COORDINACIÓN GENERAL DE ESTUDIOS Y DATOS DE INCLUSIÓN Dirección de Estudios y Análisis Ministerio de Inclusión Económica y Social Costo de la Discapacidad en el Ecuador Documento de Trabajo Nro. MIES-CGEDI-DEA-2022-02-DT Octubre, 2022 Costo de la Discapacidad en el Ecuador Ecuador, 2022 Autoridades Mgs. Esteban Remigio Bernal Ministro de Inclusión Económica y Social Econ. Karen Viviana Luzardo Alarcón Coordinadora General de Estudios y Datos de Inclusión Soc. María Inés Bastidas López Directora de Estudios y Análisis Autores Diana Alexandra Yánez Arias Víctor Manuel Ávila Noguera Citación recomendada: Ávila, V. y Yánez, D. (2022). Costo de Discapacidad en el Ecuador. Ministerio de Inclusión Económica y Social. Quito. Ecuador. Contenido Contenido ................................................................................................................................................ 3 Lista de Tablas ........................................................................................................................................ 4 Lista de Apéndices .................................................................................................................................. 4 Lista de Abreviaturas .............................................................................................................................. 4 Resumen.................................................................................................................................................. 5 1. Introducción ................................................................................................................................... 6 2. Modelos teóricos de la discapacidad .............................................................................................. 7 2.1. Modelo Tradicional ..................................................................................................................... 7 2.2. Modelo médico ........................................................................................................................... 8 2.3. Modelo social .............................................................................................................................. 8 3. Enfoques para el cálculo del costo de la discapacidad ................................................................. 10 3.1. Enfoque de bienes y servicios ................................................................................................... 11 3.2. Enfoque de bienes y servicios requeridos ................................................................................. 11 3.3. Enfoque de estándar de vida ..................................................................................................... 11 3.4. Enfoque de nivel de vida........................................................................................................... 12 4. Metodología ................................................................................................................................. 13 4.1. Variables del componente alimenticio ...................................................................................... 14 4.2. Variables del componente no alimenticio ................................................................................. 14 4.3. Ajustes en los valores atípicos y perdidos ................................................................................ 16 4.4. Ajustes a precios 2021 de los resultados de la ECV ................................................................. 16 5. Resultados .................................................................................................................................... 18 6. Conclusiones ................................................................................................................................ 22 7. Bibliografía .................................................................................................................................. 24 8. Apéndices ..................................................................................................................................... 27 Lista de Tablas Tabla 1. Variables del componente alimenticio .................................................................................... 14 Tabla 2. Variables del componente no alimenticio ............................................................................... 15 Tabla 3. Porcentaje de inflación a 2021 según CCIF ............................................................................ 17 Tabla 4. Consumo del hogar según la categoría ECV .......................................................................... 19 Tabla 5. Consumo según el grado de discapacidad ECV2013-2014 .................................................... 20 Tabla 6. Consumo medio por percentil en dólares................................................................................ 21 Lista de Apéndices Apéndice 1. Consumo promedio (USD) del hogar por percentil y categorías ...................................... 27 Apéndice 2. Participación del consumo del hogar por categorías y percentiles ................................... 28 Lista de Abreviaturas BM CRPD IPC OIT OMS ONU OPS Banco Mundial Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad Índice de Precios al Consumidor Organización Internacional del Trabajo Organización Mundial de la Salud Organización de las Naciones Unidas Organización Panamericana de la Salud Resumen La discapacidad es un concepto ampliamente debatido y en constante evolución, no obstante, en el Informe Mundial sobre la Discapacidad, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se la define como “todas las deficiencias, las limitaciones para realizar actividades y las restricciones de participación, y se refiere a los aspectos negativos de la interacción entre una persona (que tiene una condición de salud) y los factores contextuales de esa persona (factores ambientales y personales)”. Asimismo, la definición de persona con discapacidad, según se menciona en el artículo 6 de la Ley Orgánica de Discapacidades, se refiere “a toda aquella persona que, como consecuencia de una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, con independencia de la causa que la hubiera originado, ve restringida permanentemente su capacidad biológica, psicológica y asociativa para ejercer una o más actividades esenciales de la vida diaria, en una proporción equivalente al treinta por ciento (30%) de discapacidad, debidamente calificada por la autoridad sanitaria nacional”. Con este