Subido por valeriabcrespo8

PARASITOLOGIA Y MICOLOGIA

Anuncio
PREPARATORIA FEDERAL POR COOPERACION
JOSE VASCONCELOS
PROFESOR JOSE SANTIAGO REYES
ENSAYO PARASITOLOGIA Y MICOLOGIA
CIENCIAS DE LA SALUD II
VALERIA BERGES CRESPO 605 #10
INTRODUCCION
A continuación, en el siguiente ensayo estaremos hablando sobre la
parasitología y la micología las cuales son ramas derivadas de la
biología.
La parasitología es la ciencia que estudia los parásitos, organismos
que viven en o sobre otros organismos vivos, obteniendo de ellos
nutrientes sin brindar compensación a cambio
La micología es la rama de la biología que estudia los hongos,
microorganismos eucarióticos que revolucionaron de manera sucesiva
con el reino animal. Sin embargo, a diferencia de estos la mayoría de
los hongos no son móviles y poseen una pared no rígida.
Más adelante observaremos su clasificación y características de estas
dos ciencias
PARASITOLOGIA
La parasitología es una rama de la biología, y concreta ente de la
ecología, gran parte de la investigación de esta ciencia se centra en
sus implicaciones en medicina, veterinaria y farmacia, ya que los
parásitos causan enfermedades al hombre, animales y plantas de gran
interés sanitario o económico y uno de los objetivos clave es el
aprender a diagnosticarlas, curarlas y erradicarlas. Dentro de esta
rama de la parasitología sanitaria médica y veterinaria se encuentra
también el estudio de la epidemiología de estas enfermedades
parasitarias.
La principal importancia de esta rama radica en que muchas de las
«enfermedades tropicales» que nosotros conocemos son de origen
parasitario y se deben en gran medida a falta de higiene y condiciones
ambientales propicias en los países subdesarrollados.
Para un estudio más específico, la parasitología se divide en tres
ramas:
Parasitología médica o clínica: Estudia los parásitos del ser humano.
Zooparasitología: Estudia los parásitos de los animales.
Fitoparasitología: Estudia los parásitos de las plantas.
Concepto de parasitosis
Es una enfermedad infecciosa causada por protozoos, vermes
(cestodos, trematodos, nematodos o artrópodos. La parasitosis o
enfermedad parasitaria sucede cuando los parásitos encuentran en el
huésped las condiciones favorables para su anidamiento, desarrollo,
multiplicación y virulencia, de modo que pueda ocasionar una
enfermedad.
El parásito compite por el consumo de las sustancias alimentarias que
ingiere el huésped, o, como el caso del anquilostoma, éste se nutre de
la sangre del huésped, adhiriéndose a las paredes del intestino.
Importancia de las enfermedades parasitarias
Las enfermedades parasitarias son las causadas por infestación por
parásitos tales como protozoos (organismos unicelulares), gusanos o
insectos. Estas enfermedades están muy extendidas en África, el sur
de Asia, América Central y América del Sur, especialmente entre los
niños. Incluyen el paludismo o malaria y la esquistosomiasis, que son
las enfermedades graves parasitarias más comunes en el mundo.
Las infecciones en el humano se presentan en todo el mundo, en
primer lugar debido a que muchos microorganismos han desarrollado
mecanismos que le permiten tanto colonizar como producir sustancias
tóxicas.
En segundo lugar, la infección desencadena una serie de signos y
síntomas que dependen, no solo de la virulencia del agente causal,
sino también del huésped; en este caso factores ambientales,
químicos, fisiológicos y genéticos.
Es necesario señalar que la edad de la población es un factor
importante para saber si un individuo es susceptible de adquirir una
infección parasitaria. En este caso las personas más susceptibles son
los niños y las personas de la tercera edad.
La enfermedad es, por lo mismo, un fenómeno ecológico, susceptible
de interpretarse como la interacción del agente etiológico, el huésped,
los transmisores y el ambiente (natural o artificial) y traduce el fracaso
del equilibrio ecológico entre esos elementos.
