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costo de la discapacidad en ecuador

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COORDINACIÓN GENERAL DE ESTUDIOS Y DATOS DE
INCLUSIÓN
Dirección de Estudios y Análisis
Ministerio de Inclusión Económica y Social
Costo de la Discapacidad en el Ecuador
Documento de Trabajo Nro. MIES-CGEDI-DEA-2022-02-DT
Octubre, 2022
Costo de la Discapacidad en el Ecuador
Ecuador, 2022
Autoridades
Mgs. Esteban Remigio Bernal
Ministro de Inclusión Económica y Social
Econ. Karen Viviana Luzardo Alarcón
Coordinadora General de Estudios y Datos de Inclusión
Soc. María Inés Bastidas López
Directora de Estudios y Análisis
Autores
Diana Alexandra Yánez Arias
Víctor Manuel Ávila Noguera
Citación recomendada: Ávila, V. y Yánez, D. (2022). Costo de Discapacidad en el Ecuador.
Ministerio de Inclusión Económica y Social. Quito. Ecuador.
Contenido
Contenido ................................................................................................................................................ 3
Lista de Tablas ........................................................................................................................................ 4
Lista de Apéndices .................................................................................................................................. 4
Lista de Abreviaturas .............................................................................................................................. 4
Resumen.................................................................................................................................................. 5
1.
Introducción ................................................................................................................................... 6
2.
Modelos teóricos de la discapacidad .............................................................................................. 7
2.1.
Modelo Tradicional ..................................................................................................................... 7
2.2.
Modelo médico ........................................................................................................................... 8
2.3.
Modelo social .............................................................................................................................. 8
3.
Enfoques para el cálculo del costo de la discapacidad ................................................................. 10
3.1.
Enfoque de bienes y servicios ................................................................................................... 11
3.2.
Enfoque de bienes y servicios requeridos ................................................................................. 11
3.3.
Enfoque de estándar de vida ..................................................................................................... 11
3.4.
Enfoque de nivel de vida........................................................................................................... 12
4.
Metodología ................................................................................................................................. 13
4.1.
Variables del componente alimenticio ...................................................................................... 14
4.2.
Variables del componente no alimenticio ................................................................................. 14
4.3.
Ajustes en los valores atípicos y perdidos ................................................................................ 16
4.4.
Ajustes a precios 2021 de los resultados de la ECV ................................................................. 16
5.
Resultados .................................................................................................................................... 18
6.
Conclusiones ................................................................................................................................ 22
7.
Bibliografía .................................................................................................................................. 24
8.
Apéndices ..................................................................................................................................... 27
Lista de Tablas
Tabla 1. Variables del componente alimenticio .................................................................................... 14
Tabla 2. Variables del componente no alimenticio ............................................................................... 15
Tabla 3. Porcentaje de inflación a 2021 según CCIF ............................................................................ 17
Tabla 4. Consumo del hogar según la categoría ECV .......................................................................... 19
Tabla 5. Consumo según el grado de discapacidad ECV2013-2014 .................................................... 20
Tabla 6. Consumo medio por percentil en dólares................................................................................ 21
Lista de Apéndices
Apéndice 1. Consumo promedio (USD) del hogar por percentil y categorías ...................................... 27
Apéndice 2. Participación del consumo del hogar por categorías y percentiles ................................... 28
Lista de Abreviaturas
BM
CRPD
IPC
OIT
OMS
ONU
OPS
Banco Mundial
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad
Índice de Precios al Consumidor
Organización Internacional del Trabajo
Organización Mundial de la Salud
Organización de las Naciones Unidas
Organización Panamericana de la Salud
Resumen
La discapacidad es un concepto ampliamente debatido y en constante evolución, no obstante,
en el Informe Mundial sobre la Discapacidad, publicado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) se la define como “todas las deficiencias, las limitaciones para realizar
actividades y las restricciones de participación, y se refiere a los aspectos negativos de la
interacción entre una persona (que tiene una condición de salud) y los factores contextuales de
esa persona (factores ambientales y personales)”.
Asimismo, la definición de persona con discapacidad, según se menciona en el artículo 6 de la
Ley Orgánica de Discapacidades, se refiere “a toda aquella persona que, como consecuencia
de una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, con independencia de
la causa que la hubiera originado, ve restringida permanentemente su capacidad biológica,
psicológica y asociativa para ejercer una o más actividades esenciales de la vida diaria, en una
proporción equivalente al treinta por ciento (30%) de discapacidad, debidamente calificada por
la autoridad sanitaria nacional”.
Con este marco, el presente estudio pretende brindar insumos para el diseño de políticas
públicas dirigidas a la población con algún tipo de discapacidad a través de la identificación
del costo de tenerla. Así, posterior a una revisión de metodologías para este cálculo, se optó
por el Enfoque de Estándar de Vida, utilizando la Encuesta de Condiciones de Vida 2013-2014.
Con ello, se estima la brecha entre el consumo de los hogares que tienen miembros con
discapacidad y los hogares que no los tienen, esto es, el esfuerzo que debería realizar un hogar
con al menos un miembro con discapacidad para mantener el mismo nivel de bienestar de un
hogar cuyos miembros no la tienen.
Igualmente, se analiza la estructura del consumo en ambos hogares y sus diferencias, esto con
la finalidad de identificar las características de gastos que un hogar con personas con
discapacidad debe realizar para atender las necesidades específicas de alimentación, salud, etc.
Clasificación JEL: I12, I31, J14
Palabras clave: discapacidad, estilo de vida, costos
1. Introducción
El costo de la discapacidad hace relación al costo adicional que deben o que deberían incurrir
las personas con discapacidad para alcanzar un nivel de vida equivalente a quienes no la tienen.
Cabe destacar que el término equivalente no hace referencia a que las personas vivan de manera
idéntica, sino a un nivel mínimo aceptable. Estas personas presentan altas probabilidades de
sufrir condiciones sociales y económicas adversas, situación que conlleva vivir escenarios de
permanente marginación social. Esta exclusión es sistemática en cuanto a las oportunidades
laborales y de generación de sus propios ingresos contribuyendo a caer o mantenerse en niveles
de pobreza y pobreza extrema.
