duro para ganarse la confianza del chico, para
hacerle saber a Harry que podía confiar en él, y por culpa de Black todo estaba en peligro.
"¡Ay! ¡DÉJATE DE MÍ, SNIVELLUS!" Sirius gruñó, gritando de agonía cuando su brazo fue forzado más
detrás de su espalda. Su brazo izquierdo comenzó a golpear, tratando de que el maestro de Pociones
lo dejara ir. Todo lo que logró fue hacer que Snape agarrara su otro brazo y lo obligara a avanzar y
salir de su habitación. Se preparó para ser expulsado, pero Snape no hizo eso; en lugar de eso,
continuaron saliendo de las mazmorras. "¡Déjame ir! ¡Te juro que te mataré!" Sirius se enfureció
indignado.
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"¿Tú? ¿Atacar a alguien? ¿Sin al menos otros dos a tu lado? Por favor, no me hagas reír", escupió Severus,
observando con despreocupación mientras Sirius luchaba más. Ni siquiera sintió una pizca de diversión cuando Sirius casi
cayó de bruces en las escaleras mientras luchaba en el momento equivocado. Por mucho que le hubiera gustado
dejarlo caer, Severus no lo hizo; simplemente lo sujetó con fuerza y lo obligó a subir las escaleras, sin escuchar los
constantes gemidos que hacía el perro. Había aprendido hacía mucho tiempo a acallar la irritante voz de Black. No creía
que pudiera abrir la boca sin escupir de rabia, así que se dio tiempo para calmarse adecuadamente. Black, Potter, Lupin
y Pettigrew siempre habían sido su talón de Aquiles; la mayoría de las veces el solo hecho de verlos hacía que el rojo
nublara su mente por completo.
"Parece que tendremos un invitado cuando lleguemos a mi oficina", dijo Albus distraídamente mientras sentía las barreras
moverse, alertándolo del hecho de que alguien estaba en su oficina. No necesitaba ser un genio para darse cuenta de lo
que había sucedido: Remus se había dado cuenta de que Sirius estaba ausente y había venido directamente a Hogwarts.
No podía culpar a Remus por no ser capaz de controlar a Sirius, ya que, por derecho, ni siquiera era su problema. Sirius
era un hombre adulto; debería saber que no debe hacer trucos como este. "¿No deberíamos conseguir que alguien se
quede con Harry?"
"¿Roz?" Severus llamó mientras caminaban por la esquina hacia el siguiente tramo de escaleras que los llevaría a la
oficina del director.
"¿Cómo puede Roz ayudar al Maestro Snape?" preguntó el elfo doméstico.
"¡DÉJAME IR!" Sirius siseó, luchando más vigorosamente.
"Llévanos a mi oficina", exigió Albus, enojándose mucho con Black. Los retratos se estaban volviendo curiosos y aún
quedaban algunos profesores en el local. Y lo más preocupante de todo eran los fantasmas. Puede que no
abandonaran Hogwarts, pero no era tan estúpido como para pensar que no hablaban con los estudiantes. Todo lo
que se necesitaba era que se mencionara el nombre de Harry una vez antes de que se desatara el infierno entre los
estudiantes. Agarró a Severus y Black, apretando el hombro de Black en señal de advertencia; Si no dejaba de
hacer el tonto, ataría a su antiguo alumno.
Roz agarró la colorida túnica de Albus y con un pop las tres figuras fueron transportadas a la oficina del director.
Ella dio un paso atrás, mirando con cautela al intruso que Severus tenía agarrado; no quería terminar atrapada en la
refriega si él empezaba a luchar de nuevo.
"¿Oh no que paso?" Preguntó Remus con miedo. Le sorprendió ver la oficina del director vacía, pero
rápidamente comenzó a darse cuenta de que Sirius había hecho algo realmente estúpido. Casi presa del pánico, había
comenzado a bajar a las mazmorras para buscar a Black. "¿Qué ha hecho?" preguntó el hombre lobo, aunque la expresión
del rostro de Snape lo decía todo.
"Ve y vigila a mi invitado; ya sabes qué hacer. No debería despertar", dijo Severus con severidad. Esperó hasta que ella
salió antes de empujar brutalmente a Black lejos de él, causando que se estrellara dolorosamente contra el escritorio.
Remus tragó saliva; Snape nunca había sido partidario de la violencia física. Lanzar hechizos, sí; Cortarte con palabras,
de nuevo, sí. ¿Pero realmente hacer ejercicio físico? Debe estar extremadamente furioso, más de lo que jamás se
había sentido con ellos en Hogwarts. Habiendo crecido en el mundo muggle, tanto él como Snape todavía tenían sus
instintos naturales de atacar con las manos y los pies, a diferencia de los sangre pura, cuyos instintos eran levantar sus
varitas.
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"¡Fácil!" Gritó Remus a la defensiva, parándose entre ellos y gimiendo suavemente. Todavía se sentía
cansado. Debido a su rápido metabolismo, la pequeña cantidad de somnífero que había tomado sin darse
cuenta sólo lo había dejado inconsciente durante unos diez minutos. Sin embargo, todavía estaba abriéndose
camino a través de su sistema, haciéndolo sentir atontado.
"No, Remus. Eso es lo que hemos estado haciendo, pero nada más", dijo Albus con frialdad. "Si ha hecho
retroceder a Harry, entonces haré todo lo que esté en mi poder para asegurarme de que nunca más se
acerque a él". Habían estado tratando a Black con guantes de seda, sintiendo lástima por sus circunstancias:
estar encerrado en Azkaban y encontrar que su ahijado estaba tan malherido. Estaba furioso con el
mago más joven, más furioso que nunca en su vida, y eso era decir mucho, ya que había vivido más de
quince décadas.
"¿Que estabas pensando?" Remus siseó. No quería oír la excusa habitual de “era su ahijado”; Sirius ya había
usado esa excusa al máximo. Si lo escuchara una vez más, no sería responsable de sus propias acciones.
Ya había estado al límite con las payasadas de Black, y esto… esto fue el colmo, drogarlo e ir en contra de
los deseos de Poppy.
"¡Es mi ahijado, tengo derecho a verlo!" Explicó Sirius, frotándose las costillas y el estómago donde habían sido
golpeados contra el escritorio por el empujón de Snape. "No se suponía que fuera así".
Remus miró hacia el techo de la oficina, cerró los ojos y se alejó, dejándose caer en uno de los asientos con un
suspiro cansado. Había terminado; no podía seguir haciendo esto. Estaba muy cansado, no sólo por la
poción, sino también emocionalmente. Simplemente no podía seguir el ritmo de Sirius.
"¡¿Cómo esperabas que fuera, estúpido perro callejero?!" Severus gruñó, con las manos apretadas con fuerza
en puños. Sus ojos de repente se entrecerraron en Black y luego se dirigieron al pensadero. Esto tenía que
hacerse; habían tratado de evitarlo, debido a la inestabilidad mental de Black, pero ya no podían evitarlo.
Black tenía que ver la verdad cruda y sin adornos de lo que Harry había pasado. Podría destrozarlo, no
es que a Severus le importara la mentalidad de Black, sino más bien lo que podía decir sobre Harry ahora
que lo habían encontrado. Se volvió hacia Albus y preguntó en silencio si estaba vacío; un breve
asentimiento fue su respuesta.
Severus lo agarró y forzó la cabeza del mago a entrar en el Pensadero, yendo con él... sabiendo que no
podía pensar que sería capaz de salir del Pensadero con lo que iba a presenciar. Black terminaría perdido
en un bucle interminable de recuerdos de Harry. Nadie merecía eso, ni siquiera Black, si era completamente
honesto consigo mismo.
"¡No!" espetó Albus, evitando que Remus interfiriera; Para entonces ambos hombres habían
desaparecido en el pequeño estanque.
"Debería estar con él", dijo Remus en voz baja.
Albus miró a Remus y vio la mirada en sus ojos, y honestamente no podía culpar a Remus por sentirse así.
"Sólo necesita tiempo y mucha ayuda", le dijo al hombre lobo, sintiendo lástima por él. Lupin quedó atrapado
en el medio, aunque su insistencia era tan mala como la de Sirius a veces. No se podía negar que él era
el más maduro de los dos, pero Remus no había sido el que estaba en Azkaban.
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"¿Qué diablos está pasando?" Exigió Poppy mientras entraba a la habitación, con la sorpresa revoloteando
por su rostro. Algo estaba pasando; Albus parecía listo para quemar un fusible, pero esto estaba mezclado con una
gran dosis de preocupación. El hecho de que Remus estuviera en la habitación y que el pensadero brillara
ligeramente daba la indicación de que había alguien allí.
"¿Qué pasó?" Preguntó Minerva, colocando las bolsas que llevaba sobre la mesa del director, mirando a Albus en
silencio.
Albus simplemente sacudió la cabeza con cansancio; no había estado durmiendo como debería y lidiar con
Black lo había cansado aún más. "Entró en las habitaciones de Severus y asustó a Harry", confesó el mago mayor.
"¡¿Disculpe?!" Poppy gritó, tirando sus bolsas al suelo mientras miraba a Albus tontamente.
Por dentro estaba furiosa, jurando que si Black hubiera hecho incluso un gramo de daño al frágil estado de Harry,
lo mataría. Cerrando los ojos, luchó por contener su ira, pero no tenía tanta práctica como Severus, o Albus,
llegado a eso, para ocultar sus sentimientos. Sin embargo, ella era una profesional, por lo que logró recuperar
la compostura. "¿Como es el?" exigió.
"Dormido por el momento, inducido mágicamente", confesó Albus, antes de agregar: "Gritó".
"¿Él qué?" Minerva preguntó; "¿Eso es algo bueno o algo malo?" No estaba segura si sentirse aliviada u horrorizada:
Harry había usado su voz.
Poppy respondió, con los labios fruncidos y la promesa de retribución en sus ojos: "Es difícil decirlo en este momento.
Podría mostrarle a Harry que Severus está dispuesto a protegerlo y ayudarlo a largo plazo. O podría hacer lo contrario,
enviar a Harry a un estado catatónico".
"Eso es malo", murmuró Minerva; Su voz era baja, pero todos la escucharon en la habitación silenciosa.
"Potencialmente", admitió Albus, pero rezó para que fuera la primera sugerencia de Poppy la que tuviera mayor
probabilidad de suceder.
"¡Se fue por unas horas y esto sucede!" Minerva maldijo enojada.
"¿Unas pocas horas?" Albus repitió: "¡Has estado fuera casi un día entero!" dijo, sus labios temblando al
recordar las palabras de Severus.
"Sí, unas horas", dijo Minerva, dándole una mirada extraña.
Albus se limitó a mirarlo, sin palabras.
"¿Cuánto tiempo estarán allí?" Remus preguntó desde donde estaba sentado. Su mirada estaba fija en el
pensadero, con una expresión de dolor en su rostro. Sólo podía imaginar qué clase de horrores había allí. ¿Por
qué no había hablado más con Sirius? ¿Quedó más claro por lo que estaba pasando Harry?
Probablemente habría significado más si no hubiera venido de Severus. Desafortunadamente, Sirius era
completamente irracional y enojado cuando se trataba de cualquier cosa que Severus dijera. Ni siquiera Poppy
podía pensar en él, así que eso ya era decir algo.
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"Media hora", dijo Albus sombríamente, con un tono definitivo en su voz que lo decía todo. Él debería saberlo; había calculado
exactamente cuánto tiempo había estado inmerso en los recuerdos que Severus le había dado. Dudaba que algún día pudiera
perder los sentimientos que había experimentado al verlos; sabía que estarían con él hasta que muriera. Nunca podría olvidar lo
que vio y los recuerdos nunca se desvanecerían.
"¿Ellos? ¿Severus no está con Harry?" preguntó Poppy sorprendida, decidiendo bajar a las mazmorras y
sentarse con él. Ella no intentaría despertarlo; Severus parecía tener más suerte con Harry que ella. Tenía
sentido que confiara más en los hombres que en las mujeres, considerando que fueron las mujeres las que lo
lastimaron. Con Vernon Dursley trabajando, Petunia era la principal cuidadora y proveedora de Harry; Ella
apostaría que ella era la que más le había hecho daño.
Por lo poco que Severus había dicho sobre Petunia durante los últimos días, ella había sido una chica muy
amargada. Luego estaba esa mujer despreciable, que era un insulto a su género y a la raza humana.
"No, él está guiando a Sirius en el pensadero", explicó solemnemente Albus.
"Muy bien; hazle saber que estaré en sus habitaciones", dijo Poppy, agarrando todas las bolsas de cosas
que acababa de comprar esa tarde.
"¿Quieres que vaya contigo?" Preguntó Minerva, y entonces algo se le ocurrió.
"¿Cómo diablos entró Black en las habitaciones de Severus?"
"Eso es algo que estoy seguro que Severus pretende descubrir; será un golpe para su ego que sea más
predecible de lo que le gusta pensar", les dijo Albus con ironía.
Los labios de Minerva se torcieron un poco, sabiendo muy bien que esto era extremadamente cierto.
"Vamos; no quiero estar aquí cuando él salga", admitió Poppy, su tono cortante y brusco. Ella quiso decir
todo lo que dijo. No podía mutilarlo... pero había otras maneras en que podía hacer de su vida una miseria
mientras él respirara en esta tierra.
"Para ser franco, yo tampoco", respondió Minerva, tomando las bolsas del escritorio del director y
rápidamente uniéndose a Poppy para salir de la oficina del director. "Hablaremos contigo más tarde, Albus",
añadió antes de cerrar la puerta sin esperar su respuesta.
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"Increíble", murmuró Poppy, colocando toda la comida en la bandeja. Las bolsas ya habían sido colocadas en
la habitación de Harry; ella guardaría todo en sus lugares apropiados, para no asustar a Harry o tenerlo ansioso
por todos los artículos nuevos.
"Sí, lo escuché las primeras veintisiete veces", respondió Minerva, adelantándose a Poppy para abrir la
puerta de la habitación de Harry, recordando que la había cerrado, por costumbre.
Poppy inmediatamente hizo su camino, depositando la bandeja de comida en la mesa. El hechizo de Albus
había funcionado; Harry estaba durmiendo pacíficamente, aunque ella no sabía por cuánto tiempo.
Merlín, si Black hubiera arruinado todo, se enojaría mucho. Merlín, cómo deseaba poder ofrecerle a Harry
algo de consuelo, hacerle saber que no era como esa mujer repugnante que lo había lastimado tanto.
¿Qué clase de médico lastima a sus pacientes de una manera tan despreciable?
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¿manera? El voto, "Primero, no hacer daño", era un juramento de brujas o magos, uno que juraban sobre su
magia y se tomaban muy en serio. Era una de las razones por las que tenías que estar seguro de lo que querías
hacer en la vida. No se podía pasar de ser un sanador a, digamos, un Auror; simplemente no se hizo. Los votos
que hicieron los curanderos hacían físicamente imposible dañar a alguien. Si tuvieran que entablar un duelo,
sólo podrían defenderse con hechizos no letales.
"¿Qué estás haciendo? No está despierto", preguntó Minerva, enderezándose cuando notó que Poppy levantaba el
plato de comida. Supuso que era por Harry, ya que rara vez comían sopa.
"No necesita estarlo; así es como lo hemos estado alimentando. Su estómago es tan pequeño que solo puede
consumir pequeñas cantidades, y como no está lo suficientemente despierto, lo hacemos de esta manera. De
hecho, está Hasta ahora sólo he estado despierto tres veces para comer", explicó Poppy mientras deletreaba la
comida enfriada en su estómago.
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Capítulo 15
Mi protector oscuro
Capítulo 15
Albus y Remus se sentaron y tomaron un café mientras esperaban, la oferta de una gota de limón fue como
siempre aceptada por Remus pero aún no la había comido. Quizás si hubieran optado por el té Earl Grey lo
habría hecho, ya que siempre se bebía con limón. ¿Con café? Habría sabido horrible, y Remus no pudo evitar
preguntarse cómo podía chupar una gota de limón y beber su bebida.
"¿Qué más puedo hacer por él?" preguntó Remus implorante, lo había intentado todo y, francamente, estaba
al límite de su ingenio. Tenía sus propios problemas con los que lidiar cada mes, y honestamente no podía
soportar mucho más que Sirius cargara todos sus problemas sobre sus ya agobiados hombros.
Anhelaba los días pasados cuando habían estado juntos, ambos trabajando con él en el mundo muggle y
Sirius en su trabajo… sí, había sido durante tiempos oscuros, pero al menos habían tenido una relación normal.
Estaba empezando a olvidar todos los buenos momentos que habían tenido en el apartamento, en lugar de
eso se estaba llenando de discusiones, súplicas y gritos (por parte de Sirius) cuando intentaba que fuera a
buscar ayuda.
"Hay un momento en el que tienes que dejar que se las arregle solo, Remus." Albus finalmente dijo: "Cuando
era niño, los elfos domésticos lo mimaban y luego los Potter lo cuidaban.
Tan pronto como se fue, inmediatamente empezaste a cuidarlo, ¿verdad?
Remus asintió mirando hacia el suelo y con el ceño fruncido, sin estar seguro de qué hacer con las palabras
de Albus.
"Él no sabe nada acerca de ser adulto, no ayuda que haya sido limitado durante su estadía en Azkaban.
Desafortunadamente no podemos seguir usando eso como excusa: tenía veintiún años cuando fue
encarcelado. , y esa debería haber sido una edad en la que pudiera cuidar de sí mismo". afirmó Albus,
bebiendo su café, sin mostrar su preocupación por Harry. Honestamente, temía la idea de que Severus
le dijera que Sirius Black lo había hecho retroceder. A Harry le tomaría mucho tiempo recuperarse sin casos
como este.
"No tengo ningún otro lugar donde pueda ir para darnos algo de distancia", admitió Remus, aunque todavía le
sobraba dinero de cuando enseñó en Hogwarts durante un año. Podría tener su propio apartamento otra
vez, tal vez no debería haber sido tan rápido como para mudarse cuando Sirius lo invitó a quedarse en su...
bueno, siempre lo habían pensado como "de ellos", pero fue Sirius quien había sido. comprado con el
dinero que le había dado su tío Alphard. Es por eso que tuvo que mudarse cuando Sirius fue encarcelado y
las propiedades/activos congelados.
"¿Quizás podría persuadirte para que regreses y enseñes Defensa otra vez?" preguntó Albus, descubrir que
su compañero era inocente había sido un golpe para Remus, por lo que renunció para cuidarlo y brindarle
la "atención" que necesitaba. En ese momento sonó como si estuviera hablando de un
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perro, pero Albus se había abstenido de decir cualquiera de sus pensamientos. Así que se vio obligado a
buscar un nuevo maestro, con la Marca Tenebrosa de Severus haciéndose más fuerte, se dio cuenta de
que no podía poner a sus estudiantes en riesgo con un maestro mediocre y le había pedido ayuda a Alastor,
uno de sus amigos de confianza. Como miembro de la Orden, había confiado en sus temores y su
conocimiento de que podría regresar pronto y Alastor había aceptado ayudar. Sería una cosa menos de qué
preocuparse durante el verano.
"Eso... en realidad... podría no ser una mala idea", dijo Remus pensativamente, les daría a ambos el espacio
que necesitaban. También le ayudaría a ahorrar aún más dinero. La fortuna que tenía su padre se
había esfumado hacía mucho tiempo, se gastó en él y trató de curar a su licántropo sin éxito. Incluso había
vendido la casa y empezó a alquilar lugares yendo de un lado a otro para que nadie sospechara.
"A los estudiantes les encantaría tenerte de regreso", respondió Albus, "Hay escasez de candidatos
para el puesto de profesor este año". añadió mirando la única aplicación en su escritorio. Un archivero del
Ministerio de Magia que sólo obtuvo una calificación Aceptable en Defensa contra las Artes Oscuras deseaba
enseñar a sus alumnos cómo defenderse. Sabía que se había enfrentado a algunos... personajes de poca
reputación, pero ¿realmente todos pensaban que permitiría que cualquiera entrara a su escuela y enseñara?
Quizás se lo había buscado él mismo al contratar a personas como Gilderoy Lockhart. Desafortunadamente
no había confiado en sí mismo ni en su propio juicio desde que le había dado la posición de defensa a
Quirrell y había estado en la liga con Voldemort. Al menos sabía que podía confiarle a Remus el
bienestar de los estudiantes y su capacidad para enseñarles.
"Lo aceptaré", dijo Remus inmediatamente, tomando su decisión.
"¡Bien!" dijo Albus sonriéndole, por lo que parecía la primera vez desde que había visto a Harry.
"¡Muy bien!" Añadió una cosa que podía eliminar de su lista de cosas por hacer.
Remus solo sonrió un poco casi frágil, sintiéndose destrozado no sólo física sino emocionalmente.
Si era posible, estos pocos años habían sido peores que descubrir que Sirius supuestamente había
traicionado a Lily y James. No había pensado que tal cosa fuera posible, pero lo era.
Albus miró la hora nuevamente y se giró para mirar pensativamente al brillante azul, sabiendo que en
cualquier momento regresarían. No tenía muchas ganas de ver a Sirius Black destrozado emocionalmente
una vez más. Había sido difícil la primera vez, pero no estaba seguro de sentirse así esta vez. Sirius había
ido demasiado lejos y potencialmente podría haberlo llevado demasiado lejos y haber asustado a Harry hasta
dejarlo en un estado de coma del que podrían tardar semanas o meses en sacar a Harry; si eso fuera posible,
no sabía mucho sobre el lado médico de las cosas. .
Unos segundos más tarde, Severus y Sirius reaparecieron del pensativo, Sirius estaba en el suelo y antes
de que se dieran cuenta estaba espectacularmente enfermo por todo el lugar. El olor a enfermo era suficiente
para hacer que sus estómagos se revolvieran, pero el repugnante olor del alcohol lo hacía aún más
repugnante.
"Habría sugerido un viaje a Poppy, pero no creo que sea la mejor idea en este momento". dijo Albus, moviendo
su varita y limpiando el olor y el malestar.
"¿Ellos volvieron?" afirmó Severus, sabiendo ya la respuesta a la pregunta.
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"Lo han hecho, actualmente están en tus habitaciones, Severus." comentó Albus.
"Vamos, Sirius", dijo Remus acercándose a ellos, con la intención de ayudar al mago sacudido a ponerse de pie. Parecía
como si Harry no fuera el único en estar en coma. Miró brevemente la parte superior del pensativo, como si de
alguna manera esperara ver los recuerdos él mismo. "Levantarse." añadió con firmeza.
"Remus, ella lo lastimó mucho", susurró Sirius en la silenciosa habitación, "tanto". dijo de nuevo quejándose mientras se
quejaba de un lado a otro. Los recuerdos todavía rondaban por su mente a pesar de que ya no estaban en el
pensamiento. Arcadas de disgusto cuando vio al muggle explotar después de unos segundos después de que le inyectaran
sangre mágica en las venas. Siempre se había pensado superior a los muggles, pero nunca había deseado que estuvieran
muertos o que les hicieran daño... saber que un muggle había matado a tantos otros muggles simplemente... le dejó
boquiabierto, ella era peor que los mortífagos en cierto modo. Deseaba poder decir que eso era lo peor, pero no lo fue.
Remus cerró los ojos, antes de agacharse y levantar físicamente a Sirius para ponerlo de pie.
Seguiría el consejo de Albus; Deja que Sirius haga las cosas solo en lugar de hacerlo por él. Si eso le ayudaba a volver a
su Sirius más rápido, entonces estaba totalmente de acuerdo con eso; sólo rezaba para que no saliera mal. "Los veré a
todos más tarde", murmuró en voz baja, guiándolos a ambos hacia la red Flu.
Segundos después ya no estaban.
"¿Estás bien, Severus?" preguntó Albus atenuado, era la segunda vez que Severus básicamente se había visto
obligado a ver esos horribles recuerdos. También tenía que vivir con ellos, ya que realmente no había una manera de
olvidar, a menos que se Obliviara a sí mismo y eso no era nada útil; por muy duro que fuera, Severus sabía todo, así que
también se dio cuenta de la mejor manera de acercarse a ellos. adolescente aterrorizado.
"Lo estaré," dijo Severus en voz baja, como siempre encontraba una manera de seguir adelante.
"Tal vez lo hicimos mal, creo que debería haber seguido tu consejo y dejarle ver los recuerdos hace mucho tiempo". admitió
Albus, aunque Severus también había sido un poco cauteloso debido a su frágil estado mental. Por supuesto que había
sentido la necesidad de añadir "no es que me importe su estado mental" al final.
"Ya no se puede hacer nada", gruñó Severus, recuperando su irritación anterior. "Esto no se puede deshacer, sólo
arreglarlo".
"Tienes razón", estuvo de acuerdo Albus, esperando que fuera tan fácil cuando todo estuviera dicho y hecho.
"Voy a bajar. Deseo estar allí cuando despierte", dijo Severus, comenzando a levantarse.
"¿Qué vas a hacer?" preguntó Albus, impidiendo que Severus se fuera todavía.
"Explícale lo mejor que pueda, si él entiende o no es otra cosa". Severus le dijo sin rodeos.
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Albus asintió pensativamente antes de decir; "Bajaré tan pronto como haya terminado con algunos trámites". al menos
con un profesor de defensa había menos que hacer. Solo tenía que firmar la documentación para los estudiantes que
dependían del fondo de Hogwarts para comprar sus artículos de Hogwarts. No todos podían permitirse el lujo de enviar
a sus hijos, o mejor aún, tenían padres que los ayudaran a pagar los artículos, por lo que era su deber asegurarse de que
vinieran con todo lo que necesitaban para completar su educación mágica. Sólo podían repartir una cantidad limitada
cada año, empezando por los que trabajaban más duro.
"Por supuesto", dijo Severus enderezando su columna mientras se levantaba, necesitaba desahogarse un poco más,
así que eligió caminar de regreso a sus habitaciones en lugar de tomar el camino rápido a través de la red Flu.
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Cuartos de Severus
"Creo que es Severus que regresa", dijo Poppy mientras salía del dormitorio hacia la sala de estar. Estaba
sintiendo que las barreras cambiaban ligeramente como para permitir la entrada de alguien. Ella quería saber exactamente
qué había sucedido y él sabía que Severus le daría todos los detalles sin adornar nada. No era una persona
entrometida, ni mucho menos, pero cuando se trataba de un paciente, iba hasta el fin del mundo para protegerlo, para
asegurarse de que estuviera sano emocional y físicamente. Protegerlos se produjo de muchas formas, no solo curarlos
como muchos suponerían.
"¿Quieres algo de beber, Severus?" preguntó Minerva, observando al demacrado mago con simpatía. Ella estaba
parada en su cocina con una botella de vino en la mano, sirviéndola en una copa de vino, que él sabía que no era
de su habitación porque no bebía vino.
Se lo daba a Poppy en una copa si ella lo visitaba y se quedaba en alguna ocasión.
"¿Me ofreces una bebida en mi propia habitación?" preguntó Severus secamente, sus labios temblando desconcertados.
"Algo fuerte", corrigió Minerva, no tenía miedo de ponerse cómoda dondequiera que estuviera. Bueno, eso no
era cierto, si no hubiera conocido a Severus desde hacía años no estaría diciendo eso. Todos los que creían conocerla
siempre decían que era severa, profesional y muy protectora con sus Gryffindors, pero esa era sólo una
faceta de su carácter.
"Ni hablar", argumentó Severus, "no puedo beber". al menos no mientras tuviera a Harry a quien cuidar.
"Severus, uno no te matará ni dañará a Harry. Siéntate y toma una copa." dijo Poppy, sentándose, mientras Minerva
servía tres tragos, dos whiskys y un vino, a Poppy no le gustaba beber nada más que vino blanco u ocasionalmente
tinto. Sosteniendo las bebidas, se acercó a la pareja y les pasó las bebidas asignadas.
"Albus no fue específico con lo que pasó…" comenzó Poppy, bebiendo su vino mientras lo miraba fijamente.
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"¿Cuándo Albus alguna vez es específico?" Severus dijo resoplando un poco incapaz de evitarlo. Casi de
inmediato sintió una pizca de culpa apuñalándolo. Después de todo, Albus le había contado un poco sobre su
infancia, lo cual todavía era bastante impactante pensar en ello incluso ahora. No era un hombre que se sorprendiera
fácilmente, o eso suponía hasta hace un mes cuando todo esto comenzó. Le gustaría pensar que ahora sería
imposible sorprenderlo, pero no quería tantear el terreno tan rápido.
"¿Cómo entró?" Minerva preguntó todavía sorprendida de que Black, de todas las personas, hubiera logrado
sortear las protecciones de Severus.
"Adivinó la contraseña", refunfuñó Severus, haciendo una mueca de extremo disgusto.
"Entonces es pura suerte de su parte", reflexionó Poppy, sin duda Severus triplicaría las protecciones de sus
habitaciones después de que se fueran.
"Los hombres desesperados son los más peligrosos", admitió Severus, saboreando el ardor que le bajaba
por la garganta mientras bebía. "Sin mencionar la astucia cuando es necesario". Se le revolvió el estómago
al admitir esto, pero aun así era cierto.
"Lo son", reconoció Poppy, coincidiendo con él. "¿Te gustaría ver lo que le hemos comprado a Harry?"
cambiando de tema. Mencionar o mencionar a Sirius Black o James Potter siempre hacía que Severus
reflexionara durante semanas; era un testimonio de cuánto habían afectado su adolescencia.
"¿Hay suficiente tiempo en el mundo para verlo todo?" preguntó Severus sonriéndoles a ambos.
Durante todo un día, sólo podía imaginar cuánto habían terminado gastando en realidad.
Más de lo que él y Albus habían aportado, estaba seguro. Merlín sólo sabe cuándo Harry realmente estaría
usando algo de eso.
"Qué gracioso", añadió Minerva con su acento escocés más pronunciado de lo habitual. Su mente estaba sólo a
medias en la conversación a su alrededor, el resto estaba preocupándose por Harry.
"¿Pero cierto?" adivinó Severus.
"Quizás", admitió Poppy, habían salido de cada tienda con un carrito lleno de artículos.
Algo que no sucedía muy a menudo si nos guiábamos por la mirada con los ojos muy abiertos del vendedor.
"Había mucho donde elegir, ciertamente diferente de las tiendas de aquí, y podías comprar la ropa y llevártela
contigo; no era necesario que la confeccionaran a medida".
"De hecho", respondió Severus.
"¿Cómo va a estar Harry?" se preguntó Minerva, incapaz de guardar silencio; realmente temía lo peor. La
conversación se volvió sombría rápidamente, cuando la diversión que habían sentido por un breve momento se
apagó por completo.
Severus frunció los labios, "Pronto lo descubriré, el hechizo debería comenzar a desaparecer en los próximos
veinte minutos".
"¿Qué estaba pensando?" se quejó Poppy, muy enojada por las acciones de Black. Si tan solo hubiera estado allí…
¡podría haber podido detenerlo! Realmente no tenía sentido desear y 'impugnar'
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ya que no cambió absolutamente nada. El mago tendría noticias de ella, estuvo medio tentada de ir y
enviarle un aullido fuerte y extremadamente largo al hombre idiota.
"Tendrías que preguntarle eso", se burló Severus, su ojo temblando ligeramente, la caminata hasta las
mazmorras no había calmado su temperamento tanto como le hubiera gustado. Su rostro se quedó en
blanco más rápido que un rayo cuando se levantó abruptamente; colocando su vaso sobre la mesa lanzó un
hechizo refrescante para que el olor a alcohol alejara el aire de su ropa y de paso de su boca. No es que
hubiera mucho olor, ni siquiera había bebido el pequeño contenido del vaso.
"Quédate aquí", dijo Poppy, evitando que Minerva se levantara también. "Está aterrorizado de nosotros como
en un buen día... este no es un buen día. Toma, llévate esto contigo, tal vez le guste tener algo que
tocar". entregando el osito de peluche. Sí, era algo infantil que tenían los niños pequeños, pero en la
mente de Harry eso era lo que él era. Consoló a los niños, así que con suerte tendría el mismo efecto
en Harry. Sólo podían intentar que confiara en ellos al final del día.
"Oh esta bien." Estuvo de acuerdo Minerva, pero de muy mala gana, sentándose de nuevo mirando a Severus
mientras desaparecía en el dormitorio. En cualquier otra circunstancia, le habría parecido absolutamente
gracioso caminar hacia una habitación con un osito de peluche en la mano. Desafortunadamente, esta
situación no tenía nada de gracioso. Se esforzó por escuchar cualquier cosa que saliera de la habitación,
pero hasta el momento no se había emitido ningún sonido.
Severus se sentó en la silla rápida pero silenciosamente, prefería que Harry pudiera estar lo más al nivel
posible de sus ojos. No había nada más intimidante que un hombre parado frente a ti, especialmente
uno que no conocías. Harry no abrió los ojos de inmediato, no es que esperara que él también lo hiciera. Sin
duda estaba tratando de acceder a su entorno, para asegurarse de que estaba a salvo. Sólo podía imaginar
lo que estaba pensando, pero con la calidez, la habitación limpia y libre de goteo le aseguraría que NO
estaba de regreso en esa horrible habitación. A medida que pasaban los segundos, no había absolutamente
ninguna indicación de que Harry fuera a dejar entrever el hecho de que estaba despierto.
Moviendo su asiento hacia adelante, vio a Harry tensarse revelando el hecho de que estaba realmente despierto,
si es que ya no conocía ese pequeño dato de información. "Hola, Harry, lamento que hayas tenido que ver
eso esta tarde. Quiero hacerte saber que no volverá a suceder". dijo Severus, preguntándose qué más decir…
especialmente cuando no tenía idea de si entendía. Vio a Harry relajarse cuando escuchó su voz; en lugar
de que el triunfo lo atravesara, se dio cuenta de que podría ser simplemente su voz la que hacía que Harry se
relajara, no sus palabras.
"El hombre que vino a verte... es tu padrino", dijo Severus haciendo una pausa, compararlos a ambos no era
una comparación justa incluso si Black hubiera pasado un tiempo en Azkaban. Él había sido un adulto y Harry
había sido un niño, así que no, no podía decir que ambos habían sido tratados horriblemente de la misma
manera. "Él no te haría daño; no lo dejaría incluso si lo hiciera".
Hizo una pausa cuando esos ojos verdes se abrieron; Mirándolo fijamente, el vacío en ellos lo estaba volviendo
loco. No sabía si Harry de alguna manera se había perfeccionado sin sentir nada o al menos mostrarlo o si
el vacío era solo un lienzo esperando que él y los demás ayudaran a Harry, crearan un mago en ciernes y
hicieran su vida buena desde aquí. adelante. Podrían olvidar todos los recuerdos horribles y darle una
poción rejuvenecedora y dejarlo comenzar de nuevo.
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de nuevo. Las pociones rejuvenecedoras no le quitaban a nadie catorce años, sólo un año como mucho. Al igual que las
pociones para envejecer, solo te envejecen aproximadamente un año, y fue temporalmente.
"Tengo algo que quiero darte", dijo Severus, moviéndose torpemente, honestamente deseaba que Poppy se lo hubiera
dado. Lamentablemente dudaba que lo aceptaría de ella, probablemente le recordaba demasiado a aquella
desgraciada que lo había mantenido encerrado durante años. Puede que llegue un momento en el que aprenda a
confiar en ella, pero ahora no era ese momento.
Sin más, extendió lentamente el peluche colocándolo justo al lado de su mano.
Observando atentamente sus reacciones, a pesar de que se sentía extraño al darle un regalo a alguien, un osito de
peluche, ciertamente nunca fue algo que se hubiera imaginado haciendo. Cualquier vergüenza lo
abandonó cuando Harry lo agarró; su dedo índice lo acarició distraídamente.
Tenía una expresión de asombro en su rostro como si nunca hubiera sentido algo tan suave en su vida y Severus
sintió que le dolía el corazón una vez más. ¿Fue eso culpa? Pensó para sí mismo, esperaba que no lo fuera, pero
no se habría sorprendido demasiado.
Saliendo de sus pensamientos, se relajó en su asiento, con los dedos entrelazados. Se moría por preguntarle a Harry si
lo entendía, aunque fuera un poquito. Sin embargo, se advirtió a sí mismo, sabiendo que, ante todo, habría que generar
confianza. Hablar y descubrir más podría venir después, vendría después; dudaba que Harry hablara incluso si pudiera
ahora. Esperaba que Poppy lo hubiera cambiado antes de despertar, considerando que no había un olor a orina en
el aire que esperaba tener. No le gustaba ponerle un pañal a Harry, pero hasta que pudiera caminar o incluso hablar
para decirles que lo necesitaba... sería necesario. No podían seguir bañándolo cada vez que hacía el baño en la cama.
Aunque supuso que Harry preferiría disfrutar del calor del agua. Cualquier fuente de calor sería una bendición para
Harry después de vivir en el frío durante tanto tiempo.
Observó a Harry acurrucarse en el osito de peluche con una punzada en el corazón, debería estar disfrutando de
ser un mago, estresado por las pruebas y no atrapado en una cama después de sufrir durante años. Podía ver con qué
fuerza lo sostenía, ¿tal vez sospechaba que se lo quitaría? Con el tiempo, sabía que Harry aprendería a confiar en él, por
ahora solo tenía que lidiar con el hecho de que Harry no se vio afectado por lo que sucedió antes, y que usaría su voz si
se sentía siquiera un poco amenazado.
­­­­­0
¿Qué tan avanzado debería ser el salto de tiempo, creen ustedes? ¿dos semanas? ¿un mes? Todas las
sugerencias son bienvenidas, especialmente aquellas que tienen experiencia en estas situaciones. Me gustaría darle
un elemento muy real de realismo a mi historia, así que siéntete libre de revisarla o incluso enviarme un mensaje privado si
lo prefieres.
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Capítulo 16
Mi protector oscuro
Capítulo 16
Severus estaba sentado en la habitación de Harry, con un montón de papeles frente a él mientras escribía
su programa de estudios para el año de Hogwarts, lo cual no fue tan fácil como uno podría pensar ya que
tuvo que trabajar no solo con su horario sino también con el de todos los demás para asegurarse. No
duplicaron sus clases accidentalmente. Aunque con magia, se fue moviendo hasta que quedó
perfecto y con el mínimo esfuerzo. No sólo en sus clases de primer año sino también hasta el séptimo año.
Es cierto que fue más fácil del quinto al séptimo año ya que no todos tomaron pociones. O mejor dicho, no
permitía que cualquiera entrara a sus clases, era un mago que exigía perfección y no quería a
nadie en su clase que no pudiera desempeñarse al nivel que esperaba. A muchos de los profesores no les
gustaba lo que exigía tanta perfección, ya que sus alumnos no podían 'estudiar' lo que querían debido a
ello. Severus no cedió a sus demandas, solo les dijo que había advertido a los estudiantes
repetidamente y que no era su problema si no estaban dispuestos a hacer el trabajo. Que no podía
permitirse el lujo de perder el tiempo con estudiantes que no podían seguir el ritmo de la carga de trabajo.
Eso era algo con lo que no podían discutir, ya que sabían que muchos estudiantes no podían soportar la
carga de trabajo.
Llenando el último cuadrado, viéndolo brillar brevemente mientras era aprobado, asintió con silenciosa
satisfacción. Distraídamente añadió la fecha, 19 de agosto, y listo. ¡Finalmente! Pensó aliviado mientras
juntaba el pergamino con una pala, ya que ya no lo necesitaba. Colocándolo sobre la mesa que había
puesto en la habitación de Harry hace unos días para poder hacer su trabajo y seguir ahí para él. Su
tranquila presencia parecía calmar algo en Harry, siempre había esa mirada de temor cuando se movía,
no siempre para salir de la habitación, pero estaba allí.
Eso para Severus fue el mayor logro hasta el momento, mientras que otros podrían no estar de acuerdo;
bueno, la opinión de nadie más realmente le importaba a Severus. Aunque eso no era estrictamente cierto,
salvo algunos días en los que estaba de mal humor.
Todavía no le habían hablado a Harry sobre la magia y no tenían planes de hacerlo hasta que supieran
cómo estaba mentalmente. Todavía no había hablado y, aparte de alguna mirada ocasional en sus ojos,
estaban perfectamente en blanco todo el tiempo. Estaba empezando a sospechar que Harry era muy
bueno en Oclumancia y en enterrar sus propias emociones y no olvidar recuerdos, en un intento por
protegerse. Con suerte, con el tiempo comenzaría a confiar en ellos lo suficiente como para hablar y, de
hecho, mantener bajas sus barreras y permitirse sentir. De hecho, hoy tenía algo planeado que ayudaría
en ese sentido. El paisaje idílico de Hogwarts debería ayudar a que Harry se sienta cómodo, ¿no? Había
algo de tranquilidad en el lugar que tranquilizaba su propia alma; con suerte sería lo mismo para Harry.
No todo fue malo, las llagas casi habían desaparecido, solo un poco de enrojecimiento donde habían estado
anteriormente. Ya no requerían cuidados diarios para mantenerlos limpios y libres de gérmenes. Harry
también estaba empezando a ganar peso, lo cual no era sorprendente ya que se había ido.
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desde prácticamente nada hasta tres o cuatro comidas al día, aunque fueran más pequeños que una
persona normal. Para mejorar las cosas, Harry estaba realmente despierto y podía comer su comida,
ya no tenían que usar magia para lograrlo.
Severus ni siquiera parpadeó cuando una bandeja apareció sobre la mesa, había pasado unos días
perfeccionando el hechizo para hacer que apareciera la comida mientras Harry estuviera inconsciente
sin tener al elfo doméstico esperando en la puerta hasta que alguien... normalmente venía a buscarlo, y si
estaba despierto no aparecía. Tenía bastante esperanza de que no fuera necesario permanecer allí por
mucho tiempo. Tenía tantas ganas de poder realizar magia alrededor de Harry; Haría las cosas
infinitamente más fáciles. No se había dado cuenta hasta que ya no pudo usar hechizos con tanta libertad
que estaba dando por sentado la magia.
Parecía como si ya fuera la hora del almuerzo, y una rápida mirada a la hora confirmó que eran más de las
doce. Era un hermoso día; Ya había salido el sol, tal vez este era el momento perfecto para dejar que
Harry viera fuera de esta habitación. Levantándose, salió del dormitorio y llamó al elfo doméstico que
habían estado usando desde que llegó Harry. "¿Roz?" Llamó en voz baja, no quería despertar a Harry. A
medida que se fortaleciera, sus siestas se acortarían, pronto necesitarían comenzar un régimen de
ejercicio diario, y eso sería sin duda lo más desafiante hasta ahora. ¿Cómo ayudaste a alguien a mejorar
cuando no le gustaba que lo tocaran demasiado?
"¿Sí, señor?" respondió Roz, mirando a Severus, a quien se había acostumbrado y apegado mucho
desde que apareció Harry Potter, su 'invitado' como generalmente se refería a él.
"Voy a llevar a Harry al lago, deseo hacerlo mientras duerme", afirmó Severus, significaría menos
problemas, no sólo bajarlo por las escaleras sin levitar la maldita silla de ruedas y causarle a
Harry un ataque al corazón. Ligera exageración por su parte, pero lamentablemente su reacción
puede no estar muy alejada de ese comentario. Realmente no tenían idea de cómo reaccionaría Harry ante
la magia o la mera mención de ella. Habían imaginado que sería de muchas maneras diferentes. Harry
lo odiaba y deseaba no usarlo nunca (el peor temor de Albus) debido al hecho de que lo había "abandonado"
cuando más lo necesitaba. Segundo terror y ataques de pánico puro creyendo que volverían a lastimarlo
por eso y que muchas otras personas morirían a causa de su sangre. O aceptarlo como algo a lo que
podía aferrarse y que podría protegerlo de volver a ser vulnerable. Esto era lo que todos esperaban,
pero en el fondo sabían que no podía ser tan fácil.
"Roz te ayudará", dijo con entusiasmo, chasqueando los dedos y una canasta apareció a su lado,
otro clic tenía cubiertas a mano. Severus asintió con aprobación, por más caliente que fuera definitivamente
necesitaba mantenerse caliente. Ella lo miró expectante después; ella estaba lista para tomarlos.
Severus caminó hacia la cama, sabiendo que Harry estaba profundamente dormido debido al hechizo
que tenía sobre él y que no lo quitaría en el corto plazo. Levantándolo, tomándose su tiempo para no
sacudir demasiado a Harry y despertarlo. Una vez que lo sujetó firmemente, asintió brevemente, era
todo lo que necesitaba hacer antes de que la mazmorra desapareciera y el lago reemplazara el paisaje.
Roz recostó la manta y colocó la canasta a un lado, otro chasquido de sus dedos tenía la silla de ruedas
cerca en caso de que fuera necesaria. Al observar al mago colocar a Harry sobre la manta, no pudo evitar
preguntarse si estaba al tanto de un lado de este hombre que nadie rara vez veía. Los otros elfos
domésticos en Hogwarts... no estaban asustados, pero sí más cautelosos con él y no lo hicieron.
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como acercarse a él si pudiera evitarse. Era como si supieran instintivamente (como todos los elfos
domésticos eran buenos) que él no los lastimaría a propósito sino en un estado de ánimo en el que
tenía el potencial para hacerlo. Aunque no físicamente más… mentalmente con sus palabras mordaces.
Ahora, al verlo así, se preguntó si tal vez él había sido lastimado en el pasado para hacerlo así. Había sido
herida en el pasado antes de venir a Hogwarts y encontró una gran amante que la cuidó y le permitió hacer
cosas que nunca había soñado. Hogwarts era más que una simple escuela... más que un simple hogar para
los humanos, sino para las mismas criaturas que ella protege dentro de sus límites. Elfos domésticos,
centauros, tritones y tantos otros que estaba segura de que nadie se dio cuenta de que estaban allí. Con la
posible excepción del Director, quien fue tan amable al dejarlos vivir en paz lejos de la maldad del mundo.
"Puedes irte, gracias Roz". afirmó Severus, sentándose él mismo sintiéndose extremadamente
incómodo, pero muchas cosas se habían sentido así para él en las últimas tres semanas. No era de los que
holgazaneaban bajo el sol; su piel era prueba de ello. Prefería las mazmorras, la oscuridad… sus pociones
al mundo exterior. Llámalo ermitaño si quieres, es lo que prefería al final del día. Moviendo su varita,
creó una barrera alrededor de él y de Harry, haciéndolos invisibles para cualquiera que pudiera entrar a
Hogwarts sin ser invitado. Como el Ministro de Magia o un mago idiota que pensó que Albus Dumbledore
les daría un trabajo cuando no sabían casi nada sobre Defensa contra las Artes Oscuras. También evita que
Harry vea algo que no debería, como los centauros o cualquier cosa que pueda acercarse al lago. Incluso
los Thestrals fueron liberados en esta época, Hagrid los preparó para comenzar a recibir a los estudiantes
en septiembre.
Pensar en eso claro, le recordó el inminente regreso de los estudiantes.
Pronto llegaría septiembre y, sinceramente, no sabía cómo iban a afrontarlo. Harry odiaba estar solo, se
notaba mirándolo a los ojos cuando estaba lo suficientemente desesperado como para transmitir
cualquier emoción. No fue una sorpresa, había estado solo tanto tiempo, que cualquier compañía, incluso si le
asustaba, era bienvenida. Harry no le tenía miedo per se, era más cauteloso, tal vez curioso. Había
construido los cimientos de la confianza entre ellos, ahora todo lo que faltaba era cimentarlos. Continuar
como estaba, mejorar a Harry, no sería tarea fácil, pero tal vez a largo plazo ayudaría a aliviar la culpa que lo
devoraba por dentro.
Deletreando a Harry para que los dañinos rayos del sol no dañaran su pálida piel, al mismo tiempo agregó un
hechizo refrescante a su capa que ya se sentía sofocado en su ropa. Luego deslizó su varita fuera de la vista,
se subió la manga y la metió en su funda. Se preguntó distraídamente si debería haber traído el maldito osito
de peluche (sí, todavía hacía que su boca se curvara al pensar en ello) con él, Harry estaba excesivamente
apegado a esa cosa. Debería estar disfrutando de su verano, preocupándose por las chicas y los exámenes
inminentes, no acurrucándose en un osito de peluche, pensó apretando los dientes salvajemente. Cómo
deseaba poder mejorar mágicamente a Harry, pero no podía, todo lo que podía hacer era intentar deshacer
el daño que el maldito muggle había hecho. Había sido demasiado suave con ella; debería haberle mostrado
de lo que era capaz, cuando todo lo que había hecho era arañar la superficie. Siempre lamentaría que
su muerte hubiera sido tan rápida.
Erigiendo sus barreras, obligándose a no pensar en ello, una vez que sus emociones y recuerdos se calmaron,
sacó un libro de su capa y lo abrió en la página que había usado por última vez, con un marcador de
libros de Slytherin ocupando su lugar. Era viejo, descolorido y pelado, de su época escolar, estaban
disponibles gratuitamente en la biblioteca pero no consiguió otro prefiriendo usar el que tenía.
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tenía. Se perdió en el nuevo libro que había comprado, diseñado específicamente para ayudar a niños con retraso
mental. Lo había hecho llegar desde Estados Unidos; estaban mucho más avanzados que el Reino Unido. El
mundo mágico británico estaba atrasado debido a la menor cantidad de magos y, por supuesto, a la falta de
financiación para realizar un proyecto tan grande. Moviéndose ligeramente, sintiendo que Harry estaba volviendo
en sí, antes de volver a su libro, con un ojo mirando a Harry atentamente, preguntándose por su reacción al estar
afuera. Había pasado más de un mes desde que lo rescataron y con las pociones que estaba recibiendo su sistema
inmunológico debería estar lo suficientemente fortalecido para tolerar el mundo exterior, esperaba.
Entonces esos ojos verdes se abrieron sólo para cerrarse instantáneamente, haciendo una mueca de incomodidad y
un gemido tan bajo que no estaba seguro de cómo lo había escuchado, saliendo de los labios de Harry. Le tomó
unos segundos volver a intentarlo, pero los ojos se cerraron, pero solo por un corto tiempo antes de parpadear
rápidamente, acostumbrándose a la luz del sol que no había visto en tantos años. El inocente asombro en sus
ojos hizo que Severus apretara los dientes contra la indignada burbuja de furia que se hinchaba en su esternón.
"¿Disfrutaste tu descanso?" preguntó Severus, su voz como siempre tranquilizadora cuando Harry estaba cerca.
Le habló aunque nunca recibió respuestas, pero esperaba que algún día le respondiera.
Harry giró hacia la voz, para ver a su oscuro protector que siempre estaba cerca. Manteniéndolo a salvo de cualquier
daño, incluso de esa persona que lo había sorprendido ese día y que había dicho que se llamaba 'Canuto' quien seguía
diciéndole en voz muy alta que estaba bien, no estaba acostumbrado a las voces elevadas y no le gustaban. . Su
oscuro protector siempre lo simpatizaba; dándole comida y agua… ¿calor se atrevió a responder? ¿Y si todo
esto terminara si así fuera? No quería que le hicieran más daño; tampoco quería ver a la gente herida. Su corazón latía
con fuerza en su pecho, pero Harry asintió lentamente con la cabeza, que sí, había descansado bien.
Los labios de Severus se torcieron mientras la euforia lo recorría, esta era la segunda vez que recibía una respuesta
no verbal en el mes desde que Harry llegó aquí. La primera vez había empezado a pensar en ello como una casualidad,
pero seguramente ésta no podía serlo. Decidió tantear el terreno y formuló otra pregunta. "¿Tienes hambre?" El
orgullo crecía dentro de él, Harry confiaba en él, y querido Merlín, qué sentimiento era ser la primera persona en la
que Harry realmente confiaba. Puede que a los demás les parezca nada, pero Severus no estaba
acostumbrado a que confiaran tanto con la obvia excepción de Poppy, Albus y Minerva, tal vez incluso Filius y
Pomona.
Esa era una palabra que Harry entendía, hambre, algo que la mayoría de la gente nunca sentiría. Había comido
plástico (del goteo salino) sólo para tratar de calmar la agonía en su estómago tembloroso... sólo para sobrevivir. No le
había importado el sabor salado que lo recorrió, sino aguzar su garganta reseca... bueno, eso había sido muy
bienvenido. Solo había unas pocas palabras cuyo significado realmente conocía, pero a medida que su protector
oscuro se ocupaba de él, comenzó a comprender más palabras a medida que se las repetían con suficiente
frecuencia. Descanso, sueño, comida, hambre, bebida, fueron los más destacados. Había otras palabras que conocía...
monstruoso... abominación antinatural, que habían sido pronunciadas con tanta frecuencia y en un tono tan
duro que sabía que eran malas palabras.
Otro asentimiento lo hizo colocar su marcador de libros de Slytherin en su ranura y mover el libro a un lado.
¿Harry era lo suficientemente fuerte como para sentarse solo? Se preguntó brevemente, bueno, no había mejor
momento que el presente para intentarlo, lo dudaba mucho pero Harry tenía que aprender eventualmente. Además él quería
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permitirle ver el verdadero y magnífico esplendor que Hogwarts tenía para ofrecer. Por otra parte, incluso una
casa común y corriente le parecería especial a Harry después de haber estado en un subterráneo oscuro y
húmedo durante la mayor parte de su vida. Moviéndose lentamente para que Harry estuviera consciente de él, tomó
sus manos y lo ayudó a sentarse; desafortunadamente simplemente cayó hacia un lado, o lo habría hecho si no
fuera por el firme agarre que tenía en sus manos.
Después de unos momentos de indecisión, principalmente desgana de su parte, debido al hecho de que no le
gustaba que la gente estuviera tan cerca de él, movió sus piernas paralelas a las de Harry y apoyó al niño contra
su pecho. Incluso si estaba tenso, Harry no parecía estar en lo más mínimo perturbado; Parecía demasiado
fascinado por su entorno como para preocuparse por el momento.
"Esto es Hogwarts, un castillo y una escuela, aquí enseñamos a los niños", dijo Severus, preguntándose
cuál sería la expresión de Harry en ese momento. "Desde los once hasta los diecisiete años. Habrías
asistido aquí si hubiera podido encontrarte". Ahora Harry se puso rígido ante esa palabra como si hubiera
entendido.
"Sí, te estábamos buscando, y lo hemos estado haciendo durante mucho tiempo, espero que una parte de ti lo
entienda". añadió Severus, su brazo alcanzó la canasta, manteniendo a Harry firme y la abrió para ver qué había
dentro. Sándwiches, rollos de salchicha, frutas y alimentos nutritivos que Harry podría comer. Con una mano
agarró un plato de papel, le puso comida y lo colocó frente a Harry, quien ahora podía reunir energía para comer
por sí solo.
Había sido un comienzo complicado, ya que Harry había tratado de comérselo lo más rápido posible,
ahogándose en el proceso. Todavía comía rápido, pero no hasta el punto de lastimarse ahora.
Severus lo había dejado muy claro de una manera que incluso Harry había entendido que no le quitarían la
comida y que enfermarse no era tolerable. Lo cual no había sido nada fácil de hacer.
"Buenas tardes", dijo Albus, de pie a unos metros de ellos, tenía una pequeña sonrisa jugando en su viejo rostro
mientras los observaba. Algo bueno había salido de esto, los dos chicos que tanto quería no estaban peleando el
uno con el otro como había temido. Un viejo miedo, sin duda, ya que lo tuvo hace mucho tiempo. Justo cuando
Harry debía asistir a Hogwarts, Severus había sido inflexible en mantener la distancia, haciendo lo que debía
para mantener sus 'deberes' intactos y eso no incluía ser 'amable' con el Niño­Que­Vivió. A pesar de que sí se
preocupaba por él, ya que le había advertido repetidamente que no lo dejara con Petunia Dursley. Había
temido que ella todavía estuviera amargada por la magia, y había tratado estúpidamente de aplacarlo con
palabras vacías sobre cómo la familia tenía sus diferencias pero siempre salía adelante. Era algo que había creído,
después de todo, él y su hermano lo hacían con bastante frecuencia, sobre todo cuando se trataba de asuntos de
la Orden, pero por sí solo era otro juego de pelota.
Había asumido que sabía más y eso había causado mucho daño.
"¿Puedo unirme a ustedes?" les preguntó sin moverse de su lugar.
Severus arqueó una ceja, preguntándose por la rareza de Albus, normalmente simplemente habría preguntado y
luego se habría sentado. Por otra parte tenía una mirada extraña en sus ojos que indicaba que Albus no estaba
completamente aquí sino perdido en sus propios pensamientos. "Siéntete libre", dijo sonriendo
divertido, preguntándose qué haría Albus... ¿en realidad sentarse en el césped?
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Albus avanzó con permiso, deteniéndose brevemente, dándose cuenta de que no podía simplemente
conjurar un asiento. Una mirada ligeramente descontenta cruzó por su rostro antes de que desapareciera y
se sentó en el cristal con su túnica extravagante haciéndolo parecer aún más ridículo.
Severus no pudo evitar resoplar ante la visión que hizo Albus, no creía haber visto al Director lucir tan…
humano, o atreverse a verlo vulnerable antes. Albus le dio una mirada penetrante como si sospechara lo
que estaba pensando.
"¿Leyendo un poco?" preguntó Albus, él mismo había estado leyendo todos los libros que pudo para
ayudar a Harry en su recuperación sin destruir accidentalmente la confianza que Poppy y Severus
estaban construyendo en el adolescente.
"De hecho", respondió Severus, simplemente.
"¡Eso me recuerda que tengo algo para ti, Harry!" dijo Albus, buscando en sus bolsillos y sacando un
dulce. Se lo entregó al niño lentamente después de desenvolverlo, sabiendo que estaría bien para él. "Es
simplemente una delicia suave de mantequilla y menta, no demasiado azucarada, ya que sé que dijiste
que tal vez nunca toleraría los dulces azucarados". añadió en voz baja sólo para los oídos de
Severus. Sus ojos brillaron intensamente ante el deleite cruzando el rostro de Harry. Había ido a buscar
sus habituales Lemon Drops a la tienda y decidió buscar unas con las que Harry pudiera soportarlo. Darle
uno cada vez que lo veía, sabiendo que eso ayudaba a establecer algún tipo de confianza; una parte de
él no se sentía digno de ello, pero no era alguien que se rindiera.
Se sentaron en un cómodo silencio durante más de una hora, el tiempo que le tomó a Harry comer todo lo
que había en su plato; no importaba lo difícil que fuera, Harry siempre terminaba su comida, si estaba lleno
la mantenía allí hasta que pudiera. puso más en su estómago sin estar realmente enfermo. Eso y el
hecho de que estaba constantemente mirando a su alrededor, el lago parecía llamar más su atención que
cualquier otra cosa que lo rodeara sorprendentemente.
"Parece que se divirtió", murmuró Albus, asombrado. ¿Cómo podría simplemente tenerlo afuera bajo el
sol y dejarlo comer causarle tanto placer? Los estudiantes ciertamente podrían aprender de Harry. Cada
pequeña cosa que daban por sentado, Harry lo veía como un placer inconmensurable. Ciertamente
sentía que estaba aprendiendo mucho cuando se trataba de Harry.
"Septiembre se acerca rápidamente", Severus, su tono ligero a pesar de que sus ojos estaban
penetrando a Dumbledore, como si esperara que él tuviera una respuesta a sus soluciones.
"¿Crees que tal vez podría soportar tener gente de su edad cerca?" preguntó Albus en voz baja.
"No hay nadie que pueda entender esto", afirmó Severus, su tono más agudo de lo previsto, miró a Harry
o lo intentó, pero el niño ni siquiera se movió. "¿Está dormido?"
"Parece que sí", respondió Albus, se veía muy en paz.
"Quita el plato", dijo Severus, comenzando a sacar a Harry de su posición vertical tan pronto como Albus
lo movió, acomodándolo sobre la manta moviendo sus piernas y finalmente capaz de estirarse y moverse sin
ser obstaculizado. Últimamente no se había quedado dormido tan rápido, ¿tal vez era el calor? O la
emoción se apodera de él.
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"Hay algunos estudiantes que podrían", sugirió Albus.
"Es demasiado pronto", le dijo Severus bruscamente. "Demasiado pronto, créeme Albus; no estoy haciendo esto para
divertirme."
"Está bien", dijo Albus, reconociendo el punto. "Muy bien, Severus, ¿qué sugieres?"
"Espero que entre los cuatro no dejemos solo a Harry", dijo Severus, con el ceño fruncido estropeando sus rasgos.
"Quizás", reflexionó Albus, "compararé sus horarios y veré si es factible".
"Debe", dijo Severus, "No puede estar solo, Albus, destruirá cualquier confianza que hayamos construido".
"Entonces lo hará", dijo Albus de inmediato, incluso si eso significaba que tenía que cuidarlo más que la mayoría, Harry
estaba primero para que sus deberes quedaran a un lado cuando pudiera cumplirlos. No permitiría que lo lejos que habían
llegado con Harry fuera un ejercicio inútil. Había visto a Severus trabajando mientras cuidaba a Harry; él también
podía hacer lo mismo. Era una pena que no pudieran confiar en que Sirius y Remus hicieran su parte, ya que
todavía estaban demasiado emocionales para lidiar con eso. Quizás algún día en el futuro pudieran ayudar, pero
hasta que estuvieran bajo control tendrían que hacerlo ellos mismos.
Severus suspiró aliviado, contento de que Albus no fuera a presionar para que los adolescentes cuidaran de Harry.
Habría un día en el que le gustaría eso, y Severus estaba seguro de eso ahora.
"Creo que él me entiende, hasta cierto punto". dijo Severus, el orgullo brillando en sus ojos.
"¿Cómo es eso?" preguntó Albus con curiosidad, ¿qué había pasado?
"Creo que son ciertas palabras las que él entiende, palabras básicas, lo que significa que hay esperanza de que pueda
retener las nuevas palabras que comienza a aprender". respondió Severus sintiéndose un poco engreído. "Él asintió dos
veces esta tarde, respondiendo dos preguntas que le hice".
"¿Entonces mentalmente podría estar detrás de los demás? ¿Crees que la poción ha ayudado con eso?" preguntó Albus,
sus ojos brillando intensamente, esta era la mejor noticia que había escuchado en más de un mes.
Bueno, aparte de la noticia de que habían encontrado a Harry, dejando de lado su condición.
"Es una gran posibilidad, no se hagan ilusiones todavía, pero creo que podríamos obtener nuestras respuestas lo
suficientemente pronto". Severus le dijo.
"¿Hablará alguna vez?" se preguntó Albus.
"Ciertamente tiene la capacidad de usar su voz cuando quiere", dijo Severus secamente, sí, había sido cuando estaba
asustado, pero la había usado, lo que significa que podría hablar, o más bien tenía la capacidad. hablar; sólo
dependía de si Harry recordaba cómo hacerlo.
Puede pensar que no tenía sentido debido a que nadie había querido escucharlo en el pasado. Con un poco de suerte,
hablar con Harry le abriría la idea tarde o temprano.
"Me siento aliviado de que no haya habido ningún daño", admitió Albus, mirando al chico de quince años. La
diferencia en él era realmente asombrosa, ya no parecía un esqueleto y la ropa
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Tenía que hacerlo casi parecer como si fuera un adolescente normal que se relaja después de sus exámenes.
"Lo sé", respondió Severus, Albus le había dicho más de una docena de veces.
"Parece que Remus finalmente ha decidido unirse a nosotros, si me disculpas, Severus, iré a verlo". dijo Albus,
levantándose agradecido de que era un hombre mayor; no tenía fuerzas para sentarse en el suelo, sus huesos
eran demasiado viejos para ello.
Severus asintió brevemente, mirando a Harry pensativamente, preguntándose si debería volver a entrar
ahora antes de que despertara de nuevo. Sin embargo, todavía no se atrevía a hacerlo, el sol le vendría
bien y le daría los nutrientes que se había estado perdiendo durante tanto tiempo. También podría ayudarlo si
no pareciera un vampiro, Harry estaba más pálido que él y eso era decir mucho.
­­­­­­­­­0
No estoy seguro de los pensamientos de Harry en absoluto, no es que les haya mostrado muchos de ellos,
solo algunos simples, ¿qué pensaron ustedes? ¿demasiado pronto? Cualquier ayuda para hacer esta historia
lo más realista posible es bienvenida. Ya me conoces :) Prefiero un elemento de realismo en mis historias estos
días :) ¿Saltaremos otra vez y comenzaremos de nuevo con Hogwarts? ¿O tendremos algunos más en este
momento antes de que Hogwarts comience de nuevo? ¡R&R por favor!
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Capítulo 17
Mi protector oscuro
Capítulo 17
Desarrollo muscular
"¡Buenos días, Harry!" Dijo Poppy suavemente mientras entraba a la habitación de Harry, eliminando rápidamente
una mancha de ceniza que de alguna manera se había perdido al salir de la red Flu. Sabiendo que no podía
usar magia cerca de Harry, no hasta que se lo dijera. Lo cual podría ser un largo tiempo todavía, ya que Harry
aún se estaba recuperando, y podría tomarle un año más para estar bien, al menos físicamente, pero
mentalmente era mucho más difícil de predecir. Incluso los mejores en el campo sólo podrían dar una
estimación calculada gracias a la experiencia.
Poppy le dio a Harry una pequeña sonrisa mientras rodeaba la cama y, como siempre hacía, retiraba los platos
vacíos, Harry se había comido el desayuno, todo, no era ninguna sorpresa en realidad. Sin embargo, ella se
alegró mucho de oírlo, necesitaba comer. Ella estaba extasiada con el peso que estaba ganando, pero en general
todavía le quedaba un largo camino por recorrer. La chimenea ya estaba encendida, manteniendo la
habitación caliente mientras ella quitaba las mantas; Harry ya no reaccionó muy consciente de su rutina
ahora. Por la mañana, después del desayuno, normalmente entre treinta minutos o una hora después, ella
comenzaba su fisioterapia.
"¿Tienes hambre?" Poppy preguntó si había escuchado de Severus que él le había dado una indicación no
verbal ­ un asentimiento ­ de que efectivamente tenía hambre hace unos días. Eso la había impulsado a comenzar
a hacer sus propias preguntas y no simplemente hablar con él sobre varias cosas como lo haría
normalmente. No le sorprendió que ni siquiera recibiera una sola indicación de que Harry la había escuchado.
Paciencia, eso es todo lo que se necesitaría, ella lo sabía, estaba convencida de que él llegaría allí tarde o
temprano; el fracaso nunca fue una opción para ella como bruja o sanadora. Sosteniendo su pierna, comenzó a
trabajarla, doblando su rodilla hasta que estuvo firmemente doblada antes de nivelarla nuevamente, y durante
los siguientes diez minutos continuó sus administraciones en esa pierna.
"Tengo un libro que creo que te gustará, te ayudará a comprender los objetos que te rodean".
Poppy continuó hablando mientras se movía hacia el otro lado, habiéndose dado cuenta durante su segundo PT
de que Harry parecía consolarse con tonos tranquilizadores sin importar si confiaba en ellos o no. ¿Quizás
fue así como Harry calculó si resultaría herido o no? "Después de esto me sentaré contigo y te lo mostraré,
¿de acuerdo?" tomando su otra pierna comenzó a repetir el proceso mirando su reloj para saber que lo
estaba haciendo durante diez minutos.
Poppy no se molestó en intentar que Harry presionara con los pies; O no tenía fuerzas o no entendía lo que
querían. Incluso con Severus hablando lo más claramente posible, Harry ni siquiera lo había intentado, así
que la única alternativa para intentar ponerlo en forma era ponerse de pie.
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Levantándolo, sin caminar, por supuesto, todavía era un poco temprano para eso. No podía hacerlo sola sin
magia, así que Severus tenía que estar ahí para ello.
"Voy a hacer tus brazos ahora", dijo Poppy, mirando con orgullo cómo Harry ofrecía dicho brazo, estaba
llegando allí, comenzando a comprender y procesar más palabras. Si eso era cierto, entonces había toda la
esperanza del mundo de que Harry pudiera envejecer mentalmente. Por mucho tiempo que fuera
capaz, es posible que no pudiera hacerlo, pasó una mentalidad de adolescente y siempre necesita ayuda.
Honestamente, tarde en la noche, sin nadie alrededor, no pudo evitar llorar de desesperación, fue una
horrible pesadilla ver que esto le sucediera a alguien… especialmente cuando ese alguien era a quien ella
ayudó a traer al mundo. Ella lo vio como un bebé inocente y luego como un niño pequeño en este espectáculo
de terror. No pudo evitar preguntarse con desesperación si Voldemort tenía razón, si los muggles no merecían
el final de un destello de luz verde que llegaba hasta allí antes de que dañaran a otra alma. Oh, no la
malinterpretes, ella nunca se uniría, pero si Tom Riddle hubiera sido herido aunque fuera un poquito por lo
que Harry tenía, podría explicar en qué se había convertido. Seguramente alguien no odiaba a los muggles
por principio, especialmente si vivieron en el mundo muggle durante diecisiete años. No había pasado nada
y ella no quería ni imaginar qué.
"¿Cómo estás?" Preguntó Severus, entrando al dormitorio, notando que Poppy miraba a un millón de
kilómetros de distancia.
"Estamos bien hoy, ¿no, Harry?" Dijo Poppy, volviendo al ahora mirando su reloj y dándose cuenta de que
había estado perdida en sus pensamientos más tiempo del que había anticipado. Eso tenía que parar; No
podía permitir que eso continuara, no cuando estaba tratando de ayudar a alguien.
"Tengo una idea sobre cómo ayudar a Harry", le susurró Severus a Poppy, no estaba seguro de cómo
funcionaría la idea, pero podría hacerlo más fácil para todos los involucrados. Poppy se alejó de Harry y
continuó su conversación con Severus.
"¿Cual es?" Preguntó Poppy, sabía que las ideas de Severus siempre eran bastante buenas.
"Hay algo llamado hidroterapia en el mundo muggle", explicó Severus, "no siempre se usa para este problema
en particular, pero podría permitirle a Harry comenzar a caminar sin demasiada presión". Por lo que decían
los libros, fue útil leer a personas con enfermedades relacionadas con quemaduras, artritis y afecciones
similares.
"Es realmente posible, ¿pero tan pronto?" Poppy reflexionó en voz baja, mirando a la nada mientras sus
pensamientos tomaban el control, reflexionando sobre ello. Para empezar, sería menos estrés para su cuerpo,
a Harry le gustaba estar en el agua por lo que Severus había dicho. Así que tal vez se interesaría activamente
por ello. A él también le resultaría más fácil moverse, a ella le agradó la idea muy rápidamente.
"No lo pensé en este momento, simplemente ofrecí una solución y pedí tu opinión", insistió Severus.
"Y yo estaba haciendo lo mismo", respondió Poppy, sus ojos taladrando a Severus, él parecía muy a la
defensiva hoy ­ nervioso. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de por qué, el inminente día de septiembre
se avecinaba sobre ellos. "¿Es demasiado pronto?" Ambos tenían buenos conocimientos sobre curación,
Poppy había hecho PT antes, pero solo fueron unos días, no el PT a largo plazo, Harry.
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Era necesario, habían leído tantos libros como fuera posible y ambos habían hablado con expertos de
Estados Unidos a través del sistema Flu. No querían arriesgarse a ponerse en contacto con los curanderos de St.
Nadie de Mungo podía saber acerca de Harry, así que no se arriesgaban. O mejor dicho, Severus no estaba
tomando ningún riesgo, parecía pensar que el mundo entero estaría dispuesto a ponerle las manos encima,
y lamentablemente Poppy no podía decir con ningún grado de certeza que ese no era el caso. En realidad
tampoco era Harry; lo único que querían era el Niño­Que­Vivió.
"Tendríamos que hablar con Albus primero, asegurarnos de que nada salga bien", señaló Severus, Peeves o
el resto de los fantasmas y, lo más importante, los retratos. Si Harry los veía, temía pensar cuál sería su
reacción. ¿Quién hubiera pensado que sería tan difícil mantener la magia en secreto? Bueno, sería difícil,
especialmente aquí, ya que era una escuela mágica.
"¿No se está volviendo aburrido?" ­Preguntó Poppy con cansancio.
"Mucho," respondió Severus inmediatamente. "Desafortunadamente no podemos arriesgarnos a que la mente de
Harry se rompa; debemos presentárselo muy lentamente, ya sabes por lo que ha pasado". ­terminó
sombríamente. Ver a la gente literalmente explotar frente a sus ojos... no había manera de que estuviera feliz al
ver la magia realizada. Primero tenían que conseguir que estuviera en su sano juicio, si tal cosa era posible.
Luego, lentamente, preséntele el concepto de magia, aunque todavía era un misterio para él cómo iban a hacer
eso.
Demonios, le disgustaba hasta la médula y ni siquiera eran sus recuerdos, aunque ahora estaban
constantemente en su mente. Nada menos que Obliviarse a sí mismo podría deshacerse de ellos, y
desafortunadamente no pudo hacerlo. Nunca alteraría su mente ni sus recuerdos, la verdad había otros que
preferiría olvidar, pero no. Querido Merlín, ¿por qué la vida tenía que ser tan estresante? Sabía que todo se
volvería más estresante en unas pocas semanas, cuando Hogwarts comenzara de nuevo. Afortunadamente las
pociones estaban listas, era una cosa menos en su plato, pero eso no le consolaba en absoluto.
"¿Has considerado convertirte en profesor a tiempo parcial, Severus?" preguntó Poppy, mientras se movía y
comenzaba el último ejercicio de Harry; No creía que esta conversación pudiera comprometer el
"secreto".
"¿Y traer a alguien más a esto?" Severus resopló con amarga diversión. "La idea tendría mérito si fuera cualquier
otra persona..."
"Sí, ¿no parece ser siempre así?" – reflexionó Poppy con ironía.
"De hecho", respondió Severus, moviendo los labios mostrando su diversión para que Poppy lo viera.
"Un voto funcionaría de maravilla, de esa manera no podrían revelar lo que sabían".
Agregó Poppy, pero sabía que Severus lo aceptaría. Era muy territorial; No querría a nadie más en su clase de
pociones.
"Quizás", afirmó Severus, dando otra respuesta redactada, indicando que su interés en el tema estaba por debajo
de cero.
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"¡Ahí vamos, Harry, casi todo está terminado por hoy!" exclamó Poppy, dándole una sonrisa al
adolescente sin ofenderse cuando esos ojos verdes solo la miraban era si no podía entenderla o tal vez era su
alegría. Sentaron a Harry, tratando de mantener el equilibrio por sí mismo, lo que funcionó durante
unos minutos antes de que presumiblemente comenzara a dolerle con demasiada estimulación. Sólo
entonces lo levantaron sobre sus propios pies. Severus se aseguró de mantener un buen agarre de sus
axilas, así si era demasiado – y siempre sucedía – no se caería. No tomó nada del peso de Harry, no es que
fuera mucho, pero Harry se agarró a su túnica como si estuviera aterrorizado de que lo soltaran. El hecho de
que fuera capaz de comprenderlo significaba que estaba avanzando. Después de unos minutos lo volvieron
a sentar y Severus comenzó a frotar sus pies. "Lo estás haciendo muy bien, Harry, estoy orgulloso de ti". Dijo
Severus, sin importar si Harry lo entendía o no.
"Dos veces más hoy y creo que será suficiente", dijo Severus, una vez más poniendo a Harry de pie, sus
labios bromeando ante la mirada irritada en el rostro de Harry, el PT era difícil para la persona más dura,
era un proceso largo y agotador. y Harry no tenía salida, no podía o no quería gritar o quejarse de ello.
Normalmente detestaba la idea de charlar y quejarse, pero tenía muchas ganas de escuchar algo salir de la
boca de Harry, incluso si fuera una queja.
"Creo que sí", dijo Poppy asintiendo con la cabeza, estaba empezando a cansarse. Si tan solo Harry
presionara sus pies no habría necesidad de levantarlo, era la única forma en que podían fortalecer sus músculos
de la manera que necesitaban ser fortalecidos.
Repitieron el proceso una vez más antes de volver a llevar a Harry a la cama, otra cosa es que Harry
descansaría unas horas antes del almuerzo. Poppy se sentó mientras sacaba el libro que le había traído a
Harry y lo abría por la primera página. Era un libro muy sencillo, uno que un niño de cinco años podría
entender y explicar. Eran simplemente partes del cuerpo humano, objetos que ves dentro y fuera de tu
casa. Harry ya tenía bastantes de ellos alineados en un estante en su habitación, pero la mayoría de las
cosas que tenía eran rompecabezas, rompecabezas, cosas que ayudaban con la coordinación de manos
y ojos.
Al mismo tiempo, Severus sentó a Harry, amontonando las almohadas en su espalda para que pudiera
descansar sin ayuda sin que lo mantuvieran en posición; ciertamente no querían que se lastimara.
No es que pudiera, la magia lo impediría si fueran demasiado lentos en sus intentos de ayudarlo si se
cayera. Una vez que estuvo seguro de que Harry estaría bien, abrió el cajón de la mesita de noche, que
estaba lleno hasta el borde con diferentes pociones que Harry tenía que tomar en diferentes momentos. Hasta
ahora, desde que lo encontraron, sólo se había detenido una poción, la que curaba su mente del daño que
las drogas muggles habían causado; si es que había causado algún daño, apostaría sus bóvedas a que así
había sido. Sacó el ungüento que usaron con Harry después de cada sesión, no solo alivió la tensión sino que
también contenía ingredientes que desarrollarían y fortalecerían sus músculos.
Sentándose, comenzó a masajearlo en los músculos de Harry; era algo que tenía que hacer ya que Harry
comenzó a tensarse y a ponerse ansioso cuando los demás lo hacían. Ya que estaban tratando de evitar un
estallido mágico, especialmente sabiendo lo que hizo con Ariana. Ella había matado accidentalmente a
su propia madre; Nunca había imaginado que la magia accidental fuera tan peligrosa, así que realmente tenían
que mantenerlo tranquilo. Así que Poppy estaba fuera de discusión, y Albus definitivamente no podía hacerlo,
ni tampoco quería hacerlo, sentía que era extremadamente inapropiado ya que era el director de una escuela.
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escuela ­ Albus tenía razón. Sin embargo, no le importaba hacerlo, lo cual lo sorprendió ya que no podía
tolerar que la gente lo tocara ni a otros. Los únicos toques que había recibido durante su infancia habían
sido en su mayoría duros, cuando era adolescente solo había amado a una persona y eso no había sido
correspondido, había pasado su edad adulta siendo torturado por Voldemort y recluido en Hogwarts. No
estaba acostumbrado a dar consuelo, ni a recibirlo, todo esto era nuevo para él. Tan nuevo como lo era
para Harry.
