Subido por Vicent Jaijo

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BIOGRAFÍA
1
Nacido el 31 de Agosto de 1905 en Greenpoint (NY), cuya familia judía había emigrado
de Hungría. Estos, se mudaron a Bronx y allí tuvieron a su primer hijo, Sanford, años
después se mudaron a Honeywell Avenue, donde nació su hermano Jacob, que murió
cuando Sanford tenía 5 años (de tomar una leche especial para Sanford). Este último
hecho marcó mucho su vida, ya que sus padres le medio culpaban de la muerte de su
hermano.
Era un niño de pocos amigos que vivía de la fantasía. Les decía a los profesores que
quería ser actor y siempre que podía participaba en la dirección de “cousins” basados
en la muerte y el honor de la 1ª Guerra Mundial. Otra gran pasión de Sanford era tocar
el piano (su favorito, Chopin), el cual aprendió más tarde en un conservatorio. A los 19
años le dijo a su familia que quería ser actor.
Después de su graduación en Erasmus Hall High School 1923, entró al Damrosch
Institute of Music. Acto seguido, su padre quería que trabajara en la manufactura
textil, así que estuvo un tiempo trabajando en el sector.
Él quería ser actor y un amigo le recomendó que fuera al Theatre Guild School of
Acting. Allí tuvo una entrevista, donde mintió sobre su pasado, pero hizo reír tanto a
los entrevistadores, que consiguió un papel a “They knew what they wanted”. A partir
de ese momento, estudió allí y consiguió muchos contactos que le ayudaron a seguir
adelante, como Harold Clurman.
Conoció a Lee Strasberg, de quien aseguró haber aprendido sobre la calidad y
diversidad de actores y sobre el juego de emociones en el teatro. Más adelante
formaron un grupo de teatro junto a 20 grandes actores, entre ellos Cheryl Crawford. El
grupo se rompió a los 10 años, en 1941.
Sanford aprendió la técnica Stanislavsky gracias a: Stella Adler, quien había trabajado
directamente con el maestro y enseñó al grupo de teatro técnicas, como el recuerdo
emocional ( que consiste en recordar la situación que te provocó una emoción para
llegar a ella); también de Strasberg y Clurman.
Meisner era profesor en “Neighborhood Playhouse” y a parte trabajaba como director
en diferentes proyectos como: “Rocket on the Moon” o “Night Music”. En 1959,
empezó su brillo como actor a Los Ángeles pero él sentía que le llenaba más enseñar
su técnica, así que en 1964 volverá a la escuela donde impartía clases.
Más o menos a los 70 años, Meisner padeció cáncer de laringe, que le provocó una
pérdida de la voz y por ello deberá hablar a través de una máquina.
Años después se fue a NY, a vivir con su amigo y pareja, James Carville, y allí seguirá
impartiendo clases.
Morirá en 1970 por cáncer.
Curiosidades: No le gustaba ver la tele; No le gustaba que los alumnos no dieran el
máximo de sí y que no hicieran caso de sus indicaciones; Cuando era más joven no
podía trabajar como director de gente adulta porque no sentía que él tenía el poder, le
era más fácil trabajar con niños; Dijo que había inventado la técnica gracias a enseñar
a sus alumnos.
En el libro, hace citaciones a Stella Adler, como su mejor amiga, comenta que
terminaba sus clases diciendo “Do you love me?” nos cuenta que ella y Strasberg,
antes de que formaran el grupo de teatros eran enemigos y que Strasberg era un
malísimo actor.
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ANÁLISIS TEÓRICO
El libro no se divide en partes, solo nos muestra la evolución de la técnica que enseña
el autor, mediante clases reales impartidas por Meisner a sus alumnos, donde empieza
por lo más básico (escucha) y va evolucionando hasta completar al actor o escena. He
ido construyendo estas tres partes para que quede más clara la técnica: Introducción,
en escena y el texto.