Según el Banco Mundial (2011), en el trascurso del tiempo se han generado diferentes
obstáculos para las personas con discapacidad, por citar, la inaccesibilidad a los entornos
físicos, movilidad, la falta de disponibilidad de dispositivos y tecnologías de apoyo, medios de
comunicación no adaptadas a su condición, las deficiencias en la prestación de servicios y
estigmas sociales discriminatorios; tiene que ver también con la malnutrición, acceso
inadecuado a la educación y servicios básicos. En suma, todos estos obstáculos se traducen en
gastos que los asumen los hogares, tornándose a la persona con discapacidad en un “costo”
para la familia.
Cuantificar la brecha de consumo y su costo que enfrentan los hogares con miembros con
discapacidad es de particular relevancia para el diseño de políticas públicas. Tener en cuenta
estas particularidades contribuyen al cumplimiento de objetivos y metas de desarrollo
sostenible.
Por otra parte, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (CRPD) exige que se proteja el derecho de las personas con discapacidad a
mantener un nivel de vida adecuado para ellos y sus familias, salvaguardando su integridad,
alimentación, vestimenta y vivienda adecuada con servicios básicos, también, el acceso a la
asistencia de protección social.
En tal sentido, en Ecuador, las personas con discapacidad y sus familias están amparadas por
leyes nacionales como la Constitución de la República, la Ley Orgánica de Discapacidades, el
Reglamento de la Ley Orgánica de Discapacidad, la Ley Orgánica de los Consejos Nacionales
para la Igualdad. A nivel regional, se cuenta con la Convención Interamericana para la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad.
Bajo este contexto, para el desarrollo del presente documento se analiza el marco teórico que
sustenta los modelos teóricos de discapacidad, seguido por la revisión de las principales
metodologías para estimar los costos de la discapacidad, y, finalmente, la estimación del costo
para los hogares que tienen personas con discapacidad.
2. Modelos teóricos de la discapacidad
En las últimas décadas los organismos internacionales como las Naciones Unidas (ONU), la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS),
junto con movimientos internacionales de personas con discapacidad han influenciado y
liderado el abordaje de la discapacidad a través de iniciativas, acciones, programas, planes y
estrategias, dando lugar a modelos teóricos encaminados no solo a la definición del concepto,
sino también al fortalecimiento de políticas inclusivas (Dalmeda, M. E. P., & Chhabra,
G.,2019)
Sin embargo, al analizar las teorías de discapacidad, López Gonzales, M. (2016) menciona la
consideración de varios factores, por una parte, si esta surge de la experiencia personal de la
discapacidad, si derivan de los profesionales que trabajan directa o indirectamente con estas
personas, o si se trata de integrar ambas perspectivas. Otro factor relaciona lo que la gente cree
y entiende sobre esta realidad. Finalmente, una tercera dimensión la constituye el propósito y
la aplicabilidad de las teorías. Reconocer esta dimensión de la teoría es admitir que todas las
teorías tienen un significado político (Sally French, Maureen Gillman y John Swain, citado por
López González, M. (2006)).
No existe teoría alguna que sea neutra. Toda teoría acerca de la discapacidad aspira a una
‘comprensión social’ compartida, justifica prácticas y criterios determinados y es esencial para
el fortalecimiento de las relaciones entre las personas (French, Gillman y Swain, 1997). Existen
numerosos modelos teóricos, no obstante, para este estudio, se describirán únicamente tres
modelos que permiten observar la evolución de la teoría sobre la discapacidad y que, de alguna
manera, han sido el marco de referencia para orientar, investigar e incluir a las personas con
discapacidad al entorno social.
2.1. Modelo Tradicional
El Modelo Tradicional es el más antiguo y está basado en creencias religiosas. La discapacidad
es vista como un defecto causado por un fallo moral o un pecado (Goodley, 2017). Toda la
familia pasa vergüenza porque uno de sus miembros tiene una discapacidad, de modo que las
familias se ven forzadas a ocultar a esta persona, apartándola de la escuela y excluyéndola de
cualquier posibilidad de desempeñar un papel activo en la sociedad (Miles 2002).
Para las personas con discapacidad este modelo es particularmente opresivo, genera ostracismo
social y autodesprecio (Goodley, 2017). De hecho, al igual que en el modelo médico, “las
personas con discapacidad son consideradas biológica y psicológicamente inferiores en
comparación con las personas sin discapacidad, y son vistas como víctimas defectuosas y
frágiles, lo que convierte a la discapacidad en una tragedia personal” (Shakerpeare T., 2010).
Según Stone (1984), el padecimiento de enfermedades se explicaba a través de fuerzas
espirituales, y la discapacidad era vista como el castigo de un comportamiento pecaminoso.
Será la teoría genética la que explique la causa de enfermedades a través de agentes externos,
debilitando así la creencia de la responsabilidad individual y la virtud moral. Así, en el siglo
XX, la relevancia de la teoría genética, los avances en la tecnología y diagnóstico, y la fe en la
ciencia y la medicina dieron reconocimiento y legitimidad al modelo médico de discapacidad.
2.2.Modelo médico
El Modelo Médico pone énfasis en el tratamiento de la discapacidad orientado a conseguir la
cura, una mejor adaptación de la persona o un cambio en su conducta situando el problema de
la discapacidad dentro del individuo; considera que las causas de dicho problema son el
resultado exclusivo de las limitaciones funcionales (Bueno, 2010).
Este modelo se basa en el diagnóstico clínico y la categorización, concediéndole el papel
primordial a los médicos y profesionales (enfermeras, educadores especiales, expertos en
rehabilitación, etc.) que puedan curar este defecto o enfermedad, o que hagan de las personas
con discapacidad lo más normales posibles (Oliver M., 1990).
Cabe destacar que el modelo médico (rehabilitador o individual) se ha posicionado con un
beneficio ya que “han sido los tratamientos médicos que sin duda han mejorado la calidad de
vida de muchas personas con discapacidad, de hecho, han salvado muchas vidas” (Linton,
2010).
Además, el modelo médico hoy en día sigue influenciando las políticas públicas en cuanto a
salud y beneficios sociales, “la presencia de una enfermedad crónica como factor
desencadenante de discapacidad debe subrayar la necesidad de mayor atención a las medidas
preventivas, mejor previsión de cuidados y tratamientos médicos, mayor previsión para
adaptaciones en el hogar, y la necesidad de apoyo económico o social” (Mike Bury, 2008, p.
86).
