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TEMA 1 - INTRO

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Notas del Tema 1 2023-24
Regimen fiscal de la empresa (Universidad Rey Juan Carlos)
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Régimen Fiscal de la Empresa
Notas Tema 1. Introducción
Curso 2023-24
(Documento elaborado por el equipo docente de la asignatura Régimen Fiscal de la Empresa de la Universidad
Rey Juan Carlos)
[Grado y Doble Grado en Administración y Dirección de Empresas]
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¿Para qué sirven los impuestos?
En los países desarrollados, los tributos constituyen la vía principal de financiación de las
Administraciones Públicas. Como se verá más adelante, los tributos son pagados por empresas y
particulares tomando como base distintos hechos imponibles y existe una gran variedad de figuras
tributarias. La categoría de tributos más relevante son los impuestos, que se recaudan en función de
variables como la renta, la riqueza o el consumo para financiar actuaciones de interés general. Son también
tributos las tasas y las contribuciones especiales que en ocasiones se exigen para financiar determinadas
mejoras, servicios o trámites realiza la Administración en favor de ciudadanos concretos. En todos los
casos el objetivo principal es recaudar los recursos necesarios para financiar las prestaciones sociales y
los bienes y servicios suministrados por el Estado, las Comunidades Autónomas y los entes locales.
Una parte muy importante de los impuestos se destina a financiar las diversas prestaciones sociales
a los ciudadanos: becas, pensiones, prestaciones por desempleo, ayudas a las empresas, ayudas de
emergencia, ingreso mínimo vital, etc. En estos programas de transferencias, el dinero recaudado en
impuestos y cotizaciones sociales1 es devuelto directamente a la sociedad con criterios redistributivos.
Cuando hablamos de redistribución, hemos de entenderla tanto en términos contemporáneos (de unos
ciudadanos a otros) como a lo largo del ciclo vital (de unas etapas a otras etapas de la vida de cada
ciudadano). En el diseño de algunos de estos programas de transferencias prima el objetivo de
aseguramiento ante determinados riesgos (como el desempleo, la enfermedad o la incapacidad para
trabajar) mientras que en otros predomina el objetivo de reducir la pobreza y la desigualdad (como en las
becas de estudio o el ingreso mínimo vital).
La parte de la recaudación que no se gasta en transferencias se destina a financiar un amplio abanico
de programas y actuaciones que podemos englobar de forma genérica bajo la etiqueta de provisión de
bienes y servicios públicos. A diferencia de los bienes y servicios privados, los bienes y servicios
públicos no se venden en el mercado para obtener un beneficio empresarial, sino que se ponen a
disposición del conjunto de los ciudadanos para cubrir necesidades sociales preferentes. Como
ciudadanos, consumimos cotidianamente tanto bienes y servicios privados (alimentación, ropa,
videojuegos, etc.) como bienes y servicios proporcionados directa o indirectamente 2 por las
Administraciones Públicas (seguridad, infraestructuras, sanidad, educación, etc.). Los primeros se financian
mediante los precios pagados por los usuarios, mientras que los segundos se financian fundamentalmente
con los impuestos recaudados, jugando los precios (si existen) un papel residual. Un ejemplo es la
educación superior: una universidad privada se financia íntegramente con los precios privados que pagan
los estudiantes, mientras que en una universidad pública los precios públicos abonados en las matrículas
cubren solo una pequeña parte del coste, siendo el resto financiado con impuestos. Otros servicios
públicos, como la atención sanitaria, se ofrecen en España a los ciudadanos sin cobrar precio alguno
(aunque sí existe un copago en la compra de medicamentos).
Dado que su objetivo principal es financiar el gasto público, los impuestos y demás tributos son
ante todo una herramienta o medio, es decir, tienen una función instrumental. Para lograr sus fines, han
de ser suficientes, de forma que permitan cubrir el gasto público sin generar déficit de forma estructural.
1
Las cotizaciones sociales son un tipo especial de impuestos en tanto que se destinan exclusivamente a la financiación de la
Seguridad Social, que constituye un subsector específico de la Administración Central.
2
Por ejemplo, a través de los conciertos con empresas privadas, como es el caso de los colegios concertados.
1
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Aunque un país puede tener coyunturalmente déficit o superávit en las cuentas públicas, según los
momentos del ciclo económico, a largo plazo debe existir un equilibrio estructural entre ingresos y gastos.
Ello exige un ajuste continuo entre las necesidades y compromisos de gasto adquiridos por las
Administraciones Públicas y la capacidad de recaudar los ingresos necesarios. En un estado democrático,
este ajuste hace preciso un consenso sobre las prioridades de gasto, en un contexto en el cual las
demandas de ciudadanos y empresas son siempre elevadas en relación con los recursos disponibles.
Junto a la misión principal de obtener recursos para financiar el gasto público, los impuestos pueden
tener, y de hecho tienen, otros objetivos extrafiscales3, convirtiéndose en herramientas de política
económica y social. Así, los impuestos suelen diseñarse de tal forma que contribuyan a objetivos como la
reducción de la desigualdad, el fomento de actividades preferentes, como la I+D, el apoyo a determinados
grupos sociales, como las personas con discapacidad, o la estabilización económica, permitiendo suavizar
el efecto del ciclo a través del ajuste automático de la recaudación. En algunos casos, los objetivos
extrafiscales juegan un papel primordial, pasando la función recaudatoria a un segundo plano. Un ejemplo
importante son los impuestos medioambientales, que gravan con tipos impositivos más altos las actividades
que emiten más CO2 o resultan más contaminantes o dañinas. El propósito de este tipo de impuestos es
modificar la estructura de los precios de mercado de manera que el precio final (con impuestos) incorpore
(“internalice”) los costes medioambientales que recaen sobre la sociedad (tanto los costes presentes
como los que se desplegarían para las generaciones futuras). Aunque existen otros mecanismos para
conseguir el fin de proteger el medioambiente, los impuestos medioambientales pueden aportar
poderosos incentivos para lograr economías más eficientes y sostenibles.
El diseño del sistema impositivo español
Diseñar de manera óptima el sistema impositivo es importante por las repercusiones económicas
y sociales que tienen tanto los impuestos como los programas que con ellos se financian. A este respecto,
el artículo 31.1 de la Constitución española establece lo siguiente:
Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica
mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún
caso, tendrá alcance confiscatorio.
El pago de impuestos debe graduarse en función de la capacidad económica de los
contribuyentes, evitando tributos de carácter confiscatorio que impongan a los ciudadanos cargas que
superen su capacidad de pago. Los principales impuestos se definen, de hecho, en función de elementos
que reflejan capacidad económica, como el consumo, la riqueza o, muy especialmente, la renta, que es
considerada tradicionalmente el principal indicador de capacidad de pago.
El principio de igualdad, también mencionado en la Constitución y en la Ley General Tributaria,
implica la obligación de evitar tratos fiscales discriminatorios, gravando de la misma forma a aquellos
contribuyentes que se encuentran en la misma situación. Este principio no excluye la posibilidad de
3
Estos objetivos extrafiscales son reconocidos por la propia Ley General Tributaria en su art. 2, cuyo segundo párrafo indica
lo siguiente “Los tributos, además de ser medios para obtener los recursos necesarios para el sostenimiento de los gastos
públicos, podrán servir como instrumentos de la política económica general y atender a la realización de los principios y fines
contenidos en la Constitución”.
2
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tratamientos fiscales diferentes si estos están adecuadamente justificados, sino de aquellas diferencias
arbitrarias y carentes de justificación en términos de la política fiscal. El cumplimiento del principio de
igualdad en materia tributaria se asocia a menudo al concepto de equidad horizontal, según el cual el
sistema tributario debe tratar igual (=cobrar el mismo impuesto) a aquellos contribuyentes que tengan la
misma situación. Por el contrario, existe inequidad horizontal cuando el sistema tributario grava de forma
diferente a individuos que presentan las mismas circunstancias, sin que exista un motivo económico que
justifique la diferenciación.
El principio de progresividad, por su parte, implica que la contribución fiscal de los ciudadanos
en mejor situación económica debe ser proporcionalmente mayor que la de los ciudadanos con menos
renta o patrimonio. El principio de progresividad no implica que todos y cada uno de los impuestos de
nuestro sistema fiscal hayan de ser progresivos, sino que el sistema fiscal en su conjunto sí debe reunir
esta condición, de tal forma que la contribución impositiva aumente de forma más que proporcional al
aumentar la renta. La figura principal para introducir progresividad en el sistema impositivo es el impuesto
sobre la renta personal, aunque los impuestos sobre la riqueza (patrimonio, sucesiones y donaciones, etc.)
juegan un papel complementario. La progresividad es necesaria para dotar al sistema de equidad vertical,
un principio que implica gravar de forma diferente a las personas que están en distinta situación económica.
El sistema tributario no será considerado justo si no cumplen adecuadamente los principios
anteriores (generalidad, capacidad económica, igualdad, progresividad y no confiscatoriedad). El
cumplimiento conjunto de estos principios garantiza que el reparto de la carga tributaria se haga con un
grado suficiente de equidad, tanto horizontal (trato igual de los iguales) como vertical (trato adecuadamente
desigual de los desiguales).
Para conseguir justicia en materia tributaria no solo es necesario un buen diseño de los distintos
impuestos, sino que también es clave conseguir un buen cumplimiento fiscal. Si existen grupos de
ciudadanos o empresas que eluden o defraudan impuestos, la distribución de la carga fiscal se aparta de lo
esperado y el principio de equidad se debilita. Para mejorar el cumplimiento fiscal de los ciudadanos es
preciso actuar en distintos frentes: concienciar sobre el verdadero coste de los servicios públicos, aplicar
una normativa reguladora de los impuestos clara y comprensible, facilitar a los contribuyentes la
presentación de declaraciones fiscales, investigar y perseguir las conductas de fraude fiscal, etc.
Por último, a la hora de diseñar y aplicar impuestos, es preciso tener en cuenta los efectos
esperados sobre el comportamiento económico de los contribuyentes, primando las figuras que
distorsionen lo menos posible la actividad económica, un principio denominado neutralidad. Aunque
conseguir impuestos completamente neutrales es muy difícil, puesto que para ello sería preciso poner en
cuestión otros principios fundamentales, como el de progresividad, sí cabe elegir aquellos diseños que,
respetando los demás criterios básicos, provoquen menos efectos colaterales indeseados sobre la
actividad económica del país o región donde se recaudan.
Los tributos: concepto y clases
Los tributos son la fuente principal de financiación de las Administraciones Públicas. En este
apartado vemos el concepto de tributo y sus clases, siguiendo las definiciones que establece la Ley General
Tributaria (LGT). Asimismo, contextualizamos el concepto de tributo dentro del conjunto de los ingresos
públicos, explicando sus rasgos diferenciadores con otras fuentes de financiación del sector público.
3
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CONCEPTO DE TRIBUTO:
Los tributos son definidos por la Ley General Tributaria como “prestaciones pecuniarias exigidas
por una Administración pública como consecuencia de la realización del supuesto de hecho al que la ley
vincula el deber de contribuir, con el fin primordial de obtener los ingresos necesarios para el
sostenimiento de los gastos públicos” (art. 2.1 LGT). Además, los tributos pueden ser utilizados como
instrumentos de política económica y social.
Dos rasgos clave en la definición de un tributo son su carácter coactivo (la realización del hecho
imponible genera la obligación legal de tributar) y que su finalidad primordial es la financiación del gasto
público. Para que exista un tributo deben concurrir los dos rasgos: existen pagos coactivos, como las
multas y sanciones, que no son tributarios al no tener como finalidad primordial financiar el gasto público,
y existen pagos para financiar servicios públicos que no son de naturaleza tributaria por carecer de
coactividad, como es el caso de los precios públicos.