"Casa", dijo Poppy, mostrándole la foto de una casa normal de dos pisos con chimenea.
Ella mantuvo la página a la vista durante unos segundos, dejando que la asimilara, antes de pasarla.
"Castillo", no tan majestuoso como Hogwarts, por supuesto, pero seguía siendo una representación de
un castillo, el castillo de Edimburgo, si estaba en lo cierto. "Cabaña", y continuó mostrándole varias
cosas: sofá, silla, mesa, cama, tenedor, cuchillo, cuchara, plato, diferentes alimentos, patatas fritas,
hamburguesas y una selección de verduras antes de pasar a otras cosas. Un estanque, un pez, un mar,
un barco, un bote, un remo, un arroyo, una piscina. Con suerte, algo de eso se asimilaría y sabría las
diferentes cosas que lo rodeaban.
"Puedes parar ahora, Poppy", le dijo Severus sonando profundamente divertido, guardando la tina medio
vacía, agarrando las toallitas y comenzó a limpiarse las manos ahora que había terminado.
Quitándose el residuo aceitoso y pegajoso de sus dedos, hasta dejarlos limpios.
"¿Mmm?" Murmuró Poppy mirando a Severus, su mente todavía a medias en el libro.
"Está dormido", dijo Severus sarcásticamente, pero sin morder nada.
"Ya veo", Poppy rápidamente miró a Harry para asegurarse antes de cerrar el libro y colocarlo en la cama
junto a él. "¿Crees que lo estás asimilando?" si Harry quería verlo sin que nadie estuviera allí para verlo,
entonces estaba bien. Sin duda se aburría constantemente atrapado en la cama; sabía que toda su
paciencia habría sido suficiente. Por otra parte, no habían pasado toda su vida prácticamente atados
a una cama. Este pensamiento la despertó particularmente rápido.
"Sí", respondió Severus con firmeza y confianza. No era simplemente negarse a ver lo que estaba frente
a él, o creer que Harry siempre sería así; sabía que Harry iba a estar bien, que estaba aprendiendo, incluso
si no hubiera habido muchos indicios de eso. . "Espero que pronto confíe en ti lo suficiente como para
unirse a ti". alguien con problemas mentales estaría intentando imitarla como un loro; El silencio decía
mucho de su experiencia. Bueno, al menos eso esperaba.
"Nadar, ¿qué te dio esa idea?" Poppy preguntó: "¿Supongo que estás pensando en el baño del
prefecto?"
"Por supuesto", respondió Severus. Cualquier otra cosa sería demasiado fría para Harry en ese momento.
"Como dije, estaba leyendo libros sobre PT y mencionaba la hidroterapia e investigué eso, bastante
informativo, creo que ayudará con la movilidad de Harry".
"Sin duda", respondió Poppy asintiendo con firmeza, sabía que así sería. "¿Has visto a Remus?"
"No, y no tengo ningún deseo de hacerlo," declaró Severus mirándolo fijamente con tristeza. No le
impresionó que ella lo hubiera criado; sólo quería olvidar que ese maldito trasero estaba aquí.
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"Minerva bajará en breve, finalmente terminó su propio trabajo y sacó las cartas", agregó Poppy
distraídamente, tratando de compensar la mención de Remus; realmente debería saberlo mejor. Habría
algunas cosas que no podrían cambiarse, y el odio mutuo entre Remus, Sirius y Severus parecía destinado
a durar. Parecía que ni siquiera el hecho de que Harry quedara atrapado en el medio ayudaría, aunque sólo
el tiempo lo diría.
"¿En realidad?" Severus dijo arqueando una ceja, permitiendo el cambio de tema; Minerva no había bajado en
unos días; realmente debía estar ocupada con el trabajo. Conocía perfectamente el sentimiento; Ciertamente no
le gustaría tener que lidiar con toda la correspondencia que llegaba a través de Hogwarts y lidiar con los
nacidos de muggles. "¿A cuántos ha visitado?" A Minerva no le gustaba mucho esa parte de la descripción de
su trabajo incluso después de todos estos años.
"Cinco hasta donde yo sé", afirmó Poppy, eran buenas amigas pero ella no conocía todos los detalles de la
vida de Minerva.
"Creo que iré a preparar una poción, ¿te quedas?" Preguntó Severus, sin intentar levantarse todavía.
"Creo que lo haré, no tengo nada más que hacer antes de que lleguen los estudiantes, aparte de darle
una vuelta a la enfermería", le dijo Poppy, no tuvo mucha oportunidad de preparar cerveza, y ella sabía
cuánto le gustaba preparar cerveza. pero no quería dejar a Harry solo así que sí, se quedaría aunque sólo fuera
para asegurarse de que Severus tuviera algo de tiempo para sí mismo.
"Bien", dijo Severus, "tú sabes dónde está todo". añadió antes de levantarse y salir de la habitación de Harry.
Poppy simplemente sonrió y sacudió la cabeza antes de sacar otro libro de su bolso; este era un texto médico
sin imágenes, pero tan fascinante, si no más, que el libro que le había dado a Harry.
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Capítulo 18
Mi protector oscuro
Capítulo 18
Bostezando cansinamente, Severus embotelló las pociones restantes que se dirigían a la enfermería esa
noche. Finalmente los tuvo todos hechos; se había quedado despierto más tarde de lo normal sólo para
preparar las pociones. Era el único momento en que podía hacerlo, cuando Harry estaba dormido, ya
que necesitaba atención las 24 horas. Tapando el último, suspiró aliviado; podía dormir un poco más tranquilo
sabiendo que su deber había cumplido, al menos durante el resto del verano. Era como cuidar a un niño
pequeño. Cuando todo esto comenzó, había jurado que haría lo que fuera necesario, incluso si eso significaba
cuidar de Harry por el resto de su vida. Por primera vez estaba considerando la posibilidad de que así fuera.
Tal vez fue la falta de sueño lo que lo hizo pensar así, o la verdad del asunto que lo abofeteó en la cara.
Poniendo la última poción en la última caja, los hizo levitar a los cinco. Poppy había estado en St.
Mungo está hoy y ella acababa de regresar o estaba en camino. Era tarde; de hecho, era poco más de
medianoche, por lo que Poppy literalmente debería haber regresado, ya que este era el momento normal para
que ella regresara a Hogwarts. Saliendo de su laboratorio, atravesó la sala de estar y salió de sus habitaciones
privadas, con las cajas balanceándose detrás de él. No hicieron ni un solo sonido... afortunadamente, ya que
los ruidos fuertes despertarían a Harry. Incluso si el niño no hizo ningún sonido cuando lo despertó
abruptamente, Severus podía decir que los sonidos repentinos lo angustiaban.
Al cerrar las puertas detrás de él, pudo sentir que protegían con seguridad; sabría en el momento en que
alguien intentara entrar a sus habitaciones, si la persona siquiera tocara su puerta.
Nadie más que Albus, Poppy y Minerva podían pasar a través de su red Flu, y no lo hacían sin previo aviso;
siempre estaba al tanto de cuándo tenían previsto llegar. Ignoró el parloteo de los retratos mientras salía del
calabozo y recorría el pasillo. Las luces se habían bajado debido a que el castillo estaría completamente a
oscuras en menos de una hora. Las excepciones obvias fueron una o dos luces en las zonas
principales, como el vestíbulo de entrada, y a lo largo de las escaleras.
Debido a sus largas zancadas, a Severus no le tomó mucho llegar a su destino; Como era de esperar, la
enfermería estaba vacía. Si Poppy estaba aquí, sabía que terminaría antes de que él se diera cuenta.
Acechando hacia su armario de pociones, colocó las cajas con cuidado al lado de donde normalmente las
guardaba. Él no la ayudó a guardar los viales; él sabía que a ella le gustaba colocarlos de una manera
específica, como él mismo hacía con su propia alacena, así que lo entendió.
"¿Quién está ahí?" exigió Poppy en voz alta; Mientras murmuraba en voz baja, las luces se encendieron
intensamente, provocando que toda el ala del hospital se iluminara. "Severus, me asustaste; no pensé que
traerías las pociones tan tarde."
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"Mis disculpas, Poppy; supuse que estarías en San Mungo esta noche", dijo Severus disculpándose,
asumiendo que se había equivocado.
"Oh, lo estaba; llegué a casa antes. La clase fue cancelada; no solo el sanador estaba enfermo, también lo
estaban una docena de estudiantes", explicó Poppy.
"¿Otro caso de gripe mágica? Se podría pensar que, como posibles sanadores, se mantendrían a salvo de
los gérmenes". Severus hizo una mueca; No le gustaba en absoluto el sonido de los futuros sanadores. Poppy
siempre desinfectaba su enfermería dos veces al día, y eso era sin que hubiera nadie allí; lo hacía un poco
más a menudo cuando había estudiantes aquí. Sus habitaciones también estaban muy limpias y ordenadas,
libres de polvo y probablemente también de gérmenes; ella era muy consciente de tener todo limpio.
"Lo sé; ¡es extremadamente exasperante, Severus!" Se quejó Poppy mientras abría la caja superior y comenzaba
a sacar los viales. "¡Desafortunadamente, piensan que están por encima de las enfermedades y no escuchan
nuestras recomendaciones! Estar con personas enfermas garantiza que te enfermarás si no tienes el suficiente
cuidado". Poppy continuó quejándose en voz baja mientras ponía los viales en el armario que había sido fregado
y desinfectado ayer mismo. Los viejos viales, en su mayoría con solo restos de pociones, habían sido retirados
y entregados a los elfos domésticos para que los limpiaran y se los devolvieran a Severus para que tuviera más
viales para usar. "Sin embargo, tarde o temprano aprenden; algunos de mis compañeros de clase
estuvieron ausentes bastante tiempo mientras yo estaba entrenando y estuvieron a punto de que les dijeran
que no volvieran".
"La gente piensa que es fácil ser sanador", confirmó Severus, probablemente debido al hecho de que estaban
pensando que había escáneres que podían descubrir qué le pasaba a una persona, y luego otro hechizo para
resolver el problema, así que todo estaba bien. . No fue tan fácil en eso; Cada día aparecían nuevas dolencias
que los escáneres no podían detectar.
"¡Como no lo creerías!" Poppy enfatizó asintiendo vigorosamente. "Siempre hay al menos algunos estudiantes
que abandonan después del primer mes de clases intensas." Poppy tomó las pociones que Severus le
entregó agradecida, "¿Cómo está Harry?"
"Lo mismo", le dijo Severus, pero ella no se sorprendió; Ambos sabían cuánto largo iba a ser este camino.
"¿Albus ha podido conseguir que los fantasmas se queden en zonas apartadas mañana por la mañana?"
­Preguntó Poppy.
"Hasta donde yo sé," afirmó Severus, recogiendo más viales y entregándoselos, a pesar de que estaba exhausto.
"Ya debería estar hablando, Severus", dijo Poppy en voz baja, preocupada. "Debería confiar en nosotros"
"Poppy... esto no es sólo el peor de los casos, es EL peor de los casos", le informó Severus a Poppy con
gravedad, "Desde el momento en que lo conseguimos, supimos que tendríamos mucho trabajo por delante.
Todo lo que podemos hacer Es la esperanza de que su magia lo haya protegido de lo peor... en el mundo
muggle, para los niños que han pasado por lo que Harry ha pasado... no habría esperanza. Sí, estarían
ligeramente mejor con ayuda, pero siempre retendrían. una mentalidad juvenil”.
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"Por ahora; la innovación muggle ha recorrido un largo camino; un día podrán hacer lo que nuestras pociones
pueden hacer. Probablemente no tan rápido, pero hazlo de todos modos", dijo Poppy pensativamente. "No
podemos decir que Harry se recuperará; eso se desconoce en este momento. Por eso desearía que hablara".
Un poco de irritación se filtraba en su voz.
"Es cierto", estuvo de acuerdo Severus. En su opinión, estaban decididos a matarse entre ellos rápidamente,
pero no dijo nada. "¿Cuándo fue la última vez que dormiste?"
Poppy se rió suavemente, "Se podría pedir lo mismo de ti, Severus", señaló; Ambos estaban exhaustos. "No
dormí mucho anoche; no tengo idea de qué pasa".
"Estrés," afirmó Severus sin rodeos. "Descanse un poco y llévese un somnífero", añadió exigentemente.
"Deberías seguir algunos de tus propios consejos, Severus", comentó Poppy mientras finalmente se vaciaba
lo último de la primera caja. "Deja los demás, los haré mañana", añadió al ver que él estaba a punto de abrir
otra caja. Estaba agotada y le dolían la espalda y los pies; ella sólo quería dormir un poco.
"Nunca he sido bueno en eso", replicó Severus secamente. "Buenas noches, Poppy", añadió; Una vez que ella
le dio su respuesta, una “noche” tranquila, él salió de la enfermería, suspirando suavemente.
No tenía que mirar hacia dónde iba; Básicamente había estado viviendo en este castillo desde que tenía once
años. Las únicas excepciones eran su tiempo libre durante los veranos y cuando se iba para obtener su
Maestría en Pociones. Podía recorrer el castillo con los ojos vendados; sabía dónde estaba cada escalera de
tropiezo.
Desafortunadamente, su camino hacia las mazmorras no fue tan… normal como de costumbre. De hecho,
encontró algo… o más bien alguien, en su salón de clases.
"¿Negro?" Severus entrecerró los ojos cuando vio al mago sentado en el suelo junto a su escritorio. "¿Qué
estás haciendo aquí?" exigió, sorprendido de ver al mago allí. Notó la botella medio vacía de whisky de fuego a
su lado. Excelente; Podía sentir que se avecinaba una pelea de gritos. Black estaba completamente ebrio;
no habría nada que lo detuviera.
"Sabes... siempre le encantó verme", dijo Sirius, su voz un poco arrastrada, pero no se podía negar lo que
estaba diciendo. "Solía emocionarse mucho, reírse tontamente, hasta que terminaba con hipo". Su rostro se
llenó de dolor al pensar en ello. "Todo ese tiempo en Azkaban, él fue lo único que me mantuvo adelante. No podía
decepcionar a Lily y a James, no podía decepcionar a Harry, él era mi ahijado después de todo... pero lo hice,
¿no?" Debería haber capturado a Pettigrew en lugar de gritarle como un idiota. Desafortunadamente, las
cosas que Peter había estado diciendo le habían puesto los pelos de punta. Había perdido todo el control que
tenía y eso fue todo; cuando finalmente se calmó, estaba en Azkaban, sin juicio.
Severus miró al mago impasible. Era patético, destrozado y por alguna razón no inspiraba ninguna presunción
como lo habría hecho años antes. Severus suspiró exasperado.
"Mira, Black, Harry no necesita que alguien llore y se queje por el pasado; no hay nada que podamos hacer al
respecto. Puedes seguir perdiéndote en el pasado, pero no te servirá de nada. Ahora mismo él Necesita que
seas fuerte, no un desastre patético".
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"Como si me dejaras verlo", murmuró Sirius con amargura, apretando la botella de whisky.
"¿Has visto tu estado?" Severus ladró enojado, "¡Mírate en el espejo y verás por qué diablos no te quería cerca
de un chico aterrorizado! Apenas puede mirar a nadie, no puede tolerar que nadie lo toque y está aterrorizado por lo
más mínimo. ¡Fuerte ruido! De un solo golpe, podrías haber destruido todos y cada uno de los procesos que
habíamos realizado para lograr que Harry confiara en nosotros. Esto no se trata de ti, Black, por más difícil que sea de
aceptar, no lo creo. formas de hacer de tu vida un infierno. ¡Ya no soy un adolescente y tú tampoco, y es hora de que
crezcas!
"Dime qué hacer. Haré lo que sea necesario, cualquier cosa; solo quiero ser parte de su vida..."
Sirius se atragantó desesperadamente.
"Límpiate," dijo Severus, su labio se curvó con disgusto. "Deja la bebida, actúa según tu edad y luego podrás verlo".
"Sabes... te envidio", admitió Sirius, aunque había pocas dudas de que si no hubiera estado completamente borracho
nunca habría dicho tal cosa.
Las cejas de Severus se alzaron hasta la línea del cabello en shock, "¿Tú?" Severus resopló, no era consciente de que
Black pudiera envidiar a alguien.
"Todo te resulta fácil", insistió Sirius. "Hechizos, pociones, curación; puedes hacer lo que sea necesario. Puedes
ayudar a Harry". Incluso a la edad de once años, Snape había sido mejor que él; Snape había conocido más hechizos
que la mayoría de los estudiantes de séptimo año. Cómo había odiado el hecho de que todo hubiera sido tan fácil... sin
esfuerzo. Acababa de aumentar su odio; Por supuesto, era fácil culpar a todos los demás por su falta de esfuerzos.
Su cabeza se sentía tan pesada que sólo quería acostarse y evitar que la habitación girara tanto.
"Eso es porque trabajé mis dedos hasta los huesos," siseó Severus. "A diferencia de ti, no tenía un elfo doméstico que
hiciera todo por mí ni una bóveda llena de dinero para gastar cada año". De hecho, apenas había podido conseguir sus
útiles escolares debido a la escasez de dinero. ¿Como se atreve?
Black no tenía derecho a pensar que lo había tenido fácil. "Preferirías perder el tiempo y gastar bromas y volverte loco
que abrir un maldito libro".
"¡Oh, por favor! Eso fue para que mis padres no tuvieran que aguantarme. Querían herederos, pero no querían criarlos".
La cara de Sirius se arrugó como si estuviera a punto de vomitar. "Estar en Hogwarts fue la primera oportunidad
que tuve de alejarme de mis padres. Cada dos días, mientras crecíamos, nos obligaban a leer libros e ir a clases,
tratando de convertirnos en herederos negros perfectos y respetables". Especialmente cuando se hizo evidente que iban
a ser los ÚNICOS herederos varones. Se había aferrado a esa libertad y se negaba a soltarla, ebrio de ella. Así que
discúlpelo por no querer leer libros.
Severus quería gemir, lo último que quería hacer esta noche era escuchar el síndrome de lástima de Black. "¿Crees que
eres el único que encontró un hogar dentro de los muros de Hogwarts, Black? Déjame darte una pista: estás
equivocado; desafortunadamente, pasé de un matón a dos, aunque aquí al menos pude defenderme. " ¿Por qué
estaba siquiera hablando? El idiota probablemente ni siquiera recordaría esta conversación al llegar la mañana.
Habría incluido a Pettigrew y Lupin, pero habían pasado a un segundo plano frente a los otros dos, por así decirlo. Pettigrew
siempre había
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Estaba aterrorizado por su propia sombra y nunca había tenido el valor de enfrentarse a nadie, ni siquiera con
Black y Potter apoyándolo.
Sirius miró fijamente a Snape, como si estuviera sorprendido por las palabras que habían salido de su boca.
Gimiendo débilmente, Sirius se quedó sentado sintiendo malestar del estómago. Quizás no debería haber
bebido tanto... o nada.
Severus agarró su bolsa encogida y la desenrolló, esperando que hubiera una poción en la bolsa; Sin embargo,
no creía que tuviera una poción aleccionadora allí. No era un gran bebedor; Claro, le gustaba tomar una
copa cuando las cosas se ponían difíciles, pero desde que trajeron a Harry aquí, no había tomado ni un solo
trago. Sin embargo, sorprendentemente encontró uno; sacándolo de su lugar, lo puso debajo de su barbilla
mientras enrollaba su bolsa de pociones y la colocaba nuevamente en su bolsillo.
"Toma, toma esto. Ponte sobrio; ve a ver a Poppy mañana por la mañana, antes de las ocho. Ella te traerá;
arruina esto, Black, y te prometo que no tendrás otra oportunidad. Si lo piensas por un segundo Estoy mintiendo,
entonces te estás engañando a ti mismo", juró Severus con vehemencia.
"¡ROSA!"
"¿Qué puede hacer Roz para ayudar al Maestro Severus?" preguntó el elfo doméstico, mirando a Severus, viendo
que él era quien la había llamado.
"Llévalo a las habitaciones privadas de Lupin encima del salón de Defensa; asegúrate de que tome esta
poción", ordenó Severus, pasando el frasco de poción aleccionadora. También tenía una gota de relajante
muscular, lo que aseguraría que el mago se durmiera inmediatamente. Nadie más tendría que escuchar sus
tontas divagaciones; Ciertamente no quería hacerlo por más tiempo que
necesario.
"¿Lo dijiste en serio? ¿Puedo ver a mi ahijado?" Susurró Sirius, sus ojos azules llenos de tanta esperanza y
desesperación.
"No digo cosas que no quiero decir", declaró Severus simplemente, indicándole a Roz que lo llevara, lo cual ella
hizo. Sólo entonces Severus se relajó por primera vez desde que notó la presencia del mago en sus
dominios. Hizo una mueca ante la botella, que se había caído y derramado whisky por todas partes una vez que
Black y el elfo doméstico desaparecieron. Moviendo su varita, la desterró, sin importarle el costo de la botella, y
también refrescó el aire para deshacerse del repugnante olor.
Dejando escapar un suspiro, salió de su salón de clases y rápidamente regresó a su habitación, sin
querer que lo detuvieran nuevamente. Interiormente se reprendió a sí mismo; ¿Por qué diablos había aceptado
dejar que Black se acercara a Harry? Las negras no estaban preparadas; Era un maldito desastre y no podía
controlarse en absoluto. Obviamente, Azkaban le había hecho un daño incalculable al mago, pero
cumpliría su promesa: si Black hacía algo, entonces eso sería todo: se aseguraría de no volver a ver a Harry
nunca más. No hasta que Harry estuviera cien por ciento mejor ―si sucedía― y aceptara ver a su padrino.
Aunque si Black se equivocaba ahora, dudaba que Harry quisiera verlo. No tenía planes de permitir que Harry
viera a Black o incluso que se diera cuenta de que estaba allí. Sólo quería mostrarle a Black lo largo y agotador
que sería el proceso para curar a Harry y mejorarlo. ¿Qué mejor manera que ver que Harry ni siquiera podía
caminar por sí solo? ¿Que nunca habló? Que estaba constantemente preocupado o abrumado por todo lo
que hacía o experimentaba.
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Severus revisó a Harry por costumbre, a pesar de que el hechizo le decía que Harry estaba dormido, pacíficamente.
Como siempre, le sorprendió lo… inocente que parecía; Honestamente, uno no pensaría que había
pasado por nada, sin importar todo lo que realmente había pasado.
Sacudiendo la cabeza, reflexionó que en momentos como éste deseaba poder vislumbrar un solo vistazo al futuro.
Sólo para ver qué pasaría, no con el Señor Oscuro, sino con Harry. Quería saber, ver, si Harry se recuperaría;
Merlín, ¿qué debe pensar Lily? Si había una vida futura, seguramente ella estaba vigilando a su hijo; con suerte,
podría consolarse con el hecho de que ahora él estaba en un lugar seguro.
"Haré todo lo que pueda, lo prometo, Lily," susurró Severus con reverencia. Ella había sido la única cosa ligera
en su vida, la única que se había preocupado por él, que había luchado por él... lo había salvado, incluso si ella
misma no lo sabía. El único que lo sabía era Dumbledore; tal vez Poppy y Minerva también lo hicieran.
Salió del dormitorio, sin cerrar la puerta, y se dirigió al suyo, se dejó caer en la cama, cerró los ojos y casi de
inmediato, todavía completamente vestido, se quedó dormido.
Aunque estaba preocupado, todavía estaba dormido y su cuerpo necesitaba mucho descanso.
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Capítulo 19
Mi protector oscuro
Capítulo 19
Sirius gimió cuando recuperó la conciencia, rechazando la irritante alarma que sonaba en su oído sin éxito.
Abriendo los ojos, gruñendo desagradablemente en voz baja, buscando su varita gimiendo cuando no
pudo verla de inmediato. Gruñendo mientras se obligaba a sentarse con los pies colgando fuera de la
cama, pudo sentir algo debajo de su pie y se animó: sabía que era una varita, y además, después de
todo, nadie dejaría su varita en su habitación.
Inclinándose, cerrando los ojos de golpe y deteniéndose mientras el mundo gira a su alrededor. ¿Cuánto
había bebido anoche? Esto era lo peor que jamás había sentido.
Agarrando sus dedos alrededor de su varita, antes de sentarse lentamente haciendo una mueca por el dolor
en su espalda, mierda, ¿cómo diablos había estado durmiendo para causar este dolor? Moviendo su
varita desactivó la alarma, suspirando suavemente, silencio al fin. Eso fue hasta que se le ocurrió lo
que hizo anoche. Horrorizado, se tapó los ojos con las manos, deseando haberlo imaginado, no podía creerlo,
y al diablo con la maldita bebida. ¡No podía creer que le había dicho a Snape que estaba celoso y envidioso
de él! Joder, era un idiota. ¿Por qué había ido a beber tanto?
¡La alarma! ¡Harry! No podía defraudarlo, sabía que Snape cumpliría su palabra – siempre lo hacía y
era muy molesto pero… maldita sea – tenía todo el derecho a reaccionar de la forma en que lo había hecho.
Haciendo una mueca de disgusto, odiaba el pensamiento racional; lo hicieron sentir aún más tonto.
Por eso le gustaba beber, para acabar con la culpa y el dolor. No tenía a nadie a quien culpar excepto a
sí mismo, y odiaba eso, no era de los que admitían cuando se equivocaba.
Levantándose, se dirigió hacia la puerta, antes de detenerse cuando su propio hedor se aferró al aire.
Apestaba como algo enormemente podrido, estaría como en casa en Grimmauld Place con el hedor
asqueroso que era su madre y el millón de plagas mágicas que tenían su hogar allí.
Tenía que limpiarse, eh, tal vez Snape tenía razón, tenía que ser fuerte y Harry lo necesitaba. Se dirigió
directamente al baño, se quitó la ropa y saltó bajo el rocío frío temporal que se calentó rápidamente.
"¿Sirio? ¿Eres tu?" Gritó Remus a través de la puerta, su tono al borde de la sospecha.
"¡Sí!" Sirius volvió a llamar. "Terminaré en unos minutos", Remus sabía que era él a quien podía olerlo; solo
estaba siendo sarcástico y molesto. No quería ninguno de los comentarios de Remus esta mañana,
especialmente sobre su estancia en Hogwarts cuando "supuestamente no debía estar".
"¿Estás bien?" Remus continuó, mirando la puerta en contemplación. Era temprano, muy temprano y Sirius
normalmente no se levantaba hasta pasadas horas todavía ­ y especialmente considerando lo tarde que
había llegado. Borracho hasta la médula, se estaba convirtiendo en un problema real y no tenía idea de cómo
solucionarlo. .
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"Estoy bien", dijo Sirius en voz alta, poniendo los ojos en blanco, actúa fuera de lugar una vez y Remus piensa que
está loco, fantástico. Salió apresuradamente y cerró la ducha, se envolvió una toalla alrededor de la cintura y,
antes de abrir la puerta, salió vapor. "Aquí", moviéndose alrededor de Remus y regresando a su habitación.
Sin darse cuenta de que Remus lo estaba mirando perplejo y ciertamente un poco sorprendido incluso cuando la
puerta de su habitación se cerró, se quedó congelado. ¿Qué demonios está pasando? ¿Había entrado en un
universo alternativo? ¿Era secretamente de noche y Sirius había arruinado la hora? No, ni siquiera él era capaz
de hacer eso, sin importar lo bueno que fuera bromeando con la gente.
Poniéndose en marcha, se dirigió hacia la puerta y la abrió, "¿Qué está pasando?" preguntó.
"¿Qué quieres decir?" Preguntó Sirius, siendo deliberadamente obtuso.
"Sirius", gruñó Remus en advertencia.
"Estoy bien, Remus, no necesito que me cuides", Sirius se giró para mirarlo, su rostro era sincero.
"No creo que eso sea cierto", admitió Remus, sorprendido por la expresión de su rostro, ¿qué había
sucedido para cambiarlo tan drásticamente? Ayer mismo había sido un desastre lloroso, usando la red Flu para
venir y sentarse a llorar por todo y lo mala que era su vida.
"¿Qué pasó cuando saliste anoche?"
"¡Snape, eso es lo que pasó, maldito Snape!" Murmuró Sirius pero no había ningún indicio de amargura en
su voz.
“¿Snape?” Remus repitió: "¿Qué pasó?" exasperación clara en su voz.
"Lo que siempre pasa", admitió Sirius, cerrando la puerta del armario.
"Él te contó cómo fue", dijo Remus, sus ojos ámbar se iluminaron. "Si hubiera sabido que Snape se comunicaría
contigo, lo habría traído aquí para atacarte".
"Qué gracioso", murmuró Sirius jocosamente, dándole una mirada mordaz. "Tengo que ir."
"¿Dónde?" Preguntó Remus, rezando para no salir a tomar más alcohol.
"Voy a ver a Poppy", respondió Sirius honestamente. “Regresaré en unas horas”
"Estaré en el salón de clases, tengo algunas cosas de último momento que quiero hacer antes de que la escuela
comience nuevamente", Remus, estaba emocionado de volver a enseñar, era la única cosa en su vida que le
permitía ponerse a sí mismo en primer lugar y ayudar a los demás.
"Está bien, te veré más tarde", dijo Sirius mientras bajaba corriendo las escaleras, fuera de la habitación de Remus,
sin siquiera mirar el salón de clases mientras salía. Estaba eufórico, aterrorizado, ansioso y preocupado, todo al
mismo tiempo, haciéndolo sentir como si fuera a enfermarse. Era mejor que la culpa y los pensamientos
autodestructivos. Podía hacer esto, tenía que hacerlo, Harry fue primero, continuó con ese mantra hasta la
enfermería, cada paso que daba se volvía más asertivo y
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seguro. Tenía la fuerza para hacer esto y demostrar que todos estaban equivocados. Les mostraría todo lo que podía
dar un paso adelante.
­­­­­0
ala del hospital
Sirius se detuvo dentro de la habitación, sin aliento, pero considerando que no se había mantenido en forma no fue
una sorpresa. Entrando, mirando alrededor buscando a Poppy pero no había ninguna señal de ella, ¿y si ya se
había ido a donde se suponía que debía ir? No llegó tarde, pensó para sí mismo, empezando a entrar en
pánico. "¿Amapola?" llamó Sirius, "¡Poppy!" —añadió con más urgencia.
Sirius casi se cae de alivio cuando escuchó el ruido distintivo de los pies de alguien golpeando el suelo
acercándose y más fuerte a él.
“¿Qué diablos sucede, señor Black?” Exigió Poppy mientras hacía su entrada, con los ojos entrecerrados con
molestia.
"¡Gracias a Merlín, todavía estás aquí!" Sirius dejó escapar un suspiro de alivio.
“¿Dónde más estaría?” Poppy miró al mago especulativamente, ¿había estado bebiendo?
"Snape dijo que podía ver a Harry hoy", respondió Sirius, su tono esperanzado de que ella no se opusiera.
"¿Dijo que?" Preguntó Poppy dubitativa, su rostro mostraba abiertamente su duda.
"Prometo portarme bien, no me interpondré en tu camino", murmuró Sirius a la defensiva, no mintió, bueno, eso no era
cierto, pero no mintió sobre asuntos importantes. Sólo para salir del problema, la mayoría de las veces pensaba sin
hablar, pero eso no necesariamente era mentir, ¿verdad?
"Espero por tu bien que puedas cumplir tu palabra, si Severus lo ha permitido, no permitirá que continúe si haces
mal". Poppy le advirtió, sus ojos se suavizaron, sabía que él solo quería ver a su ahijado, pero no era tan simple
como permitirlo, había reglas estrictas que debían cumplir hasta que estuviera lo suficientemente bien como para
entender todo.
"Lo sé", admitió Sirius suspirando suavemente, resignado a la presión constante y observando cómo ambos harían.
“¿Ha habido algún cambio?” preguntó en voz baja.
"Me necesitan en otro lugar, habla mientras caminamos", dijo Poppy antes de desaparecer en su oficina y reaparecer
con una bolsa.
Sirius simplemente asintió sin decir palabra mientras ambos salían de la enfermería, tomando las escaleras en lugar
de usar la red Flu ­ por qué no sabía que ya había bajado y que lo había agotado más allá de toda medida.
Se negó a quedarse atrás y honestamente quería saber cómo estaba Harry. No había aprendido nada nuevo desde
que Harry llegó por primera vez y había cometido un grave error. Lo que todos a su alrededor habían hecho muy
evidente, diciéndole exactamente cómo se había equivocado y el daño que podría haber causado.
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"¿Que quieres saber?" Preguntó Poppy mientras subían rápidamente las escaleras, ella lo miró fijamente
antes de volverse hacia adelante sin querer tropezar.
"Cualquier cosa, todo", dijo Sirius, agarrando la barandilla de mármol para levantarse, sin mostrar lo
agotado que realmente se sentía, pero tenía el presentimiento de que no podía ocultárselo a Poppy sin
importar lo mucho que lo intentara.
“Bueno, se está volviendo más fuerte, está en fisioterapia y también le estoy enseñando palabras”,
explicó Poppy.
"¿Palabras?" ­repitió Sirius, su corazón se hundió, Harry no sabía nada ­ era como si fuera un caparazón vacío
esperando información que hacía que su corazón doliera tanto.
"Sí, le leí un libro ilustrado, debes entender que él no sabe nada, lo que aprendió cuando era niño ya lo
habrá olvidado". Poppy le dijo mientras recorrían el pasillo del séptimo piso, donde tenían que estar.
“¿Entiende lo que le dices?” Sirius preguntó, la tristeza invadiendo él.
"Algunas cosas, sólo las básicas, las ha logrado aprender", reveló Poppy, "mejorará". añadió con firmeza, no
iba a considerar la alternativa.
"¿Realmente crees eso?" preguntó Sirio.
"Sí, el progreso que ha logrado hasta ahora es un buen indicador de que puede retener y aprender
nueva información; solo es cuestión de descubrir cuánta información puede retener o si siempre mantendrá
la mentalidad de un niño". Poppy le informó. “La parte más difícil ya pasó; el daño físico ha sido reparado,
luego viene la parte más larga, esperando ver cómo está su mente”.
"¿Qué tan grande es el porcentaje de que será normal?" ­Preguntó Sirius.
“No puedo decirlo, tampoco hay manera de descubrirlo mágicamente”, respondió Poppy sabiendo lo que
preguntaría, “Por eso dije que esta era la parte más larga.
"Ya veo", afirmó Sirius.
"Él nunca será normal de ninguna manera", agregó Poppy mientras le indicaba a Sirius que se quedara quieto mientras
caminaba hacia adelante y hacia atrás, lo que hizo que Sirius pensara que se había despedido de sus sentidos solo
para sorprenderse cuando una puerta literalmente apareció. de ninguna parte. ¡Una habitación secreta!
Impresionante, nunca lo habían encontrado mientras estaban en la escuela, y habían encontrado muchos túneles y entradas secretos.
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Harry se despertó abruptamente, parpadeando sorprendido al sentir y verse moverse, pero eso ya no lo
alarmó ni le preocupó. Estaba acostumbrado a ir a diferentes lugares y despertarse en otro lugar. Aunque esta
era la primera vez que se movía, normalmente simplemente se despertaba y estaba allí. Como cuando salió,
el viaje no lo despertó en lo más mínimo. Parpadeó nuevamente, estaban avanzando por un pasillo,
estaba poco iluminado, no lo suficiente para ver bien, pero se notaba que había grandes retratos en la pared, o
al menos eso era lo que
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dijo Poppy cuando le describió Hogwarts durante la fisioterapia. Para él era solo un cuadro en una pared, mientras
seguían moviéndose giró su cabeza hacia la izquierda sorprendido, habría jurado que el cuadro se movía, pero no
pudo ¿verdad?
"Tranquilo", dijo Severus en voz baja, interiormente muy impresionado, su movilidad estaba mejorando bastante
bien. No era de extrañar, hace un momento ni siquiera podía mantener la cabeza erguida. Ahora, si tan solo
Harry comenzara a comunicarse con ellos. Tal vez estaba haciendo todas las preguntas equivocadas, ¿y si
tuviera que hacer preguntas más simples para ganarse aún más la confianza de Harry antes de poder comenzar
a comunicarse con ellos libremente? Quizás hablar con él no fue suficiente al final del día. Ciertamente valió la pena
intentarlo, era todo lo que podían hacer. Habían congelado todos los retratos, pero eso no impidió que otros
aparecieran en los marcos. Sin embargo, no pudieron hacer nada más que dejar el retrato, ya que todo estaba
literalmente congelado, no podían hablar ni comunicarse en ese marco determinado.
Se acercaban a su destino; afortunadamente, Harry había dormido mientras levitaba la silla de ruedas por las
escaleras (los siete juegos). Poppy debería haber estado aquí, pero o llegaba tarde o se encontraba con él en
la Sala de Menesteres. No le fue bien cuando se interrumpieron los horarios, así que continuó. Poppy sabía
dónde estaba, habían pasado todo el verano básicamente juntos, junto con Minerva y Albus, aunque no
podían pasar tanto tiempo con Harry debido a sus deberes, importantes que debían hacerse antes del regreso
de los estudiantes.
Una puerta se abrió más abajo en el pasillo, abriendo la Sala de Menesteres, la cabeza de Poppy se asomó,
"¡Severus!" ella dijo: “Lamento mucho haber venido a buscarte, la configuración tomó mucho más tiempo de lo
que pensé. Tenemos todo lo que necesitaremos para esta sesión”.
"Bien", respondió Severus, ignorando su preocupación, estaba bien.
"Hola, Harry, ¿cómo te sientes hoy?" Dijo Poppy, prestándole toda su atención.
"¿Estas adolorido?"
"No", dijo Harry en voz baja, su voz ligeramente ronca y débil debido a la falta de uso a lo largo de los años.
"Bien, creo que te gustará la terapia de hoy", prometió Poppy, sabiendo cuánto le gustaba el agua a Harry.
Probablemente debido al hecho de que lo hacía sentir limpio y cálido. Ella había asumido que a él no le
gustaría el sonido, después de escucharlo gotear constantemente a lo largo de los años, pero se había
equivocado.
"¿Dónde está?" Severus susurró en voz baja, para que Harry no pudiera oír.
“Adentro, escondido, no te preocupes”, respondió Poppy, apartándose del camino de la silla de ruedas para poder
empujarla. Sin embargo, mantuvo su mano firmemente en la puerta, para que Severus pudiera entrar sin
obstáculos. Existían peligros obvios al usar esta habitación, pero ella le había pedido específicamente que NO
evocara nada en lo que nadie pensara después de que la habitación fue creada para ellos. Sólo esperaba que la
sala entendiera su pedido y no lo hiciera. Había hablado con Minerva al respecto y leyeron el libro de la biblioteca
sobre esas habitaciones; con un poco de suerte fue suficiente.
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"Piscina", dijo Harry con asombro, su voz igual que antes, ronca y débil pero
Afortunadamente allí y hablando sin que nadie se lo pida.
"Lo es", respondió Severus, mirando brevemente hacia el lado donde lo que parecía ser una especie de
antecámara que la habitación había creado, al escuchar un grito ahogado, honestamente, Black no tenía ni un hueso sutil.
en su cuerpo ­ cómo se había convertido exitosamente en un Auror que no conocía. Era su primera vez
Escuchando la voz de Harry desde que era un bebé, así que decidió darle un poco de holgura, al menos él
Estaba obviamente sobrio; de lo contrario, Poppy no lo habría traído aquí.
Harry parecía ajeno; si lo había oído, ciertamente no dio indicios de haberlo hecho.
"Muy bien, comencemos con esto". ­añadió, frenando para evitar que accidentalmente
yendo más lejos y dentro de la piscina. Se quitó la capa, los zapatos y los calcetines, además de los pantalones.
manteniéndose la camiseta y los pantalones cortos puestos. Lo encontró completamente desagradable, pero si ayudó a Harry entonces
No podría importarle menos.
"Manos", dijo Severus, extendiéndolas, lenta pero seguramente, las manos de Harry encontraron las suyas.
apretándose contra su agarre, sus piernas extremadamente tambaleantes mientras usaba la fuerza que tenía para
ponerse de pie. Tan pronto como estuvo de pie, todo su cuerpo tembló por la tensión de usar cada
músculo que tenía.
Poppy rápidamente ayudó a quitarle a Harry la mayor parte de su ropa, se estaba cansando muy rápido, no
tener a cualquiera tomando incluso el más mínimo peso. Una vez que terminó, ella asintió y Severus
Tomó al adolescente en sus brazos y descendió lentamente al agua, no dejó de notar
La pequeña sonrisa de Harry. Parecía que se alegraba muy fácilmente, es cierto que no duraría mucho.
a medida que se iba acostumbrando a ello en la vida cotidiana.
"Un día incluso te enseñaré a nadar", prometió Severus. Relajándose una vez que estuvieron en el
agua, tomando sus manos y permitiendo que los pies de Harry tocaran el suelo de la piscina.
"Harry, ¿te gustaría almorzar aquí hoy?" preguntó Poppy, sentándose cerca de la piscina pero
lejos de posibles salpicaduras que puedan producirse.
"Sí", dijo Harry suavemente.
"Sí, por favor." Severus corrigió, cuanto más rápido comenzara, mejor sería para todos.
preocupado. Al ver la expresión confusa en su rostro, dio más detalles. “Es de buena educación decir por favor
cuando alguien te pregunta si quieres algo”. No sabía si entendía o
No, pero estaba llegando a ese punto.
"¿Sí, por favor?" repitió Harry, más en un intento por complacer a su oscuro protector que lo había rescatado.
y lo mantuve caliente y le permití pasar tiempo en una piscina de todas las cosas. Él amaba el
sensación del agua; podría pasar todo el día en él. Mirando hacia abajo, flexionó los dedos de los pies, no era tan
Es difícil permanecer de pie aquí. Un extraño sentimiento de felicidad lo consumió y
También lo confundió. Él no lo entendía más que un niño.
"Bien." Severus asintió, "Intentemos caminar, puedes hacerlo, un pie delante del otro".
alejándose más, pero sus manos mantuvieron un agarre firme sobre sus manos. “Aquí será más fácil,
que hacerlo en casa”.
"¿Hogar?" Harry dijo en voz baja, ¿era su casa? ¿Eso significaba que su oscuro protector consideraba
¿Su familia? Después de todo, era una familia la que vivía en una casa.
"Sí, nuestra casa", Severus, sintiendo un gran nudo en su garganta ante la mirada de Harry.
cara, odiaba estos sentimientos y deseaba poder detenerlos; sin duda, eso le ayudaría a hacerlo.
lo que tenía que hacer sin que la emoción nublara su juicio. “Da un paso hacia mí”.
Poppy se levantó de su asiento y se dirigió hacia la antecámara, hacia Sirius.
"Él está hablando", respiró Sirius con asombro.
"Lo es", dijo Poppy con una sonrisa. “Él viene; hace apenas unos días era sólo
Severus, quien podría lograr que hablara.
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“¿Él no te habla?” Sirius preguntó ligeramente sorprendido, Poppy tenía esa mirada confiada.
sobre ella: se preocupaba profundamente por todos sus pacientes.
“¿A quién me parezco?” Dijo Poppy sin pausa.
"¡No te pareces en nada a esa mujer asquerosa!" Sirius susurró acaloradamente, entiende lo que
ella quiso decir.
"Pero lo hago, un poco, es posible que Harry nunca confíe plenamente en las mujeres, podría aferrarse más a los hombres".
Poppy dijo pensativamente: “Ciertamente no podemos culparlo por eso.
"¿Pero no fuiste tú la primera persona que Harry vio despierta?" Sirius preguntó confundido.
"No, cuando Harry se dio cuenta por primera vez era Severus, inmediatamente desconfió de todos los
Por supuesto, aún más conmigo en la habitación”. Poppy confesó tristemente. “Él está volviendo en sí; confianza
No es fácil para alguien que ha pasado por tanto. El año escolar va a ser
muy dificil."
"Te ayudaré, quiero hacerlo, sólo enséñame cómo hacerlo", prometió Sirius.
“No se puede enseñar a nadie cómo cuidar de alguien; está ahí o no. no debes dejar
tus emociones te controlan; tienes que pensar antes de hablar. Ni siquiera puedes permitir que
ira o frustración que sientes sangrar en tu cuerpo, ya que Harry puede leer el cuerpo
El lenguaje es como si no fuera asunto de nadie. Ha tenido que hacerlo; es un rasgo que quienes sufren abusos adquieren para poder
sobrevivir." Reveló Poppy, observando la sesión con atención, a pesar de que estaba conversando.
con Sirius Black.
Sirius lo observó, sintiendo que las lágrimas se acumulaban, su mano se extendió y se apoyó contra la pared que
Había sido hechizado para permitirle ver a través de él como si fuera invisible y con los ojos cerrados.
Dejando escapar un suspiro tembloroso, se contuvo para no ceder a sus miserables emociones.
“¿Le enseñaron mediación cuando era niño?” preguntó Poppy, observándolo, sabiendo ya el
respuesta.
"Por supuesto", respondió Sirius, haciendo una mueca al recordar a su padre tratando de darle tutoría.
“Úsalo y úsalo bien, es posible que te ayude con todo lo que has soportado en el camino.
resolver tus emociones”. Dijo Poppy, viendo a Harry dar pasos firmes, él estaba en el otro
Al final de la piscina ahora, y esta probablemente había sido la mejor idea hasta el momento. Fue una lástima que
No podía continuar, ayudaría inmensamente a Harry.
"Eh", murmuró, nunca había visto que fuera útil después de aprenderlo, supongo que se lo debía.
pidió disculpas a su padre; parecía que, después de todo, podría necesitarlas. Más de lo que jamás podría haber hecho
creía posible.
"Increíble", dijo Poppy, todavía mirándolos.
"¿Qué es?" Sirius se limpió para ver de qué estaba hablando.
"Paramos cuando se cansa, esta es la primera vez que realmente camina, hasta ahora hemos
estado desarrollando sus músculos, ha llegado mucho más lejos de lo que pensé”. Amapola
reveló.
“¿Y si es demasiado?” Sirius soltó preocupado.
"Sabemos lo que estamos haciendo y, para ser sincero, Harry nos avisa cuando ha tenido
"Ya es suficiente", se rió Poppy en voz baja.
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Capítulo 20
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 20
Remus suspiró suavemente mientras terminaba todo el trabajo que necesitaría hacer para el próximo año
escolar, incluso había reservado los horarios y exámenes sorpresa para aquellos que tomarían sus clases el día
después de la luna llena para darle un poco de tiempo. tiempo para recuperarse. Aunque afortunadamente,
tres de esos días posteriores fueron fin de semana, por lo que el primer trimestre sería fácil, por decir lo menos.
Estaba tan tranquilo, que incluso después de nueve días resultaba desconcertante. Sirius finalmente había
confesado a dónde iba una semana después de que comenzó a desaparecer constantemente durante casi todo el
día. No había estado bebiendo en voz alta; En cambio, bullicioso, se sentó en silencio frente a la chimenea y
simplemente miró a todo el mundo perdido en sus pensamientos. El cuarto día había sacado un libro sobre
cómo tratar con niños abusados, algo que le había regalado Poppy Pomfrey si lo escrito en la parte inferior era una
indicación, obviamente era un libro que había recibido durante su aprendizaje si lo hubiera hecho. sintió la necesidad
de escribir su nombre en la cubierta inferior del libro. Había evadido todas las preguntas hasta que Remus estalló
el noveno día y exigió una explicación. Francamente, ignorando el hecho de que se sentía como un niño mimado
al que estaban ignorando.
­­­­­­0 Flash atrás 0­­­­­­
"Estoy visitando a Harry", reveló Sirius, sus ojos grises, que a veces parecían azules bajo cierta luz, observaron
a Remus perder su enojo y volver a sentarse mirándolo fijamente como un búho, más allá de todas las cosas que
había esperado: eso no fue él.
“¿Entonces no estás saliendo con nadie?” Remus susurró cerrando los ojos y la boca mientras el alivio lo
recorría. No era como si estuvieran saliendo en este momento, era más como si simplemente estuviera mirando a
Sirius para no hacer nada estúpido. Esa no era una relación, entonces ¿por qué no pensaría que Sirius quería buscar
una relación en otra parte cuando probablemente lo estaba tratando como a un padre o algo así?
"No, Remus, no lo soy", respondió Sirius uniformemente, "Sé que era un poco playboy cuando era más joven,
pero no puedo creer que pienses eso de mí estos días". todavía estaba demacrado incluso después de todo este
tiempo, su aspecto juvenil había desaparecido y nunca se había recuperado realmente de Azkaban.
No es que fuera por eso que no era un 'playboy' que había dejado cuando tuvo una relación real con Remus, nunca
quiso lastimarlo, había prometido no hacerlo y era una promesa que había cumplido. Todos los demás con los
que había estado sabían en lo que se estaban metiendo, bueno, excepto Mary... ella tenía grandes esperanzas de
más, de convertirse en la Sra. Sirius Black, pero él no había tenido ninguna intención de sentar cabeza en
absoluto. La pobre muchacha había muerto durante la guerra, sin familia propia; había llorado por ella a pesar de
cómo había terminado su supuesta relación.
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"Bueno... yo... aunque... lo siento", admitió Remus, frotándose la cara con cansancio, ni siquiera iba a intentar
defender sus propios pensamientos ridículos. “¿Por qué no quisiste decírmelo?” Luego preguntó herido
cubriendo su voz.
“¿Por qué crees? Amas a Harry tanto como yo, y el hecho de que voy a verlo y tú no… seguramente será
doloroso, así que te lo oculté… probablemente no debería haberlo hecho, ahora me doy cuenta de eso,
pero Realmente sólo te estaba protegiendo, ¿sabes? Dijo Sirius en voz baja, el chasquido del leño en la
chimenea fue todo lo que se escuchó durante unos largos momentos mientras permanecían sentados en más
silencio.
"¿Como es el?" Preguntó Remus, sus ojos color ámbar brillando, quería saber tanto que ocultó el dolor que
Sirius le había ocultado en lo más profundo de su ser. No quería que Sirius no le dijera cosas, se
preguntaba si alguna vez llegaría a verlo, la única imagen que tenía de Harry era él como un bebé y luego,
cuando fue rescatado, fue suficiente para darle pesadillas y De hecho, lo hice muy a menudo.
"Oh, Remus, deberías verlo", Sirius prácticamente resplandeció cuando dijo eso, "Está mucho mejor que la
última vez que lo vimos juntos, está curado, ahora camina y habla, es muy suave y apenas se puede oír".
pero está ahí. Sin embargo, no he tenido la oportunidad de interactuar con él, permanezco oculto, pero es
mejor que nada”. había dejado de quejarse a sí mismo después del tercer día, simplemente disfrutando del
hecho de que, a su manera, estaba viendo a su ahijado. "Sin embargo, está aprendiendo todo lo que
hace un niño pequeño". sus ojos se oscurecieron aquí. "Él sabe lo que son la mayoría de las cosas
ahora, Snape se lo muestra y le dice lo que es todo".
Una mueca triste apareció en el rostro de Remus, le resultaba horrible que Harry estuviera tan atrasado en
todo, era una maldita lástima. “¿Saben si… se recuperará todavía?”
"Bueno, físicamente lo hará, simplemente no saben cómo será mentalmente, pero Poppy y Snape son
optimistas", Sirius asintió con la cabeza, "Incluso si no lo sabe, eso no hará que lo ame menos". Espero que
esté bien y que sea un adolescente y un adulto normal cuando crezca más. Creo que simplemente están más
preocupados por cómo se adaptará a la magia y si eso le hará retroceder”.
"¿Esperar lo? ¿Qué demonios significa eso? ¿No sabe de magia? ¿Como puede ser?" Remus soltó
sorprendido. "¿Aún no ha hecho magia?"
"Bueno, cuando Snape siente que Harry se enoja por cualquier cosa, le da pociones para calmarlo y así no
hacer ninguna magia; no es que crea que se pueda hacer magia accidental en Hogwarts... pero todos tenemos
nuestras varitas para dirigir nuestra magia". magia, entonces esa podría ser la razón… no lo sé, de cualquier
manera él no lo sabe”. Sirius suspiró, "Quiero decir, él… él seguramente sabrá en un nivel inconsciente
que es especial, después de todo lo que le pasó y lo que hizo esa mujer". la forma en que escupió a la
mujer habría hecho que incluso los Mortífagos se estremecieran. “Snape piensa que tal vez la mente de
Harry le ha hecho olvidar en un intento por protegerse, pero la mente no olvida para siempre, y podría
empezar a recordar ahora que está a salvo. De hecho, cree que ya está sucediendo, está teniendo malas
pesadillas pero no le dirá nada al respecto”. de hecho Snape parecía agotado, cada día que lo veía el enojo y
el disgusto que tenía hacia Snape comenzaba a desvanecerse. Vio un lado de él que nunca había visto
antes, y poco a poco el prejuicio lo estaba abandonando y con él la culpa se estaba instalando y eso no le
gustaba.
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Remus asintió sin sorprenderse por esa información, Merlín necesitaba un trago.
"Cuando era pequeño pensábamos que se parecería a James con los ojos de Lily, ¿recuerdas?"
Sirius sonrió ante un recuerdo agridulce. Si tan solo hubiera tomado a Harry y hubiera huido, habría sido
mejor que la maldita alternativa. Ni siquiera podía enojarse con Dumbledore por haberlo puesto allí
ya que Dumbledore estaba... joder, estaba destrozado; la culpa pesaba mucho sobre el anciano. No era sólo
eso tampoco, toda su perspectiva se había hecho añicos. Siempre había querido tener una buena
relación con los muggles, pero ahora… ahora Sirius estaba seguro de que quería tomar a todos los magos y
brujas del mundo muggle y aislarlos por completo. Las palabras que estaba recibiendo de aquellos dentro
del Wizengamot ciertamente daban fe de sus pensamientos.
"Sí", Remus sonrió, sin darse cuenta de los pensamientos de Sirius. La última vez que vio a Harry parecía
más un esqueleto que cualquier otra cosa.
"Bueno, él tiene los ojos de Lily pero tiene el pelo largo, no el nido de pájaros maldito que tenían James y
Charles, Merlín, Dorea solía reírse mucho de eso". Sirius hizo una mueca de dolor.
“¿Te imaginas lo que habría hecho Dorea si todavía estuviera viva?”
Remus se estremeció visiblemente, "Merlín, no quiero ni pensar en eso", confesó, si todos pensaban
que Lily había sido protectora con su hijo... Dorea había sido aún peor. Probablemente debido al hecho de que
Charles y ella tuvieron dificultades para tener un hijo, de hecho casi se habían resignado a que el nombre
de Potter terminara cuando ella afortunadamente descubrió que estaba embarazada. Como todos los
negros, amaban a sus hijos hasta el punto de la locura y habrían asaltado el mismísimo infierno para
protegerlos. Aunque la generación media no había entendido eso, más negros fueron desheredados que
cualquier otra generación de negros anterior a ellos.
Entre su madre y su abuela, Harry habría tenido la familia más protectora del mundo, si por supuesto... ellos
mismos hubieran estado vivos. Si hubiera una vida futura, probablemente ambos estarían armando un
escándalo por lo que le sucedió.
"No es justo, Remus", escupió Sirius con amargura, ¡¿por qué tuvo que pasarle a su ahijado?! No es que le
desearía esto a nadie, ni siquiera al propio Voldemort.
"No necesitas decirme eso, Sirius, pero lo justo no tiene nada que ver con eso". Remus declaró
sombríamente, él mismo sabía que había sido mordido por un maldito hombre lobo cuando era sólo un
niño pequeño; Por supuesto, no tenía la impresión de que la vida fuera justa. Aunque estaba menos
amargado por la vida en estos días, tenía tres buenos amigos a quienes no les importaba en lo más mínimo su
aflicción y de hecho lo ayudaron al convertirse en animagos.
"Sabes, Harry no va a ser ligero, ¿no?" Dijo Sirius mirando a Remus de cerca.
Remus se burló, “¿Crees que me hago ilusiones sobre eso? Harry va a odiar el mismo suelo por el que
caminan los muggles, sus ideales van a coincidir con los de Voldemort, espero que el hecho de que lo
hayamos encontrado impida que Harry se una a él... porque honestamente no sé qué haría si él decide
hacerlo. ponte de su lado”.
"No, él no se unirá a él, aunque estoy tentado conmigo mismo", gruñó Sirius con dureza, de hecho, había
una a la que le encantaría maldecir al infierno y regresar, pero ella ya estaba muerta. Snape se le había
adelantado, con suerte recuperaría el recuerdo, el hecho de que Snape había insinuado
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Que Dumbledore hubiera estado allí era asombroso. "Con suerte, Snape ayudará a mantener a raya la
mayor parte de la oscuridad en Harry". ni siquiera se engañaron pensando que Harry seguiría siendo inocente:
cuando comenzara a darse cuenta de que su vida había sido una jodida complicación tras otra, la amargura
aparecería.
"Bueno, si alguien puede, Severus lo hará", reflexionó Remus pensativamente, ya que no había duda de
que Severus continuaba luchando hasta el día de hoy. Aunque no sabían por qué, ciertamente podían
imaginar por qué querría a todos los muggles muertos después de vivir con ellos durante los primeros
diecisiete años de su vida. "Sin embargo, nos estamos adelantando, puede que no suceda, no podemos
simplemente intentar decidir qué pensará Harry..." se interrumpió.
"Supongo que tienes razón", suspiró Sirius, recostándose, "Aunque he escuchado rumores sobre algunas de
las legislaciones que Dumbledore está tratando de aprobar en las reuniones del Wizengamot, todos sienten
como si estuvieran caminando sobre una fina capa de hielo". Quiero decir, Dumbledore siempre ha
defendido a los muggles y a los nacidos de muggles. Verlo cambiar tan abruptamente sin ningún motivo,
seguramente los confundirá muchísimo. Estoy pensando en tomar asiento y ayudarlo”.
"¡Odias la política!" Remus soltó con los ojos muy abiertos mirando ansiosamente a Sirius como si lo viera
por primera vez en su vida.
"Sí, porque mis padres me hicieron leer sobre eso, quiero decir, vamos, tenía ocho años y no quería leer sobre
política sangrienta". Argumentó Sirius, encogiéndose de hombros. "Por supuesto, ni siquiera ahora me gustan
tanto, pero si hubiera aceptado a mi Señoría no habría terminado en Azkaban sin un juicio..."
"No habrías tenido el Señorío", señaló Remus, Orión todavía estaba vivo en ese entonces.
"Bueno, entonces heredero", corrigió Sirius con un suspiro, a pesar de que había sido eliminado del árbol
genealógico, probablemente solo su madre descargando su enojo por algo suyo; nunca había sido
desheredado oficialmente. Con tantos Black muriendo, y la nueva generación sin ningún varón aparte
de él y Regulus, no podían darse el lujo de arriesgarse a desheredarlo por completo. Dos herederos negros
de todo el patrimonio negro, que siempre había permanecido dividido, se unieron de repente, lo que lo hizo
extremadamente rico, pero no le importó; también le dio muchos asientos dentro del Wizengamot.
“Legalmente, como último heredero del patrimonio de los Black, habrían tenido que someterme a un juicio sin
importar qué ley se presentara ante esa mujer para que me pusieran en Azkaban sin juicio”. sí, otra mujer
que odiaba, Millicent Bagnold, ella admitía que no estaba sola... no, Bartemius Crouch padre también
tenía un papel importante que desempeñar.
"Yo... desearía haber hablado, incluso teniendo en cuenta que el mundo mágico tenía algunas dudas, podrían
haberte dado un juicio", confesó Remus, abrió la boca preparado para continuar cuando se detuvo en seco
al ver la expresión del rostro de Sirius. No quería hablar más de eso, así que cerró la boca con un chasquido
y asintió en silencio.
"Como padrino de Harry, también podría usar sus asientos", continuó Sirius con sus reflexiones anteriores
como si no hubieran estado hablando del momento más difícil de su vida; ser sentenciado a Azkaban fue
de hecho el momento más duro, ver los cuerpos de sus mejores amigos tirados. en Godric's Hollow muerto
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una y otra vez: lidiar con el hecho de que uno de sus mejores amigos los había traicionado a todos tan gravemente y
había matado a trece muggles en el proceso.
"Hacer eso revelará la presencia de Harry, algo que estoy seguro ninguno de los demás quiere".
Señaló Remus.
"En realidad no, son legalmente míos, ya sea que tenga a Harry o no, soy su guardián mágico, puedo
simplemente moverlo de una manera que haga que parezca que estoy más decidido a encontrarlo usando el poder
político". sistema." Sirius reflexionó: "Hablaré con los demás, podrán verlo desde un ángulo diferente al mío".
determinó resueltamente.
Remus no dijo nada a eso, "Supongo que puedo darte permiso para usar el mío", no debería sorprender a nadie,
su madre podría haber sido muggle (no es que se avergonzara de eso) pero su padre era de una línea de sangre
pura. y tenían un asiento dentro del Wizengamot, había permanecido sin uso durante tres generaciones, cuatro si
se incluía a él mismo, su tatarabuelo había estado inmerso en la política, su bisabuelo, su abuelo y su padre
habían trabajado en el Ministerio. hasta cierta capacidad, pero no en el Wizengamot.
"Sin embargo, necesitamos hablar, me refiero a todos nosotros antes de que Hogwarts comience de nuevo",
decidió Sirius resueltamente, y como Hogwarts comenzaría muy pronto, tenían que hacerlo rápidamente.
"Entonces hazlo", declaró Remus al ver que Sirius no iba a ceder en ese frente. "Solo intenta dormir un poco, te has
acostado muy tarde y te has levantado demasiado temprano". A las seis en punto de la mañana se levantó y se fue.
"¿Sabes que? Tienes razón”, dijo Sirius, frotándose la parte posterior de su cuello, le resultaba difícil permanecer
despierto, pero podría haber tenido algo que ver con el reconfortante calor del fuego y la seguridad de Hogwarts
envolviéndolo. .
"Ve", dijo Remus en voz baja, "me reuniré contigo pronto". Francamente, estaba abrumado por todo lo que
acababan de discutir.
Sirius le dio unas palmaditas en el hombro a Remus, dándole un breve apretón antes de alejarse con un silencioso
"Buenas noches, Lunático"
Los labios de Remus se torcieron, no lo habían llamado así en mucho tiempo, y normalmente era 'Remus' o
'Rémy'
­­­­­0 Fin del retroceso 0­­­­­
Remus sacudió la cabeza mientras comenzaba nuevamente a guardar el papeleo, se perdía en sus pensamientos
cada vez más a menudo, especialmente con respecto a algún aspecto de esa conversación. Le hizo preguntarse si
ya eran "magos de la luz", la orden siempre había defendido la igualdad, luchado por la igualdad. Los muggles no
merecían morir, los nacidos de muggles merecen vivir en el mundo mágico, etc.... sin embargo, ya no estaban
seguros de cuáles eran sus creencias sobre los muggles.
Sabían instintivamente que no todos los muggles eran iguales, pero era difícil diferenciar cuando uno de los suyos
era herido tan enormemente por uno. A su madre le encantaba la magia; de hecho, había sido bastante peculiar al
respecto. Había usado un adorno de boda con forma de Boggart en lugar del tradicional hombre y mujer. Ella había
estado muy orgullosa de él cuando mostró accidentalmente
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Magia, ¿por qué no todos los muggles podrían ser iguales? Diablos con todo lo que estaba pasando
con Dumbledore y el Wizengamot… ¿qué diablos estaba pensando la Orden? ¿Ya eran siquiera una Orden?
Las cosas estaban cambiando demasiado rápido, pero Remus siempre había sido bueno siguiendo la corriente
de las cosas, incluso si sabía que no estaban bien, especialmente pensando cuando Sirius y James se burlaban
de Severus constantemente en la escuela. Gruñendo de frustración, maldiciendo su mente errante, miró por la
ventana y decidió que un poco de aire fresco le vendría bien. Obviamente necesitaba desahogarse,
aunque fuera simplemente caminando por el recinto.
­­­­­­­­­­­­0
“¡Crucio!” La perversa y rápida puntería del Señor Oscuro hizo que su aterrorizado sirviente se
retorciera y gritara de dolor mientras se rascaba a sí mismo como si de alguna manera pudiera detener
físicamente el dolor o detener la maldición. Después de unos segundos, el hechizo fue eliminado y
permanecieron donde estaban acurrucados por el dolor mientras poco a poco se recuperaban. Los demás ni
siquiera miraron al idiota que había mirado a quemarropa al Señor Oscuro cuando le había exigido que Smith
hiciera algo como si fuera un idiota por sugerir algo que sentía que era tan insípido y que los nuevos reclutas
debían hacer.
Nadie, ni siquiera el círculo interno cuestionó la decisión del Señor Oscuro a menos que pidieran permiso
y entonces lo hicieran respetuosamente conscientes de su ira. Aunque hoy en día menos miembros del círculo
íntimo lo hacían, como lo habían hecho sus padres antes que ellos.
"No me cuestiones", los dulces y engañosos tonos del Señor Oscuro sonaron en el cavernoso
habitación.
"Sí, mi señor", dijo Smith profundamente aterrorizado, levantándose sobre sus piernas débiles y volviendo a
sentarse sin mirar a nadie.
Un pop indicó que alguien acababa de aparecer en la mansión del Señor Oscuro; unas cuantas ráfagas
de inhalación brusca en shock, preguntándose qué idiota se atrevería a llegar tan tarde a una reunión.
Todos miraron discretamente hacia la puerta, preguntándose quién era y qué tan rápido serían maldecidos;
Smith esperaba que alguien más fuera el receptor del propio disgusto de su Señor.
"Perdone mi tardanza, mi Señor", declaró Lucius Malfoy mientras entraba a la habitación, con el rostro
impasible, pero Voldemort observó la conmoción en los ojos ligeramente abiertos. Arqueando una ceja con
curiosidad, preguntándose qué había sucedido para que el usualmente sereno mago pareciera tan
notoriamente sorprendido; al menos para él, Lucius era muy parecido a su padre en ese sentido, ambos tenían
sus sutiles indicios. Hizo una reverencia ante su señor antes de tomar asiento a la izquierda de Voldemort.
Voldemort lo rechazó, sintiendo que habría una buena razón para ello. Sin querer parecer demasiado ansioso,
sus ojos rojos se dirigieron a Avery, que estaba sentado junto a Smith. Estaba muy contento de tener más
gente suya dentro del Ministerio; facilitaría mucho las cosas. “Avery”
Voldemort pronunció suavemente, haciendo que el mago tragara un poco antes de comenzar a
hablar, palideciendo cuando vio a Nagini dirigiéndose hacia su Maestro pero después de una breve pausa
continuó dando su informe sobre el departamento con el que trabajaba.
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"Sigue así", habló Voldemort, asintiendo brevemente, "Lucius", añadió a su segundo al mando. Era
muy merecido, Lucius había usado el diario que le había confiado, si bien era cierto había terminado en
manos de Dumbledore y el Ministerio, Lucius lo había cambiado y usado (afortunadamente antes de que fuera
destruido) trayendo consigo devolverle, o más bien la porción de su alma, pero el joven Señor Oscuro había
buscado la pieza principal de su alma y las había unido, y tenía lo mejor de ambos mundos, al absorber su
alma le había dado su magia original. No se había dado cuenta de que se había sacrificado al crear
Horrocruxes y, por supuesto, un cuerpo joven libre de la contaminación que siguió a la creación de los
Horrocruxes. Por supuesto, solía tener otro segundo al mando, Severus Snape, pero no sabía si podía confiar
en él, de ahí su decisión de excluirlo del conocimiento de su regreso. Hasta que lo supiera con certeza,
permanecería en la oscuridad, nadie sabía que había regresado excepto sus personas de mayor confianza, y
así permanecería. Cuando llamó a los demás, obligó a la víctima a dejar deliberadamente a Severus
fuera de la llamada. No creía que Severus volvería a confiar en él, le había prometido a su segundo al
mando perdonar a Lily Potter y lo había intentado, pero derrotar a Harry Potter había sido demasiado
importante, así que la mató sabiendo que no conseguiría nada. cerca del niño hasta que lo hizo. A su
regreso le habían informado que Harry Potter no había asistido a Hogwarts, que estaba desaparecido y que
así había estado durante los últimos cinco años. Los Aurores realmente se habían rendido; simplemente
no se lo vio en absoluto, tal vez por eso Smith se había decidido a unirse a su lado, pensando que el lado
luminoso estaba condenado.
“Acabo de llegar de una reunión de Wizengamot…” dijo Lucius con un tono lleno de perplejidad.
“Yo… francamente, Mi Señor, fue inquietante por decir lo menos. Dumbledore está actuando más loco de
lo normal…” honestamente no sabía cómo explicárselo a su Señor.
"Explícate", dijo Voldemort bruscamente, enderezándose y sus ojos se volvieron más intensos con solo la
mera mención de Dumbledore.
"Está pensando en nuevas legislaciones... que cambiarán la forma en que se manejan las cosas en el mundo
mágico", Lucius tragó saliva, todavía aturdido por las palabras que había leído en el pergamino.
"¿Y?" Voldemort dejó en claro que estaba perdiendo la paciencia extremadamente rápido con su segundo
al mando y que su título ni siquiera lo protegería de su ira si no se daba prisa.
Lucius se aclaró la garganta, "Quiere... restringir el acceso que los muggles tienen a nuestro mundo y
encontrar una manera de evitar que alguien hable de ello o dañe a un mago". reveló, su cuerpo rígido y
simplemente esperando que la ira que podía sentir gestando en el Señor Oscuro se dirigiera hacia él.
“¿Él qué?” Voldemort se quedó boquiabierto por un segundo, pero fue suficiente, los demás lo habían
visto pero nunca se atreverían a mencionarlo. ¿El campeón de los muggles y los sangre sucia de repente quiso
detener a los muggles en lugar de ayudarlos? ¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué de repente
querría eso? Sus ojos se entrecerraron en contemplación, pero simplemente no podía entender la agenda
del viejo tonto. Él mismo había estado luchando por eso durante años, ¿y ahora llega Dumbledore y lo
quiere? “¿Cómo fueron las reacciones?” tomando el control de sí mismo, jurando obtener el recuerdo de
Lucius, quería ver esto por sí mismo.
"Yo... Mi Señor estaban atónitos, después de que él aprobó la legislación no sabían qué diablos decir, Doge,
el tonto insípido, en realidad exigió abiertamente una respuesta de Dumbledore, queriendo saber por qué
claramente sospechaba o pensando que el viejo tonto estaba sufriendo de algunos
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forma de locura. Francamente, todos pensaban lo mismo, pero definitivamente era Dumbledore, estuvimos allí
durante más de una hora, y ese brillo demente aparecía de vez en cuando, pero tenía una mirada de acero
en sus ojos que nunca había visto antes. Realmente lo dice en serio y no se detendrá hasta conseguir lo que
quiere”. Lucius explicó que no sabía qué pensar.
"Dejar. Lucius quédate atrás”. Exigió Voldemort, todos inmediatamente se movieron a pesar de que no querían,
querían escuchar todo. Pops inmediatamente llenó el aire cuando todos comenzaron a aparecerse desde el gran
salón, donde habían sido dirigidos con la marca, y en poco tiempo el salón quedó completamente vacío, salvo dos
figuras solitarias.
Lucius ya sabía lo que estaba pasando, quería el recuerdo y quería verlo por sí mismo.
"Sígueme", ordenó Voldemort, levantándose y guiando al rubio a su oficina donde sus pensativos esperaban su
llegada. No importaba que fuera tarde en la noche; Llegaría al fondo de esto por mucho tiempo que fuera
necesario.
­­­­­­0
Severus se despertó bruscamente por el ahora familiar grito que resonaba en la habitación de Harry, a pesar de que
estaba medio dormido, agarró su varita y rápidamente salió de su habitación y entró en la habitación de
Harry. Para cuando llegó a la habitación, su varita estaba bajo su manga, impidiendo que el adolescente, si se
le podía llamar así, la viera. Dio un paso atrás sorprendido por la sensación de toda la fuerza de la magia de
Harry, girando alrededor de la habitación casi haciendo que Severus cayera de rodillas, lo que ciertamente lo
despertó por completo. Sólo otras dos manos mágicas eran tan fuertes, una se mostraba abiertamente y la otra la
mantenía cuidadosamente oculta. Tragando pesadamente, retrocedió: "¡Accio Calming Draft!" pensó para sí mismo,
invocándolo de forma no verbal.
Agarrándolo mientras caía hacia su palma, lo descorchó y regresó a la habitación, a pesar de la dificultad física
que estaba teniendo. La magia lo estaba alejando, pero era sólo la ayuda de su propia magia lo que impedía que
fuera empujado hacia atrás y probablemente impulsado contra la pared con gran fuerza.
"Harry, estás a salvo", dijo Severus con dulzura, tratando de comunicarse con el adolescente mientras una vez
más casi caía de rodillas, su magia estaba empapando la habitación por completo, era pesada y ciertamente
impresionante en su magnificencia. Rápidamente, como ocurrencia tardía, lanzó un hechizo protector a su
alrededor; pasaría lo peor si la magia de Harry explotara. No le sorprendería que así fuera; había estado contenido
demasiado tiempo. Su magia podría tener 'quince años' pero para todos los efectos estaba en su adolescencia
como Harry, al menos cuando se trataba de reaccionar a sentimientos extremos. La magia accidental no era posible
dentro de los muros de Hogwarts, sin embargo, aquí la estaba realizando un niño pequeño y poderoso. “Estás a
salvo, pequeña, vamos, respira hondo por mí”. Continuó hablando sin sentido sabiendo que Harry reaccionaría a
su voz, reaccionaría ante cualquier voz suave que le hablara con tanta preocupación.
Finalmente llegó a la cama a tiempo para ver los ojos verdes de Harry abiertos de par en par con horror aterrorizado,
todo su cuerpo comenzó a temblar.
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"Está bien, pequeño, sólo cálmate, puedes hacerlo", dijo Severus, pero temía que Harry estuviera demasiado ido,
demasiado aterrorizado de que su magia fuera 'expuesta' y de que saliera lastimado nuevamente.
"Está bien, estarás bien, sólo necesito que bebas esto, Harry, te ayudará a sentirte mejor". ya estaba acostumbrado a
las pociones, nunca cuestionó por qué funcionaban tan rápido. Esto no era algo impactante ya que había pasado toda su
infancia sin medicinas e inconsciente debido a ese asqueroso muggle.
No podía controlarlo, ahora su oscuro protector sabía lo monstruoso que era. ¿Le haría daño a él también? En pánico más
allá de lo creíble, no quería ser lastimado otra vez, no quería estar solo, no podía hacerlo de nuevo, con eso su magia
explotó de él, y cada proyectil a su paso fue hecho añicos. incluido el armario que contenía su ropa, pero curiosamente
la ropa no se vio afectada, simplemente yacía entre los escombros de madera. La mesita de noche, la cama, sus
cajones y, por supuesto, lo más importante, Severus fue arrojado pesadamente contra la pared.
Harry miró horrorizado mientras su oscuro protector se lanzaba contra la pared, "¡NO!" gritó, no quería que explotara como
los demás. Y así, su magia se retractó, instalándose dentro de Harry, finalmente contento de que había sido utilizada,
dándole una salida a todas las emociones nuevas y en guerra dentro de Harry, haciéndolo sentir más equilibrado.
Notas finales del capítulo
¿Alguna vez viste venir eso? ¡JAJAJA!
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Capítulo 21
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 21
El Señor Oscuro Voldemort estaba sentado en su lujosa oficina, que estaba llena de todo tipo de libros; desde
principiantes en las Artes Oscuras hasta sus libros de Magia Parsel que nadie más que él podía leer. El fuego
crepitaba alegremente en la chimenea y sobre su escritorio estaba sentado un pensativo, algunos libros esparcidos
a un lado y por supuesto un pergamino que planeaba usar para reunir más fuerzas. Se sentía completamente
perplejo, había despedido a Lucius después de haber puesto el recuerdo requerido en el pensativo y luego pasó
la última hora y media observando la escena. Era bueno que estuviera solo, porque no había podido contener sus
reacciones tanto como debería. Al igual que Lucius, estaba sorprendido por las acciones del viejo tonto, estuvo
tentado a creer que estaba perdiendo el control, pero sabía que ese no era el caso en absoluto. No, esos ojos
estaban tan cuerdos como siempre, sólo que con dureza no estaba acostumbrado a que nadie más que él
mismo viera cuando se trataba del viejo tonto.
Algo había sucedido, eso tenía que ser cierto, pero ¿qué podría haber sucedido que haría que Dumbledore le diera
la espalda a todo lo muggle? Sus ojos se entrecerraron en contemplación.
El viejo tonto no tenía familia; lo único que realmente tenía que importarle eran los estudiantes bajo su cuidado,
en su mayoría solo los Gryffindors, entonces, ¿qué había pasado? En momentos como éste deseaba tener
todavía a su espía; Le gustaría mucho saber qué diablos estaba pasando con el viejo tonto. ¿Alguien que le
importaba había sido asesinado por su familia muggle? No había ninguna indicación de tal cosa en los periódicos,
y los leyó detenidamente, siempre buscando piezas de información, incluso pequeñas y sutiles que los idiotas
tendían a pasar por alto y que a veces eran mucho más importantes y de mayor alcance de lo que cualquiera podía
adivinar.
Tendría que usar a los estudiantes dentro de los pasillos de Hogwarts para obtener sus respuestas; entonces,
tal vez el hijo de Lucius junto con los demás puedan investigar. Desafortunadamente, no podía confiar
en ellos, ya que sabía que no serían capaces de resolverlo a menos que Dumbledore se encargara de decírselo,
pero lo sabrían si un estudiante no hubiera regresado. No era ninguno de los Slytherin y estuvo tentado a creer
que era un Gryffindor.
Sentándose, las puntas de sus dedos se juntaron y debajo de su barbilla mientras pensaba más en la extraña
escena en el pensativo. Quizás debería crearse una identidad y utilizar la ruta política para sus objetivos finales.
No había duda de que él y Dumbledore estarían en desacuerdo por las cosas que había planeado, y tal vez no
valía la pena. No podía soportar al viejo tonto, pero estaba tratando de pasar por alto una de las cosas más
importantes que sentía que deberían haber sucedido hace cinco años: la separación total del mundo muggle y
mágico. Una vez hecho esto, y el público se calmara, podría avanzar más en su causa en las salas de
reuniones con el Wizengamot; siempre había sido muy bueno logrando que la gente viera las cosas a su manera. O
podría trabajar
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detrás de escena usando a Lucius; Definitivamente era aburrido pensarlo detenidamente antes de tomar una
decisión.
