Ensayo de titulación Convivencia educativa en bachillerato Franco Orozco María Fernanda Instituto de Ciencias María Luisa de la Peña Licenciatura en Pedagogía y Gestión del Aprendizaje X Curso de titulación 19 de abril del 2024 Introducción En el presente ensayo se abordará el tema de la convivencia educativa, destacando la importancia de comprender los conceptos fundamentales que la sustentan. Para ello, se recurre a la exposición de ideas de autores destacados, cuyas reflexiones inciden en la necesidad de propiciar un entorno propicio para el aprendizaje, caracterizado por un clima de comodidad y seguridad. Según las aportaciones de estos autores, es imperativo que el estudiante se desenvuelva en un ambiente que le proporcione estabilidad emocional, lo que facilitará la asimilación y comprensión de los contenidos educativos en relación con su vida cotidiana. En este sentido, se reconoce la relevancia de garantizar que los alumnos cuenten con las condiciones emocionales adecuadas, lo que les permitirá desarrollarse de manera integral. Un elemento esencial para promover esta convivencia educativa es la comunicación efectiva dentro de la institución. Esta comunicación debe ser fluida entre administrativos, docentes y personal de apoyo, pues una colaboración armoniosa facilita el cumplimiento de normas y reglamentos, generando un ambiente de respaldo y confianza mutua. Asimismo, se enfatiza la importancia de establecer canales de comunicación claros entre el personal educativo y los alumnos. Esta práctica garantiza que todos estén informados y preparados para afrontar cualquier situación que pueda surgir, fomentando así un ambiente de confianza en el que los estudiantes se sientan cómodos al acercarse a cualquier miembro del personal para plantear preguntas o inquietudes. En este contexto, se explorarán diversas estrategias destinadas a mejorar la convivencia en el aula, las cuales no solo son fundamentales para el inicio de las sesiones de clases, sino que también pueden ser adaptadas y aplicadas fuera de ellas. Estas estrategias se orientan hacia el conocimiento individual de los alumnos, con el propósito de promover su autonomía y seguridad en el proceso educativo. Desarrollo La naturaleza social del ser humano conlleva la necesidad intrínseca de relacionarse con sus semejantes en el entorno en el que habita. Por consiguiente, la convivencia y la comunicación entre individuos emergen como pilares fundamentales en la dinámica social, dado que constituyen los principales vehículos mediante los cuales cada persona expresa sus necesidades y establece vínculos con los demás. En el ámbito educativo, esta premisa adquiere especial relevancia, ya que en el seno de una institución educativa, la interacción y la comunicación entre los diversos actores implicados son imperativos. Desde los compañeros de clase hasta los docentes, la comunicación gradualmente se expande hacia distintos grupos de alumnos, generando lazos de amistad y colaboración. Es en este contexto que se aborda la importancia crucial de la comunicación en las escuelas. Para profundizar en este tema, es pertinente examinar la definición de convivencia según la Real Academia Española (2019), la cual la define como "la acción de convivir", entendida en su acepción más amplia como la armoniosa coexistencia entre personas que comparten un mismo espacio (Flores, Herrera, 2020). De manera análoga, la comunicación se define como el proceso mediante el cual los participantes intercambian información, experiencias y conocimientos con el propósito de facilitar el aprendizaje (Comunicare Neuromarketers, 2019). En el ámbito educativo, la comunicación se erige como un medio indispensable para que los estudiantes aprendan a relacionarse y compartir sus intereses con otros, enriqueciendo así su proceso de aprendizaje con las contribuciones de docentes, administrativos, compañeros y personal de la institución. Esta interacción recíproca fortalece la convivencia educativa, la cual se ve influenciada por el ambiente y clima escolar, aspectos cruciales en la formación académica de nivel bachillerato, que será objeto de nuestro estudio. El ambiente escolar, según Rodríguez (2023), comprende todos los elementos que rodean el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la infraestructura hasta los espacios recreativos, que influyen en el bienestar y desarrollo de los alumnos. Por fin, es vital procurar instalaciones adecuadas que propicien un entorno propicio para el aprendizaje. Por su parte, el clima educativo, definido por Herrera y Rico (2014), se refiere a la calidad del ambiente escolar percibida por estudiantes, docentes y directivos, la cual influye en sus comportamientos y actitudes. Para promover un clima educativo positivo, es esencial fomentar la comunicación entre todo el personal y los alumnos, creando así un ambiente propicio para el proceso de enseñanza-aprendizaje. En síntesis, las definiciones abordadas resaltan la importancia de la convivencia y los medios para cultivarla. Por ende, es imperativo reconocer que nuestros en el entorno educativo no solo influyen en nuestra convivencia presentes acciones, sino que también moldean nuestras habilidades