Introducción
Meisner enseñaba a través de la práctica y el diálogo. Primero se necesitan unos pasos
antes de empezar a construir, esos pasos se denominan “el arte del hacer”.
Si tenemos que realizar una acción, no debemos creer que la hacemos, sino hacerla. Si
te centras en realizar una acción no tendrás tiempo de pensar en ti y por lo tanto, no
tendrás tiempo de hacer ver que haces esa acción.
El fundamento principal en una escena es la escucha, que nos ayuda a no pensar y a
centrarnos en lo externo a nosotros Para ello, Meisner consideró que es importante
crear inicialmente una conexión no humana, a través de la repetición en un diálogo.
Para el ejercicio de repetición, será importante seguir el filo del diálogo sin usar el
intelecto, ni añadiendo información extra que no fluya del corazón.
Ejemplo de repetición
-
¿Cómo
¿Cómo
¿Cómo
¿Cómo
estás?
estás?
estás?
estás?
Podremos hablar de escena cuando la repetición salga de forma espontanea y natural,
y solo se use para dar tiempo a los impulsos, a que provoquen un cambio en el estado
emocional de la persona. La improvisación nos permitirá que el texto suene más a
diálogo que el ejercicio de repetición.
Un silencio en un diálogo (el cual siempre tiene un significado y nunca debe significar
finalización sino continuidad.), puede provocar una reacción en el compañero. Por
ejemplo: si nos colocamos de espaldas al otro (Marc, por ejemplo) y hacemos un
silencio en medio de una repetición, Marc seguramente notará, gracias a sus instintos,
la causa del silencio (aburrimiento, enfado…) y a la hora de responder, cambiará su
tono.
3
Es importante saber dar tiempo en una escena. Si hay un silencio, no lo rompemos
hasta que algo nos lleve a ello. Actuar no es hablar, podemos estar en silencio y
esperar a que uno de los dos hable por sus impulsos y el otro responda de forma
sincera, natural.
Lo que tu hagas no depende de ti sino de los demás. Ejemplo: si tu dices “Hola” y unos
se empiezan a reír de ti. Si otro te asusta por detrás, darás un salto y dirás “Hola” de
diferente modo.
Es importante no hacer nada si nada te lleva a hacerlo. Por ejemplo: si tienes que
hacer una escena con un chico y tienes que decir “Ai Carlos!”, no puedes decirlo con
euforia a no ser que por ejemplo, este chico, sin que tú te lo esperes, te ponga la
mano por debajo la camisa, haga algo inesperado.
Por lo tanto, tu ouch! (reacción verdadera, sincera, del corazón) será resultado del
pinch (pellizco, empujón de otro).
En escena
Aquí nos encontramos con dos personas, una está en escena cuando todo empieza y la
otra debe entrar en escena desde fuera. La primera realizará una actividad
independiente y la segunda, una preparación.
Actividad independiente:
Si estamos concentrados en hacer una actividad determinada/independiente (como
buscar una aguja), que difícil de terminar, y nos sumergimos en ella, si alguien intenta
dialogar con nosotros, la conversación se verá afectada porque el foco estará en
buscar la aguja.
Como dice Meisner “Actuar es vivir bajo circunstancias imaginarias”. Así que esa
actividad determinada, no debe venir de la no imaginación, como afirmar que ganarás
10000€ si haces un puzle, eso es exagerado y falso, y el público no se creerá esa
situación. No debemos ser exhibicionistas ni sobreactuar.
Una actividad independiente siempre debe tener una dificultad (que nos ayudará a
concentrarnos en una acción) y un porqué(que nos ayudará a usar la imaginación).
Ejemplo: si en tu escena tocamos el piano, debemos tener una dificultad (como no
haber tocado nunca esa canción) y un porqué (porque mañana tenemos un concierto).
