1 Una propuesta de currículo desde la pedagogía de la vida Ingrid Yised Suárez Ortiz Universidad Católica de Manizales Doctorado en Educación Tarqui Huila Abril 13 de 2020 2 Una propuesta de currículo desde la pedagogía de la vida Introducción Una de tantas contradicciones del proceso educativo nuestro es que prioriza al profesor, o quien enseña, en menoscabo del estudiante, o quien aprende; porque aquello que en la praxis debe prevalecer es el sujeto aprendiz, y no, el actor que dice enseñar. La tesis consiste en que el modelo ideal que debiera implementarse a nivel país, región y localidad, sería un nuevo proceso de aprendizaje-enseñanza. Najmanovich (2009), se cuestiona al exponer que el objetivo de la educación en la actualidad ha sido someter la subjetividad para alcanzar este propósito y lograr que no contamine con sus lagunas la imagen universal admitida del mundo, mal llamada realidad. Porque los estudiantes son pensados y tratados como sujetos iguales y no como individuos vivos, afectivos y por lo tanto desiguales, sensitivos y creativos (pág. 10). Mientras que, para Devia Cárdenas (2017), la biopedagogía se inscribe en: La línea de un paradigma emergente; por lo tanto, se fundamenta en valores, conceptos de caos, incertidumbre, complejidad, emergencia y holismo. Es desde esta visión del cosmos que debemos buscar una praxis pedagógica que garantice el máximo de felicidad y responsabilidad en la sociedad apoyados en la biología del amor. (pág. 182). El objeto de este ensayo es plantear una propuesta de currículo desde la biopedagogía, que interprete y responda a las vivencias de aprendizaje de la autora; a la ruptura de paradigmas clásicos para la transformación educativa; al tipo de evaluación que contiene dicho 3 currículo y cómo articular el tiempo y el espacio a las bases biológicas para crear contextos mejorados. Desarrollo 1. ¿Qué vivencias de aprendizaje he tenido? Desde que me levanté me di cuenta de que estoy viva, y la vida misma es aprendizaje y es enseñanza. Al realizar la oración con los integrantes de mi familia, me doy cuenta que la unidad familiar, el apoyo y acompañamiento que ellos ofrecen fortalece todos los aspectos de mi vida. Dios me permite vivir para ellos y nos permite vivir en colectividad, nunca en individualidad, unos al servicio de otros; las lecturas bíblicas nos ayudan a poner en práctica en nuestras vidas, muchas de las enseñanzas y mensajes que Dios nos deja. Al estar en cuarentena, se han fortalecido los lazos familiares, se aprende a trabajar en equipo, el realizar los quehaceres del hogar en mutua colaboración y organización para vivir en un ambiente agradable; porque todos han aportado, ponen su grano de arena, se aprende al cuidado como familia, optando por medidas de precaución contra una pandemia, es adaptarse a un nuevo estilo de vida para subsistir. El cuidado del jardín, otra vivencia de aprendizaje me permite ver cómo la naturaleza es tan agradecida con los cuidados, cómo su belleza alegra el hogar y a la vez da frescura la morada. Al abonar las plantas, al verlas florecer e inclusive, al alimentarnos de ellas, se aprende que dependemos de la naturaleza y ella requiere de buenos actos y cuidados. A través de los medios tecnológicos, se pueden experimentar nuevos escenarios para el aprendizaje, como la preparación de recetas, aprender a cocinar algo nuevo, aprender a preparar un nuevo plato en familia, acto que no sólo beneficia a una persona, sino, a todos sus 4 integrantes y a la vez beneficia económicamente a quienes nos proveen de los productos alimenticios cultivados en el campo de la región, nos damos cuenta que es una red interminable, que no somos independientes; que dependemos de la colectividad, de otras personas, de otros organismos. Otra vivencia de aprendizaje, es la lectura de textos que enriquecen nuestras apreciaciones sobre el mundo, e inclusive, pueden llegar a transformar las ideas o conceptos que se tenían; también se aprenden conceptos nuevos como complejidad y transdisciplinariedad al observar que muchas problemáticas de la vida contemporánea se estudian y solucionan teniendo en cuenta los enfoques del pensamiento complejo y el análisis de otras áreas en el universo del conocimiento. Por último, otra vivencia de aprendizaje es ver cómo la vida está íntimamente relacionada con la muerte, que, así como hoy se está viva, más tarde el alma inevitablemente abandonará el