ca p i l t i l o 2 EL ESBO ZO K ANTIANO DE F ILO SOF ÍA P O LÍTICA: PAZ PERPETUA 1. El texto en el conjunto Hace más de doscientos años -las referencias indican el otoño de 1795vio la luz la primera edición (150o ejemplares) de la obra kantiana dedicada a la filosofía política. La edición se agotó rápidamente, por lo cual a principios de 1796 se imprimió otra. En contraste, la primera de la obra más importante de Kant (hoy), la Crítica de la Razón Pura, también de 1500 ejemplares tardó mas de seis años en agotarse y, entretanto, Kant corrigió su contenido extensamente. Así que el pequeño tratado sobre la Paz Perpetua fue tal vez la obra más rápidamente difundida y también en ella el filósofo procedió a . realizar algunas adiciones y correcciones para la segunda edición. Al año siguiente se hizo la primera traducción al francés, en Berna y al siguiente (1797) al danés y al sueco, en 1798 se tradujo al inglés, el mismo año en que Kant por fin dio a la publicidad su "Metafisica de las costumbres", cuya primera parte era precisamente la Doctrina pura del derecho, en realidad, el desarrollo en detalle de los Principios planteados en la "Paz Perpetua". Aquí es importante ubicar el problema teórico que enfrenta Kant en el tratado: la razón pura prácticaque fundamenta filosóficamente la acción humana tiene una parte crítica trascendental de los fundamentos, pero debe tener una práctica critica, o Metafísica de las Costumbres en dos partes i la teoría del derechoy la teoría de la virtud. Una nueva época Escaneado con CamScar pre (ir filirWria prliírit'a nrum. ,.,•-• surgía y la telvrin insnat iiralisi a, i nto en la versión escolástica como en la maquiavéliea, (int roba (.11sil crisis drfinitiva, de manera que las iniciativas de Kant colocaban ( ,I problema en tina dimensión nuev`a y sentaban las bases para la rdlexión contemporánea de la filosofí a del derecho, Por otra parte, vse año (1795), motivación inmediata del trabaj o, la Revolución Francesa había logrado, graciase a plrair:iirtirdateriialinciff:, dos jóvenes generales, Jourdan y Pichegru, 1 es decir logro sentar a negociar diplomático con la Paz de 13asilea, de tú a tú a Prusia y España alternativaimnte, un tratado d e paz por Austria, Rusia e Inglaterra ; aceptado también implícitamente de allí los comentarios kantianos sobre la existencia de reserva s mentales en torno a los tratados, en cuanto tiende a invalidados y se constituyen una maniobra digna de jcsuitas(dice Kant). Pero no se puede olvidar que esta fecha coincide también con el viraje tomado a por la misma Revolución, en el sentido de la quiebra de la dirección jacobina radical y la implantación de una dirección concili adora que se llamó del "pantano", por contraste con la de la -montaña"es decir el paso de la dirección de la Convención de Robespierre y Danton al Directorio, conformado por obscuros personajes que tenían la %-irtud de haber calmado los ánimos y sobrevivido a todas las conspiraciones. La paz de Basilea precisamente constituye su primer triunfo, en lo que algunos historiadores denominan su "fuer-1 hacia adelante...." coronada propiamente por el valor la audacia je unos jóvenes militares al mando de un ejército inflamado de ideales libertarios que le generan a la República no sólo una dignidad internacional, sino territorios de Bélgica, Wesfalia, el Palatinado, la Renania y el Sarre (Alemania) y la otra mitad de Santo Domingo a España (Haití). Kant ve allí realizarse el ideal de la acción histórica de un pueblo capaz de darse su propia constitucióny del cuño que considera más propio del género humano, el Republicano. Sin embargo, su propia patria adolecía de una organización moderna, caracterizada por una estructura autoritaria y cuasifeudal de todas sus instituciones, tanto la nobleza, corno la intelectualidad; no había la suficiente fuerza para exponer algunos temas que, surgidos de la ilustración y a estaban su Presentes en la movilización de otros paises como Francia e Inglaterra. El desarrollo de las ociedad industrial y las formas modernas de la propiedad de la tierra permanecían en un 911 Lscaneaao con uamScan Manuel Guillermo Rodrig urz V. estado tan arcaico que todavía en el siglo siguiente, el XIX, He el tendrá pítulo y una justificación que incluir en su rilosojia del Derecho un ea para algo que ya era extraño en los códigos modernos: el mayorazgo. Con la consigna de que la facultad de juzgar bien o el 'buen j u i c i o ' e s lo mejor repartido ya que cada uno considera estar lo suficientemente dotado para juzgar, René Descartes inauguró la era de la ciudadanía que culmina en la declaración de los derechos humanos de 1789, en ci campo de la pelota en Paris. Este panorama cultural expuesto de manera tan sintética en aquella frase significa el arribo de la humanidad a la modernidad, la cual sin embargo había ya recorrido casi dos mil años desde cuando los griegos establecieron, de manera restringida, el derecho a pensar por si mismo y, aún, ciento cincuenta años más para quedar plasmados en los documentos constitutivos de la primera república de Francia. Su elaboración teórica no solo conoció los fuegos de la revolución francesa y las luchas entre religiosos y seculares en el campo de la Inglaterra de los corsarios-filósofos y en los escenarios de las sectas masónicas, también pasó a las abstracciones profundas de la filosofía alemana con Kant, quien le dio forma después de la aparatosa derrota de las fuerzas feudales y absolutistas de Europa frente a los batallones inflamados de la revolución en Basilea, tratado que como va indicamos, serviría como pretexto al filósofo de Kónisberg para 'expedir' de manera urgente un tratado o -como se lo llama en la edición inglesa- 'esbozo de tratado político'. Kant reflexiona sobre la teoría política a partir de su célebre estudio sobre la mayoría de edad intelectual Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ¡lustración? (1784) que -no debe olvidarse- es el punto de partida del planteamiento moderno sobre la ciudadanía por la exigencia de independencia de conciencia, especialmente frente a la religión, con miras a la entrada de la humanidad en una etapa de ilustracióny, por ende, de progreso. Casi al mismo tiempo, también Kant había publicado en Berlín su tratado Historia Universal en sentido cosmopolita que habría •de marcar una serie de tareas a la investigación para fundamentar la ciencia social. Además ya había culminado las críticas (Crítica de la Razón Pura-1781, Critica de la Razón Práctica-1788 y Crítica del Juicio-1790), aunque Posteriormente habría de reconsiderar esta apreciación sistemática. Es entonces cuando publica el Tratado La Paz Perpetua, con un subtítulo que reza: 'un esbozo filosófico'. tscaneaao con uamSca pir izquierdo de la jilos9flo o•cidiquirti El opúsculo comienza con la referencia irónica al letre ro debajo dela pintura de un cementerio en una hostería holande.,;a dice: A LA PAZ PERPETUA, y Kant se pregunta si 1;1 r(Tresentari6; de una paz estable solo resulta cierta en los cemen t (Tíos, y miemál si ella está dirigida a todos los hombres o sólo a los gobernante:: nunca hartos de guerra, o a los filósofos. Aunque esta preguilu i queda sin contestar deja la constancia: "El autor de estas lineas hace constar que, puesto que el político práctico suele desdeñar orgulloso, al teórico, considerándol o como un pedante inofensivo, cuyas ideas, desprovistas de toda realidad, no pueden ser peligrosas para el Estado, que debe regirse por principios fundados en la experiencia; puesto que el gobernante, 'hombre experimentado, deja al teórico jugar su juego sin preocuparse de él, cuando ocurra entre ambos un disentimiento deberá el gobernante ser consecuente y no temer que sean peligrosas para el Estado unas opiniones que el teórico se ha atrevido a concebir, valgan lo que valieren" I A partir de esta apreciación queda plasmado el sentido del tratado: intentará