Preparación:
Meisner se inventó el concepto “Knock on the door”, que quiere decir que cada vez
que entras en escena (que abres la puerta), puedes hacerlo de diferentes modos y
con significados distintos. Y que cada acción que hagas debe tener una justificación.
Para empezar una escena es importante la preparación, que es un mecanismo para
empezar la escena emocionalmente vivo.
Para sentir una emoción, no hace falta haber vivido la misma situación que encarna el
personaje. Nos preparamos encontrado aquello que nos estimula emocionalmente
(como una canción…), que también podemos encontrar a través de la imaginación.
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Meisner no es partidario de la “emotion memory” de Stanivslasky (que consiste en
recordar cómo te sentiste en un momento determinado de tu vida y aplicarlo en la
escena). Para poder actuar se debe dejar la vida real atrás, un recuerdo que en un
momento te dolió, hoy no tiene porqué dolerte. Y si al contrario, te afecta demasiado,
como es algo íntimo que no quieres que se sea, puede empeorar tu actuación.
Cuando hablamos de prepararnos mediante la imaginación, nos referimos a montar
una fantasía, la cuál proviene de la ambición o del sexo (según Freud) y consiste en
crearse una historia con sentido, con muchos detalles y sin muchas complicaciones.
Esta, nos ayuda a sacar el sentimiento requerido para la escena. Imaginemos que
tenemos que interpretar un personaje que se siente humillado, porque la mujer le puso
los cuernos. Podemos imaginarnos que alguien delante de mucha gente, desvela el
secreto de que eres un incompetente sexualmente hablando, eso nos provocaría la
reacción de humillación que buscábamos.
La imaginación es primordial. Si nos preguntan, por ejemplo: ¿qué harías con un millón
de dólares?, Lo más normal es decir: “comprar una casa, un coche”. Esta respuesta no
proviene de la imaginación, sino de la realidad, del día a día. Mediante imaginación
podríamos decir por ejemplo: “comprarme un vestido de diamantes que solo lo
fabrican en Islandia”.
Antes de abrir la puerta o entrar en escena, ya nos deberíamos haber preparado
emocionalmente. Una vez entramos, intentaremos establecer contacto con la persona
que en escena que está realizando su actividad independiente, la cual no requerirá
haber hecho una preparación emocional, ya que la actividad independiente ya nos
lleva a reaccionar correctamente con la situación que se escenifica.
Como más intensa sea la preparación emocional, más capacidad tendremos que el
compañero, que está realizando la actividad independiente, nos preste más atención.
También podemos prepararnos mediante la preparación corporal. Por ejemplo: si debes
sentir histeria, la idea sería que antes de entrar a escena, no pararas de correr y gritar.
El texto
Según Meisner, “el texto es nuestro peor enemigo”.
Se tiene que aprender a leer un texto, creyendo que esas circunstancias del guión son
muy reales, sin dudar de su credibilidad. Cuando tenemos un texto y tenemos que
aprenderlo, lo hacemos sin interpretarlo, sin buscarle el sentido, ni la lógica ni
aplicarle una emoción. Nos lo aprendemos mecánicamente para evitar acciones
calculadas.
Si se lee mecánicamente y se está relajado, se podrá responder correctamente a una
influencia. Es muy importante es la neutralidad, que significa estar abierto a
influencias. Para ello, no se puede estar rígido.
Una vez aprendido mecánicamente el texto, podemos activar nuestros impulsos. [En
un diálogo hay una diferencia entre señal y impulso: una frase puede darte una señal
de que el otro te está regañando (por ejemplo, porque vas borracho), y el impulso es lo
que puede hacer que cortes al otro cuando está hablando (para negarle que estás
borracho).]
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Si en el guión pone que digamos una frase mirando una ventana y realmente hay una
ventana, diremos el texto mirando a través de ella, para que el público se sumerja más
en la acción. Si en el escenario no tenemos ventana, no tendrá sentido que hagamos
ver que hay una ventana, tendrá más sentido que digamos el guión llevado a otra
situación.