No podía revelar quién era realmente, demasiadas personas conocían ese nombre y que era el heredero de
Slytherin. No sabían hasta dónde había llegado para alcanzar la inmortalidad, dudaba que incluso el
propio Dumbledore lo supiera, pero si alguna vez veía la forma que tenía ahora, lo descubriría; de eso
no había ninguna duda. Sería fácil crear otro nombre, reflexionó para sí mismo, y había muchos rituales
mágicos que se encargarían de ello sin problemas. Después de todo, lucía exactamente igual que cuando
tenía dieciocho años cuando dejó Hogwarts.
Los glamour eran demasiado arriesgados, todo lo que hacía falta era un movimiento en falso y quedabas
completamente expuesto y él no se arriesgaba bien, a menos que estuviera seguro de que funcionaría. La
última vez que había corrido un riesgo que pensó que le saldría bien, se había equivocado, se había
convertido en un parásito, obligado a vivir en serpientes para sobrevivir, deambulando esperando a sus
seguidores, de quienes estaba tan seguro. Lo buscaría, lo encontraría y lo devolvería a su antigua gloria.
Hacía muchos años que no sucedía, se había perdido en la locura de estar solo, perdido en el silencio, sin un
cuerpo incapaz de hacer nada, completamente indefenso. Podía sentir incluso ahora cómo se había
sentido, pero fue sólo gracias a su yo Horrocrux de diecisiete años que pudo superarlo y pensar
racionalmente, además de tener más de una plata de su alma dentro de un cuerpo. Al menos esa era su
teoría, y la mayoría de las suyas siempre eran correctas.
"¿Qué estás haciendo, Dumbledore?" murmuró Voldemort en voz baja, llamaría a Lucius en los próximos
días, pero antes de que Hogwarts comenzara, y se aseguraría de saber cómo instruir a su hijo. Quizás sería
mejor que Nott y Avery llamaran también para que sus hijos pudieran estar informados.
Podrían escuchar algo que el joven Malfoy no escuchó después de todo.
Voldemort moviendo con firmeza todo lo que había aprendido y colocándolo detrás de sus inmejorables
escudos de oclumancia. Había pasado demasiado tiempo pensando en algo que simplemente no
obtendría respuesta en el corto plazo y, francamente, tenía demasiado que hacer sin pensar en algo
que no se resolvería. Girándose en su silla, su pose elegante mientras movía el pergamino a su posición
y comenzaba a escribir ­ quería que todas las criaturas oscuras se alinearan con él, realmente era su
deber hacerlo, sin él no obtendrían sus derechos y derechos de vuelta. Serían considerados
menos que ciudadanos de segunda clase, lo menos que podían hacer mientras él luchaba por ellos era
luchar por él mientras tanto.
Tuvo la paciencia de esperar; Había regresado durante años, ¿no? Reconstruyendo poco a poco
todo lo que se había perdido hace catorce años debido a su locura y acciones imprudentes. No estaba
seguro si era el hecho de que el niño estaba desaparecido y se lo daba por muerto (al menos por el
Ministerio) o si simplemente había decidido lidiar con Potter cuando surgiera el siguiente problema.
Ciertamente no iba a enviar a sus Mortífagos a buscarlo; tenían tareas mucho más importantes que
hacer para él. Además, enviarlos a buscar a Potter habría causado peleas y discusiones, ya que querrían
demostrar su valía llevándole al niño; se habría complicado rápidamente. Y eso no le ayudó de ninguna
manera a mantener su regreso en un perfil extremadamente discreto. Estaba preparado para el día en que
supieran que había regresado, pero esperaba no tener que implementarlo por mucho tiempo todavía.
"¡Brumoso!" Voldemort llamó después de diez minutos de escribir su misiva.
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"¿Qué puede hacer Misty por el Maestro?" Dijo Misty, apareciendo ante él inclinándose profundamente
mostrándole la deferencia apropiada para su posición. Ella había trabajado para los Malfoy antes de
ser liberada al servicio del Señor Oscuro, y nadie le creería si dijera que en realidad prefería estar aquí
que con sus antiguos Maestros.
"Envía esto a la Lechucería, usa el Halcón". Declaró Voldemort antes de despedir al elfo doméstico con
un gesto despectivo. No les dio nombres a los animales que había adquirido; había aprendido hacía
mucho tiempo a no formar vínculos emocionales con cosas así. La única excepción eran sus serpientes,
una que había traído de Albania, Nagini, ella había durado más tiempo con él poseyéndola, y él se había
ido antes de que ella muriera, en realidad le había gustado. Pequeña protectora y posesiva especialmente
para una serpiente, y su humor era bastante divertido.
La elfa doméstica se fue sin decir una sola palabra, sabiendo que la iban a despedir.
Mirando la hora, suspiró, bueno, no iba a hacer nada más esta noche, era hora de descansar antes de que
Nagini viniera a buscarlo. Sus labios se torcieron ligeramente, ella era la única que podía molestarlo y
salirse con la suya. Sin duda la más singular de las serpientes, aunque era mágica, así que eso podría
explicarlo. Por supuesto, la única razón por la que se salió con la suya fue porque nadie más podía
entenderla.
Todo lo demás esperaría hasta mañana, y con eso el Señor Oscuro se retiró a la cama, a salvo en su
mansión que tenía más protecciones que en cualquier otro lugar excepto posiblemente Hogwarts.
Aunque su morada era sin duda más segura ya que tenía protecciones oscuras. Eso atraparía a cualquiera
que no fuera bienvenido para poder ocuparse de él. Nadie era tan idiota como para intentarlo, no con
la cantidad de barreras colocadas; Todavía estaba esperando que ocurriera algo así.
Poppy hizo una breve pausa en su tarea, el zumbido en su mente la sorprendió, ¿qué diablos?
Frunciendo el ceño suavemente, colocando los viales de poción en el estante dentro del armario. Le había
quitado todos los hechizos a Harry que la alertarían cuando despertara por cualquier motivo; El propio
Severus todavía los tenía encima ya que era él quien lo vigilaba por las noches estos días. ¿Simplemente
se habían olvidado de uno? Ciertamente no era propio de ella, y seguramente se habría dado cuenta antes
de esto. Pensó mientras tomaba algunos pensamientos más intensamente.
Eso fue hasta que recordó que se les había ocurrido un nuevo hechizo, uno que le alertaba de Harry si
estaba angustiado y Severus no estaba disponible. Lo cual no debería ser posible, era de noche, incluso
ella debería estar durmiendo un poco, pero con lo agitado que había sido todo, todas las cosas que podían
dejarse de lado habían sido hasta que no quedó otra opción que hacerlas antes del regreso de los
estudiantes. La mayoría de las pociones ya habían sido colocadas, y solo quedaban unas pocas cajas.
Ella no estaba tan ocupada como los profesores estos días con el inminente regreso de todos los
estudiantes.
El zumbido no cesó y un presentimiento apasionante comenzó a azotarla, haciéndola temblar ligeramente.
Dejando las pociones a un lado, sacó su maletín médico de emergencia y comenzó a salir de la
enfermería a toda prisa; no se atrevía a usar la red Flu – no sin saber si Harry estaba en la sala
principal o en su dormitorio. Severus había descubierto que Harry dormía mejor en el sofá, aunque sólo
fuera unas pocas horas antes de acostarlo.
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Mientras corría hacia las mazmorras, el zumbido de advertencia nunca cesó ni disminuyó en su urgencia.
Gracias a Merlín, ella tenía la contraseña de Severus y la libertad de ir y venir cuando quisiera, como uno de
los principales cuidadores de Harry. Después de todo, Severus no abría sus habitaciones a nadie; era una
persona muy reservada. Mientras se detenía fuera del salón de clases de Severus, tomó grandes bocanadas
de aire, tratando de calmar su corazón acelerado y el esfuerzo de haber corrido todo el camino.
Si estaba equivocada entonces estaba bien, pero por el zumbido se dio cuenta de que no podía ser una
falsa alarma. Los inventos de Severus fueron excepcionales, y seguramente habría detenido el zumbido de
advertencia si hubiera podido. Avanzando con mucha más compostura hasta pasar por su salón de clases,
oficina y hasta la puerta de sus habitaciones. Murmurando la contraseña en voz baja, abrió la puerta y la
encontró en silencio. ¿Quizás después de todo fue sólo un fallo en el hechizo? Justo cuando había comenzado
a relajarse, sintió enormes cantidades de poder provenientes del dormitorio de Harry. Nunca antes
había sentido un poder puro como ese, y se puso nervioso, cada cabello comenzó a erizarse al ser consciente
de ello.
Abrió la puerta del dormitorio de Severus; normalmente nunca haría tal cosa, pero él no estaba allí, así que la
cerró detrás de ella. ¿Donde estuvo el? ¿Por qué no estaba él aquí? Era muy impropio de él dejar Hogwarts
por cualquier motivo, la sensación de magia mientras se acercaba a la puerta era muy opresiva. Mientras
miraba adentro, jadeó en shock, Severus yacía hecho un ovillo en el suelo, con Harry sollozando sobre él ­
¿se había movido solo? Ni siquiera se molestó en pensar en las cosas inmateriales que también estaban rotas.
"¿Harry?" Dijo Poppy suavemente, acercándose a él sólo para ser detenida por su magia mientras él la
miraba con todo su rostro tenso y salvaje. "Harry, necesito ver a Severus, necesito ayudarlo". añadió
suavemente, tratando de acercarse a él, pero Harry actuó como un animal asustadizo.
"¡NO! ¡APARTE!" siseó, sus ojos verdes brillando con poder y miedo. "¡DÉJAME EN PAZ!" su magia atacó
aún más en su miedo causando que Poppy fuera impulsada lejos de ambos y fuera a la sala de estar; ella
permaneció firmemente de pie.
"Está bien, Harry", dijo Poppy suavemente, arrodillándose y levantando las manos para mostrar que no
estaba dispuesta a lastimarlo. "Está bien, me quedaré aquí". obviamente no estaba en su sano juicio. El
miedo, no había visto tanto miedo desde la primera semana que lo rescataron. Obviamente estaba
recordando lo que esa horrible mujer le había hecho, y no iba a permitir que ella se acercara a él.
Harry agarró a su Protector Oscuro, las lágrimas rodaban por su rostro; no quería que le volvieran a hacer
daño. Le gustaba estar aquí, amaba a su oscuro protector, era su familia, así lo había dicho. No quería ser un
bicho raro, no quería lastimar a la gente ni hacerles explotar como lo habían hecho.
Ya no lo querría más, la última vez que lo lastimaron tanto, otro sollozo salió de su garganta, mientras gemía
suavemente meciéndose hacia adelante y hacia atrás mientras su magia continuaba girando fuera de control.
"Harry, mírame, ¿Harry?" Dijo Poppy en voz baja, sin querer asustarlo, pero él no parecía escucharla por la
fuerza de sus propios gritos que la dolían más que siquiera ver lo mal que se había portado cuando la llamaron
a la oficina de Dumbledore. "Necesitamos ayudar a Severus, ¿no?
Me quedaré aquí, lo prometo, pero necesito que le des esto por mí, ¿vale?" añadió Poppy, mostrándole
una de las pociones de su espalda y deslizándola por el suelo directamente hacia la pierna de Harry,
sin tener miedo. que sería aplastado; Severus puso hechizos irrompibles en todos;
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viales para asegurarse de que no se rompan accidentalmente. Bueno, era un internado y los
accidentes ocurrían, él estaba acostumbrado a las pociones y no veía nada extraño en ellas. Sin embargo,
después de esto… ella sabía que no podían posponerlo más, tenían que decírselo, estaba completamente
histérico. No sabía si él sería capaz de pensar en cualquier cosa que ella dijera, y mucho menos en realizarlo.
"¿Harry? ¿Quieres ayudarlo?" Poppy lo instó con dulzura, hablando más alto pero con suerte no
demasiado alto, simplemente estaba demasiado ido y eso le estaba rompiendo el corazón. Ella nunca
antes lo había parecido tan destrozado, ¿se recuperaría siquiera de esto? No, ella se negó a pensar así.
"Puedes mejorarlo, lo ayudaste". tenía la sensación de que sólo Severus podía esperar calmarlo lo
suficiente como para que su magia dejara de reaccionar con tanta dureza. Después de lo que la mujer le
había hecho, no le sorprendió que, después de mostrar magia, detuviera físicamente su avance.
"…¿Ayuda…protector?" Dijo Harry con voz áspera, sus ojos todavía brillaban pero esta vez con robustez.
Poppy tuvo que reprimir su sonrisa ante las palabras de Harry para Severus, le estaban enseñando todo
lo que podían, no debería sorprenderla que él calificara el papel de Severus como un protector porque para
Harry era obvio que eso era lo que era para él. adolescente. Ella se estaba comunicando con él, eso era
bueno. "Sí, ayuda a tu protector". dijo suavemente, con los ojos brillando con lágrimas no derramadas.
"Ayuda... a mi... protector", dijo posesivamente, acercándose más, pero ¿querría seguir siendo su protector
oscuro? ¿Lo enviarían de regreso con ella después de ver lo extraño que era, tal como sus tíos habían dicho
que era? No quería volver a ella, al dolor, al dolor, al hambre; a estar débil e incapaz de moverse... a dormir
todo el tiempo a menos que ella le hiciera lastimar a esas personas.
Para orgullo de Poppy, tomó la poción, aunque su agarre era tembloroso, la sostuvo firmemente y mordió el
corcho, antes de arrastrarse y verterla en su garganta.
"Ahora, Harry, necesitas frotarle la garganta, aquí mismo, así", dijo Poppy, mostrándole usando su propia
garganta como ejemplo, su corazón aún latía erráticamente, si él no lo hacía, necesitaría usar el hechizo. ­ y
si lo hacía antes de que Severus despertara, no quería ni siquiera imaginar su reacción ante sus habilidades.
No, Severus era en quien más confiaba, ella era tolerada en comparación con él, y si alguien tenía que
decírselo a Harry definitivamente era él. Querían calmarlo, no asustarlo más, y era obvio que la magia de
Harry actuaba cuando estaba asustado; trató de defenderlo considerando lo que esa vil mujer había
hecho, no le sorprendió que su magia actuara tan 'defensivamente' en lugar de ofensivamente. Tenía los
dedos moviéndose cerca de su varita por si acaso, no podía dejar que Severus se ahogara y sabía que no
podía acercarse a él. Dejó escapar un suspiro de puro alivio cuando Harry lo hizo, pudo ver a Severus
tragando el brebaje, pronto regresaría al mundo de la conciencia. Mientras tanto, sólo tenía que mantener
a Harry tranquilo. Su magia era abrasadora en intensidad, incluso ahora. Él no se había calmado en lo
más mínimo, pero estaba pensando, eso ayudó, pensó ella casi empezando a entrar en pánico, pero sabía
que no debía dejarse alterar. Ella era una sanadora, tenía que mantener la calma en todas las situaciones y
eso la ayudó inmensamente aquí.
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"Bien hecho, Harry", dijo con dulzura, sonriendo un poco y asintiendo. Rezando para que él no se alterara aún más,
temía pensar de lo que era capaz, solo mire la habitación, pero no estaba consciente de su estado antes de
venir, podría haber sido peor.
Tan pronto como Harry comenzó a notar que su oscuro protector se movía, comenzó a alejarse, el miedo y el terror
claros como el día brillando en su rostro. Trepando por la madera, sin importarle las astillas, sólo necesitaba
retroceder. No quería irse, le gustaba estar aquí, por muy estúpido que fuera, lo había arruinado. Lo arruinó todo,
estúpido, estúpido monstruo, pensó enojado para sí mismo, mientras la desesperación se apoderaba de él. Harry
no se detuvo hasta llegar a la pared y permaneció encogido de miedo, completamente petrificado.
Poppy no podía ayudarlo, todavía confinada al otro lado de las barreras; no se atrevía a probarlas. Simplemente
permaneció sentada sobre sus rodillas para no asustar más a Harry. Ella solo miró entre Severus y Harry,
esperando que el mago mayor despertara pronto, para ayudar a Harry antes de que perdiera el control por
completo y tuviera un colapso total. Podría haber gritado de alivio cuando Severus gimió, oh gracias a Merlín.
Severus parpadeó y abrió los ojos, preguntándose por qué estaba durmiendo en el suelo, eso fue hasta que el
dolor se hizo sentir causándole gruñir de agonía. Cerrando los ojos llorosos, tratando de pensar qué había sucedido,
cuando los acontecimientos rápidamente lo alcanzaron, se obligó a sentarse, sintiéndose extremadamente tonto.
Había sabido que la magia de Harry se estaba saliendo de control, debería haberla deletreado en su estómago,
pero eso habría sido revelar magia antes de que sintiera que Harry estaba listo. Listo o no, tendrían que decírselo,
pero sólo después de que estuviera tranquilo. Podía sentir la magia de Harry recorriendo todo su cuerpo llenando
la habitación en toda su cálida incomodidad. Sus ojos se abrieron cuando vio el estado de la habitación, maldita sea,
estaba destruida, y se dio cuenta de que realmente debería habérselo dicho antes.
"Severus", dijo Poppy en voz baja, desde donde estaba sentada, capaz de verlo claramente.
"Poppy... ¿por qué?..." el 'estás sentada ahí' ciertamente se entendió ya sea que lo expresara o no.
Poppy solo hizo un gesto hacia Harry con el rostro pálido y lleno de preocupación, "No puedo comunicarme, él está
más allá de pensar racionalmente, especialmente conmigo. Está asustado". susurró en voz baja, pero estaba
segura de que Harry probablemente la había escuchado. Aunque estaba murmurando para sí mismo, ella estaba
demasiado lejos para escuchar lo que decía.
Severus miró antes de maldecir interiormente, manteniendo su cuerpo relajado para que Harry no pensara que
estaba en problemas. Respirando de manera uniforme, agradecido por el analgésico para poder moverse sin
dolor. Su cabeza ocasionalmente latía sordamente, pero podía manejar eso sin preocuparse, al menos hasta que
Harry se calmara. Comenzó a acercarse al niño, lentamente para no asustarlo y necesitó toda su considerable
habilidad para no enojarse con las palabras que podía escuchar al niño murmurar en voz baja cuando se acercó
lo suficiente. Harry NO era un bicho raro; oh, no necesitaba adivinar dónde había oído esa palabra. Lo que le hizo
preguntarse acerca de Petunia, ¿ya había muerto? La magia que le había escupido le provocaría pesadillas
aterradoras, principalmente sobre todo lo que le había hecho a Harry, impidiéndole dormir. Incluso con cualquier
medicamento muggle, todavía los vería e interrumpiría su sueño hasta el punto de que su cuerpo se
descompondría. Ella moriría lentamente, una muerte horrible y dolorosa, y él se alegraba de haberlo hecho.
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echarlo. Ella no merecía menos, Harry obviamente estaba empezando a recordar más… ¿o tal vez siempre
lo había hecho?
"¿Harry?" Dijo Severus tranquilizadoramente, mientras se arrodillaba junto al chico, antes de sentarse
sobre su trasero, quitando la madera del área inmediata con sus manos. "¿Harry? No eres un bicho raro,
créeme, quien te haya dicho eso estaba equivocado." Con atención, extendiendo su brazo, acarició la cabeza
de Harry de la manera que a Harry le gustaba. Finalmente dejó de murmurar en voz baja, poniéndose rígido
ante la sensación de ser tocado amablemente incluso después de lo que hizo. "No eres un pequeño raro,
nunca pienses eso". y para su orgullo la magia empezó a disiparse, poco a poco si, pero estaba
sucediendo y estaba muy orgulloso de su control. "Eres un buen chico, estoy orgulloso de ti". le dijo a pesar
de que no estaba seguro de que Harry siquiera entendiera lo que significaba el orgullo.
Deslizándose más hasta que la cabeza de Harry descansó cómodamente sobre su pierna; Continuó
acariciándolo mientras el temblor comenzaba a detenerse lentamente. El miedo en sus ojos casi hizo que
su sólido control se rompiera violentamente. Quería maldecir algo, alguien.
"No quiero volver", dijo Harry arrastrando las palabras, completamente agotado por esa no tan pequeña
exhibición mágica. "Seré bueno. Ya no seré extraño".
"¿Quieres conocer un pequeño secreto?" Severus decidió.
Harry no respondió, solo miró con cautela a su oscuro protector, solo sabía que lo enviarían de regreso,
pero tenía que intentar hacerle ver a su familia que no quería. Le gustaba su hogar, le gustaba su comida,
incluso le gustaban los pequeños dulces que Albus le daba.
"Ella ya no puede hacerte daño", dijo Severus con voz muy fuerte y aguda, nada parecido a lo que había
usado antes con Harry. "Ella está muerta, no puede volver a hacerte daño ni a ti ni a nadie más". le dijo con
vehemencia.
Harry parpadeó, la esperanza elevándose como un infierno imparable en lo profundo de su pecho.
¿Había alguna posibilidad de que su oscuro protector lo retuviera a pesar de lo que hizo? ¿Por qué lo
haría? Las únicas otras personas que conocía habían odiado su rareza, sin embargo, no podía evitar que
los sentimientos surgieran en él sin importar qué. Confiaba y amaba a su protector, no es que entendiera
sus sentimientos, por supuesto, solo sabía que estaba a salvo... ¿protegido tal vez incluso querido?
"Ven", dijo Severus en tono tranquilo una vez más, "Bebe", presionando el frasco de bebida calmante
contra sus labios, asintiendo con firmeza, y así, Harry abrió la boca y dejó que el líquido cayera en su
boca y tragó a pesar de la sabor desagradable. Sintió que se calmaba por completo, la horrible presión
(su magia) que no entendía se desvaneció por completo.
Dejándolo sintiéndose extremadamente letárgico, ni siquiera se inmutó cuando lo levantaron y lo sacaron
del dormitorio destruido.
Severus colocó a Harry en el sofá, ya moviendo las cosas que había dejado antes y las colocó en el sofá
para mantener a Harry caliente. Excepto sus pies, notó que tenían muchas astillas, solo verlas le hizo
estremecerse pero con algunas pociones las sacaría en poco tiempo. Se dio cuenta de que Poppy
mantenía la distancia; no estaba seguro si era para su protección o si pensaba que Harry todavía se pondría
histérico al verla.
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Rápidamente recuperó las pociones que necesitaría de su laboratorio antes de regresar, Poppy se había
sentado en una de las sillas. Severus se arrodilló y extendió la crema anestésica por toda el área afectada,
dándole unos momentos para que se asimilara, cómo había logrado poner tanta en un tobillo tan pequeño que
no tenía idea. No era solo uno tampoco, eran los dos, suspirando suavemente; Sacudiendo la cabeza,
bueno, esta noche no había salido según lo planeado.
"¿Cuándo llegaste aquí?" Preguntó Severus, antes de susurrar las palabras para quitar las astillas mientras
salían una por una para caer a sus pies. El ungüento hizo su trabajo muy bien, Harry ni siquiera se movió, y
eso fue bueno. Aunque el área ahora parecía como si Harry hubiera entrado en contacto con hiedra venenosa
es decir roja, irritada y ligeramente hinchada.
"Honestamente puedo decir que no sé, parece que fue hace tanto tiempo, solo estaba planeando poner el
resto de las pociones en el armario antes de que la protección que le pusiste explotara.
Pensé que era un accidente con seguridad hasta que continuó. Decidí venir sin importar si fue un error;
Sólo tenía que saber que estaba bien. Rápidamente me di cuenta de que no era así, diría que han pasado
aproximadamente veinte minutos, me tomó mucho tiempo superar su pánico".
Poppy explicó suavemente, mirando a Harry con preocupación y cariño.
"Ya veo", dijo Severus en voz baja mientras extendía el ungüento en el otro pie. Al revisarlo para ver si había
astillas en algún otro lugar de su pierna, no encontró ninguna. "Bueno, al menos el hechizo funciona", admitió, pero
nunca había tenido ninguna duda al respecto. Si había dos cosas en las que era realmente bueno, era en la
elaboración de hechizos y pociones.
"Sí, eso es algo bueno que surgió esta noche, aunque me sorprende que se lo hayas dicho".
Dijo Poppy, Harry estaba profundamente dormido, su rostro una vez más tranquilo en su descanso. Eso fue hasta
que las pesadillas volvieron una vez más, el pobre chico.
"Él tenía que saberlo", dijo Severus sombríamente, "¿Lo escuchaste? Estaba muy aterrorizado de ser enviado de
regreso solo porque usó magia". Severus escupió furiosamente. "¡Se estaba llamando a sí mismo un bicho
raro! Un bicho raro estúpido por el amor de Merlín", se obligó a calmarse antes de despertar a Harry, pero la
poción debería mantenerlo dormido durante unas buenas seis horas en un sueño tranquilo y relajado después de
ese episodio. "No, tenía que decir algo, tal vez ahora algunas de sus pesadillas disminuyan, y no tengo ninguna
duda de que muchas de ellas aparecen con ella de manera destacada".
"Sí, supongo que tienes razón", dijo Poppy con una mirada lejana en su rostro, se sentía muy mal por Harry y por
todo lo que había pasado. "Él te llamó su protector oscuro; no me dejó acercarme a ti ni a él".
Los labios de Severus se torcieron mientras quitaba las astillas de su otra pierna antes de limpiar y envolver
ambos pies en sus calcetines mullidos con soplones congelados que no se movían; cuando descubriera la magia,
les quitaría el hechizo. Hacía más frío en las mazmorras que en cualquier otro lugar, por lo que Poppy y Minerva se
habían excedido con las pantuflas, los calcetines tipo pantufla y los calcetines cálidos y esponjosos. Con
pijamas muy calentitos y cosas así. No le compraron mucha ropa mágica pero las que sí le compraron, la
encantaron para que no se moviera hasta que aprendiera de magia.
A decir verdad, ninguno de los dos esperaba que llegara ese día hasta que Harry estuviera completamente
recuperado. Ahora no iban a tener otra opción, no si querían que Harry siguiera mejorando. Necesitaba empezar
a aprender magia para poder aprender a controlarla.
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Deslizando sus pies dentro del capullo, presionó el edredón hacia abajo para saber que sus pies estarían
calientes dentro de él.
"¿Roz?" Llamó Severus, mientras distraídamente quitaba el cabello del rostro de Harry.
"¿Sí, señor?" Roz susurró desde detrás del sofá.
"La habitación de Harry ha sido destruida en un ataque de magia salvaje, su armario, sus cajones y su ropa están
esparcidos dentro. Necesito que consigas algunos elfos domésticos para que te ayuden a limpiar la habitación. No tienen
por qué saberlo. quién está exactamente allí y, francamente, no quiero que lo hagan.
¿Puedes asegurarte de que la habitación esté ordenada y que se retiren los muebles nuevos? También se necesitará una
cama nueva." Dijo Severus con firmeza. Si hubiera sido solo una ruptura, todo podría haberse preparado incluso si
hubiera sido destrozado por medios muggles, pero con tal ferocidad mágica, nada arreglaría el desorden allí. Ni siquiera
necesitaba probar un hechizo reparador para saber esa información.
"Roz se pondrá a trabajar de inmediato", dijo Roz chasqueando los dedos, lo que provocó que la puerta de la habitación
se cerrara, por lo que los otros elfos domésticos no podían ver fuera de la habitación. Asintiendo con firmeza, no
decepcionaría a la amiga de su amante, y con eso se alejó para buscar a algunos otros que la ayudaran a arreglar la
habitación.
"Ve a dormir un poco, Poppy", insistió Severus.
"No tan rápido, joven", dijo Poppy con severidad, "Déjame ver", sabía que estaba herido.
"¡Estaré bien!" Severus insistió con ligereza.
"¿Y si no es así? Ahora tienes un niño bajo tu cuidado, Severus; necesitas asegurarte de que gozas de plena salud".
Poppy lo regañó sabiendo que usar a Harry lo afectaría más rápido.
"Muy bien", admitió Severus apretando los dientes.
Notas finales del capítulo
Qué pensaste? ¿Veremos a Tom Riddle y Albus Dumbledore trabajando juntos hacia un objetivo común después
de establecer algunas reglas básicas? no derramar sangre mágica ni nada así: Tom no es tan estúpido como
para decir un voto y Dumbledore lo sabrá, por lo que no exigirá uno... hmm o permanecerá ajeno mientras Tom
trabaja en segundo plano para garantizar que se cumplan las principales propiedades de ambos. ¿Llamarán
a Severus eventualmente? ¿Debido a la impaciencia y el deseo de Tom de saber qué estaba pasando? ¿Volvería
siquiera? ¿Es Severus leal a la oscuridad y vacilante debido a todo lo que ha pasado Harry? ¿Habrá oscuridad
o luz cuando terminen de asegurar su mundo? Nunca había visto esto hecho antes, así que quería hacerlo. ¡Solo
espero que lo encuentres al menos un poco realista y tal vez incluso refrescante! ¡No sé qué pensarán de esto,
aunque quiero decir que es diferente de todo lo que he hecho! R&R por favor
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Capítulo 22
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 22
Severus se sentó mirando sin pestañear la chimenea, Poppy había estado fuera durante horas, aunque
sinceramente Severus no tenía idea de la hora, simplemente estaba demasiado preocupado. El conocimiento de
que iba a tener que informar a Harry sobre la magia era extremadamente desalentador y, francamente, un poco
aterrador. No tenían idea de cómo reaccionaría y tenía miedo de causar efectos perjudiciales al frágil
estado mental de Harry. No podía dormir, tratando de pensar en formas de suavizar el golpe, Merlín podía rechazar
su magia y sabía que eso no terminaría bien. Sabía lo que le había sucedido a Ariana a través de Dumbledore y lo
malo que había sido, y cuánta culpa aún sentía Albus por eso incluso ahora, sumado a la presión de Harry, no era
de extrañar que no fuera su yo optimista normal.
Harry era mucho más poderoso que Ariana Dumbledore; las consecuencias podrían ser peores.
No le importaba que la amenaza probablemente fuera a su propia vida debido al hecho de que él era y seguiría
siendo el guardián principal de Harry. No tenía intención de dejarlo, incluso cuando las cosas se pusieron mal. Si le
costaba la vida, que así fuera, había jurado protegerlo y lo haría hasta su último aliento. Simplemente le rezó
a Merlín para que Harry pudiera aceptar su magia aunque fuera un poquito.
Con suerte, eso sería suficiente para evitar cualquier manifestación catastrófica de efusión mágica.
"¿El Maestro desea que se encienda el fuego nuevamente?" preguntó un elfo doméstico que apareció
silenciosamente haciéndose visible, mirando al humano con cautela. Normalmente hacían su trabajo sin ser
observados, y no era frecuente encontrar a los profesores ni a nadie realmente despierto a esta hora de la noche.
Las brasas moribundas intentaron valientemente permanecer encendidas, pero no quedó nada más que
cenizas, y pronto las brasas se extinguirían.
"Sí, por favor", susurró Severus con cansancio, apenas dándole una mirada al elfo doméstico antes de mirar
pensativamente al aire. Pellizcándose el puente de la nariz, suspiró suavemente, no podía dormir, simplemente
estaba demasiado apretado y no quería tomar el somnífero Dreamless Sleeping, lo dejaría vulnerable, eso y no se
despertaría cuando Harry lo hizo incluso con un hechizo de alerta sobre él.
El elfo doméstico colocó eficientemente tres leños nuevos en la chimenea; un chasquido de sus dedos hizo que
un pequeño hilo de fuego se extendiera por los troncos, consumiéndolos lenta pero seguramente en alegres
llamas. Una vez que terminó, se alejó, no quería perturbar la paz de su Maestro y podría volver en otro momento
para limpiar. Aunque nunca se les permitía entrar a estas habitaciones durante el día, y tenían que permanecer
invisibles si lo hacían hasta que supieran que estaba despejado.
También se les prohibió entrar al dormitorio de invitados.
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Había devuelto a Harry al dormitorio reparado hacía horas, para poder sentarse aquí por un rato. La habitación
había vuelto a la normalidad, se barrieron todos los escombros, se instalaron una cama y muebles nuevos y se
limpió y reemplazó su ropa, así como sus juguetes. Juguetes con los que jugaría un niño de cinco años,
aunque ese pensamiento había dejado de molestarlo tanto, eso no quería decir que estuviera bien verlos, sólo que
eran menos intimidantes.
"¡Tempus!" Severus cantó en voz baja, agitando su mano en una demostración de magia sin varita. La hora
apareció sobre él brillando en números rojos, las cinco de la mañana, levantándose, sacó su varita y lanzó un
'Aguamenti' a las llamas que los adormecían con un silbido, asegurándose de que el fuego fuera realmente
apagado antes de que él Caminó hacia su habitación, tuvo que intentar dormir un poco, incluso si sospechaba
que sería un ejercicio inútil: algo era mejor que nada.
Abriendo la puerta, entró y se deslizó directamente en su cama, un suspiro de alivio salió de su boca, cerrando
los ojos comenzó su técnica de meditación y eso fue lo último que recordó hasta que lo despertó el hechizo
que lo alertaba sobre el estado consciente de Harry. .
Abrió los ojos de mala gana, sintiendo como si se le fueran a salir de la cabeza en cualquier momento. Todo su
cuerpo protestó por sus movimientos. No quería moverse y mucho menos levantarse, sentía como si literalmente
hubiera cerrado los ojos, pero sabía que eso no era posible.
Estirándose tratando de despertarse, caminó hacia su baño privado e hizo sus abluciones matutinas antes
de vestirse sintiéndose un poco más normal, pero solo para asegurarse de poder pasar el día, tomó una poción
de pimienta del gabinete y se la bebió.
Hoy ninguno de los dos iba a olvidar que había apostado.
Sólo tenía que encontrar una buena manera y un buen momento para decírselo.
Al abrir la puerta de la habitación de Harry, notó que debió haber rodado de costado en algún momento durante
la noche, su movilidad definitivamente estaba improvisando. Hace unas semanas eso ciertamente no
habría sucedido, dio una pequeña sonrisa solo de pensar en los pasos agigantados que Harry había superado.
Quizás esto sólo iba a ser otro obstáculo en el camino para alcanzar el máximo potencial de Harry, cualquiera
que fuera.
"Buenos días, pequeño", dijo Severus en voz baja, mientras entraba, ignorando el miedo evidente escrito en
el rostro de Harry. Obviamente recordó ayer y evidentemente estaba aterrorizado.
"¿Estás listo para levantarte?" como siempre últimamente, esperando a que Harry hiciera el primer movimiento con la
mano extendida.
Harry no sabía qué pensar, una gran parte de él sospechaba que era un truco, estaba acostumbrado a eso, tanto
de su tío como del médico. Una pequeña parte que no había sido aplastada por el mundo y el mal que lo
rodeaba, quería que fuera tan real que lo abarcara por completo. Colocó su mano confiadamente en sus protectores
oscuros y sacó las piernas de la cama, hasta ponerse de pie. Al principio temblaba, pero rápidamente se
acostumbró a sostener su propio peso.
Fue mucho más fácil en la piscina; casi deseaba estar allí en lugar de esto. Lo agotaba mucho, pero quería
poder caminar correctamente, moverse, tocar cosas que había visto por aquí y que despertaban su curiosidad.
Especialmente la pequeña cosa que había dado vueltas varias veces en la estantería. Más importante aún,
quería ver ese orgullo y que le dijeran que era bueno, nunca antes había tenido eso y se sentía increíble.
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"Tómate tu tiempo", dijo Severus manteniendo su agarre firme mientras las manos de Harry temblaban. Se estaba volviendo
cada vez menos violento, más bien una lenta sacudida entre las pociones y el arduo trabajo de Harry que estaba logrando
lograr. Ya no siguió a Harry al baño, había asideros en las paredes para agarrarse, tanto a lo largo del inodoro como de la
ducha. Severus tenía que ayudar a Harry a ser lo más independiente posible, pero todavía había algunas cosas que
tenía que hacer por él, pero con el tiempo podría hacerlo él mismo.
Presionando las manos de Harry contra la barandilla, asegurándose de que estuviera seguro antes de sentarse en la silla
fuera de la habitación que él mismo había colocado allí en caso de que algo sucediera. Había sucedido los primeros intentos,
pero ya no, ahora era más fuerte. Aunque cuando la escuela comenzara las cosas iban a estar tensas, la rutina de Harry iba
a verse interrumpida. Sólo tendría que asegurarse de disminuirlo lo mejor que pudiera.
Si tan solo no estuviera enseñando, pensó irritado, odiaba enseñar a los estudiantes, siempre lo había hecho. Sin
embargo, lo hizo por Albus ya que se lo habían pedido, además lo mantuvo a salvo, tan seguro como podía estar en
cualquier caso. Aún así tenía tantas ambiciones que quería cumplir y no podía hacerlo estando enseñando a los estudiantes
todo el año.
Desafortunadamente, él más que nadie sabía que lo que uno quería en la vida no era exactamente lo que obtenía en la vida.
Levantándose, sacó la ropa de Harry para el día de su armario y cajones nuevos, asegurándose de que no quedaran astillas.
Estaba satisfecho de que no los hubiera, y los puso sobre la cama, se sentía más encasillado que nunca, seguía sintiendo
un deseo cada vez mayor de salir de Hogwarts, de Gran Bretaña y simplemente abandonar todos sus deberes y
llevarse a Harry con él. sólo por un corto período de tiempo, cualquier cantidad de tiempo. Estaba cansado, muy cansado y
nada estaba cambiando y tampoco era de los que estaban dispuestos a cambiar, así que estaba muy confundido, irritado y
realmente molesto y cuando se trataba de él, esas emociones no eran exactamente buenas para tener una a la vez. no
importa del todo. Probablemente fue el estrés de saber que Hogwarts estaba a punto de comenzar de nuevo y que las
cosas estaban a punto de volverse más complicadas.
Le tomó cuarenta y cinco minutos a Harry salir, le gustaba el agua por alguna razón, pasaría horas si tuviera la oportunidad
simplemente relajándose en ella. Simplemente tuvo suerte de que Harry eligiera salir, la primera vez que tuvo que ir por él por
preocupación.
"Quédate", dijo Harry en voz baja, extendiendo su mano temblorosamente para demostrar sus palabras como estaba
acostumbrado a ver hacer a su Protector Oscuro.
Severus se detuvo a medio paso, dándole a Harry una mirada pensativa antes de asentir. "Quédate ahí, por favor". le
informó, dándole una pequeña sonrisa tranquilizadora que le hizo saber a Harry que no estaba enojado con él. Harry apenas
hablaba más que unas pocas palabras cada vez, pero no estaba dispuesto a dejar que continuara de esa manera. Era mejor
empezar inmediatamente que esperar hasta que hubiera adquirido malos hábitos. Y en lo que parecía ser el primer pequeño
ataque de rebelión de Harry (al no corregir su declaración como solía hacerlo) comenzó a caminar solo, sin ayuda por
primera vez en lo que probablemente fueron catorce años.
"Bien hecho", dijo Severus con orgullo, ni siquiera se sintió disuadido por el hecho de que Harry casi se había caído sobre la
cama con extrema fatiga. Estaba caminando solo, Harry se sentía decidido, eso sería de gran ayuda para mejorarlo
por completo.
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Moviéndose, vistió a Harry para el día, parecía como si la hidroterapia estuviera ayudando más de lo que había anticipado.
Bueno, parecía que las cosas estaban a punto de ponerse interesantes o muy malas. "Ven, vayamos a la sala y
tomemos el desayuno y tu medicina. No, Harry, déjame ayudarte, no puedes esforzarte demasiado o terminarás exhausto y
volverás al punto de partida y demasiado dolorido para levantarte de la cama. " amplió su explicación para que
Harry entendiera de qué estaba hablando. Además, cuanto más rápido le trajera el desayuno a Harry y tomara sus pociones,
más rápido podría decirle todo, la ansiedad y la espera estaban retrasando lo inevitable y si continuaba
retrasándolo sabía que tarde o temprano comenzaría a poner excusas de por qué esperar antes de decir algo.
"Está bien", dijo Harry estando de acuerdo, como siempre confiando completamente en Severus.
Juntos ambos salieron de su dormitorio, sin mucha dificultad debido a que estaban acostumbrados a la rutina. Al
acomodarse en el sofá, pudo oler el desayuno que sin duda Roz les había traído. Ella era la única elfa doméstica que
le servía durante el día y ayudaba con Harry. Ella era la única que lo sabía, estaba ligada a Poppy, no a Hogwarts, y
probablemente era lo más seguro que podían hacer para que nadie se enterara de que Harry estaba allí.
Lo encontró en la cocina; ya debía haber estado ayudando a Harry a llegar a la sala cuando ella apareció con él en ese
momento. Agarrando la bandeja, se acercó a Harry y lo encontró mirando fascinado los instrumentos en su estantería.
Severus dejó ambos tazones en la silla junto a él, antes de sentarse con el suyo. Harry tenía panqueques y gofres en un
tazón y huevos revueltos y salchichas en otro.
"Albus, ¿qué está pasando? ¿Qué estás haciendo?" Doge le suplicó a su viejo amigo, sentado en su oficina temprano
en la mañana. Estaba tan confundido, todo lo que Albus había predicado… ¿seguramente su amigo tenía que estar
poseído? Sin embargo, nadie en el departamento de Aurores lo tomaría en serio, todos sabían que Albus era un feroz
Legilimens y Oclumens. Él tampoco lo creía mucho si era honesto, solo sabía que algo había cambiado y había
cambiado drásticamente en su viejo amigo.
"¿Qué quieres decir?" Albus preguntó siendo deliberadamente evasivo.
"¡Albus! Por favor", suplicó Doge lastimosamente. Mirando con desesperación sus ojos azules sin brillo.
"Elphias, estoy bien", dijo Albus con dulzura. Sintiendo simpatía por su amigo, pero no la suficiente como para decirle lo
que estaba pasando. No podía confiar en nadie cuando se trataba de Harry; simplemente no podía, al igual que no
le había contado a nadie sobre Ariana. Juntó sus manos sobre su escritorio, deseando que Elphias no hubiera venido,
pero lo había estado esperando desde hacía un tiempo debido a los cambios que deseaba hacer dentro del mundo mágico
a través de su papel como Jefe de Brujos del Wizengamot. .
"¡¿Cómo puedes decir eso?!" Doge gritó, exasperado antes de tartamudear. "¡Tú... tú... tú... el... Wizengamot, lo que estás
haciendo va en contra de TODO lo que alguna vez has creído!"
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"Así es; va en contra de todo lo que creía, pero ya no". Albus respondió: "Las cosas han cambiado, Elphias, y han
cambiado mucho".
Doge se dejó caer contra su silla, "¿Por qué?" susurró desconcertado. "Por favor... Albus, solo explica por
qué", sacudiendo la cabeza, con el cabello blanco desordenado, no había hecho nada más que ponerse ropa y
llegar hasta aquí para obtener respuestas, incapaz de soportarlo más.
"Digamos que he aprendido la lección", le dijo Albus, con una mirada triste en su rostro envejecido y marchito.
"No espero que lo entiendas, Elphias y no puedo contarte todo, sólo sé que estoy haciendo lo que creo que es
mejor para nosotros". y su supervivencia, le quemaba que Tom había tenido razón todo el tiempo, pero sus
métodos definitivamente habían estado equivocados. Eso no se puede negar, pero eso no fue ni aquí ni allá
desde que Harry lo derrotó hace casi catorce años.
"Puedes confiar en mí, Albus, sabes que puedes, yo... he sido tu mejor amigo desde que estábamos en Hogwarts...
¿qué puede ser tan malo que no puedas decirme? ¿Tiene algo que ver con detener el ¿Buscar a Harry
Potter y disolver la Orden nuevamente? Dux preguntó.
"No, la búsqueda de Harry continúa, solo unos pocos elegidos lo buscan, no tenemos muchas esperanzas de
que lo encuentren". Albus respondió en su habitual tono tranquilizador, sin pausa ni atisbo de culpa.
"Ya veo", dijo Doge, digiriendo esa nueva información. Sabía que Albus no diría lo que estaba mal hasta que
estuviera listo. No podía dejarse sentir culpable o manipulado para que compartiera sus pensamientos, siempre
había sido así, y sólo deseaba que Albus confiara en él.
Quizás debería hablar con San Mungo, ver si pueden ayudarlo.
"No me voy a volver senil, Elphias", dijo Albus con un pequeño brillo en los ojos al captar los planes de su amigo.
"Acabo de ser iluminado."
"Simplemente no entiendo", dijo Doge de nuevo, suspirando malhumorado.
"Lo sé", respondió Albus con tristeza. "Todo estará bien, lo prometo. Ya verás".
"¿Alguna vez me lo dirás?" Doge preguntó más.
"Con el tiempo", respondió Albus, "Todo tendrá sentido".
"Ya veo", respondió Doge, "Muy bien, veo que no recibiré una respuesta hoy, me iré".
"Ten fe, viejo amigo", le dijo Albus levantándose por cortesía, con una sonrisa tensa en su rostro.
"Siempre tengo fe en ti Albus; siempre la tendré, sin importar a dónde me lleve". Doge le informó antes de dirigirse
directamente a la red Flu y se fue sin decir una palabra más.
"Lo siento, mi viejo amigo", susurró Albus a la habitación ahora vacía mientras recuperaba su asiento, sabía
que todos estaban tambaleándose por su cambio de opinión. Nadie entendía que no sabía si alguna vez se lo
diría a alguien, pero si Harry no envejecía mentalmente de la forma en que oraban… entonces lo descubrirían
tarde o temprano.
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Albus se sobresaltó cuando sintió magia recorriendo la escuela, magia que no había sentido antes
y con solo los maestros que sabía, solo podía ser una persona.
Harry.
Albus palideció drásticamente, tragándose el nudo en su garganta, mirando la chimenea sin poder
moverse. ¿Y si la historia se repitiera? ¿Nunca podría hacer nada bien? ¿Por qué siempre se
arrepentía demasiado tarde? ¿Actuar demasiado tarde? Severus no podía morir, era como un hijo
para él, y haría lo que fuera necesario para asegurarse de que los dos chicos a los que les
había fallado sobrevivieran, si era posible.
Entrando en acción, entró en la red y se dirigió por red flu a las habitaciones de Severus.
Notas finales del capítulo
¿Te gustaría ver la conversación entre Harry y Severus sobre la magia o simplemente
escuchar cómo Severus se lo cuenta a Albus? ¡FELIZ NAVIDAD CHICOS! Lo siento, no he
estado escribiendo mucho, pero la familia está aquí para Navidad y no he tenido mucha
oportunidad de escribir mucho, pero pronto volveré a la rutina :) hasta entonces, gracias
por aguantar. ¡conmigo! No diré feliz año nuevo ya que probablemente escribiré un
capítulo antes :) cuídense chicos R&R
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Capítulo 23
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 23
Volver a Severus y Harry
Severus no creía haber estado tan preocupado en su vida, y eso era mucho decir ya que había besado el
dobladillo de la túnica del Señor Oscuro más veces de lo que podía recordar. Tenía el estómago hecho
un nudo retorcido y se sentía enfermo de los nervios. Su mente seguía pensando en todas las cosas que
podrían salir mal, la hermana de Albus había matado accidentalmente a su propia madre por el bien de
Merlín, así que tenía una gran razón para estar nervioso ahora mismo considerando todo lo que
estaba a punto de revelarle a un chico poderoso que estaba mentalmente... un niño pequeño en muchos
sentidos. Un niño lleno de cicatrices y con muchos problemas.
Se tragó el nudo que tenía en la garganta mientras esos grandes ojos verdes e inquisitivos lo miraban con confianza.
Se obligó a relajarse, lo que por cierto es más difícil de lo que nadie podría imaginar, especialmente en este
momento para él. Lo había estado repasando una y otra vez en su mente ahora que había llegado el momento en
que encontró su boca seca, los latidos de su corazón se dispararon y abrió la boca y no salió nada mientras
simplemente movía sus labios sin decir palabra, incapaz de exprimir las palabras. .
Ver la preocupación y el miedo comenzando a aparecer en el rostro de Harry lo impulsó a comenzar. No había
necesidad de empeorar las cosas de lo que ya estaban. "Conocí a tu madre desde una edad temprana, más joven
que tú ahora", explicó Severus, antes de poner algunas fotografías en el regazo de Harry, no se movieron ­ y no
había ningún hechizo que lo impidiera, habían sido tomadas con un muggle. cámara, la señora Evans había
recibido una nueva de su marido y apenas la había dejado durante medio año. Ella le había dado algunas de las
fotos, que él siempre había mantenido escondidas en sus libros, lejos de su padre; no habían visto la luz durante
años, pero este era el momento perfecto para mostrárselas a Harry. . "Esta es tu mamá", señaló. No tenía ninguna
foto de James Potter para dársela a Harry. Las fotografías de su padre las necesitaría de Black o Lupin.
Era una foto de él y Lily en el parque, ni siquiera se habían dado cuenta de su presencia.
Pasó un año antes de que asistieran a Hogwarts, todavía hacía frío, recordaba ese día ­ estaba firmemente grabado
en su memoria ­ como lo estaban todos los recuerdos de Lily. "La conocí cuando tenía ocho años y enseguida
supe que era especial, igual que yo, igual que tu padre también".
Severus le dijo a Harry su voz como siempre cuando trataba con él, tranquilizadora y tranquila.
"La gente especial de este maestro del castillo," le informó Severus, incapaz de medir la reacción de Harry,
estaba mirando la foto sin mirarlo a los ojos, y con suerte estaba escuchando.
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aunque. "Se aseguran de que pueden manejar cualquier cosa, les enseñan cómo usar sus dones
correctamente". Sabía que simplemente estaba prolongando esto, pero honestamente no podía evitarlo.
¿Especial? No era especial, era un bicho raro, lastimaba a la gente, lastimaba a Severus y aún así lo
conservaba a pesar de ello. ¿Por qué su Protector Oscuro lo había retenido cuando lo sabía? ¿Por qué no lo
estaba despidiendo ni lastimándolo? Él no se entendía a sí mismo; Había sucedido dos veces en el
pasado, lo recordaba todo, nunca tuvo un respiro de los recuerdos que lo atormentaron toda la noche, todas
las noches. Por supuesto, Harry no se dio cuenta de que "especial" significaba poderes mágicos, ya que
Harry no veía su magia como algo bueno, la veía como algo malo, aterrador y causaba un dolor
inimaginable. Quedaba por ver si se le podría enseñar lo contrario o si se negaría a usarlo a pesar de
todo….
Severus agarró una almohada del sofá y sacó su varita por primera vez en presencia de Harry mientras
estaba consciente. Murmurando latín en voz baja, su varita apuntando a la almohada, una chispa azul salió
disparada de su varita y entró en ella, y tan rápido como la almohada había estado quieta, se animó,
transfigurada en un gatito. Era la primera vez que usaba ese hechizo en particular, realmente no le importaba
mucho la Transformación, ni los animales, y aquellos con los que trataba probaban sus pociones, o ya
estaban muertos.
"Tenemos magia, es nuestro regalo, quiénes y qué somos, nada puede cambiar eso", le informó
Severus, colocando al gatito en el regazo de Harry, maulló en el momento exacto en que Harry una vez más
perdió el control de su magia, provocando que salir disparado de él y rodear la habitación con su intensidad.
Severus permaneció firmemente plantado a su lado, hipnotizado, no estaba herido, no estaba seguro de por
qué, pero sospechaba que Harry estaba empezando a ganar control de su magia, al menos en el sentido de
que no quería lastimarlo. a pesar de que estaba hablando de algo que obviamente lo asustaba muchísimo.
Sin embargo, se preguntó cuánto había asimilado.
"Tranquilo, Harry, cálmate", le dijo Severus con dulzura, sin rastro de preocupación en su voz, la última
vez que lo arrojaron al otro lado de la habitación y la habitación de Harry había sido destruida, no le
gustaba tener que reemplazarla. todo lo que había en su sala de estar, que incluía libros raros, tal vez
debería guardarlos hasta que Harry aprendiera a controlarlos. "Puedes hacerlo, sé que puedes", añadió,
agarrando las manos de Harry entre las suyas.
"¡No!" Harry protestó tratando de retirar su mano, el terror escrito en cada estructura de su cuerpo.
No quería lastimarlo, no podía… lo destruiría por completo si lo hiciera, lo sabía.
Amaba a Severus, no es que entendiera la emoción y mucho menos lo que significaba el amor.
"Harry, mírame", habló Severus con firmeza, sólo cuando esos ojos verdes se encontraron con los
suyos, habiendo entendido continuó, "No tengas miedo de tu magia, lo que te pasó estuvo mal, horrible,
pero no tuvo nada que ver". contigo o tu magia, pero lo que ella estaba haciendo. Nuestra sangre es diferente
a la de la gente normal, la gente normal no está equipada para manejarla". Una imagen del vagabundo
explotando apareció en sus ojos, no tenía dudas de que era mucho peor para Harry, quien probablemente
recordaba mucho más que solo uno. "Nada absolutamente NADA de lo que viste fue tu culpa, créeme,
esas personas que fueron lastimadas fueron lastimadas por ella."
Severus sintió la red Flu encenderse, advirtiéndole de que alguien se acercaba a su habitación.
Afortunadamente, la mirada de Harry no había abandonado su rostro ni una sola vez, por lo que no se dio cuenta del fuego que ardía unos pocos minutos.
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Segundos después, la cara de Albus cuando salió lo dejó realmente desconcertado, miró hacia abajo
aterrorizado.
Cuando los vio a ambos tan pronto como entró en las habitaciones de Severus, la ceniza desapareció
automáticamente con un poco de magia sin varita, el alivio fluyó a través de él. Definitivamente había sido la
magia de Harry, podía sentirlo, incluso ahora su control sobre su propia magia era débil pero allí, más control
del que Ariana alguna vez tuvo, estas eran buenas, muy buenas noticias. Significaba que por fin había esperanza
de que Harry no fuera como ella, que no viera los horribles ataques cuando su magia lo desgarraba tal
como lo había hecho con su hermana.
"Ahí vamos, te dije que podías hacerlo", dijo Severus con orgullo, relajándose ligeramente, el rostro de Harry se
iluminó con una dulce sonrisa insegura, como si supiera que había hecho algo bueno... pero incapaz de concebir
lo que eso era. "bueno" fue. Sin embargo, estaba tan sediento de aprobación que la aceptaría en cualquier forma
que apareciera.
"Hola, Albus, ¿cómo estás esta mañana?" Preguntó Severus, atrayendo la atención de Harry ahora que
no estaba cerca del fuego. Eso y hablar con él para que Harry pudiera aprender a hablar con la gente algún día,
con suerte tendría largas conversaciones con otros.
"Buenos días, Severus, estoy bien, ¿está todo bien?" preguntó con cautela, no estaba seguro de lo que había
pasado. Podía ver un gatito en el regazo de Harry y una foto agarrada en su mano, era una foto muggle que
observó y, a juzgar por el cabello rojo, sabía que era Lily, debería haberlo pensado antes; definitivamente lo
pondría. en la agenda.
"Estoy tratando de mostrarle a Harry que la magia no es mala", le informó Severus, causando que Harry
jadeara en shock, sus ojos se agrandaron muchísimo. Severus miró esos grandes ojos verdes
preguntándose qué pasaba; podía leer fácilmente sus pensamientos superficiales. Preocupación y miedo, no
querer que le sucediera lo mismo por lo que Harry pasó, y era bueno, significaba que Harry confiaba en él.
"No, la magia no es mala, Harry, es lo que la gente elige hacer con ella", le informó Albus al adolescente,
tomando asiento y decidiendo quedarse para la conversación. Si podía ayudar a un niño a aceptar la magia,
después de todo lo que habían pasado, entonces bien. Su madre, su hermano y él mismo habían fracasado con
Ariana y se negó a permitir que esto ocurriera por segunda vez. "No todas las personas son buenas, al igual que
no todas las personas son malas. Severus no es malo, ¿verdad?"
Harry inmediatamente y con vehemencia sacudió la cabeza, no, su Protector Oscuro no era malo.
Sin que todos lo supieran, esa opinión, sin importar lo que se dijera, nunca cambiaría. Porque Severus había
ayudado a Harry cuando nadie más lo había hecho, y ese vínculo era eterno.
Severus, por otro lado, le lanzó a Albus una mirada graciosa; esa afirmación debería ser objeto de debate. No era
exactamente una buena persona, no importaba lo que Harry pensara, la mayoría de la gente estaría de acuerdo
en que era "malvado", ya que las ovejas no podían pensar por sí mismas y creían que cualquiera que no fuera
amable era malvado. A decir verdad, había estado en el extremo opuesto del bien por un tiempo antes de llegar a
Albus cuando la vida de Lily había sido amenazada. Si hubiera sido alguien más que ella, sabía en el fondo
que habría permanecido en el lado oscuro, era horrible y espantoso reconocerlo, pero se había sentido tan
atraído que no pudo ver la destrucción que causó. en el mundo. Si bien definitivamente creía que el mundo
mágico estaba evitando demasiada magia, magia oscura, y no debería ser así, no era excusa para que el
Señor Oscuro hubiera
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Mató a tantos para demostrar el punto. Todo lo que estaban haciendo era destruir la magia, ¿de qué servía el
conocimiento oscuro (para muchas personas las creencias no eran las suyas) o no cuando todos se habían ido?
Luego sintió como si el mundo hubiera sido destruido cuando Lily murió, su mundo entero.
También estaba el factor más importante; no creía que los muggles debieran ser conscientes del mundo
mágico, punto. Su propio padre fue un excelente ejemplo de ello. Si bien la mayoría no merecía morir,
muchos de ellos sí lo hicieron, y con todo el dolor humanamente posible. Pensó con saña mientras una
imagen de esa despreciable mujer retorciéndose en el suelo frente a él pasaba por sus ojos. Deseó haberla
hecho sufrir más; Especialmente sé que en realidad se preocupaba mucho por Harry y no solo por Lily.
"¿Te gustaría conseguir una varita y aprender a hacer magia?" Severus, poniendo fin rápidamente a toda
la perorata buena y mala que estaba circulando. No quería pensar en ello y mucho menos discutirlo en
absoluto.
Harry una vez más sacudió la cabeza con vehemencia, en algún nivel podría creerle a su protector
Oscuro, pero él mismo no quería magia. Si no hubiera tenido magia, habría sido bienvenido por sus tíos,
lo habían odiado por su magia, tal como la mujer lo había tomado por ella. Para él, incluso ahora la magia
había sido la causa de todos sus problemas, pero con el tiempo podría comprender que fue lo que también lo
había salvado. Todo era blanco y negro para Harry, pero aún le quedaba mucho por crecer. Tanto física
como mentalmente.
"Está bien", dijo Severus en voz baja, obviamente era demasiado pronto para eso, Merlín, esto había ido mucho
mejor de lo que esperaba. Todavía tenían mucho que superar, pero estaba decidido a tiempo a que Harry
aceptara su magia, y cuando Severus decidió hacer algo, hizo un esfuerzo adicional para asegurar su éxito.
"Todos aquí tenemos magia, todos somos iguales y nada te hará daño jamás".
Harry no tenía nada que decir al respecto, simplemente continuó acariciando al gatito en su regazo. No
quería escuchar más ni hablar de ello, si es que se podía considerar hablar.
Severus sintiendo esto decidió cambiar de tema antes de que llegara a mayores y Harry hiciera más
magia accidental. "Harry caminó solo antes, ¿no, Harry?" ¿Y qué mejor manera de hacerlo que darle los elogios
que tanto necesitaba y deseaba?
Harry levantó la vista, asintiendo con la cabeza y una pequeña sonrisa en sus labios, la
conversación anterior olvidada mientras la euforia y la felicidad lo desgarraban. Severus estaba orgulloso
de poder oírlo, y era el mejor sentimiento del mundo. Mejor que cuando comía pudín como una mini tarta de
fresa una vez a la semana. Su Protector Oscuro dijo que no podía consumir demasiada azúcar o se
enfermaría. No quería enfermarse, no quería que su barriga gruñera y estuviera vacía como antes todo
el tiempo, así que haría lo que le dijeran.
"Bueno, creo que eso merece un regalo, ¿no?" Dijo Albus, sus ojos comenzando a brillar, las cosas
definitivamente estaban mejorando. Estaba caminando solo, aunque por un corto tiempo, sabía sobre
magia y no parecía importarle (lo cual era sorprendente en realidad), estaba ganando espera, pequeñas
cantidades de atención, estaba entendiendo lo que estaba pasando. Era más de lo que había esperado durante
los primeros días que hablaron sobre Harry y cómo podría recuperarse. Severus puso los ojos en blanco
mientras sacaba algunos dulces más de suero de leche que tenía a mano para regalar.
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Harry. Entregándoselos, se levantó y se dirigió a la cocina, sin decir una palabra que deseara hablar con
Severus.
"Veo cómo terminó, pero ¿cómo empezó?" Albus preguntó en voz baja, mientras Severus caminaba a su lado.
"¿Cómo crees? Tan pronto como mencioné la magia, se salió de control, pero como puedes ver y sentir, tiene un
control infinitamente trémulo sobre ella. Con el tiempo podría fortalecerse o, peor aún, romperse por
completo. Es por eso que deberíamos Probablemente nos aseguremos de que no vea accidentalmente
algo dañino en lo que respecta al lanzamiento de magia. Nosotros también deberíamos mantener la magia al mínimo,
pero lentamente acostumbrarlo a estar cerca de ella. Dijo Severus, suspirando suavemente mientras se pellizcaba
el puente de la nariz con ansiedad.
"Estas son buenas noticias, Severus", le dijo Albus seriamente. "Ese control está ahí, lo que significa que hay más
esperanza de la que jamás había considerado".
Severus miró al director; Era fácil olvidar que Albus tenía experiencia en este tipo de cosas. "Espero que tengas
razón, Albus." Severus aceptó. Mirando a Harry para verlo comiendo los dulces que Albus le dio, arrullando al
gatito, tal vez no debería haber transfigurado la maldita cosa, tarde o temprano volvería a ser una
almohada y Harry podría estar apegado a ella.
"Sí, yo también", admitió Albus, últimamente sentía que cada decisión que tomó a lo largo de su vida estaba
equivocada. "¿Quieres dormir un poco? Estoy libre hasta esta tarde y luego asistiré a otra reunión de Wizengamot".
"¿Otro? Albus, ¿qué estás haciendo?" Severus preguntó con sospecha.
"Corrigiendo todos los errores que le he hecho a nuestra sociedad", reveló Albus honestamente.
"¿Lo que significa?" Severus preguntó con engañosa suavidad.
"Que estaba equivocado, a pesar de los medios que tomó Tom, él también estaba equivocado, pero puede que
tuviera razón", suspiró Albus con tristeza. Su brillo se fue, dolía admitir todo esto, se estaba volviendo
sensiblero con la vejez. Quizás revelarle su mayor secreto a Severus de alguna manera había roto las
barreras restantes y hecho que las cosas fueran diferentes entre ellos.
Quizás Albus por fin tenía un confidente.
Severus se rió entre dientes con sardónica diversión, "Si hubiera estado vivo para oírte decir eso, Albus, lo habría
llevado al límite y le habría causado un derrame cerebral o un ataque cardíaco".
Albus no pudo evitar darle a Severus una sonrisa medio divertida y su brillo volvió un poco.
Mientras tanto, las barreras en el escondite de Tom Riddle se activaron, indicando que tenía visitantes, y por una
vez no estaba molesto por ese hecho en particular: quería información y esperaba que Lucius se la trajera,
de lo contrario no quedaría impresionado. Le había dado a su fiel seguidor el tiempo suficiente para adquirir la
información.
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Notas finales del capítulo
Sé que el capítulo probablemente apesta, su escritura es realmente extraña en este momento... especialmente
el personaje de Severus, es por eso que actualicé Lord Of Time en lugar de esto cuando iba a hacerlo... Espero que
deje de ser tan extraño ya que hay tantos. historias con él como personaje principal... bueno, de todos modos,
¿qué pensaste? En el próximo capítulo volveremos a Voldemort. Creo que descubrirá sobre Harry e interactuará con
él sin que los demás lo sepan. ¿Anulará en esencia la profecía al negarse a tocar a Harry? ¿O intentará
terminar la profecía y hacer que Severus se vuelva protector? R&R
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Capítulo 24
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 24
Mansión del Señor Oscuro
El Señor Oscuro salió de su oficina y se dirigió a la sala de reuniones normal, era mucho más intimidante que su
oficina, más fría también y no había nada que le gustara más que intimidar a todos a su alrededor incluso
cuando tenía once años. Por supuesto, ya no era tan intimidante como solía ser, así que le gustaba toda la ayuda
que podía recibir. A menudo pensaba en verse más como en el pasado, pero no podía evitar admitir que se había
encariñado con esa apariencia: nadie jamás descubriría esa información en particular. Las puertas se abrieron
con un simple movimiento de su magia, y él entró, caminando con determinación hacia su trono, tomó asiento y
una mirada impasible se apoderó de sus rasgos mientras esperaba.
Podía sentir a cuatro personas cruzando el umbral de su mansión, dos llevaban su Marca y dos no. Estaba
asumiendo que Lucius había traído a su hijo a esta reunión como lo había exigido.
Por supuesto, se demostró que tenía razón cuando Lucius Malfoy y Theodore Nott padre entraron seguidos de
cerca por sus hijos, Theodore Nott y Draco Malfoy. Tuvo que dejar de reírse ante la expresión de sus rostros,
incluso si solo era una risa maníaca, quería su atención, no que se orinaran en los pantalones, lo que había
sucedido antes para su total disgusto.
La generación más joven no tenía las características duras que hacían buenos herederos como las de su
generación. Algunos eran igual de poderosos e inteligentes, pero esa era una colección muy pequeña,
era desalentadora por decir lo menos. Era por eso que estaba liberando a sus seguidores de Azkaban, la mayoría
de ellos eran inteligentes y poderosos, algunos estaban locos y tenía la intención de lidiar con eso, si no se podía
hacer nada médicamente, por así decirlo. Después de todo, le habían jurado lealtad, y lo menos que podía hacer
era concederles su libertad, restringida a la base como fuera, era mejor que la alternativa.
"Lucius, Nott", afirmó Tom, mirándolos con ojos penetrantes, no podía leer la mente de sus seguidores, ¿pero
sus hijos? Podía escuchar sus pensamientos aterrorizados sin siquiera necesitar mirarlos a los ojos. No es que
hayan hecho ningún intento de hacerlo, actualmente tenían sus cabezas inclinadas mirando fijamente al suelo.
"Mi Señor", dijo Lucius inclinándose rápidamente ante él, llevando a su hijo a una reverencia con él, antes de volver
a levantarse, agarrando con fuerza el hombro de su hijo.
Nott y su hijo hicieron exactamente lo mismo, antes de quedarse esperando que su Señor hablara.
La diferencia entre ambos hombres que tenían hijos de la misma edad era asombrosa, Nott era un viejo amigo,
había estado con él desde el principio y la edad empezaba a pasar factura. Él tuvo
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Fue el último de sus seguidores en tener un heredero, y mientras todos los demás seguidores de su edad
tenían nietos, él solo tenía a su hijo.
"Habla", exigió Tom, su mirada nunca abandonó el rostro de Lucius, dejando claro de quién quería
escuchar.
"He estado en contacto con todos mis contactos, ninguno de ellos sabe por qué se ha producido este
cambio, incluso me puse en contacto con Marcus, que es cercano a Doge, aprovechando su preocupación
por su amigo, pero no salió nada. Lo que sea es decir, lo está pagando muy cerca de su pecho." Lucius admitió
que sus ojos brillaban oscuramente, odiaba fallar en cualquier cosa, especialmente en las órdenes de su
Señor.
"Lo sospechaba", respondió Tom con un tono oscuro y lleno de decepción.
Dumbledore siempre había jugado con discreción, confiando solo en unos pocos cercanos a él e incluso
entonces obtenían lo suficiente para saciar su curiosidad o si la información era pertinente para ellos. No se
sabía mucho sobre Dumbledore, incluso él había tratado de desenterrar todo lo que pudo, pero aparte de
direcciones y cosas así, no se pudo encontrar mucho. Nada que valiera la pena mencionar al menos y se
había remontado a los años posteriores a que Dumbledore recién se graduara.
"Estuve en contacto con Mundungus Fletcher, le compré unas copas y confesó ser miembro de la Orden de
Dumbledore cuando le pregunté sobre Dumbledore, aunque se calló, incluso después de otra ronda",
admitió Nott, "insinuó que la Orden "Los habían reconstruido nuevamente y los habían enviado a una misión
por un tiempo antes de que se les ordenara detenerse".
Tom se enderezó, entrecerrando los ojos en contemplación, ahora ¿por qué diablos Dumbledore
reiniciaría la Orden del Fénix? "¿Alguna mención de nosotros? ¿Algo en absoluto?" el demando.
"Nada, traté de saber cuáles eran sus órdenes pero no tuve suerte", suspiró Nott, al ser mayor, la gente tendía
a subestimarlo.
"Continúa con él hasta que te ganes su confianza", afirmó Tom bruscamente, "pero ten mucho cuidado,
no quiero que se sepa que he vuelto". ¿Por qué Dumbledore reiniciaría la Orden del Fénix? No tenía
absolutamente ningún sentido.
"Lo haré, mi señor", murmuró Nott en voz baja.
"¿Dio fechas de cuándo llegaron estas órdenes?" Tom preguntó secamente, sumido en sus
pensamientos, sus dedos tamborileando en su trono con impaciencia. La necesidad de usar Legilimens y
descubrir todos los detalles por sí mismo era fuerte, pero se contuvo, tenía la sensación de que sería una
conversación larga y tediosa con poco que mostrar.
"Por lo que pude deducir de su dificultad para hablar, las órdenes eran muy recientes y se detuvieron con la
misma brusquedad", respondió Nott con firmeza, a pesar de lo aterrorizado que podía sentir que estaba su
hijo. Había tenido suerte, eso lo sabía, ¿quién hubiera imaginado que Mundungus Fletcher sería introducido
en la Orden? Considerando lo borracho que estaba, había estado tentado a creer que estaba mintiendo,
pero no mucha gente sabía sobre la pequeña y preciosa Orden de Dumbledore.
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Dumbledore obviamente había estado buscando algo, o alguien, y debió haberlo encontrado y disuelto la Orden
con la misma rapidez. Si sus órdenes ya habían sido detenidas, entonces la probabilidad de que Dumbledore
supiera que había regresado era mínima o nula. No, algo había sucedido durante ese tiempo que cambió
quién era Dumbledore en general. Quería desesperadamente saber qué había pasado. Debe haber
sido algo importante para él usar la Orden, un pensamiento molesto de que era Potter cruzó por su mente
pero lo descartó, si hubiera sido el Profeta estaría sobre él ­ seguramente se habría corrido la voz. Algo así
como la reintroducción de Potter al mundo mágico será un gran asunto si alguna vez lo encuentran.
"En cuanto a ustedes dos", dijo Tom concentrándose en los niños, con el labio ligeramente curvado; no
podía creer que iba a tener que depender de ellos para conseguir lo que necesitaba. Ambos congelaron sus
ojos extremadamente grandes mientras lo miraban por primera vez. "Quiero que ambos vigilen a Dumbledore,
qué hace, adónde va y con quién". se quitó la varita y se relajó contra su trono, sin hacer nada con ella,
sintiéndose divertido por cómo reaccionaron.
"Sí, señor", Draco logró decir, chillando sólo un poco, recordando hacer una reverencia como si su padre
hubiera pasado la última hora enseñándole. Pensó que estaba preparado, por la forma en que lo hablaron,
esperaba algo diferente. El hombre frente a él, ni siquiera él podía pensar en él como un hombre, parecía
sólo unos años mayor que él. Era absolutamente deslumbrante, incluso hermoso; se sintió atraído hacia
él como una polilla hacia la llama. Ahora entendía cómo su abuelo y su padre habían dado todo para
servirle, porque Draco también quería hacerlo y él no era material de seguidor, estaba acostumbrado a ser
el líder al menos en Hogwarts.
"Sí, señor", añadió Theodore después de unos segundos de vacilación, no sabía qué diablos pensar. No
podía creer que el niño sentado en ese trono tuviera la misma edad que su anciano padre. Tenía
muchas preguntas que hacerle a su padre, pero esperaría hasta que estuvieran lejos de aquí. Girándose
con curiosidad cuando escuchó un ligero golpe solo para quedarse congelado en shock, una gran serpiente
se acercaba, chirriando ligeramente cuando su poderoso cuerpo golpeó contra su pie.
"Ven", siseó Tom, disfrutando del terror en los rostros del chico, el poderoso cuerpo de la serpiente comenzó
a envolverse alrededor de su trono hasta que su cabeza se acomodó en su hombro, siseando contento
mientras la rascaba. Nagini era uno de los dos Horrocruxes que le quedaban, el resto había sido reabsorbido,
no quería volverse vulnerable después de todo, pero la locura definitivamente no era algo en la agenda.
"Quiero actualizaciones periódicas hasta que indique lo contrario, ahora vete. Lucius quédate
atrás". Tom ordenó, sin aceptar un no por respuesta.
Lucius miró a Theodore Senior, quien simplemente asintió sin necesidad de decir una sola palabra.
Sabía lo que el mago estaba pidiendo, por supuesto, Draco aún no tenía edad suficiente para
aparecerse, así que le estaba pidiendo a Theodore que lo llevara a casa con Narcissa. Lucius asintió agradecido,
sin siquiera mirar a su hijo cuando los tres se fueron. "¿Mi señor?" cuestionó respetuosamente.
"Me acompañarás a la reunión con el Señor Dementor", afirmó Tom, dándole al mago una respuesta a su
pregunta por una vez.
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"Sí, mi señor", respondió Lucius, todavía manteniéndose rígido y atento. El Señor Dementor, lo que
significaba que una vez más obtendría la lealtad de los Dementores y sacaría al resto de sus seguidores de
Azkaban. Sabía que sería simple y fácil, ya que todas las negociaciones habían ocurrido la última vez.
Sería una simple cuestión de simplemente suavizarlos, aunque odiaba a los Dementores, y la idea de estar
cerca de ellos por un período de tiempo lo llenaba de pavor. Sin embargo, como siempre, seguiría sus
órdenes, como había jurado hacer el día que voluntariamente aceptó la marca. En los buenos y malos
momentos, cerca del final había sido intolerable, especialmente considerando que tenía un hijo de la misma
edad que un niño que el Señor Oscuro había marcado para morir. Sin embargo, ahora habían vuelto a sus
objetivos originales y no podría estar más extasiado. Bueno, esperaríamos ir a una reunión a la que
asistirían dementores. Sólo esperaba que no fuera la comida que el Señor Oscuro deseaba usar
como negociación.
"Nagini, tengo un trabajo para ti", siseó Tom, con los ojos brillantes, era arriesgado, pero con suerte con
algunos hechizos de protección ella estaría bien para esta tarea que tenía en mente para ella.
Hogwarts
"¿Dónde está el gato?" Preguntó Harry mirando a su alrededor, luciendo un poco perdido.
Harry había pasado toda la tarde de ayer jugando con el maldito gato a pesar de los intentos de Severus
de desviar la atención de Harry. Le había preocupado que algo como esto sucediera,
desafortunadamente el gato transfigurado no permaneció transfigurado, y era más difícil mantener un
animal animado que decir algo como un alfiletero. Después habían ido a su tratamiento de hidroterapia,
después de eso se había quedado dormido media hora después de cenar.
Lo estaban presionando para ver hasta dónde llegaría, y Severus estaba extremadamente feliz con el
progreso. Pronto podría caminar sin ayuda todo el tiempo, estaba llegando a ese punto.
"¿Dónde está el gato?" Severus lo corrigió automáticamente, "El gato fue transfigurado, no era un animal real,
solo estaba animado para ti", le dijo con dulzura, "¿Te gustó?" Poppy había mencionado que un animal lo
ayudaría, algún tipo de mascota que fuera útil como terapia. Tenía que admitir que los familiares eran útiles,
podrían ayudar mucho a Harry a recuperarse por completo y también a aceptar su magia. En cualquier caso,
había más ventajas que desventajas, pero no quería un animal en su habitación, y mucho menos un gato.
"Sí", Harry asintió con entusiasmo, le había gustado y era muy suave, tierno y cálido.
"¿Te gustaría tener uno real?" Preguntó Severus, mirándolo fijamente, también ayudaría a Harry a ser
independiente si tuviera algo más de qué ocuparse.
"¿En realidad?" Los ojos verdes de Harry se iluminaron como si acabara de recibir la mejor noticia que jamás podría
escuchar en su vida. "¿Un gato de verdad? ¿Sólo para mí?"
"Tú serías responsable de ello, eso significa alimentarlo, regarlo y asegurarte de limpiarlo", le informó
Severus, "No es fácil, te ayudaré para empezar, pero una vez que seas capaz "Si lo haces por tu
cuenta, todos los magos y brujas tienen familiares, generalmente los tienen a la edad de once años, es
justo que tú también tengas el tuyo". con suerte harry
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Lo entendía todo y la gran responsabilidad que estaba asumiendo, parecía entender todo lo que decían
estos días, pero si a veces estaba adivinando… bueno, eso era una incógnita.
"Lo haré, lo prometo", juró Harry con los ojos tan abiertos y esperanzados, tan emocionado pero recordando hablar
como a Severus le gustaba que lo hiciera.
Severus maldijo por dentro; nunca podría decirle que no a Harry con esos ojos. Había un distrito comercial
mágico en Irlanda, a una simple llamada Flu de distancia, y podían ir a observar animales, pero la pregunta
era: ¿estaba Harry preparado para eso? No podían simplemente traer uno de vuelta si Harry quería un familiar,
necesitaría el correcto y sentiría una atracción hacia cierto gato, el que estaba destinado a él, si lo fuera.
La puerta que se abrió sacó a Severus de sus pensamientos. "Buenos días", dijo Poppy mientras cerraba la
puerta detrás de ella, sonriéndoles a ambos.
"¡Buen día!" Harry dijo alegremente, "Voy a comprar un gato", declaró, "¡Todo mío!"
Los ojos de Poppy se llenaron de asombro, mirando a Severus con leve incredulidad, él había estado tan
firmemente en contra de tener cualquier tipo de criatura en sus habitaciones cuando ella le había criado animales
de terapia. ¿Qué le había hecho cambiar de opinión? Por otra parte, a pesar de sus protestas o algo así,
Severus era el que más quería que Harry sanara, se había vuelto tan apegado que era maravilloso verlo. Había
estado solo tanto tiempo, manteniendo a todos a distancia, imagínate que sería necesario que el hijo de Lily lo
sacara de su aislamiento autoimpuesto. "¿Es eso así?" —preguntó finalmente.
