Subido por omarespen

Morfologia de la clase trabajadora en Argentina

Anuncio
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 1
INFORME 1
Collage de satrapamultimedial.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA
EN LA ARGENTINA ACTUAL
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario
Con esta primera entrega inauguramos una serie
de publicaciones que ofrecerán una radiografía de les
trabajadores en la Argentina a partir de una lectura, o,
mejor dicho, una relectura de las estadísticas disponibles en función de decisiones teóricas, metodológicas y
políticas que expondremos a continuación.
En primer lugar, la necesidad de analizar la morfología de la clase trabajadora a partir de la pregunta, histórica en la tradición marxista, de cómo se inscribe en la dinámica
de acumulación capitalista. Es decir, queremos pensar la
heterogénea composición (siempre en mutación) de
la clase trabajadora en función del lugar que ocupa
cada uno de sus sectores en el proceso de creación de
valor (y plus-valor) sin el cual la valorización del capital (y su acumulación) resultan imposibles. Eso implica una serie de definiciones y delimitaciones “de
origen”.1 La más obvia es que este trabajo se opone
1 A diferencia de los informes periódicos que publica el
INDEC (y otros centros de estudio, algunos de ellos muy valiosos como los informes del Observatorio del Derecho Social de la
CTA-A) sobre el “mercado de trabajo”, aquí proponemos basarnos en la información estadística disponible para organizarla en
por el vértice a aquellas narrativas sobre el “fin del
trabajo” y los “adioses al proletariado”. Como ha sido
señalado en otro texto2, de manera recurrente, y más
aún, en períodos de crisis del capitalismo suelen aparecer distintos discursos que señalan que el trabajo
humano tiende a volverse prescindible. A grandes
rasgos se pueden ordenar entre pesimistas y optimistas. Las primeras señalan que el actual “capitalismo
de las finanzas” (y de las deudas) ya no requiere, para
función de otra mirada sobre el trabajo a partir de las nociones de
clase social y de explotación del trabajo. Este enfoque también diferencia nuestra investigación de la mayoría de los estudios académicos acerca de la segmentación de los mercados de trabajo.
2 Véase Gutiérrez Rossi, Gastón y Varela, Paula “¿Hacia
dónde va el trabajo? Apuntes sobre la clase trabajadora global”, en la revista Corsario Rojo Nº2, verano austral, 2023: https://
kalewche.com/cr2/. También disponible en https://www.laizquierdadiario.com/Hacia-donde-va-el-trabajo-Apuntes-sobre-laclase-trabajadora-global. Como allí se señala, la actual discusión
sobre la desaparición del trabajo humano no es nueva, aparece
como un revival de algunos tópicos sumamente debatidos en las
décadas de los 80 y los 90 alrededor de las obras de André Gorz
y Jeremy Rifkin.
2
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
acumular capital, la explotación de la población disponible y por lo tanto vamos a un escenario ineluctable de desempleo masivo y el “adiós al proletariado”
se consuma por la vía de que la clase trabajadora pasaría a ser una minoría insignificante de la población
y el resto es “como quieras llamarlo” (“multitudes”,
“masa marginal”; “precariado”; “nuevas masas”;
“economía popular”; etc.). La otra visión pone el énfasis en que el capitalismo ha avanzado tanto en su
desarrollo tecnológico que el trabajo humano será
desplazado por nuevas tecnologías que tienden a reemplazarlo. En este escenario también vamos a una
sociedad de desocupación masiva, pero subproducto de un “avance de la humanidad”. Ambas versiones ofrecen un diagnóstico ante el cual sólo podemos
contraponer medidas de redistribución, como es la
renta universal, ya sea en formulaciones más de derecha o más de izquierda.
“Analizar la morfología
de la clase trabajadora
a partir de la pregunta,
histórica en la tradición
marxista, de cómo se
inscribe en la dinámica de
acumulación capitalista”
Pues bien, ante estas narrativas tenemos dos cosas
para decir: que las estadísticas no parecen sustentar el
“fin del trabajo”, y que con la pura estadística no alcanza para declarar a la clase trabajadora “vivita y coleando”. Veamos.
De 1980 a 2018 (según la OIT) la población económicamente activa tanto asalariada como no asalariada, creció un 75%, esto implica que se sumaron más
de 1500 millones de personas a los mercados de trabajo mundiales, constituyendo un total de poco menos de
3500 millones de personas. Basándose en esos datos de
la OIT, Kim Moody señala que alrededor de dos tercios
de ellos, o sea poco más de 2000 millones, pertenecen
a la clase trabajadora, ya que comprende asalariados y
“trabajadores independientes” o por “cuenta propia”3.
Por su parte, según las investigaciones de Marcel van
Der Linden (también en base a la OIT) entre 1991 y
2019 el porcentaje de personas que viven exclusivamente de sus salarios (empleados) a nivel mundial no
3 Moody, Kim, “La clase trabajadora global en la reorganización del capitalismo”, Sin permiso, 16/02/2021, disponible en
https://www.iade.org.ar/noticias/laclase-trabajadora-global-en-lareorganizacion-del-capitalismo
perfora nunca el piso del 44% y, por el contrario, asciende al 55% de la población económicamente activa.4
Si miramos los datos más recientes que ofrece la OIT,
en su informe de enero del 2023, se estima que la “fuerza
de trabajo global” asciende a un poco más de 3600 millones de personas (la OIT usa el término Labour Force que
sería el equivalente de la PEA -población económicamente activa5), y está compuesta por 2171 millones de hombres y 1430 millones de mujeres. De estos, 3393 millones
están empleados y 208 millones desempleados, o sea que
los desempleados alcanzan el 5,8% a nivel global. Por su
parte, dentro de la masa de empleados, 1961 millones de
personas tienen empleos informales6, lo que constituye el
58,4%; y 214 millones viven en la pobreza extrema (es
decir, con menos de 1.99 USD por día), lo que implica
aproximadamente el 6,4% de los empleados7. Del total de
3600 millones aproximadamente 2/3 de los mismos forman parte de la clase trabajadora ya sea asalariadas, registradas como “trabajadores por cuenta propia”, informales
o desocupades.
Estos datos nos muestran que la idea de una desaparición “empírica” de la clase trabajadora es completamente insostenible. Sin embargo, eso no salda los
debates, sino que recién les da comienzo: porque esta
clase trabajadora que tenemos delante (y de la que formamos parte) no tiene los mismos rasgos de la añorada “clase obrera de posguerra”, extraña encarnación
de la “clase obrera clásica”, pese a que los 30 gloriosos
son una excepción y no una norma en la historia del
capitalismo. No hay desaparición de la clase trabajadora pero sí hay “crisis del trabajo”: extendida y creciente precarización laboral; progresiva feminización de la
fuerza de trabajo en nichos de bajos salarios; aumento
de la subocupación y la sobreocupación; fluctuaciones
con piso alto del desempleo; impacto de algunos cambios tecnológicos que, sin reemplazar el trabajo humano, lo someten a nuevas formas de control y gestión
de la relación capital-trabajo; y, consecuencia de lo anterior, proliferación de los “trabajadores pobres” como
condición cada vez más extendida tanto en los países
periféricos como en los centrales, aunque con distinto
ritmo e intensidades.
Por eso, el primer objetivo de esta radiografía es analizar la
morfología de la clase trabajadora en relación con esta “crisis del
trabajo” entendida como una forma histórica concreta que asume la acumulación de capital en la actual crisis del capitalismo.
4 Van der Linden, Marcel, “La clase obrera ha muerto.
¡Larga vida a la clase obrera!”, entrevista con Nicolás Allen, en
Jacobin América Latina, n°4, 2021.
5 Según el INDEC la Población Económicamente Activa es
aquella que se encuentra trabajando o buscando empleo activamente.
6 La OIT (así como la mayoría de las encuestas de hogares
que realizan los operadores estadísticos en cada país) utilizan el
término “informalidad” para agrupar relaciones laborales y económicas sin registro. Aquí utilizamos descriptivamente el término
para hacer uso de esas estadísticas ya construidas.
7 ILO, World Employment and Social Outlook, Trends
2023, p.138.
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 3
Pero, además, dada la latitud desde donde hablamos (parte de la periferia latinoamericana), esta radiografía que pretende ofrecer una mirada de conjunto
de una clase trabajadora heterogénea, implica también
una discusión con aquellas narrativas que señalan que
asistimos a una fractura de la población que vive del
trabajo entre aquellos que “están dentro” y aquellos
que “están afuera”. Para tomar dos análisis muy difundidos mencionemos las elaboraciones inspiradas
en la tesis de la heterogeneidad estructural,8 quienes
consideran que es el carácter limitado del capitalismo en Argentina (y en América Latina) el responsable de mercados de trabajo “dualizados” conformados
por una cada vez más exigua franja de trabajadores en
condiciones “formales” y otro sector destinado a actividades informales o de subsistencia. A pesar de que
sus análisis cuantitativos aportan datos muy valiosos
(y elaboraciones sofisticadas en términos metodológicos), nos diferenciamos críticamente del supuesto teórico según
el cual un capitalismo con desarrollo tecnológico podría incorporar toda la fuerza de trabajo disponible. La experiencia de
los países centrales y sus procesos de precarización e
informalidad creciente nos muestran lo contrario: que
la heterogeneidad actual de la clase trabajadora es un resultado
del desarrollo capitalista como tal. El otro análisis es aquel
que considera que la fragmentación de la clase trabajadora distanció tanto a quienes tienen “empleo con derechos” (siempre limitados y bajo constantes ataques),
de quienes no los tienen y conforman el “precariado”,
que puede (y debe) hablarse de una “economía popular” que corre en un carril paralelo al mercado capitalista (como sostienen organizaciones e intelectuales
de la UTEP, muchos de ellos actuales funcionarios
gubernamentales).
Por el contrario, nuestro análisis de la composición
de la clase trabajadora argentina evita naturalizar la
fragmentación de la clase y busca pensar los vínculos
que sus sectores tienen entre sí. Es decir, uniendo lo
que el propio capital divide para garantizar su acumulación, pretendemos señalar la pertenencia de clase que los diferentes sectores tienen en común, para comprender las diferentes
“fuerzas del trabajo” que nos permitan pensar confluencias y articulaciones reales posibles.
Ahora bien, ¿cómo intentar esta radiografía a partir de las estadísticas del INDEC? Si atendiéramos solamente a las clasificaciones de las ocupaciones que nos
ofrece la estadística oficial las diferencias que los individuos tienen entre sí, de ingresos, condiciones de contratación o tareas laborales, podrían multiplicarse hasta el
infinito e impedir que logremos visualizar los rasgos comunes que hacen que este grupo de personas (que repetimos tiene ingresos cuantitativamente distintos; modos
de contratación -o de no contratación- diferentes; tareas
8 Salvia, A., Vera, J., & Poy, S. (2015), Cambios y continuidades en la estructura ocupacional urbana argentina, en
Lindenboim, J. y Salvia A., Hora de balance: proceso de acumulación, mercado de trabajo y bienestar. Argentina, 2002-2014,
Eudeba. Buenos Aires, págs. 133-172.
laborales cualitativamente diferentes, etc.) constituya
una misma clase social.