marco, el presente estudio pretende brindar insumos para el diseño de políticas públicas dirigidas a la población con algún tipo de discapacidad a través de la identificación del costo de tenerla. Así, posterior a una revisión de metodologías para este cálculo, se optó por el Enfoque de Estándar de Vida, utilizando la Encuesta de Condiciones de Vida 2013-2014. Con ello, se estima la brecha entre el consumo de los hogares que tienen miembros con discapacidad y los hogares que no los tienen, esto es, el esfuerzo que debería realizar un hogar con al menos un miembro con discapacidad para mantener el mismo nivel de bienestar de un hogar cuyos miembros no la tienen. Igualmente, se analiza la estructura del consumo en ambos hogares y sus diferencias, esto con la finalidad de identificar las características de gastos que un hogar con personas con discapacidad debe realizar para atender las necesidades específicas de alimentación, salud, etc. Clasificación JEL: I12, I31, J14 Palabras clave: discapacidad, estilo de vida, costos 1. Introducción El costo de la discapacidad hace relación al costo adicional que deben o que deberían incurrir las personas con discapacidad para alcanzar un nivel de vida equivalente a quienes no la tienen. Cabe destacar que el término equivalente no hace referencia a que las personas vivan de manera idéntica, sino a un nivel mínimo aceptable. Estas personas presentan altas probabilidades de sufrir condiciones sociales y económicas adversas, situación que conlleva vivir escenarios de permanente marginación social. Esta exclusión es sistemática en cuanto a las oportunidades laborales y de generación de sus propios ingresos contribuyendo a caer o mantenerse en niveles de pobreza y pobreza extrema. Según el Banco Mundial (2011), en el trascurso del tiempo se han generado diferentes obstáculos para las personas con discapacidad, por citar, la inaccesibilidad a los entornos físicos, movilidad, la falta de disponibilidad de dispositivos y tecnologías de apoyo, medios de comunicación no adaptadas a su condición, las deficiencias en la prestación de servicios y estigmas sociales discriminatorios; tiene que ver también con la malnutrición, acceso inadecuado a la educación y servicios básicos. En suma, todos estos obstáculos se traducen en gastos que los asumen los hogares, tornándose a la persona con discapacidad en un “costo” para la familia. Cuantificar la brecha de consumo y su costo que enfrentan los hogares con miembros con discapacidad es de particular relevancia para el diseño de políticas públicas. Tener en cuenta estas particularidades contribuyen al cumplimiento de objetivos y metas de desarrollo sostenible. Por otra parte, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD) exige que se proteja el derecho de las personas con discapacidad a mantener un nivel de vida adecuado para ellos y sus familias, salvaguardando su integridad, alimentación, vestimenta y vivienda adecuada con servicios básicos, también, el acceso a la asistencia de protección social. En tal sentido, en Ecuador, las personas con discapacidad y sus familias están amparadas por leyes nacionales como la Constitución de la República, la Ley Orgánica de Discapacidades, el Reglamento de la Ley Orgánica de Discapacidad, la Ley Orgánica de los Consejos Nacionales para la Igualdad. A nivel regional, se cuenta con la Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad. Bajo este contexto, para el desarrollo del presente documento se analiza el marco teórico que sustenta los modelos teóricos de discapacidad, seguido por la revisión de las principales metodologías para estimar los costos de la discapacidad, y, finalmente, la estimación del costo para los hogares que tienen personas con discapacidad. 2. Modelos teóricos de la discapacidad En las últimas décadas los organismos internacionales como las Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con movimientos internacionales de personas con discapacidad han influenciado y liderado el abordaje de la discapacidad a través de iniciativas, acciones, programas, planes y estrategias, dando lugar a modelos teóricos encaminados no solo a la definición del concepto, sino también al fortalecimiento de políticas inclusivas (Dalmeda, M. E. P., & Chhabra, G.,2019) Sin embargo, al analizar las teorías de discapacidad, López Gonzales, M. (2016) menciona la consideración de varios factores, por una parte, si esta surge de la experiencia personal de la discapacidad, si derivan de los profesionales que trabajan directa o indirectamente con estas personas, o si se trata de integrar ambas perspectivas. Otro factor relaciona lo que la gente cree y entiende sobre esta realidad. Finalmente, una tercera dimensión la constituye el propósito y la aplicabilidad de las teorías. Reconocer esta dimensión de la teoría es admitir que todas las teorías tienen un significado político (Sally French, Maureen Gillman y John Swain, citado por López González, M. (2006)). No existe teoría alguna que sea neutra. Toda teoría acerca de la discapacidad aspira a una ‘comprensión social’ compartida, justifica prácticas y criterios determinados y es esencial para el fortalecimiento de las relaciones entre las personas (French, Gillman y Swain, 1997). Existen numerosos modelos teóricos, no obstante, para este estudio, se describirán únicamente tres modelos que permiten observar la evolución de la teoría sobre la discapacidad y que, de alguna manera, han sido el marco de referencia para orientar, investigar e incluir a las personas con discapacidad al entorno social. 2.1. Modelo Tradicional El Modelo Tradicional es el más antiguo y está basado en creencias religiosas. La discapacidad es vista como un defecto causado por un fallo moral o un pecado (Goodley, 2017). Toda la familia pasa vergüenza porque uno de sus miembros tiene una discapacidad, de modo que las familias se ven forzadas a ocultar a esta persona, apartándola de la escuela y excluyéndola de cualquier posibilidad de desempeñar un papel activo en la sociedad (Miles 2002). Para las personas con discapacidad este modelo es particularmente opresivo, genera ostracismo social y autodesprecio (Goodley, 2017). De hecho, al igual que en el modelo médico, “las personas con discapacidad son consideradas biológica y psicológicamente inferiores en comparación con las personas sin discapacidad, y son vistas como víctimas defectuosas y frágiles, lo que convierte a la discapacidad en una tragedia personal” (Shakerpeare T., 2010). Según Stone (1984), el padecimiento de enfermedades se explicaba a través de fuerzas espirituales, y la discapacidad era vista como el castigo de un comportamiento pecaminoso. Será la teoría genética la que explique la causa de enfermedades a través de agentes externos, debilitando así la creencia de la responsabilidad individual y la virtud moral. Así, en el siglo XX, la relevancia de la teoría genética, los avances en la tecnología y diagnóstico, y la fe en la ciencia y la medicina dieron reconocimiento y legitimidad al modelo médico de discapacidad. 