2.3. Modelo social
El Modelo Social se desarrolló como una crítica a los modelos médico y tradicional en razón
de que ambos promueven un enfoque individualista que reduce el problema de la discapacidad
a una tragedia individual, lo que provoca ostracismo de la persona con discapacidad que será
solo tratable mediante la caridad o cuidados médicos (Groodley (2017), citado por (Pérez
Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019)).
Para la década de los 70, se desarrolla un nuevo modelo (social) de discapacidad centrada en
la distinción entre discapacidad –exclusión social- e impedimento –limitación física-, y la
percepción de las personas con discapacidad como parte de la diversidad humana (Pérez
Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019).
Dentro del marco del modelo social destacan dos modelos, el británico y el norteamericano,
llamado también minoritario. En cuanto al primero, Shakespeare (2010), citado por (Pérez
Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019), enfatiza que el impedimento es individual y privado,
mientras la discapacidad es estructural y pública, donde la verdadera prioridad es aceptar el
impedimento y eliminar la discapacidad. En el mismo documento, Stein (2007) cita tres
postulados de este modelo: los principales problemas que se enfrentan las personas con
discapacidad se derivan de las actitudes sociales y no de las limitaciones funcionales; el entorno
está conformado y moldeado por las políticas sociales; y, las políticas sociales representan las
actitudes y valores prevalecientes en una sociedad democrática. Este mismo autor señala que
son los factores externos los que limitan la capacidad funcional del individuo.
En relación al modelo minoritario, Goodley (2017), citado por (Pérez Dalmeda, M. E., &
Chhabra, G., 2019) señala que este modelo es influenciado por activistas de derechos humanos,
ex soldados que volvían de la Guerra de Vietnam y asociaciones como los Centros de Vida
Independiente de Berkeley, cuya filosofía se basa en la autodeterminación y postulan que las
personas con discapacidad son las que mejor saben de sus necesidades y son quienes deben
tomar la iniciativa individual y comunitaria. El modelo minoritario reivindica el
reconocimiento de la humanidad y la diversidad, más allá de los estrechos confines del mercado
laboral y el consumismo.
Tom Shakespeare (2010) destaca tres beneficios de los modelos social y minoritario: han sido
políticamente efectivos, pues han originado movimientos de reivindicación social; han sido
instrumentalmente efectivos al señalar que para la liberación de las personas con discapacidad
se deben eliminar las barreras sociales; y, han sido psicológicamente efectivos al mejorar la
autoestima y han creado un sentimiento positivo en cuanto a la conciencia de identidad.
Finalmente, Martha Nussbaum, citada por (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019),
subraya que “debemos trascender la clasificación binaria de discapacidad/no discapacidad y
postular por una categoría universal de discapacidad basada en la personificación y la
vulnerabilidad”. Adicionalmente, entre los años ochenta, Deborah Stone postulaba “la
necesidad de liberar a la discapacidad como categoría de presiones sociales, políticas,
judiciales, médicas y económicas, y proponía que la discapacidad como categoría debía estar
en constante expansión.”
López González, M. (2016), identifica un elemento común en los debates acerca de la
discapacidad relacionado al valor de la diversidad y la necesidad de incorporar la voz de las
propias personas con discapacidad, como fuente primordial de una investigación que suscite
un discurso orientador al desarrollo de la teoría, y a la vez que persigue la emancipación
individual y colectiva.
3. Enfoques para el cálculo del costo de la discapacidad
El estudio de los costos de discapacidad tiene un campo de investigación de larga data, como
lo muestran las investigaciones lideradas por el Banco Mundial (BM) y organizaciones
internacionales para la discapacidad. Es a partir de estos estudios que han ido surgiendo
distintos enfoques en referente a la Calidad de Vida1, los cuales priorizan el uso de distintas
variables específicas como son los ingresos, costos (directos o indirectos), comparación de
costos entre un hogar conformado por miembros con y sin discapacidad, necesidades
satisfechas o no satisfechas, etc.
En ese marco, la estimación del costo de la discapacidad representa un gran desafío debido a
que los métodos para hacerlo son multidimensionales. Por ejemplo, en el Informe Mundial
Sobre la Discapacidad elaborado por la OMS y el BM en el año 2011, en su apartado de los
costos de la discapacidad, analiza los costos directos (atenciones médicas, transporte,
calefacción, servicios de lavandería, alimentación especial, entre otras) y los costos indirectos
(relacionados, principalmente, a la imposibilidad de obtener o mantener un empleo por parte
de las personas con discapacidad o de sus familias).
Otro estudio, por ejemplo, analiza los patrones de consumo de una población con y sin
discapacidad, a través del análisis comparativo, donde se identifican los artículos que más
gastan las personas con discapacidad. Este enfoque evalúa los costos adicionales en gastos
médicos, movilidad y otros que incurren las personas con discapacidad (Matthews y Trustt,
1990, Jones y O´Donnell, 1995 y Mitra, 2006, citado por SETEDIS, 2016).
En relación a la priorización de ingresos, el estudio “Una aproximación a los Costos Indirectos
de la Discapacidad” desarrollado por la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del
Rosario en Colombia en 2005, considera el ingreso de la Encuesta Continua de Hogares,
instrumento que mide los cambios en empleo, desempleo y otras variables relacionadas a la
fuerza laboral, cuyos resultados muestran la desigualdad de los ingresos entre los hogares con
miembros con discapacidad y sin discapacidad, así como, la situación de pobreza de los hogares
con discapacidad.
A continuación, se describen varios enfoques que permiten apreciar distintos escenarios de
análisis, donde se consideran algunos tipos herramientas para el relevamiento de información,
así como, la priorización (enfoque) de variables para el análisis y las técnicas de estimación del
costo de la discapacidad.
La OMS (1994) define la “calidad de vida” como la percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro
del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y
preocupaciones.
1
3.1.Enfoque de bienes y servicios
El enfoque de bienes y servicios (GS) mide directamente el dinero extra gastado debido a una
discapacidad a través de entrevistas en profundidad. Hay bienes o servicios que a pesar de ser
ocasionales o por una sola vez, se los puede identificar como un costo establecido, por ejemplo,
el costo de una silla de ruedas, que, aunque puede ser alto, se puede determinar su valor. Pero,
la dificultad radica en obtener detalles sobre cuántas atenciones médicas adicionales son
necesarias o su movilización, o si la familia necesita vivir en una parte de la ciudad más
accesible, por lo tanto, más costosa. Es decir, generar bienestar a la persona con discapacidad
es un factor indeterminable. Además, este método registra sólo lo que se gasta, no lo que se
necesita.
