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La Villa del Cine
y su impacto en la industria
cinematográfica venezolana
La Villa del Cine y su impacto en la industria cinematográfica venezolana
Desde sus orígenes, el cine venezolano ha demostrado una más que notable voluntad en materia de producción y
de acuerdos de coproducción para imponerse en el panorama audiovisual iberoamericano. La creación y desarrollo de una industria cinematográfica llegó a su punto álgido en el año 2006 con la creación gubernamental de la
Fundación Villa del Cine, cuyo objetivo primigenio consistía en incentivar el desarrollo de la industria existente,
democratizando el audiovisual y convirtiéndolo en objeto de consumo y distribución de vital importancia para el
país. A pesar de los esfuerzos venezolanos en la firma de acuerdos internacionales de coproducción, la creación de
instituciones como en el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía o el Observatorio de Cine Venezolano,
e incluso la adhesión a programas como Ibermedia, el trabajo para el que la Villa del Cine fue creada no termina
de culminar a tenor de las temáticas y estéticas de las producciones y coproducciones salidas de la Fundación, a
lo que se añade el marcado carácter político de la misma, que de por sí, genera un cierto rechazo en el público,
agudizado por el momento de crisis contemporáneo que vive el país. El presente trabajo expone el recorrido de la
industria venezolana de cinematografía tomando como punto de partida el año 2006 para el análisis de los datos;
fecha en la que empezó a operar la Fundación Villa del Cine, con el fin de ahondar en las vicisitudes de la misma,
tratando de esgrimir las problemáticas de internacionalización del audiovisual de Venezuela a pesar de los numerosos incentivos gubernamentales implementados para este efecto.
Palabras clave: cine venezolano; coproducción; legislación cinematográfica; fomento institucional del audiovisual.
The Villa del Cine and its impact on the Venezuelan film industry
From its origins, Venezuelan cinema has demonstrated a more than remarkable will to impose itself in the IberoAmerican audiovisual panorama in terms of production and through co-production agreements. The creation
and development of its film industry reached its peak in 2006, when the government created the Villa del Cine
Foundation, whose primary objective was to encourage the development of the existing industry, democrati-
Archivos de la Filmoteca 77, 125-140 · ISSN 0214-6606 · ISSN electrónico 2340-2156
octubre 2019
JORDI MACARRO
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
zing the audiovisual, and turning it into an object of consumption and distribution of vital importance for the
country. Despite the efforts Venezuela did for signing international co-production agreements, the creation of
institutions such as the Centro Nacional Autónomo de Cinematografía or the Observatorio de Cine Venezolano,
or even their adhesion to programs such as Ibermedia, the work for which the Villa del cine was created had not
culminate. Especially, considering the themes and aesthetics of the productions and co-productions made by the
foundation, and their noticeable political position, which generated a certain rejection in the audiences due to
the moment of crisis the country was experiencing at that time. The present article sets forth the journey of the
Venezuelan film industry, with 2006 as the starting point for data analysis, when the Villa del Cine Foundation
began to operate, in order to delve into its vicissitudes and to state the problems of the internationalization of the
audiovisual in Venezuela, despite the numerous incentives implemented for this purpose.
Key Words: Venezuelan Cinema; Co-productions; Legislation in Cinema; Institutional Promotion of Audiovisual.
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
El cine llegó a Venezuela apenas dos años después de ser inventado en Lyon por los hermanos
Lumière. Las primeras películas rodadas en territorio venezolano de cuya fecha tenemos constancia datan del 28 de enero de 1897, fecha convertida en efeméride conmemorativa del séptimo arte
en el país. En los años veinte del siglo XX se registran, entre otros, diferentes actos oficiales a modo
de informativos y documentales, como muestra de una industria que empieza a configurarse con las
creaciones y fusiones de estudios cinematográficos. 1 El entramado industrial del séptimo arte evolucionaría en los años venideros con la creación en 1943 de la Asociación Venezolana de Exhibidores
de Películas, pero no sería hasta los años cincuenta cuando el cine venezolano consiguió el primer reconocimiento internacional con el film La balandra Isabel llegó esta tarde (Carlos Hugo Christensen,
1951). 2 Este impulso más allá de las fronteras venezolanas repercutió de manera positiva en la industria, teniendo entre otras, como consecuencia, la creación en 1956 de la Cámara de la Industria
Cinematográfica (ASOINCI). Se atestigua así, como la producción cinematográfica venezolana reivindica, ya desde mediados de siglo, su espacio en el frente comercial internacional con galardones
en diferentes festivales europeos y americanos. 3 Los años sesenta y setenta representan un salto cualitativo en lo que a legislación y normativa cinematográfica se refiere. En mayo de 1967 se entrega
al Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA) el primer proyecto de ley de cine, y cuatro años más tarde se crea la Dirección de Cine (DICINE) perteneciente al Ministerio de Fomento.
Dicha comisión comenzaría a procesar las estadísticas del Cine nacional que cinco años después, en
1976, aparecerían publicadas. 4 En este proceso de sistematización de la producción cinematográfica hacia una industria institucionalizada, no deben obviarse la creación del Fondo de Fomento
Cinematográfico, en 1981, cuyas competencias se trasvasarían en 1994 al nuevo Centro Nacional
Autónomo de Cinematografía (CNAC), que sustituiría al FONCINE como Organismo Rector
Oficial, justo un año después de la aprobación de la Ley de la Cinematografía Nacional (LCN) en
1993, 5 ley que se reformaría por primera vez ya en 2005. 6 Aunque el punto culminante de todo este
proceso regidor del entramado cinematográfico venezolano llegó el 3 de junio de 2006 con la creación por parte del gobierno del Presidente Hugo Chávez de la Fundación Villa del Cine, 7 la institución responsable no solo de financiar y producir, sino también de distribuir películas, documentales
y series de televisión gracias a un esfuerzo gubernamental que permitiría a la ya institucionalizada y
1 Un buen ejemplo de esta nueva etapa de la industria cinematográfica puede verse con la construcción de los estudios Lara en 1928, o
incluso un año antes con la fusión de Maracay Films y los Laboratorios Cinematográficos y Fotográficos de la Nación en 1927.
