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EL ESBOZO KANTIANO DE FILOSOFÍA POLÍTICA

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ca p i l t i l o 2
EL ESBO ZO K ANTIANO DE F ILO SOF ÍA P O LÍTICA:
PAZ PERPETUA
1. El texto en el conjunto
Hace más de doscientos años -las referencias indican el otoño de 1795vio la luz la primera edición (150o ejemplares) de la obra kantiana
dedicada a la filosofía política. La edición se agotó rápidamente,
por lo cual a principios de 1796 se imprimió otra. En contraste, la
primera de la obra más importante de Kant (hoy), la Crítica de la
Razón Pura, también de 1500 ejemplares tardó mas de seis años
en agotarse y, entretanto, Kant corrigió su contenido extensamente.
Así que el pequeño tratado sobre la Paz Perpetua fue tal vez la obra
más rápidamente difundida y también en ella el filósofo procedió a
.
realizar algunas adiciones y correcciones para la segunda edición.
Al año siguiente se hizo la primera traducción al francés, en Berna
y al siguiente (1797) al danés y al sueco, en 1798 se tradujo al inglés,
el mismo año en que Kant por fin dio a la publicidad su "Metafisica
de las costumbres", cuya primera parte era precisamente la
Doctrina pura del derecho, en realidad, el desarrollo en detalle de
los Principios planteados en la "Paz Perpetua". Aquí es importante
ubicar el problema teórico que enfrenta Kant en el tratado: la razón
pura prácticaque fundamenta filosóficamente la acción humana
tiene una parte crítica trascendental de los fundamentos, pero debe
tener una práctica critica, o Metafísica de las Costumbres en dos
partes i la teoría del derechoy la teoría de la virtud. Una nueva época
Escaneado con CamScar
pre
(ir
filirWria
prliírit'a nrum. ,.,•-•
surgía y la telvrin insnat iiralisi a, i nto en la versión escolástica como en
la maquiavéliea, (int roba (.11sil crisis drfinitiva, de manera que las
iniciativas de Kant colocaban ( ,I problema en tina dimensión nuev`a y
sentaban las bases para la rdlexión contemporánea de la filosofí a del
derecho,
Por otra parte, vse año (1795), motivación inmediata del trabaj o, la
Revolución Francesa había logrado, graciase a plrair:iirtirdateriialinciff:, dos
jóvenes generales, Jourdan y Pichegru, 1
es decir logro sentar a negociar
diplomático con la Paz de 13asilea,
de tú a tú a Prusia y España alternativaimnte, un tratado d e paz
por Austria, Rusia e Inglaterra ;
aceptado también implícitamente
de allí los comentarios kantianos sobre la existencia de reserva s
mentales en torno a los tratados, en cuanto tiende a invalidados y se
constituyen una maniobra digna de jcsuitas(dice Kant). Pero no se
puede olvidar que esta fecha coincide también con el viraje tomado
a
por la misma Revolución, en el sentido de la quiebra de la dirección
jacobina radical y la implantación de una dirección concili adora
que se llamó del "pantano", por contraste con la de la -montaña"es decir el paso de la dirección de la Convención de Robespierre y
Danton al Directorio, conformado por obscuros personajes que
tenían la %-irtud de haber calmado los ánimos y sobrevivido a todas
las conspiraciones. La paz de Basilea precisamente constituye su
primer triunfo, en lo que algunos historiadores denominan su "fuer-1
hacia adelante...." coronada propiamente por el valor la audacia je
unos jóvenes militares al mando de un ejército inflamado de ideales
libertarios que le generan a la República no sólo una dignidad
internacional, sino territorios de Bélgica, Wesfalia, el Palatinado, la
Renania y el Sarre (Alemania) y la otra mitad de Santo Domingo a
España (Haití). Kant ve allí realizarse el ideal de la acción histórica
de un pueblo capaz de darse su propia constitucióny del cuño que
considera más propio del género humano, el Republicano.
Sin embargo, su propia patria adolecía de una organización moderna,
caracterizada por una estructura autoritaria y cuasifeudal de todas
sus instituciones, tanto la nobleza, corno la intelectualidad; no había
la suficiente fuerza para exponer algunos temas que, surgidos de la
ilustración y a estaban
su
Presentes en la movilización de otros paises
como Francia e Inglaterra. El desarrollo de las ociedad industrial y
las formas modernas de la propiedad de la tierra permanecían en un
911
Lscaneaao con uamScan
Manuel Guillermo Rodrig urz V.
estado tan arcaico que todavía en el siglo siguiente, el XIX, He el tendrá
pítulo
y una justificación
que incluir
en su rilosojia del Derecho un ea
para algo que ya era extraño en los códigos modernos: el mayorazgo.
Con la consigna de que la facultad de juzgar bien o el 'buen
j
u
i
c
i
o
'
e
s
lo mejor repartido ya que cada uno considera estar lo suficientemente
dotado para juzgar, René Descartes inauguró la era de la ciudadanía que
culmina en la declaración de los derechos humanos de 1789, en ci
campo de la pelota en Paris. Este panorama cultural expuesto de manera
tan sintética en aquella frase significa el arribo de la humanidad a la
modernidad, la cual sin embargo había ya recorrido casi dos mil años
desde cuando los griegos establecieron, de manera restringida, el
derecho a pensar por si mismo y, aún, ciento cincuenta años más para
quedar plasmados en los documentos constitutivos de la primera república
de Francia. Su elaboración teórica no solo conoció los fuegos de la
revolución francesa y las luchas entre religiosos y seculares en el
campo de la Inglaterra de los corsarios-filósofos y en los escenarios de
las sectas masónicas, también pasó a las abstracciones profundas de la
filosofía alemana con Kant, quien le dio forma después de la
aparatosa derrota de las fuerzas feudales y absolutistas de Europa
frente a los batallones inflamados de la revolución en Basilea, tratado
que como va indicamos, serviría como pretexto al filósofo de Kónisberg
para 'expedir' de manera urgente un tratado o -como se lo llama en la
edición inglesa- 'esbozo de tratado político'.
Kant reflexiona sobre la teoría política a partir de su célebre estudio
sobre la mayoría de edad intelectual Respuesta a la pregunta
¿Qué es la ¡lustración? (1784) que -no debe olvidarse- es el punto
de partida del planteamiento moderno sobre la ciudadanía por la
exigencia de independencia de conciencia, especialmente frente a
la religión, con miras a la entrada de la humanidad en una etapa de
ilustracióny, por ende, de progreso. Casi al mismo tiempo, también
Kant había publicado en Berlín su tratado Historia Universal en
sentido cosmopolita que habría •de marcar una serie de tareas a la
investigación para fundamentar la ciencia social. Además ya había
culminado las críticas (Crítica de la Razón Pura-1781, Critica
de la Razón Práctica-1788 y Crítica del Juicio-1790), aunque
Posteriormente habría de reconsiderar esta apreciación sistemática.
