Subido por MARCO AGUILAR

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EL CAMINO A CRISTO
Capítulo 1
AMOR SUPREMO
Por medio de la naturaleza Dios manifiesta su grande amor hacia nosotros de
manera visual y tangible. Por medio de su palabra nos muestra su amor a través
de la historia de la humanidad. Mas sin embargo, fue la encarnación de su
amado Hijo quien nos mostró la evidencia suprema de “Dios con nosotros”.
Jesús hizo manifiesto su amor por medio de sus principios prácticos y vivos,
también nos mostró una clara forma de relación con los diversos tipos de
personas y en medio de un mundo agobiado por el maligno, sanó las dolencias
de los hombres. Y cuando hubo realizado toda su obra de amor, se dio a sí
mismo para garantizar nuestro rescate, resurrección y acceso al cielo por medio
de Él, a quien rendimos honra y gloria.
Capítulo II
LA MÁS URGENTE NECESIDAD DEL HOMBRE
Salido de la mano del Altísimo el hombre era perfecto, imagen de Dios, pero
Satanás desfiguró la magnífica obra de la creación; ahora estamos tan llenos de
pecado, y malos hábitos. Cristo es nuestra única solución El es la escalera que
une el cielo con este mundo, es quien puede transformarnos, tiene poder para
hacerlo, Él, que venció toda tentación y pensamiento inmundo nos capacita hoy
para vencer cualquier pecado, nos transforma de nuevo en seres que glorifican
al Eterno con sus actos.
Capítulo III
UN PODER MISTERIOSO QUE CONVENCE
Podemos enderezar nuestra senda solamente arrepintiéndonos; “el
arrepentimiento comprende la tristeza por el pecado y abandono del mismo”. No
debe confundirse la tristeza bíblica con el lamentar los resultados. El Espíritu
santo marca la diferencia entre los sentimientos y para poderlo recibir
necesitamos acudir a Cristo tal cual somos. A medida que vallamos
relacionándonos con Él sus mandamientos se harán vivos en nosotros.
Podemos resistirnos pero al contemplar un pequeño rayo de la gloria de Dios
vemos cuan inmundos somos. Podremos vernos externamente bien pero
necesitamos ver la naturaleza espiritual de la ley para encontrar nuestra
inmundicia. Ahora viendo esto, para que esperar un mensaje más persuasivo,
hay que pasar a la acción. No debemos hacer de las faltas de otros una excusa
por el propio descuido del deber; el modelo es Cristo. La religión intelectual
solamente encubre de santidad un corazón no santificado. “reconoce tu pecado
pero di a Satanás que Cristo murió por ti”. Mucho mal hemos hecho mucho se
nos ha perdonado.
Capítulo IV
PARA OBTENER LA PAZ INTERIOR
No necesitamos hacer algo que gane el favor de Dios, solamente confesarle
nuestros pecados. Cuando la transgresión ha sido pública entonces debe haber
una confesión pública y dichas confesiones van acompañadas de
arrepentimiento y reforma. Cuando no se sede al podes del Espíritu Santo
siempre se pondrán excusas a las faltas; el espíritu de justificación propia tuvo
su origen en el diablo.
Capítulo V
LA CONSAGRACIÓN
Debemos entregar todo el corazón a Dios para que efectúe una transformación
completa y en esto consiste la guerra contra nosotros mismos. Debemos
abandonar todo aquello que nos separa de Él. El amor manifestado por nuestro
Dios debe ser nuestro motivo de entrega. Cuando abandonamos todo,
abandonamos un corazón manchado de pecado y eso es a lo que difícilmente
renunciamos. Todo el cielo está interesado en el Hombre y la vida verdadera
consiste en que se forme en ella Cristo.
Deseamos hacer su voluntad mas sin embargo somos débiles y dominados por
nuestra vida de pecado. Pero el secreto de la victoria está en elegir servir a Dios
y así la naturaleza estará bajo el dominio del Espíritu Santo.
Capítulo VI
MARAVILLAS OBRADAS POR LA FE
Cuanto más luchamos por escapar del pecado más cuenta nos damos de
nuestra falta de fuerza. Lo que necesitamos es paz. Cuando pedimos perdón y
un corazón limpio, creamos que nos lo dará. No esperemos a sentirlo porque él
lo ha prometido, agradézcamele por haberlo recibido. Ahora bien ya entregado
no debo regresar a mi camino antiguo, pero si caigo puedo regresar a Dios quien
ya espera para poderme limpiar. Todas sus promesas son la expresión de un
amor y una piedad inefables.
Capítulo VII
CÓMO LOGRAR UNA MAGNIFICA RENOVACIÓN
Aunque es posible que una persona no pueda definir el momento exacto de
conversión, los cambios movidos por el Espíritu testifican del magnífico
acontecimiento. Los cambios producidos no son movidos por deseos
personales, es el Espíritu quien impulsa cada fibra del ser. No hay evidencia de
arrepentimiento verdadero cuando no hay una evidente reforma. Debemos evitar
fijarnos en nuestras propias obras y por otro lado pensar que la fe en Cristo nos
exime de guardar la ley. Recordemos que la obediencia no es un mero
cumplimiento externo, es un servicio de amor, es la verdadera prueba del
discipulado. Cristo cambia el corazón y habita en el por fe, así no hay en
nosotros motivo de jactancia. A menudo caemos pero no debemos desesperar,
oremos con más fervor, desconfiemos de nuestra propia fuerza y aferrémonos al
poder de Cristo. Cuanto más cerca estemos de Cristo más imperfectos nos
veremos porque no puede haber amor profundo al Señor en un corazón que no
conoce su propia perversidad. Mientras menos cosas de estima veamos en
nosotros mas apreciaremos la pureza y santidad infinitas de nuestro salvador y
tanto más reflejaremos su imagen.