2.2.Modelo médico El Modelo Médico pone énfasis en el tratamiento de la discapacidad orientado a conseguir la cura, una mejor adaptación de la persona o un cambio en su conducta situando el problema de la discapacidad dentro del individuo; considera que las causas de dicho problema son el resultado exclusivo de las limitaciones funcionales (Bueno, 2010). Este modelo se basa en el diagnóstico clínico y la categorización, concediéndole el papel primordial a los médicos y profesionales (enfermeras, educadores especiales, expertos en rehabilitación, etc.) que puedan curar este defecto o enfermedad, o que hagan de las personas con discapacidad lo más normales posibles (Oliver M., 1990). Cabe destacar que el modelo médico (rehabilitador o individual) se ha posicionado con un beneficio ya que “han sido los tratamientos médicos que sin duda han mejorado la calidad de vida de muchas personas con discapacidad, de hecho, han salvado muchas vidas” (Linton, 2010). Además, el modelo médico hoy en día sigue influenciando las políticas públicas en cuanto a salud y beneficios sociales, “la presencia de una enfermedad crónica como factor desencadenante de discapacidad debe subrayar la necesidad de mayor atención a las medidas preventivas, mejor previsión de cuidados y tratamientos médicos, mayor previsión para adaptaciones en el hogar, y la necesidad de apoyo económico o social” (Mike Bury, 2008, p. 86). 2.3. Modelo social El Modelo Social se desarrolló como una crítica a los modelos médico y tradicional en razón de que ambos promueven un enfoque individualista que reduce el problema de la discapacidad a una tragedia individual, lo que provoca ostracismo de la persona con discapacidad que será solo tratable mediante la caridad o cuidados médicos (Groodley (2017), citado por (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019)). Para la década de los 70, se desarrolla un nuevo modelo (social) de discapacidad centrada en la distinción entre discapacidad –exclusión social- e impedimento –limitación física-, y la percepción de las personas con discapacidad como parte de la diversidad humana (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019). Dentro del marco del modelo social destacan dos modelos, el británico y el norteamericano, llamado también minoritario. En cuanto al primero, Shakespeare (2010), citado por (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019), enfatiza que el impedimento es individual y privado, mientras la discapacidad es estructural y pública, donde la verdadera prioridad es aceptar el impedimento y eliminar la discapacidad. En el mismo documento, Stein (2007) cita tres postulados de este modelo: los principales problemas que se enfrentan las personas con discapacidad se derivan de las actitudes sociales y no de las limitaciones funcionales; el entorno está conformado y moldeado por las políticas sociales; y, las políticas sociales representan las actitudes y valores prevalecientes en una sociedad democrática. Este mismo autor señala que son los factores externos los que limitan la capacidad funcional del individuo. En relación al modelo minoritario, Goodley (2017), citado por (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019) señala que este modelo es influenciado por activistas de derechos humanos, ex soldados que volvían de la Guerra de Vietnam y asociaciones como los Centros de Vida Independiente de Berkeley, cuya filosofía se basa en la autodeterminación y postulan que las personas con discapacidad son las que mejor saben de sus necesidades y son quienes deben tomar la iniciativa individual y comunitaria. El modelo minoritario reivindica el reconocimiento de la humanidad y la diversidad, más allá de los estrechos confines del mercado laboral y el consumismo. Tom Shakespeare (2010) destaca tres beneficios de los modelos social y minoritario: han sido políticamente efectivos, pues han originado movimientos de reivindicación social; han sido instrumentalmente efectivos al señalar que para la liberación de las personas con discapacidad se deben eliminar las barreras sociales; y, han sido psicológicamente efectivos al mejorar la autoestima y han creado un sentimiento positivo en cuanto a la conciencia de identidad. Finalmente, Martha Nussbaum, citada por (Pérez Dalmeda, M. E., & Chhabra, G., 2019), subraya que “debemos trascender la clasificación binaria de discapacidad/no discapacidad y postular por una categoría universal de discapacidad basada en la personificación y la vulnerabilidad”. Adicionalmente, entre los años ochenta, Deborah Stone postulaba “la necesidad de liberar a la discapacidad como categoría de presiones sociales, políticas, judiciales, médicas y económicas, y proponía que la discapacidad como categoría debía estar en constante expansión.” López González, M. (2016), identifica un elemento común en los debates acerca de la discapacidad relacionado al valor de la diversidad y la necesidad de incorporar la voz de las propias personas con discapacidad, como fuente primordial de una investigación que suscite un discurso orientador al desarrollo de la teoría, y a la vez que persigue la emancipación individual y colectiva. 3. Enfoques para el cálculo del costo de la discapacidad El estudio de los costos de discapacidad tiene un campo de investigación de larga data, como lo muestran las investigaciones lideradas por el Banco Mundial (BM) y organizaciones internacionales para la discapacidad. Es a partir de estos estudios que han ido surgiendo distintos enfoques en referente a la Calidad de Vida1, los cuales priorizan el uso de distintas variables específicas como son los ingresos, costos (directos o indirectos), comparación de costos entre un hogar conformado por miembros con y sin discapacidad, necesidades satisfechas o no satisfechas, etc. En ese marco, la estimación del costo de la discapacidad representa un gran desafío debido a que los métodos para hacerlo son multidimensionales. Por ejemplo, en el Informe Mundial Sobre la Discapacidad elaborado por la OMS y el BM en el año 2011, en su apartado de los costos de la discapacidad, analiza los costos directos (atenciones médicas, transporte, calefacción, servicios de lavandería, alimentación