Es entonces cuando publica el Tratado La Paz Perpetua, con un
subtítulo que reza: 'un esbozo filosófico'.
tscaneaao con uamSca
pir izquierdo de la jilos9flo
o•cidiquirti
El opúsculo comienza con la referencia irónica al letre ro
debajo dela pintura de un cementerio en una hostería holande.,;a
dice: A LA PAZ PERPETUA, y Kant se pregunta si 1;1 r(Tresentari6; de
una paz estable solo resulta cierta en los cemen t (Tíos, y miemál si ella
está dirigida a todos los hombres o sólo a los gobernante:: nunca
hartos de guerra, o a los filósofos. Aunque esta preguilu i queda sin
contestar deja la constancia:
"El autor de estas lineas hace constar que, puesto que el político
práctico suele desdeñar orgulloso, al teórico, considerándol o
como un pedante inofensivo, cuyas ideas, desprovistas de toda
realidad, no pueden ser peligrosas para el Estado, que debe
regirse por principios fundados en la experiencia; puesto que el
gobernante, 'hombre experimentado, deja al teórico jugar su
juego sin preocuparse de él, cuando ocurra entre ambos un
disentimiento deberá el gobernante ser consecuente y no temer que
sean peligrosas para el Estado unas opiniones que el teórico se ha
atrevido a concebir, valgan lo que valieren" I
A partir de esta apreciación queda plasmado el sentido del tratado:
intentará decir lo que una mente filosófica puede aportar a la política,
sin embargo ello no se puede separar de obra completa del pensador,
pues aparte de que sintetiza lo alcanzado por los teóricos anteriores,
él mismo ha venido acumulando en sus obras nuevos criterios para
definir el Estado y la política en sus criticas ensayos y tratados: la
independencia de la razón o libertad de conciencia; el derecho
individual; el principio de tolerancia; y el ejercicio de la política
como una ciencia o técnica y algunos otros, fruto de su estudio sobre
la historia universal y establecidos como presupuestos teóricos: el
uso público y el uso privado de la razón, la insociable sociabilidad
como motor de la historia, la contradicción entre la moralización y la
urbanización de la sociedad.
En relación con toda el agua que hasta el momento ha corrido debajo
de los puentes de la historia nos muestra que la filosofía hasta el final
del siglo XVIII, cuando Kant se ocupa del tema, había determinado
los elementos esenciales de la condición ciudadana y los elementos
de la sociedad civil que permitian comprender el proceso social
anterior, es decir la historia y proyectar la sociedad del futuro. Pero
KANT M. La Paz Perpetua (Editorial Nimia. México.
Pastor.) Página 23
1977.
Traducción de F. Rivera
tscaneaao con uamSca
paralelamente se,había desarrollado una forma, una estructura
social de
carácter económico basada en la productividad y apropiación
del trabajo excedente llamada 'capitalismo' y una forma de
estructura
política y la participación
que interpretaba la soberanía
política
`estado
nacional'.
ciudadana
a través de una organización llamada el
Esta última, la forma política, proponía la realización del hombre
como ciudadano y, hasta cierto punto, mostraba instituciones
como las elecciones, la división del podery la competencia de los más
capaces que supuestamente podrían realizarlo eficaz e
imparcialmente, era el estado moderno sobre el cual Fiegel
reflexionaría, dotándolo de una riqueza conceptual considerable,
hasta justificarlo como la realización de la idea de comunidad
humana. Maquiavelo, Grotius, Puffendorf y muchos otros a quien
el filósofo no deja de reconocer, pero en especial Rousseau, han
dejado el terreno preparado para la intervención de la filosofía
critica kantiana. El impacto de las obras del ginebrino, que no ha
sido lo suficientemente remarcado aparece, sin embargo,
asimilado por Kant casi veinte años antes de la Crítica de la Razón
Pura escribe en sus Notas de 1767 "Es necesario que lea y relea
a Rousseau hasta que la belleza de la expresión no me perturbe
más; sólo entonces podré captarlo mediante la razón"... 2 De
manera que la presencia de aquella categoría fundamental, la
libertad, emplazada por Rousseau en el corazón de la
modernidad, es sin lugar a dudas lo que le quita el sueño al Kant
en formación y, además, salta a los ojos del lector cuando se
sigue el prólogo de
la 2a edición de Crítica de la Razón Pura, pues allí se alcanza a
respirar la idea de que ha sido este fantasma el que le ha impulsado
a introducir en el seno de la teoría del conocimiento ese concepto
tan problemático de la 'cosa en sí ', el noumeno, que levanta la
cabeza para garantizar que si bien no puedo deducir la libertad del
hombre mediante evidencias empíricas sí la puedo y debo pensar.
Su confesión en las mismas notas delata el problema de fondo:
"Ha sido Rousseauquien me ha desengañado" -comenta E. Bello
a
renglón seguido:
"Como !fume del sueño dogmático, el autor del Discurso sobre
los Ciencias y las Artes (y Sobre el origen de la desigualdad,
agregaríamos) le ha develado la superioridad ilusoria del saber y,
Citado Por Eduardo Bello: Lectura kantiana del contrato Social, en Kant después
de
en consectwncia, le ha proporrioriudto
Preten"511
no yo 1(1
ContinTiti hu(h). cinno eriniiII) que dr.sprvrio ol vulgo,
sino llave?. que e/ luitninv
qiu conipri,mia h1 que
mwmproqrankri:
conricarifi di- Su 'NUM' VII ('1 musuh,
sc• ¡1(11(1 in) 11t)m/1"."'
La pregunta polla realización de la libertad en una sociedad Como la
moderna, engloba un nuevo programa para la filosofía del alemán a
partir de las profundas cuestiones que el ginebrino dejaba expuestas a
través de toda su amplia propuesta política, sus limitacion es
audacias así eonio la distancia entre sus mundos marcaría el contextn
espiritual de la teoría política que Kant esboza en el Tratado de loo paz La
Metafisica de las costumbres constituye el entramado conceptual
tratado y por ello es la referencia mis in inedia ta cuando se q uiere
ampliar el sentido de algunos de los conceptos que por la brevedad
quedan o pudieran quedar obscuros. Además ella representa el
desarrollo maduro del sistema si se considera al pensamiento
critico como producto de un proceso de formación, perspectiva cuya
validez va tomando fuerza corno en el caso, ya hoy reconocido, de la
diferenciación entre las dos éticas, que logra el magnífico ensayo de
Agnes Heller (1984).`1 En su Metafisica amplía las explicaciones para
justificar muchos de los artículos del Tratado, por ejemplo cuando
determina la importancia del derecho cosmopolita que parece al í
débil, Kant a través de la definición enfatiza terminante a paz
perpetua es elfin final de la doctrina del derecho dentro de los límites
de la mera razón. Por otra parte sólo allí aparecerá la justificación
de toda su teoría filosófica sobre la sociedad, es decir, que corno no se
puede garantizar en la práctica, ni mostrar empíricamente la certeza
de la necesidad de la paz, entonces ello solo será posible a través de
una Metafísica, pero no teórica, sino una práctica.
:
2. El discreto materialismo de Kant
La minuciosidad
de un psicoanalista y filósofo de nuestros días, Slavoj
iIek, ha logrado poner el dedo en la llaga en torno de la cuestión
de la cosa en sí y el materialismo kantiano, que hemos mencionado
Ibidem. Página 155
HELLER Agries. La primera y la segunda Ética de Kant en "Crítica de la Ilustración"'
Editorial Península. Bercelona 1984. Capitulo inicial del libro.
s ICANT M. Metafisica de las Costumbres. Ed. Tecnos.Rei. Bogotá. 1995. página 195
4
antes; el sentido de todo el andamiaje para la metafísica práctica es
el problema de la justificación de la libertad. 1.a tesis es que Kant crea
el nounieno para poder explicar la libertad, cuestión que conduce
al punto culminante del sistema: la respuesta a la pregunta por el
hombre, en plenitud, toma un rumbo radicalmente político. Es decir
que la metafísica termina, en tanto práctica, en la política.
Sin embargo no queda suficientemente claro el sentido de la
libertad que Kant ha tomado de Rousseau. Este es un tema que,
como ya lo vimos, campea en el fondo de toda la reflexión kantiana
y conduce a su concepción subyacente acerca de la libertad y del
hombre, a despecho de las interpretaciones desde la orilla idealista
-neokantianas y liberales, que la ignoran-. ¿Como se constituye el
sujeto? Es este el punto de partida de un alucinante capítulo del
libro de 2iIek El espinoso Sujeto subtitulado: El centro ausente
de la ontología política, enigma que sólo al intentar fundamentar
una teoría política revela su propósito de establecer la forma en
que Kant abordó el problema de la síntesis trascendental ya desde
la primera Crítica, pues como lo vimos arriba, esta no era una
inquietud de última hora o de sus escritos menores, menos aún, de
los últimos escritos. De manera que no se trata para nosotros de
un problema menor en la medida que toca uno de los pilares de todo
el sistema kantiano. El problema queda planteado sobre el origen
de la conciencia, sobre la razón de la sospechada, pero nunca bien
explicada, primacía de la razón práctica, que también hace su
aparición en el final de la analítica trascendental en esa bella pero
enigmática frase:
"No sólo hemos recorrido el territorio del entendimiento puro....sino
que hemos comprobado su extensión.... Ese territorio es una isla que
ha sido encerrada por la misma naturaleza entre limites invariables.
