Subido por R. Lopez Sanchez

Historia de la didáctica

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA
FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
ESPECIALIDAD: LENGUA Y LITERATURA
HISTORIA DE LA DIDÁCTICA
AUTORES:
LÓPEZ SÁNCHEZ, PIERO RODRIGO
QUEZADA CHORRES, MARÍA FERNANDA
CICLO: III
ASIGNATURA: DIDÁCTICA GENERAL I
DOCENTE: ÁVALOS AURORA, ÁLVARO
NUEVO CHIMBOTE – PERÚ
2024
A lo largo de la historia las prácticas de enseñanza han variado dependiendo el
contexto cultural, geográfico y de quienes estén al mando político, como la Iglesia y la
aristocracia que monopolizaban este conocimiento. Por lo que para aplicar una enseñanza
adecuada bajo estas circunstancias ha llevado a plantearse diferentes enfoques en la
práctica educativa. Debido a esto surgieron pedagogos como lo son Juan Amos Comenio,
Michele Montaigne, entre otros, siendo pioneros en cuestionar y reformar las prácticas
educativas de su tiempo, sentando las bases para una didáctica más inclusiva y efectiva
al traer consigo estrategias didácticas para la instrucción actual.
Comprender cómo la didáctica ha cambiado y modificado sus métodos para
responder a las exigencias de cada época es crucial dados todos los cambios que se han
producido a lo largo de la historia y la introducción de nuevas técnicas. Desde los
primeros métodos de enseñanza basados en la memoria y la repetición hasta las estrategias
más recientes que incentivan la creatividad y el pensamiento crítico. El desarrollo de la
didáctica a lo largo del tiempo es indicativo de un esfuerzo continuo por mejorar y
modificar la formación para responder más adecuadamente a las exigencias tanto de los
alumnos como de la sociedad en general.
Con este ensayo se busca exponer el desarrollo que ha tenido la didáctica en el
transcurso del tiempo así como los métodos y estrategias utilizados, y la importancia de
aquellos quienes propusieron y aportaron diversos enfoques en el proceso de enseñanzaaprendizaje como la de Amos Comenio, que buscaba un aprendizaje más atractivo para
los alumnos. Además de señalar los enfoques didácticos actuales que permiten a los
estudiantes facilitar el acceso a un aprendizaje mucho más significativo y adecuado.
A medida que la sociedad ha evolucionado, también lo ha hecho la didáctica,
adaptándose a las nuevas demandas y desafíos del contexto educativo. En este contexto
surge la pregunta: ¿la evolución de la didáctica, respecto al enfoque tradicional, ha
supuesto un avance significativo adaptándose a los cambios sociales facilitando el acceso
al aprendizaje?
La didáctica (del griego διδακτικός: enseñado, aprendido) es la ciencia que debe
guiar el aprendizaje del ser humano y se construye por medio de la teoría y la práctica.
La didáctica quiere decir “arte de enseñar”, significado usado por Ratke en su obra
“Principales aforismos didácticos” (1629), y por Comenio en la Didáctica magna
publicada en 1657 (Villareal, 1971). Debido a que la didáctica es enseñanza, podemos
ver que la antigua Grecia se caracterizaba por el uso de métodos y materiales variados:
utilizaban tablillas de madera cubiertas de cera para escribir, empleando un estilete para
trazar y borrar las letras; los ostraka, fragmentos de cerámica; y el papiro, reservado para
ocasiones especiales debido a su alto costo. La lectura y la memorización de textos,
destacando las obras de Homero, eran importantes, aunque era un problema ya que «había
muchos niños que a los 10 o incluso a los 13 años aún no habían aprendido a leer
correctamente»; además, la disciplina en las aulas era estricta y los maestros empleaban
métodos severos sin miramientos para mantener el orden (Hernández, 2023).
