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4 Coleman CJ - La Primera Visión de José Smith Una explicación comparación y armonización

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LA PRIMERA VISIÓN
DE JOSÉ SMITH
UNA EXPLICACIÓN, COMPARACIÓN Y ARMONIZACIÓN
Christopher J. Coleman
EBORN BOOKS
2021
La Primera Visión de José Smith
ISBN: 978 -1- 609197- 00 -1
Library of Congress Control Number: 2021945323
© 2021 Todos los Derechos Reservados Christopher Coleman
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida ya sea gráfica,
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cualquier otro medio, sin la autorización escrita de Eborn Books.
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Primera Edición, Primera Impresión
Impreso en los Estados Unidos de América
La Portada:
Vitral de The First Vision por Tom Holdman
Este libro contiene las opiniones del autor
y no representa los puntos de vista oficiales
de La Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días.
Para todas las personas
que toman el nombre de José Smith
para bien y para mal, los que hablan bien y
mal de él—nada de eso cambia el hecho
de que fue un profeta de Dios.
“Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que
sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi
siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos”.
—
DOCTRINA Y CONVENIOS 1:17
“¿Por qué me persiguen por decir la verdad?
En realidad he visto una visión; y, ¿quién soy yo para
oponerme a Dios? O, ¿por qué piensa el mundo hacerme negar
lo que realmente he visto? Porque había visto una visión; yo lo
sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría
hacerlo; por lo menos, sabía que haciéndolo, ofendería
a Dios y caería bajo condenación”.
—
JOSÉ SMITH – HISTORIA 1: 25
ÍNDICE DE TEMAS
Agradecimientos
Notas al lector
Introducción: ¿Profeta verdadero o falso?
vi
vii
1
SECCIÓN I: LOS PROFETAS
Capítulo 1: Los profetas en las Escrituras
Capítulo 2: El Profeta de la Restauración
5
7
26
SECCIÓN II: RELATOS CONTEMPORÁNEOS
Capítulo 3: El relato de 1832 (José Smith)
Capítulo 4: El relato de 1835 (José Smith)
Capítulo 5: El relato de 1838 (José Smith)
Capítulo 6: El relato de 1840 (Orson Pratt)
Capítulo 7: El relato de 1841 (José Smith)
Capítulo 8: El relato de 1842 (Orson Hyde)
Capítulo 9: El relato de 1842 (José Smith)
Capítulo 10: El relato de 1843 (Levi Richards)
Capítulo 11: El relato de 1843 (David Nye White)
Capítulo 12: El relato de 1844 (Alexander Neibaur)
45
52
65
77
100
113
121
134
144
152
163
SECCIÓN III: TABLAS COMPARATIVAS
Tabla 1: Hechos anteriores a entrar a la arboleda
Tabla 2: Una vez en la arboleda y hasta la visión
Tabla 3: La visión celestial de José Smith
Tabla 4: El mensaje entregado a José Smith
Tabla 5: Sucesos después de la Primera Visión
175
178
180
182
184
186
SECCIÓN IV: ARMONÍA ENTRE LOS RELATOS
Armonización: Un solo relato
La Primera Visión armonizada
189
191
193
Conclusión: Qué hermosa la mañana
Apéndice: ¿Cuándo sucedió la Primera Visión?
Bibliografía
Índice alfabético
Sobre el autor
202
215
220
227
247
vii
AGRADECIMIENTOS
Estudiar la vida de José Smith me ha dado un gozo inmenso. Saber, a
través del Espíritu Santo, que fue un profeta verdadero de Dios ha solidificado
mi conocimiento sobre la restauración del Evangelio en estos últimos días.
El año pasado, 2020, se cumplieron doscientos años desde que aquel joven
tuvo la visita personal de Dios el Padre y Dios el Hijo. Es menester tener un
testimonio firme sobre la veracidad de este evento y el llamamiento de José
Smith. ¿Por qué? Porque la única manera de recibir a Cristo es recibiendo
Su Evangelio. Él ha dicho: “Y de cierto, de cierto te digo, que el que recibe
mi evangelio, me recibe a mí; y quien no recibe mi evangelio, tampoco
me recibe a mí” (DyC 39:5; cursiva agregada). Dentro del Evangelio se
encuentra Su palabra salvadora. De nuevo, el Todopoderoso ha declarado
que “esta generación recibirá mi palabra por medio de [José Smith]” (DyC
5:10). Por lo tanto, si José Smith es el escogido del Señor (¡y lo es!), y no
aceptamos la palabra a través de él, ni el Evangelio, entonces tampoco
aceptamos a Jesucristo. ¿Qué sucederá después? Nuevamente, veamos las
palabras del Señor: “Vendrá el día en que aquellos que no oyeren la voz
del Señor, ni la voz de sus siervos, ni prestaren atención a las palabras de
los profetas y apóstoles, serán desarraigados de entre el pueblo” (DyC 1:14;
3 Ne. 21:9 -11).
Mi esperanza es que el lector pueda leer, escudriñar, y después meditar,
la experiencia de José Smith, viéndola con nuevos ojos. Mi ruego es que
el Espíritu testifique a su mente y a su corazón (DyC 8:2-3) que, en aquel
día hermoso, ciertamente José vio a Dios y a Su Amado Hijo. Así tendrá un
amor y un respeto más grande hacia el Profeta de la Restauración y esta
obra maravillosa.
Recibí gran ayuda en la preparación de este libro. Personalmente me
gustaría agradecer a las siguientes personas por haberme ayudado en la
revisión de todo el libro: Hely M. Meza, L. Ricardo Rosales González,
Leandra Valencia C., Mario M. Hidalgo Viramontes, Liz V. Cárcamo
Montecinos y Juan J. Reta. Aprecio sus sugerencias y comentarios.
Agradezco a mi amada esposa Yaxvilé, y mis queridos hijos, por su
amor y apoyo incondicional. Gracias a Bret Eborn por publicar este, mi
cuarto libro, y así proveer otra fuente de conocimiento en español para los
miembros hispanohablantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días.
viii
NOTAS AL LECTOR
Las notas al pie. Estas notas típicamente muestran el nombre del
autor (o de los autores), la fuente y la página. Por ejemplo:
“Baker y Coleman, José y Moroni, 72-73”. El lector puede buscar la
información completa de esta fuente en la sección de la Bibliografía.
Me esforcé siempre por encontrar la fuente de cada referencia en español
primero. Sin embargo, hubo algunas citas que no se encontraban traducidas
al español, las cuales fueron traducidas por mí. Éstas contienen una “TL”
al final, que significa “Traducción Libre”. Con esto el lector sabrá que es
traducción mía y, por lo tanto, no es una traducción que se consideraría
autorizada—aunque tenga el mismo significado en español como lo tiene
en inglés. Si una referencia no tiene una “TL” al final, es porque sí, está en
español, o hice un resumen o una paráfrasis de ella.
Las frases en cursiva. En la Sección II donde se encuentran los
relatos contemporáneos de la Primera Visión, al hablar sobre ciertas
frases de un relato, de vez en cuando tuve que hacer referencia a una frase
contenida en otro relato para que el lector pudiera ir a la otra frase y recibir
más información. Cuando esto sucede, el lector verá la frase a la que hago
referencia en cursiva y después dirá en qué capítulo se encuentra. Un
ejemplo será: “Para más información, véase Frase en cursiva que viene de
otro relato en el Capítulo X ”. El lector podrá ir al capítulo mencionado para
aumentar sus estudios.
Las abreviaturas. Después de citar una parte de un relato dentro
de un capítulo, se verá la referencia entre paréntesis como, por ejemplo,
“(1832 JS)” donde se ve el año y los iniciales de la persona quien lo contó.
“(1832 JS)” significa “el relato de 1832 de José Smith”. Si en una oración
del texto principal de un capítulo se hace referencia a uno de los relatos,
se verá así: “1840 (OP)” donde se da el año y después entre paréntesis las
iniciales. “1840 (OP)” significa “el relato de 1840 de Orson Pratt”.
Cualquier referencia que se haga a un capítulo, o a una sección, de este
libro, siempre se escribirá con mayúscula y en letra cursiva así: Capítulo
11 o Sección II. En este libro, al citar algún manual de “Enseñanzas de
los presidentes de la Iglesia: X presidente”, la referencia se verá de esta
manera: “[Manual] nombre del presidente, página” (por ejemplo: [Manual]
José Smith, 221).
ix
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
El estudio de este libro. Este libro ha sido escrito de una forma para
que el lector pueda leerlo de principio a fin, o si desea, pueda leer una
sección específica sin haber leído la que la precede. A la vez, con respecto
específicamente a la Sección II, el lector podría estudiarla relato por relato,
o puede hacer un estudio doctrinal de los puntos en común que tienen
cada relato. Un ejemplo se encuentra en la tercera tabla comparativa de
la Sección III donde vemos que nueve de los diez relatos dicen que había
dos Personajes en total que se aparecieron a José. El lector entonces podría
encontrar beneficioso un estudio sobre estos puntos en común al leer las
frases de cada relato que explican que José vio a dos Personajes. Aunque
sea el mismo punto en cada relato, el tema o la explicación, de cada punto
es diferente para que el lector pueda enriquecer su estudio. De esta manera
podrá ver que hay ciertos principios que se comparten en un relato mientras
que, en otro, se comparten otros principios. Se le invita al lector a examinar
todas las escrituras citadas mientras estudia este libro. Así aprovechará
más de la lectura, crecerá en su conocimiento y podrá entonces aplicar los
principios aprendidos a su vida.
El profeta José Smith enseñó: “La doctrina de la revelación sobrepuja
en gran manera la doctrina de que no hay revelación; porque una verdad
revelada de los cielos vale mucho más que todas las ideas sectarias que
existen”.1 El lector debe de darse cuenta de esto con su lectura. Espero que
la Primera Visión pueda significar algo mayor en su vida después de haber
leído este libro y que pueda comprender la importancia que este sagrado
evento tiene en el gran esquema de la obra maravillosa que Dios está
llevando a cabo, revelando Sus verdades a Sus hijos, para que podamos
regresar a Su presencia después de esta vida y recibir “todo lo que [el]
Padre tiene” (DyC 84:38).
1. [Manual] José Smith, 205.
x
INTRODUCCIÓN
¿PROFETA VERDADERO O FALSO?
Cuando Moroni se le apareció al joven José Smith durante la noche
del 21 de septiembre de 1823, le comunicó que “Dios tenía una obra para
[él], y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría [su] nombre
para bien y para mal, o sea, que se iba a hablar bien y mal de [él] entre
todo pueblo” (JS–H 1:33). En aquel tiempo, José era solo un joven de
diecisiete años, casi dieciocho. No era una persona famosa, ni influyente
en su comunidad y mucho menos “entre todo pueblo”. ¿Cómo es posible
que este desconocido joven granjero, sin educación secular y formal, sin
ninguna importancia ante los ojos del mundo, pudiese llegar a ser conocido
para bien o para mal entre todas las naciones, tribus y lenguas? Esto es
imposible. O, ¿es posible? Sabemos que “ninguna cosa es imposible para
Dios” (Lucas 1:37), especialmente cuando se trata de Sus siervos a quienes
Él ha llamado.
Tal como se profetizó, hoy, en el año 2020, existe tal división entre la
gente, se habla bien o mal del profeta José Smith; existen dos lados y es
frío o caliente. El asunto o es blanco o negro—no hay un “área gris” con
respecto al tema de José Smith. La profecía de Moroni se está cumpliendo,
pero, ¿cuál es el punto? ¿Por qué es tan importante escoger un lado u otro
para apoyar o rechazar a José Smith? Es simple: él es un profeta de Dios,
a través de quien se restauró el Evangelio en su plenitud, o es un gran
charlatán que ha engañado a muchas personas para su condenación, ya
que no hay salvación en doctrinas falsas. Entonces, ¿es él un mensajero
de Dios o es un siervo del diablo? Ningún hombre “puede servir a dos
señores” (Mateo 6:24). Ampliando la idea de este principio, de Mormón
aprendemos esta verdad eterna: “Si un hombre es siervo del diablo, no
puede seguir a Cristo; y si sigue a Cristo, no puede ser siervo del diablo”.
Él continúa diciendo:
Por consiguiente, todo lo que es bueno viene de Dios, y lo que es malo
viene del diablo; porque el diablo es enemigo de Dios, y lucha contra él
continuamente, e invita e induce a pecar y a hacer lo que es malo sin cesar.
Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce a hacer lo bueno
continuamente; de manera que todo aquello que invita e induce a hacer
lo bueno, y a amar a Dios y a servirle, es inspirado por Dios.
1
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tened cuidado, pues, amados hermanos míos, de que no juzguéis que
lo que es malo sea de Dios, ni que lo que es bueno y de Dios sea del
diablo.
Pues he aquí, mis hermanos, os es concedido juzgar, a fin de que
podáis discernir el bien del mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin
de que sepáis con un perfecto conocimiento, como la luz del día lo es de
la obscuridad de la noche.
Pues he aquí, a todo hombre se da el Espíritu de Cristo para que
sepa discernir el bien del mal; por tanto, os muestro la manera de juzgar;
porque toda cosa que invita a hacer lo bueno, y persuade a creer en
Cristo, es enviada por el poder y el don de Cristo, por lo que sabréis, con
un conocimiento perfecto, que es de Dios.
Pero cualquier cosa que persuade a los hombres a hacer lo malo, y a
no creer en Cristo, y a negarlo, y a no servir a Dios, entonces sabréis, con
un conocimiento perfecto, que es del diablo; porque de este modo obra el
diablo, porque él no persuade a ningún hombre a hacer lo bueno, no, ni a
uno solo; ni lo hacen sus ángeles; ni los que a él se sujetan (Moro. 7:11-17;
cursiva agregada).
Blanco o negro. Si leemos los discursos o escritos de José Smith, no
tardamos mucho en darnos cuenta de que él invitaba a la gente a venir a
Cristo, aceptarlo y seguirlo. De hecho, su propio ministerio comienza con
una experiencia personal en la que buscó el perdón de sus pecados y la guía
divina para saber cuál era el camino correcto. En consecuencia, tuvo la
visita personal de Dios el Padre y de Su Amado Hijo, Jesucristo. Desde el
principio, José fue escogido como un testigo especial y verdadero de esos
Seres Celestiales. Su posición es clara y manifiesta que José está del lado
de Dios y que además es Su siervo.
Existen dos fuentes que dan testimonio sobre José Smith. La primera
es el Espíritu Santo, el cual testifica de la veracidad de su llamamiento y de
su experiencia sagrada. Este conocimiento proviene de una fuente divina.
Debido a que el Espíritu Santo “sabe todas las cosas” (DyC 35:19), Él nos
“guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Todo aquel que ama la verdad buscará
el testimonio de este Revelador. “Dios os dará conocimiento por medio de
su Santo Espíritu, sí, por el inefable don del Espíritu Santo, conocimiento
que no se ha revelado desde el principio del mundo hasta ahora” (DyC
121:26). Este conocimiento afirma que José Smith es un profeta.
La segunda fuente, aunque suene extraño al principio, es el diablo.
Éste se levanta en contra del testimonio del Espíritu Santo—combatiendo
siempre contra toda luz y verdad. De forma rápida ese espíritu busca
destruir todo lo que es bueno y se esfuerza por impedir que las personas
obtengan la luz. Satanás no desea que el Espíritu Santo tenga la oportunidad
de tocarles el corazón. El adversario, siendo miserable, simplemente
“busca que todos los hombres sean miserables como él” (2 Ne. 2:27). Esta
2
¿PROFETA VERDADERO O FALSO?
oposición contra todo lo que es bueno también es una señal del llamamiento
del profeta José Smith.
El evento conocido como “La Primera Visión” es la base del testimonio
del profeta José Smith. El presidente Ezra Taft Benson enseñó que “fue el
acontecimiento más trascendental que haya sucedido en este mundo desde
la resurrección del Maestro”.1 En esa experiencia sublime, José conoció
personalmente tanto al Padre Celestial como al Salvador del mundo.
Ambos le hablaron aquella mañana de la primavera del año 1820. Así la luz
de la verdad empezó a iluminar el mundo a través de un profeta escogido
por Dios, tal y como siempre lo ha hecho Él desde tiempos antiguos. Este
es todo el asunto.
Nuestro mensaje al mundo siempre comienza con la experiencia de
José Smith porque es fundamental para poder saber que los cielos están
abiertos de nuevo.2 Existe revelación hoy en día tal como existía en los días
de la Iglesia primitiva de Jesucristo. El proceso mismo de la conversión
requiere que cada uno obtenga una convicción inquebrantable de la
veracidad del Evangelio Restaurado, y esto se hace a través del principio
de la revelación personal. José Smith obtuvo una revelación personal y
se nos requiere hacer lo mismo. Esto no significa que debemos tener una
experiencia semejante a la de José, en la que Dios y Jesucristo se nos
aparezcan, sino que debemos obtener la sabiduría que viene por medio
del espíritu de revelación. Debemos, en un sentido, recibir nuestra propia
respuesta en nuestra propia arboleda sagrada, tal como le sucedió a José.
A menudo los líderes hablan de la Primera Visión. En la conferencia
general de octubre de 2019, el presidente Russell M. Nelson comenzó
instruyéndonos y después nos dejó una invitación. Él dijo:
En la primavera del año 2020 se cumplirán exactamente 200 años
desde que José Smith experimentó la teofanía que conocemos como la
Primera Visión. Dios el Padre y Su Hijo Amado Jesucristo, se aparecieron
a José, un joven de 14 años. Ese acontecimiento significó el comienzo de
la restauración del Evangelio de Jesucristo en su plenitud, tal como había
sido predicho en la Santa Biblia….3
Por lo tanto, el año 2020 será designado como un año bicentenario.
La conferencia general de abril próximo será diferente de todas las
1. [Manual] Ezra Taft Benson, 114.
2. Sabiamente, Joseph Fielding McConkie ha aconsejado: “Nuestra responsabilidad es
enseñar a los investigadores a orar y mostrarles cómo vienen las respuestas. El misionero bien
capacitado responderá las preguntas de los investigadores al encontrar la ruta más simple y
directa a la Arboleda Sagrada. No es una tierra común la que buscamos al dar respuestas, sino
una tierra sagrada. Los que tienen una Biblia necesitan llegar a ser como aquellos de quienes
leemos en la Biblia; es decir, necesitan profetas vivientes y la fe para invocar las revelaciones
del cielo sobre sus propias cabezas” (Here We Stand, 194-195 TL).
3. Véanse: Isa. 2:2; 29; Eze. 37:15-20, 26-28; Dan. 2:44; Amós 3:7; Hech. 3:21; Efe. 1:10;
Apoc. 14:6.
3
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
conferencias anteriores. Espero que en los próximos seis meses, todos los
miembros se preparen para una conferencia sin igual que conmemorará la
fundación misma del Evangelio restaurado.
[Y aquí está su invitación:] Podrían comenzar su preparación
leyendo de nuevo el relato de José Smith acerca de la Primera Visión que
está registrado en la Perla de Gran Precio.4
Hace muchos años encontré mi propia arboleda sagrada cuando supe
por mí mismo que José Smith era el ungido del Señor en estos últimos
días. Al escuchar esta invitación de nuestro querido profeta, la tomé de
forma personal. Comencé a leer de nuevo José Smith–Historia, pero no
me detuve allí. Debido a que administro algunos grupos de Facebook que
tratan temas de doctrina y/o historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días, y muchas veces leo las preguntas de los hermanos
o las críticas de los detractores, me nació el deseo de ir más allá en mi
estudio sobre la Primera Visión. Todo esto con el fin de responder a esas
preguntas y aclarar los malentendidos de los que cuestionan la veracidad
del acontecimiento.
Empecé a reunir todos los relatos contemporáneos de la Primera Visión
y a explicar lo que estos dicen sobre lo acontecido en aquella arboleda
en Palmyra, Nueva York. Luego de hacer esas aclaraciones, elaboré tablas
comparativas entre los relatos. Para concluir, armé todos los relatos como
si fueran rompecabezas, uniendo las piezas de uno y de otro, e hice un solo
relato. Al reunirlos, se ve claramente que se convierten en un solo relato
que encaja y fluye perfectamente. No existen supuestas contradicciones en
la historia de la Primera Visión.
Mi deseo, al escribir este libro, es facilitar esta información a los
miembros hispanohablantes, ayudarles a entender mejor el llamamiento
divino de José Smith y comprender qué es lo que sucedió en la sagrada
experiencia que tuvo lugar en aquella arboleda en la primavera de 1820.
Además, deseo que comprendamos la doctrina que la Primera Visión nos
enseña y cómo podemos aplicarla a nuestras vidas y en las experiencias
que tenemos con nuestro Padre Celestial. Del mismo modo, que nuestros
testimonios sean fortalecidos al escuchar los susurros del Espíritu, “sí,
el Consolador, que [nos] manifestará la verdad de todas las cosas” (DyC
124:97) y que podamos pronunciar, tal como Jesucristo lo hizo en julio de
1828: “He aquí, tú eres José, y se te escogió para hacer la obra del Señor”
(DyC 3:9).
4. Nelson, “Palabras de clausura”, 122; cursiva agregada.
4
SECCIÓN I
LOS PROFETAS
CAPÍTULO 1
LOS PROFETAS
EN LAS ESCRITURAS
Si leemos los sagrados textos a los que llamamos Escrituras, no
tardaremos demasiado en ver la forma en que Dios ha enseñado a Su
pueblo. El pueblo de Dios no se dejaba guiar únicamente por los escritos
de hombres justos e inspirados, sino que es muy claro que a la cabeza de Su
pueblo se hallaba un profeta viviente, llamado y escogido por Dios. En el
principio, Adán fue el profeta de Dios sobre la faz de la tierra. Él comunicó
a sus hijos el mensaje de la existencia de Dios (pues anduvo con Él en Edén)
y de las verdades del Evangelio, cuyas enseñanzas también recibió de Dios
(Moisés 5:5-12).1 No fue sino hasta después de comunicar oralmente estas
enseñanzas que hubo Escrituras para el pueblo: “Y se llevaba un libro de
memorias, en el cual se escribía en el lenguaje de Adán, porque a cuantos
invocaban a Dios les era concedido escribir por el espíritu de inspiración
[es decir, revelación]” (Moisés 6:5). Este mismo patrón se puede ver en
los demás profetas: Enoc, Noé, Abraham, José (de Egipto), Moisés, Isaías,
Jeremías, Ezequiel, etc. Lo mismo sucedió en esta dispensación con el
profeta José Smith.