Es el territorio de la verdad -un nombre atractivo- y está rodeado
de un océano ancho y borrascoso, verdadera patria de la ilusión,
donde algunas nieblas y algunos hilos que se deshacen prontamente
producen la apariencia de nuevas tierras y engañan una y otra vez
con vanas esperanzas al navegante ansioso de descubrimientos,
llevándolo a aventuras que nunca es capaz de abandonar, pero que
tampoco puede concluir jamás..." 6
6 KANT M. Crítica de la Razón Pura. Ed. Alfaguara. Madrid.1982. pág.259 (resaltado
nuestro)
tscaneaao con uamScan
iippr
rdo de la filosofía politica occidental
Paqaje 11111V relacionado con el de lege' sobre la ‘nnehe de l
tan-ibién »con el Descartes de la crisis en el castillo a If y,„ n
magistralmente analizado por Borkenliu con motivo del tricenr.tenjr) del!
iscurso dr/ método-, allí el sujeto se encuentra inmerso en lini(j pesadilla
que indica el lado obscuro de la razón corno un tetan fondo a descifrar
en los textos claves de la modernidad (Discurso de;
Método,Fenomenologia
Espíriiu, CHI ica de la Razón Pura), hasta
el momento en que una interpretación filosófica pudiera asimilar. la
conceptualización freudiana. Aquellos pensadores presentían una
preexistente vorágine en donde todo es posible: desde la negación
más turbulenta, la locura; hasta la organización que en cualquier
momento emerge y da origen al universo racional, de manera que al
contrario de ese reino omnipotente del concepto, éste sería sólo una
de las formas de la humanidad en medio de la permanente acechanza
de la locura. Allí estada el sentido del materialismo implícito en la
obra de Kant y aún en la de Hegel, pues el momento constitutivo
no es la idea sino que la idea misma. brota del caos, esa especie de
'magma' -para usar la expresión de Castoriadis- de donde emerge
casi accidentalmente la conciencia para imponerse.
También en el análisis de la paz que, corno vimos arriba, constituye
el 'fin final' de la filosofía del derecho y además en toda la filosofía
moral, lo cual vale como la delimitación del campo de la libertad,
encontrará permanentemente la duda y la inseguridad del filósofo
acerca de la culminación de cualquier proyecto práctico en el campo
de la política, hasta afirmar escuetamente que todo el proceso de la
paz, junto con el ideal de la moralización y la ciudadanía cosmopolita,
siempre corre el riesgo de terminar en "...un estallido irreparable'
De manera que en la esfera de la razón práctica, cuya primacía no
duda Kant en establecer, siempre el resultado es incierto, contrario
al resultado de la modernidad en el discurso científico que registra
inexorablemente rotundos éxitos. Digamos que desde el inicio de
la formulación de su pensamiento éste fue uno de los fantasmas
que persiguió al pensador de Kiinisberg, como sabemos, hasta su
ancianidad, y por ello el asunto tiene trascendencia aún desde la
dramática argumentación de la Deducción Trascendental de las
categorías, nudo conceptual de la Crítica de la Razón Pura. El mismo
Kant la redactó dos veces de manera tan distinta (primera y segunda
7 • -
44
México 1976. página 222
Paz Perpetua. Ed.
AA
tscaneaao con uamScan
edición), que la mayoría de los comentaristas tradicionales se ha
extendido en la explicación y, prácticamente ninguno ha mostrado,
que lo que allí se juega es el materialismo de la conciencia, pues para
nadie era claro que la refutación del idealismo, que también agregó
en la 2a . Edición, era parte de su est rategia aclaratoria.
Se trata de que Kant hace la deducción de las categorías del
entendimiento dividiendo la argumentación en dos partes, una
analítica y otra trascendental. Vale la pena seguir el razonamiento de
Allison8 cuando critica el planteamiento de los analíticos y de los
neokantianos sobre la enigmática modificación, que resultó ser
radical entre una y otra edición sobre todo porque en la primera
prácticamente no está casi marcada la mencionada división, aunque
para él (Allison) el punto de referencia será la redacción de la segunda
edición. En la primera aparece al principio la explicación sobre la
formación de la síntesis trascendental a partir de la imaginación y ello
constituye el grueso de la argumentación, pero en la segunda inicia
con una argumentación analítica y termina con la exposición de las
condiciones del yo que garantizan la síntesis de apercepción pura. Para
el caso de Allison era suficiente con la primera parte que Kant resalta
en la segunda edición, haciendo innecesaria la otra, pero él mismo se
da cuenta que algo importante se logra allí: darle materialidad a la
conciencia inteligente aunque, en su opinión, no lo logra del todo_ Lo
cual, para nosotros, resulta obvio cuando aún no ha terminado Kant
de exponer su filosofía completa y queda por resolver lo esencial, el
problema de la libertad, a pesar que ha publicado la segunda Critica:
"Hemos visto que la estrategia de Kant (en esta segunda parte)
consiste primeramente en argumentar que la síntesis trascendental
de la imaginación es necesaria para la representación del espacio y
tiempo, y que esta síntesis debe estar de acuerdo con las categorías.
Enseguida Kant afirma que la síntesis de la aprehensión por la
cual es producida la percepción, debe, de igual modo, conformarse
con las mismas categorías puesto que debe conformarse a las
condiciones de la síntesis trascendental. líe tratado de defender que
se puede demostrar que esta estrategia tiene éxito al establecer una
conexión entre las categorías y la intuición empírica, Sin embargo,
bajo ninguna circunstancia puede decirse que también tenga éxito
al mostrar que las categorías hacen posible la experiencia." 9
Ver. ALUSON Henry. El Idealismo Trascendental de Kant. Ed. Antropos-U.
Autónoma, México.1992
9
ALLISON..op. cit. Página 269
4
5
Á l k
■
tscaneaa o con uamScar
Fi pu. izquierdo zfr fiin, ,inflo
rola ira ouvitivritni
Si lo que se propone Kant es dejar consiancia de la limitación d e h
razón, como entendimiento (la pequeña isla rodeada de teneb rosma r), ento nces no es su o bjeto el mi smo que pret e n d e n :
intérpretes buscando un racionalismo a ultranza. Es allí en
dondus
pertenece a
entra la imaginación y su papel en la constitución del sujeto, p ueste
que es esta facultad, que en la primera edición ocupa un impo rt at:
papel como puente entre la percepeiAn y el en tendi miento, sin la
cual no podemos conocer nada, que al mismo tiempo no
un
las intuiciones empíricas ni tampoco es producto del entendimiento
(como veíamos arriba para estupor de los racionalistas). Más bi en
resulta ser el campo de la materialidad del sujeto que, a falta de
mayor adelanto de las teorías fisiológicas y psicológicas de entonces
al no poder encontrar asideros conceptuales precisos (el inconsciente'
por ejemplo) se refugia en el concepto de imaginación (otra forma d e
marcar el 'territorio de la ilusión' ya mencionado). Sin emba rgo, lejos
de ser ese territorio algo inocuo, resultan ser las aguas del engañ o y
del peligro, corno lo describe 2iíek: el abismo de la locura en dond e
los productos más desiguales de las pasiones humanas emer gen
en anarquía. Allí está presente el 'magma' del cual, por casualid ad
podría emerger el orden del entendimiento con violencia:
'Permítasenos añadir que esta violencia de la síntesis es quizás ya
una respuesta a la violencia más central del desmembramiento,
del desgarramiento de la continuidad natural de la experiencia.