Es por esto que partiendo de los datos clasificatorios
que recolecta el INDEC nos proponemos organizarlos
a partir de un enfoque teórico que define a la clase trabajadora como todes aquelles que se ven sometidos a la compulsión económica de vender su fuerza de trabajo -por carecer de
otros medios de producción o no tener un acceso continuo de alimentos o reservas de dinero.9 Siguiendo a
Ricardo Antunes podríamos definirla como la-clase-quevive-del-trabajo, lo que incluye a todos aquellos que “venden” su
fuerza de trabajo por un salario (o necesitan imperiosamente hacerlo aunque no lo logren) y teniendo como núcleo central de la
misma a los trabajadores productivos (en el sentido dado por
Marx).10 Esto implica considerar como parte de la-clase-que-vive-del-trabajo a aquellos que producen directamente plusvalía y participan directamente del proceso
de valorización del capital, pero también a aquellos asalariados improductivos insertos en el sector de servicios
que no generan plusvalía (comercios de bienes y servicios, bancos y entidades financieras) y en el empleo
público (como veremos más adelante). Y, engloba, también a los trabajadores de la denominada “economía informal” y a los trabajadores desempleados que suelen
ser representados como una categoría distinta (precaria,
informal o “popular”)11.
9 Mandel, Ernest, El Capital. 100 años de controversias en torno a
la obra de Karl Marx, México, Siglo XXI, 1985, p. 46.
10 Antunes, Ricardo, Los sentidos del trabajo. Ensayo sobre la afirmación y la negación del trabajo, Buenos Aires, Ediciones Herramienta,
2005. p. 91.
11 “La posición metodológica de Bensaïd (que reconstruye la de
Marx) es que la realidad concreta de la clase social no es un dato empírico autoevidente (rastreable por ingresos, intereses individuales u
otro indicador), sino que accedemos a sus contornos reales a través
de una construcción conceptual que permita dar cuenta del conjunto
de determinaciones que la conforman: la clase está definida por sus
relaciones con el capital y mediante el conflicto social que la opone a
él. Esta doble determinación se imbrica, a su vez, en los distintos niveles en que el conflicto social se desarrolla. En El Capital, comienza por la lucha incesante en el ámbito de producción (en torno a la
extracción de plusvalía), lo que determina las clases en una primera instancia (ver el tomo i); el proceso de circulación (tomo ii) las determina sobre el ángulo del contrato entre el asalariado vendedor de
su fuerza de trabajo y el comprador capitalista (y establece el precio
histórico-moral de la mercancía fuerza de trabajo); finalmente, en el
proceso de reproducción en su conjunto (tomo iii), las clases son determinadas por la combinación concreta del nivel de extracción de
plusvalía, de la organización del trabajo, de su carácter productivo/
improductivo, de la distribución de los ingresos y la conformación
de la tasa media de ganancia, de la reproducción de la fuerza de trabajo en todas las esferas de la vida social y la mediación del Estado.
La complejidad de este proceso, que Marx analiza en los tres tomos
de El Capital, supone entender que no solo son formas distintas en las
que aparecen las relaciones entre capital y trabajo, sino que son también formas distintas del conflicto social, porque es la lucha la que define las condiciones precisas de esta reproducción”, Varela, Paula y
Gutiérrez Rossi, Gastón, “El marxismo como teoría crítica y programa de investigación: Daniel Bensaïd y Michael Burawoy”, en Pérez,
G. y Armelino, M. (ed.) Luz de giro. Nuevas reflexiones sobre filosofía y métodos de las ciencias sociales, Buenos Aires: Editorial de la Universidad
Nacional de General Sarmiento, 2022.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
4
Para mostrar de manera más concreta esta visión
teórica recurrimos a una imagen que piensa a la clase
trabajadora como compuesta por “círculos concéntricos” lo que permite mostrar los componentes diferenciados que forman parte de ella, para ponderar de
manera realista sus cambios y establecer vasos comunicantes entre sus partes heterogéneas. Lejos de cualquier imagen estática de cómo son las clases sociales y
alejándonos también de los diagnósticos sobre “economías dualizadas”, nos proponemos identificar sectores
cuyas fronteras sean, como toda frontera, puntos de
diferenciación y de articulación.
Para eso, nos basamos en el esquema de “cores”
(que aquí traduciremos como círculos) presentado
por Kim Moody en su lectura de la clase trabajadora norteamericana desarrollada en el libro “On New
Terrain. How capital is reshaping the battleground of class
war” de 2017.12 A la que le introdujimos algunas modificaciones para adaptarla a nuestra investigación.
Allí Moody señala, recuperando el clásico trabajo de
Hal Draper,13 que la clase trabajadora puede ser representada como círculos concéntricos a partir de un
“núcleo” industrial esencial y anillos externos al mismo que se extienden hasta abarcar porciones cada
vez más amplias de aquellos “que viven de su trabajo”. Moody, basándose en datos de la estadística laboral norteamericana, elabora un esquema de círculos
concéntricos de esta clase obrera, y coloca en el centro a los trabajadores del sector privado tanto de la
producción como de la logística. En el siguiente círculo y destacándose como un sector altamente concentrado que conforma un “nuevo corazón de la clase
obrera”, coloca a los trabajadores de servicios, donde
destaca particularmente a aquellos empleados en tareas de mantenimiento y de reproducción social. Allí
hay millones de trabajadores situados más allá del núcleo tradicional, pero que se encuentran empleados en
grandes concentraciones (Estaciones, Aeropuertos,
Hospitales, Escuelas, etc.), con más capital e inversión fija y situadas en un entorno urbano. Y, como
último círculo, el compuesto por los trabajadores de
oficina y de ventas, muchos de los cuales también están fuertemente concentrados en términos espaciales.
A su vez, en cada círculo, analiza la composición de
género, étnico racial y migrante. El resultado de este
estudio es una clase trabajadora re-estructurada, con
nuevas concentraciones y más diversa.
12 Véase Moody, Kim, On New Terrain. How capital is reshaping the battleground of class war, Chicago, Haymarket Books, 2017.
Una reseña en https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/observatoriolatinoamericano/article/view/5508/5716
13 Hal Draper (1914-1990) fue un militante socialista marxista de larga trayectoria en la izquierda norteamericana. En los
30 militó en el movimiento trotskista -con el que rompe por la caracterización de la URSS- y en 1966 escribe el influyente folleto
“Socialismo desde Abajo”. En su libro Karl Marx´s theory of revolution, vol. 2, capítulo 2 “The special class” realiza este diagrama de los círculos de la clase obrera que inspiró a Kim Moody.
Inspirados en este análisis, e incorporando algunas
modificaciones, proponemos mostrar cómo se componen los círculos concéntricos de la clase trabajadora en
Argentina. Como se observa en lo que sigue, esa dinámica de “ampliación” que se expande desde el núcleo
central llega, en nuestro caso, hasta aquellas y aquellos
trabajadores que no logran vender su fuerza de trabajo, es decir, hasta la población desocupada.
“Hacer una radiografía
de la clase trabajadora
en clave de círculos
concéntricos nos permite,
también, pensar las
fuentes de poder a nivel
del ‘poder estructural’”
Vale aquí una aclaración: identificar un núcleo duro
a partir del cual se organizan círculos concéntricos más
cercanos o más lejanos con la producción de valor, no
implica una “valoración” de la importancia de cada uno
de los trabajos concretos involucrados en los distintos
círculos. No es que los trabajos que se llevan a cabo en
el círculo 1 son más “importantes” (para nosotres) que los
que se llevan a cabo en el círculo 3. Hay miles de trabajos que son fundamentales para sostener la vida que no
producen valor en términos capitalistas (como el trabajo de reproducción social no remunerado en el hogar y
las comunidades), y hay miles de trabajos que producen
valor en términos capitalistas y son letales para la vida
humana y no humana (como la minería a cielo abierto). El ordenamiento por círculos no identifica el “valor”
de los trabajos concretos para la satisfacción de necesidades humanas, sino el “valor” para la acumulación del
capital, dinámica que rige nuestras sociedades. Y, como
ha analizado tan agudamente la tradición del feminismo socialista y anticapitalista, la acumulación del capital y la sostenibilidad de la vida (y, podríamos agregar,
del planeta) están en abierta contradicción. Pensar una
sociedad en la que los círculos se organicen en función de
las necesidades humanas (para nosotres, una sociedad
socialista) requiere combatir esta sociedad que los organiza en función de la ganancia.
Para aportar a ese combate es también este trabajo. Porque la idea de hacer una radiografía de la clase trabajadora en clave de círculos no busca únicamente comprender la
nueva morfología de la-clase-que-vive-del-trabajo, busca también pensar las fortalezas de esa clase (nuestra clase) para el
combate contra el capital. Busca, en definitiva, repensar
lo que los sociólogos marxistas E.O Wright y Beverly
Silver analizaron como las fuentes de poder de clase. Puede
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 5
considerarse ya clásica la distinción elaborada primero
por Wright (retomando un trabajo pionero del sociólogo italiano Luca Perrone)14 y luego por Silver entre
el poder estructural y el poder asociativo.15 El primero refiere al poder que deriva de la posición de las/os asalariados en el sistema económico, el cual abre la posibilidad
de interrumpir o restringir la acumulación de capital,
ya sea que lo pensemos estrictamente al nivel de un lugar de trabajo (por ejemplo, a través de un paro o un
sabotaje fabril) o al nivel de una rama o sector en el
que cobra especial relevancia la logística que, como dijera Marx, completa el proceso productivo (por ejemplo, a través de una huelga de camiones). Este tipo
de poder estructural está directamente relacionado
con el concepto más específico de “posición estratégica” que John Womack16 destacó (retomando la idea
de Dunlop) para señalar la importancia fundamental
de poner el foco en la ubicación económica e incluso
técnica de las/os trabajadores de una rama o sector a
la hora de considerar cómo la interrupción de su trabajo impide o bloquea el trabajo de otros sectores de
trabajadores (lo que les otorga mayor poder para cortar el proceso productivo capitalista). El poder asociativo, por su parte, es el que deriva de la unidad de las/
los trabajadores y la conformación de organizaciones
obreras, ya sea que asuman formas más sindicales o
más políticas. Esto abre la puerta a que sectores de trabajadoras y trabajadores que en términos estructurales
no detenten un gran poder de fuego, puedan sin embargo construirlo a partir de la conformación de organizaciones de trabajadores.
El análisis de las formas en que se distribuye la clase trabajadora en “círculos concéntricos” nos permite
pensar las fuentes de poder a nivel del “poder estructural” porque posibilita la identificación de diferentes posiciones
(o relaciones) que tienen distintos trabajos humanos
con la acumulación de capital. Es decir, nos permite
identificar posiciones estratégicas de les trabajadores
para su lucha contra el capital.