decir lo que una mente filosófica puede aportar a la política, sin embargo ello no se puede separar de obra completa del pensador, pues aparte de que sintetiza lo alcanzado por los teóricos anteriores, él mismo ha venido acumulando en sus obras nuevos criterios para definir el Estado y la política en sus criticas ensayos y tratados: la independencia de la razón o libertad de conciencia; el derecho individual; el principio de tolerancia; y el ejercicio de la política como una ciencia o técnica y algunos otros, fruto de su estudio sobre la historia universal y establecidos como presupuestos teóricos: el uso público y el uso privado de la razón, la insociable sociabilidad como motor de la historia, la contradicción entre la moralización y la urbanización de la sociedad. En relación con toda el agua que hasta el momento ha corrido debajo de los puentes de la historia nos muestra que la filosofía hasta el final del siglo XVIII, cuando Kant se ocupa del tema, había determinado los elementos esenciales de la condición ciudadana y los elementos de la sociedad civil que permitian comprender el proceso social anterior, es decir la historia y proyectar la sociedad del futuro. Pero KANT M. La Paz Perpetua (Editorial Nimia. México. Pastor.) Página 23 1977. Traducción de F. Rivera tscaneaao con uamSca paralelamente se,había desarrollado una forma, una estructura social de carácter económico basada en la productividad y apropiación del trabajo excedente llamada 'capitalismo' y una forma de estructura política y la participación que interpretaba la soberanía política `estado nacional'. ciudadana a través de una organización llamada el Esta última, la forma política, proponía la realización del hombre como ciudadano y, hasta cierto punto, mostraba instituciones como las elecciones, la división del podery la competencia de los más capaces que supuestamente podrían realizarlo eficaz e imparcialmente, era el estado moderno sobre el cual Fiegel reflexionaría, dotándolo de una riqueza conceptual considerable, hasta justificarlo como la realización de la idea de comunidad humana. Maquiavelo, Grotius, Puffendorf y muchos otros a quien el filósofo no deja de reconocer, pero en especial Rousseau, han dejado el terreno preparado para la intervención de la filosofía critica kantiana. El impacto de las obras del ginebrino, que no ha sido lo suficientemente remarcado aparece, sin embargo, asimilado por Kant casi veinte años antes de la Crítica de la Razón Pura escribe en sus Notas de 1767 "Es necesario que lea y relea a Rousseau hasta que la belleza de la expresión no me perturbe más; sólo entonces podré captarlo mediante la razón"... 2 De manera que la presencia de aquella categoría fundamental, la libertad, emplazada por Rousseau en el corazón de la modernidad, es sin lugar a dudas lo que le quita el sueño al Kant en formación y, además, salta a los ojos del lector cuando se sigue el prólogo de la 2a edición de Crítica de la Razón Pura, pues allí se alcanza a respirar la idea de que ha sido este fantasma el que le ha impulsado a introducir en el seno de la teoría del conocimiento ese concepto tan problemático de la 'cosa en sí ', el noumeno, que levanta la cabeza para garantizar que si bien no puedo deducir la libertad del hombre mediante evidencias empíricas sí la puedo y debo pensar. Su confesión en las mismas notas delata el problema de fondo: "Ha sido Rousseauquien me ha desengañado" -comenta E. Bello a renglón seguido: "Como !fume del sueño dogmático, el autor del Discurso sobre los Ciencias y las Artes (y Sobre el origen de la desigualdad, agregaríamos) le ha develado la superioridad ilusoria del saber y, Citado Por Eduardo Bello: Lectura kantiana del contrato Social, en Kant después de en consectwncia, le ha proporrioriudto Preten"511 no yo 1(1 ContinTiti hu(h). cinno eriniiII) que dr.sprvrio ol vulgo, sino llave?. que e/ luitninv qiu conipri,mia h1 que mwmproqrankri: conricarifi di- Su 'NUM' VII ('1 musuh, sc• ¡1(11(1 in) 11t)m/1"."' La pregunta polla realización de la libertad en una sociedad Como la moderna, engloba un nuevo programa para la filosofía del alemán a partir de las profundas cuestiones que el ginebrino dejaba expuestas a través de toda su amplia propuesta política, sus limitacion es audacias así eonio la distancia entre sus mundos marcaría el contextn espiritual de la teoría política que Kant esboza en el Tratado de loo paz La Metafisica de las costumbres constituye el entramado conceptual tratado y por ello es la referencia mis in inedia ta cuando se q uiere ampliar el sentido de algunos de los conceptos que por la brevedad quedan o pudieran quedar obscuros. Además ella representa el desarrollo maduro del sistema si se considera al pensamiento critico como producto de un proceso de formación, perspectiva cuya validez va tomando fuerza corno en el caso, ya hoy reconocido, de la diferenciación entre las dos éticas, que logra el magnífico ensayo de Agnes Heller (1984).`1 En su Metafisica amplía las explicaciones para justificar muchos de los artículos del Tratado, por ejemplo cuando determina la importancia del derecho cosmopolita que parece al í débil, Kant a través de la definición enfatiza terminante a paz perpetua es elfin final de la doctrina del derecho dentro de los límites de la mera razón. Por otra parte sólo allí aparecerá la justificación de toda su teoría filosófica sobre la sociedad, es decir, que corno no se puede garantizar en la práctica, ni mostrar empíricamente la certeza de la necesidad de la paz, entonces ello solo será posible a través de una Metafísica, pero no teórica, sino una práctica. : 2. El discreto materialismo de Kant La minuciosidad de un psicoanalista y filósofo de nuestros días, Slavoj iIek, ha logrado poner el dedo en la llaga en torno de la cuestión de la cosa en sí y el materialismo kantiano, que hemos mencionado Ibidem. Página 155 HELLER Agries. La primera y la segunda Ética de Kant en "Crítica de la Ilustración"' Editorial Península. Bercelona 1984. Capitulo inicial del libro. s ICANT M. Metafisica de las Costumbres. Ed. Tecnos.Rei. Bogotá. 1995. página 195 4 antes; el sentido de todo el andamiaje para la metafísica práctica es el problema de la justificación de la libertad. 1.a tesis es que Kant crea el nounieno para poder explicar la libertad, cuestión que conduce al punto culminante del sistema: la respuesta a la pregunta por el hombre, en plenitud, toma un rumbo radicalmente político. Es decir que la metafísica termina, en tanto práctica, en la política. Sin embargo no queda suficientemente claro el sentido de la libertad que Kant ha tomado de Rousseau. Este es un tema que, como ya lo vimos, campea en el fondo de toda la reflexión kantiana y conduce a su concepción subyacente acerca de la libertad y del hombre, a despecho de las interpretaciones desde la orilla idealista -neokantianas y liberales, que la ignoran-. ¿Como se constituye el sujeto? Es este el punto de partida de un alucinante capítulo del libro de 2iIek El espinoso Sujeto subtitulado: El centro ausente de la ontología política, enigma que sólo al intentar fundamentar una teoría política revela su propósito de establecer la forma en que Kant abordó el problema de la síntesis trascendental ya desde la primera Crítica, pues como lo vimos arriba, esta no era una inquietud de última hora o de sus escritos menores, menos aún, de los últimos escritos. De manera que no se trata para nosotros de un problema menor en la medida que toca uno de los pilares de todo el sistema kantiano. El problema queda planteado sobre el origen de la conciencia, sobre la razón de la sospechada, pero nunca bien explicada, primacía de la razón práctica, que también hace su aparición en el final de la analítica trascendental en esa bella pero enigmática frase: "No sólo hemos recorrido el territorio del entendimiento puro....sino que hemos comprobado su extensión.... Ese territorio es una isla que ha sido encerrada por la misma naturaleza entre limites invariables. Es el territorio de la verdad -un nombre atractivo- y está rodeado de un océano ancho y borrascoso, verdadera patria de la ilusión, donde algunas nieblas y algunos hilos que se deshacen prontamente producen la apariencia de nuevas tierras y engañan una y otra vez con vanas esperanzas al navegante ansioso de descubrimientos, llevándolo a aventuras que nunca es capaz de abandonar, pero que tampoco puede concluir jamás..." 