cuerpo; cuando se pierde a un ser querido ideológicamente creemos que no se muere, simplemente se nace a una vida nueva, al lado de Dios, eternamente. Se aprende, que la tristeza es más llevadera si se cuenta con personas que nos aprecian de verdad; se aprende que las bellas palabras de cariño y agradecimiento deben decirse en vida, cuando se sienten; se aprende que cada cosa que se hace hay que disfrutarla, que los trabajos que se construyen deben apasionarnos y se debe vivir el hoy como si el mañana no existiera, buscando siempre la felicidad como propósito de la existencia. En el vídeo de Eduard Punset, en su charla con la bióloga Lynn Margulis y su hijo Dorion Saga, anotan que “muchos científicos y gente del común pensamos que somos el centro, pensamos que somos superiores, que controlamos el sistema, que somos independientes, 5 pero en realidad dependemos por completo de otros organismos como las plantas” (RTVE-Redes, 2002). 2. Rompiendo paradigmas clásicos para transformar la educación Los seres humanos no estamos desde el origen del universo, el planeta tierra, no es el centro del universo, son dos frases mencionadas por Lynn Margulis, haciendo alusión a las revoluciones copernicanas, hacen caer en cuenta que no existe una verdad absoluta, que no hay un conocimiento final al que se llega de alguna manera; primeramente, porque lo aprendido no está hecho, se construye con las diferentes experiencias a lo largo de la vida, porque se han deconstruido unas teorías que se creían como fin último de muchos estudios realizados en el medio físico en que se vive o porque ideológicamente se crean concepciones que no podrían ser verificadas científicamente; o algunas que sí definitivamente, han tenido que quedar olvidadas o cambiadas. A lo largo de la historia, somos testigos de diferentes cambios que ha sufrido la humanidad en diversos aspectos, que hacen del mundo el sistema u organización que actualmente se trata de conocer y comprender, para habitar en él de la manera más apropiada posible, interactuando con una sociedad y una serie incontable de organismos vivientes que cohabitan con nosotros en ese contexto natural que, con nuestras acciones poco a poco hemos transformado, o por qué no decirlo, destruido de forma indiscriminada. Se visualiza cómo la especie humana es la más reciente, la que más cambios negativos ha producido en el planeta en tan poco tiempo y, aun así, considerados mejor y más sofisticados que otros organismos. La tierra sigue evolucionando y en este camino, todos los seres que la habitan se adaptan a las diferentes condiciones del ambiente, surgen nuevas teorías, cambios sociales, distintos descubrimientos, el 6 avance tecnológico y también en comunicación e información, pero la gran pregunta es: ¿En educación se han forjado cambios realmente significativos? En la mayoría de las disciplinas del saber se han tenido grandes transformaciones, se han desarrollado investigaciones, pero tal parece que la educación continua en un estancamiento, sigue siendo guiada por parámetros modernistas, positivistas, por pensamientos objetivos. En el modernismo, la educación se rige por unos expresos parámetros, paradigmas que lamentablemente aún en la actualidad se conservan. Así, la expone Najmanovich (2012): La escuela moderna como institución fue creada siguiendo el modelo mecanicista tanto a nivel epistemológico como organizacional. El sistema fue estructurado de modo jerárquico y lineal con una comunicación unidireccional, siguiendo un esquema disciplinario tanto en relación a los contenidos como a las actitudes. (pág. 10). Durante este periodo las aulas de clase son escenarios organizados como prisiones, los estudiantes muestran altos niveles de disciplina, uniformidad y pasividad, se dedican a obedecer sin realizar cuestionamientos y críticas, son seres puramente racionales, sin afectividad; ni siquiera los maestros pueden refutar las ideas mecanicistas, ellos son transmisores de un saber destrozado, dividido en disciplinas y hasta en asignaturas; el centro del sistema educativo son los contenidos, que se llevan como si de llenar un vaso vacío se tratase “metáfora del trasvasamiento”; el salón de clase está alojado entre muros que impiden a los estudiantes el contacto con el medio circundante, como si fuera ajeno a lo que se aprende, como si no habitara en él, creando desalianza entre la naturaleza y la humanidad. 