Según Meisner, el texto es como una canoa que viaja por el río de tus emociones.
Primero nos aprendemos el texto (construimos la canoa) y después lo dejamos fluir por
nuestras emociones (que forman el río). Si no nos aprendemos el texto, podemos
entorpecer la fluidez de nuestra emoción durante la escena.
Si hay una parte de un texto que no nos provoca ningún efecto, aplicamos el llamado
“como si” o particularización. Si hay un instante de la escena donde tenemos que
morirnos de asco, porque no te gusta ir a la peluquería, podemos morirte de asco
“como si” hubiera una cucaracha delante nuestro (ni el público ni un director, no sabrá
lo que hemos pensado para llegar a sentir asco). Utilizamos el “como si”, como ayuda,
como clarificador para hacernos evolucionar, dándonos una situación que nos pueda
llevar a realizar una acción.
La particularización es más simple que la preparación, ya que nos sirve solo para un
momento determinado en una escena, son elecciones que hacemos gracias a nuestros
instintos.
Ejemplo de particularización: un profesor en medio de la acción, debe dar un aviso a
un alumno. Puede dirigirse a él de dos modos: si lo hace “como si” odiara a los niños
diría “¡Cállate!”, si en cambio lo hace “como si” adorara a los niños diría “¿Va todo
bien?”. Ambas situaciones están basadas en la vida real.
No todos los momentos de una escena pueden particularizarse, principalmente porque
son difíciles de entender emocionalmente y porque todo actor tiene sus limitaciones
teatrales.
Es importante tener en cuenta siempre “la óptica del teatro”: significa que todo lo que
suceda debe ser entendible para el público y para todos los participantes de la escena.
Se pueden enfatizar las emociones con la energía correcta del actor.
También es importante llevar el texto y la escena a nuestro terreno personal:
Si tenemos un monólogo, siempre hay aquella/s frase/s que son el fundamento de la
emoción, en la cuál te basas para la preparación de todo el texto.
Cuando tenemos esas frases, toca improvisar y contar la historia con nuestras
palabras y preguntarse ¿qué me provoca a mí esta situación? Entonces será más fácil
llenar emocionalmente el texto original y que las palabras que nos aprendamos salgan
de nosotros mismos. Cuando tenemos una historia del guión que debemos contar,
mediante la imaginación, podemos hacernos preguntas del porqué, cómo, cuándo, qué
ocurrió, aunque la historia en si no nos lo cuente.
Habrá circunstancias en las cuales nuestro personaje, sentirá algo y querrá esconderlo,
enmascarando la verdad, pero siempre se deberemos dar señales de la sensación real.
Un personaje está determinado por como tú haces algo. La emoción navega y viene de
cómo tú haces lo que haces, si cada momento tiene un significado para ti. El
personaje, tiene muchas caras (puede ser un asesino y por otra parte sensible como
músico).
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Según Meisner el talento proviene del instinto, si controlas tus instintos por “ser
correcto”, no dejas brillar la espontaneidad y por lo tanto tu actuación queda reducida
a una simple imitación. Por lo tanto, no debemos imitar, debemos hacer lo que nos
indica nuestro instinto. Muchas veces no tendremos el material que necesitamos para
actuar y para ello, debemos saber usarnos a nosotros mismos. No debemos ponernos
restricciones, no es la vida real, podemos sacar la verdad de nuestro interior.
EJERCICIOS CORRESPONDIENTES A LA TEORÍA
El libro no muestra ningún ejercicio concreto a hacer, pero he extraído algunos puntos
que podemos aplicar como entrenamiento para fortalecer la actuación, (los títulos son
de cosecha propia)
Para ver si estamos actuando o no:
-
Si el profesor te dice cuenta sillas, debes preguntarte, si contándolas, te has
sentido tu mismo o has sentido que eras un personaje.
