Subido por Danny Durán Cerdas

Derechos de las personas menores de edad en conflicto con la ley

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Declaración Universal de los Derechos Humanos
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Hacer chart: Reemplazar el texto de la imagen por “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Ver
referencia en guion.
Con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, inició un camino para el reconocimiento
jurídico - normativo de un conjunto de derechos que son inherentes a la condición de dignidad de todo ser
humano y, por ello, resultan inalienables e irrenunciables. Pese al carácter universal de esta declaración, y
que en ella no se hacía ninguna distinción o diferenciación entre seres humanos, el camino para el
reconocimiento de ese núcleo de derechos fundamentales no fue igual para todas las personas.
La población compuesta por personas menores de edad ha tenido un largo transitar para lograr el
reconocimiento de sus integrantes como sujetos plenos de derecho, con obligaciones y derechos.
Acceso irreal a la justicia de los menores de edad
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Durante muchos años, características como la igualdad y no discriminación en el ejercicio y disfrute de los
derechos humanos no fueron contempladas en la población menor de edad.
La situación jurídica de la niñez estuvo regida por la doctrina de la “Situación Irregular” que, en función de
lo que consideraba protección para la niñez, negaba el acceso real a niñas, niños y adolescentes a sus
derechos alegando que estas personas eran seres incapaces e inferiores, sujetos al dominio o poder
absoluto de las personas adultas, precisamente por la necesidad de ser salvadas, esto implicaba un control
social extremo sobre la población menor de edad, cuyos miembros eran considerados objetos de
protección, mas no sujetos de derecho, lo cual autorizaba al Estado a un grado de intervención muy alto en
la vida de estas personas.
Ejemplo
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La mañana de este lunes, en el Parque Central mientras una señora camina con su hija, un adolescente les
arrebató su bolso y salió corriendo.
La señora pide auxilio y por el rápido accionar de la Fuerza Pública detienen al joven. Una vez que es llevado
al Ministerio Público, la persona encargada observa que presenta descuido, ropa en muy mal estado y sucia,
huele mal y dice estar hambriento.
Él, se llama Pedro, tiene 15 años y es un joven migrante, en la indagatoria indica que vivía con su mamá,
pero por consumir drogas lo echó de la casa.
Al igual que el caso de Pedro, hay gran cantidad de personas de edades parecidas inclusive, muchos
menores que roban para consumir drogas, licor o cualquier otra sustancia a la cual son adictos.
Avance para conocer otros casos…
Otro ejemplo
“USTED TIENE QUE CONVERTIRSE EN UN ADULTO RESPONSABLE, POR SU BIEN LO TENGO QUE
ENDEREZAR.”
Estas situaciones en donde el maestro castigaba a sus alumnos, si bien quedaron en el tiempo en nuestro
país, sucedían aquí y en muchos países.
¿Cuál es la relación entre el primer ejemplo del niño que roba fruta y esta, en donde el alumno es castigado
por su maestro?
El lazo que los une es el modelo, en donde no había ninguna diferencia en la intervención y el trato entre
una persona menor víctima de violación a sus derechos y una persona menor que cometiera una infracción,
ya que las personas menores no tenían capacidad de cometer delitos y ambas personas tenían que ser
salvadas y protegidas del peligro social en el que estaban.
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Avance para observar otro ejemplo
para clarificar el panorama.
Instrucciones: Haga clic en las imágenes para observar el contenido de cada paso. Cuando finalice, presione
el botón de avance.
1
Situación 1
Esteban es un adolescente de 15 años de edad. Sus padres lo agreden físicamente y no tiene familia cercana
a quien recurrir porque es migrante.
Instrucciones: Haga clic en las imágenes para observar el contenido de cada paso. Cuando finalice, presione
el botón de avance.
2
Situación 2
Ignacio es un adolescente de 15 años de edad que le sustrajo su cartera a una señora en la vía pública.
Trabajadora social
Para el caso de Esteban, la trabajadora social expone la situación indicando que el menor se encuentra en
clara situación irregular.
Para el caso de Ignacio, la trabajadora social expone la situación indicando que el menor se encuentra en
clara situación irregular.
Persona Jueza
Para el caso de Esteban, la persona juzgadora determina que este menor se encuentra en riesgo social, por
lo tanto, se ordena su internamiento hasta que la situación cese.