En la Edad Media, período de tiempo que abarca casi mil años (desde el siglo V
hasta el siglo XV aprox.), enfrentó el desafío de mantener y transmitir cultura y educación
de épocas anteriores. Los monasterios fueron esenciales para la transmisión del
conocimiento; se convirtieron en centros de estudio y copia de manuscritos, así como las
escuelas Catedralicias. De la misma manera la educación feudal, estaba destinada a los
hijos de la nobleza; centrada en la formación militar y en la enseñanza de las normas y
costumbres de la sociedad feudal. Sin embargo esta forma de educación se dio en un
contexto histórico en el que la Iglesia y la aristocracia monopolizaban el conocimiento y
la cultura, y donde abundaba una población analfabeta. Pero a pesar de esto, se produjeron
importantes avances: filosóficos, científicos y artísticos, que sentaron las bases para la
educación en los siglos posteriores. También es necesario mencionar que la educación en
esta época estaba limitada a una minoría: hombres y a los miembros de la nobleza. La
educación de la mujer era considerada innecesaria y limitada a la enseñanza de las labores
del hogar y de la religión (Pereda, 2023).
Con todo lo mencionado anterior mente podemos observar un estilo de enseñanza
tradicional, práctica que se fundamentó en la escolástica (que significa método y orden),
en donde el maestro es cimiento y condición del éxito educativo, cumpliendo el rol de
organizar el conocimiento, aislar y elaborar aquello que debe ser aprendido, y convertido
en el modelo y guía al que se debe imitar y obedecer. Este modo ha sido y es, restrictivo
y coercitivo, memorístico en lo intelectual, discriminatorio y elitista en el plano social;
generando de esta manera a un estudiante pasivo en lo intelectual. Es un modelo con la
característica de un currículo inflexible y centrado en el aula, a la vez que se convierte
una limitación para los estudiantes en su proceso de aprendizaje, no reconociendo que el
tiempo cambia a igual que los jóvenes, que han adquirido un distinto modelo de
aprendizaje y que, debido al querer continuar aún con estos métodos inapropiados, este
no sea capaz de manifestar su potencial de formación. Por lo que es menester una
transformación en los esquemas tradicionales de la enseñanza y el aprendizaje para
preparar a los estudiantes hacia un “mundo que será y no el que fue” (Galván-Cardoso y
Siado-Ramos, 2021). Para esto podemos destacar las valiosas contribuciones de diversos
pedagogos, entre los cuales se encuentran Michel de Montaigne, Juan Amós Comenio,
Jean Jacques Rousseau y John Locke. Cada uno de ellos ha dejado un legado significativo
en la pedagogía, aportando métodos, estrategias y un enfoque humanista que ha
solidificado las bases para la educación actual.
Michel de Montaigne aboga por un retorno a una educación humanista más
arraigada en la experiencia humana. Propone una educación dinámica y dialéctica que
parte de la experiencia individual de cada persona al explorarse a sí misma, permitiendo
así la exploración y comprensión de todas las facetas de la condición humana. Esta
educación se caracteriza por un constante diálogo de contrastes entre la cambiante
naturaleza humana y las influencias de la sociedad, las tradiciones y la naturaleza, con su
estabilidad y equilibrio. Su objetivo es desarrollar un juicio crítico que permita discernir
entre las influencias sociales y las convicciones personales. También se pone a la idea de
aplicar un método educativo uniforme y rígido para todos los estudiantes. Él sostiene que
es necesario adaptar la enseñanza de manera individualizada para que cada niño tenga la
oportunidad de explorarse y comprenderse desde su propia experiencia, a través de su
interacción y diálogo con el mundo que lo rodea (López, 2021). Su legado a los docentes
una base sólida para llevar a cabo una enseñanza efectiva, dejando de lado los métodos
tradicionales, como el rol pasivo de los estudiantes en la educación, centrándose en el
desarrollo del pensamiento crítico. Además, abogaba por una educación fundamentada
en los valores humanos, no limitándose únicamente en la transmisión de conocimientos.