sociales y actitudes futuras. (Convivencia Escolar, 2017). La definición y aplicación de la visión, misión y valores constituyen elementos fundamentales en toda institución educativa. Estos pilares guían las acciones y el comportamiento tanto de alumnos como de docentes y personal administrativo, contribuyendo así al desarrollo de una convivencia escolar positiva y un clima propicio para el aprendizaje efectivo. Es esencial que todos los miembros de la comunidad educativa conozcan y se comprometan con la visión, misión y valores de la institución, ya que estos constituyen la base sobre la cual se construye la convivencia escolar. Esta convivencia, a su vez, repercute directamente en la capacidad de los alumnos para adquirir conocimientos de manera efectiva y en la capacidad de los docentes para impartir dichos conocimientos de manera óptima, adaptándose a los diversos estilos de aprendizaje de los estudiantes. Al abordar el nivel educativo de bachillerato, nos encontramos con una etapa crucial en el desarrollo de los estudiantes, caracterizada por importantes cambios de actitud y de madurez. En este contexto, la institución educativa desempeña un papel fundamental en la creación de un clima y una comunicación adecuada que permita a los alumnos sentirse acogidos, pero al mismo tiempo libres y autónomos. En este sentido, es importante encontrar un equilibrio en la convivencia escolar, estableciendo lineamientos y reglamentos que sean respetados por todos los miembros de la comunidad educativa, al tiempo que se fomenta la autonomía y la responsabilidad de los alumnos en sus decisiones y comportamientos. Este equilibrio representa un desafío constante para las instituciones educativas, que deben velar por no excederse en su autoridad ni permitir que se vulneren los derechos y la autonomía de los estudiantes. El investigador educativo Robert Marzano identifica cinco dimensiones clave para el aprendizaje efectivo, I. Actitudes y percepciones positivas sobre sí mismo y sobre el aprendizaje. II. Adquisición e integración de conocimientos. III. Profundización y refinamiento del conocimiento. IV. Uso significativo del conocimiento. V. Hábitos mentales productivos. En esta ocasión se requiere de la primera dimensión, la cual es: Actitudes y percepciones positivas sobre si mismo y sobre el aprendizaje; la cual nos indica que, tanto en un salón de clases como en algún evento educativo, primero debemos de cumplir esta, para poder continuar con el aprendizaje, en donde analizaremos el porque es importante no brincar la primera dimensión. Observemos y analicemos la descripción de esta 1era dimensión para conocer mas a fondo de lo que nos habla: Una de las primeras cosas que nota el aprendiz es el clima del ambiente de aprendizaje. Esto significa que la aprendiz checa para ver si el salón es: seguro, relativamente cómodo y ordenado y tiene un tono afectivo relativamente agradable. En la parte negativa, si el aprendiz cree que su seguridad está amenazada dentro o fuera del salón de clase, habrá poco aprendizaje. De manera similar, si el aprendiz está relativamente incómodo o si la situación es extremadamente desorganizada, se dará poco aprendizaje. Finalmente, si la situación de aprendizaje es negativa en sentido afectivo, se inhibirá el aprendizaje. (Gómez, 1998, p. 19) En la primera dimensión abordada por el autor, se destaca la importancia de la observación del clima y ambiente del aula por parte del alumno como punto de partida para el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, el docente desempeña un papel crucial al intervenir de manera discreta y estratégica mediante la formulación de preguntas que indagan sobre el estado emocional y el bienestar de los estudiantes. Es fundamental que estas intervenciones se realicen de manera eficiente y ágil, permitiendo así que se aborde el tema principal de la clase sin dilataciones excesivas. El docente puede iniciar la sesión solicitando a los alumnos que ordenen su espacio y preparen sus materiales, mientras aprovecha este tiempo para realizar breves interacciones individuales, explorando cómo se sienten y por qué, lo cual contribuye a establecer un ambiente propicio para el aprendizaje. Además, esta dimensión no se limita al ámbito del aula, sino que también se extiende a las áreas comunes de la institución educativa. En estos espacios, el docente puede emplear estrategias similares para interactuar con los estudiantes y conocer sus preocupaciones, desafíos y necesidades fuera del contexto de la clase. Por ejemplo, si un alumno se encuentra fuera del aula por haber sido sacado por el docente, es importante abordar la situación de manera empática y constructiva. Se puede iniciar una conversación para comprender lo sucedido y explorar posibles soluciones para evitar futuros conflictos. Es crucial involucrar al estudiante en este proceso y luego colaborar con el docente para tomar decisiones justas y acordadas que promuevan el aprendizaje y el respeto mutuo. En resumen, esta dimensión nos proporciona herramientas valiosas para identificar y abordar las necesidades emocionales y conductuales de los estudiantes tanto dentro como fuera del aula. Al fomentar una