Si la síntesis de la imaginación tuviera éxito sin ninguna fisura,
obtendríamos una autonfección perfecta, autosuficiente y encerrada
en si husma. Pero la síntesis de la imaginación necesariamente fracasa, queda
atrapada en una inconsistencia, de dos maneras... Este es el lugar exacto en
que en lafilosofia de Kant se puede discernir el antagonismo entre el materialismo
(filosófico) y el idealismo: tiene que ver con la cuestión de la primacía en la
relación entre las dos antinomias. El idealismo le da prioridad a la antinomia
dinámica, al modo en que la ley suprasensible trasciende, suspende, o ambas
cosas, la cadena causal fenoménica, desde el exterior: para este enfoque, la
inconsistencia fenoménica no es más que el modo en que el Mas Allá nownenal
se inscribe en el ámbito fenoménico. El materialismo, en cambio, le da
prioridad a la antinomia matemática, a la inconsistencia intrínseca del
dominio fenoniénico: el desenlace final de la antinomia matemática es el
dominio de un 'todo inconsistente, de una multiplicidad que carece de la
consistencia antológica de la realidad" 1
Lscaneaao con uamScan
(Juilivrtno Norlrigurz V.
Ahora bien, entre los dos
u's halm; que entender la forma en
que Kant mismo resuelve su posición al
pifiar la realidad de la
síntesis de la imaginación dejando, a pa renhimente incompleta la
demostración sobre la hegemonía (k1 entendimiento, al menos para
2iIck la opción no solo es clara en favor del mai rrhilismo, sino que a
partir de allí se puede encadenar iodo el proceso de la formalidad de
la razón práctica la incert idumbre dr1 campo de la libertad, siendo,
a pesar de todo, el campo esencial:
"Lo Real monstruoso que ocultan las ideas racionales no es
lo noumenal, sino ese espacio primordial de la imaginación
presintética salvaje. el dominio imposible de la espontaneidad,
la libertad trascendental en su aspecto más puro, anterior a
su subordinación a cualquier ley autoirnpuesta, el dominio
vislumbrado por momentos en diversos puntos extremos del arte
del posrenacimiento, desde Jerónimo Bosco hasta los surrealistas.
Este dominio es imaginario. Pero no todavía como identificación
especular del sujeto con una imagen fija: es anterior a la
identificación imaginaria que da forma al yo. De modo que el gran
logro implícito de Kant no consistió en sacar a la luz la brecha entre
la realidad fenoménica de constitución trascendental y el dominio
noumenal trascendente, sino en revelar el 'mediador evanescente'
entre una y otro: si llevamos esta argumentación hasta sus últimas
consecuencias, debemos presuponer, entre la animalidad directa y la
libertad humana subordinada a la ley, la monstruosidad de una
imaginación presintética enloquecida, que genera las apariciones
espectrales de objetos parciales.""
Con esta precisión no sólo podemos despejar el camino de la
comprensión del proyecto kantiano desde el marco del iieokantismo
decimonónico, como un racionalismo radical que deja organizado
todo el campo humano entre la ciencias del espíritu y las ciencias de
la naturaleza, que posteriormente fueron asumidas por la analítica y
el neopositivismo lógico, sino que también queda reducida a sus
justas proporciones la crítica de Heidegger en Kant y e/ problema
de la Metafisica, pues a pesar que Heidegger acierta al señalar las
carencias de la fundamentación, subjetivista del planteamiento
kantiano que, en cierta medida, como veíamos, abre la puerta a
una metafísica de las costumbres, no se da cuenta que también con
ello Kant apunta a minar la consistencia existencial de la
ontología, precisamente en el sentido de un materialismo más
tscaneaao con uamScar
11
Ibi d em...p á gina 64
El pie izquierdo de iojilosolín
14)11111.11 orinidnitui
sólido, fundamentado sobre un sujeto emergente, dialéctico y rir,
estático como el heideggeriano 'ser para la muerte', 2i1ek, al meno;
concluye:``)
significa esto que la destrucción kantianu dei
7711111d0 por obra de las antinomias de la razón pura ¿no afectu
inundo como horizonte finito de la revelación de las entidades p aru un
agente trabado? Nosotros apostamos u que sí lo hace..."12
De manera que a lo largo de todo su sistema de pensamient o ya Kant
había captado que la esfera de libertad, no solo era lo má s
problemático de la respuesta a la pregunta por el hombre, sino que la
veía -como queda consignado en alguno de los principios de la idea
de una Historia Universal- como la tarea más dificil y la que más
tardíamente resolverá la especie humana, la de encontrar un camino
político, o sea camino para la realización de la libertad a través de la
constitución politica, cuyo éxito de ninguna manera está asegurado.
Pero en lo que a nosotros compete, la incertidumbre sobre el éxito de
la misión de la especie está afincada en la materialidad a ultranza de
la conciencia que se encuentra presa del juego loco y alucinante de
las fuerzas incontrolables de la naturaleza del cual emerge la razón
constantemente y que evoca las reflexiones críticas de fondo en
pensadores interpretados ligeramente de irracionalistas corno
Nietzsche cuando asume la 'voluntad de poder' y el 'perpet uo
retorno', o Bergson y su 'elain vital'. Allí, también se pone en tela
de juicio todo el esquematismo del materialismo 'ortodoxo' que
posterior a Marx pretendía establecer una especie de determinismo
fisicalista en el proceso histórico en aras supuestamente de sostener la
validez del enfoque marxista. Sin embargo, el punto más delicado de
este cariz de la filosofía kantiana es la respuesta a la crítica de
Heidegger, en Kant y el problema de la metafisica porque revela
que, en el fondo, el autor de Ser y Tiempo no era lo suficientemente
innovador, como lo demostró el curso posterior de su obra, enredado
en una ontología que, al desembarazarse del referente fascista ,
tiene que recurrir al lenguaje poético para aterrizar, calladamente en
las toldas de la metafísica tradicional que había 'superado en su
juventud. Muy por el contrario la obra de Kant quedó allí, sin
renuncias ni arrepentimientos, confundida en los delirios de una
ancianidad normal,pero con los interrogantes más impactante s
r-'
212EK S. Op. Cit. Página. 78
tscaneaao con uamSca
Rrpriviquiv V,
Ahtmivi
abiertos, para que, sti,gi'm sus prnpias palabras en Irl(q) (k una
Tfistoria Universal, apaniciese rl 1<i-1)1(m- de la ilistori.d rliie intentara
someter la bisioria humana lpves imfris (-11-11.1as.
3. La obra como esbozo político
La edición española de las obras (le Kant más accesible al pi .iblico
latinoamericano, la de Pnrrúa de La Pm, Perpetua, un esbozo
filosófico, acompaña la traducción de la Crítica de la Razón Práctica
y se encadena maravillosamente con ella en su último aparte que
comienza:
"Dos casas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos
y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de
ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro
de mi. Ambas cosas no he de buscarlas y como conjeturarlas, cual,
si estuvieran envueltas en obscuridades, en lo trascendente fuera
del horizonte; ante mí las veo y las enlazo con la conciencia de mi
existencia. La primera empieza con el lugar que yo ocupo en el
mundo exterior sensible y ensancha la conexión en que me encuentro
con magnitud incalculable de mundos sobre mundos y sistemas de
sistemas, en los ilimitados tiempos de su periódico movimiento, de
su comienzo y de su duración. La segunda empieza en mi invisible
yo, en mi personalidad, y me expone en un mundo que tiene
verdadera infinidad, pero solo penetrable por el entendimiento y
con el cual 7ne reconozco (y por ende también en todos aquellos
mundos visibles) en una conexión universal y necesaria, no solo
contingente como en aquel otro."'3
El encadenamiento, que se realiza en obras con casi diez años de
diferencia se realiza para mostrar la coherencia del pensamiento
sistémico de Kant, pues el tratado comienza su sección segunda de los
artículos definitivos con la siguiente afirmación:
"La paz entre hombres que viven juntos no es un estado de
naturaleza, el estado natural es más bien h1 guerra, es decir, un
estado en donde, aunque las hostilidades no hayan sido rotos, existe
la constante amenaza de MilipCrICIS. Por tanto, la paz es algo que debe
ser `instaurada; pues abstenerse de romper las hostilidades no basta
para asegurar la paz, y si los que viven juntos no se han dado mutuas
seguridades -cosa que solo en el estado 'civil' puede acontecer- cabrá
KANT 154, Critica de la Razón Práctica. ELI, Porrib. México. 197. pág.2oi
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mismo tiempo personal y social y en el cual la única ley fija es de la
autonotnia, la misma de la libertad, que deja impresionado a Rawls,
pero que 1 legel y Marx continuaron explorando hasta llegar al
materialismo histórico, no en su interpretación mecánica desde el
k•ontexto positivista del diatnat, de un determinismo de la actividad
liumana sometido a leyes parecidas a las naturales, sino en el sentido
prístino marxista de 'el paso del reino de la necesidad al de la libertad'
y el del paso hacia 'd verdadero comienzo de la historia humana'.