Los tributos se clasifican en tasas, contribuciones especiales e impuestos (art.2.2 LGT).
√ Tasas: Tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o aprovechamiento
especial del dominio público, o bien la prestación de servicios o la realización de actividades en
régimen de derecho público que se refieren, afectan o benefician a los sujetos pasivos, cuando los
servicios o actividades no san de solicitud o recepción voluntaria para los obligados tributarios, o
no se presten o realicen por el sector privado.4
El importe de las tasas por la prestación de un servicio o la realización de una actividad (como es
el caso de las aplicadas en la expedición de títulos universitarios, del DNI o del pasaporte o por la
recogida de basura) no podrá exceder del coste real o previsible del servicio o actividad, o en su
defecto, del valor de la prestación recibida (art. 24.2 del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de
marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales).
√ Contribuciones especiales: Tributos cuyo hecho imponible consiste en la obtención por el
obligado tributario de un beneficio o de un aumento de valor de sus bienes como consecuencia de
la realización de obras públicas o del establecimiento o ampliación de servicios públicos. Para
aplicar una contribución especial los beneficiarios de la mejora han de ser claramente identificables,
ya que el funcionamiento de este tributo es similar al de una “derrama” para financiar una obra en
una comunidad de vecinos.
√ Impuestos: Tributos exigidos sin contraprestación cuyo hecho imponible está constituido por
negocios, actos o hechos que ponen de manifiesto la capacidad económica del contribuyente.
INGRESOS PÚBLICOS NO TRIBUTARIOS:
La financiación del sector público se complementa con ciertos ingresos que no tienen naturaleza
tributaria. Entre los ingresos no tributarios destacan los precios públicos, que se definen a continuación.
Además, los organismos públicos pueden percibir ingresos de otras fuentes diversas y variadas (otros
ingresos públicos).
√ Precios públicos: Según el art. 24 de la Ley 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos,
son precios públicos “las contraprestaciones pecuniarias que se satisfagan por la prestación de
4
Se considerará que no es voluntaria la solicitud cuando: a) venga impuesta por leyes o reglamentos, o b) cuando sean bienes,
servicios o actividades indispensables para el desarrollo de la vida privada o social del solicitante.
4
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servicios o la realización de actividades efectuadas en régimen de Derecho público cuando,
prestándose también tales servicios o actividades por el sector privado, sean de solicitud voluntaria
por parte de los administrados”. Así pues, no son tributos, sino pagos que financian servicios o
actividades en régimen de derecho público solicitados voluntariamente por los administrados y
susceptibles de ser prestados por el sector privado. Ejemplos de precios públicos son el precio de
la entrada a museos o a polideportivos públicos, los derechos de matrícula de cursos y seminarios
organizados por universidades públicas o el pago por el servicio de guardería en colegios públicos,
entre otros.
√ Otros ingresos públicos: Existen otras clases de ingresos públicos no enmarcadas en los
conceptos anteriores: ingresos patrimoniales, venta de inversiones reales, activos y pasivos
financieros, multas, recargos y sanciones, etc.
las tasas, contribuciones especiales e impuestos son pagos coactivos, es decir, efectuados de forma
obligada por los ciudadanos, a diferencia de los precios públicos y los restantes ingresos no tributarios. La
diferencia esencial entre las tasas y contribuciones especiales, por un lado, y los impuestos, por otro, es
la existencia o no de contraprestación. En el primer caso, el tributo que paga el ciudadano sirve para
financiar un trámite, servicio o mejora que beneficia de forma directa e individualizada al contribuyente.
Se aplica, por tanto, el llamado “principio del beneficio”, que permite individualizar el cobro en función
del beneficio que cada contribuyente extrae de la actividad pública. Las tasas y contribuciones especiales
son tributos que responden a esta lógica, como también lo hacen (fuera del ámbito tributario) los precios
públicos. En el caso de los impuestos, por el contrario, la lógica es muy diferente, puesto que se recaudan
en función del principio de “capacidad de pago”, por el cual cada sujeto pasivo contribuye en función
de elementos como la renta, la riqueza, las propiedades, el consumo, etc., y la recaudación se destina a
financiar servicios que benefician al conjunto de la sociedad, sin que exista a priori una correspondencia,
a nivel individual, entre la cantidad de impuestos pagados y la cantidad de beneficios recibidos del sector
público5.
Un caso especial, dentro de los impuestos, son las cotizaciones sociales, que son impuestos
afectados a un uso concreto, la financiación de las pensiones y restantes prestaciones de la Seguridad
Social. Dichas prestaciones combinan en su diseño criterios contributivos (p.e. mínimos de cotización para
el acceso a la prestación, relación entre cuantías y bases de cotización, etc.) y elementos redistributivos
(p.e. pensiones mínimas y máximas). Aunque ha existido siempre cierta discusión doctrinal sobre si las
cotizaciones sociales son o no impuestos, su carácter coactivo y la falta de correspondencia exacta entre
lo cotizado y lo recibido nos invita a incluirlas en esta categoría.
La elección de la forma concreta de financiar los distintos gastos públicos (a través de tasas, contribuciones
especiales, impuestos, precios, etc.) depende de varios factores. Por un lado, existen casos en los que
técnicamente no es posible más que la financiación impositiva, por tratarse de servicios difícilmente
“individualizables” (Defensa, Diplomacia, etc.). En otros muchos casos, en cambio, existen distintas vías
posibles de financiación, con diferentes implicaciones políticas y sociales, y es frecuente que las
Administraciones Públicas combinen en la práctica diferentes figuras. Así, por ejemplo, en el caso de las
universidades públicas, la financiación de cada plaza universitaria se realiza en España combinando
impuestos (los cuales financian la mayor parte del coste) y precios públicos (los pagados en sus matrículas
por los estudiantes).
5
De hecho, lo esperable es que el presupuesto público ejerza un cierto efecto redistributivo, beneficiando más, en relación a
lo aportado, a las personas y sectores con menor capacidad de pago que a aquellos que se encuentran en mejor situación
económica en un momento dado.
5
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Elementos básicos en la liquidación de un tributo
Veamos, en primer lugar, una serie de elementos característicos de la liquidación de un tributo.
Algunos de ellos, como el hecho imponible, estarán presenten en cualquier tributo, mientras que otros,
como los pagos a cuenta, afectan solo a determinados impuestos.
-
Hecho imponible: Es el presupuesto fijado por la ley para configurar cada tributo y cuya realización
origina el nacimiento de la obligación tributaria principal (art. 20.1 Ley General Tributaria), es decir, la
sujeción a un determinado impuesto. Junto a la definición del hecho imponible, las leyes tributarias
suelen contener una serie de supuestos de no sujeción, que delimitan negativamente el ámbito material
de aplicación del impuesto.
-
Exenciones: Son supuestos de exención aquellos en que, a pesar de realizarse el hecho imponible, la
ley exime del cumplimiento de la obligación tributaria principal (art. 22 LGT).
-
Base imponible (BI): La base imponible es la magnitud dineraria o de otra naturaleza que resulta de
la medición o valoración del hecho imponible (art. 50 LGT). Existen tres regímenes de estimación de
la base imponible:
-
√ Estimación directa: La base imponible se cuantifica directamente a partir de las declaraciones
y demás documentos del sujeto pasivo (facturas, datos consignados en libros y registros, etc.). Es
el régimen general de estimación de la base imponible.
-
√ Estimación objetiva: Régimen de estimación voluntario que existe en algunos tributos (p.e.
IRPF, IVA) para ciertos sujetos pasivos, por el cual la base imponible se cuantifica en función de
una serie de índices o módulos previstos en la ley de cada tributo.
-
√ Estimación indirecta: Régimen de estimación de carácter subsidiario, aplicable a todos los
tributos en determinadas situaciones (falta de declaraciones o declaraciones incompletas,
resistencia o negativa a la actuación inspectora, etc.). La estimación de la base imponible se basa
en los antecedentes y datos, directos o indirectos, que tiene la AEAT sobre el contribuyente.
-
Base liquidable (BL): Es la magnitud resultante de practicar, en su caso, en la base imponible las
reducciones establecidas en la ley (art. 54 LGT).
-
Tipo de gravamen o tipo impositivo: Es la cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base
liquidable para calcular la cuota íntegra (art. 55.1 LGT). La normativa fiscal puede establecer en
determinados casos tipos cero o tipos reducidos o bonificados (art. 55.3 LGT).
Los tipos impositivos son un elemento clave de los impuestos, de ahí que existan distintas
clasificaciones y conceptos relacionados con ellos, que recogemos a continuación.
1) Por un lado, los tipos de gravamen pueden ser específicos o porcentuales, y deberán aplicarse
según disponga la ley propia de cada tributo a cada unidad, conjunto de unidades o tramos de la
base liquidable (art. 55.2 LGT). Los impuestos con tipos específicos determinan la cuota
impositiva que corresponde a cada unidad de magnitud (cantidad, volumen, peso, etc.) de base
liquidable, y se denominan también impuestos unitarios o ad quantum. Sirven como ejemplo
muchos de los impuestos especiales (impuestos sobre hidrocarburos, bebidas alcohólicas, etc.). En
los impuestos con tipos porcentuales, o impuesto ad valorem, la cuota se determina aplicando
uno o varios porcentajes al valor monetario de la base. Estos son con diferencia los más frecuentes.
2) Por otro lado, los impuestos pueden aplicar tipos proporcionales o bien utilizar escalas de
gravamen progresivas (también llamadas tarifas). En el primer caso, se aplica un único tipo de
6
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gravamen, independientemente del valor de la base imponible, por lo que los impuestos
proporcionales se suelen denominar impuestos de tipo fijo. Un ejemplo claro es el Impuesto de
Sociedades, que grava con un tipo del 25% el beneficio de las empresas societarias. En el segundo
caso, la base liquidable se divide en tramos o escalones, y a cada tramo se le aplica un porcentaje
proporcional más elevado. En otros términos, para cualquier contribuyente sometido a una escala
progresiva, los primeros euros ganados tributan a un tipo inferior a los últimos, y la cuota total
resulta de sumar la tributación que corresponde a los distintos tramos o escalones de base. Esta
forma de aplicar la progresividad evita el llamado “error de salto” que se produciría si los tipos
impositivos crecientes se aplicaran sobre la totalidad de la base, y no solo sobre el exceso de base
sobre el tramo anterior6.
3) Una diferenciación importante (especialmente en el caso de impuestos progresivos) es la que
existe entre el tipo medio y el tipo marginal. El tipo medio es el tipo impositivo que en
promedio afecta a la base gravada por el impuesto, y se obtiene dividiendo la cuota entre la base.
El tipo marginal es el tipo impositivo que afecta a la última unidad de base, es decir, el que soporta
el último euro gravado, y se obtendría dividendo el aumento de cuota entre el aumento de base.
En los impuestos progresivos, el tipo marginal es superior al tipo medio (ya que los distintos
escalones de base van siendo gravados con tipos crecientes). En un impuesto proporcional, por el
contrario, tipo medio y marginal coinciden, sea cual sea el nivel de la base imponible.
Conocer el tipo marginal al que tributa un contribuyente es importante para la planificación fiscal.
Ello es así porque, en un impuesto progresivo, el tipo marginal es el que determina cómo varía el
impuesto ante variaciones marginales de la base imponible. Así, el tipo marginal indicará qué
proporción de una renta adicional habrá que pagar como impuesto, permitiendo saber cuál sería
la renta neta que va a recibir el contribuyente. Igualmente, permitirá determinar el ahorro fiscal
asociado a una reducción en la base, entendiendo por ahorro fiscal la reducción del impuesto
generada por un incentivo fiscal.