Como fue en el Antiguo Testamento así fue también en el Nuevo
Testamento. Los profetas, junto con los apóstoles, constituyen el
fundamento sobre el cual está edificada la verdadera Iglesia de Jesucristo
(1 Cor. 12:28; Efe. 2:20). El pueblo del convenio pertenece a la Iglesia
de Jesucristo. Ésta tendrá un profeta viviente a la cabeza para guiarla,
siempre y cuando la Cabeza Celestial y “la principal piedra del ángulo
[sea] Jesucristo mismo” (Efe. 2:20). Por lo tanto, donde no se encuentran
los profetas verdaderos, allí no habrá una Iglesia verdadera. Si no hay una
Iglesia verdadera de Jesucristo, tampoco habrá un pueblo del convenio. No
debería extrañarnos entonces que, desde Adán hasta Pedro, según lo que
está escrito en la Biblia, siempre han existido profetas (con la excepción de
tiempos de apostasía). Los sucesos modernos también dan testimonio de la
veracidad de los profetas, y confirman que los hay hoy en día.
Si los profetas son esenciales e importantes, ¿cuándo fueron llamados?
¿Cómo son los llamamientos de ellos—tienen algo en común? A
continuación, responderemos a estas preguntas mientras nos enfocamos
1. Véase también Smith, José, Discursos sobre la fe 2:31, 35-36.
7
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
en la Biblia, agregando otros puntos importantes de las revelaciones de la
Restauración.
PREORDENACIÓN DE LOS PROFETAS
Los profetas tienen un papel clave en esta vida mortal. Debido a
que somos seres caídos y estamos separados de la presencia de Dios, se
necesitan representantes dignos que nos pueden comunicar la voluntad de
Dios para Su pueblo. Sin embargo, la idea de tener profetas no es nueva ni
tiene su comienzo en esta vida.
La casa de Dios es una casa de orden (DyC 132:8) y el Padre, siendo
omnisciente, planeó el éxito de Sus hijos. Debido a que “conocidas son
a Dios todas sus obras desde la fundación del mundo” (Hech. 15:18), Él
ordenó a ciertos hombres para guiar a Su pueblo. Varios de los profetas
llegaron a saber que habían sido “elegidos según la presciencia de Dios el
Padre” (1 Pe. 1:2) para tener ciertas responsabilidades especiales en esta
vida.2 Dios ha tenido en mente todo propósito para el bienestar de Sus
hijos, “el orden de los tiempos y los límites de la habitación de ellos, para
que buscasen a Dios … le hallasen” y viniesen a Él para recibir de Sus
bendiciones porque “ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”
(Hech. 17:26 -27). Los profetas son los que nos guían a Dios y Su palabra.
¿Qué dicen las Escrituras en cuanto a su preordenación, sus llamamientos
dados antes de esta vida mortal?
Han existido grandes profetas, pero solo nos enfocaremos en algunos
de ellos. Por ejemplo, el profeta Noé es muy conocido por la historia que
le tocó vivir: el diluvio y el arca. Sin embargo, antes de que naciera, su
nombre también era conocido, pues fue revelado a su bisabuelo, Enoc, otro
gran profeta (de quien hablaremos con más detalle en la próxima sección
de este capítulo), el cual tuvo una visión de la humanidad en la que Dios
le reveló que, por causa de los pecados del pueblo entero y por no tener
afecto hacia sus semejantes, Dios iba a enviar un diluvio en el cual morirían
y serían enviados a una prisión espiritual (Moisés 7:32-39). Dentro de
esta misma visión Enoc vio que llegaría otro profeta, Noé, su bisnieto:
“Y Enoc también vio a Noé y a su familia; que la posteridad de todos los
hijos de Noé se salvaría con una salvación temporal; por tanto, Enoc vio
que Noé construyó un arca; y que el Señor estuvo complacido con ella, y
la sostuvo con su propia mano; pero las aguas descendieron sobre el resto
de los inicuos y los tragaron” (Moisés 7:42- 43). De esta manera, vemos
claramente que Noé fue conocido antes de que comenzara su misión aquí
en esta tierra.
En el caso de otro profeta, la enseñanza es aún más clara. Abraham
también fue llamado durante la vida premortal. La escritura declara: “Y el
2. Para más información, véase Top, The Life Before, 135 -169.
8
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
Señor me había mostrado a mí, Abraham, las inteligencias que fueron
organizadas antes que existiera el mundo; y entre todas estas había muchas
de las nobles y grandes; y vio Dios que estas almas eran buenas, y estaba
en medio de ellas, y dijo: A éstos haré mis gobernantes; pues estaba entre
aquellos que eran espíritus, y vio que eran buenos; y me dijo: Abraham,
tú eres uno de ellos; fuiste escogido antes de nacer” (Abr. 3:22-23; cursiva
agregada). Cabe mencionar que, de ese linaje recto, el hijo de Abraham,
Isaac, y su nieto, Jacob, también fueron conocidos antes de nacer y se
sabía que serían grandes siervos de Dios (véanse Gén. 17:19; 25:23; Rom.
9:10 -12).
Siguiendo la genealogía de esa familia escogida, sabemos que sus
descendientes quedaron cautivos en Egipto. El Señor siempre se acordó de
ellos y proveyó otro siervo Suyo, Moisés, para sacarlos de la esclavitud.
El hijo de Jacob, José, era un gran vidente quien “profetizó acerca de toda
su posteridad; y no hay muchas profecías mayores que las que él escribió”
(2 Ne. 4:2). Confiando en que Dios cuidaría de su posteridad, la casa de
Israel, José compartió estas palabras a sus hermanos para confirmar que
Dios levantaría a un profeta quien vendría unos cuatrocientos años después
para liberar a Su pueblo:
Porque levantaré a un vidente para librar a mi pueblo de la tierra de
Egipto; y se llamará Moisés. Y por este nombre él sabrá que es de tu casa,
pues será criado por la hija del rey, y será llamado su hijo….
Y Jehová juró a José que preservaría a su descendencia para siempre,
diciendo: Levantaré a Moisés, y en su mano habrá una vara, y él reunirá
a los de mi pueblo, y los conducirá como a rebaño, y herirá las aguas del
mar Rojo con su vara.
Y tendrá prudencia, y escribirá la palabra de Jehová. Y no hablará
muchas palabras, porque le escribiré mi ley con el dedo de mi propia
mano. Y prepararé a un portavoz para él, y se llamará su nombre Aarón.
Y también te será hecho en los últimos días, así como he jurado. Por
tanto, José dijo a sus hermanos: Dios ciertamente os visitará y os hará
subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob (TJS
Gén. 50:29, 34 -36).
Nuevamente vemos que Dios reveló a un profeta viviente la
preordenación de otro que estaba por venir. El hecho de mencionar al
profeta Moisés por su nombre confirma que Dios tiene todo planeado para
no dejar a Su pueblo desamparado.
Otros ejemplos de preordenación son los profetas Jeremías e Isaías.
A Jeremías dijo el Señor: “Antes que te formase en el vientre, te conocí;
y antes que nacieses, te santifiqué; te di por profeta a las naciones” (Jer.
1:4-5). Este versículo es una de las revelaciones más claras acerca de la
preordenación en las Escrituras. Jeremías fue santificado para un “servicio
especial y ordenado para ser profeta en su vida premortal … lo cual sucedió
9
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
antes de que su cuerpo fuese formado”.3 La vida premortal es un estado “de
preparación y capacitación [donde] algunos fueron apartados y ordenados
en ese primer estado para ser los agentes del Señor sobre la tierra”.4 La
experiencia de Isaías, de la cual hablaremos con más detalle en la siguiente
sección de este capítulo, fue una visión de sí mismo en la vida premortal,
estando delante del trono de Dios. Isaías ve su propio llamamiento en el
instante sagrado cuando el Señor preguntó: “¿A quién enviaré y quién irá
por nosotros?” Isaías, con confianza, le contestó: “Heme aquí, envíame a
mí” (Isa. 6:1- 8).
Isaías mismo profetizó de la venida de otro profeta con el cual comienza
el Nuevo Testamento, a saber, Juan el Bautista. De él, Isaías dijo: “Voz
del que clama en el desierto: Preparad el camino de Jehová; enderezad
calzada en el yermo para nuestro Dios” (Isa. 40:3). Mateo confirmó que
Juan era de quien habló Isaías (Mateo 3:3; compárese con TJS Lucas
3:4 -11 y Juan 1:22-23). En el continente americano, el profeta Nefi también
escribió que su padre, Lehi, testificó que “un profeta que habría de preceder
al Mesías, para preparar la vía del Señor; sí, y que saldría y proclamaría en
el desierto: Preparad el camino del Señor y enderezad sus sendas, porque
entre vosotros se halla uno a quien no conocéis; y más poderoso es que yo,
y de quien no soy digno de desatar la correa de su zapato. Y mi padre habló
mucho tocante a esta cosa. Y mi padre dijo que bautizaría … al Mesías con
agua; y que después de haber bautizado al Mesías con agua, vería y daría
testimonio de haber bautizado al Cordero de Dios, que quitaría los pecados
del mundo” (1 Ne. 10:7-10).
No debería ser cosa extraña saber que Juan fue preordenado. Él preparó
el camino para la venida mortal de Jesucristo y lo bautizó porque poseía
las llaves del sacerdocio para administrar los asuntos del reino en sus
días.5 Al terminar su misión, comenzó la de Jesucristo, dando inicio a otra
dispensación del Evangelio. Cristo, como siempre, es el ejemplo perfecto
de alguien que fue preordenado para Su misión divina—una verdad que
nadie disputa y la gente acepta fácilmente.
Jesucristo es el gran Jehová, el Salvador del mundo. Él es el “Cordero
que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apoc. 13:8; Moisés 7:47)
porque desde la vida premortal se planificó el plan de redención donde
Cristo sería la persona clave para traer la salvación a todos, sí, traería “a
todos los hombres a él, mediante las condiciones del arrepentimiento”
(DyC 18:12). En el gran concilio de los cielos que se llevó a cabo en la
vida premortal, Cristo formal y solemnemente, fue apartado y sostenido
como el Salvador. Los sagrados escritos dicen que el “Hijo Amado, que
3. Rasmussen, A Latter-day Saint Commentary, 541 TL.
4. McConkie, Joseph Fielding, Prophets and Prophecy, 28 TL.
5. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 337-338.
10
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
fue mi Amado y mi Escogido desde el principio, me dijo: Padre, hágase
tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre” (Moisés 4:2). Otra escritura
revela: “Y el Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y respondió uno semejante al
Hijo del Hombre: Heme aquí; envíame” (Abr. 3:27).
Con respecto a este evento, el testimonio de los profetas es igual.
Moisés, citando las palabras de Dios que le fueron reveladas, dijo: “Profeta
les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras
en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. Mas acontecerá que
cualquiera que no oiga mis palabras que él hable en mi nombre, yo le
pediré cuentas” (Deut. 18:18 -19). Pedro pudo dar testimonio y declarar que
Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16) porque sabía
que somos salvos “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero
sin mancha y sin contaminación”, el cual fue “ordenado desde antes de la
fundación del mundo” (1 Pe. 1:19-20 ).
Aun el conocimiento de los judíos nos enseña que sabían de la
preordenación de Jesucristo (o por lo menos de un Cristo) cuando
preguntaron a Juan el Bautista: “Tú, ¿quién eres? … Confesó: Yo no soy el
Cristo …. Entonces le preguntaron y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si
tú no eres el Cristo …? Y Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo con agua,
mas en medio de vosotros hay uno a quien vosotros no conocéis. Este es
el que ha de venir después de mí, el que es antes de mí, de quien yo no soy
digno de desatar la correa de su sandalia” (Juan 1:19-27). Aunque muchos
de ellos no lo reconocieron como el Mesías, el Ungido, otros, después de
escucharlo discursar “decían: Verdaderamente este es el profeta. Otros
decían: Este es el Cristo” (Juan 7:40 -41).
Todo para Dios, “[el] pasado, [el] presente y [el] futuro … son, para Él,
un eterno ‘hoy’…. Él ordenó todas las cosas de acuerdo con el designio de
Su propia voluntad; Él conoce la situación tanto de los vivos como de los
muertos y ha proporcionado todo lo necesario para su redención, según sus
respectivas circunstancias y las leyes del reino de Dios, sea en este mundo
o en el mundo venidero”.6 Al escoger a Sus profetas en la vida premortal,
Dios muestra Su amor por nosotros. ¿Por qué y cómo fueron escogidos
estos profetas? Alma nos enseña que, en la vida premortal,
el Señor Dios ordenó sacerdotes, según su santo orden, que era según
el orden de su Hijo, para enseñar estas cosas al pueblo….
Y esta es la manera conforme a la cual fueron ordenados, habiendo
sido llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con
la presciencia de Dios, por causa de su fe excepcional y buenas obras,
habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el mal; por lo
que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande,
6. [Manual] José Smith, 432- 433.
11
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
son llamados con un santo llamamiento … que, con una redención
preparatoria y de conformidad con ella, se dispuso para tales seres.
Y así, por motivo de su fe, han sido llamados a este santo llamamiento,
mientras que otros rechazaban el Espíritu de Dios a causa de la dureza de
sus corazones y la ceguedad de su mente, cuando de no haber sido por
esto, hubieran podido tener tan grande privilegio como sus hermanos.
O en una palabra, al principio se hallaban en la misma posición que
sus hermanos; así se preparó este santo llamamiento desde la fundación
del mundo para aquellos que no endurecieran sus corazones, haciéndose
en la expiación y por medio de la expiación del Hijo Unigénito, que fue
preparado;
y así son llamados mediante este santo llamamiento y ordenados al
sumo sacerdocio del santo orden de Dios, para enseñar sus mandamientos
a los hijos de los hombres, para que también entren en su reposo;
este sumo sacerdocio era según el orden de su Hijo, el cual orden
existía desde la fundación del mundo, o en otras palabras, es sin principio
de días ni fin de años, preparado de eternidad en eternidad, según su
presciencia de todas las cosas (Alma 13:1-7; cursiva agregada).
Estos profetas fueron fieles y mostraron fe en la vida premortal. Dios
mismo los escogió y los ordenó. Y así fue con todos los profetas—primero
fueron elegidos, preordenados, antes de nacer. Este es el mismo caso con
José Smith, como veremos en el siguiente capítulo. Dios anuncia “lo por
venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho;
que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isa. 46:10)
y lo que Él quiere es que regresemos a Su presencia. Él llama a los profetas
desde el principio, tal como Su Hijo fue llamado, y entonces se les extiende
el llamamiento nuevamente durante esta vida mortal. A estos mismos
profetas preordenados Dios les da la oportunidad de aceptar el llamamiento
justo antes de que comience su tiempo para servirle aquí sobre la tierra,
pero ¿cómo sucede? ¿Hay una manera para que podamos comprobar los
llamamientos de los profetas? ¿Hay un patrón de cómo son llamados aquí
y ahora?
LLAMAMIENTOS DE LOS PROFETAS
Mencionamos nuevamente que la casa de Dios es una casa de orden y
Él no aceptará a ningún profeta que no haya sido ordenado por Él “antes de
que el mundo fuese” (DyC 132:8, 11). Como hemos visto hasta este punto, el
principio de que los llamamientos vienen de Dios es muy claro. El hombre
no puede llamarse a sí mismo porque “nadie toma para sí esta honra, sino el
que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”. Cristo tampoco “se glorificó
a sí mismo haciéndose sumo sacerdote”, sino que también fue llamado por
Dios (Heb. 5:4-5). Si Cristo no lo pudo hacer, entonces ninguna persona,
tampoco José Smith, puede autonombrarse profeta. Jesús nos advirtió que
12
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
nos guardáramos “de los falsos profetas”, pero también dijo que “por sus
frutos los [conoceríamos]” (Mateo 7:15-16). Si hay profetas falsos, tienen
que haber profetas verdaderos. Entonces, ¿cuáles son los frutos de sus
llamamientos para que no seamos engañados?
Es evidente que cada profeta verdadero habla las palabras de Dios.
En algunas instancias, sus propios libros comienzan con: “La palabra de
Jehová que vino a …” como vemos con Oseas (1:1), Joel (1:1), Jonás (1:1),
Miqueas (1:1) y Sofonías (1:1). Sin embargo, no se nos da mayores detalles
de sus llamamientos. Al leer los relatos del llamado profético de otros
profetas, se nos da un patrón con el cual podemos probar los frutos de estos
llamamientos. Algunas características7 de éstos son: (1) La experiencia en
un monte alto o de una visión del concilio de los cielos. (2) La designación
como apóstol, el que es enviado. (3) La recepción de una comisión. (4) La
recepción de una amonestación. Ahora se explicará y se verá cada uno de
estos puntos en los llamamientos de algunos de los profetas del Antiguo y
del Nuevo Testamento.
1. Monte alto o concilio de los cielos. Común en la experiencia de los
profetas es estar en un monte alto donde sucede una experiencia espiritual o
donde ellos tienen una visión del concilio de los cielos. El profeta Jeremías,
descubriendo a los profetas falsos y dándonos una prueba para reconocer
a los profetas verdaderos en cualquier tiempo, nos dice: “Pero, ¿quién ha
estado en el consejo de Jehová, y vio y oyó su palabra? ¿Quién ha estado
atento a su palabra y ha escuchado? … Yo no envié aquellos profetas, pero
ellos corrían; yo no les hablé, pero ellos profetizaban. Y si ellos hubieran
estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo” (Jer. 23:18,
21-22; cursiva agregada). La palabra consejo en estos versículos “hace
referencia a un ‘cuerpo’ o a una ‘asamblea’. La raíz de la palabra viene del
hebreo sod, que connota la idea de un consejo íntimo o asamblea íntima”.8
Con esta escritura, Jeremías nos enseña claramente que los profetas
verdaderos son enviados por Dios, tienen estas experiencias en donde
son llamados o ven cuando fueron llamados en la vida premortal, y se
les recuerdan de las asignaciones que se les dieron en aquel concilio, las
cuales deben llevar a cabo aquí en la vida mortal. Las verdades que enseñan
estos profetas se originan en ese concilio, en el cual fueron escogidos y
preordenados por Dios. Veamos algunos ejemplos de estas experiencias
7. Véase Encyclopedia of Mormonism, 3:1167-1170 para un resumen breve y también
McConkie, Joseph Fielding, Prophets and Prophecy, 21- 40 para una información muy
enriquecedora y sobre la cual me basaré.
8. McConkie y Millet, Doctrinal Commentary 1:23-24 TL. Mi amigo LeGrand Baker también
ha escrito: “Sod es una palabra hebrea que significa las deliberaciones y decisiones secretas de un
concilio. Se le traduce frecuentemente como ‘secreto’ en el Antiguo Testamento…. Los eruditos
de la Biblia entienden que muchas de las referencias al sod son referencias a las actividades del
concilio de los cielos” (Baker y Ricks, Who Shall Ascend, 139 TL).
13
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
en las Escrituras para que después podamos comparar y “probar” el
llamamiento de José Smith en el siguiente capítulo. Empecemos con Enoc.
Enoc. El profeta Enoc es un enigma para el mundo cristiano debido
a que solo cuatro versículos de la Biblia hablan de él. Sin embargo, gracias
a la revelación moderna (en donde estos cuatro versículos se convirtieron
en más de ciento veinte) además de algunos escritos apócrifos,9 sabemos
más acerca de este gran profeta y su llamamiento. Aprendemos que “Enoc
viajaba por la tierra, entre el pueblo, y mientras viajaba, el Espíritu de
Dios descendió del cielo y reposó sobre él. Y oyó una voz del cielo que
decía: Enoc, hijo mío, profetiza a los de este pueblo…” (Moisés 6:26-27).
Claramente fue llamado por Dios, pero las referencias adicionales son aún
más claras. “Mientras yo venía de la tierra de Cainán”, dijo Enoc, “vi una
visión; y he aquí, vi los cielos, y el Señor habló conmigo” (Moisés 6:42).
Además de esta experiencia, una sagrada escritura declara que mientras
Enoc oraba, “vino una voz de los cielos que decía: Vuélvete y asciende al
monte de Simeón. Y aconteció que me volví y subí al monte; y mientras
estaba en el monte, vi abrirse los cielos y fui revestido de gloria; y vi al
Señor; y estaba ante mi faz, y habló conmigo, así como un hombre habla
con otro, cara a cara; y me dijo: Mira, y te mostraré el mundo por el
espacio de muchas generaciones” (Moisés 7:2- 4).
Los libros apócrifos de 1 Enoc y 2 Enoc también verifican esta
experiencia “del monte alto”. Estos escritos hablan de ocasiones en las que
Enoc vio al Señor sentado sobre Su trono donde había serafines, tal como
en la visión de Isaías (Isa. 6:2). A Enoc se le dijo que se pusiera delante
del Señor y entonces Dios le mandó al arcángel Miguel que le ungiera y le
vistiera en “las vestiduras de Mi Gloria [la de Dios]”.10 Enoc, como profeta
verdadero, tuvo la experiencia del monte alto.
Abraham. Otro gran profeta que tuvo su propia experiencia sod, en el
que vio el concilio de los cielos donde fue escogido, fue Abraham. Él relata:
“Yo, Abraham, hablé con el Señor cara a cara, como un hombre habla
con otro; y me habló de las obras que sus manos habían hecho; y él me
dijo: Hijo mío, hijo mío (y tenía extendida su mano), he aquí, te mostraré
todas estas. Y puso su mano sobre mis ojos, y vi aquellas cosas que sus
manos habían creado, las cuales eran muchas; y se multiplicaron ante mis
ojos, y no pude ver su fin” (Abr. 3:11-12; cursiva agregada). Luego, llegó a
tener una visión de la vida premortal cuando “las inteligencias … fueron
9. Sobre los libros apócrifos, el Señor ha dicho que “contienen muchas cosas verdaderas, y
en su mayoría se han traducido correctamente”. Además, “el que sea iluminado por el Espíritu
logrará beneficio de [leerlos]” (DyC 91:1, 4). Por esta razón compartiré solamente unas citas de
ellos ya que están en armonía con los principios que encontramos tanto en la Biblia como en las
Escrituras modernas.
10. Charlesworth, The Old Testament Pseudepigrapha, 1:20 -21, 134 -139; 1 Enoc 14:8-25;
2 Enoc 20:3; 21:5-6; 22:1-10.
14
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
organizadas antes que existiera el mundo; y entre todas estas había muchas
de las nobles y grandes”. Con respecto a éstos, Dios dijo a Abraham: “A
éstos haré mis gobernantes; pues estaba entre aquellos que eran espíritus,
y vio que eran buenos; y me dijo: Abraham, tú eres uno de ellos; fuiste
escogido antes de nacer” (Abr. 3:22-23).