Capítulo VIII
EL SECRETO DEL CRECIMIENTO
El origen de la vida espiritual es el mismo de la material, Dios. Así como un niño
no pude crecer por su propia voluntad, el cristiano necesita de Dios para crecer.
Cristo autor de nuestra fe también es su consumador; necesitamos permanecer
en Él. Sea nuestra oración Tómame ¡oh señor! Como enteramente tuyo. Pongo
todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio.
Mora conmigo y sea toda mi obra hecha en ti. Meditemos en las diversas aristas
de la manifestación de Cristo. Cuando pensamos mucho en nosotros mismos,
nos alejamos de Cristo. Si le contemplamos constantemente llegaremos a ser
transformados en la misma semejanza, de gloria en gloria, la influencia
regeneradora del Espíritu Santo renovara nuestro corazón. Todo lo que Cristo
fue para sus primeros discípulos desea ser para nosotros hoy.
Capítulo IX
EL GOZO DE LA COLABORACIÓN
El gozo de nuestro salvador estaba en levantar y redimir a un hombre caído.
Este mismo gozo caracteriza a los ángeles y es el mismo que hereda todo
discípulo de Cristo. El amor al señor Jesús se manifestará por el deseo de
trabajar para beneficiar a la humanidad.
Los participantes de la gracia estarán dispuestos a hacer cualquier sacrificio
para que otros por quienes Cristo murió compartan el don celestial.
Si aceptamos ese privilegio, al trabajar ganando almas para El, sentiremos mas
necesidad de una experiencia más profunda e intima y obtendremos un
conocimiento más amplio de las verdades divinas; tendremos hambre y sed de
justicia.
Este es el modo de crecer en la gracia, aprovechando cada oportunidad que
Dios nos permita, sin desperdiciar una sola.
Capítulo X
LOS DOS LENGUAJES DE LA PROVIDENCIA
Si tan solo queremos escuchar, las obras que Dios creó nos enseñarán
preciosas lecciones de obediencia y confianza. No sufriríamos ansiedades
indebidas; cada cosa se dejaría en las manos del Dios que nos habla mediante
sus obras providenciales y la influencia del Espíritu Santo en el corazón.
Dios nos habla también en su palabra, con líneas más claras nos revela su
carácter. Nadie equivocará o perderá el camino, salvo los que sigan su juicio
privado en vez de la voluntad divina.
Mediante el estudio de la biblia podremos elevar el pensamiento y vigorizar
nuestras facultades. Para esto debemos estudiar un pasaje hasta que su
significado nos sea claro y evidentes sus relaciones con el plan de salvación;
leer un pasaje meditar en el hasta que se grabe en la mente y por sobre todo
orar fervorosamente para que el Señor nos dé luz y conocimiento.
Capitulo XI
¿PUEDE EL HOMBRE COMUNICARSE CON LA DIVINIDAD?
Debe existir un verdadero intercambio entre Dios y nosotros, comentándole todo
punto tocante a nuestra vida real, abrirle nuestro corazón como a in amigo. Dios
nos está esperando lleno de bendiciones para sernos derramadas y nosotros
¡orando tan poco!
Sintamos real necesidad de la ayuda que Él nos puede dar.
Confesando nuestros pecados y sumando toda la fe existente en nosotros
podemos estar seguros que Dios contestará de la manera más conveniente,
recordando que la perseverancia es otro componente esencial de la oración
eficaz; debemos mantener una constante charla con nuestro padre.
Orar en el nombre de Jesús es orar con los sentimientos y el espíritu de Él,
creyendo en sus promesas, confiando en su gracia y haciendo sus obras.
Al alabarle, al expresarle nuestra gratitud nos aproximamos al culto que rinden
los habitantes del cielo.
Capítulo XII
¿QUÉ DEBE HACERSE CON LA DUDA?
Nuestra fe debe reposar sobre evidencias y no sobre demostraciones. Podemos
comprender de la biblia lo su fuente para amarle y todo aquello que es bueno
que sepamos. Si la biblia fuera totalmente revelada, no tendría la insondable
huella de la mente de su autor; debemos admitir que la mente finita no basta
para abarcar lo infinito. Esto produce humildad en el ser y lo prepara para tener
la fe como de un niño dispuesto a aprender. Si buscamos discrepancias las
hallaremos; busquemos practicar lo conocido antes de continuar estudiando en
busca de nuevas fronteras.
Crezcamos en gracia obteniendo un conocimiento más claro de la palabra de
Dios.
Capítulo XIII
LA FUENTE DE REGOCIJO Y FELICIDAD
En cada uno de nosotros Dios está enviando caratas al mundo; nuestra
influencia siempre debe ser totalmente positiva, no hablemos de algo que no
construya, reconforte, edifique o fortalezca. Las aflicciones no agobian si hemos
llevado nuestras cargas a Cristo y poniendo toda fe en Él nos decidamos a
actuar según nos ilumine. Somos comprados por precio carísimo, somos
valiosísimos para nuestro padre que nunca nos dejará, un padre que hasta aquí
no ha ayudado y estará con nosotros hasta el fin.
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