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Ritual Zaragoza

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RITUAL POST-MORTEM EN HUESOS HUMANOS. CASO DEL SITIO
ARQUEOLÓGICO DE ZARAGOZA (600-900 D.C.), MICHOACÁN, MÉXICO
Robles-Camacho, J.1, Fernández-Villanueva, E.2, Sánchez-Hernández, R.3, QuirozCastañón, H.4
1. Laboratorio de Arqueometría de Occidente (LARQUEOC). Centro INAH Michoacán, Instituto
Nacional de Antropología e Historia. México.
[email protected]
2. Sección de Arqueología. Centro INAH Michoacán, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
México.
[email protected]
3. Laboratorio de Geología. Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, Instituto
Nacional de Antropología e Historia. México.
[email protected]
4. Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor Invitado en la Osteoteca del Centro INAH
Michoacán, Instituto Nacional de Antropología e Historia. México.
[email protected]
Resumen
En el sitio arqueológico de Zaragoza/Chichimecas (600-900 d.C.), municipio de
La Piedad de Cavadas, Michoacán, se rescataron huesos humanos de un infante
en el Entierro 1, Cuadrante 3B y posición vertical Z1, con evidencias de tratamiento
post-mortem. Las observaciones microscópicas indican una asociación de
pequeños cristales de hábito hexagonal romboédrico sobre una película plástica
no mineral e incolora, alineados en canales específicos del hueso. Para identificar
la fracción mineral se empleó la técnica de difracción de rayos-X(DRX) y de
espectroscopia infrarrojo de reflexión con Transformada de Fourier (EIR-TF) para
caracterizar la fracción orgánica. El análisis de los espectros indica que la parte
empleada como goma o soporte, corresponde con el patrón de la resina
conocida como “copal” (del náhuatl copalli = resina o goma), mientras que los
cristales coinciden con calcita mineral (CaCO3). La distribución de la resina en el
hueso y de los cristales de diferente tamaño, sugieren un ritual post-mórtem,
donde aparentemente, una goma o resina fue fundida a temperatura mayor a
los 120°C, aplicada en canales o partes específicas del hueso, con adición de polvo
de cristales de calcita. Desde el punto de vista antropológico, se interpreta como
un fenómeno ligado a la purificación del ser propietario de los huesos, dadas las
propiedades atribuidas tanto al copal como a los carbonatos de calcio (cal o
calcita mineral) en épocas precolombinas.
Palabras clave: ritual post-mortem, copal, calcita, difracción de rayos-X,
espectroscopia infrarroja de reflexión.
1
Abstract
At the archaeological site of Zaragoza/Chichimecas (600-900 A.D.), municipality
of La Piedad de Cavadas, Michoacán, human bones of an infant were recovered
in Burial 1, Quadrant 3B and vertical position Z1, with evidence of post-mortem
treatment. Microscopic observations indicate an association of small crystals of
rhombohedral hexagonal habit on a colorless, non-mineral plastic film, lined up
in specific channels of the bone. To identify the mineral fraction, X-ray diffraction
(XRD) and Fourier Transform Reflection Infrared Spectroscopy (EIR-TF) were used
to characterize the organic fraction. The analysis of the spectra indicates that the
part used as gum or support corresponds to the pattern of the resin known as
"copal" (from the Nahuatl copalli = resin or gum), while the crystals coincide with
the mineral calcite (CaCO3).
The distribution of the resin in the bone and the crystals of different sizes suggest
a post-mortem ritual, where apparently, a gum or resin was melted at a
temperature greater than 120°C, applied to channels or specific parts of the bone,
with the addition of calcite crystal powder. From an anthropological point of view,
it is interpreted as a phenomenon linked to the purification of the owner of the
bones, given the properties attributed to both copal and calcium carbonates
(lime or mineral calcite) in pre-Columbian times.
Keywords: post-mortem ritual, copal, calcite, X-ray diffraction, reflection infrared
spectroscopy.
I. Introducción
Los rituales asociados a contextos funerarios en la Mesoamérica precolombina
fueron siempre cargados de misticismo. La creencia de una vida después de la
muerte del cuerpo, era posible; o bien, para alcanzar el bienestar espiritual era
necesario cumplir con ciertos preceptos establecidos según la creencia común.