Puesto que este Marx es perfectamente compatible con el sentido
11 111111 t'US►titit' 11►N.acilamos
en
kantiano de que --da naturaleza no ha dotado al hombre de garras
o cuernos, sino de inteligencia, para que él sea el único a quien se
pueda atribuir el mérito de su obra."'
Lo que Ralws ve como un 'constructivismo' moral y se esfuerza
por delimitar al estricto sentido de la juridicidad política, ya Kant lo
había ampliado hasta la dimensión de una Metafísica Práctica que
Althusser llamaría la 'práctica teórica' y, a su vez, Hegel y Marx
configurarían, yendo más allá de Kant, como la esfera del espíritu
surgida de esa materialidad dialéctica capaz de construir la
realidad. Es decir que la teoría de la Paz en cuanto es una
posibilidad de la esfera de lo humano exige una nueva metafísica,
para Kant, metafísica práctica de las costumbres, por contraposición
y coplemento a una metafísica de la naturaleza ya esbozada en
m
ibidem....página 22.
1.5 Ver KAN lsi. Filoutfía de Iu Historia Ed. FCE. México 4989. Página 44 Ver tercer
Principio: 1.a naturaleza ha querido que el hombre logre completamente de si todo aquel'
que ~repasa el ordenamiento mecánico de su existencia animal...
g0
bscaneaao con camScan
Manuel Guillermo Rodriguez V,
Prolegómenos y claramente (wivntaila hacia el tratamiento de lo que
él mismo había plani rad() como ctl resumen de todo el sentido de su
sistema filosófico, la respupsi a a la pregunta que las resume todas:
¿Qué es el lionihrr?
Y no debe resultarle extraño al lector colombiano, a ve ces tan
desorientado por la academia tradicional en gran medida clerical yconservadora, esta polémica asociación de Kant, Hegel v Marx alrededor
de su concepción sobre esta tesis: la dinámica substancial del
pensamiento filosófico moderno implica el paso materialista histórico
de la naturaleza a la sociedad, de la causalidad por naturaleza a la
causalidad por libertad dirá Kant ; de la insurgencia o fenomenología del
espíritu -afirmará Hegel-; o finalmente de la prehistoria a la historia
humana mediante la acción revolucionaria -convocará Marx-. Porque,
en el caso de Kant, de manera similar a lo que ocurrió con Hegel a
principios del siglo XX mediante la investigación de Georg Lukács
que puso al descubierto la base material de la historicidad hegeliana
en la reflexión y crítica de la economía política inglesa, en el caso
de Kant, se entiende su insistencia en los artículos preliminares de La
Paz Perpetua sobre las cuestiones prácticas y concretas de las
finanzas, los créditos de guerra, la contratación de sicarios y
mercenarios y, al final, la relación entre la paz y el imperialismo
comercial ya perceptible a los ojos de Kant pero no de sus lectores,
bajo el subterfugio de la supuesta senilidad del filósofo. Dicho sea de
paso, las reflexiones de Kant sobre la Paz, la Metafísica de las
costumbres, el Conflicto de la facultades, es decir la mayor parte de
la filosofía politica corresponde al periodo de ancianidad (entre sus 70 y
8o años) y ésta, desde su declaración de 'entusiasmo' por la revolución
-
-
francesa, expresa criterios revolucionarios: a aquella época
corresponde esta significativa nota, rescatada por el historiador
judío polaco Leo Kofler:
"Siento toda la sed de conocimiento y toda la ansiosa inquietud por
llegar más lejos en este campo (habla del trabajo físico): también
experimento la satisfacción de cada progreso. Ilubo una época en
la que creí que todo esto (sólo) podía constituir la honra de la
humanidad, y despreciaba a la plebe, que no sabe nada de nada.
Rousseau me llevó al buen camino. Esta preferencia obsecada
desapareció; he aprendido a honrar a los seres humanos y me
sentiría mucho más inútil que los trabajadores comunes si no
iYrprierdo de la jilosofia poiltica deculentril
tscaneaao con uamScar
Lscaneaao con uamScan
creyera que esto consideración puede regir a todas las demás n'ir]
de establecer los derechos de la humanidad..." 0 1
Ello resulta evidente sólo si se piensa, como lo explica la tradu ctora de
la Metafisica de las Costumbres, Adela Cortina, que la dem ora en la
publicación de la obra se debió en parte a que Kant estab a tratando
de resolver la manera filosófica de tratar el asu n to medular de la
doctrina del Derecho Privado, o sea, el problema d e la propiedad
privada, como primera parte y punto de partida d e la Teoría del
Derecho dilucidación que ocupará las dos tercera s partes del
texto(Introducción pg.XIX)' 7 . Pues a nuestro m o d o de ver la
diferencia entre la manera liberal (Rawls) y la manera histórica
(Hegel y Marx) de ver el derecho, estriba en la manera de tornar
las condiciones materiales de la vida humana como pa rte integral de la
discusión sobre la sociedad o la convivencia. Para la primera los
principios del derecho no tienen nada que ver con la s condiciones
materiales de vida social pues son determinados por l a igualdad formal
del contrato, mientras para la otra se encuentran mutuamente
determinados, como lo veremos en la reflexión kantiana. Aquí
resulta explicable la escasa acogida de la Metafísica de las
Costumbres, entre los especialistas académicos, pues se aparta del
método critico trascendental de las críticas; igualmente el
calificativo de obras menores atribuido a la Paz Perpetua, Idea de
una Historia Universal, Respuesta a la pregunta ¿qué es la
Ilustración?, Sobre el dicho de que lo que es bueno en teoría no vale
para la práctica y el Conflicto de las Facultades. Cuando, desde una
perspectiva de izquierda, son tal vez, las más agudas, no en sentido
aséptico de la epistemología, sino el destructivo y social que cien
años más tarde aparecería con la lógica negativa de Marx.
Por el contrario, el gran público ilustrado y la juventud acogió
espectacularmente estas mismas obras, y en particular el tratado
sobre la Paz. Ello rompe con el mito de que Kant fue un filósofo alejado
de las masas y deja de lado la imagen, cultivada académicamente
en algunos medios, de un hombre rígido de gusto limitado (música
militar), rutinario (caminata diaria) y alejado de su realidad. La
Ver KOFLER L. Contribución a la Historia de la Sociedad
urguesa. Pu blicada en
alemán 1948. Versión en español, Ed. Amorrodu. Buenos Aires. 1974. Páginas 452-3
16
B
KAN!' M. La metafísica de las Costumbres. Ed. Rei. Bogotá 1995 de la Ed. Tecnos de
Madrid,1989, traducción de Adela Cotina y Jesús Conill.