Basándonos en estas consideraciones teóricas y políticas, nuestra radiografía de la clase trabajadora en
Argentina diferencia cuatro círculos que señalan cuatro
posiciones de las y los trabajadores respecto de la explotación y la producción de valor. Aquí los presentaremos brevemente, y en cada una de las entregas
(dedicada a explorar cada círculo en profundidad) desarrollaremos la argumentación.
El primer círculo, está conformado por un primer
conjunto de tres tipos de relaciones del trabajo humano con la acumulación de capital: trabajo productivo
14 Véase E. O. Wright, “Working class power, capitalist class
interest, and class compromise”. American Journal of Sociology, n°
105, vol. 4, 2000, pp. 957-1002
15 Véase Beverly J. Silver, Fuerzas del trabajo. Los movimientos
obreros y la globalización desde 1870, AKAL, 2005.
16 Womack, John, Posición estratégica y fuerza obrera. Hacia una
nueva historia de los movimientos obreros. México: FCE, 2008.
productor de bienes materiales (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca , explotación de minas y canteras,
industria manufacturera, construcción); trabajo productivo productor de servicios ligados en forma directa a la producción
de bienes materiales (transporte de mercancías, centros de
distribución y logística, telecomunicaciones, correos);
y trabajo productivo y no productivo (por ser realizado para
el estado) productor de bienes materiales y/o servicios que constituyen “infraestructura básica para la valorización del capital”
(suministros de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado y suministros de agua, alcantarillado y gestión
de desechos y actividades de saneamiento).
El segundo círculo, está conformado por un segundo conjunto de tres tipos de relaciones del trabajo humano con la acumulación de capital: trabajo productivo y
no productivo productor de servicios de reproducción de la fuerza de trabajo (educación, salud y cuidados privados y públicos); trabajo productivo y no productivo productor de servicios
no ligados en forma directa con la producción de bienes materiales
(transporte de pasajeros); trabajo productivo y no productivo
productor de bienes culturales (actividades de comunicación
e “industria” cultural y del entretenimiento).
El tercer círculo, está conformado por un tercer
conjunto de seis tipos de relaciones del trabajo humano con la acumulación de capital: trabajo productivo y
no productivo prestador de servicios de gastronomía, hotelería
y turismo; trabajo no productivo prestador de servicios financieros (bancos, agentes de bolsa, etc.); trabajo no productivo prestador de servicios comerciales (comercio); trabajo no
productivo prestador de servicios personales (trabajo en casas
particulares, reparaciones para usos particulares, peluquería, manicuría, etc); trabajo no productivo prestador de
servicios administrativos del estado (administración pública
nacional, provincial, municipal); trabajo no productivo prestador de servicios de la sociedad civil (sindicatos y asociaciones).
El cuarto círculo está compuesto por aquellas trabajadoras y trabajadores desocupados ya sea que estén expresados en
términos estadísticos bajo la forma de desocupación abierta o que
formen parte de los trabajadores inactivos (quienes según el
relevamiento de EPH-INDEC no hayan trabajado ni
buscado empleo durante el período de referencia) pero
cuya inactividad se deba al llamado “efecto desaliento”. Es decir, quienes se encuentran disponibles para trabajar pero
se retiran de la Población Económicamente Activa, justamente, por no conseguir vender su fuerza de trabajo.
Esta decisión contiene dos elementos importantes a resaltar: en primer lugar, y más evidente, el de concebir
como parte de la clase trabajadora al sector de los trabajadores desocupados, aquellos que no logran reproducir sus medios de vida a través de la venta de su fuerza
de trabajo. En segundo lugar, dar cuenta de que el sector de desocupados es una de las distintas expresiones
de lo que se conoce como superpoblación relativa: la generación de una masa de la población obrera repelida o
semi repelida de las relaciones salariales y distintas formas de venta de la fuerza de trabajo, subproducto de
los movimientos de repulsión y atracción propios de la
6
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
acumulación capitalista. Es decir, que su existencia, lejos de ser una anomalía, forma parte de la dinámica inherente al capitalismo.17
Como hemos dicho más arriba, nuestra definición de clase trabajadora excede a quienes componen estos 4 círculos concéntricos, los cuales incluyen
a quienes están dispuestos a vender su fuerza de trabajo (lo logren o no). Hay muchos miembros de la clase
trabajadora que “no están en condiciones de hacerlo” (al menos para los criterios del mercado de trabajo bajo
las legislaciones vigentes) como los y las niñas, ancianos, enfermos, quienes presentan algunos tipos
de “discapacidad”. Pero también hay muchos y sobre todo muchas, cuyo principal impedimento para
intentar vender su fuerza de trabajo en el mercado es que llevan adelante un trabajo que también es
esencial para el capital, aunque es sistemáticamente
negado en su carácter de trabajo y en su esencialidad: el trabajo del mantenimiento diario y renovación generacional de la fuerza de trabajo que se lleva a cabo en forma
no remunerada en el ámbito privado del hogar y las redes familiares y comunitarias de cuidados.18
En términos metodológicos, este ordenamiento implica una relectura de las fuentes estadísticas y un agrupamiento de las actividades relevadas por el INDEC en
función del lugar que ocupan para el capital, de la relación que éstas tienen entre sí y de sus transformaciones.
Para ello realizamos un procesamiento de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares relevada por el INDEC19 (en este caso los datos son del 3º
17 El instrumento de medición (EPH-INDEC) no permite
captar de manera clara y precisa esta superpoblación relativa. Sus
categorías y conceptualizaciones presentan una serie de obstáculos a la hora de realizar este tipo de disquisiciones, aunque permite hacer aproximaciones. Por este motivo, si bien las formas
de manifestarse de la superpoblación relativa pueden ir desde la
desocupación abierta, hasta la subocupación y distintas formas
de la ausencia de registro (lo que comúnmente se conoce como
“informalidad”), aquí incorporamos sólo a las dos dimensiones
mencionadas (desempleo abierto e inactivos por efecto desaliento) para evitar superposiciones y duplicaciones ya que la presencia de otras formas de la superpoblación relativa (como el trabajo
no registrado o la subocupación) están contenidas en distintos círculos concéntricos.
18 Para un análisis de la esencialidad del trabajo de reproducción social véase Varela, Paula, “Dossier: El trabajo de las
mujeres: feminismos, marxismos y reproducción social”, revista
Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda, Año VIII,
N°16, (marzo-agosto), 2020. Disponible en: https://www.archivosrevista.com.ar/numeros/index.php/archivos/issue/view/16
19 La Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) es
una herramienta estadística desarrollada por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INDEC) que se utiliza para medir y monitorear la situación socioeconómica de los hogares y las personas en el
país. La EPH se lleva a cabo en todo el territorio nacional, y consiste en una encuesta de muestra que se realiza trimestralmente. Su objetivo principal es recopilar información sobre el mercado laboral y
la distribución del ingreso en Argentina. Utiliza una muestra probabilística de hogares para recolectar información sobre la situación socioeconómica de la población. La muestra es seleccionada mediante
un diseño muestral estratificado, por conglomerados y multietápico.
trimestre de 2022). Utilizar los microdatos nos permite, mediante la utilización de dos software estadísticos (R y SPSS) realizar un desagregado de datos con
dos objetivos principales. En primer lugar, circunscribir nuestro universo a todos los trabajadores asalariados (registrados y no registrados), “cuentapropistas”,
desocupados y desalentados excluyendo puestos jerárquicos, jefaturas y gerenciales. En su procesamiento habitual,
la EPH es utilizada para construir los informes trimestrales de Mercado de Trabajo20 sin realizar ninguna
delimitación de los sectores patronales y jerárquicos a
la hora de elaborar los principales indicadores. Desde
nuestro lugar, resulta central poder dar cuenta de las
distintas dimensiones de la actividad de la clase trabajadora sin las distorsiones que se introducen en las diferentes variables con la inclusión de estas poblaciones
que no pertenecen a la clase-que-vive-del-trabajo. En
segundo lugar, la utilización de la fuente nos permite
reagrupar bajo el criterio que explicitamos previamente las actividades relevadas a partir del Clasificador de
Actividades Económicas (CAES-Mercosur)21.
En el Cuadro 1 presentamos las actividades económicas del CAES organizadas en función de los círculos que construimos.
Datos generales sobre la población
económicamente activa
Antes de pasar a mostrar la distribución de la clase trabajadora en los 4 círculos concéntricos detallados más arriba, veamos algunos datos generales que
nos permiten situarnos rápidamente en términos de
las principales categorías ocupacionales que registra el INDEC. Los siguientes datos son extraídos del
informe de Mercado de Trabajo del INDEC del III
Trimestre de 2022 - Total Población.
Si miramos este segundo diagrama donde reelaboramos la PEA bajo un criterio de incluir solamente a
quienes forman parte de la clase trabajadora podemos
observar varias cuestiones relevantes.
Se seleccionan los hogares dentro de cada conglomerado mediante
un procedimiento de muestreo aleatorio simple. En cada hogar seleccionado se relevan las características de todos sus miembros, lo que
permite obtener información representativa de la población a nivel
nacional. La población objetivo de la EPH son todos los hogares urbanos que residen en el territorio nacional.
20 Mercado de Trabajo - Principales Indicadores Socioeconómicos,
Trabajo e Ingresos (INDEC)
21 Este instrumento organiza las actividades a partir del tipo
de producción o servicio que ofrece, siendo una versión adaptada del Clasificador de Actividades Económicas del Mercosur
(CAEM), que a su vez se basa en la Clasificación Industrial
Uniforme (CIIU) de las Naciones Unidas. Teniendo en cuenta que el clasificador cuenta con 20 secciones, 88 divisiones, 286
grupos y 664 clases distintas de actividad económica, la reorganización mediante el agrupamiento de las actividades se vuelve un
ejercicio fundamental a la hora de radiografiar la composición y
posiciones de la clase trabajadora en Argentina.
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 7
Cuadro 1. Tipos de trabajo y actividades económicas según el CAES
Elaboración propia en base al CAES
En primer lugar, que de un total de 15 millones
de trabajadores, los que efectivamente logran vender su fuerza de trabajo (ocupados) son poco más
de 13.700.000, mientras quienes no lo logran (desocupados) son poco más de 1.700.000 (este número
incluye a la desocupación abierta + los inactivos desalentados). Esto constituye cerca del 11% de desocupación entre les trabajadores del país. En un contexto
en el que los organismos oficiales suelen vanagloriarse de la “baja desocupación” en la Argentina actual,
mirar las cifras con mayor detenimiento y poniendo
el foco en la-clase-que-vive-del-trabajo ayuda a comprender la gran cantidad de trabajadores que están
desocupados, es decir, privados de la posibilidad de
obtener los medios para su propia subsistencia y la
de su familia.