4) Otra diferencia interesante es la que existe entre los tipos nominales y los tipos efectivos. Los
tipos impositivos nominales son los que establece la ley para calcular la cuota de un impuesto. El
25% que fija la Ley del Impuesto de Sociedades o las escalas de gravamen estatal y autonómica del
IRPF reflejan los tipos nominales. Los tipos efectivos son, en cambio, los que se derivan de las
cantidades de impuesto efectivamente pagadas por los contribuyentes, una vez tenidas en cuenta
las distintas desgravaciones, deducciones y bonificaciones aplicables. Un impuesto puede tener
tipos nominales altos y tipos efectivos bajos, por distintas razones. A menudo se utiliza el concepto
de tipo medio efectivo (TME) para analizar la carga fiscal real que supone un impuesto para un
contribuyente determinado o para un conjunto de contribuyentes. Al tratarse de un concepto
económico (y no legal), pueden existir distintas formas válidas de calcular el tipo medio efectivo.
La forma más frecuente de calcularlo, pero no la única, es a partir del cociente entre la Cuota
6
En este caso se estaría aplicando la llamada tarifa por clases, en la cual el tipo impositivo depende de la cuantía de la base y,
una vez determinado, se aplica sobre la totalidad de la base. La utilización de la tarifa por clases genera error de salto, ya que
un aumento determinado de la base imponible puede dar lugar a un incremento en la cuota de cuantía superior (es decir,
aumentar la renta en, por ejemplo, un euro, nos llevaría a que el impuesto aumentase en más de un euro, debido al cambio de
tramo). Por ello, lo usual es utilizar la tarifa por tramos o escalones (que evita este problema, al aplicar el nuevo tipo impositivo
solo a la parte de la base que supera el límite del tramo). Hay que resaltar que el art. 56.3 de la LGT prohíbe explícitamente el
error de salto, al establecer lo siguiente: “La cuota íntegra deberá reducirse de oficio cuando de la aplicación de los tipos de
gravamen resulte que a un incremento de la base corresponde una porción de cuota superior a dicho incremento. La reducción
deberá comprender al menos dicho exceso”.
7
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Líquida y la Base Imponible del impuesto en cuestión. Así medido, el TME representaría el
porcentaje de la base imponible que se destina efectivamente a pagar el impuesto.
-
Cuota íntegra (CI): Magnitud que representa el impuesto a pagar, antes de aplicar, en su caso, las
deducciones en la cuota a que tenga derecho el sujeto pasivo. En la mayoría de los impuestos, la cuota
se determina aplicando el tipo de gravamen a la base liquidable, aunque también puede venir
determinada directamente a través de cantidades fijas señaladas por la ley (art. 56.1 LGT) o por la
aplicación conjunta de ambos procedimientos.
-
Cuota líquida (CL): Es el resultado de aplicar sobre la cuota íntegra las deducciones,
bonificaciones, adiciones o coeficientes previstos, en su caso, en la ley de cada tributo (art. 56.5 LGT).
Las deducciones son cantidades que minoran la cuota íntegra del impuesto para cumplir distintos
objetivos de política fiscal. Tradicionalmente, las deducciones están sujetas a una serie de condiciones
y no pueden superar la CI, es decir, no pueden dar lugar a una CL negativa. En algunos casos, la
normativa permite trasladar a otros ejercicios las deducciones generadas en un ejercicio y no aplicadas
por falta de cuota, mientras que en otros casos no se contempla esta posibilidad.
Frente a las deducciones tradicionales, que tienen como límite máximo la CI, se han introducido
en los últimos años, en el IRPF, algunos supuestos de deducciones reembolsables. Estas
deducciones son en realidad ayudas que se otorgan a las familias a través del IRPF y son independientes
del valor de la CI, pudiendo aplicarlas incluso los contribuyentes que, por su baja renta, no tienen que
pagar ninguna cantidad de impuesto7. En la normativa española actual, las familias pueden elegir entre
cobrar por adelantado estas deducciones (recibiendo una transferencia mensual) o cobrarlas de una
vez a través de a declaración de la renta.
-
Cuota diferencial (CD): La cuota diferencial será el resultado de minorar la cuota líquida en el
importe de las deducciones, pagos fraccionados, retenciones, ingresos a cuenta y cuotas que determine
la normativa de cada tributo (art. 56.6 LGT). La cuota diferencial puede ser positiva o negativa y
representa la cantidad a ingresar al fisco (+) o recibir como devolución (−) en la declaración del
impuesto.
-
Pagos a cuenta: Pagos anticipados que se realizan en determinados impuestos (fundamentalmente
IRPF, Impuesto de Sociedades e Impuesto sobre la Renta de los No Residentes), bajo la forma de
retenciones, ingresos a cuenta o pagos fraccionados. Dichos pagos anticipados se tienen en cuenta
posteriormente en la declaración anual del impuesto, para calcular el resultado a ingresar o devolver
(cuota diferencial).
√ Retenciones: Detracciones que por ley deben hacer los pagadores de rentas sometidas a
tributación en impuestos como el IRPF, el IS o el IRNR y sobre las que existe obligación de retener
(p.e. salarios, intereses, dividendos, etc.). Estas detracciones son ingresadas por los retenedores
en Hacienda en nombre del retenido, y son descontadas por este último al calcular la cuota a
ingresar en su declaración anual.
√ Ingresos a cuenta: Son el equivalente a las retenciones en el caso de los pagos en especie. El
retenedor ingresa a Hacienda una cantidad monetaria calculada en función del valor fiscal del
elemento, aplicando sobre el mismo los porcentajes fijados por la AEAT.
7
Para dejar más clara esta independencia de la Cuota Íntegra, en el esquema actual de liquidación del IRPF las deducciones
reembolsables se restan directamente de la Cuota Diferencial.
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√ Pagos fraccionados: Pagos periódicos que deben hacer sociedades y empresarios individuales
antes del devengo de los correspondientes impuestos sobre la renta (IS, IRPF, IRNR). Se calculan
en función de las rentas del ejercicio anterior o bien de las obtenidas en el ejercicio actual hasta el
momento de liquidar los pagos. No debe confundirse este concepto con el de fraccionamiento en
el pago de la deuda tributaria (situación en la cual un contribuyente solicita a Hacienda pagar en
varios plazos una deuda tributaria).
Las retenciones, ingresos a cuenta y pagos fraccionados son elementos esenciales para gestionar
los impuestos sobre la renta personal y de las sociedades, ya que permiten recaudar el impuesto de
forma continua según se van generando las rentas, generando liquidez para financiar los servicios y
prestaciones públicas. Ello beneficia tanto a Hacienda como a los propios ciudadanos, a los que en
muchos casos se exime incluso de la obligación de declarar, algo que no sería posible si no existieran
pagos a cuenta.
-
Deuda tributaria: Según el art. 58 LGT, la Deuda Tributaria está formada por la cuota o cantidad a
ingresar que resulte de la obligación tributaria principal o de las obligaciones de realizar pagos a cuenta
(art. 58.1). Además, integrarán también la deuda tributaria, en su caso, el interés de demora, los
recargos por declaración extemporánea sin requerimiento previo, los recargos del período ejecutivo
y los recargos exigibles legalmente sobre las bases o cuotas a favor de Tesoro o de otros entes públicos
(art. 58.2). Las sanciones, en cambio, no forman parte de la deuda tributaria.
-
Interés de demora: Según el art. 26 de la LGT, el interés de demora es una prestación accesoria
que se exigirá a los obligados tributarios y a los sujetos infractores como consecuencia de la realización
de un pago fuera de plazo o de la presentación de una autoliquidación o declaración de la que resulte
una cantidad a ingresar una vez finalizado el plazo establecido al efecto en la normativa tributaria, del
cobro de una devolución improcedente o en el resto de casos previstos en la normativa tributaria. Su
cuantía se fija tomando como base el tipo de interés legal del dinero incrementado en un cierto %.
-
Recargos: Los recargos que pueden formar parte de la Deuda Tributaria son de dos clases:
√ Recargos tributarios. Incluyen los recargos sobre bases o cuotas que pueden establecer en algunos
casos las autoridades fiscales. Son un mecanismo de financiación de las haciendas territoriales previsto
en las leyes de financiación de las comunidades autónomas y las haciendas locales. Un ejemplo clásico
es el recargo provincial sobre el Impuesto de Actividades Económicas (impuesto municipal).
√ Recargos sancionadores, relacionados con el incumplimiento fiscal. Hay dos figuras:
-
Recargos por declaración extemporánea sin requerimiento previo, regulados en el art. 27
de la LGT. Se aplican cuando el sujeto pasivo presenta la declaración fuera de plazo, sin que
haya habido un requerimiento previo por parte de la Administración. Se cobrará un recargo dl
1% más otro 1% adicional por cada mes completo de retraso con que se presente la
autoliquidación o declaración respecto al término del plazo establecido para la presentación e
ingreso, calculado sobre el importe a ingresar derivado de la liquidación o autoliquidación. Si
la declaración se presenta con un retraso de más de 12 meses, el recargo es del 15% y se
devengan intereses de demora.
-
Recargos del período ejecutivo, regulados en el art. 28 de la LGT. Son recargos que se
devengan con el inicio del “período ejecutivo” (es decir, cuando existe una deuda reconocida
9
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y liquidada que no se ha satisfecho dentro del período de pago, art. 161 LGT) 8, y existen tres
niveles de recargo: i) Recargo ejecutivo: 5%, se aplica cuando se ingresa la deuda antes de la
notificación de la providencia de apremio, ii) Recargo de apremio reducido: 10%, se aplica
cuando se ingresa la deuda junto con el recargo después de notificada la providencia de
apremio, pero dentro del plazo que ésta señala para el ingreso. La providencia de apremio es
el documento en el cual Hacienda comunica la cuantificación de la deuda, los plazos de pago,
el procedimiento de embargo a seguir en caso de impago, etc, iii) Recargo de apremio
ordinario: 20%, se aplica cuando no concurran las circunstancias a que se refieren los apartados
1) y 2). En este caso se exige además interés de demora.
-
Autoliquidación: Cálculo del impuesto a pagar por parte del propio sujeto pasivo (art. 120 LGT).
Muchos impuestos importantes, como el IRPF, el IS o el IVA, funcionan mediante autoliquidación, pero
en otros, como el IBI, la liquidación la efectúa la propia Administración Tributaria, a partir de los datos
que posee la administración y/o de datos declarados por los sujetos pasivos (art. 101 LGT).
Elementos personales de los tributos
Dentro de los elementos personales de los tributos, la LGT señala y define distintos tipos de
obligados tributarios. El concepto de sujeto pasivo es el más importante, pero existen otras figuras
relevantes incluidas en la Ley General Tributaria (Esquema 4). A continuación, se definen las principales:
-
Sujeto pasivo: Es la persona física o jurídica que según la Ley resulta obligada al cumplimiento de las
prestaciones tributarias, sea como contribuyente o como sustituto del mismo (art. 36.1 LGT). Las
obligaciones del sujeto pasivo son tanto materiales (pago de la deuda tributaria) como formales (p.e.
efectuar las oportunas declaraciones, llevar los libros de contabilidad y registros exigidos por las leyes
8
En los impuestos que liquida Hacienda (p.e. IBI), el periodo ejecutivo se inicia al día siguiente de vencer el período voluntario
de pago sin haber hecho el ingreso. En el caso de deudas a ingresar mediante autoliquidación presentada sin realizar el ingreso,
el periodo ejecutivo se inicia al día siguiente a la finalización del plazo que establezca la normativa de cada tributo para dicho
ingreso o, si este ya hubiere concluido, el día siguiente a la presentación de la autoliquidación. Una vez iniciado el periodo
ejecutivo, la Administración Tributaria puede cobrar la deuda por el procedimiento de apremio.