Para el caso de Ignacio, la persona juzgadora determina que este menor se encuentra en riesgo social, por lo
tanto, se ordena su internamiento hasta que la situación cese.
Paradigma de la situación irregular
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El paradigma de la situación irregular definía a los niños, niñas y adolescentes a partir de los elementos
que consideraba que le faltaban para ser un adulto, es por ello que se partía del término “menor” como
disminución de condiciones y, por ende, de derechos. Al compararse a los niños, niñas y adolescentes con
adultos, siempre parecía que eran seres incompletos a los que les faltaba madurez, independencia,
capacidad y, en consecuencia, su participación en la construcción social era innecesaria y no reconocida.
Este paradigma, al partir de un concepto negativo de la niñez, en el sentido de definirlo en razón de lo que
carecía, no reconocía su valor intrínseco como etapa de vida y los aportes valiosos que desde la infancia
toda persona puede ofrecer a la sociedad.
Avance para ver un ejemplo
Paradigma de la situación irregular en el ámbito judicial
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Este tipo de situaciones se manifestaron en todos los espacios donde participaban las personas menores de
edad, siendo el ámbito judicial uno de estos.
El paradigma de la situación irregular que fundamentaba el modelo tutelar, partía de un trato igual a niños,
niñas y adolescentes víctimas de privación de derechos como aquellos que infringían la ley, a los cuales no
se les daba garantías ni condición de imputados, precisamente porque al ser “menores” no eran capaces de
cometer delitos, no requerían las garantías del proceso penal con las que contaban las personas adultas, ya
que lo que justificaba la atención era que estaban en situación irregular.
Avance para ver un ejemplo de lo que estamos analizando
La protección integral de la persona menor de edad y la convención sobre los derechos del niño
La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en el marco de las Naciones Unidas en 1989, sin duda
alguna, ha sido la transformación normativa más importante en el marco de los derechos humanos de las
personas menores de edad. Implicó dejar atrás el paradigma de la situación irregular, para darle paso a un
modelo que, inspirado en la doctrina de la protección integral de la persona menor de edad, que reconoce
en primer término la condición de dignidad como seres humanos de las niñas, niños y adolescentes, le
reconocía a cada uno de estos su condición de ser individual, independiente y diferente en necesidades y
condiciones a las personas adultas, y visibilizando a las personas menores de edad como valiosas
individualmente y como colectivo poblacional en el constructo social.
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Lo anterior, no era otra cosa que darles a las personas menores de edad la condición de sujetos titulares de
derechos indivisibles e irrenunciables, sin excepción ni discriminación.
Diferencia entre protección de derechos y responsabilidad
La regulación de la condición jurídica de las personas menores de edad diferencia entre protección de
derechos y responsabilidad, siendo esta última la que permite la persecución de las conductas delictivas
llevadas a cabo por personas menores de edad. Esto llevó a que se les tratara de una forma diferente a la de
personas menores en conflicto con la ley, y que a éstas últimas, se les reconociera un conjunto de derechos
y garantías que, al igual que a las personas adultas que infringían la ley, les aseguraran el respeto del debido
proceso al ser juzgadas.
Avance
Qué negaba la doctrina de la "Situación Irregular"?
La necesidad de que las personas menores debieran ser "salvadas" por los adultos.
El acceso real a niñas, niños y adolescentes a sus derechos.
La condición de seres incapaces e inferiores a niñas, niños y adolescentes.
Condición de persona imputada
Al ser un modelo de responsabilidad penal, comparte con el derecho penal de adultos las garantías y
derechos propios de un sistema democrático y respetuoso de los derechos humanos, como lo es que a las
personas menores de edad, a las que se les imputa la comisión de un delito, se les dé la condición de
imputados y, con ello, puedan ejercer todos los derechos propios del derecho de defensa y al debido
proceso.
El derecho de defensa, sea esta técnica y material, es irrenunciable e inviolable. A toda persona menor a la
que se le acuse de haber cometido un delito, se le considerará inocente en todas las etapas del proceso
hasta que una sentencia firme declare su culpabilidad; toda persona menor tiene derecho a recurrir la
sentencia condenatoria, entre otros tantos.