8
Diagrama 1. Principales tasas del mercado de trabajo EPH-INDEC, III trimestre de 2022
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos INDEC - Tercer trimestre 2022. Los valores muestrales se proyectan sobre el total poblacional a partir de la construcción de un factor de expansión que resulta de la proporción entre el total de la muestra y el total
poblacional. Teniendo en cuenta que el diseño de la encuesta utilizada corresponde a valores muestrales, las cifras que proporcionamos son siempre aproximaciones.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
Diagrama 2. Principales tasas del mercado de trabajo categorización Observatorio de les Trabajadores
de LID (basado en reelaboración EPH-INDEC, III trimestre de 2022)
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos INDEC - Tercer trimestre 202222.
22 Este Diagrama 2 está elaborado sobre la misma base de microdatos y el mismo factor de expansión que el Diagrama 1. Las
diferencias entre ambos se corresponden a las decisiones teóricas y de delimitación del sujeto a caracterizar: las y los trabajadores.
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 9
“Si miramos la situación del conjunto de les
trabajadores en la Argentina actual (ocupados y
desocupados): sólo el 40% logra vender su fuerza
de trabajo con derechos laborales (asalariados
registrados), el 19% vende su fuerza de trabajo
con altos niveles de precarización (trabajadores
cuentapropistas), el 30% lo hace sin ningún tipo de
derechos (trabajadores no registrados) y el 11% no
logra vender su fuerza de trabajo. Es decir que la
precarización del empleo acucia al 60% de la clase
trabajadora argentina”
Dentro de los que sí logran vender su fuerza de trabajo, casi 11 millones lo hacen bajo la forma de asalarización, mientras poco más de 2.800.000 lo hace bajo
otras formas (que la estadística nomina como “cuentapropistas”). Esto también constituye un dato relevante
porque dado que hemos quitado a los “profesionales”
de la categoría de cuentapropistas (como forma de aproximarnos a delimitar a la “pequeñoburguesía” o “clase
media”), estos 2.800.000 trabajadores lejos de indicar
“ascenso social”, indican un 20% de personas que trabajan bajo formas precarias de contratación laboral
a) Consideramos Población Económicamente Activa a todos
los trabajadores ocupados y que buscan trabajo de forma activa,
que no pertenecen a las fuerzas de seguridad ni se encuentran ocupando puestos gerenciales o jefaturas. Tampoco se tienen en cuenta
a quienes pertenecen a la categoría de patrones ni a los cuentapropistas de calificación profesional. b) Para la construcción del total
de ocupados se tienen en cuenta a todos los asalariados ocupados,
exceptuando a las fuerzas de seguridad, a aquellos que cumplen
funciones del capital como jefes y puestos gerenciales y a todos los
cuentapropistas, excluyéndose a quienes entran en la categoría de
“patrones” y a los cuentapropistas profesionales como forma de delimitar a las capas medias que pertenecen a la pequeño-burguesía.
c) La cantidad de desocupados es construida no sólo a partir de la
“desocupación abierta” sino también a partir de un sector de inactivos que buscó trabajo en los últimos doce meses y cuya no participación en la población económicamente activa se considera que
puede tener que ver con el “efecto desaliento”. d) Los asalariados
no incluyen fuerzas de seguridad, puestos gerenciales y de jefatura y son filtrados utilizando el Código Nacional de Ocupaciones y
Clasificación de Actividades Económicas del Mercosur. Esta decisión impacta también en los valores de la cantidad de asalariados
registrados y no registrados. e) Cómo se explica previamente para
la construcción de los valores en cantidad de trabajadores cuentapropistas no se tienen en cuenta a los cuentapropistas profesionales por considerarlos en mayor medida parte de las capas medias/
pequeña burguesía.
(monotributo, monotributo social, actividades “independientes” sin registro, etc.).
Si a este dato de precarización, le agregamos el
de empleo informal encontramos lo siguiente. Entre
los asalariados (casi 11millones), hay poco más
de 6.300.000 que están registrados y la friolera de
4.600.000 que están no registrados. Esto constituye
más del 42% de los asalariados en la “informalidad”,
un porcentaje altísimo de trabajadores que no tiene
aportes jubilatorios, indemnización por despido, aguinaldo, vacaciones, ART, etc.
Mirando el conjunto de los trabajadores ocupados
(asalariados y no asalariados) tenemos una distribución de 46% registrados, 34% no registrados y 20%
cuentapropistas.
Es decir que más de la mitad de quienes logran
vender su fuerza de trabajo en Argentina, lo hace bajo
altos niveles de precarización (cuentapropismo) o completos niveles de precarización (empleo informal)
A esto se suma la situación de los desocupados que,
como señalamos más arriba, constituyen más del 11%
de esta PEA de clase trabajadora (porque hemos incorporado en esta categoría a quienes ya no buscan empleo
no porque no quieren trabajar sino porque se cansaron
de buscar trabajo y no conseguirlo). Por lo que si miramos la situación del conjunto de les trabajadores en la
Argentina actual (ocupados y desocupados) encontramos que sólo el 40% logra vender su fuerza de trabajo con derechos laborales (asalariados registrados), el 19%
vende su fuerza de trabajo con altos niveles de precarización (trabajadores cuentapropistas), el 30% vende su fuerza de trabajo sin ningún tipo de derechos (trabajadores no
registrados) y el 11% no logra vender su fuerza de trabajo.
Es decir que la precarización del empleo acucia al 60%
10
de la clase trabajadora argentina.
Esta clase trabajadora ultra-precarizada implica mayores niveles de heterogeneidad, marcadas diferencias
en las condiciones de trabajo a su interior y mayor
debilidad de la organización colectiva (los sindicatos),
elemento clave del poder histórico de la clase trabajadora en nuestro país. Ante este escenario se vuelve
muy relevante analizar en qué consiste esta heterogeneidad, determinar dónde están situadas las “nuevas
fuerzas del trabajo”, cuáles son sus fortalezas (y sus debilidades), y cuáles sus potenciales recursos de poder
a la hora de la lucha de clases. El tipo de análisis que
proponemos a continuación tiene por objetivo aportar
en ese sentido.
Veamos entonces una primera panorámica de cómo
se organizan los distintos sectores de la clase trabajadora en función de los 4 círculos definidos.
Cantidad de trabajadores y ramas de actividad
determinantes en cada círculo
Para comenzar esta radiografía, veamos el peso relativo que tiene cada uno de los círculos concéntricos en la composición de la clase trabajadora en la
Argentina actual.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
Gráfico 1 - Peso relativo de cada Círculo
trabajadores, y por último, el círculo 4 con un total de
1.726.000.
Si analizamos los tres círculos en los que se distribuyen los trabajadores ocupados (que engloban un total
de 13.732.000 personas), más de la mitad corresponde al círculo 3, cerca de un tercio al círculo 1 y casi un
cuarto al círculo 2.
Para analizar qué significa esto en términos de ramas de actividad, veamos cuáles son las ramas que
traccionan cada uno de los círculos para poder establecer con mayor precisión en dónde trabajan quienes logran vender su fuerza de trabajo en nuestro país.
Como vemos en el gráfico 2, la principal rama de
actividad (siempre en términos de cantidad de trabajadores y trabajadoras) del círculo 1 es la industria
manufacturera, la cual concentra el 39,1% de les trabajadores de dicho circuito (aproximadamente 1.602.200
trabajadores). Le sigue la construcción con el 36,9%
(cerca de 1.513.300 trabajadores), y transporte y logística con el 10,1% (aproximadamente 412.800). Entre
las tres primeras definen el 86% del total del empleo
del primer círculo, lo que representa en valores absolutos cerca de 3.526.000 trabajadores.
“En el círculo de
actividades que
configuran el corazón
de la producción de
valor (círculo 1), la
industria manufacturera
aún conserva un peso
significativo por la
cantidad de trabajadores
que emplea en forma
directa y por las
actividades relacionadas
que activa (construcción y
logística)”
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos INDEC Tercer trimestre 2022
Si consideramos los cuatro círculos de trabajadoras
y trabajadores en valores absolutos, el que concentra
la mayor cantidad es el círculo 3 con un total aproximado de 7.085.928, le sigue el círculo 1 con un total de 4.100.797, el círculo 2 con un total de 2.640.056
Entonces, si miramos la foto actual, en el círculo
de actividades que configuran el corazón de la producción de valor (siempre en términos capitalistas),
podemos decir que la industria manufacturera aún
conserva un peso significativo en términos de la cantidad de trabajadores que ocupa en el país. Esto es
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 11
Gráfico 2 - Peso relativo de las actividades comprendidas en el Círculo 1
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos INDEC - Tercer trimestre 2022
importante si tenemos en cuenta la tendencia a la reducción de los trabajadores industriales que se discute a nivel mundial23. Sin embargo, como señalaremos
más adelante, este significativo peso relativo de la industria manufacturera debe analizarse en cruce con la
“calidad” del empleo que se produce en el sector, calidad que presenta altos índices de cuentapropismo y
trabajo no registrado. Por otra parte, en relación con
la segunda actividad que tracciona el empleo en este
círculo 1 (construcción), es importante tener en cuenta que, cuando hablamos de construcción nos estamos
refiriendo a distintos tipos de actividades que incluyen:
construcción de viviendas, puentes, puertos, rutas, infraestructura energética, infraestructura de gestión de
residuos, etc. Es decir, muchas de estas ramas de la
construcción están ligadas de forma directa a la industria manufacturera dado que garantizan, ya sea, la infraestructura para la producción en sí misma, como
así también la infraestructura para el transporte y logística (como momento que completa el proceso de
producción). Por último, es importante destacar que
el tercer sector que tracciona el empleo en este círculo 1 es transporte y logística, sector que, como señalara Kim Moody en su análisis de la clase obrera
norteamericana,24 viene cobrando peso en las últimas
23 En el Informe 2, dedicado exclusivamente al análisis de
Círculo 1, analizaremos qué ramas de la industria manufacturera son
las más dinámicas en cantidad de trabajadores y trabajadoras y explicaremos la importancia de este sector en términos de poder de clase.
24 Kim Moody, 2017, op. cit.
tres décadas a nivel mundial. Buena parte de este sector también está ligado en forma directa con la producción industrial, operando como “momento de la
producción en la circulación”, es decir, completando el
proceso de producción de mercancías.
Como se observa en el gráfico 3, las actividades
que concentran la mayor cantidad de trabajadores
dentro del segundo círculo son, en primer lugar, la salud pública y privada que explican el 40% (cerca de
1.065.000); en segundo lugar la educación pública y
privada con el 33% del círculo (cerca de 880.000 trabajadores); y en tercer lugar el transporte de pasajeros
con el 24% (cerca de 635.000).
Si nos concentramos en las dos primeras actividades,
observamos que más del 70% de las y los trabajadores de
este círculo está traccionado por lo que se denomina el
“trabajo de reproducción social asalariada” (que incluye
salud, educación, cuidados), el cual constituye uno de los
nuevos nichos de acumulación de capital cuando pertenecen al sector privado (las denominadas “industrias de
la salud y la educación”) y uno de los sectores de mayor
crecimiento a nivel mundial dentro del área de servicios.
