Electromagnetismo que cura

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Electromagnetismo que cura
Por Javier Parra
EFE Reportajes
Estrés,
depresión,
insomnio,
ansiedad y algunos tipos de alergias,
así
como
intoxicaciones
e
infecciones, figuran en la lista de
tratamientos por biorresonancia, un
método alternativo que consiste en
estimular
las
ondas
paciente
sometiéndose
a
un
electromagnéticas del individuo para Una
que éstas actúen como terapia frente tratamiento con una de las máquinas que
utiliza la biorresonancia.
al malestar físico y psíquico.
Víctor Herráez, director de Bioenergy, un centro existente en España donde se
aplican sesiones de biorresonancia, define a ésta como “la ciencia de regulación de
un ser vivo por medio de sus propias ondas electromagnéticas” para que éstas se
vuelvan curativas, y añade que sus terapias están basadas “en la biofísica y la
mecánica cuántica”.
Los impulsores de la biorresonancia como procedimientos terapéutico parten del
principio de que toda materia viva genera corrientes eléctricas y emite ondas
electromagnéticas propias. Este tipo de energía puede ser registrado por medios
mecánicos para diagnosticar ciertas enfermedades. Las máquinas utilizadas en los
tratamientos de biorresonancia «normalizan» esas corrientes alteradas y las
devuelven saneadas al organismo, con el fin de contribuir a que el problema
desaparezca.
Aseguran también que las terapias de biorresonancia “permiten equilibrar el
funcionamiento emocional, corregir los pensamientos y pautas negativas de nuestro
consciente y positivizar los traumas acumulados en nuestro inconsciente”.
Para cada una de las patologías tratadas por este método terapéutico existen
protocolos normalizados aplicables a los distintos equipos que se utilizan en los
tratamientos, y que consisten en unos aparatos de control de las ondas
electromagnéticas por medio de monitores.
La misión principal de los equipos es regular las ondas alfa, beta, delta y gamma,
cuyo desequilibrio puede provocar los problemas de estrés.
El procedimiento es muy simple: el paciente se sienta en un sillón y es conectado por
medio de unos cables al aparato detector de las ondas internas, desde donde se
realiza el retorno de las mismas al organismo.
Para convertirse en un experto en biorresonancia, explica Herráez, ... hay que
superar los cursos de formación establecidos por cada fabricante de los distintos
equipos, desde un nivel básico u operativo, hasta nivel de master.
“A los pacientes que acuden a esta consulta en busca de información se les indica
que la biorresonancia está especialmente indicada para trastornos provocados por el
estrés como insomnio, ansiedad, depresión y angustia, así como en el tratamiento de
alergias, intoxicaciones e infecciones”, comenta el experto.
Los tratamientos por biorresonancia son costosos. El precio por sesión en España
oscila entre 70 y 90 euros (93 y 119 dólares) y el número de sesiones dependerá,
según Herráez, de “la situación bioenergetica de la persona y si su patología es
crónica o aguda”.
En función a estas variables el tratamiento oscilaría entre seis y doce sesiones.
“En el caso de los trastornos derivados del estrés, la biorresonancia permite
reequilibrar las ondas cerebrales relacionadas con aquellos y regular las funciones de
los neurotrasmisores más importantes”, asegura Herráez.
En un momento económico tan difícil para casi todo el mundo, cuando el miedo a
perder el empleo deriva a veces en estrés, Herráez opina que este tipo de
procedimientos pueden convertirse en una alternativa “eficaz”, ya que ese estrés se
traduce también en problemas físicos, como migrañas y alteraciones digestivas e
intestinales.
“En los casos de alergia –añade- su eficacia se basa en que elimina efectivamente la
información electromagnética que desencadena la respuesta alérgica por parte del
sistema inmunológico”.
A la pregunta de si la biorresonancia ataca directamente a la raíz de la patología a
tratar, la respuesta de Herráez es afirmativa.
“Estos tratamientos –apunta- corrigen desequilibrios energéticos que son la causa de
la patología. Nuestra experiencia es altamente positiva en este sentido”.
En cuanto a la obesidad, un problema que va en aumento en la sociedad
industrializada, Herráez indica que esta técnica ... “sirve como complemento de otros
tratamientos precisos”.
“Una de las principales causas de la obesidad radica en los elevados niveles de
ansiedad que desarrollan algunas personas. Al neutralizar con biorresonancia estos
problemas se permite una mayor asimilación en la absorción de alimentos y, por
ende, en la pérdida de peso”, dice el director de Bioenergy.
Los detractores de esta forma de terapia consideran a la biorresonancia una
pseudociencia más, comparable a la radiónica, que hizo millonario a su inventor, el
médico estadounidense Albert Abrams (1863-1924), y que se basaba en la hipótesis
de que se podían producir modificaciones en las patologías, e incluso sanaciones
radicales, por medio de circuitos y aparatos que permitieran realizar mediciones y
emisiones a distancia, utilizando como nexos de unión simples muestras de los
pacientes a tratar.
John Agapiou, neurofisiólogo del University College, de Londres, se mostró escéptico
en un artículo sobre una máquina de biorresonancia al considerar que el aparato no
cuenta “con validación experimental, ni teórica”.
Herráez vincula el concepto de pseudociencia de los escépticos “con la cultura de
salud de cada país”, y cita como contraste el ejemplo de Alemania donde existen
asociaciones de médicos de bioinformación (su web en español es www.bit-org.de)
que se mantienen al día, en relación con los avances en los tratamientos de
biorresonancia a través de numerosas publicaciones científicas, pues no en vano los
alemanes llevan veinte años de ventaja en las aplicaciones de esta técnica.
También recuerda el director de Bioenergy que en la página web de su centro,
www.vcvbioenergy.es, hay colgadas estadísticas de casos y de patologías tratados
individualmente en el centro, así como de tratamientos realizados para el control de
los problemas del estrés en compañías que lo solicitaron, con el fin de aplicarlas a su
personal.
“Los resultados del seguimiento posterior a los tratamientos–concluye Herráezfueron ... realizados por los servicios médicos de las empresas en las que fueron
requeridos nuestros servicios, con el fin de dar un carácter de independencia a las
conclusiones”.
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