AVANCES Y RETOS EN EL SERVICIO SOCIAL: UNA MIRADA DESDE LO INSTITUCIONAL* Erika Duque Betancur** Ponencia presentada el 28 de mayo de 2014 en el marco del evento: “Reflexiones y aportes del servicio social para la reconciliación y la construcción de Paz” llevado a cabo por la Agencia Colombiana para la Reintegración - Oficina Cundinamarca Norte. El Sistema de Acompañamiento, Monitoreo y Evaluación (SAME), es un proyecto de la Organización Internacional para las Migraciones - OIM, que se inscribe en el marco del Programa de Reintegración Comunitaria, como parte de la estrategia de cooperación internacional técnica y financiera al proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), en el país. Para iniciar con esta ponencia, a partir de las preguntas orientadoras remitidas por las Asesoras de la Agencia Colombiana para la Reintegración - ACR, les diré que el trabajo con Personas en Proceso de Reintegración (PPR) ha significado institucionalmente para la OIM en Colombia, en primer lugar en el enriquecimiento de su Mandato, el cual se relaciona con el principio de que la migración en condiciones humanas y en forma ordenada beneficia a los migrantes y a la sociedad1. Sin embargo, las características del contexto colombiano, fuertemente definidas por un conflicto armado interno, han generado en la misión de la OIM en el país, el planteamiento de un objetivo principal relacionado con la “contribución a la construcción de la paz en Colombia y a la generación de soluciones integrales y sostenibles para los migrantes y comunidades vulnerables”2. Si bien, al pensar en temas como migración, trata de personas y gestión del riesgo por ejemplo, se hace una relación directa con la OIM, el objetivo principal de la organización en nuestro país también plantea un trabajo relacionado con la prevención a la vulneración de derechos y la atención, asistencia y reparación integral y diferencial a las víctimas y un trabajo en el apoyo para el diseño y puesta en marcha de iniciativas de reconciliación y búsqueda de la paz. Para el logro ese último objetivo mencionado, se han diseñado estrategias como: • El apoyo al gobierno en los procesos de reintegración de población desmovilizada. * Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la OIM. ** Socióloga. Coordinadora Regional SAME – OIM Oficinas Bogotá, Cundinamarca, Boyacá, Orinoquía-Amazonía y Punto de Atención Putumayo de la Agencia Colombiana para la Reintegración 1 http://www.oim.org.co/ 2 http://www.oim.org.co/quienes-somos/oim-en-colombia/objetivos-estrategicos.html • El fortalecimiento de las instituciones encargadas de la implementación de la Ley de Justicia y Paz y Leyes de Justicia Transicional. • El fortalecimiento de las capacidades del Gobierno colombiano, Sociedad Civil y comunidades, para la promoción y desarrollo de iniciativas de paz. • Y, el apoyo a las comunidades, autoridades locales y sociedad civil en el desarrollo de iniciativas de convivencia y reconciliación. Esta última estrategia es la que nos convoca a todos hoy en este espacio; y ante la segunda parte de la pregunta orientadora: “Cuál es la invitación a las instituciones para que apoyen el proceso de reintegración y los escenarios de reconciliación”, yo plantearía que, más que una invitación o una opción de trabajo, esto hace parte de una responsabilidad institucional y social, de un deber por el cual estamos vinculados a estas instituciones, de una responsabilidad compartida o corresponsabilidad que nos es común a todos como lo es la obligación y compromiso de construcción social y de paz. Sobre el tema del Servicio Social (SS) en específico, como uno de los elementos de la reconciliación, no el único, considero que se deben destacar varios elementos pertinentes: por un lado, que vinculó desde la Ley (1424 de 2010), a la comunidad y a las víctimas con el proceso de reintegración; a partir de actividades para el resarcimiento de un daño (desde aquí nos orientamos hacia la construcción de paz). Los equipos SAME Regionales, realizan un ejercicio de encuesta a las PPR previo al inicio de cualquier acción de servicio social, en la cual se indagan los conocimientos y las percepciones sobre este proceso. Uno de los hallazgos fundamentales para el caso de Bogotá3, un excelente punto de partida para la reconciliación es que casi en su totalidad las PPR reconocen que el SS es una posibilidad para resarcir el daño causado por su accionar dentro de un grupo armado. Esto es un buen comienzo. El otro actor, fundamental para la reconciliación, la comunidad, se inscribe en este proceso brindando la posibilidad y los escenarios para la puesta en marcha del servicio. Es un paso fundamental que la comunidad le abra sus puertas a las PPR, les permita hacer presencia, y en ese sentido, se habla de posibilidades más que de rechazos. Esto habla de una voluntad de reconciliación hacia la paz tanto de PPR como de comunidad. Continuamos bien el proceso. 