especial, entre otras) y los costos indirectos (relacionados, principalmente, a la imposibilidad de obtener o mantener un empleo por parte de las personas con discapacidad o de sus familias). Otro estudio, por ejemplo, analiza los patrones de consumo de una población con y sin discapacidad, a través del análisis comparativo, donde se identifican los artículos que más gastan las personas con discapacidad. Este enfoque evalúa los costos adicionales en gastos médicos, movilidad y otros que incurren las personas con discapacidad (Matthews y Trustt, 1990, Jones y O´Donnell, 1995 y Mitra, 2006, citado por SETEDIS, 2016). En relación a la priorización de ingresos, el estudio “Una aproximación a los Costos Indirectos de la Discapacidad” desarrollado por la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Colombia en 2005, considera el ingreso de la Encuesta Continua de Hogares, instrumento que mide los cambios en empleo, desempleo y otras variables relacionadas a la fuerza laboral, cuyos resultados muestran la desigualdad de los ingresos entre los hogares con miembros con discapacidad y sin discapacidad, así como, la situación de pobreza de los hogares con discapacidad. A continuación, se describen varios enfoques que permiten apreciar distintos escenarios de análisis, donde se consideran algunos tipos herramientas para el relevamiento de información, así como, la priorización (enfoque) de variables para el análisis y las técnicas de estimación del costo de la discapacidad. La OMS (1994) define la “calidad de vida” como la percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones. 1 3.1.Enfoque de bienes y servicios El enfoque de bienes y servicios (GS) mide directamente el dinero extra gastado debido a una discapacidad a través de entrevistas en profundidad. Hay bienes o servicios que a pesar de ser ocasionales o por una sola vez, se los puede identificar como un costo establecido, por ejemplo, el costo de una silla de ruedas, que, aunque puede ser alto, se puede determinar su valor. Pero, la dificultad radica en obtener detalles sobre cuántas atenciones médicas adicionales son necesarias o su movilización, o si la familia necesita vivir en una parte de la ciudad más accesible, por lo tanto, más costosa. Es decir, generar bienestar a la persona con discapacidad es un factor indeterminable. Además, este método registra sólo lo que se gasta, no lo que se necesita. Por otro lado, una persona puede necesitar un audífono, pero no hay uno disponible o no es algo accesible al presupuesto familiar, o también puede darse el caso de que los familiares no prioricen gastos para la persona con discapacidad, generando una discriminación intrafamiliar que puede llevar a subestimar lo que se necesita para alcanzar un nivel mínimo de bienestar Glejberman (1997). 3.2.Enfoque de bienes y servicios requeridos La aplicación del enfoque de bienes y servicios requeridos (GSR) se la realiza por medio de entrevistas a personas con discapacidad, donde se intenta identificar qué bienes y servicios adicionales necesitan para igualar su calidad de vida en relación a las personas sin discapacidad. Sin embargo, un problema aquí es ¿cómo determinar precios a los bienes o servicios que pueden no estar disponibles?, y ¿cómo se determina que bienes y servicios son necesarios? en casos en los que las personas entrevistadas no los conozcan (Fernández 2003) Un problema con ambos enfoques es que consumen muchos recursos. Requieren muchas entrevistas extensas de personas con discapacidad, que van mucho más allá de lo que pediría una encuesta de hogares típica. Hablando en términos prácticos, no se pueden realizar de manera regular, especialmente, si el interés es contar con una muestra lo suficientemente grande como para ser representativa a nivel nacional o para comparar costos en diferentes regiones del mismo país. 3.3.Enfoque de estándar de vida El enfoque de estándar de vida (SOL) es aplicado, generalmente, a través del uso de encuestas, que pueden ser aquellas que se utilizan para conocer las condiciones de vida. (siempre que incluyan preguntas acerca de las condicionalidades de discapacidad. Esto implica el uso de menos recursos. Por otro lado, este método parte del supuesto de que si los hogares cuyos miembros tienen discapacidad y hogares con miembros sin discapacidad tienen los mismos atributos (región de residencia, nivel de educación, tamaño del hogar, etc.) ahorrarán y acumularán activos al mismo ritmo, una vez que se tengan en cuenta sus necesidades. Además, si se compara estadísticamente a hogares con y sin miembros con discapacidad que tengan los mismos atributos y el mismo nivel de ingresos, entonces cualquier diferencia en sus activos acumulados se debe a que tenían gastos adicionales relacionados con la discapacidad. Mediante técnicas econométricas, las diferencias en los activos poseídos pueden usarse para construir una estimación de los costos adicionales de la discapacidad. La ventaja del método SOL es que con solo agregar preguntas del Grupo Washington (WG) 2 sobre discapacidad a cualquier encuesta de gastos de los hogares se habilitarán estas estimaciones, por lo que no se requiere una encuesta especial, todos los países realizan tales encuestas de forma rutinaria y no se requiere financiación especial o infraestructura estadística, aparte de la voluntad de agregar un breve conjunto de preguntas sobre discapacidad a una encuesta existente. La limitación es que, al igual que con el método GS, sólo se contabiliza lo que se gasta, mas no el costo potencial de la discapacidad. Sin embargo, proporciona una medida basada en evidencia de cómo la discapacidad está afectando actualmente los gastos del hogar (Glejberman 1997). 