En otro libro apócrifo, el Apocalipsis de Abraham, leemos una
experiencia muy semejante en la que Abraham ve el trono de Dios, Sus
creaciones, y a los que habitarían la tierra. Había una división entre ellos,
algunos a la mano derecha de Dios y otros a Su mano izquierda. Los que
estaban a la mano derecha fueron escogidos para ser parte del linaje de
Abraham, el pueblo del Señor y los líderes entre la obra de Dios, mientras
que los que estaban a la mano izquierda fueron destinados para juicio y
venganza.11
La Biblia confirma esa relación cercana que el profeta Abraham tenía
con Dios durante su vida mortal. Vemos en por lo menos tres ocasiones
en las que Dios se le aparece a Abraham (Gén. 12:7; 17:1; 18:1) y muchas
otras cuando Dios habló con Abraham (Génesis capítulos 15, 17-18, 21-22).
Queda claro entonces que Abraham escuchó a Dios y además lo vio.
Moisés. El libro de Éxodo nos enseña que mientras apacentaba “las
ovejas de su suegro Jetro”, Moisés se fue “a Horeb, monte de Dios”. Allí
se le apareció Dios y Él le dijo a Moisés que “el lugar en que tú estás tierra
santa es” (Éx. 3:1-5). Moisés estuvo en la presencia de Dios, estando en el
“monte de Dios”.
El libro de Moisés es más explícito cuando comenta sobre “una ocasión
en que Moisés fue arrebatado a una montaña extremadamente alta, y vio a
Dios cara a cara, y habló con él, y la gloria de Dios cubrió a Moisés; por lo
tanto, Moisés pudo soportar su presencia” (Moisés 1:1-2; cursiva agregada).
Este acontecimiento sucedió después de su llamamiento en Horeb, o Sinaí,
pero antes de sacar al pueblo de Israel de Egipto (Moisés 1:17, 26). Dios le
mostró cosas maravillosas a Moisés, pero para nuestro propósito, es claro
que vio a Dios, pues él confirmó: “Ahora mis propios ojos han visto a
Dios; pero no mis ojos naturales, sino mis ojos espirituales; porque mis
ojos naturales no hubieran podido ver; porque habría desfallecido y me
habría muerto en su presencia; mas su gloria me cubrió, y vi su rostro,
porque fui transfigurado delante de él” (Moisés 1:11).
El llamamiento de Moisés cumple con el de un profeta verdadero. Los
eventos después de esta experiencia fortalecen lo que había vivido antes,
pues de nuevo, estando “en el tabernáculo, la columna de nube descendía
… y Jehová hablaba con Moisés …. Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara,
como habla cualquiera con su prójimo” (Éx. 33:9, 11).
11. Charlesworth, The Old Testament Pseudepigrapha, 1:700; Apocalipsis de Abraham
22:3-5.
15
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Isaías. La experiencia de Isaías muestra claramente que fue una
experiencia sod. Al principio de su ministerio tuvo una teofanía, o visión
de Dios sentado sobre Su trono, rodeado de ángeles o serafines.12 Dios
estaba vestido “de pureza, sí, con el manto de rectitud” (2 Ne. 9:14), de las
“vestiduras de salvación” (Isa. 61:10) y “las faldas de su manto llenaban
el templo” (Isa. 6:1) y “la casa [o templo] se llenó de humo” (Isa. 6:4), o
se llenó de la Shekinah, “de la gloria de Dios y de su poder” (Apoc. 15:8).
Isaías vio que los serafines daban loor y adoraban a Dios diciendo: “¡Santo,
santo, santo es Jehová de los ejércitos!” (Isa. 6:3).
Estando en la presencia de Dios, Isaías se sintió indigno, y exclamó “¡Ay
de mí que muerto soy!” (Isa. 6:5) que en hebreo quiere decir “terminado,
aniquilado”. Él se sintió acongojado al reconocer sus propios pecados
porque “ninguna cosa impura puede morar con Dios” (1 Ne. 10:21). Como
respuesta a su preocupación vemos la misericordia de Dios. Un ángel de
Dios, en un acto simbólico, tomó “un carbón encendido” y, narra Isaías,
“tocó con él sobre mi boca, y dijo: He aquí que esto ha tocado tus labios, y tu
iniquidad es quitada y borrado tu pecado” (Isa. 6:6 -7). Isaías fue purificado
y así se sintió a gusto en la presencia de Dios. Luego escuchó “la voz del
Señor, diciendo: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces dije:
Heme aquí, envíame a mí” (Isa. 6:8). Isaías vio su llamamiento en la vida
premortal y de esta manera él también cumple con el patrón que hemos
estado analizando.
Jeremías. Al principio de su llamamiento, “vino, pues, la palabra de
Jehová a [Jeremías], diciendo: Antes que te formase en el vientre, te conocí;
y antes que nacieses, te santifiqué; te di por profeta a las naciones” (Jer.
1:4-5). Como ya hemos visto, esta escritura habla sobre la vida premortal.
De la misma manera que examinamos anteriormente con Abraham e Isaías,
el llamamiento de Jeremías se le extendió en ese concilio de los cielos. Al
hacer una comparación con otros profetas, podemos suponer que Jeremías
tuvo una experiencia parecida.
Ezequiel. La experiencia de Ezequiel es semejante a la de Isaías. Él
comenta que cuando estuvo “junto al río Quebar, los cielos se abrieron
y vi visiones de Dios” (Eze. 1:1). En esta visión divina, Ezequiel vio “un
trono que parecía de piedra de zafiro; y en lo más alto, sobre la figura del
trono, había algo a semejanza de un hombre sentado sobre él”. Describió
la gloriosa escena como una de “fuego” y que tanto el trono como Dios (la
persona sentada sobre el trono) tenían “un resplandor alrededor”. La visión
fue de “la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro y
oí la voz de uno que hablaba” (Eze. 1:26-28).
12. Para más información detallada sobre su llamamiento, véase Coleman, Escudriñando
Isaías en el Libro de Mormón, 139 -149. Lo que sigue en esta parte es un resumen sumamente
breve de lo que se comparte en Coleman, Escudriñando Isaías en el Libro de Mormón, 140 -143.
16
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
Ezequiel tuvo su propia visión en la cual Dios le habló mientras que
aquel se puso de pie delante de su Creador. Además de esta visión, Ezequiel
tuvo otras en las que de nuevo vio a Dios o escuchó Su voz nuevamente.
Una de esas visiones sucedió “sobre un monte muy alto” (Eze. 40:2).
Jesucristo y Sus apóstoles. Jesucristo pudo disfrutar de una comunión
con Su Padre en cada momento porque siempre tenía el Espíritu Santo (Juan
8:29). En varias ocasiones le ministraron ángeles (Mar. 1:13; Lucas 22:43).
Con respecto a Su experiencia en un monte alto, aprendemos: “Y otra vez,
Jesús estaba en el Espíritu, y le llevó a un monte muy alto, y le mostró
todos los reinos del mundo y la gloria de ellos” (TJS Mateo 4:8; cursiva
agregada). Luego en Su ministerio, tuvo otra experiencia sobre un monte
alto, pero esta vez fue junto con Pedro, Santiago y Juan. Allí Cristo fue
transfigurado delante de ellos, Moisés y Elías el profeta se les aparecieron
e inclusive se escuchó la voz del Padre dar testimonio del Hijo (Mateo
17:1- 9). El apóstol Pablo tuvo su experiencia cuando “fue arrebatado13
hasta el tercer cielo … donde oyó palabras inefables que al hombre no le
es dado expresar” (2 Cor. 12:2- 4). Luego en el libro de Apocalipsis, Juan
comenta sobre una experiencia que tiene muchas semejanzas al concilio en
los cielos donde vio el trono de Dios y a los siervos alrededor de ese trono
(Apoc. 4:1- 4).
2. Designación como apóstol. Después de ver a Dios o hablar con
Él, el mensaje directo que recibe el profeta es que es enviado por Dios.
Ningún profeta se auto eligió ni se ordenó a sí mismo porque eso va en
contra del orden de los cielos. Dios es quien los llama y quien les da la
autoridad para hablar en Su santo nombre (Heb. 5:4). Pablo testifica de este
hecho en varias ocasiones (por ejemplo 2 Cor. 10:8; 1 Tim. 2:7) y también
hace la excelente pregunta: “¿Y cómo predicarán si no son enviados?”
(Rom. 10:15).
Enviados; el término mismo, o el hecho de ser enviado, se le describe
con una sola palabra: “apóstol”. El significado literal de la palabra apóstol
es “el que es enviado” (del griego apo, “adelante” y stello, “enviar”). La
idea de la palabra es que habían sido enviados por Dios y autorizados de
predicar y actuar en Su nombre, con Su autoridad. Por esta razón la escritura
dice que Cristo “escogió a doce … a los cuales también llamó apóstoles”
(Lucas 6:13). Veamos cómo estos profetas recibieron la autoridad de Dios,
siendo en un sentido apóstoles, porque fueron enviados por el Señor a
llevar a cabo Su obra.
Enoc. “El Señor dijo a Enoc: Ve y haz lo que te he mandado, y
ningún hombre te herirá. Abre tu boca y se llenará, y yo te daré poder para
13. El profeta José Smith aclaró que “Pablo ascendió al tercer cielo, y pudo entender los tres
escalones principales de la escala de Jacob: Las glorias o reinos telestial, terrestre y celestial,
donde Pablo vio y oyó cosas que no le fue lícito declarar” (Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas
del Profeta José Smith, 371).
17
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
expresarte” (Moisés 6:32). Aprendemos que Enoc tenía la autoridad de
Dios, pues “tenía veinticinco años de edad cuando fue ordenado por mano
de Adán; y tenía sesenta y cinco años, y Adán lo bendijo” (DyC 107:48).
Abraham. En sus propias palabras Abraham nos indica que era “un
seguidor más fiel de la rectitud” y por tener deseos rectos buscó “guardar
los mandamientos de Dios”. Sigue diciendo: “Llegué a ser un heredero
legítimo, un Sumo Sacerdote, poseedor del derecho que pertenecía a
los patriarcas. Me fue conferido de los padres; descendió de los padres,
desde que comenzó el tiempo, sí, aun desde el principio, o sea, antes de
la fundación de la tierra hasta el tiempo presente, a saber, el derecho del
primogénito, o sea, del primer hombre, el cual es Adán, nuestro primer
padre, y por conducto de los padres hasta mí. Busqué mi nombramiento
en el sacerdocio conforme al nombramiento de Dios a los padres en lo que
atañe a la descendencia” (Abr. 1:1- 4). El libro de Doctrina y Convenios
confirma que Abraham recibió su autoridad en línea directa desde Adán
hasta él. La persona que lo ordenó fue el rey Melquisedec: “Y Abraham
recibió el sacerdocio de manos de Melquisedec, que a su vez lo recibió por
medio del linaje de sus padres” (DyC 84:14).
Moisés. Dado lo que hizo Moisés, es evidente que obró en el nombre
de Dios. En las revelaciones de la Restauración aprendemos que él recibió
su autoridad de su suegro, Jetro, y que su línea de autoridad vino desde
Adán, el primer profeta (DyC 84:6 -16). Moisés recibió su apostolado en
esa tierra santa, en el monte de Horeb (Éx. 3:1, 5). Horeb era “el santuario
del Señor” (Éx. 15:17). Seguramente en aquella ocasión recibió de Dios las
llaves de la restauración del recogimiento de Israel porque fue quien tuvo
la misión y la autoridad para sacar al pueblo de Israel de Egipto. Después,
este mismo Moisés se presentó a Pedro, Santiago y Juan sobre el Monte
de Transfiguración para otorgarles las mismas llaves con el fin de poder
congregar al pueblo en sus días (Mateo 17:3).14 Una prueba más que estas
llaves las poseía Moisés se encuentra en el hecho de que él vino el 3 de
abril de 1836 y las entregó a José Smith y a Oliverio Cowdery en el templo
de Kirtland, Ohio.
Isaías. Nadie discute la grandeza de Isaías, el profeta mesiánico, y la
autoridad que tenía. No tenemos registrado cómo recibió en sí el sacerdocio,
pero ya hemos visto que fue llamado por Dios. Estando en la presencia de
Dios, oyó “la voz del Señor, diciendo: ¿A quién enviaré y quién irá por
nosotros? Entonces dije: Heme aquí, envíame a mí” (Isa. 6:8). Vemos de
nuevo el concepto de ser “el que es enviado”.
Jeremías. Jeremías venía de una familia de sacerdotes y ya tenía
la autoridad (Jer. 1:1). La Biblia no explica más sobre su ordenación al
14. [Manual] José Smith, 110. Véase también Smith, Joseph Fielding, Doctrina de Salvación
2:102-103.
18
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
apostolado, pero queda de manifiesto que fue enviado por Dios: “Y me
dijo Jehová … a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande”
(Jer. 1:7).
Ezequiel. Cómo Jeremías, Ezequiel era sacerdote: “Vino directamente
la palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel … y vino allí sobre él la mano
de Jehová” (Eze. 1:3). Estando en la presencia de Dios, Éste le dijo: “Hijo
de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y cuando me habló,
entró el espíritu en mí y me puso sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación
de rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado
contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y
de empedernido corazón, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso
ellos escuchen … sabrán que hubo un profeta entre ellos” (Eze. 2:1-5;
cursiva agregada).
Jesucristo y Sus apóstoles. El Redentor, como en todas las cosas, es
el ejemplo perfecto del que ha sido enviado por Dios. En más de cuarenta
versículos solamente en el Evangelio de Juan vemos que Cristo declara
que el Padre le había enviado.15 Además, sobre Jesucristo las Escrituras nos
enseñan: “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”
(Sal. 110:4; Heb. 5:5-6) y el principal “Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra
profesión” (Heb. 3:1) quien fue “nombrado por Dios sumo sacerdote según
el orden de Melquisedec” (Heb. 5:10). A los apóstoles, Jesús les dijo:
“Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan 20:21). En otra
ocasión les declaró: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí
a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto
permanezca” (Juan 15:16). Al escogerlos: “Entonces, llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad” (Mateo 10:1- 6; Lucas 6:12-13; 10:17-19).
Hablando específicamente de Pedro, Santiago y Juan, éstos tuvieron la
experiencia sagrada de estar en el Monte de Transfiguración donde, bajo las
manos de Moisés recibieron las llaves de la restauración del recogimiento
de Israel (como se mencionó con anterioridad) y bajo las manos del profeta
Elías, las llaves del sellamiento para poder atar las cosas en la tierra, para
que a su vez, estas sean atadas en los cielos (Mateo 17:3; 16:19).
3. Comisión divina. Teniendo la autoridad, a cada profeta se le dio
la comisión de entregar al pueblo mensajes específicos, recibidos de Dios
mediante revelación. El profeta entonces predicaba lo que recibió. “Por
cuanto nuestro evangelio no fue a vosotros en palabra solamente”, enseñó
Pablo, “sino también en poder, y en el Espíritu Santo y en gran certidumbre”
(1 Tes. 1:5). Un profeta viviente recibe la palabra directamente de Dios y la
15. Le invito al lector que escudriñe todos estos versículos del Evangelio de Juan: 4:34; 5:30,
36-37, 43; 6:38-39, 44, 57; 7:16 -18, 28-29, 33; 8:16 -18, 26, 29, 42; 9:4; 10:17-18, 36; 11:41- 42;
12:44-45, 49-50; 13:20; 14:24; 15:21; 16:5, 27-28; 17:2-3, 8, 18, 21, 23, 25; 20:21.
19
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
comparte con las personas. ¿Cuáles fueron las comisiones divinas de estos
profetas que hemos estado analizando?
Enoc. Dada la situación en los días de Enoc, la comisión que le fue
dada era de declarar el arrepentimiento (Moisés 6:27-30). Su mensaje,
basado en ese tema, luego se expandió para mostrar que el perdón viene
solamente a través de Jesucristo quien es “lleno de gracia y de verdad …
el único nombre que se dará debajo del cielo mediante el cual vendrá la
salvación a los hijos de los hombres” (Moisés 6:52). Para lograr que la
expiación de Jesucristo surta efecto en sus vidas, las personas tendrán que
cumplir con los principios y las ordenanzas del Evangelio. De esta manera
las personas estarían escogiendo a Dios (véase Moisés 6 y 7).
Abraham. La comisión de Abraham era única y muy importante.
Abraham fue llamado para ser “padre de muchas naciones” (Gén. 17:6). El
linaje escogido vendría de la simiente de Abraham. El Señor le prometió
que haría de él “un ministro para llevar mi nombre en una tierra extraña
que daré por posesión sempiterna a los de tu descendencia después de ti,
cuando escuchen mi voz …. haré de ti una nación grande y te bendeciré
sobremanera … y serás una bendición para tu descendencia después de
ti, para que en sus manos lleven este ministerio y sacerdocio a todas las
naciones …. y bendeciré a los que te bendijeren, y … serán bendecidas
todas las familias de la tierra, sí, con las bendiciones del evangelio, que
son las bendiciones de salvación, sí, de vida eterna” (Abr. 2:6 -11; TJS Gén.
17:3-12).
Siendo un hombre recto, Abraham adoró a Dios y no a los dioses paganos
como lo hacían sus padres (Abr. 1:5-7). Debido a que tenía el sacerdocio,
que es la autoridad de Dios, fue su responsabilidad ministrar el Evangelio
a su familia para proveer un fundamento seguro sobre el cual se edificarían
sus descendientes para poseer el sacerdocio y tener el Evangelio. Abraham
llegó a entender las verdades sobre la expiación de Jesucristo, pues, “miró
y vio los días del Hijo del Hombre, y se alegró, y su alma halló reposo y
creyó a Jehová, y Jehová se lo contó por justicia” (TJS Gén. 15:12; Juan
8:56). Este era el testimonio de Abraham, el cual enseñó.
Moisés. Dios le dijo a Moisés que fue escogido para librar “de la
servidumbre a mi pueblo, sí, a Israel mi escogido” (Moisés 1:26), “para que
saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel” (Éx. 3:10). Temiendo
que los de Israel no le creyesen, Moisés preguntó qué les debería decir.
La respuesta revelada fue: “Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me
ha enviado a vosotros … Jehová … me ha enviado a vosotros. Este es mi
nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí por todos los siglos.
Ve, y reúne a los ancianos de Israel y diles: Jehová, el Dios de vuestros
padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo:
De cierto os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto” (Éx. 3:14 -16).
Después de sacar al pueblo de Egipto, la comisión de Moisés fue de hacerles
20
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
guardar Su convenio y convertirse en “un reino de sacerdotes y un pueblo
santo” (Éx. 19:5- 6).
Isaías. La comisión de Isaías vino en estas palabras del Señor:
“Anda y di a este pueblo: Oíd bien, pero no entendáis; ved bien, pero no
comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos y ciega
sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con
su corazón, y se convierta y sea sanado” (Isa. 6:9 -10). Isaías fue enviado a
predicar, aunque de antemano sabía que el pueblo iba a ser duro de corazón
y ciegos de mente. El Libro de Mormón aclara el mensaje que el pueblo no
iba a entender, ni percibir y hasta iba a endurecer el corazón—no que Isaías
les iba a mandar a no entender, percibir y endurecer sus corazones.
Las enseñanzas de Isaías cubrían varios “temas como: el Mesías—
Su primera (vida mortal) y segunda venida (condiciones del Milenio), el
esparcimiento y el recogimiento de la casa de Israel, los convenios hechos
a Israel, la apostasía, la restauración del Evangelio en los últimos días, la
condición apóstata de las naciones en los últimos días y también el Libro
de Mormón mismo y como éste tendría una parte clave en la restauración
del Evangelio”.16
Jeremías. Teniendo autoridad, siendo enviado por Dios, se le dijo
cuál era su misión: “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y
sobre reinos, para arrancar y para destruir, y para arruinar y para derribar,
para edificar y para plantar” (Jer. 1:10). De allí fue a predicar contra el reino
de Judá sobre la idolatría y la inmoralidad entre el pueblo. Les advirtió que
serían cautivos y llevados a una tierra ajena, sirviendo a extraños.
Ezequiel. El mensaje que Dios le dio a Ezequiel lo recibió de manera
simbólica al comer un libro (o un rollo). El Señor le dijo: “Come lo que yo
te doy”. Ezequiel escribió: “Y miré y vi una mano extendida hacia mí, y
en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito
por delante y por detrás; y estaban escritos en él lamentaciones, y gemidos
y ayes” (Eze. 2:8-10). Claramente el mensaje era uno de destrucción y
de juicio contra el pueblo. El relato sigue diciendo: “Y me dijo: Hijo de
hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de
Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de
hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy.
Y lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel. Entonces me dijo: Hijo de
hombre, ve, acércate a la casa de Israel y habla a ellos con mis palabras”
(Eze. 3:1- 4).
Parece que a Ezequiel le supo dulce como la miel debido a que
Dios es misericordioso con Su pueblo, especialmente cuando decidimos
arrepentirnos. Aunque el mensaje era uno de juicio, Dios puede quitar
esos juicios si nos volvemos a Él, pues ha dicho: “He aquí, quien se ha
16. Coleman, Escudriñando Isaías en el Libro de Mormón, 7.
21
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo
más” (DyC 58:42).
Jesucristo y Sus apóstoles. Cristo dijo: “No busco mi voluntad, sino
la voluntad del Padre, que me envió” (Juan 5:30). Cristo vino a llevar a
cabo la Expiación infinita y eterna, dando Su vida para ofrecer vida a los
demás. “Y mi Padre me envió para que fuese levantado sobre la cruz; y
que después de ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a mí mismo a
todos los hombres, para que así como he sido levantado por los hombres,
así también los hombres sean levantados por el Padre, para comparecer
ante mí, para ser juzgados por sus obras, ya fueren buenas o malas; y por
esta razón he sido levantado; por consiguiente, de acuerdo con el poder
del Padre, atraeré a mí mismo a todos los hombres, para que sean juzgados
según sus obras” (3 Ne. 27:14 -15). En verdad, “de tal manera amó Dios
al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él
cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”
(Juan 3:16 -17).
Para los apóstoles, en el comienzo de su misión, su comisión era
solamente ir “a las ovejas perdidas de la casa de Israel” predicando que
“el reino de los cielos se ha acercado” y sanando a los enfermos y echando
fuera demonios (Mateo 10:6-8). Después de Su resurrección, Cristo renovó
la comisión que previamente había dado, pero expandiéndola: “Por tanto,
id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19 -20). Su comisión abarcaba “a todas
las naciones”; la doctrina que debían de enseñar consistía en “todas las
cosas que os he mandado” y debían de hacerlo en el nombre de Jesucristo.
4. Amonestación. Cuando Dios habló a estos profetas, además de
otorgarles la autoridad y entregarles una comisión, también les dio una
amonestación. Trabajar en la obra del Señor no es cosa fácil. Siendo
“testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo” (DyC 107:23),
el camino no estaría sin pruebas. Por lo tanto, junto con la amonestación se le
dio una promesa, o la certeza, de apoyo divino. En esta última dispensación
la promesa que Dios ha ofrecido es: “Estaré a vuestra diestra y a vuestra
siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor
de vosotros, para sosteneros” (DyC 84:88). Hemos visto las comisiones
que estos profetas han recibido. Veamos ahora las amonestaciones.