La relación huésped-parásito se inicia en la llamada interfase
huésped-parásito, (espacio o área intracelular o intercelular del
huésped y la cutícula, tegumento o membrana del parásito), al entrar
en contacto el parásito o sus moléculas con la membrana del huésped,
a través de receptores, antígenos de superficie y marcadores
genéticos (complejo mayor de histocompatibilidad). Esta relación
involucra procesos bioquímicos en términos de sustancias que se
absorben, secretan y excretan, a la respuesta inmune del huésped
sobre el parásito y la inmunopatología que inducen, así como a los
mecanismos que han desarrollado los parásitos para evadir la
respuesta del huésped.
los parásitos sobreviven por largos periodos dentro de su huésped
inmunocompetente, lo que se sabe porque su presencia se detecta por
anticuerpos específicos. Estudios realizados durante las últimas
décadas, han demostrado una capacidad especial de los parásitos
para evadir la respuesta inmune del huésped.
Existen formas parásitas en muchos grupos biológicos. Entre ellos
están:
Los virus, que son parásitos obligados
Las bacterias
Los hongos
Las plantas
Los protistas, por ejemplo, los apicomplejos o algunas algas rojas.
Muchos animales
Atendiendo al lugar ocupado en el cuerpo del hospedador, los
parásitos pueden clasificarse en:
Microparásitos: como su nombre lo indica son de un tamaño minúsculo
y de gran numerosidad. Suelen reproducirse en el interior del
organismo parasitado, y muchas veces lo hacen dentro de las células
del mismo. Como consecuencia se están vinculados con su
metabolismo, pudiendo interferir en él.
Macroparásitos: la cantidad de esta clase de parásitos es susceptible
de estimación. Se desarrollan y reproducen dentro del organismo
parasitado y suelen provocar períodos infecciosos que salen del
interior del huésped, e infectan a otros organismos.
Ectoparásitos: esta clase de parásitos se caracteriza por hospedarse
en la superficie o parte exterior del organismo que parasitan. Un
ejemplo de ectoparásito es el piojo.
Endoparásitos: los endoparásitos son aquellos que viven en el interior
del organismo huésped. Los endoparásitos que afectan a las plantas
son denominados
endositos, mientras que aquellos que hacen lo propio con los animales
se llaman endozoos. Un ejemplo de endoparásito es la tenia.
Mesoparásitos: este tipo de parásito tiene la particularidad de que una
sección de su cuerpo se encuentra en la parte externa del organismo
huésped, mientras que la otra se ubica en los tejidos del mismo.
Según el periodo de tiempo que habitan al huésped:
Parásitos temporales: como su nombre lo indica, los parásitos
temporales buscan al huésped con el fin de alimentarse de él. Una vez
llevada a cabo esta acción, lo abandonan.
Parásitos estacionarios: esta clase de parásitos precisa al huésped
durante el transcurso de su vida o de un periodo importante de ella.
Se clasifica a su vez en:
Parásitos periódicos: aquellos que habitan el organismo de otro ser
durante una determinada fase de su desarrollo. Luego lo abandonan y
continúan una vida de carácter no parasitario.
Parásitos permanentes: esta clase de parásitos se caracteriza por
habitar un organismo durante toda su existencia, exceptuado aquellos
momentos que pasan de un huésped a otro.
Clases de parásitos
Por su especificidad hacia el hospedador:
Estenoxenos: enterobius vermicularis
Eurixenos: trichinella spiralis
Por su localización en el hospedador:
Ectoparásitos: garrapatas, pulgas
Endoparásitos: ascaris
Por su tipo de ciclo biológico:
Monoxenos: ascaris
Heteroxenos: taenia
Por su adaptación a la vida parásita:
Parásitos obligados: ascaris, taenia
Parásitos facultativos: naegleria
Modalidades de parasitismo
Ectoparasitismo
Endoparasitismo
Paidoparasitismo
Hiperparasitismo
Multiparasitismo
Superparasitismo: reinfección
Mecanismos de acción patógena de los parásitos
Los factores asociados a la patogenicidad parasitaria son la exposición
y dosis infecciosa, penetración de barreras anatómicas, unión,
replicación, lesión tisular y celular, la alteración, ilusión e inactivación
de las defensas del huésped.
Endoparásitos: los endoparásitos son aquellos que viven en el interior
del organismo huésped. Los endoparásitos que afectan a las plantas
son denominados endositos, mientras que aquellos que hacen lo
propio con los animales se llaman endozoos. Un ejemplo de
endoparásito es la tenia.
Mesoparásitos: este tipo de parásito tiene la particularidad de que una
sección de su cuerpo se encuentra en la parte externa del organismo
huésped, mientras que la otra se ubica en los tejidos del mismo.