6 6 KANT M. Crítica de la Razón Pura. Ed. Alfaguara. Madrid.1982. pág.259 (resaltado nuestro) tscaneaao con uamScan iippr rdo de la filosofía politica occidental Paqaje 11111V relacionado con el de lege' sobre la ‘nnehe de l tan-ibién »con el Descartes de la crisis en el castillo a If y,„ n magistralmente analizado por Borkenliu con motivo del tricenr.tenjr) del! iscurso dr/ método-, allí el sujeto se encuentra inmerso en lini(j pesadilla que indica el lado obscuro de la razón corno un tetan fondo a descifrar en los textos claves de la modernidad (Discurso de; Método,Fenomenologia Espíriiu, CHI ica de la Razón Pura), hasta el momento en que una interpretación filosófica pudiera asimilar. la conceptualización freudiana. Aquellos pensadores presentían una preexistente vorágine en donde todo es posible: desde la negación más turbulenta, la locura; hasta la organización que en cualquier momento emerge y da origen al universo racional, de manera que al contrario de ese reino omnipotente del concepto, éste sería sólo una de las formas de la humanidad en medio de la permanente acechanza de la locura. Allí estada el sentido del materialismo implícito en la obra de Kant y aún en la de Hegel, pues el momento constitutivo no es la idea sino que la idea misma. brota del caos, esa especie de 'magma' -para usar la expresión de Castoriadis- de donde emerge casi accidentalmente la conciencia para imponerse. También en el análisis de la paz que, corno vimos arriba, constituye el 'fin final' de la filosofía del derecho y además en toda la filosofía moral, lo cual vale como la delimitación del campo de la libertad, encontrará permanentemente la duda y la inseguridad del filósofo acerca de la culminación de cualquier proyecto práctico en el campo de la política, hasta afirmar escuetamente que todo el proceso de la paz, junto con el ideal de la moralización y la ciudadanía cosmopolita, siempre corre el riesgo de terminar en "...un estallido irreparable' De manera que en la esfera de la razón práctica, cuya primacía no duda Kant en establecer, siempre el resultado es incierto, contrario al resultado de la modernidad en el discurso científico que registra inexorablemente rotundos éxitos. Digamos que desde el inicio de la formulación de su pensamiento éste fue uno de los fantasmas que persiguió al pensador de Kiinisberg, como sabemos, hasta su ancianidad, y por ello el asunto tiene trascendencia aún desde la dramática argumentación de la Deducción Trascendental de las categorías, nudo conceptual de la Crítica de la Razón Pura. El mismo Kant la redactó dos veces de manera tan distinta (primera y segunda 7 • - 44 México 1976. página 222 Paz Perpetua. Ed. AA tscaneaao con uamScan edición), que la mayoría de los comentaristas tradicionales se ha extendido en la explicación y, prácticamente ninguno ha mostrado, que lo que allí se juega es el materialismo de la conciencia, pues para nadie era claro que la refutación del idealismo, que también agregó en la 2a . Edición, era parte de su est rategia aclaratoria. Se trata de que Kant hace la deducción de las categorías del entendimiento dividiendo la argumentación en dos partes, una analítica y otra trascendental. Vale la pena seguir el razonamiento de Allison8 cuando critica el planteamiento de los analíticos y de los neokantianos sobre la enigmática modificación, que resultó ser radical entre una y otra edición sobre todo porque en la primera prácticamente no está casi marcada la mencionada división, aunque para él (Allison) el punto de referencia será la redacción de la segunda edición. En la primera aparece al principio la explicación sobre la formación de la síntesis trascendental a partir de la imaginación y ello constituye el grueso de la argumentación, pero en la segunda inicia con una argumentación analítica y termina con la exposición de las condiciones del yo que garantizan la síntesis de apercepción pura. Para el caso de Allison era suficiente con la primera parte que Kant resalta en la segunda edición, haciendo innecesaria la otra, pero él mismo se da cuenta que algo importante se logra allí: darle materialidad a la conciencia inteligente aunque, en su opinión, no lo logra del todo_ Lo cual, para nosotros, resulta obvio cuando aún no ha terminado Kant de exponer su filosofía completa y queda por resolver lo esencial, el problema de la libertad, a pesar que ha publicado la segunda Critica: "Hemos visto que la estrategia de Kant (en esta segunda parte) consiste primeramente en argumentar que la síntesis trascendental de la imaginación es necesaria para la representación del espacio y tiempo, y que esta síntesis debe estar de acuerdo con las categorías. Enseguida Kant afirma que la síntesis de la aprehensión por la cual es producida la percepción, debe, de igual modo, conformarse con las mismas categorías puesto que debe conformarse a las condiciones de la síntesis trascendental. líe tratado de defender que se puede demostrar que esta estrategia tiene éxito al establecer una conexión entre las categorías y la intuición empírica, Sin embargo, bajo ninguna circunstancia puede decirse que también tenga éxito al mostrar que las categorías hacen posible la experiencia." 9 Ver. ALUSON Henry. El Idealismo Trascendental de Kant. Ed. Antropos-U. Autónoma, México.1992 9 ALLISON..op. cit. Página 269 4 5 Á l k ■ tscaneaa o con uamScar Fi pu. izquierdo zfr fiin, ,inflo rola ira ouvitivritni Si lo que se propone Kant es dejar consiancia de la limitación d e h razón, como entendimiento (la pequeña isla rodeada de teneb rosma r), ento nces no es su o bjeto el mi smo que pret e n d e n : intérpretes buscando un racionalismo a ultranza. Es allí en dondus pertenece a entra la imaginación y su papel en la constitución del sujeto, p ueste que es esta facultad, que en la primera edición ocupa un impo rt at: papel como puente entre la percepeiAn y el en tendi miento, sin la cual no podemos conocer nada, que al mismo tiempo no un las intuiciones empíricas ni tampoco es producto del entendimiento (como veíamos arriba para estupor de los racionalistas). Más bi en resulta ser el campo de la materialidad del sujeto que, a falta de mayor adelanto de las teorías fisiológicas y psicológicas de entonces al no poder encontrar asideros conceptuales precisos (el inconsciente' por ejemplo) se refugia en el concepto de imaginación (otra forma d e marcar el 'territorio de la ilusión' ya mencionado). Sin emba rgo, lejos de ser ese territorio algo inocuo, resultan ser las aguas del engañ o y del peligro, corno lo describe 2iíek: el abismo de la locura en dond e los productos más desiguales de las pasiones humanas emer gen en anarquía. Allí está presente el 'magma' del cual, por casualid ad podría emerger el orden del entendimiento con violencia: 'Permítasenos añadir que esta violencia de la síntesis es quizás ya una respuesta a la violencia más central del desmembramiento, del desgarramiento de la continuidad natural de la experiencia. Si la síntesis de la imaginación tuviera éxito sin ninguna fisura, obtendríamos una autonfección perfecta, autosuficiente y encerrada en si husma. Pero la síntesis de la imaginación necesariamente fracasa, queda atrapada en una inconsistencia, de dos maneras... Este es el lugar exacto en que en lafilosofia de Kant se puede discernir el antagonismo entre el materialismo (filosófico) y el idealismo: tiene que ver con la cuestión de la