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conductas psicomotrices neuro

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CONDUCTAS PSICOMOTRICES
Conductas Psicomotrices.
Dependiendo del autor, existen diferentes clasificaciones, en este documento se
organizarán como:
● Conductas Motrices de Base.
● Conductas Perceptivo Motrices.
● Conductas Neuromotrices.
Conductas Motrices de Base.
Se conocen como Habilidades motrices básicas, Garcia,J. (1992:376) las define
como “aquellos patrones motores que permiten al ser humano la adaptación vital,
que normalmente se adquieren en el desarrollo natural sin necesidad de
entrenamiento especializado y sirven de base para las habilidades complejas”.
Cuando el autor hace referencia al desarrollo natural, parte de la base que estas
conductas se inician con los movimientos reflejos propios con que nacen los bebés,
que van evolucionando desde lo innato, hacia lo voluntario para finalizar en lo
automático.
1.- Conductas Visomotrices: J. García, J. (1992:379) las define como "la
capacidad que permite a un individuo ejecutar movimientos adecuados a un fin
teniendo en cuenta los datos propioceptivos y los datos provenientes del medio
(extroceptivos)". En este caso el movimiento está determinado por una parte del
cuerpo que pueden ser manos o pies en relación con el dato propioceptivo
entregado por el campo visual en un espacio quinestésico correspondiente al dato
extroceptivo. En este tipo de conducta se destaca la importancia de la acomodación
y el mantenimiento de la mirada en coordinación con la mano o el pie" (Sugrañes,
2007).
Estas se encuentran subdivididas en:
a) Coordinación óculo manual: Entendida por Jiménez, J. (2003:97) como "la
capacidad que posee un individuo para utilizar simultáneamente la mano y la vista
con objeto de realizar una tarea o actividad" Es importante, además considerar que
"siempre que hay un movimiento de las manos para conseguir una finalidad, se
establece una imagen visual anterior al acto que permite hacer un cálculo adecuado
del tiempo y de la distancia para efectuar el movimiento" (Sugrañes, 2007). En ese
sentido, la coordinación óculo manual, además de las manos y los ojos, requiere de
ciertas habilidades cognitivas básicas relacionadas con la orientación espacio
temporal que se revisará más adelante.
b) Coordinación Óculo Podálica: Basándose en la definición anterior, puede
definirse como la capacidad del individuo para utilizar simultáneamente el pie y la
vista con objeto de realizar una tarea o actividad.
c) Coordinación Dinámica Manual: De igual forma, corresponde a la capacidad
del sujeto para utilizar simultáneamente ambas manos y la vista con objeto de
realizar una tarea o actividad. La importancia en educación, de las conductas
visomotrices se encuentra determinada por los aprendizajes iniciales en la escuela.
Le Bouch citado en Jiménez J. (2003:85) plantea que "el trabajo psicomotor tendrá
por objetivo que será la mejor garantía dar al niño una motricidad espontánea,
coordinada y rítmica, que será la mejor garantía para evitar los problemas de
disgrafía" Tomando en cuenta esto, puede los años anteriores a la escolaridad
básica, el trabajo de coordinación óculo manual principalmente, se perfecciona de
tal forma que al llegar a la iniciación del proceso de lecto-escritura formal
(aprendizaje de la escritura de izquierda a derecha) la habilidad se encuentre en un
proceso estable para poder responder de manera óptima a las exigencias de la
escritura. De igual forma, esto tiene repercusiones en otro tipo de habilidades, como
cortar, pegar, sostener elementos etc., habilidades que poca importancia se le
otorga en la Educación General, pero que tienen relación con los subsectores
artísticos, que potencian el pensamiento abstracto y la creatividad, que, dados estos
objetivos, se relacionan directamente con el desarrollo del esquema corporal y por
tanto con el control del cuerpo, finalidad última del desarrollo psicomotor.
2.- Coordinación Dinámica General.
García, J. (1992:378) la define como "un motores encadenamiento de patrones
formando movimientos conjuntos", es decir, como su nombre lo explica, un
encadenamiento resulta en movimientos coordinados que involucran grandes
desplazamientos (patrones motores) utilizando grandes grupos musculares.
