crónica El XXXIII Certamen Ciceronianum_SEEC

Anuncio
El XXXIII Certamen Ciceronianum
Manuel Ayuso García
Profesor del IES Julio Verne de Leganés
He tenido la gran fortuna de participar como profesor, acompañando a mi alumna
Arantxa Plaza Expósito, en el Certamen Ciceronianum de Arpino los pasados 9, 10, 11
y 12 de mayo.
Quiero agradecer de la manera más efusiva a la SEEC por darnos la oportunidad
de tomar parte en este acontecimiento y también animar a los compañeros a que sigan
preparando a los alumnos para las pruebas que organiza la Sociedad.
Antes de nada quiero explicar brevemente en qué consiste el Certamen
Ciceronianum que se celebra en Arpino, pues supongo que a muchos de vosotros os
pasará como a mí que, aunque habéis oído hablar de él, no tenéis más que una idea
aproximada. Se trata fundamentalmente de un concurso de traducción y comentario de
un fragmento de cualquier obra de Cicerón de una extensión considerable (16 líneas,
frente a las cuatro de la PAU), aunque a lo largo de los cuatro días que dura la estancia
en Arpino tienen lugar muchas actividades además del propio ejercicio. Esta edición el
texto fue un pasaje de una carta a Ático (2,21), fechada en el año 59 a.C, cuando
Cicerón acaba de descubrir la formación del Triunvirato. Supone una queja sobre la
situación política, que es muy fácil de comparar con la situación actual en casi cualquier
lugar de la Europa de hoy. El texto y la versión italiana están disponibles en la página
web del Certamen, al igual que los de las ediciones anteriores. En mi humilde opinión
es un texto con un grado de dificultad notable, pues serviría como ejemplo de sintaxis
latina concentrada; pero además desde el punto de vista del contexto histórico y político
también requiere unos conocimientos nada banales. A la vez es un texto muy bonito,
interesante y del que se puede sacar mucho jugo.
Pues bien, para traducir y comentar este texto los alumnos tuvieron cinco horas
con la ayuda del diccionario. La organización entregaba también a los alumnos un zumo
y un bollo para resistir el desgate del examen, auténtico maratón ciceroniano. El
ejercicio, que antes se celebraba en el IstitutoTulliano -el Instituto de Bachillerato del
Arpino actual, situado en la plaza del municipio, antiguo foro romano- tuvo lugar en
otra sede, pues el edificio quedó afectado por el terremoto de L’Aquila de 2009. Esta
misma suerte han corrido muchos otros edificios de la comarca de Arpino, la Ciociara.
Los profesores acompañantes no sabemos dónde se desarrolló la prueba, pues a la salida
del desayuno nos despedimos de nuestros alumnos y no nos reencontramos con ellos
hasta bien entrada la tarde.
Mientras los alumnos se las veían con las Cartas a Ático, los profesores
disfrutábamos del V Simposio Ciceroniano. Consistió en un grupo de tres conferencias
muy ilustrativas de profesores de universidades italianas.
La primera de ellas, impartida por la profesora de la universidad de Pavía Elisa
Romano y titulada Eruditio libero digna: modelli educativi e modelli culturali nel De
oratore, versaba sobre las distintas artes que deben servir para la formación del orador
en el De oratore.
La segunda, pronunciada por Giuseppe La Bua, profesor de la Sapienza de Roma,
con el título “Medicina consularis”: Cicerone e la cura dello stato, exponía el uso de la
metáfora de comparar la situación de la Res publica con la enfermedad a lo largo de la
obra del Arpinate.
Cerraba el ciclo la conferencia del profesor de la Universidad de Turín Andrea
Balbo, bajo el sugestivo título Cicerone nella scuola italiana. En ella hizo un recorrido
sobre la presencia de los estudios de Cicerón en la educación de la Italia moderna desde
la Reunificación hasta nuestros días, de forma muy precisa y a la vez divertida; aunque
la situación de la educación en Italia muestra el mismo declive general de nuestros
estudios, el conocimiento del latín en concreto presenta una situación que causa envidia
a los que venimos de la Piel de Toro.
Tras las tres conferencias se abrió un turno de palabra moderado por el presidente
Paolo de Paolis, en el que hubo muchas intervenciones en varios idiomas de los
profesores acompañantes de los alumnos.