Avance para ver cómo el Defensor explicó a Juan de qué se trata el proceso penal juvenil.
Explicación del Defensor del proceso penal juvenil
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“Juan, el proceso penal juvenil le reconoce los derechos que, como imputado, tiene dentro del proceso.
Tome en cuenta que:
Tiene derecho a que se le juzgue como persona menor de edad.
Solo se le seguirá causa por conductas que sean consideradas delitos.
Hasta que no exista una sentencia firme que diga lo contrario, se considerará inocente durante todo el
proceso.
Tiene derecho a que se le respeten todas las garantías que la ley dispone para que pueda ser juzgado.
Puede declarar, si así lo desea, pero nadie lo puede obligar a declarar, por lo que tiene derecho de
abstenerse a declarar.
Todas las actuaciones son privadas y confidenciales.
Tiene derecho a contar con un abogado, puede ser público o privado y a llevar a cabo todas las acciones
necesarias para su defensa.”
Explicación del Fiscal del proceso penal juvenil
“Juan, yo soy fiscal y voy a explicarle los fines del proceso:
A usted lo denunciaron por haber llevado a cabo una conducta que es catalogada como delito.
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El proceso penal juvenil no solo persigue la averiguación de la verdad real sino que, siendo un modelo
respetuoso de los derechos y garantías, tanto de usted como imputado, así como de las víctimas que
fueron afectadas por la conducta delictiva, pretende resolver el conflicto, permitiendo que usted, como
persona menor, se reinserte escolar, social y familiarmente, y esta posible conducta sea una etapa que
pueda ser superada.
La justicia juvenil, en caso de encontrarlo responsable del delito que se le investiga, buscará la imposición
de una sanción que contribuya a que lo anterior se pueda lograr.”
La justicia juvenil y la posibilidad de transformación de la conducta de la persona menor
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La justicia juvenil no centra su interés en la pena como consecuencia del ilícito. Esto significa que, sin
renunciar al fin punitivo y a la necesidad de garantizar el orden social, centra la importancia del proceso no
en el fin retributivo y castigador de la pena, sino en la posibilidad de transformación a través de la sanción o
de las alternativas al proceso, de manera que la persona menor pueda asumir la responsabilidad por su
conducta y a su vez contribuir a su proceso de formación social, educativo y personal.
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Llegó el momento del juicio de Juan.
Avance para ver qué sucede.
Fines del proceso penal juvenil
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“Joven, antes de comenzar, voy a explicarle los fines del proceso
penal juvenil:
Aquí, lo importante, no es castigar sino lograr que, a través de los instrumentos procesales, como puede ser
la suspensión del proceso a prueba, la conciliación o la propia sanción, usted, a su vez, que asume la
responsabilidad de su conducta, adquiere herramientas personales, sociales y educativas que le permitan
alejarse de la vida delincuencial, así como construir un proyecto de vida propio, alejado del delito.”
Procura de las opciones sancionatorias
Siendo que el desarrollo integral de la persona menor y el interés superior de ésta es el norte del proceso
penal juvenil, a diferencia del derecho penal de adultos, existe una amplia gama de opciones sancionatorias
que procuran permitirle a la persona menor en conflicto con la ley lograr una vida independiente, que le
impida el inicio o desarrollo de una carrera delictiva, a través de un abordaje interdisciplinario, donde la
intervención del Estado, la comunidad y la familia resulta fundamental.
Relación entre edad de la persona y reacción represiva del Estado
Todo ser humano tiene etapas en su desarrollo social, cultural, biológico y educativo. Conforme las niñas y
los niños crecen, van desarrollando mayor grado de autonomía frente a las personas adultas para tomar sus
decisiones; esto implica que, usualmente, conforme se va creciendo, también los grados de madurez y de
autonomía en la persona van desarrollándose. Esto obliga a diferenciar entre personas mayores y
menores de edad y, dentro de esta población, hacer la diferenciación entre grupos etarios, puesto que a
menor edad de una persona, menor debe ser la injerencia y la reacción represiva del Estado, lo que a su
vez implica que mayores deben ser los límites a la restricción de la libertad y de los derechos de la
persona.
¿Cuáles de los siguientes son derechos que reconoce el proceso penal juvenil?
Tiene derecho a que se le respeten todas las garantías que la ley dispone para que pueda ser juzgado.