Según el periodo de tiempo que habitan al huésped:
Parásitos temporales: como su nombre lo indica, los parásitos
temporales buscan al huésped con el fin de alimentarse de él. Una vez
llevada a cabo esta acción, lo abandonan.
Parásitos estacionarios: esta clase de parásitos precisa al huésped
durante el transcurso de su vida o de un periodo importante de ella.
Se clasifica a su vez en:
Parásitos periódicos: aquellos que habitan el organismo de otro ser
durante una determinada fase de su desarrollo. Luego lo abandonan y
continúan una vida de carácter no parasitario.
Parásitos permanentes: esta clase de parásitos se caracteriza por
habitar un organismo durante toda su existencia, exceptuado aquellos
momentos que pasan de un huésped a otro.
Zoonosis es la infección o enfermedad del animal que es transmisible
al ser humano en condiciones naturales o viceversa. El término deriva
de dos vocablos griegos: zoon-animal y nósos-enfermedad.
En un sentido más específico, la enfermedad que se transmite del
animal al hombre es la antropozoonosis, mientras que aquella que se
transmite de la persona al animal se conoce como zooantroponosis.
Es habitual que, en ambos casos, se trate de enfermedades que
afectan a diversos vertebrados, incluyendo al hombre. Su tratamiento
y prevención exige una tarea interdisciplinaria que abarque a médicos,
veterinarios y zoólogos
Glosario de los términos usados comúnmente en parasitología
Céstodo: Gusano plano acintado segmentado con escólex,
hermafrodita.
Comensalismo: Relación en la que un organismo se beneficia sin
afectar al otro.
Ectoparásito: El que se encuentra en la superficie del huésped.
Endoparásito: Invade el interior del huésped.
Facultativo: Puede hacer vida libre y parasita.
Helmintos: Gusanos fusiformes o filariformes multicelulares con tejidos
y órganos.
Huésped/hospedero: Organismo sobre o dentro del cual vive un
agente etiológico.
Huésped definitivo: Huésped que alberga las formas sexuales o
maduras del parásito.
Huésped intermediario: Huésped que alberga las formas asexuales o
inmaduras del parásito.
Huésped paraténico: Huésped facultativo, innecesario para completar
el ciclo de vida, mediante el cual un parásito puede llegar al huésped
intermediario o definitivo.
Infección: Es la entrada, desarrollo y/o reproducción de un agente
etiológico en el huésped.
Infestación: Es la presencia de ectoparásitos en la superficie de un
huésped.
Monoxeno: Cuando requiere de un solo huésped para completar su
ciclo biológico.
Mutualismo: Asociación de 2 seres vivos en la que ambos se
benefician.
Nemátodo: Gusano cilíndrico no segmentado, con pseudoceloma de
simetría bilateral y tubo digestivo completo, dioicos.
Obligatorio: Aquel que para completar su ciclo biológico necesita ser
parásito.
Parásito: Organismo que vive a expensas de otro causándole daño.
Parasitismo: Relación en la que un organismo se beneficia y el otro es
dañado.
Plathelminto: Gusano plano con simetría bilateral, sin cavidad
celómica
Polixeno: Cuando se requiere de más de un huésped para completar
su ciclo biológico.
Protozoo: Ser unicelular capaz de reproducirse en el huésped.
Temporal: Parásito que momentáneamente depende del huésped.
Transmisor (vector): Generalmente un artrópodo que transfiere un
agente infeccioso de un huésped a otro. Se distinguen vectores
biológicos, (p.ej. mosquito Anopheles para Plasmodium sp.), vectores
mecánicos, (p.ej., moscas domésticas que transportan quistes de E.
histolytica y huevos de helmintos en sus patas.
Tremátodo: Gusano plano no segmentado, con tubo digestivo
terminado en ciegos, generalmente hermafrodita.
Reservorio: Generalmente organismo de vida libre que mantiene la
infección en la naturaleza.
MICOLOGIA
La micología es el estudio de los hongos, microorganismos
eucarióticos que evolucionaron de manera sucesiva (en tandem) con
el reino animal. Sin embargo, a diferencia de estos últimos, la mayoría
de los hongos no son móviles y poseen una pared no rígida. A
diferencia de las plantas, los hongos no son fotosintéticos. En
promedio, se han descrito unas 80 000 especies de ellos, pero menos
de 400 poseen importancia médica, y menos de 50 especies
ocasionan más de 90% de las micosis de seres humanos y otros
animales. Por el lado contrario, muchas especies de hongos son
beneficiosas para el género humano. Están en la naturaleza y son
esenciales para la degradación y el reciclado de materia orgánica.