Así mismo el autor compone la Coordinación Dinámica General de tres elementos
que son la disociación, la coordinación perceptiva y la independencia motriz,
definida por Cobos, P. (1999:93) como "la capacidad para controlar por separado
cada segmento motor sin que entren funcionamiento otros segmentos que no están
implicados en la ejecución de la tarea" Esta independencia, relacionada con la
disociación de movimientos y la coordinación, implica la erradicación de las
llamadas sincinesias y de la hipertonía. Por ejemplo, que mientras el niño recorta
con tijeras no saque la lengua o contraiga los músculos faciales. Jiménez J. (2003)
plantea respecto a la Coordinación Dinámica General, que "de ahí la conveniencia
que el alumno adquiera el mayor dominio posible del movimiento de los diferentes
músculos que le permita llevar a cabo las más complejas actividades". En ese
sentido y como veíamos anteriormente, la escritura no sólo se relaciona con la
coordinación óculo manual, sino que, ", siguiendo la ley Próximo Distal del
Desarrollo, García, J. (1992:380) plantea que “en la realización de la escritura
intervienen masas musculares que se sitúan desde el hombro a los dedos" de ahí
entonces, cobra sentido habilidades complejas, la afirmación que las conductas de
base resultan el piso de las habilidades complejas, donde el niño antes de lograr el
proceso de escritura debe independizar el brazo del hombro, el codo del brazo, la
muñeca de la mano y finalmente la mano de los dedos. La sola definición de
Coordinación Dinámica General nos induce a una respuesta de su importancia en
educación, puesto que por medio de ella pueden desarrollarse los desplazamientos,
los saltos y otros movimientos que implican grandes movimientos musculares. Sin
embargo, Jiménez, J. (2003:73) identifica los ejercicios de Coordinación Dinámica
General como "fundamentales para la mejora de los mandos nerviosos y el
financiamiento de las sensaciones y percepciones" en ese sentido, el desarrollar la
capacidad de exploración y de autocontrol puede trabajarse por medio de la
educación de esta conducta, lo cual de igual forma, favorecerá el conocer cómo el
propio cuerpo responde frente a determinados estímulos y cómo el mover una parte
de él implica el movimiento de otra, favoreciendo lo que más adelante veremos, se
llama Esquema Corporal.
3.- Control Postural
García, J. (1992:377) define el control postural como "la base de cualquier
movimiento de carácter voluntario, de modo que no es posible la realización de
estos sin él". Sugrañes (2007:116) lo define como "la capacidad de adaptar o
adecuar la postura del cuerpo a las diversas actividades al hecho de ser capaz de
mantenerla durante un cierto período de tiempo" Los autores, plantean que la
evolución básica del control postural, sigue la ley Céfalo Caudal del Desarrollo
Psicomotor, desde el Control de la Cabeza (3 meses), Control de los Músculos de
la Mano, Control de los Músculos del Tronco, Control y Coordinación de los
Músculos de la Locomoción y finalmente el caminar.
Para lograr este control de la postura y poder realizar movimientos voluntarios
(como la marcha) se requiere de equilibrio, el cual, según Cobos, P. (1999:95) “está
bajo el control de mecanismos neurológicos, aunque también de mecanismos
conscientes", por lo cual es posible educarlo. Jiménez, J. (2003:61) lo define como
corporal opuesta a la fuerza de gravedad, y "la capacidad para adoptar y mantener
una posición corporal opuesta a la fuerza de gravedad, y es resultado del trabajo
muscular para sostener el cuerpo sobre su base", es por tal, la evitación de fuerzas
internas (intención de mover los músculos) o externas (un empuje) que puedan
romper la postura establecida por el cuerpo en un punto determinado. Así el
equilibrio puede clasificarse en estático "si el niño puede mantener durante un cierto
tiempo el conjunto de las sinergias necesarias para el control de la inmovilidad",
(Bucher, 1988 citado en Cobos, P. 1999:95) y equilibrio dinámico que "'se observa
a través de pruebas de marcha, carrera y salto, de las que se nota la armonía y
coordinación de movimientos" es decir, la evitación de las fuerzas mientras el cuerpo
se encuentra en movimiento.