Para fortalecer la escucha “Juego de repetir palabras”
-
-
-
Por parejas: uno hace una observación sobre el aspecto del otro: “Tus dientes
brillan” y el otro repite la frase “Tus dientes brillan” , y se repite esta hasta que
uno de los dos la cambia de observación “tienes el pelo marrón” y se repite
esta nueva frase “tienes el pelo marrón”. (Aquí no se muestran sentimientos,
solo sirve para conectar de forma inhumana, se llama repetición mecánica)
Luego, podemos añadir nuestro punto de vista impulsivo no intelectual en la
repetición: uno dice “Llevas pendientes” y la pareja responde afirmativa o
negativamente “Sí, llevo pendientes”, y el otro “Sí, los llevas” y el compañero
“Sí, los llevo”.
Si a todo esto ahora le añadimos alguna pausa provocamos un cambio en el
diálogo. Ej: “Vienes a mi casa?” “Vengo a tu casa?” “Sí, ven a mi casa” “No
vengo a tu casa” (pausa) “Seguro que eres virgen”. (Podemos ver un cambio
radical en la última oración y emoción en esta.)
Para encontrar el significado de una acción
-
-
Hay una puerta que nos separa el exterior y la escena. Nos inventamos una
historia, salimos fuera, abrimos y debemos tener un motivo por el cual hemos
llamado esa puerta.
Lo hacemos otra vez con diferente historia y emoción. Y miramos la diferencia
de cómo entramos por esa puerta.
Para usar imaginación
-
El profesor preguntará diferentes situaciones para ver si se responde con o sin
imaginación. Por ejemplo: Tienes un millón de dólares, que harías con ellos?
Para ver si se está usando la realidad para llegar a una emoción el profesor
puede hacer preguntas como: si debes sentirte humillado o emfadado, en qué
piensas?
Para trabajo de pareja
-
Una pareja que vive junta, no tiene porque ser novios. Uno de los de la pareja
tiene actividad independiente, el otro tiene buscar su preparación emocional.
Deben descubrir, según transcurra la acción, si son hermanos, padre hijo,
pareja…
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Para sorprender al actor
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-
Sorprender al que está haciendo la actividad independiente: el profesor dirá al
chico que debe entrar por la puerta que entre con una emoción que el otro no
se espera.
Sorprender al que ha hecho su preparación emocional fuera de la puerta: Este,
a lo mejor necesita, según su preparación, una agenda que hay en el escenario,
el profesor la sacará sin que lo sepa para ver como reacciona
En un monólogo
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Leer un texto. Posteriormente, el profesor pregunta: ¿Cómo te hacen sentir las
dos últimas frases? Y deberás mantener esa emoción durante todo el texto.
En un texto
-
El texto relata una historia pero hay muchos detalles que no cuenta. Por ello, se
puede preguntar al alumno cosas como si él fuera el personaje. Preguntas
como: qué quieres? Que te ha pasado? Y cada vez que te contesta, preguntar el
porqué.
APLICAR LA TÉCNICA A UNO MISMO
Es una técnica que podría aplicar con cualquier tipo de personaje o situación, hasta en
la realidad (lo contaré en opinión personal).
Para este punto me he hecho una lista de ideas de la técnica, que me podría ir bien
leer justo antes de empezar a actuar:
1. Si estoy en un momento inicial debo imaginarme una historia (que no haya vivido)
pero que me afecte y entonces entrar en escena. A partir de ahí, cada vez que
necesite reforzar una emoción pensaré en el “como si” para ver una situación que me
produzca el asco, miedo o felicidad que requiere ese momento. Y lo más importante,
no debo dejar de escuchar nunca al compañero
2. Si en alguna situación me costara desconectar de mi misma en escena, ahora sé
que centrándome en algo externo me será más fácil.
3. Nunca debo hacer ver sino hacer. Y nunca debo hacer nada si nada me lleva a
hacerlo.