Alarme? Girdivrrno noiirlytt•z V.
presentación del tratado, en realidad, no es muy ágil y su estructura
denuncia la problematicidad que encivrra una obra que apenas
esboza el tema que pretende abordar, incluso se podría vislumbrar
cierto desorden expositivo dentro de una forma enumerativa que
no deja ver claramente su propósito. Sólo en la consideración de
conjunto y al precisar los alcances de los suplementos y apéndices
que Kant le adosó, se capta que se trata del esquema de una filosofía
política de largo alcance derivada de las criticas, puesta en términos
propositivos. Su división en artículos preliminares, artículos
definitivos con dos suplementos y dos apéndices, una propuesta de
armisticio de guerra, no contribuye a comprender que se bosqueja
una teoría general del derecho (la filosofía política) tomando como
eje el problema de la Paz, pero adoptando la forma de un decreto.
Ofrece, en cambio, la ventaja de abordar directamente los asuntos más
inmediatos de manera tajante para ir profundizando paulatinamente
hasta lograr la conducción del lector hacia el punto clave: la relación
entre la guerra y la politica visto con los ojos del filósofo educador, que
busca formar un pueblo para que se defienda de los políticos haciendo
uso de su propia razón. Tal vez por ello, lo único que agregó, antes de
los apéndices para la segunda edición fue un párrafo en donde define
con claridad el papel del filósofo en la politica, apartándose de la
pretensión platónica del rey-filósofo.
La primera parte del tratado está constituida por seis artículos muy
puntuales: 1. No es válido un tratado con reserva mental. 2. Ningún
Estadopodrá ser adquirido. 3. Los ejércitos permanentes deben
desaparecer. 4. El estado no debe contraer deudas para la guerra. 5.
Ningún estadopuede inmiscuirse en la constitución de otro y 6. Ningún
estado puede usar táctiws atroces. Ellos constituyen, a nuestro modo
de ver, la base material de la filosofía política de Kant: cada uno de ellos
toca un aspecto substancial tanto de la politica como del derecho cuya
reflexión va a estar ligada al problema de la paz. La paz es el supuesto
fundamental de la convivencia social y, al menos por un largo tiempo
-el de la moralización, señalado en el tratado de historia- su proceso
de realización estará ligado al derecho a Partir de una base material
indispensable, de allí el señalamiento de preliminares.
Lscaneaao con uamScan
pte figurera(' ay f(J I f f r . s u i
4. Los principios centrales
a establecer los principdieols teorice
:
Lavección sc12,1 k L CSI á orien lada
política y (lel derecho kantiano que el
universa
de la filosofía
del
ción
de
otro
filósofo desarrolla sintéticaincnte en consideril:lcdi:Sii
del tratado, haciendo sentir la necesidad de 1;1
tratado que desarrollase exhaustivamente el tema. Kant lo ll ama la
sección de los artículos definitivos de la Paz bajo el principio de que ella
no es un presupuesto de la naturaleza, por lo cual tendrá que salir el
hombre de su estado natural para construirla. El punto de partida de
esta sección es de por sí el primer principio de toda l a teoría política
moderna, el mismo Rousseau, el primer pensador plenamente
moderno, se había quedado corto al establecer lo que seria la
característica esencial del Estado moderno porque, a pesar de su
radical defensa de la libertad y de la soberanía popular, todavía dejaba
un margen al absolutismo anterior y a las tradiciones aristocráticas y
monárquicas, que aún bajo la mirada constituyente y vigilante del
pueblo podría ser manejada por un monarca y los asuntos más
agudos de la administración del estado estarían en manos del
ejecutor del contrato social. Aunque la diferencia es sutil, en Kant,
la única constitución para garantizar la paz sería una republicana. A
diferencia de Rousseau quien piensa en primera instancia en el
modo de armonizar la sujeción a leyes con el ejercicio de la libertad,
Kant piensa que ejercer la libertad sólo es posible creando
condiciones para el desarrollo pacífico de potencialidades, es decir,
el derecho y éste, a su vez es la primera forma humana -aunque
no la más perfecta- para pasar de la naturaleza a la historia, mientras
Rousseau veía en el estado de naturaleza un modelo que, si bien ya
no podría ser reproducido, representó algo mejor que el recién
construido Estado civilizado (tesis del buen salvaje). Dos miradas
sobre el problema: el viejo zorro de Kflinisberg no se dejó obnubilar
por la fuerza •estética del
•modelorousseauniano.
Kant está de acuerdo con que el e jecutivo, que puede ser un
monarca, sea funcionario especial del soberano pero debe existir un
mecanismo de representación que haga real la acción del pueblo y
por ello introduce la distinción entre forma de Estado y de gobierno,
soberanía y régimen respectivamente, porque sólo así cualquiera
¿A
tscaneauo con uamSca
que sea la forma de soberanía quedarágarantizado que sobre las
acciones de gobierno fundamentales para la salud delpueblo, como
Ahrtinvi (ariliv•ino 141111.0ittiz
es el caso de la guerra, los tratados, los derechos rumia mentales y
otras cuestiones vitales, se dé una forma republica na de resolver,
frente al despotismo propio del ejecutivo, El punto Mgido de esta
participación popi dar se da a parí ir de la necesidad de que todo
el pueblo sea consultado al tomar la drite•minaci6n de entrar en
guerra: el argumento resulta sorpreur lente en Kant, el filósofo de
la crítica y la (l'ascendencia de la conciencia es quien aquí hace gala
de un realismo estricto: mientras el pueblo sufre los combates, paga
los gastos y soporta la devastación y asume la carga de las deudas
públicas; "...el jefe de Estado no es perturbado en su regalada
vida.... y la guerra para él es una diversión, y puede declararla
por levísimos motivos, encargando luego al cuerpo diplomático
-siempre bien dispuesto- para que cubra las apariencias.-"
También resulta muy expresiva la nota correspondiente al
fundamento de la obligación jurídica, pues Kant se adelanta en unos
centenares de años a su epígono, Habermas, que entre otras cosas
presentaría casi esta misma fórmula como un hallazgo propio de su
teoría de Acción comunicativa; allí enuncia el principio: no tengo
ninguna obligación con respecto a leyes divinas (en este caso) sino
en cuanto haya podido yo darles mi consentimiento'. Pero Kant va
mucho más a fondo cuando señala que un régimen debe garantizar el
principio de Libertad de los ciudadanos en cuanto hombres, el de
Dependencia en cuanto súbditos de una legislación común y el de
Igualdad en cuanto ciudadanos en la misma condición y eso sería lo
que se podría llamar con razón régimen republicano. La libertad es
jurídica -no se trata de la noumenal mencionada en la Crítica de la
Razón Pura- tampoco puede definirse como Hobbes y Locke, o sea,
que es posible hacer todo aquello que no perjudique a otros, sino
que de manera positiva debe plantearse que la libertad es la facultad
de no obedecer mas leyes que aquellas a las cuales cada uno ha
podido darles su consentimiento, forma de la teoría de Habermas, y
definición de la democracia participativa directa.