Jiménez, J. (2003:61) determina la importancia del equilibrio en cuanto "repercute
en el aumento del cansancio, la ansiedad y la disminución de la atención del niño
por los esfuerzos que ha de realizar". Por otra parte, Sugrañes (2007: 117) plantea
la importancia del equilibrio puesto que este está "íntimamente relacionado con la
postura y el tono muscular, influyendo en la seguridad y confianza en uno mismo".
En ese sentido, un mal equilibrio podría no sólo demandar más esfuerzo al niño a
nivel físico, sino que también influiría en su autoestima pudiendo tener un niño
inseguro con poco movimiento o bien que constantemente busca movimientos para
encontrar un punto de equilibrio.
Conductas Neuromotrices.
A diferencia de otros animales, el ser humano es uno de los pocos que nace con un
cerebro inmaduro, tal como explica Cobos, P. (1992:39) la evolución de las células
nerviosas cerebrales "es lenta y se traduce por una multiplicación de las dendritas,
la cual aumenta los contactos interneuronales y por la mielinizaciones (formación
de una vaina de mielina alrededor del axón de la célula nerviosa) de gran parte de
sus axones, lo que representa el criterio morfológico más visible de la maduración".
En ese sentido, el ser humano va adquiriendo conductas psicomotrices a medida
que su cerebro va madurando por medio de este proceso de mielinización. Es acá
donde comienza a cobrar mayor sentido la definición de Psicomotricidad como la
influencia de la actividad cerebral en las conductas motrices y viceversa, puesto que
las Conductas Neuromotrices, son aquellas que requieren de esta mielinización
para poder desarrollarse y observarse empíricamente. En ellas encontramos la
Lateralización y el Tono-Relajación.
1.- Lateralización: Existen dos conceptos que a menudo se confunden y que son
Lateralización y Lateralidad. Sin duda el primero condiciona en cierta medida la
adquisición del segundo, pero resulta importante reconocer sus diferencias para no
cometer errores a la hora de la intervención.
Cobos, P. (1999:57) plantea que “el que unas personas sean diestras o zurdas
obedece a un proceso llamado lateralización" lo que quiere decir que en el cuerpo
predomina un hemisferio por sobre el otro, así existen personas que son muy
hábiles con el ojo, mano y pie derechos (diestros) mientras que hay otros quienes
realizan mejor las acciones con el lado izquierdo (zurdos). Ahora el reconocimiento
de estos conceptos derecha-izquierda, en sí mismo y en el espacio es la llamada
Lateralidad y corresponde a otro tipo de conducta Psicomotriz que se revisará más
adelante.
2.- Tono-Relajación: El tono es definido por García, J. (1992:377) como "el grado de
contracción que en cada momento tienen los músculos" El tono puede ser voluntario
o puede estar determinado por estructuras nerviosas vegetativas, de ahí que sea
parte de las conductas neuromotrices, tiene relación en el control postural, ya que
al estar relacionado con las emociones puede provocar hipertonía en casos de
extrema tensión o hipotonía, en casos de extrema relajación. De igual forma al estar
regulado por estructuras nerviosas, la hipertonía o hipotonía puede ser un estado
constante en la persona. Así los niños con Síndrome de Down presentan hipotonía
durante el transcurso de su vida y niños con Parálisis Cerebral pueden presentar
hipertonía, sin estar estas condicionadas a alguna emoción en particular.
Es importante como parte del rol del Educador Diferencial, saber identificar si estas
conductas de hipertonía o hipotonía se producen por causas emocionales o por
causas biológicas, lo cual determinará el tipo de apoyo, que en en el primer caso
bastaría con identificar y modificar algunos aspectos contextuales en el ámbito
escolar o familiar y en el segundo desde ejercicios de relajación hasta la derivación
a un profesional de kinesiología.