2 La cuarta edición del Festival Internacional de Cannes premió la fotografía de Luís Beltrán en esta película curiosamente dirigida por un
director argentino.
3 Cannes, Berlín, Taormina, Cartagena, La Habana, Tokio, Moscú, El Cairo, San Sebastián, Montreal, Venecia…
4 DICINE publicó por primera vez en 1976 las cifras oficiales de la audiencia y recaudación de taquilla que se habían obtenido en complejos
y salas cinematográficas.
5 Ley de Cinematografía Nacional, Gaceta Oficial de la República de Venezuela, nº 4.626 del 8 de septiembre de 1993: <https://es.scribd.
com/document/322273201/VENEZUELA-Ley-de-Cinematografia-Nacional-1993> (28/07/2019).
6 Ley de Cinematografía Nacional, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, nº 38.281 del 27 de septiembre de 2005:
<https://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/ve/ve042es.pdf> (28/07/2019).
7 Decreto nº 4.265, mediante el cual se autoriza la creación de la “Fundación La Villa del Cine”, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela, nº 38.373, del 6 de febrero de 2006: <http://www.juris-line.com.ve/data/files/1443.pdf> (28/07/2019).
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Introducción a la historia de la industria venezolana de cine
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
establecida industria de cine venezolano alcanzar todos sus retos y objetivos nacionales y de proyección internacional. 8
El análisis de la situación actual del cine venezolano que se presenta a continuación toma como año
de inicio del estudio precisamente ese 2006 y trata de focalizarse en las ventajas y problemáticas del
proyecto audiovisual chavista, tratando de valorar si los objetivos y metas propuestas con su creación
han sido alcanzadas, trece años después de la fundación. La última fecha analizada es 2017, ciñéndonos a los datos que el Observatorio de Cine Venezolano aporta.
Situación actual del cine venezolano
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La actividad cinematográfica en Venezuela ha aumentado considerablemente en los últimos años, gracias particularmente a la diversidad de géneros (comedias, dramas intimistas, cine histórico, suspense
policial…) enmarcados en el abanico de amplio espectro de producciones independientes que cuentan con apoyo estatal y que, gracias a los incentivos que el CNAC ha dirigido hacia la promoción de
los cineastas venezolanos en el extranjero, han podido participar en festivales internacionales en todo
el mundo, obteniendo importantes galardones. Entre 2006 y 2017 las producciones venezolanas han
participado en un total de 1.726 festivales internacionales. 9 Esta cifra representa un 69,2% del total
(desde 1994). 10 Este notable incremento en la participación internacional se traduce también en un
auge aún mayor en los casos de participación en festivales nacionales. De un total de 220 participaciones desde 1994, 202 (un 91,82%) se corresponden con exhibiciones entre 2006 y 2017. En conjunto,
puede decirse que desde la creación de la Fundación Villa del Cine hasta hoy, el proyecto de difusión
del cine venezolano ha despegado con un impulso más que prometedor hacia el ámbito internacional.
Las políticas gubernamentales sí parecen haber surtido efecto en este ámbito de la industria, pues de
las 2.716 participaciones registradas desde 1994, 1.928 (un 70,99% del total) se enmarcan en el siglo
XXI.
Esta siembra internacional del cine venezolano ha ido dando sus frutos en los últimos años y, como
ya se ha indicado, los premios han sido numerosos y diversos a lo largo y ancho del planeta. En este
sector concreto del audiovisual venezolano es importante destacar las cifras alcanzadas desde la creación de la Fundación Villa del Cine. De las 15 películas más premiadas de la historia del cine venezolano, 9 son posteriores al 2006, y de estas 9,4 son productos de la Villa del Cine. 11 Estos cuatro
8 Decreto nº 6.118, mediante el cual se Reforma la denominación y objetivo de la Fundación “La Villa del Cine”, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, nº 38.939, del 27 de mayo de 2008: <http://cdn.eluniversal.com/2008/05/27/gaceta270508.pdf> (28/07/2019);
Decreto nº 791, mediante el cual se adscribe al Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, la Fundación La Villa del
Cine, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, nº 40. 357, del 17 de febrero de 2014: <http://www.juris-line.com.ve/data/
files/2581.pdf> (28/07/2019).
9 Argentina, Canadá, Francia, Italia, España, Egipto, Rusia, Alemania, Suiza o Japón, entre otros.
10 Primer año contabilizable que aparece en las estadísticas del Observatorio de Cine Venezolano: <http://ocv.rgni.info/wp-content/
uploads/2018/03/2018.0127.-Promocion-1994-2017.-Tablas-y-graficas..pdf> (05/01/2019).
11 Estas son: Venezzia (Haik Gazarian, 2009), octavo puesto, 11 premios; igualadas en número de premios ocupando los puestos décimo
primero, segundo y cuarto respectivamente: Brecha en el silencio (Luís y Andrés Rodríguez, 2012), Habana-Eva (Fina Torres, 2010), Azul y no
tan rosa (Miguel Ferrari, 2013). <http://ocv.rgni.info/wp-content/uploads/2018/03/2018.0127.-Promocion-1994-2017.-Tablas-y-graficas.pdf>
(05/01/2019).
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largometrajes se sitúan además entre los 20 con mayor cantidad de premios otorgados en festivales
nacionales e internacionales, 12 un equivalente al 32,7% del total de premios de las películas producidas
entre 2007 y 2015.