comunicación abierta y respetuosa, los docentes pueden crear un ambiente de confianza y apoyo que contribuya al bienestar y al éxito académico de todos los educandos. En cuestión a la seguridad es necesario: Está al pendiente de alumnos que pudieran estar siendo fastidiados o amenazados por otros alumnos dentro o fuera del salón de clase. Establece normas claras acerca de la seguridad física de los alumnos. Ocasionalmente pregunta a los alumnos qué tan seguros se sienten en el salón y en la escuela. (Gómez, 1998, pp. 19- 20) La seguridad, la comodidad, la atención y el orden son aspectos fundamentales que requieren constante en las instituciones educativas y en las aulas de clase. Los docentes y los prefectos desempeñan un papel crucial en la observación y el monitoreo continuo de los alumnos, siendo los primeros en detectar cualquier situación que pueda comprometer la seguridad de los estudiantes. Ante la indicación más mínima de una situación de riesgo o preocupación en relación con la seguridad de los alumnos, es esencial que los docentes o prefectos informen de inmediato al psicólogo de la institución. Esta comunicación temprana proporciona la oportunidad para una intervención adecuada por parte de un profesional capacitado en la gestión de situaciones delicadas, quien podrá brindar el apoyo necesario para abordar la situación de manera efectiva y preventiva, siendo necesario: Utiliza actividades que incluyan movimiento físico de manera frecuente y sistemática. permitas a los alumnos pararse, moverse y estirarse. Trabajar independientemente en su propio escritorio a actividades. Cuando la energía de los alumnos baja, ponlos a hacer un poco de ejercicio. Establece y comunica reglas y procedimientos del salón de clase. (Gómez, 1998, pp. 20 -22) En cuanto a la comodidad y el orden dentro del aula, estos factores desempeñan un papel crucial en el proceso de aprendizaje del estudiante. El ambiente en el aula, marcado por la energía y la organización, influye directamente en la capacidad de los alumnos para concentrarse y participar activamente en las actividades educativas. La limpieza y el orden contribuyen a crear un entorno visualmente tranquilo y libre de distracciones, lo que favorece un aprendizaje significativo. Por tanto, es necesario establecer un reglamento o conjunto de normas que promuevan un clima de respeto y colaboración en el aula. Estas reglas deben enfocarse en garantizar la seguridad, la comodidad y el orden, al tiempo que fomentan el desarrollo personal y académico de los estudiantes. El cumplimiento de estas normas por parte de todos los miembros de la comunidad educativa contribuye a crear un ambiente propicio para el aprendizaje y el crecimiento integral de los alumnos, de lo cual se brinda las siguientes estrategias para su aplicación: Comunica las reglas y procedimientos explicando su lógica/ sentido. Cómo pueden variar en diferentes contextos. Reconoce el cambio y explica la razón de la excepción. Identifiquen estándares personales de comodidad y orden. Pide a los alumnos que describan 'con detalle cómo les gustaría tener su espacio personal. Control de pensamientos es el acto de bloquear mentalmente pensamientos distractores. (Gómez, 1998, pp. 22 -23) Las reglas dentro del aula e institución son aquellas que nos ayudarán a favorecer el aprendizaje y el orden, por lo que deben estar bien estipuladas y toda persona que esté dentro de la institución lo conozca, siendo más sencillo mantener un control y respeto por todas las personas; y al momento de modificar o agregar alguna regla se debe dar a conocer para que todos estén enterados del cambio y así evitar conflictos. Y por último una de las áreas que se deben de trabajar y mantener en todos los individuos es el tono afectivo, ya que es el que ayudará a mantener una comunicación sana para todos, así que veamos cómo se aplica: Mantén un nivel personal de energía alto y un tono afectivo. Tu nivel de energía como maestro tienen un profundo efecto en el nivel de energía de tus alumnos. Utiliza el humor en clase cuando sea apropiado. El humor es una manera muy poderosa de crear un tono afectivo para un aprendizaje apropiado. (Gómez, 1998, p. 24) Es fundamental mantener un tono de voz modulado, adaptado a cada situación específica, para facilitar una comunicación efectiva en el entorno educativo. Se observa la necesidad de emplear un tono afectivo por parte del docente o administrativo, pues la energía transmitida juega un papel crucial en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta energía se convierte en una aliada al levantar al grupo, proporcionándoles ánimo y motivación para comprender y asimilar los contenidos impartidos. El autor Robert Marzano aborda la primera dimensión, estrechamente relacionada con el tema principal, desde diversas perspectivas. Destaca la comunicación como base fundamental del aprendizaje, pero subraya que su efectividad está condicionada por diversos factores y procesos. Es crucial adaptar la comunicación al nivel educativo específico, lo cual implica comprender las edades y etapas de desarrollo de los estudiantes para implementarla de manera beneficiosa. Los adolescentes, en particular, atraviesan