Hasta que no exista una sentencia firme que diga lo contrario, se considerará inocente durante todo el
proceso.
Solo se le seguirá causa por conductas que sean consideradas delitos.
Tiene derecho a que se le juzgue como persona menor de edad.
Puede abstenerse de declarar, pero no debe extenderse de las 72 horas hábiles.
El proceso penal juvenil le reconoce los derechos que, como imputado, tiene dentro del proceso.
Tome en cuenta que:
Tiene derecho a que se le juzgue como persona menor de edad.
Solo se le seguirá causa por conductas que sean consideradas delitos.
Hasta que no exista una sentencia firme que diga lo contrario, se considerará inocente durante todo el
proceso.
Tiene derecho a que se le respeten todas las garantías que la ley dispone para que pueda ser juzgado.
Puede declarar, si así lo desea, pero nadie lo puede obligar a declarar, por lo que tiene derecho a abstenerse
de declarar.
Todas las actuaciones son privadas y confidenciales.
Tiene derecho a contar con un abogado, puede ser público o privado y a llevar a cabo todas las acciones
necesarias para su defensa.
Regulaciones de la Ley de Justicia Penal Juvenil
La Ley de Justicia Penal Juvenil surge como logro de la suscripción de la Convención sobre Derechos de los
Niños, y regula el procedimiento para juzgar a las personas menores de edad a las que se les acusa de haber
infringido el Código Penal. Establece como principios rectores de la justicia juvenil costarricense la
protección integral de la persona menor de edad, su interés superior, el respeto a sus derechos, su
formación integral y la reinserción en su familia y sociedad, diferencia entre grupos etarios, y establece que
la responsabilidad penal de las personas menores de edad iniciará a los doce años de edad.
Grupos etarios
Reconociéndose la diferencia en el desarrollo biológico y madurez, la Ley de Justicia Penal Juvenil reconoce
dos grupos etarios:
de los 12 a los 15 años
de los 15 a los 18 años
Esta diferencia es importante porque, según se indicó, a menor edad de la persona, la intervención del
Estado debe ser menor, y la utilización de la privación de libertad como sanción debe ser aún más
restrictiva..
Tipos de sanción
Recapitulando, la justicia juvenil no centra su interés en castigar y, a diferencia del derecho penal de
adultos, (donde la sanción principal es la privación de libertad), hay una amplia gama de sanciones a las
cuales acudir para cumplir los fines del proceso.
Si bien los delitos, para efectos de juzgar conductas realizadas por personas adultas, tienen un mínimo y un
máximo de pena privativa de libertad, en la justicia juvenil esos extremos punitivos no se aplican, porque el
artículo 121 de la Ley de Justicia Penal Juvenil establece 3 tipos de sanción:
Las sanciones socioeducativas
Las órdenes de orientación y supervisión
Las sanciones privativas de libertad
Lo anterior implica que en materia penal juvenil no existen mínimos de sanción, solamente existen máximos
en las sanciones privativas de libertad, según el grupo etario, siendo que el plazo máximo de privación de
libertad para el primer grupo etario es 10 años y, para el segundo, 15.
Avance
Notas de Imagen:
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A la imagen de referencia:
-
Eliminar los textos por fuera del abanico.
-
Eliminar las líneas verticales inferiores de tres colores, que salen del abanico.
-
Reemplazar las letras A, B, C, por 1, 2, 3.
-
Eliminar los dibujos internos de cada color del abanico.
-
En donde está el dibujo de la zona naranja colocar el txt: Sanciones socioeducativas.
En donde está el dibujo de la zona turquesa (central)
supervisión.
-
colocar el txt: Órdenes de orientación y
En donde está el dibujo de la zona verde colocar el txt: Sanciones privativas de libertad.
Lo anterior implica que en materia penal juvenil no existen mínimos de sanción, solamente existen máximos
en las sanciones privativas de libertad, según el grupo etario, siendo que el plazo máximo de privación de
libertad para el primer grupo etario es 10 años y, para el segundo, 15.
Finalidad socioeducativa del proceso penal juvenil
Hacer chart en donde se vean ambas imágenes dispuestas en horizontal, con una división que puede ser
una línea roja, a modo de fractura de imagen.