Además, como analizaremos en el tercer informe, es un
trabajo altamente feminizado lo cual lo emparenta con el
trabajo de reproducción social no remunerado que llevan
adelante muy mayoritariamente las mujeres en los hogares y en las comunidades. Como dijimos más arriba, en
términos de la producción de valor, en este círculo existe trabajo productivo y no productivo, dado que una parte significativa de la salud y la educación en Argentina es
12
Gráfico 3 - Peso relativo de las actividades del Círculo 2
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
Elaboración propia en base a microdatos INDEC - Tercer trimestre 2022
estatal, pese a los constantes recortes presupuestarios. Es
decir, estos trabajadores (particularmente estas trabajadoras) tienen al Estado como empleador. Para tener una primera aproximaciòn, dentro del ámbito de la salud, el 37%
de las y los trabajadores son empleados por el Estado (lo
que implica cerca de 393.000), mientras que en el ámbito
de la educación los porcentajes son: 55.7% pertenecientes
al sector público (488.000 trabajadores) y 43,8 % al sector privado.
“El círculo 2 está
determinado por el
empleo en la reproducción
social asalariada,
mostrándose como
nicho de concentración
de trabajadores (muy
mayoritariamente
mujeres) y como nicho de
acumulación de capital”
Si miramos el gráfico 4, correspondiente al círculo
3, que concentra el porcentaje mayoritario del trabajo remunerado en Argentina, encontramos, en primer
lugar, que en este círculo se agrupa una mayor cantidad de actividades en comparación con los dos anteriores. Este conglomerado heterogéneo de actividades
está conformado por distintas formas de trabajo que
en su gran mayoría son improductivas en relación a la
acumulación de capital -por estar mayormente situadas en el circuito de la circulación de mercancías y no
estar vinculadas a la producción. Aquí se destacan actividades como: comercio; trabajo en casas particulares; Gastronomía y Turismo; actividades inmobiliarias
y administrativas; administrativas del estado; financieras; culturales, aunque entre ellas difieren fuertemente en términos salariales y contractuales. Dentro de
este conjunto de actividades, la que más tracciona el
empleo es comercio (con el 31,6%, cerca de 2.240.000
trabajadores); le siguen las trabajadoras de casas particulares con el 17,4% (1.230.000) y en tercer lugar la administración pública con el 15,4% (cerca de 1.100.000
trabajadores). Como veremos más adelante, el peso relativo de las trabajadoras de casas particulares (actividad en la que el 96,7% son mujeres) va a explicar
buena parte de la alta feminización de este círculo (el
más feminizado de los tres) y va a traccionar también
(aunque no exclusivamente) los altos índices de informalidad de este círculo.
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 13
Gráfico 4 - Peso relativo de las actividades del
Círculo 3
Elaboración propia en base a microdatos INDEC - Tercer trimestre 2022
¿Cómo es la división del trabajo según sexos? 25
Vista la cantidad de trabajadores y las ramas de actividad que más traccionan el empleo en cada uno de
los círculos concéntricos, queremos pasar ahora a analizar cómo es respecto de la división del trabajo (remunerado) según sexos.
Gráfico 5 – Composición de los círculos 1, 2 y 3
por sexo.
Fuente: elaboración propia en base microdatos INDEC Tercer trimestre 2022
25 En la distribución por sexo aparecen únicamente varones
y mujeres porque esos son los datos que proveen las estadísticas.
No tenemos modo de relevar otras opciones sexuales.
Como observamos en el gráfico 2, lo primero que
salta a la vista es una cuestión muy interesante: mientras los círculos 2 y 3 muestran una mayoría de trabajadoras mujeres, el círculo 1 es abrumadoramente
“masculinizado”: 82,3% varones vs. 17,7% mujeres.
Este no es un dato menor porque, como vimos más
arriba, es justamente dicho círculo (el 1) el que concentra los denominados “sectores estratégicos” de la economía. Es decir que, pese a que la participación de las
mujeres en el trabajo remunerado a nivel general es
del 45% del total de la población ocupada, su participación en los denominados sectores estratégicos disminuye a menos de un quinto.
“En términos de división
del trabajo según sexos,
la repulsión de las
mujeres del núcleo de la
producción de valor, lleva
a que se concentren en
las tareas de reproducción
social asalariada y en el
sector servicios”
Esto tiene consecuencias de muchos tipos. En primer lugar, en lo que se denomina la “segregación horizontal” a la hora de reflexionar sobre la participación
desigual de las mujeres en el mercado de trabajo a partir de su inserción en ciertas ocupaciones o sectores de
actividad (y no en otros). Al mirar los tres círculos de
conjunto, esto se torna evidente a través de la alta participación en los dos círculos copados por los servicios
(círculos 2 y 3), y la baja participación en el círculo 1
dedicado a la industria energética y manufacturera, la
industria extractiva y agropecuaria, la logística.
Pero además, la segregación horizontal también se
torna evidente al interior de los círculos. Por un lado,
si miramos el círculo 2 de conjunto, encontramos que
las mujeres tienen una participación de poco más 7
puntos superior a la de los varones (53,7% de mujeres
vs. 46,3% de varones); pero si miramos esta diferencia
por rama de actividad dentro del círculo dos, comprobamos que las mujeres se concentran ampliamente en
aquellas relacionadas con el trabajo de reproducción
social remunerado (educación y salud), mientras los
varones conforman casi la totalidad de los trabajadores en el sector del transporte de pasajeros (94%). Por
su parte, en el círculo 3 de conjunto, la participación
de las mujeres es superior a la de los varones por 14
puntos porcentuales (57% mujeres vs. 43% varones),
14
pero cuando miramos cada una de las actividades nos
encontramos con que las trabajadoras de casas particulares, que representan el 17,4% del conjunto del círculo, está compuesta por un 97% de mujeres. Demás
está decir que esta actividad es la que presenta mayor
ausencia de registro laboral, siendo el 78% trabajadoras sin derechos.
Entonces, a dicha “segregación horizontal” en donde se establece de hecho que ciertas ocupaciones y actividades son más adecuadas para mujeres, podemos
agregar que son las mujeres las que se insertan mayoritariamente en lo que más arriba llamábamos sectores
de servicios en general, en trabajos más invisibilizados
y expuestas a una mayor precariedad laboral. Cuando,
en los próximos informes, analicemos cada círculo con
más detalle, veremos cómo refracta esta división del
trabajo por sexo en condiciones de trabajo y en remuneración para las mujeres.
Gráfico 6 - Niveles de trabajo no registrado según
los círculos de actividades
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
¿Qué pasa con el trabajo no registrado en cada
círculo?
Luego de este primer panorama de los sectores que
traccionan el empleo en Argentina en términos de cantidad, veamos ahora algunos rasgos de la calidad de
dicho empleo. Para ello, tomaremos dos indicadores
fundamentales (nivel de no registro y cuentapropismo)
que permiten ver las condiciones en las que venden su
fuerza de trabajo quienes logran hacerlo.
Como se señala en el diagrama 2, el 79.6% de las
y los trabajadores ocupados (según nuestra categorización), lo están bajo la forma de trabajo asalariado.
Ahora bien ¿qué formas asume este trabajo asalariado
en los distintos círculos?
De conjunto, la incidencia del trabajo no registrado
en las relaciones salariales en Argentina es del 37,4%
para el trimestre analizado según INDEC26. Sin embargo, cuando dejamos afuera a quienes no pertenecen
a la clase trabajadora (como explicamos en nuestras decisiones metodológicas) podemos observar que estos
valores ascienden al 42,1%. Es decir, que entre quienes
están asalariados cuatro de cada diez son trabajadores sin derechos. Estamos hablando de por lo menos
4.600.000 de trabajadores sin paritarias, días por enfermedad, licencias por maternidad, indemnización, protección ante los despidos, y un largo etcétera.27
26 Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH), Tercer trimestre de 2022. https://www.
indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_
eph_3trim22F4483A3158.pdf
27 Basta con recordar el período más agudo de la crisis pandémica, bajo el cual las magras e insuficientes protecciones sobre el trabajo (como la prohibición de despidos o la doble indemnización) no
tenían (lógicamente) ningún efecto sobre la enorme masa de trabajo no registrado resultando en la destrucción de millones de puestos
de trabajo. Por eso, mientras Las estadísticas nos ofrecían la imagen
de una estructura ocupacional con tasas de trabajo no registrado en
Fuente: elaboración propia en base microdatos INDEC Tercer trimestre 2022
Si miramos esta cifra en términos de los círculos
concéntricos que organizan este informe, vemos que
el círculo 1 y el círculo 3 presentan niveles de trabajo
no registrado casi idénticos (46% y 46.2% respectivamente), mientras el círculo 2, presenta niveles de no registro de casi 20 puntos porcentuales menos (26.4%).
Si nos concentramos en el círculo 1, este trabajo
sin derechos incluye cerca de 1.352.000 trabajadores.
Cuando nos detenemos en las actividades que lo explican en mayor medida encontramos valores altísimos
en varias de ellas, con la construcción destacándose
claramente con el 72,5% (cerca de 661.500 de trabajadores sin registro alguno (esta es una de las actividades que, junto con trabajadoras de casas particulares,
presentan los índices más altos de trabajo sin registro).
En segundo lugar están los trabajadores del transporte
y almacenamiento de mercancías con 47,7% (148.200
trabajadores aproximadamente); y le siguen, el 36,7%
entre los trabajadores agropecuarios y de minas y
canteras (cerca de 41.400 trabajadores); el 36,5% en
industria manufacturera (cerca de 443.081 trabajadores); el 32,8% en el suministro agua, gas y electricidad
(5.000 trabajadores aproximadamente). Estas cifras indican, al menos, dos cosas respecto de este círculo 1
(que concentra las actividades que se encuentran en el
descenso, lejos de un proceso de formalización del empleo, lo que
mostraba era la enorme vulnerabilidad en la que se encuentra cerca
de la mitad de los trabajadores ocupados asalariados, insertos incluso (como veremos a continuación) en actividades que se encuentran
en el corazón de la producción de valor en el país.
