Universidad de Carabobo Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Escuela de Administración Comercial y Contaduría Publica Campus La Morita Administración Pública; una mirada hacia el cambio en tiempos de crisis Prof.: Leonardo Ramírez Integrantes: Amanda Palmera C.I: 30.428.528 Ángel Requena C.I: 30.836.796 David Salas C.I: 31.540.605 Heydy Chang C.I: 13.019.206 Shanthall Sanguinetti C.I: 30.500.296 Agosto de 2023 Administración Pública una mirada hacia el cambio en tiempos de crisis Hoy, en una época de grave crisis general, política, económica, social y cultural, el Derecho Administrativo también se encuentra ante una encrucijada. Hay quienes quieren convertirlo en el expediente que justifique las acciones ilícitas cometidas de los poderes financieros y hay quienes quisieran doblegarlo para hacer buenas sus aspiraciones de perpetuación en el poder. Sin embargo, a través de sus técnicas y categorías está llamado a articular y diseñar un espacio de servicio objetivo al interés general, a través del cual se mejoren sustancialmente las condiciones de vida de los ciudadanos, especialmente de los que se encuentran desfavorecidos, excluidos, de los que no tienen voz ni voto, así como también, de los que no cuentan con los recursos suficientes. Estamos ante un cambio anunciado de carácter reactivo que se genera por el desarrollo acelerado de la crisis económica y se inicia sin que nadie tenga un diseño y una hoja de ruta sobre cuál es el modelo conceptual de la Administración pública del futuro, ni tenga definida una caja de herramientas potentes para conseguirlo. Es decir, hoy por hoy el futuro de nuestras administraciones es incierto y está en el ánimo de todos que cualquier cosa puede ocurrir. Esta incertidumbre es inquietante ya que nadie puede asegurar que la administración post-crisis tenga el modelo y las capacidades que requerirá la sociedad venezolana en el futuro. De cierto modo, como todo es posible podemos generar una buena Administración, pero también edificar una mala Administración. La crisis económica está llamada a transformar las pautas de actuación de la sociedad en general y dentro de la misma, la de la Administración Pública en su totalidad. La crisis económica ha supuesto para la Administración Pública una cierta crisis adicional por afectar a la institución central del funcionamiento administrativo: el presupuesto público. Esta crisis se ve incrementada con la existencia de planes de todo orden que tienen o no reflejo y compatibilidad explícita o que simplemente van cubriendo las necesidades financieras como se puede. Si a esto se le une las dificultades reales y legales de financiación por medio de la deuda, se comprenderá que el panorama es ciertamente novedoso y complejo hasta el punto de transformar dicho panorama y las reglas de funcionamiento convencional de la Administración Pública. El proceso de migración de la actual Administración hacia la del futuro la hemos dejado entre todos en manos de diferentes actores y fuerzas muy distintas, divergentes e incluso contradictorias que sólo parecen asegurar que el proceso será caótico y aleatorio, y que sólo queda la opción de encomendarnos a Dios. La Administración pública nacional de Venezuela (APN) ha sido progresivamente desmantelada en las últimas dos décadas por razones ideológicas, la falta de conocimiento y las consecuencias de su gestión. Los elementos más resaltantes de este proceso obedecen a cinco importantes razones básicas: 1- Concentración del poder en la Presidencia de la República 2- Irrespeto a la Constitución y pérdida de la separación de poderes 3- Inestabilidad de los equipos de gobierno, selección inadecuada y complejidad en el proceso de toma de decisiones 4- Crecimiento de la administración pública. 5- Gobierno cívico-militar y participación de los militares en las actividades de la APN La reconstrucción del país una vez alcanzada la democracia política, no será fácil. El país tiene 7 años de caída consecutiva del PIB y se ha logrado tener una economía 90% menor de lo que era en 1999. Se despilfarró y malbarató con la corrupción el mayor volumen de recursos provenientes del petróleo desde el inicio de la era democrática; la salud, la educación, los indicadores sociales de nutrición y alimentación; los salarios de los trabajadores públicos y de los pensionados y jubilados, que no alcanzan siquiera los $30 mensuales con la hiperinflación más alta del mundo por 54 meses consecutivos. Sacar el país adelante será tarea de los venezolanos que estamos en el territorio, con la ayuda de la dispersión y de los países amigos, pero la responsabilidad será de todos. Lo primero que tenemos que rescatar son los valores perdidos en estos años, la cultura y la educación al lado de la salud. Lo segundo será la capacidad productiva interna con la ayuda del sector privado y los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Internacional de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fondo (CAF) o también conocida como el Banco de Desarrollo de América Latina, además de la activación de la industria petrolera para que contribuya con recursos fiscales para incrementar el nivel de reservas internacionales, estabilizar el dólar y cubrir los gastos fiscales, es decir, una adecuada política macroeconómica. Todo lo anterior pasa por tener una administración pública capaz de producir las políticas públicas necesarias, oportunas y de calidad, para lograr estos objetivos. No es fácil lograr la reconstrucción de la APN de inmediato, se requiere un proceso de transición que inicie la identificación de la situación en que se recibirá la APN, ya que no hay indicadores confiables del empleo en el sector, de la calidad de los funcionarios disponibles, de las duplicaciones de funciones por la gran cantidad de ministerios existentes y por las violaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública y al Estatuto de la Función Pública. Tampoco se conocen las posibilidades de financiar la operación de la APN a través del presupuesto y de los niveles de endeudamiento necesarios. El objetivo de este escrito es presentar y analizar los actores, las fuerzas y las tendencias que van a jugar en este proceso de cambio. La conclusión final de este ensayo es demostrar que los actores y fuerzas en controversia no están en condiciones de dibujar una Administración pública de futuro con unas mínimas garantías de éxito. En nuestro sistema político, administrativo y en la sociedad venezolana en general se detectan, desde hace tiempo, unas tendencias negativas que sólo pueden pronosticar un modelo de futuro de Administración pública defectuoso. Sólo desde la conciencia de esta propia tendencia se puede lograr que los actores y fuerzas modifiquen sus convicciones y sus estrategias, y logren puntos de complicidad y de acuerdo para construir entre todos un modelo de Administración acorde con los retos que nos aguarda el futuro.