primacía en la relación entre las dos antinomias. El idealismo le da prioridad a la antinomia dinámica, al modo en que la ley suprasensible trasciende, suspende, o ambas cosas, la cadena causal fenoménica, desde el exterior: para este enfoque, la inconsistencia fenoménica no es más que el modo en que el Mas Allá nownenal se inscribe en el ámbito fenoménico. El materialismo, en cambio, le da prioridad a la antinomia matemática, a la inconsistencia intrínseca del dominio fenoniénico: el desenlace final de la antinomia matemática es el dominio de un 'todo inconsistente, de una multiplicidad que carece de la consistencia antológica de la realidad" 1 Lscaneaao con uamScan (Juilivrtno Norlrigurz V. Ahora bien, entre los dos u's halm; que entender la forma en que Kant mismo resuelve su posición al pifiar la realidad de la síntesis de la imaginación dejando, a pa renhimente incompleta la demostración sobre la hegemonía (k1 entendimiento, al menos para 2iIck la opción no solo es clara en favor del mai rrhilismo, sino que a partir de allí se puede encadenar iodo el proceso de la formalidad de la razón práctica la incert idumbre dr1 campo de la libertad, siendo, a pesar de todo, el campo esencial: "Lo Real monstruoso que ocultan las ideas racionales no es lo noumenal, sino ese espacio primordial de la imaginación presintética salvaje. el dominio imposible de la espontaneidad, la libertad trascendental en su aspecto más puro, anterior a su subordinación a cualquier ley autoirnpuesta, el dominio vislumbrado por momentos en diversos puntos extremos del arte del posrenacimiento, desde Jerónimo Bosco hasta los surrealistas. Este dominio es imaginario. Pero no todavía como identificación especular del sujeto con una imagen fija: es anterior a la identificación imaginaria que da forma al yo. De modo que el gran logro implícito de Kant no consistió en sacar a la luz la brecha entre la realidad fenoménica de constitución trascendental y el dominio noumenal trascendente, sino en revelar el 'mediador evanescente' entre una y otro: si llevamos esta argumentación hasta sus últimas consecuencias, debemos presuponer, entre la animalidad directa y la libertad humana subordinada a la ley, la monstruosidad de una imaginación presintética enloquecida, que genera las apariciones espectrales de objetos parciales."" Con esta precisión no sólo podemos despejar el camino de la comprensión del proyecto kantiano desde el marco del iieokantismo decimonónico, como un racionalismo radical que deja organizado todo el campo humano entre la ciencias del espíritu y las ciencias de la naturaleza, que posteriormente fueron asumidas por la analítica y el neopositivismo lógico, sino que también queda reducida a sus justas proporciones la crítica de Heidegger en Kant y e/ problema de la Metafisica, pues a pesar que Heidegger acierta al señalar las carencias de la fundamentación, subjetivista del planteamiento kantiano que, en cierta medida, como veíamos, abre la puerta a una metafísica de las costumbres, no se da cuenta que también con ello Kant apunta a minar la consistencia existencial de la ontología, precisamente en el sentido de un materialismo más tscaneaao con uamScar 11 Ibi d em...p á gina 64 El pie izquierdo de iojilosolín 14)11111.11 orinidnitui sólido, fundamentado sobre un sujeto emergente, dialéctico y rir, estático como el heideggeriano 'ser para la muerte', 2i1ek, al meno; concluye:``) significa esto que la destrucción kantianu dei 7711111d0 por obra de las antinomias de la razón pura ¿no afectu inundo como horizonte finito de la revelación de las entidades p aru un agente trabado? Nosotros apostamos u que sí lo hace..."12 De manera que a lo largo de todo su sistema de pensamient o ya Kant había captado que la esfera de libertad, no solo era lo má s problemático de la respuesta a la pregunta por el hombre, sino que la veía -como queda consignado en alguno de los principios de la idea de una Historia Universal- como la tarea más dificil y la que más tardíamente resolverá la especie humana, la de encontrar un camino político, o sea camino para la realización de la libertad a través de la constitución politica, cuyo éxito de ninguna manera está asegurado. Pero en lo que a nosotros compete, la incertidumbre sobre el éxito de la misión de la especie está afincada en la materialidad a ultranza de la conciencia que se encuentra presa del juego loco y alucinante de las fuerzas incontrolables de la naturaleza del cual emerge la razón constantemente y que evoca las reflexiones críticas de fondo en pensadores interpretados ligeramente de irracionalistas corno Nietzsche cuando asume la 'voluntad de poder' y el 'perpet uo retorno', o Bergson y su 'elain vital'. Allí, también se pone en tela de juicio todo el esquematismo del materialismo 'ortodoxo' que posterior a Marx pretendía establecer una especie de determinismo fisicalista en el proceso histórico en aras supuestamente de sostener la validez del enfoque marxista. Sin embargo, el punto más delicado de este cariz de la filosofía kantiana es la respuesta a la crítica de Heidegger, en Kant y el problema de la metafisica porque revela que, en el fondo, el autor de Ser y Tiempo no era lo suficientemente innovador, como lo demostró el curso posterior de su obra, enredado en una ontología que, al desembarazarse del referente fascista , tiene que recurrir al lenguaje poético para aterrizar, calladamente en las toldas de la metafísica tradicional que había 'superado en su juventud. Muy por el contrario la obra de Kant quedó allí, sin renuncias ni arrepentimientos, confundida en los delirios de una ancianidad normal,pero con los interrogantes más impactante s r-' 212EK S. Op. Cit. Página. 78 tscaneaao con uamSca Rrpriviquiv V, Ahtmivi abiertos, para que, sti,gi'm sus prnpias palabras en Irl(q) (k una Tfistoria Universal, apaniciese rl 1<i-1)1(m- de la ilistori.d rliie intentara someter la bisioria humana lpves imfris (-11-11.1as. 3. La obra como esbozo político La edición española de las obras (le Kant más accesible al pi .iblico latinoamericano, la de Pnrrúa de La Pm, Perpetua, un esbozo filosófico, acompaña la traducción de la Crítica de la Razón Práctica y se encadena maravillosamente con ella en su último aparte que comienza: "Dos casas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mi. Ambas cosas no he de buscarlas y como conjeturarlas, cual, si estuvieran envueltas en obscuridades, en lo trascendente fuera del horizonte; ante mí las veo y las enlazo con la conciencia de mi existencia. La primera empieza con el lugar que yo ocupo en el mundo exterior sensible y ensancha la conexión en que me encuentro con magnitud incalculable de mundos sobre mundos y sistemas de sistemas, en los ilimitados tiempos de su periódico movimiento, de su comienzo y de su duración. La segunda empieza en mi invisible yo, en mi personalidad, y me expone en un mundo que tiene verdadera infinidad, pero solo penetrable por el entendimiento y con el cual 7ne reconozco (y por ende también en todos aquellos mundos visibles) en una conexión universal y necesaria, no solo contingente como en aquel otro."'3 El encadenamiento, que se realiza en obras con casi diez años de diferencia se realiza para mostrar la coherencia del pensamiento sistémico de Kant, pues el tratado comienza su sección segunda de los artículos definitivos con la siguiente afirmación: "La paz entre hombres que viven juntos no es un estado de naturaleza, el estado natural es más bien h1 guerra, es decir, un estado en donde, aunque las hostilidades no hayan sido rotos, existe la constante amenaza de MilipCrICIS. Por tanto, la paz es algo que debe ser `instaurada; pues abstenerse de romper las hostilidades no basta para asegurar la paz, y si los que viven juntos no se han dado mutuas seguridades -cosa que solo en el estado 'civil' puede acontecer- cabrá KANT 154, Critica de la Razón Práctica. ELI, Porrib. México. 