7 A partir de lo anteriormente descrito se hace relevante, romper los paradigmas de la modernidad que no permiten el resurgimiento de novedosas estrategias educativas que de verdad generen impactos significativos, que no sean paños de agua fría; sino que se pongan en práctica y la sociedad pueda avanzar en este aspecto; para abordar esta temática es indispensable ver cómo muchas disciplinas han realizado estudios que han generado una verdadera revolución en el saber contemporáneo y a nivel educativo se deben tomar como base, dichos enfoques, teorías, tesis o pensamientos para propiciar contundentes cambios. Algunas de las controvertidas propuestas de la complejidad expuestas por Fidel Martínez Álvarez en el Capítulo IV “Los estudios de la complejidad en la nueva revolución del saber” son: Ciencia no lineal (La URSS); Teoría del caos (Lorenz); Tercera Ola de la epistemología integradora (Toffler); Filosofía de la inestabilidad. (Prigogine); Galaxia Auto (Dupuy); Pensamiento complejo (Morín); Sistemas complejos o complejidad (Gell Mam); Constructivismo Radical (Von Foerster); Ciencias de la complejidad (Maldonado). (Rodríguez-Zoya, 2018, pág. 115). Estos estudios que han nacido en la contemporaneidad no han permitido fraccionar paradigmas modernos y serán éstos los que admitan hacer verdaderas transformaciones educativas. Para Medina (2017), “En otros términos, en el proceso generador de la vida, el aprendizaje configura la actividad vital de los organismos biológicos; de ahí que la existencia de la cognición, es la existencia vital” (pág. 50). El desafío es abrir la educación a la vida, las puertas del aula, que los estudiantes tengan contacto con su medio comunitario, a partir de 8 sus necesidades creen saberes desde lo que sienten, les apasiona; ser capaces y posibilitar diálogos, que aporten sus puntos de vista, intercambiar saberes, opiniones, que el aprender sea vinculante, vivencial; reformas verdaderas, no es decorar el salón de clase con herramientas novedosas y hacer lo mismo; se pretende transformar valores, crear grupos en los que se trabaje en equipo; establecer roles que sean ocupados y rotados en las clases, unos estudiantes tolerantes, se visualicen en el papel de los otros, el control sea horizontal, aprecien la diversidad, se potencie la creatividad y la producción. Que el dualismo sea aprendizaje-enseñanza. En Hugo Assmann, se encuentra esta confirmación: Las Ciencias de la Vida han descubierto que la vida es básicamente una persistencia de procesos de aprendizaje. Los seres vivos son seres que consiguen mantener, de forma flexible y adaptativa, la dinámica de seguir aprendiendo. Se afirma incluso que los procesos vitales y los procesos de conocimiento son, en el fondo, la misma cosa. (Assmann, 2002, pág. 23). Además, Gutiérrez (2010), en “Las nuevas ciencias de la vida” al respecto expresa que “El aprendizaje que responde a la autoorganización de la información es necesariamente dinámico, flexible, vivo y consecuentemente holista y complejo” (pág. 225). 3. El tipo de evaluación Cuando de verdad se comprende que, lo que se aprende es porque se siente, es significativo para la vida y emerge de ella misma, será el momento en se podrá decir que se inicia una verdadera transformación educativa; puesto que ese sentido no lo dan los planes de estudio o los contenidos, solo lo encuentra cada quien por sí mismo, encontrarle el sentido propio a aquello que se hace, no el que la 9 sociedad le da, ese sentido que solo lo dan las interacciones, las correlaciones con los contextos, nichos vitales en el desarrollo del saber de los estudiantes; los vínculos entre el organismo y su entorno. La afirmación del maestro Simón Rodríguez, en el trabajo de Gutiérrez, da luces a lo dicho: “Lo que no se hace sentir no se entiende y lo que no se entiende no interesa”. (Gutiérrez, s.f., pág. 7). Crear una propuesta de currículo desde la biopedagogía, involucra forjar estrategias educativas de la vida y no para la vida, implica que ese aprender se de en un ambiente natural, en el medio en que está inmerso la persona, porque “aprender es una propiedad emergente de la autoorganización de la vida” (Assmann, 2002, pág. 38). Se plantea, entonces, un currículo basado en los principios de autoorganización, autoconstrucción, autopoiesis, pilares que llevan a que la persona se cree por sí misma, se construya y se transforme; de allí la importancia de retomar la autonomía