Enoc. Dios le advirtió a Enoc que el pueblo había endurecido sus
corazones. Enoc sintió temor, pero de manera muy humilde básicamente
le preguntó cómo era posible que Dios le hubiese escogido a él, “un
jovenzuelo”, despreciado y “tardo en el habla”. El Señor entonces consoló
a Enoc y le dijo: “Ve y haz lo que te he mandado, y ningún hombre te herirá.
22
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
Abre tu boca y se llenará, y yo te daré poder para expresarte, porque toda
carne está en mis manos, y haré conforme bien me parezca …. He aquí, mi
Espíritu reposa sobre ti; por consiguiente, justificaré todas tus palabras; y
las montañas huirán de tu presencia, y los ríos se desviarán de su cauce; y tú
permanecerás en mí, y yo en ti; por tanto, anda conmigo” (Moisés 6:32-34).
Abraham. Para ser un padre de muchas naciones, tener una tierra
prometida, obtener el Evangelio y predicarlo, Abraham recibió la
amonestación de salir de donde estaba junto con una promesa. Dios le dijo:
“Abraham, he aquí, Jehová es mi nombre, y te he oído, y he descendido
para librarte y llevarte de la casa de tu padre y de toda tu parentela a una
tierra extraña de la cual nada sabes; y esto por causa de que han apartado
sus corazones de mí … por tanto, he descendido para visitarlos y destruir a
aquel que ha levantado su mano contra ti, Abraham, hijo mío, para quitarte
la vida. He aquí, con mi mano te conduciré, y te llevaré para poner sobre
ti mi nombre, sí, el sacerdocio de tu padre, y mi poder descansará sobre ti.
Cual fue con Noé, tal será contigo; pero mediante tu ministerio se conocerá
mi nombre en la tierra para siempre, porque yo soy tu Dios” (Abr. 1:16 -19;
2:3; Gén. 12:1).
Moisés. Dejar ir a todo un pueblo de “esclavos” no es lo que quería
hacer el Faraón. Dios se lo advirtió a Moisés, pero prometió ayudar: “Mas
yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir si no es por mano fuerte. Pero
yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré
en él, y entonces os dejará ir” (Éx. 3:19 -20). Entre las otras consolaciones
que Dios le dio a Moisés fue que él era “a semejanza de [Su] Unigénito”
y que debía siempre invocar “a Dios en el nombre de [Su] Unigénito y
[adorarlo]” (Moisés 1:16 -17).
Isaías. Sabiendo que iba a ser una misión difícil, ya que el pueblo iba
a ser duro de corazón, Isaías le preguntó al Señor: “¿Hasta cuándo, Señor?
[es decir, hasta cuándo serán los hombres así]. Y respondió él: Hasta que
las ciudades estén asoladas y sin habitantes, y no haya hombre en las casas,
y la tierra quede desierta; hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres
y haya multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra” (Isa.
6:11-12). Así recibió la amonestación de que los hombres serían duros hasta
que dejen de existir. Sin embargo, la consolación para Isaías era que, a
pesar de todo, “aún quedará … una décima parte, y volverá”, que una parte
del pueblo del convenio regresaría y “el tronco de ella será la simiente
santa” (Isa. 6:13).
Jeremías. El Señor le dijo: “No temas delante de ellos, porque contigo
estoy para librarte, dice Jehová”. Y después Dios le aseguró la ayuda divina
al extender Su mano, tocando la boca de Jeremías, y dijo: “He aquí, he
puesto mis palabras en tu boca” (Jer. 1:8-9).
Ezequiel. En el caso de Ezequiel, el Señor le dijo que no tuviera
miedo, “aunque te hallas entre zarzas y espinos y moras con escorpiones;
23
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
no tengas miedo de sus palabras ni temas delante de ellos, porque son una
casa rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, ya sea que escuchen o dejen
de escuchar, porque son muy rebeldes. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que
yo te hablo; no seas tú rebelde como esa casa rebelde” (Eze. 2:6-8). Luego
Dios le prometió que le daría fortaleza para soportar: “He aquí, yo he hecho
tu rostro duro contra los rostros de ellos, y tu frente dura contra sus frentes.
Como el diamante, más duro que el pedernal, he hecho tu frente; no los
temas ni tengas miedo delante de ellos” (Eze. 3:8-9).
Jesucristo y Sus apóstoles. Jesucristo sabía lo que venía a hacer.
Sabía de antemano que iba a morir y que sería traspasado con clavos y con
una lanza (Sal. 22:16; Zac. 12:10). Jesús declaró “a sus discípulos que tenía
que ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, y de los
principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer
día” (Mateo 16:21). Cuando llegó el momento de ser llevado preso y Pedro
intentó defenderlo, Cristo dijo: “¿Acaso piensas que no puedo orar a mi
Padre ahora, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Cómo,
pues, se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?” (Mateo 26:53-54).
Debido a que Cristo sabía lo que le esperaba, podía amonestar a Sus
apóstoles que serían entregados “para ser afligidos y os matarán; y seréis
aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre” (Mateo 24:9).
A Pedro específicamente le dijo que le siguiera y que fuera fiel, pero
después le advirtió que sufriría la muerte por crucifixión (Juan 21:18-19).
Tomando sus cruces y siguiendo a Cristo, siendo testigos especiales de Él,
quedó clara Su explicación: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me
ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría
lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo,
por eso os aborrece el mundo” (Juan 15:18-19).
CONCLUSIÓN
Si el Señor ha de dar a conocer Su voluntad a Su pueblo, lo hará a
través de los profetas “porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele
su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Éstos son los siervos
elegidos de Dios y son el cimiento sobre el cual descansa Su Iglesia. Cristo
“constituyó a unos apóstoles; y a otros, profetas … a fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo”. Sigue enseñándonos Pablo que estos profetas y apóstoles deben
seguir estando a la cabeza de la Iglesia de Jesucristo “hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efe.
4:11-13). Debido a que no hemos llegado “a la unidad de la fe”, podemos
estar seguros de que Dios todavía necesita profetas y apóstoles.
Como hemos visto, los profetas fueron preordenados desde antes de
la fundación del mundo. Se estableció un plan y éste precisaba que ellos
24
LOS PROFETAS EN LAS ESCRITURAS
llegaran en ciertas épocas y sirvieran en tiempos indicados. El llamamiento
de cada uno de ellos tiene elementos comunes por los cuales podemos
comprobar que en verdad son profetas de Dios. No fue un evento específico
lo que hizo que ellos se convirtieran en profetas, sino que hubo un proceso
por el cual atravesaron para progresar. Ellos vieron a Dios, lo conocieron y
pudieron hablar con Él cara a cara. No había duda alguna para ellos sobre
Su existencia. Quedó claro lo dicho por Dios a Aarón y a Miriam: “Oíd
ahora mis palabras: Si hay profeta de Jehová entre vosotros, me apareceré
a él en visión; en sueños hablaré con él. No así con mi siervo Moisés, que
es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente y no con
enigmas; y verá la imagen de Jehová” (Núm. 12:6-8; cursiva agregada). Un
profeta ve a Dios y conoce a Aquel a quién es llamado a servir.
Los profetas reciben su autoridad de Dios, bajo las manos de otro
siervo autorizado, o directamente de Él. Este orden, siendo el profeta el
sumo sacerdote para el pueblo de Dios, viene “no por el hombre ni por la
voluntad del hombre; ni por padre ni madre; ni por principio de días ni fin
de años, sino por Dios. Y [es] otorgado a los hombres por el llamado de su
propia voz, de acuerdo con su propia voluntad” (TJS Gén. 14:28-29). Así
lo ha confirmado Dios hoy en día cuando dijo: “Porque en verdad os digo,
que el que es ordenado por mí entrará por la puerta y será ordenado” (DyC
43:7). No hay otra manera, ¡el hombre debe ser llamado por Dios!
Estas son las verdades que nos enseña la Biblia sobre los profetas
antiguos. Si hay un profeta hoy en día, debe ser llamado de la misma
manera que ellos fueron llamados porque en Dios “no hay cambio ni
sombra de variación” (Stg. 1:17) y “Dios no es Dios de confusión” (1 Cor.
14:33). La declaración de José Smith es que él es un profeta de Dios. Si él
tiene razón, su llamamiento debe cumplir con cada punto que contienen
los llamamientos de los profetas de la antigüedad, todos los que se han
analizado en este capítulo. Los creyentes en la Biblia aceptan fácilmente
el hecho de tener profetas en aquellos tiempos. Si estas personas aman la
verdad, pondrán a prueba el llamamiento de José Smith, comparándolo con
los profetas antiguos, para ver, comprobar y entender que sí, en verdad, él
fue llamado por Dios. Investiguemos pues la declaración de José Smith
y los frutos de su llamamiento. Sigamos lo que dice Pablo: “No apaguéis
el Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo” (1 Tes.
5:19 -21). De esta manera sabremos cuáles son los frutos y, por supuesto,
“por sus frutos [lo conoceremos]” (Mateo 7:20).
25
CAPÍTULO 2
EL PROFETA DE
LA RESTAURACIÓN
El mundo cristiano, en general, acepta que hay siete dispensaciones.
Las primeras seis consisten del periodo de tiempo desde la Creación hasta
la segunda venida de Jesucristo. La séptima para ellos sería el tiempo del
Milenio. Podríamos concluir que ellos aceptan, según, a Adán, Enoc, Noé,
Abraham, Moisés y por supuesto Jesucristo (que a la vez es el Hijo de Dios)
como los profetas de estas seis dispensaciones. Donde nuestras creencias
difieren a la mayoría, es que para ellos la séptima sería el tiempo del
Milenio,1 mientras que nosotros creemos firmemente en una preparación
para el Milenio y que la séptima dispensación no comienza con la Segunda
Venida y el comienzo del Milenio, sino que empieza antes de esos eventos
de suma importancia. No podría haber un Milenio sin que un pueblo del
convenio del Señor le estuviese esperando (preparado para recibirlo) con
los brazos abiertos, y con un profeta a la cabeza de ellos.
En el capítulo anterior, quedó claro que Dios siempre llamó a profetas
para guiar a Su pueblo y cuál fue el formato del proceso de su llamamiento
profético. Nuestra afirmación es que Dios ha hecho lo mismo en estos
últimos días. La séptima dispensación sería la última en la cual, como enseña
Pablo, se habrían “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación
del cumplimiento de los tiempos” (Efe. 1:9 -10). Aceptamos a Adán, a Enoc,
a Noé, a Abraham, a Moisés y a Jesucristo y Sus apóstoles, pero ¿quién
sería la cabeza de la séptima dispensación? Las profecías de las Escrituras
dicen que sería un profeta de los últimos días. Nuestro testimonio es que
este profeta, el Profeta de la Restauración, fue y es José Smith. Te invito,
querido lector, que consideres cuidadosamente toda la información que se
compartirá en este capítulo.
RESTAURACIÓN DEL EVANGELIO
Antes de hablar del llamamiento de José Smith, tenemos que entender
la razón por la que fue llamado. ¿Por qué fue necesario que se abrieran
1. Las dispensaciones inferidas en la Biblia que tradicionalmente aceptan los grupos
cristianos, de primera a séptima, son: La inocencia (Gén. 1:28-30; 2:15-17), La conciencia (Gén.
3:8 a 8:22), El gobierno humano (Gén. 9:1 a 11:32), La promesa (Gén. 12:1 a Éx. 19:25), La ley
(Éx. 20:1 a Hech. 2:4; o la muerte de Cristo), La gracia (desde la resurrección de Cristo, o Hech.
2:4 a Apoc. 20:3), El reino milenario (Apoc. 20:4 a 20:15, o el juicio final).
26
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
los cielos y que se le aparecieran Dios el Padre y el Salvador Jesucristo?
Para nuestro propósito aquí basta decir que la Iglesia de Jesucristo del
meridiano de los tiempos cayó en una apostasía y dejó de existir como
una organización divinamente guiada.2 Con esta pérdida, también tenía que
haber una restauración de la verdad.
Cristo, hablando con los principales sacerdotes y los fariseos, les
profetizó que Su reino, “el reino de Dios será quitado de [los judíos] y
será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:41- 44). Este
mismo reino se tendría que levantar nuevamente en los últimos días. Así
profetizó Daniel al interpretar el sueño del rey Nabucodonosor. “Y en los
días de estos reyes”, dijo Daniel, refiriéndose a los dedos de los pies de la
imagen—esos reinos que “no se unirán el uno con el otro, como el hierro
no se mezcla con el barro”—en esos días, “el Dios del cielo levantará un
reino que no será jamás destruido ni será dejado el reino a otro pueblo;
despedazará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para
siempre”. Este reino es el reino de Dios sobre la tierra, es La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Es un reino que no es de
este mundo ni organizado por el hombre. Daniel siguió diciendo: “Del
monte fue cortada una piedra, no con mano”, y así este reino divino no fue
construido con las manos de los mortales, sino por el poder de Dios. “El
sueño es verdadero, y fiel su interpretación” (véase Dan. 2:43-45).
Como veremos más adelante en este libro, cuando hablamos
específicamente sobre la Primera Visión, la restauración del Evangelio es
parte de la “obra maravillosa y un prodigio” de la cual vio y profetizó
Isaías (Isa. 29:13-14). Pedro enseñó que iban a venir “tiempos de refrigerio”
cuando el Padre enviaría “a Jesucristo”, (pensemos de nuevo en la Primera
Visión), “a quien de cierto es menester que el cielo reciba hasta los tiempos
de la restauración de todas las cosas” (Hech. 3:19 -21). Sobre esta escritura,
el élder Bruce R. McConkie escribió:
[Cristo] ascendió al cielo donde ahora se encuentra. Vendrá
nuevamente para marcar el comienzo del Milenio … pero no puede venir,
y el día prometido no llegará, hasta que un periodo de tiempo comience
que se llama la Era de la Restauración.
Pedro no dice que todas las cosas serán restauradas antes de que
venga el Señor. Lo que sí dice es que Cristo no puede venir sino hasta
que la Era de la Restauración tenga su comienzo. Esa era comenzó en la
primavera de 1820 y ahora está arrojando su luz y verdad a todo lugar, y
2. Algunas escrituras que hablan de este acontecimiento son: Isa. 24:5; Miq. 3:5-7; Mateo
15:8-9; Gál. 1:6 -10; 1 Tim. 1:3-7; Hech. 20:29-30; 2 Pe. 2:1-3, 20 -22; Amós 8:11-12; 2 Tim. 4:34; Apoc. 12:6; 2 Tes. 2:1-3; Mateo 24:9 -12; 1 Tim. 4:1-5; 2 Tim. 3:1-7. También véase Coleman,
Para defender estas gloriosas verdades, 50 -51. El libro The Inevitable Apostasy and the
Promised Restoration escrito por Tad R. Callister es un recurso excelente sobre el tema de la
apostasía y la Restauración.
27
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
continuará haciéndolo hasta bien entrada esté la era del Milenio. Esa era
incluirá los eventos incidentes de la Segunda Venida y continuará después
de ese día glorioso y terrible.3
Para dar el inicio de la Restauración, como se hizo en tiempos antiguos
cuando Dios tenía una obra por realizar, un profeta fue llamado. El profeta
escogido para realizar “la restauración de todas las cosas” fue José Smith.
Ahora bien, si le proclamamos como profeta, entonces él debe pasar la
misma prueba que pasaron los antiguos profetas sobre los cuales hablamos
en el Capítulo 1. El requisito para que un hombre sea llamado como un
profeta no puede diferir, sino que debe ser el mismo que fue para los de la
Biblia. Tenemos que medir a José Smith con la misma medida que hicimos
con los profetas antiguos. Veamos entonces tanto la preordenación de José
Smith, como también su llamamiento aquí en la tierra.
PREORDENACIÓN DE JOSÉ SMITH
José Smith sabía que había sido preordenado y tuvo muy claro el sentido
de su misión. “Lorenzo Snow dio un relato de un día cuando alguien vino
y le preguntó a José … ‘¿Quién eres?’ Él contestó, ‘Noé vino antes del
diluvio. Yo he venido antes del fuego’”.4 Siempre dio testimonio de su
manto profético. En otra ocasión dijo:
Si persona alguna me preguntase si yo era profeta, no lo negaría, ya
que estaría mintiendo; porque, según Juan, el testimonio de Jesús es el
espíritu de la profecía. Por tanto, si profeso ser testigo o maestro, y no
tengo el espíritu de la profecía, que es el testimonio de Jesús, soy testigo
falso; pero si soy maestro y testigo verdadero, debo tener el espíritu de la
profecía, y eso es lo que constituye a un profeta; y cualquier hombre que
diga que es maestro o predicador de la justicia, y niega el espíritu de la
profecía, el tal hombre es mentiroso y no hay verdad en él; y por esta llave
se puede conocer a los falsos maestros e impostores.5
En el Capítulo 1 se señaló la experiencia de Abraham en la que vio
el concilio de los cielos y “las inteligencias que fueron organizadas antes
que existiera el mundo; y entre todas estas había muchas de las nobles y
grandes; y vio Dios que estas almas eran buenas, y estaba en medio de
ellas, y dijo: A éstos haré mis gobernantes” (Abr. 3:22-23). Tres testimonios
modernos se unen al de Abraham. Primero, el del profeta José Smith: “Todo
hombre que recibe el llamamiento de ejercer su ministerio a favor de los
habitantes del mundo fue ordenado precisamente para ese propósito en el
gran concilio celestial, antes que este mundo fuese. Supongo que me fue
3. McConkie, Bruce R., The Millennial Messiah, 87 TL.
4. Citado en Madsen, Joseph Smith the Prophet, 105 TL.
5. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 329.
28
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
conferido este oficio en aquel gran concilio”.6 El segundo testimonio es de
Brigham Young:
Nosotros somos un pueblo cuyo establecimiento y progreso
constituyen la obra de Dios, nuestro Padre Celestial, quien en Su sabiduría
juzgó que era prudente iniciar el restablecimiento de Su Reino sobre la
tierra… .
En los concilios de la eternidad, mucho antes de que se establecieran
las bases de la tierra, fue decretado que él, José Smith, sería el hombre
que, en la última dispensación de este mundo, habría de llevar la palabra
de Dios a la gente y de recibir la plenitud de las llaves y el poder del
Sacerdocio del Hijo de Dios. El Señor había estado teniéndolo en cuenta,
así como también a su padre, al padre de su padre y a sus antepasados
hasta Abraham y desde Abraham hasta el diluvio, desde el diluvio hasta
Enoc y desde Enoc hasta Adán. Había estado observando a esa familia
y su linaje desde su origen hasta el nacimiento de ese hombre. Él fue
preordenado en la eternidad a presidir esta última dispensación.7
El tercero y último es del presidente Joseph F. Smith. Él tuvo una visión
en la cual vio el mundo de los espíritus y percibió el trabajo que se realiza
allí. Vio al profeta José Smith, a su padre Hyrum Smith, a Brigham Young,
a John Taylor y a Wilford Woodruff entre los “espíritus selectos que fueron
reservados para nacer en el cumplimiento de los tiempos, a fin de participar
en la colocación de los cimientos de la gran obra de los últimos días”. Él
pudo observar “que también ellos se hallaban entre los nobles y grandes
que fueron escogidos en el principio para ser gobernantes en la Iglesia de
Dios. Aun antes de nacer, ellos, con muchos otros, recibieron sus primeras
lecciones en el mundo de los espíritus, y fueron preparados para venir en
el debido tiempo del Señor a obrar en su viña en bien de la salvación de las
almas de los hombres” (DyC 138:53-56; cursiva agregada).
El principio es sencillo: José, como Abraham, Moisés, Isaías o
Jeremías, fue llamado antes de nacer. Cada hijo de nuestro Padre Celestial
tuvo una oportunidad de progresar, pero solamente pocos se esforzaron
hasta tal grado, que fueron llamados como profetas. Existía el albedrío
en la vida premortal y “todos los espíritus de todos los hombres, estando
en la Presencia Eterna, desarrollaron aptitudes, talentos, capacidades y
habilidades de todo tipo y grado …. A medida que pasaban los tiempos, no
había dos espíritus que quedaron iguales. Mozart se convirtió en músico;
Einstein centró su interés en las matemáticas; Miguel Ángel puso su
atención a la pintura. Caín, era un mentiroso, un intrigante, un rebelde que
mantenía una estrecha afinidad con Lucifer. Abraham y Moisés y todos
los profetas buscaron y obtuvieron el talento para la espiritualidad. María
6. [Manual] José Smith, 544-545. También véase DyC 127:2.
7. [Manual] Brigham Young, 104. Véase también Journal of Discourses 7:289-290.
29
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
y Eva fueron dos de las hijas espirituales más grandes del Padre … . Y así
pasó con todas las huestes del cielo, cada individuo desarrolló tales talentos
y habilidades como su alma deseaba”.8
Todas estas citas son excelentes y comprueban que José Smith en
verdad fue llamado desde antes de la fundación de la tierra. Sin embargo,
¿qué sabían los profetas antiguos de él?, ¿ellos profetizaron algo acerca de
su llamamiento?, ¿qué dicen las Escrituras?
JOSÉ SMITH: CONOCIDO DESDE ANTES DE NACER
Si la obra de la Restauración iba a ser un evento de enorme magnitud, de
suma importancia, si los profetas habían profetizado sobre ella, es evidente
que tenían conocimiento sobre el hombre que sería llamado para llevar a
cabo tal obra divina. Debido a que los profetas tuvieron visiones y pudieron
ver nuestros días, ellos conocieron a José Smith. Sus escritos afirman que
Dios les reveló lo que necesitaban saber acerca de la última dispensación
y quien estaría a la cabeza de ella. ¿Qué dicen las profecías de los profetas
antiguos sobre José Smith?
Adán. “Tres años antes de su muerte, Adán llamó a Set, Enós, Cainán,
Mahalaleel, Jared, Enoc y Matusalén, todos ellos sumos sacerdotes, junto
con el resto de los de su posteridad que eran justos, al valle de Adán-ondiAhmán, y allí les confirió su última bendición. Y el Señor se les apareció,
y se levantaron y bendijeron a Adán, y lo llamaron Miguel, el príncipe, el
arcángel. Y el Señor le dio consuelo a Adán, y le dijo: Te he puesto para
estar a la cabeza; multitud de naciones saldrán de ti, y tú les serás por
príncipe para siempre. Y Adán se puso de pie en medio de la congregación,
y a pesar de que lo agobiaba el peso de sus años, lleno del Espíritu Santo,
predijo todo cuanto habría de sobrevenir a su posteridad hasta la última
generación” (DyC 107:53-56). A través del Espíritu Santo Adán vio la
historia de este mundo. Debe ser evidente, siendo un hombre recto, un
profeta que amaba la obra de Dios y se preocupaba por su posteridad, vio
los días de José Smith y cómo sería restaurado el Evangelio. “Todas estas
cosas se escribieron en el libro de Enoc, y se testificará de ellas a su debido
tiempo” (DyC 107:57). ¿Qué dicen los escritos de Enoc?