constantes cambios emocionales, de valores y de actitudes, lo que puede impactar tanto positiva como negativamente en su proceso de aprendizaje. En este contexto, la comunicación afectiva y la capacidad de adaptación del docente adquieren una relevancia aún mayor. Los chicos obtienen peores resultados que antes y además se sienten menos adaptados al ambiente escolar (por ejemplo, se quejan de algunas cuestiones por primera vez: los profesores, los exámenes, las normas de disciplina y convivencia establecidas por el centro, etc.). (Castillo, 2008, p. 160) Por consiguiente, la convivencia educativa desempeña un papel fundamental en la detección y resolución de problemas dentro de la institución, ya que fomenta una comunicación abierta y franca entre los alumnos, docentes y personal administrativo. Este diálogo fluido permite que los estudiantes expresen libremente sus inquietudes y cuestionamientos, mientras que los profesores y empleados escolares pueden brindarles apoyo sin comprometer las normas y reglas establecidas por la institución. Cuando los alumnos expresan quejas generalizadas sobre su entorno escolar, es crucial intervenir para ayudarlos a comprender el significado y la importancia de cada aspecto de su ambiente educativo. En este contexto, la Teoría del Aprendizaje Significativo propuesta por Ausubel cobra relevancia, al afirmar que el significado juega un papel fundamental en la adquisición de nuevos conocimientos. Según esta teoría, para comprender eficazmente algo nuevo, es necesario contar con un conocimiento previo que sirva como base, lo que facilite la comprensión y asimilación del nuevo aprendizaje; así como se observa en la siguiente definición: La motivación del estudiante es imprescindible para conseguir el aprendizaje significativo. Por lo que es importante que el estudiante muestre interés o disposición para aprender. La motivación del estudiante es imprescindible para conseguir el aprendizaje significativo. El interés por aprender facilita que el alumno relacione activamente el nuevo conocimiento con sus saberes previos. La motivación también mejora la retención a largo plazo de lo aprendido. El docente debe despertar la motivación intrínseca en sus alumnos a través de contenidos significativos y estrategias didácticas estimulantes. (BeChallenge. 2021) Se puede observar que la motivación y la interacción social son elementos cruciales en el ámbito educativo, dado que influyen en la capacidad de los estudiantes para absorber y comprender los contenidos de manera efectiva. Al fomentar un entorno estimulante y participativo, se logra captar la atención del alumno y facilitar la comprensión de los temas tratados, lo que contribuye a un aprendizaje más significativo y perdurable a lo largo del tiempo. Cuando se enseña desde un contexto familiar y conocido para los estudiantes, resulta más sencillo para ellos entender y retener la información, lo que conduce a un aprendizaje más profundo y arraigado. Este enfoque favorece la conexión entre el contenido académico y la vida cotidiana, permitiendo que los conceptos aprendidos sean aplicables y relevantes en situaciones reales. En relación con el aspecto social, el autor Fernández plantea la importancia de ser parte de un grupo cohesionado y colaborativo. Al formar parte de una institución educativa o un salón de clases, es fundamental buscar el bienestar colectivo y promover la convivencia y la comunicación entre todos los miembros (Fernández, 2022, p. 56.). Al hacerlo, se fortalece el clima educativo, que se convierte en un aliado poderoso para el crecimiento y desarrollo integral de cada individuo dentro del grupo. Conclusión Se destaca la relevancia de la convivencia educativa en el nivel de bachillerato, la cual puede ser analizada a través de las perspectivas de varios autores, aunque en este caso se abordan específicamente las contribuciones de Robert Marzano y Ausubel. Estos autores resaltan la importancia del clima, el ambiente y la comunicación en el ámbito educativo de este nivel, subrayando su papel crucial en el establecimiento de un diálogo fluido no solo entre los estudiantes, sino también con todo el personal docente y administrativo. Esto promueve la conformación de un equipo de trabajo cohesionado, en el cual cada miembro tiene la oportunidad de expresar sus opiniones y puntos de vista, generando así una diversidad de ideas que contribuyen a crear un clima institucional positivo. Se concluye que la convivencia no se limita simplemente a compartir un espacio con otras personas, sino que implica la creación de un entorno que favorece la interacción y el trabajo colaborativo. Esto requiere la existencia de un ambiente agradable y armonioso, respaldado por una visión, misión y valores institucionales claros y reforzados mediante un reglamento interno. En este sentido, no se trata de prohibir ciertos a los alumnos, sino de orientarlos para que las acciones realicen de la mejor manera posible, de manera que estas contribuyan a su desarrollo y al logro de los objetivos educativos propios de su nivel académico. Referencias BeChallenge. (2021). ¿Qué es el Aprendizaje Significativo? 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