Causas de la inflación y corrientes de pensamiento económico La inflación es el aumento generalizado de precios de una economía. Si bien dentro de la literatura económica hay ciertos consensos sobre las causas que generan este fenómeno, hay distintos matices de interpretación de las causas principales que pueden estar detrás según las distintas escuelas de pensamiento. En líneas generales, se distinguen tres corrientes principales: Monetaristas: basados en la teoría cuantitativa del dinero, asignan como causa principal de la inflación (en algunos casos como la única) a la cantidad de dinero. En palabras de su principal referente, Milton Friedman, “la inflación es siempre y en cualquier lugar un fenómeno monetario”. Con esta teoría se pueden explicar, por ejemplo, los procesos inflacionarios en los casos de países con déficits fiscales financiados con emisión monetaria (Argentina en los ochenta). La idea que está detrás de esta visión es que la demanda y oferta de dinero son los que determinan el nivel de precios de una economía. Los individuos demandan canastas de consumo, y no dinero, pero necesitan del mismo para hacer sus transacciones. Cuando un Banco Central pone en manos de la gente más dinero que el que demanda la gente, hay un exceso de oferta de dinero. En este caso la gente "quema" ese exceso de dinero consumiendo más bienes, lo que sube el precio de los mismos, hasta que la se alcanza un nuevo equilibrio con la oferta monetaria, pero a precios más altos. Keyensianos: dentro de esta corriente se distinguen tres causas principales del aumento generalizado de precios (triángulo de Gordon): Inflación de demanda: generada por un aumento de la demanda (consumo privado, inversión y gasto público) mayor al de la oferta. La inflación es el resultado de las “tensiones” del crecimiento. Inflación de costos o shock de oferta: en este caso la inflación se explica por un shock de la oferta. Este shock puede ser un aumento de los costos de los insumos (por ejemplo, subas en los precios de los commodities) o algún fenómeno que afecte a la oferta reduciendo su capacidad productiva (sequía que afecte la producción agrícola, por ejemplo). Expectativas/inercia: es una inflación “autogenerada” por efecto de las expectativas. Está muy vinculada con la espiral precios/salarios. Trabajadores que por la inflación pasada piden aumentos de sus salarios por encima de la inflación, y empresarios que trasladan eso a sus precios. Otro ejemplo es cuando se fijan los aumentos futuros de contratos de alquileres en función de la inflación pasada. La idea es que se terminan convalidando las expectativas de inflación que tenían los agentes en función de la información pasada. Estructuralistas: esta corriente, en algún punto relacionado con la anterior, le asigna un rol importante a la explicación de la inflación a la estructura económica. En particular, se refiere a ciertas características de las economías latinoamericanas, como por ejemplo la rigidez de precios a la baja, o la estructura monopólica de ciertos sectores claves. Según esta corriente las causas de la inflación no están tanto en la macro si no en ciertos desajustes en sectores puntuales de la economía, que luego tienen efectos en el resto de los sectores. Más allá de las distintas corrientes, la teoría económica, nutriéndose de todas ellas, ha logrado grandes avances en entender el funcionamiento de los procesos inflacionarios. Más que como contrapuestas, las distintas corrientes son útiles para entender los diferentes procesos inflacionarios que pueden darse en función de las características particulares de cada uno. La realidad es que el mundo está muy bien equipado intelectualmente para luchar contra la inflación. No es casual que, salvo contadas excepciones como la de Argentina, los países han dejado atrás los problemas inflacionarios y hoy la mayoría de los países emergentes está creciendo fuerte con inflación baja.