Entre las tradiciones reconocidas por evidencias arqueológicas o antropológicas,
se encuentra la honra del o la difunta, mediante el atavío de su cuerpo con los
elementos propios de su profesión o quehacer dentro de la sociedad (Sahagún,
Fr., 1999). Algunos de los muchos casos que ejemplifican esta asunción, serían los
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registrados desde épocas tempranas en la Mesoamérica precolombina, como el
caso del cerro de El Manatí y su manantial de agua dulce, dentro de la zona
nuclear olmeca en la planicie costera del Golfo de México. En ese espacio se
encontró sólo el cráneo de un infante, que se asume pudo ser degollado y
ofrendado al manantial, junto con otros materiales textiles, pétreos, cerámica,
madera; algunos con signos de haber sido “matados”, como muchos elementos
en esa sociedad (Ortiz y Rodríguez, 1994). En épocas contemporáneas, pero en el
occidente de México, esta acción de “matar” las ofrendas o los huesos mismos
fue igualmente común. Al respecto, Oliveros-Morales (2004) hace una reflexión
sobre la acción de culto a la muerte y cuestiona si se trata de “matar” o
“reanimar” a los huesos humanos modificados a forma de punzones
cuidadosamente arreglados, identificados en tumbas con acceso de escalera del
sitio arqueológico de El Opeño, en Michoacán (1,500 a 1000 a.C.; Oliveros y De los
Ríos, 1993).
los las tumbas del emperador Pakal II y la Reina Roja, en Palenque, Chiapas,
donde su jerarquía queda de manifiesto con el extraordinario ajuar que portaban
los cuerpos al momento de su descubrimiento; en piezas de jade [Na(Al,
Fe3+)Si2O6] para el varón, y malaquita [Cu2CO3(OH)2] para la hembra (Ruz Lhuillier,
1973; Robles-Camacho y Sánchez-Hernández, ; González-Cruz, 2011, SánchezHernández y Robles-Camacho, 2012). Otros casos que se mencionan en este
trabajo, son los de la Tumba 4 (600-900 d.C.) en Tula, Hidalgo, donde se encontró
un lote de herramientas de trabajo lapídeo asociado al personaje principal. De
esos, sobresale una pieza de corundo azul, variedad zafiro (Al2O3); dureza de 8 en
la escala de Mohs (1 a 10), usado para el labrado o pulimento de rocas tan duras
como el jade [Na(Al, Fe3+)Si2O6] o cuarzo (SiO2) (Langenscheidt, 1997; RoblesCamacho et al., 2009; Gazzola et al., 2012; Sánchez-Hernández et al., 2019).
Una variante más en los rituales relacionados con la muerte, son aquellos cuya
acción humana se aplicó luego del momento del entierro o sacrificio de las
personas, como lo demuestra el estudio de un lote de alrededor de 150 personas
sacrificadas en el sitio arqueológico de Tlatelolco, en el espacio denominado
Entierro 14, localizado frente al templo II norte, frente y bajo el Adoratorio II;
3
temporalidad tentativa de 1,418-1,427 d.C. En ese caso se descubrió un proceso,
donde algunos de los huesos de humanos sacrificados se encuentran “matados”,
mediante el impacto de piezas frescas de mayor tamaño, como el fémur, contra
una vara forrada de algas o alas de insecto cubiertas por un pigmento oscuro de
negro de humo, un rojo de hematita (Fe2O3) y un color azul turquesa de azul
maya/paligorskita [(Mg,Al)5(Si,Al)8O20(OH)2·8H2O) (Robles-Camacho, 1993; PijoanAguade, 1997).
En el presente trabajo se reporta un fenómeno de aplicación de betún o
pegamento órgano-mineral en partes específicas de huesos exhumados. Estos
elementos fueron recuperados del sitio arqueológico de Zaragoza/Chichimecas
durante la temporada de campo 2012, pertenecientes a un infante, encontrados
en el entierro 1, Cuadrante 3B y posición vertical Z1, en la parte noroeste del estado
de Michoacán, límite con el estado de Guanajuato (Figura 1), como se detalla a
continuación.
Figura 1. Localización del sitio arqueológico de Zaragoza; en la parte más al noroeste
del estado de Michoacán, limítrofe con los estados de Guanajuato y Jalisco. Mapa
tomado y modificado de Google Maps, 27 de abril de 2023.
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II. Metodología analítica
II.1 Observaciones microscópicas
Para identificar la relación del hueso humano con las sales, se llevaron a cabo
observaciones con el microscopio estereoscópico de la marca Leica, modelo
ZOOM 2000. Se hizo un registro fotográfico de los rasgos sobresalientes, donde
se aprecia el arreglo de cristales de hábito regular y tamaños diferentes sobre
una base orgánica de aspecto resinoso, en un canal del hueso (Figura 2).