escolar, para que las estrategias que se plantean en los proyectos educativos de cada institución estén encaminadas desde mencionados principios y se tengan como base para la mediación educativa. Así como las ciencias exactas avanzan, es hora que en los ámbitos político, económico, cultural y educativo, se den respuestas al nuevo espacio en el que se está y, lamentablemente, al que no nos atrevemos a saltar, ya sea por miedo a los cambios o a los intereses de unos pocos que priman sobre los intereses de toda la sociedad; importante es que el currículo que se plantea desde los principios anteriormente mencionados, sean acogidos por toda una colectividad y, si no es posible por la inconveniencia de los personajes de la nación, entonces emprender las transformaciones desde las aulas, donde los docentes 10 sean acompañantes y facilitadores, permitiendo que los aprendientes construyan por sí mismos sus saberes. La nueva escuela tendrá en cuenta las nuevas tendencias de la educación emergente, propuestas y descritas por Francisco Gutiérrez: Una escuela Intuitiva, que promueva la educación fundamentada en el sentir; Matrística, basada en la autoorganización; Holística, integral, dialógica y colaborativa; de Incertidumbre, basada en la apertura, dinamicidad y búsqueda; con Flexibilidad, apoyada en una planificación blanda, de procesos y módulos y una Educación centrada en el aprendizaje, orientada en el autoconstrucción de la persona, en experiencias de aprendizaje que dan lugar a procesos dinámicos integrados, participativos, interactivos, interdependientes. (Gutiérrez, s.f., págs. 6-7). Los nuevos aprendizajes deben mirar el entorno de los niños, crear estrategias que partan de sus realidades; trabajar la afectividad, arrancar de sus intereses, teniendo en cuenta sus fortalezas, lo que les gusta, les apasiona, sus necesidades, pero por sobre todo, crear aulas con niños felices; en muchos de los casos, la escuela se convierte en el único refugio para escapar de problemáticas en que los niños se sumergen; debe haber empatía entre el docente y el estudiante, el maestro debe dotar de sentido las actividades pedagógicas, actualizar los conocimientos constantemente y vincularlos al contexto para que, los niños igual le encuentren sentido, participen y aportar ideas y opiniones partiendo de sus presaberes del mundo en que habitan, hallándole utilidad y dándole valor a eso que en la escuela se trabaja. ¿Cómo evaluar los procesos de formación, en los aprendientes, para determinar si han aprendido o no? El aprendizaje no debería ser medido, como algo que se puede cuantificar, calificar, como actualmente las Instituciones lo hacen mediante el uso de escalas 11 valorativas; las evaluaciones entendidas en el marco de la biopedagogía; ni siquiera deberían existir; Sin embargo los sistemas políticos, económicos, capitalistas, que actualmente rigen nuestra existencia, tienen y defienden los sistemas educativos que requieren para sostenerse; en un mundo competitivo, donde lo único importante es tener el control y adueñarse de las riquezas materiales, acabar con los recursos naturales, sin darle valor a la vida de otras personas u organismos y también a costa de sacrificar el mismo planeta. Denise Najmanovich, en su texto “Configurazoom. Los enfoques de la complejidad”, da claves para desarrollar un pensamiento complejo, trayendo las palabras de Spinoza, cuando propone entonces, pensar en un universo interactivo donde el hombre no se enfrente a la naturaleza y trascienda a esta, donde no sea superior a ella, sino que esté dentro de ella (Rodríguez-Zoya, 2018, pág. 55). Por tanto, atendiendo a que actualmente se forma para la competencia, surge la reivindicación personal y con la naturaleza, partiendo de que la evaluación debe ser propia, de cada persona que se involucra en ese aprender, es decir, debe realizarse una autoevaluación, “con actitud ética, basada en la aceptación de nuestra responsabilidad como productores de conocimiento” (Najmanovich, 2009, pág. 15). El conocimiento no preexiste, se construye, en la medida en que se aprende se transforma nuestro nicho; mirar la evaluación desde lo transdisciplinar, para que el chico aplique lo que aprende a su contexto y los conocimientos no sólo se conviertan en un fundamento teórico, sino que sean llevados a la práctica, no desde una sola disciplina o asignatura, sino mediante la interrelación entre ellas. La