La industria cinematográfica no ha cesado en su crecimiento, a todos los niveles, desde la creación
del CNAC y en particular gracias a la creación de las Leyes de Cine (ya desde la de 1993, y especialmente con la reforma vigente hecha en 2005) que ha fomentado de manera sostenida la actividad
cinematográfica en el país (Izquierdo, 2017: 165-167, 173). Gracias a la delimitación del marco legislativo de la industria, se pudieron crear fondos como FONPROCINE , que estimulasen las producciones nacionales y favoreciesen así la consolidación de una cinematografía nacional venezolana
de calidad, capaz de ser competitiva también en el ámbito internacional (Izquierdo, 2018: 192-193).
Con la aplicación de determinados mecanismos entre los que puede destacarse la imposición de un
mínimo de un 20% de estrenos venezolanos en salas nacionales, 13 la Ley de Cine se marca como objetivo de base conferir una mayor continuidad a su industria. Esta medida parece haber surtido efecto,
pues desde la reforma de la ley, el número de estrenos de películas venezolanas se ha mantenido relativamente estable. Entre 2006 y 2017 el número de estrenos nacionales ascendió a un total de 225
largometrajes sobre un total de 1.454 largometrajes exhibidos (en estos mismos años). 14 Reviste importancia destacar como los años 2006 y 2009 son los dos de menor impacto, con 11 y 9 producciones estrenadas respectivamente; en el extremo opuesto debemos situar los 32 largometrajes estrenados
en 2008, los 29 de 2015 o incluso los 26 de 2016, años posteriores a la Fundación Villa del Cine,
posible responsable del repunte.
En cuanto al número de largometrajes exhibidos, reviste notoriedad el dato particular de 2005, con
233.549 espectadores de promedio por película; una cifra que no ha logrado superarse desde entonces hasta hoy, por muchas acciones de impulso que desde el Estado se hayan querido implementar
para rescatar las cifras del cine nacional y que coincide, paradójicamente, con el año en el que menos
largometrajes nacionales fueron exhibidos desde 1976, con un total de 5. Mas al contrario, el promedio de espectadores anuales por película ha descendido estrepitosamente alcanzando sus mínimos
en 2016 con la cifra de 2.672 de promedio. 15 Esto se debe al aumento progresivo de largometrajes
nacionales exhibidos, especialmente en 2010, cuando se multiplicó por 3,6 la cifra, pasando de 35
a 127, multiplicándose también exponencialmente el número de espectadores anuales en un 4,04,
aumentando de 463.131 en 2009 a 1.871.884 en 2010. Por su parte 2014 es el año en el que un
mayor número de películas se exhibieron, 226, y es además el año que a día de hoy ostenta el récord
de espectadores con 4.506.714, 16 aunque en lo que concierne al promedio por película este no sea
12 Brecha del silencio (31 premios), Venezzia (12 premios), Azul y no tan rosa (12 premios) y Habana-Eva (11 premios).
13 Esto se efectúa teniendo en cuenta un escenario de aproximadamente 150 estrenos por año desde 2010.
14 Largometrajes nacionales estrenados por año desde la reforma de la Ley de Cine: 2006, 11; 2007, 13; 2008, 32; 2009, 9; 2010, 14; 2011,
16; 2012, 13; 2013, 21; 2014, 25; 2015, 29; 2016, 26; 2017, 16. El Observatorio de Cine Venezolano proporciona datos desde 1976 hasta 2017
sobre los largometrajes (nacionales e internacionales) estrenados así como sobre los exhibidos: <http://ocv.rgni.info/wp-content/uploads/
2018/09/1.-2018.0521.-0330.-SH-Distribucion-Exhibición-Nacionales.pdf > (05/01/2019).
15 Para la cantidad de espectadores y el número de largometrajes nacionales exhibidos ver: <http://ocv.rgni.info/wp-content/uploads/
2018/09/1.-2018.0521.-0330.-SH-Distribucion-Exhibición-Nacionales.pdf> (05/01/2019).
16 Desde 1986, cuando se alcanzaron los 4.119.393, no se había vuelto a superar la barrera de los 4 millones de espectadores de largometrajes nacionales.
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
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el más elevado de los últimos diez
años. Este fenómeno puede deberse principalmente a que en diciembre de 2013 se estrenase Papita,
Maní, Tostón (Luís Carlos Hueck),
el largometraje venezolano más visto desde 1976 hasta 2018 con un
total de 1.979.917 espectadores, 17
además del estreno el 24 de julio de
2014 de Libertador (Alberto Arvelo), el decimotercer film nacional
más visto, con 749.258 espectadores. 18 Observando la clasificación
se atesta cómo solo 7 de los 20
largometrajes de mayor audiencia
son posteriores a la creación de la
Fundación Villa del Cine, y de estos 7, solo uno, Azul y no tan rosa
(Miguel Ferrari, 2013), situado en
el puesto 16 de la lista con 625.815
espectadores, es una coproducción
respaldada por la Villa.
En relación a los proyectos nacionales financiados desde 2006 y
según los datos publicados por el
Observatorio de Cine VenezolaCartel promocional de Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari, 2012)
no, recopilando información desde
1994, 19 puede verse cómo desde la
creación de la Villa se producen variaciones irregulares según el tipo de metraje producido. En términos generales, el cine venezolano experimentó un aumento desde 2006 hasta 2009 en el conjunto
global de los proyectos pasando de 26 a 70. Este aumento se debe sobre todo a la creciente financiación de largometrajes en estos cuatro años que se multiplicó desde 2006 hasta 2009 en un 3,3%. A
pesar de que 2010 se convirtiese en el año récord de largometrajes financiados (un total de 48), esta
es la fecha con la que se inicia una irregular decadencia en el sector, disminuyendo durante tres años
consecutivos, en términos globales, y experimentando constantes altos y bajos en cortometrajes y lar17 La exhibición de esta película se realizaría a partir del 20 de diciembre, computando así sus resultados, prácticamente en su totalidad en
el año 2014.