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 15
“El trabajo no registrado es un fenómeno transversal
a los tres círculos y supera el 40% de les trabajadores
asalariados. Esto significa al menos 4.600.000
trabajadores sin paritarias, días por enfermedad,
licencias por maternidad, indemnización, protección
ante los despidos, y un largo etcétera”
“núcleo” de la producción de valor en nuestro territorio): a) que existe una gran heterogeneidad de situaciones de desprotección de les trabajadores según rama
de actividad, haciendo que actividades como la construcción presente el doble de trabajo no registrado que
la industria manufacturera; b) que la informalidad no
es un fenómeno de actividades con baja productividad
(como ha sido caracterizado en algunas oportunidades), sino que es un fenómeno estructural de la producción capitalista, que recorre transversalmente todas
las ramas de actividad productoras de valor. Es decir
que, lejos de correr a través de un circuito diferenciado
de la estructura productiva, el trabajo no registrado y
sin derechos es una parte fundamental de las actividades productivas, incluso de aquellas con mayores niveles de productividad. Como fue señalado por algunos
trabajos académicos ya “clásicos”, la “economía informal” no constituye un sector separado y autónomo,
sino un componente (o segmento) de la economía, que
influye, de diversos modos, en la dinámica de la producción y distribución de mercancías. De ahí que la
informalidad aparece muchas veces como “el reverso
informal de las actividades formales”.28
En este sentido, si prestamos atención a la heterogeneidad de situaciones que nos muestran los datos
al interior de este primer círculo y nos concentramos
en las actividades que más trabajadores emplean, que
son también las que se ubican en los extremos de este
indicador, pueden destacarse algunas diferencias. En
el caso de la construcción -que encabeza este indicador en un nivel muy alto (72,3%) y que sin dudas empuja hacia arriba el porcentaje de todo el círculo 1- el
no registro es una condición que atraviesa estructuralmente a toda la actividad. Aunque los niveles más altos tanto de no registro como de cuentapropismo se
concentran en la construcción tradicional de pequeña
y mediana escala de locales y viviendas, donde el trabajo es menos calificado y los salarios son más bajos,
la creciente tercerización del proceso productivo y las
largas cadenas de subcontrataciones que llevan adelante las grandes empresas para reducir los costos y
aumentar sus ganancias, lo vuelven un problema más
extensivo y general. Sin contar que el trabajo formal
28 Portes, Alejandro y Haller, William, La economía informal.
Santiago de Chile. CEPAL, 2004.
en esta actividad usualmente se combina y complementa con trabajos extras informales o por cuenta
propia.29 Por su parte, el trabajo no registrado en la
industria manufacturera (pero también en la explotación de minas y canteras y las actividades de suministros para la producción) tiene una incidencia más baja
pero no desdeñable, y forma parte de la misma estrategia que utilizan las empresas para abaratar los costos
de la mano de obra y aumentar los márgenes de ganancia. También aquí el “trabajo en negro” es más alto
en las pequeñas y medianas empresas, que son las que
generalmente proveen de insumos a las más grandes
(donde se concentra el gran capital), aunque suelen ser
estas últimas las que más aprovechan las ventajas de la
reducción de costos de la mano de obra de las primeras, dando cuenta de los fuertes vínculos que existen
entre las actividades formales y las “informales” en términos de sus niveles de registro.30 Por último, los procesos de tercerización y subcontratación en la industria
(cuyo impacto real no se puede medir cuantitativamente pero sí existen muchos estudios de casos que lo
registran) involucran situaciones de no registro y también de autoempleo encubierto. Si bien entre 2003 y
2010 creció el empleo formal en la industria manufacturera, y hubo un período de caída relativa del trabajo no registrado (conforme ocurrió en el conjunto de
29 Para un análisis más extendido sobre la incidencia del
trabajo no registrado y por cuenta propia en la industria de la
construcción, en el cruce con los cambios en los marcos normativos ver Vergara Parra, Albano, “Informalidad laboral en el sector de la construcción: elementos y perspectivas para su análisis
presente”, Avances de Investigación No 11. Publicación del Centro
Investigación en Trabajo, Distribución y Sociedad (FCE-UBA), 1
(1), 7-19, 2013, y Groisman, Fernando, et. al., “Precariedad, informalidad y normas laborales en Argentina”, 11° Congreso Nacional
de Estudios del Trabajo. El mundo del trabajo en discusión. Avances y temas
pendientes, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del
Trabajo (ASET), Buenos Aires, 2013.
30 Para un análisis sobre el modo en que el trabajo no registrado se vincula con las condiciones macroeconómicas más
generales, y sobre su carácter “necesario” y “funcional” para
la supervivencia y la acumulación del capital, considerado desde las cadenas productivas sectoriales, ver Pérez, Pablo, Chena
Balbuena, Pablo y Barrera Insúa, Facundo, “La informalidad
como estrategia del capital. Una aproximación macro, inter e intra sectorial”, en Busso, M. y Pérez, P. (coord.) La corrosión del trabajo. Estudios sobre informalidad y precariedad laboral, Miño y Dávila,
Buenos Aires, 2010.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
16
la economía), entre 2011 y 2019 volvió a crecer en detrimento del trabajo formal con plenos derechos. A su
vez, es importante destacar que el trabajo informal es
particularmente alto entre las mujeres trabajadoras de
la industria manufacturera, conformando un porcentaje mayor que el que representa su participación para
toda la actividad. Esto implica que, las mujeres participan mucho menos que los varones en el empleo industrial, pero cuando lo hacen, se ubican en los puestos
más precarios en relación al tipo de contratación.31
Si miramos lo que sucede en el círculo 3, -donde
se ubican las actividades que están más alejadas del
núcleo de la producción de valor y que en general se
caracterizan por presentar menores niveles de productividad- vemos que presenta un porcentaje de trabajo
no registrado semejante al del círculo 1. Sin embargo, salta a la vista una primera diferencia importante:
dada la mayor cantidad de trabajadores que se concentran en este círculo de los servicios, el 46% de trabajo
no registrado incluye a un total de más de 2.653.000
trabajadoras y trabajadores, es decir que, en términos
absolutos, representa a casi el doble de personas. A su
vez, en su interior conviven niveles distintos de no registro. La actividad con menor registro laboral es el
trabajo en casas particulares (78%), una actividad en
la que, como dijimos más arriba, la participación de
las mujeres es casi del 100% y el trabajo no registrado es una condición histórica. Esto implica cerca de
957.000 mujeres trabajadoras sin derecho laboral alguno. Luego sigue reparación de bienes de uso o servicios personales con un 73% de informalidad (incluye
cerca de 81.100 trabajadores); actividades culturales
con un 60.5% (cerca de 105.000 de trabajadores); gastronomía, hotelería y turismo con un 55% (290.700
trabajadores aproximadamente); y comercio con un
48% (cerca de 709.000 trabajadores).
La actividad que “baja” el porcentaje de trabajo no registrado de este círculo, es el trabajo en la
Administración Pública Nacional, que presenta un porcentaje de 11,3%. Esto tiene dos significados: el más
obvio es que los trabajadores que pertenecen al sector
de servicios privados tienen una probabilidad mucho
mayor de ser trabajadores sin derechos; sin embargo,
el otro significado a destacar (contra todo discurso que
exculpe al Estado ante el trabajo no registrado) es que,
lamentablemente, el trabajo no registrado no es exclusivo del sector privado sino que es una práctica también cuando el empleador es el estado.32
Por último, el porcentaje más bajo de trabajo no registrado se encuentra en el círculo 2, (26,4%, con cerca de 600.000 trabajadores y trabajadoras), donde se
destacan salud y educación, dos actividades en las que
el Estado tiene un peso muy importante como empleador. Aquí se repite lo que indicábamos para el trabajo en la administración pública: la menor tendencia de
que exista trabajo no registrado en el sector público y
a su vez el carácter contradictorio de su propia presencia. Los niveles de no registro son mucho más altos en
salud (28,6%) que en educación (8,5%), en correspondencia con el peso que tiene el empleo público en cada
una de estas actividades (es del 34% en salud y casi 20
puntos más en educación). En línea con ello, la actividad que sin dudas empuja hacia arriba los niveles de
no registro en este círculo es el transporte de pasajeros
(entre quienes asciende al 53%y donde el empleo es
más de 90% privado).
Los trabajadores “por cuenta propia” en cada
círculo
Si una de las formas habituales de analizar la calidad del empleo es observar los niveles de informalidad, otra es analizar el llamado “trabajo por cuenta
propia”, buena parte del cual hoy se encuentra elevado a categoría de “emprendedorismo” por los discursos más pro-capitalistas y meritocráticos.
Gráfico 7 - Niveles de cuentapropismo según los
círculos de actividades
31 Para ver la evolución de estos indicadores en los últimos
años, véase el informe del Centro de Estudios para la Producción
(CEP), Dinámica industrial en un contexto de estancamiento económico 2011-2019, Ministerio de Desarrollo Productivo, 2021.
32 Para algunas definiciones generales y el señalamiento de
esta contradicción ver Neffa, J. (coord.) La crisis de la relación
salarial: naturaleza y significado de la informalidad, los trabajos/ empleos precarios y los no registrados, Empleo, desempleo
& políticas de empleo, Publicación trimestral del CEIL-PIETTE
CONICET, 2010.
Fuente: elaboración propia en base a microdatos INDEC Tercer trimestre 2022
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 17
Si miramos la incidencia del cuentapropismo en el
conjunto de trabajadores ocupados en Argentina, observamos que se trata de un 20,3%, es decir, cerca de
2.800.000 trabajadores que desarrollan sus actividades
de forma “independiente”. En un informe previo del
Observatorio nos concentramos en la figura del cuentapropista cuya incidencia sobre el total del trabajo viene
en aumento en los últimos años y que se ha transformado, paulatinamente, en un indicador de la expansión del
trabajo precario (y no en una expresión de las clases medias profesionales o autónomas como plantean algunas
narrativas). Si bien esta figura continúa agrupando una
heterogeneidad importante de relaciones de trabajo, el
aumento en la inscripción del monotributo social y las
formas de asalarización encubierta (como en una parte
importante del trabajo de plataformas) son quienes engrosan las filas del cuentapropismo
Cuando analizamos este cuentapropismo según
cada círculo concéntrico, encontramos algo que llama
la atención: el círculo que más proporción de cuentapropismo presenta es el 1, es decir, el que concentra el
núcleo de las actividades productoras de valor. Más
del 27,7% de les trabajadores de este círculo, trabajan
de forma “independiente”, es decir que no tienen una
relación asalariada (formal ni “informal”), sino que
“facturan” como trabajadores por cuenta propia. Esto
constituye un total de 1.140.000 trabajadores. Al igual
que lo sucedido con el indicador de trabajo no registrado, la actividad que más cuentapropistas tiene (siempre proporcionalmente) es la Construcción (39,6%,
600.000 trabajadores aproximadamente), seguida de
Transporte y Logística (24,7%, 102.133 trabajadores aproximadamente) y de Industria manufacturera
(22,9%, cerca de 366.774 trabajadores).
Esto es importante porque expresa, de forma cuantitativa, una situación de precarización pronunciada
de la clase trabajadora que adopta diversas formas.
Incluye, a miles de trabajadores de la construcción que
o bien, “prestan servicios” (y le facturan) a empresas
que no se hacen cargo de ningún tipo de prestación
laboral, o bien trabajan efectivamente por su cuenta,
realizando trabajos (“changas”) para consumidores finales (con la precariedad, la inseguridad y la incertidumbre que eso implica). En comparación con el no
registro, los niveles de cuentapropismo son más bajos
en la construcción, lo que puede indicar las dificultades que implica el “auto registro” en el marco de una
actividad donde prevalece la intermitencia y la alternancia de situaciones de formalidad e informalidad.