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que regulan los impuestos, proporcionar a la Administración los datos y justificantes que solicite, etc.).
Existen dos tipos de sujeto pasivo que hay que diferenciar:
√ Contribuyente: Es el sujeto pasivo que realiza el hecho imponible (art. 36.2 LGT).
√ Sustituto del contribuyente: Es el sujeto pasivo que, por imposición de la ley y en lugar del
contribuyente, está obligado a cumplir la obligación tributaria principal, así como las obligaciones
formales inherentes a la misma. Normalmente, el sustituto podrá exigir del contribuyente el
importe de las obligaciones tributarias satisfechas (art. 36.3 LGT). La finalidad de esta figura es
facilitar la recaudación y garantizar el pago del tributo en determinados casos. En el ordenamiento
actual la figura del sustituto se utiliza sólo de forma excepcional (p.e. en algunas tasas e impuestos
locales, en determinadas operaciones con no residentes, etc.).
Es importante destacar que el sujeto pasivo es un concepto legal y que no siempre el sujeto pasivo
coincide con el destinatario final del impuesto en términos económicos. A este respecto, es
importante la distinción entre impuestos directos (los que gravan manifestaciones directas de
la capacidad de pago, como la renta o la riqueza, y se recaudan directamente de los contribuyentes)
e impuestos indirectos (los que gravan manifestaciones indirectas de la capacidad de pago, como
las transmisiones o el consumo, y son recaudados, por lo general, de forma indirecta, a través del
mecanismo de la repercusión). La repercusión de un impuesto es el acto por el cual el sujeto
pasivo de un impuesto traslada la carga del mismo a un tercero, por imperativo legal (art. 35.2.f-g
LGT). Es el mecanismo típico de funcionamiento de los impuestos indirectos, como el IVA, cuyo
sujeto pasivo es la empresa que vende el bien o servicio, pero en el que la carga económica
corresponde en última instancia al consumidor final que adquiere los bienes gravados. Otros
impuestos indirectos importantes son los Impuestos Especiales (que gravan artículos como el
tabaco, las bebidas alcohólicas y los hidrocarburos) y el Impuesto sobre Transmisiones
Patrimoniales Onerosas (que grava las transmisiones de bienes entre particulares).
-
Responsables: Son personas distintas del sujeto pasivo que son consideradas, en los supuestos en
que la ley así lo declara, responsables (solidarios o subsidiarios) de la deuda tributaria (art. 41-43 LGT).
Existen dos tipos de responsables:
√ Responsables solidarios: responden desde el momento en el que el Sujeto Pasivo no pague
dentro del período voluntario y sin necesidad de agotar las vías ejecutivas de cobro hasta la
declaración de fallido (art. 42 LGT).
√ Responsables subsidiarios: responden de la deuda desde el momento en que tanto el deudor
principal como los responsables solidarios, si los hubiere, hayan sido declarados fallidos en el
procedimiento de recaudación en vía de apremio (art. 43 LGT).
-
Otros obligados tributarios: La LGT define otros tipos de obligados tributarios a los que se asigna
distintas funciones: representantes legales, sucesores de las deudas tributarias, retenedores, etc.
Elementos temporales de los tributos
Hay determinados elementos temporales importantes en la definición de los tributos. Destacamos
los siguientes:
-
Período impositivo: Período temporal a lo largo del cual se cuantifica el hecho imponible. En la
mayoría de los impuestos el período impositivo es anual.
-
Período de declaración y pago: Período fijado por Hacienda para presentar declaraciones y pagar,
en su caso, la deuda tributaria.
11
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-
Devengo del tributo: Momento en el cual se entiende realizado el hecho imponible y en el que se
produce el nacimiento de la obligación tributaria principal (art. 21.1 Ley General Tributaria). El
momento de devengo de un tributo es importante porque, entre otros aspectos, es el que determina
la normativa fiscal aplicable al realizar la liquidación. Hay que distinguir entre el “devengo del tributo”
(que origina la obligación de contribuir) y el “devengo de la cuota tributaria” (que presupone la
existencia de una deuda ya cuantificada y susceptible de ser ingresada en la Hacienda Pública). En este
sentido, el art. 21.2 de la LGT señala que “La ley propia de cada tributo podrá establecer la exigibilidad
de la cuota o cantidad a ingresar, o de parte de la misma, en un momento distinto al del devengo del
tributo”.
-
Prescripción: Según el art. 66 de la LGT, el plazo general de prescripción de las obligaciones y
derechos tributarios es de cuatro años. Hay que tener en cuenta que existen determinados hechos
que pueden interrumpir el plazo de prescripción, como por ejemplo una notificación de Hacienda de
que se inicia un procedimiento de inspección.
Elementos espaciales de los tributos
Al analizar los tributos son también importantes los elementos espaciales, que determinarán
aspectos tan relevantes como el domicilio fiscal, la residencia fiscal o las formas de corrección de la doble
imposición internacional.
-
Domicilio fiscal: Es el lugar de localización del obligado tributario en su relación con la
Administración Tributaria (art. 48 LGT). Como regla general, el domicilio vendrá dado por el lugar de
residencia habitual en el caso de las personas físicas. En el caso de personas físicas o jurídicas que
realizan actividades económicas el domicilio fiscal es, como regla general, el lugar donde esté
efectivamente centralizada la gestión administrativa y la dirección de las actividades desarrolladas o, si
no puede establecerse dicho lugar, donde radique el mayor valor del inmovilizado en el que se realicen
las actividades económicas. En el caso de personas o entidades no residentes en España, el domicilio
fiscal se determinará según la normativa reguladora de cada tributo.
-
Obligación personal de contribuir: Es la que tienen las personas (físicas o jurídica) que residen a
efectos fiscales en España, y afecta a todos los rendimientos obtenidos, tanto dentro como fuera del
país (es decir, se grava su “renta mundial”, sin perjuicio de los métodos establecidos para evitar la
doble imposición internacional). Las normas para determinar la residencia fiscal se fijan en la
normativa de cada impuesto. Por ejemplo, en el caso del IRPF el criterio básico (aunque existen otros
complementarios) es el de permanecer en España durante 183 días o más dentro del año.
-
Obligación real de contribuir: La que tienen las personas que, sin residir a efectos fiscales en
España, obtienen rentas en territorio español. Sólo se grava la renta obtenida en España. En la
actualidad, estas situaciones están reguladas de manera uniforme por la Ley 41/98 del Impuesto sobre
la Renta de No Residentes, tanto para las personas físicas como jurídicas.
-
Doble imposición: Son situaciones en las que una misma renta se ve sometida a dos o más impuestos
iguales o similares (Esquema 5). Podemos distinguir entre la doble imposición jurídica y la doble
imposición económica.
√ Doble imposición jurídica: un mismo contribuyente paga dos veces impuestos por la misma
renta en dos países distintos. Suele darse por concurrencia de dos soberanías fiscales sobre la
misma renta o el mismo bien.
√ Doble imposición económica: una misma renta es sometida dos veces a impuestos, aunque
se trate de sujetos pasivos distintos. Por ejemplo, cuando una sociedad paga el IS sobre el beneficio
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total y los socios pagan de nuevo impuestos sobre los dividendos recibidos. La doble imposición
económica puede ser tanto interna (dentro de un mismo país) como internacional.
-
Convenios de doble imposición internacional: Acuerdos bilaterales entre países para evitar o
limitar la doble imposición de los rendimientos obtenidos por sus residentes. En estos convenios, se
determina qué tipo de rentas o patrimonios gravará cada Estado y qué métodos se adoptarán para
corregir la doble imposición en aquellas rentas que puedan ser sometidas a tributación en ambos
países. Por lo general, los convenios se ajustan a un modelo estándar aprobado por la OCDE9.
-
Técnicas para corregir la doble imposición: Métodos que permiten eliminar o reducir la doble
imposición sobre las rentas o patrimonios de los residentes de un país. Se aplican preferentemente a
la doble imposición internacional, aunque son métodos trasladables a la doble imposición interna. Hay
que distinguir entre los sistemas de exención y los de imputación (Esquema 6).
√ En los sistemas de exención, el Estado donde reside fiscalmente el contribuyente no tiene en
cuenta las rentas que este obtiene en el extranjero (exención íntegra), o las tiene en cuenta solo a
efectos de calcular el tipo aplicable, que luego se aplica sobre la base liquidable excluyendo las
rentas de fuente extranjera (exención con progresividad). Desde otro punto de vista, la exención
puede ser total o parcial.
√ En los sistemas de imputación, el Estado donde reside fiscalmente el contribuyente tiene en
cuenta todas las rentas para calcular el impuesto, incluyendo las obtenidas en el extranjero, pero
permite deducir de la cuota íntegra el impuesto pagado en el extranjero, bien en su totalidad
(imputación íntegra), bien con el límite de la cantidad de impuesto que por esas mismas rentas
correspondería pagar en el propio país (imputación ordinaria).
Las leyes propias de cada impuesto establecen las oportunas exenciones o deducciones por doble
imposición interna e internacional. Estas normas internas tienen carácter subsidiario respecto a los
Convenios de Doble Imposición, que prevalecen sobre la normativa interna.
Conceptos relacionados con el cumplimiento fiscal
Otro bloque importante de conceptos es el asociado al cumplimiento fiscal de los contribuyentes.
Especial relevancia y complejidad tiene la delimitación de fenómenos como el fraude o la elusión fiscal y
su diferenciación de conceptos como el de economía de opción (Esquema 6). También es importante el
concepto de paraíso fiscal, dado que muchas normas tributarias contienen cláusulas que tratan de evitar
el uso de estos territorios para eludir impuestos.
- Economía de opción: Elección legítima entre las diversas alternativas previstas por la ley en función
de su menor carga fiscal. Los sujetos se comportan racionalmente eligiendo la opción fiscalmente más
barata dentro del abanico de posibilidades contempladas por la normativa vigente, con total respeto a
la legalidad. Naturalmente, no solo no es sancionable, sino que en muchos casos es el propio Estado
el que quiere incentivar determinadas opciones a través de sus ventajas fiscales (p.e. las aportaciones
a Planes de Pensiones).
9
Los convenios de doble imposición en vigor se pueden consultar en: https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/normativacriterios-interpretativos/fiscalidad-internacional/convenios-doble-imposicion-firmados-espana.html
13
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-
Planificación fiscal: Conjunto de estrategias personales o empresariales encaminadas a minimizar o
diferir la carga fiscal soportada por el sujeto pasivo, dentro del marco legal existente. La adecuada
planificación fiscal se basa en el conocimiento profundo de la normativa tributaria y el correcto
aprovechamiento de las economías de opción.
-
Elusión fiscal: Utilización de vacíos legales y estratagemas al límite de la ley para obtener ahorros
fiscales no pretendidos por la normativa fiscal vigente. A menudo se utilizan también términos como
los de planificación fiscal agresiva o abusiva. En estas situaciones, no se infringe directamente la ley
tributaria, sino que se “soslaya” su aplicación recurriendo a vías que, no siendo en sí mismas ilegales,
suponen una utilización inadecuada de las normas con la única finalidad evitar o reducir los impuestos
que corresponden a una determinada operación. Para corregir estos comportamientos, las normas
tributarias contienen diversas cláusulas “antiabuso” o “antielusión fiscal”. Dichas cláusulas persiguen
recaudar los impuestos que corresponderían en circunstancias normales a la operación realizada.