18 Ranking de los veinte largometrajes nacionales con mayor audiencia desde 1976 hasta 2018: <http://ocv.rgni.info/wp-content/
uploads/2018/09/4.-2018.0518.-Ranking-de-Audiencia.pdf> (05/01/2019).
19 Para consultar las estadísticas completas de proyectos nacionales financiados: <http://ocv.rgni.info/wp-content/
uploads/2017/08/2017.0829.Proyectos-Financiados-1994-20161.pdf> (05/01/2019).
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
Caso de las coproducciones
Especial atención merece esta rúbrica cuando se trata de proyectos de coproducción y cine venezolano, pues el país no solo firmó como país integrante el Acuerdo Latinoamericano de Coproducción
Cinematográfica (ALCOCI ), 21 así como el Convenio de Integración Cinematográfica Iberoamericana
(CONICI ), 22 el 11 de noviembre de 1989, sino que además su capital, Caracas, fue la sede que albergó la reunión plenaria en la que se firmaron los acuerdos, y se convertiría en la sede de la Secretaría
Ejecutiva de la Cinematografía Iberoamericana (SECI ): “ARTÍCULO XXXII: Será sede de la SECI la
ciudad de Caracas, República de Venezuela”. 23 Este hecho resulta significativo cuando se analizan las
cifras de coproducciones venezolanas de los últimos años. Los datos aportados por el Observatorio
de Cine Venezolano cifran en 29 el número de coproducciones con otros países, todas ellas con una
modalidad de estímulo económico de coproducciones minoritarias venezolanas, 23 de las cuales son
bipartitas, 3 de ellas tripartitas y 2 multipartitas. 24
Cabe hacer hincapié en el caso de las coproducciones con España, tan solo 3 25 desde 2006 de un
total de 29 desde 1978 (Ciller y Beceiro, 2013: 239) a pesar de que el 20 de junio de 1996 España y
Venezuela firmasen el Acuerdo de Coproducción Cinematográfica “conscientes [ambos países] de la
20 En el caso de los mediometrajes, a partir de 2012, último año en financiarse uno, la financiación de estos proyectos se ha detenido por
completo.
21 Fuente: <http://caaci-iberoamerica.org/wp-content/uploads/2016/09/alcoci-1989.pdf> (05/01/2019).
22 Fuente: <http://caaci-iberoamerica.org/wp-content/uploads/2016/09/conici-1989.pdf> (05/01/2019).
23 España ratificó el Convenio de Integración Cinematográfica Iberoamericana el 8 de abril de 1991, ratificación que apareció publicada en
el Boletín Oficial del Estado el 11 de junio de 1991; <https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1991-14701>. Del mismo modo, el
Acuerdo Latinoamericano de Coproducción Cinematográfica se ratificó el 1 de septiembre de 1992 y se publicó en el Boletín oficial del estado
el 6 de noviembre de 1992; <https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1992-24535> (05/01/2019).
24 No se ha incluido en la clasificación el largometraje de ficción Circular (Natalia Machado Fuenmayor, 2010), pues, a pesar de aparecer en
la lista, no se da información sobre el tipo de coproducción que es. <http://ocv.rgni.info/wp-content/uploads/2017/08/2017.0829.ProyectosFinanciados-1994-20161.pdf> (05/01/2019).
25 9 meses y 4 Díaz (Miguel Perelló, 2009), coproducción con España; Mujer conejo (Verónica Chen, 2010), coproducción con Argentina y
España; El acompañante (Pavel Giroud, 2014), coproducción con Cuba, Francia y España.
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gometrajes, aumentado y disminuyendo su financiación en años alternos. 20 De nuevo son los largometrajes los que parecen mantener una mayor estabilidad, a pesar de los altibajos bianuales desde 2011.
Pero sin lugar a dudas, el dato más desalentador se encuentra en las cifras de 2016, con tan solo 17
proyectos financiados (13 largometrajes, 4 cortometrajes y ningún mediometraje). Esta inconsistencia
puede deberse a los procesos de inestabilidad política que ha sufrido el país en los últimos años, y que
tienen como punto de partida las complicaciones del chavismo en Venezuela desde que se conociera
la grave situación de salud del expresidente Hugo Chávez y el repunte a partir de la muerte de este
en marzo del año 2013. A partir de este momento, los proyectos pasaron de 48 (en 2013) a 41 (en
2014), 28 (en 2015) y, como ya se ha indicado, 17 (en 2016). Paradójicamente, en 2016, aun siendo
un año negativo y a pesar de que en años anteriores los montos aprobados hubieran fluctuado tanto
como los proyectos financiados, como hemos apuntado, el monto global aprobado se multiplicó por
11,1, alcanzando la mayor suma desde 1994, 502.597982,89 bolívares (unos 44 millones de euros).
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
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contribución que las coproducciones pueden aportar al desarrollo de las industrias cinematográficas,
así como al crecimiento de los intercambios económicos y culturales entre los dos países” todo ello
incentivando que “la primera difusión [de estas obras] tenga lugar en las salas de exhibición cinematográfica de los dos países”. 26 Y esto, a pesar de que el artículo XVII de dicho acuerdo estipula que
“la importación, distribución y exhibición de las películas venezolanas en España y de las españolas
en Venezuela no serán sometidas a ninguna restricción, salvo las establecidas en la legislación y la
reglamentación en vigor en cada uno de los países”, además de “reafirmar [las partes] su voluntad
de favorecer y desarrollar por todos los medios la difusión en cada país de las películas del otro país”,
parece que las voluntades de ambos países no han llegado a cumplirse pese a los pasos legales dados
para ello.