La relajación por otra parte, si bien se encuentra muy relacionada con el estado de
contracción de los músculos (tono) puede definirse por sí misma como "esa
sensación de descanso o reposo que nuestro cuerpo posee cuando no existe
ninguna clase de tensión o nuestra mente se libera del estrés, la ansiedad o de
preocupaciones que nos perturban" (Jiménez, J. 2003:49). Existen dos tipos de
relajación que son la relajación global y total relajación analítica o segmentaria. La
primera consiste en relajar el cuerpo completo y la segunda en relajar partes de él.
Es recomendable al trabajar con niños, que la relajación comience siendo
segmentaria, para luego pasar a la relajación global. Estos ejercicios, además
deben seguir la ley de desarrollo Céfalo Caudal, donde se comienza relajando
desde la cabeza hasta los pies. La relajación, tiene utilidad no sólo al momento de
liberar tensiones provenientes de estímulos externos (un profesor autoritario o una
madre exigente) sino además de - estímulos internos – (miedo a no poder, baja a
tolerancia a la frustración) y de esa forma, el autor plantea que la "relajación es
especialmente indicada para el aprendizaje de la escritura, pues mediante ella se
logrará independización de los miembros superiores" que es lo que revisamos
anteriormente en las conductas motrices de base. De esta forma, controlando el
tono mediante la relajación se pueden lograr movimientos más coordinados y
precisos que permitirán la actividad grafomotora y la exploración para un posterior
desarrollo del esquema corporal.
3.- Control del Cuerpo Propio (Imagen, Concepto, Esquema Corporal).
Como ya se había mencionado anteriormente, es esta la meta del desarrollo
psicomotor. El trabajo y desarrollo de todas las demás conductas llevarán a que
finalmente, el esquema corporal se desarrolle de manera óptima. Sin embargo, el
esquema corporal, al igual que el resto de las conductas, también es parte de un
largo proceso de evolución. Ballesteros (1982) citado en García, J. (1992:382)
define el esquema corporal como "la representación que tenemos de nuestro
cuerpo, de los diferentes segmentos corporales, de sus posibilidades de movimiento
y acción, así como de sus diversas motivaciones”.
Le Boulch citado en Jiménez, J. (2003:23) lo define como "intuición global o
conocimiento inmediato de nuestro propio cuerpo, sea en estado de reposo o en
movimiento, en función de la interrelación de sus partes y sobre todo, de su relación
con el espacio y los objetos que nos rodean" Es decir, el Esquema Corporal tiene
un componente humano y un componente social, en el cual el primero tiene relación
con el conocimiento de cada una de las partes del cuerpo por separado como
conjunto, y todas sus posibilidades, mientras el que el segundo, consiste en cómo
este cuerpo conocido se desenvuelve en el medio social y sus conceptos. Antes de
formarse el Esquema Corporal, el niño primero formará la Imagen de su cuerpo, la
cual consiste en el conocimiento de las partes del cuerpo, esto se va formando
desde el primer día de vida y se hace en interacción con otros. En el tercer año de
vida, los niños identifican ya los ojos, las orejas, boca, nariz, manos, pies, brazos y
piernas (Cobos, P. 1999:47) lo cual está determinado por la adquisición del lenguaje.
Posterior a los tres años y aproximadamente hasta los siete, el niño "comienza la
concienciación de su propio cuerpo diferenciándose a sí mismo de todo lo demás"
es el llamado Concepto Corporal. En esta etapa los niños tienen más posibilidades
exploratorias, no sólo a nivel motor sino también a nivel social, lo cual le proporciona
mayor lenguaje a nivel semántico. Es una etapa donde comienza a captar su cuerpo
como un solo conjunto y hace mayor uso de sus sentidos.
Una vez logrado esto, se comienza a trabajar en el Esquema Corporal que
aproximadamente se lograría alrededor de los once años (Jiménez, J. 2003:25).