Enoc. Vimos algo de la grandeza de Enoc en el Capítulo 1. Sabemos
que “el Señor le mostró a Enoc todas las cosas, aun hasta el fin del mundo”
(Moisés 7:67). A Enoc Dios le dijo que en los últimos días preservaría a Su
pueblo; “y justicia enviaré desde los cielos” (Moisés 7:62). Esto se refiere
a la Primera Visión. “El Justo”, como Enoc había llamado a Cristo con
anterioridad en sus escritos (Moisés 7:45, 47), en verdad vino desde los
cielos (tal como Pedro también había profetizado en Hechos 3:19 -21) y se
dio a conocer al joven quien sería llamado como profeta. Parte de su misión
8. McConkie, Bruce R., The Mortal Messiah 1:23 TL.
30
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
iba a ser sacar a la luz el Libro de Mormón como después Dios le dijo a
Enoc: “Y la verdad haré brotar de la tierra para testificar de mi Unigénito,
de su resurrección de entre los muertos, sí, y también de la resurrección de
todos los hombres; y haré que la justicia y la verdad inunden la tierra como
con un diluvio, a fin de recoger a mis escogidos de las cuatro partes de la
tierra” (Moisés 7:62). Dios ha dicho que “en el Libro de Mormón … se
halla la plenitud del evangelio” (DyC 42:12). Por esta razón se dice que “la
verdad [brotó] de la tierra” (Sal. 85:11; Isa. 45:8). Los relatos de la Primera
Visión y de la salida a la luz del Libro de Mormón, junto con el libro mismo
y sus enseñanzas, se cuentan “a fin de recoger a [los] escogidos de las
cuatro partes de la tierra” trayéndolos al redil de Dios.
José de Egipto. José, el bisnieto de Abraham, era un vidente inspirado
de Dios. “No hay muchas profecías mayores que las que [José] escribió”
(2 Ne. 4:2). Sobre José Smith, el vidente antiguo escribió:
Así me dice el Señor: Levantaré a un vidente escogido del fruto de
tus lomos, y será altamente estimado entre los de tu simiente. Y a él daré
el mandamiento de que efectúe una obra para el fruto de tus lomos, sus
hermanos, la cual será de mucho valor para ellos, aun para llevarlos al
conocimiento de los convenios que yo he hecho con tus padres … .
A él daré poder para llevar mi palabra [el Libro de Mormón] a los de
tu descendencia; y no solamente para llevarles mi palabra, dice el Señor,
sino para convencerlos de mi palabra que ya se habrá declarado entre
ellos [la Biblia] … .
Y así profetizó José, diciendo: He aquí, el Señor bendecirá a ese
vidente, y los que traten de destruirlo serán confundidos; porque se
cumplirá esta promesa que he recibido del Señor tocante al fruto de mis
lomos. He aquí, estoy seguro del cumplimiento de esta promesa;
y su nombre será igual que el mío; y será igual que el nombre de su
padre. Y será semejante a mí, porque aquello que el Señor lleve a efecto
por su mano, por el poder del Señor, guiará a mi pueblo a la salvación
(2 Ne. 3:7, 11, 14 -15; TJS Gén. 50:27-28, 30, 33).
Claramente Dios levantó a ese vidente, se llamó José, al igual que
el antiguo vidente, y fue también llamado como su padre, Joseph. José
de Egipto en verdad vio ese descendiente suyo que realizaría una obra
extraordinaria.
Moisés. En varias ocasiones Moisés vio a Dios. Estando sobre “una
montaña extremadamente alta” Moisés “vio la tierra, sí, la vio toda …
discerniéndola por el Espíritu de Dios”. Además “vio a sus habitantes; y
no hubo una sola alma que no viese; y pudo discernirlos por el Espíritu de
Dios”. El Señor le dio esta visión sobre la historia de esta tierra y le mandó
que escribiera “las cosas que yo hablaré” (Moisés 1:1, 27-28, 35- 40). De
allí el Señor le dijo sobre el llamamiento de un profeta que sería semejante
a Moisés: “Y en el día en que los hijos de los hombres menosprecien
31
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
mis palabras y quiten muchas de ellas del libro que tú escribas, he aquí,
levantaré a otro semejante a ti, y de nuevo existirán entre los hijos de los
hombres, entre cuantos creyeren” (Moisés 1:41). Moisés vio al profeta José
Smith. Es interesante hacer notar que Dios reveló a José de Egipto que ese
vidente escogido del cual profetizó “será grande como Moisés” (2 Ne. 3:9).
Isaías. Hay varios capítulos de Isaías que contienen referencias al
profeta José Smith y a los Santos de los Últimos Días. Sin hacer una lista
completa, entre ellos están los capítulos 2, 5, 11, 29, 48, 52 de Isaías. Sin
embargo, nuestro enfoque será el capítulo 49, que es una profecía dual (que
tiene doble significado), y entre la interpretación veremos que ese siervo
afligido del cual habla Isaías, es José Smith. Veamos un resumen de esta
profecía en Isaías 49.9
1. Jehová me llamó desde el vientre … me formó desde el vientre
para ser su siervo (49:1, 5). Estas frases obviamente tienen referencia
a la preordenación del siervo. Algunas de varias escrituras que enseñan
esta verdad sobre José Smith son: 2 Ne. 3:15; DyC 127:2; Abr. 3:22-23.
El llamamiento de José Smith fue “para efectuar el recogimiento de mis
escogidos” (DyC 29:7). Este recogimiento era necesario porque los del
pueblo del convenio habían “sido separados y echados fuera por causa de
la iniquidad de los pastores de mi pueblo” (v. 1; Jer. 23:1- 4). El Señor le dijo
a José que “esta generación [dispensación] recibirá mi palabra por medio
de ti” (DyC 5:10).
2. Desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria (49:1).
El nombre de José Smith fue conocido antes de que naciera (TJS Gén.
50:30-33; 2 Ne. 3:15). Él tiene una parte muy importante en el Plan de
Salvación y es por eso que su nombre fue conocido. Además, su nombre
nos enseña mucho sobre su llamamiento.10 Típicamente se da el significado
del nombre de José como el Señor añade. Este significado es apropiado
sin embargo hay un significado más rico. En Génesis 30:24, donde Raquel
le llama a su hijo José, el texto en hebreo dice Asaph, que significa el que
reúne, el que causa que retorne o el mejor es Dios recoge. Así que al gran
Profeta de la Restauración se le dio un nombre que perfectamente describe
su misión divina. Es interesante saber que el nombre del hermano de José
Smith, Hyrum, que viene del hebreo, significa mi hermano es exaltado. En
fin, el nombre de José se dio a conocer antes de su nacimiento y testificaba
de su misión como siervo de Dios.
9. El siervo aquí puede referirse a Israel y también es Jesucristo, pero como que es una
profecía dual, solo nos enfocaremos en José Smith para cumplir con nuestro propósito. Toda
la información que está a continuación viene de Coleman, Escudriñando Isaías en el Libro de
Mormón, 68 -72 y es un resumen de la misma.
10. La información que sigue, sobre los nombres, es una paráfrasis de McConkie, Joseph
Fielding, His Name Shall Be Joseph, 154 -158.
32
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
3. Y puso mi boca como espada aguda (49:2). Esta frase enseña que
el siervo declaró la palabra de Dios con autoridad. La palabra de Dios es
“viva y poderosa, más cortante que una espada de dos filos, que penetra
hasta partir las coyunturas y los tuétanos” (DyC 6:2). Puede penetrar hasta
el corazón para que entendamos (Enós 1:3; JS–H 1:12) o herir a los inicuos
hasta el centro (1 Ne. 16:2). Obviamente José Smith tuvo autoridad para
predicar la palabra de Dios con gran poder (DyC 1:17; 90:2-3).
4. Me cubrió con la sombra de su mano (49:2). El siervo tendría la
protección de Dios hasta que llegara la hora de su misión. José Smith fue
protegido hasta culminar su misión. El Señor dijo: “Porque [eres] heredero
legítimo, según la carne, y [has] sido escondido del mundo con Cristo en
Dios” (DyC 86:9). Él era descendiente literal de Abraham (DyC 132:30),
guardado por el Señor, para poseer el sacerdocio y para bendecir a “todas
las familias de la tierra, sí, con las bendiciones del Evangelio, que son las
bendiciones de salvación, sí, de vida eterna” (Abr. 2:11).
5. Me puso por saeta bruñida; me guardó en su aljaba (49:2). Para
José Smith, esta frase hablaba de él y es por eso que enseñó:
Soy como una enorme piedra áspera que viene rodando desde lo alto
de la montaña; y la única manera en que puedo pulirme es cuando una de
las orillas de la piedra se alisa al frotarse con otra cosa, como cuando pega
fuertemente contra la intolerancia religiosa, se topa con las supercherías
de los sacerdotes, abogados, doctores, editores mentirosos, jueces y
jurados sobornados, y choca contra la autoridad de oficiales perjuros,
respaldados por los populachos, por los blasfemos y por hombres y
mujeres licenciosos y corruptos; todo este corro infernal le allana esta
aspereza acá y esta otra más allá. Y así llegaré a ser dardo pulido y terso
en la aljaba del Todopoderoso, el cual me dará dominio sobre todos ellos
sin excepción, cuando les falle su asilo de mentiras y les sea destruido su
escondite, mientras que estas piedras lisas contra las que voy chocando,
se harán ásperas.11
Hablando de una saeta pulida, Nyman, un erudito SUD, escribió:
“El astil de la flecha se pule para que vuele más rápido y más certero.
Generalmente se guarda esta saeta pulida para el tiro más importante”.12
El “tiro más importante” para José fue “reunir todas las cosas en Cristo,
en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, tanto las que están en
los cielos, como las que están en la tierra” (Efe. 1:10). Él cumplió con su
misión.
6. [Dios le] dijo: Mi siervo eres tú … en ti seré glorificado (49:3). La
misión de José Smith dio, y continúa dando, gloria al Padre (DyC 76:119;
84:102; 135:6).
11. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 370; cursiva agregada.
12. Nyman, I, Nephi, Wrote this Record, 325 TL.
33
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
7. Por demás he trabajado; en vano y sin provecho he agotado mis
fuerzas (49:4). En más de alguna ocasión José Smith sintió que había
“trabajado en vano” (Isa. 49:4; DyC 121:1-2; 122:1). Sin embargo, en lo
profundo de su corazón, sabía que no era así y que “ciertamente [su] causa
está ante el Señor, y [su] obra con [su] Dios” (Isa. 49:4).
8. Seré estimado ante los ojos de Jehová (49:5). José Smith fue estimado
o glorificado “ante los ojos de Jehová” (Isa. 49:5; DyC 121:8; 122:2).
En la actualidad, José Smith espera la exaltación que Dios le prometió
(DyC 5:22; 132:49).
9. Ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob … levantar las tribus de
Jacob y restaurar a los preservados de Israel (49:5-6). La misión de José
Smith era volver a los de Jacob al Señor (Morm. 8:16; DyC 6:6; 109:67)
y también restaurarlos al convenio a través del recogimiento de Israel, las
llaves del cual él poseía (DyC 110:11).
10. Te daré como luz a [los gentiles] (49:6). Doctrina y Convenios
enseña lo siguiente sobre José Smith: “Bendito [eres] si [perseveras] en mi
bondad, siendo una luz a los gentiles” (86:11).
11. Será alguien que dirá con autoridad: “Así ha dicho [el Señor]”
(v. 7). José Smith no solo tenía autoridad para hablar por Dios, pero en
numerosas ocasiones validó sus mensajes al decir las mismas palabras que
Isaías predijo que diría: “Así ha dicho el Señor” (DyC 52:1; 54:1; 60:1; 87:1
entre varias).13
12. Menospreciado del hombre … abominado de la nación … siervo
de gobernantes . . . . Reyes se levantarán; y príncipes adorarán (49:7).
Sobre José Smith, el ángel Moroni profetizó “que entre todas las naciones,
tribus y lenguas se tomaría [el] nombre [de José] para bien y para mal, o
sea, que se iba a hablar bien y mal de [él] entre todo pueblo” (JS–H 1:33).
Otra promesa es que “la plenitud [del] evangelio sea proclamada por los
débiles y sencillos hasta los cabos de la tierra, y ante reyes y gobernantes”
(DyC 1:23).
13. Te daré por convenio del pueblo, para establecer la tierra, para
hacer heredar las desoladas heredades … [y dirá] a los presos: Salid; y a
los que están en tinieblas: Manifestaos (49:8-9). A través del profeta José
Smith, el Evangelio de Jesucristo fue restaurado en su plenitud. José,
como siervo, fue escogido para dar a conocer el “convenio sempiterno,
sí, la plenitud [del] evangelio” (DyC 66:2). Ésta incluye las ordenanzas
del templo que permiten que los muertos puedan salir de sus prisiones
espirituales (DyC 138:31). Después de su muerte, él siguió predicando
el Evangelio a los muertos en el otro lado del velo (DyC 138:53-57).
13. Este punto se ha agregado aquí en esta lista. Esta idea viene de Skinner, “Joseph Smith
Foretold”, 11, 13, y la explicación es una traducción libre.
34
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
De esta manera puede enseñar el Evangelio a los muertos y decir “a los
presos: Salid”.
Debe quedar muy claro que esta profecía trata de José Smith. Si Isaías
49 no describe a José Smith, entonces debemos esperar a que alguien
más haga exactamente lo que él hizo y así cumplir con esta profecía. O,
aceptamos las cosas como son y nos damos cuenta de lo acontecido.
Jeremías. El capítulo 30 de Jeremías tiene un contexto de los últimos
días. Jeremías 30:18-21 fue citado por Moroni entre varias escrituras
cuando se le apareció a José Smith la noche del 21 de septiembre de 1823.14
Las escrituras citadas esa noche estaban por cumplirse. El versículo 21
específicamente dice que del pueblo de Efraín “saldrá su soberano, y de en
medio de ellos saldrá su gobernante; y le haré acercarse, y él se acercará
a mí, porque, ¿quién es aquel que dedicó su corazón para acercarse a mí?,
dice Jehová” (Jer. 30:21). Este líder y gobernante, descendiente de Efraín
quien pertenecería al pueblo de Dios, del cual habla aquí es el Mesías ben
José según el pensamiento judío y se cumple en la persona de José Smith.15
Malaquías. El tercer capítulo de Malaquías contiene una profecía
sobre José Smith como un mensajero que preparará el camino para el
Salvador: “He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino
delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros
buscáis, el mensajero del convenio en quien vosotros os complacéis. He
aquí, viene, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Mal. 3:1). Hay algunos
que dicen que esta escritura solo se refiere a Juan el Bautista, ignorando
los demás versículos del capítulo que claramente muestran que no son
cosas que Cristo hizo durante Su ministerio mortal, sino que tendrán su
cumplimiento durante la Segunda Venida. La evidencia más fuerte para
esto se halla en los hechos que Cristo, después de Su muerte y resurrección,
citó este capítulo a los nefitas (3 Ne. 24) y también Moroni lo citó a José
Smith.16
Juan el Bautista. En el Evangelio de Juan leemos del relato de una
conversación entre Juan el Bautista y unos sacerdotes en la que ellos
reconocen que vendría en un día futuro un gran profeta. “Juan escribió: ‘Y
este es el testimonio de Juan [el Bautista], cuando los judíos enviaron de
Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: Tú, ¿quién eres? Y
confesó, y no negó que él era Elías; sino que confesó, diciendo: Yo no soy
el Cristo’ (TJS Juan 1:20 -21). Es decir, negó que era el Mesías, el profeta
ungido como a Moisés que había de ser levantado entre los hijos de Israel
14. Véase Messenger and Advocate 1:110 -111. También véase Nyman, The Words of
Jeremiah, 85.
15. McConkie, Joseph Fielding, His Name Shall Be Joseph, 23-24, 45-47.
16. Véase Messenger and Advocate 1:108 -112. También véase Baker y Coleman, José y
Moroni, 99 nota 1 (Primer Principio).
35
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
(Deut. 18:15, 18 -19). ‘Y le preguntaron, diciendo: ¿Cómo, pues, eres tú
Elías? Y él dijo: Yo no soy aquel Elías que había de restaurar todas las
cosas. Y ellos le preguntaron, diciendo: ¿Eres tú el profeta? Y respondió:
No’ (TJS Juan 1:20 -22; cursiva agregada)”.17
Ese profeta que iba a tener un papel en “restaurar todas las cosas”,
ese Elías o gran profeta, se refiere al profeta José Smith. En Nauvoo, José
Smith dio un discurso sobre esta última dispensación y reconoce que
él era ese gran profeta. Un hermano que estuvo presente, George Laub,
escribió lo siguiente en su diario bajo la fecha del 12 de mayo de 1844: “El
hermano José Smith fue elegido para la última dispensación o la séptima
dispensación. Al tiempo que se reunió el gran concilio del cielo para
organizar el mundo, José fue escogido como el último y más grande profeta
para poner los cimientos de la obra de Dios de la séptima dispensación. Por
eso los judíos preguntaron a Juan el Bautista que si él era Elías o Jesús o
aquel gran profeta que había de venir”.18
Jesucristo. Junto con Juan el Bautista, Jesucristo también enseñó
que José Smith era aquel profeta, ese Elías que restauraría todas las cosas.
Descendiendo del Monte de Transfiguración, Pedro, Santiago y Juan “le
preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es menester
que Elías venga primero?” Este tiene referencia a Elías el profeta. “Y
respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías [es decir, un precursor]
vendrá primero y restaurará todas las cosas, como lo han escrito los
profetas. Y os vuelvo a decir que Elías ya vino, del que se ha escrito: He
aquí, enviaré a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí; y no
le reconocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron. Así también
el Hijo del Hombre padecerá a manos de ellos. Mas yo os digo: ¿Quién
es Elías? He aquí, este es Elías, aquel a quien yo envío para preparar el
camino delante de mí. Los discípulos entonces entendieron que les había
hablado de Juan el Bautista, y también de otro que vendría a restaurar
todas las cosas, como lo han escrito los profetas” (TJS Mateo 17:9 -14;
cursiva agregada).
Durante la última semana de Su ministerio, estando sobre el monte de
los Olivos, Jesucristo habló de Su segunda venida y los últimos días. Allí
nuevamente mencionó algo “sobre el papel de José como el testigo principal
para el mundo con respecto a la Restauración: ‘Este Evangelio del Reino
será predicado en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones; y
entonces vendrá el fin, o sea, la destrucción de los inicuos’ (JS–M 1:31).
En … Nauvoo en mayo de 1844 … el profeta José tradujo este mismo
versículo un poco diferente de su Biblia escrita en alemán. Los alemanes
presentes dijeron que lo tradujo correctamente: ‘Y será predicado el
17. Millet, “Joseph Smith Among the Prophets”, 18 -19 TL.
18. Smith, José, The Words of Joseph Smith, 370 TL; cursiva agregada.
36
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
Evangelio del Reino en todo el mundo, a un testigo para todas las personas;
y entonces vendrá el fin’. El profeta José entonces ofreció unos comentarios
inspirados al hacer notar su papel en la última dispensación”.19 José
comentó: “El Salvador dijo que cuando acontecieran estas tribulaciones,
el Evangelio habría de ser confiado a un hombre, el cual sería por testigo
a todo el mundo: las llaves de conocimiento, poder y revelaciones serían
manifestadas a un testigo que presentaría el testimonio al mundo”.20
Por último, estando en las Américas, Jesucristo testificó a los nefitas de
la Restauración y de Su siervo quien la llevaría a cabo: “Porque en aquel
día”, es decir en los últimos días, “hará el Padre, por mi causa, una obra que
será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes
no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare. Mas he aquí, la vida de
mi siervo estará en mi mano; por tanto, no lo dañarán, aunque sea herido
por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré, porque les mostraré que mi
sabiduría es mayor que la astucia del diablo. Acontecerá, pues, que los que
no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que
él lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles
(se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi
pueblo que son del convenio” (3 Ne. 21:9 -11).
Como hemos visto con todas estas citas (¡y no son todas!), José Smith
era conocido por los profetas antiguos. Sin embargo, no solo era conocido,
sino que también lo conocieron en persona debido a que ¡ellos mismos le
instruyeron durante su ministerio mortal! (véase DyC 128:20). El presidente
John Taylor nos da un resumen hermoso sobre este punto:
José Smith en primer lugar fue apartado por el Todopoderoso
de acuerdo con los consejos de los dioses en los mundos eternos para
introducir los principios de vida entre las personas, de los cuales el
Evangelio es el gran poder e influencia, y a través del cual la salvación
se puede extender a todos los pueblos, todas las naciones, todas las
tribus, todas las lenguas y todos los mundos. Es el principio que saca a
la luz la vida y la inmortalidad, y nos pone en comunicación con Dios.
Dios lo eligió para ese propósito y cumplió su misión y vivió y murió
honorablemente. Sé de lo que hablo porque estaba muy familiarizado
con él y estuve mucho tiempo con él durante su vida y estuve con él
cuando murió. Los principios que tenía lo pusieron en comunicación
con el Señor, y no solo con el Señor, sino con los antiguos apóstoles y
profetas; tales hombres como, por ejemplo, Abraham, Isaac, Jacob, Noé,
Adán, Set, Enoc y Jesús y el Padre, y los apóstoles que vivieron en este
continente, así como los que vivieron en el continente asiático. Parecía
estar tan familiarizado con estas personas como nosotros estamos el uno
19. Marsh, Joseph Smith: The Prophet of the Restoration, 81 TL. También véase Millet,
“Joseph Smith Among the Prophets”, 19 -20.
20. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 452; cursiva agregada.
37
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
con el otro. ¿Por qué? Porque tuvo que introducir una dispensación que
se llamaba la dispensación del cumplimiento de los tiempos, y que los
antiguos siervos de Dios la conocían como tal.21
John Taylor mencionó que siervos de “este continente” visitaron a
José Smith. Tenemos escrito que entre ellos estaban Nefi, Alma, Mormón,
Moroni y seguramente otros.22 Con razón Moroni escribió que “sus
oraciones”, las de todos los profetas de las Américas, “también fueron a
favor de aquel a quien el Señor habría de conceder sacar a luz estas cosas”,
es decir los escritos que están en el Libro de Mormón (Morm. 8:25).
Hasta este punto, se ha comprobado que José Smith fue preordenado y
que varios profetas de la antigüedad profetizaron de él y le conocieron. Nada
de esto debería extrañarnos debido a que acontecimientos muy parecidos
sucedieron con los profetas antiguos. Ahora solo nos queda explicar un
poco sobre su llamamiento para ver si es compatible con el orden de los
otros profetas que vimos en el Capítulo 1.