Por otro lado, una persona puede necesitar un audífono, pero no hay uno disponible o no es
algo accesible al presupuesto familiar, o también puede darse el caso de que los familiares no
prioricen gastos para la persona con discapacidad, generando una discriminación intrafamiliar
que puede llevar a subestimar lo que se necesita para alcanzar un nivel mínimo de bienestar
Glejberman (1997).
3.2.Enfoque de bienes y servicios requeridos
La aplicación del enfoque de bienes y servicios requeridos (GSR) se la realiza por medio de
entrevistas a personas con discapacidad, donde se intenta identificar qué bienes y servicios
adicionales necesitan para igualar su calidad de vida en relación a las personas sin discapacidad.
Sin embargo, un problema aquí es ¿cómo determinar precios a los bienes o servicios que
pueden no estar disponibles?, y ¿cómo se determina que bienes y servicios son necesarios? en
casos en los que las personas entrevistadas no los conozcan (Fernández 2003)
Un problema con ambos enfoques es que consumen muchos recursos. Requieren muchas
entrevistas extensas de personas con discapacidad, que van mucho más allá de lo que pediría
una encuesta de hogares típica. Hablando en términos prácticos, no se pueden realizar de
manera regular, especialmente, si el interés es contar con una muestra lo suficientemente
grande como para ser representativa a nivel nacional o para comparar costos en diferentes
regiones del mismo país.
3.3.Enfoque de estándar de vida
El enfoque de estándar de vida (SOL) es aplicado, generalmente, a través del uso de encuestas,
que pueden ser aquellas que se utilizan para conocer las condiciones de vida. (siempre que
incluyan preguntas acerca de las condicionalidades de discapacidad. Esto implica el uso de
menos recursos. Por otro lado, este método parte del supuesto de que si los hogares cuyos
miembros tienen discapacidad y hogares con miembros sin discapacidad tienen los mismos
atributos (región de residencia, nivel de educación, tamaño del hogar, etc.) ahorrarán y
acumularán activos al mismo ritmo, una vez que se tengan en cuenta sus necesidades. Además,
si se compara estadísticamente a hogares con y sin miembros con discapacidad que tengan los
mismos atributos y el mismo nivel de ingresos, entonces cualquier diferencia en sus activos
acumulados se debe a que tenían gastos adicionales relacionados con la discapacidad. Mediante
técnicas econométricas, las diferencias en los activos poseídos pueden usarse para construir
una estimación de los costos adicionales de la discapacidad.
La ventaja del método SOL es que con solo agregar preguntas del Grupo Washington (WG) 2
sobre discapacidad a cualquier encuesta de gastos de los hogares se habilitarán estas
estimaciones, por lo que no se requiere una encuesta especial, todos los países realizan tales
encuestas de forma rutinaria y no se requiere financiación especial o infraestructura estadística,
aparte de la voluntad de agregar un breve conjunto de preguntas sobre discapacidad a una
encuesta existente.
La limitación es que, al igual que con el método GS, sólo se contabiliza lo que se gasta, mas
no el costo potencial de la discapacidad. Sin embargo, proporciona una medida basada en
evidencia de cómo la discapacidad está afectando actualmente los gastos del hogar
(Glejberman 1997).
3.4. Enfoque de nivel de vida
El enfoque del nivel de vida es de carácter multidimensional. Según Zaidi, y Burchardt (2005):
Se basa en que las personas con discapacidad pueden tener un nivel de vida
significativamente menor que otras personas sin discapacidad del mismo nivel de
ingresos debido a que sus necesidades son diferentes, tanto porque necesitan una serie
de bienes y servicios específicos, como porque necesitan consumar en mayor cantidad
(o a un precio mayor) los bienes y servicios de uso general. Los hogares en los que
existen miembros con discapacidad han de hacer frente al coste de estos bienes y
servicios específicos o adicionales, disminuyendo el consumo de otros bienes y
servicios que elevaría el nivel de vida del hogar. Aunque el incremento de los ingresos
se traduce en todos los hogares en un incremento del nivel de vida, para lograr un
determinado nivel de vida los hogares con miembros con discapacidad necesitan un
ingreso mayor (Lara, A. J., 2011, pp 20).
Una limitación clave de este enfoque es que asume que las personas con discapacidad y las
personas sin discapacidad requieren la misma "canasta" de bienes y servicios para alcanzar un
nivel de vida determinado (Tibble 2005). En algunos casos, esto puede ser apropiado (comida
y refugio), pero puede no tener en cuenta los elementos únicos que necesitan las personas con
2
Para el Grupo de Washington, la discapacidad implica la interacción del estado funcional de una persona con su
desarrollo físico, su entorno sociocultural y de políticas. (WG, 2009).
discapacidad (audífonos u otros dispositivos), el uso adicional de elementos comunes
(consumo de energía) y los diferentes tipos de artículos (abrelatas eléctrico).
Para la medición de los costos de la discapacidad algunos investigadores, defensores y
formuladores de políticas a menudo citan estadísticas sobre los ingresos relativos de las
personas con y sin discapacidad donde se visualiza la brecha de bienestar y los factores que
pueden influir en los hogares a caer o mantenerse bajo la línea de pobreza.
4. Metodología
Para la estimación del costo de la discapacidad se ha optado por la metodología del Enfoque
de estándar de vida, cuya utilización es cada vez más frecuente, pero también, pertinente en
razón de la disponibilidad de la información para su aplicación, como es la Encuesta de
Condiciones de Vida 2013-2014, en adelante ECV, misma que se realiza a nivel nacional y que
incluye preguntas acerca de la discapacidad, lo que permite comparar a los hogares con
discapacidad y hogares sin discapacidad.
La ECV presenta el consumo de los hogares dividido en dos componentes i) alimenticio y ii)
no alimenticio, cuya desagregación permite conocer la estructura del consumo de los hogares,
insumo necesario para estimar el costo de la discapacidad. Cabe indicar que sus resultados
siguen siendo útiles en la actualidad, ya que pueden ser ajustados conforme el índice
inflacionario3.