Las ideas de este filósofo ayuda a que los pedagogos se centren en una educación más
personalizada y dinámica. Esto implica dejar atrás los enfoques educativos estáticos y
uniformes, permitiendo que los alumnos se involucren en su proceso de aprendizaje.
Por otro lado tenemos a Juan Amós Comenio, quien defendía una educación
universal, gratuita y obligatoria para todos los niños, sin distinción de origen social o
económico. Creía que la educación debía ser práctica y útil, enfocada en la formación
integral del individuo. También propuso métodos pedagógicos innovadores, como el uso
de imágenes y objetos en la enseñanza, la instrucción en varios idiomas desde una edad
temprana, y la importancia de la observación y la experimentación en el aprendizaje.
Además, consideraba que la actividad lúdica, entendida como una acción divertida y
placentera, facilita a los alumnos asumir diferentes roles en diversas situaciones,
entrenándolos en la resolución de problemas y la toma de decisiones acertadas (González
y Méndez, 2024). Este pensamiento sigue siendo relevante en el ámbito educativo actual.
A pesar del tiempo transcurrido, dejó un valioso aporte en la educación como los métodos
y estrategias innovadoras, que fueron pioneras en su época, destacan la importancia de
aprender a través de los juegos como el sensorial, simbólico, de construcción, de reglas y
de exploración para generar interés en los estudiantes. Además, defendía una educación
igualitaria, algo revolucionario en su tiempo, que sigue siendo un principio importante en
la educación moderna.
Ayala (2012) nos menciona que Rousseau, en su obra "Emilio", realiza una crítica
a la pedagogía tradicional y establece los principios de una educación destinada a formar
ciudadanos libres, participativos y comprometidos con la organización de una sociedad
democrática y los asuntos públicos. Además, enfatiza en la importancia de comprender la
naturaleza del niño como punto de partida para el proceso educativo, reconociendo sus
intereses y características innatas. Para Rousseau, es fundamental que el niño explore el
mundo a través de sus propios sentidos, en lugar de depender exclusivamente de
explicaciones abstractas o de libros. Asimismo, sostiene que la educación debe adaptarse
al desarrollo del niño, respetando sus leyes y evolución propias, y reconociendo las
diferencias sustanciales entre la infancia y la edad adulta. De esta manera enfatizó la
importancia de una educación como un proceso individualizado y centrado en el
desarrollo integral del niño. Propuso una educación que se adapte a las características
únicas de cada alumno, respetando su ritmo de desarrollo. Y criticó la pedagogía
tradicional, que esperaba que todos los alumnos aprendieran los mismos contenidos de la
misma manera y en el mismo tiempo.
Locke subraya que no se debe enfocar la educación únicamente en impartir
conocimientos diversos o en memorizar contenidos. Para él, las cualidades esenciales de
un caballero no radican en acumular información que podría llevar a la pedantería. Más
bien, cree que las verdaderas virtudes de un caballero son de índole moral, como la
moderación (para evitar que los deseos prevalezcan sobre la razón), la generosidad, la
honestidad, la valentía, la dignidad y la diligencia (Hernández, 2021).
La educación del niño se origina en una acción básica: el ejemplo que los padres
ofrecen ejerce una influencia directa en la formación del futuro ciudadano. Locke señala
que para obtener el respeto de sus hijos y que estos obedezcan sus órdenes, los padres
deben demostrar un profundo respeto hacia sus hijos (Cabello, 2020). La afirmación de
“que la educación va más allá de solo impartir conocimientos”, recalca la importancia de
que los educadores también tienen la responsabilidad inculcar valores en los estudiantes
para una formación ciudadana adecuada, resaltando el papel importante de los padres en
este proceso.