Algunos ejemplos son la aplicación del “precio de mercado” en las operaciones vinculadas (p.e. entre
sociedades del mismo grupo, entre personas con vínculos familiares, etc.), las medidas “antiparaíso
fiscal” o los regímenes de transparencia fiscal. Las conductas de elusión fiscal pueden ser sancionadas
o no, dependiendo de la regulación concreta de cada país (lo más frecuente es que no impliquen
sanción, ya que no se vulnera directamente ningún precepto legal).
-
Fraude fiscal: Incumplimiento consciente y deliberado de las normas tributarias con el fin de evitar
el pago de impuestos. A veces se distingue entre el fraude fiscal propiamente dicho (p.e. cuando se
falsean facturas para deducir gastos inexistentes) y la evasión fiscal (ocultación de datos a Hacienda),
aunque la frontera es difusa. El fraude fiscal está perseguido legalmente e implica sanciones
administrativas o incluso penales (cuando la cantidad defraudada supera un cierto nivel).
-
Infracciones tributarias: La LGT dedica su Título IV (aa. 178-212 LGT) a la regulación de las
infracciones tributarias y las sanciones aplicables. Las infracciones se clasifican en leves, graves y muy
graves, según el grado de culpabilidad detectado en la actuación del sujeto infractor y la cuantía total
no ingresada. Así, por ejemplo, se consideran “graves” conductas como la ocultación de datos (no
presentar declaraciones, o presentarlas con datos falsos o incompletos) y “muy graves” las que
implican una utilización de medios fraudulentos (p.e. anomalías contables importantes, o la utilización
de personas o entidades interpuestas). Las sanciones impuestas son, según los casos, cuantías fijas o
proporcionales, y pueden verse reducidas en determinados supuestos (conformidad con la
propuesta de la inspección, ingreso dentro del período voluntario sin presentar recurso o reclamación,
firma de actas con acuerdo entre el sujeto y la Administración Tributaria, etc.), así como incrementadas
en otros (p.e. comisión repetida de infracciones tributarias).
-
Delito fiscal: La regulación del delito fiscal se contiene en el Código Penal, y las penas y sanciones se
imponen por vía judicial. Son, por ejemplo, delitos fiscales la inexistencia de contabilidad o la llevanza
de contabilidades falsas o dobles contabilidades, o defraudar a la Hacienda Pública o a la Seguridad
Social en cuantía superior a 120.000 € eludiendo el pago de tributos, retenciones, cotizaciones sociales,
etc., o disfrutando indebidamente de beneficios fiscales. Las penas impuestas pueden ser una multa
económica, la pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones o de beneficiarse de incentivos fiscales
durante varios años, o incluso prisión, según la gravedad del delito.
-
Paraísos fiscales: ésta es la denominación popular con la que, a partir de una mala traducción del
término inglés tax havens -refugios fiscales- se conoce a los centros financieros extraterritoriales
caracterizados por su baja o nula tributación, en especial en lo que a impuestos sobre la renta se
refiere, así como por la escasa transparencia informativa. Su auge se produce a partir de la década de
1980 y está asociado a la supresión de las trabas legales y los controles de cambio y al desarrollo de
las telecomunicaciones que han intensificado los movimientos internacionales de capital financiero
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(Almirón, 2005). No hay actualmente una lista unánime de paraísos fiscales a nivel mundial. La Unión
Europea, por ejemplo, elabora cada año una lista de “jurisdicciones no cooperativas”.
-
Visión general del sistema impositivo español
La organización territorial de las Administraciones Públicas supone la necesidad de una distribución
de competencias en materia tributaria, tanto en lo que se refiere al poder para establecer y regular tributos
como a la gestión, inspección y recaudación de los mismos. El Esquema 7 sintetiza la forma en que se
financian los distintos niveles territoriales y administrativos: la Administración Central del Estado, la
Administración de la Seguridad Social y las Administraciones Territoriales (CCAA y Corporaciones
Locales: Ayuntamientos, Diputaciones y demás entres locales).
ESQUEMA . FINANCIACIÓN DE LOS DISTINTOS NIVELES ADMINISTRATIVOS
Nivel central
Niveles territoriales
Administración
Central del Estado
Administración de la
Seguridad Social
Comunidades
Autónomas
•Potestad originaria
para establecer
tributos (art. 133
CE).
•Cotizaciones Sociales.
•Régimen común:
Tributos propios,
tributos estatales total
o parcialmente
cedidos, transferencias
de nivelación y
desarrollo regional,
otros ingresos.
•Impuestos
municipales
obligatorios y
potestativos.
•Régimen foral:
Tributos propios,
tributos concertados
menos cupo, otros
ingresos.
•Transferencias de
otras AAPP.
•Titularidad de los
principales
impuestos: IRPF, IS,
IRNR, IVA, IIEE, IPN,
ISD, ITPAJD, etc.
•Otros ingresos
tributarios y no
tributarios.
•Aportaciones de la
Administración
Central.
•Otros ingresos.
Corporaciones
Locales
•Recargos provinciales
sobre impuestos
municipales.
•Otros ingresos.
Fuente: Elaboración propia.
La Constitución Española establece en su art. 133 que “La potestad originaria para establecer los
tributos corresponde exclusivamente al Estado, mediante Ley. Las Comunidades Autónomas y las Corporaciones
Locales podrán establecer y exigir tributos, de acuerdo con la Constitución y las Leyes”. Así pues, la Constitución
española atribuye la “potestad originaria” para establecer tributos al Estado central, aunque deja abierta
la posibilidad de que CC.AA. y CC.LL. exijan sus propios tributos, siempre dentro de los límites
establecidas por las leyes estatales y la propia Constitución. Actualmente, el Estado central es el titular de
los principales impuestos (IRPF, IVA, IS, etc.), si bien, como veremos enseguida, la recaudación de algunos
de ellos se cede total o parcialmente a las CCAA. La recaudación obtenida por el Estado vía impuestos se
complementa con ingresos de otras fuentes, tributarias (tasas y contribuciones especiales) y no tributarias
(precios, ingresos de la propiedad, subvenciones de la UE, endeudamiento, etc.).La Seguridad Social, por
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su parte, constituye un subsistema específico con presupuesto propio y una fuente de financiación
específica: las cotizaciones sociales aportadas por trabajadores y empresarios para sostener el sistema de
pensiones y restantes prestaciones de la Seguridad Social (prestación por desempleo, bajas por
enfermedad, etc.). Si las cotizaciones no son suficientes para cubrir el gasto, la Administración Central
aporta los recursos adicionales necesarios. Desde el año 2000, existe el llamado Fondo de Reserva, en el
que se acumulan los superávits del sistema de Seguridad Social (los cuales tienden a generarse en años de
expansión económica, cuando el empleo crece y los ingresos por cotizaciones aumentan) para ser
utilizados en momentos de necesidad (por lo general, en etapas recesivas, en las cuales el empleo
disminuye y los ingresos caen).
La financiación de los gobiernos territoriales se regula en normas como la Ley Orgánica de
Financiación de las Comunidades Autónoma (LOFCA) y la Ley Reguladora de las Haciendas Locales
(LRHL), que han sido modificadas en diversas ocasiones para incorporar los cambios pactados a lo largo
del proceso de negociación de los sistemas de financiación autonómica y local. Aunque las CCAA disponen
de algunos impuestos propios, la mayoría de sus recursos proceden de los impuestos cedidos total o
parcialmente por el Estado. Gracias a este sistema, las CCAA reciben una parte importante de la
recaudación de muchos de los principales impuestos (IRPF, IVA, Patrimonio, Sucesiones), participando
también en algunos aspectos de su regulación (p.e. deducciones autonómicas en el IRPF).
En el caso de Navarra y el País Vasco se aplica un régimen foral que supone una mayor autonomía
financiera, y que tiene una regulación específica a través del Concierto (territorios vascos) y el Convenio
(con Navarra). La diferencia principal respecto a las CCAA de régimen común radica en la posibilidad de
regular (con algunas excepciones) y administrar su propio sistema tributario. En este caso, no se habla de
tributos cedidos, sino de tributos concertados.
En el caso de las Corporaciones Locales, entre las fuentes de financiación destacan los impuestos
locales, que incluyen figuras de elevada capacidad recaudatoria, como el IBI. La regulación básica de estos
impuestos es común, pero los Ayuntamientos pueden modificar determinados parámetros.
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La Hacienda Estatal
La Hacienda Estatal tiene atribuida originariamente la competencia de establecer, regular, gestionar
y recaudar las principales figuras del sistema impositivo español, pese a la cesión total o parcial de algunas
de ellas a las Comunidades Autónomas. Además, el gobierno central tiene competencias normativas y, en
algunos casos, también de gestión en los tributos locales, y coordina el conjunto del sistema tributario. A
continuación, se explica brevemente qué gravan los principales impuestos estatales:
a) IMPUESTOS DIRECTOS: Recaen sobre manifestaciones directas de la capacidad de pago del
contribuyente, como son la renta o la riqueza.
IRPF
Grava con tipos progresivos la renta obtenida por las personas físicas residentes en
España, otorgando un tratamiento fiscal especial a las rentas del ahorro. El concepto
de “renta” incluye tanto los rendimientos (trabajo, capital mobiliario e inmobiliario,
actividades económicas) como las variaciones patrimoniales y las imputaciones de
renta. Las ganancias patrimoniales recibidas a título lucrativo por las personas físicas
(donaciones, herencias, etc.) no están sujetas al IRPF, sino al ISD.
IS
Grava con un tipo proporcional la renta obtenida por las personas jurídicas
residentes en España. Esta renta se corresponde con el beneficio empresarial o
resultado contable, sobre el que se realizan una serie de ajustes positivos o negativos
para obtener la base imponible. En dicha base imponible se incluyen las variaciones
patrimoniales obtenidas por la empresa, tanto las onerosas (ventas, permutas...)
como las lucrativas (donaciones), así como determinadas imputaciones de renta.
IRNR
Grava la renta obtenida en territorio nacional por personas físicas o jurídicas no
residentes en España. El IRNR trata de forma diferente a los sujetos pasivos según
actúen o no en España mediante establecimiento permanente (EP): en el primer caso,
la renta del EP se grava de forma unitaria a un tipo equivalente al que soportan las
sociedades residentes, mientras que en el segundo se grava de forma diferenciada e
independiente cada clase de renta obtenida.
IP
Impuesto directo de carácter estatal que grava con tipos progresivos el valor del
patrimonio neto (bienes y derechos menos cargas, gravámenes y deudas) propiedad
de las personas físicas, por encima de un mínimo exento. Existen exenciones para la
vivienda habitual (hasta un cierto valor) y el patrimonio empresarial. Tras un período
de suspensión en los años 2008-2010, el impuesto restableció en 2011, con algunas
modificaciones (aumento del mínimo exento hasta 700.000 euros, incremento del
valor de la vivienda habitual exento de tributación, etc.).
ISD
Grava los incrementos patrimoniales lucrativos (=a título gratuito) obtenidos por las
personas físicas, a través de sucesiones, donaciones o seguros sobre la vida cuando
el beneficiario es distinto del contratante. El impuesto a pagar se determina según
una escala de gravamen progresiva, y se gradúa en función del grado de parentesco,
el patrimonio preexistente y otras circunstancias. Existen reducciones del 95% para
determinados supuestos, como la transmisión de la vivienda habitual o de la empresa
familiar, con condiciones y límites.
CS
Son pagos obligatorios efectuados a la Seguridad Social por empresarios (cuota
patronal) y trabajadores (cuota obrera). Se destinan íntegramente a financiar las
prestaciones de la Seguridad Social. Sus elementos básicos son la base de cotización,
el tipo de cotización y la cuota.