LLAMAMIENTO DE JOSÉ SMITH
Recordemos que al principio de la sección de la “Preordenación de
José Smith”, éste dijo de sí mismo que, si negara ser un profeta, estaría
mintiendo. Él se consideraba un profeta tal como Moisés, Isaías o cualquier
de los profetas antiguos. Si alguien declara ser el mensajero verdadero de
Dios, debe ser un profeta. Por esa misma razón José enseñó que “ningún
hombre puede ser ministro de Jesucristo sin ser profeta”.23 Si José Smith
es un profeta verdadero, su llamamiento debe tener los mismos frutos y
aspectos que los de otros profetas. Evaluemos su llamamiento, recordando
los cuatro elementos de todos los llamados proféticos de la antigüedad,
a saber: (1) La experiencia en un monte alto o del concilio de los cielos.
(2) La designación como apóstol, el que es enviado. (3) La recepción de
una comisión. (4) La recepción de una amonestación.
1. Monte alto o concilio de los cielos. La experiencia misma que
comenzó todo, donde Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron a José,
se le conoce como la Primera Visión. El resto de este libro tratará esta
experiencia en gran detalle, así que, enfoquémonos en otras experiencias
que José tuvo.
El 16 de febrero de 1832, junto con Sidney Rigdon, José vio al Salvador.
Ellos dijeron que lo vieron y conversaron con Él (DyC 76:14). Luego
dejaron escrito este testimonio: “Y vimos la gloria del Hijo, a la diestra
21. Journal of Discourses 21:94 TL.
22. Véase Baker y Coleman, José y Moroni, 80-82 y también Journal of Discourses 13:47;
17:374-375; 21:161-164; 23:362.
23. [Manual] José Smith, 409.
38
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
del Padre, y recibimos de su plenitud; y vimos a los santos ángeles y a los
que son santificados delante de su trono, adorando a Dios y al Cordero, y
lo adoran para siempre jamás” (DyC 76:20 -21). Esta experiencia es muy
parecida a las de Isaías o de Ezequiel. José Smith, tal como ellos, también
vio a Cristo sentado sobre Su trono a la diestra del Padre y vio a los ángeles
delante del trono mientras adoraban.
En otra ocasión, el 21 de enero de 1836, José escribió que los cielos
“fueron abiertos, y vi el reino celestial de Dios y su gloria, mas si fue
en el cuerpo o fuera del cuerpo, no puedo decirlo. Vi la incomparable
belleza de la puerta por la cual entrarán los herederos de ese reino, la cual
era semejante a llamas circundantes de fuego; también vi el refulgente
trono de Dios, sobre el cual se hallaban sentados el Padre y el Hijo. Vi las
hermosas calles de ese reino, las cuales parecían estar pavimentadas de oro”
(DyC 137:1- 4).
El último ejemplo aconteció el 3 de abril de 1836 mientras que José
Smith y Oliverio Cowdery se hallaban orando en el templo de Kirtland.
Recordemos que cuando no hay templos sobre la faz de la tierra, los montes
sirven como esos lugares sagrados. Teniendo un templo, éste pudo servir
como “un monte alto” para José. Esta experiencia dice: “El velo fue retirado
de nuestras mentes, y los ojos de nuestro entendimiento fueron abiertos.
Vimos al Señor sobre el barandal del púlpito, delante de nosotros; y debajo
de sus pies había un pavimento de oro puro del color del ámbar. Sus ojos
eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve
pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era
como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía: Soy
el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro
abogado ante el Padre”. De allí el Salvador les perdonó sus pecados y les
dijo que se regocijaran (DyC 110:1- 6).
Como claramente podemos ver, José tuvo su propia experiencia sod
tal y como la tuvieron los profetas antiguos. Vio a Dios y habló con Él
cara a cara. Además, vemos que no fue una sola experiencia, sino varias.
De hecho, “mientras estuvo en Kirtland, [Ohio,] José tuvo por lo menos
diez visiones de Cristo, siete de ellas también incluyó a Dios el Padre”.24
José, en un sentido, convivía con los mensajeros celestiales como se ha
explicado hasta este punto y como veremos a continuación.
2. Designación como apóstol. El hecho de ver a Jesucristo no le
da autoridad al hombre. Cuando Pablo vio a Cristo, se quedó ciego. Dios
entonces mandó a uno de sus siervos quien tenía autoridad, Ananías, para
bendecir a Pablo y seguramente lo ordenó al sacerdocio (Hech. 9:1-22).
También leemos en Hechos 13:1-3 sobre otro llamamiento de Pablo cuando
también fue apartado por la imposición de manos. El punto aquí es que el
24. Anderson, The Savior in Kirtland, 134 TL.
39
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Señor tuvo mensajeros ya ordenados sobre la tierra y ellos pudieron llevar
a cabo Su obra. El proceso fue el mismo con José Smith, pero debido a que
no había hombres mortales ordenados por Dios sobre la tierra, Dios tuvo
que utilizar a otros siervos preparados para este trabajo.
Al estar traduciendo el Libro de Mormón, José y Oliverio Cowdery
tuvieron una pregunta sobre la autoridad de Dios. Fueron al bosque junto
al río Susquehanna y como respuesta a sus oraciones ese día 15 de mayo
de 1829, se les apareció Juan el Bautista, quien ya es un ser celestial
resucitado, e imponiéndoles las manos les confirió el Sacerdocio de Aarón
(DyC 13). Fue Juan quien realizó esta ordenación porque él poseía las
llaves del sacerdocio menor, el cual continuó “en la casa de Aarón entre los
hijos de Israel hasta Juan” (DyC 84:26-27).25 Con respecto al Sacerdocio
de Melquisedec, o el sacerdocio mayor, también los que poseían las llaves
de ese sacerdocio vinieron a conferírselo a José Smith. Nuevamente,
José no estuvo solo cuando esto sucedió. A él y a Oliverio Cowdery se
les aparecieron “Pedro, Santiago y Juan en el yermo despoblado entre
Harmony, condado de Susquehanna, y Colesville, condado de Broome,
en las márgenes del Susquehanna, declarando que poseían las llaves del
reino y de la dispensación del cumplimiento de los tiempos” y les ordenó
al sacerdocio (DyC 128:20; 27:12-13).26
Casi siete años después, cuando un templo fue dedicado al Señor en
Kirtland, Ohio, José, nuevamente junto con Oliverio Cowdery, fueron
visitados por otros mensajeros de Dios quienes les confirieron otras
llaves pertenecientes a la obra de Dios. Moisés les “entregó las llaves del
recogimiento de Israel de las cuatro partes de la tierra, y de la conducción
de las diez tribus desde el país del norte” (DyC 110:11). Elías les “entregó
la dispensación del evangelio de Abraham, diciendo que en nosotros y en
nuestra descendencia serían bendecidas todas las generaciones después de
nosotros” (DyC 110:12). Al último “Elías el Profeta … se apareció ante
[ellos] y” les entregó las llaves para poder “hacer volver el corazón de los
padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, para que el mundo entero no
fuera herido con una maldición. Por tanto, se [entregaron] en [sus] manos
las llaves de esta dispensación” (DyC 110:13 -16).
Lo interesante de cada una de estas experiencias en las que las llaves
del sacerdocio le fueron conferidos a José Smith, él nunca estuvo solo.
Así cumple el Señor con la ley de los testigos, teniendo a dos o más
personas presentes mientras tales eventos sucedieron. Con esto podemos
ver claramente que “José Smith, hijo … fue llamado por Dios y ordenado
apóstol de Jesucristo, para ser el primer élder de esta iglesia” (DyC 20:2)
25. Para más información, véase Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith,
334 y también Baker y Coleman, José y Moroni, 69-72.
26. Para más información, véase Baker y Coleman, José y Moroni, 71-74.
40
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
y así enviado con la autoridad de Dios. Nadie más, en cualquier parte del
mundo ni tampoco en ninguna época, declara haber recibido la autoridad
directamente de aquellos cuyo derecho era conferirla. Solo José; y eso es
porque en verdad sucedió.
3. Comisión divina. Dentro del libro de Doctrina y Convenios
encontramos varios mandatos del Señor a José y luego a otros siervos.
Entre ellos, el gran mensaje que José debía predicar era el arrepentimiento
y la restauración del Evangelio. “No prediquéis sino el arrepentimiento a
esta generación; guardad mis mandamientos, y ayudad a que salga a luz
mi obra, según mis mandamientos, y seréis bendecidos” (DyC 6:9; 11:9;
36:5-6). Para poder proclamar el arrepentimiento y la obra del Señor, se
tenía que enseñar “los principios de mi evangelio, que se encuentran en la
Biblia y en el Libro de Mormón, en el cual se halla la plenitud del evangelio”
(DyC 42:12). El Libro de Mormón era un punto clave en el mensaje que se
debía predicar. Tan importante era, que el Señor una vez dijo a Su pueblo
que estarían bajo condenación si no recordaban el Libro de Mormón y que
debían de dar testimonio a todo el mundo de las cosas que habían recibido
(DyC 84:54-62). No es cosa extraña que Cristo haya profetizado que
una señal de la Restauración sería la salida a la luz del Libro de Mormón
(3 Ne. 21:1-11).
Otra comisión suya era recoger a los escogidos de todas las partes
de la tierra (DyC 29:7; 33:3-6; 39:11; 58:44-45) para que pudieran ser
“investidos con poder de lo alto” (DyC 38:31-33). De este modo el pueblo
estaría preparado en el Espíritu para poder llegar a ser uno. Todas las
personas debían de recibir las enseñanzas por medio del Espíritu y José
y los misioneros debían de enseñar también con el Espíritu (DyC 11:12;
42:14; 50:17-22). El Espíritu era clave en todo lo que hacían porque les
daría lo que debían de decir y además testificaría de todas las cosas que
hablaran (DyC 100:5-8).27
Un ejemplo de cómo José cumplió con su comisión se encuentra en
un relato que cuenta el élder Parley P. Pratt, acontecido en Filadelfia,
Pensilvania, cuando José y Sidney Rigdon pudieron predicar en una iglesia
donde estaban unas 3.000 personas reunidas. Sidney discursó primero
“y trató el Evangelio, basando la doctrina en la Biblia. Cuando terminó,
el hermano José se levantó como un león a punto de rugir y, lleno del
Espíritu Santo, habló con gran poder, testificando de las visiones que había
tenido, del ministerio de ángeles del cual había gozado y de cómo había
encontrado las planchas del Libro de Mormón y las había traducido por el
don y el poder de Dios. Comenzó diciendo que si nadie más tenía el valor
de testificar de ese mensaje tan glorioso del cielo, y del descubrimiento de
27. Para una buena información sobre el Espíritu y la enseñanza del Evangelio, véase
[Manual] José Smith, 353.
41
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
tan glorioso registro, él sentía la necesidad de hacerlo en justicia a la gente,
y dejaba el acontecimiento en manos de Dios”.28
4. Amonestación. El Señor le prometió a José, tal como lo hizo con
Abraham, que su nombre sería grande entre las naciones. La posteridad
de Abraham tendría el sacerdocio y llevaría el ministerio del Evangelio
a todos los que quisieran recibir la salvación (Abr. 2:9, 11). La promesa a
José, el Profeta de la Restauración, decía “que entre todas las naciones,
tribus y lenguas se tomaría [su] nombre para bien y para mal, o sea, que
se iba a hablar bien y mal de [él] entre todo pueblo” (JS–H 1:33). Su
promesa era que “los extremos de la tierra indagarán tu nombre, los necios
se burlarán de ti y el infierno se encolerizará en tu contra; en tanto que los
puros de corazón, los sabios, los nobles y los virtuosos buscarán consejo,
autoridad y bendiciones de tu mano constantemente” (DyC 122:1-2). Otra
amonestación era: “Si te es requerido pasar tribulaciones … y sobre todo,
si las puertas mismas del infierno se abren de par en par para tragarte,
entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán
para tu bien” (DyC 122:5-7).
CONCLUSIÓN
Habiendo visto toda la información compartida aquí, es evidente que
todos los elementos en el llamamiento del profeta José Smith son iguales
a los de los profetas antiguos. José declaró ser escogido desde antes de
la fundación de la tierra, o preordenado. Con todas las profecías que se
hicieron sobre él, de las cuales solo se han citado algunas, hemos obtenido
una idea concreta del conocimiento de esos humildes siervos con respecto
al Profeta de la Restauración. A José le fueron abiertos los cielos cientos
de veces para poder comunicarse con mensajeros celestiales. Entre éstos,
los más importantes obviamente son el Padre y el Hijo. Los vio y pudo
conversar con Ellos. Su experiencia con Dios no fue un solo evento, una
sola visión o experiencia, sino que en varias ocasiones tuvo el privilegio
de estar en Su presencia. Él conocía a su Señor tal y como Dios conocía a
Su siervo.
José declaraba tener la autoridad de Dios. Sus enseñanzas siempre
fueron las mismas: la fuente de donde vino su autoridad era divina porque
vino directamente de los cielos. La casa de Dios es una casa de orden y los
siervos ungidos, los que poseían las llaves del sacerdocio, o la autoridad
para dirigir la obra de Dios bajo Él mismo, son los que fueron enviados a
José para que le ordenaran al sacerdocio. Por lo tanto, la autoridad de José
Smith tiene una conexión directa al cielo. El mensaje que predicaba también
lo había recibido a través de revelación o de comunicaciones divinas (como
28. [Manual] José Smith, 158; cursiva agregada. También véase Pratt, Parley P., La
autobiografía de Parley P. Pratt, 326.
42
EL PROFETA DE LA RESTAURACIÓN
manifestaciones, visitas o visiones). Era su comisión difundir el mensaje
de la Restauración y congregar a Israel, el pueblo del convenio. Al sacar a
la luz nueva Escritura, un nuevo testimonio escrito de Jesucristo, a saber,
el Libro de Mormón, pudo dar un fruto tangible de su llamamiento. El
mensaje poderoso de este libro de sagrada Escritura es que ¡Jesús es el
Cristo, el Salvador del mundo y que Él vive! José es uno de los testigos
principales de este hecho.
Tal como Dios dijo en la antigüedad: “Si hay profeta de Jehová entre
vosotros, me apareceré a él en visión; en sueños hablaré con él … . Cara a
cara hablaré con él, y claramente y no con enigmas; y verá la imagen de
Jehová” (Núm. 12:6-8), así sucedió con José Smith. En la primavera de 1820
él vio tanto al Padre como al Hijo—cara a cara le hablaron. De este evento,
conocido como la Primera Visión, ahora hablaremos con más detalle. Este
acontecimiento abrió las puertas de la dispensación del cumplimiento de
los tiempos y permitió que Dios nuevamente hablara directamente con el
hombre de la misma manera en que lo hacía durante la época de la Biblia.
La comparación del llamamiento del profeta José Smith con los de otros
profetas es igual. Lo que sucedió con ellos también aconteció con José. Su
llamamiento proviene de Dios, es verídico. Debido a esto, puedo testificar,
junto con dos mentores míos, al decir que:
Nos atrevemos a testificar que José Smith fue y es un profeta del Dios
viviente. Sabemos que el Señor se le apareció, lo llamó y lo empoderó
para revelar los Dioses del cielo y las doctrinas de salvación a un mundo
que había estado vagando en la oscuridad durante siglos. Nuestra oración
es que el Señor nos bendiga a cada uno de nosotros con el compromiso
y la fortaleza espiritual para vivir como creemos, a fin de que podamos
evidenciar nuestro aprecio por Dios nuestro Padre, por Jesucristo Su Hijo,
y por Su preeminente testigo profético en estos últimos días, José Smith,
el Vidente Escogido.29
29.. McConkie y Millet, Joseph Smith: The Choice Seer, xxix TL.
43
SECCIÓN II
RELATOS CONTEMPORÁNEOS
Repasado el proceso del llamamiento del profeta José Smith y habiéndolo
comparado con el llamamiento de algunos profetas en la Biblia (Sección I ),
hemos llegado al evento único que abrió la dispensación del cumplimiento
de los tiempos, la Primera Visión—esa “teofanía [ocurrida] en Palmyra fue
el glorioso comienzo de las revelaciones de Dios a la familia humana en
estos últimos días”.1 Esta experiencia sagrada quizás haya sido compartida
varias veces entre los años de 1820 a 1844, sin embargo, solamente existen
diez relatos de la Primera Visión que fueron escritos o publicados durante
la vida del profeta José Smith. Cinco de estos relatos vienen de primera
mano de José Smith (1832, 1835, 1838, 1841, 1842) y cinco más de segunda
mano, incluyendo a Orson Pratt (1840), Orson Hyde (1842), Levi Richards
(1843), David Nye White (1843) y Alexander Neibaur (1844).
Menciono diez relatos aunque normalmente la Iglesia dice que son
nueve.2 Inclusive, los eruditos típicamente opinan igual, con algunas
variaciones. Como ejemplo, vemos que Steven Harper dice que hay
cinco relatos de primera mano, pero él cuenta uno que fue escrito el 14
de noviembre de 1835, mientras que no cuenta la copia que hizo Howard
Coray en 1841 aunque sí reconoce que existe.3 Kent Jackson también dice
que son cinco relatos de primera mano sin contar el otro relato de 1835,
pero el de David Nye White (1843) lo cuenta como primera mano porque
fue una entrevista en la que “el profeta relata su historia en sus propias
palabras” ya que él “[la] dictó”.4
Ahora bien, cuando por primera vez una persona se entera que hay
múltiples relatos de la Primera Visión, hay dos poderes (digamos) que
1. Millet, The Holy Spirit, 161 TL.
2. Esta es una cosa menor ya que decir que son nueve o diez relatos es correcto dependiendo
de cómo se interpreten. El relato en cuestión es el de 1841 (José Smith) porque fue una copia
o edición hecha por Howard Coray cuando sirvió como escriba de José. Su copia tiene
algunas diferencias que analizaremos a detalle y serán utilizadas en la Sección IV donde está
la armonización de los relatos. Para una información adicional, el lector puede leer el ensayo
hallado en la página de la Iglesia: https://www.churchofjesuschrist.org/topics/accounts-of-thefirst-vision?lang=spa. También véase Santos, 14 -19 (especialmente las páginas 18 -19), 599 n19
y Baker y Coleman, José y Moroni, 18 -21, 100 -101 n6.
3. Harper, Joseph Smith’s First Vision, 31-33. Yo sí estoy contando el relato de Coray y no
cuento el otro de 1835 aunque sí mencionaré algo breve de él en el Capítulo 4.
4. Jackson, From Apostasy to Restoration, 66 - 67 TL. Harper y yo contamos el relato de David
Nye White entre los de segunda mano, pero entiendo por qué se podría decir que es de primera
mano. Para más información, véase la introducción del Capítulo 11.
47
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
pueden influirle la mente. Uno podría reaccionar diciendo algo semejante a:
“¿Y por qué la Iglesia nunca me dijo esto? ¿Me ha estado mintiendo, me ha
estado escondiendo estas cosas para que ciegamente siga lo que enseña? ¡Me
siento engañado!” Quien responde así ha escogido una manera pesimista
de ver las cosas y “oscurece el consejo con palabras sin conocimiento”
(Job 38:2). Permite que la duda lo supere y esto no permite cultivar una fe
verdadera (véase Alma 32:28-43). Cuando escucho comentarios similares
a estos, no me queda nada más que agachar mi cabeza, sacudirla y pensar:
“Bueno, mejor sería preguntarte a ti mismo: ‘¿Por qué no me he esforzado
por estudiar más allá y escudriñar las varias fuentes que existen y no solo
los manuales que sirven para darnos un relato más específico y sencillo?’
¿No sabes que esta información ha estado disponible desde hace casi
sesenta años?”
Debe quedar claro para el lector que un “serio interés histórico en
reunir y estudiar los relatos de la Primera Visión comenzó en 1965, cuando
Paul Cheesman, un estudiante de posgrado en la Universidad de Brigham
Young”, encontró el relato de 1832 de José Smith, un relato relativamente
desconocido, y lo incluyó “en su tesis de maestría … . Poco después
de descubrir la narrativa de 1832, salió a la luz otro relato de 1835”.5
Sencillamente, tal como dice Cristo: “Buscad, y hallaréis” (Mateo 7:7).
Dios recompensa a los que se esfuerzan por conocer más de Sus verdades.
La otra reacción viene de las personas optimistas, las que tienen
testimonios inquebrantables, porque saben cuál es la fuente de donde vino
su conocimiento espiritual. Ellas dicen algo como: “¿Hay más información
de la que actualmente tenemos? ¡Qué bueno que haya otros contextos
para entender la Primera Visión, ángulos diferentes para ver y conocer
este evento tan sagrado! Estos sirven como pruebas de la veracidad de la
Primera Visión y quiero aprender más para aumentar mi conocimiento”.
Estas son las personas que recibirán mayor luz y conocimiento porque no
endurecen sus corazones a las cosas que Dios nos quiere entregar (véase
Alma 12:9 -11).
Lo que tenemos que entender, antes de leer estos relatos, es que cada
uno provee detalles únicos que permitirán que veamos la experiencia en
la Arboleda Sagrada con una luz más resplandeciente. Pero, ¿por qué?
Simplemente “se debe recordar que los relatos son de varios tamaños,
fueron preparados bajo diferentes circunstancias durante periodos distintos
en la vida del profeta y fueron dirigidos a audiencias diferentes. Por
lo tanto, no nos debe sorprender que cada uno haya hecho hincapié en
aspectos distintos de su experiencia”.6 Además del tiempo en que el relato
5. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”,
43 TL.
6. Backman, Eyewitness Accounts of the Restoration, 18 TL. También véase Harper, Joseph
48
RELATOS CONTEMPORÁNEOS
se compartió, las circunstancias o el contexto, las experiencias recientes o
quien lo escribió, como en el caso de los relatos de segunda mano, el tema
de quién hizo la pregunta y con qué fin la hizo es muy importante. Por
ejemplo, seguramente un hombre daría una respuesta muy diferente a la
pregunta de “¿qué sucedió en el partido de fútbol?” si fuera su hijo quien
le preguntó o si fuera su esposa. Quizás al hijo le interesaría saber, además
del marcador final, quién metió los goles, quién hizo las asistencias, quién
obtuvo tarjetas amarillas y rojas. Por el contrario, a la esposa, después de
escuchar el marcador final, tal vez le gustaría saber si su esposo se encontró
con conocidos allí y si se portó bien, o si gritó como loco a los jugadores.7
Vemos que hasta en las cosas más triviales los relatos de un evento podrían
ser muy diferentes. Así es también con la Primera Visión como se verá al
analizar los relatos.