Galván-Cardoso y Siado-Ramos (2021) hacen mención que debe replantearse la
concepción de tiempo, de espacio y de homogeneización que tiene la escuela, en otras
palabras, todo lo que está naturalizado. Para mitigar las desigualdades sociales en lugar
de profundizarlas, también es necesario aumentar la flexibilidad organizativa interna, la
diversidad de formas en que se utilizan los modernos recursos actuales del mundo digital
y la atención individualizada que se presta a cada alumno. En consecuencia, la educación
debe considerarse ahora como un proceso continuo de toda la vida y no como un proceso
de aprendizaje limitado en el tiempo. La educación para todos implica no implica
simplemente la suma de educación inicial, sino que constituye la formación permanente
y la aparición de una sociedad educativa que ha trascendido el concepto restrictivo de las
tres etapas de la vida: aprendizaje, trabajo y descanso.
Ahora bien, para lograr la inclusión de estudiantes de diferentes orígenes y
capacidades, prácticas pedagógicas adecuadas, el uso de la tecnología como herramientas
digitales y plataformas de aprendizaje, es necesaria la implementación de enfoques
didácticos contemporáneos como base para facilitar el acceso al aprendizaje y la
aplicación de la enseñanza. Podríamos hacer mención de:
La didáctica problémica o enseñanza problémica, consiste que el instructor guíe
a la clase mientras los estudiantes buscan soluciones a los problemas y aprenden a utilizar
los conocimientos que ya han asimilado para resolver otros nuevos por sí mismos. La
circunstancia problemática, el problema, las preguntas, las tareas relacionadas con el
problema y la solución al problema contribuyen a su desarrollo. Se trata de una
investigación de los retos intelectuales a los que se enfrentan los alumnos cuando son
incapaces de describir lo que ocurre en un escenario concreto utilizando los
conocimientos y habilidades que han aprendido. El objetivo de la situación problemática
es: 1. atraer la atención del alumno sobre la cuestión que plantea el tema; 2. crear un reto
cognitivo accesible que el alumno deba superar para aumentar su actividad intelectual; 3.
revelar al alumno la contradicción entre la necesidad de estimulación cognitiva que ha
surgido en él y su incapacidad para satisfacerla con los conocimientos y hábitos que
posee; 4. ayudar al alumno a identificar la tarea cognitiva en la pregunta o ejercicio y a
crear un plan para resolverlo, que culmina con una actividad de búsqueda.
También tenemos el aprendizaje significativo, el cual se basa en la teoría del
aprendizaje significativo propuesta por David Ausubel en 1963 y 1968, en la que sugiere
que tanto la recepción como el descubrimiento pueden conducir a una adquisición de
conocimiento significativa, siendo la recepción el método más común y eficaz. Por
definición, el conocimiento es significativo, es el resultado final significativo de un
proceso psicológico cognitivo (conocer) que supone interacción entre unas ideas
lógicamente (culturalmente) significativas, la estructura cognitiva específica del alumno
(o estructura de su cognición) con las ideas de fondo (anclaje) pertinentes y su actitud
mental hacia el aprendizaje de forma significativa o la adquisición y retención de saberes.
Para que el aprendizaje sea provechoso, la información nueva y la preexistente deben
interactuar para que se produzca una modificación en ambas. A medida que la nueva
información adquiere significado, la estructura cognitiva del educando también cambia y
adquiere acepciones nuevas, más definidas y más estables. En consecuencia, la base de
esta teoría la existencia de saberes previos en la estructura cognitiva del alumno que
actúan como conceptos de anclaje para la construcción del significado de la información
entrante (Ordóñez y Mohedano, 2019). Esto sugiere que la recepción y el descubrimiento
pueden llevar a un conocimiento valioso, destacando la importancia de los saberes previos
que sirven como ancla para tener la capacidad de entender y retener esa nueva
información.