Por otra parte, para el cálculo del agregado de consumo se utilizó la metodología propuesta por
el INEC (2015) a través de ocho (8) archivos de sintaxis4 disponibles, junto con el Manual para
el buen uso de la sintaxis para la construcción del agregado de gasto de consumo.La ECV
divide el consumo de los hogares en componentes5, categorías6 e ítems7, incluyendo comprados
y no comprados8(INEC, 2015). Sin embargo, para los fines de la presente investigación se
realizaron ciertas variaciones a esa metodología (centrado en el análisis del consumo). Las
categorías del agregado del consumo se construyeron de la siguiente manera:
3
Fernández (2002) define la Inflación como un fenómeno de alza pronunciada, continua, generalizada y
desordenada de los precios de bienes y servicios que trae como consecuencia una pérdida sensible del poder
adquisitivo de la unidad monetaria del país.
4
Las sintaxis son archivos de texto con instrucciones de programación en un lenguaje de programación específico,
en este caso, del programa SPSS.
5
Componente alimenticio, el cual considera el gasto en alimentos y bebidas (alcohólicas y no alcohólicas); y no
alimenticio, conformado por productos durables, educación, servicios básicos y otros no alimenticios
6
Categoría: Alimentos, bebidas no alcohólicas, otros no alimentos, servicios básicos, educación, bienes durables
y salud.
7
Cada ítem que se pregunta en el formulario de la ECV (ejemplo: arroz, jugos, tomates, joyas, medicamentos,
etc.)
8
Son aquellos alimentos obtenidos por medio de negocio propio, finca o huerto, jardín o patio, regalo o donación,
trabajo o trueque.
4.1.Variables del componente alimenticio
Alimentos. - Se considera los ítems alimenticios tomados en cuenta por el INEC en las sintaxis
presentadas para el Cálculo de la Pobreza (INEC 2015).
Tabla 1. Variables del componente alimenticio
Categorías
Pescado
Ítems
arroz, pan, fideo, avena, harina de trigo, galleta, maíz, morocho, canguil,
máchica, arroz de cebada, harina de maíz, harina de haba, quinua y harina de
plátano.
carne de res, pollo en presas, pollo entero, carne de chancho, menudencias,
pollo, mortadela, salchicha y vísceras de res.
pescado, sardina, atún, camarones y conchas.
Leche, queso y huevos
huevos, leche en polvo, leche líquida y queso.
Aceites y grasas
aceite vegetal, mantecas, margarina y mantequilla
Pan y cereales
Carne
Frutas
Legumbres-Hortalizas
Aguacate, banano, limón, mandarina, manzana, maracuyá, melón, mora,
naranja, naranjilla, papaya, piña, plátano maduro y verde, tomate de árbol y
uva.
papa, tomate riñón, cebolla paiteña, lenteja, yuca, ajo, zanahoria, pimiento,
choclo, fréjol tierno, cebolla blanca, haba tierna, arveja tierna, frejol seco,
pepinillo, culantro y perejil, lechuga, remolacha, col, melloco, coliflor,
vainita, arveja seca, acelga, chocho, haba seca, rábano, apio
Azúcar, mermelada,
miel, chocolate y dulces
de azúcar
Azúcar, cocoa, chocolate y panela.
Productos alimenticios
Sal, mayonesa, salsa de tomate, mostaza, aliños, condimentos,
alimentos de bebé.
Bebidas no alcohólicas
café, té, refrescos, agua mineral, jugo en conserva y gaseosas
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
4.2.Variables del componente no alimenticio
Otros no alimenticios: En esta categoría existen consumos semanales, mensuales, trimestrales
y anuales que fueron estandarizados a una conversión mensual para tener uniformidad. De
acuerdo a la metodología de cálculo del INEC (2015) dentro de esta categoría se incluye las
siguientes subdivisiones:
Tabla 2. Variables del componente no alimenticio
Categorías
Gastos semanales
Productos para el cuidado
del hogar
Productos y servicios para
el cuidado personal
Servicios para el hogar
Esparcimiento, diversión,
cultura y enseñanza
Otros gastos
Vestido y calzado
Tejidos para el hogar y
otros accesorios
Mantenimiento del
vehículo y repuestos
Electrodomésticos,
muebles, utensilios y
cristalería
Artículos de recreo,
culturales y deportivos
Artículos de joyería y
fantasía
Servicios relacionados con
el transporte y tours
Servicios de alojamiento
Otros gastos anuales
Servicios Profesionales y
seguros
Impuestos y otras
transferencias
Ítems
Periódico, loterías, peajes, alimento de mascotas, entre otras.
Focos, detergente, desinfectantes, papel higiénico, guantes, entre otros.
Corte de cabello, maquillaje, gimnasio, afeitadoras, jabón, pasta de
dientes, cepillos, shampoo, entre otros.
Empleada doméstica, chofer, lavado en agua, entre otros.
DVD, libros, revistas, posters, conciertos, cine, entre otras
Alimentación y/o alojamiento de miembros de este hogar que por
motivos de estudio o trabajo se encuentran fuera del hogar
Telas, prendas de vestir excluyendo uniformes escolares, zapatos, entre
otras.
Cortinas, edredones, floreros, portarretratos, etc.
Reparación, repuestos, etc.
Muebles de comedor, sala, dormitorio, secadora de cabello, plancha,
licuadora, cocina, lavadora y su reparación, entre otras.
Televisor, teléfono, tablet, computadora, instrumentos musicales, entre
otras.
Relojes, aretes, anillos, entre otras.
Fletes, pasajes entre otros.
Hotelería, hosterías, entre otras.
Funerales, fiestas, bautizos, etc.
Servicios financieros, jurídicos, SOAT, entre otros.
Impuestos a la renta, matrícula de vehículos, impuestos por herencia,
pensión de alimentos, entre otras. Adicionalmente se toma en cuenta el
internet y la televisión por cable que consumen los hogares.
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Las siguientes categorías pertenecen al componente no alimenticio, sin embargo, para
evidenciar la estructura del consumo de un hogar con personas con discapacidad, se los
considera aparte:

Bienes durables: aire acondicionado, batidora, bicicleta, cámara de video, cocina,
computadoras, lavadora, plancha, entre otros.



Vivienda y servicios: electricidad, telefonía fija y móvil, arriendo y combustible,
arriendo o uso de una bien de manera temporal, también incluye los pagos de cuotas
para obtener una vivienda propia, entre otros.
Educación: matrículas, cuotas al comité de padres de familia, uniformes, útiles
escolares. Además, se consideran los costos en educación mensual, pensión escolar,
textos escolares, transporte y otras cuotas.
