La Verdadera Esperanza

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La Verdadera Esperanza
1 Tesalonicenses 1:9-10
INTRODUCCIÓN: En las últimas dos semanas, hemos considerado a partir de este texto, dos
temas doctrinales de profunda importancia: la verdadera conversión y el verdadero servicio.
En este estudio sometemos a su consideración un tema estrechamente conectado a los dos
anteriores: la verdadera esperanza. En efecto, tras haber creído en Jesús y habernos
convertido de nuestra vida pecaminosa y rebelde, entramos a formar parte de Su iglesia, en
donde hemos sido colocados para servir a Jesús y a su pueblo; pero además, para aguardar
expectantes la segunda gloriosa venida de Jesucristo por Su iglesia (v. 10).
La Biblia dice: “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres” (1 Co 15:19). En el contexto de este versículo, Pablo
reafirma su convicción de que no solamente en esta vida disfrutaremos bendiciones y el
poder de Dios; sino que además, tenemos una esperanza futura: la manifestación gloriosa
de nuestro Señor Jesucristo regresando por los suyos.
Este es un hermoso tema que abordaremos dentro de la temática del estudio de los eventos
del fin de los tiempos, que son una serie de sucesos que registra la Biblia, profetizados por
Jesús y Sus discípulos.
DESARROLLO
1) El Arrebatamiento de la iglesia: Jesús “descenderá del cielo”; y los muertos en Cristo
resucitarán y con los redimidos que estén vivos serán traspuestos a la presencia misma del
Señor. (1 Ts 4:16-17). Trasposición, equivale a algo que está en un sitio y de repente deja de
estar, tal como se menciona de Enoc en Génesis 5:24.
Los cuerpos de los creyentes serán transformados a la semejanza de la gloria del cuerpo de
Cristo, para estar con él para siempre (1 Co 15:51-54; Fil 3:20-21). En el verso 52 el original
griego para transformados es “metamorfos” o cambio de forma; es decir, el Señor Jesucristo
transformará nuestros cuerpos a semejanza de su cuerpo cuando resucitó de entre los
muertos.
2) El Tribunal de Cristo y las Bodas del Cordero: Todos los redimidos hemos de comparecer
ante Cristo para ser juzgados (ya no para condenación, pues tenemos Su salvación), pero
compareceremos delante de Jesús para dar cuenta de nuestros actos y recibir o no
recompensas (Ro 14:10-12; 2 Co 5:10).
La iglesia, llamada la “esposa” de Cristo, dejará de ser la novia de Jesucristo y celebrará con
Él “las bodas del Cordero, indicando la reunión con Él para siempre en gloria (Ap 19:7).
3) La manifestación del Anticristo: Es un personaje que surge en escena con poder de
Satanás, engañoso, cautivante, pero que luego desencadenará su maldad y dominio sobre
el mundo (2 Ts 2:1-12; Ap 13).
Se le permitirá hacer guerra “contra los santos”, y ser adorado por la humanidad; pero al final
será derrotado y echado al lago de fuego (Ap 13:7-8; 2 Ts 2:8; Ap 20:10). Como hemos podido
advertir, la manifestación de Nuestro Señor Jesucristo no se hará realidad sin que antes se
manifieste el Anticristo, lo que sugiere que la iglesia podría aun estar en la tierra para cuando
este nefasto personaje entre en escena.
4) La Gran Tribulación: Es un periodo de siete años de aflicción sin precedentes sobre la tierra,
con manifestación de gran poder de Satanás y bajo la autoridad del Anticristo (Mt 24:21; Dn
9:24-27).
La segunda mitad de ese periodo (tres años y medio) será devastadora y terriblemente cruel.
Es llamada “la abominación desoldara” (Dn 9:27; Mt 24:15). La primera mitad de ese periodo
de “siete años” será la etapa de posicionamiento del Anticristo, tiempo en el que se dará a
conocer, cual lobo con piel de oveja, engañando a muchos, aún a los judíos que rechazaron
a Jesucristo y aún esperan al Mesías. Existen muchas opiniones en cuanto a si la iglesia será
arrebatada antes, durante o después de la gran Tribulación. En Apocalipsis 3 se dirige un
mensaje a la iglesia de Filadelfia (tipo de la iglesia de los tiempos finales) y en el versículo 10
se le asegura que será “guardada de la hora de la prueba”. Esto deja ver que la iglesia de
Jesucristo no atravesará por la segunda devastadora mitad (tres años y medio) del tiempo
mencionado como la Gran Tribulación.
5) El retorno visible de Jesucristo: La Biblia afirma que “todo ojo le verá”. Jesús regresa con
sus Santos y con Sus ángeles para juzgar la tierra (Ap 1:7; Jud 14-15; 1 Ts 3:13).
Se librará la batalla de Armagedón, la final, en la que Cristo y Su ejército vencen para siempre
sobre el mal, y el Anticristo es echado al lago de fuego (Ap 16:16; 19:11-21).
6) El milenio: La Biblia lo presenta como mil años de paz sobre esta tierra, bajo el reinado de
Jesucristo y Sus Santos (Ap 20:1-6).
Durante ese tiempo Satanás es atado, impidiéndose su obrar sobre la tierra (Ap 20:2-3).
7) El juicio del Gran Trono Blanco: Es el llamado “juicio final”, cuando “los libros fueron
abiertos” y toda vida se presentará ante el Señor para ser juzgados por sus hechos (Ap 20:1113).
Este juicio es para condenación eterna; el final es el lago de fuego, “la muerte segunda”. Los
redimidos; esto es, aquellos que creyeron y sirvieron a Jesucristo no pasarán por el juicio final
(Ap 20:14-15).
8) Cielos Nuevos y Tierra Nueva: La Biblia declara que los cielos y la tierra que ahora existen
están destinados a la destrucción total (2 P 3:7, 10-12). Dios aseguró a Noé que exterminaría
a la rebelde humanidad por medio de un diluvio lo cual en su tiempo se cumplió. Dios ha
anticipado que el fuego destruirá la tierra y esto habrá de cumplirse en su momento.
El destino final de los redimidos es la presencia del Señor, en “cielos nuevos y tierra nueva, en
los cuales mora la justicia”. El apóstol Juan recibió la visión de una ciudad celestial, la “Nueva
Jerusalén” (2 P 3:13; Ap 21:9-22).
APLICACIÓN: Nuestro amado Señor Jesucristo nos anticipó estos eventos, no para que nos
paralice el terror, mas para apercibirnos del peligro de no confiar en Él. Jesús está preparando
lugar para todos aquellos que confían en Él y le rinden sus vidas. Abra hoy su corazón a Jesús.
Dígale NO al argumento más poderoso del diablo: “mañana”. ¡Hoy es el tiempo oportuno
para entregar su corazón a Jesús!
“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”
Ap 20:15
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