La difusión de películas venezolanas en las pantallas de exhibición españolas resulta difícil de determinar teniendo en cuenta que películas como Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari, 2012) aparecen en el
índice alfabético de largometrajes exhibidos con nacionalidad española, cuando en realidad se trata de
una coproducción hispano-venezolana. Según las informaciones del ICAA , 27 en la rúbrica destinada a
la Comercialización en la que se encuentra dicho índice, las representantes del cine venezolano de los
último años son solamente 4 películas: Hermano (Marcel Rasquin, 2010), Cenizas eternas (Margarita
Cadenas, 2011), Pelo malo (Mariana Rondón, 2013) y Desde allá (Lorenzo Vigas, 2015). Estas serían
las cuatro películas que aparecerían reflejadas en las bases de datos de Recaudación, espectadores y rendimiento medio de películas extranjeras, cifras que resultan confusas, pues algunas de ellas aparecen en
las tablas más de un año, como es el caso de Pelo Malo, presente en los elencos de 2014, 2015 y 2016.
La clasificación deviene aún más complicada cuando se comparan estos datos con los de la rúbrica
Distribución cinematográfica y calificación, dentro de la cual encontramos las Versiones distribuidas de
largometrajes extranjeros estrenados; entre estas versiones, tan solo se mencionan películas venezolanas
en dos años, 2011 (una película) y 2014 (una película). Es precisamente este año, 2014, el único en
el que además se menta una película venezolana entre las Nacionalidades de los largometrajes exhibidos
con mayor recaudación situada en el puesto de 27 de 50. Esto se justifica por la primera victoria de
Venezuela en los Premios Goya en la categoría de mejor película iberoamericana. 28
La problemática sigue presente cuando se trata de catalogar y estudiar el impacto y la presencia del
cine venezolano en España. Aun habiendo firmado ambos países el 28 de noviembre de 2007 el Reglamento del acuerdo Iberoamericano de Coproducción Cinematográfica, 29 no parece que la acogida
de los metrajes caribeños por parte del público español sea todo lo prometedora que se desease. Una
vez analizados los resultados, no parece que, como apuntaremos en detalle a continuación en el epí26 Acuerdo de Coproducción Cinematográfica entre el Reino de España y la República de Venezuela: <http://www.culturaydeporte.gob.es/
dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/cine/datos-industria-cine/convenios-coproduccion/venezu/venezu.pdf> (05/01/2019).
27 Anuarios de Cine: <http://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/cine/mc/anuario-cine/portada.html> (05/01/2019).
28 Recordemos que Venezuela es uno de los países que más veces ha estado nominado en esta categoría: Pequeña revancha (Olegario Barrera) 1986; Aventurera (Pablo de Barra), 1989, Jericó (Luis Alberto Lamata), 1991; Disparen a matar (Carlos Azpúrua), 1992; Golpes a mi puerta
(Alejandro Saderman), 1993; Sicario (José Ramón Novoa), 1995; Amaneció de golpe (Carlos Azpurúa), 1998; Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari),
2013; La distancia más larga (Claudia Pinto Emperador), 2014; y Desde allá (Lorenzo Vigas), 2016.
29 Fuente: <http://www.culturaydeporte.gob.es/dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/cine/datos-industria-cine/convenios-coproduccion/
reglamento-cuerdo-latinoamericano-coproduccion-Cinematografica/reglamento-cuerdo-latinoamericano-coproduccion%20Cinematografica.pdf>
(05/01/2019).
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
grafe dedicado a la Fundación Villa del cine, la voluntad de democratizar el cine con la proliferación
de espacios estatales dedicados a este efecto haya alcanzado los hitos queridos por sus artífices.
La Villa del Cine fue inaugurada en el año 2006 por Hugo Chávez con unos objetivos bien marcados,
consistentes en la creación del entramado necesario para transformar la producción cinematográfica
venezolana en una Industria Cinematográfica. Para ello es necesario sistematizar y supervisar todas las
etapas del proceso creador de la obra, desde la financiación y producción hasta la importante, y en el
caso venezolano clave, distribución tanto del formato televisivo con las series, como, y sobre todo, el
fílmico con películas documentales y de ficción.
Puede entenderse el proceso fundacional de la Villa del Cine como el hito socio-histórico-político,
que concentra en sí mismo toda una amalgama de esperanzas proyectadas en lo que Patricia ValladaresRuiz describe como “un giro en las políticas estatales en materia cultural”, un paso más hacia una “democratización del cine” 30 en el país caribeño, que no estaría exenta de críticas (Valladares-Ruiz, 2013:
57). Anunciada como un acontecimiento de ardua importancia “dentro del programa político y propagandístico del régimen chavista” (Ibid., 2013: 57-58), la creación de la Villa del Cine pasa a ser entendida como “el esfuerzo gubernamental más importante para el desarrollo de la industria del cine” (Ibid.),
sin lograr deshacerse del halo de instrumento político al servicio del chavismo que desde el primer momento subyace en ella. 31 Por esta razón, no es de extrañar que las críticas hayan sido demoledoras y directas, incidiendo en aspectos concretos tales como que las subvenciones y fondos para la realización de
los proyectos estén directamente relacionados con los criterios ideológicos y temáticos de los mismos. 32
Con independencia de la puesta en práctica de un concurso como proceso abierto y transparente de
acceso a la financiación, 33 a través de los títulos y contenidos de los productos resultantes puede verse
claramente cómo la ayuda financiera, y por ende técnica, así como en materia de logística para llevar a
cabo el proyecto, está totalmente vinculada con el ideario político del régimen. Puede incluso hablarse
de “encargos gubernamentales” o, lo que es lo mismo, de films cuya creación responda a un encargo directo procedente del propio gobierno o “ente público”. El resultado es por lo tanto el esperado: un conjunto de metrajes cuyos contenidos “exponen semblanzas biográficas de personajes de la vida política”; y
curiosamente quienes los dirigen suelen ser “cineastas de reconocida trayectoria” (Ibid., 2013: 57).