Salud: es una categoría dividida en tres secciones en la ECV, las cuales corresponden
al control de natalidad, embarazo y parto y, otros gastos de salud. En otros gastos de
salud se incluyen los medicamentos, consultas profesionales y no profesionales,
hospitalización, exámenes, imágenes, odontología, dispositivos, seguro privado, entre
otros.
4.3.Ajustes en los valores atípicos y perdidos
En las sintaxis del INEC (2015) se realizan ajustes a los valores atípicos, a los errores de
codificación y a los valores faltantes. Sin embargo, para este estudio, se omitieron todos estos
cambios en las sintaxis del INEC y se realizaron los siguientes ajustes:
Valores Atípicos: Se reemplazó con el valor de la media más 2 desviaciones estándar de cada
ítem cuyo consumo superaba este monto.
Valores Perdidos: Se imputó la media del consumo de cada ítem a los valores perdidos. Un
valor se considera perdido cuando los hogares reportan haber consumido el ítem y no se registra
un valor monetario relacionado a este consumo.
Sin consumo: Cuando el hogar reporta que no consumió el bien, se mantuvo al valor en cero
(0) en cada ítem.
4.4.Ajustes a precios 2021 de los resultados de la ECV
La información de la ECV se levantó de noviembre del 2013 a octubre del 2014, por lo que se
estima que durante el periodo de 2014-2021 los precios pudieron sufrir alteraciones. Para
asegurar la comparabilidad entre los diferentes meses de levantamiento, fue necesaria la
transformación a dólares constantes, lo cual se realizó acorde a los métodos descritos en la
Nota Técnica “Metodología de construcción del agregado del consumo y estimación de línea
de pobreza en el Ecuador”.
Una vez que las variables son comparables (monto del consumo de cada ítem en términos de
dólares de 2014), es necesario ajustar los resultados a precios de 2021, específicamente al mes
de diciembre de 2021. Para esto, se calcula la inflación entre noviembre 2014 y diciembre de
2021 de cada categoría de consumo de la ECV. De manera formal, la inflación para cada
categoría se define como:
𝑻𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒇𝒍𝒂𝒄𝒊ó𝒏 =
𝐼𝑃𝐶𝑑𝑖𝑐2021 − 𝐼𝑃𝐶 𝑛𝑜𝑣2014
𝐼𝑃𝐶 𝑛𝑜𝑣2014
Donde:
IPCdic 2021 = inflación a diciembre 2021
IPCnov 2014 = inflación a noviembre 2014
Acorde a los datos del INEC, la inflación acumulada corresponde al 5,70% (de noviembre
2014 a diciembre 2021); sin embargo, la variación de precios es heterogénea, pues al analizar
a nivel de categorías, esta puede ser positiva o negativa.
Así, la tabla 3 muestra la afectación por categoría, en donde se observa mayor incremento de
precios en salud con el 16,7% y vivienda y servicios con el 12,6%. Por el contrario, los
artefactos para el hogar tuvieron una caída de precios de alrededor del 24%.
Tabla 3. Porcentaje de inflación a 2021 según CCIF
Categoría ECV
Código CCIF
Alimentos
1
Vivienda y Servicios
4
Educación
Bienes Durables
Salud
10
53
6
3
7
8
9
112
Alimentos y bebidas no alcohólicas
Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros
combustibles
Educación
Artefactos para el hogar
Salud
Prendas de vestir y calzado
Muebles, artículos para el hogar y para la
conservación ordinaria del hogar
Transporte
Comunicaciones
Recreación y Cultura
Servicio de alojamiento
12
Bienes y servicios diversos
5
Otros no alimenticios
Descripción CCIF
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Inflación
4,44%
12,02%
12,64%
-23,54%
16,65%
2,23%
5. Resultados
Una vez realizado los ajustes mencionados, se estimó un consumo mensual promedio de un
hogar con personas con discapacidad de alrededor de $802,02 y de un hogar sin personas con
discapacidad es de $902,63. La diferencia promedio del consumo corresponde a $100,61
mensuales, lo que evidencia la dificultad que trae aparejada la discapacidad para cubrir su
consumo en el hogar.
Estos resultados son coherentes con la apreciación de que los hogares con personas con
discapacidad tienen desventajas ante los hogares sin personas con discapacidad, y consecuentes
con otros estudios anteriormente realizados a nivel mundial. Finsterbusch (2017) demostró en
su estudio La extensión de los ajustes razonables en el derecho de las personas en situación
de discapacidad de acuerdo al enfoque social de derechos humanos, que las desventajas y la
discriminación se dan en la salud, el bajo nivel en educación o requerimientos especiales, lo
cual atrae un bajo nivel socioeconómico y bajas oportunidades de desempeñar un trabajo para
cubrir sus necesidades y la de su familia.
Por otro lado, la tabla 4 detalla la estructura del consumo en ambos tipos de hogares, donde se
observa un orden similar en el gasto de alimentación, vivienda y servicios, y salud; esta
estructura va acorde a las características de inelasticidad de los bienes de primera necesidad
(alimentación y servicios básicos); seguido del gasto en las categorías salud. Dentro de la
categoría no alimenticios, los ítems destacados corresponden a vestido y útiles de aseo.
Sin embargo, al analizar el peso del consumo en cada tipo de hogar, se observan diferencias en
alimentación, salud y otros no alimenticios. En relación a la primera, un hogar con personas
con discapacidad consume un 3,72% más que un hogar sin personas con discapacidad, esta
diferencia puede responder a los regímenes de dieta permanente que un hogar con personas
con discapacidad debe realizar para mantener un estilo de vida saludable; consumo especial
que conlleva el gasto en alimentos más onerosos.
En la categoría salud se registra la mayor diferencia de consumo en ambos hogares, pues un
hogar con personas con discapacidad gasta más de cinco puntos porcentuales adicionales que
uno sin personas con discapacidad. Al desagregar por ítems (consulta externa, hospitalización,
laboratorios y medicamentos) se explica los gastos extra que un hogar con personas con
discapacidad debe incurrir para alcanzar un nivel de bienestar estable. En cuanto a la diferencia
en dólares, un hogar con personas con discapacidad dedica a salud/mes una media de $32
dólares adicionales.
Al analizar las cinco primeras categorías de la Tabla 4 (sin incluir otros no alimenticios), el
consumo de los hogares con personas con discapacidad es de $564 y sin personas con
discapacidad de $556. Esta diferencia de apenas $8 dólar se puede entender en términos
económicos debido a un efecto compensación que se produce entre las cinco categorías.