"¡Sí!" Harry estaba radiante, una amplia sonrisa dividía su rostro en dos, que afortunadamente ya no parecía tan
demacrado. Todavía estaba demasiado delgado para un niño de su edad en crecimiento, pero el peso tendría
que aumentarse gradualmente. Lo peor de esto era que ni Poppy ni Severus pensaron que Harry crecería más
allá de su altura actual, su crecimiento se había atrofiado permanentemente, pero de todos modos le
estaban dando pociones con la esperanza de que ayudara. Ciertamente no podría hacerle daño en ningún caso.
"Bueno, eso es encantador", dijo Poppy sentándose a su lado y comenzando su habitual hechizo de diagnóstico,
que finalmente pudo hacer mientras él estaba despierto ahora. Lo había hecho la noche anterior y
afortunadamente, aparte del cansancio, Harry no había reaccionado negativamente.
"Estaba pensando en llevar a Harry al Callejón Abartagh, debería ser un lugar seguro para llevarlo, nadie
visitará allí con los estudiantes abordando el tren en este momento para venir a Hogwarts". Severus admitió:
"¿Qué piensas?"
"Esa es realmente una buena idea", asintió Poppy, "Iré contigo si lo deseas", de esa manera ambos podrían
vigilarlo y asegurarse de que estaba bien al estar rodeado de tanta magia.
"Creo que es una buena idea", afirmó Severus, cuanta más gente hubiera alrededor, más seguro estaría, y si
algo sucediera, no sería acusado de secuestro sangriento o abuso con un sanador cerca.
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"Ya está todo preparado en la enfermería. No tengo nada más que hacer, así que cuando quieras ir, podemos ir".
Poppy declaró que se había asegurado de que todo estuviera ordenado a pesar de las interrupciones que había
proporcionado este verano. "¿Quizás Minerva podría acompañarnos también?" Obviamente no podían arriesgarse
a tomar una figura tan conocida como Albus, no sin levantar las cejas.
"Si tiene tiempo", respondió Severus, no le importaba de ninguna manera, solo iban allí por un familiar para Harry y
luego regresaban aquí, no estaba jugando, además Harry no tenía la energía para hacerlo. De hecho caminé por
el Callejón Abartagh, era más grande que el Callejón Diagon, admito que no mucho, pero aun así.
"¿Quizás transfigurar un andador para que Harry pueda caminar solo?" ­sugirió Poppy. Le quitaría algo de peso y
le permitiría caminar. Si era demasiado, todo lo que tenían que hacer era transfigurarlo en una silla de ruedas por
el resto del tiempo. Sólo significaba que no estaría haciendo hidroterapia esa noche, lo cual no haría de
todos modos, ya que los estudiantes estarían allí. No se podía ver a Harry, al menos no todavía, no hasta que estuviera
cien por ciento mejor.
"¿Te gustaría eso, Harry?" Preguntó Severus, dándole la oportunidad de dar su propia opinión.
Harry lo miró un poco preocupado, sin saber qué decir.
"Si es demasiado, volveremos a estar en silla de ruedas, no te preocupes", Poppy trató de adivinar qué le molestaba.
"Es muy temprano todavía, no habrá mucha gente allí", le informó Severus, sabiendo lo que le molestaba a diferencia
de Poppy. Harry nunca había estado rodeado de mucha gente, tres como máximo casi toda su vida, por lo
que este viaje lo abrumaría, no había duda al respecto.
Con la mitad de una corriente de aire calmante, es de esperar que el viaje fuera fácil y sin pánico para todos ellos.
"No tienes que irte ahora si no quieres, podemos esperar". era sólo cuestión de que Harry decidiera si quería al
gato lo suficiente o no. No podía creer que le hubiera planteado la pregunta a Harry, no le molestaban los animales,
por otra parte no le molestaba la mayoría de la gente, pero Harry estaba bien, tal vez no sería tan malo.
"Kay", murmuró Harry antes de corregirse rápidamente, "Quiero decir, está bien".
"Muy bien, ¿por qué no traes a Minerva para que podamos partir? Él puede aprender sus palabras y números después",
afirmó Severus, tomando la decisión de irse ahora, y Poppy obviamente entendió por qué ahora. Eso iba muy lentamente, Harry
estaba aprendiendo palabras que debería haber aprendido a la edad de cinco años, pequeñas como at, too, to, was, is, it, pero la
buena noticia era que estaba reteniendo la información. Todo lo que podían hacer era esperar a ver cuánto absorbía y si sería
un adulto o estaría siempre atrapado en una etapa adolescente incapaz de cuidar de sí mismo.
"Por supuesto, ¿cómo sugieres que nos vayamos?" Poppy preguntó que cualquiera de los dos modos dejaría a
Harry extremadamente agotado; No fueron exactamente agradables la primera vez.
"¿Honestamente? La red Flu sería más fácil y rápida." Severus reflexionó pensativamente, "La aparición
sería más fácil, sólo en el aspecto de que es rápida e instantánea, mientras que Flu puede dejar de ser discordante".
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"Mientras uno de nosotros vaya con Harry, debería estar bien", respondió Poppy, levantándose, se acercó a la red Flu
e hizo una llamada rápida a Minerva para ver si le gustaría acompañarlos, para ver a Harry y cómo hacerlo. lo hizo con
su primer mágico viaje de compras. Quién sabe... Harry podría sorprenderlos y el viaje podría ser tranquilo y fácil; de
hecho, podría disfrutar viendo todos los lugares siempre y cuando no se queden mucho tiempo. Quizás incluso era hora
de quitarse todos los hechizos que tenían manteniendo todos los objetos mágicos inmóviles. Sabía sobre magia y ver su
ropa moverse podría ayudarlo a aceptarla más rápido. Había una cosa que sabía que no buscaban: su varita. Severus
estaba decidido a esperar hasta que Harry aceptara y lo deseara, sentía que era la única manera de seguir adelante, ¿y
tal vez tenía razón?
Él era el tutor de Harry ahora, así que era su elección, ella tampoco podía culparlo por ello.
"Minerva, ¿estás ocupada?" Poppy cuestionó ver a la bruja en su escritorio.
"Estoy terminando algo, ¿está todo bien?" Preguntó Minerva, como siempre preocupada.
"Severus y yo llevaremos a Harry al distrito mágico de Abartagh, ¿te importaría unirte a nosotros?"
Poppy procedió a explicar por qué llamaba, para que Minerva no se preocupara tanto.
"¿Pensé que todavía no iba a conseguir una varita? ¿Ha cambiado de opinión?" Preguntó Minerva, sus ojos azules
brillaban con sorpresa, y Severus rara vez cambiaba de opinión cuando ya estaba decidido.
"En realidad, Severus decidió comprarle un gato a Harry", le dijo Poppy a Minerva con ironía, y Minerva pudo ver la sonrisa
incluso a través del fuego.
"¿Disculpe?" Minerva respondió con la boca abierta por la incredulidad.
"Me escuchaste bien. Deseamos llegar y regresar antes de que el área se llene, no sabemos cómo se tomará Harry estar
rodeado de tanta gente", señaló Poppy, tratando de evitar reírse divertida.
"Por supuesto, bajaré en un momento", respondió Minerva inmediatamente, tapando su tintero, colocando la pluma en
el pequeño soporte y poniéndose de pie. Para cuando se dio la vuelta nuevamente, Poppy ya no estaba entre las
llamas, lo que le permitió a Minerva usar la red Flu para llegar a las habitaciones de Severus.
Notas finales del capítulo
No estoy seguro de convertir a Harry en un Horrocrux, pero no creo que quiera hacerlo, pero aun así quiero que
tenga la capacidad de hablar con las serpientes... ¿encontrarán esa información en el próximo capítulo o no sucederá
durante mucho tiempo? ¿Un rato? ¿Harry conversará con la serpiente de Voldemort? ¿Será así como Tom se
enterará o lo mantendremos en la oscuridad por un tiempo más? :D ¡solo para frustrarlo! ¿Tom también
tomará la ruta política? ¿Regresar a Dumbledore con todos los hechizos que necesitaría para aislarse
completamente del mundo mágico y evitar que cualquier muggle siquiera hablara de magia? ¿Apretar las regulaciones
que aseguran que los obliviadores vayan e investiguen incluso un caso de magia frente a los muggles? Me voy
a divertir inventando un callejón mágico muy conocido :D jeje R&R
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Capítulo 25
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 25
Callejón Abartagh
El pequeño grupo de protectores había decidido inevitablemente que usar un traslador sería el medio más
fácil de viajar para Harry, usar la red Flu o aparecerse podría ser bastante discordante y asfixiante, no era algo
que querían para la primera experiencia de viaje de Harry, podría entrar en pánico. él y no querían un episodio en
medio de lo que potencialmente podría ser un callejón lleno de gente. Albus estaba decepcionado de no
poder ir, desafortunadamente era demasiado conocido, y si se hablaba, temían que la charla pudiera llegar al
Ministerio de Magia. Algo que nadie quería, en absoluto.
Había demasiadas maneras en que les explotaría en la cara si Cornelius Fudge, Ministro de Magia, se
enterara de Harry. Si bien su poder no era absoluto, era suficiente para hacer que la vida de Harry fuera un infierno
si así lo deseaba. Por infierno se refieren a encerrarlo en San Mungo y no dejarlo salir nunca. O hacer que Harry
fuera puesto bajo custodia del Ministerio y acogerlo para reforzar su propia imagen, y descuidar a Harry, no
brindarle la atención que tanto necesitaba. O, lo que es más aterrador, ser sobornado para que una de las familias
oscuras lo adopte, como la familia Malfoy, que con toda probabilidad haría que Harry pagara por la "muerte de su
Señor".
Abartagh Alley, o como era más conocido por el mágico distrito comercial irlandés Abartagh, aunque nueve de cada diez
veces la palabra "compras" fue eliminada de la frase. El Traslador los había depositado cerca de la gran fuente con siete
personas situadas alrededor en círculo, los jugadores de Quidditch Ballycastle Bats, eran los jugadores irlandeses más
famosos, habiendo ganado veintisiete veces la copa de la liga de Quidditch, solo había uno. otros que lo hicieron mejor,
Montrose Magpies, jugadores escoceses de Quidditch que habían ganado treinta y dos veces. Cada uno tenía su equipo de
Quidditch con la mascota claramente expuesta, sosteniendo una fuente de agua en forma de taza que caía sobre ellos. Había
muchos Knuts tirados en el charco de agua.
Harry no pudo evitar estirar su mano y dejar que el agua corriera libremente entre sus dedos, era fresca, pura y
maravillosa, amaba el agua, era muy relajante y lo mostraba todo, era lo opuesto a estar en la oscuridad y la
humedad. bajo tierra incapaz de ver nada tirado en su propia inmundicia. Odiaba la sensación de estar sucio, le
erizaba la piel.
El Callejón Abartagh estaba completamente opuesto al Callejón Diagon, aquí en realidad se podía caminar
cómodamente en grupo y los transeúntes aún podían caminar cómodamente, mientras que en el Callejón Diagon
era difícil tener a tres personas caminando una al lado de la otra y siendo aplastadas. El olor a pan recién
horneado, productos y café era el olor más prominente que persistía en el aire desde el café a su izquierda.
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"¿Estás bien, Harry?" Preguntó Poppy colocando una mano reconfortante en su hombro, haciéndole saber
que no estaba solo y que todo iba a estar bien. Para su inmensa sorpresa y deleite, Harry ni siquiera se
inmutó, ¿estaba demasiado encantado con el agua o finalmente estaba empezando a confiar en ella tanto
como en Severus? O más bien tanto como Harry alguna vez confiaría en alguien que no fuera Severus. Dado
que Severus probablemente siempre sería lo primero para Harry, la confianza que tenían era un vínculo
inquebrantable que nunca se rompería.
Harry se giró para mirarla, asintiendo sin decir nada, sintiéndose un poco abrumado, su mirada rápidamente
buscó a Severus quien estaba detrás de él como siempre y solo entonces se relajó de verdad. Había tanta
gente aquí, más de la que estaba acostumbrado, y sentía como si todos lo estuvieran mirando, pero cuando
miró no lo estaban en absoluto.
"Agárrate de las manijas", dijo Poppy, colocando el andador con ruedas, que tenía una silla para cuando Harry
se sintiera demasiado cansado para continuar, frente a él. De esta manera podría moverse
independientemente sin tener que depender de ellos, lo cual según Severus no quería. Estaba repasando la
frase de querer hacerlo todo él mismo, lo agotara o no. Afortunadamente no había llegado al punto en que
se estuviera rebelando, lo que probablemente sería el momento más difícil tanto para Harry como para
Severus. Había avanzado a pasos agigantados desde que lo encontraron, todos estaban asombrados de
verdad, hablando, caminando, tenían tantas esperanzas de que esto continuaría, que algún día podría
convertirse en el adulto que podría ser. "Ahora vamos a ver esos gatos", le informó ella, mirando esos ojos
verdes brillar de deleite.
Minerva observó las interacciones de Harry con Poppy y, lo que es más importante, observó que Harry
miraba constantemente detrás de él cada pocos pasos para asegurarse de que Severus todavía estuviera allí.
"Ha recorrido un largo camino, ¿no?" Minerva dijo asombrada, no había podido pasar tanto tiempo con Harry
como Severus o Poppy teniendo que visitar las casas de los estudiantes nacidos de muggles, así como
revisar todas las respuestas e incluso llevarlas al Callejón Diagon si así lo requerían. él.
"Lo ha hecho," respondió Severus con rostro impasible pero su voz estaba llena de orgullo. Estaba
orgulloso de Harry, no había duda al respecto, tenía tanta determinación y espíritu para superar lo que la vida
le había arrojado. No estaba amargado, al menos no todavía, y sí, a veces se asustaba, pero miraba
todas las cosas nuevas y maravillosas que estaba viendo y se iluminaba. Honestamente, Severus no pensó
que sería como Harry si le hubiera pasado a él, en muchos sentidos, aunque Harry todavía era un niño, todavía
tenía mucho por crecer. Dudaba que Harry alguna vez fuera extrovertido, pero había jurado asegurarse de
vivir la vida al máximo, incluso si eso significaba que el propio Severus tenía que pasar el resto de su
vida cuidando de Harry si él no podía cuidar de sí mismo.
"¿Crees que su progreso continuará?" Preguntó Minerva, continuando su conversación con Severus mientras
observaba a Harry. Él estaba empezando a esforzarse un poco, ella no estaba segura de cuánto tiempo
más podría seguir caminando.
"No tenemos idea", respondió Severus honestamente, dándole a Harry un asentimiento y una pequeña
sonrisa de orgullo cuando se giró para mirarlo nuevamente. Harry prosperó con su aprobación, eso lo hizo
esforzarse más, Severus podía verlo, y era un pensamiento aterrador tener a alguien tan completamente
dependiente de él incluso ahora, al mismo tiempo sentía una sensación de logro y orgullo por lo que hacía.
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había ayudado a hacer. "Las cuestiones mentales son extremadamente delicadas, pero ¿el progreso que ha logrado hasta
ahora? Significa que hay una posibilidad, y es mayor de lo que pensábamos cuando lo encontramos por primera vez".
"Es cierto", Minerva asintió reconociendo el punto, habían temido que Harry no se recuperara, no podía haber imaginado
que eran el mismo chico, había estado tan esquelético, pero estaba levantado, caminando y hablando, fue un milagro. a ella.
"¿Necesitas sentarte, Harry?" Severus preguntó con voz tranquilizadora.
Harry una vez más sacudió la cabeza, antes de inclinarla, simplemente mirando por la ventana con una mirada de asombro
con los ojos muy abiertos.
Severus miró para ver lo que había llamado la atención de Harry, era la tienda del acuario, que obviamente se ocupaba
principalmente de peces, había un gran tanque en la ventana con docenas y docenas de peces coloridos nadando
alrededor, acababan de ser alimentados, podía ver los restos. de su comida todavía flotando. Por supuesto, algo como esto
llamaría la atención de Harry; Todo lo relacionado con el agua parecía encantarle. Se miró a sí mismo preguntándose qué
encontraba tan fascinante a Harry, pero no encontró nada.
"Se está poniendo un poco más ocupado ahora, Severus", dijo Minerva con precaución, preguntándose cuándo se había
vuelto tan paranoica. Debe ser influencia de Severus que nunca antes en su vida había estado demasiado paranoica.
"Es eso, y a él no parece importarle", respondió Severus con ironía, parecía que su preocupación de que Harry estuviera
rodeado de demasiada gente sería difícil para él fue en vano.
"Quizás no por ahora, se distrae fácilmente, pero creo que ese momento llegará", les informó Poppy en voz baja,
mirándolos fijamente.
"¿Gatos?" Harry se volvió hacia Poppy, queriendo irse ahora, por más pacíficos y hermosos que fueran, quería ver a los gatos
ahora.
"Por supuesto, de esta manera", dijo Poppy, moviéndose de nuevo, pero manteniéndose lo suficientemente cerca para atraparlo
si se cansaba demasiado y no se detenía. No es que fuera necesaria, Severus estaba detrás de Harry para ese propósito
exacto, y a pesar de sus piernas temblorosas seguía caminando lenta pero seguramente hacia la tienda de mascotas.
Que era sólo una tienda más, se dio cuenta cuando pasaron por la tienda de búhos.
Harry sintió la emoción recorrerlo cuando llegaron a la tienda, había corrales grandes por toda la tienda con gatitos
dentro y otros tenían gatos. Había tantos que no sabía dónde mirar primero, estaba tan emocionado que ignoraba por
completo las señales que su propio cuerpo intentaba decirle, que se estaba agotando, esforzándose demasiado.
"Es hora de que tú también descanses, Harry, necesitas sentarte", le informó Severus, su tono era serio, solía usar
ese tono cuando no quería que Harry peleara con él y Harry parecía entender cuando hablaba en serio. .
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"¿Puedo ayudarte?" les preguntó un acento que sonaba muy irlandés, apareciendo frente a ellos.
"Estamos interesados en comprar un gato como familiar", respondió Minerva con su habitual manera brusca
cuando estaba lidiando con algo. "Pero gracias de todos modos." un familiar no era algo con lo que ni
siquiera un comerciante pudiera ayudarlos; era únicamente entre Harry, su magia y el animal de su elección.
"Muy bien, ¿cuál es la mejor manera de abordar esto?" Preguntó Minerva, mirando pensativamente a su alrededor.
"¿Su magia será suficiente para buscar un familiar?"
"Por supuesto que sí", Severus no pudo contener su bufido ante esa pregunta, la magia de Harry era fuerte,
más fuerte de lo que Harry era capaz de manejar emocionalmente, lo que hacía que fuera una combinación
ciertamente muy inestable con la que iban a tener que mantener una distancia. ojo con mucho cuidado. Como ya
se demostró, la magia de Harry fue bastante violenta en su reacción.
"Esto definitivamente tomará mucho tiempo", admitió Poppy, había más gatos de los que jamás había visto
en su vida en esta tienda, y eso si estaba unida a Harry como su familiar.
"¿Harry?" Severus llamó, arrodillándose para estar frente a frente con él, o fue cuando los inquisitivos ojos verdes
de Harry se posaron en él. Con calma y satisfacción en sus ojos, Severus sabía que estaba haciendo lo
correcto, y rezó para que Harry no tuviera que regresar a Hogwarts sin un gato, sin duda se sentiría decepcionado
y tal vez frustrado, y Harry, por supuesto, no lo sabría. cómo manejar esas emociones. "Minerva, ¿me harías un
favor?" preguntó, mientras se le ocurría una idea.
"Nómbralo", dijo Minerva, ella haría cualquier cosa por Severus siempre y cuando estuviera dentro de sus
capacidades, él lo sabía.
"Busque una joyería, una piedra de enfoque es algo que creo que sería beneficioso para Harry".
Severus respondió: "La más fuerte que puedas conseguir, ¿tal vez la amatista sería la mejor gema?"
"Esa es una excelente idea, iré ahora, estoy segura de que hay una tienda por aquí", Minerva asintió
vigorosamente mientras hablaba.
"Gracias", respondió Severus, sabía que Harry necesitaría regresar a Hogwarts pronto.
"¿Piedra de enfoque?" repitió Harry, parpadeando confundido.
"Te contaré más sobre esto más tarde", le informó Severus con honestidad, "Ahora mismo necesito que seas muy
valiente y hagas algo por mí, algo que pueda parecerte aterrador, pero si quieres un gato, necesitas un
gato". hacerlo, ¿vale?" Severus se mantuvo franco y honesto, no era alguien que mintiera y no quería mentirle a
Harry.
Harry permaneció confundido, con el ceño fruncido pero respondió a la pregunta: "¿Sí?" con una pregunta.
"Necesitas sentir tu magia, te ayudará a elegir un familiar que sea solo para ti", explicó Severus, dudando sólo un
poco, con buena razón después de lo que pasó la última vez que
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mencionó la magia. "Podrás sentirlo, es como un pellizco", no es realmente capaz de articularlo, pero lo hace lo
mejor que puede.
"Querrás ir con cierto gato, él te guiará", añadió Poppy para ser útil. "Como si te estuviera llamando."
"Sí, con suerte será un gato sphynx", dijo Severus con ironía, no tenía mucho pelo.
"Así es," murmuró Harry en voz baja, estremeciéndose al admitir esto.
"¿Ya sientes la atracción?" Severus requirió confirmación.
"Sí", respondió Harry, con los ojos verdes muy abiertos y aprensivo, simplemente había asumido que era
la sensación de querer verlos a todos, pero hasta que su oscuro protector, a quien estaba conociendo mejor
como Severus en estos días, dijo que podía.
"Bien," dijo Severus asintiendo alentadoramente; Era obvio para él que Harry todavía temía admitir cualquier
cosa relacionada con la magia. "Eso es muy bueno." añadió, tenía que hacerle entender a Harry que la magia
no era algo de lo que había que asustarse, sino pequeños pasos.
"No hay nada de qué asustarse", añadió Poppy, dedicándole una sonrisa. "¿Quieres quedarte en la silla y
dejarnos empujarte hacia el gato que puedes sentir?" Era obvio para ambos que Harry estaba más que exhausto,
pero no iba a rendirse hasta tener a su gato, era un niño decidido.
Harry quería desesperadamente creer eso, pero no lo hizo, simplemente no podía. Toda su experiencia le había
enseñado que la magia era muy, muy mala y debía ocultarse, si no la usaba sus tíos no lo harían. Lo habría
odiado, y esa mujer no lo habría lastimado ni a él ni a otras personas si él no hubiera tenido magia también.
Habría preferido no tenerla en absoluto, pero estas personas también podían hacer magia y no tenían miedo y
querían que la usara. No hace falta decir que estaba muy en conflicto y confundido, pero esos sentimientos se
estaban volviendo cada vez más familiares para Harry hoy en día.
"¿Harry?" Preguntó Severus, preocupado por lo callado que estaba.
"Caminaré." Harry finalmente dijo: "¿Está bien?" añadió, mordiéndose el labio inferior, sintiéndose
vulnerable ante la posibilidad de que la magia entrara en una conversación.
"Por supuesto que lo es", afirmó Severus con firmeza, mirando pensativamente a Harry durante unos segundos
antes de levantarse, le preguntaría más tarde si estaba en lo cierto, ahora no era el lugar para tal
conversación. Agarrando las manos de Harry con las suyas, ayudó al adolescente a levantarse del asiento y
Poppy giró el andador de cuatro ruedas para que Harry pudiera agarrarlo con fuerza. Su andar era incómodo,
débil y tembloroso en el mejor de los casos, pero se movía.
Severus permaneció justo detrás de él, con las manos extendidas un poco casi tocando la espalda de Harry.
Observando cada vez que pasaba por un corral de gatos, gatos siameses, gatos Ragdoll, gatos abisinios,
gatos birmanos y luego se detenía, mirando dentro del corral que tenía gatos de Bengala, por supuesto, pensó
Severus sardónicamente, de todas las cosas tenía que ser un Gato de Bengala. En realidad no debería
quejarse, al menos habían encontrado uno en un período de tiempo relativamente corto.
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"Señala cuál es", lo animó Severus, estaba bastante satisfecho con lo bien que había ido este viaje. Tal vez
durante las vacaciones de Navidad podrían regresar aquí y mirar adecuadamente a su alrededor, para
entonces Harry tal vez ni siquiera necesitaría el andador, especialmente si su fisioterapia seguía yendo bien.
Harry señaló al que no estaba jugando con lo que Severus supuso que eran sus hermanos, ya que todos eran
aproximadamente del mismo tamaño al menos. El que escogió definitivamente era el más pequeño de la
camada, y a Severus no se le pasó por alto que querría ese. El gato parecía un leopardo en
miniatura.
"Iré a buscar todo lo que necesita", dijo Severus, "Siéntate, Harry, esto podría tomar un tiempo, Poppy,
¿podrías traerle el gato?" lo mantendría ocupado mientras conseguía el resto de las cosas que un gato
necesitaría para estar contento con la vida en Hogwarts.
"Por supuesto, adelante", dijo Poppy, indicándole que hiciera lo que necesitaba.
Severus asintió y se dirigió al área de estantes de la tienda, tomando una canasta y comenzó a cargar
todo lo que necesitaba en ella. Cuencos, comida para gatos, algunos ratones empacados y otras golosinas
que le gustaría comer. Una docena de juguetes y rascadores, una bandeja sanitaria, arena para gatos de
pino, una pala, un collar con una placa de identificación, cortaúñas, no quería que su casa fuera
destruida o que un gato maldito lo arañara, un cepillo y un peine, esponjas y estropajos, un limpiador no
tóxico, una cama, una manta y, por último, pero no menos importante, un estuche de viaje para gatos,
significaría que el gato podría viajar fácilmente a través de la red Flu, aparecerse o incluso volar sin ser
sacudido. si la persona estaba siendo sacudida.
Miró pensativamente a su alrededor, tratando de discernir si estaba olvidando algo o no.
No es que fuera demasiado problema, simplemente podría pedirlo si lo hiciera. A decir verdad, preferiría
no tener que pagar por una lechuza para entregarle algo que había olvidado. Sus ojos captaron los
viales, el tratamiento contra pulgas y garrapatas de los gatos, no estaría usando pociones de calidad
inferior, crearía las suyas propias, lo que requeriría un libro de pociones específicamente dirigido a pociones
para animales, específicamente para gatos, obviamente. Eso se podría comprar fácilmente en la librería.
Encontró a Poppy en la caja, con el gato ya; Rápidamente se acercó, colocando la canasta y el estuche de
viaje para gatos en el mostrador. "Esto debería cubrir el costo, voy a ir a la librería a comprar un libro sobre
pociones para el gato".
"¿Hagrid no tendría ya algo así?" ­Preguntó Poppy con curiosidad.
"No, preparo todas las pociones requeridas, pero sorprendentemente nunca me han pedido que
prepare nada para un animal doméstico, como un gato o un perro". Severus respondió irónicamente,
especialmente considerando que de hecho tenía un perro, Fang, pero no creía que el perro hubiera estado
enfermo alguna vez, Hagrid amaba a esos animales y si pensaba que estaba enfermo entonces Hagrid
habría acudido directamente a él. Dejó caer su bolsa de dinero en sus manos antes de salir de la tienda lo
más rápido que pudo.
Una vez que hubo llamado, el cajero habló: "Ciento sesenta y cinco galeones, quince
Sickles y veinte Knuts, por favor", lo cual Poppy calculó en quinientas libras en total, pero eso no fue un
problema, le entregó su tarjeta de Gringotts, sin tocar la de Severus.
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dinero, el dinero gastado hoy era una miseria en comparación con lo que tenía en sus bóvedas. Harry merecía ser
mimado, y a ella no le importaba mimarlo ni un poco.
"¿Dónde está Severus?" Minerva preguntó mientras regresaba, con una pequeña caja envuelta en color marrón
en sus manos.
"Acaba de pasar por la librería", explicó Poppy, aceptando el reverso de su tarjeta y dándole una sonrisa de
agradecimiento antes de que las dos brujas agarraran los paquetes y llevaran a Harry y al gato afuera de la tienda
para esperar a que Severus regresara. "Está bien, volverá enseguida". Poppy le aseguró a Harry, viéndolo mirar a
su alrededor con preocupación, al parecer el gato ni siquiera podía mantener su atención.
"Está justo allí", dijo Minerva al verlo unos momentos tensos después, ambos suspiraron agradecidos, no estaban
seguros de cuánto tiempo Harry habría permanecido callado y calmado sin la presencia de Severus. El alivio
puro y puro en el rostro de Harry era obvio para que todos lo vieran, incluso Severus cuyo rostro se arrugó
con preocupación por un momento antes de suavizarse nuevamente.
"Gracias, Poppy", dijo Severus, tomando el estuche de viaje, tomando el gato delicadamente de manos de Harry y
colocándolo dentro para que estuviera seguro mientras regresaban con el traslador. Que fue lo que le explicó
a Harry, diciéndole que podía dejarlo salir de nuevo tan pronto como regresaran, y sí, el gato era un él.
Severus le entregó a Harry el estuche, que apretó con fuerza, asintiendo con aprobación y sacó el traslador,
esperando hasta que todo se redujo y todos rápidamente se reunieron alrededor, abrazándose uno al otro, el
andador, el gato y Harry. Sacó el Traslador, y una vez que estuvo seguro de que estaban seguros, dijo la frase y
el Traslador se activó. En un momento estaban en el Callejón Abartagh y al siguiente momento estaban en las
habitaciones de Severus en Hogwarts.
Ninguno de ellos se sorprendió demasiado cuando Harry se quedó dormido acurrucado a los pocos momentos
de subirse al sofá; Esta mañana se había esforzado bastante. Severus abrió el estuche de viaje para gatos y sus
labios se torcieron mientras observaba al gato de Bengala acurrucarse a su lado.
Minerva no pudo evitar llamar a su cámara, este era definitivamente un momento pintoresco, a Harry le
encantaría, estaba segura, y todo lo que tenía que hacer era revelar la imagen ella misma y transfigurar un marco.
"Hoy lo hizo muy bien"
"Eso fue lo que hizo," estuvo de acuerdo Severus.
"Aquí tienes Severus", dijo Poppy entregándole la bolsa que Severus aceptó y arrojó sobre la estantería sin
pensarlo dos veces, sin darse cuenta de que Poppy había pagado por el gato en ese momento.
"Tengo una variedad de piedras de enfoque, algunas mezcladas, así como un folleto que explica sus
propiedades, había tantas que Harry podía usar así que pensé que te gustaría elegir cuáles son apropiadas para
él". Respondió Minerva, entregándole la caja.
"¿Cuánto cuesta?" Preguntó Severus, sacando su varita para invocar la bolsa.
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"Nada, está bien", dijo Minerva con un tono severo sabiendo que Severus intentaría devolverle el dinero si no lo hacía.
Severus suspiró exasperado, "Muy bien", admitió la derrota, antes de conjurar un asiento adicional ya que Harry
había tomado el sofá para él solo, y él solo tenía otras dos sillas, por lo que Minerva necesitaría una para sentarse durante
el tiempo que permaneciera. Sabía que ella estaba muy ocupada en esta época cuando se trataba del regreso
de los estudiantes. "¿Café?" les preguntó a ambos mientras abría el papel marrón para entrar en la caja.
"No me importaría, he estado jadeando por uno desde que pasamos por ese café", admitió Minerva.
"Yo también", se rió Poppy en voz baja, conscientemente bajando la voz para no terminar despertando a Harry.
Estaban haciendo todo lo posible para garantizar que Harry tuviera una vida normal, lo más normal posible, y rezaban
para que fuera suficiente.
Notas finales del capítulo
¡Aquí vamos! ¿qué opinas? Hogwarts comenzará de nuevo pronto y probablemente verás algunos saltos de
tiempo nuevamente, así que quiénes estarán juntos en la primera Navidad de Harry (¡bueno, de todos modos,
puede recordarlo!) todavía no puede decidir qué hacer con Voldemort, si tener el lado luminoso continuamente
en la oscuridad, por así decirlo, sobre el regreso de Voldemort por más tiempo... porque seamos realistas, no
habrá mucha pelea :) ¿te gustaría verlos a todos juntos para salvaguardar su mundo y hacerlo mejor para todos? ?
tal vez Voldemort aún pueda gobernar a su gente y sienta que sus objetivos se están logrando sin todo el
derramamiento de sangre: D, si se enteran, Dumbledore y Voldemort se reunirán para establecer reglas básicas
sobre cómo no matar niños o personas inocentes. ¿A cambio de que el Ministerio no sepa quién es? ¿Qué tal si
Tom se convierte en Ministro de Magia o algo así? Hmm, hay tantas posibilidades aquí y es tan diferente. Me
encanta eso de esta historia... ¿y mira dónde la tomé antes en la otra versión? Debo admitir que este me encanta
más :D de todos modos ¡R&R, por favor!
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Capítulo 26
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 26
Severus le había preguntado a Poppy si se podía usar a Roz para vigilar a Harry mientras él daba clases, ya
que no se podía dejar al niño solo. Ella había estado de acuerdo con la idea, Roz tenía experiencia en curación,
solo cosas pequeñas, pero sería suficiente si Harry entrara en pánico, ella sabría qué hacer. Ayudó que Roz fuera
la elfa doméstica de Poppy, no pertenecía a la escuela y su lealtad era solo hacia Poppy y Poppy. No es que
tuvieran que preocuparse por la escuela, ya que la escuela era leal a Albus, y obviamente Albus estaba haciendo
todo lo posible para mantener la información contenida. Nada permaneció en secreto para siempre, pero
esperaba que para cuando saliera, Harry estuviera al menos moderadamente informado y pudiera cuidar de sí
mismo, y que fuera mayor de edad.
"¿Roz?" Severus llamó, esperando que apareciera el elfo doméstico. Estaba sentado bebiendo una copa de vino
frente a la chimenea. Los estudiantes llegarían pronto y realmente no debería estar bebiendo, pero era una sola
copa de vino, no haría daño a nadie. Estaba vestido con sus ropas de enseñanza; eran rígidos, incómodos y
lo hacían lucir aún más intimidante, honestamente no quería que Harry lo viera vestido con esos, al menos mientras
pudiera evitarlo.
"¿Cómo puede Roz ayudar al Maestro Severus?" Roz lo cuestionó, con los ojos muy abiertos mientras miraba al
hombre severo, quien sabía que era más de lo que él cuidaba de todo lo sucedido durante las vacaciones de verano.
"Pronto partiré hacia el Gran Comedor, Harry ya se fue a la cama, todo lo que necesito que hagas es vigilarlo,
¿sabes qué hacer si pasa algo?" cuestionó al elfo doméstico, a pesar de que él y Poppy ya habían repasado
cada detalle que creían importante.
"Debería venir a buscarte, pero sé discreto, lo sé Maestro Severus, tendré cuidado", explicó Roz rápidamente,
su discurso perfecto, era una de las primeras cosas que su Ama Poppy le había requerido. Entonces, si tuviera que
ir a algún lugar en caso de una emergencia, podría hablar con claridad para que la gente la entendiera, como las
otras Medi­brujas o curanderos de San Mungo o los profesores aquí en Hogwarts. Le costó mucho entender
todos los términos médicos, pero ahora lo hizo sin esfuerzo y, con facilidad, ayudó que todos entendieran
lo que quería decir cuando hablaba. Sabía que no debía repetir el nombre de Harry en público, pero tampoco
debía despertar la curiosidad de nadie.
"Bien, no debería despertar", le informó Severus levantándose, desterrando su copa de vino vacía a la cocina.
No, sus pesadillas parecían ser demasiado para él en las primeras horas de la mañana, si no fuera por el hechizo
que no habría conocido, Harry nunca gritaba durante la agonía de una pesadilla, rara vez usaba su voz. . Él
simplemente tembló y se acurrucó.
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forma una bola tanto como sea posible. Sin embargo, para su asombro, la presencia del pequeño familiar de
Harry pareció ayudarlo mucho, pero obviamente era demasiado pronto para sacar conclusiones. Se sonrojó
sólo de recordar la conversación sobre el gato… en cuestión.
­0 Recuerdo 0­
"Ahora tienes que quitar la cúpula, levantar la pala y agregarla a la caja de arena". Severus explicó cómo abrirla
para que la cúpula quedara a un lado, un solo hechizo esterilizó rápidamente la caja de arena solo para
estar seguro. Severus lo hizo para mostrárselo, probablemente innecesariamente, antes de
entregárselo rezando para que no se desperdiciara por todos lados. Severus distraídamente abrió más
la arena para disminuir la probabilidad de derrames.
Harry aceptó la pala azul claro que le dio su protector oscuro y lentamente comenzó a llenar la bandeja con
arena, su curiosidad era evidente en cada movimiento que hacía. Levantó la vista después de cada
cucharada, esperando ver cuándo debía detenerse, pero ya era la séptima y sí contó y sí podía contar
mucho para su deleite, pero nada apostaba al orgullo que le transmitía su oscuro protector. Lo hacía
sentir especial, quería algo de lo que había carecido durante toda su vida.
"Y eso es suficiente", respondió Severus dándole un gesto de aprobación, mirándolo iluminarse como un
árbol de Navidad. Probablemente había elogiado a Harry más de lo que jamás había elogiado a ningún
estudiante durante toda su carrera. Aunque no se podía negar que Harry definitivamente lo merecía más
que esos mocosos mimados a los que enseñaba todos los días. "Vuelva a colocar la cúpula", el gatito podría
ir al baño en privado, el beneficio adicional de que no necesitaría verlo defecar y el olor quedaría contenido.
"Ahora comida y agua", dijo Severus, poniéndose de pie, le tendió las manos a Harry para ayudarlo a
levantarse, teniendo mucho cuidado. La caminata de ayer le había exigido más de lo que nadie había
previsto. Había permanecido dormido durante horas después, tampoco se había movido mucho después de su
descanso, un relajante muscular ayudaba a aliviar los dolores y molestias de tanto movimiento. Su agilidad
estaba mejorando, pero todavía le quedaba un largo camino por recorrer. Había conseguido bolsas para que
fuera más fácil alimentar al gatito, le demostró cómo abrirlas y dejó que Harry las vertiera en el recipiente de metal.
En lugar de usar agua del grifo, decidió mostrarle a Harry algo más de magia, principalmente para evaluar
su reacción y dejarle ver que no era algo malo. Por supuesto, podría explotarle en la cara; Ya era hora de
ver cuál sería. "Aguamenti", lanzó Severus, haciendo que los movimientos de su varita fueran lentos pero
confiados, deteniéndolos mientras el agua corría por su varita, llenando el recipiente con agua, antes de
mover su varita para cancelar el hechizo. "Usar esta agua será mejor para tu gatito, es más pura que el agua
del grifo, también permanece más fría por más tiempo y es importante que todos los animales tengan la
capacidad de acceder a un suministro de agua fresca y limpia, es por eso que cámbialo un par de veces al
día." Severus observó a Harry; parecía entre petrificado y curioso queriendo investigar el agua,
presumiblemente para ver si realmente había alguna diferencia.
"La magia es segura, Harry", dijo Severus en voz baja pero firme, "también intentó mantenerte a salvo, pero
solo puede hacer hasta cierto punto". Girando a Harry para mirarlo, se agachó hacia el niño con retraso
en el crecimiento, "Si tú y yo no tuviéramos magia, habríamos muerto cuando éramos jóvenes, no
estaríamos aquí ahora. No podría hacerlo". Para ayudarte. Me doy cuenta de que culpar a la magia
podría considerarse la forma más fácil de culpar por lo que te pasó. No lo es, espero que algún día llegues
a comprender que las decisiones que las personas toman a veces no se pueden entender, pero.
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sin embargo, ellos no tienen la culpa de lo que te hace tan especial." No había querido revelar nada sobre sí
mismo, pero dudaba que Harry entendiera el significado detrás de eso todavía.
Severus le dio un suave apretón a los hombros de Harry y le dejó pensar en lo que dijo. Dejó ambos cuencos para
el gato, antes de guiar al chico silencioso de regreso al sofá y sentarlo para que se sintiera cómodo. "¿Has
decidido un nombre?" cuestionó, mirando al adolescente que parecía más pálido de lo normal, realmente no le
gustaba ver magia, pero Severus estaba decidido a sacar eso de su sistema.
"¿Nombre?" Susurró Harry, sus ojos verdes se abrieron como platos, evidentemente no había pensado en eso.
"Por supuesto, no podemos seguir refiriéndonos al gatito como gato o gatito, es necesario ponerle un nombre".
Señaló Severus, innegablemente tenía curiosidad por saber cómo terminaría llamándose el gatito.
Quizás debería haberlo dejado por un tiempo, no había duda de que se llamaría algo infantil y tonto... Harry
todavía tenía mucho que crecer por hacer...
"Severus," decidió Harry.
Severus se sonrojó y definitivamente no era la respuesta que esperaba. "Ah, ¿tal vez algo más?" Dijo, no
estaba seguro de si se sentía avergonzado o avergonzado, ¿quizás un poco de ambas cosas? Harry quería ponerle
su nombre a su gato, un gato entre todas las cosas. ¿Podría realmente haber escuchado mal? ¿Quizás era Harry el
que quería su atención y no su decisión sobre el nombre?
Harry miró fijamente a Severus tratando de entender qué estaba pasando, "¿No quieres que lo llame Severus?"
Preguntó Harry, su rostro se desmoronó cuando la tristeza comenzó a apoderarse de él en contra de sus deseos.
Simplemente se sintió muy triste por lo que acababa de escuchar sin saber realmente por qué.
Severus gimió lo más silenciosamente posible, maldito sea, ahora se sentía increíblemente culpable. "Sería un
honor si lo hicieras", dijo Severus, su voz un poco más lenta de lo normal, como si lo estuviera diciendo de
mala gana. Entonces Harry le sonrió como si acabara de concederle un gran honor; simplemente se estremeció
un poco al imaginar las reacciones de todos al enterarse. Poppy y Minerva iban a burlarse de él sin piedad,
y quién sabe cómo reaccionarían Black y Lupin, no es que Lupin hubiera estado presente mucho, solo Black
un par de veces. ¿De qué tenía que avergonzarse? Harry se preocupaba por él, se preocupaba lo
suficiente como para ponerle su nombre a lo primero que consiguió.
"¿Honrado?" Dijo Harry en voz baja, lo había escuchado varias veces pero no tenía idea de lo que significaba.
"Muy feliz", explicó Severus. Eso sería suficiente por ahora, cuando su inglés mejorara encontraría una definición más
apropiada y más cercana que esa. No estaba dispuesto a reducir su vocabulario para nadie, no
completamente, con el tiempo Harry aprendería más de esa manera.
Harry solo asintió, ya lo había sospechado, y por supuesto que sí, le había sonreído.
Harry jadeó, viendo a su gatito olfatear la comida y comenzar a comerla. Volviéndose hacia Severus, le dijo
"Gracias", y estaba agradecido, quería tomar a Sevvy en sus brazos y abrazarlo cerca, pero no lo hizo, sabía lo que
era tener hambre así que de mala gana dejó que Sevvy comer, podría jugar con él después. No había nadie por
quien preferiría que le pusieran el nombre a su gatito que a su oscuro protector.
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­0 Fin del flashback 0­
Severus no pudo evitarlo, revisó a Harry antes de irse, sus labios se torcieron, Harry yacía acurrucado, su gatito
descansando contra su cuello, abrazándolo. Fomentó el vínculo que tenían entre ellos, permitiendo que la magia
hiciera lo previsto y los convirtiera en Maestros y familiares. Convenciéndose de que Harry estaría bien, cerró la
puerta hasta que sólo se abrió un poco, a Harry no le gustaba estar encerrado en una sola habitación, eso y
tampoco le gustaba la oscuridad. De ahí su decisión de hacer una luz nocturna que brillara a través del espacio de
la puerta.
Se paró en la puerta de su habitación, tapándose la cara, lo cual le resultaba cada vez más difícil de hacer, no lo había
hecho en todo el verano. Si bien era cierto que no había podido mostrar ninguna emoción negativa por pequeña
que fuera, en realidad no se había puesto las máscaras por completo. Harry ni siquiera habría comenzado a confiar
en él si hubiera sido así. Enderezando su columna, salió de su habitación, cerrando la puerta sintiendo cómo las
barreras bajaban asegurando el área.
Disfrutó de la tranquilidad mientras salía de las mazmorras y subía al Gran Comedor, sabiendo que en menos de veinte
minutos estaría soportando lo que parecía un ruido eterno por parte de más de cien estudiantes de Hogwarts
mientras todos abrazaban a sus amigos y Les contó a todos en voz alta lo que habían hecho ese verano
mientras gritaban y se adulaban como si no se hubieran visto en años.
Sacando su varita, abrió las puertas del Gran Comedor, que estaban cerradas por alguna razón, ¿fue él el primero
en bajar? Esa sería la primera vez, detestaba estas cosas y solo llegó justo antes de que llegaran los estudiantes. Ni
siquiera los profesores eran inmunes a los chismes o a contar historias sobre lo que habían hecho. El único que le
interesaba remotamente era Filius quien viajaba con los torneos de duelo, mantener su condición de campeón era
agotador. Pronto descubrió que no era el primero en bajar; Apostaría que usaron la entrada lateral en lugar de las
puertas del Gran Comedor.
"Buenas noches, Severus", dijo Albus dándole a Severus una amplia sonrisa, complacido de verlo, para nada
perturbado por el hecho de que eligió poner los ojos en blanco, no era la primera vez y ciertamente no sería la primera
vez. último.
"Albus", respondió Severus asintiendo mientras se dirigía a la mesa principal, teniendo que sentarse al lado de Severus
debido a que Sirius Black estaba en la mesa a pesar de que no era profesor.
"¿Todo va bien?" Preguntó Albus, tratando de animar a Severus a tener al menos una conversación como
siempre hacía.
"De hecho", respondió Severus, asintiendo de nuevo, sabiendo lo que Albus realmente estaba preguntando debajo de
la superficie, estaba preguntando si Harry estaba bien sin llamar la atención. Albus y Minerva habían estado ocupados
preparando las cosas de último momento para realmente poder pasar a visitar a Harry, quien afortunadamente no
parecía herido por eso.
"¿Escuché que recientemente tienes un familiar?" Preguntó Albus, con los ojos brillando intensamente.
Severus frunció los labios, mirando a Albus con molestia, ¿por qué había bajado? Pensar que podía estar seguro
en sus habitaciones, incluso había aguantado al maldito gatito.
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trepando sobre él que lidiar con esto. Para empeorar las cosas, sabía que los demás estaban escuchando
atentamente tan pronto como Dumbledore hizo esa maldita pregunta. "No es mi familiar, pero sí, vive conmigo,
y más preguntas y lo usaré como ingredientes para pociones", espetó furioso. Él y todos sabían incluso
mientras lo decía que nunca dañaría a otro ser vivo, tal vez la única excepción fueran las ratas que se usaban
con frecuencia para probar pociones.
Albus se inclinó, "¿Le han dado un nombre?" Había genuina curiosidad en sus ojos azules.
Sí, definitivamente deseaba estar en sus habitaciones. "Decidió con toda su sabiduría ponerle mi nombre
al gatito", respondió Severus, su boca apenas se movía mientras respondía, bien susurrado en realidad.
No iba a mencionar el apodo que le había puesto a esa maldita cosa, y temía el día en que alguien lo
oyera. Severus notó que Sirius Black se estaba esforzando por escuchar su conversación, y obtuvo una
satisfacción vengativa por el hecho de saber que el mago no sería capaz de escucharlo.
"Eso no es sorprendente", dijo Albus solemnemente, su naturaleza alegre desapareció cuando la conversación
se volvió seria, al menos para él. "Tú lo salvaste, Severus, le devolviste la vida y eres el único en quien ha
podido confiar".
"Lo sé", suspiró Severus sombríamente.
"¿Has tomado una decisión sobre qué hacer mientras das clases?" Albus continuó su conversación en voz
baja.
"Roz cuidará de él", informó Severus a Albus.
"Ya veo", Albus asintió pensativamente, tal vez podría visitarlo de vez en cuando, necesitaba contacto
humano, y no le dijo nada a Severus sabiendo que estaba haciendo lo mejor que podía por el niño.
No tenía dudas de que Severus también estaría vigilándolo.
"Ella ya sabe qué hacer si pasa algo", le informó Severus, Harry estaría bien. O eso seguía convenciéndose
a sí mismo.
La mansión del Señor Oscuro
Tom fulminó con la mirada la cosa repugnante que había sido trasladada a su mansión, según su pedido.
Theodore padre no había podido extraer ninguna información de la repugnante excusa de mago y por eso
la había exigido. Quería la información y sabía exactamente cómo conseguirla.
Olía absolutamente mal, y se vistió aún más, una vez más se preguntó por la cordura de
Dumbledore al tener una cosa tan débil en su preciosa orden. Por supuesto, lo mismo podría decirse de
Pettigrew, lo que le hizo hacer una mueca de disgusto.
"¿Mi señor?" Theodore cuestionó, preguntándose si había hecho algo mal, "¿Quieres que lo limpie?"
"No", respondió Tom agitando su mano y limpiando fácilmente al cretino él mismo, solo entonces pudo sentir
que podía respirar libremente sin contaminarse.
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Un pequeño gemido casi indescifrable alertó a ambos hombres del hecho de que el mago estaba lentamente
volviendo en sí. Theodore dio un paso atrás, quitando su varita mientras permanecía allí esperando. No haría nada a
menos que no tuviera elección o se lo pidieran, como siempre. Desde el regreso del Señor Oscuro, le había
preocupado que volvieran a ser como eran las cosas, pero se hizo evidente que no era así, y por eso estaba
agradecido. Era más como los tiempos donde eran los caballeros de Walpurgis, esto lo alivió un poco, ya no temía
por la vida de su hijo como lo había hecho en el pasado a pesar de su corta edad obviamente.
"Queaa..." Los ojos de Mundungus se abrieron mientras se sentaba con los ojos abiertos, "¿Dónde estoy?" murmuró,
entrecerrando los ojos como si eso le ayudara a mirar a su alrededor.
"¡Crucio!" Tom agitó su varita mirando con fascinación mórbida mientras el mago se retorcía en el suelo, gritando a
todo pulmón. Su fascinación no duró mucho, Tom agitó su varita poniendo fin a la maldición, el mago se había orinado
en el suelo, y moriría por eso. No es que planeara dejar que el mago se fuera, no podía, no sin arriesgarse a que
su regreso quedara expuesto, ante Dumbledore de todas las personas, quien se había vuelto cada vez más
impredecible últimamente y Tom todavía no sabía qué hacer con eso.
Mundungus continuó lloriqueando en el suelo, acurrucado en un patético intento de protegerse: "Te haré
ganar más dinero y solo dame más tiempo". suplicó. Suponiendo que fuera uno de los muchos magos a los que le
debía dinero.
Tom asintió con la cabeza hacia Theodore, quien rápidamente "¡Incarcerous!" Una vez que el mago estuvo atado,
limpió el desorden sin desear tocar al mago sin hacerlo, el olor era simplemente fétido.
Agarrando su cabello, obligó a Mundungus a mirar hacia arriba, directamente a los ojos de Lord Voldemort,
Mundungus jadeó horrorizado, pero antes de que pudiera hacer nada, Tom golpeó.
"¡Legilimens!" y él estaba dentro, hojeando sus recuerdos como mantequilla blanda, sin importarle realmente si estaba
lastimando al cretino o no. No le tomó mucho tiempo llegar al recuerdo que deseaba, lentamente observó el recuerdo,
vertiendo más magia en el hechizo, luego buscó el siguiente recuerdo. Una vez que vio lo que deseaba ver, se sacó
para poder pensar sin soportar los patéticos recuerdos del desperdicio de espacio que se atrevió a llamarse a sí
mismo un mago.
"Espera... por favor, me uniré a ti, puedo... espiar, soy bueno obteniendo información", lloriqueó Mundungus,
su pecho subía y bajaba rápidamente mientras respiraba con dificultad, aterrorizado.
"Ya tengo lo que quiero", dijo Tom con frialdad, mirando con disgusto al mago que tenía delante, con los ojos brillando.
"Puedo conseguir más", jadeó Mundungus, Merlín no quería morir, ¿por qué se había unido a la Orden? Oh, sí, se
lo debía a Dumbledore por sacarlo de un problema. ¡Mira dónde lo había llevado eso! Lo último que realmente
recordaba era haber bebido en la taberna de Knockturn Alley.
"Difícilmente", respondió Tom, mirando a Theodore, diciéndole con los ojos que se moviera, no quería interponerse
en el camino de la maldición asesina. Lo último que quería hacer era matar a su viejo amigo, y Theodore era un viejo
amigo, había estado con él desde el principio y era completamente leal. "¡Avada Kedavra!" con una velocidad
que sólo encontrarías en el más rápido de
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cosas, el hechizo salió de la varita de Tom y golpeó al mago que estaba muerto antes de que pudiera tocar el suelo.
"¿Tenía la información que buscaba, mi señor?" Theodore cuestionó, esperando que así fuera. Echando un vistazo
al cadáver, asumió que lo más probable era que "sí" fuera la respuesta.
"De hecho", dijo Tom distraídamente. "Parece que Albus Dumbledore reinició la Orden para buscar a Harry
Potter y la detuvo abruptamente." lo que significaba que habían encontrado al niño. Dumbledore no confiaría al niño
en ningún otro lugar que no fuera Hogwarts. No importaba si Dumbledore pensaba que estaba muerto o no. Dumbledore
parecía viejo cuando pidió ayuda a la Orden, pero cuando les dijo que se detuvieran; parecía haber envejecido cincuenta
años en el transcurso de una reunión. Algo había sucedido, algo grande, ahora que sabía qué hacer, definitivamente
era hora de enviar a Nagini. Lo había contemplado varias veces en el pasado, pero no lo había hecho.
"¿Crees que encontró al niño?" Preguntó Theodore, orando para que su Señor no estuviera a punto de comenzar
su deseo de matar a un adolescente, un niño de la misma edad que su hijo una vez más.
"Sé que lo hizo", respondió Tom.
"¿Qué deseas hacer ahora?" Teodoro preguntó.
"Reúna toda la información que pueda sobre él, las cosas no son lo que parecen, Theodore, pregúntate por qué lo
mantienen en secreto. No saben que he vuelto... entonces, ¿por qué si no Dumbledore haría todo lo posible
para mantenerme en secreto?" ¿Está escondido?" Tom señaló.
"¿Le pasa algo? ¿Quizás resultó herido?" dijo Theodore pensativamente.
"Pronto lo descubriré", afirmó Tom con confianza, Nagini no solo era su familiar, algo que nadie sabía todavía, sino
que ella era su Horrocrux y él tenía la capacidad de controlarla, de ver a través de sus ojos. Pronto obtendría sus
respuestas. "Exijo que tomes a Nagini y la dejes en las puertas de Hogwarts". añadió, reduciendo a su familiar a un
tamaño extremadamente pequeño e imperceptible. Haciendo que ella siseara, bueno, no a él sino a
Theodore, se imaginó que era. Ella no estaba feliz en lo más mínimo, pero lo haría por él. Le entregó la criatura a
su cansado seguidor, quien no protestó y manejó a Nagini con sumo cuidado, lo que provocó que no lo aprobara.
"Ahora ve,"
"¿Qué pasa con... él, mi Señor?" Teodoro cuestionó.
"Lo tengo, ¡ahora vete!" Dijo Tom perdiendo la paciencia.
Theodore, al darse cuenta de esto, se inclinó antes de pasar rápidamente por encima del mago muerto y salir de la
mansión de su Señor hasta el punto de aparición, dirigiéndose directamente a Hogwarts.
Notas finales del capítulo
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¡Aquí vamos! ¡Hogwarts vuelve a empezar! Entonces, ¿lo descubrirá el Ministerio
y Dumbledore y Tom unirán fuerzas para salvar a Harry? ¿Se da cuenta de que el
Ministerio es demasiado corrupto? ¿O pasará un tiempo antes de que Tom y
Dumbledore lleguen a algún tipo de acuerdo? ¿Cuándo se revelará Tom? Espero que sigas
disfrutando de la historia a pesar de que no estará llena de acción en lo que respecta a
peleas, etc., ¡sino más bien de manipulación en segundo plano en este juego, creo! ¡R&R por favor!
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Capítulo 27
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 27
Incluso con el sentido del olfato y la libertad de Nagini para mirar a su alrededor, le tomó dos días encontrar a Harry
en el laberinto que era Hogwarts. No es que Nagini tuviera el control total durante esos días, ya que Voldemort
la poseería para comprobar lo que él pensaba que eran los lugares más obvios en los que Harry estaría a veces.
Como las antiguas habitaciones de invitados que Hogwarts usaba ocasionalmente, la sala común de Gryffindor
e incluso la oficina y las habitaciones de Dumbledore, fue pura suerte que lo hubieran encontrado si eran honestos,
Voldemort había estado en control de ella cuando observó a su espía levantarse muy temprano. de la mañana,
alrededor de las cinco de la mañana con un niño, joven era un término relativo ya que se suponía que Harry
tenía quince años, pero su altura lo hacía parecer ridículamente pequeño y bueno, parecía un estudiante de tercer
año. Había vislumbrado la cicatriz a través del cabello mojado, Nagini mantuvo la distancia mirándolos desde
lejos y aun así sus sospechas se habían confirmado. Harry estaba usando un andador para moverse, no podía ser
un simple caso de piernas rotas ya que tenían una poción para eso.
Algo grave había sucedido y no podía entender qué. Fue esa noche que Nagini logró colarse sutilmente en las
habitaciones de Severus manteniéndose en las sombras para no ser detectada. Fue pura suerte que el silbido
defensivo del gatito no se escuchó ya que Severus literalmente había cerrado la puerta una vez que bajaba a cenar.
Nagini miró a la serpiente, pero antes de que el impulso de cazar, rastrear y matar a su presa pudiera alcanzarla, su
Maestro una vez más tomó el control, ignorando por completo al gatito. Nagini comenzó a inspeccionar las
habitaciones de su antiguo espía.
No debería haber sorprendido a Voldemort que el chico estuviera con Severus, pero así fue. Su espía había
acudido a él y le había rogado que perdonara a Lily Potter, lo cual en su defensa había intentado hacer.
No podía ver cómo Severus habría pensado que las cosas serían de otra manera. ¿Qué mujer se haría a
un lado y dejaría que mataran a su hijo? Había sabido al acercarse a la casa que estaría rompiendo su
promesa, lamentablemente no le había importado entonces; había estado loco, hambriento de poder,
sobreviviendo con un pequeño fragmento de su propia alma. Ahora, prosperando con más de la mitad de su
alma (la mitad que había estado en el diario y la mitad que había absorbido de su pieza de alma incorpórea
en Albania, tenía un poco de arrepentimiento. Mantenía la mayor parte del arrepentimiento que tenía por el
hecho había sido desencarnado y su causa perdida en la locura.
Voldemort se deslizó en una habitación pero la encontró vacía, y considerando todos los libros de pociones,
diría que su habitación pertenecía a Severus. Volviendo a salir, revisó las otras habitaciones y encontró la
biblioteca y el baño antes de pensar en revisar la habitación al lado de la de Severus. Esa habitación no estaba
vacía; Había un niño que solo podía ser Harry sentado en la cama leyendo, con los ojos caídos como si estuviera
cansado. El libro era para niños, para niños que recién estaban aprendiendo a leer. Ese libro era para un niño
de cinco años, en su sorpresa al observar a Harry se olvidó de asegurarse de que estaba en un bonito lugar
oscuro e invisible.
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"Una serpiente", dijo Harry, parpadeando con asombro, era una serpiente, había aprendido todo sobre los animales.
"Aquí no hay ratones". asumiendo que solo porque el libro decía que les gusta comer ratones y ratas, eso fue todo lo
que comieron. Sin darse cuenta del peligro potencial en el que se encontraban él o su gatito.
"¡Tu hablas!" Voldemort/Nagini siseó en completo y total shock.
"No sabía que las serpientes podían hablar", dijo Harry con sus ojos verdes muy abiertos por el asombro, la
inocencia en esos ojos mientras miraban a la serpiente lo decía todo y Voldemort estaba completamente aturdido
por este giro de los acontecimientos. ¿Había sido Obliviado el niño? ¿Había olvidado todo en su vida? ¡Eso no
explicaba por qué ni siquiera podía caminar! Esperaba respuestas cuando finalmente encontró al niño y no les hizo más
preguntas.
"No estamos hablando en inglés", siseó Voldemort, logrando sonar exasperado y molesto incluso hablando a través de
una serpiente. "Estamos conversando en lengua pársel", sin mencionar el hecho de que todavía estaba entumecido por
el hecho de que el niño era claramente capaz de hablar y entender el lenguaje de las serpientes, era hereditario, no
algo que alguien pueda aprender.
Harry simplemente parpadeó mientras luchaba por entender las grandes palabras que se estaban usando. Ambos le
eran desconocidos y, no lo olvidemos, extremadamente extraños. Ni siquiera se movió cuando la serpiente miniaturizada
avanzó, enroscándose hacia su cama antes de deslizarse por sus ojos sobre Harry todo el tiempo. El noventa por
ciento de la población estaba aterrorizada por las serpientes, probablemente más, incluso aquellos que se jactaban
de ser de Slytherin estaban aterrorizadas por ellas.
Sus propios seguidores estaban aterrorizados por Nagini, a pesar de que hasta el momento ella nunca les había
dado motivos para estarlo.
"El término para hablar con las serpientes es hablar pársel, el idioma es lengua pársel".
Voldemort explicó claramente al ver que no entendía. "Es un regalo mágico muy raro". ciertamente NO se perdió el
estremecimiento que Harry dio con sus palabras. La gente se estremeció ante su nombre porque le infundía miedo,
ahora ¿por qué Harry Potter temería la palabra magia? Una sensación de hundimiento se apoderó de sus entrañas,
ahora debería sentir una sensación de satisfacción o algo así, cualquier cosa que no fuera un mal sentimiento.
Si a Harry no le gustaba la palabra magia entonces nunca sería capaz de derrotarlo. Sin embargo, la idea de que
alguien tuviera miedo de su propia magia lo ponía furioso. La magia era un regalo, seguro quería o había querido matar al
chico pero… esto no estaba bien.
No deseaba nada más que poder leer la mente del chico, obtener respuestas definitivas, pero desafortunadamente, como
era su serpiente posesiva, no podía. "La magia no es mala", le dijo al adolescente al ver su reacción, tal vez se había
equivocado y no le tenía miedo a la magia tal vez ya sabía que él, Lord Voldemort, era lengua pársel y no quería nada en
común. con el asesino de sus padres.
"Lo sé, es lo que dice mi protector oscuro", susurró Harry como si tuviera miedo de ser escuchado.
"¿Protector Oscuro?" Siseó Voldemort, ya dándose cuenta de la respuesta a eso, debía referirse a Severus. Protector
significaba que Severus había salvado a Harry de algo, lo había protegido de alguien a quien tal vez tenía miedo, ¿lo
había ayudado tal vez?
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"Él me salvó", susurró Harry una vez más, sus ojos verdes empañados al recordar la vida antes de despertar con
el rostro de su Protector Oscuro y su suave voz diciéndole que todo iba a estar bien, el miedo que siempre
había sentido, lo frío, lo cansado. y ver gente herida y sin poder hacer nada. La gente todavía lo asustaba, los
humanos lo asustaban y, con la obvia excepción de las personas que le presentó su Protector Oscuro,
en su mayoría era solo miedo a lo que eran capaces de hacer.
"¿De quién te salvó?" Preguntó Voldemort, sintiéndose extremadamente enojado, pero afortunadamente eso
no se pudo mostrar a través de Nagini, en lugar de eso, su magia estalló en advertencia dentro de la suya.
señorío.
"Una mala persona", dijo Harry estremeciéndose sólo de pensar en ella, no sabía su nombre, pero podía recordar
todo lo que había hecho, y ¿cómo podría olvidarlo cuando la veía en sus pesadillas la mayoría de las
noches? A veces, su Protector Oscuro entraba en sus sueños y la hacía irse, protegiéndolo y haciéndolo sentir
ya no solo y olvidado. El sueño obviamente simbolizaba el rescate, o tal vez era el hecho de que ella estaba
muerta y no podía volver a lastimarlo a él ni a nadie más.
"¿Tu familia?" Voldemort siseó, si ese fuera el caso necesitaría cazarlos y obtener la información, dependiendo
de lo que obtuviera tenía toda la intención de matarlos.
Nadie, especialmente un maldito muggle, lastimó a alguien mágico (un niño mágico) y vivió para contarlo, él no
lo permitiría. Nunca había querido permitirlo. Siguiendo de cerca a Harry y sus reacciones, vio otro
estremecimiento y se dio cuenta de que tenía sus respuestas.
"Ellos también me lastimaron", dijo Harry con tristes ojos verdes, no entendía por qué siempre lo lastimaban,
siempre lo llamaban monstruo y abominación. Sin embargo, Severus no lo hizo, su protector Oscuro dijo que era
bueno, que lo que hicieron estaba mal, y trató de creerle, pero el miedo de que su protector Oscuro lo viera
como uno constantemente asomaba su fea cabeza.
"¡Estúpidos y asquerosos muggles! ¡Pagarán por lo que hicieron!" Voldemort escupió con vehemencia,
lastimando a un niño mágico, hasta la profecía de que nunca había matado a un niño, y solo mataba a aquellos
que lo desafiaban abiertamente, se oponían a él o traicionaban su causa.
"Mi Protector Oscuro dijo que no puede volver a lastimar a nadie", explicó Harry con exuberancia
infantil, su mal humor desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Cambiando sus mantas e inclinándose para estar
cara a cara con la peligrosa serpiente.
Si las serpientes pudieran levantar una ceja (si al menos tuvieran una), entonces seguramente lo harían,
Voldemort no se sorprendió al escuchar esto. Severus era un mago oscuro y detestaba el abuso infantil de
cualquier tipo, especialmente considerando todo lo que había pasado a manos de su padre muggle. Esto
simplemente demostró que Dumbledore no había sido capaz de convertirlo completamente al lado luminoso
si tal cosa hubiera sucedido. Lo desconocido le había obligado a mantener a Severus en la oscuridad sobre
su regreso. Ella específicamente mencionó... ¿familia? ¿O alguien más a quien había terminado al cuidado?
Tenía la intención de averiguarlo. Seguramente tenía que ser un muggle… era lo único que hacía que las
acciones de Dumbledore tuvieran sentido.
Su atención se desvió cuando un elfo doméstico entró, la visión del elfo doméstico no era extraña, pero el
hecho de que hubiera entrado era extremadamente extraño: normalmente sólo se los veía aparecer en
cualquier lugar. ¿Era el miedo de Harry tan importante que no se podía hacer magia cerca de él?
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"¿El Maestro Harry quiere algo de beber o comer antes de acostarse?" chilló el elfo doméstico, sin darse cuenta aún de la
serpiente.
"¿Tostadas con queso?" Harry preguntó animándose; le gustaba la forma en que Roz hacía tostadas con queso.
"Roz volverá enseguida con su tostada con queso y leche, Maestro Harry", dijo Roz sonriendo con orgullo una vez más
saliendo de la habitación sin usar magia.
Nagini/Voldemort observó a Harry sentarse lentamente, como si cada movimiento fuera incómodo o difícil. Tenía puesto un
pijama con una snitch grande que continuaba zumbando alrededor de su parte superior y en su parte inferior tenía palos
golpeando la Bludger una y otra vez. No podía sentir dolor, Severus nunca lo permitiría, y simplemente no parecía tener la
coordinación para ello.
Habría sospechado que Harry estaba ciego si no fuera por el hecho de que podía ver claramente a Nagini. Sus instintos gritaban
que había mucho más en esto de lo que parecía, más que solo miedo a la magia, tendría que llamar a Severus, no tendría
otra forma de obtener la información y no iba a esperar. más lejos. Había sido más que paciente durante dos días y la espera
había terminado.
Lo que ocurrió después hizo que todo pareciera aún más urgente.
"¡Maestro Harry, aléjese!" dijo el elfo doméstico dejando caer el plato al suelo, su mano moviéndose hacia afuera, lista
para defender a Harry como le habían dicho, con un chasquido de sus dedos un rayo mágico salió disparado del dedo de Roz
directamente hacia la serpiente.
"¡NO!" Harry gritó horrorizado, no queriendo que le pasara nada a su nuevo amigo, su magia reaccionó a su intención,
estallando, la magia rebotó en su escudo desde donde protegía a Nagini y regresó a su remitente, causando que Roz saliera
volando con un grito alarmado. Grita en la sala de estar y se estrella contra la pared, cayendo inconsciente.
Harry comenzó a temblar de horror mientras miraba al elfo doméstico sangrando, horrorizado por lo que había hecho.
Repitió "no" una y otra vez mientras caía de la cama y se metía en un rincón, más rápido de lo que Nagini/Voldemort
había visto hasta ahora. Meciéndose hacia adelante y hacia atrás, su magia azotando incómodamente, ninguno de los
muebles fue afectado, lo que le dio a Voldemort una pista sobre el hecho de que obviamente esta no era la primera vez que un
incidente así ocurría. Quemaría su núcleo si continuara así.
"Cálmate, no dejes que tu magia te controle pequeño", el apodo salió de su boca de mala gana, sin su permiso, en su intento
de intentar calmar a Harry. No funcionó, simplemente continuó con su mantra de 'no' una y otra vez completamente cerrado,
definitivamente no escucharía a nadie ahora. Nunca había visto algo así, habría seguido estudiándolo, en lugar de eso se
deslizó nuevamente por la cama, con la intención de llegar a uno de los retratos que hablaban lengua pársel, que
afortunadamente eran bastantes y sabía dónde estaba cada uno de ellos. ellos lo eran. Había memorizado cada rincón de la
escuela y encontró más habitaciones que nadie antes que él, incluida la legendaria cámara de los secretos.
"¡ABIERTO!" Siseó Voldemort, ordenando a Hogwarts que hiciera eso ya que él era el heredero de Salazar Slytherin y este
era su dominio. No sabía si funcionaría ya que su cuerpo físico estaba de regreso en su base, a salvo de que cualquiera se le
acercara sigilosamente. El clic silencioso indicó
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Hogwarts le había abierto la puerta. Atravesando rápidamente la abertura, se deslizó por el pasillo a paso rápido hasta
que encontró el retrato. El retrato de Herpo el asqueroso.
"¡ENCUENTRA UN FANTASMA Y DÍLES QUE LE DIGAN A SEVERUS SNAPE QUE LO NECESITAN EN SUS
CUARTOS DESPUÉS DE PRISA!" Siseó Voldemort, su exigente presencia no podía ser disimulada, era más que obvio para
Herpo la falta de que esta no era una serpiente común y corriente, después de todo las serpientes no hablaban así en voz baja.
La serpiente, como el famoso mago, miró fijamente a la serpiente por unos momentos antes de que se fuera,
saliendo de su retrato y rápidamente recorriendo el castillo para encontrar un fantasma, lo cual no era fácil de hacer,
especialmente a la hora de la cena, ya que la mayoría de las veces. Los fantasmas solían entrar al Gran Comedor
durante la cena. No podía usar a Peeves por razones obvias, literalmente no podía entrar al Gran Comedor debido al
fiasco de las bombas de estiércol hace mucho tiempo. Dumbledore había encontrado una manera de prohibirlo por
completo, por lo que la paz reinaba en el Gran Comedor durante las horas de comida.
Finalmente, Herpo tuvo que moverse hacia un retrato lo más cerca que pudo del Gran Comedor y esperar.
Murmurando cómo él, uno de los magos más famosos, portador de la tarjeta de rana de chocolate e inventor,
estaba desempeñando el papel de mensajero. "¡BARÓN!" Herpo gritó aliviado, un fantasma que podía soportar y
tolerar, bien.
Baron flotaba en el aire, mirando el retrato con curiosidad, Herpo rara vez salía de las mazmorras, ¿qué pasaría
para llevarlo hasta aquí? "¿Qué es?" gruñó, con su habitual actitud hosca.
"Dile a Severus que lo requieren en sus habitaciones inmediatamente", explicó Herpo apresuradamente.
"¿Por qué?" preguntó el Barón Sangriento.
"No lo sé, ¿verdad? ¡Sólo hazlo!" Herpo refunfuñó en respuesta, había hecho su parte y ahora le tocaba a Baron
de ahora en adelante.
El maldito Barón regresó al Gran Comedor balanceándose hacia la mesa principal, hasta que estuvo frente al jefe de
la casa de Slytherin. Severus era una de las pocas personas que podía tolerar, probablemente porque nunca
hacía preguntas estúpidas y tontas. "Se le solicita que llegue a su habitación de inmediato".
"¿Disculpe?" Severus dijo bruscamente, entrecerrando los ojos con precaución, ¿por qué el maldito Barón diría tal
cosa? Su primer pensamiento fue Harry, pero tenía una elfa doméstica cuidándolo, ella habría acudido inmediatamente
a él y lo habría llevado con Harry.
"Parece urgente", afirmó Baron antes de darse la vuelta y alejarse, saliendo del Gran Comedor nuevamente, esta
vez no regresó.
Severus se levantó apresuradamente, olvidando su postre mientras caminaba alrededor de la mesa de profesores,
caminando a lo largo del pasillo. Era mucho más rápido llegar a su habitación de esta manera que usar la entrada de
profesores y no tenía absolutamente ningún tiempo que perder. Si descubría que era algún tipo de broma, el
perpetrador no viviría para ver el día siguiente. Su corazón latía con fuerza como un tambor interminable, mientras la
preocupación se apoderaba de él y todo tipo de pensamientos cruzaban por su mente.
¿Por qué el camino hasta sus habitaciones tenía que parecer incluso más largo de lo normal a pesar de que estaba
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¿Casi todos corriendo hacia allí ahora que estaba fuera del maldito Gran Comedor? Los pensamientos de Severus lo
atacaban como si de alguna manera fuera su culpa.
Podía sentirlo incluso mientras se acercaba al pasillo hacia sus habitaciones, la magia pura e inquebrantable brotando
de Harry. Nunca lo olvidaría, había sido víctima de ello y, francamente, después de escuchar sobre Ariana, estaba
aterrorizado de que esta fuera la vida de Harry. Encerrado para evitar que lo enviaran a San Mungo hasta que un
accidente y su magia lo mataron a él y a todos los que estaban en los alrededores. Sentía un hormigueo por todo él; se
quedó paralizado en shock, por unos segundos, cuando notó que las puertas de su cuarto estaban abiertas cuando
sabía que no lo había hecho.
Wand salió, dándose cuenta de que tendría que hacer lo que fuera necesario para mantener a Harry a salvo sin
importar el costo para él mismo. Cerrando la puerta, restableciendo sus protecciones, manteniendo el área segura.
Moviendo su varita hizo el hechizo que le permitiría saber cuántas personas había en sus habitaciones, resultó un total
de dos, quienquiera que fuera, ya se había ido. Tendría que ver si podía lograr que Harry lo entendiera cuando se calmara.
Pidió una bebida calmante y se acercó a su dormitorio, notando a Roz; El elfo doméstico estaba inconsciente tirado en un
rincón. Algo había sucedido para hacer que Harry se pusiera así, ¿Roz lo había sorprendido de alguna manera o alguien
más había hecho eso y mientras Roz lo defendía ella terminó herida? ¿Por un agresor o por Harry? Pasó por encima del
plato roto y ahora de la comida inútil. La intensa sensación de la magia de Harry era abrumadora, era muy difícil dar
todos y cada uno de los pasos que daba, y tenía que estar cerca para deletrear la corriente calmante en él. Temía el
día en que la poción dejara de funcionar, realmente lo temía.
Murmurando en voz baja, usando magia no verbal para deletrear el contenido del vial en el estómago de Harry,
decidiendo no usar ninguna magia; no quería arriesgarse a terminar con Harry en el estado en el que ya se encontraba.
"Tranquilo, Harry, yo". Estoy aquí, estoy aquí." dijo en voz baja, continuando con determinación hacia el joven
casi catatónico. "Estoy aquí, está bien, fácil". sus dedos rozaron el rostro de Harry, con movimientos suaves y seguros, su
rostro estaba envuelto en una relajante máscara de calma, para que Harry supiera que no estaba en problemas.
"Oye, cálmate pequeño", lo tranquilizó Severus, cuando esos ojos verdes se fijaron en los suyos. Un suave sollozo salió
de la boca de Harry cuando el adolescente se arrojó hacia Severus, hundiéndose en él como si estuviera
intentando hacer que el mundo desapareciera. Sentándose, Severus simplemente acarició la cabeza de Harry mientras
su magia dejaba de azotar la habitación y el llanto cesaba.
Notas finales del capítulo
¿Severus sabrá a través de la marca que Nagini pertenece al Señor Oscuro? ¿Irá hacia él? ¿Reanudar su
espionaje? ¿O Voldemort lo liberará de sus deberes o Voldemort realmente podrá ayudar a Harry? ¿Con
las artes oscuras contra las que Dumbledore estaba tan vehementemente antes de todo esto? ¿Le hará darse
cuenta de que podría haber ayudado a su hermana? haciéndolo sentir peor? ¿Se aprobarán las legislaciones
de Dumbledore o se aprobarán?
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¿Necesitarán las artimañas de Voldemort y Dumbledore para tener éxito en su nueva
empresa? ¿Descubrirá el público y respaldará completamente a Dumbledore cuando se
trate de darse cuenta de cómo son los muggles? ¿Será Skeeters quien lo revele todo?
¿Firmará su sentencia de muerte o Harry permanecerá en las sombras teniendo una vida
fuera del escrutinio constante? R&R por favor
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Capítulo 28
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 28
Severus no estaba seguro de cuánto tiempo permaneció sentado allí con el peso muerto del cuerpo de Harry sobre
él, a pesar de su sueño, los brazos de Harry estaban fuertemente alrededor de su espalda, haciéndolo casi
imposible moverse sin despertar a Harry. Había esperado que el estallido de la otra vez fuera el último. Esto
confirmaba que Harry podría terminar como Ariana Dumbledore, con constantes estallidos de magia que le impedían
tener una vida normal. Detestaba la idea de que Harry tuviera que permanecer escondido del mundo, incapaz de
vivir verdaderamente su vida. Ya había pasado por muchas cosas, encerrado y abusado, luego encerrado de nuevo
y experimentando. Pensar que sólo habían temido que Harry no estuviera del todo allí debido a todo lo que había
sufrido.