Por otro lado, el “cuentapropismo” abarca también miles de trabajadores industriales que realizan su trabajo
como asalariados encubiertos que, aunque con distintos niveles de incidencia, están presentes en las diversas ramas de la industria. Un ejemplo de este tipo de
relaciones encubiertas de asalarización, con particular incidencia entre las mujeres, es el del cuentapropismo en la industria textil, donde bajo la forma de
trabajo independiente trabajadoras textiles (costureras,
hilanderas, etc.) facturan a grandes empresas haciendo pasar por servicios lo que es una asalarización. Así
como el trabajo no registrado, el cuentapropismo viene en ascenso en la industria manufacturera, sobre
todo en aquellas ramas donde tienen más presencia las
mujeres como son alimentación y textil.33 Finalmente,
el cuentapropismo también incluye a miles de trabajadores del sector agropecuario que son contratados o
bien en forma permanente o en forma temporaria para
realizar tareas, trasladando el costo de los derechos laborales al propio trabajador.
El siguiente círculo que más cuentapropismo presenta es el círculo 3 con un 18,1%, lo que incluye a
un total de 1.280.000 trabajadores. Esta enorme cantidad de trabajadores por cuenta propia se compone
en primer lugar por trabajadores de Comercio, que
siendo cerca de 707.300 representan más del 55% del
total. En segundo lugar el universo de cuenta propia
del tercer círculo se explica por la Reparación de bienes de uso doméstico, peluquería jardinería y afines
que con cerca de 314.500 trabajadores que concentra
el 25% del total, y en tercer lugar por los trabajadores
de Actividades administrativas y auxiliares de empresas que con 124.200 trabajadores explican otro 10%.
“Una quinta parte de los
trabajadores ocupados
se desempeñan bajo la
forma del autoempleo o
cuentapropismo”
Si observamos la incidencia que tiene esta forma de
precarización laboral en las distintas actividades del tercer círculo encontramos que es altísima entre los trabajadores de Reparación de bienes de uso doméstico,
peluquería, jardinería y afines representando el 72,8%
del trabajo total de la actividad. Esta actividad concentra
un sector relativamente pequeño de la fuerza de trabajo (431.000 trabajadores en total) y podría considerarse,
propiamente, el “mundo cuentapropista” en el sentido
de que son sobre todo trabajadoras y trabajadores que
efectivamente trabajan por su cuenta prestando diversos servicios a consumidores finales. Por otro lado, la
incidencia del cuentapropismo entre los trabajadores de
Comercio es de un considerable 31,6%, sobre todo teniendo en cuenta que esta actividad involucra a muchos
más trabajadores (un total de 2.251.335) y presenta situaciones combinadas: trabajadores que efectivamente
se desempeñan por cuenta propia, trabajadores que están en relación de dependencia encubierta y con trabajadores que lindan la desocupación (por ejemplo, sectores
33 CEP, 2021, op. cit.
18
de trabajadores que no logran vender su fuerza de trabajo y venden productos de limpieza sueltos en una habitación o en el garaje de su domicilio).
El círculo 2, al igual que sucede con la informalidad,
es el que presenta el porcentaje más bajo de cuentapropismo, un 14,6% (cerca de 386.000 de trabajadores). Si
miramos las actividades que traccionan ese porcentaje,
encontramos que transporte presenta un 34% (215.600
trabajadores), actividades artísticas, de información, radio y televisión con un 15,8% (9.900 trabajadores); y en
tercer lugar educación con 11.7%. En el caso del transporte (que explica más de la mitad del cuentapropismo
en este círculo), se explica por la prestación de servicios como remis, fletes y mini-fletes, como así también
la proliferación de trabajo de plataformas como Uber
o Cabify. En el caso de las actividades artísticas, de información, radio y televisión, este porcentaje se condice
con uno de los mecanismos más utilizados en el sector
para la precarización de su fuerza de trabajo, los que con
humor han sido llamados “los monotributristes”: trabajadores contratados por parte de las grandes empresas
de multi-medios y entretenimiento como monotributistas para realización de tareas a destajo (columnas gráficas, comentaristas radiales o de tv, etc.).
Quienes no logran vender su fuerza de trabajo
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
Pasemos ahora al análisis de lo que sucede en el
círculo 4, aquel que incluye a las y los trabajadores
desocupados y quienes son inactivos por efecto desaliento, es decir quienes quisieran vender su fuerza de
trabajo para poder vivir, pero “la mano invisible” del
mercado se los impide. Como observamos en el gráfico 1, el círculo 4 constituye el 11,1% del conjunto aquí
analizado, lo que incluye a alrededor de 1.800.000
trabajadores y trabajadoras. Si miramos lo que sucede dentro de este círculo, encontramos lo siguiente: el
83% (cerca de 1.432.043 trabajadores) está constituído
por lo que el INDEC considera “desocupación abierta”, y el 17% (alrededor de 295.000 trabajadores) por
los llamados “inactivos desalentados”.
En cuanto a la composición de género, las mujeres
concentran el 51% del total del círculo cuatro. Sin embargo, al observar la composición por género de les inactivos por efecto desaliento, el porcentaje de mujeres
asciende casi 12 puntos (63%); c) el porcentaje de mujeres es mayor aún (casi 8 puntos) entre les inactivos
por efecto desaliento, lo cual podría explicarse por la
presión que las tareas de reproducción social no remuneradas ejercen sobre las mujeres.
Antes de avanzar en el análisis de estos números,
es importante aclarar que el instrumento de medición
de EPH-INDEC presenta sesgos que suelen subvaluar las situaciones de desempleo abierto a través de
contabilizar como ocupados, bajo formas de subempleo o de cuentapropismo, a trabajadores que realizan
changas de manera irregular y esporádica, lo que implica que parte del tiempo se encuentra efectivamente
sin empleo. Tener presente esto permite dimensionar
Gráfico 8 - Composición del Círculo 4
Fuente: elaboración propia en base microdatos INDEC - Tercer trimestre 2022
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 19
“Si a la desocupación abierta le sumamos los inactivos
desalentados (que no buscan más empleo porque no
logran encontrarlo), la desocupación en nuestro país
es de más del 11%: 1.700.000 personas privadas de los
medios para subsistir. A esto se suman casi 1.500.000
personas que se ven obligadas a solicitar un plan
Potenciar Trabajo para garantizar su sobrevivencia”
correctamente no sólo a la desocupación en general
(en contraposición con la narrativa oficial de cifras cercanas al “pleno empleo”)34 sino también a los distintos
problemas asociados a estas características que asume
el mercado laboral en la actualidad.
Pero además, y esto es fundamental, en los tres
primeros círculos se encuentran distribuidos, según
la actividad que realizan, aquellos trabajadores y trabajadoras que desempeñan tareas en el marco del
Programa Nacional de Inclusión Socioproductiva y
Desarrollo Local “Potenciar Trabajo”35, cuya cifra asciende a un total de 1.474.751 según el Ministerio de
desarrollo Social.36 Si bien, en su carácter de beneficiarios del programa podrían ser nominados como situaciones linderas a la desocupación, la EPH-INDEC los
distribuye en los círculos de los ocupados, lo que subvalúa el número de personas cuyo empleo depende de
un subsidio estatal, generando que cualquier aproximación al sector resulte poco representativa. Además
de este sesgo “cuantitativo”, la distribución de quienes
forman parte del programa “Potenciar trabajo” en los
círculos de trabajadores ocupados según tipo de ocupación, también distorsiona la captación de los grados
34 Tanto en la apertura de la Asamblea Legislativa
de Marzo del 2023 como en la conmemoración del primero de Mayo, Alberto Fernández aseguró que 21 de 23
provincias registran pleno empleo.https://www.ambito.com/politica/el-mensaje-alberto-fernandez-el-dia-del-trabajador-n5711947
https://eleconomista.com.ar/politica/alberto-fernandez-congresoen-21-provincias-registra-pleno-empleo-n60166
35 El programa unifica los Programas “Hacemos Futuro”
y “Salario Social Complementario” y establece el pago de un
Salario Social Complementario (SSC) equivalente al 50% del
Salario Mínimo Vital y Móvil por la contraprestación de 60 horas de trabajo mensuales en el marco del grupo de trabajo o unidad de gestión a la que pertenezca el beneficiario/a del programa.
Se establece también que éstos desarrollarán las tareas bajo relaciones comunitarias o en cooperativas de trabajo. Esto no impide que las cooperativas o unidades de trabajo desempeñen tareas
por fuera de las 60 horas mensuales en otros proyectos.
36 https://datosabiertos.desarrollosocial.gob.ar//dataset/
d45687c0-f2ba-41d9-9989-0ad9799308ae/resource/6e9de963cf95-4555-87af-84f1126e346b
de precarización laboral actuales dado que el monto
que perciben les trabajadores de ese este programa social está por debajo de la mitad del ingreso necesario
para no caer bajo la línea de indigencia debido a que
este programa social equivale al: 50% del ya paupérrimo Salario Mínimo Vital y Móvil.37 Es decir que
estos trabajadores y trabajadoras llevan a cabo tareas
en un determinado sector de actividad pero su ingreso es, en el mejor de los casos, de un tercio o un cuarto de lo que se cobra en dicho sector. Como es obvio,
este ingreso no alcanza para cubrir su propia reproducción social y la de su familia, lo que los empuja a buscar changas o trabajos ultraprecarizados en el mercado
informal (para no perder el acceso al programa social).
Por tales razones, recurrimos a fuentes secundarias,
particularmente a informes realizados por el Ministerio
de Desarrollo Social sobre el Registro Nacional de
Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular
(RENATEP)38 para buscar una mayor y mejor aproximación a este sector y mensurar su distribución por
círculos. Sin perder de vista que se tratan de bases distintas, pudimos reconstruir lo siguiente:
Del total de trabajadores que cobran Potenciar
Trabajo y se encuentran inscriptas en el RENATEP,
un 19.7% (cerca de 171.866 trabajadores) se encuentra en el círculo 1; un 53.8% (469.309 trabajadores
aproximadamente) en el círculo 2, y 26.5% (alrededor
de 231.555 trabajadores) en el círculo 3. Esto permite afirmar que la incidencia de aquellos que perciben
un Potenciar Trabajo en cada círculo es la siguiente:
del total de trabajadores del círculo 1, un 3,7% percibe Potenciar (aproximadamente 171.000 trabajadores);
mientras que 15,4% del total del círculo 2 lo percibe
(aproximadamente 470.000 trabajadores), y un 2,7%
37 Para tener una idea, a junio de 2023 la Canasta Básica
Alimentaria para una familia tipo (índice que mide la indigencia)
está en $99.053; mientras que el monto del SMVM está por debate de la indigencia, en $87.987 y el del “Potenciar Trabajo” en
menos de la mitad, $43.993,50.