autoevaluación debe llevar a que el estudiante no sólo trabaje por una nota, sino por el contrario, que lo lleve a autoreconocerce en sus fortalezas y en sus debilidades; que sea capaz de identificar sus 12 capacidades y potencializarlas, ya sea mediante el arte, la escritura, el canto, el baile, la expresión oral, en fin, de la manera que a él se le facilite; haciendo pares en el proceso para determinar los aspectos que se deben mejorar, las falencias que se han tenido y por supuesto el hallar las estrategias necesarias para el mejoramiento de las dificultades y de esta manera hacer un valioso aporte a su hábitat con todo lo que ha logrado aprender. En este sentido, Blanco Villalobos, expone que: Para lograrlo se debe desarrollar una educación con una relación más horizontal, que la participación no surja de los controles ni de las evaluaciones, sino del compromiso de cada quien consigo mismo, con su propio proceso y con la comunidad a la cual pertenece. (Blanco Villalobos, 2014, pág. 32). Lo que en verdad debe valorarse con este nuevo currículo es la creatividad de los estudiantes, con la cual se privilegia la producción, la colectividad, las relaciones, el encuentro, las acciones sociales inmersas en la cultura y no la memorización mecanicista de una serie de contenidos que no tienen ningún sentido, una evaluación que en verdad sea enriquecedora y consciente del papel que se desempeña y de las grandes transformaciones que se causan con los pequeños actos en el mundo. Una evaluación que no busque reconocimientos, condecoraciones y aprobaciones de otros, si no que permita actuar en la realidad siendo protectores del medio en que se vive y de esta forma, asegurar el futuro y la supervivencia. 4. El tiempo y el espacio Parafraseando a Najmanovich (2009), en este hacerse, construirse y autocrearse de los seres vivos, entendida así la autopoiesis, cimiento para una verdadera transformación educativa, es indispensable 13 visualizar que las configuraciones espacio-temporales han cambiado rotundamente las aulas en las regiones y en el sistema educativo; en definitiva deben cambiar, deben ampliarse al mundo en su totalidad y el mundo incluirse dentro de ellas; el aprendizaje no solo está en las aulas de clase, también en la informalidad; los muros que separan a estudiantes y contextos deben derribarse, para dar paso a los vínculos comunales, a las nuevas tecnologías que han tenido un auge en la actualidad y aportan nuevas experiencias de aprendizaje y generan nuevos escenarios, enriquecidos y muy variados. (pág. 13). Para Blanco Villalobos (2014), la virtualidad es entendida como la capacidad de interactuar con lo intangible, nuevas percepciones, nuevas interacciones, con múltiples realidades que no percibimos (pág. 29). Nos posibilita la creación de redes que generan conexiones con espacios hasta ahora separados, convirtiendo el aula en un escenario gigante en el que se establecen relaciones con variadas culturas, diversos actores, diferentes contextos, de tal manera que se crean espacios convivenciales en los que cada persona que se hace, participe en la red, da su aportes, sus puntos de vista, y a la vez se enriquece con los de otros; sobre todo, situándose en su propio entorno; en el que habita, partiendo a dar sus apreciaciones desde lo que ya conoce de su medio. Estos nuevos espacios virtuales que se crean son una nueva oportunidad para trascender en el tiempo y en el espacio, Las instituciones encargadas de promover la educación en la sociedad se han visto en la tarea de incursionar en ellas debido a la demanda que ha generado la actual situación mundial. La pandemia generada por el COVID19, por ejemplo, ha impedido que tanto estudiantes como maestros asistan a los recintos escolares, pero no por esto se dejará a un lado la educación; se han tenido que crear o usar realmente las plataformas, haciéndolas vinculares; donde todos participen y el docente 14 o tutor sea ese acompañante que permite que el discente construya su propio conocimiento. Sin embargo, se visualiza la eterna deuda del gobierno al sistema educativo, con los sectores rurales; lugares alejados geográficamente, donde ni siquiera hay conexión a internet, los entes oficiales ordenan a las instituciones impartir trabajos virtuales, que en muchos casos no tienen el debido acompañamiento, simplemente se traslada la escuela moderna a los ordenadores, además queda la incógnita, ¿De