Los hongos han sido aprovechados por los genetistas y biólogos
[21:47, 22/2/2023] Val: moleculares como sistemas modelo para
investigar diversos procesos eucarióticos que incluyen biología y
desarrollo molecular y celular. En forma global, ejercen su máximo
impacto económico como fitopatógenos; la industria agrícola resiente
grandes pérdidas de cosechas cada año como consecuencia de
enfermedades causadas por ellos en el arroz, el maíz y granos de
otras plantas.
A semejanza de todos los organismos eucariotes, cada hongo tiene
como mínimo un núcleo con una membrana nuclear, retículo
endoplásmico, mitocondria y aparato secretor. Casi todos los hongos
son aerobios estrictos o facultativos. Son quimiotróficos, secretan
enzimas que degradan muy diversos sustratos orgánicos para hacer
de ellos nutrientes solubles que se absorben pasivamente o se
incorporan en la célula por transporte activo.
El término micosis denota infecciones causadas por hongos. Casi
todos los hongos patógenos son exógenos y sus hábitat naturales son
agua, tierra y restos orgánicos. Las micosis que tienen la mayor
incidencia, como la candidosis y las dermatofitosis, son causadas por
hongos que son parte de la microbiota normal de las personas y
adaptados en grado sumo para sobrevivir en el hospedador humano.
Por comodidad, las micosis se han clasificado en superficiales,
cutáneas, subcutáneas o sistémicas, que invaden órganos internos.
Las micosis sistémicas pueden ser causadas por hongos endémicos
que por lo regular son patógenos primarios, geográficamente
restringidos, o provenir del ataque de patógenos oportunistas
secundarios, de distribución muy amplia.
El agrupamiento de las micosis en las categorías mencionadas
muestra su puerta corriente de entrada en el sitio inicial de ataque.
Surgen enormes traslapes, porque las micosis generalizadas muestran
manifestaciones subcutáneas y viceversa. Muchos sujetos que
desarrollan infecciones oportunistas tienen graves enfermedades
primarias y disminución de sus defensas inmunitarias; sin embargo,
las micosis sistémicas primarias también se presentan en tales
enfermos y los gérmenes oportunistas también pueden infectar a
sujetos inmunocompetentes.
Durante una micosis, la mayoría de los pacientes desarrollan
respuestas inmunitarias celulares y humorales importantes contra
antígenos micóticos. Gran parte del aumento continuo de las micosis
por oportunistas se atribuye a los progresos médicos que de manera
significativa han prolongado la sobrevida de pacientes con cáncer,
sida y a trasplantes de células madre hematopoyéticas o de órganos
sólidos. Como sugieren tales datos clínicos, las respuestas
inmunitarias a Th1 y Th17 son mecanismos de defensa críticos del
hospedador para protección natural contra micosis potencialmente
mortales. Los hongos patógenos no producen toxinas potentes; los
rasgos de patogenicidad micótica son comlejos y poligénicos.
La mayor parte de micosis son de tratamiento difícil. Dado que los
hongos son eucariotes, comparten numerosos genes homólogos,
productos génicos y rutas con sus hospedadores humanos. En
consecuencia, se dispone de pocos blancos únicos para
quimioterapia. Sin embargo, hay interés creciente en la búsqueda de
blancos terapéuticos potenciales; nuevos antimicóticos están
disponibles.
Los hongos tienen dos formas básicas de crecimiento: como mohos y
como levaduras. El crecimiento en la forma de moho tiene lugar por la
producción de túbulos cilíndricos multicelulares que se ramifican,
llamados hifas, cuyo diámetro varía de 2 a 10 μm. Las hifas se
extienden por alargamiento apical debido a la generación de
crecimiento de la pared celular en las puntas de las hifas. Recibe el
nombre de micelio la masa de hifas entremezcladas, acumulada
durante la fase de crecimiento activo. Algunas hifas se dividen y
forman células gracias a la intervención de estructuras cruzadas
llamadas tabiques o septos, que de manera típica se forman a
intervalos regulares durante la fase de hifas. Sin embargo, miembros
del orden Mucorales generan hifas rara vez tabicadas. Las hifas
vegetativas o de sustrato penetran en el medio de sostén, fijan la
colonia y absorben nutrientes. A diferencia de ellas, las hifas aéreas
sobresalen de la superficie del micelio y suelen poseer las estructuras
reproductivas del hongo. Cuando se aísla un hongo en una muestra
clínica, bastan por lo regular su rapidez de crecimiento, aspecto
macroscópico y morfología microscópica para identificar su género y
especie. Las características fenotípicas más útiles son la ontogenia y
la morfología de las esporas de reproducción asexual, o conidios.