De la misma manera, dependencia significa que nadie puede
imponer a otro una obligación jurídica sin someterse también y ser
obligado igualmente por la ley, es decir, que todos los ciudadanos
están sometidos al orden jurídico que han aceptado. Este principio
KANT M. La Paz Perpetua. Pag.223
tscaneaao con uaniScal
El piv i7gitienio (11' la ,filosa.fia politica occidental
está implícito en el concepto de constitución, pero debe
cuidadosamente separado ele la dependencia religiosa,
ser
que
del,
considerarse
•
sestrictamente personal y por lo tanto no Pued e "e
tenida cn ningún momento ni corno modelo ni como relacionada et
( nri er :i°Cf
Joncepi
la dependencia política; y en eso Kant es muy preciso: "el prinen de la
igualdad (de todos los ciudadanos en su d‘e: aen ed oe nn:i tiene aplicación,
como el de la libertad, dice nKannot,Z el I /el;
COn niOS, porque
que brota de t'in Dios es el único para
del deber -. La conclusión de Kant es enfática:
repúblicana, además de la pureza de su origen,
fuente del concepto de derecho, tiene
l la ventaja de ser l a
propicia para llegar al anhelado fin: a paz perpetua." 19
El segundo artículo definitivo para la paz define que si hay un derecho de los
pueblos, o derecho de gentes, ese sólo puede ser concebido a partir de
una organización de estados libres, que a falta o ante la imposibilidad
histórica de constituirse en un gran Estado, bien puede ser una federación
de naciones. Precisando concluye que no puede formarse un estado de
estados pues cada uno es diferente y se trata de mantener las diferencias,
tampoco habría ningún superior pues cada pueblo debería mantener su
soberanía de manera que la aspiración sería la formación de una
Sociedad de Naciones. El estado de esta tarea definitiva para la paz lleva
a Kant a concluir que su logro está muy lejano y comenta:
"La diferencia entre los salvajes americanos y los europeos es que
aquellos devoran a sus enemigos y éstos los utilizan como carne para
la guerra, de manera que esta condición el filósofo la considera
inmadura, aunque es evidente que es una posibilidad, que además la
presencia de juristas que reflexionan sobre la guerra y la posibilidad de
hacer algunas intervenciones para reglamentar la humanidad, aún dentro
de la guerra mencionando a Puffendorf, Grotio y Vattel, es para el autor
fuente de optimismo sobre elfuturo de la humanidad y su tendencia a
buscar el bien moral." 2°
Sin embargo la esperanza de realizar esta sociedad de naciones garantía de la paz perpetua-, el autor las ve en un proceso en donde
la civilización y organización de repúblicas vaya paulatinamente
fortaleciendo una alianza que permita avanzar, aunque no se
manifieste demasiado optiinista sobre el resultado pues
considera
que siempre existe el peligro de "...lin estailicin irreparable..." 21 Aún
cuando no se trata de una exigencia extrema, se trata de Derecho
y, como muy bien lo desarrollaría más tarde 1 legel, el derecho
constituye el primer nivel del dvsarrollo del espíritu humano hacia
humanización pues se (411'11(111ra en el primer escalón al cual
se12,uirá la moralidad culminando con la eticidad. Por tanto Kant
advierte que no está hablando de filantropía cuando reclama que las
naciones tienen que pensar en la sociedad o federación de estados
para construir el proyecto de la paz, pues así corno resulta idiota
pensar que alguien no capte que para no devorarse mutuamente los
hombres entran a formar un estado, igualmente que no se acepte un
poder legislador supremo que funde la confianza del propio derecho,
como sucedáneo o equivalente de la libre asociación política.
El breve tercer artículo es mucho más agudo en cuanto a plantear la
razonabilidad de una teoría del derecho como la base la convivencia
humana: Los hombres deben tolerar mutuamente su presencia
en toda la extensión de la tierra porque la posesión de la tierra es
un derecho común, o dicho de una manera más sencilla, la tierra es
propiedad común de todos los hombres. Si lo analizamos en su
simplicidad, Kant está planteando los principios del comunismo
moderno como base de la filosofía política que adoptaría la forma de
`cosmopolitismo'. En su forma negativa expresa la idea tajante que
nadie tiene mejor derecho que otro para estar en determinado lugar
del planeta. Se pasea por el mundo antiguo y moderno mostrando
que la resistencia a la hospitalidad tiene un significado natural; la
aridez del desierto, la peligrosidad de los mares o la inclemencia
del clima, pero que superada la angustia de la agresividad de la
naturaleza en los seres humanos emerge la necesidad de permitir
el trato con los habitantes, lo que constituye el aspecto atrasado del
problema para Kant. Pero cuando los Estados civilizados 'visitan'
pueblos lejanos y exploran otras tierras:
la visita se denomina 'conquista', consideran, que las tierras
visitadas no pertenecen a nadie; los naturales no cuentan para
nada... Bajo el pretexto de establecer factorías comerciales,
introdujeron tropas extranjeras, oprimiendo a los indígenas,
encendieron grandes guerras entre los estados de aquellas regiones,
ibidem. Página 227
ocasionaron hambre, rebelión.
22
pedidia; en fin lodo el diluvio de
males que pueden afligir la hullia n dad."
A renglón seguido apoya las medidas que el imperio Chino y el
Japón adoptaron para defenderse de la intervención abusiva de las
potencias europeas. Así mismo menciona la forma absurda en que' los
paises civilizados de Europa fomentan la esclavitud en otra s tierras,
explícitamente nombra las Antillas, para concluir como hoy en la
sordera de los estados ultracivilizados: la única ganancia que obtienen
estos estados que hipócritamente defienden la dignidad humana y
unos principios y derechos que pisotean todos los día s es pervertir
a sus pueblos, que con estas lecciones prácticas llevan Europa
nuevamente la idea de fomentar la guerra, sus palabras son muy
claras:
..das islas donde se ejerce la más cruel esclavitud, no dan verdaderas
ganancias, a no ser de un modo muy indirecto y en sentido no muy
recomendable, sirviendo para la educación de los marinos, que pasan
luego a la Armada; es decir para el fomento de la guerra en Europa.
Y esto lo hacen naciones que alardean de devotas y que, anegadas
en iniquidades, quieren pasar plaza de elegidas en achaques de
ortodoxia" 23
-
Por lo cual es de esperar que la humanidad entre en una etapa de
debate sobre el derecho que permita la difusión de una forma de
ciudadanía universal que favorezca la implantación de la paz perpetua
y se pueda abrigar la esperanza de su continua aproximación. Sin
embargo la conclusión de estos artículos definitivos del tratado es
más clara en los últimos párrafos de la Metafísica de las Costumbres:
"Puede decirse que este establecimiento universal de la paz no
constituye solo una parte, sino la totalidad del finfinal de la doctrina
del derecho, dentro de los limites de la mera razón; porque el estado
de paz es el único en que están garantizados mediante leyes lo mío
y lo tuyo, en un conjunto de hombres vecinos entre sí, por tanto,
que están reunidos en una constitución...que no ha de sacarse por
la experiencia....sino que ha de ser sacada por la razón a priori del
ideal de una unión jurídica entre los hombres &do leyes públicas en
general...."24
Ibidem. Página 228
23
Ibidem. Página 229
KANT. M. Mete cica de las costumbres. Ed. Rei ..Tecnos. Bogotá . 1995 Página 196.
tscaneaao con uarnScar
El primero de los suplementos establece la garantía de la paz
perpetua, después de haber planteado que la paz no es un estado
natural de la humanidad, Kant sefiala que la garantía de la paz
perpetua es la Naturaleza, eomo un artista que introduce concordias
y armonías en las diferencias; mediante una especie de azar conduce
a la humanidad a realizar sus objetivos. Ella no esprovidencia
divina sino la confianza unumenal sobre la teleología de la realidad.
Esto conduce a Kant a afirmar que la posibilidad de avanzar hacia
la paz está garantizada por la forma en que se desarrolla la historia
humana:
los hombres han podido habitar toda la tierra, las guerras
otras circunstancias los han distribuido por toda su superficie y
se han visto obligados establecer relaciones que se han convertido
en presión para saltar del estado salvaje de naturaleza a un estado
superior que sería el estado de derecho, más adecuado a las
condiciones propias del hombre.
