Ni la locura del amor Ni la locura del amor de la yerba, de la coca, del tabaco y el alcohol, vale la locura del actor cuando se abre como una flor sobre las luces del palco. Bastidores, camarines, rincones y cortinas son otras tantas pupilas, párpados y retinas. Ni una dulce oración, ni sermón, ni discurso de derecha o de izquierda habla más al corazón que la voz de un colega que susurra “mierda”. Noche de estreno, tensión, miedo, hechizo, fantasía, todo es la gran emoción que vuelve día tras día. Ya se dijo una vez y no fue una vez, ni tres, ni cuatro, no hay gente igual a la gente de teatro. Gente que sabe hacer la belleza, vencer más allá de cualquier pérdida, o gente que puede invertir para siempre el sentido de la palabra mierda. Mierda, mierda para ti, te deseo mierda. Mierda para ti también. Diga mierda y todo bien. Mierda todas las noches, siempre, amén. Caetano Veloso