3.4. Enfoque de nivel de vida El enfoque del nivel de vida es de carácter multidimensional. Según Zaidi, y Burchardt (2005): Se basa en que las personas con discapacidad pueden tener un nivel de vida significativamente menor que otras personas sin discapacidad del mismo nivel de ingresos debido a que sus necesidades son diferentes, tanto porque necesitan una serie de bienes y servicios específicos, como porque necesitan consumar en mayor cantidad (o a un precio mayor) los bienes y servicios de uso general. Los hogares en los que existen miembros con discapacidad han de hacer frente al coste de estos bienes y servicios específicos o adicionales, disminuyendo el consumo de otros bienes y servicios que elevaría el nivel de vida del hogar. Aunque el incremento de los ingresos se traduce en todos los hogares en un incremento del nivel de vida, para lograr un determinado nivel de vida los hogares con miembros con discapacidad necesitan un ingreso mayor (Lara, A. J., 2011, pp 20). Una limitación clave de este enfoque es que asume que las personas con discapacidad y las personas sin discapacidad requieren la misma "canasta" de bienes y servicios para alcanzar un nivel de vida determinado (Tibble 2005). En algunos casos, esto puede ser apropiado (comida y refugio), pero puede no tener en cuenta los elementos únicos que necesitan las personas con 2 Para el Grupo de Washington, la discapacidad implica la interacción del estado funcional de una persona con su desarrollo físico, su entorno sociocultural y de políticas. (WG, 2009). discapacidad (audífonos u otros dispositivos), el uso adicional de elementos comunes (consumo de energía) y los diferentes tipos de artículos (abrelatas eléctrico). Para la medición de los costos de la discapacidad algunos investigadores, defensores y formuladores de políticas a menudo citan estadísticas sobre los ingresos relativos de las personas con y sin discapacidad donde se visualiza la brecha de bienestar y los factores que pueden influir en los hogares a caer o mantenerse bajo la línea de pobreza. 4. Metodología Para la estimación del costo de la discapacidad se ha optado por la metodología del Enfoque de estándar de vida, cuya utilización es cada vez más frecuente, pero también, pertinente en razón de la disponibilidad de la información para su aplicación, como es la Encuesta de Condiciones de Vida 2013-2014, en adelante ECV, misma que se realiza a nivel nacional y que incluye preguntas acerca de la discapacidad, lo que permite comparar a los hogares con discapacidad y hogares sin discapacidad. La ECV presenta el consumo de los hogares dividido en dos componentes i) alimenticio y ii) no alimenticio, cuya desagregación permite conocer la estructura del consumo de los hogares, insumo necesario para estimar el costo de la discapacidad. Cabe indicar que sus resultados siguen siendo útiles en la actualidad, ya que pueden ser ajustados conforme el índice inflacionario3. Por otra parte, para el cálculo del agregado de consumo se utilizó la metodología propuesta por el INEC (2015) a través de ocho (8) archivos de sintaxis4 disponibles, junto con el Manual para el buen uso de la sintaxis para la construcción del agregado de gasto de consumo.La ECV divide el consumo de los hogares en componentes5, categorías6 e ítems7, incluyendo comprados y no comprados8(INEC, 2015). Sin embargo, para los fines de la presente investigación se realizaron ciertas variaciones a esa metodología (centrado en el análisis del consumo). Las categorías del agregado del consumo se construyeron de la siguiente manera: 3 Fernández (2002) define la Inflación como un fenómeno de alza pronunciada, continua, generalizada y desordenada de los precios de bienes y servicios que trae como consecuencia una pérdida sensible del poder adquisitivo de la unidad monetaria del país. 4 Las sintaxis son archivos de texto con instrucciones de programación en un lenguaje de programación específico, en este caso, del programa SPSS. 5 Componente alimenticio, el cual considera el gasto en alimentos y bebidas (alcohólicas y no alcohólicas); y no alimenticio, conformado por productos durables, educación, servicios básicos y otros no alimenticios 6 Categoría: Alimentos, bebidas no alcohólicas, otros no alimentos, servicios básicos, educación, bienes durables y salud. 7 Cada ítem que se pregunta en el formulario de la ECV (ejemplo: arroz, jugos, tomates, joyas, medicamentos, etc.) 8 Son aquellos alimentos obtenidos por medio de negocio propio, finca o huerto, jardín o patio, regalo o donación, trabajo o trueque. 4.1.Variables del componente alimenticio Alimentos. - Se considera los ítems alimenticios tomados en cuenta por el INEC en las sintaxis presentadas para el Cálculo de la Pobreza (INEC 2015). Tabla 1. Variables del componente alimenticio Categorías Pescado Ítems arroz, pan, fideo, avena, harina de trigo, galleta, maíz, morocho, canguil, máchica, arroz de cebada, harina de maíz, harina de haba, quinua y harina de plátano. carne de res, pollo en presas, pollo entero, carne de chancho, menudencias, pollo, mortadela, salchicha y vísceras de res. pescado, sardina, atún, camarones y conchas. Leche, queso y huevos huevos, leche en polvo, leche líquida y queso. Aceites y grasas aceite vegetal, mantecas, margarina y mantequilla Pan y cereales Carne Frutas Legumbres-Hortalizas Aguacate, banano, limón, mandarina, manzana, maracuyá, melón, mora, naranja, naranjilla, papaya, piña, plátano maduro y verde, tomate de árbol y uva. papa, tomate riñón, cebolla paiteña, lenteja, yuca, ajo, zanahoria, pimiento, choclo, fréjol tierno, cebolla blanca, haba tierna, arveja tierna, frejol seco, pepinillo, culantro y perejil, lechuga, remolacha, col, melloco, coliflor, vainita, arveja seca, acelga, chocho, haba seca, rábano, apio Azúcar, mermelada, miel, chocolate y dulces de azúcar Azúcar, cocoa, chocolate y panela. Productos alimenticios Sal, mayonesa, salsa de tomate, mostaza, aliños, condimentos, alimentos de bebé. Bebidas no alcohólicas café, té, refrescos, agua mineral, jugo en conserva y gaseosas Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis 4.2.Variables del componente no alimenticio Otros no alimenticios: En esta categoría existen consumos semanales, mensuales, trimestrales y anuales que fueron estandarizados a una conversión mensual para tener uniformidad. De acuerdo a la metodología de cálculo del INEC (2015) dentro de esta categoría se incluye las siguientes subdivisiones: Tabla 2. Variables del componente no alimenticio Categorías Gastos semanales Productos para el cuidado del hogar Productos y servicios para el cuidado personal Servicios para el hogar Esparcimiento, diversión, cultura y enseñanza Otros gastos Vestido y calzado Tejidos para el hogar y otros accesorios Mantenimiento del vehículo y repuestos Electrodomésticos, muebles, utensilios y cristalería Artículos de recreo, culturales y deportivos Artículos de joyería y fantasía Servicios relacionados con el transporte y tours Servicios de alojamiento Otros gastos anuales Servicios Profesionales y seguros Impuestos y otras transferencias Ítems Periódico, loterías, peajes, alimento de mascotas, entre otras. Focos, detergente, desinfectantes, papel higiénico, guantes, entre otros. Corte de cabello, maquillaje, gimnasio, afeitadoras, jabón, pasta de dientes, cepillos, shampoo, entre otros. Empleada doméstica, chofer, lavado en agua, entre otros. DVD, libros, revistas, posters, conciertos, cine, entre otras Alimentación y/o alojamiento de miembros de este hogar que por motivos de estudio o trabajo se encuentran fuera del hogar Telas, prendas de vestir excluyendo uniformes escolares, zapatos, entre otras. Cortinas, edredones, floreros, portarretratos, etc. Reparación, repuestos, etc. Muebles de comedor, sala, dormitorio, secadora de cabello, plancha, licuadora, cocina, lavadora y su reparación, entre otras. Televisor, teléfono, tablet, computadora, instrumentos musicales, entre otras. Relojes, aretes, anillos, entre otras. Fletes, pasajes entre otros. Hotelería, hosterías, entre otras. Funerales, fiestas, bautizos, etc. Servicios financieros, jurídicos, SOAT, entre otros. Impuestos a la renta, matrícula de vehículos, impuestos por herencia, pensión de alimentos, entre otras. Adicionalmente se toma en cuenta el internet y la televisión por cable que consumen los hogares. Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Las siguientes categorías pertenecen al componente no alimenticio, sin embargo, para evidenciar la estructura del consumo de un hogar con personas con discapacidad, se los considera aparte: Bienes durables: aire acondicionado, batidora, bicicleta, cámara de video, cocina, computadoras, lavadora, plancha, entre otros. Vivienda y servicios: electricidad, telefonía fija y móvil, arriendo y combustible, arriendo o uso de una bien de manera temporal, también incluye los pagos de cuotas para obtener una vivienda propia, entre otros. Educación: matrículas, cuotas al comité de padres de familia, uniformes, útiles escolares. Además, se consideran los costos en educación mensual, pensión escolar, textos escolares, transporte y otras cuotas. Salud: es una categoría dividida en tres secciones en la ECV, las cuales corresponden al control de natalidad, embarazo y parto y, otros gastos de salud. En otros gastos de salud se incluyen los medicamentos, consultas profesionales y no profesionales, hospitalización, exámenes, imágenes, odontología, dispositivos, seguro privado, entre otros. 4.3.Ajustes en los valores atípicos y perdidos En las sintaxis del INEC (2015) se realizan ajustes a los valores atípicos, a los errores de codificación y a los valores faltantes. Sin embargo, para este estudio, se omitieron todos estos cambios en las sintaxis del INEC y se realizaron los siguientes ajustes: Valores Atípicos: Se reemplazó con el valor de la media más 2 desviaciones estándar de cada ítem cuyo consumo superaba este monto. Valores Perdidos: Se imputó la media del consumo de cada ítem a los valores perdidos. Un valor se considera perdido cuando los hogares reportan haber consumido el ítem y no se registra un valor monetario relacionado a este consumo. Sin consumo: Cuando el hogar reporta que no consumió el bien, se mantuvo al valor en cero (0) en cada ítem. 4.4.Ajustes a precios 2021 de los resultados de la ECV La información de la ECV se levantó de noviembre del 2013 a octubre del 2014, por lo que se estima que durante el periodo de 2014-2021 los precios pudieron sufrir alteraciones. Para asegurar la comparabilidad entre los diferentes meses de levantamiento, fue necesaria la transformación a dólares constantes, lo cual se realizó acorde a los métodos descritos en la Nota Técnica “Metodología de construcción del agregado del consumo y estimación de línea de pobreza en el Ecuador”. Una vez que las variables son comparables (monto del consumo de cada ítem en términos de dólares de 2014), es necesario ajustar los resultados a precios de 2021, específicamente al mes de diciembre de 2021. Para esto, se calcula la inflación entre noviembre 2014 y diciembre de 2021 de cada categoría de consumo de la ECV. De manera formal, la inflación para cada categoría se define como: 𝑻𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒇𝒍𝒂𝒄𝒊ó𝒏 = 𝐼𝑃𝐶𝑑𝑖𝑐2021 − 𝐼𝑃𝐶 𝑛𝑜𝑣2014 𝐼𝑃𝐶 𝑛𝑜𝑣2014 Donde: IPCdic 2021 = inflación a diciembre 2021 IPCnov 2014 = inflación a noviembre 2014 Acorde a los datos del INEC, la inflación acumulada corresponde al 5,70% (de noviembre 2014 a diciembre 2021); sin embargo, la variación de precios es heterogénea, pues al analizar a nivel de categorías, esta puede ser positiva o negativa. Así, la tabla 3 muestra la afectación por categoría, en donde se observa mayor incremento de precios en salud con el 16,7% y vivienda y servicios con el 12,6%. Por el contrario, los artefactos para el hogar tuvieron una caída de precios de alrededor del 24%. Tabla 3. Porcentaje de inflación a 2021 según CCIF Categoría ECV Código CCIF Alimentos 1 Vivienda y Servicios 4 Educación Bienes Durables Salud 10 53 6 3 7 8 9 112 Alimentos y bebidas no alcohólicas Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles Educación Artefactos para el hogar Salud Prendas de vestir y calzado Muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar Transporte Comunicaciones Recreación y Cultura Servicio de alojamiento 12 Bienes y servicios diversos 5 Otros no alimenticios Descripción CCIF Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Inflación 4,44% 12,02% 12,64% -23,54% 16,65% 2,23% 5. Resultados Una vez realizado los ajustes mencionados, se estimó un consumo mensual promedio de un hogar con personas con discapacidad de alrededor de $802,02 y de un hogar sin personas con discapacidad es de $902,63. La diferencia promedio del consumo corresponde a $100,61 mensuales, lo que evidencia la dificultad que trae aparejada la discapacidad para cubrir su consumo en el hogar. Estos resultados son coherentes con la apreciación de que los hogares con personas con discapacidad tienen desventajas ante los hogares sin personas con discapacidad, y consecuentes con otros estudios anteriormente realizados a nivel mundial. Finsterbusch (2017) demostró en su estudio La extensión de los ajustes razonables en el derecho de las personas en situación de discapacidad de acuerdo al enfoque social de derechos humanos, que las desventajas y la discriminación se dan en la salud, el bajo nivel en educación o requerimientos especiales, lo cual atrae un bajo nivel socioeconómico y bajas oportunidades de desempeñar un trabajo para cubrir sus necesidades y la de su familia. Por otro lado, la tabla 4 detalla la estructura del consumo en ambos tipos de hogares, donde se observa un orden similar en el gasto de alimentación, vivienda y servicios, y salud; esta estructura va acorde a las características de inelasticidad de los bienes de primera necesidad (alimentación y servicios básicos); seguido del gasto en las categorías salud. Dentro de la categoría no alimenticios, los ítems destacados corresponden a vestido y útiles de aseo. Sin embargo, al analizar el peso del consumo en cada tipo de hogar, se observan diferencias en