Harry había recorrido un largo camino desde que lo encontraron, tanto mental como físicamente, parecía que el único
problema era la magia. La idea de crear una poción para bloquear la magia de Harry, impedir que alguna vez
pudiera usarla era francamente repugnante, horrible… malvada. Una poción así nunca debería crearse y odiaba los
pensamientos que tenía sobre el tema. Harry no se recuperaría a menos que su magia dejara de lastimar a la
gente, podía ver que Harry se sentía muy mal por lo ocurrido. Podría ser lo que impedía que Harry aceptara la
magia y los tuviera en un círculo implacable del que no había escapatoria. No estaba seguro de que Harry pudiera
aceptar la magia por completo; tal vez estaría haciendo lo mejor para Harry si hiciera la poción.
Al mirar al niño, sus ojos verdes estaban ocultos a la vista, las huellas de lágrimas eran visibles, pero se secaron
rápidamente una vez que cayó inconsciente. Merlín lo ayudó, no sabía qué hacer, sentarse en la misma posición
comenzaba a causarle dolores, tenía que moverse, tenía que descubrir qué había sucedido para causar esto. Lo
que significaba curar a Roz y hablar con ella, moviendo ligeramente a Harry para que pudiera agarrar sus piernas
y espalda una vez que lo tuviera sujeto, maldijo cuando se dio cuenta de que no podía usar la pared con los brazos
de Harry todavía alrededor de él. Frunciendo los labios, se puso de rodillas, luego lentamente puso su pie derecho
en el suelo, usando su brazo para poner peso sobre él antes de, después de unos segundos, ponerse de pie. Se
tambaleó durante unos segundos antes de recuperar el rumbo, deslizando a Harry sobre la cama, forzando de mala
gana las manos de Harry a soltarse y a rodearlo. Poniéndolo cómodo, lo calmó por unos segundos,
esperando que durmiera, rápidamente se acomodó y luego Severus puso el edredón sobre su forma fría.
Exhalando un suspiro de alivio, salió de la habitación de Harry y se dirigió hacia el todavía noqueado elfo
doméstico. La habían atacado con tanta fuerza que había sangre salpicada en la pared donde había aterrizado.
Haciendo una mueca al pensar en lo doloroso que debió haber sido, no se sorprendería si el elfo doméstico no
quisiera cuidar de Harry nuevamente cuando todo estuviera dicho y hecho. Dando la vuelta al elfo, desenvainó su
varita y lanzó los primeros auxilios básicos de curación.
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Los hechizos necesarios para tratar el pequeño corte, también redujeron la hinchazón en el bulto que ya se estaba
viendo.
Cogió una almohada del sofá y giró a Roz, dejando que su cabeza descansara sobre algo cómodo. Poniendo los
ojos en blanco todo el tiempo, no estaba acostumbrado a preocuparse por nada y mucho menos por un elfo doméstico.
Sin embargo, sabía que Poppy lo mataría si dejaba que algo le pasara a Roz, así que hizo lo que tenía que hacer.
¿Qué diablos pasó? Pensó completamente perplejo, la puerta había estado abierta, alguien había estado en la habitación
pero no había sido alertado del hecho que más le preocupaba. Dudaba que Black lo hubiera vuelto a hacer; estaba
tomando la decisión y permitiéndole establecer las reglas para cuando pudiera ver a Harry. Es cierto que eran cortos
períodos de tiempo, sólo para que Harry pudiera acostumbrarse a él, y Black había aceptado que sabía mejor cuando
se trataba del estado mental de Harry. ¿Quién lo había visto? ¿Debería llevar a Harry a través de la red Flu y llevarlo
a su casa? ¿Y si hubiera sido alguien dentro del Ministerio? Este era su mayor temor, y antes de que entrara en
pánico, Roz comenzó a recuperarse; Severus rezó para que ella recordara lo que pasó a pesar del golpe en la
cabeza.
"¡Señor!" Roz chilló, levantándose y luciendo avergonzada de sí misma. "Lo siento mucho, señor, fallé".
"¡Detener!" Dijo Severus secamente, sabiendo que era la única manera de comunicarse con ella en ese momento.
"Ahora cálmate y cuéntame qué pasó, ¿quién entró en la habitación?" Había sido la magia de Harry la que la noqueó,
podía sentirla sobre ella, por lo que no fue el misterioso agresor quien lo hizo. Aunque es posible que la magia
de Harry los haya asustado.
"Nadie, señor", prometió Roz hablando rápidamente, "asusté a Harry, usé magia cuando se suponía que no debía
hacerlo". mirando al suelo.
"¿Apareciste a su lado?" Severus cuestionó perplejo, nada de esto explicaba la puerta abierta.
"No señor, había una serpiente en la habitación del Maestro Harry, justo al lado de él, estaba usando magia para
llevarla al Bosque Prohibido, pero Harry entró en pánico y un escudo se enfrentó a él y a la serpiente antes de
mezclarse con la magia del Maestro Harry y rebotando hacia mí." Roz explicó a mitad de su explicación, Severus
corrió hacia la habitación de Harry, entrecerró los ojos mientras miraba a su alrededor con cautela, con su varita
en la mano. Debe haber sido un animago; Explicaría cómo se abrió la puerta.
Entonces, de repente, vio la serpiente, sus dedos apretaron su varita, solo para congelarse en shock, mientras sentía
un cosquilleo familiar en su brazo izquierdo. No podía ser, el Señor Oscuro no era un animago, y si lo hubiera
sido se habría transformado inmediatamente.
"¡No lastimes a mi serpiente, por favor!" Dijo Harry sorprendiendo a Severus quien se giró para mirar al niño pero
mantuvo a la serpiente dentro de su vista en todo momento.
"Harry... esta serpiente es peligrosa", afirmó Severus, no tenía el coraje para matar a la maldita cosa, especialmente
si tenía razón y pertenecía al Señor Oscuro. Si hacía tal cosa y el Señor Oscuro se enteraba, nunca podría regresar a su
posición... y
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su muerte sería buscada con venganza. Sin embargo, la idea de que el Señor Oscuro supiera sobre Harry lo
aterrorizaba más, se sentía muy en conflicto.
Escuchar un silbido hizo que su columna se pusiera rígida, tomó cada gramo de su poder para no mostrar cuánto lo
confundía y aterrorizaba que Harry tuviera ese poder en particular, incluso si una parte de él estaba asombrada, no
ahogaba los sentimientos negativos que tenía al escuchar. Lengua pársel. No quería que Harry pensara mal de nada
mágico. Se obligó a relajarse, pero todo se fue al infierno cuando la voz inocente pero confusa de Harry lo invadió.
"La serpiente dice que debes acudir a él cuando te llame, que no debes decírselo a Dumbledore o se enfadará
mucho". Harry dijo: "Debes llevar a Naginie contigo". Hizo un puchero ante eso, no quería que su amigo se fuera.
Si las serpientes pudieran poner los ojos en blanco, Voldemort se habría asegurado de que así fuera, al masacrar el
nombre de su familiar.
Ni siquiera unos momentos después la marca cobró vida, el Señor Oscuro había regresado, ¿cuánto tiempo había
resucitado? Cerrando los ojos con miedo, ¿qué diablos iba a hacer?
¿Fue y trató de explicarse? ¿Empezar a espiar de nuevo? ¿Ignorar la citación y arriesgar su vida y la de Harry? La
idea de que Harry estuviera herido lo hizo tomar a Nagini y salir de la habitación de Harry para recuperar un
somnífero.
Al regresar a la habitación, se sentó en la cama de Harry y lo convenció para que bebiera la poción, acariciando el
cabello de su rostro mientras esperaba a que funcionara. Rezó para sobrevivir a esto, porque no estaba seguro de qué
sería de Harry si pensaba que lo abandonaba. Nunca quiso que Harry pensara eso, pero no tenía opciones.
Cerrando los ojos una vez más, se inclinó y besó a Harry en la frente, con un suspiro de resignación, se levantó y
salió del dormitorio. Descubrió que Roz todavía estaba allí.
"Harry permanecerá dormido por el resto de la noche, ve con Poppy para asegurarte de que estés bien curado y
descanses un poco", le dijo Severus, reprimiendo el impulso de informarle que le dijera a Dumbledore que el
Señor Oscuro había regresado. La serpiente le informaría al Señor Oscuro si lo hacía, no podía arriesgarse, si
regresaba le informaría a Dumbledore que era todo lo que podía hacer visto mientras lo observaban.
"Sí, señor", dijo Roz, y con eso se fue.
Con la ansiedad retumbando a través de él, Severus salió de sus habitaciones, asegurándose de que sus
habitaciones estuvieran efectivamente cerradas, no es que confiara más en ellos, necesitaría asegurarse de que se
colocaran más barreras o que Harry fuera trasladado a otro lugar, no iba a permitir que nada sucediera. a él.
Casi deseaba que Albus apareciera para poder bajar sus escudos e informarle de esa manera, pero no pasó ni un
alma, lo cual era inusual en sí mismo, generalmente pasaba uno o dos fantasmas. Así que con el corazón apesadumbrado
salió de Hogwarts, llamando a un carruaje, sin querer perder demasiado tiempo para que el Señor Oscuro no
estuviera de mal humor. Ya se había entretenido, para cuando bajó las escaleras el carruaje lo estaba esperando,
entrando, los Thestrals comenzaron a moverlo hacia las puertas y los llevaron a su puesto habitual en la estación
de tren.
Al salir sabiendo que el carruaje regresaría a su lugar normal sin necesidad de ser informado, se quitó la ropa,
presionó la marca y fue transportado a
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el lugar o residencia actual del Señor Oscuro. Mirando a su alrededor, no le resultaba familiar, parecía nuevo,
dio un paso adelante y sintió un hormigueo en la marca antes de permitirle la entrada. Se veía muy bien
conservada, y no pudo evitar preguntarse si tal vez el Señor Oscuro tenía un nuevo seguidor al que pertenecía
esta propiedad.
Con la cara inexpresiva, Severus se movió sin dudar, pero su corazón latía como un tambor sin fin. Podía sentir la
marca atrayéndolo hacia el Señor Oscuro. Guiándolo a dónde ir, antes de lo que deseaba se encontró afuera de
una puerta, justo cuando estaba a punto de levantar la mano para tocar, una voz joven le llamó: "¡Entra!" Puede que
sea joven, pero estaba tan endurecido como lo estaba el Señor Oscuro.
Cuando Severus abrió la puerta no pudo evitar parpadear en estado de shock, como si no hubiera pasado por lo
suficiente esta noche. El Señor Oscuro era joven, extremadamente joven, parecía como si apenas hubiera salido de
Hogwarts. Parecía el epítome de un purasangre, clásicamente guapo, con la confianza necesaria. ¿Qué ritual
había hecho para adquirir su antigua apariencia? Porque Severus sabía sin lugar a dudas que así era como
se veía el Señor Oscuro en su adolescencia. Había escuchado a aquellos que una vez habían estado en el círculo
interno del Señor Oscuro hablar de ello en tonos silenciosos y reverenciados.
"Mi Señor," murmuró Severus, inclinándose profundamente mostrando la cantidad adecuada de deferencia. La
serpiente se deslizó de su cuerpo, reuniéndose con su Maestro, y para sorpresa de Severus, la serpiente era mucho
más grande de lo que había anticipado cuando el Señor Oscuro la devolvió a su forma normal. Sisearon durante unos
tensos momentos antes de que la serpiente comenzara a salir de la habitación.
"¿Soy tu señor, Severus?" Los ojos rojos de Voldemort brillaron de ira mientras miraba a su Maestro de Pociones,
dejando que Nagini fuera a cazar después de su agotador viaje. Considerando todo lo que había aprendido esa
noche, había estado en lo cierto al dejar afuera a Severus cuando llamó a sus seguidores, prohibiéndoles
contactarlo para cualquier cosa, y mucho menos informarle que había regresado hasta que estuviera consciente de
sus verdaderas lealtades.
"Hice un juramento, mi Señor, y lo cumplo", afirmó Severus con voz solemne.
"¿Para mí o para el viejo tonto?" Voldemort se burló burlonamente, no era fácil de manipular y sintió que Severus
decía la verdad a su manera, qué y de quién juramento aún estaba por verse.
"Tú, mi señor", dijo Severus con sinceridad, les había hecho un juramento a ambos, así que era estrictamente
hablando la verdad.
"De alguna manera lo dudo," declaró Voldemort astutamente, mirando al mago que aún no se había levantado.
"Levántate", añadió, bruscando un poco.
Severus se levantó con un suspiro de alivio, estaba exhausto.
"Y si te pidiera que me trajeras a Harry Potter... ¿lo harías?" Preguntó Voldemort, sus ojos rojos brillando sabiendo
que ya tenía a Severus perplejo, sabía que el mago no le traería al niño; había visto la forma en que Severus
lo había mirado. Visto lo protector que era con el niño, y visto cuánto confiaba el niño en Severus también.
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"Yo... mi señor... Harry no es una amenaza para ti, nunca lo será", le dijo Severus en toda su postura tensa. "Rompiste
tu promesa de perdonar a Lily, te pido ahora que perdones a su hijo", se tensó aún más esperando que la
maldición Cruciatus llegara a su camino, esperándola, pero no pasó nada.
"No rompí mi promesa por completo, Severus, traté de perdonarla", dijo finalmente Voldemort cortando el
tenso silencio. "Tres veces le dije que se hiciera a un lado, pero ella se negó a hacerlo. Tú y yo sabíamos que
ella no dejaría que mataran a su hijo... y si esperabas que ella se hiciera a un lado entonces tal vez no la
conocías tan bien como Creo que lo hiciste." Señaló, su tono en blanco.
El rostro de Severus se estremeció como si estuviera sufriendo un dolor severo, nadie sabía lo que había
sucedido esa noche, escuchar que el Señor Oscuro había tratado de perdonar a Lily todo el tiempo fue inesperado,
por decir lo menos. "No, no, supongo que no lo habría hecho", no era el tipo de persona que era Lily, ella amaba
ferozmente, defendía a todos, pero a su hijo... por su hijo habría hecho cualquier cosa... incluso renunciar a su
vida. para que él viva. Se sentía como si estuviera en el mundo del Crepúsculo, estaba teniendo lo que podría
pasar como una conversación amistosa con el Señor Oscuro, todavía no le había siseado, maldecido o
amenazado, al menos no realmente.
"¿Qué le pasa al chico?" Cuestionó Voldemort, haciéndole un gesto a Severus para que tomara asiento, sus ojos
rojos mirando fijamente los negros de Severus. "¿De qué lo salvaste?"
Severus no pudo evitar arquear una ceja mientras la sorpresa se filtraba momentáneamente a través de su máscara.
"Hablé con él, no hace falta ser un genio para descubrir quién era 'Su Protector Oscuro'".
Voldemort murmuró secamente, cruzando su pierna derecha sobre la izquierda, en una postura elegante.
Severus maldijo por dentro cuando sintió que sus mejillas se calentaban, recordar lo que había pasado lo puso
tenso de ira. "Sí, lo encontré, y supongo que a él lo he protegido." y seguiría haciéndolo, a pesar de que no lo
dijera; su rostro lo decía todo por él.
"Cuéntamelo todo", exigió Voldemort con impaciencia. "Sé que tiene algo que ver con los muggles, algo que ha
sacudido la fe del viejo tonto en ellos."
"Eso es", respondió Severus honestamente. "Después de que atacaste a los Potter, Albus envió a Harry a vivir con
la única familia que le quedaba; lo que hizo que la decisión fuera más fácil fueron las barreras de sangre que
protegerían a Harry de ti".
Los ojos de Voldemort se entrecerraron pero no dijo nada, quería respuestas y maldecir a Severus lo haría
esperar aún más.
"Abusaron de él, severamente, la policía vino a arrestar a los Dursley y encontró a Harry en el armario debajo de
las escaleras, y era su dormitorio". Severus frunció el ceño sombríamente, "Lo enviaron al hospital para recuperarse,
pero se hizo obvio que no estaban equipados para manejar las dificultades mentales, el personal del hospital
tuvo que seguir buscándolo porque se negó a quedarse en cama.
Lo seguían encontrando limpiando el hospital, sin importar cuántas veces intentaran dejar claro que no era
necesario. Lo trasladaron a otro hospital, uno que pudiera ayudarlo, la noche que sucedió les faltaba personal... hizo
magia accidental frente a ella", gruñó ferozmente ante la mera mención de ella.
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Voldemort tomó nota mental, recordando el nombre, con la intención de encontrarlos y hacerlos pagar.
"Ella borró toda mención sobre él de las computadoras y destrozó el papeleo. Según el hospital, él nunca
fue un paciente. Si me hubiera ido... Harry todavía estaría allí.
Afortunadamente, fui lo suficientemente cauteloso y utilicé el hechizo de localización. Descubrí que él
estaba en el hospital, el hechizo me llevó bajo tierra y ella lo había mantenido atado a una cama durante años,
tratando de aprovechar su magia para su propia codicia egoísta. En el proceso, ella puso sangre mágica en
los muggles con efectos devastadores, él la vio hacerlo y eso sacudió su fe en la magia, las personas con las que
intentó experimentar explotaron como si alguien les hubiera lanzado una maldición explosiva interna ", afirmó
Severus. sombríamente, "Está aterrorizado por su magia, no importa cuánto intente ayudarlo a ver que es algo
bueno, que es la elección de una persona lo que la hace buena o mala.
Es la segunda vez que ocurre algo así, cuando se pone muy emocional su magia destruye la habitación en la
que se encuentra, necesita usar magia pero no lo hace, y estoy aterrorizado de que algún día su magia lo mate".
"¿Y qué le hiciste exactamente?" Preguntó Voldemort, vengativamente.
La sorpresa una vez más se filtró a través de la generalmente estoica máscara de Severus. "Le di una probada
de su propia medicina, sólo desearía haberla hecho durar un poco más". le dijo al Señor Oscuro con sinceridad.
"¿Y los Dursley?" Preguntó Voldemort, preguntándose si ellos también habían sufrido destinos similares.
Severus sonrió sombríamente, "Visité a Petunia en prisión, si aún no está muerta pronto lo estará, le lancé la
maldición Somnia", le impediría dormir, simplemente se debilitaría cada vez más, estaría plagada de
pesadillas. cuando dormía, dejaba de comer, se deterioraba lentamente, alucinaba hasta que finalmente su
cuerpo se apagaba.
"Interesante elección, Severus", dijo Voldemort alegremente, Severus siempre fue bastante vengativo con sus
hechizos; Incluso sus compañeros no se atrevieron a ponerse de su lado malo.
"Como le dije, ella debería haber sabido que no debía meterse con Harry", meterse con los Wizards en
realidad.
"¿Y el marido?" Exigió Voldemort.
"Ambos estaban en prisión, no estoy seguro de si él todavía está dentro o cuándo será liberado".
Severus dijo que mejorar a Harry era más importante que la venganza restante.
"Déjamelo a mí," dijo Voldemort bruscamente, para su sorpresa Severus asintió, sus ojos negros brillaban,
conocía las torturas que aguardaban a Vernon Dursley y ni siquiera podía reunir una pizca de lástima por el
repugnante muggle.
"Muy bien, Mi Señor," dijo Severus asintiendo en deferencia a la orden.
"Quiero ver todo lo que le pasó al niño", exigió Voldemort, necesitaba pruebas de que todo esto no era un juego
para hacerlo bajar la guardia cuando se trataba de Harry Potter.
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Severus se tensó sorprendido por la orden, no estaba dispuesto a dejar que el Señor Oscuro husmeara en
su mente, así que solo había una forma en que el Señor Oscuro iba a acercarse a los recuerdos. "¿Tiene
usted algo pensativo, mi señor?"
"Sí", afirmó Voldemort bruscamente, los recuerdos en un estado pensativo eran más fáciles de ver, más
fáciles de saber si fueron manipulados, y Severus seguramente lo sabía. Abrió el cajón, sacó el pensativo
y lo colocó delicadamente sobre su mesa, la cual estaba limpia, ordenada y ordenada.
Severus asintió sombríamente y comenzó a eliminar cada uno de los recuerdos con los que sentía que el
Señor Oscuro estaría satisfecho. Tratando de mantener las que tenía con Albus al mínimo, o más bien una
sola, el día que encontró a Harry. Uno a uno, su varita dirigió los recuerdos al pensativo hasta que no hubo
nada más que considerara importante. Si quería salir de aquí con vida, tendría que hacer lo que pudiera.
"Antes de partir, debes jurar no revelar mi regreso a nadie a menos que ya lo sepan". Voldemort dijo:
"Estoy seguro de que no necesito decirte qué pasará si te niegas".
Severus tragó saliva, bueno, ahí estaba ese plan de informar a Dumbledore después de que regresara, y tal
vez debería haberle dado algún tipo de pista a Roz antes de irse.
"Estoy seguro de que será un consuelo para ti que no tengo intenciones de volver a ser como era, la sangre
mágica no se derramará innecesariamente, se hará a través de los canales adecuados y con Dumbledore sin
saberlo ayudando a mi causa. Mientras tanto, tengo la sensación de que muy pronto las cosas irán a mi
manera. Lo que le pasó a Harry Potter nunca debería haber sucedido en primer lugar, sí, soy culpable de
matar a los padres del niño, lo admito, pero nunca lo haría. ¡Lo hemos puesto bajo la custodia de muggles!
escupió la palabra como si fuera la cosa más sucia que jamás había oído. "¡Me aseguraré de que lo que le
pasó al niño nunca vuelva a suceder!"
"¿Política?" Severus murmuró sorprendido, había escuchado que el Señor Oscuro había tomado esa ruta
una vez, cuando comenzó pero fue bloqueado por todos lados por Dumbledore. Esta vez no cumpliría
con las mismas restricciones, tal vez no se vería obligado a tomar partido, porque sabía que se uniría al Señor
Oscuro si fuera necesario, había visto lo que los muggles habían hecho y lo que habían hecho. hecho a
Harry... no podía negar a dónde pertenecía. Si el Señor Oscuro no tenía intenciones de dañar a Harry, y
juró hacerlo, entonces traería al niño con él si fuera necesario.
Las cosas estaban al revés en este momento, con Albus y el Señor Oscuro en la misma página con diferentes
métodos... o tal vez los mismos métodos ahora... tendría que esperar y ver, pero sabía que el Señor Oscuro
no iba a seguir matando. juergas, cuánto tiempo había regresado bien… eso era un misterio en sí mismo –
uno que probablemente no resolvería a menos que hablara con los demás – Lucius lo sabría.
"¿Tu juramento?" Exigió Voldemort, su varita se levantó lista, no quería matar a Severus, sería difícil encontrar
otro Maestro de Pociones decente, y había sido su segundo al mando por un breve tiempo, y uno divertido
al mismo tiempo. eso. Su trabajo con hechizos era fascinante de ver y apagar ese talento sería difícil.
Esperaba que no fuera necesario.
"Me gustaría hablar con Lucius sobre el asunto", cuestionó Severus, su tono cauteloso.
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"Muy bien", dijo Voldemort perezosamente, sabiendo ya qué preguntas tendría el Maestro de Pociones sobre el tema, la más
obvia era cuánto tiempo había estado de regreso.
Severus asintió en agradecimiento agitando su varita, juró al Señor Oscuro no revelar que había regresado de ninguna
manera. El juramento era férreo, pero como estaba tratando con el Señor Oscuro, no le sorprendió que pensara en todos
y cada uno de ellos.
significa necesario.
"¿Debo enviarle a Harry una serpiente en lugar de Nagini?" preguntó el Señor Oscuro divertido. Preguntándose qué haría
Harry con la serpiente en su tamaño real.
"No," respondió Severus de inmediato, "Al menos no todavía, en unos meses su gatito madurará e será independiente, y
no será necesario que se quede en mis habitaciones todos los días, tener algo con quien hablar podría ayudarlo también".
Bueno."
"Muy bien", dijo Voldemort, haciéndole un gesto para que se fuera, quería ver los recuerdos y no iba a hacer eso con nadie
en su mansión.
Severus estaba de pie con las piernas temblorosas, apenas capaz de creer que había vivido para irse, inclinándose una vez
más antes de enderezarse. Dándose vuelta, comenzó a salir de la habitación, medio esperando ser maldecido... todo
había ido demasiado bien, y las cosas no salieron bien en su experiencia. Sin embargo, no pasó nada, pudo abandonar
las barreras y regresar a Hogwarts. Poco importaba si quería que Albus lo supiera ahora ya que literalmente no podía,
tenía las manos atadas. No iba a perder su magia, no podía, y Harry lo necesitaba. Con el tiempo, Albus se daría cuenta
y entonces estaría libre de las restricciones a las que acababan de ser sometidos.
Con un poco de suerte tal vez, Harry le mencionaría a Nagini a Albus, o la conversación que en realidad había TENIDO
con Nagini.
Resopló burlonamente ante sus propios pensamientos como si eso alguna vez fuera a suceder.
Notas finales del capítulo
A todos parece gustarles la idea de que Voldemort y Dumbledore trabajen juntos por un objetivo común. ¿Hará
Dumbledore restricciones para que al Señor Oscuro no se le permita cazar muggles de cualquier manera? ¿Conseguirá
Dumbledore que 'Tom' se convierta en el ministro para ayudar a lograr sus objetivos? ¿O Voldemort lo hará él
mismo con un nombre diferente con algunos glamour para cambiar sus ojos y cambiar sutilmente su apariencia y
hacer que Dumbledore adivine en algún momento? ¿No sólo protegerá a Harry sino que también les ayudará a asegurar
el mundo mágico? Esta historia fue originalmente en la historia de Severus/Harry (no es que fue publicada aquí en
A03) parece ir de manera guardiana en esta... ¿estarán unidos en un intento por ayudar a Harry y sus sentimientos
a crecer a lo largo del tiempo? ¿Años a medida que Harry realmente madura? ¿O preferirías que siguiera
siendo el guardián de Severus? Si es así, ¿qué combinación te gustaría? ¡Ten en cuenta que es posible que esto no
suceda hasta el final de la historia! R&R por favor
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Capítulo 29
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 29
Severus se había ido directamente a la cama (aunque después de poner la alarma) tan pronto como regresó del
escondite del Señor Oscuro... aunque honestamente no podía describirse como un escondite.
Los escondites por definición eran secretos, normalmente pequeños, en algún lugar a nadie se le ocurriría buscar.
Nadie estaría buscando al Señor Oscuro en un lugar así. Con la posible excepción de pensar que quien lo poseía
era terriblemente paranoico u oscuro, lo cual en el mundo mágico de estos días era suficiente para ser considerado
malvado. No sólo por los niños, sino también por los adultos, rechazar la magia sólo por su procedencia era, en
el mejor de los casos, una idiotez y lo había llevado a unirse al Señor Oscuro, así como a su odio por los muggles.
A pesar de su noche y su comienzo temprano, sin olvidar el shock de anoche, Severus se sintió muy
renovado, pero eso puede tener algo que ver con el propósito. Con un propósito, apagó la alarma
inmediatamente después de despertarse, se estiró y se deslizó fuera de la cama, su habitación y sus
habitaciones ya estaban siendo calentadas por su elfo doméstico, aunque hacía un poco más de frío de lo
habitual debido al hecho de que se había puesto nervioso. Antes, se envolvió en su bata verde mientras
salía de su habitación.
Su misión era simple, reorganizar las barreras en sus habitaciones, Harry no se despertaría hasta dentro de unas
horas más, pero le daría tiempo suficiente para hacer lo que necesitaba sin tener que preocuparse de que lo viera.
Después de lo de anoche iba a tener que hacer algo que simplemente no sabía qué... tal vez el Señor Oscuro tendría
una idea.
Severus hizo una pausa, con el brazo extendido hacia la manija de la puerta de la biblioteca, completamente
aturdido por sus propios pensamientos. ¿Cómo podía siquiera pensar en dejar que al Señor Oscuro se le
ocurriera una idea sobre cómo ayudar a Harry? Siempre confió en su instinto; era lo que lo había atraído
hacia Dumbledore a pesar de su obvia repulsión por todo lo que el mago había representado en ese momento. Su
instinto había sido correcto, por así decirlo, sabía en el fondo que Lily moriría, pero no se había dado cuenta
de que el Señor Oscuro había tratado de perdonarla. Dadas sus reacciones ante lo que Harry había pasado,
pensó que tal vez Harry estaría a salvo. No corría peligro para nadie y, sinceramente, no creía que eso fuera a
cambiar. Rezó para que así fuera, Harry merecía tener una vida.
Había muchos niños fuera del mundo mágico con dificultades mentales, cuidados por sus padres, había algunos
en el mundo mágico escondidos también y criados en secreto de vez en cuando. Es cierto que el resto estaba
en San Mungo, las familias tomaron la difícil decisión por el bien de ellos y de sus hijos, especialmente porque la
magia se les estaba yendo de las manos. Sería lo mejor para Harry si lo sacara de Gran Bretaña y le mostrara el
mundo, pero si la magia quedara expuesta… Harry quedaría expuesto. Todo volvía a vincular la magia de Harry,
pero no tenía la menor idea de si podía crear una poción para hacer tal cosa, y no eran sus habilidades las que
estaban en duda, sino su corazón, no tenía idea de si podía. dar
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a él. La sola idea lo dejó frío, disgustado y no había mucho que pudiera hacerle eso.
Sacudiendo sus pensamientos, pensaría en ellos más tarde, ahora mismo tenía algo más importante que hacer. Al
abrir la puerta, rápidamente se dirigió hacia donde sabía que guardaba sus libros sobre protección. Cada libro se ubicó
en una sección y luego, por título, la sección más grande, por supuesto, no es una sorpresa: Pociones y luego
algunos libros, Defensa. Sus libros más oscuros (ilegales según los estándares del Ministerio, lo que te llevaría a
Azkaban o te multarían severamente si se retiraran los libros) se guardaban en su bóveda en Gringotts en un baúl
para su custodia.
Severus comenzó a sacarlos del estante, uno a la vez y a colocarlos en el escritorio más cercano a él, sin detenerse
hasta tener prácticamente todos los libros sobre protección que tenía, con la obvia excepción de los libros que
explicaban la protección pero sin el hechizos en sí mismos, lo cual era inútil para él. Conocía el libro de principio
a fin y también sabía la mejor manera de proteger las propiedades. Moviendo su varita levitó los libros y rápidamente
salió de la biblioteca; los libros subieron y bajaron a su lado hasta que una vez más agitó su varita y los puso sobre la
mesa.
Severus no perdió tiempo en sentarse, leer las páginas índice, abriéndolas en los capítulos que deseaba hasta abrir cada
libro. Asintiendo con firmeza, eso era exactamente lo que quería, era molesto que tuviera que agregar a los demás a
las barreras una vez más, pero perseveraría. No estaba seguro de cómo exactamente el Señor Oscuro había logrado que
su familiar entrara y saliera de sus habitaciones, pero si él podía hacerlo, entonces otros podrían hacerlo. Resguardos
animagos, así como resguardos para prevenir animales, a menos que él apruebe lo contrario.
Estirándose una vez que tuvo el plan establecido y una orden para que las barreras se instalaran, exhalando casi en un
resoplido antes de capa por capa, Severus eliminó las barreras adicionales que había colocado en su casa. En verdad, era
la única casa que había tenido, Spinners End no era una casa, era una casa en ruinas que había heredado de su
madre y su padre, nunca se había molestado en venderla, a pesar de su disgusto por los recuerdos. evocaba que era
un lugar para quedarse, pasó dos meses, casi tres de un año entero allí, es decir, si regresaba allí después de que la
escuela terminara.
"¿Roz?" Gritó Severus mientras se dejaba caer en el sofá con un gruñido, acababa de derribar décadas de hechizos en
menos de diez minutos, necesitaría tomar un desayuno rápido antes de comenzar a agregar los nuevos.
"¿Qué puede hacer Roz por el Maestro Severus?" preguntó el elfo doméstico sonando alegre y alegre.
como siempre.
"¿Veo que te has recuperado por completo?" Severus cuestionó mirándola, parecía como si ella pudiera haberlo
hecho, sus palabras no eran una declaración, de hecho eran una pregunta. Las apariencias pueden ser engañosas,
especialmente una lesión en la cabeza.
"Estoy bien, Maestro Severus, la Señora Poppy se aseguró", dijo Roz, asombrada interiormente de que él se preocupara
por asegurarse de que ella estuviera bien, no había muchos magos o brujas que se preocuparan ni un ápice por los de
su especie, ella había sido tuve la suerte de conseguir uno a quien le importara. La mayoría de los elfos domésticos
se dirigieron a Hogwarts cuando fueron liberados con la esperanza de encontrar un hogar y un santuario; ella tenia como
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bueno y había sido elegida como el elfo doméstico personal de la Señora Poppy porque necesitaba ayuda adicional.
"Bien, me alegra escuchar eso", dijo Severus, y sorprendentemente sabía que Harry también lo estaría. "Estoy seguro de
que Harry se sentirá aliviado de que también te hayas recuperado por completo".
"¿El Maestro Harry estará bien?" Preguntó Roz, mirando al suelo, con los ojos llenos de preocupación, no tenía idea de
qué le pasaba exactamente, pero había estado allí desde el principio y sabía que era malo. Él no era como los magos
adolescentes normales, había sido gravemente herido y esperaba no haberlo devuelto.
"Se recuperará con el tiempo", explicó Severus, sin decir nada más sobre el tema debido a que honestamente no sabía
cómo estaría Harry al despertar.
"¿Qué puede hacer Roz por el Maestro Severus?" Roz luego preguntó al ver que la habían llamado por una razón,
siempre lo fueron pero era bueno tener a alguien preocupado por ella.
"¿Podrías traerme algo de desayuno de la cocina?" Preguntó Severus, secándose rápidamente la frente sudorosa,
solo para que más sudor le cayera sobre ella. Al menos deberían haber comenzado a preparar el desayuno, ya que lo
estaban preparando para más de doscientos estudiantes, siempre se miraba y se deletreaba bajo un hechizo de
calentamiento y luego se enviaba a tiempo para que los estudiantes comieran.
"Roz lo hará de inmediato", prometió el elfo doméstico, antes de salir de la habitación con un pop al ver que Harry no
estaba allí.
Severus se relajó cuando estuvo solo otra vez, estaba ansioso por cómo Harry lidiaría con estar solo solo con el elfo
doméstico, tal vez sería necesario permitir que Black tuviera un contacto más prolongado con Harry. Black había sido
respetuoso con los límites, haciendo lo requerido y Harry se había calmado un poco con él. Aunque había estado allí
supervisando la hora en que Black estuvo en la habitación con él. Cinco horas entre el desayuno y el almuerzo era mucho
tiempo para dejar a Black con cualquier cosa... y mucho menos a Harry.
No estaba desperdiciando magia dado lo que estaba a punto de hacer, así que se levantó y se dirigió a la red Flu,
arrojó un poco de polvo para llamar a los cuarteles de Defensa, observando cómo se ponía verde, esperando a que
alguien respondiera, más que Probablemente sería Lupin.
En ese momento se sorprendió al comprobar que estaba equivocado.
"¿Que es eso?" Sirius murmuró adormilado, después de haber metido la cabeza en la red Flu.
"¿Pasarías la mañana con él?" Preguntó Severus, apretando los dientes detestando pedirle algo a Black, pero Harry fue
primero. También se preguntó distraídamente por qué Sirius Black estaba despierto tan temprano, pero considerando los
años en Azkaban las pesadillas debían ser horribles.
"¿Qué pasó?" El tono de Sirius se agudizó cuando dedujo que algo había ocurrido últimamente, preocupación
mezclada con determinación. Por supuesto que ayudaría, este era su ahijado. También escuchó a Severus apretar los
dientes y entendió por qué. Merlín, estaba tan contento de que Severus hubiera atacado a él; le había hecho entrar en razón,
entrar en razón.
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"No estoy explicando dónde podemos ser escuchados, solo baja aquí si quieres verlo".
Severus replicó bruscamente, sin duda no había ningún hechizo silenciador en el área así que si alguien
estaba escuchando... bueno, no iba a correr el riesgo. Era por eso que no había dicho lo de Harry.
nombre.
"Está bien", dijo Sirius de acuerdo, "bajaré por red flu". sabiendo que sería malo si Severus ni siquiera quisiera
discutirlo.
Pellizcándose el puente de la nariz, se dio la vuelta, el olor del desayuno flotando en el aire, Roz debió haber
regresado mientras conversaba con Black, la comida estaba allí pero el elfo doméstico se había ido. El
tentador aroma del café negro lo hizo acercarse y servirse una taza.
Ni siquiera unos momentos después, la red Flu se encendió y Black salió, con una expresión de perplejidad en su
rostro.
"Hay algo diferente en este lugar", admitió Sirius con el ceño fruncido todavía en su rostro, mientras intentaba
resolverlo. Mirando alrededor de las habitaciones pero todo estaba como debería ser.
Entonces se dio cuenta de lo que era, "Magia... las barreras... ¿qué pasó? ¿Harry las quitó accidentalmente?" Se
quedó boquiabierto ante el pensamiento.
Severus no resopló; Era una gran posibilidad que Harry pudiera hacer algo así uno de estos días. "No, los quité."
"No lo entiendo, ¿qué pasó? ¿Por qué los quitarías?" Soltó Sirius mientras se sentaba vacilante, nunca estaba
seguro de qué haría enojar a Severus en un día determinado en el que fuera un cabrón gruñón.
Severus entrecerró los ojos astutamente, observando a Black, preguntándose si podría aceptar la noticia sin
enojarlo y prohibirle a Black contactar a Harry nuevamente. "Harry tiene un poder... uno que me sorprendió mucho",
admitió Severus, "Un poder que automáticamente 'reclamarás' como oscuro solo porque una persona
que tenía ese poder no lo usó para el bien".
Sirius se abstuvo de burlarse, como si alguna vez fuera a juzgar a su ahijado. Su mente reflexionaba sobre todos
los dones potenciales por los que ese mundo mágico era conocido. Obviamente no era un Metamorphamagus; la
única persona que conocía con el regalo era su prima, Nymphadora Tonks. Una vidente también estaba fuera de
discusión, aunque encajaba en una de las categorías, detestaba a Trelawney, pero no era oscura per se. Un
animago también fue descartado ya que conocía a más de uno… y él mismo también. No podía verlo como
Oclumens o Legilimens. Se rindió, simplemente no podía pensar en nada que despreciara, en los regalos por los
que los magos eran conocidos.
Fue en el colmo de la ironía que fue el único regalo que quedó fuera.
"Él habla pársel, tiene la habilidad de hablar con los reptiles, y eso es lo que causó el incidente de anoche. Roz usó
magia para devolver la serpiente al bosque prohibido; la magia de Harry reaccionó y derribó al elfo doméstico".
Severus explicó lo que pudo; No tenía ningún deseo de perder su magia. "Sus arrebatos son cada vez más fuertes,
Black, más poderosos".
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Sirius sintió que el miedo lo consumía, independientemente de lo que acababa de aprender segundos antes, eso le impedía
hacer algo estúpido en cualquier caso. La idea de perder a su ahijado incluso antes de conocerlo adecuadamente le
dolía tanto que su corazón se retorcía en agonía. "¿Qué hacemos?"
Sirius susurró, con los ojos muy abiertos, "¿Qué hacemos?" añadió al ver la expresión del rostro de Severus, supo que ni
siquiera Snape tenía idea.
Severus solo lo miró sombríamente; no tenía absolutamente ninguna idea y se notaba.
"No, no, no podemos permitir que le pase nada, Snape, por favor, debe haber algo que podamos hacer", rogó Sirius.
"Tengo una idea... pero no es buena, ni siquiera yo quiero contemplarla". Severus admitió con cansancio, no
quería que esto recayera únicamente sobre sus hombros.
"¿Por qué?" Sirius cuestionó sin comprender.
"Una poción, para unir su magia", reveló Severus, la mirada retorcida en el rostro de Black lo decía todo.
"Exactamente, la idea no es agradable, pero si continúa en esta espiral descendente, morirá". así como cualquier persona
en su vecindad.
Haciendo una mueca de dolor al pensar en su ahijado teniendo su magia atada, dándose cuenta de que Snape debe
estar sin opciones para siquiera pensar en ello y mucho menos decírselo. ¿Cómo diablos podrían pensar en eso? Estaba
mal en muchos niveles vincular la magia de alguien... pero ¿y si pudiera salvar la vida de su ahijado? ¿Y si realmente
fuera la única manera de salvarlo y darle una vida normal y sin trabas? La magia no había sido tan amable con
él, si llegara el momento, con gusto dejaría atrás el mundo mágico y se llevaría a Harry con él.
"¿Crees que llegaremos a eso?" Sirius susurró con voz ronca.
"Espero que no," admitió Severus sombríamente.
"Sí, yo también", estuvo de acuerdo Sirius. "¿Podría San Mungo tener algo que pueda ayudar?" al ver la expresión de
su rostro se apresuró a explicarse. "¡No voy a hacer nada estúpido al preguntar ni nada por el estilo! Juro que sólo estoy
tratando de pensar en algo... alguna forma de ayudarlo".
"Será mejor que siga así, y no, he mirado ese camino, no se me ha ocurrido nada más que el hecho de que los
sanadores y las medi­brujas los mantienen sedados o llenos de bebidas calmantes, es todo lo que pueden
hacer". "Severus se relajó y luego explicó más, contento de no tener que observar cada paso de Black. "Esa
poción no existe y nadie quiere que exista".
Sirius asintió sombríamente en señal de comprensión y acuerdo, con el ceño fruncido mientras miraba al suelo pensando.
Severus estaba agradecido de estarlo, porque en ese momento su marca estalló, y Severus apenas pudo mantener
su máscara y ocultó cualquier señal de dolor que la llamarada causó, aunque afortunadamente una vez que llamó
su atención se enfrió inmediatamente. "Harry se va a asustar, llama a Roz y hazle ver que no ha lastimado a nadie, hay una
colección de cosas nuevas.
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libros en su habitación que disfrutará, léale. Aún no ha desayunado, así que asegúrate de que tenga algo y,
hagas lo que hagas, no hables ni uses magia".
"Lo sé, no soy estúpido", respondió Sirius, "ya conozco las reglas". Le molestaba que Snape pensara que sería
negligente con su ahijado. Estaba haciendo todo lo posible para mantenerse en la vida de Harry sin
arruinarlo y lo estaba logrando, maldita sea.
"No sería la primera vez que los ignoras," afirmó Severus bruscamente, una visión de la forma de lobo de Lupin
destellan ante sus ojos.
Sirius tragó saliva con dificultad y asintió levemente para admitir que Snape tenía razón, pero eso no
significaba que debería ser así para siempre.
"Regresaré a tiempo para el almuerzo, pero no te equivoques, y si las cosas van mal, llama al elfo doméstico y
no intentes solucionarlo tú mismo". Severus le advirtió.
"Está bien", estuvo de acuerdo Sirius, apenas evitando que se le cayera la mandíbula, ¿en realidad iba a
estar sin supervisión? ¿Durante qué seis horas? ¿A solas con Harry? Snape obviamente confiaba en él
hasta cierto punto.
Severus se levantó, bebiendo el café ahora frío; Necesitaba algo en su estómago.
Cogió algunas tostadas antes de irse. Estaba arriesgándose tal como estaban las cosas; Había llamado hace
más de cinco minutos. Sin embargo, honestamente no podía importarle, el Señor Oscuro sabía que tenía a
alguien de quien cuidar, ¡y desaparecer todo el tiempo iba a generar preguntas que no podía responder!
¡Literalmente!
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"¡Ingresar!" el Señor Oscuro llamó a Severus, sabiendo que era él; Después de todo, había sido él a quien
había llamado.
"Mi Señor," murmuró Severus en voz baja inclinándose profundamente.
"Siéntate, tenemos mucho que discutir tú y yo," dijo bruscamente el Señor Oscuro, sin estar de humor para ver a
Severus inclinándose ante él cuando ya no era cien por ciento leal a su causa.
Severus tomó asiento casi tontamente, discutió… ¿qué podrían tener que discutir? "¿Mi señor?" cuestionó,
confundido y preocupado.
"¿Harry Potter ha cambiado alguna vez?" ordenó el Señor Oscuro.
"¿Cambió?" Severus repitió: "¿De qué manera?"
"Físicamente", respondió el Señor Oscuro. "Como una nube de color ceniza equipada con zarcillos".
"Definitivamente no," afirmó Severus, preguntándose qué estaba pensando el Señor Oscuro.
"¿Sin embargo su magia explota?" declaró el Señor Oscuro con calma y astucia.
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"Sí", respondió Severus sintiéndose cauteloso.
"Es posible que sea un Obscurial*", le informó el Señor Oscuro, moviendo su mano en dirección a su escritorio, y un libro
comenzó a flotar hacia Severus para permitirle leerlo, no era exactamente lo más pieza de información más conocida
en el mundo, más conocida en Estados Unidos que en Gran Bretaña. Sin embargo, solían ser muy conocidos debido a
que había más, ya no tanto.
Severus leyó la primera página, tragando saliva al leerla, esto era malo… esto era muy, muy malo.
Notas finales del capítulo
*Un Obscurial es una persona mágica que no realiza magia. Hace que una persona sea extraña y peligrosa
en momentos incontrolables, con magia explotando fuera de ti. ¡Y definitivamente es una amenaza al Estatuto
Internacional del Secreto y los matan sin pensarlo dos veces! (AQUELLOS QUE HAN VISTO BESTIAS
FANTÁSTICAS YA LO SABEN) Entonces, ¿Harry será un Obscurial? ¿O podrá empezar a usar su magia y
demostrar que todos están equivocados? Si es necesario, ¿con quién te gustaría que Harry se vincule? ¿Tom
o Severus? ¡R&R por favor!
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Capítulo 30
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 30
Severus se sentó frente a Albus mientras leía un libro, el libro que el Señor Oscuro le había dado, no el mismo libro,
este era de su propia colección y había sido leído solo una vez.
A pesar de que, aunque el libro se había conservado bien, al igual que el resto de sus libros, atesoraba el
conocimiento y los libros eran de donde procedía el ochenta y cinco por ciento del conocimiento. No había
dicho mucho para la confusión de Albus; en lugar de eso, abrió el libro en la página correspondiente
y se sentó. Observó cómo Albus palidecía, sin gustarle la idea más que a él.
"No puede ser," murmuró Albus en voz baja, sus ojos azules muy abiertos por la sorpresa. "La mayoría muere
antes de cumplir diez años... sólo se sabe que uno ha llegado a la edad adulta debido a sus inmensos poderes".
"¿Conocías uno?" Severus dijo con voz áspera, ¿por qué nunca había dicho nada?
"¿Sabías? No tanto, pero sí sé que Grindelwald estuvo involucrado con Credence Barebone y le causó al joven un
dolor inmenso, tanto que sus oscuros se manifestaron y se vieron obligados a matarlo a él y, por lo tanto, al
parásito". Dumbledore admitió con el rostro pálido, "Newt Salamander intentó ayudarlo pero ya estaba
demasiado perdido".
"¿Entonces él podría ser uno?" Severus había esperado que Albus calmara sus miedos y no los hiciera elevarse a
mayores alturas.
"Harry ha sufrido un trauma severo tanto por parte de sus parientes muggles como por esa mujer, está
suprimiendo su magia... podría llegar a eso", admitió Albus, frotándose los ojos con cansancio. "No todos los niños
que suprimen su magia se convierten en uno, Ariana no, y ella era poderosa como Aberforth y yo, por lo que el poder
no siempre significa convertirse en un oscuro".
"Rezo para que ese sea el caso", suspiró Severus; De repente me sentí cansado como Albus.
"Puede ser el hecho de que Harry no estuvo consciente durante gran parte del tiempo lo que lo salvó de tal destino
siendo tan joven, o que no está suprimiendo su magia tanto y hasta donde creemos".
Admitió Albus, su naturaleza astuta comenzó a afianzarse. "Es posible que una parte de él en realidad esté
aceptando su magia, es difícil saberlo, pero lo que sí sabemos es que no muestra ningún signo aparte de suprimir
su magia, lo cual sólo podemos considerar algo bueno".
Severus sintió que se relajaba un poco, sí, era algo bueno, lo había estado pensando pero sólo con la opinión de
otra persona realmente tenía peso. ¿Cómo consiguió que Harry aceptara la magia por completo? Si lo hiciera,
entonces no habría forma de que el parásito (si existiera en Harry) prosperara y seguramente moriría. No se
escribió mucho en el libro, nada bueno sobre ellos.
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de todos modos. ¿Le estaba haciendo más daño a Harry al no intentar más? Quizás llevarlo a ver más áreas
mágicas podría ayudarlo. No el Callejón Diagon y Hogsmeade, sino las áreas menos visitadas, por Merlín
se sentía tan desgarrado. Honestamente no sabía qué hacer y no era propio de él. Siempre tomaba una
decisión y mantenía el rumbo, sentirse desgarrado era ridículo y no le gustaba.
"¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo logramos que acepte la magia?" Preguntó Severus, ocultando apenas su
desesperación; sospechaba que Albus vería a través de su máscara al menos hoy.
"No paso tanto tiempo con Harry como tú, lamentablemente, así que realmente no estoy en posición de ayudarte
con eso, Severus, pero haré todo lo que pueda para ayudarte." Albus prometió: "No pareces ser tú mismo, ¿está
todo bien?" Entonces el director le preguntó a Severus, mirándolo de esa manera enloquecedora.
Severus se enderezó, su máscara cayó completamente en su lugar; Tal vez no fuera capaz de decir nada, pero con
suerte el director juntaría las piezas. Algún día lo descubriría, ¿y sinceramente? Considerando que el Señor Oscuro
parecía más joven y más cuerdo de lo que lo recordaba, se llevó un gran shock y esperaba estar allí para verlo. Albus
no se sorprendía fácilmente, no era algo que debiera esperar, pero era un hombre que encontraba diversión en
las cosas más extrañas. "Estoy bien", respondió.
Lo sería cuando descubriera la mejor manera de lidiar con la introducción de la magia a un adolescente
traumatizado que mentalmente todavía era un niño en muchos sentidos. Suspirando con resignación, se pellizcó
el puente de la nariz; Tenía los labios fruncidos mientras intentaba pensar en algo. Harry realmente se había
divertido durante la excursión a Irlanda. ¿Quizás ayudaría mostrar más buenas experiencias en el mundo mágico?
"Será mejor que vuelva con Harry, quién sabe lo que está haciendo Black", puso los ojos en blanco con exasperación.
"Mi puerta siempre está abierta, Severus", dijo Albus viendo a Severus levantarse listo para partir.
Severus asintió sombríamente y luego se fue sin decir una palabra.
Albus miró fijamente la puerta cerrada, orando con todas sus fuerzas a cualquier deidad que escuchara para que
ese no fuera el destino de Harry, porque si algo sucediera… no serían sólo Harry y Severus o él mismo, sino todo
Hogwarts. sería consumido por el poder incontrolable. Tan consumido por su preocupación por Harry que ignoró por
completo las preocupaciones de Severus como si fueran la misma cosa.
Tal vez fue algo bueno considerando todas las cosas, ya que había muchas cosas en movimiento que de otro
modo no habrían sucedido.
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Severus tuvo que enmascarar sus preocupaciones mientras se acercaba a la puerta de sus habitaciones, ya que al
cerrarlas por completo, Harry podía leer el lenguaje corporal y la más mínima señal de que estaba molesto causaría
que Harry se asustara o se preocupara y Severus no lo hizo. quiero eso. Lo cual era otra razón por la que no le gustaba
que Black pasara demasiado tiempo con Harry, con él llevando todas sus emociones en la manga.
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Al abrir la puerta, se sorprendió al ver que Black había vestido a Harry y había salido a la sala de estar, le
estaba leyendo en un tono de voz horrible, pero Harry observó y parecía gustarle. Ninguno de los dos
se perdió el puro alivio que brotó de Harry cuando notó a Severus. Sorprendentemente, Black no reaccionó
mucho en ese frente. ¿Se estaba acostumbrando al hecho de que no sería el número uno en la vida de Harry?
"Buenos días, Harry", dijo Severus, dándole una pequeña sonrisa, ignorando completamente a Black por el
momento.
"Buenos días, Sev'rus", dijo Harry, sonriendo ampliamente a su oscuro protector con inocencia infantil.
Normalmente, una mirada así en un adolescente sería extremadamente desalentadora por decir lo menos,
afortunadamente o quizás desafortunadamente, Harry no tenía ni de lejos el peso o la altura adecuados
para su edad.
"¿Ya desayunaste?" Preguntó Severus, ignorando el hecho de que su nombre había sido destrozado una vez
más, llegaría allí.
"Guardamos algunos para ti", dijo Harry con orgullo, y Roz lo había elogiado por su previsión, lo
que significaba que fue amable de su parte pensar en su Protector Oscuro según Sirius, que a Harry le
pareció un nombre divertido.
"Gracias", respondió Severus, "¿Le diste de comer al gatito?" se negó a usar el nombre cuando había
alguien cerca, a juzgar por la pequeña sonrisa en el rostro de Sirius, obviamente le habían dejado saber el
nombre del gatito.
"Sí", respondió Harry, sabiendo que no debía responder con un 'ajá' que a veces era difícil de recordar, pero
sin que otras personas lo dijeran, se volvió más fácil imitar a todos los que lo rodeaban.
Como siempre fueron adultos, nunca fue un problema.
"¿Te gustaría visitar Abartagh Alley conmigo hoy?" Preguntó Severus, sentándose a comer, como siempre
comiendo con los modales que su madre sangre pura le había inculcado desde la infancia, a pesar de tener
un padre borracho ella le había impartido la información más importante que necesitaba para
sobrevivir.
"¿Puedo ver las serpientes?" Harry preguntó con los ojos muy abiertos y esperanzado, había visto muchos
animales, pero esa vez se había fijado en los hermosos peces y el agua, podía recordar vagamente
haber visto serpientes antes de ir a la tienda que vendía los gatos.
Sirius se tragó las palabras automáticas que habían estado en la punta de su lengua. El impulso de mostrar su
disgusto era fuerte; No podía hacerle eso, no a Harry. Nunca volvería a verlo si eso sucediera. Ver la expresión
del rostro de Harry alivió algo dentro de él y lo hizo un poco mejor. Harry parecía tan feliz por la confirmación
de Snape de que podían ver las serpientes que nunca, jamás podría atreverse a decir algo malo o malo sobre
ellas. Era tan inocente, le dolía y le dolía tanto que tuvo que reprimir las lágrimas.
"Ve a buscar tu abrigo, Harry", le dijo Severus, levantándose y colocando el plato a medio comer en el
mostrador de la cocina antes de regresar. Para entonces Harry se había levantado y lentamente
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Dirigiéndose a su habitación, sus labios se torcieron al verlo, había recorrido un largo camino.
Desafortunadamente, no podía hacer un viaje largo sin el andador, por lo que lo usaría cuando salieran. Harry se
irritó por tener que usarlo, deseando tanto ser independiente al menos caminar sabiamente. Harry todavía
tenía un largo camino por recorrer antes de saber si podría vivir de forma independiente o si dependería
de otros por el resto de su vida. Si vivió tanto tiempo, pensó que un escalofrío le recorrió la espalda al recordar
lo que había leído.
"¿Qué ocurre?" Severus le preguntó a Black, con el ceño fruncido en su rostro; ¿Black sabía algo que él no
sabía? Parecía ahogado, ¿qué tan bajo había caído para preguntar por la salud de Black? No podía dejar que
Harry lo viera de todos modos, así que lo descartó como preocupación por Harry, no por Black.
"Es tan... inocente", dijo entre dientes, ¿cómo diablos podría sobrevivir en este mundo cuando vio lo malo
que podría ser? ¿Querría siquiera hacerlo? ¿Se encerraría más en sí mismo?
El labio de Severus se curvó con desagrado, "Recupérate, considerando todo, es algo bueno, él puede empezar
de nuevo a ver el mundo como debería haberlo hecho... tener una segunda oportunidad de una vida normal
mientras podamos, pero escucha esto, Black". "Nunca olvidará lo que le pasó. No es tan inocente como crees".
no tenía la ilusión de que podrían envolver a Harry en algodón y mantenerlo ajeno a todo. Un día descubriría lo
desagradable que podía ser realmente el mundo mágico, pero Severus haría todo lo posible para
asegurarse de que Harry pudiera entenderlo y procesarlo antes de que eso sucediera.
Sirius asintió lentamente, respirando profundamente y reuniendo su ingenio a su alrededor. "¿Puedo acompañarlos
a los dos?" preguntó, este era el mayor tiempo que había pasado con su ahijado y no quería que terminara.
Estaba tentando a su suerte, lo sabía, pero tenía que intentarlo.
"No puedes lucir así", afirmó Severus, no podía arriesgarse a que nadie juntara las piezas.
"¿Glamours o poción de polijugo?" Preguntó Sirius, demasiado emocionado para preocuparse si tenía que tragar
la repugnante poción. Tampoco pretendió que Snape tuviera al menos cinco viales escondidos en algún lugar
con pelos aleatorios de muggles en una caja al lado de ellos. De todos modos, los había tenido durante la
última guerra y había apostado cinco galeones a que todavía tenía un alijo similar. Siempre espía, tenía todo lo
que necesitaba para una escapada rápida.
"Los glamours pueden debilitar", afirmó Severus, "El único problema es que Harry entienda", los
glamours o la poción seguían siendo mágicas, ¿y cómo diablos podían hacerle entender?
¿Especialmente sin asustarse? Realmente era una lástima, pero no podía ser visto con Sirius, el maldito
Black, especialmente no con Harry a cuestas.
"Tal vez debería ir en otro momento", dijo Sirius, interiormente consternado, pero la salud de Harry era lo
primero.
"No", dijo Severus con una mirada especulativa en su rostro, "creo que es hora de mostrarle pequeños trozos de
más magia".
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"Entonces si lo somos... ¿será mejor que vaya en mi forma animaga?" Sirius se calló esperanzado.
Severus miró pensativamente a Black antes de asentir, el Señor Oscuro y sus fuerzas sabían sobre la
forma animaga de Black, pero aparte de eso, el público en general no. Sería perfectamente seguro
para él ir como perro, no era raro verlo.
"¿Qué pasa si se asusta?" Preguntó Sirius preocupado, con los ojos ensombrecidos, nunca había visto
ninguno de los episodios que le habían contado y, sinceramente, no quería presenciar ninguno.
"Entonces el viaje tendrá que esperar otro día", respondió Severus, mirando cuando escuchó a Harry salir
de la habitación, ya tenía su capa puesta, lo que explicaba por qué había tardado tanto.
"¿No vamos a ir?" Harry cuestionó haber escuchado el final de su conversación, la decepción se
mostraba clara como el día en su rostro. Si bien no le gustaba ver tanta gente, sí quería ver serpientes y
otros animales como los de sus libros, que se veían y sonaban tan fascinantes.
"Lo somos, pero primero... Sirius tiene algo que desea mostrarte, ¿no es así?" Severus dijo mirando a
Black en busca de confirmación.
El deleite de Harry volvió; no le importaba lo que tuvieran que mostrarle, todavía iban.
"Sirius tiene una habilidad muy especial que puede hacer con la magia", explicó Severus en voz baja
ignorando el estremecimiento que acompañó a la palabra que Harry odiaba tan desesperadamente, o tal
vez era una combinación de odio y miedo, ¿quién realmente lo sabía? "Existe una habilidad llamada
Animagi, las personas que pueden lograrla se convierten en Animagus, un animal".
"Puedo convertirme en un perro", explicó Sirius de una manera que Harry entendería ahora mismo.
"¿Te gustaría ver?" el dolor estaba regresando, ver a Harry tan asustado por la palabra magia dolor,
debería ser algo tan maravilloso, pero estaba actuando como si fuera físicamente doloroso escuchar la
palabra. Esperó pacientemente a que Harry decidiera, tenía que depender de él, no podía obligarle a
mostrarle magia. Los libros que había leído dejaban claro que tenía que hacerse al ritmo de Harry, todo debía
hacerse a su ritmo si tenían alguna esperanza de querer que mejorara.
"¿Un perro?" repitió Harry vacilante y vacilante.
"Así es", dijo Sirius arrodillándose, "Uno negro, de esta altura", dijo señalando con la mano el tamaño que
tenía aproximadamente 'Canuto'. "Me gusta llamarlo Canuto".
Harry se limitó a mirar fijamente; No entendía cómo la magia podía convertirte en un perro.
Los ojos verdes se volvieron suplicantes hacia los ojos oscuros de su protector, no entendía, no le gustaba
esto. Sólo quería salir y ver de nuevo el extraño callejón con nombre.
"Le gustaría venir con nosotros... pero como un perro", explicó Severus, sin decirle la verdad real ya que
probablemente no sería capaz de digerir eso más de lo que podía entender cómo.
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La magia podría convertirte en un perro. Al igual que un niño no entendería, especialmente desilusionado con la
magia como lo estaba Harry.
Harry asintió solo una vez, demostrando que entendía, luego observó con los ojos muy abiertos
cómo Sirius se transformaba en un perro ante sus propios ojos. Un perro negro y flaco que estaba boca
abajo gimiendo, moviendo la cola y observándolo de cerca, con la lengua afuera. Harry dio un paso atrás,
tropezando ligeramente, sin estar seguro de qué hacer con ello. Su respiración se entrecortaba mientras
intentaba controlarse.
"Tranquilo, Harry, respira profundamente y piensa en un lugar feliz", dijo Severus con dulzura, su tono
ocultando su preocupación. "Piensa en nadar, en el agua", sabiendo que a Harry le encantaba estar en el
agua por encima de todo. Si algo podía calmarlo y evitar otro estallido de magia era eso. De pie allí, mirándolo,
algo atrapó a Severus, casi tomándolo por sorpresa. Harry era esencialmente un niño sin control sobre
su magia; sólo necesitaba aprender a controlarlo. Cuando aprendiera a controlarlo y ya no tuviera arrebatos
entonces ya no le tendría miedo. Merlín lo ayudara, nunca antes se había sentido así y detestaba el constante
cambio de sus pensamientos. Ya era suficiente, haría lo mejor que pudiera por Harry y eso fue todo. "Puedes
hacerlo." Para su inmenso orgullo, logró mantenerse concentrado. "Bien hecho."
Sin embargo, Harry no estaba escuchando, estaba pensando desesperadamente en el agua, las suaves olas y el
calor que irradiaba la habitación, lo que ayudó a detener la sensación de que iba a explotar.
No le gustaba estar sucio y le encantaban los baños de cualquier tipo; Recordó el primero que había tenido en
mucho tiempo, a pesar de lo dolorido que estaba, lo había disfrutado mucho. Nunca quiso perder eso, pero le
parecía que querían que le gustara la magia cuando cada instinto le gritaba que no lo hiciera. Su vida era tan
diferente ahora, toda su vida había visto la magia como algo horrible, repugnante, monstruoso, ahora
parecía que pensaban que era normal. Volvió en sí con la sensación de que le colocaban un sombrero en la
cabeza y una bufanda alrededor del cuello, su Protector Oscuro, del que tanto deseaba estar orgulloso.
"¿Listo?" Severus cuestionó suavemente, envolviéndose más en su capa para estar lo suficientemente
abrigado.
Harry asintió, ya ni siquiera le molestaba el perro/hombre.
"Bien, entonces vámonos, todos los estudiantes estarán en sus clases en este momento", afirmó Severus pero
sin su lengua afilada. Los que no tenían clases estarían en sus salas comunes o en la biblioteca
estudiando… o los perezosos sin hacer absolutamente nada.
Apenas podía creer que en realidad estaba trayendo a Black... debía haber inhalado demasiados vapores de
pociones últimamente, era la única razón por la que estaría contemplando esto.
Juntos, los tres abandonaron la habitación de Severus después de que Harry se ubicó con su andador, con
un puchero en su rostro ­ no le gustaba usarlo ­ incluso con eso tomaron tres veces la longitud normal que
usualmente tomaban para llegar a la habitación. borde de las salas, que fue de treinta minutos, incluso
teniendo en cuenta el uso de los entrenadores. A ninguno de los dos les sorprendió que Harry pudiera ver
los Thestrals (después de todo, había visto personas explotar con efectos negativos al ser inyectados con
sangre mágica), y como estaban en sus libros de animales, no parecía intimidado por sus
apariencia.
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Afortunadamente, nadie más que el Barón Sangriento los vio, y él simplemente pasó flotando desinteresado,
pero asintió con respeto a Severus.
"Esto puede parecer un poco discordante", dijo Severus honestamente, se estaban apareciendo hoy, era un
riesgo, pero iba a tener que tomarlo. Tendría que tomar más riesgos y abrir completamente a Harry a la magia.
"Quiero que cierres los ojos y contengas la respiración todo el tiempo que puedas".
El ceño de Harry se frunció, "Está bien", respondió, haciendo lo que su Protector Oscuro le pidió.
Tan pronto como Harry lo hizo, Severus se acercó detrás de él y envolvió su brazo derecho detrás de él,
agarrando a Black con mucha menos delicadeza antes de aparecerse; no arriesgarse a esperar
demasiado, no respirar ayudó a aliviar muchos de los síntomas de la aparición, así que deseaba hacerlo.
Mientras Harry contenía la respiración.
Severus apuntó a un lugar familiar para Harry, la fuente que había encontrado tan encantadora la última vez
que la visitó. Estaba muy contento de que Harry no tuviera una mala reacción al medio de transporte
mágico. Se aferró a su andador con fuerza, con los ojos muy abiertos pero relativamente tranquilo. El primer
lugar al que apuntaba era que los joyeros consiguieran una piedra de enfoque fijo para Harry, una que
respondiera y resonara con su magia que pudiera ayudarlo.
Canuto observó la interacción entre los dos; Abrió la boca para contarle a Harry sobre los jugadores de
Quidditch en la fuente sólo para darse cuenta de que no podía. Todo lo que saldría de su boca fue un ladrido,
ya que Harry no había reaccionado muy bien a su animago y decidió no asustarlo. Francamente, estaba
sorprendido de que Snape lo dejara venir, tal vez se había equivocado. Había asumido que nunca vería a
Harry, que Snape se vengaría por todo lo que había hecho.
"Vamos, Harry", dijo Severus, llamando la atención del niño, "Visitaremos algunas tiendas antes de ir a la
mágica casa de fieras".
Severus, como siempre, iba al paso de Harry sin mostrar ningún signo de impaciencia con el paseo.
Sus ojos automáticamente comenzaron a vagar por el área, paranoicos hasta el extremo, especialmente
ahora que sabía que el Señor Oscuro había regresado. Hablando de eso, había querido hablar con Lucius
y averiguar cuánto tiempo había estado de regreso. Algo que hasta el momento no había podido hacer. No era
fácil cuando eras el único cuidador de alguien que no podía hacer mucho por sí mismo.
"Aquí, Harry", dijo Severus cinco minutos después, después de caminar por muchas tiendas para llegar a
su destino deseado. Se permitían perros en las tiendas del Mundo Mágico, por lo que Padfoot pudo entrar
con ellos. Le alegró ver que no había ni una sola persona en la tienda en ese momento, por lo que lo
atenderían relativamente rápido. No había nadie en el frente de la tienda, pero sin duda habían sido
alertados de que alguien entraba.
"¿Puedo ayudarlo señor?" preguntaron los caballeros, dándole a su nuevo cliente toda su atención.
Severus notó que no tenía acento irlandés; Si no se equivocaba, había un atisbo de acento americano.
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"Me gustaría una piedra de enfoque para mi pupilo", explicó Severus, con voz suave y confiada.
Minerva le había comprado uno a Harry en el primer viaje al callejón pero no le había funcionado; era sólo
una pieza de joyería. Debieron haber sabido llevar a Harry a la tienda y comprar uno que fuera exclusivamente
suyo. No importa, lo hecho, hecho hecho.
"Por supuesto, ¿por qué no vienes aquí? El área para sentarse podría ser más cómoda", dijo el mago,
dándole una mirada a Harry. Las piedras de enfoque eran utilizadas por personas de todas las edades, por
lo que no había nada extraño en solicitar una.
Severus asintió una vez y se dirigieron, pasando por los estantes revestidos de vidrio llenos de todo tipo de
joyas, era una tienda bastante grande y tenía muchos artículos en exhibición, la mayoría eran cosas caras, pero
había cosas colgadas que Se ha fabricado a bajo precio pero sigue siendo colorido. Encontraron el área
para sentarse bastante rápido y Harry fue el único que se sentó, el mago estaba abriendo las cajas y
sacando dos bandejas que contenían las piedras de enfoque en una amplia gama de diferentes colores y
tamaños.
"¿Cómo está mi primer cliente hoy?" preguntó alegremente el mago, mientras se acercaba a ellos,
colocando ambas bandejas en el mostrador cercano.
Los ojos de Harry se dirigieron a Severus, quien le dio una mirada tranquilizadora, antes de regresar al
mago y darle una sonrisa tímida y decir "Bien", antes de recordar sus modales, "Gracias", añadió aún más
tímidamente. No estaba acostumbrado a hablar con mucha gente ni con nadie realmente.
"Está bien", dijo el mago, el niño era extremadamente tímido, apenas podía hacer contacto visual, se
preguntó brevemente por qué diablos había pasado antes de ponerse manos a la obra. "Ahora todo lo que
necesitas hacer es tocar cada una de esas piedras hasta que una se encienda, la que se encienda es la
adecuada para ti". le dijo al joven, hablando lenta y claramente por él. Con eso, levantó la bandeja y se
arrodilló sosteniendo firmemente la bandeja de piedras en sus manos, esperando a que llegara a ella. Una
mirada al mago vestido de oscuro mostró gratitud. Sí, este chico definitivamente había pasado por un
momento difícil en algún momento de su vida.
Los ojos de Harry una vez más se dirigieron a sus Protectores Oscuros que lo buscaban en busca de
respuestas, una vez que recibió un gesto de confirmación de que estaba a salvo y que todo estaba bien, su
mano se levantó temblorosamente e insegura al principio, pero al tocar las piedras y no pasó nada,
Dudó mucho menos. Eso fue hasta que tocó el ágata púrpura y jadeó cuando se iluminó intensamente.
"Muy bien", dijo el mago, "Sigue", la mayoría de los magos y brujas tenían más de una compatibilidad
cuando se trataba de piedras de enfoque.
No sorprendió a Severus que la amatista estuviera en su lista; Era la más fuerte de todas las gemas.
Aragonite fue una sorpresa, aunque no debería serlo. Era la piedra que estaba más en sintonía con la Madre
Naturaleza, Gaia, como la llamaban a menudo, y parece infinitamente fascinado con el agua, otro
elemento de la tierra. En total, Harry tenía cuatro potenciales cuando terminó: ojo de tigre, amatista,
aragonita y ágata. Las piedras en sí eran pequeñas, más pequeñas que un Knut.
"Los tendrá todos," le informó Severus al mago antes de que pudiera pensar en preguntarle a Harry cuál lo
llamaba más.
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"¿Fusionados o separados?" El mago se enderezó, sondeando interrogativamente.
"¿De qué manera serían más fuertes?" Severus cuestionó con curiosidad.
"Fusionados, definitivamente", le informó el mago, todos eran similares entre sí y funcionarían bien juntos. "¿Cómo te
gustaría que se hiciera? ¿Alguna forma en particular?"
Los labios de Severus se torcieron, "Una serpiente", decidió, "Con una cuerda negra, garantizará su seguridad mucho mejor
que la plata o el oro". Los ojos de Harry se abrieron ante eso, entendiendo lo que estaba pasando... iba a hacer algo con
la forma de una serpiente.
"Puedo hacerlo en dos días", les dijo el mago, levantándose, tomando las cuatro piedras y colocándolas en una bolsa antes
de llevar el resto a su lugar y colocarlas de forma segura dentro. "En cuanto a la serpiente... ¿envoltura plateada?"
"Sí", confirmó Severus, "me gustaría poder imbuirle un hechizo calmante".
El mago asintió, escribiendo la información rápidamente antes de pasársela a Severus para que la completara.
Dejándolo decidir si regresar por él o si podría enviarlo a través de una lechuza. También podría pagar un depósito o
pagarlo en su totalidad. Cuando le devolvieron la documentación, descubrió que Severus Snape había pagado la totalidad
y quería que se la entregaran a Hogwarts. Había un recibo en la parte inferior escrito para que el dinero saliera de su cuenta
de Gringotts.
"Estará contigo dentro de dos días", prometió, dejando a un lado los papeles y las piedras, las llevaría atrás y trabajaría
en ellas cuando tuviera tiempo libre. Lo cual no era cierto en ese momento, se dio cuenta cuando la puerta se abrió y entró
otro cliente.
"Bien", Severus asintió con firmeza, "Gracias", con eso se acercó a Harry y se sentó donde lo dejó mirándolo
atentamente, sin duda asegurándose de que no desapareciera.
"¿Listo para ir a la mágica casa de fieras?" Severus preguntó asegurándose de que Harry estuviera lo
suficientemente bien para ello, la magia siempre lo hacía sentir mal. Era por eso que le gustaba lanzar
algunas piezas de magia aquí y allá como el agua de los gatos en la seguridad de sus habitaciones, donde
Harry se sentía más seguro.
Evidentemente no dispuesto a perder la oportunidad, Harry asintió con entusiasmo.
"Muy bien, ¿tal vez te gustaría elegir un dulce después?" sugirió, nada demasiado grande o azucarado, al menos no todo
de una vez, el cuerpo de Harry no sería capaz de soportarlo después de haber pasado tanto tiempo sin él.
La sonrisa cegadora en el rostro de Harry fue respuesta suficiente.
Sinceramente esperaba poder mantener esa felicidad en el rostro de Harry durante el mayor tiempo humanamente posible.
Notas finales del capítulo
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¡Aquí vamos! Para aclarar las cosas, el vínculo será paterno, la antigua historia podría haber tenido a
Severus/Harry, pero esto no puede ser, me temo que no habrá ninguna pareja... la versión anterior
no era tan realista como ésta, especialmente ¡Por todo lo que pasó Harry! así que ya sea el
vínculo Tom/Harry/Severus o el vínculo Severus/Harry, no será un vínculo matrimonial, solo uno para
ayudar a Harry a aprovechar su magia :) De cualquier manera, no me importa, estoy inventando
esto sobre la marcha. Hace mucho tiempo que se desvió de su historia original :) con eso quiero decir
que antes del final del primer capítulo se estaba desviando ¡LOL! De todos modos, ahí lo tienes. Espero
que aún lo disfrutes y ¡Harry sigue siendo realista! ¿Veremos más explosiones mágicas antes de
que Harry necesite ayuda y luego comience a controlarlas? R&R, por favor
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Capítulo 31
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 31
Sirius acompañó a Severus y Harry a cada tienda, su progreso era lento, casi exasperante para él, que podía ir a un
ritmo más rápido debido a su estado de cuatro patas en ese momento. Sin embargo, nunca se quejó, simplemente
trotó junto a ellos, estaba tan feliz cuando Harry lo acarició, incluso si fue solo por unos segundos antes de asumir que
Harry recordaba que estaba disfrazado y no un perro real. No estaba seguro si era eso o no, pero se sentía eufórico, en esta
forma también podía escuchar los silenciosos elogios que Severus le daba a Harry de vez en cuando.
"¿Qué tal si te traemos ese dulce ahora?" Preguntó Severus, después de haber pagado los artículos comprados en la
caja, mirando a Harry, siempre asegurándose de preguntarle qué quería y obtener su opinión.
Harry asintió con un rayo de deleite que se extendió por su rostro; No recibió muchas golosinas, así que le encantó
cuando las recibió. Su Protector Oscuro dijo que no era un castigo o porque era malo, era solo que su barriga no podía ni
podría manejar muy bien el azúcar debido a lo poco saludable que había estado por no haber sido alimentado
adecuadamente durante tanto tiempo. largo. Sin embargo, fue muy especial cuando los recibió. Especialmente los
pequeños trozos de tarta de chocolate o una tarta de fresas en miniatura, eran sus favoritos. Gustó la nariz ante los
horribles olores, le recordaba al laboratorio de Pociones, pero no tan fuerte o repugnante.
Los labios de Severus se torcieron ante el inocente deleite en el rostro de Harry, mirando brevemente a Black,
preocupado de que comenzara a sentirse abrumado de nuevo. No pudo distinguir nada en su rostro canino, pero
abruptamente descartó sus pensamientos, no iba a ser responsable de Black, si cometía un error entonces era sobre él,
ya que había sido advertido con suficiente frecuencia. Volviendo a mirar a Harry, lo tomó por los hombros y comenzó a
guiarlos fuera de la botica, afortunadamente casi vacía.
Aquellos de la edad de Harry podrían aprender un par de cosas sobre cómo disfrutar los momentos de la vida que
constantemente daban por sentado.
Como siempre, mantuvo un ojo en Harry mientras caminaba, asegurándose de que estuviera bien y reaccionara bien a
las cosas que lo rodeaban. Lo último que desearía hacer era abrumar a Harry, aunque seguro que necesitaría sacar a
Harry de su zona de confort para que pudiera crecer, ahora no era ese momento, tal vez una vez que hubiera aceptado
la magia, crecido para controlar. entonces podrían hacer cosas que podrían empujarlo en la dirección correcta. Sus ojos
negros se agudizaron cuando notaron un rebote en el paso de Harry, algo que muy fácilmente se pasó por alto, siguió
la línea de visión de Harry hasta la heladería. Se debatió consigo mismo si preguntarle a Harry o ver si el chico se lo
preguntaría a sí mismo. Por dentro resopló amargamente ante el pensamiento; él no estaba en la medida en que pediría
tal cosa.
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"¿Quieres un poco de helado después?" Preguntó Severus, sin duda le vendría bien un descanso también,
había estado fantástico hasta ahora y estaba fuera sin su carrito por primera vez. Había estado en algunas
tiendas; La caminata que había hecho era más de lo que normalmente haría. Tenía un frasco en su bolsillo por
si Harry lo necesitaba.
"¿En realidad?" Harry se iluminó por completo y asintió con entusiasmo con la cabeza.
"Sí", respondió Severus, su tono como siempre tranquilo y reconfortante cuando Harry estaba preocupado.
Se sentía orgulloso y contento de haber podido traer tanta luz a la vida de Harry después de todo lo que había
pasado. Cómo podía confiar de nuevo estaba más allá de su comprensión, se alegraba por ello, no lo
malinterpreten, pero no estaba seguro de haber tenido la capacidad de confiar de nuevo. Él era único en su
clase; se merecía toda la felicidad que le pudieran brindar. Saber que el Señor Oscuro no parecía interesado
en dañar a Harry a juzgar por sus acciones era un alivio. Aunque no podía advertir a Albus, por lo que podía
deducir, el mago había regresado hace bastante tiempo, algo que tenía la intención de averiguar todos los
detalles de Lucius tal vez después del almuerzo cuando regresaran o de la cena.