Sin embargo, estos resultados cambian radicalmente al considerar la última categoría (otros no
alimenticios), donde los resultados obtenidos muestran que un hogar sin personas con
discapacidad consume alrededor del 9% adicional en relación a un hogar con personas con
discapacidad; esto en dólares, implica un consumo promedio superior en hogares sin personas
con discapacidad de $108 dólares. Al desagregar esta categoría por ítems se encuentran
diferencias relevantes en vestido, transporte, gasto en diversión, gastos jurídicos y gasto
tributario.
Este mayor gasto se explicaría en razón del estilo de vida “normal” que un hogar sin personas
con discapacidad puede disfrutar al dedicar parte de su consumo a gastos permisivos como
vestido y entretenimiento, pero también a un mayor gasto dedicado al pago de tributos (un
hogar con personas con discapacidad tiene exenciones tributarias importantes).
Tabla 4. Consumo del hogar según la categoría ECV
Categorías
Alimentos
Vivienda y Servicios
Educación
Bienes Durables
Salud
Otros no alimenticios
Total
Con discapacidad
x̄ Consumo*
% Consumo
204,22
25,46%
162,34
20,24%
26,28
3,28%
37,12
4,63%
133,53
16,65%
238,53
29,74%
802,02
100,00%
Sin discapacidad
x̄ Consumo*
% Consumo
196,2
21,74%
176,11
19,51%
35,21
3,90%
47,28
5,24%
101,48
11,24%
346,35
38,37%
902,63
100,00%
Nota*: Consumo promedio expresado en dólares
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Asimismo, la comparación entre el grado de discapacidad y las categorías de consumo (tabla
5) permite observar una tendencia creciente en el costo adicional que un hogar con personas
con discapacidad requiere. Conforme el grado de discapacidad es más alto, más compleja es la
situación familiar, es decir, el hogar incurre en mayores gastos.
Sin embargo, en el escenario de discapacidad completa, el consumo del hogar con personas
con discapacidad disminuye en el 58%. Esto podría entenderse desde el punto de vista de
inmovilidad y ostracismo que una persona con discapacidad máxima se ve abocada a vivir,
además, las personas con este nivel de discapacidad son consideradas personas con
enfermedades catastróficas, que, de acuerdo a la política estatal, tienen atención preferencial
en lo todos los ámbitos públicos, principalmente en salud.
Tabla 5. Consumo según el grado de discapacidad ECV2013-2014
Grado de
discapacidad
Alimentos
Consumo promedio en USD
Vivienda y
Bienes
Educación
Salud
Servicios
Durables
Otros no
alimenticios
Leve
179,59
83,44
4,47
43,78
32,88
49,57
Moderada
187,37
169,36
47,79
32,3
138,04
330,43
Grave
177,91
173,1
42,48
16,22
189,3
299,66
Muy grave
197,71
147,5
39,21
20,38
145,13
169,8
Completa
84,42
67,26
47,63
0
10,76
59,02
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Por último, cabe indicar que los datos que se muestran en la Tabla 6 son referenciales en razón
de que la ECV fue levantada entre los años 2013 y 2014. No obstante, esta data puede aún
brindar una perspectiva sobre el nivel de consumo de los hogares con personas con
discapacidad en aquel momento, y ser útil para realizar ejercicios comparativos con posteriores
aplicaciones de censo o encuestas.
Con esas consideraciones, la Tabla 6 indica las diferencias en los hogares con y sin personas
con discapacidad por percentiles de consumo. Si se observa el primer percentil, que se refiere
a hogares con mayor restricción de consumo, la diferencia en el consumo total promedio entre
un hogar con personas con y sin discapacidad no es relevante.
Desagregando, en el percentil 1, el consumo de un hogar con personas con discapacidad es
mayor por alrededor de un punto porcentual, en alimentación y salud (Ver apéndices 1 y 2).
Por el contrario, este tipo de hogar consume un 28% menos en otros no alimenticios. Se
confirma entonces el patrón de consumo de hogares por personas con discapacidad al priorizar
sus gastos en garantizar la alimentación, servicios básicos y salud.
Más aún, en los percentiles 1 y 2, el consumo del hogar con personas con discapacidad en
alimentación, vivienda y servicios y salud representa más del 80% del consumo total. Al
ampliar el análisis a los cinco primeros percentiles, este promedio baja a 78%9 y en los cinco
últimos, el promedio cae a 60%. Esto es congruente con la disponibilidad de gasto, es decir, a
mayor capacidad de consumo, la representatividad de la alimentación, vivienda y servicios y
salud es mucho menor.
9
Se obtiene del consumo promedio en alimentación, vivienda y servicios y salud, desde el percentil 1 hasta el
percentil 5 de hogares con personas con discapacidad.
Adicionalmente, si consideramos un hogar con personas con discapacidad ubicado en el
percentil uno, la categoría otros no alimenticios representa el 14% del consumo total y un
mismo tipo de hogar ubicado en el percentil diez, representa el 41%. Esté comportamiento se
entiende desde la perspectiva de un hogar con personas con discapacidad y con mayor
capacidad de consumo, al disponer de mayor capacidad para realizar gastos permisivos.
Finalmente, al analizar el gasto en salud, únicamente entre hogares con personas con
discapacidad, se encuentra que los hogares ubicados en el percentil uno y dos gastan una media
de $19 dólares mensuales, mientras que los hogares ubicados entre los percentiles tres al diez
gastan en promedio $184. Esto nos aproxima a una estimación del gasto necesario en salud que
los hogares con personas con discapacidad con mayor restricción de consumo deberían realizar
para alcanzar el nivel de bienestar de los hogares de las mismas características, pero con mayor
capacidad de consumo.
Tabla 6. Consumo total medio por percentil en dólares
Percentil de
consumo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Hogares con Personas
con discapacidad
148,0
267,0
346,9
431,0
521,6
634,0
779,2
994,6
1882,8
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Hogares con personas
sin discapacidad
154,3
264,7
347,5
430,4
521,3
635,0
778,4
993,0
1953,2
6. Conclusiones
De las distintas metodologías revisadas para el análisis del costo de la discapacidad se optó por
el Enfoque de Estándar de Vida centrado en el consumo, dado que facilita, por un lado, la
realización de un ejercicio comparativo entre hogares con personas sin discapacidad y hogares
con personas con discapacidad; y, por otro lado, su aplicación al disponer de la Encuesta de
Condiciones de Vida 2013-2014 que proporciona información detallada sobre los niveles de
vida y consuno de la población.