La importancia del esquema corporal no es producto del azar. Los aportes de Piaget
identifican tres grandes estadios en el desarrollo cognitivo, en los cuales el primero
corresponde a un periodo Sensoriomotor, un estadio preoperatorio intermedio y
Operaciones Concretas donde la representación mental aún no está afiatada
completamente y la meta se encuentra en las Operaciones Formales alrededor de
la adolescencia, donde la persona debería ser capaz de poner en práctica
capacidades de análisis y síntesis, para lo cual es necesaria la representación
mental. La relación de esto con Psicomotricidad es simple, los estadios
sensoriomotor y concreto, demandan mucha actividad motriz, el conocer a través
de los sentidos y ambos tienen una meta en común, que es poner el cuerpo al
servicio del intelecto, lo cual implica dominar el cuerpo para ser capaz de la
representar la realidad mentalmente (Operaciones Formales).
Conductas Perceptivo Motrices.
García, J. (1992:379) define las conductas perceptivo-motrices "como una habilidad
perceptual, ya que ambos aspectos (el perceptivo y el motor) intervienen de manera
decisiva en la composición de la misma) Al hablar de percepción, entendemos que
se requiere de funciones cognitivas básicas, como son la memoria, la atención y la
concentración que permitirán el aprendizaje por medio de la actividad motora. Se
clasifica en Organización Perceptiva, Organización Látero Espacial y Estructuración
Espacio- Temporal.
1.- Organización Perceptiva: La organización perceptiva tiene relación con el
conocimiento del medio ambiente por medio de los sentidos. "El alcanzar un nivel
elevado en el dominio de esta habilidad permite al sujeto liberar el sistema
atencional del control de estímulos y respuestas perceptivas y motores" (García, J.
1992:379) Es llamada organización en tanto, permite a nuestros estímulos
seleccionar aquella respuesta a la que estamos atendiendo.
En una sala de clases estamos siendo bombardeados de estímulos, la voz del
maestro, el olor del casino, la materia en la pizarra, la conversación del compañero
de puesto, el libro de clases etc. Por medio de esta conducta, las personas somos
capaces de identificar y seleccionar aquellas que requerimos en un momento
determinado, es decir, organizamos lo que percibimos. Incluso, nuestro cuerpo,
hace gran parte de esta labor por sí mismo, así si nos encontramos en una charla
tendemos a ignorar el sonido de los autos que pasan por fuera del recinto. Sin
embargo, existen niños y personas que tienen dificultades para lograr esto en
algunos contextos, por lo cual identificar la raíz de la necesidad permitirá identificar
los apoyos necesarios para ellos. Por ejemplo, un niño que se manifiesta inquieto
durante la clase puede serlo porque su oído no es capaz de seleccionar el estímulo
al cual atender y constantemente intenta atender todos, por otra parte, el niño puede
mostrarse inquieto porque el profesor presenta un material visual que no está
acorde a lo que está presentando por el canal auditivo, esto hará que el niño se
frustre al momento de seleccionar qué estímulo atender. Es importante considerar
en este punto, que cuando se intenta estimular dos o más canales receptivos a la
vez, estos deben ser coherentes, no puede dársele a probar una manzana a un
niño, mientras se le habla de las naranjas y se le muestra la imagen de una uva.
2.- Organización Látero-Espacial: Habiendo estudiado el anterior concepto de
Lateralidad como el reconocimiento de la derecha e izquierda, nos resta definir el
concepto de Organización Espacial. "Orientarnos significa establecer relaciones
entre el cuerpo y los demás objetos para encontrar su camino" (Cobos, P. 1999:63)
en ese sentido la Organización Latero Espacial, constituye la relación entre
lateralidad y espacio, es decir, identificar que en el propio cuerpo y los objetos que
lo rodean, existe un lado derecho que es distinto al izquierdo.
La autora, plantea que la dominancia manual se establece entre los 3 y 6 años,
mientras que el concepto de derecha e izquierda lo configura entre los 5 y 8 años.
Sin embargo, un mayor nivel de dificultad es el de reconocer derecha e izquierda de
un objeto lo cual implica el concepto de transposición, es decir, la derecha del objeto
se encuentra frente a la izquierda del niño.