30 Este proceso de democratización se aprecia de manera clara con la proliferación de cinematecas estatales a partir de la creación de la Villa del Cine, pues hasta ese momento, tan solo la capital, Caracas, disponía de una cinemateca, y a partir de 2006, cada Estado del país posee
una; Valladares-Ruiz, Patricia (2013). Memoria histórica y lucha de clases en el nuevo cine venezolano. Revista Hispánica Moderna, 66.1, p. 57.
31 Valladares-Ruiz plantea una reflexión en torno al “rol del Estado como productor cinematográfico” analizando “los efectos que esta injerencia podría tener en la reelección y tratamiento de las temáticas centrales” de estas producciones; Valladares-Ruiz, Patricia (2013). op. cit.,
p. 59.
32 Kaplan, Marcos (2001). Neocesarismo y constitucionalismo: el caso Chávez y Venezuela. México, UNAM: Serie Cuadernos Constitucionales
México-Centroamérica, 39; Krauze, Enrique (2008). El poder y el delirio. Barcelona: Tusquets; Langue, Frédérique (2002). Hugo Chávez et le
Venezuela: une action politique au pays de Bolivar. Paris: l’Harmattan.
33 Fundación Villa del Cine. Protocolo de participación, producción y coproducción: <http://villadelcine.gob.ve/wp-content/
uploads/2017/06/Protocolo-de-participacion.pdf> (29/07/2019).
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Problemáticas estéticas de la internacionalización
de la Fundación Villa del Cine
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
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Es importante que centremos nuestra atención en lo
que podría calificarse de tendencia fílmica de la Villa del
Cine: aquella orientada hacia
la promulgación, proyección
y distribución de largometrajes cuyo eje central es el concepto de “(re)construcción y
reciclaje de la memoria histórica” (Fuentes Bajo, 2014:
106; Nieto Ferrando, 2012).
No por ello debemos olvidar
el tratamiento del “conflicto
contemporáneo marcado por
la lucha de clases” así como
“la búsqueda y superación personal y/o colectiva” como eje
temático alternativo, de nuevo
en estrecha comunión con el
contexto político y social contemporáneo al chavismo (Valladares-Ruiz, 2013: 57-58).
Como estructura institucional
que es la Fundación Villa del
Cine, es lógico que la voluntad
de democratizar la producción
fílmica y contribuir al desarrollo
de la industria cinematográfica
sean objetivos coincidentes con
los que tiene el propio Gobierno de la Nación.
Cartel promocional de Bolívar, el hombre de las dificultades
(Luis Alberto Lamata, 2013)
Con el supremo compromiso y voluntad de lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria
en la construcción del Socialismo, la refundación del estado venezolano […] Que el objetivo histórico
del Plan de la Patria de 2013-2019, de defender, expandir y consolidar la Independencia nacional;
así como, el objetivo nacional de garantizar la continuidad y consolidación de la Revolución Bolivariana […] Que el cine y los medios audiovisuales inciden en la formación de la ciudadanía y en el
propio desarrollo de la Nación […] Artículo 1º. Se adscribe al Ministerio del Poder Popular para la
Comunicación y la Información de La Villa del Cine. (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela, Decreto número 791, 17 de febrero de 2014: 409-460).
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
Lamentablemente la voluntad propagandística que subyace en todos los proyectos de la fundación
oscurece la gran labor en materia de desarrollo de la industria cinematográfica venezolana. 34 Citando
de nuevo las palabras de Patricia Valladares-Ruiz:
Dicho esto, resta importancia a la apreciación general sobre las influencias políticas en el séptimo
arte que, en efecto, como canal y medio de comunicación de masas, no ha logrado nunca mantenerse
totalmente al margen del ámbito del poder, por lo que no puede obviarse que el CNAC , durante los
gobiernos que preceden a la dominación chavista, influyese y condicionase “la atribución de fondos”
en función de las afiliaciones políticas de los directores y por ende de los proyectos. En este sentido,
cabe destacar que la diferencia de base con respecto a lo que podemos catalogar como “prácticas fílmicas del chavismo” sea, como ya se ha mencionado antes, el eje temático motor del proyecto, esta
vez cargado de simbolismo indisociablemente identificable con el régimen (Fuentes Bajo, 2015: 137144). Una buena muestra de esta alianza se refleja en las propias palabras de Lorena Almarza, directora de la Villa del Cine, argumentando abiertamente como “la voluntad de las iniciativas de la villa
responde a un encargo directamente vinculado con el carácter ideológico de la temática abordada”
(Valladares-Ruiz, 2013: 61).
Adeptos y detractores del gobierno extrapolan sus enfrentamientos al ámbito audiovisual, siendo
ahora el campo de batalla la Fundación: “Una revisión del catálogo de la Villa del Cine revelaría, justamente, una tendencia contraria […] Mientras la oposición lo considera ‘propaganda chavista’ […]
los adeptos al gobierno lo definen como un ‘cine más comprometido’”. 35 Sin embargo, este compromiso que los partidarios y afines al chavismo ven en estas producciones pone de manifiesto contradicciones histórico-políticas. Como veremos, en estas películas salidas de la fábrica de la Villa el máximo
común divisor es la reescritura del pasado, tratando de eliminar todo vestigio colonizador-invasor
para reconstruir una nueva “Historia Patria”, acorde con las voluntades, deseos y objetivos de la Revolución Bolivariana. 36 En este “proceso creativo” el cine es utilizado por las producciones de la Villa
como un hacedor de documentos, muchos de ellos “históricos”, cuya finalidad es revelar un pasado
que quizás nunca existió (Valladares-Ruiz, 2013: 64).