alimentación, salud y otros no alimenticios. En relación a la primera, un hogar con personas con discapacidad consume un 3,72% más que un hogar sin personas con discapacidad, esta diferencia puede responder a los regímenes de dieta permanente que un hogar con personas con discapacidad debe realizar para mantener un estilo de vida saludable; consumo especial que conlleva el gasto en alimentos más onerosos. En la categoría salud se registra la mayor diferencia de consumo en ambos hogares, pues un hogar con personas con discapacidad gasta más de cinco puntos porcentuales adicionales que uno sin personas con discapacidad. Al desagregar por ítems (consulta externa, hospitalización, laboratorios y medicamentos) se explica los gastos extra que un hogar con personas con discapacidad debe incurrir para alcanzar un nivel de bienestar estable. En cuanto a la diferencia en dólares, un hogar con personas con discapacidad dedica a salud/mes una media de $32 dólares adicionales. Al analizar las cinco primeras categorías de la Tabla 4 (sin incluir otros no alimenticios), el consumo de los hogares con personas con discapacidad es de $564 y sin personas con discapacidad de $556. Esta diferencia de apenas $8 dólar se puede entender en términos económicos debido a un efecto compensación que se produce entre las cinco categorías. Sin embargo, estos resultados cambian radicalmente al considerar la última categoría (otros no alimenticios), donde los resultados obtenidos muestran que un hogar sin personas con discapacidad consume alrededor del 9% adicional en relación a un hogar con personas con discapacidad; esto en dólares, implica un consumo promedio superior en hogares sin personas con discapacidad de $108 dólares. Al desagregar esta categoría por ítems se encuentran diferencias relevantes en vestido, transporte, gasto en diversión, gastos jurídicos y gasto tributario. Este mayor gasto se explicaría en razón del estilo de vida “normal” que un hogar sin personas con discapacidad puede disfrutar al dedicar parte de su consumo a gastos permisivos como vestido y entretenimiento, pero también a un mayor gasto dedicado al pago de tributos (un hogar con personas con discapacidad tiene exenciones tributarias importantes). Tabla 4. Consumo del hogar según la categoría ECV Categorías Alimentos Vivienda y Servicios Educación Bienes Durables Salud Otros no alimenticios Total Con discapacidad x̄ Consumo* % Consumo 204,22 25,46% 162,34 20,24% 26,28 3,28% 37,12 4,63% 133,53 16,65% 238,53 29,74% 802,02 100,00% Sin discapacidad x̄ Consumo* % Consumo 196,2 21,74% 176,11 19,51% 35,21 3,90% 47,28 5,24% 101,48 11,24% 346,35 38,37% 902,63 100,00% Nota*: Consumo promedio expresado en dólares Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Asimismo, la comparación entre el grado de discapacidad y las categorías de consumo (tabla 5) permite observar una tendencia creciente en el costo adicional que un hogar con personas con discapacidad requiere. Conforme el grado de discapacidad es más alto, más compleja es la situación familiar, es decir, el hogar incurre en mayores gastos. Sin embargo, en el escenario de discapacidad completa, el consumo del hogar con personas con discapacidad disminuye en el 58%. Esto podría entenderse desde el punto de vista de inmovilidad y ostracismo que una persona con discapacidad máxima se ve abocada a vivir, además, las personas con este nivel de discapacidad son consideradas personas con enfermedades catastróficas, que, de acuerdo a la política estatal, tienen atención preferencial en lo todos los ámbitos públicos, principalmente en salud. Tabla 5. Consumo según el grado de discapacidad ECV2013-2014 Grado de discapacidad Alimentos Consumo promedio en USD Vivienda y Bienes Educación Salud Servicios Durables Otros no alimenticios Leve 179,59 83,44 4,47 43,78 32,88 49,57 Moderada 187,37 169,36 47,79 32,3 138,04 330,43 Grave 177,91 173,1 42,48 16,22 189,3 299,66 Muy grave 197,71 147,5 39,21 20,38 145,13 169,8 Completa 84,42 67,26 47,63 0 10,76 59,02 Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Por último, cabe indicar que los datos que se muestran en la Tabla 6 son referenciales en razón de que la ECV fue levantada entre los años 2013 y 2014. No obstante, esta data puede aún brindar una perspectiva sobre el nivel de consumo de los hogares con personas con discapacidad en aquel momento, y ser útil para realizar ejercicios comparativos con posteriores aplicaciones de censo o encuestas. Con esas consideraciones, la Tabla 6 indica las diferencias en los hogares con y sin personas con discapacidad por percentiles de consumo. Si se observa el primer percentil, que se refiere a hogares con mayor restricción de consumo, la diferencia en el consumo total promedio entre un hogar con personas con y sin discapacidad no es relevante. Desagregando, en el percentil 1, el consumo de un hogar con personas con discapacidad es mayor por alrededor de un punto porcentual, en alimentación y salud (Ver apéndices 1 y 2). Por el contrario, este tipo de hogar consume un 28% menos en otros no alimenticios. Se confirma entonces el patrón de consumo de hogares por personas con discapacidad al priorizar sus gastos en garantizar la alimentación, servicios básicos y salud. Más aún, en los percentiles 1 y 2, el consumo del hogar con personas con discapacidad en alimentación, vivienda y servicios y salud representa más del 80% del consumo total. Al ampliar el análisis a los cinco primeros percentiles, este promedio baja a 78%9 y en los cinco últimos, el promedio cae a 60%. Esto es congruente con la disponibilidad de gasto, es decir, a mayor capacidad de consumo, la representatividad de la alimentación, vivienda y servicios y salud es mucho menor. 