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Otros
•
impuestos •
directos
•
Impuesto sobre los depósitos en las entidades de crédito (Ley 16/2012, art. 19).
Impuesto sobre el valor de la extracción de gas, petróleo y condensados (Ley
8/2015).
Impuestos para la sostenibilidad energética (Ley 15/2012): Impuesto sobre el
valor de la producción de la energía eléctrica, Impuesto sobre la producción de
combustible nuclear gastado y residuos radiactivos resultantes de la generación
de energía nucleoeléctrica, Impuesto sobre el almacenamiento de combustible
nuclear gastado y residuos radiactivos en instalaciones centralizadas, etc.
b) IMPUESTOS INDIRECTOS: Recaen sobre manifestaciones indirectas de la capacidad de pago,
como el gasto, consumos específicos, transmisiones patrimoniales, determinadas operaciones
societarias, etc.
IVA / IGIC / IPSI Impuestos sobre el consumo general que gravan las ventas efectuadas en
cada fase del proceso productivo, permitiendo deducir el impuesto
soportado en las compras. Con ello se consigue trasladar la carga tributaria
hacia el consumidor final, manteniendo la neutralidad, tanto en términos
internos como internacionales. En la Península y Baleares se recauda el IVA,
mientras que en Canarias y Ceuta/Melilla se aplican, respectivamente, el IGIC
y el IPSI, dos impuestos similares al IVA pero no sujetos a las directivas
comunitarias para la armonización de la fiscalidad indirecta dentro del ámbito
de la UE.
ITPAJD
Grava las transmisiones no mercantiles, junto con determinadas operaciones
societarias y actos jurídicos documentados. El impuesto tiene tres
modalidades:
- ITPO: Grava fundamentalmente las compraventas de bienes y
derechos realizados fuera del ámbito empresarial, con tipos
impositivos que varían según la clase de operación.
- IOS: Grava con un 1% operaciones como la constitución, aumento o
disminución del capital, o la fusión, escisión o disolución de
sociedades.
- IAJD: Grava la formalización de ciertos actos a través de documentos
notariales, mercantiles o administrativos. En el caso de los
documentos notariales, existe una cuota fija que grava los
documentos utilizados en la escritura y una cuota variable, que se
calcula aplicando un tipo impositivo al valor de los bienes contenidos
en el documento. Dicha cuota variable no se aplica cuando el acto al
que se refiere la escritura ya está sujeto a ITPO o a IOS.
IEF
Los Impuestos Especiales de Fabricación gravan la fabricación e importación
de bebidas alcohólicas, tabaco, hidrocarburos y electricidad:
1) Impuesto Especial sobre el Alcohol y Bebidas Alcohólicas, donde se
incluyen las siguientes figuras:
- El Impuesto sobre la Cerveza.
- El Impuesto sobre el Vino y Bebidas Fermentadas (0%).
- El Impuesto sobre Productos Intermedios.
- El Impuesto sobre el Alcohol y las Bebidas Derivadas.
2) Impuesto sobre Hidrocarburos.
3) Impuesto sobre las Labores del Tabaco.
4) Impuesto sobre la Electricidad.
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Son sujetos pasivos los fabricantes o importadores, devengándose el
impuesto a la salida de fábrica (o entrada en el país) de los productos
gravados, debiendo repercutirlo a los adquirentes de dichos productos.
IEDMT
Grava la primera matriculación definitiva en España de vehículos de
transporte de uso privado (automóviles, embarcaciones, avionetas, etc.),
siendo sujeto pasivo la persona o entidad a cuyo nombre se efectúa la
matriculación. El impuesto se devenga en el momento de la matriculación y
varía según los niveles de emisiones de CO2.
Otros impuestos •
indirectos
•
•
•
•
•
Impuesto sobre las primas de seguros (Ley 13/1996).
Impuesto sobre actividades de juego (Ley 13/2011).
Impuesto sobre los gases fluorados de efecto invernadero (Ley 16/2013).
Impuestos Aduaneros (Arancel Aduanero Común).
Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (Ley 4/2020).
Impuesto sobre Transacciones Financieras (Ley 5/2020).
La Hacienda Autonómica
La Constitución Española cita explícitamente como recursos de las CCAA los impuestos cedidos
total o parcialmente por el Estado, los recargos sobre impuestos estatales y otras participaciones en los
ingresos del Estado, así como sus propios impuestos, tasas y contribuciones especiales (art. 157.1). Aunque
las CC.AA. pueden establecer impuestos propios, han de hacerlo respetando unas restricciones que en la
práctica limitan de forma importante su margen de maniobra: no podrán gravar hechos imponibles ya
gravados por el Estado, ni ubicados fuera del territorio de la comunidad, ni crear impuestos que
obstaculicen la libre circulación de personas o afecten a la residencia efectiva, etc.
Las limitadas posibilidades de obtener recursos significativos a través de los impuestos propios
explican la importancia que han adquirido las sucesivas revisiones del sistema de financiación autonómica.
En España existen dos modelos de financiación de las Comunidades Autónomas que presentan
importantes diferencias: el régimen común y el régimen foral (Navarra y las tres regiones forales vascas:
Álava, Guipúzcoa y Vizcaya). Las CC.AA. de régimen común se financian fundamentalmente a través de
impuestos estatales cedidos total o parcialmente por el Estado central (IVA, IRPF, etc.). Por su parte, las
CC.AA. de régimen foral tienen, debido al régimen de concierto o convenio, la posibilidad de gestionar
casi toda la recaudación que generan los grandes impuestos estatales dentro de sus territorios.
a) El régimen común
Las diversas reformas del sistema de financiación autonómica han tratado de conseguir mayor
suficiencia financiera de los gobiernos regionales, al tiempo que aumentar el grado de corresponsabilidad
fiscal10. La vía principal para incrementar la corresponsabilidad fiscal de las CC.AA. ha sido la ampliación
del ámbito de los tributos cedidos, incluyendo participaciones crecientes en figuras estatales de gran
capacidad recaudatoria, como el IRPF o el IVA. Además del reparto de la recaudación, la cesión de
impuestos ha supuesto otorgar a las CCAA competencias normativas sobre parcelas cada vez más amplias
de los tributos cedidos, así como, en algunos casos, competencias de gestión. En la actualidad, tras la
última revisión del sistema de financiación autonómica (en el año 2009), y pendientes de una necesaria y
10
Es decir, aumentar el grado en que las CC.AA. se responsabilizan de la recaudación de los impuestos necesarios para financiar
las actividades que realizan en su territorio, de forma que los ciudadanos perciban tanto su papel de “prestadoras de servicios”
como el de “recaudadoras de impuestos”.
19
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varios años retrasada revisión, las comunidades de régimen común tienen participación en los impuestos
estatales que figuran en el Esquema 9.
ESQUEMA . IMPUESTOS CEDIDOS A LAS CCAA DE RÉGIMEN COMÚN
•
•
•
•
•
•
TOTALMENTE CEDIDOS (100%)
Impuesto sobre el Patrimonio.
Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Impuesto de TP y AJD.
Impuesto Especial sobre Determinados
Medios Transporte.
Tributos sobre el Juego.
Impuesto Especial sobre la Electricidad
•
•
•
PARCIALMENTE CEDIDOS
IRPF (recaudación correspondiente al 50% de la
tarifa).
IVA (50% de los recaudado en el territorio)
Impuestos Especiales de Fabricación sobre la
Cerveza, sobre el Vino y Bebidas Fermentadas,
sobre Productos Intermedios, sobre el Alcohol
y Bebidas Derivadas, sobre Labores del Tabaco
y sobre Hidrocarburos (58%).
Fuente: Elaboración propia.
Dentro del régimen común, hay territorios que por su situación geográfica gozan de ciertas
especialidades en su fiscalidad: es el caso de Canarias, por un lado, y Ceuta y Melilla por otro.
Canarias tiene un Régimen Económico-Fiscal especial cuyos orígenes se remontan al s. XIX, y
cuya justificación reside en el deseo de fomentar el desarrollo económico de un territorio caracterizado
por la insularidad y una situación geográfica periférica. Los principales aspectos que en la actualidad definen
el régimen son los siguientes:
-
Las importaciones de mercancías en Canarias no están sujetas a ningún derecho de aduana, salvo
el Arbitrio sobre la Producción e Importación en las Islas Canarias (APIC) y la Tarifa Especial a la
Entrada de Mercancías.
-
No se aplica el IVA, sino el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), cuyos tipos son diferentes,
y generalmente más bajos, que los del IVA peninsular.
-
No se aplican los siguientes Impuestos:
➢ Impuesto Especial sobre Hidrocarburos.
➢ Impuesto sobre Labores del Tabaco.
-
El Impuesto sobre Determinados Medios de Transporte (“impuesto de matriculación”) se exige a
tipos diferentes de los de la Península y Baleares.
-
Existen incentivos fiscales para las inversiones en Canarias, que pueden implicar importantes
rebajas en el pago del Impuesto de Sociedades y otros impuestos.
Ceuta y Melilla, por su parte, tienen también un régimen especial por razón de su situación
geográfica, que se concreta en los siguientes puntos fundamentales:
Bonificaciones de al menos el 50% en la cuota del IRPF, el IS, el IP y en determinadas operaciones
societarias sujetas al ITPAJD, en la parte de dichas cuotas que se entienda generada en Ceuta y Melilla.
Bonificación del 50% en las retenciones y pagos fraccionados en IRPF para los residentes en Ceuta
y Melilla.
No se aplican, salvo excepciones, los derechos de aduana, ni tampoco el IVA, sino el Impuesto
sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI).
No son exigibles los siguientes impuestos:
➢
Impuesto sobre la Cerveza.
20
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➢
➢
➢
-
Impuesto sobre Productos Intermedios.
Impuesto sobre Alcoholes y Bebidas Derivadas.
Impuesto Especial sobre Hidrocarburos.
El Impuesto sobre Determinados Medios de Transporte se exige al tipo del 0%.
Las cuotas de los tributos locales se reducen en un 50%.
b) El régimen foral: País Vasco y Navarra
Los sistemas forales se basan en los pactos recogidos en el Concierto Económico (País Vasco) y el
Convenio (Navarra), quedando la LOFCA como norma residual en ambas comunidades. El rasgo distintivo
fundamental de los sistemas de Concierto y Convenio es que la fuente principal de financiación son los
ingresos tributarios recaudados en el propio territorio, procedentes de las distintas figuras existentes en
el sistema impositivo (IRPF, IS, IVA, IP, ISD, ITPO, IE, etc.). De esa recaudación, las Haciendas Forales han
de pagar un “cupo” (País Vasco) o “aportación” (Navarra) al Estado central, para cubrir el coste de los
servicios de titularidad estatal prestados en ambas comunidades.
Una segunda característica diferenciadora es que las Haciendas Forales tienen normativas propias
reguladoras del sistema tributario regional, con la excepción de algunas figuras que, como el IVA o los
Impuestos Especiales de Fabricación, están sometidos a directivas europeas de armonización fiscal. La
autonomía normativa foral debe ejercerse, en todo caso, respetando unos criterios mínimos de
coordinación impositiva (adecuación a la LGT, presión fiscal efectiva equivalente a la del resto del Estado,
ausencia de distorsiones a la libre competencia y la libertad de circulación, etc.).