38 https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/renatep
20
del círculo 3 (aproximadamente 23.000 trabajadores)39.
Esto es muy relevante porque, como es evidente, se
pone de manifiesto la vinculación entre este sector de
la clase trabajadora y las tareas de reproducción social
remuneradas. Cuando analicemos el círculo 2 con más
profundidad, nos detendremos en las contradiccciones de esta precarización del trabajo de reproducción
social remunerado a través del denominado “trabajo
socio-comunitario”.
MORFOLOGÍA DE LA CLASE TRABAJADORA EN LA ARGENTINA ACTUAL / INFORME 1
CONCLUSIONES DE ESTA PRIMERA ENTREGA
Como dijimos al inicio, la intención de esta radiografía es comprender la actual morfología de la-claseque-vive-del-trabajo para poder pensar dónde están
situadas las “nuevas fuerzas del trabajo”, cuáles son
sus fortalezas (y sus debilidades), y cuáles sus potenciales recursos de poder a la hora de la lucha de clases.
Para ello, nos propusimos, en esta primera entrega, dar un panorama general de la composición de les
trabajadores (ocupados, asalariados formales, asalariados sin derechos, cuentapropistas y desocupados)
y un primer análisis de su distribución según círculos
concéntricos (pensados en relación con la producción
de valor y, por ende, con la acumulación de capital),
para señalar las principales características que les dan
forma: actividades que traccionan el empleo en cada
círculo, división del trabajo según sexos, niveles de informalidad y cuentapropismo según círculo y actividad, y un primer acercamiento a quienes no logran
vender su fuerza de trabajo en el mercado.
Veamos ahora unas primeras conclusiones:
1. La precarización del empleo llega al 60% del conjunto de trabajadores, configurando la siguiente
morfología: sólo el 40% logra vender su fuerza de
trabajo con derechos laborales (asalariados registrados), el 19% vende su fuerza de trabajo con altos
niveles de precarización (trabajadores cuentapropistas), el 30% vende su fuerza de trabajo sin ningún
tipo de derechos (trabajadores no registrados) y el 11%
no logra vender su fuerza de trabajo. Es una clase más fragmentada y pauperizada, pese a la narrativa de “recuperación del empleo” de la retórica
oficial.
2. Si nos concentramos en los trabajadores ocupados (tres primeros círculos), encontramos que casi
la mitad (45,6%) de las y los trabajadores ocupados se concentran en el círculo 3, mientras que la
39 Si bien, según el Ministerio de Desarrollo Social de la
Nación, el total de trabajadores que perciben el Potenciar Trabajo
son alrededor de 1.400.000, la suma de los beneficiarios del
Potenciar Trabajo distribuidos en los distintos círculos, asciende
a alrededor de 872.000 trabajadores en lugar del 1.400.000 de
inscripciones, dado que esta es la cifra disponible en el último
documento del RENATEP, que incluye las características sociodemográficas y ocupacionales.
otra mitad se distribuye con pesos diferenciados
entre el círculo 1 (26%) y el círculo 2 (17%). Esta
distribución es acorde con dos procesos que vienen siendo estudiados a nivel global y también en
Argentina: la desindustrialización relativa y el crecimiento del sector servicios. Dado que el círculo 1
es el que concentra el trabajo productivo ligado en
forma directa a la producción de bienes materiales (industria, construcción, agro, energía, etc.), la
distribución que encontramos indica que más del
70% de les trabajadores se ocupan en el sector servicios. Como veremos más adelante, eso no significa que “no existe más la industria” en Argentina,
ni que “el trabajo en servicios es igual a un trabajo improductivo”.
3. Si acercamos la mirada a lo que sucede en el círculo 1 encontramos dos cuestiones interesantes: a)
que la rama que más tracciona el empleo es la industria manufacturera (39%); b) que las dos ramas
que le siguen en importancia (la construcción y el
transporte/logística), no pueden pensarse en forma disociada de la industria manufacturera. Por
el contrario, una parte significativa de estas actividades (particularmente la logística) están directamente relacionadas con la producción industrial.
Eso significa que la producción industrial (corazón
de la producción de valor) y las actividades necesarias para su desarrollo, aún conservan un peso
significativo en términos de la cantidad de trabajadores que emplea en nuestro país, lo que implica que allí sigue habiendo un núcleo duro de “las
fuerzas del trabajo” en Argentina. En el Informe
Nº2, analizaremos este núcleo en términos de sus
nichos de concentración, sus condiciones de trabajo y empleo, etc.
4. Si miramos lo que sucede en el círculo 2, encontramos tres cuestiones interesantes: a) que el sector
que claramente se destaca es el de la reproducción
social asalariada, es decir, el que concentra a los trabajadoras de la salud y la educación (40% y 33%,
respectivamente), lo cual es coherente con el crecimiento de este sector a nivel mundial; b) que es
un sector completamente feminizado de la fuerza
de trabajo, también en consonancia con lo que sucede a nivel mundial; c) que más del 60% de les
trabajadores de la salud y el casi 44% en el caso
de la educación pertenecen al sector privado, mostrando el avance del capital sobre este “nuevo nicho de acumulación” (lo que repercute de modo
directo en la reproducción del conjunto de la población trabajadora), e indicando la política de retiro
del Estado en la garantía de la reproducción social.
Como veremos en el Informe Nº3, la importancia
y características de este trabajo de reproducción social asalariado obliga a repensar su poder de fuego
dentro del conjunto de les trabajadores.
5. El círculo 3 presenta tres particularidades significativas: a) concentra el 51% del trabajo remunerado
Observatorio de les Trabajadores – La Izquierda Diario | 21
en Argentina a través de un conglomerado heterogéneo de actividades en su mayoría trabajo improductivo en relación a la acumulación de capital,
entre las que se destaca el comercio (31%), seguida de trabajadoras de casas particulares (17,4%) y
la administración pública en tercer lugar (15,4%).
Mientras las actividades productivas para el capital están recién en cuarto lugar con gastronomía,
hotelería y turismo (8,2%); b) presenta una gran dispersión de actividades que se traduce en dispersión
de lugares de trabajo; c) es el círculo más feminizado de los tres, cuestión que se explica por el peso
relativo de las trabajadoras de casas particulares,
en donde el 97% son mujeres. En el Informe Nº4
analizaremos las consecuencias de estas características del círculo más numeroso.
6. En términos de división del trabajo según sexos
(siempre teniendo en cuenta que las estadísticas
relevan únicamente varones y mujeres), encontramos que la repulsión de las mujeres del núcleo
de la producción de valor, lleva a que se concentren en las tareas de reproducción social asalariada
y en el sector servicios. Mientras los círculos 2 y
3 muestran una mayoría de trabajadoras mujeres,
el círculo 1 es abrumadoramente “masculinizado”
con solo un 17,7% de trabajadoras. Esto implica
que, mientras que en el trabajo remunerado total
las mujeres representan el 45%, en los denominados “sectores estratégicos” de la economía, su participación disminuye a menos de un quinto. Por
otro lado, allí donde superan a sus pares varones,
se refuerza su concentración en áreas relacionadas
con el trabajo de reproducción social remunerado
(educación y salud), así entre las trabajadoras de
casas particulares y comercio. Sin dudas, esto coloca a las trabajadoras en aquellas tareas históricamente asignadas a las mujeres y reproduce (en
el terreno del trabajo remunerado) su desvalorización social y económica.
7. Respecto a la incidencia del trabajo no registrado
como una de las principales formas de observar la
precarización del trabajo, en nuestro país hay una
serie de cuestiones a destacar: a) Al realizar el ejercicio de discriminar a los patrones del total de los
asalariados y reagrupar a quienes pertenecen a la
clase trabajadora, el porcentaje de trabajo no registrado se eleva a 42,1% (crece 5 puntos respecto
a la medición general del INDEC para el mismo
trimestre); b) Se trata de al menos 4.600.000 de
trabajadores sin paritarias, días por enfermedad,
licencias por maternidad, indemnización, protección ante los despidos, y un largo etcétera; c) Este
fenómeno es transversal a los tres círculos: es del
46% en los círculos 1 y 3, y se reduce a casi la
mitad en el segundo (26,4%); d) Si bien la disminución en el círculo 2 se explica por el peso del
Estado en tanto empleador (en salud y educación),
también evidencia la existencia de una porción
para nada desdeñable de formas de contratación
sin derechos por parte del Estado. Estas características de extensión y transversalidad del fenómeno presente en las diversas actividades al interior
de cada círculo, nos permite cuestionar las narrativas que explican la “informalidad” -ligada a esta
falta de registro e inestabilidad del puesto de trabajo- tan solo como resultado de los bajos niveles de
productividad y rentabilidad.
8. Una quinta parte de los trabajadores ocupados se
desempeñan bajo la forma del autoempleo o cuentapropismo (20,3%), una categoría que ha crecido en forma sostenida durante los últimos años,
configurándose como un indicador de la expansión del trabajo precario. Lejos de ser expresión
del crecimiento de las “clases medias profesionales o autónomas”, les trabajadores cuentapropistas
actuales se agrupan principalmente bajo la forma
de monotributo social (categoría más baja de monotributo que muchas veces encubre relaciones
salariales). Al mismo tiempo, muchos otros no poseen inscripción alguna y no cuentan con aportes jubilatorios y obra social. El círculo 1 lidera
la proporción de cuentapropismo, impulsado principalmente por la construcción, aunque también
está en ascenso en la industria manufacturera (específicamente en ramas con mayor presencia femenina, tales como alimentación y textil). Mientras
hay más trabajadores por cuenta propia varones
que mujeres, en el caso del empleo industrial son
las trabajadoras quienes llevan la delantera, lo que
abre el interrogante por el tipo de puestos de trabajo que ellas ocupan en aquel núcleo tan masculinizado de la producción.
9. Al analizar el círculo 4 conformado por trabajadores desocupados e inactivos por efecto desaliento,
vemos tres cuestiones que profundizaremos en el
Informe N°5: a) concentra más del 11% de la fuerza de
trabajo, consolidando un piso alto de desocupación en nuestro país; b) además hay que considerar los casi millón y medio de personas que se requieren de un
plan Potenciar Trabajo para poder subsistir; c) las
mujeres son, por muy poco, mayoría en este sector (51%);
d) el porcentaje de mujeres crece fuertemente (casi
12 puntos) entre les inactivos por efecto desaliento, lo cual podría explicarse por la mayor presión
que ellas poseen por las tareas de reproducción social no remuneradas en el seno del hogar.
En las próximas entregas analizaremos cada uno de
los círculos con más detalle.
Integramos el Observatorio de Trabajadores de La Izquierda
Diario: Paula Varela, Gastón Gutiérrez Rossi, Ana Loustaunau,
Mariano González Vilas, Clara Posse, Mariela Cambiasso, Azul
Picón y Tomás Quindt.
Descargar