En conclusión, la didáctica ha evolucionado a lo largo de la historia desde sus
raíces en la antigua Grecia, en la que la enseñanza se caracterizaba por métodos variados
y estrictos, reflejando las limitaciones y las prácticas de la época; la Edad Media, donde
el acceso a la educación era restringido; y la era actual, con grandes pedagogos y enfoques
innovadores.
El estilo de enseñanza tradicional ha sido criticado por su carácter restrictivo,
memorístico y elitista, generando estudiantes pasivos. Sin embargo, diversos pedagogos
han contribuido a una transformación en los esquemas educativos. Michel de Montaigne,
Juan Amós Comenio, Jean Jacques Rousseau y John Locke aportaron enfoques
humanistas y métodos innovadores que abogaban por una educación más dinámica,
personalizada y centrada en el desarrollo integral del individuo. Estos pedagogos
enfatizaron la importancia de adaptar la enseñanza a las necesidades y características de
cada estudiante, promoviendo el pensamiento crítico, la igualdad educativa y la
incorporación de valores.
El carácter rígido, memorístico y elitista de la enseñanza convencional ha
suscitado críticas por producir alumnos pasivos. No obstante, varios pedagogos han
contribuido a cambiar los métodos de enseñanza: las perspectivas humanistas y las
técnicas innovadoras de Michel de Montaigne, Juan Amos Comenius, Jean Jacques
Rousseau y John Locke promovieron una educación más dinámica e individualizada,
centrada en el desarrollo holístico del individuo. Estos autores hicieron hincapié en la
importancia de modificar la enseñanza para adaptarla a las necesidades y habilidades de
cada alumno, así como de promover el pensamiento crítico, la equidad educativa y la
integración de valores.
En la actualidad, la necesidad de cambiar los métodos tradicionales es más
evidente que nunca. Enfoques como la didáctica problémica y el aprendizaje significativo
se presentan como alternativas contemporáneas que facilitan un aprendizaje más activo,
contextual y permanente. La implementación de prácticas pedagógicas adecuadas, el uso
de la tecnología y la atención individualizada son esenciales para preparar a los
estudiantes para un mundo en constante cambio, superando las limitaciones de los
modelos educativos del pasado y abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo
humano y social. Estas modificaciones y ajustes de las estrategias de enseñanza han
conseguido preservar el valor de la educación y, al mismo tiempo, mejorar su calibre y
accesibilidad para una población estudiantil cada vez más diversa.
REFERENCIAS
Ayala, E. (2012). Análisis Teórico-Pedagógico de Juan Jacobo Rousseau. Revista de la
facultad de derecho de México, 62(258), 117-138.
https://revistas.unam.mx/index.php/rfdm/article/view/60725
Cabello, A. (2020). Las ideas filosóficas de Locke sobre
educación. Phainomenon, 19(1), 73-84.
https://revistas.unife.edu.pe/index.php/phainomenon/article/view/2171
Galván-Cardoso, A. P., y Siado-Ramos, E. (2021). Educación Tradicional: Un modelo
de enseñanza centrado en el estudiante. CIENCIAMATRIA, 7(12), 962-975.
https://doi.org/10.35381/cm.v7i12.457
González, P., y Méndez Reyes, J. (2024). Juan Amos Comenio. Vigencia de sus ideas.
https://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/26757/4/Juan%20Amos%20Com
enio.pdf
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historia.nationalgeographic.com.es.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/ir-a-escuela-antigua-grecia-2_18462
Hernández, F. (2021). Pedagogía y educación. Su configuración desde los aportes de
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https://repositorio.beceneslp.edu.mx/jspui/handle/20.500.12584/958
López, J. (2022). La educación en Los ensayos de Montaigne, una experiencia
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https://search.proquest.com/openview/c2e821e9f12852fdb4c64baab34a5e9a/1?pqorigsite=gscholar&cbl=54890
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Pereda. (2023, octubre 13). Educación en la Edad Media: Características y Métodos.
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Villareal, C. T. (1971). Pedagogía General. Buenos Aires: Editorial Oasis.
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