Como resultado del análisis de datos, se estima que el consumo promedio mensual de un hogar
con al menos un miembro con discapacidad es de $802 dólares, mientras que un hogar sin
personas con discapacidad es de $903 (con precios actualizados a diciembre 2021). La
diferencia promedio de $101 dólares mensuales corresponden al costo de la discapacidad de
un hogar, es decir, lo que un hogar con personas con discapacidad debe cubrir para alcanzar el
nivel de consumo similar a un hogar sin personas con discapacidad. Como menciona
Finsterbusch (2017), aquí se evidencia las desventajas y la discriminación que se da en la salud
o en requerimientos especiales, lo cual atrae un bajo nivel socioeconómico y bajas
oportunidades de desempeñar un trabajo para cubrir sus necesidades y la de su familia.
Cabe mencionar que la estructura del consumo tiene un orden similar entre hogares con
personas con discapacidad y sin personas con discapacidad. No obstante, al comparar el patrón
de gasto por categorías entre estos dos tipos de hogares, se observan diferencias en
alimentación, salud y otros no alimenticios.
Las categorías alimentación y salud en un hogar con personas con discapacidad registran un
consumo promedio adicional del 3,72% y 5,41%, respectivamente. Este consumo adicional
tiene que ver directamente con el gasto dirigido a mantener a la persona con discapacidad con
un nivel de vida estable.
Por otro lado, en la categoría otros no alimenticios se observa la mayor diferencia entre los dos
tipos de hogares. En promedio, se registra un consumo adicional mensual en hogares sin
personas con discapacidad del 9% que corresponde a $108 dólares. Es decir, estos hogares
gastan notablemente más en vestido, vehículos, gasto tributario y gastos judiciales. Pero, desde
el punto de vista de un hogar con personas con discapacidad, este resultado se puede entender
por el efecto sustitución de consumo que se da a través de una sistemática privación material
de gastos permisivos (vestido, entretenimiento) en favor de un consumo en categorías sensibles
a su situación de discapacidad (salud, alimentación). Es decir, el hogar con personas con
discapacidad se encuentra en un permanente ejercicio de priorización de gastos.
Al comparar solo los hogares con discapacidad distribuidos por percentiles de consumo,
respecto de su gasto en salud, se observa que los hogares ubicados en los percentiles uno y dos
requerirían incrementar ocho veces su gasto en salud para alcanzar el nivel de gasto de los
hogares ubicados entre los percentiles tres y diez. Esto podría interpretarse como el consumo
potencial que los hogares en los percentiles 1 y 2 se abstienen de realizar por falta de capacidad
de gasto y también por dedicarlos a bienes de primera necesidad y salud, principalmente.
Finalmente, cabe resaltar, que el estudio realizado corresponde a datos a nivel agregado, por lo
que se consideraría oportuno desarrollar un estudio complementario que permita profundizar
de manera cualitativa los costos de los distintos tipos de discapacidad, el consumo potencial
que requiere un hogar con personas con discapacidad, los efectos de la pandemia del COVID19 en estos hogares, entre otras especificidades.
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8. Apéndices
Apéndice 1. Consumo promedio (USD) del hogar por percentil y categorías
Percentil
de
consumo
Percentil
1
Percentil
2
Percentil
3
Percentil
4
Percentil
5
Percentil
6
Percentil
7
Percentil
8
Percentil
9
Percentil
10
Hogares con
discapacidad
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Sí
No
Alimento
Vivienda
y servicios
Educación
71,17
72,71
134,41
127,59
173,52
158,64
186,21
182,52
213,87
203,92
223,31
215,18
255,9
227,94
269,13
237,97
273,77
261,19
326,15
265,26
57,01
62,18
89,52
88,2
103,4
107,67
122,46
128,78
151,02
150,15
169,05
174,4
197,81
192,81
232,43
229,18
260,61
273,84
336,38
341,13
2,4
3,76
6,97
9,1
12,2
13,93
17,75
19,14
21,02
25,41
24,87
28,96
27,86
37,15
44,51
49,8
54,27
66,74
76,09
94,03
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Nota: Consumo promedio expresado en dólares
Bienes
durables
2,91
3,68
5,58
7,62
8,86
10,47
10,27
14,03
16,23
19,57
25,56
27,72
30,92
39,76
57,49
67,96
103,25
109,15
163,95
165,61
Salud
12,43
10,1
26,75
20,31
36,79
30,84
60,67
38,96
76,33
50,09
106,42
66,86
140,68
90,84
163,89
113,88
257,97
157,78
630,12
420,3
Otros no
alimenticios
23,62
30,31
45,72
56,4
69,59
81,12
96,39
110,97
122,59
148,9
175,93
211,28
229,19
296,43
339,72
416,81
538,46
622,24
1063,1
1435,43
Apéndice 2. Participación del consumo del hogar por categorías y percentiles
Percentil
Hogares con
Vivienda
de
Alimentación
Educación
discapacidad
y servicios
consumo
Si
42%
34%
1%
Percentil
1
No
40%
34%
2%
Si
44%
29%
2%
Percentil
2
No
41%
29%
3%
Si
43%
26%
3%
Percentil
3
No
39%
27%
3%
Si
38%
25%
4%
Percentil
4
No
37%
26%
4%
Si
36%
25%
3%
Percentil
5
No
34%
25%
4%
Si
31%
23%
3%
Percentil
6
No
30%
24%
4%
Si
29%
22%
3%
Percentil
7
No
26%
22%
4%
Si
24%
21%
4%
Percentil
8
No
21%
21%
4%
Si
18%
18%
4%
Percentil
9
No
18%
18%
4%
Si
13%
13%
3%
Percentil
10
No
10%
13%
3%
Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014
Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis
Nota: Porcentaje respecto del consumo total de cada percentil
Bienes
durables
2%
2%
2%
2%
2%
3%
2%
3%
3%
3%
4%
4%
4%
4%
5%
6%
7%
7%
6%
6%
Salud
7%
6%
9%
7%
9%
8%
12%
8%
13%
8%
15%
9%
16%
10%
15%
10%
17%
11%
24%
15%
Otros no
alimenticios
14%
17%
15%
18%
17%
20%
20%
22%
20%
25%
24%
29%
26%
33%
31%
37%
36%
42%
41%
53%
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