"¡Sí, por favor!" Dijo Harry recordando sus palabras, inseguro de cómo sentirse con toda la emoción
que lo recorría, se fue saltando y chillando, pero no hizo ninguna de esas cosas. No estaba seguro de la
reacción que provocaría en todos los que lo rodeaban, no estaba acostumbrado a estos sentimientos, realmente
no los había sentido tanto antes.
"Los dulces primero," le informó Severus, guiándolo hacia la tienda de dulces.
"¡Ese perro no puede entrar aquí!" gritó una voz fuerte y severa que hizo que Harry se congelara y se
estremeciera cuando los recuerdos lo asaltaron.
Severus le lanzó a la mujer una mirada mordaz antes de que su atención estuviera en Harry. Su pulgar
se movió en un círculo tranquilizador en la parte posterior de su columna, presionando hacia abajo para poder
concentrarse en ello, moviéndose para estar parado frente a Harry, para no ver a la despreciable mujer.
"Harry, nadie te hará daño, no dejaré que me hablen pequeño, vamos, y puedes hacerlo, piensa en tu lugar
seguro", le susurró con determinación al oído.
No podían hacerle daño aquí, no podían hacerle daño aquí, pensó Harry desesperadamente mientras
los recuerdos de Petunia y el doctor lo asaltaban. La voz... era tan similar a la de ellos que lo había tomado
por sorpresa. Su Protector Oscuro tocándolo lo ancló, evitando que colapsara mientras los recuerdos lo
asaltaban. No podían atraparlo, estaba a salvo, su Protector Oscuro lo mantendría a salvo, lugar seguro,
lugar seguro, agua, la piscina, y poco a poco los recuerdos comenzaron a calmarse, dejándolo conmocionado
pero tranquilo. "Fuera, quiero salir de aquí", suplicó Harry, no quería verla… no quería estar aquí más.
"Por supuesto, solo respira profundamente por mí", murmuró Severus en voz baja girándolos, ignorando las
miradas preocupadas de Black mientras lo hacía. "Dentro y fuera, ahí vamos, con calma". Habiendo
estado observando a Harry mientras hablaba, y Severus estaba noventa por ciento seguro de que Harry
acababa de ocluido su mente, se había calmado demasiado rápido para que pudiera ser cualquier otra cosa. Su
'lugar seguro' era el agua y probablemente fue lo que le permitió erigir escudos rudimentarios. Estaba bastante
extasiado, ¡estaba usando magia! El hecho de que no se diera cuenta le hizo querer patearse a sí mismo,
tal vez Albus tenía razón, lo hizo sentir aún más esperanzado. "¿Aún quieres comer helado?" sugirió,
tratando de no pensar en eso por completo.
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Harry asintió lentamente en señal de consentimiento para comprar helado.
"Muy bien, ven, sentémonos", dijo Severus guiándolo hacia los asientos, agradecido de que la heladería no
estuviera lejos de la tienda de dulces. Sirius se recostó al lado de la silla, su mente dando vueltas sobre
todo lo sucedido. Quería desesperadamente volver a su forma humana, pero no se atrevía. Él y Severus no se
llevaban bien, y les preocupaba que la gente sumara dos y dos y se diera cuenta de que era Harry.
"Buenas tardes, ¿qué les puedo regalar a ambos hoy?" preguntó una alegre voz chirriante.
Ver a Harry relajarse ante el sonido de su voz chirriante (al menos para él) hizo que la aceptara un poco más.
"Una taza de café para mí y un banana split... ¿te apetece un trago?" le preguntó a Harry, sus labios
temblando en una mirada de orgullo cuando Harry asintió.
"¿Naranja?" salió una pregunta vacilante más que una respuesta.
"Naranja es, eso es todo para nosotros, gracias". terminó Severus.
"¿Qué tal un cuenco de agua para el perro?" sugirió, dándole a Canuto una mirada cariñosa.
Sirius miró fijamente a Severus 'no te atrevas' escrito en todo su rostro.
"Eso sería acogedor", asintió Severus, la diversión resonando a través de él ante la mirada indignada que
Black fue capaz de lograr en su forma animaga.
"¡Vuelvo en dos tics!" Declaró antes de dejarlos.
Sirius le gruñó en voz baja a Severus como si pudiera sentir cuánta diversión se estaba divirtiendo en
ese momento.
Severus simplemente le sonrió al animago, "Seguramente tendrás sed", fue todo lo que dijo.
Harry permaneció ajeno a toda la escena, simplemente agradecido de estar sentado, felizmente esperando su
helado.
Fiel a la palabra de la niña, ella regresó y les dio su café y helado, así como el tazón de agua sugerido.
Harry rápidamente comenzó a devorar el gran banana split con alegría, ocasionalmente mirando a
Severus para asegurarse de que su Protector Oscuro todavía estaba allí, lo cual, por supuesto, estaba
bebiendo lentamente de su taza de café, que estaba demasiado caliente para beber rápidamente.
"¿Tienes algo que necesite tu atención hoy?" Severus le susurró a Sirius, consciente de que el canino oía
mejor en esa forma y escucharía todo lo que dijera.
Sirius ladeó la cabeza, antes de sacudirla sólo una vez; no, no tenía nada que requiriera su atención. ¿Severus
iba a dejarle pasar más tiempo con su ahijado? ¿Finalmente confiaban en él? Él esperaba que así fuera,
realmente lo deseaba, y pasar tiempo con su ahijado era... una de las mejores cosas que jamás podría desear.
Seguro que a veces se volvía abrumador, pero lo contuvo hasta que estuvo solo sin querer asustar a
Harry, bueno, eso y sabiendo que si molestaba a Harry entonces no podría verlo. Hizo maravillas con su
autocontrol, que había sido puesto a prueba muchas veces desde que le llegó la noticia de que habían
encontrado a su ahijado.
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"Tengo un lugar donde necesito estar esta tarde o esta noche, preferiblemente esta tarde; Harry sin
duda dormirá después de este viaje por unas horas. Si no tienes nada puesto, te agradecería que pudieras
pasar tiempo con él". Severus le informó de mala gana. No le gustaba dejar a Harry por ningún motivo,
sabiendo que se sentía más seguro con él, que irse haría que Harry se sintiera inseguro, no era sorpresa
que se sintiera culpable por el tiempo que estuvo fuera. También sabía que este camino continuo era
mejor, a la larga, Harry aprendería que siempre regresaría, que no estar allí no significaba que Harry
estuviera siendo abandonado.
La lengua de Sirius se asomó, los ojos brillando energéticamente mientras jadeaba y asentía, luciendo
listo para comenzar a perseguir su cola. La única razón por la que se abstuvo fue porque no quería
asustar a su ahijado.
Severus puso los ojos en blanco ante la exhibición, aunque tenía que admitir que Black se estaba
adhiriendo a las reglas que había establecido con una madurez de la que no lo creía capaz. Le hizo darse
cuenta de que tal vez Black tenía un cerebro en alguna parte y que su amor por su ahijado era una
forma pura y sin preocupaciones que le permitía actuar según su edad por una vez en lugar de su talla de
zapato. Volviéndose hacia Harry, tuvo que abstenerse de hacer una mueca, su cara y su ropa estaban
cubiertas de helado, Harry simplemente estaba emocionado, normalmente no recibía muchas golosinas,
eso era todo. Se aseguraría de estar tranquilo la próxima vez, especialmente si estaban en público,
pero afortunadamente la mayoría de la gente parecía demasiado ocupada para prestarles atención. En todo
caso, fue Sirius quien recibió la mayor atención y fue principalmente de niños y adolescentes.
"¿Disfrutando eso?" Preguntó Severus, incapaz de controlar por completo su sarcasmo.
El ceño de Harry se frunció mientras ladeaba la cabeza hacia un lado, estudiando a su Protector Oscuro
como si fuera algo extraño, lo cual estaba siendo en este momento. Incapaz de captar lo que había en su
voz, simplemente sonrió felizmente y asintió diciendo que sí, que lo había disfrutado mucho. Sin
embargo, su estómago se sentía muy, muy lleno y se sentía un poco enfermo, ¡pero definitivamente no le
diría eso a su Protector Oscuro! Después de todo, no quería perderse ningún regalo futuro que recibiría.
"Bien, es hora de regresar a casa ahora, podemos aparecernos desde aquí", explicó Severus mientras
limpiaba discretamente a Harry usando magia, y agradecía a su estrella de la suerte que Harry solo
parpadeara con un poco de cansancio pero no reaccionara. Otra manera. Harry confiaba en él
completamente, incluso lo suficiente como para permitirle usar magia cuando si alguien más lo hiciera
habría sufrido ataques de pánico. Dejó que su orgullo se mostrara, sabiendo que Harry necesitaría
refuerzos positivos para presenciar la magia y no reaccionar. "Bien hecho, Harry, estoy muy orgulloso
de ti", verbalizó su orgullo.
Harry tragó, moviendo la cabeza arriba y abajo antes de hundirse en su Protector Oscuro,
conteniendo la respiración recordando la última vez. Radiante de felicidad mientras Severus lo
elogiaba una vez más. Entonces la incómoda sensación de haber sido Aparecido los desgarró.
Harry supo sin abrir los ojos que habían regresado a Hogwarts.
Sirius trotó, su mente dando vueltas sobre todo lo que había visto y observado hoy, lo había visto antes,
pero no se había dado cuenta de lo bueno que era Snape para Harry. Lo calmó tan rápido, le dio opciones,
esperó a que decidiera, sin impacientarse ni una sola vez y por mucho que le doliera admitir que no
creía tener ese tipo de paciencia. Él amó
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su ahijado, lo suficiente como para admitir que no era lo que Harry necesitaba, no a tiempo completo, y por primera
vez, realmente estaba comenzando a ver lo que los demás siempre habían sabido. Los últimos restos de dolor, ira y
molestia se desvanecieron dejándolo extrañamente letárgico y feliz.
En lugar de ser un disciplinador (lo que Harry eventualmente necesitaría), se convirtió en la figura del tío amante de la
diversión que determinó mientras subía los escalones con un aullido feliz, moviendo la cola mientras saltaba incapaz de
evitarlo. Escuchar a Harry reír en voz muy baja detrás de su mano fue el mejor sonido que jamás había escuchado.
Después de eso, trotó hacia las habitaciones de Snape con un pavoneo engreído.
Fiel a la creencia de Severus, Harry apenas se sentó en el sofá acurrucado antes de apagarse como una luz.
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Mansión Malfoy
Lucius levantó la vista de su trabajo, la sorpresa revoloteó en sus ojos al ver a Severus pasar por la red Flu. Por un
segundo le preocupó haber olvidado el cumpleaños de su hijo antes de relajarse, Severus solo lo visitaba dos veces al año
para pasar tiempo con su ahijado. Era la época equivocada del año y su hijo estaba en Hogwarts en ese momento. Su
relación no había sido la misma desde que el Señor Oscuro había apuntado a Lily Potter, y ninguna había existido
después de que el Señor Oscuro fue derrotado. "Severus, ¿Draco está bien?" Su preocupación es evidente. Amaba
tanto a su hijo, Draco y su esposa, que significaban mucho para él.
"Está perfectamente bien", respondió Severus de inmediato, sabiendo que si los papeles estuvieran invertidos no querría
esperar noticias de Harry si estuviera preocupado.
Lucius sintió que su mandíbula temblaba como si apenas pudiera evitar que se cayera, Severus rara vez era
comunicativo sobre algo, siempre tenía una púa sarcástica lista para honrarlo.
No es que realmente le importara, ya que si Draco estuviera herido definitivamente no sería tan sarcástico.
"Entonces, ¿por qué me has honrado con tu presencia?" Preguntó Lucius, con rostro impasible.
La frente de Severus apenas evitó deslizarse hasta su cabeza, si no lo supiera habría sugerido que el dolor acechaba
detrás de esos ojos normalmente carámbanos. Sabía que Lucius no era tan frío, duro e insensible como el mundo
realmente creía. Había visto la expresión de su rostro cuando le presentó a su hijo después de su nacimiento, parecía
diez años más joven, pero esas miradas eran raras. Había un lado bueno y un lado malo en Lucius, pero una cosa que
Severus podía respetar era el hecho de que defendía sus creencias... bueno, en su mayor parte, había afirmado
estar bajo la Maldición Imperius después de la caída del Señor Oscuro después de todo. . "¿Cuánto tiempo hace que
regresó el Señor Oscuro?" cuestionó.
Lucius no perdió el ritmo, "No tengo idea de lo que estás hablando", mintió entre dientes.
Los labios de Severus se torcieron, "Debo decir que eso fue perfecto, no pude detectar ni una pizca de tu mentira,
Lucius", dijo arrastrando las palabras, impresionado a su pesar.
Lucius suspiró, frotándose la frente, agachándose y sacó una botella de su brandy favorito, a la que le faltaba la mitad
de su contenido. A continuación se oyó el tintineo del cristal cuando Lucius se puso a
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Colocó dos sobre la mesa y vertió más de una generosa cantidad en cada uno. "¿Qué pasó?" finalmente
preguntó después de unos momentos de silencio, haciendo girar el alcohol en el vaso antes de tomar un sorbo
agradecido.
Severus resopló, sentándose; Incluso él todavía estaba teniendo problemas con todo esto. "No estoy seguro de
algunos puntos, pero puedo adivinar cómo sucedió", admitió Severus en un tono pesado.
Sus dedos agarraron el vaso pero no bebió de él, al menos la tentación no lo había abrumado todavía.
"La decisión de Dumbledore de que la Orden buscara a una persona desaparecida probablemente llamó mucho
la atención, y el Señor Oscuro, por supuesto, fue alertado sobre el nuevo desarrollo y se despertó su
curiosidad". y cuando el Señor Oscuro sintió curiosidad, nada le impidió descubrir todo.
La confusión de Lucius se suavizó hasta convertirse en una pensativa: "¿Desaparecido? No he escuchado
nada... y si fuera un estudiante no hay manera de que Dumbledore pudiera esconderlo debajo de la alfombra,
¿seguramente?" si lo hubiera hecho, se encargaría de que el anciano pagara sin importar su cambio de opinión.
"No es un estudiante, no", respondió Severus, frotándose la sien con agitación, estaba agradecido de tener
alguien con quien hablar, no lo malinterpreten, pero detestaba dar explicaciones. Había venido aquí buscando
respuestas para no ser él quien las diera.
"¿Por qué se mantiene fuera de los principales medios de comunicación? ¿Seguramente los Aurores habrían
tenido más suerte que la idiota orden?" Lucius dijo que fruncir los labios era inútil. Aunque algunos de ellos
eran muy inteligentes, habían caído derribando a algunos de sus propios camaradas, los Prewitt, en particular,
aunque nunca lo admitiría. "Estás siendo muy reservado sobre quién es, Severus." Señaló beber una vez
más.
Severus lo copió, "Harry Potter", murmuró en voz baja.
Lucius tosió y farfulló un poco: "¿Disculpe?" Incredulidad evidente en cada línea de su rostro. ¿Era el
segundo al mando del Señor Oscuro y no sabía nada de esto? Sabía que el niño había estado desaparecido,
lo había estado durante años, por lo que no se le había ocurrido que estaban hablando del Niño­Que­Vivió.
"Deberías haberlo visto, Lucius," gruñó Severus, sus emociones se apoderaron de él.
Lucius se detuvo alarmado, con los ojos muy abiertos; Nunca había visto a Severus emocionado, nunca. Por
su vida, no sabía qué decir o hacer, sospechaba que Severus sólo quería hablar por una vez, dejarlo salir. Así
que permaneció en silencio, dándole un apoyo sólido pero silencioso.
"Yo mismo había estado buscándolo durante años, con muchos callejones sin salida y decepciones, pero al
final llegué allí. Lo que encontré... fue mucho peor de lo que mi imaginación podía concebir todos estos años".
Severus se encorvó, sin reaccionar ante la llamarada Flu, la punzada en su brazo ya le hacía saber quién era.
No era probable que lo olvidara, cada día que Harry se recuperaba un poco más, su mente volvía al estado en el
que se encontraba cuando encontró a Harry por primera vez.
"Mi Señor," Lucius se puso de pie abruptamente, con una expresión de preocupación en su rostro, pensando que tal vez no
debería saber sobre Harry Potter.
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"Veo que Severus finalmente logró hablar contigo", afirmó Voldemort, haciendo un gesto brusco para que
Lucius se sentara, no quería ninguna fanfarria en este momento.
"No del todo," respondió Lucius, quitando otro vaso y deslizándolo hacia el otro asiento disponible,
notando a Severus mirando con una mirada cautelosa y sorprendida. Sí, las cosas habían cambiado, seguro
que el Señor Oscuro no lo pensaría dos veces antes de maldecir la insubordinación, pero también
escuchaba estos días ideas y sugerencias incluso si no las seguía. Llenó el vaso antes de volver a sentarse,
con un fuerte deseo de saber más llenándolo.
"Tenías toda la razón, deberías haberla hecho sufrir más", insistió Voldemort, sus ojos rojos brillando de ira
con solo visualizar al maldito y repugnante muggle. Estaba agradecido de que nadie lo hubiera visto
boquiabierto cuando Dumbledore lo había permitido, seguro que no se había quedado cerca, pero casi le había
permitido a Severus su venganza sobre la mujer.
Lucius odiaba que lo dejaran fuera, pero no estaba dispuesto a decir nada que pudiera interpretarse como
insolencia en presencia de su Señor; preferiría ir sin terminar maldecido, lo cual no había sido así desde su
regreso, pero... Prefiero tener cuidado que lamentar. ¡Quedarse callado era lo más difícil que había hecho
en su vida porque quería saberlo todo! Estaba completamente a oscuras, algo había sucedido,
algo lo suficientemente grave como para hacer que Severus perdiera la calma y que su Señor defendiera a
un chico al que legítimamente debería odiar como su derrotador. Si Lucius no hubiera estado tan sereno,
habría saltado ante el gruñido que Severus dejó escapar. "¿Que pasó exactamente?" Preguntó Lucius,
encontrándole difícil moderar su tono, pero lo logró.
Con un suspiro de resignación, Severus comenzó a contar la historia una vez más, con mucha más
información de la que le había dado al Señor Oscuro cuando le preguntó, pero Voldemort había visto los
recuerdos así que en realidad sabía más ahora de lo que le estaba contando a Lucius ahora. Le contó
sobre la visita a la prisión para ver a Petunia, la maldición que le puso, las cosas que ella había dicho, las
cosas que le habían hecho a Harry, cómo había terminado siendo transferido a un hospital diferente sólo para
ser secuestrado y tratado despreciablemente por la mujer que había cometido el hecho. Su reacción y
tortura a la mujer ­ el Señor Oscuro revelando que Dumbledore había sido parte de eso ­ la reacción de
Lucius había sido cómica, por decir lo menos. El muy lento proceso de curación de Harry, cómo estaba
mental, físicamente y todo lo demás, incluida toda la debacle de la serpiente.
"Espera... ¿lengua pársel?" Lucius jadeó, "¿Pero cómo es... cómo es eso posible? ¡Los Potter son
descendientes de Gryffindor por el amor de Merlín!" Los Potter eran los nuevos nombres de Peverell,
eran originarios de Godric's Hollow, llamado así por el propio fundador, esa cabaña había estado en la
familia desde que Ignotus Peverell se casó con Ornelle Gryffindor, ambos viejos en esos días para establecerse
ya que se casaron cuando tenían veintitantos años. .
"Son ambos", señaló Voldemort de mala gana, tanto Slytherin como Gryffindor. "Soy descendiente de Cadmus
Peverell, el segundo hermano". Había hecho su investigación inmediatamente después de darse cuenta de que
el niño podía hablar la lengua pársel.
Lucius se atragantó, era muy gracioso si Potter hubiera sabido que habría tenido un ataque, primos, el último
heredero de Potter estaba relacionado con el mago más poderoso del mundo mágico. No era de extrañar
que hubiera estado destinado a una tarea tan trascendental, eran los últimos de su línea, y si Harry Potter
hubiera sido criado correctamente... ¿qué tan poderoso podría haber sido? ¿Qué tan poderoso era realmente?
¿Cuánto poder tenía ese cuerpo y esa mente abusados? "Si tuvieras que estimar cómo… ¿qué edad
dirías que tenía mentalmente?" vertiendo más alcohol en sus
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gafas, inclinando la cabeza cuando Severus puso su mano sobre el cristal indicando que no quería
más.
"Es diferente", dijo Severus pensativamente, "A veces puede actuar como un niño de dos años, pero otras veces...
otras veces puede ser solemne y maduro, ¿tal vez como un niño de siete u ocho años?" sus interacciones con
los niños eran limitadas por lo que realmente estaba adivinando, especialmente con niños menores de once años.
"Se metió directamente en la cara de Nagini", dijo Voldemort secamente, "no tiene ningún concepto de peligro".
Severus frunció los labios, un ceño fruncido se dibujó en su rostro, no sabía esa parte, incluso los niños tenían
instintos, ¿estaba su percepción tan jodida que veía a los humanos como un peligro y no a los animales? ¿Cómo lo
mantuvo a salvo si hacía cosas como entrar en el espacio personal de las serpientes?
Simplemente debería estar agradecido de que no hubiera serpientes mortalmente venenosas en Gran Bretaña. Aunque
suponía que, si se dejaba desatendida, su serpiente venenosa podría matar... se estaba saliendo del tema y
preocupándose por algo que no sucedería. Ya había arreglado sus protecciones para que nada más que el gato
pudiera entrar a sus habitaciones; incluso los animagos estaban excluidos, mientras estaban en su forma animaga,
por supuesto.
"Muggles," siseó Lucius entre dientes, cómo odiaba a esas repugnantes criaturas.
Le agradara el chico o no, nadie merecía ser torturado de esa manera, aunque a él no le importaba que ella hubiera
matado a unos cuantos muggles tratando de imbuirlos con magia, obviamente eso había marcado a Potter con muchas
cicatrices, y él había sido un niño tan obviamente, habría tenido un efecto tan profundo.
Si tuviera la habilidad, simplemente borraría cada una de esas cosas sucias de la faz del planeta, una por una.
"Imagínate que sería necesario que uno de sus preciosos hijos miembros de la Orden fuera lastimado para hacerle
ver la inmundicia muggle tal como es", escupió amargamente si tan solo hubiera visto cómo eran los muggles antes, no
estarían apenas comenzando a hacerlo. Vayamos ahora a la raíz de los problemas.
Severus desearía poder defender a Dumbledore; diles que había una diferencia entre ser abofeteado por tu padre
muggle y lo que Harry había pasado. La verdad del asunto era que el abuso era abuso, pero Dumbledore era de una
época en la que se permitían un golpe o dos; de hecho, se esperaba que mantuviera a tu hijo a raya... había ignorado
los problemas más profundos que venían con eso. Harry realmente había abierto los ojos a lo necesitados que podían
ser los muggles, pero los magos no eran todos santos, pero no tenía ninguna duda de que si alguno de estos dos
sentados con él tenía hijos (uno ya los tenía), lo darían todo para protegerlos. . Cada mago y bruja haría que los niños
fueran venerados, codiciados, protegidos a toda costa, era raro encontrar abuso infantil en el mundo mágico,
pero aquellos que crecían con muggles… sucedía con demasiada frecuencia. Con el cambio de leyes podrían llevarse
a los niños, protegerlos y darles todo el cuidado y atención que necesitan. "Sé que está tratando de cambiar la ley,
¿cómo va eso?" No había preguntado, a Dumbledore le gustaba ser críptico así que prefería evitar preguntar.
"Esos estrictamente ligeros están confundidos sobre el cambio de opinión de Dumbledore, especialmente Doge; está
recibiendo muchas críticas para descubrir qué está pasando". Reveló Lucius, aún recuperándose de todo lo que
había aprendido en una sola tarde. "Esos neutrales y oscuros están muy contentos de que nuestro principal antagonista
haya cambiado de opinión, lamentablemente hay más luz que neutral y oscuro, incluso con Dumbledore
exigiendo los cambios, no será fácil, pero tenemos una mayor Es una lástima que no podamos conseguir los asientos
de Black y Potter, ahora con esos.
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Es cierto que no ganaríamos por un gran margen, pero sería suficiente para llevar a cabo los cambios".
"El negro, hasta donde yo sé, va a ayudar", señaló Severus, "En cuanto a Harry, ¿de cuántos asientos
estás hablando?" No había sido consciente de que tenían asientos en el Wizengamot, pero no le importaba
la política, y a James Potter evidentemente tampoco le importaba. No asumió el papel de Lord Potter, en
realidad no había tenido un oportunidad de crecer, había muerto a la edad de veintiún años por el bien de
Merlín.
"Sé que tiene nueve votos por el nombre Potter, once por el nombre Peverell, seis por el nombre Gryffindor...
Sin embargo, creo que muchas familias legaron sus asientos y bienes monetarios a Potter después... esa
noche de Halloween", reveló Lucius después. una rápida mirada a su Señor quien no parecía perturbado por el
hecho de que estuviera sacando el tema. "No podría decir cuántos, pero es algo de lo que estoy cien por ciento
seguro a pesar de que no tengo forma de comprobarlo". Gringotts estaba muy seguro, ningún
soborno funcionaría. Era una cantidad decente, tenía treinta votos, se habían acumulado a lo largo de las
generaciones de Malfoy que se sentaban en el consejo y en el Wizengamot, todos con trabajos independientes
para complementar sus ingresos y mantener la fortuna de Malfoy. Narcissa había heredado siete a través
de su familia, que ahora estaba siendo utilizada por él, pasando de veintitrés a treinta. Si tenían a Black
peleando en su esquina con el resto de los votos negros... sintió que la emoción lo recorría... "Quizás debería
pedirle a Narcissa que contactara a Black", reflexionó en voz alta.
"Entre Black, Dumbledore y yo superamos los votos de las luces, haciendo que su votación sea en vano",
dijo Voldemort con una sonrisa victoriosa.
"Existe la posibilidad de que Dumbledore se entere de usted, mi señor", señaló Lucius con verdadera
preocupación.
"Soy lo suficientemente diferente como para que no me reconozcan", Voldemort descartó la preocupación.
"Excepto tus ojos, mi señor," murmuró Lucius en voz baja, haciendo una leve mueca esperando una
reacción violenta por discutir con él.
"Los contactos muggles ayudarían con eso", dijo Severus distraídamente, "Lucius, ¿te importaría pedirle
a tu elfo doméstico que te traiga un poco de café?" se negó a regresar a su habitación apestando a alcohol o
peor aún, realmente borracho.
"Claro", respondió Lucius, chasqueando los dedos y dándole instrucciones a su elfo doméstico.
"¿Contactos muggles?" Preguntó Voldemort secamente, desafortunadamente, sus ojos eran lo único
que impedía su cambio completo a una persona desconocida. Los encantamientos y hechizos para cambiar
su apariencia podrían eliminarse si alguien sospechara que todo lo que tendrían que hacer era realizar dicho
hechizo y sería revelado. Nadie sospecharía de contactos muggles… fueran lo que fueran.
"Sí, vienen en una variedad de colores diferentes, azul, negro, verde, incluso combinaciones extrañas,
incluidos ojos de serpiente, si uno lo desea. Son lentes que se colocan sobre el ojo cubriendo su color
original, duran meses seguidos si se los pone. el tipo permanente, aunque son tan permanentes, deben
quitarse mientras duerme y se pueden quitar y quitar fácilmente.
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reemplazados cuando terminen." Quería que la ley cambiara lo antes posible, no quería arriesgarse a que nadie pasara
por lo que Harry había tenido.
Voldemort asintió pensativamente, en realidad sonaba perfecto, y con su nueva identidad completa podría
sentarse en sus asientos una vez más.
"¿Todavía lo tomas Black, Severus?" Cuestionó Lucius, entregándole una taza grande de café solo. Miró con
nostalgia su alcohol antes de suspirar con resignación y tomar una taza para llenar. Tenía mucho que hacer hoy y realmente
no podía hacerlo después de la cantidad de bebida que había consumido.
Severus asintió en agradecimiento; disfrutando de tener compañía por una vez, casi olvidando que era el Señor Oscuro
junto a quien estaba sentado.
Notas finales del capítulo
Finalmente logré superar el pequeño obstáculo en esta historia, ¡sí! Espero que todavía lo disfrutes :D ¡incluso
si es completamente diferente al original! De hecho, ¡el original es un poco vergonzoso comparado con este! :D
Entonces, ¿qué hará que Severus establezca un vínculo mágico de guardián con Harry? ¿Se enterará el
Ministerio e intentará interferir? ¿O Albus o Voldemort lo sugerirán en un intento de ayudar a que la magia
accidental de Harry sea demasiado poderosa para seguir ignorando? ¿O Severus le pedirá permiso a Sirius para
hacerlo él mismo sólo como una medida adicional para mantener a Harry realmente seguro? R&R por favor
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Capítulo 32
Notas del capítulo
Consulte el final del capítulo para obtener notas.
Mi protector oscuro
Capítulo 32
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"Black, ¿qué te pasa?" Severus espetó completamente exasperado, durante dos días el mago había estado
actuando de manera extraña. ¿O debería decir más raro de lo normal? Estaba demasiado callado, y normalmente
eso sería una bendición para él ya que casi cada palabra que salía de la boca de Black le hacía querer poner los
ojos en blanco o suspirar con exasperación. Normalmente Severus no se daría cuenta, no hasta que comenzara
a pasar más tiempo con el mago debido a su interés compartido en Harry.
Remus ocasionalmente aparecía, principalmente por la noche durante aproximadamente una hora cuando
podía, debido a su carga de trabajo, ser profesor de Defensa era un trabajo duro. Entre calificar la tarea, hacer
sus rondas, reuniones, pasar tiempo con Sirius y recuperar su relación perdida, no tenía mucho tiempo,
además en la luna llena ciertamente tenía una vida plena con la que lidiar.
Sirius saltó, mirando casi desconcertado a Severus antes de que un ceño de perplejidad apareciera en su rostro.
"Yo... er... bueno... recibí una carta... hace unos días, yo... simplemente lo olvidé", dudaba que Severus quisiera
escuchar sobre sus estúpidos problemas.
Severus frunció el ceño exteriormente, pero interiormente recordó las palabras de Lucius hace unos días sobre la
posibilidad de que Narcissa le escribiera a Black. Intentar ponerlos de su lado, descubrir qué planeaba hacer con
los escaños negros o ver si les permitiría usarlos por poder si no deseaba usar su influencia política para ayudar a
su causa. "¿Estás siendo amenazado?"
Severus entrecerró los ojos; no podía decir muy bien que sabía que el Señor Oscuro había dejado más que
claro que Black no podía saber nada de eso, no que Severus hubiera protestado, en absoluto.
"No, no, maldita sea, no," protestó Sirius en voz baja, "¡Nada de eso!" Harry acababa de regresar de
fisioterapia y, como siempre, lo cansó tanto que se quedó dormido en el sofá.
Ahora Severus puso los ojos en blanco, ¿por qué Black tenía que hacer de todo en su vida un drama?
"Entonces, ¿qué es? Habla con Lupin si es necesario, simplemente deja de ser tan... poco parecido a
Black, es desconcertante, por decir lo menos". y ¿no era esa la verdad?
"Narcissa me escribió", espetó Sirius, con una mueca de dolor en su rostro, ya sea por el hecho de que le había
contado a Severus que estaba mencionando a un miembro de la familia, ni siquiera Sirius realmente sabía la
respuesta.
La ceja izquierda de Severus se levantó con sorpresa, definitivamente no había esperado que fuera tan fácil o
que dijera algo en absoluto. Él y Black no se habían llevado nada bien durante la mayor parte de sus vidas.
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Black había hecho todo lo posible para hacer de su vida una miseria, e incluso cuando era mejor para Harry, Black
se había propuesto como misión que pareciera que Severus había hecho algo gravemente malo en lugar de cuidar
a su ahijado de una manera que Harry necesitaba cuidados. Black no estaba equipado para lidiar con todo eso.
Sirius, por supuesto, había llegado a esa epifanía particular y había aceptado su lugar en la vida de Harry hacía
unos días.
"¿Y?" Incitó Severus, preguntándose si estaba tentando su suerte.
"Yo... no he hablado con ella desde que tenía... ¿cuántos quince?" Dijo Sirius, suspirando suavemente,
mientras se frotaba la cara con cansancio. "Diablos, no he hablado con ninguno de mis primos desde que me escapé
y ellos tampoco han hecho ningún esfuerzo por contactarme".
Severus parpadeó, ¿era ese dolor brillando en los ojos de Black? Eso fue inesperado. "Tomaste la decisión de
separarte de tu familia y, como Patriarca de la familia, tu padre habría esperado que ellos se alinearan y te
separaran a ti también. Sabes que no tenían otra opción si se descubriera que estaban haciendo algo". algo en
contra de los deseos de Orion Black, habrían sido repudiados. Para cuando el Señor de la propiedad Black
murió... tú estabas en Azkaban... por el supuesto asesinato de trece personas y la presunta traición de Lily y
James... ellos no habrían querido. Para contactarte."
"¿Patriarca? Te refieres a matriarca, ¿verdad?" Sirius resopló amargamente, su padre definitivamente era el mejor
de sus padres, pero su padre había estado furioso por su decisión de abandonar a la familia y todos los valores
que más apreciaba. Su padre no lo había excluido por completo de ser Black dejándolo sin nombre, y eso
había asegurado que aún pudiera convertirse en Lord Black... algo bueno también, de lo contrario, todo ese
dinero se habría perdido para siempre.
"No podemos elegir a nuestras familias, Black, y todos tenemos quejas que podemos discutir, lo mejor que puedes
hacer es seguir con tu vida y dejar que el pasado permanezca", afirmó Severus bruscamente, moviéndose
ligeramente. poniéndose más cómodo en su silla, su mirada nunca se apartaba de Sirius, quien estaba sentado
frente a él en el sofá, a solo unos centímetros de donde el rostro dormido de Harry descansaba sobre una
almohada.
Sirius resopló amargamente, "¿Y tú has hecho eso, verdad?" su tono sardónico.
Los ojos negros de Severus parpadearon hacia Harry, "Tenía que hacerlo, la vida ya no se trata sólo de mí", admitió,
sorprendiéndose a sí mismo al ser sincero con alguien que siempre habría asumido que sería su enemigo
hasta el final. "Se las arregló para inculcar una sensación de... asombro en mi vida, no sé cómo puede ser tan
confiado... con alguien, pero lo es. Eso más que nada me hizo darme cuenta de que tenía que dejarlo pasar o
todo terminaría". continúa arrastrándome hacia abajo." Todavía estaba muy enojado por muchas cosas, pero
las cosas que no podía cambiar... bueno, hizo un esfuerzo por no pensar en ello, y sorprendentemente la
presencia de Harry ayudó con eso. Lo ayudó a ver un futuro, uno en el que con todo su corazón esperaba que Harry
estuviera allí, como adulto, un adulto en pleno funcionamiento. Si no, estaría ahí para él hasta el día de su muerte.
"Oh", murmuró Sirius, mirando a Harry, se sorprendió, realmente lo entendió, y Sirius había pensado que nunca
volvería a ver a su precioso ahijado. Entonces le llegó la noticia de que estaba vivo... sólo para ver su condición.
Merlín lo ayudó, pero algo se había roto en él al ver a Harry.
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tan esquelético y herido sin medida. Al principio había asumido que esto era todo lo que Harry sería, sólo para ver cada
día que estaba mejorando. Día tras día estaba asombrado por su
progreso.
"¿Narcissa dice lo que quiere?" Preguntó Severus, negándose a decir más sobre el tema de la familia o algo por el estilo.
"Para hablar," dijo Sirius irónicamente, pensando que Snape ya no quería hablar más de sus sentimientos, no
de noticias; Tampoco lo hizo, especialmente con él. Aunque sorprendentemente, todo lo que había dicho
había hecho que Sirius se detuviera y pensara, tal vez era hora de que él también dejara de lado viejos odios. La vida era
demasiado corta para gastarla desperdiciando esos preciosos momentos que podía cultivar. "No lo entiendo, he
estado fuera de Azkaban por mucho tiempo, ¿por qué quiere verme ahora?" Los mismos pensamientos lo habían estado
atormentando durante dos días. ¿Se pregunta si fue una maldita trampa y, de ser así, para qué? No era muy Slytherin
escribir una carta para reunirse si planeaban algo.
"¿Qué tal si nos reunimos y lo averiguamos en lugar de volvernos locos?" Severus respondió sarcásticamente.
Honestamente, se suponía que los Gryffindors no tenían miedo, iban donde los ángeles temen pisar, pero ante una
invitación (probablemente al té de la tarde) de su propio primo, estaba actuando como un cachorro aterrorizado.
Sirius simplemente frunció el ceño y apartó la mirada de Snape, cuando lo puso de esa manera tenía sentido, no es que
tuviera ninguna intención de decirle eso a Snape.
Los labios de Severus se torcieron, los ojos brillaron intensamente como si supiera lo que Black estaba pensando.
"Harry dormirá al menos otra hora y media, ahora hazme un favor y vete", replicó Severus, quería terminar algunas
pociones, a Poppy le faltaban algunos tipos diferentes.
No confiaba en que Slughorn los preparara, lo cual lo dejaba en sus manos, aunque a él no le importaba, tenía mucho
tiempo libre cuando Harry dormía, lo que le permitía hacer lo que necesitaba.
Sirius asintió de mala gana, el 'ir' en realidad era salir de aquí, Severus quería que se fuera, no decirle que visitara a
Narcissa. Aunque ahora que Severus le había dicho que terminara con esto… en realidad estaba contemplando eso. Eran
apenas las once en punto, tal vez debería responderle para informarle que aparecería en Malfoy Manor a la 1:00 p.m.
Maldita sea su curiosidad, de lo contrario no estaría haciendo esto.
"Los veré a los dos más tarde", murmuró Sirius, levantándose lentamente para no sacudir el sofá y despertar a Harry, a
pesar de que después del PT durmió como un tronco; no le gustó la palabra muerto ni siquiera en broma. asociado con
Harry en absoluto, por lo que dormir como un tronco se convirtió en su nuevo mantra cada vez que notaba que Harry
dormía tan profundamente.
Severus suspiró y refunfuñó interiormente, ¿era demasiado pedir privacidad en sus propias habitaciones?
Aparentemente, era Black quien había comenzado a pasar demasiado tiempo aquí abajo. Podría haberle dicho que
nunca más volviera a cruzar su puerta, pero no lo hizo.
Se puso de pie cuando la puerta se cerró, dirigiéndose a su laboratorio de pociones, usando su tiempo mientras
preparaba la cerveza para preguntarse si los Malfoy tendrían suerte con Black;
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terco después de todo ­ si alguien pudiera comunicarse con Sirius sería Narcissa, pero si Lucius estuviera allí... apostaría
a que los viejos prejuicios asomarían su fea cabeza.
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Sirius rápidamente recuperó su orientación después de aparecerse en Malfoy Manor, solo una mirada hizo que su
estómago se revolviera desagradablemente. ¿Qué carajo estaba haciendo viniendo aquí? Debe estar loco. ¡No era alguien
a quien cualquiera quisiera considerar pariente! No era inteligente ni sofisticado, ¡era un maldito idiota que olvidó todas las
necesidades de sangre pura que le habían sido adoctrinadas tan pronto como salió de casa con gusto a los
dieciséis años! Tragando pesadamente, no podía hacer esto. Había sido tan estúpido en su decisión de siquiera
contemplar la posibilidad de venir.
"Usted debe ser el Sr. Black", gritó una voz, fuerte y segura, igual que el mago al que pertenecía. Sus labios se
movieron ligeramente ante la forma en que 'Mr. Black' se agitó asustado. No quería que el mago se fuera antes de
que tuvieran la oportunidad de discutir algo, por lo que se vio obligado a actuar. "Tu primo habla de ti a menudo",
añadió, no era doloroso seguir así, después de todo, había tenido que hablar con muchas personas para manipularlas y
darle lo que quería.
"¿Ella hace?" Preguntó Sirius dubitativamente, y se notó tanto en su voz como en su rostro.
"No es que ella lo admitiera", se rió el mago, "Parece ser un tema recurrente entre esta generación".
"Difícilmente eres viejo para ser considerado una generación mayor", respondió Sirius, calmándose pero aún dudando,
pero ahora sobre la edad de este mago, habló como si tuviera la edad de su padre o algo así.
Si tan sólo él supiera.
"Gracias por el cumplido", dijo el mago inclinando ligeramente la cabeza. "¿Debemos?" Se hizo un gesto grandioso con
la mano. Hasta ahora había reunido toda la información que podía sobre Sirius Black. Sabía que no podía
confiar completamente en la mayor parte, ya que no era de personas cercanas a Black, como Narcissa y Lucius. Pettigrew
habría sido alguien a quien habría podido utilizar, lamentablemente ahora estaba en Azkaban, y no tenía intenciones
de dejarlo salir, había dejado de ser útil en el momento en que se conoció su deber; no podía espiar si todos ¿Sabía que
ahora podría hacerlo? Incluso mientras hablaba, mantuvo un ojo atento al mago, observando cada una de sus reacciones
como lo había hecho desde que se apareció aquí.
"Sirius, estaba empezando a pensar que habías cambiado de opinión", dijo Narcissa con calma, observando a
los magos que se acercaban desde las puertas principales, con las manos delicadamente entrelazadas en el frente. "Me
alegro de que hayas venido, ha pasado demasiado tiempo". se sorprendió al decirlo en serio, hasta que lo vio… no se
había dado cuenta de lo mucho que había extrañado a su primo hiperactivo y estúpido, pensar que su hijo podría haber
crecido pensando en él un tío… en cambio, bueno, en cambio, era como si no tenía más familia que Lucius y ella.
"C­cissa," susurró Sirius, con un gorjeo en su voz, aclarándose la garganta incesantemente para deshacerse de él,
negándose a mostrar más debilidad.
"¿Has comido?" Le preguntó Narcissa, ignorando completamente al otro mago por el momento.
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Sirius negó con la cabeza, no, no lo había hecho, y no se arriesgaba a hablar de nuevo tan pronto hasta que
supiera que no se iba a emocionar demasiado.
"Sentémonos afuera, en la terraza, el invierno pronto llegará, así que debemos apreciar el buen clima mientras
dure", sugirió Narcissa, no es que estarían completamente afuera, no hacía suficiente calor para eso, pero
sí un poco. una agradable brisa les haría maravillas. Narcissa guió a ambos magos a través de la mansión,
que como siempre estaba muy bien cuidada, no se veía ni una mota de polvo por ninguna parte.
Sirius miró a todas partes, pasando por alto los retratos fijos, las reliquias familiares orgullosamente expuestas,
a través de la sala de estar, el comedor y hacia la terraza. Sobre la mesa ya había una gran taza de café (limón,
azúcar y leche) con tres tazas y una variedad de tés. Incluyendo sándwiches, sándwiches de té con
ensalada de huevo, sándwiches de té con pepino, sándwiches de salmón ahumado, sándwiches de rosbif,
sándwiches de jamón y sándwiches de ensalada de pollo, los elfos domésticos habían hecho todo lo posible.
También había desde bollos básicos de suero de leche hasta sabrosos bollos de mostaza y queso cheddar
y bollos dulces de canela que eran sus favoritos, según había recordado Narcissa, así como los bollos de
frambuesa favoritos de Narcissa. Se añade mermelada, crema Devonshire, nata cuajada y cuajada de limón.
"¿Tu…marido estará aquí?" Sirius al menos hizo un intento de no despreciar a Malfoy… mucho.
"Lucius está trabajando en este momento", dijo Narcissa, con una sonrisa genuinamente divertida en su
rostro, habiendo predicho a Sirius correctamente (algunas cosas simplemente no cambiaron) y Sirius era una
de ellas. "Parece que algunas de las ideas de Dumbledore han entusiasmado bastante a Lucius."
"¿Entusiasmado?" Preguntó Sirius dubitativamente. ¡No sólo porque era Malfoy, sino por la política!
¡A quién le importaba la política! Sus ojos se entrecerraron con sospecha, preguntándose si era por eso que
estaba aquí. Pero su prima sabía que él detestaba la política y que no se involucraría, así que seguramente no
pensó ni por un segundo que él se dejaría llevar por toda esa basura.
"Mmm", respondió Narcissa, tomando asiento, "Por favor, tomen asiento, pónganse cómodos".
Sirius miró al extraño una vez antes de tomar asiento, por cortesía.
"Sirius, ¿puedo presentarte a Lord Aloysius Ambrose, Señor de la finca Ambrose, Aloysius, este es mi
primo, Lord Sirius Black, Señor de la finca Black", los presentó Narcissa, apenas evitando sonreír ante el nombre
elegido, era No es muy sutil si le preguntas, pero tal vez sea porque ella lo sabía. Aloysius quería decir guerrero
famoso y Ambrose significaba inmortal, había elegido con cuidado, de eso Narcissa estaba segura.
"¿Ambrose? No estoy familiarizado con ese nombre", admitió Sirius con el ceño fruncido, mientras
automáticamente estrechaba la mano ­ sin saberlo, estrecharle la mano al Señor Oscuro, el mago que había
matado a sus mejores amigos ­ conocía todos los nombres de sangre pura, su sus padres lo habían obligado a
aprender todos y cada uno de los nombres importantes para no "avergonzarlos", por así decirlo. Mirándolo
mejor, ojos azul cerúleo, largo cabello negro recogido en la nuca, extremadamente alto, confiado y seguro
de sí mismo en su propio poder, y era poderoso, incluso él podía sentir eso.
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"La familia de mi padre era oriunda de Francia", explicó 'Aloysius', "Mi madre regresó a Gran Bretaña antes de
que yo naciera, murió al darme a luz, y durante mucho tiempo no fui consciente de mi derecho de nacimiento". Sabía
que era mejor mezclar verdades a medias en lugar de mentir abiertamente.
Sirius hizo una mueca, "Lo siento", dijo enfáticamente.
"Fue hace mucho tiempo", respondió Aloysius, nada en su tono revelaba su enojo por tener que hablar siquiera de
'padres' mientras tenía que pensar en los suyos, quienes carecían profundamente y no era algo de lo que alguna vez
estaría orgulloso. reclamar como propio. Una madre casi squib y un padre muggle, nadie en su sano juicio los
reclamaría con algo más que desprecio y burla.
Narcissa se aclaró la garganta, entendiendo que era un territorio peligroso en el que se estaban desviando, "Sirius,
¿cómo has estado? ¿Has estado viendo a un sanador mental?" empezando.
"Tú tampoco", gimió Sirius, sacudiendo la cabeza, "No, yo tampoco voy a ver uno, lo último que quiero es hablar con
un completo extraño sobre mi vida o mis recuerdos".
Aloysius le dirigió una mirada comprensiva pero comprensiva, estando completamente de acuerdo con él, incluso si la
simpatía era completamente fingida. No mostraba simpatía a menos que fuera para lucirse. Sabía que esta iba a ser
una tarde extremadamente larga y tediosa, pero si podían poner a Black de su lado, tenían todas las posibilidades de
ganar, ganar impulso y ver esas legislaciones aprobadas para proteger mejor a la gente del mundo mágico. .
Narcissa frunció los labios, "¿Cómo has estado?" repitió, la necesidad de preguntarle cómo estaba Harry era muy fuerte,
pero no lo hizo. En cambio, terminó de servir tres tazas de té para los tres.
"Yo... estoy bien, mejor que bien en realidad, me siento mejor que en años", respondió Sirius, aceptando la taza
que ella le pasó, yendo distraídamente por la leche y vertiendo un poco.
Estaba tan concentrado en su tarea que se perdió la mirada de complicidad que compartieron Narcissa y 'Aloysius'.
Podían adivinar qué había hecho a Black tan repugnantemente "mejor", como dijo. Estaba exudando emoción y
felicidad; Ciertamente no era muy bueno ocultando sus emociones.
"¿Lucius se enteró de la noticia?" Aloysius le preguntó a Narcissa, notando que tenía la atención de Black por el
rabillo del ojo.
"¿Qué quieres decir?" Preguntó Narcissa, tomando tres de los sándwiches de rosbif y, por supuesto, sus bollos de
frambuesa favoritos en otro plato. Revolviendo su cuchara alrededor del té en un intento por enfriarlo más rápido y
mezclar el contenido adecuadamente.
"Hay rumores de que el jefe brujo Dumbledore está proponiendo otra legislación más."
Aloysius explicó antes de girarse hacia Sirius: "Perdón por convertir esto en un asunto político, pero tengo la intención de
meterme en política".
"¿Otro? Son más de quince en el último mes, ¿cuándo tendrá tiempo para dormir junto con sus deberes
adicionales?" Narcissa sacudió la cabeza desconcertada, "No creo que Lucius haya oído nada, ¿tienes una copia de la
legislación?" bebiendo su té con la gracia de toda sangre pura
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las mujeres tendían a tener. Por supuesto, Lucius había escuchado, él fue quien le había dicho al Señor Oscuro para
empezar, pero tenían que empezar a hablar de política de alguna manera.
"No, pero sé que se trata de una evaluación obligatoria de sanador al momento de tu aceptación en Hogwarts", le dijo
Aloysius. "Eso incluye una revisión de la historia clínica, desde la niñez para garantizar que no haya abuso".
Sirius resopló amargamente, "No todo el abuso es físico", tragar pesadamente le recordó vívidamente a Harry cuando
lo vio por primera vez.
"La mayoría de los casos son ambas cosas", respondió Aloysius sombríamente, "Es una muy buena idea, una
que apruebo de todo corazón; de hecho, puedo proponer que tal cosa sea obligatoria en todas las escuelas de
magia". simplemente le molestaba un poco que fuera Dumbledore quien lo hiciera, había intentado seguir ese camino
hace décadas sólo para ser juzgado por el viejo tonto y sus lacayos.
Sirius miró a Aloysius, a juzgar por su tono había sido abusado cuando era niño, le parecía que ya nada era blanco y
negro y lo odiaba. Merlín, casi quería volver a su cuerpo adolescente, con sus estúpidas creencias adolescentes las
cosas habían sido tan simples en aquel entonces.
Odiar todo lo de Slytherin, ser un buen amigo, un buen novio, ahora aquí estaba reuniéndose con su familia, aún
comprendiendo todo por lo que había pasado su ahijado y pasando todo su tiempo con Slytherin.
Sin darse cuenta durante toda esa tarde, Sirius se vio arrastrado a acalorados debates sobre casi cada pieza de legislación
que había sido aprobada, descartada o contemplada.
Notas finales del capítulo
Me tomó mucho tiempo encontrar el nombre del Señor Oscuro: ¡Espero que te diviertas, eso es seguro! Todo lo
discutido probablemente se resumirá en el próximo capítulo, aún debatiendo si Sirius permitiría que alguien votara
por él... o si podría convencerlo de ir él mismo y votar para que las cosas se hagan de la manera que él quiere...
Simplemente no estoy seguro de si su personaje lo haría... y honestamente no me gusta hacer que los
personajes sean demasiado OOC, ¿sabes? ¿Lo que le pasó a Harry sería suficiente para mejorar a Sirius?
¿Haría falta que Harry dijera algo con suficiente inocencia para patear el fuego debajo de su trasero? R&R por favor
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Capítulo 33
Mi protector oscuro
Capítulo 33
Severus limpió apresuradamente los mostradores del laboratorio de pociones, tratando de limpiar antes de que
Harry se despertara para desayunar esta mañana. Permanecía despierto por períodos de tiempo más prolongados.
Severus no creía que pasaría mucho tiempo antes de que sus siestas fueran cosa del pasado.
Su cuerpo iba aguantando más, fortaleciéndose, la atrofia muscular le había causado mucho daño con el paso de
los años. Agradeció a Merlín por las pociones, sabía que sin ellas Harry las habría rechazado y habría muerto
antes de que la verdadera ayuda pudiera acudir en su ayuda. La magia sólo era capaz de hacer mucho, apenas
había podido mantener a Harry con vida tal como estaba.
Resoplando molesto, Severus aclaró su mente, cuanto más se recuperaba Harry, más pensaba en el
pasado. Pensando cada vez más en cómo había sido Harry cuando lo encontraron por primera vez. Lo
odiaba. Recordando cómo había sido Harry al principio. Sólo quería pensar en el futuro, Harry se había
desempeñado tan bien, superando todas las expectativas que tanto él como Poppy tenían para él.
Realmente creían que Harry se iba a recuperar por completo, tanto mental como físicamente.
Cuando salió del laboratorio, encontró a Harry ya de pie en la sala de estar, con las piernas apenas temblando.
ya no.
"Buenos días, pequeño", la voz de Severus fue como un bálsamo para Harry, lo calmó como nada más podía
hacerlo. Hablaba de seguridad, calidez, familia, felicidad, refugio y refugio.
"Buenos días, Severus", dijo Harry, le había tomado mucho tiempo decir bien el nombre de su Protector
Oscuro. Pero lo había hecho y el orgullo en su rostro fue suficiente elogio para Harry sin escuchar las palabras.
Lentamente comenzó a caminar hacia la cocina, con dificultad, pero también con mucha determinación, alimentó
a su gato. Mirando fijamente el cuenco de agua y en lugar de guiar el cuenco hacia el fregadero. Harry respiró
hondo, la ansiedad y el miedo acumulándose dentro de él, usó el mismo hechizo que hizo su Protector Oscuro para
llenarlo con agua limpia y fresca.
agua.
Se quedó congelado y quieto. Espera.
Lo que Harry estaba esperando no lo sabía, ¿ira? ¿Amonestación? ¿Miedo? ¿Ser lastimado?
¿Se lo llevaron, lo pincharon y lo pincharon? Francamente, esperaba algún tipo de explosión, pero eso no sucedió. En
lugar de eso, sintió unos brazos alrededor de él, ahuecando su nuca y guiándolo.
Harry tragó saliva, incapaz de mirar a los ojos de su Protector Oscuro, en algún lugar dentro de él sabía que estaba
siendo ilógico. Que su Protector Oscuro tenía magia, que tenía magia y que era libre de usarla aquí. Alentado tal
vez hubiera sido una mejor palabra para describirlo. Sin embargo, todo­
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El miedo consumidor nunca abandonó a Harry, ni siquiera por un momento. Había necesitado todo el coraje que
tenía para hacer esto. Temía que el pasado volviera a ocurrir, que alguien malvado, horrible y desagradable lo
tomara y lo lastimara a él y a los demás.
"Bien hecho, Harry", habló Severus suavemente, lleno de orgullo, pero sabía que darle tanta importancia
era lo peor que podía hacer. Así que mantuvo la calma, pero seguramente se aseguró de que Harry entendiera
que había hecho el bien. Estaba orgulloso de él, sabía lo bien que Harry respondía a cualquier emoción positiva,
especialmente al orgullo. "Estoy muy orgulloso de ti, eres tan fuerte", añadió, Harry todavía no lo miraba a los ojos.
Estaba empezando a temer que tal vez Harry no fuera a responder de ninguna manera, congelado desde el
momento en que lanzó un simple hechizo de agua.
Exhaló bruscamente cuando Harry de repente se tambaleó a su alrededor, sus brazos sosteniéndolo
fuertemente alrededor de su cintura en un agarre bastante formidable. Su cuerpo temblaba ligeramente,
probablemente pasando por una gran agitación emocional en ese momento. Todo lo que sabía contra todo lo que
estaba reaprendiendo. Severus apenas era capaz de respirar a través de la tensión que Harry había provocado al
abrazarlo con tanta fuerza.
"Estás bien, estás bien, todo va a estar bien", habló Severus suavemente al oído de Harry. Estaba tan contento
de que Harry se sintiera lo suficientemente seguro aquí con él como para usar magia. También demostró que tenía
la capacidad de retener y memorizar información. Había realizado ese hechizo a la perfección y, por primera
vez, también era asombroso. "Lo hiciste muy bien, pequeño", no podía esperar para enseñarle a Harry todo lo que
pudiera. Había mucho camino por recorrer para completar sus OWL y EXTASIS.
Harry se estremeció en los brazos de su Protector Oscuro antes de caer completamente. Entregando su peso y
preocupaciones al mago. Había hecho feliz y orgulloso a Severus, se sentía tan eufórico consigo mismo
por su logro. Aunque no estaba del todo preparado para hacer más magia. Entonces, esperaba que su Protector
Oscuro estuviera contento con lo hecho. Aflojó su agarre pero no lo soltó, simplemente agarró la parte de atrás de
su capa y se aferró. Por muy hambriento que estuviera de tocar, nunca retrocedería ante su toque. Ni el toque
de sus Protectores Oscuros. Después de todo, confiaba en él. Otros, sin embargo… a él no le gustaba que otros
lo tocaran.
"¿Qué tal si desayunamos un poco y vamos a algún lugar diferente hoy?" Sugirió Severus, mientras continuaba
frotando la espalda de Harry. No estaba haciendo ningún movimiento para irse o dejar a Harry fuera de la seguridad
de sus brazos. Harry se sentía seguro aquí, y estaría condenado si no le daba a Harry todo el apoyo que necesitaba,
ya fuera emocional o físico. No había tenido un toque amable durante años, así que demándelo por compensación
excesiva. A él no le importaba demasiado, Lily habría sido igual y él estaba tratando de usarla como ejemplo.
“¿Tiendas?” Cuestionó Harry, mirando hacia arriba, sus ojos verdes mirando a su Protector Oscuro con curiosidad.
"Estaba pensando en otro lugar", dijo Severus pensativamente, en Prince Manor de hecho. Sabía de manera
realista que no podía mantener a Harry aquí para siempre, no era justo. Rodeado de gente pero incapaz de ser
visto, aislado hasta que fuera seguro para él deambular. Quería ver qué pensaba Harry del lugar, conocía una
parte de la mansión que le encantaría. En realidad, nunca se había aventurado a entrar, solo le dio un vistazo
rápido cuando deambulaba por ahí.
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curioso. Eran los laboratorios los que lo habían estado llamando mucho más que cualquier otro lugar. “¿Panqueques
o gofres?”
Harry permaneció mirando por unos momentos, reflexionando sobre la pregunta, mientras su estómago
rugía hambriento. “Waffles, por favor”, declaró tras tomar su decisión.
"Muy bien, son gofres, ¿por qué no te sientas hasta que estén listos?" Sugirió Severus, aún permitiendo que
Harry permaneciera cómodamente recostado en sus brazos.
Harry asintió antes de soltarse de mala gana, saliendo de los brazos de su Protector Oscuro antes de dirigirse
al sofá. Cuando llegó allí, se dejó caer sobre los cojines con un suspiro de alivio. A veces dolía estar tanto
tiempo de pie, hoy era uno de esos días.
Sin embargo, no le importaba, le gustaba poder moverse, hacer cualquier cosa en realidad.
Roz apareció justo cuando Harry se sentaba, ya preparando todo lo que querían cuando Severus le informó lo
que les gustaría hoy. Waffles (sólo para la mente de Harry): salchicha, huevo, tocino y tostadas. Severus, sin
embargo, se preparó una taza de café. Se había levantado más temprano para preparar pociones, Poppy prefería
que él las creara, por lo que siempre hacía lo que podía, cuando podía.
Sirvió un poco de leche en una copa para Harry, antes de pasar.
"Bebe", dijo Severus, entregándole la copa, la leche siempre sería una parte vital de la dieta de Harry en los años
venideros. Cuanto más bebiera, mejor, en lo que a Severus concernía.
Harry lo bebió, amando el sabor. "Gracias", dijo, con un bigote blanco, que fue rápidamente limpiado por la lengua
de Harry cuando se secó los labios.
"De nada", respondió Severus, estaba muy contento de que los modales de Harry se hubieran mantenido, incluso
cuando se volvió más independiente y terco. Aborrecía el descaro, los malos modales y la intimidación, y lo que
aborrecía no lo podía soportar. No hacía falta nada para ser educado y considerado, lo cual él sabía, la
mayoría de la gente no sabría de él, debido a sus modales en clase, donde enseñaba a los niños a preparar
pociones. Estaba bastante orgulloso de decir que nunca había tenido un accidente en sus clases. Sus alumnos
estaban demasiado aterrorizados como para cometer un error hasta el punto de que pudiera pasar algo malo.
Con Slughorn aquí, temía que eso pudiera cambiar, pero desafortunadamente, había poco que
pudiera hacer al respecto. No entregaría el cuidado de Harry a nadie más. No enseñar a niños que no amaban el
arte de hacer pociones.
No, Slughorn podía hacer lo que quisiera. Por primera vez en su vida, tenía un verdadero propósito. No uno débil
que fuera un peligro para su salud. Espiando al Señor Oscuro, debe haber estado loco para siquiera
contemplar eso. Algo en lo que pensaba cada vez con más frecuencia, sospechaba que tenía algo que ver con
tener una vida ahora.
Uno que significara algo, algo tangible, que le diera una sensación de propósito, felicidad y satisfacción que
hasta entonces había estado ausente.
Harry le canturreó suavemente a su gato, que estaba creciendo rápidamente, ya no podía ser considerado
un gatito. Acariciándolo, podía hacerlo ahora sin ponerse rígido o presionarlo accidentalmente con
demasiada fuerza y lastimarlo. Ahora sabía que debía tener mucho cuidado. Sevvy no se había movido cuando
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Se levantó esta mañana, lo cual era extraño, Sevvy normalmente se levantaba antes que él y no al revés.
Sevvy lo hizo sentir casi tan protegido como su Protector Oscuro. Era como abrazar a sus peluches, sentir sueño
y saber que estaba a salvo.
"Mío", discutió Harry con Sevvy sobre el hecho de que el gato quería beber su leche. Lo cual no se le permitía
hacer, Severus dijo que no, y Harry escuchó. Sevvy tenía su propio plato de leche si lo quería, no bebía de sus copas,
había dicho y eso era todo.
"Deja a tu gato en el suelo, el desayuno está listo", le informó Severus mientras tomaba su café, viendo a Roz sirviendo
sus comidas. Harry todavía tenía una cantidad menor en comparación con Severus y no tenía mucho almíbar en sus
waffles. Mantuvieron su consumo de azúcar al mínimo. Todo todavía estaba cortado para que fuera más fácil, pero
Severus calculó que pronto podría sentarse y comer en una mesa adecuadamente. Simplemente estaba siendo suave
al permitir que Harry siguiera comiendo en el sofá. Sabía que Harry todavía estaba adolorido y rígido, así que esa
era la razón.
Harry bajó lentamente a Sevvy al suelo, mientras se escuchaba el familiar sonido de los viales chocando entre sí.
Por dentro gimió, no le gustaba mucho el sabor de las pociones. Sin embargo, nunca se quejaría, lo hacían sentir
mejor, detenían el dolor, valían la pena.
"Bebe esto antes de comer", Severus le entregó el frasco abierto que siempre tenía a mano para que Harry lo
tomara antes de cada comida.
Harry no dudó en beber el vil brebaje antes de devolverle el frasco vacío.
Los dolores y molestias que había acumulado desde la noche anterior desaparecieron como si nunca
hubieran estado allí. Ahora bien, esa es la razón por la que nunca se quejaría de ello. Bueno, eso y el
hecho de que había dejado de quejarse hacía mucho tiempo, nunca sirvió de nada en lo que a él
concernía.
"Gracias, Roz", Severus aceptó los platos de comida, sus labios temblando mientras Roz volvía a llenar su taza de
café con un chasquido de sus dedos después de dejar el desayuno.
"Come, después de esto te llevaré a mi casa, Prince Manor", explicó Severus, poniendo el plato de comida
cortada en el regazo de Harry, rápidamente agarró el tenedor ansioso por comer. Su estómago retumbaba con fuerza
de tanta hambre que tenía.
"¿Señorío?" Harry repitió con los ojos muy abiertos, sabía qué era una mansión, las mansiones eran como
castillos, a veces, las imágenes eran diferentes. "¿Es grande?" Tenía curiosidad ahora.
"Lo es", respondió Severus, mientras comía su primera comida del día. "Creo que te encantará".
Especialmente la piscina, estaba bajo tierra, casi como una cueva, una vez había querido llenarla, convertirla en un
laboratorio de pociones. Afortunadamente para él, no lo hizo, había mucho espacio en el laboratorio y simplemente no
necesitaba más.
“¿Habrá algún pueblo allí?” Preguntó Harry, sus ojos verdes brillando.
Severus miró al chico, preguntándose ante esa mirada, ¿quería interactuar con alguien? ¿O fue simplemente interés
en algo nuevo? ¿Confiar en que estaría a salvo? el honestamente
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A veces deseaba poder leer los pensamientos de Harry. Haría todo mucho más fácil. Bueno, si quisiera, podría leer
la mente de Harry, pero, francamente, nunca evadiría la privacidad de Harry de esa manera. Había sido evadido como
era posible, sin añadir la lectura de la mente a la lista. “Prince Manor es mi hogar, no una escuela, cuando vayamos
allí, solo estaremos tú y yo. Excepto, por supuesto, algunos elfos domésticos que cuidan la propiedad”. Le informó
Severus, todavía tratando de evaluar qué es lo que Harry realmente estaba tratando de preguntar. Bastante
preocupado por el estado mental de Harry, que francamente se olvidó de los errores gramaticales de Harry.
Lo cual él siempre corregiría.
"Entonces, ¿puedo mirar a mi alrededor?" Preguntó Harry en voz baja, sin mirar a Severus a los ojos.
Fue el turno de Severus de congelarse en el acto, podía imaginar el proceso de pensamiento de Harry si eso era lo
que estaba pensando. Se había dado cuenta del hecho de que sólo se le permitía salir cuando no había nadie
alrededor. Todo tipo de pensamientos podrían estar rondando a Harry, la probabilidad de que todos fueran negativos
era ciertamente alta.
Tendría que decirle a Harry por qué era esa, al menos una versión aceptable. No era exactamente conocido por su
sutileza, tal vez preguntarle a Minerva y Poppy sería su mejor opción. Estaban acostumbrados a tratar con niños.
Podrían ayudarlo a encontrar la mejor manera de decirle a Harry una versión infantil de por qué y qué.
Él no había querido. No tan pronto.
Desafortunadamente, así era exactamente como debía hacerse. Se negó a permitir que Harry tuviera pensamientos
horribles. Que no podía ser visto ya que no era normal. Que su magia lo hacía mal y que no debería asociarse con
gente normal. Sólo imaginar esos pensamientos hizo que Severus casi se estremeciera de repulsión si no fuera
por su habilidad de guardarse la mayoría de las reacciones para sí mismo.
"Definitivamente puedes", finalmente logró hablar Severus.
Una sonrisa infantil se dibujó en el rostro de Harry, feliz ante la perspectiva de una promesa tan simple.
"Incluso podemos investigar los alrededores, si te apetece". Severus sugirió: “Tenemos todo el día para que podamos
tomarnos nuestro tiempo. No habrá prisa”. Se prometió a sí mismo hacer lo correcto con Harry. Incluso si eso significara
trasladarlo a Prince Manor para darle verdadera normalidad, en lugar de quedarse atrapado en estos malditos cuartos si
eso era lo que le preocupaba.
"¿En realidad? ¿Sin el andador? Dijo Harry con determinación, sus ojos verdes brillando con deleite.
"Sin el andador", admitió Severus, tenían todo el día después de todo, ¿qué daño tendría detenerse de vez en cuando?
Era un hermoso día, con el invierno acercándose, ¿por qué no dejar que Harry disfrutara de un día completo al aire libre
bajo el sol? Había estado atrapado en la oscuridad durante demasiado tiempo.
No estaba seguro si sería ideal dejar salir a Harry en el invierno, podría enfermarse muy fácilmente. Dependería
de cómo fuera su sistema inmunológico, aunque tarde o temprano sería necesario fortalecerlo.
­­­­­­­­­­­0
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"Voy a contarle casi todo", informó Severus a Minerva y Poppy, mientras Harry se distraía coloreando, en gran
medida todavía se salía de las líneas, pero se estaba volviendo más cuidadoso. "Simplemente no estoy seguro de
cómo decirlo de una manera que sea apropiada para él... de alguna manera que realmente pueda entenderlo".
“Ya veo”, Minerva asintió pensativamente, “Sí, es preocupante, ¿no? Me imagino que también es desalentador”.
"No creo que deba saberlo", la voz de Poppy era inflexible, severa pero muy tranquila para no preocupar a Harry o
dejar que los escuchara. "Todavía no, se merece esta seguridad que le has dado, Severus, arrancarla... no sólo es un
descuido sino que lo lastimaría y lo aterrorizaría más que cualquier otra cosa que pudiéramos hacer".
“Odiaría verlo encerrarse en sí mismo”, Minerva frunció el ceño, dándose cuenta de inmediato de que Poppy tenía toda
la razón. “La idea de que se lo lleven… tienes toda la razón, tal vez él no esté preparado para nada de eso. Siempre
supimos que había un riesgo al mantenerlo aquí en Hogwarts…” quizás sea demasiado riesgo.
Los ojos de Severus se alejaron de los de ellos, sintiéndose profundamente falto de su deseo de contarle todo a
Harry. Simplemente no quería que el niño pensara que era un prisionero o un bicho raro como le habían hecho creer
toda su vida. ¿Qué causaría el mayor daño? ¿Harry lo sabe? O tal vez debería simplemente sacar a Harry de
Hogwarts. Llévalo a Prince Manor y déjalo vagar libremente. Sin puerta cerrada, libre para vivir su vida, con una nueva
imaginación. Ser un niño que nunca se le había permitido ser.
"No pienses tan duramente de ti mismo, Severus", afirmó Poppy bruscamente, entendiendo la reacción de Severus mejor
que la mayoría. No había visto esa expresión en el rostro de Severus desde que era un maldito adolescente y a ella no
le gustó en lo más mínimo.
"Creo que está empezando a darse cuenta de que lo mantienen aquí lejos de la gente". Severus dijo en voz baja, la
necesidad de rascarse el cabello a puñados era fuerte. "Me preocupa lo que esto pueda afectar a su estado mental... ya
que es frágil".
"Ah", exclamó Minerva suavemente, entendiendo ahora la decisión de Severus. “¿Quizás Sirius ha llevado a Harry al
mundo muggle? ¿Quizás los días que trabajas? También podrías eliminarlo tú mismo más a menudo, ya no está en
la misma situación que cuando lo encontraron”.
“O podríamos trasladarlo a otra parte, hacer lo que queríamos hacer al principio. Cuidemos de Harry, juntos, entre
nosotros tres, además de Sirius y Roz, Harry no estará solo.
¿En algún lugar cerca de un parque? Pero no con demasiada gente, quién sabe cómo reaccionarían los muggles si
Harry estuviera allí”. Explicó Poppy, sin darse cuenta de que había niños muy parecidos a Harry (por más temporal
que sea el de Harry) allí y que muchos los juzgaban igual de mal con pesar, pero los adultos muggles no parpadearían
ante eso.
Severus exhaló, mirando a Harry, sintiendo la paz fluir a través de él. Estaba feliz coloreando, con una sonrisa en
su rostro, excepto cuando se concentraba en qué color elegir.
Las cosas se sintieron menos estresantes cuando vio a Harry de esta manera, hizo que todo valiera la pena. "Creo
que quizás Harry y yo veremos si nos gusta Prince Manor lo suficiente como para quedarnos".
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"¿Ustedes dos?" Minerva susurró, con sentimientos encontrados ante el pensamiento. Extrañaría terriblemente
a Severus, había trabajado con él durante muchos años. Sin embargo, la idea de que Severus hiciera más
con su vida que simplemente enseñar a estudiantes a los que definitivamente no quería enseñar era buena.
"Es algo que necesitaría discutir con Albus", confirmó Severus, se sentía culpable por hacer que la carga
de trabajo de Dumbledore fuera aún más inmensa. Ya estaba participando en más reuniones de wizengamot
de las que estaba en su sano juicio. Luego, mantener todo lo relacionado con Hogwarts de vez en cuando, es
cierto que con mucha ayuda de Minerva, pero ese era su trabajo. Si se iba, no sólo necesitarían encontrar
un nuevo Jefe de Casa para Slytherin... también necesitarían encontrar otra persona para tomar sus clases.
Aunque asumió que Dumbledore podría simplemente pedirle a Slughorn que dé un paso al frente por
completo, al menos hasta que encuentre a alguien que valga la pena.
"No, esto es algo que TÚ debes decidir por TÚ y por HARRY", replicó Minerva seriamente. “Déjame
preocuparme por Albus, pero no creo que él te disuadiera de hacerlo. Quiere que Harry esté lo más seguro
posible. Tal como lo hacemos nosotros”.
Severus se relajó aún más ante su proclamación: "Sí, tienes toda la razón, Minerva", se trataba de él y Harry,
lo que era mejor para ambos. Estar aquí en Hogwarts tal vez ya no fuera eso. Harry tenía necesidades únicas
para alguien de su edad física, necesitaba extender un poco sus alas, explorar, siempre estaba muy feliz y
ansioso por ver cosas. Los libros no podrían hacer esa justicia.
"Por supuesto que sí", bromeó Minerva, "Así que ambos váyanse, diviértanse, ya se acercan las diez en punto".
Con lo lento que era Harry, sin que fuera culpa suya, les tomaría todo el día ver la mansión y sus alrededores.
Nunca lo había sido, pero había oído describirlo en los círculos sociales.
Severus exhaló, asintiendo con la cabeza, ya era hora.
Esta noche, sería un factor decisivo sobre si se quedarían aquí o se mudarían a Prince Manor.
Todo dependía de Harry, si estaba listo para moverse, pero Severus tenía el presentimiento de que todo
estaría bien.
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¡Aquí vamos! Ese es el próximo capítulo hecho. El siguiente será Sev y Harry disfrutando de su día en Prince
Manor, no estoy seguro de cómo terminará esta historia, la original, si todavía puedo llamarla así debido al
hecho de que es tan ridículamente diferente. ! ­ ¡Tenía un Voldemort malvado, así que eso no va a suceder!
Supongo que su cumpleaños número diecisiete sería el mejor lugar para terminarlo, donde se le considera
un adulto y no es fácil (o nada parecido) maniobrar hacia el cuidado y la seguridad del Ministerio. La pregunta
principal sería si Harry estaría mentalmente equipado para lidiar con la vida adulta, o si conservará la
mentalidad de un niño y vivirá seguro con su Protector Oscuro. Lea y revise por favor
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Capítulo 34
Mi protector oscuro
Capítulo 34
Harry y Severus usaron un traslador para llegar a Prince Manor, él deliberadamente se aseguró de que los
depositara cerca del final de las barreras. Entonces todo el frente de la mansión y sus alrededores eran
visibles para ellos. Severus mantuvo un fuerte agarre de Harry – quien se había negado a traer su
andador – hasta que ambos estuvieron ubicados y el mareo del transporte mágico se disipó.
Severus observó a Harry de cerca mientras lo giraban, jadeó ante la vista frente a él.
"Bonita", admitió Harry, con los ojos verdes llenos de asombro, mirando a su Protector Oscuro con adoración.
Desde donde estaban, podían ver la mansión y las pocas dependencias que se habían agregado con el
tiempo. Grandes setos diseñados en cuadrados con una fuente de agua en su interior. Enredaderas
trepadoras estaban extendidas por todo el edificio, bellamente mantenidas para que no crecieran sobre las
ventanas. Las ventanas blancas estaban limpias e impecables, incluso desde donde estaban, los elfos
domésticos cumplían con su deber muy en serio. Arbustos, flores y plantas adornaban el frente, con algunos
árboles a la izquierda. El frente de la mansión era muy diferente de la parte trasera, que no era tan limpia,
espaciosa y ordenada. El césped fue cortado dándole una apariencia de ajedrez.
"Eso es", admitió Severus, probablemente por primera vez. Se había negado a sí mismo esta propiedad y todo
lo que conllevaba por despecho. Había estado en esto varias veces, se había permitido un día de debilidad
imaginándolo mudándose allí, todos los cambios que haría – como convertir la piscina en un laboratorio de
pociones – pero había forzado esos pensamientos. fuera de su mente. Si su madre tuviera adónde ir… habría
dejado a ese hijo de puta. No habría crecido sin nada más que abuso o viendo cómo las cosas caían. Tobias
Snape era un trabajo repugnante, hacía mucho tiempo que no lo consideraba su padre. Lo único bueno en
su vida, y el hecho de haber vivido allí, era Lily. Si tuviera la opción, no estaba seguro de renunciar a ella, ni
siquiera por una vida mejor viviendo con los Príncipes. Incluso si eso significara ir a Hogwarts con ropa
ajustada y una educación decente en la que se le animara activamente a perseguir lo que deseaba y
no a ser golpeado y insultado debido a su amor por la magia.
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Esos pensamientos lo destrozaban a veces, pero sinceramente, ¿de qué le servía pensar en eso? El pasado era
el pasado, nada podría cambiarlo, incluso si pudiera... no sería su pasado el que cambiaría... sería el de Harry.
“¿Listo para ir a echar un vistazo?” Sugirió Severus, esperando que Harry estuviera bien.
Habría traído al gato con ellos, pero tenía que asegurarse de que Harry deseaba quedarse aquí antes de
hacer cualquier plan. Se estaba sorprendiendo a sí mismo al sentirse realmente bien si se mudaba aquí. Era
bastante extraño que los sentimientos que alguien provocaba fueran responsables. Te hizo dejar de lado
tus propios sentimientos, tal vez incluso los apagó hasta cierto punto. Había jurado nunca volver aquí, pero aquí
estaba, y no podía enfadarse por ello.
Harry asintió con la cabeza, mirando ansiosamente a su alrededor mientras comenzaba a caminar. Como siempre,
su paso era lento y firme, lo que era bueno para observar las vistas que tenía ante él. Al poco tiempo estaban
caminando sobre grava, Severus miró hacia abajo mientras Harry sostenía su mano, obviamente sintiéndose un
poco tambaleante en un terreno irregular sin su andador. Lo cual fue realmente un buen trabajo, no lo tenían; de lo
contrario, habría hecho esta parte un poco difícil, es cierto.
"Tranquilo", advirtió Severus cuando Harry tropezó un poco, sin levantar los pies lo suficiente como para caminar
sobre la grava. Agarrar el codo de Harry para darle mayor estabilidad que simplemente sostener una mano. "¿Le
gustaría ver la parte trasera o la casa primero?" darle a Harry una opción, lo había estado haciendo mucho más
recientemente, creó independencia de acuerdo con los libros que había leído.
Puede que esté destinado a niños, pero la realidad es que Harry era básicamente un niño que volvía a aprender
todo de todos modos. Severus esperó pacientemente, quedándose quieto hasta que Harry dio una respuesta.