El hábito cristalino de las sales corresponde al sistema hexagonal con formas
rómbicas en agregados de tamaño irregular que sobresalen de la resina aplicada
directamente en un canal natural del hueso; la resina exhibe burbujas que
sugieren uso de temperatura para su flujo dentro del hueso. Los minerales se
caracterizan por su color translúcido y dureza menor o igual a 3 en la escala de
Mohs.
II.2 Luego de separar minerales del hueso, estos fueron colocados en una
superficie cóncava metálica (cuchara) para observar su comportamiento ante la
influencia de ácido. El material cristalino reacciona al aplicar ácido clorhídrico
(HCl) diluido al 10%.
Otra fracción de la mezcla órgano-mineral fue separada del hueso para su
revisión microscópica con luz polarizada, mediante uso del microscopio
petrográfico de la marca Nikon, modelo CiPOL. La respuesta de los materiales a
la luz polarizada es contrastante: 1) al usar un polarizador, la fracción cristalina
muestra un hábito y relieve superior al de la parte orgánica; 2) cuando se aplica
el analizador para generar campo oscuro, se observa isotropía de la goma y los
minerales exhiben alto relieve y colores de birrefringencia del tercer orden
(Figura 3).
II.3 Para aplicar la técnica de difracción de rayos-X (DRX), se separó una fracción
aproximada a los 30 mg, para su molienda con mortero de ágata. El producto
pulverizado se colocó uniformemente en un vidrio porta muestra esmerilado. El
equipo utilizado fue un D2 Phaser de sobremesa de la marca Bruker, con
5
L-1A
L2A
L2B
L3A
L3B
Figura 2. Imágenes que ilustran la relación directa de resina orgánica con agregados cristalinos
de diferentes dimensiones. Línea 1, disposición panorámica de la resina con cristales ocupando
espacios subhorizontales; Línea 2, exposición libre de cristales (A) y su desarrollo drusiforme
en oquedad del hueso (B); Línea 3, detalle de la relación órgano-mineral con crecimiento de
cristales a partir de la base resinosa (A) y forma euedrales (perfectas) de hábito romboédrico
(B).
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inyección de corriente de 30 kV y 30 mA, con lo cual se generó un espectro en el
rango de 2° a 70° en la escala horizontal de 2Ɵ (eje X), e intensidad arbitraria en
el eje Y, interpretado con el programa Match 1.9. El equipo pertenece al Instituto
de Investigaciones en Materiales, de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) – Campus Morelia.
L1-1
L1-2
L2-1
L2-2
Figura 3. Fotomicrografías con luz polarizada que muestran una fracción de la mezcla órganomineral separada del hueso; L1-1 se aprecia el contraste de alto relieve de los cristales sobre la
parte plástica, embebidos en aceite de inmersión (nd = 1.51), vistos con nícoles paralelos y
objetivo 5X; L1-2 vista con nícoles cruzados (campo oscuro) y objetivo 5X, donde además se
observa anisotropía de los cristales, con birrefringencia del tercer orden. El recuadro en cada
imagen de la línea 1 (L1) representa el detalle de la imagen vista con el objetivo 10X; nícoles
paralelos (L2-1) y nícoles cruzados (L2-2) o uso de analizador. La fracción orgánica es isotrópica.
II.4 La fracción plástica o resinosa fue separada para su análisis por la técnica de
espectroscopia infrarroja de reflexión con transformada de Fourier (EIR-TF). El
espectrofotómetro empleado fue el modelo Tensor 27 de la marca Bruker, No. de
7
Serie Tensor 2, propiedad del Instituto de Investigaciones en Metalurgia y
Materiales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
La preparación consistió en separar aproximadamente 3 mg de muestra
problema y mezclarla con 300 mg (1/100) de polvo de bromuro de potasio (KBr)
grado espectroscópico para elaborar una pastilla mediante compresión a 8.4 tn
de carga puntual. La pastilla fue expuesta a la luz infrarroja de banda ancha con
un tiempo de exposición de 15 seg y 15 seg para generar una línea base; el
espectro obtenido en un plano XY, grafica con una escala horizontal en unidades
de número de onda en cm-1 y valores de transmitancia en el eje vertical.
III. Resultados y discusión
III.1 Interpretación de la respuesta microscópica y de espectros de la muestra
problema
El hueso presenta una superficie completamente limpia. La capa de una resina
aplicada luego de su limpieza, evidencia un ritual probable de exhumación, con
el hueso seco y aplicación posterior de un betún o resina, para su posterior
entierro.