Sería bueno en este momento hacer notar que los que critican a la
Iglesia, y la Primera Visión, dicen que debido a que hay diferencias, no
puede ser una experiencia verdadera. Lo que me sorprende es que este
argumento viene tanto de ex miembros de la Iglesia como de gente que cree
en la Biblia. La misma crítica que hacen también se puede utilizar contra la
Biblia.8 Hay diferencias entre los pasajes paralelos del Nuevo Testamento
y entre los cuatro Evangelios como por ejemplo, las genealogías de
Jesucristo (Mateo 1:1-16; Lucas 3:23-38); que si Cristo bautizó, o no (Juan
3:22; 4:1-2); de cómo falleció Judas (Mateo 27:5; Hech. 1:18); que dónde
estaba Cristo cuando dio el Sermón del Monte (Mateo 5:1; Lucas 6:17); si
había un grupo de personas el día de la resurrección de Cristo o si estaba
solo María Magdalena (Mateo 28:1-9; Juan 20:1-9). El último ejemplo,
además de tener una diferencia, también tiene una omisión. Mateo, Marcos
y Lucas no concuerdan en si había un ángel o dos en la tumba aquel día
domingo cuando se levantó Jesucristo (Mateo 28:2; Mar. 16:5; Lucas 24:4)
mientras que Juan no menciona ningún ángel (Juan 20:1-10). Hablando de
las omisiones, el evento importante de la visita de los magos solo lo cuenta
Mateo y nadie más (Mateo 2:1-11). La alimentación de las 4.000 y 5.000
personas la mencionan Mateo (14:14 -21) y Marcos (6:33-34; 8:1-9), pero
Lucas (9:11-17) y Juan (6:5-14) solo mencionan la de los 5.000. Además,
varios acontecimientos los relata Juan y nadie más (por ejemplo, Juan
13-17).
Debido a que la extraordinaria experiencia de José trata una visión
gloriosa, una visita sagrada en el ámbito personal, no debe sorprendernos
Smith’s First Vision, 32.
7. Esta idea del partido de fútbol viene de Allen y Welch, “The Appearance of the Father and
the Son to Joseph Smith in 1820”, 45.
8. Lo que sigue viene de una conversación que tuve con mi amigo Robert L. Millet mientras
que hablamos de la Primera Visión. Luego esta información fue publicada en el libro suyo I Saw
a Pillar of Light, 47- 49.
49
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
que haya variaciones en cómo, y lo que contó en cada ocasión. Vemos que
suceden las mismas “discrepancias” en el relato de Pablo (¡que él mismo
contó en Hechos 9:1-20; 22:1-28; 26:1-29!). En una versión, “los hombres
que iban con Saulo se detuvieron atónitos, oyendo a la verdad la voz, pero
sin ver a nadie” (Hech. 9:7). Sin embargo, en otra dice que “los que estaban
conmigo vieron en verdad la luz y se espantaron, pero no oyeron la voz
del que hablaba conmigo” (Hech. 22:9). Así que, ¿los hombres oyeron y
no vieron, o vieron y no oyeron? Ningún creyente de la Biblia deja que
esto les afecte, por lo tanto, ¿por qué critican la historia de José con el
mismo razonamiento? ¿Por qué debería molestar a alguien saber que haya
relatos diferentes de la Primera Visión? Milton Backman escribió algo muy
valioso sobre este punto:
Algunos han sugerido que si una persona no relata una experiencia
de la misma manera cada vez que habla sobre el evento, entonces a esa
persona no se le debe considerar un testigo confiable. En una manera
importante, sin embargo, el hecho de que [los] relatos de la Primera
Visión sean diferentes ayuda a apoyar la integridad del profeta [José]. Las
variaciones indican que José Smith no creó, deliberadamente, una versión
memorizada que relató a todos … . Si bien la redacción de los relatos de
José es diferente, se revelan varias verdades básicas en cada uno de ellos
que indica claramente una rica armonía en muchos de los detalles.9
Debe ser obvio para cualquier persona razonable que a medida que
pasan los años, llegamos a tener perspectivas diferentes con respecto a
las experiencias que hemos tenido en la vida. Las vemos con ojos más
maduros, habiendo adquirido más sabiduría, y podemos entender otros
puntos de vista para la aplicación de esas experiencias. Lo mismo sucedió
con José, y entenderemos más sobre este punto al analizar los relatos uno
por uno, por separado y después en conjunto. Quisiera recordar al lector
que todos los relatos hallados en este libro fueron escritos y publicados
durante la vida de José Smith, antes del 27 de junio de 1844, el día en que
fue asesinado José, el siervo ungido del Señor.
José Smith es el único testigo terrenal de lo que sucedió aquel día de
primavera de 1820. Dejó información sustancial escrita y seguramente nos
pudo haber comentado mucho más, pero dada la naturaleza sagrada de
una experiencia tan especial, simplemente dijo que “muchas otras cosas
[Dios] me dijo que no puedo escribir en esta ocasión” (JS–H 1:20). Dios el
Padre y Su Amado Hijo también estuvieron allí. Por lo tanto, Ellos, igual
que José, son Testigos del hecho. Para nosotros hoy en día, si estudiamos
el testimonio escrito de José, queriendo saber la verdad, sin ser parciales
o tener un prejuicio, el Espíritu Santo dejará Su testimonio, grabándolo
en nuestros corazones y en los de todos aquellos que hagan caso a Sus
9. Backman, Joseph Smith’s First Vision, 201-202 TL.
50
RELATOS CONTEMPORÁNEOS
susurros. Este sello divino de ratificación siempre tomará precedencia
sobre cualquier cosa que diga persona alguna en contra de la Primera
Visión. Todo aquel que ama la verdad podrá exclamar: ¡Esta experiencia
ciertamente vino de Dios!
51
CAPÍTULO 3
EL RELATO DE 1832
(JOSÉ SMITH)
Este es el relato conocido más antiguo que se ha encontrado en los
registros de la Iglesia sobre la Primera Visión. Fue escrito entre julio y
noviembre de 1832. Algunas personas han criticado a José, diciendo que
este evento fue inventado porque el primer relato se escribió doce años
después del evento; que, de haber sucedido, debió haberlo escrito antes
dado que habría sido un acontecimiento importante.1 Debemos recordar
que José era un joven cuya instrucción escolar era solo en lo más básico
de la lectura, escritura y aritmética. No estaba acostumbrado a escribir—
condición que se manifiesta a lo largo de toda su vida ya que no guardó
un diario muy detallado2 y además solicitó que sus escribas hicieran las
anotaciones por él.
Un punto interesante, que nos confirma la idea de que José no anotó
nada en un diario antes de 1830, es que el Señor tuvo que mandarle que
guardara un registro: “He aquí, se llevará entre vosotros una historia” (DyC
21:1). Un año después, el 8 de marzo de 1831, John Whitmer fue llamado
como escriba, y fue él quien escribiría la historia de la Iglesia (DyC 47:1;
69:2-3). Podemos ver con esto que no es algo sorprendente el hecho de
que José no haya escrito nada con anterioridad. En otra revelación, dada
el 27 de noviembre de 1832, Dios de nuevo hace hincapié que “es el deber
del secretario del Señor … llevar una historia y un registro general de la
1. Un dato interesante es que el 14 de febrero de 1831, un año y medio antes de que salieran
estos escritos de José Smith, el periódico The Reflector de Palmyra, Nueva York, publicó
un artículo en el que dice que el mensaje de los misioneros mormones era que “José Smith
ahora había recibido una comisión de Dios” y que “Smith (declararon ellos) había visto a Dios
frecuentemente y personalmente”. Esta información es sumamente interesante especialmente
porque viene de un periódico no SUD. Es una muestra que se sabía de la Primera Visión aun en
los círculos fuera de la Iglesia ya que fue un punto que utilizaban para atacar a José y la Iglesia.
Para más información, véanse Anderson, “Circumstantial Confirmation of the First Vision
through Reminiscences”, 401 y Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to
Joseph Smith in 1820”, 48.
2. Un comentario que José hizo a los doce apóstoles en 1835 que es muy interesante
y muestra que lamentó no haber escrito algo sobre los eventos importantes en su vida. Les
dijo: “Me produce un profundo dolor [que] hayamos descuidado mantener registros de tales
cosas … y ahora no podemos dar testimonio a la iglesia ni al mundo de las grandes y gloriosas
manifestaciones que hemos experimentado, con ese grado de poder y autoridad que de otra
manera habríamos podido si hubiésemos decidido publicarlas por todas partes” (Godfrey et al.,
Joseph Smith Papers, Documents: April 1834–September 1835 Vol. 4, 249 TL).
52
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
iglesia de todas las cosas … así como su manera de vivir, su fe y sus obras”
(DyC 85:1-2). Ese mismo día José compró su primer diario y el día siguiente
comenzó a “leer y escribir”.3
La historia de la Iglesia, la escribió José junto a Frederick G. Williams,4
quien actuó como su escriba, con la excepción del relato de la Primera
Visión. Esa parte fue escrita por José Smith como se ve en el documento
original.5 Intentar escribir fue difícil para José. Él describió su habilidad
muy limitada de comunicarse por escrito como una “estrecha y pequeña
prisión … de papel, pluma y tinta y un lenguaje torcido, roto, disperso e
imperfecto”.6 Lo que quedó escrito fue algo parecido a un borrador y no
algo pulido para ser publicado.
Lo que más llama la atención con respecto a este relato es la forma
en que José lo escribe. Es un relato muy personal e íntimo. El contexto
de este documento es que fue escrito para la Iglesia, pero José decidió
explicar, en un tono de renacimiento o de avivamiento espiritual (propio
de la época), sus sentimientos personales de cómo buscó el perdón de sus
propios pecados y la guía individual que recibió de parte del Salvador. El
mensaje tenía que ver con su propia experiencia en llegar a la verdad, sin
involucrar a nadie más en la historia o lo que tendría que hacer por los
demás. Con esto en mente, y dado el contexto histórico del año 1832 que
en la vida de José era un año de felicidad por haber recibido revelaciones
preciosas (las secciones 76 y 84 de Doctrina y Convenios, por ejemplo)
y el nacimiento de su hijo, Joseph Smith III, no es de extrañarse que este
relato tenga un tono muy optimista. El enfoque del relato es su salvación,
la misericordia del Salvador y la remisión de sus pecados. Tal vez esto
hizo que José no mencionara nada en este relato sobre su desafío con el
poder del adversario, y bastara con decir: “El Señor abrió los cielos sobre
mí y vi al Señor”. Por lo tanto, este relato hace bastante hincapié en su
propia experiencia en buscar y obtener el perdón de sus pecados, su propio
renacimiento y el impacto espiritual que esta experiencia tuvo para él.
3. Jessee et al. Joseph Smith Papers, Journals: 1832 –1839 Vol. 1, 4, 9.
4. Frederick G. Williams se bautizó en octubre de 1830 cerca de Kirtland, Ohio. Sirvió como
escriba del profeta José, empezando el 20 de julio de 1832 y ayudó a escribir partes de este
relato de 1832 (JS). Por revelación fue ordenado y apartado como el segundo consejero de
la Primera Presidencia (DyC 81; 90:6). Sirvió como consejero por cuatro años (1833-1837).
Información tomada de Jenson, Latter-day Saint Biographical Encyclopedia, 1:51.
5. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832 –1844 Vol. 1, 10.
6. Carta de José Smith, escrita a William W. Phelps, el 27 de noviembre de 1832 TL. Véanse
también Jessee, “The Earliest Documented Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, 1-2 y
Harper, Joseph Smith’s First Vision, 86.
53
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
EL RELATO DE 1832 (JS)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/history-circa-summer-1832/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato
de la Primera Visión de 1832 (JS) dice lo siguiente:
Alrededor de la edad de doce años, comencé a inquietarme seriamente
con respecto a todo lo importante que tenía que ver con el bienestar de
mi alma inmortal, lo que me llevó a escudriñar las Escrituras. Creyendo,
según se me había enseñado, que contenían la palabra de Dios, por lo
tanto, las apliqué a mí mismo. Mi relación estrecha con las personas de
diferentes denominaciones me causó un gran asombro, pues descubrí
que no honraban lo que profesaban con acciones santas, ni conversación
devota, que estuvieran de acuerdo con lo que yo había encontrado en
aquel sagrado escrito. Esto causaba pesar a mi alma.
Por lo tanto, de los doce a los quince años de edad, medité muchas
cosas en el corazón acerca de la situación del mundo, de la humanidad,
de las contenciones y las divisiones, de la iniquidad y las abominaciones,
y de las tinieblas que cubrían la mente del género humano. Mi mente
se angustiaba en extremo por sentirme culpable de mis pecados y, al
escudriñar las Escrituras, encontré que el hombre no se acercaba al Señor,
sino que había apostatado de la fe verdadera y viviente. Y no había ninguna
sociedad ni denominación que estuviera edificada sobre el evangelio de
Jesucristo, tal como se registra en el Nuevo Testamento. Sentía deseos de
llorar por mis pecados y por los pecados del mundo, pues de las Escrituras
había aprendido que Dios era el mismo ayer, hoy y para siempre y que no
hacía acepción de personas, porque Él es Dios.
Porque había observado el sol—la luminaria gloriosa de la tierra—y
también la luna pasando en su majestad por los cielos, y las estrellas
brillando en sus cursos, y la tierra sobre la cual estoy, y las bestias del
campo, las aves del cielo y los peces de las aguas, y también al hombre
andando sobre la faz de la tierra con majestad y fuerza de belleza, cuyo
poder e inteligencia para gobernar lo que es sumamente grandioso y
maravilloso, aun en la semejanza de Aquél que los creó.
Y al reflexionar sobre esas cosas, clamé desde el fondo de mi corazón:
“El hombre prudente tuvo razón cuando dijo que ‘es necio el que dice
en su corazón que no hay Dios’” [Sal. 14:1; 53:1]. Mi corazón exclamó:
“Todos estos dan testimonio y ponen en evidencia un poder omnipotente
y omnipresente, un Ser que crea las leyes, y decreta y une todas las cosas
dentro de sus confines [véase Alma 30:44], que llena la eternidad, un Ser
que era, que es y que será de eternidad en eternidad”. Y cuando consideré
todas estas cosas y que ese Ser busca que los que lo adoren, lo adoren
en espíritu y en verdad; por tanto, clamé al Señor pidiendo misericordia,
porque no existía nadie más a quién dirigirme para obtenerla.
Y el Señor escuchó mi ruego en aquel lugar solitario y, mientras me
encontraba en actitud de acudir al Señor, en el decimosexto año de mi vida,
una columna de luz, más brillante que el sol, descendió hasta descansar
54
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
sobre mí y fui lleno del Espíritu de Dios. Y el Señor abrió los cielos sobre
mí y vi al Señor, y Él me habló y me dijo: “José, hijo mío, tus pecados
te son perdonados. Sigue tu camino, anda en mis decretos y guarda mis
mandamientos. He aquí, Yo soy el Señor de gloria. Fui crucificado por el
mundo para que todos los que crean en mi nombre puedan tener la vida
eterna. He aquí, en este momento el mundo yace en el pecado y no hay
quien haga el bien, ni siquiera uno. Se han apartado de mi Evangelio y no
guardan mis mandamientos; con sus labios me honran, pero su corazón
lejos está de mí. Mi ira está encendida en contra de los habitantes de la
tierra y caerá sobre ellos de acuerdo con su impiedad y para llevar a cabo
aquello que se ha declarado por boca de los profetas y los apóstoles. He
aquí, vendré pronto, como está escrito, en las nubes y revestido de la
gloria de mi Padre”.
Y mi alma se llenó de amor, y por muchos días me regocijé y sentí
gran gozo, y el Señor estaba conmigo, pero no podía encontrar a nadie que
creyera en mi visión celestial. No obstante, meditaba sobre estas cosas en
mi corazón. Sin embargo, después de muchos días caí en la transgresión y
pequé en muchas cosas que hicieron una herida a mi alma, y había varias
cosas que sucedieron que no se pueden escribir.7
EXPLICACIONES Y NOTAS
Alrededor de la edad de doce años, comencé a inquietarme … . Es
interesante darnos cuenta que José empezó a preocuparse sobre el bienestar
de su alma a los doce años. Él cumplió doce años el 23 de diciembre de
1817. Este año en que tenía doce años, 1817 a 1818, se sitúa perfectamente
bien “entre los años 1816 y 1821 [cuando] se reportaron reuniones de
avivamiento en mucho más ciudades y un mayor número de colonos se
unieron a las iglesias más que en cualquier período anterior de la historia de
Nueva York”.8 Estas reuniones religiosas seguramente influyeron en él para
que empezara a preocuparse por sí mismo y su posición ante Dios.
Me llevó a escudriñar las Escrituras. El estudio de las Escrituras
nos ayuda a saber la voluntad de Dios junto con Sus enseñanzas. José
sintió la necesidad de escudriñarlas para acercarse más a Dios y asegurar
un buen estado para su alma. Desde el principio los profetas han enseñado
que las palabras de Dios hay que repetirlas a nuestros hijos (Deut. 6:7)
y meditarlas de día y de noche (Josué 1:8). Jesucristo también dijo que
debemos escudriñar las Escrituras (Juan 5:39), escudriñar los mandamientos
(DyC 1:37) y estudiar Su palabra (DyC 11:22). En verdad, “las Santas
7. Smith, José, “History, circa Summer 1832” 1-3; citado en Davidson et al. Joseph Smith
Papers, Histories: 1832 –1844 Vol. 1, 11-13 TL.
8. Backman, “Awakenings in the Burned-over District”, 302 TL. Por ejemplo, la membresía
de los presbiterianos aumentó por 3.505 mientras que la de los metodistas creció por 3.767.
Había mucho movimiento en aquel tiempo.
55
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Escrituras de [Dios] proceden para [nuestra] instrucción” (DyC 33:16) y
son “[útiles] para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido
para toda buena obra” (2 Tim. 3:16 -17).
[Las Escrituras] las apliqué a mí mismo. José, después de haberse,
en un sentido, deleitado “en las palabras de Cristo” que le enseñaron “todas
las cosas que [debía] hacer” (2 Ne. 32:3), aplicó las enseñanzas de ellas a
sí mismo. Nuestro estudio no sirve de nada si no aplicamos las enseñanzas
a nosotros mismos y no llevamos a cabo los principios que se nos enseñan.
Éstos son eternos, y al escudriñar las Escrituras debemos ver cómo estos
principios tienen que ver con nuestra época y se ajustan a nuestras vidas.
“Lo que digo a uno lo digo a todos” dice el Señor (DyC 93:49).
Las personas … no honraban lo que profesaban. José pudo darse
cuenta de que las personas a su alrededor no hacían lo que enseñaban. En
otras palabras, eran hipócritas, aparentaban ser algo que no eran, como los
fariseos de los días de Jesucristo. Su reprensión hacia ellos era: “¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por
dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también
vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por
dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad” (Mateo 23:27-28). En el
caso de las personas de los días de José Smith, “con sus labios” honraban a
Dios, “pero [habían] alejado su corazón de [Él]” (Isa. 29:13).
De los doce a los quince años de edad, medité muchas cosas. José
no estaba en una lucha interna que terminó de un día para otro, sino que
como él indica, fue un proceso. Dice que fueron dos a tres años en los que
estuvo meditando sobre este asunto. Tales acciones concuerdan con lo que
Lucy Mack Smith, la madre del profeta, escribió sobre José, que “era más
dado a la meditación y al estudio profundo”.9
Abominaciones y tinieblas que cubrían la mente del género humano.
Este relato, de la gente que vivía en el área de José, dice que “no se acercaba
al Señor, sino que había apostatado de la fe verdadera y viviente”. Continuó
diciendo sobre ellos, y ahora también con respecto a las iglesias que
conocía, que “no había ninguna sociedad ni denominación que estuviera
edificada sobre el evangelio de Jesucristo, tal como se registra en el Nuevo
Testamento”. Existen los que critican a José, diciendo que él mismo se
contradice en sus relatos futuros ya que aquí dice que “al escudriñar las
Escrituras, encontré que [no había una Iglesia verdadera]”. Luego en los
otros él dice que “no sabía quién estaba en lo cierto” (1835 JS); “hasta ese
momento nunca se me había ocurrido pensar que todas estuvieran en error”
(1838 JS—o quizás otra traducción del inglés sería que “nunca me había
9. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 82 TL.
56
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
entrado al corazón que todas estuvieran en error”); consideraba “que todas
no podían estar en lo cierto” (1842 JS).
La supuesta discrepancia es que ellos dicen que en este relato José supo
que no había una Iglesia verdadera, pero en otros decía que no sabía, no lo
había pensado o que no todas podían tener la verdad. No podemos hablar
por José y poner nuestra propia interpretación a lo que escribió tal y como
los críticos lo hacen. Lo que debemos hacer es “escuchar a José”, o leer
bien, lo que en verdad escribió. En este relato de 1832 (JS), José escribió
que pensó, o llegó a la conclusión (es decir, el decidió según un análisis
intelectual) que todas las iglesias eran falsas porque no seguían el Evangelio
de Jesucristo según el Nuevo Testamento. Matthew B. Brown ha escrito
que “esta conclusión no descarta la posibilidad que la verdadera iglesia
pueda existir en algún lugar más allá del ámbito limitado de experiencia
de José”.10 Si así era lo que pensaba José, con razón “no sabía” si habría
una Iglesia verdadera de Jesucristo en alguna parte del mundo donde no
conocía. Además, en 1838 (JS), con la traducción alternativa, José dijo
que nunca le había entrado al corazón (es decir, sus convicciones más
profundas) que todas las iglesias eran falsas. Así que debe ser claro que al
momento de suceder la Primera Visión José creía (en su corazón) que en
alguna parte del mundo existía la Iglesia verdadera de Dios, aunque según
su intelecto, pensaba por lo que veía, que no había ninguna. Como vemos,
el contexto de su experiencia personal en este relato nos ayuda a entender
lo que nos está diciendo.
Mi mente se angustiaba en extremo por sentirme culpable de mis
pecados. José dijo: “Sentía deseos de llorar por mis pecados” (1832 JS).
Lo que sentía era un deseo verdadero de arrepentirse y ser limpiado por
la misericordia del Salvador. “Ahora me regocijo”, Pablo escribió, “no
porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para
arrepentimiento”. Después agregó: “Porque la tristeza que es según Dios
produce arrepentimiento para salvación” (2 Cor. 7:10). Esta “tristeza según
Dios” es lo que le llevó a José a tener un corazón quebrantado y un espíritu
contrito. Deseaba una remisión de sus pecados y por eso decidió clamar “al
Señor pidiendo misericordia” como veremos más tarde.