qué manera los niños del campo van a poder suplir sus necesidades educativas? Recibirán guías de trabajo impresas que solucionan con sus padres; muchos de ellos no tienen una formación académica para apoyar el trabajo de sus hijos; además, la preparación de materiales, tienen costos económicos, el empleo de recursos como el papel, requiere de la tala de árboles afectando los ecosistemas. De allí que, los sistemas de gobierno de cada país toman conciencia de la necesidad imperante de reestructurar el sistema educativo, de crear un currículo que permita la formación de personas críticas y partícipes en sus contextos, además que inyecten recursos económicos para dotar las escuelas de medios tecnológicos y se capacite a los docentes en el uso de los mismos; para que no simplemente se decore el aula, si no que se transforme en escenarios donde de verdad el estudiante aprenda, en la vida y para la vida. De acuerdo con Gutiérrez, F. (s.f.), la educación, ya no debe verse desde lo mecanicista, desde los paradigmas modernos; debe abrirse a lo humano, a lo holístico, a lo ecológico; pues en realidad la educación debería tener como propósito el aportarle el cuidado a nuestro planeta, el devolverle algo de lo que siempre él nos ha aportado y no hemos sabido aprovechar, más aún en el campo, donde se pueden aprender tantas cosas a partir del medio ambiente y a la vez aprovechar para 15 restaurarlo un poco; que el aprender entonces sea a partir de nuevos enfoques de nuevos pensamientos, como el complejo de Morín que, nos permite auto observar, reflexionar, ser autocríticos, a partir del encuentro, de la relación y el intercambio de la persona con su mundo. (pág. 3). Conclusión Una propuesta de currículo desde la pedagogía de la vida, para el ámbito nacional, regional y local, debe propender por el aprendizaje ante todo, teniendo como centro del proceso educativo al estudiante y no la enseñanza que pone como ente principal al maestro; desde mucho tiempo atrás se ve la enseñanza-aprendizaje como el propósito educativo, como si solo se tratase de impartir contenidos estructurados en grandes planes de estudio, para que los chicos los reciten sin darle un sentido significante en sus vidas y para sus vidas; con la nueva propuesta de currículo planteada desde la biopedagogía, se pretende romper paradigmas que nos tienen estancados en muchos modelos de la modernidad, que es mecanicista, objetiva y representacionalista. Es hora de abrir las puertas a la contemporaneidad a verdaderas transformaciones educativas, con pensamientos nuevos, como el de la complejidad que le permitan al discente basarse en principios de autoorganización, autoconstrucción y autopoiesis; que sea él quien se cree así mismo, construya su propio conocimiento; a partir de vínculos y relaciones integradoras donde interactúe con otros organismos, personas, culturas, en escenarios variados y enriquecidos por diferentes estilos de vida, haciendo uso de herramientas diversas como lo son los nuevos avances tecnológicos, para crear redes que le permitan dar sus apreciaciones acerca del mundo, ser reflexivos, críticos y a la vez protectores del medio ambiente, ecológicamente educados; porque todo lo que aprenden surge de la vida misma y es en beneficio de ella. 16 Bibliografía Assmann, H. (2002). Placer y ternura en la educación. Hacia una sociedad aprendiente. NARCEA S. A. DE EDICIONES, Madrid, p. 237. Blanco Villalobos, J.A. (enero-diciembre, 2014). Educación virtual no es sólo gestión educativa. Revista Senderos Pedagógicos, No. 5, pp. 2735. https://ojs.tdea.edu.co/index.php/senderos/article/view/272/26 4 Devia Cárdenas, J.A. (septiembre-diciembre 2018). La biopedagogía: una mirada reflexiva en los procesos de aprendizaje. Praxis & Saber, 9 (21): 179 – 196. http://www.scielo.org.co/pdf/prasa/v9n21/22160159-prasa-9-21-179.pdf Gutiérrez, F. (2010). Las nuevas ciencias de la vida. Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, 9 (25): 223-233. https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v9n25/art12.pdf Gutiérrez, F. (s.f.). ¿La educación actual pone en peligro el destino de la humanidad? Medina Bejarano, R. (2017) Bioaprendizaje y educación intercultural. Sophia, 13(1):47-54. http://www.scielo.org.co/pdf/sph/v13n1/v13n1a06.pdf Najmanovich, D. (noviembre 2009). Educar y aprender: escenarios y paradigmas. Propuesta Educativa. 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