3 El Equipo SAME Bogotá y Regiones está conformado por: Lucy González, Trabajadora Social; Manuel Ardila, Abogado; Mauricio Retamozo, Administrador de Negocios; Luisa Herrera, Trabajadora Social; Aura Cabrera, Politóloga, Jennifer González, Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, Ginette Urrego y Johanna Lozano, Politólogas. Contamos con dos pasos iniciales fundamentales, sin embargo aún nos falta desarrollar el escenario para la reconciliación. Ésta, la reconciliación, no es una situación de fácil acceso, se fundamenta en la construcción o reconstrucción de relaciones y vínculos sociales basados en la confianza y cooperación de los ciudadanos, con las instituciones y con las comunidades; implica recordar, reconocer y reflexionar sobre el pasado para construir un futuro común y forjar actitudes de tolerancia y respeto por el otro. Hasta ahora, la reconciliación ha sido un tema de comunidades y poblaciones fuertemente golpeadas por la guerra y cuya única estrategia para continuar es reconciliarse (casos Montes de María, Trujillo-Valle, comunidades indígenas, comunidad de paz de San José de Apartadó, Catatumbo); pero que como tal siguen siendo eso, experiencias… aisladas, singulares. La reintegración y reconciliación deben ser llevadas hacia la condición de política pública. Movilizadas a través de todas las estrategias que convierten a un tema de interés en un tema de agenda pública. Y estamos en un momento importante en el país para hacerlo. Trabajar en el proceso de reintegración y en la construcción de escenarios de reconciliación, debe ser una apuesta para concitar una voluntad de toda la sociedad y de sus expresiones políticas. Dar visibilidad a estos procesos de servicio social y reconciliación, implica continuar en la construcción y transmisión de mensajes a la sociedad. Se ha avanzado primero en el tema de la desmovilización, posteriormente el de la reintegración, sin embargo todo el énfasis se ha puesto en el individuo que se desmoviliza, que está en proceso de reintegración: su decisión, su compromiso, su apuesta. Nuestro rol como sociedad e instituciones, en la mayoría de los casos, ha sido de espectadores, un rol en muchos casos pasivo, en otros, de rechazo. Cambiar ese enfoque y atreverse a construir otros mensajes, involucrar a una comunidad apática y desinteresada (por las razones que sea, válidas o no), es un RETO gigantesco, pero puede ayudarnos. Finalmente, a partir de nuestra experiencia como equipo SAME en el desarrollo de acciones de servicio social con la ACR, podemos plantear como reflexiones del proceso lo siguiente: La Formulación de una acción de servicio social es un proceso serio y riguroso que inicia desde que se concitan todos los actores pertinentes: Comunidad, instituciones locales, personas en proceso de reintegración, ACR y Cooperantes técnicos y financieros. La Concertación para la identificación de una necesidad comunitaria, vehículo para el desarrollo del servicio social, se constituye en un ejercicio deliberativo, una especie de taller democrático, en donde se establece la pertinencia y el beneficio colectivo. Para este proceso es indispensable que las PPR estén fuertemente sensibilizadas sobre la importancia del servicio social. Sin embargo, encontramos grandes retos en el desarrollo de la ASS: La vinculación de la comunidad sigue siendo uno de los aspectos más complejos, a pesar del ejercicio previo. La participación comunitaria, el trabajo colaborativo, siguen siendo muy bajos. Cabría preguntarnos si ¿nuestros niveles de asociatividad son bajos como país? El proyecto de servicio social es joven y está recorriendo un camino y acopiando aprendizajes, demostrando éxito en experiencias con comunidades pequeñas y con sectores vulnerables (cautivos por decirlo de alguna forma), como hogares de adultos mayores, instituciones educativas en labores de embellecimiento… sin embargo, el SS no se debe confinar a estos espacios. Se debe buscar aprovechar todo su potencial de transformación social en todos los niveles. El servicio social más que un contenido, es un vehículo para lograr, entre otras cosas: 1. El Reconocimiento del OTRO como un similar. Un ser humano similar. No condenarlo a una etiqueta: desmovilizado, ex combatiente, sino un semejante. A partir de esto, vencer prejuicios y dar pasos iniciales hacia la reconciliación. 2. El diálogo entre actores usualmente excluidos: PPR – comunidades vulnerables. Un dialogo que no es asimétrico desde el poder sino un diálogo que se establece desde posiciones diversas para identificar problemáticas comunes. Nos queda continuar avanzando en el proceso, identificar sus fortalezas y potencialidades, vincular cada vez más a una mayor cantidad de instituciones, comunidad organizada, personas en proceso reintegración y aliados que queramos continuar construyendo el difícil pero único camino posible de la reconciliación.