La privación de libertad supone aislamiento y distanciamiento de la sociedad, comunidad y familia, por eso,
ante la finalidad socioeducativa del proceso penal juvenil, esta opción solo debe ser aplicada en aquellos
casos donde no sea posible aplicar otra medida menos gravosa, no sea posible su cumplimiento y no se
cumplan los fines del proceso
La Conciliación y la Suspensión del Proceso a Prueba
En materia de justicia juvenil, acudir a vías alternas al proceso resulta ser la forma natural de abordar la
delincuencia juvenil. Instrumentos como la Conciliación y la Suspensión del Proceso a Prueba, resultan
fundamentales para lograr dar una respuesta efectiva al conflicto jurídico penal y, a su vez, lograr los fines
que persigue la justicia juvenil.
Avance a la siguiente sección.
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Hacer collage con ambas imágenes. Colocar a la imagen de la izquierda el txt “Antes”, y en la de la derecha,
el txt “Después”.
Ejercicio
Realice un repaso de lo aprendido. Seleccione la opción correcta. Luego presione Confirmar.
La Ley de Justicia Penal Juvenil establece que la responsabilidad penal de las personas menores de edad
iniciará a los:
17 años de edad
15 años de edad
12 años de edad
Además de la Convención sobre los Derechos del Niño, existen otros instrumentos internacionales de
Derechos Humanos que regulan la condición de las personas menores de edad en conflicto con la Ley Penal.
Estos deben ser aplicados en nuestro país para garantizar el acceso a la justicia de las personas menores de
edad. Abordan integralmente la problemática de la delincuencia juvenil, exigiendo a los Estados acciones
concretas para prevenir la delincuencia juvenil y asegurar que el proceso penal y la ejecución de las
sanciones se haga en el marco del cumplimiento de los estándares de Derechos Humanos de la niñez.
1
Las Directrices de Riad
Aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, resolución número 45/112, en 1990, son un
instrumento que se enfoca en la importancia de los Estados en trabajar para prevenir la delincuencia
juvenil, como forma de prevención del delito en la sociedad. En ella se establece la importancia de articular
esfuerzos entre la comunidad, Estado, y familia para brindar oportunidad a las personas jóvenes de
participar en actividades lícitas y útiles socialmente, donde se adquieran habilidades y competencias
sociales que las alejen del delito.
2
Las Reglas de Beijing
Aprobadas por la Asamblea General de la ONU el 29 de noviembre de 1985, establecen cómo la Justicia
Juvenil debe estar orientada a lograr el desarrollo integral de la persona menor, comprender la
particularidad del delito juvenil, su carácter principalmente episódico, la necesidad de atacar las causas del
delito y contribuir con ello a que la persona joven infractora se inserte exitosamente en su familia,
comunidad y sociedad.
En este instrumento se explica cómo la justicia juvenil debe procurar que el proceso afecte lo menos posible
la vida de la persona menor en conflicto, y considera la necesidad de que exista la posibilidad de optar por
medios diversos al proceso penal para resolver el conflicto jurídico penal.
Las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad, (Reglas de la
Habana)
Adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/113, del 14 de diciembre de 1990, tienen como
fin establecer cuáles deben ser las condiciones de la ejecución de las sanciones privativas de libertad por
parte de personas menores de edad, estableciéndose que "El sistema de justicia de menores deberá
respetar los derechos y la seguridad de los menores y fomentar su bienestar físico y mental. El
encarcelamiento deberá usarse como último recurso".
Reglas de Tokio
Adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 45/11, del 14 de diciembre de
1990, expone la necesidad de la aplicación de medidas no privativas de la libertad. Tienen por objeto
fomentar una participación activa de la comunidad en la construcción de programas de tratamiento de la
persona menor delincuente y desarrollar entre los jóvenes ofensores un sentido de responsabilidad con la
sociedad, la familia y el entorno.
5
Observación general núm. 24 (2019) relativa a los derechos del niño en el sistema de justicia juvenil
La presente observación general sustituye la observación general núm. 10 (2007) relativa a los derechos del
niño en la justicia de menores. Refleja los cambios que se han producido desde 2007 como resultado de la
promulgación de normas internacionales y regionales, la jurisprudencia del Comité, los nuevos
conocimientos sobre el desarrollo en la infancia y la adolescencia, y la experiencia de prácticas eficaces,
como las relativas a la justicia restaurativa.