"¿Atrás?" Harry parecía inseguro acerca de tomar sus propias decisiones, pero después de decirlo, pareció
ganar confianza cuando su Protector Oscuro simplemente asintió con la cabeza.
"Está por la parte de atrás", dijo Severus con firmeza, guiándolos a ambos fuera de la grava y por el camino trillado
hacia el costado del edificio principal. Los dos edificios no estaban unidos, pero estaban lo suficientemente cerca
uno del otro que desde la distancia parecían unidos el uno al otro.
Más enredaderas estaban atadas al costado del edificio a su izquierda, mientras pasaban junto a ellas, los dedos
de Harry se arrastraban sobre ellas con fascinación infantil. Severus no necesitaba preocuparse de que fueran
venenosos como lo haría si Harry tocara algo a su alrededor.
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Hogwarts. Ninguno de los elfos domésticos estaba al tanto de su visita, o de la condición de Harry, tendría
que informarles. No, tenía que dejar de hacer una lista mental, no hasta saber si quizás a Harry le gustaría
vivir aquí. Era extraño, estaba empezando a desear que pudieran hacerlo.
Los árboles estuvieron inmediatamente a la vista en el momento en que cruzaron la parte trasera. Una
variedad de árboles que albergaban frutas colgando de sus ramas. A lo largo del borde de la propiedad había
cerezos en flor, cuyo color rosa nublaba todo lo que se encontraba más allá del perímetro. No había ni una
sola señal de que algo cayera de los árboles, los elfos domésticos evidentemente habían estado aquí
recientemente dándole una buena limpieza.
"¡Peras!" Dijo Harry, notando al que estaba más cerca de él, con los ojos brillando mientras se acercaba al peral,
con los dedos agarrando uno y tirando de él con sorprendente fuerza. Oliéndolo con curiosidad, mirando
de reojo a su Protector Oscuro, pidiendo permiso.
Severus se rió, "Adelante, es seguro", le aseguró, sofocando más diversión ante la mirada de asombro que
recibió de Harry sólo porque se rió. Bien podría ser la primera vez que escuchaba una risa genuina, no sabía si
alguien se había reído antes en presencia de Harry. Quizás no, dado el hecho de que su vida no había
sido buena y todos solo estaban tratando de ayudarlo a recuperarse, no de hacerlo reír o, peor aún, reírse
de él.
Las plagas no podían llegar a ninguna de las frutas y verduras cultivadas aquí, además había repelente
de babosas a lo largo de los límites de su casa para detener a las babosas. Hechizos adicionales impedían
que los bichos más pequeños llegaran a cualquier cosa. Todo lo que se cultivaba dentro de los límites de
Prince Manor era fresco, brillante y saludable sin desperdicio alguno. Así que la fruta era muy segura para
que Harry la comiera y, honestamente, nunca le negaría nada a Harry, especialmente la fruta que era buena
para él.
"Qué lindo", dijo Harry, mordiendo ansiosamente la fruta otra vez, estaba jugosa y goteaba por su barbilla.
Severus se mordió la lengua, evitando corregir a Harry, sólo por esta vez.
"Es agradable", se corrigió automáticamente Harry mientras continuaba devorando la pera.
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El orgullo atravesó a Severus, por Merlín, no creía que pudiera estar más orgulloso si lo intentara.
Una vez que la pera no fue más que el corazón, Severus automáticamente agitó su varita, limpiando a
Harry y desterrando el resto de la fruta comida. Se detuvo un momento antes de obligarse a relajarse, para
no darle a Harry una impresión equivocada. Ojos suaves y abiertos, observando cada reacción por la que
pasaba Harry, una mano automáticamente agarró su ropa mientras miraba con los ojos muy abiertos y
temeroso.
"No tienes nada que temer, pequeño", dijo Severus con dulzura, casi queriendo maldecirse a sí mismo
por sus acciones irreflexivas. Sin embargo, tuvieron un gran avance esta mañana, Harry había usado magia
por su cuenta sin que se lo pidieran y definitivamente no fue magia accidental. Tampoco había usado una
varita, necesitaría conseguirle a Harry una varita en algún momento, a menos que las piedras de enfoque
estuvieran actuando como una especie de núcleo de varita que le permitiera a Harry lanzar magia sin ninguna
varita.
Colocando su mano alrededor del cuello de Harry, su pulgar acariciando la nuca de arriba a abajo, no se
sorprendió cuando Harry pareció desplomarse sobre él. Asegurándolo con sus brazos, dejó que Harry llegara
a la conclusión de que todo estaba bien por sí solo sin demasiadas indicaciones de su parte.
La magia no iba a lastimarlo, usar magia no era nada aterrador, no había nadie que se enojara o lo usara,
no con él cerca. Harry sabía que la mujer que lo lastimó estaba muerta, que se había asegurado de que no
le volviera a lastimar. Eso fue tan descarado como una confesión para cualquiera... incluso para Harry. Podría
estar asumiendo demasiado, pero no, Harry definitivamente había entendido cuando se lo dijo. Se
había asegurado de ese hecho al menos.
La idea de la magia aterrorizó a Harry hasta el centro de su ser, tanto al verla como al usarla.
No estaba seguro de qué impulsó sus acciones esta mañana, simplemente se había sentido perezoso, ¿por
qué recorrer todo el camino hasta el grifo para conseguir agua en lugar de hacerlo allí mismo? Luego, antes
de que se diera cuenta, el agua había llenado el recipiente, aunque no tenía el palo que usaba su Protector
Oscuro. La última vez que había usado magia tan accidental como lo fue debido a su miedo, terminó en un
mundo de dolor. Había visto gente herida por lo que ella le estaba haciendo. Harry parpadeó, su mente
comprendiendo lo que acababa de pensar hace apenas unos segundos. Por lo que ella le estaba haciendo,
por primera vez se dio cuenta de que él no tenía la culpa. Los demás se lo habían dicho, pero Harry no
lo había creído. No le había creído a su Protector Oscuro. La vergüenza luchaba contra la pura
felicidad, él no tenía la culpa. No hizo daño a nadie, no fue su culpa. Algo atascado en sus entrañas se soltó,
haciendo que Harry se sintiera más libre que nunca.
Reprimir sus propias emociones no fue tan fácil como lo había sido al principio, el miedo abrumador no
lo cerró como lo había hecho en el pasado. Estaba teniendo que soportar cada
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sensación de desorden a medida que crecía, tanto mental como emocionalmente. Todavía estaba demasiado
aterrorizado para actuar demasiado, no quería que su Protector Oscuro lo despidiera.
"¿Mejor?" Severus cuestionó después de unos momentos de silencio.
Harry asintió desde donde su cabeza estaba hundida en el pecho de su Protector Oscuro, la sensación de anclaje de
su mano todavía en su cuello le dio tranquilidad.
“¿Listo para continuar?” Entonces preguntó Severus, sabía que la piscina encantaría a Harry por completo.
Amaba tanto el agua que pasaría días en el agua si pensara que podía salirse con la suya. Estuvo medio tentado de
burlarse de Harry diciéndole que era mitad tritón, pero eso haría que Harry le hiciera preguntas cuyas
probablemente no quería respuestas.
"¡Sí, por favor!" Murmuró Harry, con la voz apagada por la ropa de Severus, mientras de mala gana se liberaba
de su Protector Oscuro. No había ningún otro lugar en el que preferiría estar, pero realmente quería ver la
mansión, estaba tan emocionado de investigar todo lo que lo rodeaba.
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Ministerio de Magia
Albus Dumbledore sintió un cosquilleo de conciencia recorriendo su espalda cuando la puerta de la sala de
reuniones se abrió. Un mago desconocido entró, bastante joven, apenas parecía tener más de veinte años. Había
algo en él que molestaba a Albus. La forma en que caminaba, la confianza con la que se comportaba, ¿había
conocido a este mago antes? Estaba tirando de su mente y le resultaba bastante molesto no poder recordar.
"Cornelio, ¿quién es?" Preguntó Albus en voz baja, desde donde estaba sentado junto a Cornelius, quien había
elegido asistir a las reuniones como era su derecho. Era el Ministro de Magia y podía hacer lo que quisiera en
cualquier departamento. Incluso tenía derecho a voto, aunque no podía soportar a la mujer sentada frente a él,
Dolores Umbridge era una... mujer desafiante con la que ni siquiera él tenía la paciencia para lidiar.
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"¿A quien?" Cornelius se volvió de donde había estado conversando con su subsecretario y miró al Jefe
de Brujos del Wizengamot.
"Los jóvenes caballeros que acaban de entrar", Albus hizo un gesto con la cabeza para que Cornelius
supiera dónde estaba el mago al que se refería.
"Ah, ese es Lord Aloysius Ambrose, es nuevo y desea ocupar sus asientos familiares dentro del wizengamot",
explicó Cornelius, con los ojos brillantes, "Todo ha sido probado y ya ha prestado juramento".
"No hay ningún asiento de Ambrose para reclamar", señaló Albus lo obvio, mientras observaba
discretamente al mago. Sentía como si hubiera visto a este mago en alguna parte antes, estaba empezando a
molestarlo.
“No, no por parte de su padre, no matriarcal”, le informó Cornelius, “supongo que su madre se mudó a Francia,
se casó con el padre y regresó aquí por un período de tiempo indeterminado.
No fue sincero con su familia, creo que sufrió una gran tragedia”, añadió en un tono teñido de simpatía.
Sería amable hasta que pudiera ver qué podía obtener de cualquier alianza con el mago.
"Interesante, ¿sabes quién es su madre?" Preguntó Albus, mientras más personas entraban a la sala de
reuniones. Quizás sea la madre de la que conoció a Ambrose. No recordaba ninguna noticia de que alguien
de Gran Bretaña se hubiera casado con un miembro del linaje Ambrose. Quizás los Delacour lo sabían,
tendría que preguntarle a Fleur, ella podría conseguirle alguna información.
"No, tenía todas las pruebas que necesitaba, fue verificado por los Goblins, pero no quiso hablar de ello, pero
es el último de su línea de matriarca, por lo que es suyo para tomar". Le dijo Cornelius, alejándose, harto
ya de la conversación. No podía decirle a Albus lo que no sabía. Tenía la sensación de que le harían la
misma pregunta de una docena de maneras diferentes.
Albus estaba a punto de levantarse, listo para iniciar la reunión, había un asiento siempre vacío, el de
Black. Entonces, fue para su eterna sorpresa cuando la puerta se abrió de nuevo, revelando a Sirius
Black, quien caminaba con confianza, pero en lo profundo de esos ojos grises había molestia. Era
evidente que Black realmente no quería estar aquí, no era alguien para la política.
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Albus lo sabía. Las cosas estaban a punto de ponerse interesantes, pensó, asintiendo con la cabeza al
Señor Negro a modo de saludo silencioso. Lo que más lo sorprendió fue cuando Black asintió hacia
Ambrose, ¿cómo se conocen?
Poniéndose de pie, "Llamo al orden esta reunión del wizengamot", afirmó Albus, mirando con
confianza alrededor de la habitación. "¿Hay alguna pregunta o inquietud que desee plantear antes de
comenzar oficialmente?"
Doge abrió la boca antes de cerrarla con un chasquido, este no era el momento ni el lugar. Sin embargo,
cada vez que intentaba acercarse a su mejor amigo, darle consejo y escucharlo, sólo le daban tópicos vacíos.
¿Qué había sucedido para que Albus se volviera tan rápida y repentinamente? Si no fuera por el hecho de
que sabía que nadie podía usar la maldición Imperius sobre su viejo amigo, creería que estaba bajo ella.
Sabía todo lo que había que saber sobre Albus, compartían todo, excepto esto.
Eso fue lo que pensó Doge. No podría haber estado más lejos de la verdad. Había cosas que Albus nunca
confiaría a una sola alma. No importa cuán buenos y puros fueran, él era demasiado cauteloso para eso.
De hecho, de todos, su espía era el que más sabía, bueno, casi todo. Un mago en el que no deberías
confiar, confiar en un espía era algo engañoso. Sin embargo, realmente confiaba en Severus, mucho más
que cualquier otra persona.
El silencio reinó por un minuto, mientras Albus esperaba que alguien hablara, pero nadie lo hizo.
"Muy bien, llamo su atención sobre las últimas leyes", dijo Albus, moviendo su varita, y las carpetas, tres
de ellas, volaron desde el escritorio al fondo de la sala hacia el banco circular que actualmente las albergaba
a todas. . Tres carpetas se colocaron frente a cada mago. Los cincuenta y dos.
"¿Qué carajo es esto?" Sirius ladró enojado, viendo la primera pieza y ni siquiera intentando leerla
toda. Hirviendo de ira, sus ojos grises perforaban los de Umbridge, quien simplemente se sentaba allí
engreída como quisiera, sin miedo al mago que tenía delante.
Ambrose se aclaró la garganta, dándole a Sirius lo que sólo podía llamarse una mirada divertida antes de
quedar atrapado detrás de una fachada muy profesional. “¿Tengo entendido que los ataques a humanos
por parte de hombres lobo en realidad han disminuido a lo largo de los años?”
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“Es así”, declaró Doge, y sabría que todo se trataba de estadísticas.
"De hecho, y es únicamente porque han encontrado una manera de ganar el control, con la poción
Wolfbane", declaró Ambrose.
"Mucho", asintió Albus con firmeza.
"Entonces, ¿por qué? ¿Puedo preguntar si alguien propone hacer aún más imposible que los hombres lobo
consigan trabajos para poder pagar el acónito que tanto necesitan?" Ambrose dijo arrastrando las
palabras, luciendo aburrido y molesto por un momento. "Es casi como si usted deseara que los
ataques sucedieran Madame Umbridge, nuestros hijos son el futuro, ser tan descuidado con el futuro
hace que uno se pregunte qué está intentando realmente aquí".
"Puede que haya más ataques de los que nadie cree, las estadísticas no lo muestran todo", declaró Umbridge,
con el sudor golpeando su frente. Estaba acostumbrada a que la gente se molestara o discutiera con ella,
sin decir abiertamente que estaba poniendo en peligro a la población mágica. Si creyeran eso, es posible
que nunca vuelva a conseguirla.
"Es poco probable, si hubiera hombres lobo desconocidos por ahí, lo sabríamos", afirmó Albus
resueltamente.
"Francamente, alienar a toda la raza es simplemente pedir la guerra, lo que resultaría en que muchos magos
y brujas serían mordidos", continuó Ambrose, haciendo todo lo posible para asegurarse de que ella no iba
a estar en más reuniones, estaba desperdiciando En su época, no quería que este tipo de legislaciones
hablaran de aburridas. “Francamente, debería guardarse sus prejuicios personales, señora Umbridge, está en
una posición de poder que puede causar complicaciones. Esto no se hace por el bien del
mundo mágico, eres tú quien usa tu poder limitado para abusar de él”.
"Tonterías", dijo Umbridge, logrando evitar farfullar de manera poco atractiva.
"Los hombres lobo son un peligro para nuestra forma de vida, necesitamos una forma de controlarlos antes
de que se salgan de control". Su tono altivo a pesar de su creciente frustración hacia el mago. Tendría que
encontrar algo sobre él y rápidamente evitar que esto se intensificara aún más. No podía dar marcha atrás
ahora, o peor aún, ser hecha a un lado, había trabajado demasiado para llegar a donde estaba.
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"Eres un peligro para nuestra forma de vida", replicó Ambrose seriamente, su tono sombrío, "sugiero que
impidamos más leyes inútiles bloqueando todos y cada uno de los intentos realizados por Madame Umbridge
para hacernos perder el tiempo, a juzgar por la renuncia de todos. "Esta no es la primera ley que propone sobre
los hombres lobo". Actuando como si no lo supiera, cuando en realidad sí lo sabía.
"De hecho", dijo Lucius arrastrando las palabras con aburrimiento. Había tenido que escucharla hablar y
seguir durante años, era la parte más intolerable de estar en el wizengamot. Si quisiera ver la posibilidad de
que la prohibieran, por así decirlo, lo haría en un abrir y cerrar de ojos. “Apoyo la votación”.
"Todos los que estén de acuerdo, levanten la mano", gritó Albus, observando sorprendido cómo la
mayoría de las personas levantaban la mano, encendiendo las puntas de sus varitas, indicando una
respuesta oficial. Cuarenta y dos de los cincuenta y dos estuvieron de acuerdo en que se prohibiera a
Umbridge cualquier cosa relacionada con el wizengamot, Cornelius no fue uno de los que levantó la mano. "En
Cuarenta y dos estamos de acuerdo, cualquier legislación y voto de Dolores Umbridge ahora está
descalificado y, por lo tanto, tiene prohibido participar". Desafortunadamente, como subsecretaria
todavía tendría derecho a permanecer dentro de la sala. No es tan fácil deshacerse de ella.
El rostro de Umbridge pasó por todo tipo de colores mientras veía cómo se iluminaban las puntas de las varitas.
Primero pálida, luego roja, luego colorada, honestamente, no fue una sorpresa cuando ella se puso de pie y gritó
a todo pulmón que los hombres lobo iban a ser la muerte de todos ellos. Que todos verían, que ella tenía
razón y que cuando se enteraran se disculparían con ella de rodillas.
Sirius le enseñó los dientes salvajemente a la mujer furiosa que estaba a solo un paso de tener vapor
saliendo de sus oídos con rabia. Ella se alejó pisando fuerte, su cuerpo moviéndose mientras se iba, la puerta
se cerró de golpe detrás de ella en su furia. Sirius miró a Ambrose asintiendo en agradecimiento, sin darse
cuenta de a quién estaba agradeciendo. Si tuviera alguna indicación, habría estado tan rojo como Umbridge
hace unos momentos. El archivo con la legislación desapareció con una nube de humo, mientras todos
se acomodaban una vez más como si no hubieran visto a una mujer adulta tener un arrebato de ira digno de un
niño de dos años.
"Volvamos al asunto", dijo Albus después de unos momentos de silencio, dejando que los miembros del
Wizengamot se calmaran. Algunos estaban disgustados, otros profundamente divertidos, mientras que otros
parecían descaradamente aliviados de que su presencia hubiera desaparecido. "La segunda pieza de
legislación exige... trabajadores sociales," Albus miró el papeleo con sorpresa, "Para una
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departamento que se creará dentro del Ministerio únicamente para el cuidado y beneficio de nuestras brujas y
brujos menores de edad”,
La mayoría de los magos aquí ni siquiera entenderían el concepto de trabajador social, o no lo entenderían si
Ambrose no lo hubiera escrito claramente para ayudarlos a comprenderlo. Pensó Albus mientras leía la carpeta
completa. La forma en que lo escribió dejó en claro que había pasado algún tiempo en el mundo muggle, tal vez
las palabras anteriores de Cornelius sonaron ciertas, tal vez había sufrido algún tipo de tragedia en su infancia.
Dado lo cómodo que se sentía en un entorno mágico, no debió ser hasta que fuera mayor de edad. Antes de
todo esto con Harry, habría asumido que no todo era malo, pero ahora… ahora entendía cuán horribles
podían ser los muggles de una manera que no había penetrado en su mente cuando era niño después de lo
que le hicieron a Ariana. . No es que Albus realmente supiera lo que hacían, su padre nunca lo había revelado.
Albus tampoco quiso saberlo nunca, sólo deseaba tener a su hermana con él, para disculparse, para dejarla
crecer, tener una vida normal y sin trabas.
Esto, todo esto que estaba haciendo, no era sólo por Harry sino también por Ariana, en su memoria.
"Tomaré las riendas de esto, ¿de acuerdo?" Sugirió Ambrose, ya que Dumbledore no iba a hablar. Estaba
bastante fascinado y quería desesperadamente saber qué estaba pasando por la mente del viejo tonto. “Tener
a nuestros hijos en el mundo muggle supone un riesgo de exposición; con los avances que se están produciendo
en el mundo muggle, podríamos estar hablando de una exposición mundial en cuestión de minutos con
sus aparatos electrónicos. Debemos proteger nuestra sociedad y no podemos, repito, culpar a los niños
por estallidos de magia accidental, todos los niños pasan por eso. Es una celebración cuando la mayoría de los
niños aquí lo hacen, pero en el mundo muggle... siembra miedo y discordia. Necesitamos nuestros servicios
sociales aquí en el mundo mágico, para sacar a los niños de los servicios sociales en el mundo muggle y
traerlos a casa. No son sólo los nacidos de muggles los que quedan allí, sino también algunos sangre
pura que no tienen familia inmediata y no hay ningún control para ver si él o ella tiene familia potencial ahí
fuera.
Bajo ninguna circunstancia un niño será enviado de regreso al mundo muggle. Cada
niño se someterá a pruebas de herencia sanguínea para poder ver a sus parientes vivos.
A cada niño se le dará la oportunidad de ser adoptado con sangre.
Si no se puede encontrar a un familiar, permanecerá bajo la custodia de los Servicios Sociales hasta
que se pueda encontrar una familia.
Obviamente era sólo un primer borrador que Albus se dio cuenta, leyendo las estipulaciones mencionadas.
Podía pensar en docenas más a las que les vendría bien ser colocadas. Él
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se siente muy feliz de ocuparse de esta legislación, tal vez podría hacer todo más rápido si más de una
persona ayudara a engrasar las ruedas, por así decirlo.
"Necesitamos esto", afirmó Black con firmeza, sus ojos grises solemnes. “Siempre decimos que los niños son
primero… bueno, ahora tenemos la oportunidad de demostrarlo. Quiero decir, ¿qué pasaría si usted muriera,
señora Bones... qué pasaría con su sobrina... Susan, que todavía es menor de edad por ley mágica? sus padrinos
también estaban muertos, ya que la familia Bones había elegido a miembros de la familia para que fueran padrinos
de la niña.
"Tu propio ahijado tampoco habría desaparecido, ¿verdad?" Carrow declaró, sus ojos no mostraban emoción
alguna.
Casi todos se quedaron sin aliento en estado de shock ante las insensibles palabras de Carrow, sus propios hijos
eran sospechosos de ser mortífagos. No habían sido arrestados, pero a nadie le pasó desapercibido que rara
vez aparecían en público después de la caída de Quien­tú­sabes.
Albus se puso rígido, listo para evitar que Sirius cometiera un error que lo excluiría a él y a Umbridge.
Sirius inhaló bruscamente, "No, no lo habría hecho", reveló, sus ojos grises llenos de dolor y resignación, "Pero si
alguna vez lo encuentro... quiero que sepa que hice todo lo que pude". Prometió ardientemente, haciendo
que pareciera que realmente no había visto a su ahijado desde esa noche fiel. Albus no habría pensado que
lo tenía en él. "Esto... esto es todo para él". no tenía otra razón para esto... incluso si lo aburría muchísimo. O más
bien pensó que así sería, se había estado divirtiendo con todo el asunto con Umbridge.
Ambrose tomó nota mental de visitar la mansión Carrow después de esto, con Black firmemente de su
lado... tenía mayores posibilidades de tener éxito en todas las legislaciones, tenía la mayor cantidad de votos
para su asiento. Se revelaron algunas verdades a medias y tenía a Sirius Black exactamente donde lo quería. Si
hubiera sido cualquier otra persona se habría sentido culpable, pero sus objetivos eran lo primero. Aún así, no era
un mago para sentirse culpable, era una emoción inútil. Aunque lo más cerca que había estado… fue en realidad
con respecto a Harry Potter, por extraño que parezca.
No podía esperar para conocer al chico.
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Y algún día lo haría, y eso estaba decidido en silencio. Severus sabría que no debía negarlo, si supiera lo que
era bueno para él. Sin embargo, no se podía negar cuán protector era Severus con el niño.
“¿Votaremos para ver si se impulsa esta legislación?” Albus llamó, y al seguir adelante, todos se lo llevarían a
casa, lo enmendarían, hasta que todos pudieran llegar a un acuerdo sobre cómo debería verse la legislación.
Como debería ser, sólo así sería aprobado o descartado. Si se aprobaba, la construcción comenzaría
inmediatamente, se abriría un nuevo departamento, lo que aumentaría los nuevos puestos de trabajo para el
mundo mágico, lo cual también era algo muy bueno.
Tomó nota mental de hacer un juramento de no hacer daño, de nunca ignorar el sufrimiento de un niño ni
aceptar sobornos. De lo contrario, se negaría a aprobarlo, no permitiría que nada interfiriera con el
funcionamiento de un departamento tan vital. Sería una de las primeras cosas que iba a escribir sobre la
legislación.
En un giro de acontecimientos sin precedentes, cada varita se encendió, de acuerdo con la legislación que se
iba a presentar. Cincuenta y una luces, Albus apenas podía creerlo. Por lo general, las cosas nunca
iban tan bien, solo podía ser porque Ambrose había cuestionado el secreto de su mundo. La protección
de los niños, si no estaban de acuerdo… entonces no quedaría nada bien.
A pesar de sí mismo, quedó impresionado. No era frecuente –o nunca– que alguien nuevo entrara en escena
y presentara una legislación, y definitivamente no con todos de acuerdo.
Las carpetas fueron puestas a un lado, y la última, la suya, pasó a la siguiente, Albus esperó
impacientemente a que leyeran el papeleo. Lo cual pareció tomar una eternidad, siendo él el único que no
estaba inmerso en la lectura. Esto no sería tan fácil como el anterior, tenía una pelea entre manos.
Sinceramente, no le sorprendería que lo rechazaran, pero estaba decidido a llevarlo a cabo. Incluso si tuviera
que seguir cambiando ligeramente la legislación hasta conseguir lo que quería.
Ambrose leyó el artículo legislativo, no sorprendido por su contenido, sabía que vendría. Bueno, se sabe
que eso implica, pero no todos los detalles. Sabía que la mayoría de los magos tendrían problemas con eso, y
reflexionó en silencio sobre la mejor manera de lograr que estuvieran de acuerdo. No estaba por encima de
jugar sucio si era necesario para conseguir lo que quería. Él no era Dumbledore, quien intentaría un enfoque
gentil y comprensivo. No conocía otra manera, simplemente era quién era el viejo tonto.
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Sentado, con una mirada pensativa en su rostro mientras esperaba que todos leyeran las tres páginas.
Como era de esperar, fue muy largo, muy directo y con todas las estipulaciones posibles adjuntas. No se
había molestado en hacer tal cosa, sabiendo que tal vez no pasaría. Ésa era la forma a la que estaba
acostumbrado, que sus legislaciones fueran dejadas de lado. Se preguntó salvajemente si Dumbledore lo
habría hecho de nuevo si su nombre de nacimiento estuviera en él.
“¿Quién estaría al tanto de tal escaneo?” Bones sorprendentemente fue quien preguntó.
“¡No importa quién! ¡No es ético pedir que se realice tal procedimiento!” protestó uno de esos miembros del
wizengamot.
"¡Estoy de acuerdo, es ofensivo!" implicaba que abusaron de su hijo, su heredero, y no era algo que
se hiciera con frecuencia.
Albus ignoró a los detractores, “La única que verá los resultados de los escaneos es Madame Pomfrey, quien
debo agregar ha jurado como Medi­bruja para evitar tal preocupación. Ella no chismea sobre la seguridad y el
bienestar de sus pacientes”. Él los reprendió pacientemente.
Ambrose puso los ojos en blanco, sí, Dumbledore no había cambiado, esa no era la manera de hacerlo.
“Espero que no se olviden rápidamente de las muertes de la señorita Fenwick y del señor Fenwick”, dijo con
frialdad. “Creo que fueron abusados regularmente desde los cuatro años, el señor Fenwick murió como
resultado de un abuso severo y hambre, en las paredes de Hogwarts dos días después de que la escuela
volviera a funcionar. Sólo cuando fueron a arrestar al padre se enteraron del gemelo squib, que no sobrevivió
a la ayuda que San Mungo intentó brindarle al niño. Esto ocurrió hace setenta años y seguramente muchos
en esta sala lo recuerdan”.
Albus palideció sólo de pensarlo, esos niños habían sido primos de Benjy, él había sido muy buen amigo de
Benjy Fenwick. Quien lamentablemente no había sobrevivido a la primera guerra con Voldemort, de
hecho no habían encontrado al pobre mago por completo, había sido enterrado con solo un brazo y unos
pocos dedos. Había tenido clases con Bill Fenwick, el chico que de hecho había muerto en la sala
común de Gryffindor. Doge había sido quien lo encontró, todavía podía escuchar el eco de sus gritos
horrorizados cuando encontró a su compañero de clase y compañero de Gryffindor muerto.
Para ser honesto, no había pensado mucho en ellos, había tenido sus propias preocupaciones, su madre, su
hermana y su padre que habían estado en Azkaban en ese momento.
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Muchos otros también hicieron muecas al recordar tan cruelmente a un mago tan repugnante como William
Fenwick, quien abusó de sus dos hijos. Había muerto en Azkaban y nadie había llorado al bastardo. Fue una
excepción a las reglas, todos negaron conocerlo después de que se supo la noticia.
"Ese es sólo un ejemplo de un caso bien conocido", señaló Ambrose, disfrutando del malestar que
estaba causando, pero procurando no demostrarlo. “Estoy seguro de que podría encontrar otros casos igual de
graves si investigara un poco”.
Sirius tragó saliva, había odiado a sus padres, claro, pero no podía decir que había sido abusado, tal vez
verbalmente cuando no hizo lo que ellos querían. La idea de que alguien lastimara a su hijo lo suficiente
como para matarlo los horrorizaba tanto. Sabía que Ambrose era una de esas estadísticas de abuso,
Harry también lo era… tal vez era demasiado frecuente como para permitirle a alguien su privacidad.
“Si esto hubiera existido”, Ambrose tocó la carpeta, “ayudaría a prevenir más abusos contra los niños, no
les devolvería su infancia, pero aseguraría su futuro. Si no tienes nada que ocultar con respecto a cómo
se trata a tus hijos o nietos... ¿entonces qué tienes que perder exactamente? los desafió.
Sirius observó la habitación y a sus ocupantes, todavía aturdido por lo que escuchó, pero la admiración por
Ambrose estaba comenzando a crecer en él. Los tenía a todos comiendo de su mano, y la mejor parte era
que habían estado muy reacios y furiosos ante la idea de que a los niños se les realizaran escaneos intensos
en sus personas el día después de que entraron a los muros de Hogwarts.
“¿Será cada año o sólo una vez? ¿Qué pasa si el abuso comienza después del primer año? Sirius preguntó:
"¿O si los envían a vivir con parientes diferentes?"
"Algo que deberías agregar como estipulación para que la legislación avance, si obtiene el acuerdo del
wizengamot hoy", Bones, como siempre, fue brusco pero justo al decirle a Sirius qué hacer.
Parecía como si Dumbledore se hubiera olvidado de considerar algo mientras lo escribía, honestamente,
podría golpearse la frente con exasperación por un error tan obvio.
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"¡Vamos a votar!" Llamó Albus, conteniendo la respiración, podía ir en cualquier dirección, y Albus realmente quería que
esto fuera a su favor. Con el corazón acelerado, observó cómo una a una manos comenzaban a levantarse, otras fruncían
el ceño en silenciosa contemplación. La propia varita de Albus se levantó, hasta que se tomó una decisión. Treinta
personas de las cincuenta y una que todavía estaban en la sala habían ganado, por poco.
Ambrose estaba furioso con la fracción oscura, que principalmente se abstenía de votar. No iba a quedar impresionado
si tuviera que revelarles su nueva identidad.
Pasaron el primer obstáculo, aún no estaba completo, se podía cambiar de opinión hasta el mismo momento en que
oficialmente estamparon su aprobación en todo el documento, dándole el sello de aprobación del wizengamot. Aceptar
impulsarlo y legalizarlo fueron dos procesos diferentes.
El solo hecho de saber que iban a considerar que era un alivio le dio la esperanza de que finalmente lo escucharían.
Pudo ver que Doge no estaba contento, tenía la sensación de que muy pronto tendría al mago en su oficina.
Sólo deseaba poder decírselo, pero no podía, mientras más personas se dieran cuenta, mayores serían las
posibilidades de ser descubierto.
Harry era demasiado importante para él como para considerar correr algún riesgo.
Albus interiormente se disculpó con su viejo amigo.
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(Inserte imagen aquí)
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Severus había dejado que Harry liderara el camino durante las últimas dos horas, que las pasó
investigando verdaderamente los terrenos y el interior de Prince Manor. Harry había comido más en dos horas de lo
que normalmente comía en un día. Todo era fruta, así que a Severus no le importaba, naturalmente, cuantas más
vitaminas consiguiera, mejor. Mantuvo un ojo en sus piernas para asegurarse de que no temblaran por la tensión,
manteniéndolo despierto por tanto tiempo. También se aseguró de permanecer cerca, Harry estaba tocando todo
lo que podía ver, siendo gentil por supuesto, sin desear romper nada.
Los únicos lugares que no habían sido investigados aún eran la piscina y el laboratorio de pociones, en los que Harry
tampoco iba a entrar. Al menos no por un tiempo, no hasta que Severus le hubiera enseñado a respetar las pociones,
las consecuencias y heredar los peligros de la elaboración de la cerveza y los ingredientes. Le enseñaría como si fuera un
niño, que esencialmente lo era, primero acostumbrándolo a manipular los ingredientes, cómo cortarlos y
demás.
Merlín, en realidad estaba deseando enseñarle a Harry sobre pociones. Era su pasión, pero normalmente no le gustaba
enseñar, como podían atestiguar todos los estudiantes y profesores de Hogwarts.
Sin embargo, enseñarle a alguien uno a uno sería mucho más fácil y menos estresante.
"Ven, Harry, tengo algo que quiero mostrarte", dijo Severus, viendo la primera señal de cansancio viniendo de él.
Después de todo, parecía como si pudiera estar alcanzándolo. Había hecho mucho más de lo que Severus podría
haber esperado, estaba muy orgulloso de él.
"¿Una sorpresa?" Preguntó Harry con curiosidad cuando tenía dos años, sus piernas temblaban un poco a medida
que le dolían y se cansaba.
Los labios de Severus se torcieron, "Ciertamente algo que disfrutarás", realmente no lo consideró una sorpresa, y
ningún otro chico lo consideraría tampoco . Sacó un frasco del bolsillo de su capa y se lo entregó a Harry sin decir una
palabra, asintiendo con la cabeza para que lo tomara, mientras lo descorchaba para él.
Harry, agradecido, bebió la poción, sus ojos verdes se iluminaron considerablemente después de que el analgésico
comenzó a hacer efecto casi de inmediato. El regusto era bastante asqueroso, pero no le importaba, la medicina nunca
había sido 'desperdiciada' en él en los Dursley y no se le había dado ayuda en el hospital, así que conseguirla aquí fue…
más de lo que Harry podría haber soñado.
"¿Listo para ir?" Cuestionó Severus, hoy era para Harry, quería que disfrutara de este viaje donde no necesitaba
sentirse escondido. Sintió un peso insuperable de culpa que
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Harry se sentía así, incluso si era por su propio bien. Harry ya tenía suficiente que soportar sin pensar que lo estaban
ocultando de otras personas. Una parte de él solo quería envejecerlo, dejarlo salir, hacer amigos y ser un
niño de verdad por un tiempo. No era como si Harry pudiera acercarse a un niño como era, los muggles
probablemente agarrarían a sus hijos y huirían o juzgarían al infierno y regresarían. Todos en el mundo mágico
sabían quién era Harry, por lo que la perspectiva de conseguirle un amigo (incluso uno a la edad de once años
aproximadamente) no era realmente posible. La única otra alternativa era descartar amigos potenciales para
Harry en Hogwarts y elegir aquellos que probablemente serían lo que Harry necesitaba para convertirse en
quien estaba destinado a ser.
La piscina estaba en los mismos cimientos de la mansión, muy fuera de lugar, no estaba seguro de lo que pensaban
sus antepasados para ser franco. Era hermoso a su manera, muy fuera del carácter de la mansión, pero si a
Harry le gustaba, honestamente, podría permanecer allí por lo que a él le importaba. Al abrir la puerta, usó su
varita para iluminar el pasillo oscuro, nada aterrorizaba más a Harry que los espacios oscuros y cerrados.
Siempre permanecería claustrofóbico. Si Harry deseaba permanecer aquí, entonces necesitaría instalar
docenas de lámparas de aceite para que, cuando bajara aquí, la luz le indicara el camino y evitara cualquier ataque
de pánico o miedo.
Guiando a Harry hacia abajo, manteniendo un fuerte agarre en su codo, para que pudiera bajar fácilmente las
escaleras, la barandilla ayudándolo en el camino.
Una vez que estuvieron en la puerta, el sonido del agua se escuchó a través de ella, Harry inmediatamente se animó
ante la eterna diversión de Severus. Al abrir la puerta, Harry jadeó de alegría: "¡Piscina!" retorciéndose como
si sólo quisiera saltar arriba y abajo y gastar algo de su energía.
Abarcó toda la atención de Harry.
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Quería insertar imágenes de la piscina y la mansión en la historia, pero no sé cómo hacerlo, ¡bueno! ¡Otro capítulo
de longitud decente! ¡HURRA! Supongo que levantarme unas horas antes (las 6 en punto) me ayuda a sacar un
capítulo sin demasiados problemas. Aunque no estoy seguro de poder hacer eso todos los días, pero veremos
cómo va: Creo que así serán los capítulos de ahora en adelante, un poco políticos, un poco Harry, tal vez incluso
'Voldemort' sin interpretar a Ambrose. ¡pero me estoy divirtiendo con eso! Espero que todos lo sigan disfrutando.
Este capítulo fue sorprendentemente fácil en comparación con los capítulos anteriores, así que todavía hay
esperanzas :) ¡Lean y revisen, por favor!
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Capítulo 35
Mi protector oscuro
He creado un grupo de Facebook para mis historias si estás interesado; es molesto que los enlaces no
funcionen aquí, así que búscalo en el grupo llamado 'DebsTheSlytherinSnapeFanStories' si aún no
puedes encontrarlo/obtenerlo, envíame un mensaje y Por ese medio te mando el enlace.
Capítulo 35
Habían pasado horas desde que Harry encontró la piscina, y aún no había mostrado signos de querer salir
y secarse. Severus no sintió ningún deseo de obligar a Harry a salir de algún lugar donde obviamente se
sentía seguro y feliz. No había duda de que a Harry le encantaba estar en cualquier cuerpo de agua, ya
fuera la piscina que había creado en la Sala de los Menesteres o esta piscina en los cimientos de su hogar
ancestral. Harry no habría discutido si Severus hubiera dicho que era hora de irse, nunca lo hizo, y
normalmente no pasaban mucho tiempo en el ROR, sólo por pura preocupación de ser vistos y
descubiertos. Maldito sea el Ministerio, si no fuera por ellos y el miedo a lo desconocido (sin saber qué
harían si pusieran sus manos sobre Harry) esto no sería necesario. No tendrían que esconderlo en caso
de que terminara siendo una especie de maldito espectro en San Mungo, mirado boquiabierto y vilipendiado
porque no era lo que querían o imaginaban.
Realmente nunca había contemplado dejar Hogwarts, a pesar de su disgusto por la enseñanza, había
sido su hogar durante mucho tiempo. Se había vuelto complaciente con su vida, tal como era. Ya no
vivía para sí mismo y eso cambió todo. Ver a Harry aquí… cómo había sido, era un marcado contraste
con cómo solía ser cuando lo llevaban por los pasillos de Hogwarts (con prisa). Merlín lo ayudó, Harry
parecía como si se hubiera quitado un peso de encima. Estaba tan relajado y curioso y sus ojos brillaban
de una manera que aún no había visto. ¿Fue porque era un lugar nuevo? ¿Llegar a investigar algo que no
eran solo sus habitaciones en Hogwarts? ¿Fue esto solo por la novedad? ¿Esta felicidad se desvanecería
con el tiempo como… nada? Harry nunca había expresado una mente demasiado curiosa sobre sus
habitaciones. Sólo las zonas comerciales, su gato, Sevvy, y la piscina.
¿Necesitaba un descanso limpio de vivir en Hogwarts? ¿Fue un recordatorio constante de lo que le había
sucedido? No es que pudiera olvidarlo alguna vez, pero seguramente Hogwarts sería algo bueno para él.
Fue allí donde había sido salvo, donde había encontrado salvación, esperanza y seguridad.
Había sido así para él desde que tenía once años, excepto unos pocos años después de graduarse.
Sin embargo, pensó con consternación que en realidad estaba dispuesto a irse. Tampoco era
únicamente para Harry, y no iba a mentir sobre eso. Definitivamente le quitaría un peso de encima no
tener que enseñar a los estudiantes mientras se preocupaba constantemente por Harry.
Severus se puso rígido, alarmado cuando sintió que las protecciones cedían, ni siquiera se había dado
cuenta de que ya estaba conectado a ellas. Fue muy desconcertante no saber que él era parte de este
lugar sin previo aviso. Sin embargo, aquí estaba, capaz de sentir que las barreras cedían y permitían
la entrada a alguien. Por otra parte, no tenía idea de qué tipo de barreras había en este lugar, no se había
usado durante décadas, tal vez más, aunque seguramente las barreras serían más fuertes. Después de todo
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la guerra había estado ocurriendo durante la vida de sus abuelos. Por otra parte, eran viejos sangre pura y probablemente
estaban de acuerdo con las costumbres de Voldemort, ciertamente habían repudiado a su hija por casarse con su
padre, un muggle.
No tenía idea de por qué le habían dado todo. Tal vez la vejez y el arrepentimiento, tal vez incluso la perspectiva de
que el Ministerio lo consiga.
Ésta no era su mayor preocupación. Alguien se acercaba a Prince Manor. Corrección, ya en la mansión se dio cuenta.
No podía dejar a Harry solo, pero no quería que quien fuera lo encontrara.
Se obligó a relajarse, quienquiera que fuera tenía acceso, tal vez fue alguien que vino a revisar la propiedad. Podría ser el
encargado del terreno o alguien de la finca Prince.
Los despediría y exigiría a un elfo doméstico que le mostrara el centro de protección, donde luego colocaría todos los
hechizos de protección que conocía y usaba en sus propias habitaciones en Hogwarts y más como medida de
precaución. Nunca se permitiría sentirse vulnerable, y lo hacía ahora, especialmente con Harry aquí. No era un
sentimiento al que estaba acostumbrado, pero mataría a cualquiera que intentara revelar la presencia de Harry, no le
importaba si Dumbledore no lo aprobaba.
Haría cualquier cosa para mantener a Harry a salvo. Absolutamente cualquier cosa.
En ese momento su Marca Tenebrosa comenzó a hormiguear y se quedó paralizado en un horror absoluto que se estaba fusionando
con el terror muy rápidamente.
No podría ser.
El Señor Oscuro no estaba en su mansión.
Deseaba poder obligarse a creer eso, pero no era de los que se sumergían en la negación.
¿Cómo diablos lo había encontrado el Señor Oscuro aquí? Sólo Albus, Minerva y Poppy sabían que él estaba aquí.
Nunca se lo habrían revelado a nadie, sabían cuán precaria era la situación de Harry. No se lo dirían a nadie y
mucho menos al Señor Oscuro, entonces, ¿cómo lo había encontrado el mago y había abandonado tan pronto Hogwarts?
¿Lo habían seguido?
¿Estaba siendo vigilado? Se le erizó la piel ante la perspectiva de que se había perdido ser observado. No, no era posible,
seguramente lo habría notado. Había sobrevivido a la guerra gracias a sus malditos buenos instintos y a su capacidad
para mantener sus emociones bajo control.
Mirando a Harry, su corazón latía peligrosamente rápido, honestamente, si fuera propenso a sufrir ataques de pánico,
estaría teniendo uno justo en este segundo. Harry estaba inmerso nadando alrededor de la piscina, después de haber
flotado mirando el techo durante unos veinte minutos. El cosquilleo en su brazo comenzó a empeorar a medida
que el Señor Oscuro se acercaba, lo que le hizo mirar hacia la puerta, casi esperando que el Señor Oscuro estuviera allí.
Se dirigía directamente hacia él. Con precisión. ¿Cómo?
Volviendo a Harry, ¿podría el Señor Oscuro haber logrado ponerle un rastreador a Harry? No, había sido una serpiente,
o más bien había visto a través de su serpiente. Seguramente no había sido capaz de hacer magia.
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Había jurado proteger a Harry, pero estaba fallando en todo momento, desde la serpiente hasta la presencia
real del Señor Oscuro aquí en un lugar que había decidido que sería seguro para él. Maldijo el hecho de no
haber activado la red Flu, había una a sólo unos metros de él.
A decir verdad, si el Señor Oscuro deseaba matarlos o hablar con él… encontraría una manera de hacerlo,
incluso desde la seguridad de Hogwarts. Aunque probablemente usaría a alguien más para enviar su mensaje.
Si esa persona llegó con vida... bueno, eso dependería de muchas cosas, sobre todo de qué tan enojado
estaba el Señor Oscuro por sus intentos de sacarse a sí mismo y a Harry de aquí. Sin embargo, no parecía
completamente loco, recordando vívidamente la esperanza que había sentido cuando superó el shock.
Desafortunadamente, el tiempo de acción había terminado, cuando el Señor Oscuro, que no se parecía en nada a
él ni antes ni después de su resurrección, entró en la habitación. Sus ojos captaron todo, deteniéndose demasiado
tiempo (en opinión de Severus) en Harry antes de fijarse en los suyos. Su rostro estaba en blanco pero sus ojos
estaban como siempre muy intensos.
Severus apretó su mano oculta en un puño, su rostro suave e impasible, sin revelar nada, "¿Cómo me
encontraste?" Respirando aliviado cuando su voz logró permanecer algo educada, no estaba dispuesto a
enemistarse con el Señor Oscuro. Harry había pasado por suficiente trauma sin verlo ser maldecido a un
centímetro de su vida, ahora eso definitivamente lo alejaría de la magia por toda la eternidad. Tal vez incluso
dejar a Harry completamente catatónico, lo miró con el ceño fruncido antes de que una rápida mirada a Voldemort
le hiciera considerar salir de la habitación. En caso de que el Señor Oscuro tuviera el gatillo fácil en este
momento.
La molestia apareció en esos ojos cambiados, no estaba acostumbrado a que le hablaran de esa manera.
Sin embargo, podía ver claramente que Severus estaba completamente desconcertado por su aparición aquí en
Prince Manor. Entonces, tal vez era necesario un poco de margen de maniobra, Severus estaba en modo
súper protector en ese momento. Por supuesto, lo entendió, Severus sin duda estaba preocupado de ser
maldecido frente al chico. El chico que estaba tan aterrorizado por la magia que le resultaba casi incompresible.
"Olvidas que siempre puedo encontrar a aquellos que me pertenecen", afirmó Voldemort todavía en su
rostro de Ambrose con firmeza pero con suavidad.
Una suavidad que casi hizo que Severus se encogiera visiblemente. Esa suavidad generalmente llevaba a
consecuencias terribles, terribles, sin embargo, su mirada estaba fija en Harry, era casi como si no quisiera
alzar la voz y asustarlo. ¿Era eso posible? ¿Podría el Señor Oscuro realmente tener debilidad por Harry? ¿Por
culpa? ¿Se sentía responsable o al menos parcialmente responsable de lo que le había sucedido?
¿Le pertenecen? Cerrando los ojos, tragando espesamente, por supuesto, la Marca Tenebrosa, no tenía idea de
que también era un maldito rastreador. Explicaba por qué nadie dejaba los servicios del Señor Oscuro
sin sufrir y luego morir. Por qué nunca había buscado a ninguno de sus "sirvientes" cuando "desaparecieron",
ya que sin duda sabía que estaban muertos. Lo había examinado exhaustivamente y nunca encontró nada
que rastreara remotamente su ubicación dentro de él. Por otra parte, de todas las personas que podrían hacer
algo así con éxito sería el Señor Oscuro.
"La Marca", murmuró casi en voz baja.
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"De hecho", respondió Voldemort, lanzándole la palabra favorita de Severus en su tono seco. “¿No
pensaste que sería tan estúpido como para dejar que todos se volvieran locos?”
"Sin embargo, lo hiciste", replicó Severus sarcásticamente, antes de palidecer espectacularmente cuando se
dio cuenta de lo que había dicho y a quién se lo había dicho. Mordiéndose salvajemente la lengua, maldijo
en silencio sus labios sueltos. Tenían que ser las miradas y la falta de un aura poderosa que rodeaba al Señor
Oscuro en ese momento. Nunca había sido tan idiota como para responderle al Señor Oscuro y mucho
menos de manera tan irrespetuosa. No fue así como sobrevivió a la guerra, muchas gracias.
Voldemort lanzó su magia dramáticamente, mirando a Severus con intención mortal en sus ojos,
"Deberías estar agradecido de que ignoraré ese comentario y la forma en que le has hablado a tu Señor
elegido". Declaró, antes de disminuir sus poderes, sintiendo que Harry lo estaba mirando por el rabillo del
ojo. Sus ojos verdes estaban iluminados con curiosidad mientras los observaba a ambos. Parecía y se veía
mucho mejor que la vez que había visto a través de Nagini.
Dejándole en claro a Severus que solo porque estaba cambiando su forma de operar no significaba que
permitiría faltarle el respeto.
"Gracias, Mi Señor", murmuró Severus, luciendo repentinamente exhausto, más de lo que Voldemort
lo había visto jamás. Había visto a Severus permanecer despierto durante días preparando pociones difíciles
para él, así que esto... esto realmente era lo más fatigado que jamás lo había observado.
Arqueando una ceja con curiosidad, ¿era realmente tan agotador cuidar de un niño y preparar pociones
a tiempo parcial? Sí, sabía todo sobre su maestro de pociones, tenía expedientes de todos sus seguidores
– todo lo que les había sucedido durante la última década – para saber todo lo que se había perdido como
espectro.
Voldemort se abstuvo de poner los ojos en blanco, las emociones de otras personas no lo molestaban ni lo
conmovían. Sólo usaba las emociones cuando le convenía, específicamente para manipular y conseguir lo
que quería. Lo que hizo en cambio fue moverse hacia el pequeño nicho al lado de la piscina que estaba
lleno de botellas de alcohol, se sirvió una bebida para él y para Severus mientras se paraba y observaba
su entorno. Tenía que admitir que este lugar era... en realidad muy sereno, tal vez era el sonido del agua y
la tranquilidad o la sensación de la habitación. "¿Como es el?" estaba claro que Severus necesitaba
alguien con quien hablar, y él... no sabía por qué preguntaba, era desconcertante, sin embargo, aquí
estaba preguntándole a alguien más sobre sus sentimientos. Le hacía sentir mal, tal vez sería mejor que
estuviera completamente loco.
Al borrar ese pensamiento casi inmediatamente después, casi no se había apoderado del mundo mágico...
casi lo había destruido y había dejado la magia completamente fuera del mundo. En el proceso, más personas
habían sufrido cuando él originalmente se propuso evitar el sufrimiento de los niños mágicos.
Severus sacudió un poco la cabeza, aturdido y sorprendido, seguramente no había oído ¿verdad?
"Físicamente, su recuperación va como se esperaba", Severus comenzó a hablar automáticamente, no como
un protector sino como alguien que entrega un informe, casi mecánicamente. “Mentalmente está
aprendiendo… pero no como debería hacerlo un adolescente, yo lo pondría en nueve años”.
“¿Y seguirá avanzando?” Preguntó Voldemort, no sabía casi nada sobre discapacidades mentales, había
leído algunos libros pero eso no lo convertía en un experto, dudaba que Severus también lo fuera. Sin
embargo, esperaba que Severus supiera más que él, después de todo, sabía sobre la situación de
Harry desde hacía mucho más tiempo y tenía más tiempo libre que él mismo.
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Severus reclamó un asiento, con el ceño fruncido, claramente preocupado. “No lo sabemos”, reveló, “no
sabremos en los años venideros si alguna vez será el adulto que debería haber sido. Si algún día podrá vivir
solo sin ningún tipo de supervisión”.
“¿Qué tan seguro está de que el impedimento mental no estaba ahí desde el principio?” Preguntó Voldemort
pensativamente, seguramente alguien no podría sobrevivir a la maldición asesina sin que se presentara
algún tipo de dolencia. No era un hechizo cualquiera, era la maldición asesina, se suponía que mataría al
destinatario previsto, no había habido excepciones hasta que este chico sobrevivió a lo insuperable.
No es que deseara que fuera su culpa, podía sentir cuán poderoso tenía la capacidad de ser el chico, ser
responsable del declive de lo que podría haber sido una mente asombrosa y un mago poderoso no era
exactamente lo que aspiraba. Había sido algo en lo que había estado pensando en los momentos en que se
permitía pensar en el pasado.
"Aparte del corte en la frente, Harry no resultó dañado por el hechizo en absoluto". Severus declaró con
firmeza: "He visto sus registros, fue probado en todos los sentidos después de esa noche y Poppy declaró
que estaba mental y físicamente bien". Excepto por el hecho de que Dumbledore se negó a dejar que Poppy
sanara el corte en la frente de Harry. Ella había estado bastante furiosa por eso y de hecho había escrito lo
infeliz que estaba con él. Minerva había expresado preocupaciones similares, aunque no era como si Harry no
fuera reconocido sin la cicatriz, lamentablemente se parecía demasiado a sus padres para evitar ser un 'Potter',
por así decirlo.
Lo que le habría hecho la vida infinitamente más fácil.
"Tengo la sensación de que eso no es lo que tienes en mente, Severus", declaró Voldemort
abruptamente, sin gustarle la sensación de inmenso alivio que fluía a través de él ante las palabras de Severus.
Sabiendo que él no era el responsable final de la condición actual de Harry. No, fueron los muggles quienes
una vez más dañaron a uno de los suyos. ¿Por qué el sentimiento de culpa? Podía matar sin pestañear ni
sentir ni una pizca de culpa, pero cuando se trataba de este chico… sentía cosas que normalmente no
asociaba consigo mismo.
“¿Qué es lo que deseas de mí, mi Señor?” Preguntó Severus, inclinando la cabeza con respeto, sin inclinarse
del todo, no haría eso con Harry en la habitación. "¿Todavía me pides que espíe?" no era algo que deseara
hacer, no quería verse atrapado entre dos magos poderosos que pensaban que estaban haciendo lo
correcto. Si bien eso no era exacto en lo que respecta al Señor Oscuro... al menos no en el pasado. Pero
ahora... tal vez iba a hacer lo correcto. Sólo el tiempo diría si la cordura de su Señor era duradera.
En realidad, Dumbledore había cometido tantos errores como el Señor Oscuro, errores que habían
afectado a generaciones de niños, pero él también estaba tratando de corregir sus errores. La idea de estar
atrapado en medio de todo esto le hizo querer tomar a Harry y correr, dejar todo atrás.
“¿Rechazarías mi solicitud?” Preguntó Voldemort, sus ojos brillando rojos a través del glamour que su tono
contenía.
"Si no me matas por eso, entonces sí", respondió Severus con seriedad, mirando brevemente a Harry, que los
estaba observando a ambos, sin ningún interés en nada más ahora. ¿Podía oír lo que decían? No,
probablemente no, no hablaban lo suficientemente alto incluso si el
La habitación era cavernosa.
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Voldemort a pesar de sí mismo estaba bastante impresionado con la franqueza de Severus, era un cambio extraño
con respecto a los personajes habituales con los que tenía que lidiar. Los besos interminables en el trasero, lo que
pensaban que era una manipulación sutil o una súplica abierta por lo que querían. Se habría preguntado de
dónde venía tanta valentía si no supiera que Severus era capaz de hacerlo. Después de todo, valientemente le había
pedido que perdonara a Lily Potter, alguien a quien veía como un enemigo.
Pedir algo que seguramente podría haber terminado con su muerte fue extremadamente valiente. Estaba lejos de
ser un Gryffindor, y estaba agradecido de que Dumbledore no lo hubiera convertido en
uno.
"Quieres traer al niño aquí", dedujo Voldemort, no fue un salto difícil después de todo.
"Él es más feliz..." dijo Severus respirando temblorosamente, sorprendido de que no hubiera sido maldecido todavía.
Sabía que estaba tentando a su suerte, pero estaba muy cansado de que le dijeran qué hacer. Quería tanta libertad
como pudiera y no espiar le ayudaría mucho. Ya se sentía absolutamente miserable por no poder revelar que el
Señor Oscuro había regresado para avisarle a Albus si volvía a sus viejas costumbres. "Ha comenzado a darse
cuenta de que lo están ocultando en Hogwarts... y sin revelar todo lo que no entenderá". Y era algo que quería
evitar desesperadamente. Quería mantener a Harry lo más inocente posible durante el mayor tiempo
posible. Había pasado por suficiente mierda para toda la vida, ¿por qué diablos querría cargar más con
él? Sabía que, de manera realista, debería decírselo a Harry… en caso de que le volviera a estallar en la cara, y
existía la posibilidad de que así fuera. Así era como funcionaba la vida, pero si podía mantener a Harry con esa
mirada despreocupada en su rostro que había visto mientras arrancaba fruta del árbol antes... entonces haría todo
lo posible para lograrlo. Al diablo con lo que todos los demás pensaban, Harry estaba bajo su cuidado, y bajo
su cuidado permanecería.
Black y Lupin no eran cuidadores adecuados, y puede que no fuera oficial, pero Harry lo escuchó y aprendió de él.
"Aún eres mi maestro de pociones", advirtió Voldemort posesivamente, como siempre lo había sido con lo que
consideraba suyo. Dándole lo que quería, en realidad no necesitaba un espía de todos modos, Dumbledore no iba
a ser una espina clavada en su costado esta vez. En todo caso, lo que le pasó a Harry había hecho que
Dumbledore se diera cuenta del error que había cometido. Trabajarían juntos para mejorar el mundo mágico, sin
que Dumbledore se diera cuenta de quién era.
Lo que le recordó que tenía que hablar con todos sus seguidores, estaba extremadamente disgustado con sus
acciones dentro del Wizengamot. "Harás y prepararás todo lo que te pida cuando te lo pida". Estaba siendo suave
con el Maestro de Pociones, el mago lo sabría, y tal vez lo recuperaría por sus desaires ese día, pero hoy no era
ese día.
"Sí, Mi Señor", respondió Severus, casi mareado por el alivio, aunque creía que el Señor Oscuro lo recuperaría
en algún momento. Se aseguraría de que no estuviera frente a Harry... aunque no fuera demasiado lejos.
El temperamento de Voldemort era explosivo, rara vez pensaba antes de reaccionar. Sabía que Voldemort no
era el mismo mago que había sido, la locura lo había abandonado pero seguía esperando que cayera el otro
zapato. Sospechaba que le llevaría mucho tiempo creer realmente que había cambiado. Realmente se sintió muy
conveniente que él 'cambiara' después de ser derrotado. Quizás el hecho de que casi había muerto había
causado esto… especular solo estaba jugando con su cabeza, que ya estaba hecha un desastre con todo lo que
había sucedido últimamente.
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"Bien, tengo una lista conmigo", dijo Voldemort, entregándole el trozo de papel. Podía prepararlos él mismo,
por supuesto, era el mejor de su año, y eso no había cambiado hasta que Severus completó sus BÚHOS
y EXITANAS.
Con resignación, Severus aceptó el trozo de papel y le dio una breve mirada antes de deslizarlo en su bolsillo
con un firme movimiento de cabeza.
"Hola pequeño,"
Severus levantó la cabeza, con el corazón acelerado cuando notó que Voldemort se había movido de su posición
– junto a él – y se había dirigido hacia Harry. Ni siquiera había sentido al Señor Oscuro moverse, querido
Merlín, lo atribuyó al hecho de que tenía su magia fuertemente contenida para que no se sintiera tan fácilmente.
Realmente debería tomarse un momento para admirar eso, no muchos tenían la fuerza de voluntad para contener
deliberadamente su poder.
"¡La serpiente!" Harry siseó emocionado: "¿Fuiste tú?" ansioso por saber más, nadando hacia la figura arrodillada
junto a la piscina. La forma en que lo llamó "pequeño" le dio eso.
lejos.
Severus se quedó congelado en el acto, no tenía idea de lo que Harry o peor aún, el Señor Oscuro estaba
diciendo. No le gustó lo más mínimo.
"Ella es mi familiar", al ver la mirada confusa en el rostro del chico, se abstuvo de apretar los dientes y
agregó: "Mi mascota", lo cual realmente fue un insulto, Nagini era extremadamente inteligente, muy inteligente
para ser una serpiente. Ella habría tenido un ataque de ira digno de ese nombre si hubiera estado allí para
escucharlo decir algo tan insípido. Ella era la única cosa en su vida que realmente le importaba, la que había
dejado ir con el asesinato, la única a la que había dejado hablarle de la manera que ella quisiera.
“¡Como Sevvy! ¡Mi gatito!" Proclamó Harry con orgullo, de la misma manera que un niño podría estar con sus
mascotas.
Voldemort frunció los labios divertido, la necesidad de reír lo asombró.
Sin embargo, las siguientes palabras de Harry lo sorprendieron.
"Mi Protector Oscuro te tiene miedo, ¿no?" y su Protector Oscuro no tenía miedo de nada.
La sorpresa se filtró en su rostro de 'Ambrose', dándole a Harry una mirada astuta, "Muy astuto, hay más en ti de
lo que parece, ¿no es así, pequeño?"
"Creo... Severus, que Harry nos sorprenderá a todos", declaró Voldemort mientras se levantaba frente a Severus,
los niños eran perceptivos, sí, pero no al punto de revelarlo tan audazmente a quien habían visto. asustando a
su guardián. Por otra parte, no había tratado mucho con niños, no desde que él mismo era uno. Sabía que no
había sido el niño más normal que había – y no se refería a términos de poderes mágicos – quería decir que,
en general, había sido más inteligente que cualquier niño de su edad.
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Severus miró entre ellos, perplejo y un poco cauteloso ante la expresión complacida de Voldemort.
"¿Significado?" Severus preguntó con cautela, preguntándose si siquiera quería saber.
"Quiero decir que es más observador y perspicaz que cualquier niño de su edad".
Voldemort le informó, por edad se refería a la edad mental especulada y Severus se daría cuenta de
ello. Con eso Voldemort comenzó a salir de la habitación, mirando hacia atrás solo una vez, "Adiós,
pequeña, nos volveremos a encontrar", prometió, o amenazó a juzgar cómo una persona vio la
declaración.
Harry simplemente saludó con la mano, casi como si no tuviera ningún tipo de autoconservación.
Eso hizo que Severus estuviera más decidido a protegerlo mientras pudiera.
Se centró en Harry distraídamente frotándose la cabeza, ¿tal vez había estado en el agua demasiado
tiempo? “¿Estás listo para salir y ponerte algo de ropa otra vez?” Cuestionó Severus, relajándose
completamente cuando las protecciones lo alertaron sobre el hecho de que Voldemort estaba fuera de sus
instalaciones. Con Harry flotando por ahí, no causó demasiada tensión en sus músculos y le permitió
relajarse un poco. Era bueno para él, por eso dejó que Harry se diera el gusto.
O eso se dijo a sí mismo.
Implacablemente.
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¿Te gustaría ver esto desde el punto de vista de Harry? Y sé que no lo hago mucho, realmente debería
hacerlo, pero el punto de vista de Harry no tiende a durar mucho en esta historia... Hace mucho que superó
su trama original, así que estoy teniendo algunos problemas para seguir el ritmo. y continuarlo realmente.
Eso y su trama también es muy diferente, así que tendrán que tener paciencia mientras intento conseguir
algo parecido a una historia... ¿quién hubiera pensado escribir algo tan diferente como Dumbledore y
Voldemort trabajando juntos (más o menos). ) hacia un objetivo común sería difícil escribir? Seguramente
debería ser fácil y divertido de escribir... pero nooo, ni siquiera me da eso :D ¡Lea y revise, por favor!
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Capítulo 36
Mi protector oscuro
Capítulo 36
"¿Quieres dejar Hogwarts permanentemente?" Albus miró a Severus completamente atónito, oh, realmente sabía
que iba a suceder, lo sabía. Simplemente estaba enterrando su cabeza en la arena con la esperanza de estar
equivocado y de no perder a Severus como Jefe de Slytherin y Maestro de Pociones. Eso y con todo lo que estaba
sucediendo, era más fácil dejar de lado esos pensamientos vanos mientras trabajaba duro dentro del Ministerio
y trataba con estudiantes en Hogwarts.
"Sí," confirmó Severus, asintiendo sombríamente, para nada preocupado por la seguridad de Harry, actualmente
estaba con Minerva y Poppy. Con su próximo movimiento – ya sea que Dumbledore lo aprobara o no –
no los vería tan a menudo así que aprovecharon la oportunidad. "Espero que lo permitas, Albus, para poder
llevar a Harry a casa, si no, de mala gana pasaré el resto del año aquí, antes de irme". No tenía
absolutamente ninguna intención de firmar otro contrato para permanecer como profesor en Hogwarts.
Tragando pesadamente, encorvando los hombros, "Ya veo", si no lo aceptaba perdería algo más que su
Maestro de Pociones y su amigo, incluso si permanecería en Hogwarts hasta el final del período escolar. Severus
podía guardar rencor como el mejor de ellos. "¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?" sabiendo sin lugar a
dudas que Severus realmente lo había pensado bien, siempre sopesaba los pros y los contras antes de decidir
algo.
"No me mires así, Albus, eso no me hará cambiar de opinión", murmuró Severus exasperado, honestamente,
parecía como si alguien acabara de patear a su fénix después de que acababa de tener un día ardiente. "Al menos
no tendrás que encontrar un nuevo Maestro de Pociones a mitad del año escolar, Slughorn será más que capaz
de asumir el control por completo, y no me sorprendería si en realidad decidiera quedarse después de eso. El
año ha terminado”. El viejo mago estaba en su elemento, estaba más feliz que a principios de año, eso es seguro.
Albus ladeó la cabeza por un momento, admitiendo en silencio el punto de Severus: "Traerás a Harry de visita,
¿no?" añadió, sentía mucha culpa y cariño por Harry. Él era la razón de su estado... había colocado a Harry
con los Dursley y sería su mayor arrepentimiento hasta el día de su muerte. Considerando el resto de su…
pasado, decía mucho que Harry fuera su mayor vergüenza cuando se trataba de sus propias acciones.
"Por supuesto, definitivamente durante las vacaciones de verano", estuvo de acuerdo Severus, a Harry le
agradaban algunas personas en el castillo, Poppy y Minerva específicamente y Albus también. Podría ser
porque lo sobornaron con dulces, bueno, dulces sin azúcar que su cuerpo podía soportar, por supuesto.
“¿Cuándo deseas irte?” Preguntó Albus, algo resignado a todo. Nunca arriesgaría su relación con Severus y Harry
tratando de mantenerlos en Hogwarts. Intenta mantener a Severus allí hasta fin de año con la esperanza de
intentar cambiar de opinión. Lo cual sería imposible, Severus no era alguien que cambiara de opinión
fácilmente, en todo caso. Era testarudo y testarudo.
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"Tan pronto como sea posible, deberías haberlo visto ayer, Albus, lo entenderías si lo vieras por ti mismo".
Explicó Severus, mostrando una sonrisa sombría. Había hecho un juramento de velar por Harry en nombre
de Lily. Había fracasado tan espectacularmente en el pasado que no estaba dispuesto a permitir que nada se
interpusiera en la recuperación de Harry. Harry era… como un hijo para él ahora, sacrificaría su propia vida
para verlo vivir. Sacrificaría su propia felicidad si llegara el momento, pero vivir en Prince Manor no era un
sacrificio. Nunca había sido un buen maestro, nunca había deseado serlo, y esto era… dos pájaros de un tiro,
tendría que irse, preparar cerveza, experimentar y hacer feliz a Harry también.
"¿Estás seguro de que esto es lo que quieres, Severus?" Albus preguntó después de unos momentos
de silencio contemplativo.
"Sí", respondió Severus de inmediato, no había duda en su voz, estaba decidido.
"Muy bien, te agradezco, Severus Snape, por tu arduo trabajo y dedicación como profesor titular aquí en el
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, pero tus servicios ya no son necesarios". Y con eso ambos
brillaron brevemente, y Severus Snape ya no era profesor de Hogwarts. “Recibirá su pensión completa y su
salario hasta fin de año, a tiempo parcial como paquete de indemnización”. Dándole dinero, a pesar de que no
creía que Severus lo necesitara, aun así, había trabajado duro durante más de una década, se lo merecía.
“Gracias”, dijo Severus, relajando ligeramente los hombros, sintiéndose mucho más libre de lo que se había
sentido en mucho tiempo. Lo cual era extraño, considerando que siempre había pensado en Hogwarts como un
paraíso seguro, un santuario, su hogar. Sin embargo, no sentía nada más que alivio y entusiasmo marginal
ante lo desconocido, su futuro… el futuro de ellos. Durante ese tiempo, haría todo lo posible para mantenerse
al margen de esta guerra, o de cualquier manipulación entre el Señor Oscuro y Dumbledore... aunque
con suerte, no sería demasiado difícil considerando que ahora querían lo mismo.
"No, Severus, gracias", dijo Albus en un tono suave y cariñoso, antes de reflexionar: "¿Qué piensas hacer
con respecto a Sirius y Remus?" A Severus todavía no le agradaban ninguno de los magos, y probablemente
nunca lo haría. Tampoco había dejado de visitarlos desde la prohibición inicial debido a su mala salud, lo
que habría afectado gravemente el inexistente sistema inmunológico de Harry.
"No voy a impedir que me visiten", dijo Severus secamente, por mucho que quisiera mantener a Black y Lupin
fuera de su vida, sabía que no los lastimaría tanto como a Harry. ¿A quién estaba engañando? A Harry le
agradaban bastante, pero dudaba que estuviera excesivamente molesto por su desaparición, definitivamente
lastimaría más a Lupin y Black. Era un bastardo vengativo, sí, pero no un bastardo completamente
insensible. Además, sabía que Black y Lupin llegarían a extremos peligrosos si él no cumplía su palabra. Si
iban al Ministerio... Harry bien podría terminar en San Mungo por el resto de su vida, y aunque Black y Lupin
no querrían eso... no pensarían que el Ministerio lo haría. Eran magos de la luz, no veían al Ministerio tal como
era, nunca podrían verlo. Especialmente con Cornelius Fudge como Ministro de Magia, cualquier amenaza a su
poder (y no se equivoquen, Harry lo era independientemente de su estado mental) sería abordada
rápidamente.
Albus dejó escapar un suspiro de alivio, "Me alegro por eso, Severus... Sirius... no es... alguien que piensa las
cosas detenidamente, las consecuencias podrían haber sido desastrosas si se sintiera... menospreciado".
Desafortunadamente siempre había sido así, simplemente era muy infantil cuando lo insultaban.
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“¿Crees que no soy consciente de eso?” Severus replicó sombríamente, él era más consciente de la mente
retorcida de Black que cualquier otro, había sido víctima de ella repetidamente sin piedad ni ayuda.
Albus solo le dio una mirada de disculpa, sin disculparse, ya lo había hecho, hacerlo de nuevo irritaría
muchísimo a Severus. "Estoy orgulloso de ti, Severus, no dejaste que el pasado dictara tu vida", estaba muy
orgulloso de Severus por eso. No podía ser fácil permitir que Sirius o Remus se acercaran a él, sin embargo, lo
hacía todas las semanas porque no solo los beneficiaría al mantener felices a Remus y Sirius, sino que
también permitiría a Harry ser feliz.
Sólo podía esperar que Sirius no le hiciera nada espectacularmente estúpido a Harry si surgiera alguna situación.
Bueno, aparte de la única vez que asustó a Harry la primera vez. Merlín, asustándolo hasta despertarlo cuando
no estaba acostumbrado a la gente… ¿en qué diablos había estado pensando? Ese es el problema con el
mago, simplemente no pensó, lo que lo hacía peligroso para el bienestar de Harry.
Severus arqueó una ceja, cada día su pasado dictaba su vida, nunca estaría libre de su reputación de
Mortífago. Aunque no era "de conocimiento común", era conocido en ciertos círculos. El lado Oscuro no
confiaba en él debido a sus deberes de espionaje, y el lado luminoso no confiaba en que fuera realmente un
espía de la luz. Era un círculo vicioso e interminable, pero ya no estaba solo, tenía a alguien a quien cuidar y
que no necesitaba sus oscuros y deprimentes pensamientos. Alguien a quien no le importaba su pasado y lo
miraba como si fuera Merlín reencarnado. Le hizo sentirse... liberado.
Albus simplemente le devolvió la mirada, creyendo sus palabras, sin importarle que Severus no pudiera
verlo por sí mismo. Con el tiempo lo haría, Harry era… francamente lo mejor que le pudo haber pasado a Severus.
A largo plazo, oró por una recuperación completa, pero si lo peor se hacía realidad... Albus sabía, sabía que
Severus estaría allí para Harry hasta su último aliento y se aseguraría de que tuviera a alguien que lo amara
después de su muerte. desaparecido. No necesitaba preocuparse en absoluto por el futuro de Harry.
"Debería irme, tengo que hacer las maletas", insistió Severus, levantándose sintiéndose extremadamente incómodo
en ese momento. No estaba acostumbrado a que lo elogiaran ni le dijeran que nadie estaba orgulloso de él. Por
mucho que intente ignorar cualquier cumplido, no pudo evitar disfrutar de ellos, por lo general en la privacidad de su
propia habitación.
"¿Le gustaría un poco de ayuda?" Albus preguntó: "Me gustaría ver a Harry antes de que te vayas", añadió
sabiendo que esta sería la única forma en que Severus aceptaría la ayuda de alguien.
"Trata de no darle demasiadas golosinas", le dijo Severus con ironía, a su manera burlándose del director por su
inclinación por el soborno.
"¿Quizás unos trozos de dulce de azúcar?" —ofreció Albus.
Los labios de Severus se torcieron ante lo esperanzado que parecía Albus, no quería bajar allí sin algo debido a
que Harry estaba acostumbrado a recibir algo bueno del mago mayor.
Era lo que había atraído a Harry a gustarle, además Severus creía que también se debía a la culpa.
Probablemente pensó que algún día esa frágil relación estallaría y Harry no querría tener nada que ver con él. La
realidad, sin embargo, era que Severus no creía que Harry lo culpara.
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nadie, ni siquiera los Dursley. Les tenía miedo, sí, aterrorizado más allá del reconocimiento, pero sin culpa. Harry
probablemente ni siquiera entendía el concepto todavía. "Muy bien", suspiró, como si lo que estaba permitiendo fuera
un problema sufrido desde hacía mucho tiempo.
Albus sonrió como si le hubieran dado uno de los regalos más grandes de la vida. "Entonces partamos", podría
tratar con su amigo más tarde y convencerlo de que se hiciera cargo de Pociones a tiempo completo, y si
Severus estaba en lo cierto, podría tener uno para los próximos años. Quién sabe, para entonces él podría renunciar y
permitir que Minerva se hiciera cargo de una vez por todas y le correspondería a ella encontrar un brillante Maestro
de Pociones.
Aunque nunca encontrarían a otro Severus, él era realmente irreemplazable cuando se trataba de Maestros de
Pociones. Después de todo, era el Maestro de Pociones más joven del mundo.
"Perdona a un anciano, Severus, pero prefiero usar la red Flu, ¿sería aceptable?" Preguntó Albus, no veía a Harry
todos los días, por lo que no estaba seguro de su progreso en lo que respecta a la magia y qué tipo de magia aceptaría
sin entrar en pánico.
"Iremos a mi laboratorio de pociones privado", declaró Severus, incluso en un buen día no estaba seguro de qué
podría hacer que Harry volviera a su pesadilla de un espacio mental donde esa horrible mujer lo usaba para su magia.
Oh, se sentía mucho más cómodo con la magia de lo que solía estar, incluso la usaba algunos días, solo para llenar el
plato de agua de Sevvy, pero aún era un trabajo en progreso.
Albus estuvo de acuerdo y ambos magos abandonaron la oficina del director.
­­­­­0
Severus encontró a Harry, Poppy y Minerva en el sofá, Minerva estaba leyendo el libro de las mil hierbas y
hongos mágicos. El libro, como sugiere el nombre, estaba lleno de todas las hierbas y hongos mágicos del
mundo mágico. Con nombres en inglés y latín, así como imágenes claras y completas. Claramente habían estado en
esto por un tiempo desde que llegaron a 'G' desde que estaban mirando a Gillyweed.
“Gillyweed es una planta mágica que, cuando se come, permite al ser humano respirar bajo el agua. Se dice que se
parece a un manojo de colas de rata viscosas de color gris verdoso. Cuando se come, le da al consumidor
branquias, lo que les permite respirar bajo el agua, y membranas entre los dedos de las manos y los pies, lo
que les permite nadar bajo el agua con facilidad. Gillyweed es originaria del mar Mediterráneo”.
La voz de Minerva resonó por la habitación.
Poppy ahogó una risa divertida por la expresión de repulsión en el rostro de Harry al ver 'Gillyweed' que, como se
dijo, se parece a la cola de una rata. Evidentemente, Harry entendía lo que significaba "cuando se lo comían", se
estaba desempeñando muy bien, era capaz de retener información y comprenderla, especialmente en lo que
respecta a la gramática. Quizás su edad mental podría aumentarse a diez años, pero ella necesitaría observar más
antes de declarar eso.
"Buenas tardes, ¿les gustaría quedarse a almorzar?" Preguntó Severus, odiando interrumpir cuando Harry estaba
aprendiendo.
"¿Puede?" Preguntó Harry, mirándolos con una mirada de cachorrito, que de alguna manera funcionaba a pesar
de su edad, especialmente con esos conmovedores ojos verdes. "¿Por favor?"
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"Por supuesto", Poppy fue la primera en romperse, mientras continuaba revisando el libro de Harry, corrigiendo
su trabajo o marcando los que eran correctos. Eran palabras básicas, ortografía, matemáticas y demás, su
escritura era descuidada e infantil, pero legible, si se le daba tiempo a que le enseñaran adecuadamente.
Aprender el abecedario y el 1,2,3 era mucho más importante que la caligrafía.
Entre todos estaban ayudando a Harry a superar las dificultades de aprender, o más bien volver a aprender
algo que probablemente ya sabía antes de su vida infernal. Lo más importante de todo era que estaba
reteniendo información, lo que era un buen augurio para su futuro.
"¡Sev!" Dijo Harry claramente animándose aún más, lo cual era claramente posible con Harry cuando se trataba
de su Protector Oscuro, muy feliz de verlo. A nadie se le escapaba tampoco el crudo relieve que se escondía en
aquellas verdes profundidades. Sucedía cada vez que Severus estaba fuera de su vista, pero estarían felices de
notar que no era la misma desesperación desesperada que habría sido hace unas semanas. Estaba
empezando a confiar en que Severus siempre regresaría con él. "¡Estás de vuelta!"