La Hacienda Local
La Constitución Española establece, en su art. 142, que las Corporaciones Locales (Municipios,
Diputaciones Provinciales y Cabildos Insulares) deberán disponer de recursos suficientes para realizar las
funciones correspondientes a sus niveles de gobierno. En la actualidad, la normativa básica de las Haciendas
Locales se contiene en el Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, aprobado en
2004 (RDL 2/2004), que actualiza la ley anterior, correspondiente a 1988 (Ley 39/1988). Esta norma
enumera los recursos de las Haciendas Locales y fija los principios generales que deberán regir la
tributación en los ámbitos provincial y municipal. Además, define los elementos básicos de las principales
figuras tributarias locales (tasas, contribuciones especiales e impuestos). Dicha regulación básica puede ser
modificada, dentro de los límites permitidos, por las correspondientes ordenanzas fiscales. Las provincias
carecen en cambio de impuestos propios, aunque pueden cobrar, al igual que los municipios, tasas y
contribuciones especiales. Además, pueden exigir recargos sobre el Impuesto de Actividades Económicas
recaudado por los municipios de su ámbito territorial.
Los impuestos municipales se dividen en obligatorios (aquellos que todos los municipios deben
establecer y recaudar obligatoriamente) y potestativos (de establecimiento voluntario por parte de los
municipios). Los Ayuntamientos cuentan con los siguientes impuestos:
a) IMPUESTOS OBLIGATORIOS:
IAE
El Impuesto de Actividades Económicas grava el mero ejercicio de actividades
económicas empresariales, profesionales y artísticas por parte de las personas físicas
y entidades, con o sin personalidad jurídica. El impuesto a pagar se calcula
directamente a partir de unas Tarifas estructuradas en tres Secciones, que a su vez
se clasifican en Divisiones, Agrupaciones, Grupos y Epígrafes. La cuota depende del
tipo de actividad y, en general, también de unos módulos que gradúan la carga, en
21
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función de parámetros como la potencia instalada, la población del municipio, la
superficie del local, etc.
IBI
El Impuesto de Bienes Inmuebles grava la titularidad o los derechos reales
(usufructo, concesión administrativa, etc.) de inmuebles de naturaleza urbana (suelo
urbano, edificios, etc.) o rústica (terrenos, construcciones rústicas, etc.). El impuesto
se calcula aplicando un tipo impositivo al valor catastral del inmueble.
IVTM
El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica grava la titularidad de vehículos
de tracción mecánica aptos para circular por las vías públicas (es decir, matriculados)
por parte de las personas físicas y entidades, con o sin personalidad jurídica. El
impuesto a pagar se calcula conforme a unas tarifas que establecen cantidades fijas
que dependen del tipo de vehículo y los caballos de potencia.
b) IMPUESTOS POTESTATIVOS:
IIVTNU El Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana
es un impuesto municipal directo que grava, en los municipios que lo hayan
establecido, el incremento de valor o plusvalía que se pone de manifiesto cuando se
transmiten terrenos de naturaleza urbana (no rústicos), ya sea a título oneroso o
lucrativo. El sujeto pasivo es la persona física o entidad vendedora en el caso de
transmisiones onerosas, y la adquirente en el caso de las lucrativas.
ICIO
El Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras es un impuesto municipal
indirecto que grava la realización dentro del término municipal de cualquier
construcción, instalación u obra para la que se exija licencia de obras. Los sujetos
pasivos son las personas o entidades propietarias de las obras o inmuebles, en
concepto de contribuyentes, y quienes soliciten las licencias o realicen las
construcciones, en concepto de sustitutos del contribuyente. El impuesto se calcula
aplicando un tipo impositivo al coste de la obra.
Además, la Disposición Transitoria Sexta establece que los Ayuntamientos podrán continuar
exigiendo el Impuesto Municipal sobre Gastos Suntuarios, en la modalidad que grava el aprovechamiento
privado de cotos de caza y pesca.
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ESQUEMA. REGULACIÓN BÁSICA DE LOS IMPUESTOS LOCALES (RDL 2/2004, TRLRHL)
Tipo impuesto
Carácter
Hecho Imponible
No sujeción
Exenciones
Sujeto pasivo
Cálculo de
la cuota tributaria
IAE
Obligatorio.
Directo
Mero ejercicio de actividades
empresariales, profesionales y
artísticas.
Actividades agrícolas, ganaderas
dependientes,
forestales
y
pesqueras, y supuestos art. 81.
IBI
Obligatorio
Directo
Titularidad de bs inmuebles
(urbanos,
rústicos
y
de
características especiales, BICE).
Carreteras, caminos, bienes de
dominio público no cedidos a
terceros para su explotación.
IVTM
Obligatorio
Directo
Titularidad de vehículos de
tracción mecánica aptos para
circular por vías públicas.
Vehículos de colección.
Remolques < 750 kilos.
ICIO
Potestativo
Indirecto
Realización de cualquier obra que
requiera licencia municipal.
Art. 82: Entes públicos, personas
físicas, entidades con cifra de
negocios < 1 millón €, dos
primeros ejercicios, etc.
Personas y entidades que realizan
en
territorio
nacional
las
actividades gravadas, se ejerzan o
no en local determinado y se
hallen o no especificadas en las
tarifas del impuesto
CUOTA DE ACTIVIDAD
(según elementos tributarios)
(+) CUOTA DE SUPERFICIE
(según superficie del local)
(=) CUOTA DE TARIFA
(Municipales,
provinciales
o
nacionales)
(×) COEFICIENTE PONDERACIÓN
Art. 62: Entes públicos, Iglesia
Católica y otras confesiones, Cruz
Roja, embajadas, monumentos,
colegios concertados, etc.
Titular del inmueble gravado.
Vehículos
oficiales,
diplomáticos,
discapacidad,
autobuses transporte público
urbano, tractores, etc.
Persona física, jurídica o entidad
a cuyo nombre conste el
vehículo en el Permiso de
Circulación.
Obras públicas para carreteras,
ferrocarriles, puertos,
aeropuertos, etc.
IIVTNU
Potestativo
Directo
Incremento del valor de los
terrenos urbanos (no rústicos) en
momento de transmisión.
Casos en los que no existe
ganancia
patrimonial
real,
aportaciones a la sociedad
conyugal o por disolución de la
misma, etc.
Entes públicos, patrimonio de
interés cultural, instituciones
benéficas, Cruz Roja, etc.
•
•
BASE IMPONIBLE=
Valor catastral del inmueble.
(-) REDUCCIONES
(×) TIPO DE GRAVAMEN
Según tipo de inmuebles (urbanos,
rústicos o BICE) y circunstancias
(capitalidad de provincia, transporte
público colectivo, servicios no
obligatorios, terrenos rústicos >
80% superficie, etc.).
(=) CUOTA TRIBUTARIA
Se obtiene por aplicación
directa de la Tarifa, en función
del tipo de vehículo (turismo,
autobús,
camión,
tractor,
remolques, otros) y otros
indicadores (potencia, plazas,
capacidad
de
carga,
cilindrada…).
BASE IMPONIBLE=
Coste efectivo de la obra, sin
incluir impuestos, tasas, etc., ni el
beneficio empresarial.
a. Necesarias (VPO, bienes rústicos
de cooperativas agrarias, etc.)
b. Potestativas (familias numerosas,
energía solar, etc.).
1 enero.
Por clase de carburante,
incidencia
medioambiental,
vehículos históricos, etc.
Por
utilidad
medioambiental,
discapacidad, etc.
1 enero (salvo en primera
compra del vehículo).
Posible autoliquidación.
Al inicio de la obra.
En el momento de la transmisión.
Posible autoliquidación.
Posible autoliquidación.
SEGÚN CIFRA DE NEGOCIOS
(×) ÍNDICE DE SITUACIÓN SEGÚN
CATEGORÍA DE CALLE (Potestativo)
Bonificaciones
Devengo
Gestión
(=) CUOTA TRIBUTARIA
Cooperativas, cinco primeros
años de actividad tras los dos
exentos, etc.
1 enero (salvo en el año del inicio
de la actividad)
No autoliquidación.
No autoliquidación.
No se definen.
•
Contribuyente: dueño de la
obra.
Sustituto: Quien solicite la
licencia o realice la obra.
(×) TIPO DE GRAVAMEN
No puede exceder del 4%.
•
Onerosas: el transmitente.
(Sustituto=adquirente si
transmite un no residente).
Lucrativas: el adquirente.
BASE IMPONIBLE=
Calculada por un método objetivo
(en función del valor del terreno y
un coeficiente que depende de los
años transcurridos) o bien como
diferencia
entre
valor
de
adquisición y transmisión si la
ganancia resultase inferior.
(=) CUOTA TRIBUTARIA
(×) TIPO DE GRAVAMEN
Fijo o según número de años
social,
acceso
Por transmisión lucrativa a favor
de familiares directos, etc.
Fuente: Elaboración propia a partir de la regulación contenida en el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales (RDL 2/2004, de 5 de marzo),
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La tributación empresarial en el marco del sistema
impositivo español
Para tener una visión clara de los aspectos básicos de la tributación empresarial, debemos empezar
por el inicio de una actividad económica. En ese momento, la elección de la forma jurídica de la empresa
es la primera decisión a la que tiene que enfrentarse el empresario. Así, debe decidirse si quien va a
ostentar la titularidad de la misma va a ser una persona física (empresario/a individual) o una persona
jurídica (sociedad) y, dentro de esta, el tipo de sociedad que se considera más conveniente para cumplir
el fin u objetivo de la empresa. Existe, además, una forma híbrida entre las dos anteriores: las entidades
colectivas sin personalidad jurídica, cuyo principal ejemplo son las Comunidades de Bienes .
ESQUEMA. TIPOS DE EMPRESA SEGÚN SU FORMA JURÍDICA
https://plataformapyme.es/es-es/IdeaDeNegocio/Paginas/FormasJuridicas.aspx
Persona física
•Empresario/a individual: empresario, profesional, trabajador autónomo dependiente
(TRADE).
•Emprendedor de responsabilidad limitada (ERL).
Entidad colectiva sin personalidad jurídica
•Comunidad de bienes.
•Sociedad civil sin p.j. (puede tener p.j. si los acuerdos son públicos).
•Otras entidades colectivas sin personalidad jurídica.
Persona jurídica
•Sociedad mercantil: Sociedad colectiva, Sociedad Comanditaria simple y Sociedades de
Capital: Sociedad Comanditaria por acciones, Sociedad Anónima, Sociedad Limitada,
Sociedad Limitada de formación Sucesiva y Sociedad Limitada Nueva Empresa.
•Sociedad mercantil especial: Sociedad Laboral (Anónima y Limitada), Sociedad Profesional,
Sociedad Cooperativa, Sociedad Agraria de Transformación, Sociedad de Garantía
Recíproca, Entidades de Capital-Riesgo y Agrupaciones de Interés Económico.
•Otras entidades con personalidad jurídica.
Fuente: Elaboración propia.
La actuación de una persona física como empresario individual solo exige estar en posesión de
capacidad legal, es decir, no haber sido privado de la misma por sentencia judicial, siendo además la
inscripción en el Registro Mercantil de carácter voluntario. Así, se define el empresario individual como
aquella persona física que realiza de forma habitual, personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito
de dirección y organización de otra persona, una actividad económica o profesional a título lucrativo,
30
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tenga o no a su cargo a trabajadores por cuenta ajena11. Un caso especial dentro de esta modalidad es el
del Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente (TRADE), que es aquel que realiza por cuenta propia
la actividad económica para una persona física o jurídica (cliente) del que depende económicamente en al
menos un 75% de sus ingresos, generalmente a través de contratos de ejecución de obra. Este tipo
particular de empresario individual, que no debe confundirse con la figura del “falso autónomo” 12, se
regula en la Ley 20/2007 del Estatuto del Trabajo Autónomo, desarrollado en el Real Decreto 197/2009.