197. pág.2oi A (I tscaneaao con uamScan I1 litli. 14111 11111 1%itielv t‘', II ' r" I it (Mili`, •Irielitod '4""11, .10 th u/ro /0 /1$11001.11$11 1111'•111, " lo411.41 m11111.114, i.oni.lun 11iirizi I r a i a i l w , ; o b r i , l a p o dibni la i.,:irater,in sisté n 1 1 41 peina Ne IR% kit' han( boy•kineiaila lin la cita di' la ( (h. lit Nlizón Priwti cu clit 1 k ■ 1 ilittS lit/S 11 ■ di' la ivaliilad. la nain•aleza'' 'SIL'- rOnditiones. 1.1‘11 ‘ t'In - del 111111 ('1•S(1, ítj)+11/1111111111 111/1)ree(ige(101.asy kti 1111141414 1 til` LIS Ill , 1 initTii)1 lionffire. en el que la intelits,en(1,1 1 (1 pr ►\ veta al intinito, vomo el tmiverso de la creadora, la inw,inaciOn y la moralidad. ión acc dvuominar el (k la ¿tcción histórica .11 mismo tiempo personal y social y en el cual la única ley fija es de la autonotnia, la misma de la libertad, que deja impresionado a Rawls, pero que 1 legel y Marx continuaron explorando hasta llegar al materialismo histórico, no en su interpretación mecánica desde el k•ontexto positivista del diatnat, de un determinismo de la actividad liumana sometido a leyes parecidas a las naturales, sino en el sentido prístino marxista de 'el paso del reino de la necesidad al de la libertad' y el del paso hacia 'd verdadero comienzo de la historia humana'. Puesto que este Marx es perfectamente compatible con el sentido 11 111111 t'US►titit' 11►N.acilamos en kantiano de que --da naturaleza no ha dotado al hombre de garras o cuernos, sino de inteligencia, para que él sea el único a quien se pueda atribuir el mérito de su obra."' Lo que Ralws ve como un 'constructivismo' moral y se esfuerza por delimitar al estricto sentido de la juridicidad política, ya Kant lo había ampliado hasta la dimensión de una Metafísica Práctica que Althusser llamaría la 'práctica teórica' y, a su vez, Hegel y Marx configurarían, yendo más allá de Kant, como la esfera del espíritu surgida de esa materialidad dialéctica capaz de construir la realidad. Es decir que la teoría de la Paz en cuanto es una posibilidad de la esfera de lo humano exige una nueva metafísica, para Kant, metafísica práctica de las costumbres, por contraposición y coplemento a una metafísica de la naturaleza ya esbozada en m ibidem....página 22. 1.5 Ver KAN lsi. Filoutfía de Iu Historia Ed. FCE. México 4989. Página 44 Ver tercer Principio: 1.a naturaleza ha querido que el hombre logre completamente de si todo aquel' que ~repasa el ordenamiento mecánico de su existencia animal... g0 bscaneaao con camScan Manuel Guillermo Rodriguez V, Prolegómenos y claramente (wivntaila hacia el tratamiento de lo que él mismo había plani rad() como ctl resumen de todo el sentido de su sistema filosófico, la respupsi a a la pregunta que las resume todas: ¿Qué es el lionihrr? Y no debe resultarle extraño al lector colombiano, a ve ces tan desorientado por la academia tradicional en gran medida clerical yconservadora, esta polémica asociación de Kant, Hegel v Marx alrededor de su concepción sobre esta tesis: la dinámica substancial del pensamiento filosófico moderno implica el paso materialista histórico de la naturaleza a la sociedad, de la causalidad por naturaleza a la causalidad por libertad dirá Kant ; de la insurgencia o fenomenología del espíritu -afirmará Hegel-; o finalmente de la prehistoria a la historia humana mediante la acción revolucionaria -convocará Marx-. Porque, en el caso de Kant, de manera similar a lo que ocurrió con Hegel a principios del siglo XX mediante la investigación de Georg Lukács que puso al descubierto la base material de la historicidad hegeliana en la reflexión y crítica de la economía política inglesa, en el caso de Kant, se entiende su insistencia en los artículos preliminares de La Paz Perpetua sobre las cuestiones prácticas y concretas de las finanzas, los créditos de guerra, la contratación de sicarios y mercenarios y, al final, la relación entre la paz y el imperialismo comercial ya perceptible a los ojos de Kant pero no de sus lectores, bajo el subterfugio de la supuesta senilidad del filósofo. Dicho sea de paso, las reflexiones de Kant sobre la Paz, la Metafísica de las costumbres, el Conflicto de la facultades, es decir la mayor parte de la filosofía politica corresponde al periodo de ancianidad (entre sus 70 y 8o años) y ésta, desde su declaración de 'entusiasmo' por la revolución - - francesa, expresa criterios revolucionarios: a aquella época corresponde esta significativa nota, rescatada por el historiador judío polaco Leo Kofler: "Siento toda la sed de conocimiento y toda la ansiosa inquietud por llegar más lejos en este campo (habla del trabajo físico): también experimento la satisfacción de cada progreso. Ilubo una época en la que creí que todo esto (sólo) podía constituir la honra de la humanidad, y despreciaba a la plebe, que no sabe nada de nada. Rousseau me llevó al buen camino. Esta preferencia obsecada desapareció; he aprendido a honrar a los seres humanos y me sentiría mucho más inútil que los trabajadores comunes si no iYrprierdo de la jilosofia poiltica deculentril tscaneaao con uamScar Lscaneaao con uamScan creyera que esto consideración puede regir a todas las demás n'ir] de establecer los derechos de la humanidad..." 0 1 Ello resulta evidente sólo si se piensa, como lo explica la tradu ctora de la Metafisica de las Costumbres, Adela Cortina, que la dem ora en la publicación de la obra se debió en parte a que Kant estab a tratando de resolver la manera filosófica de tratar el asu n to medular de la doctrina del Derecho Privado, o sea, el problema d e la propiedad privada, como primera parte y punto de partida d e la Teoría del Derecho dilucidación que ocupará las dos tercera s partes del texto(Introducción pg.XIX)' 7 . Pues a nuestro m o d o de ver la diferencia entre la manera liberal (Rawls) y la manera histórica (Hegel y Marx) de ver el derecho, estriba en la manera de tornar las condiciones materiales de la vida humana como pa rte integral de la discusión sobre la sociedad o la convivencia. Para la primera los principios del derecho no tienen nada que ver con la s condiciones materiales de vida social pues son determinados por l a igualdad formal del contrato, mientras para la otra se encuentran mutuamente determinados, como lo veremos en la reflexión kantiana. Aquí resulta explicable la escasa acogida de la Metafísica de las Costumbres, entre los especialistas académicos, pues se aparta del método critico trascendental de las críticas; igualmente el calificativo de obras menores atribuido a la Paz Perpetua, Idea de una Historia Universal, Respuesta a la pregunta ¿qué es la Ilustración?, Sobre el dicho de que lo que es bueno en teoría no vale para la práctica y el Conflicto de las Facultades. Cuando, desde una perspectiva de izquierda, son tal vez, las más agudas, no en sentido aséptico de la epistemología, sino el destructivo y social que cien años más tarde aparecería con la lógica negativa de Marx. Por el contrario, el gran público ilustrado y la juventud acogió espectacularmente estas mismas obras, y en particular el tratado sobre la Paz. Ello rompe con el mito de que Kant fue un filósofo alejado de las masas y deja de lado la imagen, cultivada académicamente en algunos medios, de un hombre rígido de gusto limitado (música militar), rutinario (caminata diaria) y alejado de su realidad. La Ver KOFLER L. Contribución a la Historia de la Sociedad urguesa. Pu blicada en alemán 1948. Versión en español, Ed. Amorrodu. Buenos Aires. 