34 “Para David Medina y Alejandro Pedregal, el cine venezolano tradicionalmente había estado dominado por un pequeño grupo de directores que podían considerarse unos privilegiados. Este fenómeno no solo se habría manifestado en el inventario de realizadores (casi todos
hombres), sino también en los personajes representados en estas películas. En consecuencia, se podría trazar la repetida inscripción de estereotipos delineados a partir de marcas de clase, género y raza. En contra partida [sic], en los últimos años salta a la vista el aumento de
largometrajes y documentales dirigidos por mujeres […] aunque no es una tendencia exclusiva de la Villa, también hay que contar con las
producciones independientes.” Vid. en Valladares-Ruiz, Patricia (2013). Op. cit., p. 59.
35 Medina, David Javier (2007). Miranda regresa y tienes que verlo: <https://www.aporrea.org/actualidad/a42573.html> (29/07/2019).
36 Carrera Damas, Germán (2003). El culto a Bolívar. Esbozo para un estudio de la historia de las ideas en Venezuela. Caracas: Alfadil Ediciones, 5ª edición; Langue, Frédérique (2001). Reinvención del Libertador e historia oficial en Venezuela. Araucaria. Revista Iberoamericana de
Filosofía, Política y Humanidades, 25, pp. 26-45.
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la Villa del Cine ha premiado proyectos que se inscriben directamente en algunos de los ejes de interés
ideológico del gobierno bolivariano […] no deja de impresionar la creciente aparición de un importante
número de producciones de temática antiimperialista y anticapitalista. (Valladares-Ruiz, 2013: 59).
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
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La Fundación Villa del Cine se plantea pues, como objetivo primigenio, la “re-educación” de la
sociedad a través del tratamiento cinematográfico de temáticas históricas y, por extensión, políticas
contemporáneas y sociales. 37 Para ello, su fuente de inspiración y de justificación va a ser el pasado,
reinterpretado para establecer el nexo de unión coincidente entre los protagonistas del “proceso bolivariano” y los autores de la revolución
libertadora que, como veremos, son
objeto de un tratamiento sesgado, enfático y partidista, en un contexto lejano al populismo contemporáneo.
Un ejemplo claro de estas políticas
y tendencias estéticas de la Fundación
Villa del Cine lo encontramos en la
producción de su primera película Miranda regresa (Luis Alberto Lamata,
2007). Con guion de Henry Herrera
y protagonizada por Jorge Reyes, este
largometraje de 140 minutos de duración, realizado bajo la dirección de un
director de renombre como L. A. Lamata (Fuentes Bajo, 2012: 110-112),
relata, en parte, la vida de Francisco de
Miranda (1750-1816), “El Precursor”
del ideario revolucionario social que
constituiría el principio del fin colonial,
piedra fundacional de la Venezuela
moderna. 38 En palabras del propio director, la intención primera de hacer
este biopic del prócer venezolano fue
la, a su juicio, falta de conocimiento
por parte del pueblo venezolano de la
figura histórica de Francisco de Miranda: “Lamentablemente [sic] en nuestro
Cartel promocional de Miranda regresa (Luis Alberto Lamata, 2017)
37 La Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela publicada el 6 de febrero de 2006 recoge en su Decreto número 4.266, página
334.357, las voluntades de creación de la Villa del Cine alegando: “[…] Que el cine es una manifestación artístico cultural, a través de la cual
es posible representar lo imaginario, los procesos sociales y políticos de los pueblos […] Que el desarrollo de la cinematografía y los medios
audiovisuales de una Nación son el soporte fundamental para la comprensión y divulgación de la cultura de los pueblos por su carácter masivo
[…] Que el cine y los medios audiovisuales inciden en la formación de la ciudadanía, en el fomento de los valores de una sociedad democrática y en el propio desarrollo social de la Nación […]”. Estas alegaciones son ratificadas en el Decreto número 6.119 publicado el 27 de mayo de
2008, páginas 361.444 y 361.445: <http://cdn.eluniversal.com/2008/05/27/gaceta270508.pdf> (29/07/2019).
38 Lucena Giraldo, Manuel (1989). Francisco de Miranda: el precursor de la Independencia de Venezuela. Madrid: Anaya, Sociedad Estatal para
la Ejecución de Programas del Quinto Centenario, D. L.; Quintero, Inés (2014). El hijo de la panadera. Caracas: Editorial Alfa.