Las levaduras son células únicas de formas esféricas o elipsoidales, y
diámetro que varía de 3 a 15 μm. La mayor parte de las levaduras se
reproducen por gemación, que inicia mediante una protrusión lateral o
terminal de crecimiento de pared celular nueva, la cual aumenta
durante la mitosis. Uno o más núcleos replicados entran a la yema en
nacimiento, que forma un tabique y se separa de la célula parental.
Algunas especies producen yemas que fallan al desprenderse y
elongarse; esta continuación del proceso de gemación produce
cadenas de células de levadura elongadas denominadas seudohifas.
Las colonias de levaduras por lo general son blandas, opacas, con
tamaño de 1 a 3 mm y de color crema. Las colonias y la morfología
microscópica de muchas especies de levadura Las colonias y la
morfología microscópica de muchas especies de levaduras parecen
similares, pero se identifican por pruebas fisiológicas y unas pocas
diferencias morfológicas clave. Algunas especies, incluidas varias que
causan enfermedad, son dimórficas y capaces de crecer como
levadura o moho en función de las condiciones ambientales, como la
temperatura o nutrientes disponibles.
Los ciclos vitales de los hongos son extraordinariamente flexibles.
Según cada especie, el recuento cromosómico predominante en el
núcleo puede ser haploide y diploide. Algunas especies se perpetúan
totalmente por crecimiento clonal o reproducción asexual, y salvo
mutaciones espontáneas, cada célula será un clon genético. Otras
especies son capaces de reproducirse sexualmente, que pudieran o
no necesitar parejas genéticamente diferentes para apareamiento y
meiosis. La reproducción asexual y la sexual pueden culminar en la
producción de esporas que prolongan la supervivencia del hongo. Las
esporas por lo común son inactivas, se dispersan con facilidad, son
más resistentes a situaciones adversas y germinan para formar células
vegetativas cuando el entorno para la proliferación es favorable. Las
esporas provenientes de la reproducción asexual o sexual reciben el
nombre de estados anamórficos o teleomórficos, respectivamente. A
semejanza de los elementos vegetativos, las esporas asexuales son
descendientes mitóticas (como las mitoesporas). Los hongos de
importancia en medicina producen dos tipos decisivos de esporas
asexuales, los conidios generados por casi todos los hongos
patógenos y en el orden Mucorales, las esporangioesporas
(consúltese más adelante, y el glosario). Entre los signos
esclarecedores propios de las esporas están su ontogenia (algunos
mohos) producen estructuras conidiógenas complejas) y también su
morfología (tamaño, forma, contextura, color y carácter celular o
multicelular). En algunos hongos, las células vegetativas pueden
transformarse en conidios (por ejemplo artroconidios, clamidosporas).
En otros, una célula conidiógena produce los conidios, como un fialido
que por sí mismo puede estar adosado a una hifa especializada
llamada conidióforo. Las esporangiosporas son consecuencia de la
réplica mitótica y la producción de una espora dentro de una estructura
sacciforme llamada esporangio, que se apoya en un esporangióforo.
Algunas propiedades de los hongos son fundamentales pero no
necesariamente suficientes para causar enfermedad, como la
capacidad de proliferar en los hospedadores mamíferos. Muchos
factores de virulencia han evolucionado para facultar a los hongos
causantes de enfermedad de contrarrestar o engañar las defensas y
vulnerar el ambiente del hospedador. Algunos de tales determinantes
de virulencia incluyen transformaciones morfológicas, activación
genética de procesos metabólicos en respuesta al ambiente del
hospedador, la producción de adhesinas de superficie que se unen a
las membranas de las células hospedadoras, la secreción de enzimas
que atacan los sustratos del hospedador (p. ej., catalasa,
aspartilproteinasas, fosfolipasas), componentes de la pared celular
que resisten la fagocitosis (p. ej., glucano α-(1,3), melanina, la cápsula
de Cryptococcus) y la formación de biopelículas. Las descripciones de
varias micosis de este capítulo proporcionan ejemplos específicos.