Este trabajo se realiza desde los 6 años en adelante cuando el niño ya reconoce su
lado derecho e izquierdo.
3.- Orientación Espacio-Temporal: Si la orientación espacial "está asociada al
espacio perceptivo e incluye esencialmente relaciones topológicas" (Cobos, P.
1999:63) el tiempo por su parte "es un refinamiento de las sensaciones humanas
del antes y del después, así como las impresiones de la mayor o menor duración de
los fenómenos" (Jiménez, J. 2003:133) En ese sentido, la orientación temporal
constituye la relación entre el espacio y el tiempo de forma orientada, es decir, el
tiempo que hay entre un espacio otro.
Cuando hablamos de orientación nos referimos al "proceso de saber establecer bien
las relaciones espaciales tomando como punto de referencia las del propio cuerpo"
(Sugrañes, 2007:208)
La orientación espacio temporal tiene relación con los aprendizajes de secuencia,
poder ordenar aquello que va primero antes de aquello que va después. En el
aprendizaje de la escritura esto tiene relación con el orden de las palabras y el
sentido que a esta se puede entregar, mientras que, en Educación Matemática, la
noción de seriación, en el sentido más el específico de ordinalidad, referente a la
recta numérica, un número mayor o menor que otro, se relaciona con esta conducta.
4.- Estructuración Espacio-Temporal: La estructuración espacio-temporal puede
resultar similar a la orientación propiamente tal, sin embargo, esta implica un nivel
de pensamiento más elevado y que tiene relación con el ritmo de las variaciones de
este. El ritmo es una "sucesión de sílabas acentuadas (sonidos fuertes) y de sílabas
no acentuadas (sonidos débiles) con determinados intervalos" (Jiménez, J.
2003:135) En ese sentido al hablar de estructuración nos referimos a un "conjunto
de pasos de análisis y síntesis perceptiva en que se implican también otras
personas u objetos a la hora de poner en orden los diferentes elementos que
intervienen en un conjunto más o menos amplio" (Sugrañes, 2007:208).
EI ritmo ayuda a los niños a estructurarse en función del mundo real. Cobos, P.
(1999:99) plantea que "los niños de 3 años confunden las antinomias (antes y
después)" puesto que las palabras asociadas a tiempo se identifican alrededor de
los cinco años. Hasta los doce años "el manejo del tiempo puede ser perfecto a
excepción del dominio de cronometría" De esta forma, los niños pueden partir de
los cinco años comenzar a organizar sus tiempos en función de las actividades que
tienen que hacer, aunque para esto necesitan de apoyo durante el proceso hasta
los doce años. Así, la estructuración espacio temporal tiene relación con la
estructuración del propio tiempo para efectuar determinadas tareas, lo cual implica
el desarrollo de contenidos actitudinales como la responsabilidad y el buen uso del
tiempo libre.
Existen junto con ello algunos aspectos básicos que intervienen en la elaboración
de la estructuración espacio temporal (Sugrañes 2007:224) que es importante
conocer y que se refieren a la percepción de:
● Velocidad.
● Duración de una secuencia.
● Orden de secuencia.
● Continuidad o discontinuidad.
● Estructura rítmica.
● Simultaneidad.
Velocidad: Discriminación de respuestas con adaptación a ritmos de ejecución
diferentes.
Duración de una secuencia: Discriminación del espacio de tiempo que dura una
respuesta o actividad.
Orden de secuencia: Discriminación de que una cosa sucede antes o después que
otra.
Continuidad o discontinuidad: Discriminación de la circunstancia de que los hechos
se den con o sin interrupción en algún espacio.
Estructura rítmica: Discriminación de conjuntos rítmicos formados por agrupadas
regular o irregularmente. Importante considerar las unidades diferentes conceptos
de pausa (espacio de tiempo entre conjuntos) y acentuación (combinación de
tempos fuertes y débiles).
Simultaneidad: Discriminación del momento concreto en que transcurren dos o más
acciones.
Estos aspectos pueden darse en conjunto o por separado y su comprensión influye
de manera importante en la adaptación del niño o niña a su entorno.
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