9 Se obtiene del consumo promedio en alimentación, vivienda y servicios y salud, desde el percentil 1 hasta el percentil 5 de hogares con personas con discapacidad. Adicionalmente, si consideramos un hogar con personas con discapacidad ubicado en el percentil uno, la categoría otros no alimenticios representa el 14% del consumo total y un mismo tipo de hogar ubicado en el percentil diez, representa el 41%. Esté comportamiento se entiende desde la perspectiva de un hogar con personas con discapacidad y con mayor capacidad de consumo, al disponer de mayor capacidad para realizar gastos permisivos. Finalmente, al analizar el gasto en salud, únicamente entre hogares con personas con discapacidad, se encuentra que los hogares ubicados en el percentil uno y dos gastan una media de $19 dólares mensuales, mientras que los hogares ubicados entre los percentiles tres al diez gastan en promedio $184. Esto nos aproxima a una estimación del gasto necesario en salud que los hogares con personas con discapacidad con mayor restricción de consumo deberían realizar para alcanzar el nivel de bienestar de los hogares de las mismas características, pero con mayor capacidad de consumo. Tabla 6. Consumo total medio por percentil en dólares Percentil de consumo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Hogares con Personas con discapacidad 148,0 267,0 346,9 431,0 521,6 634,0 779,2 994,6 1882,8 Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Hogares con personas sin discapacidad 154,3 264,7 347,5 430,4 521,3 635,0 778,4 993,0 1953,2 6. Conclusiones De las distintas metodologías revisadas para el análisis del costo de la discapacidad se optó por el Enfoque de Estándar de Vida centrado en el consumo, dado que facilita, por un lado, la realización de un ejercicio comparativo entre hogares con personas sin discapacidad y hogares con personas con discapacidad; y, por otro lado, su aplicación al disponer de la Encuesta de Condiciones de Vida 2013-2014 que proporciona información detallada sobre los niveles de vida y consuno de la población. Como resultado del análisis de datos, se estima que el consumo promedio mensual de un hogar con al menos un miembro con discapacidad es de $802 dólares, mientras que un hogar sin personas con discapacidad es de $903 (con precios actualizados a diciembre 2021). La diferencia promedio de $101 dólares mensuales corresponden al costo de la discapacidad de un hogar, es decir, lo que un hogar con personas con discapacidad debe cubrir para alcanzar el nivel de consumo similar a un hogar sin personas con discapacidad. Como menciona Finsterbusch (2017), aquí se evidencia las desventajas y la discriminación que se da en la salud o en requerimientos especiales, lo cual atrae un bajo nivel socioeconómico y bajas oportunidades de desempeñar un trabajo para cubrir sus necesidades y la de su familia. Cabe mencionar que la estructura del consumo tiene un orden similar entre hogares con personas con discapacidad y sin personas con discapacidad. No obstante, al comparar el patrón de gasto por categorías entre estos dos tipos de hogares, se observan diferencias en alimentación, salud y otros no alimenticios. Las categorías alimentación y salud en un hogar con personas con discapacidad registran un consumo promedio adicional del 3,72% y 5,41%, respectivamente. Este consumo adicional tiene que ver directamente con el gasto dirigido a mantener a la persona con discapacidad con un nivel de vida estable. Por otro lado, en la categoría otros no alimenticios se observa la mayor diferencia entre los dos tipos de hogares. En promedio, se registra un consumo adicional mensual en hogares sin personas con discapacidad del 9% que corresponde a $108 dólares. Es decir, estos hogares gastan notablemente más en vestido, vehículos, gasto tributario y gastos judiciales. Pero, desde el punto de vista de un hogar con personas con discapacidad, este resultado se puede entender por el efecto sustitución de consumo que se da a través de una sistemática privación material de gastos permisivos (vestido, entretenimiento) en favor de un consumo en categorías sensibles a su situación de discapacidad (salud, alimentación). Es decir, el hogar con personas con discapacidad se encuentra en un permanente ejercicio de priorización de gastos. Al comparar solo los hogares con discapacidad distribuidos por percentiles de consumo, respecto de su gasto en salud, se observa que los hogares ubicados en los percentiles uno y dos requerirían incrementar ocho veces su gasto en salud para alcanzar el nivel de gasto de los hogares ubicados entre los percentiles tres y diez. Esto podría interpretarse como el consumo potencial que los hogares en los percentiles 1 y 2 se abstienen de realizar por falta de capacidad de gasto y también por dedicarlos a bienes de primera necesidad y salud, principalmente. Finalmente, cabe resaltar, que el estudio realizado corresponde a datos a nivel agregado, por lo que se consideraría oportuno desarrollar un estudio complementario que permita profundizar de manera cualitativa los costos de los distintos tipos de discapacidad, el consumo potencial que requiere un hogar con personas con discapacidad, los efectos de la pandemia del COVID19 en estos hogares, entre otras especificidades. 7. 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Consumo promedio (USD) del hogar por percentil y categorías Percentil de consumo Percentil 1 Percentil 2 Percentil 3 Percentil 4 Percentil 5 Percentil 6 Percentil 7 Percentil 8 Percentil 9 Percentil 10 Hogares con discapacidad Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Alimento Vivienda y servicios Educación 71,17 72,71 134,41 127,59 173,52 158,64 186,21 182,52 213,87 203,92 223,31 215,18 255,9 227,94 269,13 237,97 273,77 261,19 326,15 265,26 57,01 62,18 89,52 88,2 103,4 107,67 122,46 128,78 151,02 150,15 169,05 174,4 197,81 192,81 232,43 229,18 260,61 273,84 336,38 341,13 2,4 3,76 6,97 9,1 12,2 13,93 17,75 19,14 21,02 25,41 24,87 28,96 27,86 37,15 44,51 49,8 54,27 66,74 76,09 94,03 Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Nota: Consumo promedio expresado en dólares Bienes durables 2,91 3,68 5,58 7,62 8,86 10,47 10,27 14,03 16,23 19,57 25,56 27,72 30,92 39,76 57,49 67,96 103,25 109,15 163,95 165,61 Salud 12,43 10,1 26,75 20,31 36,79 30,84 60,67 38,96 76,33 50,09 106,42 66,86 140,68 90,84 163,89 113,88 257,97 157,78 630,12 420,3 Otros no alimenticios 23,62 30,31 45,72 56,4 69,59 81,12 96,39 110,97 122,59 148,9 175,93 211,28 229,19 296,43 339,72 416,81 538,46 622,24 1063,1 1435,43 Apéndice 2. Participación del consumo del hogar por categorías y percentiles Percentil Hogares con Vivienda de Alimentación Educación discapacidad y servicios consumo Si 42% 34% 1% Percentil 1 No 40% 34% 2% Si 44% 29% 2% Percentil 2 No 41% 29% 3% Si 43% 26% 3% Percentil 3 No 39% 27% 3% Si 38% 25% 4% Percentil 4 No 37% 26% 4% Si 36% 25% 3% Percentil 5 No 34% 25% 4% Si 31% 23% 3% Percentil 6 No 30% 24% 4% Si 29% 22% 3% Percentil 7 No 26% 22% 4% Si 24% 21% 4% Percentil 8 No 21% 21% 4% Si 18% 18% 4% Percentil 9 No 18% 18% 4% Si 13% 13% 3% Percentil 10 No 10% 13% 3% Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida 2014 Elaboración: Dirección de Estudios y Análisis Nota: Porcentaje respecto del consumo total de cada percentil Bienes durables 2% 2% 2% 2% 2% 3% 2% 3% 3% 3% 4% 4% 4% 4% 5% 6% 7% 7% 6% 6% Salud 7% 6% 9% 7% 9% 8% 12% 8% 13% 8% 15% 9% 16% 10% 15% 10% 17% 11% 24% 15% Otros no alimenticios 14% 17% 15% 18% 17% 20% 20% 22% 20% 25% 24% 29% 26% 33% 31% 37% 36% 42% 41% 53%