Una desventaja importante de la figura del empresario individual es que, al no tener la empresa una
personalidad jurídica diferenciada, el empresario responde ante terceros con todos sus bienes. Por ello,
la Ley de Emprendedores de 27 de septiembre de 2013 introdujo la variante conocida como Emprendedor
de Responsabilidad Limitada (ERL), que excluye de la responsabilidad la vivienda habitual del empresario
bajo ciertas condiciones13.
La constitución de una persona jurídica, en cambio, parte de la existencia de una o más personas,
dependiendo del tipo de sociedad, quien o quienes, en virtud de un contrato fundacional que crea una
nueva entidad con personalidad jurídica propia, se comprometen a aportar capital y/o trabajo para el
ejercicio de una actividad empresarial. El objetivo de esta actividad puede ser la obtención de beneficios
(sociedades mercantiles) o facilitar a sus socios determinadas prestaciones (como las sociedades
cooperativas). Adquieren la personalidad jurídica cuando se inscriben en el Registro Mercantil. Las distintas
características, ventajas y limitaciones de los distintos tipos de sociedad pueden consultarse en
https://ipyme.org/es-es/publicaciones/Paginas/publicaciones-estudiosotros.aspx?categoria=guiasparaempresas de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana
Empresa.
Por último, las entidades colectivas sin personalidad jurídica son una forma híbrida entre las
dos anteriores, siendo la Comunidad de Bienes el tipo más usual. Esta forma es similar al empresario
individual en cuanto que su responsabilidad es ilimitada y en la facilidad de constitución (por lo general,
basta un contrato privado en el que se detallen las aportaciones de cada comunero y su porcentaje de
participación en los beneficios obtenidos), pero entraña la colaboración entre al menos dos personas
(número mínimo de comuneros).
La forma jurídica de la empresa tiene importantes implicaciones fiscales, ya que determina la
sujeción de los beneficios obtenidos por la actividad empresarial bien al Impuesto sobre la Renta de las
Personas físicas (IRPF), bien al Impuesto de Sociedades (IS). En el primer caso, los beneficios empresariales
tributan como rendimientos de actividades económicas y quedan sujetos a la tarifa progresiva del IRPF,
salvo las variaciones patrimoniales que en general están sometidas a la tarifa de las rentas del ahorro, con
tipos marginales sustancialmente menores. En el segundo, los beneficios empresariales son gravados por
el IS con un tipo general proporcional que se aplica a la base imponible, actualmente un 25%. Este tipo
general puede variar en función de la clase de empresa, con una tributación inferior a la general en ciertos
casos, como las cooperativas o las entidades de nueva creación, y superior en otros (entidades de crédito
y sociedades de explotación de hidrocarburos, por ejemplo). Por su parte, las entidades colectivas sin
personalidad jurídica, como las CB, tributan bajo el régimen de atribución de rentas, que implica que no
11
Marco legal: Código de Comercio en materia mercantil; Código Civil en materia de derechos y obligaciones; Ley 20/2007,
del estatuto del trabajo autónomo; Real Decreto 197/2009, por el que se desarrolla el Estatuto del Trabajo Autónomo en
materia de contrato del trabajador autónomo económicamente dependiente y su registro y se crea el Registro Estatal de
asociaciones profesionales de trabajadores autónomos; Ley 14/2013, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.
12
El “falso autónomo” es básicamente una figura fraudulenta por la cual un trabajador realiza una actividad por cuenta ajena
pero dado de alta como autónomo y sin contrato laboral con la empresa para la que trabaja.
13
Esta figura no ha tenido hasta ahora, sin embargo, demasiado éxito en la práctica, ya que entraña trámites más caros y
complejos sin aportar mucha más protección al empresario.
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es la CB como tal la que tributa, sino que los beneficios se atribuyen a los comuneros en la parte que les
corresponda y son estos los encargados de tributar por ellos en el correspondiente impuesto (en el IRPF,
si se trata de personas físicas residentes en España).
Además del tratamiento fiscal de los futuros beneficios, existen otros factores que influyen en la
elección de la forma jurídica de la empresa, como pueden ser los distintos trámites y obligaciones fiscales
inherentes al inicio de la actividad (Esquema 12). Por lo general, las sociedades personas jurídicas tienen
más obligaciones y costes vinculados al proceso de constitución y puesta en marcha.
ESQUEMA. PRINCIPALES TRÁMITES RELACIONADOS CON LA PUESTA EN MARCHA
Trámites
fiscales
(AEAT)
Liquidación del ITPAJD
Solicitud de NIF
Alta en censo de empresarios,
profesionales y retenedores
Alta en IAE
Empresario
individual
No, salvo ERL.
No
X
Sociedad
X
X
X
X
X
Seguridad
Social
Alta empresario en Régimen Especial de X
Trabajadores Autónomos.
Alta de socios y
administradores en
función del
tipo de sociedad y del
tipo de participación en la
misma.
X
Otros
trámites
Alta empleados en Régimen General (si X
existen trabajadores contratados).
Inscripción en Registro Mercantil
No
obligatoria, X
salvo ERL.
Licencias municipales de actividad, obra, etc. X
X
(en función del tipo de actividad).
Fuente: Elaboración propia.
Una vez creada y en funcionamiento la empresa, se generan obligaciones fiscales periódicas
relacionadas con los principales impuestos: las declaraciones de IVA, IRPF o IS, pero también las
relacionadas con las retenciones e ingresos a cuenta practicadas por los empresarios en su papel de
“retenedores”, el ingreso de las Cotizaciones Sociales o las que surgen por otros posibles impuestos (IBI,
IVTM, ITPAJD, etc.).. El calendario fiscal detallado que debe seguir el empresario persona física:
https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/ayuda/contenidos-lectura-facil/calendariocontribuyente-2023-simplificado-personas-fisicas.html
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ESQUEMA . PRINCIPALES DECLARACIONES PERIÓDICAS DE LA EMPRESA
Empresario
individual
IVA
Declaración mensual o trimestral
X
Declaraciones informativas periódicas
X
IRPF
Declaraciones trimestrales de pagos fraccionados X
(enero, abril, julio, octubre)
Declaración anual
X
IS
Declaraciones de pagos fraccionados (abril,
octubre, diciembre)
Declaración anual
Retenciones Declaración mensual o trimestral de retenciones X
e ingresos a e ingresos a cuenta practicados
cuenta
Cotizaciones Ingreso mensual de cotizaciones sociales de X
sociales
empresarios y trabajadores
Sociedad
X
X
X
X
X
X
Fuente: Elaboración propia.
El papel de las empresas como retenedoras es esencial para la correcta recaudación de los
impuestos que gravan la renta (IRPF, IRNR e IS). Las retenciones aplicables en cada ejercicio pues
consultarse
en:
https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/irpf/retenciones-ingresos-cuenta-pagosfraccionados/retenciones-ingresos-cuenta/modelo-117.html
https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/ayuda/manuales-videos-folletos/manuales-practicos/manualsociedades-2022/capitulo-06-liquidacion-is-determinacion-tributaria/cuota-ejercicio-ingresar-devolvercasilla-00599/retenciones-ingresos-cuenta/detalle-retenc-practicadas-que-pueden-impositivo/otrasretenciones.html
La AEAT ofrece también a los usuarios un simulador útil para el cálculo de las retenciones sobre los
salarios: https://www2.agenciatributaria.gob.es/wlpl/PRET-R200/R210/index.zul
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APÉNDICE
Datos sobre ingresos y gastos públicos
Tabla 1. Recaudación tributaria, avance 2022 y previsiones 2023.
Además, podéis consultar:
https://sede.agenciatributaria.gob.es/static_files/AEAT/Estudios/Estadisticas/Informes_Esta
disticos/Informes_Anuales_de_Recaudacion_Tributaria/Ejercicio_2022/IART22_es_es.pdf
El Informe Anual de Recaudación Tributaria utiliza un método de análisis en el que no sólo se analizan
los ingresos tributarios en términos de caja, sino que éstos se vinculan con los impuestos devengados
obtenidos por agregación de las declaraciones y éstos, a su vez, con los tipos efectivos y las bases que
declaran los contribuyentes.
Así, el esquema de explicación en cada figura tributaria tiene tres niveles:
(1) Análisis de la evolución de la base imponible y del tipo medio efectivo, nivel en el que la fuente básica
de información son las estadísticas anuales disponibles en la web de la AEAT.
(2) Análisis de la evolución de los impuestos devengados, elaborados a partir de las declaracionesautoliquidaciones periódicas presentadas por los contribuyentes en cumplimiento de sus obligaciones
fiscales.
(3) Análisis de la recaudación en términos de caja, detallando los elementos que hayan podido influir en
un comportamiento distinto de los ingresos con respecto a las obligaciones generadas
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Tabla 2. La clasificación funcional del gasto 2021 (en la página hay diferentes
cuadros, aquí se muestra uno como ejemplo)
https://www.hacienda.gob.es/es-ES/CDI/Paginas/ContabilidadNacional/COFOG/Clasificacion-funcionaldel-gasto-de-las-Administraciones-Publicas.aspx
La clasificación funcional del gasto se considera la base apropiada para examinar la estructura del gasto
público y forma parte del programa de transmisión de datos de los Estados Miembros a la Comisión
Europea en el contexto de las cuentas nacionales. Es, por tanto, especialmente útil para las comparaciones
internacionales en la medida en que las administraciones desempeñan funciones económicas y sociales.
Su objetivo es mostrar la estructura del gasto del sector Administraciones Públicas (S.13), y sus
subsectores, a través de una presentación cruzada del gasto del sector clasificado por funciones (finalidad
del gasto) y la naturaleza económica, de acuerdo con las operaciones establecidas en el SEC 2010.
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Referencias
AEAT. Manual de actividades económicas. Obligaciones fiscales de empresarios y profesionales residentes en
territorio español. Disponible en:
https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/ayuda/manuales-videos-folletos/manualespracticos/folleto-actividades-economicas/2-impuesto-sobre-actividades-economicas.html
Albi, E., Paredes, R., y Rodríguez-Ondarza, J.A. Sistema Fiscal Español I, (2023). Editorial Ariel. Capítulo I:
“Elementos básicos del sistema fiscal español”.
Barberán, M.A. et al. (2023). Ejercicios y cuestiones de fiscalidad. Zaragoza: Prensas de la Universidad de
Zaragoza.
https://www.agapea.com/Miguel-angel-et-al-Barberan-Lahuerta/Ejercicios-y-cuestiones-defiscalidad-11-edicion-9788413407166-i.htm
CEF. Guía fiscal 2023, elaborada por el Centro de Estudios Financieros, “Capítulo 1. Introducción al ámbito
tributario” y “Capítulo 2. Los tributos y los procedimientos tributarios”. https://www.fiscalimpuestos.com/guia-fiscal
Martínez, R., Delgado M.CJ, y Rodado, M.C (coord.)(2023). Introducción a la fiscalidad de la empresa.
Esquemas y700 preguntas de test. Editorial Universitaria Ramón Areces, “Tema 1. Introducción”.
REAF. Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2022. Madrid: Registro de Economistas Asesores Fiscales
(REAF).
https://economistas.es/Contenido/Consejo/Estudios%20y%20trabajos/Panorama%20de%20la%20Fiscalida
d%20Autonomica%20y%20Foral%202022.pdf
Rodado, M.C., Martínez, R., y Delgado, M.J. “El entorno fiscal en el ciclo vital de la empresa: panorámica
y práctica docente”, e-publica. Revista electrónica sobre la enseñanza de la Economía Pública, nº 16, 2015.
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