Los hongos poseen una pared celular rígida que es el elemento que
les confiere su forma y los protege de elementos osmóticos y
ambientales agresivos. Las paredes celulares están hechas en gran
medida de capas de carbohidratos (cadenas largas de polisacáridos) y
también de glucoproteínas y lípidos. Algunos polímeros y
carbohidratos se presentan en las paredes celulares de muchos
hongos como la quitina (un polímero de N-acetilglucosamina no
ramificado ligado a β-1,4); glucanos, que son polímeros de glucosa
(como α-1,3 glucano, β-1,3 glucano y β-1,6 glucano) y mananos,
polímeros de manosa (por ejemplo α-1,6 manosa). Tales componentes
se entrecruzan para formar una matriz de pared celular de múltiples
capas. Además, otros polisacáridos pueden ser únicos para especies
de hongos específicas y, por lo tanto, de utilidad para identificación.
Durante la infección, las paredes del hongo ejercen sus propiedades
biopatológicas importantes. Los componentes superficiales de la pared
celular median el acoplamiento del hongo a las células hospedadoras.
Fracciones específicas de la pared se unen a receptores de
reconocimiento de forma en las membranas del hospedador, como
serían los receptores de tipo Toll (TLR, Toll-like receptor), para
estimular las respuestas inmunitarias innatas.
CONCLUSIÓN PARASITOLOGÍA
En la actualidad, el conocimiento de las parasitosis, tiene una
importancia mayor que en cualquier otro momento de la historia. Hoy
en día, los profesionales de la salud deben estar preparados para
contestar las preguntas de sus pacientes tanto acerca de la protección
frente al paludismo como de los riesgos derivados del consumo de
agua y frutas o verduras frescas en sus viajes a países lejanos.
Los conocimientos relativos a las enfermedades parasitarias le
permitirán valorar los síntomas, los signos y los períodos de
incubación de sus pacientes a su regreso e iniciar
el tratamiento de un posible caso de enfermedad parasitaria. A
diferencia de numerosas infecciones bacterianas y víricas, las
parasitosis son, con frecuencia, crónicas, y se prolongan a lo largo de
meses a años.
También debe conocer y tener muy en cuenta los riesgos de aparición
de enfermedades parasitarias en los pacientes inmunodeprimidos y en
los aquejados del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Muchos de los parásitos con importancia en la aparición de
enfermedades humanas se transmiten a través de artrópodos,
vectores o bien se adquieren tras el consumo de agua o alimentos
contaminados. También es importante conocer los diversos modos de
transmisión y la distribución de las enfermedades parasitarias.
BIBLIOGRAFIA
Microbiología Médica, Murray-Rosenthal-Pfaller, Elsevier Mosby,
12°ed. (1987).
Microbiología, Martín Frobisher Sc. D., Salvat Editores, 8va edición,
(196
CONCLUSION MICOLOGIA
La micología médica constituye una especialidad de gran importancia
por su extensa gama de patologías, las cuales se agrupan en tres
campos de estudio: A) Intoxicaciones: las micotoxicosis causadas por
la ingestión de toxinas de micromicetos contenidas en los granos
parasitados, y los micetismos producidos por la ingestión de
macromicetos tóxicos, también conocidos como hongos venenosos.
Los síntomas varían de leves a graves, y en ocasiones son mortales.
B) Alergias: causadas por inhalación o contacto de esporas de hongos
de vida libre; son frecuentes en la edad pediátrica, siendo de tipo
respiratorio (asma extrínseco, alveolitis alérgica, rinorrea). C) Micosis:
infecciones causadas por hongos que afectan a cualquier tejido, de
sintomatología variada, cuadros clínicos leves, moderados o graves,
que en ocasiones conducen a la muerte; afectan a cualquier edad,
sexo, condición socioeconómica y comparten con las infecciones
parasitarias, bacteriológicas y virales
Pelroth J, Choi B, Spellberg B. Nosocomial fungal infections:
epidemiology, diagnosis and treatment. Med Mycol 2007;45:321-346.
BIBLIOGRAFIAS
MEDIGRAPÍCH.COM
ACCRSSMEDICINA.MHMEDICAL.COM
MICROYPARA.FACMED.UNAM
Descargar