Subido por Josselyn Hernández

Antecedentes grupo 2

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Antecedentes
LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA DEL ESTUDIANTE EN EL AULA POST
PANDEMIA, DEL NIVEL MEDIO SECTOR OFICIAL DEL CASCO URBANO DEL
MUNICIPIO DE CHIQUIMULILLA, DEPARTAMENTO DE SANTA ROSA.
A continuación, se describen algunos aspectos que envuelven a la investigación y
establecen un contexto que permiten entender la importancia de esta.
La convivencia en el entorno escolar garantiza el éxito en los procesos de
aprendizajes de los estudiantes; sin embargo, después del confinamiento de la
pandemia SARS Covid – 19 se han hecho presentes un sin número de problemas
de convivencia en los diferentes establecimientos educativos en Chiquimulilla.
A nivel Nacional el Covid-19 ocurrido desde el 2020 marcó la vida de todas las
personas desde los niños, los jóvenes, hasta las personas adultas mayores, no solo
por la situación de emergencia donde convergieron muchos actores de salud
pública, sino que también, el sistema educativo se vio afectado. Bajo este contexto,
las instituciones educativas giraron en torno al cierre de estos establecimientos, lo
que repercutió sobre un porcentaje considerablemnte elevado a nivel Nacional, es
decir, que los estudiantes se desvincularon físicamente de las escuelas y colegios.
Guatemala se encuentra entre los países con menor rendimiento educativo en
América Latina. Solo el 73 % de los adultos han completado la educación primaria,
en comparación con el 91,6 % a nivel regional. Además del bajo rendimiento
educativo, muchos estudiantes abandonan la escuela prematuramente. Se estima
que la tasa de permanencia entre el sexto y décimo grado es del 42 %, lo que
significa que los alumnos que completan la primaria no finalizan la secundaria.
Esta situacion es preocupante porque el cierre de escuelas y las interrupciones en
la instrucción presencial a raíz de la pandemia pudieron ser un motivo adicional para
que los estudiantes abandonen la educación formal, lo que eventualmente
repercutirá en tasas más altas de abandono escolar que las que se observaban
antes de la pandemia.
Debido al islamiento temporal, implementación de medidas preventivas y efectos
secundarios a consecuencia del COVID-19, muchos niños y adolescentes se han
visto afectados con cuadros de ansiedad, depresión o cambios drásticos en el
comportamiento. Este fenómeno ha sido identificado en todo el mundo, incluyendo
a Guatemala y esto, es una situación preocupante para el personal encargado de la
salud mental y los padres de familia.
Por esta razón, es importante estar atentos e identificar periódicamente señales de
alerta, como cambios en el sueño y apetito o el reflejo de tristeza profunda,
desanimo, miedo, agresividad, angustia, aislamiento, abandono en arreglo personal
y alteraciones en la cotidianidad.
Los enfrentamientos de golpes y la agresión a los más débiles se ha venido
intensificando, algunos docentes orientadores coinciden que estar casi dos años en
casa, afectó el rendimiento académico y comportamiento, puesto que durante este
tiempo los estudiantes estuvieron expuestos a ver a Youtubers, videojuegos y redes
sociales.
La pandemia por covid-19 es tanto una crisis de salud como una amenaza social,
económica y educativa; ha creado situaciones extremadamente desafiantes,
particularmente para los más vulnerables. El impacto en los niños, niñas,
adolescentes y sus familias fue y continúa siendo devastador, con enfermedades,
aislamiento, miedo y pérdida de medios de vida.
A la fecha no se tienen evidencias precisas de los impactos de la pandemia en
aspectos humanos, especialmente sobre el impacto psicológico del confinamiento
por covid-19 en la población general. Sin embargo, existen manifestaciones reales
de problemas emocionales en la población joven, y hay estudios que valoran el
impacto psicológico de la situación como significativo, con síntomas depresivos,
ansiedad y estrés entre moderados o graves y una notable prevalencia de
sintomatología de estrés postraumático.
Para el caso de los adolescentes, es innegable su vulnerabilidad, ya que sus
capacidades de adaptación, asimilación y creatividad son distintivas, que son
cualidades que permiten una transición exitosa por situaciones insospechables.
Entonces, habría que valorar en qué condición estaría esta población y cuáles
serían sus perspectivas antes esta repentina y compleja experiencia.
El ámbito educativo es un sector directamente afectado por esta situación de
confinamiento. Se ha transitado de manera repentina de una educación
escolarizada a una educación a distancia. En el modelo presencial, el docente es el
transmisor de conocimientos y supervisor directo del aprendizaje y agente de
retroalimentación y la convivencia entre alumnos juega un papel importante para
lograr el conocimiento constructivo. En un entorno de educación a distancia, estos
dos elementos se ven severamente disminuidos. Para soportar el aprendizaje de
nuevos conocimientos, y lograr la transmisión de mensajes positivos a pariguales,
es conveniente enfrentar esta problemática mediante el uso adecuado de las TIC,
sí, pero en conjunto con la consolidación de lazos familiares y de amistad en un
ambiente adecuado y con asesoría asertiva de sus cuidadores.
El propósito de la educación básica y la media superior es contribuir a formar
ciudadanos libres, participativos, responsables e informados, capaces de ejercer y
defender sus derechos, que concurran activamente en la vida social, económica y
política de Guatemala y sus departamentos. En otras palabras, el Modelo Educativo
busca educar a personas que tengan la motivación y capacidad de lograr su
desarrollo personal, laboral y familiar, dispuestas a mejorar su entorno social y
natural.
Previo a la pandemia, los adolescentes de nivel secundaria ya hacían uso
considerable de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para
apoyarse en las tareas escolares, destacando el uso de la Internet. Cabe mencionar
que las TIC eran entonces una herramienta de apoyo, pero no el principal
instrumento en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, con la
pandemia el papel se invirtió.
Cuando las escuelas cerraron a causa de la llegada de la COVID-19 a Guatemala,
y el gobierno de Alejandro Giammattei anunció que todos los contenidos educativos
serían transmitidos por la televisión y la radio.
Para la mayoría de maestros en Guatemala, el cierre de las escuelas fue demasiado
rápido. El domingo 15 de marzo el Gobierno anunció en cadena nacional la
cancelación de todas las actividades escolares. Y no hubo forma de prepararse.
Desde esa fecha, los docentes pasaron 15 días sin una sola instrucción por parte
de las autoridades de educación. Y en ese silencio, muchos empezaron a
improvisar, intentando continuar enseñando fuera de las aulas.
El Ministerio de Educación utilizó este índice para determinar si las escuelas podían
ofrecer servicios educativos presenciales, híbridos o virtuales. Esta decisión de
política educativa generó una oportunidad para medir si los municipios con mayor
cantidad de infecciones por COVID-19 tuvieron efectos negativos en sus
indicadores educativos mayores comparado con los municipios con menos casos
de infecciones. La variación en este índice de alerta se ve en el siguiente mapa que
muestra el índice de alerta por municipio antes y durante la pandemia. Las zonas
más claras indican los municipios con menos infecciones, mientras que las oscuras
señalan los municipios con más casos de infección por la COVID-19.
El 50 por ciento de los de escolares tenía niveles altos de inestabilidad emocional,
con evidentes cambios de humor, tendencia a la tristeza, ansiedad e irritabilidad.
Solo un 17 por ciento mostraba un nivel bajo en la variación del estado de ánimo.
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