Las actas de los simposios de los años anteriores han sido editadas como libros y
se venden en la oficina de turismo, que tiene el bonito y latino nombre de Pro loco.
Tras la comida y una visita a la ciudad de Arpino, nos dirigimos a la acrópolis
prerromana que conserva una buena parte de las murallas y una puerta en arco, que
recuerda a las murallas y puerta de Micenas. Desde allí se divisa un paisaje primaveral
impresionante de esta comarca que, al menos para los que venimos de la Meseta, resulta
de un verdor impresionante.
Allí nos reencontramos con los chicos. Tengo que decir que los alumnos
españoles participantes salieron de la prueba con muy buena impresión. Con el
conocimiento que tenemos de nuestros alumnos, estamos seguros de que resolvieron el
trance de forma brillante. También tuvo esta opinión la comisión correctora, que
confirmó el alto nivel de los exámenes.
Al día siguiente los periódicos de la zona publican el texto del ejercicio y la
versión italiana, junto con diversas informaciones sobre la prueba. Los medios de
comunicación están presentes durante toda la prueba y los diarios recogen cada día del
Certamen noticias relacionadas con el mismo y hay cámaras y micrófonos durante los
actos más significativos.
El sábado se visitan diversos lugares, ya todos juntos, profesores y alumnos. Por
la mañana visitamos la localidad medieval de Guarcino y la abadía de San Luca, única
de las fundadas por San Benito que queda en pie, en los alrededores de la anterior
localidad. El lugar que a mí me impactó más fue la abadía de Montecassino, llena de
connotaciones y referencias, que visitamos por la tarde. Allí el abad dirigió una
alocución en latín, sencilla y llena de emotividad, a los presentes.
Finalmente, el domingo por la mañana se celebra el acto de entrega de premios en
una ceremonia muy bien llevada, en la cual los ganadores recorren un tramo del
decumanus, por el que tantas veces debió de pasar Cicerón, acompañados por jóvenes
vestidos de romanos, mientras suena una música solemne, y suben al estrado. Allí los
vencedores dirigen unas breves palabras a un auditorio formado no sólo por los
participantes y sus profesores, sino por toda la ciudad de Arpino que abarrota la plaza.
Algunos de estos improvisados mensajes me resultaron muy emotivos, dirigidos a
sus padres y profesores, y entre las palabras de agradecimiento oímos algunas de las
frases en defensa de las Clásicas más claras y obvias, pronunciadas por personas
clarividentes, simplemente jóvenes estudiantes.
Por otro lado, para los profesores es una actividad extraordinaria tanto en el plano
profesional como en el plano humano, pues durante unos días convives de modo muy
intenso con colegas y alumnos de lugares distantes y distintos. En mi caso, aparte de
mis colegas españoles, a los que ya considero además amigos, he podido tratar con
profesores y alumnos de Italia, de Alemania, de Serbia y de Croacia. En el caso de los
colegas alemanes sale uno admirado de las combinaciones de asignaturas de las que son
especialistas; hice cierta amistad con Markus, profesor también de Química, pero a su
lado otra colega también explicaba Matemáticas. Resulta estimulante comprobar cuánta
gente hay por Europa remando en la misma dirección para mantener las Clásicas como
referencia para la formación de los jóvenes y de la sociedad.
De los alumnos también sentí admiración; muchos chicos italianos y alemanes
participantes en el Certamen son futuros médicos, matemáticos o químicos.
También me gustaría resaltar el papel y el esfuerzo de muchas personas que hacen
posible la organización del evento y que no están ligados profesionalmente al mundo de
las Clásicas, pero que entienden perfectamente que son una parte fundamental de
nuestra cultura y por eso vale la pena trabajar en su favor. No podría citar a todos pero
me causó impresión el director del instituto de Arpino, Michele Bove, un técnico
absolutamente rendido a Cicerón. También quiero recordar aquí a los Ambasciatori
italianos, acompañantes del grupo durante los cuatro días del Certamen. Finalmente
quiero destacar también el apoyo institucional de las autoridades y asímismo de
empresas hacia el acto, sin el cual hubiera sido imposible su celebración. Ojalá esto nos
sirviera de ejemplo en España.
En fin gracias de corazón a todos, alumnos -los verdaderos protagonistas-,
profesores, Delegación de Madrid de la SEEC, SEEC.
Descargar