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
Consideraciones finales
Desde la conmemoración del quinto Centenario del Descubrimiento (1992), se generó en la producción de cine venezolano un aparente cambio que se tradujo en el repentino interés oficial de España
en la Historia de América. La consecuencia lógica de este nuevo foco de atención en el séptimo arte
es la aparición de nuevas películas centradas en la ya mencionada temática, muchas de ellas, coproducciones entre España y otros países latinoamericanos. En cuanto a la presencia del legado histórico
venezolano en este cine español de la conmemoración, observamos que no se realizó ninguna a este
efecto. Como reacción o como una de las consecuencias lógicas, tal y como hemos apuntado anteriormente, nació la Fundación Villa del Cine, erigida en adalid de creación, aportando la infraestructura
y los recursos necesarios para una eventual salvación y posterior desarrollo de la industria audiovisual
del país. La Villa se convirtió en muy poco tiempo en la productora nacional de mayor envergadura en
Venezuela, y la mayoría de los proyectos aprobados corresponden a óperas primas. Desgraciadamente,
los sueños de desarrollo e internacionalización industriales no han dado sus frutos. Muchas de las producciones no alcanzan, ya en el propio país, las salas comerciales; otras, algunas pocas, terminan proyectándose en circuitos de salas satélites de la Cinemateca Nacional; y muchas otras se estrenan en los
canales del Estado (como VTV , TVES , Ávila TV , VIVE y la red de televisiones comunitarias bolivarianas). Una precaria distribución del audiovisual venezolano financiado por el Estado a la que Héctor
Soto, ex ministro de cultura, se refería en los siguientes términos:
En esta batalla, que es la “batalla de las ideas” desde La Villa del Cine y el CNAC, hemos producido
cerca de 75 largometrajes y más de 300 documentales que tal y como nos lo señalan con frecuencia, con
razón, “no se ven”. Y es que en esas salas de cine comerciales nos rechazan, ponen nuestras películas por
corto tiempo, hacen trampas y burlan la Ley de Cine. Todo para seguir envenenando la mente de los
venezolanos.
39
“Miranda, película chavista”, vid. en Valladares-Ruiz, Patricia (2013). Op. cit., p. 62.
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país no hay un conocimiento real de quién es el personaje y creo que era importante esa carga divulgativa en el proyecto”. 39
La película, organizada con una línea cronológica fácil de seguir (gracias a los intertítulos) hace
un uso reiterado del flashback, algo que permite al director deshacerse en elogios hacia Venezuela:
“Venezuela es tierra de gracias, es el Edén perdido según Cristóbal Colón. Venezuela es luz, primavera, calor y agua”, mientras mantiene un discurso claramente politizado que se identifica con
el mecenazgo de la producción de la Villa del Cine. Miranda Regresa responde así a una voluntad
claramente propagandística a la par que didáctica y aleccionadora que, para el pueblo-espectador,
utiliza, no de manera discreta, el discurso populista subyacente tras la Historia. El propio Nicolás Maduro promocionaba en una cuenta de Youtube nacional la película utilizando los siguientes
términos: “En el marco de la conmemoración del natalicio del Generalísimo Francisco de Miranda
queremos compartir con todo el pueblo una maravillosa producción de nuestra Villa del Cine: Miranda regresa”.
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JORDI MACARRO LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA
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Según las cifras aludidas en este texto, a pesar de la voluntad de proporcionar una inyección revitalizadora a la industria, la Villa se ha visto manchada por los estrechos lazos que la unen al gobierno. En un contexto de crisis política y social como el que vive Venezuela en los últimos años,
parece lógico que la recepción de las producciones de esta institución pase examen frente al público, primero nacional y posteriormente internacional. Las obras de la Villa pueden entenderse como
productos que pretenden transmitir una segunda lectura política que gran parte de los espectadores
rechaza. En el caso español, y creemos que por extensión en el de otros países de habla hispana,
podríamos decir que la escasa exhibición y comercialización del cine de la Villa se debe en gran
medida a las temáticas historicistas reinterpretadas, que terminan por resultar poco atractivas para el
foráneo. Esta problemática no existe en otros casos venezolanos, pues, tal y como hemos destacado,
a pesar de ser pocas las películas que llegan a España, prácticamente cada año, al menos llega a la
península una representante de ese cine, ya sea a través de festivales o incluso de nominaciones a los
premios Goya. 40
En resumen y a modo de conclusión, puede señalarse cómo la Fundación Villa del Cine ha sido
capaz de cumplir, de manera general, con el objetivo marcado del proyecto en materia de internacionalización del cine venezolano en festivales y en cuanto al empuje en materia de producción audiovisual. Pero, al mismo tiempo, es evidente que no consigue tener éxito en otros circuitos como la distribución y exhibición, pues no termina de conectar con los espectadores debido al marcado carácter
político de las temáticas presentadas en los films. Con una buena intención y una loable ejecución, las
producciones de la Villa del Cine y la propia Fundación en sí misma, tienen todavía un largo camino
que recorrer antes de coronarse reina(s) indiscutible(s) del cine venezolano dentro y fuera de la República Bolivariana de Venezuela.
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40 Recordemos que precisamente otra película histórica de L. A. Lamata, Jericó, consiguió en 1991 una nominación al Goya como mejor película iberoamericana, tratándose además de la película más premiada de la historia del cine venezolano, con un total de 38 galardones (entre
nacionales e internacionales).
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LA VILLA DEL CINE Y SU IMPACTO EN LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA VENEZOLANA JORDI MACARRO
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Jordi Macarro Fernández
Doctor en Historia y Cine por la Universidad de Granada (mención internacional). Actualmente es profesor de
cine y análisis fílmico en el Departamento de estudios Románicos, Eslavos y Orientales la Universidad Lille 3. Ha
sido profesor de cine español e hispanoamericano en el departamento de Lenguas y Culturas de HEC Paris desde
2011 hasta 2019 y profesor asociado en el Departamento de Cine y Teatro de la Universidad Paul Valéry Montpellier 3, responsable del curso dedicado a la industria y estética del cine en el subcontinente indio, desde 2017
hasta 2019. Miembro de los grupos de investigación TIL: Texte-Image-Langue (Universidad de Borgoña, Francia), HUM1026 Imagen y Memoria (Universidad de Cádiz, España) y ArtKiné (Universidad de Buenos Aires,
Argentina). Director de las Jornadas Internacionales de Cine desde 2012 y colaborador del Festival Iberoamericano de cine de Grenoble. Entre sus líneas de investigación destaca: la recuperación de la memoria histórica a
través del cine oriental y occidental desde enfoques socioeconómicos y lingüísticos.
Fecha de recepción: 06/06/2019 Fecha de aceptación: 03/09/2019
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