1974. Páginas 452-3 16 B KAN!' M. La metafísica de las Costumbres. Ed. Rei. Bogotá 1995 de la Ed. Tecnos de Madrid,1989, traducción de Adela Cotina y Jesús Conill. Alarme? Girdivrrno noiirlytt•z V. presentación del tratado, en realidad, no es muy ágil y su estructura denuncia la problematicidad que encivrra una obra que apenas esboza el tema que pretende abordar, incluso se podría vislumbrar cierto desorden expositivo dentro de una forma enumerativa que no deja ver claramente su propósito. Sólo en la consideración de conjunto y al precisar los alcances de los suplementos y apéndices que Kant le adosó, se capta que se trata del esquema de una filosofía política de largo alcance derivada de las criticas, puesta en términos propositivos. Su división en artículos preliminares, artículos definitivos con dos suplementos y dos apéndices, una propuesta de armisticio de guerra, no contribuye a comprender que se bosqueja una teoría general del derecho (la filosofía política) tomando como eje el problema de la Paz, pero adoptando la forma de un decreto. Ofrece, en cambio, la ventaja de abordar directamente los asuntos más inmediatos de manera tajante para ir profundizando paulatinamente hasta lograr la conducción del lector hacia el punto clave: la relación entre la guerra y la politica visto con los ojos del filósofo educador, que busca formar un pueblo para que se defienda de los políticos haciendo uso de su propia razón. Tal vez por ello, lo único que agregó, antes de los apéndices para la segunda edición fue un párrafo en donde define con claridad el papel del filósofo en la politica, apartándose de la pretensión platónica del rey-filósofo. La primera parte del tratado está constituida por seis artículos muy puntuales: 1. No es válido un tratado con reserva mental. 2. Ningún Estadopodrá ser adquirido. 3. Los ejércitos permanentes deben desaparecer. 4. El estado no debe contraer deudas para la guerra. 5. Ningún estadopuede inmiscuirse en la constitución de otro y 6. Ningún estado puede usar táctiws atroces. Ellos constituyen, a nuestro modo de ver, la base material de la filosofía política de Kant: cada uno de ellos toca un aspecto substancial tanto de la politica como del derecho cuya reflexión va a estar ligada al problema de la paz. La paz es el supuesto fundamental de la convivencia social y, al menos por un largo tiempo -el de la moralización, señalado en el tratado de historia- su proceso de realización estará ligado al derecho a Partir de una base material indispensable, de allí el señalamiento de preliminares. Lscaneaao con uamScan pte figurera(' ay f(J I f f r . s u i 4. Los principios centrales a establecer los principdieols teorice : Lavección sc12,1 k L CSI á orien lada política y (lel derecho kantiano que el universa de la filosofía del ción de otro filósofo desarrolla sintéticaincnte en consideril:lcdi:Sii del tratado, haciendo sentir la necesidad de 1;1 tratado que desarrollase exhaustivamente el tema. Kant lo ll ama la sección de los artículos definitivos de la Paz bajo el principio de que ella no es un presupuesto de la naturaleza, por lo cual tendrá que salir el hombre de su estado natural para construirla. El punto de partida de esta sección es de por sí el primer principio de toda l a teoría política moderna, el mismo Rousseau, el primer pensador plenamente moderno, se había quedado corto al establecer lo que seria la característica esencial del Estado moderno porque, a pesar de su radical defensa de la libertad y de la soberanía popular, todavía dejaba un margen al absolutismo anterior y a las tradiciones aristocráticas y monárquicas, que aún bajo la mirada constituyente y vigilante del pueblo podría ser manejada por un monarca y los asuntos más agudos de la administración del estado estarían en manos del ejecutor del contrato social. Aunque la diferencia es sutil, en Kant, la única constitución para garantizar la paz sería una republicana. A diferencia de Rousseau quien piensa en primera instancia en el modo de armonizar la sujeción a leyes con el ejercicio de la libertad, Kant piensa que ejercer la libertad sólo es posible creando condiciones para el desarrollo pacífico de potencialidades, es decir, el derecho y éste, a su vez es la primera forma humana -aunque no la más perfecta- para pasar de la naturaleza a la historia, mientras Rousseau veía en el estado de naturaleza un modelo que, si bien ya no podría ser reproducido, representó algo mejor que el recién construido Estado civilizado (tesis del buen salvaje). Dos miradas sobre el problema: el viejo zorro de Kflinisberg no se dejó obnubilar por la fuerza •estética del •modelorousseauniano. Kant está de acuerdo con que el e jecutivo, que puede ser un monarca, sea funcionario especial del soberano pero debe existir un mecanismo de representación que haga real la acción del pueblo y por ello introduce la distinción entre forma de Estado y de gobierno, soberanía y régimen respectivamente, porque sólo así cualquiera ¿A tscaneauo con uamSca que sea la forma de soberanía quedarágarantizado que sobre las acciones de gobierno fundamentales para la salud delpueblo, como Ahrtinvi (ariliv•ino 141111.0ittiz es el caso de la guerra, los tratados, los derechos rumia mentales y otras cuestiones vitales, se dé una forma republica na de resolver, frente al despotismo propio del ejecutivo, El punto Mgido de esta participación popi dar se da a parí ir de la necesidad de que todo el pueblo sea consultado al tomar la drite•minaci6n de entrar en guerra: el argumento resulta sorpreur lente en Kant, el filósofo de la crítica y la (l'ascendencia de la conciencia es quien aquí hace gala de un realismo estricto: mientras el pueblo sufre los combates, paga los gastos y soporta la devastación y asume la carga de las deudas públicas; "...el jefe de Estado no es perturbado en su regalada vida.... y la guerra para él es una diversión, y puede declararla por levísimos motivos, encargando luego al cuerpo diplomático -siempre bien dispuesto- para que cubra las apariencias.-" También resulta muy expresiva la nota correspondiente al fundamento de la obligación jurídica, pues Kant se adelanta en unos centenares de años a su epígono, Habermas, que entre otras cosas presentaría casi esta misma fórmula como un hallazgo propio de su teoría de Acción comunicativa; allí enuncia el principio: no tengo ninguna obligación con respecto a leyes divinas (en este caso) sino en cuanto haya podido yo darles mi consentimiento'. Pero Kant va mucho más a fondo cuando señala que un régimen debe garantizar el principio de Libertad de los ciudadanos en cuanto hombres, el de Dependencia en cuanto súbditos de una legislación común y el de Igualdad en cuanto ciudadanos en la misma condición y eso sería lo que se podría llamar con razón régimen republicano. La libertad es jurídica -no se trata de la noumenal mencionada en la Crítica de la Razón Pura- tampoco puede definirse como Hobbes y Locke, o sea, que es posible hacer todo aquello que no perjudique a otros, sino que de manera positiva debe plantearse que la libertad es la facultad de no obedecer mas leyes que aquellas a las cuales cada uno ha podido darles su consentimiento, forma de la teoría de Habermas, y definición de la democracia participativa directa. De la misma manera, dependencia significa que nadie puede imponer a otro una obligación jurídica sin someterse también y ser obligado igualmente por la ley, es decir, que todos los ciudadanos están sometidos al orden jurídico que han aceptado. Este principio KANT M. La Paz Perpetua. Pag.223 tscaneaao con uaniScal El piv i7gitienio (11' la ,filosa.fia politica occidental está implícito en el concepto de constitución, pero debe cuidadosamente separado ele la dependencia religiosa, ser que del, considerarse • sestrictamente personal y por lo tanto no Pued e "e tenida cn ningún momento ni corno modelo ni como relacionada et ( nri er :i°Cf Joncepi la dependencia política; y en eso Kant es muy preciso: "el prinen de la igualdad (de todos los ciudadanos en su d‘e: aen ed oe nn:i tiene aplicación, como el de la libertad, dice nKannot,Z el I /el; COn niOS, porque que brota de t'in Dios es el único para del deber -. La conclusión de Kant es enfática: repúblicana, además de la pureza de su origen, fuente del concepto de derecho, tiene l la ventaja de ser l a propicia para llegar al anhelado fin: a paz perpetua." 