Las personas menores de edad que están en conflicto con la ley, no pierden su condición de niño, niña o
adolescente. El Estado, a través de sus instituciones, la comunidad y la familia, tienen un deber de
protección de derechos frente a ellos y ellas; obligación que no desaparece al ser considerado una
persona ofensora.
El delito es una conducta final que está condicionada por muchos otros fenómenos: la pobreza extrema, el
consumo de drogas, la desintegración familiar, ausencia o inadecuado ejercicio de los roles parentales,
deserción escolar y violación de sus derechos, son condiciones de vulnerabilidad que afectan a muchas
personas en conflicto con la ley y que, en alguna medida, condicionan su conducta, siendo por ello que la
justicia juvenil, tratándose de personas jóvenes en pleno desarrollo físico y emocional, no fija su atención en
castigar sino en atender las causas que llevan a una persona joven a delinquir, brindarle apoyo y guiarla
hacia un camino diferente al del delito.
Un sistema judicial que sea inclusivo y que entienda las diferentes necesidades de la población menor de
edad garantiza el ejercicio efectivo de los derechos humanos que, como niñas, niños y adolescentes, tienen
las personas menores de edad.
Recomendaciones en la atención de personas menores de edad
¡Excelente! Ha llegado al final de esta capacitación.
Antes de despedirnos, es importante que conozca algunas recomendaciones en la atención de las
personas menores de edad que llegan al Poder Judicial.
Cuando una persona menor en conflicto con la Ley se acerque a su despacho y necesite ser atendida,
recuerde que:
-Es una persona menor, no es una persona adulta.
Posiblemente necesite de la compañía de un adulto, que puede ser su madre, padre, abuelos, u otras
personas de apoyo. Permítale esta compañía y, de ser necesario y posible, gestione dicha presencia.
El sistema judicial debe ser accesible; escuche lo que la persona menor necesita decir y preguntar, no asuma
las preguntas ni las respuestas.
Despedida
¡Excelente! Ha concluido el curso “Derechos de las personas menores de edad en conflicto con la ley”.
Esperamos que todo lo aprendido le sea de utilidad para marcar la diferencia en la atención de casos en
donde las y los menores de edad necesitan de toda su ayuda para superar las situaciones que,
momentáneamente, los mantienen distantes de la legalidad.
Estamos seguros de que contamos con todo su profesionalismo y calidad humana para llevar adelante las
recomendaciones que lo convertirán en una gran persona colaboradora del Poder Judicial costarricense.
Le invitamos a hacer un repaso más acerca de lo visto en este tramo final del curso.
¡Hasta pronto!
En la columna A aparece una lista de otros instrumentos internacionales de Derechos Humanos que regulan
la condición de las personas menores de edad en conflicto con la Ley Penal. En la columna B se encuentran
las características de cada uno de ellos. Establezca la correspondencia entre cada instrumento internacional
y su respectiva característica. Cada opción de la columna A puede usarse solo una vez.
Para relacionar los elementos, haga clic en un instrumento internacional de la columna A, y luego en su
característica correspondiente en la columna B. Cuando finalice presione Confirmar.
Columna A
Directrices de Riad
Reglas de Beijing
Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad, (Reglas de la Habana)
Reglas de Tokio
Columna B
Expone la necesidad de la aplicación de medidas no privativas de la libertad, tienen por objeto fomentar
una participación activa de la comunidad en la construcción de programas de tratamiento de la persona
menor delincuente y desarrollar entre los jóvenes ofensores un sentido de responsabilidad con la sociedad,
la familia y el entorno.
Establecen cómo la Justicia Juvenil debe estar orientada a lograr el desarrollo integral de la persona menor,
comprender la particularidad del delito juvenil, su carácter principalmente episódico, la necesidad de atacar
las causas del delito y contribuir con ello a que la persona joven infractora se inserte exitosamente en su
familia, comunidad y sociedad.
Tienen como fin establecer cuáles deben ser las condiciones de la ejecución de las sanciones privativas de
libertad por parte de personas menores de edad.
Son un instrumento que se enfoca en la importancia de los Estados en trabajar para prevenir la delincuencia
juvenil, como forma de prevención del delito en la sociedad.
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