4. Encima de un escenario debo creer que estoy sola (como si me mirara en un espejo
en mi casa).
5. En relación a textos: debo aprenderlos mecánicamente para no viciarlos
luego pueda adaptarlo a diferentes emociones.
y que
6. Si estamos en un diálogo, para ayudarme a entrar en emociones, puedo prestar más
atención a aquellas palabras que dice el otro que puedan ayudarme, así como evitar
aquellas que causen un descontrol de mi personaje.
7. Va muy bien que nos hagan cosas inesperadas en escena para hacer salir la chispa
que faltaba.
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8. Si un día estoy triste emocionalmente, cuando actúo, no debo intentar tapar
totalmente ese estado, es imposible. Lo mejor es utilizarlo.
9. No debo tomarte las críticas desde mis inseguridades, sino objetivamente, como
algo a mejorar.
10. Si me toca hacer un papel de un chico muriéndose, no tengo que ir a un hospital a
vivir esa situación, sino mejor informarse de los síntomas y quedarme con alguno de
ellos.
11. Debo dejarme llevar por lo que mis emociones me dicten, sentirme libre de
improvisar y dejar brillar mi espontaneidad.
12. No debo intentar hacer un espectáculo, debo dejar que el espectáculo me haga a
mí, debo fluir por él.
OPINIÓN PERSONAL
Primero de todo decir que me ha sido de gran ayuda porque, aparte de obligarme a
leer en inglés, me ha dado pistas de cómo prepararme para realizar correctamente
una escena. Me he dado cuenta de que cuando perseguimos un objetivo en nuestra
vida, debemos ser conscientes de que hay un tiempo que deberemos ocupar en
aprender sobre ello. Agradezco también a esta técnica la posibilidad de aplicarse a la
vida real, a continuación diré algunos ejemplos.
Me pareció muy acertada esta frase que pronunció “Los músicos tocan las mismas
notas pero cada uno las puede tocar de forma distinta”. Todos podemos optar a hacer
un papel pero cada uno le dará su toque especial. Todos los actores tenemos
capacidades comunes pero lo que realmente hará que seamos el elegido para hacer
un papel, serán aquellas capacidades que le diferencien de los demás. Debemos
diferenciarnos porque nosotros somos el instrumento que un director usará.
He probado de leer un texto mecánicamente. Cuando tienes agilidad con este, piensas
en una emoción como: Ira, ilusión, felicidad… Entonces, las palabras suenan más
intensas emocionalmente y sin pausas o entonaciones innecesarias.
En cuanto a los impulsos, en la vida real muchas veces forzamos situaciones a que
ocurran y sería mejor que todo lo que hiciéramos fuera justificado.
Trabajar la imaginación nos puede ayudar a afrontar situaciones también en la vida
cuotidiana que no hayamos vivido nunca.
Si pienso en un diálogo, en muchas ocasiones dejamos de escuchar al otro, por lo que
se pierde el filo de la conversación y por eso da tanta importancia a la escucha este
modelo.
Aplaudo la actitud de Meisner cuando ve que un alumno no va a aprender nada en sus
clases, y que está desfavoreciendo el trabajo del grupo, decide echarlo para que
busque otro profesor o escuela que si le convenga.
Me he quedado con la idea también del valor que le da Meisner a la verdad en un
escenario, porque dice que en la vida real ya decimos suficientes mentiras.
Comparando por ejemplo con Stanislavski, no llega a interponer la vida real como por
ejemplo, la muerte de un amigo. Técnica que bajo mi opinión, es bastante destructiva
9
si se usa con frecuencia, por ello es más sano el método de Meisner, que nos fortalece
la actuación mediante la imaginación.
Es una técnica que nos saca el yo más interno que tenemos, nuestro propio ser,
nuestra propia personalidad, el cómo deberíamos ser si no tuviéramos tantas
restricciones en la vida.
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