19 El segundo artículo definitivo para la paz define que si hay un derecho de los pueblos, o derecho de gentes, ese sólo puede ser concebido a partir de una organización de estados libres, que a falta o ante la imposibilidad histórica de constituirse en un gran Estado, bien puede ser una federación de naciones. Precisando concluye que no puede formarse un estado de estados pues cada uno es diferente y se trata de mantener las diferencias, tampoco habría ningún superior pues cada pueblo debería mantener su soberanía de manera que la aspiración sería la formación de una Sociedad de Naciones. El estado de esta tarea definitiva para la paz lleva a Kant a concluir que su logro está muy lejano y comenta: "La diferencia entre los salvajes americanos y los europeos es que aquellos devoran a sus enemigos y éstos los utilizan como carne para la guerra, de manera que esta condición el filósofo la considera inmadura, aunque es evidente que es una posibilidad, que además la presencia de juristas que reflexionan sobre la guerra y la posibilidad de hacer algunas intervenciones para reglamentar la humanidad, aún dentro de la guerra mencionando a Puffendorf, Grotio y Vattel, es para el autor fuente de optimismo sobre elfuturo de la humanidad y su tendencia a buscar el bien moral." 2° Sin embargo la esperanza de realizar esta sociedad de naciones garantía de la paz perpetua-, el autor las ve en un proceso en donde la civilización y organización de repúblicas vaya paulatinamente fortaleciendo una alianza que permita avanzar, aunque no se manifieste demasiado optiinista sobre el resultado pues considera que siempre existe el peligro de "...lin estailicin irreparable..." 21 Aún cuando no se trata de una exigencia extrema, se trata de Derecho y, como muy bien lo desarrollaría más tarde 1 legel, el derecho constituye el primer nivel del dvsarrollo del espíritu humano hacia humanización pues se (411'11(111ra en el primer escalón al cual se12,uirá la moralidad culminando con la eticidad. Por tanto Kant advierte que no está hablando de filantropía cuando reclama que las naciones tienen que pensar en la sociedad o federación de estados para construir el proyecto de la paz, pues así corno resulta idiota pensar que alguien no capte que para no devorarse mutuamente los hombres entran a formar un estado, igualmente que no se acepte un poder legislador supremo que funde la confianza del propio derecho, como sucedáneo o equivalente de la libre asociación política. El breve tercer artículo es mucho más agudo en cuanto a plantear la razonabilidad de una teoría del derecho como la base la convivencia humana: Los hombres deben tolerar mutuamente su presencia en toda la extensión de la tierra porque la posesión de la tierra es un derecho común, o dicho de una manera más sencilla, la tierra es propiedad común de todos los hombres. Si lo analizamos en su simplicidad, Kant está planteando los principios del comunismo moderno como base de la filosofía política que adoptaría la forma de `cosmopolitismo'. En su forma negativa expresa la idea tajante que nadie tiene mejor derecho que otro para estar en determinado lugar del planeta. Se pasea por el mundo antiguo y moderno mostrando que la resistencia a la hospitalidad tiene un significado natural; la aridez del desierto, la peligrosidad de los mares o la inclemencia del clima, pero que superada la angustia de la agresividad de la naturaleza en los seres humanos emerge la necesidad de permitir el trato con los habitantes, lo que constituye el aspecto atrasado del problema para Kant. Pero cuando los Estados civilizados 'visitan' pueblos lejanos y exploran otras tierras: la visita se denomina 'conquista', consideran, que las tierras visitadas no pertenecen a nadie; los naturales no cuentan para nada... Bajo el pretexto de establecer factorías comerciales, introdujeron tropas extranjeras, oprimiendo a los indígenas, encendieron grandes guerras entre los estados de aquellas regiones, ibidem. Página 227 ocasionaron hambre, rebelión. 22 pedidia; en fin lodo el diluvio de males que pueden afligir la hullia n dad." A renglón seguido apoya las medidas que el imperio Chino y el Japón adoptaron para defenderse de la intervención abusiva de las potencias europeas. Así mismo menciona la forma absurda en que' los paises civilizados de Europa fomentan la esclavitud en otra s tierras, explícitamente nombra las Antillas, para concluir como hoy en la sordera de los estados ultracivilizados: la única ganancia que obtienen estos estados que hipócritamente defienden la dignidad humana y unos principios y derechos que pisotean todos los día s es pervertir a sus pueblos, que con estas lecciones prácticas llevan Europa nuevamente la idea de fomentar la guerra, sus palabras son muy claras: ..das islas donde se ejerce la más cruel esclavitud, no dan verdaderas ganancias, a no ser de un modo muy indirecto y en sentido no muy recomendable, sirviendo para la educación de los marinos, que pasan luego a la Armada; es decir para el fomento de la guerra en Europa. Y esto lo hacen naciones que alardean de devotas y que, anegadas en iniquidades, quieren pasar plaza de elegidas en achaques de ortodoxia" 23 - Por lo cual es de esperar que la humanidad entre en una etapa de debate sobre el derecho que permita la difusión de una forma de ciudadanía universal que favorezca la implantación de la paz perpetua y se pueda abrigar la esperanza de su continua aproximación. Sin embargo la conclusión de estos artículos definitivos del tratado es más clara en los últimos párrafos de la Metafísica de las Costumbres: "Puede decirse que este establecimiento universal de la paz no constituye solo una parte, sino la totalidad del finfinal de la doctrina del derecho, dentro de los limites de la mera razón; porque el estado de paz es el único en que están garantizados mediante leyes lo mío y lo tuyo, en un conjunto de hombres vecinos entre sí, por tanto, que están reunidos en una constitución...que no ha de sacarse por la experiencia....sino que ha de ser sacada por la razón a priori del ideal de una unión jurídica entre los hombres &do leyes públicas en general...."24 Ibidem. Página 228 23 Ibidem. Página 229 KANT. M. Mete cica de las costumbres. Ed. Rei ..Tecnos. Bogotá . 1995 Página 196. tscaneaao con uarnScar El primero de los suplementos establece la garantía de la paz perpetua, después de haber planteado que la paz no es un estado natural de la humanidad, Kant sefiala que la garantía de la paz perpetua es la Naturaleza, eomo un artista que introduce concordias y armonías en las diferencias; mediante una especie de azar conduce a la humanidad a realizar sus objetivos. Ella no esprovidencia divina sino la confianza unumenal sobre la teleología de la realidad. Esto conduce a Kant a afirmar que la posibilidad de avanzar hacia la paz está garantizada por la forma en que se desarrolla la historia humana: los hombres han podido habitar toda la tierra, las guerras otras circunstancias los han distribuido por toda su superficie y se han visto obligados establecer relaciones que se han convertido en presión para saltar del estado salvaje de naturaleza a un estado superior que sería el estado de derecho, más adecuado a las condiciones propias del hombre. Así, el estado de derecho, o el sometimiento a una norma común viene preparado por la misma Naturaleza. Las circunstancias exteriores que rodean al hombre, la conflictividad implícita a la vida humana y las experiencias pronto generan la necesidad de formarse en estados de manera que dice Kant: "El problema del establecimiento de un estado siempre tiene solución, por muy extraño que parezca. aun cuando se trate de un pueblo de demonios; basta con que éstos posean entendimiento..."25 De esta manera resulta imponiéndose un derecho que si bien no garantiza la mejora moral de los hombres, al menos garantiza la necesaria paz para la supervivencia de la humanidad y engendra la posibilidad de la educación humana. Este es el contrato originario que en buena medida se inspira en Rousseau pero, que a diferencia de éste no es una gran garantía para el futuro de la humanidad; el contrato social sólo es expresión de Derecho como forma de la más primaria libertad que fundamenta la convivencia humana, mientras que para Rousseau es fundamento de toda su teoría de la libertad política y la nueva sociedad. Es decir, Rousseau juega elcampo de la libertad al contrato, mientras para Kant éste sólo es el inicio. Por otraparte, la necesidad de agrupar a los hombres en el Estado, es complementadapor el designio de la Naturaleza de evitar a toda costa " KANT M. Tratado La Paz Perpetua...p.233 tscaneacio con uamScar r tivornio dr id_fikx.