La especie mineral identificada por DRX e inferida con la aplicación de HCl diluido
al 10%, corresponde con el patrón de calcita (CaCO3) (Figura 4).
La fracción resinosa identificada por EIR-TF corresponde con el espectro de
copal, un material ampliamente empleado en la Mesoamérica precolombina en
rituales religiosos, como medicina o adhesivo (Figura 4). Las bandas
características del espectro indican la presencia, de izquierda a derecha, de
alcoholes con puente de hidrógeno y ésteres (OH); alcanos (C-H, CH2-CH3);
alquenos =C-H, =C-H2, C=C; cetona (C=O). Asimismo, ocurren bandas que
corresponden a fosfatos (PO43-), asociadas con residuos del hueso, adheridos
durante la colecta de la muestra.
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Figura 4. Difractograma de la fracción cristalina de la mezcla órgano-mineral aplicada en
hueso humano recuperado del sitio arqueológico de Zaragoza, municipio de La Piedad,
Michoacán. Se caracterizó el componente mineral de la muestra; el patrón de difracción de
rayos-X corresponde con el estándar de calcita (CaCO3), de acuerdo con el programa Match
1.9a.
Figura 5. Espectro infrarrojo (EIR-TF) de la fracción orgánica de la muestra ZAH-02a, donde se
reconocen las bandas características de la resina conocida como Copal.
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III.2 Discusión
De lo observado hasta este momento en el sitio arqueológico de Zaragoza, la
presencia de huesos humanos no ha sido común y el caso de huesos intervenidos
post-mortem, aquí reportados, es considerado como un fenómeno aislado. En
relación al uso de copal (copalli= goma o resina, incienso, barniz; Siméon, 2002),
como betún, la obra de Fr. Bernardino de Sahagún en el Siglo XVI, hace una
amplia referencia a ello (Sahagún, 1999); y en épocas más recientes, los trabajos
cualitativos de Noriega (1922) y Palacios (1922) ratificaron el uso de copal para
pegar las teselas de la Máscara de Malinaltepec, Guerrero. Martínez-Cortés (1970)
retoma esta idea y la fortalece a partir de la aseveración de Aguirre-Beltrán (1963),
quien asienta: “el copal era la goma que más se consumía en el México antiguo,
gracias a su simbolismo religioso. Se pensaba que las volutas de humo que se
desprendían al quemarlo era algo divino (al copal se le llama iztac teteo, es
decir, dioses blancos”, que servían de comunicación entre el hombre y sus dioses.
En trabajos recientes se ha identificado científicamente el uso del copal para
pegar teselas de máscaras como la de Pakal II (Maynard y Berdan, 2010) y
Malinaltepec (Robles-Camacho et al., 2012).
Acerca del uso de copal como betún, un trabajo experimental realizado por OrtaAmaro (2007) indica que su temperatura de fusión oscila entre 103°C-120°C, lo
cual en primera instancia obliga a inclinarse a pensar que el fluido aplicado sobre
los huesos en estudio debió ser calentado a una temperatura mínima de 120°C.
Finalmente, en relación a la presencia de cristales de calcita con hábito cristalino
bien definido sobre la goma o resina, abre la posibilidad de asentar, que el
carbonato de calcio pulverizado fue espolvoreado sobre la resina en estado
fluido, con la conservación aparente del arreglo durante todo el tiempo del nuevo
entierro de los huesos.
IV. Conclusiones
A partir de las observaciones microscópicas, afinadas con los análisis de las
porciones orgánica e inorgánica encontradas en partes específicas del hueso, se
concluye lo siguiente:
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1) la resina de copal fue fundida a temperaturas mayores de 120°C para obtener
un producto viscoso, con posibilidades de ser aplicado por gravedad sobre una
parte específica del hueso.
2) El arreglo de los cristales sobre la resina orgánica es considerado como un
proceso probable de adición de material, conservado durante el tiempo de
entierro del hueso.
3) la organización de cristales de calcita en estructuras drusiformes responde a la
acción de aplicación de polvo de carbonatos a manera de espolvorear los granos
molidos de calcita sobre la resina. Aparentemente el enterramiento no produjo
alguna acción tafonómica relevante que modificara el arreglo órgano-mineral
original.
4) el fenómeno antropológico deducido de los elementos descritos, sugiere un
ritual post-mortem, donde el copal como elemento con atribuciones
sobrenaturales al ser quemado (iztac teteo = dioses blancos), debió ser la
substancia central. La calcita o caliza molida fue adicionada por alguna razón
“purificante”.
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