Progreso. Un trabajo en progreso.
"Dije que lo estaría, ¿no?" Severus dijo con calma y sencillez, pero en poco tiempo Harry estaba mirando a
Albus con los ojos muy abiertos, sabiendo sin lugar a dudas que un dulce vendría hacia él.
Poppy, Severus, Minerva y Albus no pudieron evitar reírse ante la mirada y la emoción que cruzó por el rostro de
Harry al ver la pequeña bolsa transparente de dulce de azúcar. Sólo cuatro trozos pequeños, que por cierto
habían sido hechos con menos azúcar que el dulce de azúcar normal para descomponer los dientes. Albus
lo pasó por alto sin pensarlo dos veces, como siempre, satisfecho con la felicidad de Harry.
"¿Harry?" Dijo Severus, sentándose mientras Poppy y Minerva se levantaban, sabían lo que Severus iba a
discutir. Severus había hablado con ellos antes de ir a ver al Director.
Harry a mitad de camino de masticar su primer trozo de dulce de azúcar, se detuvo y automáticamente buscó la
mirada de Severus. Tragando el trozo de dulce de azúcar con un gesto de decepción. "¿Sí?" Acicalándose ante
el orgullo en el rostro de Severus, nada amaba más que hacer que su Protector Oscuro se sintiera orgulloso de él
y sí, ahora entendía esa expresión, era algo bueno. El era bueno.
Un buen chico.
"¿Te gustó estar ayer en Prince Manor?" Preguntó Severus, ignorando la conversación que Albus estaba
teniendo con Poppy, sobre el progreso de Harry.
Harry asintió con la cabeza con entusiasmo, pareciendo un muñeco. “¿Podemos ir de nuevo?” preguntó con
entusiasmo, tenía tantas ganas de volver a ver la piscina, había sido muy divertido.
"Podemos", estuvo de acuerdo Severus, "¿Pero cómo te gustaría vivir allí?"
El ceño de Harry se frunció cuando la incertidumbre cruzó sus rasgos.
"Aún verás a Poppy, Minerva y Albus, pero en lugar de vivir aquí puedes vivir en Prince Manor, vivirás
conmigo y aún tendrás una habitación propia". Severus explicó con calma, diciéndole a Harry cómo sería para
que la incertidumbre desapareciera de su
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características. Estaba empezando a gustarle tomar decisiones y elegir, y Severus no quería abrumarlo y
hacerlo reacio a hacerlo otra vez.
“¿Puedo usar la piscina todos los días?” Preguntó Harry, con una nota melancólica y esperanzada en su voz.
Estaba tranquilo y pacífico en el agua, y no le lastimaba tanto el cuerpo cuando se movía. Siempre estaba
cansado cuando salía y tomaba una siesta, pero todavía no estaba tan cansado como cuando caminaba.
"Puedes", estuvo de acuerdo Severus, y probablemente iba a ser una realidad, a Harry le encantaba el agua,
francamente, si no supiera que era completamente humano, pensaría que era una especie de tritón con su
inclinación y amor por el agua.
“¿Y salir afuera?” Harry susurró, él también había disfrutado estar afuera hasta que le dolía demasiado, recoger
la fruta y comerla había sido increíble. No podía salir a menudo y se había dado cuenta de que nunca había nadie
alrededor. Su Protector Oscuro también siempre estaba preocupado, simplemente no entendía por qué.
Poppy, Minerva y Albus se quedaron callados ante las palabras, sus ojos se oscurecieron y la tristeza los envolvió.
Supieron en ese mismo momento que Severus estaba haciendo lo correcto. Harry estaba empezando a notar y
cuestionar muchas cosas. No les sentó nada bien.
"Cuando quieras", declaró Severus, pero estaría protegiendo el área para que Harry no pudiera ir demasiado
lejos. Había aceres y aceres de tierra, no se arriesgaba a que Harry se lastimara o se perdiera. Los derribaría
cuando Harry estuviera completamente recuperado y más familiarizado con la tierra.
"¡Bueno!" Harry gorjeó bastante feliz, sintiéndose muy emocionado por eso ahora. ¿La piscina toda para él
cuando quisiera y para salir a la calle? Era un sueño hecho realidad, por lo que la emoción y la felicidad
burbujeaban dentro de él.
“¿Por qué no te ayudo a empacar todo lo que quieras llevarte?” Sugirió Minerva, sin mostrar nada de su angustia
interior. Aunque la situación de Harry había estado a punto de romper su férrea compostura más de una
vez, de hecho así fue cuando lo vio por primera vez. No se parecía en nada a ese chico delgado y esquelético
que habían traído de vuelta, aunque ciertamente le vendría bien más carne en los huesos.
Harry miró a Severus, sin siquiera necesitar hacer una pregunta para que Severus entendiera lo que quería
preguntar.
"Sí, podemos irnos esta noche si quieres, tu habitación ya está preparada para ti", explicó Severus, los
elfos domésticos le facilitaron mucho las cosas a la hora de hacer todo. Si lo deseaba, podía usar elfos domésticos
para preparar pociones, ya que eran mágicas, pero nadie excepto él llegó a preparar las pociones.
Harry se apresuró a levantarse – todavía muy lento pero estaba luchando por él – arrastrando los pies hacia su
habitación. Minerva permaneció a su lado todo el tiempo. “¿Qué pasa con Sevvy? No podemos irnos sin ella”.
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"No lo harás", explicó Minerva, sonriendo, él adoraba absolutamente a ese gato, "Ella se instalará contigo en Prince
Manor", aunque obviamente tendría muchos más lugares para explorar y probablemente pasaría más tiempo lejos
de Harry y exploraría. y ser un gato. Esperaba que Harry estuviera preparado para eso, siempre estaban tan cerca que
esperaba que no se sintiera como un abandono. Sospechaba que Severus lo mantendría lo
suficientemente ocupado como para que no se diera cuenta.
"¿Promesa?" Dijo Harry, sonando increíblemente joven, joven y vulnerable. Le hizo desear haber conocido, conocido y
torturado a esa despreciable mujer antes de que Severus se deshiciera de ella.
Quería destripar a la mujer como a un cerdo, y normalmente no era una mujer violenta.
"Definitivamente", declaró Minerva, como si Severus fuera a dejar al gato atrás, Harry adoraba a la pequeña (ya no tan
pequeña) cosa. "Está bien, comencemos a empacar".
Harry inmediatamente fue a su cama y recogió sus juguetes de peluche, agarrándolos con fuerza como si temiera
que los dejaran atrás. Minerva abrió la puerta del armario y se dio cuenta de que gran parte de la ropa todavía
tenía sus etiquetas y definitivamente ya no le quedaría a Harry.
“Severus, ¿qué debemos hacer con la ropa? Son nuevos, ni siquiera han sido usados”.
Minerva gritó, manteniendo su voz ligera pero lo suficientemente alta como para que Severus pudiera escucharla desde la
otra habitación.
"Le quedan demasiado ajustados a Harry, no los usará", les informó Severus mientras entraba a la habitación,
comenzando distraídamente a empacar los estantes de libros. En su mayoría eran libros para niños, pero Harry los
amaba de todos modos. Con un poco de suerte, tendría libros más avanzados en sus estantes con el tiempo,
pero eso no quería decir que no pudiera conservar estos.
Algunos eran coleccionables y libros que uno tiene toda su vida, seguro que todavía tenía sus propias copias de
algunos libros que le había comprado a Harry.
“¿Qué tal Ginevra Weasley? Algunas son bastante adecuadas para una niña”, sugirió Minerva, mientras miraba las
prendas de vestir. "Conozco algunas familias a las que les vendría bien la vestimenta más masculina". Definitivamente
estarían agradecidos por la ropa, les permitiría más libertad para comprar otros artículos esenciales. No aceptarían
mucha caridad, pero la ropa simplemente terminaría tirada y ellos tampoco podrían aceptar eso e inevitablemente
cederían.
"Entonces llévalos", respondió Severus, mientras colocaba los libros ordenadamente en el baúl, divertido por el desorden
que Harry ya estaba haciendo del otro lado, mientras ponía todo lo que amaba primero, sin importar si era una
prioridad o no. Definitivamente no lo fue... o no. "Estoy seguro de que se sentirán aliviados de tenerlos". y sabía que eso
era cierto, había pasado toda su infancia con ropa de segunda mano, ya que sus padres no habían podido permitirse nada
mejor. Principalmente debido al consumo de alcohol de su padre, no le gustaba pensar en ese momento de su vida.
"Gracias, Severus, ciertamente lo harán", ya dando vueltas sobre qué darle a quién, mientras colocaba tres montones
sobre la cama y ponía lo que estaba segura que encajaría con Harry en su baúl. Era una pena que nada de eso le quedara
bien a Ronald Weasley, era demasiado alto y ancho para que le quedara nada de esto, pero Ginevra podría usarlos.
Luna era otro candidato además de Sam Warren, su familia actualmente estaba luchando tanto como la de los Weasley.
Estaban tratando de
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Ahorrar para la matrícula de Sam en Hogwarts, lo cual no fue fácil, por lo que esta ropa sería un alivio.
"¡NO!" Protestó Harry, agarrando su pijama de quidditch, "¡Mío!" alejándose de Minerva como si tuviera
miedo de ella por primera vez en mucho tiempo. Tenía la cabeza inclinada con desafío y determinación. "¡No
tocar!"
"Está bien, Harry, puedes quedártelos, de hecho, Severus puede hacer que vuelvan a encajar, ¿no?"
Minerva se apresuró a tranquilizar a Harry, sabiendo que probablemente sería en lo único en lo que Harry
confiaría – la palabra de Severus – en este momento.
"Harry, ¿qué he dicho sobre ese tono de voz?" Severus le advirtió con firmeza, sin complacerlo como lo hacía
Minerva en ese momento. “Existe una manera de dar a conocer tus deseos sin ser petulante. Ahora discúlpate
con Minerva por tu comportamiento”. Se negó a complacer a Harry, no de esta manera, no iba a permitir
que Harry se convirtiera en una versión más joven de su ahijado, quien apenas estaba saliendo de la
mentalidad de un mocoso mimado en estos días, pero a veces todavía cometía errores y dijo 'espera
hasta que mi padre se entere de esto' en ese tono exasperantemente altivo.
"¡Son míos!" Dijo Harry, su tono era un cruce entre desesperado y quejoso, no quería renunciar a su pijama de
quidditch.
"Sí, lo son", estuvo de acuerdo Severus, "pero es la forma en la que hablaste y actuaste con lo que tengo un
problema". Le dijo al niño: "Puedes quedártelos, pero quiero saber qué deberías haber hecho en su lugar".
Añadió, y ciertamente no fue una ocurrencia tardía.
Minerva se mantuvo al margen, sabiendo que no debía exasperar la situación. Severus era... en esencia la
figura paterna de Harry, no por sangre sino porque estaba criando a Harry. Al final del día, fue decisión de
Severus cómo criaron a Harry y tal vez fue algo bueno.
El resto querría mimarlo, y tal vez a la larga no era lo que Harry necesitaba. Sin embargo, se sintió fatal cuando
Harry parecía a punto de llorar.
“¿Qué deberías haber dicho?” Severus instó a Harry, dándole un gesto alentador, para demostrar que no estaba
enojado con él, sólo decepcionado.
"Que me gustaría conservarlos", susurró Harry, sintiéndose fatal, tragándose el nudo en su garganta. La ira
desapareció dejándolo triste.
"Exactamente", respondió Severus, "¿Ahora por qué no los pones en tu baúl y te disculpas con Minerva por
tu actitud?"
"Hay muchas palabras importantes, Severus", murmuró Minerva casi en voz baja.
"Él es consciente de su significado", confirmó Severus, "Es inteligente", lo que hizo que Harry se animara al
escuchar eso, una sonrisa radiante se dirigió hacia él, y con eso, la tristeza y la ira fueron cosa del pasado. Sus
emociones estaban por todos lados, un minuto estaba feliz y al siguiente confundido por cómo se sentía,
habiendo sido reprimido no era ninguna sorpresa en realidad, Severus se preguntó si era algún tipo de golpe
de pubertad lo que estaba atravesando el cuerpo de Harry. Si hubiera sido normal ya habría pasado por eso...
pero la situación de Harry estaba muy lejos de ser
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Normalmente no había nada que hacer, todo por lo que pasaron era exclusivo de la situación y tenían que hacerlo
paso a paso.
"Lo siento", dijo Harry, ahora sonaba tímido.
"Está perfectamente bien, te perdono", respondió Minerva, dándole una pequeña sonrisa, que era sólo para
Harry. "Vamos, volvamos a hacer las maletas".
Y lo hizo, el incidente ya olvidado mientras Harry ayudaba con entusiasmo, incluso cuando estaba dolorido.
"Definitivamente eres lo mejor que le pudo haber pasado a Harry", declaró Minerva mientras salían del dormitorio
y comenzaban a llenar la sala de estar de las habitaciones de Severus, que era principalmente libros.
Las mejillas de Severus se tiñeron de rojo, pero sacudió la cabeza, "Tú serías igual si fueras responsable de
él", ya veces se sentía abrumador y a menudo se preguntaba si estaba haciendo lo correcto a altas horas de la
noche.
"Tal vez", admitió Minerva, podría ser un poco más severa si fuera completamente responsable de él, pero ella
misma no estaba cien por ciento segura de eso. "Pero de todos modos, estás haciendo un trabajo maravilloso,
Severus, él va a resultar maravilloso, eres un buen padre".
Severus rechazó el cumplido, incluso cuando lo reconfortaba. Era bueno saber que estaba haciendo un buen
trabajo, aunque a veces dudaba de sí mismo.
"O más bien protector oscuro", bromeó Minerva, sí, Harry todavía lo llamaba así de vez en cuando.
Severus se rió, genuinamente divertido, sacudiendo la cabeza, de todas las cosas que le habían llamado, protector
oscuro era definitivamente único. "James Potter probablemente se esté revolcando en su tumba". Dijo irónicamente.
“No”, afirmó Minerva con firmeza e inmediatamente, “No, Severus, él te estaría agradeciendo de rodillas, sin
reservas y agradeciéndote. James amaba tanto a su hijo que le habría agradecido a Quien­tú­sabes de rodillas si
eso le hubiera salvado la vida. Lily estaría orgullosa de ti, sabía que eras capaz de hacer esto.
"Quizás," murmuró Severus, sabiendo ya que estaba diciendo la verdad.
Entre los cuatro, tenían toda la vivienda completamente vacía en una hora.
"Disculpe", dijo Severus, Harry había estado bastante callado, por lo que deseaba ver cómo estaba.
Tan pronto como entró en la habitación, la preocupación dio paso al cariño. Harry se había quedado dormido
en su cama, con su peluche favorito y su pijama de soplón que no se había soltado. Sin darse cuenta, una sonrisa
cruzó sus rasgos generalmente severos, mientras se acercaba, arrojó una manta sobre el cuerpo de Harry
para mantenerlo caliente. Dejándolo dormir un rato, no necesitaban irse de inmediato. Le había ido muy bien con su
habitación, no quedaba mucho por hacer.
Apartando distraídamente el creciente cabello de Harry de su cara, era suave, nada que ver con los mechones de
paja que había tenido cuando llegó aquí por primera vez. Los trastornos emocionales tendían a cansarlo.
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más que ejercicio físico. Su cuerpo estaba pasando por muchas cosas, Severus nunca lo olvidó, pero esperaba
estar haciendo lo correcto.
Así es como deberías ser con los niños, entonces ¿por qué no se aplica lo mismo aquí?
“¿Él es…” Minerva hizo una pausa, sí, Severus era exactamente como un padre. “¿Debería llevarme la ropa?”
"Sí", confirmó Severus, "Estoy seguro de que tiene todo lo que quería, y si me equivoco, estoy seguro de
que con el tiempo lo pedirá". Harry sabía que podía pedir lo que quisiera. Él también se lo daría, se estaba
volviendo blando con la vejez.
"¿Quieres ayuda aquí?" Minerva preguntó mientras ataba la ropa, conseguiría que un elfo doméstico la
llevara a sus habitaciones donde podría empacarla y llevarla a las familias.
"No, no queda mucho más por hacer", Severus sacudió la cabeza, sólo debajo de la cama y su ropa de
cama real es todo lo que se necesita para guardar. Su ropa, juguetes, peluches y todo lo demás ya
habían sido colocados en su baúl.
"Estás nervioso", se dio cuenta Minerva, mientras se apoyaba contra la puerta del dormitorio de Harry,
observando a Severus de cerca. Por supuesto que iba a serlo, Severus había pasado prácticamente toda
su adolescencia y edad adulta en la seguridad de Hogwarts. Esto probablemente fue tan emocionante
como estresante.
"Sólo un poco", respondió Severus, nunca le había gustado enseñar, nunca sentiría aprensión por
el hecho de que estaba abandonando su carrera. Era la seguridad, la comodidad y la normalidad que
Hogwarts proporcionaba lo que probablemente extrañaría por un tiempo al darse cuenta de que no necesitaba
vivir su vida según lo programado. Esto era todo lo que sabía excepto ser un espía. Nunca pensó que vería el
día en el que realmente fuera a Prince Manor con la intención de convertirla en su hogar, y mucho menos
con un niño a cuestas, el hijo de Lily de todas las personas.
"El cambio es inevitable, es parte de la vida", comentó Minerva, "y eres demasiado testarudo para dejar que
eso te moleste".
"Muy cierto", aceptó Albus uniéndose a la conversación, sus ojos azules se suavizaron cuando se posaron
en Harry, acurrucado como estaba, parecía mucho más joven que su edad real. Tampoco es que aparentara
su edad, parecía tres o cuatro años más joven de lo que Albus calculaba. "Yo, por mi parte, voy a
extrañar que ustedes dos estén aquí". Y calculó que le llevaría meses calmarse y dejar de preocuparse las
veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, porque estaban bien.
“¿Tiene la intención de colocar la mansión bajo el control de Fidelius?” Poppy preguntó desde la sala de
estar: "Han traído refrescos".
Severus, Albus y Minerva atravesaron, Minerva le pidió a un elfo doméstico que le quitara la ropa antes de
unirse a ellos para tomar una taza de té.
"No, pero aseguraré la mansión con muchas más protecciones de las que uno probablemente ve", admitió
Severus con ironía, al igual que lo hizo con sus propias habitaciones.
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"Eso llevará meses, si no años, Severus, la mansión es enorme", señaló Albus, "¿Te gustaría ayuda?" sabiendo
que se negaría, pero ofreciéndose de todos modos.
"No", respondió Severus, ignorando la mirada de complicidad en el rostro de Albus, "Puede que tome tiempo,
pero lo haré".
"Además, tienes reuniones de Wizengamot casi todos los días", le informó Minerva, muy consciente de su agenda
debido al hecho de que tenía que ajustar la suya para acomodar su salida de Hogwarts a todas horas.
Afortunadamente, Albus parecía haber logrado que fuera principalmente por las noches. Lo cual era comprensible,
ya que algunos de los miembros del wizengamot tenían segundos trabajos.
"Sí, eso es desafortunado", admitió Albus, ayudaría a Severus a ser bastante difícil si hubiera aceptado.
“Últimamente se están cambiando muchas leyes... y no quiero perderme nada”. Normalmente no le importaba,
pero para hacer el cambio uno tenía que sacrificar algo... que resultó ser su momento. Eso, e incluso si se
aprueban... tomaría años, si no décadas, para que funcione sin problemas.
“¿Crees que dejarán siquiera una huella? No somos conocidos por aceptar cambios con gracia”, dijo
Poppy, tomando un sorbo de su café, “especialmente el Ministerio”, lo cual era bastante cierto.
Ni siquiera cuando Albus Dumbledore intentaba hacer esos cambios. Es cierto que no conocía los entresijos de
los pequeños detalles que Dumbledore había dejado caer de vez en cuando hablando con Minerva después de
largas y arduas reuniones.
"Va bien a nuestro favor, bastantes proyectos de ley están en proceso de estar listos para ser aprobados,
pero no lo sabremos hasta la votación". Albus aceptó, pero parecía que iba a su favor, especialmente con Ambrose
respaldándolo. Lo había buscado y no tenía mucha historia aquí en Gran Bretaña, lo que indicaba que había
pasado la mayor parte de su vida en el extranjero. Eso explicaba por qué no había oído hablar del mago, lo que
usualmente lo dejaba receloso, pero dados los rumores que había escuchado y el hecho de que era muy justo en
la sala del tribunal, Albus se sintió más acogido por él.
"¿Nuestro?" ­cuestionó Poppy.
“Sí, hay un joven mago que ha tomado su lugar dentro del Wizengamot, a través de la línea de su madre, creo,
un señor Ambrose. Es bastante… inteligente y está ansioso por ver que se aprueben las leyes, dado su pasado,
si hay que creer en los rumores, no es sorprendente”. No debería decirles eso, pero sabía que podía confiar en
su discreción.
No pudo ver por completo la forma en que Severus se ponía rígido y emitía señales de advertencia no verbales.
“¿Cuántos niños han fracasado?” Poppy suspiró y la conversación se volvió más oscura.
"Demasiados", gruñó Albus, y él tenía la culpa, siempre lo tendría en su conciencia, le había fallado a demasiadas
personas. Estaba trabajando duro para corregir sus errores, Harry, Severus… Tom, la lista probablemente era más
larga de lo que quería admitir.
Harry fue por lejos su llamada de atención y su mayor arrepentimiento.
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Afortunadamente tenía un mago que iría hasta los confines de la tierra para protegerlo. Mata por él,
como ya lo había hecho.
Mi Protector Oscuro, como se refería Harry a él. Descripción muy acertada.
­­­­­­­0
Estoy muy tentado de terminarlo aquí, pero no es un final real, así que me abstendré de hacerlo :) es tal
como dije antes. Me resulta difícil continuar... y, sinceramente, repasar las reuniones de wizengamot
no lo es. No es algo que quiero hacer... especialmente considerando que voy a hacer mucho de eso
con la historia de The Contract... y tal vez un poco con Embracing His True Self... y probablemente
algunos otros, ¡The Leader también! Mantendré esto como la historia principal de Harry siendo
cuidado, solo ellos, creo que con Dumbledore y la ley cambiando como historia de fondo. ¿Harry se
recuperará completamente y se convertirá en un adulto con pleno funcionamiento O veremos que
termina con Severus cuidando a un Harry que a veces necesita ayuda pero que en su mayoría vive una
vida sin trabas con un trabajo propio pero que aún necesita algo de cuidado y supervisión? ESTO debe
decidirse antes de continuar, creo... lo hizo en la historia anterior, pero eso fue realmente horrible y
poco realista, así que sí, ¿qué piensas? ¿Recuperación total o recuperación parcial? R&R por favor
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Capítulo 37
Mi protector oscuro
Capítulo 37
Un mes despues
Había pasado exactamente un mes desde que Harry se mudó de Hogwarts a Prince Manor. Durante ese mes
había florecido más de lo que debería ser posible. Poppy, una visitante frecuente, continuó deduciendo en
silencio la edad que tenía Harry mentalmente. Lo habían puesto ahora entre las once o las doce, estaba reteniendo
información, recordando cosas, pero ni mucho menos al nivel de un adulto, y Poppy pensó que Harry
comenzaría a estancarse y seguiría siendo un adolescente mentalmente, pero mientras todavía estuviera
recibiendo la poción había esperanza. Harry había llegado más lejos de lo que Poppy podría haber previsto
cuando vieron al niño por primera vez.
Hoy, Poppy estaba allí, pero sólo como acompañante, para permitir que Black y Lupin vieran que Harry y Severus
eran libres de preparar sus pociones. En realidad, era la primera vez que veían a Harry desde la mudanza, Black
había estado demasiado ocupado haciendo pucheros por el cambio y Lupin fue donde lo hizo Black. Entonces, el
idiota había estado de mal humor por no haber sido notificado o no haber tenido voz y voto en la situación de vida de Harry.
Severus no se había molestado con Black, dejándolo solo, era solo a él mismo a quien estaba lastimando a largo
plazo. Se había preocupado por Harry por un momento o dos, pero Harry no había preguntado ni una sola vez
por ellos o dónde estaban.
"Buenos días, Poppy", dijo Remus, mientras emergía a través de la red Flu con Sirius.
Mirando alrededor del magnífico esplendor que era Prince Manor. Era…hermoso, espacioso y limpio,
aunque con mucho mármol, ¿y si Harry se lastimaba?
“Buenos días, ¿cómo están señores?” Poppy les preguntó con una leve sonrisa, sin mostrar en absoluto su
disgusto. Sabían muy bien que Harry necesitaba coherencia en su vida, y simplemente lo habían dejado como
si no importara. Severus le había dicho que no se molestara en perder el aliento, y Poppy temía que él tuviera
toda la razón en ese frente. Simplemente no escucharon, Sirius simplemente hizo lo que quería. Afortunadamente,
Harry tenía una figura constante en su vida a la que adoraba y cualquier otra persona era simplemente una...
figura acogedora pero temporal en realidad.
"Estamos bien, ¿cómo está Harry?" Preguntó Remus, hablando por ambos.
"Actualmente está desayunando, ¿te gustaría unirte a él?" Preguntó Poppy, antes de morderse la lengua para evitar
decir cosas que Sirius Black definitivamente no querría escuchar. Lo último que quería era que Sirius se fuera
cuando Harry supiera que vendría, en caso de que saliera herido.
"Podríamos comer", dijo Remus, asintiendo con la cabeza, "¿Cómo se ha instalado Harry?"
Sirius frunció el ceño, mirando alrededor de la mansión como si todo lo estuviera ofendiendo personalmente.
Snape siempre había sido muy pobre, ver que su propiedad era mucho más grande que la suya era definitivamente
una ofensa para él. No es que la propiedad Black hubiera estado disponible para él si su
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hermano o cualquier otro hombre negro había sobrevivido. Le hizo dudar de contarle algo al Ministerio. Había una
maldita posibilidad de que Harry pudiera quedarse aquí, ¿qué tenía?
El nombre Black sí, pero propiedades que no eran adecuadas para nadie y mucho menos para un niño como Harry con
problemas mentales. Tenían dinero, sí, pero nada comparado con Prince Estate o, ya sabes, las propiedades de
Prince.
"Oh, le encanta estar aquí", dijo Poppy radiante de orgullo, "ha venido a pasos agigantados, era como si tuviera
reservas en Hogwarts pero las hubiera perdido aquí".
“¿Qué quieres decir con reservas?” Preguntó Remus, confundido por sus palabras, sin entender realmente por
qué venir aquí cambiaría eso. Siguiendo a Poppy mientras los conducía presumiblemente hacia el comedor, era
temprano y ni él ni Sirius habían comido mucho, solo una rebanada de pan tostado.
“Harry estaba empezando a darse cuenta de que lo mantenían alejado del público en general, lo recluyeban en algunas
habitaciones y lo llevaban de un lado a otro. Aquí tiene rienda suelta, puede ir a donde quiera, ya sea con Severus o un
elfo doméstico con él para asegurarse de que no se lastime ni se pierda”. Poppy explica, algo que ya sabrían si
no hubieran estado evitando a Severus como a la plaga.
Remus parecía horrorizado por la declaración, sabía personalmente cómo se sentía, "Ya veo", fue todo lo que pudo
responder. Él también había estado escondido, tal vez por eso todavía estaba tan avergonzado de ser un hombre
lobo. si sus propios padres no lo hubieran aceptado... ¿cómo podía esperar que alguien más aceptara quién era él? No
importaba el hecho de que hubiera descubierto más adelante en su vida por qué lo habían mordido... bueno, eso le
había hecho desear acurrucarse y morir, de verdad.
Pensar que el hijo de James Potter sentía lo mismo... le dio ganas de llorar.
“¿Debería estar caminando? Este lugar es enorme, ¿pensé que no podría caminar por mucho tiempo?
Preguntó Sirius, bastante groseramente pero también sin mucha preocupación por Harry, solo estaba siendo su
habitual irreflexivo. Sirius ignoró la mirada de Remus que taladraba su rostro, poniendo los ojos en blanco mientras
miraba hacia otro lado con irritación.
"Para eso están Severus y los elfos domésticos, Sirius, para asegurar que Harry no vaya demasiado lejos, pero como
dije, ha avanzado a pasos agigantados, es capaz de caminar mucho más tiempo, especialmente con su ayuda
para caminar". .” Le habían puesto algunos hechizos para que Harry pudiera caminar sobre grava con él, o incluso
subir un escalón (había algunos alrededor de la mansión) y había sido revisado y demostrado que valía la pena.
"¿Oh? ¿Que tan bien?" Preguntó Remus genuinamente curioso, doblando una esquina cuando Poppy lo hizo, suspirando
molesto ante la silenciosa petulancia de Sirius.
"Puede dar paseos por los terrenos de la mansión, comer algo y volver a entrar sin necesidad de que le recuerden
que se lo tome con calma". Poppy explicó como una mamá orgullosa. No todos los que habían pasado por lo que
Harry había querido levantarse y mucho menos explorar. El miedo y la depresión por lo que les pasó les hacía
acurrucarse en la cama sin ningún deseo de salir de su capullo de seguridad. Harry no iba a permitir que lo que le había
pasado dictara su futuro. Sin embargo, hasta el día de hoy, no tenían idea de cuánto de eso recordaba Harry, de
cuánto estaba despierto y consciente y, francamente, ella no quería saber el meollo de lo que Harry había
soportado. Eso era para su fisiatra cuando consiguiera uno. Él
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Probablemente debería hacerlo, pero todavía no. Tener un sanador mental aquí mientras se recuperaba
físicamente probablemente haría más daño que bien.
"¿Una mordida para comer?" Preguntó Remus, el olor a comida flotando en el aire, estaban cerca.
"Oh, sí, le encanta ir a buscar fruta fresca de los árboles, le gustan las peras", dijo Poppy, sonriendo divertida.
A pesar de que Severus se aseguraba de que hubiera más peras que cualquier otra cosa en el frutero para
él, siempre salía a buscar una del árbol.
"¿Él no los lava primero?" Preguntó Sirius, la preocupación sangrando en su voz.
"Todo es seguro para comer", explicó Poppy, al menos ahora estaba mostrando preocupación. "Severus se
ha asegurado de eso". también lo habían hecho los elfos domésticos que estaban contentos de tener a
alguien a quien cuidar y cuidar. Aunque Severus había impuesto límites, no se les permitía entrar a los
dormitorios ni a los laboratorios, esos eran para que Severus y Harry los mantuvieran limpios.
"¿Dónde está Snape?" Preguntó Sirius, con amargura en su voz.
"Está preparando las pociones de Harry para las próximas quincenas", explicó Poppy, "no permite que se
preparen pociones inferiores para Harry, como bien sabes". lo cual era bastante cierto, la mayoría de las
pociones compradas estaban diluidas hasta cierto punto, no tan fuertes como podrían ser, por lo que Severus
siempre hacía las pociones de Harry él mismo.
"No hay nada mejor que las pociones de Severus", estuvo de acuerdo Remus, mientras entraban al comedor, Harry estaba
sentado desayunando bastante felizmente, balanceando las piernas hacia adelante y hacia atrás mientras comía.
"¡Hola!" Dijo Harry, lo suficientemente feliz como para verlos, pero nunca con exuberancia, no del tipo 'ha
pasado tanto tiempo desde que te vi', sino más bien de 'simplemente pasar por aquí', algo así como felizmente
sorprendido. No dejó de comer, ni se acercó y los abrazó, ni nada por el estilo.
"Hola, Harry", dijo Remus con una sonrisa agradable.
"Remus y Sirius se unirán a nosotros para desayunar", explicó Poppy, mientras reclamaba su asiento,
donde residía su desayuno a medio comer. Agradecidamente tomó su café y lo bebió mientras aún estaba
caliente.
"Está bien", dijo Harry, bien podría haberse encogido de hombros con desdén, mientras estaba en eso
mientras volvía a comer. Nada se interponía en el camino de Harry y su comida, excepto su Protector Oscuro,
si lo quería, Harry siempre respondería sin importar lo que estuviera haciendo.
"¿Qué te gustaría hacer hoy?" ­Preguntó Poppy.
Harry se animó, mordió su comida y tragó antes de responder: "¿No hay trabajo?" su tono era esperanzador.
Poppy se rió un poco, "Hoy no hay trabajo", prometió, estaba allí para enseñarle normalmente, pero hoy
Severus le había pedido que estuviera con Harry para poder hacer algunas pociones y lidiar con Black y Lupin.
Generalmente a tiempo parcial, de lunes a viernes, dejando al descubierto si algo sucedía en Hogwarts
que le impidiera estar allí. Como cualquier paciente repentino que requiera su atención. Después de
todo, ella era ante todo una sanadora en Hogwarts. Severo
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Entendió eso, por lo que se implementaron contingencias, principalmente él enseñándole a Harry cuando ella
no podía. Ella rara vez la visitaba durante el fin de semana, normalmente era el momento en que Minerva y Albus la
visitaban.
"¿Piscina?" Harry dijo de inmediato, ansioso y feliz.
Poppy no se sorprendió. "Muy bien", la diversión se reflejaba en su voz, Harry pasaría veinticuatro horas al
día, siete días a la semana en esa piscina si tuviera la oportunidad.
"¿Hay una piscina aquí?" Sirius preguntó, genuinamente sorprendido, ¿Snape había hecho construir una
piscina para Harry? Era una comprensión incómoda y odiaba a Snape, no quería agradarle, ni siquiera un poquito,
ni siquiera en absoluto.
"Oh, sí, lo verás por ti misma", dijo Poppy sonriendo, "¿Eso es si te gustaría acompañarnos?"
Tanto Remus como Sirius asintieron, ambos tenían la boca llena, después de todo estaban aquí para ver a Harry.
"¿Cómo te sientes, Harry?" Preguntó Remus, siempre preguntaba cuando veía al joven.
Harry le sonrió dulcemente, "Estoy bien, gracias por preguntar", dijo cortésmente, sonriendo ante el hecho de que
recordaba decirlo bien. Sabía que si Severus hubiera estado aquí, su Protector Oscuro habría estado orgulloso de
él. Vaciló un poco cuando Sirius frunció el ceño, pero estaba acostumbrado a que Sirius estuviera un poco fuera
de lugar todo el tiempo.
Sirius odiaba lo excelente y correcto que era Harry todo el tiempo, convirtiéndose en un verdadero niño sangre pura.
James estaría revolcándose en su tumba, James no era alguien que se mantuviera en ceremonias y estaba seguro
de que tampoco habría criado a Harry para que lo fuera. Lily, por otro lado… probablemente habría criado a
Harry para que fuera educado y respetuoso, pero Sirius no pensó en lo que Lily habría hecho.
Le habían robado su infancia, ahora se le debería permitir ser un niño.
“¿Tu gatito también hizo el movimiento?” Preguntó Remus, consciente de lo mucho que Harry adoraba a la cosita,
bueno, ya no tan pequeña.
"Está afuera", dijo Harry, con una mirada melancólica en su rostro, su Sevvy ya no lo necesitaba tanto. Sin
embargo, siempre podía sentirlo y estaba cerca. Él siempre llegaba de noche y se acurrucaban juntos cerca del
fuego. ¡Sin embargo, todavía lo alimentó y le dio de beber! Su Protector Oscuro le dijo que Sevvy podría pasar más
tiempo fuera de casa a medida que creciera. Harry no consideró encerrar a su Sevvy ni por un segundo, sabía
lo que se sentía cuando te arrebataban su libertad. Bueno, en realidad no, siempre había estado encerrado
de alguna manera, pero ya no. Ya no era exactamente un gatito, era un gato. “No le gusta mucho el agua”, nunca
se le acercó cerca de la piscina.
"Algunos gatos no, no," dijo Remus pacientemente, agarrando fuertemente la pierna de Sirius en reprimenda,
los sacaría de aquí tan rápido que la cabeza de Sirius daría vueltas si no detenía su actitud.
Harry no merecía ser el receptor de la petulancia de Sirius.
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Sirius hizo una mueca de dolor mientras bebía su café, pero silenciosamente reconoció la reprimenda por lo que era.
Respirando profundamente, tratando de detener la ira y la desconfianza, que le llegaban con tanta facilidad,
incluso después de haber salido de Azkaban.
"Ya terminé, ¿puedo irme ahora?" Preguntó Harry, ansioso como siempre por cambiarse y entrar a la piscina.
Poppy miró su plato y, efectivamente, estaba limpio. "Adelante, no corras en la sala de billar", le advirtió ella, y
Severus le había dicho que le advirtiera. Aparentemente, Harry el segundo día casi se cae por accidente. Hasta
donde ella sabía, él ya había deletreado el área para que para entrar tuvieras que usar los escalones; de lo contrario,
la magia te impulsaría suavemente de regreso al borde. Severus y Poppy también estaban conscientes de que la
magia accidental podría evitar eso, por lo que preferiría que le dijeran a Harry que permaneciera calmado y consciente.
Especialmente porque ganó independencia y no necesitó vigilancia las veinticuatro horas del día.
"¿Vienes?" Harry les preguntó a los dos, estallando positivamente de emoción.
Poppy simplemente miraba divertida, Harry había estado allí durante un mes y había estado en la piscina todos los
días desde su llegada. Algunos períodos de tiempo más que otros, pero aparentemente Severus no tuvo el corazón
para decirle que no. Estaba agradecido de que lo que parecía gustarle era la natación, no algo como el Quidditch
o el vuelo en general, aunque aún no había tenido la oportunidad de hacer ni ver ninguna de las dos
cosas. No hasta que hubiera sanado tanto como fuera capaz.
Harry nunca se recuperaría completamente del horror que había vivido, tanto física como mentalmente. De eso,
Poppy estaba lamentablemente segura.
"Me encantaría", dijo Remus, levantándose inmediatamente, extremadamente contento de ver a Harry en tan buen
estado. Nunca antes lo había visto tan emocionado. Ni siquiera discutir alegremente los aburridos detalles de la vida
de 'Sevvy' que Harry encontraba tan absolutamente fascinantes.
"Claro", dijo Sirius, casi igual de ansioso también, muy contento de 'divertirse' con Harry y simplemente olvidar a
Snape por un tiempo o el hecho de que Harry estaba viviendo aquí con Snape y él no tenía nada que decir. vida de
ahijados.
Con eso, en lugar de que Poppy los guiara a cualquier parte, Harry lo hacía, y bastante rápido también, incluso si era
un arrastrar de pies más incómodo que largas zancadas. El hecho era que caminaba sin la ayuda de su carrito,
que rara vez usaba en el interior, a menos que tuviera dolor, entonces definitivamente lo usaba.
"¡Santo cielo!" Sirius murmuró, mirando a su alrededor, "Es más como una cueva que una sala de billar".
"Wow, simplemente wow", dijo Remus, casi mirando a su alrededor con asombro.
Harry no esperó para ver sus reacciones, simplemente entró en el área de vestuario y tomó sus baúles de la
mesa, que contenían tres toallas esponjosas, listas para él cuando saliera. Le tomó un tiempo, Harry se movió
lentamente para cambiarse, incluso mientras estaba sentado, pero no le pareció mucho tiempo, ya que no sentía
nada más que emoción y pura felicidad sin adulterar.
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Harry esperó casi con impaciencia a que Poppy lanzara el hechizo, antes de partir, dirigiéndose hacia las escaleras y
entrando a la piscina sin miedo ni preguntas. Sus ojos verdes brillaban felices, le encantaba, no había absolutamente
ninguna duda sobre eso.
No necesitaron preguntarse qué hechizo por mucho tiempo, ya que Harry no apareció para tomar aire, simplemente nadó
fácilmente en el fondo de la piscina.
"Yo... él está muy feliz aquí, ¿no?" Dijo Remus, asombrado por la forma en que Harry estaba actuando hoy.
"Oh, sí, muchísimo", dijo Poppy, mientras se deslizaba en una tumbona. "Deberías unirte a él o sentarte, estará aquí hasta
el almuerzo".
"No estás bromeando, ¿verdad?" Preguntó Remus, parpadeando hacia Poppy con asombro.
"No", dijo Poppy, sonriendo irónicamente. “Incluso Severus tiene problemas para convencerlo de que salga, puede
hacer lo que quiera aquí y no lo lastima como lo haría si camina correctamente. La ingravidez ayuda, simplemente lo
disfruta mucho”.
"¡Me uniré a él!" Dijo Sirius, desnudándose con entusiasmo y uniéndose a Harry en el agua tibia.
Remus suspiró, “¿Cómo está Albus? He estado notando que él está... ¿particularmente agotado últimamente? Como
siempre preocupado por su líder. Cuando preguntó, Albus simplemente le restó importancia, insistió en que estaba
bien y estaba genuinamente preocupado de estar enfermo.
"Consumir demasiada poción de pimienta hará eso", dijo Poppy, sacudiendo la cabeza, Dumbledore había
estado trabajando muy duro los últimos meses, negándose a reducir el ritmo y cuidar de sí mismo. Afortunadamente,
Dumbledore conocía mejor sus limitaciones, nunca iba demasiado lejos, así que todo lo que ella podía hacer era
recordarle que descansara cuando se veía demasiado demacrado.
Con Hogwarts a cargo de supervisar y la legislación sobre wizengamot que se estaba aprobando a un
ritmo alarmante, o introduciéndose, era... inmenso por decir lo menos. Entonces sí, estaba ocupado con
su trabajo.
"Sí", murmuró Remus, incluso si fuera algo peor, Poppy no sería capaz de decirle nada. Confidencialidad del paciente
y todo eso. Aunque no parecía preocupada en absoluto, más bien exasperada que cualquier otra cosa.
Sirius disfrutaba de la libertad de simplemente estar, observando a su ahijado con ojos brillantes y anticipación.
Todo lo que hacía asombraba a Sirius, había superado tantas cosas, ¿por qué le gustaba tanto Snape?
¿Por qué no podía estar apegado a él y tener ese deseo de vivir con él?
"¿Estás feliz?" Preguntó Sirius en voz baja, cuando Harry estaba en la piscina, con la cara saliendo completamente del
agua y el hechizo de cabeza de burbuja todavía en su lugar.
Harry parpadeó hacia Sirius, casi como si no entendiera la pregunta: "¡Sí!" exclamó, no se podía negar que
definitivamente estaba feliz y entendía la pregunta.
"¿Estas feliz aqui?" Entonces Sirius preguntó, para gran desconcierto de Harry.
"Sí", dijo Harry, con el ceño fruncido, sin entender realmente por qué Sirius le preguntaba estas cosas. "Sí", añadió
distraídamente, recordando sus modales.
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"¿No extrañas Hogwarts?" Preguntas de Sirio.
Harry negó con la cabeza, ¿por qué extrañaría Hogwarts? Podía ir a donde quisiera aquí, y no estaba confinado
solo a las habitaciones de Severus. Aquí podía ir a la piscina cuando quisiera y deambular sin tener que esperar
hasta cierta hora o entrada la noche. Sabía que significaba algo... pero no sabía qué. Pero no importaba, porque ahora
estaba aquí y podía nadar, jugar, comer y hacer lo que quisiera.
"¿Me extrañaste?" Entonces Sirius preguntó, su corazón latía fuertemente en su caja torácica.
Harry asintió, sólo una vez, lo había extrañado, pero no de la forma en que extrañaría a Sevvy si no estuviera
cerca, o a su Protector Oscuro. No era suficiente preguntar por qué no estaba allí, a veces Sirius era divertido,
otras veces era demasiado raro para Harry, no era predecible, no como su Protector Oscuro, Poppy o incluso Albus o
Minerva. A menudo estaba de mal humor, luego la siguiente vez que lo vio hablador y feliz, a Harry le dio vueltas la
cabeza si era honesto.
"¿Te gustaría vivir conmigo?" Entonces Sirius preguntó, demasiado bajo para que Poppy o Remus lo escucharan.
Harry inmediatamente y con vehemencia sacudió la cabeza, conmovido hasta la médula por la simple
pregunta. Nadó y caminó al mismo tiempo para llegar a las escaleras, saliendo del agua, que para él siempre
estaba tibia. Dirigiéndose directamente hacia Poppy.
“¿Ya no me quiere?” Preguntó Harry, con los ojos verdes muy abiertos y suplicantes.
"¿Qué?" Poppy dijo, desconcertada: "¿Qué diablos... por qué preguntas eso?" manteniéndola fija en el asustado Harry.
permanecer tranquilo y estable, entrar en pánico no haría nada para tranquilizar a Harry. Además, tenía la
curiosa sensación de saber de dónde venía todo esto.
"H­h­hh quiere que viva con él..." dijo Harry todavía en pánico. Necesitaba ver a Severus, necesitaba
disculparse por lo que fuera que había hecho, no quería irse con Sirius, quería a su Protector Oscuro. ¿Era realmente
por eso que no estaba aquí hoy?
"¡Sirio!" La voz de Remus era cortante y disgustada. "Tenías que arruinarlo, ¿no?"
"Sólo hice unas pocas preguntas", dijo Sirius, con la barbilla levantada en desafío, mientras él también salía de
la piscina. A diferencia de Harry, no permaneció empapado; unos momentos más tarde, estaba seco y su ropa
estaba nuevamente puesta y situada perfectamente. "Una pregunta simple, no sé por qué reaccionó así".
"Harry, mírame", dijo Poppy, su tono severo, aprendiendo de Severus qué tono era mejor para cualquier situación en
la que se encontraran.
Harry, que estaba mirando la puerta, como si sólo quisiera irse, perseguir a Severus y asegurarse de que se quedara
en el lugar correcto donde se volvió ante ese tono. No estaba acostumbrado a que Poppy adoptara ese tono, pero
incluso en su estado de pánico respondió.
"Severus no te está pidiendo que te vayas, este ES tu hogar, y seguirá siendo tu hogar", dijo Poppy con malicia,
furiosa con Sirius por estropear las cosas, pero ese era el problema. El idiota
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No pensó antes de abrir su maldita boca y estropearlo todo. "No escuches todo lo que dice Sirius, solo lo
expresó mal, eso es todo, ¿vale?"
"¿Dónde está?" Harry dijo, todavía receloso de confiar en ella: "¿Dónde está mi papá?"
El silencio que siguió... se habría oído caer un alfiler.
­­­­­­­­0
¡Me encanta esta historia pero no sé si se le puede agregar mucho más! Espero que todos puedan
entender que a esta historia quizás solo le queden dos o tres capítulos, dos epílogos largos o algo del
futuro para mostrar la vida de Harry tal vez con una década de diferencia... ¿o con unas pocas
décadas de diferencia? ¿Uno que muestre la vida de Harry dentro de décadas y tal vez cómo es su vida
sin su Protector Oscuro? ¿O sería demasiado triste? Aparte de Albus, Severus, Minerva, Poppy,
Sirius y Remus, ¿a quién puedes ver como parte de la vida de Harry? Realmente no se me ocurre nada
que agregar y se está volviendo tan repetitivo que temo que será solo una de esas historias que la
gente simplemente descarta y no es lo que quiero que suceda para una historia tan única, o así era cuando
la comencé. ¡JAJAJA! R&R ¡Por favor!
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Capítulo 38
Mi protector oscuro
Capítulo 38
Poppy se dio cuenta rápidamente de que las cosas se intensificarían entre Harry y Black... por diferentes razones.
Maldiciendo en silencio, usó su mensaje Patronus para enviarle un mensaje de voz a Severus, informándole que
fuera a la piscina lo antes posible. Sabía que en el momento en que él recibiera el mensaje estaría aquí para
tranquilizar a Harry. Con suerte, Black no haría algo estúpido que pudiera hacer que Harry volviera... hacerlo regresar
a sí mismo después de todo el progreso que había hecho. Sus propias garantías caerían en oídos sordos, Harry
quería a Severus... quería las garantías que sólo él podía darle.
"¡¿Papá?!" Sirius gritó lo suficientemente fuerte como para que su voz resonara por toda la cavernosa habitación.
Remus tiró de él con fuerza hacia atrás, lanzando inteligentemente un hechizo silenciador a su alrededor. “¿Está loco?”
No es que Sirius pareciera notar mucho, estaba demasiado furioso por lo que acababa de escuchar.
"Suficiente", siseó Remus con los dientes apretados, furioso por la reacción exagerada de Sirius. La necesidad de hacer
entrar en razón a Sirius lo abrumaba, o simplemente envolver sus malditas manos alrededor de su cuello y
estrangularlo.
"¡James es su padre!" Sirius prácticamente echaba espuma por la boca de rabia.
“Por el amor de Merlín, Sirius, ¿no lo entiendes? ¡Severus lo salvó! ¡Severus lo ha curado!
¡Severus ha estado ahí para él desde el primer día! ¡Es mentalmente un niño! ¡Por supuesto que verá a Severus como
una figura paterna! Le dijo Remus, de alguna manera manteniendo la voz baja a pesar de temblar de ira. ¿Por
qué tuvo que arruinarlo todo? No estaba seguro de cuánto más podría soportar, soltándolo, con una mirada cautelosa
ahora en su mirada, "No puedo seguir haciendo esto Sirius", no solo estaba cansado físicamente sino también
mentalmente.
“¡Pero es Snape! ¡Lo odiamos! Argumentó Sirius, deteniéndose ante la expresión del rostro de Remus pero
caminando con dificultad sin importar las campanas de advertencia que sonaban en el fondo de su mente. “¡Él no
se merece a Harry! ¡Todo esto es culpa suya!
"No, Sirius, es culpa de Peter y Voldemort", afirmó Remus, hasta los dientes con sus delirios y decidiendo quién tenía
la culpa de un día para otro. Honestamente estaba cansado, un día parecía que estaban progresando… entonces
bam, comenzó a actuar como un niño nuevamente.
Incluso Harry estaba mostrando más madurez que Sirius todos los días… eso le hizo darse cuenta de lo mal que
estaba Sirius en realidad.
"Pero Snape..." espetó Sirius, incapaz de creer que su ahijado quisiera a Snape más que a él, cómo odiaba al
bastardo. Harry debería estar con él, viviendo con él y Remus. Snape acababa de tener suerte y lo encontró primero.
"¡Harry debería ser nuestro!"
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"¡Él no es un juguete, Sirius!" Remus espetó, “¡Es un chico que respira en la vida real y que ha pasado por el infierno y
ha regresado! ¡Él no merece tus celos, tu rencor y tu inseguridad!
Severus entró a la sala de billar, observando la escena frente a él con ojo crítico. Ver a Sirius y Remus discutiendo detrás
de una burbuja de privacidad, y a Harry parado frente a Poppy luciendo desesperado. Cerró los ojos por un segundo,
pellizcándose el puente de la nariz, antes de forzar la calma y meditar rápidamente. Sólo se permitió veinte segundos,
antes de dar a conocer su presencia al menos a Harry y Poppy.
"¡Severo!" Poppy dijo aliviada, y Harry casi corrió hacia Severus, hundiendo su cabeza en el pecho de Severus,
hablando demasiado rápido para que Severus entendiera siquiera una palabra. Estaba parloteando, demasiado molesto
para siquiera pronunciar una palabra coherente.
"Tranquilo, respira por mí, Harry, tranquilo", murmuró Severus con dulzura en el oído de Harry, frotando su espalda,
dándole a Poppy una mirada que sugería que ella le explicara mejor. Tenía la extraña sensación de que Sirius Black
había logrado equivocarse como de costumbre. Honestamente, no estaba seguro de por qué estaba dejando que el
estúpido tonto estuviera a una distancia de visión de Harry.
"No estoy exactamente seguro de lo que pasó, Severus, pero sí sé que Harry tiene miedo de que ya no lo quieras
aquí". Poppy explicó en voz baja, mucho más apagada de lo que había estado cuando llegó, solo ver el progreso de Harry
era una bendición, eso la hacía muy feliz… pero ahora estaba muy disminuida.
Severus inhaló bruscamente, la furia resonando a través de él, Merlín podría matar a Sirius donde estaba. Ya era
suficiente, no iba a soportar más estas tonterías, ya tenía suficiente en su plato sin tener que lidiar con Sirius Black.
“¡Accio borrador calmante!” La respiración de Harry era errática, sonaba como si estuviera a punto de tener un ataque
de pánico, algo en lo que no había estado cerca desde el principio.
Las confusas palabras de Harry continuaron, a pesar de su incapacidad para respirar, apretando a Severus con fuerza.
Severus no hizo ningún intento de intentar que Harry lo bebiera en su estado, en lugar de eso, golpeó con su varita
el vial en el momento en que voló hacia su mano izquierda. La bebida calmante desapareció, Severus deslizó el frasco
ahora vacío en su bolsillo, antes de continuar frotando la espalda de Harry mientras la bebida calmante se ponía a
trabajar.
Lento pero seguro, la respiración de Harry comenzó a calmarse y con ella, sus palabras comenzaron a tener sentido.
"No quiero ir, no me obligues a ir", y eso rompió el corazón de Severus, casi tanto como ver a Harry en esa repugnante
cama hace tantos meses.
"No irás a ninguna parte", afirmó Severus con firmeza, "te quedarás conmigo, independientemente de lo que digan los
demás, ¿se entiende?" siendo un poco brusco con Harry en opinión de Poppy, pero sabía que funcionaría, sabía que
esto llegaría a Harry en lugar de apaciguarlo suavemente. Había un momento y un lugar para todo, y Severus era un
experto en lidiar con cualquiera de los ataques de inseguridad o miedos de Harry.
"¿Promesa?" murmuró, conmocionado hasta la médula, pero considerablemente más tranquilo, tanto por la poción como
por las palabras de su oscuro protector.
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"¿Puedes hacer algo por mí, Harry?" Preguntó Severus, con una calma que no sentía.
"¿Sí?" Preguntó Harry, mirando hacia la figura que se avecinaba, que normalmente asustaba a todos los demás… pero no
a Harry, Harry nunca le tuvo miedo.
"Ve con Poppy, sécate, ponte un pijama y duerme un poco, estaré pronto para leerte un cuento". Dijo Severus suavemente,
todavía frotando su espalda, castigándolo, dándole la seguridad física que necesitaba desesperadamente.
"Vamos, Harry, vamos a buscar tu pijama favorito, ¿hmm?" Dijo Poppy, presionando su propia mano contra la espalda de
Harry, instándolo silenciosamente a seguir, conocía esa expresión en el rostro de Severus, no iba a durar mucho más
antes de perder el control.
Fue una muestra de cuánto confiaba Harry en Severus, que cumpliría su palabra, que automáticamente comenzó a
salir de la sala de billar con Poppy. Francamente, Poppy estaba asombrada de lo confiado que era. Especialmente después
de todo lo que había pasado, pero Severus había trabajado duro para ganarse la confianza de Harry, suponía que todos la
habían hecho.
En el mismo momento en que la puerta se cerró, Severus agitó su varita, una mirada cruel adornó su rostro, cortando el
hechizo silenciador que había sido colocado.
Las voces elevadas de Remus y Sirius se volvieron bastante claras y fuertes en el momento en que lo hicieron.
"¡Lo digo en serio, Sirius, ya terminé!" estaba diciendo Remus.
Parece como si esta "disputa" se hubiera vuelto doméstica, por así decirlo.
Sirius no tuvo oportunidad de responder, tenía una varita apuntando bajo su mandíbula, "¿Qué le dijiste?" Preguntó Severus,
con los ojos brillando oscuramente, prometiendo retribución a Black. Ni siquiera se había enojado tanto cuando Black lo
envió tras Lupin en forma de lobo.
Sirius hizo una mueca ante el ardor de la varita presionando dolorosamente contra su mandíbula.
"No hagamos nada apresurado", advirtió Remus a Severus, advirtiéndole que no fuera impulsivo.
"Cállate", escupió Severus a Remus, "¿Qué dijiste?" le demandó a Sirius nuevamente, girando su varita más
profundamente mientras su furia aumentaba.
"Sólo le pregunté si le gustaría vivir conmigo", dijo Sirius con los dientes apretados, incapaz de mover demasiado su
mandíbula debido a la persistencia de Snape en presionar su varita contra él.
“¿Dame una buena razón por la que no debería simplemente matarte y enterrar el cuerpo?” Severus gruñó furiosamente,
apoyando a Black contra la pared de la cueva. "Nadie te extrañaría, a nadie le importaría", ni siquiera su propio ahijado,
incitó silenciosamente al mago, con su mano izquierda apretada en un puño, el deseo de arremeter físicamente casi
logrando lo mejor de él, y no estaba. uno para confrontaciones físicas... no con magia fuerte al mando, y era un mago
extremadamente poderoso, simplemente prefería preparar pociones.
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Lo mismo podría decirse de Lupin, podría matarlos a ambos antes de que pudieran sacar sus varitas para
defenderse. Había perfeccionado sus habilidades, mientras que Lupin siempre estaba débil debido a la luna llena…
¿y Black? Aún no se había recuperado de Azkaban, sus reflejos eran patéticos por decir lo menos. Lo pensó, realmente
pensó en hacerlo, en hacer las cosas más fáciles para todos ellos. Mantener a Harry a salvo, que era su prioridad
número uno, Harry no lo extrañaría, ni siquiera había preguntado por él una vez. Ni una sola vez desde que lo
trajeron de Hogwarts a Prince Manor.
Sería tan fácil.
Sin embargo, la decepción de Minerva, Poppy y Albus sería demasiado para soportar, podría ser un paso demasiado
lejos para que lo toleraran.
Con los ojos entrecerrados con disgusto, no podía dejar ir a Black, por miedo a que fuera demasiado lejos e informara
al Ministerio sobre Harry y dónde encontrarlo. Lo mantenían en secreto por una razón, y si Black estaba lo
suficientemente decidido, no le importarían las consecuencias. Sólo la idea de que Harry estuviera
drogado, atrapado en una habitación porque pensaban que no era apto mentalmente para la sociedad lo horrorizaba.
Los ojos grises se encontraron con Black, y Severus atravesó la mente de Black, tomando control de su
cuerpo, agarrando la varita.
"¡Sirius, no lo hagas!" Advirtió Remus, sin darse cuenta de lo que estaba pasando, debido a que estaba de espaldas
a ambos.
Eso fue hasta que un brillo naranja comenzó a pulsar entre ambos magos.
Una llamarada naranja que parecía alambre de púas se envolvió alrededor de las manos de Severus y Sirius.
"¿¡Qué diablos está pasando!?" Remus dio un paso adelante para detener lo que sea que estuviera pasando.
"¡Detenlo ahora!" miedo y preocupación arrastrándose en su tono.
Otra llama naranja ardió alrededor de sus manos, visible incluso para Remus, quien se dio cuenta de lo que estaba
pasando. Simplemente no entendía cómo era posible... ninguno de los magos decía nada... ¿cómo podían estar
haciendo un voto inquebrantable?
Antes de que Remus pudiera alcanzar a Sirius y Severus, la tercera llama selló el voto inquebrantable en su lugar.
“¿Qué habéis hecho vosotros dos?” logró salir, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. "¡Sirio!" gritó,
tambaleándose hacia adelante cuando vio el colapso de Sirius como si simplemente no pudiera mantener su cuerpo
en pie por más tiempo.
"Lo que había que hacer, ya no eres bienvenido en Prince Manor", replicó Severus, su voz como un borde irregular.
Simplemente había poseído a Black para obtener ese voto, al hacerlo en silencio, estaba mágicamente muy debilitado
y agotado, no es que estuviera a punto de revelar ese dato de información. Parecía haberle costado tanto, si no
más, a Black luchar contra él.
Nunca había tenido ninguna posibilidad; había sido patéticamente fácil.
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"¿Qué hiciste?" Remus preguntó de nuevo, sosteniendo a Sirius en sus manos, "¿Qué había en ese voto?" el
miedo retorciéndose en sus entrañas.
"Seguro, para que no pueda ir al Ministerio o informar a nadie sobre Harry, no pondré a mi chi... mi pupilo en peligro
debido a su estupidez". Le dijo Severus, burlándose del cuerpo inconsciente de Black, sintiéndose reivindicado. "Vete
ahora, antes de que haga que las protecciones te desalojen". Lo cual sería significativamente más doloroso y los dejaría
inconscientes durante horas, si no días.
"No puedes hacerle esto... es impulsivo, realmente no lo dice en serio... lo matará perder su último vínculo con James
y Lily..." le dijo Remus, tragándose el nudo en su garganta, no importa lo que suceda. le haría.
“Él me advirtió con bastante frecuencia,debería haberle hecho caso, ¿alguna vez he dado la impresión de que no digo lo
que digo en serio?” Severus preguntó sin rodeos, mirando con desprecio a Remus, "Tú me conoces, deberías
haberme escuchado". Fue todo lo que tenía que decir.
Girándose, salió rápidamente de la piscina, "¡Asegúrate de que se vayan!" llamó al elfo doméstico cuando pasó,
dirigiéndose directamente a la habitación de Harry. Harry necesitaba su atención más que su enojo hacia esos idiotas
en este momento.
Hizo un rápido trabajo para llegar a la habitación de Harry, solo para que Poppy saliera antes de que él pudiera
entrar. Ella cerró la puerta detrás de ella, impidiendo su entrada, él arqueó una ceja en silenciosa pregunta.
"¿Mencionaron lo que hizo que Sirius se enojara de nuevo?" Poppy pidió calma como quieras.
"¿De nuevo?" Severus repitió: "¿Qué es exactamente lo que lo hizo enojarse 'otra vez', por así decirlo?"
"Harry preguntó por ti, más específicamente sus palabras exactas fueron '¿Dónde está él? ¿Dónde está mi
papá?'", informó Poppy a Severus.
Severus se puso rígido, sus ojos brillaron con sorpresa, "¿Él... dijo eso?" dijo con voz áspera, tambaleándose por el nuevo
conocimiento. El calor surgió en su esternón, Merlín, ¿Harry realmente lo llamó papá? ¿Lo veía como su padre? Ni siquiera
estaba seguro de por qué estaba sorprendido... no debería estarlo.
"Sí, lo hizo", respondió Poppy, "ahora te está esperando, está seco y en pijama con un libro que ha decidido". No era ni
mucho menos la hora de dormir, pero desafortunadamente, con la corriente calmante probablemente estaría dormido en
media hora.
"Ya veo", murmuró Severus, asombrado, "Gracias, Poppy, haré las pociones cuando él duerma... puedes ir a casa si
lo deseas..." no tenía sentido que ella estuviera cerca cuando no había nadie allí.
"Me pondré en contacto esta noche", prometió Poppy, "mira cómo está entonces".
"Te lo agradezco", estuvo de acuerdo Severus, antes de darle una pequeña sonrisa forzada y luego pasar junto a ella
para entrar a la habitación de Harry.
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Encontró a Harry acurrucado en la cama, sus ositos de peluche favoritos rodeándolo y, como dijo Poppy, un libro para
leer. "¿Te decidiste por un libro?" Severus le preguntó con calma, como si no hubiera tenido todo su mundo patas
arriba y enderezado de una vez. Normalmente tomaba un tiempo, especialmente después de terminar uno.
Harry asintió, pero rápidamente se convirtió en un bostezo, sus ojos parpadearon con cansancio.
"Poppy me dijo cómo me llamaste", dijo Severus en voz baja mientras se unía al chico en la cama, permaneciendo
encima de las sábanas.
“Vivo contigo, tú me cuidas, no sólo cuando estoy enfermo, eso es lo que hace un papá”.
Declaró Harry, con la barbilla sobresaliendo con terquedad. “Tú eres mi papá”
"Eso es muy cierto", reflexionó Severus, términos muy simples para un niño. “No me importa en absoluto”
"Aún eres mi protector oscuro", admitió Harry, arrastrando las palabras mientras el sueño se apoderaba de él.
Los labios de Severus se torcieron, lo habían llamado mucho peor que 'Mi Protector Oscuro', podía vivir con eso.
"Siempre cuidaré de ti, lo prometo", juró Severus, apartando el creciente cabello de Harry de su cara. Pensando en lo
que acababa de hacer... Protector oscuro en verdad.
­­­­­­­­0
¿Quieres un epílogo o lo dejo aquí? Si es así, ¿en cuánto tiempo en el futuro será? ¡R&R por favor!
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Capítulo 39
Mi protector oscuro
Capítulo 39
Severus Snape observó Prince Manor y sus habitantes. Muchas cosas habían cambiado en las últimas décadas,
nadie más que él, a medida que las canas comenzaban a darse a conocer. No hizo ningún esfuerzo por
cambiarlos, teñirlos para que no se notaran, dejó que la naturaleza siguiera su curso. Era una pequeña familia
bastante divertida la que tenían aquí. Dumbledore y el Señor Oscuro o 'Tom', como se refería a él dentro del
alcance auditivo de Harry, eran figuras de abuelos. Siempre tratando de superarse el uno al otro, lo que
definitivamente ayudó a que el cabello de Severus se volviera gris.
Irónicamente... ni una sola vez se hablaron... se sentaron uno al lado del otro y se ignoraron total y
completamente.
Luego estaban Poppy y Minerva, figuras de abuelas, a ellas también les encantaba malcriarlo, pero a
diferencia de Dumbledore y Voldemort... los dos adhirieron a los deseos de Severus de evitar que Harry se
convirtiera en un niño completamente malcriado. Que definitivamente NO deseaba lidiar con las rabietas
de un mocoso mimado. Especialmente por alguien que nunca envejecería mentalmente, pero que había avanzado
mucho más de lo que ninguno de los dos había anticipado.
"¿Dónde está Harry?" Preguntó Poppy, mientras caminaba por el inmaculado césped vestida por una vez con
un atuendo que no era su uniforme o la ropa que frecuentemente llevaba debajo. Levitó el regalo hasta la mesa,
donde se amontonaban los demás regalos. Era una mesa pequeña, pero el círculo de personas que
Harry conocía era muy pequeño. Luna, Neville, Theodore y Daphne eran sus únicos amigos, y sólo porque
tenían un "negocio" que Harry necesitaba para cuidar de sus animales.
La casa de Severus, no, su casa, se había convertido en un zoológico, había tantos animales en el terreno
afortunadamente en corrales, martas y tanques alrededor de la parte trasera de la propiedad. A pesar de
tener tantos, los terrenos siempre estuvieron impecables, entre los trabajos de Harry y los elfos domésticos lo
mantuvieron muy limpio y todos los animales estaban cómodos.
Sacudiendose de sus pensamientos, "Está atendiendo a su paciente más nuevo", su deseo de ayudar a las
mascotas, especialmente cuando 'Sevvy', su hermoso gato, se enfermó, había leído todo lo que pudo conseguir,
el gato había fallecido desde entonces. y Severus no lo había reemplazado. Harry se había vuelto catatónico
durante una semana entera después de la muerte de Sevvy, y Severus pensó que había hecho algo incorrecto
al comprarle el gatito... ¿y si esto fuera lo que lo rompió? No lo había hecho, pero Severus había permanecido
receloso durante un buen rato.
"¿Oh? ¿Qué tiene esta vez? Preguntó Poppy con curiosidad, había tal mezcla de diferentes tipos de animales.
Cambiaban con frecuencia, ya que fallecían o terminaban siendo adoptados o entregados a un paraíso seguro
especialmente para esa especie de animal.
Oficialmente se lo conocía como 'Santuario Veterinario Príncipe para todos los animales heridos o abandonados'.
Había comenzado poco a poco, casi nadie sabía nada al respecto, aproximadamente dos años después de que
se hiciera oficial, Severus comenzó a permitir que Harry tratara con cualquiera que llegara lentamente, el
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runas secretas alrededor de la propiedad haciendo su trabajo para garantizar que no se hable
maliciosamente de Harry.
De hecho, nadie sabía que Harry Prince era en realidad Harry Potter, que alguna vez había sido Harry Potter.
El cabello negro, que ahora era muy largo otra vez, después de haber sido afeitado cuando fue rescatado, pero
cuidado con diligencia esta vez, daba completamente la apariencia de ser el hijo de Severus. Sólo unos pocos
realmente conocen la verdad real y así seguirá siendo.
"Un Thestral", le informó Severus, "es muy joven por lo que parece, y tiene al menos un ala rota". No había sido
consciente de que esas cosas pudieran emitir algún sonido, aparte del ruido de sus cascos mientras
galopaban, pero había estado muy equivocado.
"Pobrecito", dijo Poppy con simpatía, "dudo que esté fuera de su oficina por un tiempo", agregó con una sonrisa
irónica, Harry no era más que dedicado a los animales que se cruzaban en su camino. Sin embargo, hubo
una cosa que no hizo: no salió de la propiedad de Prince para buscarlos, siempre se los tenían que llevar.
"Oh, ha estado esperando esto demasiado como para perdérselo", refutó Severus esa afirmación, Harry estaba
esperando que todos los que le importaban estuvieran en el mismo lugar al mismo tiempo. Quizás tuviera
cuarenta años, pero se había comportado como un niño cuando le informaron que celebrarían su
cuadragésimo cumpleaños. De hecho, era apenas la tercera vez que celebraban su cumpleaños, el 18, el 21 y
por supuesto, ahora el 40. Hitos que todos pensaban que nunca alcanzaría, porque la mayoría de la gente
había estado tan segura de que estaba muerto... los demás se negaban a creerlo hasta que milagrosamente
Severus había encontrado a Harry Potter vivo y decididamente enfermo.
"¿Luna y Neville vienen?" Preguntó Poppy, mientras caminaban hacia el área de picnic, los bancos
cubiertos con tela y flores para darles un poco de elegancia a los elfos domésticos. Severus ni Harry se habrían
dado cuenta de lo contrario.
"Deberían estar aquí en cualquier momento", coincidió Severus, mirando la hora en su reloj.
"Harry definitivamente vendrá cuando lleguen aquí". sonriendo irónicamente, "Aunque Theodore y Daphne
podrían hacer que se mueva un poco más rápido". Theodore le enseñó a Harry viejos hechizos mágicos
curativos de la familia, del grimorio de Nott, y no era tímido como lo era Neville. A Neville y Harry les tomó un
tiempo 'romper el hielo' cada vez que se encontraban, por así decirlo.
Poppy sonrió indulgentemente, su cabello completamente blanco, su rostro un poco más marchito pero aún lleno
de vida.
"Minerva ya está aquí, bajará en unos momentos", comentó Severus. Llevaba horas aquí, le gustaba
mantenerse ocupada después de retirarse de Hogwarts, siguiendo el ejemplo de Dumbledore, pero
mucho antes. Después de todo, la escuela estaba en buenas manos, Filius era un reemplazo perfectamente
adecuado como director.
"¿Está ella con Harry?" Preguntó Poppy, mientras se sentaba y se servía un café.
"No, Tom está con Harry en este momento", explicó Severus, hacía mucho que había dejado de preocuparse
cada vez que su hijo estaba a solas con el Señor Oscuro. Probablemente fueron los únicos del
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público en general que sabía quién era realmente Tom Riddle. Nunca lo pensarías al verlo interactuar con Harry.
"Déjame adivinar, ¿visitar a las serpientes?" Muchas serpientes resultaron heridas y lastimadas sorprendentemente,
y fueron traídas aquí para recuperarse. Realmente era el lugar perfecto, ya que dos personas que estaban aquí a
menudo hablaban serpientes y podían ayudarlos de una manera que la gente normal no podía.
"De hecho, hay una rara raza mágica recién traída hace unos días", explicó Severus el razonamiento detrás de la
visita del Señor Oscuro a los tanques. Ojos brillando mucho más, mirando algo detrás de Poppy.
"¡Amapola!" Harry dijo sonriendo felizmente, abrazándola, su repentina aparición ni siquiera la sorprendió en lo
más mínimo cuando ella le devolvió el abrazo. El miedo que había tenido hacia las mujeres, hacia ella, alguna vez,
había desaparecido hacía mucho.
"Buenas tardes, Harry", dijo Poppy con amor, mientras él se separaba de ella, era una pena que la línea Potter
terminara con él. No era de ninguna manera capaz de tener un hijo, una familia, no como lo son otros de su edad.
"¿Cómo estás?" Había pasado al menos un mes desde la última vez que lo había visto, demasiado ocupada con su
último libro para hacer mucho.
"Estoy bien", dijo Harry con una sonrisa lo suficientemente amplia como para lastimarse la mandíbula más tarde.
Poppy le devolvió la sonrisa, tenía un brillo tan infantil en sus ojos en todo momento, como si no estuviera
atormentado por el pasado. Todavía lo recordaba, pero había elegido vivir el momento y no dejar que esas personas
malvadas lo derribaran. Parecía de su edad, sin embargo, por todo lo que había pasado, honestamente parecía
mucho mayor que sus cuarenta años. Lo que esa gente había hecho... nunca sería deshacer, la infancia de Harry no
sólo le había sido arrebatada sino también gran parte de su edad adulta.
Harry tendría suerte de cumplir noventa años, incluso con la ayuda de pociones.
Cualquier cosa era mejor que Harry muriendo en ese hospital Priory a manos de esa malvada mujer. No hacía falta
decirlo, pero todos lo habían pensado, era bueno que Harry no sobreviviera a Severus, porque el chico estaría
completamente perdido sin él.
"¿Se ha solucionado el Thestral?" Severus lo cuestionó.
Harry frunció el ceño, "Le di la poción para curar su ala rota y algo para ayudarlo a dormir", teniendo que pensar
mucho en ello. A veces tenía problemas para recordar cosas y, a menudo, necesitaba que se lo recordaran. Es
por eso que cuando no estaba con su padre, tenía su propio elfo doméstico personal para ayudarlo cuando
fuera necesario. Nunca necesitó ayuda para recordar hechizos, ya que era un sanador natural y no los necesitaba,
pero le encantaba aprender sobre nuevos hechizos, para poder usar la magia como sabía.
“¿Y Tom?” Preguntó Severus, mientras los elfos domésticos se ocupaban de llevar la comida y la bebida a
las mesas.
"Tom viene, solo está controlando a Tally", dijo Harry. Tally era una serpiente que en realidad había resultado
gravemente herida, pero estaba mejor. “¡Creo que la va a adoptar!” él multitud
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felizmente. Siempre se sentía muy feliz cuando los animales eran adoptados, más aún si se mantenían en contacto y
seguían enviando fotografías de los animales. Había una pared entera dedicada a todos los animales que había
salvado, con letras e imágenes colgadas con alfileres.
"Bueno, ciertamente tendrá tiempo", murmuró Severus, Voldemort y Dumbledore, fieles a su palabra, habían cambiado el
mundo mágico, hecho que era imposible para los muggles tener voz y voto sobre cualquier cosa, incluso sobre sus hijos.
Todos los niños mágicos asistían a Hogwarts, y si los padres no estaban contentos, eran olvidados y los niños eran
adoptados o criados por magos y brujas. Los orfanatos habían sido vaciados de niños mágicos y el mundo mágico estaba
prosperando como no lo había hecho en el pasado.
Para empezar, no todos habían estado contentos con los cambios, pero no se podía negar que el nuevo orden mundial
funcionó.
Nadie podía negar que era lo mejor, no después de que se conociera la noticia de lo que le pasó a Harry Potter.
Quien por cierto fue dado por muerto por toda la población mágica. Menos, Voldemort, Dumbledore, Severus, Poppy,
Minerva, Neville, Theodore, Luna y Daphne.
Todas estas personas que estuvieron aquí hoy, ayudando a Harry a celebrar su cuadragésimo cumpleaños.
Nada de esto hubiera sido posible sin la determinación de Severus Snape. Alguien, a quien, hasta el día de hoy, es
llamado 'Mi Protector Oscuro' por un joven muy agradecido, de quien se dedujo que su edad mental rondaba los
quince años con obvias excepciones, como su olvido.
No es que eso alguna vez deprimiera a Harry. Estaba viviendo su vida plena.
Lo alentaron a vivir su vida plenamente, incluso si no pudiera vivir solo.
Estaba rodeado de gente que mataría por él, moriría por él.
Había dos personas ausentes de las celebraciones, dos personas que no habían estado en la vida de Harry durante casi
diecinueve años. Sirius Black y Remus Lupin habían abandonado Prince Manor y nunca regresaron. Se habían ido al
Caribe y aún no habían regresado, y Harry tuvo suerte de recibir una carta en una tarjeta de cumpleaños y un regalo de
ellos, pero Severus imaginó que era sólo de Remus. Cuando Sirius no se salió con la suya, se puso de mal humor,
completamente reacio. El hecho de que Harry llamara papá a Severus y no a él… había sido la gota que colmó el
vaso.
Harry nunca había preguntado por Sirius, pero había preguntado por Remus, a quien le gustaba leerle y a Harry le había
gustado. Nunca había estado muy seguro de Sirius, quien era demasiado salvaje para el adolescente, nunca había
olvidado el momento en que Sirius casi lo había asustado hasta la muerte. Severus había sido sincero y le contó lo que
había sucedido y por qué.
Sirius no iba a tener la oportunidad de arruinar la vida de su ahijado revelándole quién era y dónde estaba. Ya había
sido encarcelado lo suficiente, no necesitaba que el Ministerio interfiriera y lo enviara a San Mungo.
Su vida, por más triste que hubiera sido, había terminado con una guerra, había hecho borrón y cuenta nueva, no había
luz ni oscuridad, solo había magia.
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El mundo era mejor gracias a ello.
Era una lástima que un niño hubiera pagado el precio más alto por esa paz.
Severus cambiaría todo para darle a Harry la mejor vida posible, pero eso no era posible.
Simplemente tendría que contentarse con ser el Protector Oscuro de Harry.
Y en qué feroz protector se había convertido.
EL FIN
­­­­­0
Esto no se siente como un final real PERO es el final que quería dar, no siempre puede haber un final
feliz con todos felices, pero Harry es feliz y no sabe ni extraña algo que no tiene o no necesita. .
Tiene gente que se preocupa muchísimo por él y el mundo cambió... Quería hacer esto más político,
pero ya tengo otras historias que van a ser extremadamente políticas, así que no fue factible y, además,
hubiera sido todo. ¡Sobre los muggles que habrían tenido que ser incluidos! Sin embargo, espero
que te guste más este que el original, que en cierto modo terminó con la posibilidad de que más (algo
en lo que era muy malo en aquel entonces) le dieran a todas mis historias una sensación de inacabada.
Ojalá haya mejorado y así se termine otra historia :) Espero que la hayas disfrutado.
Para aquellos que NO leyeron el original, ¡no he estado trabajando en esta historia en particular durante
diez años, LMAO! tal vez 2­3 años, pero definitivamente no diez :) la desventaja de eliminar todo excepto
el primer capítulo y comenzar a actualizar :) ahora chicos, ¿por qué no darle un último hurra, incluso si
es solo para decir buen trabajo y terminar esta historia con una explosión? !! :) R&R por favor chicos y nos
vemos leyendo algo más ;)