«Id poinict► r zeni.-acion •total de la humanidad en un solo Estado. que aparent:nuente el ideal de la tendencia de los hombres a unirse 11,1.1 una sola kv. la Naturaleza insiste en la divisiOn de idiom as ti i;k10 ■.-alturas rx. 'ligiones obligando a la especie humana a la diveetsidil fomentatIdo la necesidad de entendimi.ento entre set diferentes pueblosexplicatorio en lo que del se llamaría un Derecho derecho engen d e ldosradopumen: k.-omplementatio Estado de s, el contrato ori.zinario. Finalmente estos dos componentes del derecho tienen su culmina-ion en el derecho mundial de ciudadanía que la naturaleza fomenta a través del espíritu de comercio y de intercambio aproximando a los hombres de diversas naciones y gener an d o 13 homo relaciones que aproximan la posibilidad de un estado de paz mundial o perpetua de manera que, también en la forma como se expresa la Naturaleza, existe el intento de superar el propio sistema del derecho mediante la moralidad. pregunta que queda allí pendiente y que Kant tratará de responder 1-k--teriorniente es si, en el fondo, la garantía de la Paz Perpetua no en la superación por la humanidad de la esfera del Derecho hacia la Moralidad. Porque el segundo suplemento, agregado por Kant en la segunda edición, se concentra en el papel que juega el filósofo en el futuro de la humanidad como una clase de intelectual que está por encima de las veleidades de la política (proselitismo), que se basa en el ejercicio del poder y del derecho (uso de la espada y la balanza -dice Kant) y pone toda la fuerza en el uso de la razón (uso de la antorcha). Sin embargo, si hay libertad ley - moral, es decir lo contrario de mecanismos naturales que harían de la politica la simple técnica de gobernar hombres(como lo viene sosteniendo el positivismo y el liberalismo), entonces la política tiene que ligarse al derecho como la regulación de la convivencia mediante leyes justas y concertadas, así será posible una armonía entre ellas; pero la justicia y el asentimiento de los hombres tienen relación directa con la moral, tratándose de acuerdos razonables. Lt mayor Parte de este apéndice está dedicada a realizar una detallada critica de la acción de los políticos y parece que hoy mismo estuviese fustigando a muchos llamados politólogos, de manera que la remisión a las páginas del tratado de la Paz y su juiciosa lectura puede ser motivada por la siguiente enumeración simple de los principales defecto s dera que Kant endilga al ejercicio de la política si se la consi sobre la tscaneaao con uamScar separada de la moral: -No siendo su misión la de meditar -Su adaptabilidad a todas constitución, la N-igen te les parece perfecta. las circunstancias les impide ennocer a los hombres v ello, la falta lesde i inuna pli-verdadera r;I 'm es iritu observac.i‹ .)n ;mi ropobsgira, P Principios leguleyo que se opone a un atilímtiro rspiritii fundr:..n tde libertad.-Pretende resolver el problema de la constitución dejando de lado la idea y apelando sólo a la experiencia.-Sus máximas más COMUI1CS son: La legitimación de cualquier acto de gobierno será más fácil después del hecho o sea, haz y excusa después. -Si los hechos de gobierno provocan la desesperación y el leva.ntarniento del pueblo, niega, nunca aceptes la responsabilidad sobre los actos viciosos de gobierna-Divide y vence, siembra la discordia y aparenta defender al más débil. Kant se pregunta si existe algún principio trascendental que permita hacer el tránsito del derecho a la moral para garantizar al menos la posibilidad de un proceso para ampliar hasta universalizar el imperio del derecho, esta posibilidad la atribuye a la 'publicidad', que entra a ocupar un importante papel en lo que Kant llamaría la metafísica del derecho público y está muy lejos de significar lo que hoy, en medio de la globalización, se encuentra ligado como publicidad, al mercadeo \- la oferta-demanda de objetos-mercancía. Pues para Kant publicidad es el uso público de la razón que había explicado once años antes en la respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración? Es decir, que la condición de posibilidad del proceso de formación del derecho justo es la posibilidad de la discusión pública en el ámbito de las relaciones entre estados y de las asambleas de ciudadanos. Entonces la relación entre la moral y la política implica que el estado legal (de derecho) ha de empezar por la violencia, sobre la cual además se funda el derecho público y por tanto la idea sobre la convivencia humana está lejana de la realidad; pero si además, unap arte del mundo se considera superior, intentará imponer su dominio sobre todos losque pueda y los ideales del derecho de los pueblos se evaporarán. Entonces Kant acepta un salto histórico sorprendente, que ni autoriza ni desautoriza (más allá de las categorías que controla la razón) resulta sorprendente, pues al aceptar que las reformas y mejoras de la constitución Pueden ser aplazadas si existe una situación de hostilidad, o también"...si un A tscaneaao con uamScan movimiento revolucionario provocado por una mala constitución, consigue instaurar ilegalmente, otra más conforme a derecho, ya no podrá ser permitido a nadie retrotraer al pueblo a la constitución anterior. El filósofo que niega la resistencia del pueblo al poder de la ley en teoría, admite que en la práctica los pueblos se rebelen y no solo puedan producir un estado de derecho mejor, sino que postula la posibilidad que la historia ilegalmente' instaure un estado de derecho nuevo. Aquí vale la pena preguntarse si se puede catalogar a Kant como pilar del derecho positivo o refrendador de algún tipo de liberalismo. Además habría que obligar, dice Kant, a los falsos representantes de los poderosos, los políticos profesionales, a que confiesen que lo que ellos defienden no es el derecho, sino la fuerza, cuyo tono y empaque adoptan como si fueran ellos por sí mismos los que mandan. "Será bueno descubrir el artificio con que engañan a los demás y se engañan a sí mismos. Que allí donde comienza el moralista político termina el político moral y que el principio de la política no es un principio politico sino moral y que el mandato de la paz no es un principio técnico o un bien fisico sino un mandato de la conciencia moral." Esta conclusión terminante, para nosotros en América Latina no resulta nada extraña si nos remitimos a los planteamientos que exponía Ernesto Guevara, pues en El socialismo y el hombre en Cuba, expone la conexión entre la política y la moral revolucionaria en cuanto sólo puede ser realizada mediante una profunda y tenaz educación que transforme la estructura moral del hombre. Pero lo esencial, para una mente filosófica, es que el trasfondo de la actuación de la libertad, como lo recordaba sin temor el hombre sabio de Könisberg, es una noche de locura y de fantasmas que acecha siempre en el fondo de la supuesta omnipotente racionalidad y su legitimidad. Y la sonrisa complaciente del solitario de gris atraviesa con profunda ironía la seriedad y rigidez con que aún se pretende imponer un universo "fríamente calculado".