Así, el estado de derecho, o el sometimiento a una norma común viene
preparado por la misma Naturaleza. Las circunstancias exteriores
que rodean al hombre, la conflictividad implícita a la vida humana y
las experiencias pronto generan la necesidad de formarse en estados
de manera que dice Kant: "El problema del establecimiento de un
estado siempre tiene solución, por muy extraño que parezca. aun
cuando se trate de un pueblo de demonios; basta con que éstos
posean entendimiento..."25 De esta manera resulta imponiéndose un
derecho que si bien no garantiza la mejora moral de los hombres,
al menos garantiza la necesaria paz para la supervivencia de la
humanidad y engendra la posibilidad de la educación humana. Este
es el contrato originario que en buena medida se inspira en Rousseau
pero, que a diferencia de éste no es una gran garantía para el futuro de
la humanidad; el contrato social sólo es expresión de Derecho como
forma de la más primaria libertad que fundamenta la convivencia
humana, mientras que para Rousseau es fundamento de toda su
teoría de la libertad política y la nueva sociedad. Es decir, Rousseau
juega elcampo de la libertad al contrato, mientras para Kant éste sólo
es el inicio.
Por otraparte, la necesidad de agrupar a los hombres en el Estado, es
complementadapor el designio de la Naturaleza de evitar a toda costa
" KANT M. Tratado La Paz Perpetua...p.233
tscaneacio con uamScar
r tivornio dr id_fikx.«Id poinict►
r
zeni.-acion
•total de la humanidad en un solo Estado. que
aparent:nuente el ideal de la tendencia de los hombres a unirse 11,1.1 una
sola kv. la Naturaleza insiste en la divisiOn de idiom as ti i;k10 ■.-alturas
rx. 'ligiones obligando a la especie humana a la diveetsidil fomentatIdo
la necesidad de entendimi.ento entre set
diferentes
pueblosexplicatorio
en lo que del
se llamaría
un Derecho
derecho engen
d e ldosradopumen:
k.-omplementatio
Estado de
s,
el contrato ori.zinario. Finalmente estos dos componentes del derecho
tienen su culmina-ion en el derecho mundial de ciudadanía que la
naturaleza fomenta a través del espíritu de comercio y de intercambio
aproximando a los hombres de diversas naciones y gener an d o
13 homo
relaciones que aproximan la posibilidad de un estado de paz mundial
o perpetua de manera que, también en la forma como se expresa la
Naturaleza, existe el intento de superar el propio sistema del derecho
mediante la moralidad.
pregunta que queda allí pendiente y que Kant tratará de responder
1-k--teriorniente es si, en el fondo, la garantía de la Paz Perpetua no
en la superación por la humanidad de la esfera del Derecho
hacia la Moralidad. Porque el segundo suplemento, agregado por
Kant en la segunda edición, se concentra en el papel que juega el
filósofo en el futuro de la humanidad como una clase de intelectual
que está por encima de las veleidades de la política (proselitismo),
que se basa en el ejercicio del poder y del derecho (uso de la espada y
la balanza -dice Kant) y pone toda la fuerza en el uso de la razón (uso
de la antorcha). Sin embargo, si hay libertad ley - moral, es decir lo
contrario de mecanismos naturales que harían de la politica la simple
técnica de gobernar hombres(como lo viene sosteniendo el
positivismo y el liberalismo), entonces la política tiene que ligarse
al derecho como la regulación de la convivencia mediante leyes
justas y concertadas, así será posible una armonía entre ellas; pero la
justicia y el asentimiento de los hombres tienen relación directa con
la moral, tratándose de acuerdos razonables. Lt mayor Parte de este
apéndice está dedicada a realizar una detallada critica de la acción de
los políticos y parece que hoy mismo estuviese fustigando a muchos
llamados politólogos, de manera que la remisión a las páginas del
tratado de la Paz y su juiciosa lectura puede ser motivada por la
siguiente enumeración simple de los principales defecto s
dera
que Kant
endilga al ejercicio de la política si se la consi
sobre
la
tscaneaao con uamScar
separada de la moral: -No siendo su misión la de meditar
-Su adaptabilidad a todas
constitución, la N-igen te les parece perfecta.
las circunstancias
les impide ennocer a los hombres v ello, la falta
lesde
i inuna
pli-verdadera
r;I 'm es iritu
observac.i‹ .)n ;mi ropobsgira,
P
Principios
leguleyo que se opone a un atilímtiro rspiritii fundr:..n
tde libertad.-Pretende resolver el problema de la constitución dejando de
lado la idea y apelando sólo a la experiencia.-Sus máximas más COMUI1CS
son: La legitimación de cualquier acto de gobierno será más fácil después
del hecho o sea, haz y excusa después. -Si los hechos de gobierno provocan
la desesperación y el leva.ntarniento del pueblo, niega, nunca aceptes la
responsabilidad sobre los actos viciosos de gobierna-Divide y vence,
siembra la discordia y aparenta defender
al más débil.
Kant se pregunta si existe algún principio trascendental que permita hacer
el tránsito del derecho a la moral para garantizar al menos la posibilidad
de un proceso para ampliar hasta universalizar el imperio del derecho,
esta posibilidad la atribuye a la 'publicidad', que entra a ocupar un
importante papel en lo que Kant llamaría la metafísica del derecho público
y está muy lejos de significar lo que hoy, en medio de la globalización, se
encuentra ligado como publicidad, al mercadeo \- la oferta-demanda de
objetos-mercancía. Pues para Kant publicidad es el uso público de la
razón que había explicado once años antes en la respuesta a la pregunta
¿Qué es la Ilustración? Es decir, que la condición de posibilidad del
proceso de formación del derecho justo es la posibilidad de la discusión
pública en el ámbito de las relaciones entre estados y de las asambleas de
ciudadanos.
Entonces la relación entre la moral y la política implica que el
estado legal (de derecho) ha de empezar por la violencia, sobre la cual
además se funda el derecho público y por tanto la idea sobre la
convivencia humana está lejana de la realidad; pero si además, unap
arte del mundo se considera superior, intentará imponer su dominio
sobre todos losque pueda y los ideales del derecho de los pueblos se
evaporarán. Entonces Kant acepta un salto histórico sorprendente, que
ni autoriza ni desautoriza (más allá de las categorías que controla
la razón) resulta sorprendente, pues al aceptar que las reformas y
mejoras de la constitución Pueden ser aplazadas si existe una
situación de hostilidad, o también"...si un
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tscaneaao con uamScan
movimiento revolucionario provocado por una mala constitución,
consigue instaurar ilegalmente, otra más conforme a derecho, ya no
podrá ser permitido a nadie retrotraer al pueblo a la constitución anterior.
El filósofo que niega la resistencia del pueblo al poder de la ley en teoría,
admite que en la práctica los pueblos se rebelen y no solo puedan producir
un estado de derecho mejor, sino que postula la posibilidad que la historia
ilegalmente' instaure un estado de derecho nuevo.
Aquí vale la pena preguntarse si se puede catalogar a Kant como pilar del
derecho positivo o refrendador de algún tipo de liberalismo. Además
habría que obligar, dice Kant, a los falsos representantes de los poderosos,
los políticos profesionales, a que confiesen que lo que ellos defienden no
es el derecho, sino la fuerza, cuyo tono y empaque adoptan como si fueran
ellos por sí mismos los que mandan.
"Será bueno descubrir el artificio con que engañan a los demás y se
engañan a sí mismos. Que allí donde comienza el moralista político
termina el político moral y que el principio de la política no es un principio
politico sino moral y que el mandato de la paz no es un principio técnico
o un bien fisico sino un mandato de la conciencia moral."
Esta conclusión terminante, para nosotros en América Latina no resulta
nada extraña si nos remitimos a los planteamientos que exponía Ernesto
Guevara, pues en El socialismo y el hombre en Cuba, expone la conexión
entre la política y la moral revolucionaria en cuanto sólo puede ser
realizada mediante una profunda y tenaz educación que transforme la
estructura moral del hombre. Pero lo esencial, para una mente filosófica,
es que el trasfondo de la actuación de la libertad, como lo recordaba sin
temor el hombre sabio de Könisberg, es una noche de locura y de
fantasmas que acecha siempre en el fondo de la supuesta omnipotente
racionalidad y su legitimidad. Y la sonrisa complaciente del solitario de
gris atraviesa con profunda ironía la seriedad y rigidez con que aún se
pretende imponer un universo "fríamente calculado".
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