Sol, luna, estrellas, tierra, bestias, aves, peces, hombres, en la
semejanza de Aquél que los creó. Todas estas cosas, el sol, la luna, las
estrellas y la tierra, “que se mueven en su orden regular” (Alma 30:44),
los animales, con su fuerza y belleza, y el hombre, con su habilidad de
inteligencia para gobernar, todas las cosas, dan testimonio de Cristo: “Y he
aquí, todas las cosas tienen su semejanza, y se han creado y hecho todas las
cosas para que den testimonio de mí; tanto las que son temporales, como
las que son espirituales; cosas que hay arriba en los cielos, cosas que están
10. Brown, A Pillar of Light, 148 TL.
57
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
sobre la tierra, cosas que están en la tierra y cosas que están debajo de la
tierra, tanto arriba como abajo; todas las cosas testifican de mí” (Moisés
6:63). Al ver estas cosas, el corazón de José exclamó: “Todos estos dan
testimonio y ponen en evidencia un poder omnipotente y omnipresente,
un Ser que crea las leyes, y decreta y une todas las cosas dentro de sus
confines” (1832 JS).
Clamé al Señor pidiendo misericordia, porque no existía nadie más
a quién dirigirme para obtenerla. Uno de los atributos de Dios es la
misericordia (véase Sal. 89:14; Miq. 7:18; Lucas 6:36; Efe. 2:4; Alma 32:22;
42:15). José buscaba misericordia y la remisión de sus pecados, y debido a
que solo Dios puede perdonar los pecados, José expresó: “No existía nadie
más a quién dirigirme para obtenerla” (1832 JS). El deseo de ser limpio,
puro y perdonado es una de las razones por la que José entró a la arboleda.
José fue directamente al Padre en oración tal y como Pablo aconseja:
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb. 4:16).
Y el Señor escuchó mi ruego en aquel lugar solitario. Al orar con
fe verdadera, con un deseo sincero, Dios nos escucha. El profeta Zenós
enseñó (y fijémonos qué tan cierto esto fue con José): “Sí, ¡oh Dios!, y
fuiste misericordioso conmigo cuando te invoqué en mi campo, cuando
clamé a ti en mi oración, y tú me oíste … . Y cuando entré en mi aposento
y oré a ti, ¡oh Señor!, tú me oíste. Sí, eres misericordioso con tus hijos,
cuando te invocan para ser oídos de ti, y no de los hombres; y tú los oirás”
(Alma 33:5-8). José fue a su “lugar solitario” para que pudiese orar a Dios y
hablar con Él, no con los hombres. Su anhelo para recibir asistencia divina
fue dirigido al Hombre correcto—al “Hombre de Santidad” (Moisés 6:57)
y su oración fue contestada.
En el decimosexto año de mi vida. Esta frase fue agregada por
Frederick G. Williams ya que no está en los escritos originales—no es la
letra de José Smith. Williams puso una marca, como una flecha que señala
hacia arriba (así: ^), que da a entender que estaba agregando algo más.
Entonces la frase “en el decimosexto año de mi vida” se insertó arriba
del texto principal. Por lo tanto, es un error de Williams y no de José.
En todos los demás relatos de la Primera Visión que veremos más tarde,
con la excepción del de Levi Richards (1843) y de Alexander Neibaur
(1844), que no mencionan ninguna edad, José y sus contemporáneos
dijeron o escribieron que esta visión ocurrió a principios de la primavera
de 1820, cuando José tenía catorce años. Además, cabe mencionar para los
que critican sin entender el significado de esta palabra, que decimosexto
significa “quince años”, no “dieciséis”. Puede ser que, si Frederick G.
Williams trabajó con José, éste le haya dicho a aquel que sucedió “en el
decimoquinto año de mi vida” y Williams escuchó “quince años”. Si no fue
así, entonces solo es un error de parte de Williams.
58
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
Una columna de luz. ¿Cómo se describe la perfecta gloria de Dios
con nuestro idioma imperfecto e intelecto limitado? Se ve en el documento
original que al principio José había escrito “una columna de fuego”, pero
después tachó la palabra “fuego” y escribió “luz”. Debido a que esta
experiencia fue algo que jamás había experimentado antes, y tan diferente a
cualquier cosa que sí había vivido, no sabía exactamente cómo describirla.
Solo pudo compararla con dos de las cosas más brillantes que había visto
en su vida: la luz y el fuego—“más brillante que el sol”. Casi todos los
relatos dicen “luz” con la excepción de los relatos de 1835 (JS) y 1844
(AN ), y aunque los críticos dicen que José se contradice, es cosa de menor
importancia y tiene una explicación interesante si entendemos por qué
habrá dicho fuego en otro relato (véase Apareció una columna de fuego
arriba de mi cabeza en el Capítulo 4 ). El punto principal aquí es que vio
una columna de gloria, algo que era brillante y divino. Realmente no logró
comunicar la idea a otras personas, pero queda claro que la manifestación
gloriosa y visible de la Presencia Divina venía sobre él.
Fui lleno del Espíritu de Dios. El Espíritu Santo es un Santificador.
Uno de Sus funciones, o roles, es santificar a los que lo reciben y lo hace
al quemar lo impuro del alma del recipiente. Ser “lleno del Espíritu de
Dios” permitió que José, en un sentido, fuese bautizado “con fuego y con
el Espíritu Santo” y pudiese recibir “una remisión de sus pecados” (3 Ne.
12:2; 2 Ne. 31:17). Recordemos que esto es lo que buscaba—el perdón de
sus pecados. Siendo ahora puro y “lleno del Espíritu de Dios” también
permitió a José estar en la presencia de Dios y poder soportarla. El Espíritu
hizo que hubiera un cambio en el cuerpo de José. Orson Pratt también
parece confirmar este cambio cuando menciona en su relato: “Cuando al
comienzo [el Espíritu] vino sobre [José], se produjo una sensación peculiar
en todo su sistema” (1840 OP). El cambio fue una transfiguración. Cristo
claramente enseñó que “ningún hombre en la carne ha visto a Dios jamás,
a menos que haya sido vivificado por el Espíritu de Dios” (DyC 67:11;
cursiva agregada). Lo mismo sucedió con Moisés. Él “pudo soportar su
presencia”, la presencia de Dios, porque, dice Moisés: “Su gloria me
cubrió, y vi su rostro, porque fui transfigurado delante de él” (Moisés
1:2, 11). Por lo tanto, la recepción del Espíritu hizo posible que José pudiera
aguantar la presencia de Dios y también causó la remisión de sus pecados
como veremos más adelante cuando Cristo le confirma: “Tus pecados te
son perdonados” (1832 JS).
El Señor abrió los cielos sobre mí y vi al Señor. Los críticos se han
enfocado bastante en esta frase para decir que José iba agregando más
detalles a su visión en relatos subsecuentes. Dicen que es una evidencia
clara que José solo menciona a Cristo, no a “dos Personajes”, y que Dios
el Padre no estuvo presente y no hay ninguna mención de Él en este relato.
Tenemos que saber que en el siglo diecinueve la palabra Señor significaba
59
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
un “Ser Supremo”. Por lo tanto, como se escribió la oración, parece que
José sí hace referencia a dos personas diferentes. No escribió que “el Señor
abrió los cielos sobre mí y lo vi y me habló”, sino que “el Señor abrió los
cielos sobre mí y vi al Señor, y Él me habló”. Es decir que un Ser Supremo
abrió los cielos para que pudiese ver11 a otro Ser Supremo, y este segundo
Ser Supremo fue quien le habló a José. Así también lo dijo David, usando
“Señor” para referirse al Padre y al Hijo en Salmos 110:1: “Dijo el Señor a
mi Señor” (citado en Mar. 12:36).
En este relato de la Primera Visión, “José no distinguió claramente
entre ‘el Señor’ que abrió los cielos y ‘el Señor’ que perdonó sus pecados
y le dijo que las iglesias se habían descarriado. Él simplemente escribió
que ‘el Señor abrió los cielos sobre mí y vi al Señor’, quizás refiriéndose a
dos Seres Celestiales separados, cada uno como el Señor, pero sin describir
explícitamente a dos personajes como declaran sus relatos posteriores”.12
En este sentido, es interesante hacer notar cómo describió este evento el
presidente John Taylor en dos ocasiones. Dijo que José “fue al Señor y
le pidió, y el Señor se reveló a él junto con Su Hijo Jesús”.13 En marzo
de 1879, dijo: “El Señor apareció a José Smith, tanto el Padre como el
Hijo”.14 Con respecto a esta cita de John Taylor, Robert L. Millet hace el
comentario: “Esto no sería muy diferente a un Santo de los Últimos Días,
hablando de la Primera Visión a una persona de otra religión, y diciéndole:
‘Creemos que los cielos fueron abiertos en la primavera de 1820 y que
Dios apareció a José Smith—ambos el Padre y el Hijo’. Las personas en
ese día usaban las palabras Señor y Dios indistintamente, así como lo
hacemos hoy”.15
La última observación y aclaración con respecto a esta frase del
Señor, el que abrió los cielos y el Señor que después José vio, quizás
se encuentre en el párrafo introductorio de esta historia. Dentro de este
párrafo se declara que el documento sirve para dar “Una historia de la
vida de José Smith, hijo” y “un relato del origen de la Iglesia de Cristo”.
11. Es sumamente interesante notar aquí que, en otro relato de segunda mano del 2 de febrero
de 1893, John Alger contó que “cuando él, John, era un niño pequeño escuchó al profeta José
compartir su visión del Padre y del Hijo; que Dios le tocó los ojos con Su dedo …. En cuanto el
Señor le había tocado los ojos con Su dedo, inmediatamente vio al Salvador”. Al ser cuestionado
sobre esto, el hermano John Alger dijo que “estaba en la casa de Joseph Smith, padre en Kirtland
[Ohio] cuando José hizo esta declaración y que José puso el dedo al ojo derecho mientras habló
de esto, adaptando la acción con las palabras para ilustrar y al mismo tiempo impresionar el
acontecimiento en las mentes de aquellos a quienes les estaba hablando” (Larson y Larson, Diary
of Charles Lowell Walker, 2:755-756 TL). Véase también McConkie, Mark L., Remembering
Joseph, 312-313.
12. Harper, Joseph Smith’s First Vision, 112 TL.
13. Journal of Discourses 21:161 TL.
14. Journal of Discourses 21:65 TL.
15. Millet, Precept upon Precept, 33 TL.
60
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
Después nombra cuatro eventos principales de la Restauración: “Primero,
él recibió el testimonio de lo alto” o “en las alturas” que tiene referencia
a la Primera Visión. Después menciona, segundo, las visitas de Moroni,
tercero, la recepción del Sacerdocio Aarónico y cuarto, la recepción del
Sacerdocio de Melquisedec.16 Obviamente nuestro enfoque es el primer
evento. El testimonio que José recibió era el del Padre al dar testimonio
de Su Hijo. Si nos enfocamos en que el testimonio viene “en las alturas”,
entonces nos da a entender que vino del Padre. Doctrina y Convenios 20:16
“incluye la frase ‘la gloriosa Majestad en las alturas’ (cursiva agregada),
que obviamente es tomada de Hebreos 1:3, donde ‘la Majestad en las
alturas’ (cursiva agregada) es una referencia clara a Dios el Padre. Por lo
tanto, se puede decir con un nivel alto de confianza que antes de que José
Smith hiciera que se escribiera el párrafo introductorio de la historia de
1832, habría él asociado un ‘testimonio en las alturas’ como uno dado por
Dios el Padre”.17
Con estas evidencias, parece ser claro que José sí aludió a que estuvo
presente el Padre, aunque su enfoque principal fue el mensaje que le dio
Jesucristo y lo que significó personalmente para él.
Él me habló y me dijo: “José, hijo mío, tus pecados te son
perdonados”. José había dicho que se sentía “culpable de mis pecados
y … sentía deseos de llorar por mis pecados” (1832 JS). Esa era una de
las razones por la que entró a la arboleda. En este momento Jesucristo, en
Su gloria, estuvo delante del joven y le entregó lo que deseaba: el perdón
de sus pecados. Cristo es nuestro “intercesor con el Padre” (DyC 45:3), el
“mediador entre Dios y [nosotros]” (1 Tim. 2:5). La salvación se encuentra
en Él y en nadie más. Por Su sacrificio expiatorio, el perdón de los pecados
se puede ofrecer a los penitentes. Por estas razones Cristo le habló y,
teniendo poder para hacerlo, le perdonó sus pecados. José en un sentido,
aunque fuera temporal, llegó a ser “en Cristo, nueva criatura” (2 Cor. 5:17),
siendo limpio. El hecho de llamarle a José “hijo mío” muestra que José
sería obediente a las instrucciones que iba a recibir. Llegamos a ser hijos
de Cristo a través de ejercer fe en Su nombre, cumplir con los convenios
necesarios, guardar los mandamientos y participar del poder que da vida
debido a Su expiación. Nos hacemos parte de la familia de Dios y en este
sentido Él es nuestro Padre porque “[nos] ha engendrado espiritualmente”
(Mos. 5:7; 4 Ne. 1:17; DyC 25:1; 34:1-3; Efe. 1:5).
Fui crucificado por el mundo para que todos los que crean en mi
nombre puedan tener la vida eterna. Esta es la verdad principal del
Evangelio, la doctrina central del plan de redención, la cual Jesús enseñó
durante Su ministerio mortal: “Porque de tal manera amó Dios al mundo
16. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832 –1844 Vol. 1, 10.
17. Brown, A Pillar of Light, 94 TL.
61
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se
pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan
3:16-17). En otra ocasión Cristo dijo: “Este es el evangelio que os he dado:
que vine al mundo a cumplir la voluntad de mi Padre, porque mi Padre
me envió. Y mi Padre me envió para que fuese levantado sobre la cruz; y
que después de ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a mí mismo a
todos los hombres, para que así como he sido levantado por los hombres,
así también los hombres sean levantados por el Padre, para comparecer
ante mí, para ser juzgados por sus obras, ya fueren buenas o malas; y por
esta razón he sido levantado; por consiguiente, de acuerdo con el poder
del Padre, atraeré a mí mismo a todos los hombres, para que sean juzgados
según sus obras” (3 Ne. 27:13 -15). Jesucristo cumplió con Su parte del
Evangelio y “no se dará otro nombre, ni otra senda ni medio, por el cual la
salvación llegue a los hijos de los hombres, sino en el nombre de Cristo, el
Señor Omnipotente” (Mos. 3:18).
El mundo yace en el pecado y no hay quien haga el bien. Mientras
que seamos mortales caídos y permanezcamos en nuestro estado carnal,
yaceremos en el pecado y no haremos lo que es bueno. Esto sucede porque
no nos deshacemos de nuestra naturaleza caída. Dijo el hermano de Jared:
“Somos indignos delante de ti; por causa de la caída nuestra naturaleza se
ha tornado mala continuamente” (Éter 3:2). Esta naturaleza se tiene que
cambiar y ser renovada a través de la misericordia y la gracia de Cristo. Los
del mundo son como explica Pablo: “Por cuanto la inclinación de la carne
es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco
puede. Así que, los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”
(Rom. 8:7-8).
Y mi alma se llenó de amor, y por muchos días me regocijé y sentí
gran gozo. En las experiencias espirituales donde el Espíritu Santo ha
estado presente, Sus frutos también estarán. “El fruto del Espíritu es:
amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza” (Gál. 5:22-23). Estos sentimientos permanecieron con José
por muchos días, no solo porque había visto a Dios, sino también porque
fue purificado—había recibido el perdón de sus pecados (véase Mos. 4:3).
También se había llenado de amor. “Dios es amor” enseñó Juan el Amado
(1 Juan 4:8). “Nuestro Padre Celestial y Jesucristo, Su Hijo, son, como
individuos exaltados y perfeccionados, la encarnación misma del amor ….
Ellos son amor, la misma personificación del amor perfecto y puro y
sempiterno, amor que llamamos caridad (Moro. 7:47; Éter 12:32-34). Uno
no puede estar en la presencia de un Ser santo y exaltado sin estar lleno y
62
EL RELATO DE 1832 (JOSÉ SMITH)
hasta desbordarse del amor que [Dios] siente por Sus hijos. Y así fue con
el joven José Smith”.18
No podía encontrar a nadie que creyera en mi visión celestial. El
hecho de que “no podía encontrar a nadie que [le] creyera” muestra que
José no era alguien importante. En un sentido, la palabrería de José, según
la gente, era cosa menor y sin importancia. Para más información, véase
Mucho prejuicio … fuerte persecución … encarnizada persecución … todas
se unieron para perseguirme … la más rencorosa persecución y vilipendio
en el Capítulo 5.
No obstante, meditaba sobre estas cosas en mi corazón. Sin
importar que fuese rechazado al compartir su experiencia, José “meditaba
sobre estas cosas en [su] corazón”. La experiencia fue sagrada y no le
correspondía comentársela a todo el mundo. Él sabía lo que había visto, oído
y experimentado. Tal como los profetas de la antigüedad, este joven vio a
Dios y habló con Él cara a cara. Al meditar en el corazón las experiencias
espirituales, permitimos que el Espíritu Santo vuelva a dejar un testimonio
fuerte sobre lo que ya sabemos que es verdadero. Dejamos que nos pueda
enseñar más allá de lo que habíamos entendido al principio y llegamos a
otros niveles de conocimiento espiritual. Además, si valoramos lo que se
nos da, sin divulgar lo que no se debe, se nos dará más con respecto a los
misterios de Dios (véase Alma 12:9; 26:22). Lo mismo sucedió con María.
Vio a un ángel, recibió el testimonio y supo por sí misma que el Hijo que
nacería de ella sería el Unigénito del Padre. A pesar de saber quién era
su Hijo, cuál era Su misión y seguramente otras verdades sagradas, ella
“guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2:19, 51).
Después de muchos días caí en la transgresión y pequé en muchas
cosas que hicieron una herida a mi alma. José jamás declaró ser perfecto.
Aunque vio a Dios, todavía era solo un joven. Más tarde escribiría: “Me
vi sujeto a toda especie de tentaciones … frecuentemente cometía muchas
imprudencias y manifestaba las debilidades de la juventud y las flaquezas
de la naturaleza humana, lo cual, me da pena decirlo, me condujo a diversas
tentaciones, ofensivas a la vista de Dios”. Sin embargo, José admitiría,
que no era “culpable de cometer pecados graves o malos … . Pero sí fui
culpable de levedad … cosa que no correspondía con la conducta que
había de guardar uno que había sido llamado por Dios como yo” (JS–H
1:28). También, en 1842, José dijo: “Escudriñen su corazón para ver si son
semejantes a Dios. He escudriñado el mío y siento que debo arrepentirme
de todos mis pecados”.19 No creemos en la infalibilidad de los profetas.
Dos ejemplos perfectos de profetas grandes y rectos son de Alma y
Nefi. Aun así, ellos dijeron: “Mas he aquí, soy hombre, y peco en mi deseo
18. Millet, I Saw a Pillar of Light, 88 TL.
19. [Manual] José Smith, 76.
63
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
[de proclamar el Evangelio]; porque debería estar conforme con lo que el
Señor me ha concedido” (Alma 29:3), y “Me veo circundado a causa de
las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian. Y cuando deseo
regocijarme, mi corazón gime a causa de mis pecados; no obstante, sé en
quién he confiado” (2 Ne. 4:18-19).
RESUMEN FINAL
Es evidente que el mensaje que José quiso transmitir aquí, era que él
creía que había un Dios y que ese Ser Supremo era el único que le podía
ayudar a recibir la remisión de sus pecados. Es un relato muy personal
e íntimo. Sorprendentemente, aunque sea algo personal que explica su
jornada principal para llegar a ser puro y recibir más luz y conocimiento,
existen varios elementos en este relato que no existen en los que siguen.
Él comparte sus pensamientos y las conclusiones a las cuales llegó antes
de entrar a la arboleda. Sin embargo, aún tenía la esperanza de saber
cuál era la Iglesia de Jesucristo. Parece que, de forma un poco ambigua,
menciona tanto el Padre y el Hijo, el Primero abriendo los cielos para el
Segundo, aunque el enfoque principal fue que el Salvador le habló cara a
cara tal como lo hizo con Moisés (Éx. 33:11). José recibió la misericordia
que buscaba y pudo regocijarse por muchos días, sintiendo gran gozo por
haber recibido el testimonio de parte del Espíritu Santo y la remisión de sus
pecados. Esto es lo que nos cuenta aquí.
64
CAPÍTULO 4
EL RELATO DE 1835
(JOSÉ SMITH)
Como se mencionó en la introducción del Capítulo 3, José consiguió un
diario y comenzó a escribir el 27 de noviembre de 1832. Para el año 1835,
la Iglesia se había establecido en Kirtland, Ohio, además, fue un año de
estabilidad para el profeta. Varios eventos importantes sucedieron este año,
como por ejemplo la organización del Cuórum de los Doce Apóstoles el 14
de febrero, la traducción del libro de Abraham, la cual había comenzado
en julio, la primera edición de Doctrina y Convenios que fue publicada
en octubre y faltaban unos cinco meses para que se dedicara el templo de
Kirtland. El diario de José Smith donde se encuentra este relato de 1835 (JS)
contiene 193 páginas y cubre las fechas que van desde el 22 de septiembre
de 1835 hasta el 3 de abril de 1836.
En este diario, el día 9 de noviembre de 1835, José incluyó el relato de
una entrevista que tuvo con un hombre llamado Robert Matthews, alias
“Josué, el Ministro Judío”, en la cual el profeta de nuevo compartió la
historia de su Primera Visión.1 Allí tenemos la clave del contexto en el
que se dio este relato. El hombre decía que era judío, era visitante y no
era miembro de la Iglesia. Por lo tanto, José entendió que hablaba con un
judío que no conocía bien y en quien no tenía mucha confianza. Por esta
razón vemos que esta narración casi es la más corta de todos los relatos
que provienen del profeta porque va directo al punto. José “se enfocó en
su preocupación sobre ‘los asuntos que tendrían consecuencias eternas’…
Este relato solo alude brevemente a la contención que había entre las sectas
protestantes, [porque] las peleas entre los ministros cristianos habrían sido
de poco interés para un judío. En cambio, en esta narración José se dirigió
directamente a la oposición sobrenatural que pronto impidió su petición:
su lengua hinchada y el sonido alarmante como si una persona caminara
hacia él. Un ministro judío podría haber relacionado estos poderes con la
oposición religiosa”.2
Este relato fue escrito por primera vez por Warren Parrish, un escriba
del profeta. Él comenzó a llevar el diario del profeta desde el 8 de octubre
1. Para la entrevista completa véase Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José
Smith, 113 -116.
2. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”,
52 TL.
65
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
de 1835 hasta finales del mismo año cuando se enfermó, y luego lo retomó
hasta que fue llamado a servir una misión. Salió de Kirtland en mayo de
1836.3 Parrish seguramente fue selectivo al escoger las partes que escribió
de esta entrevista con “Josué, el Ministro Judío”. Además, el relato no fue
escrito para que después fuese publicado y el profeta tampoco lo incluyó
con las otras selecciones de su diario que se hicieron parte de la historia
oficial de la Iglesia. No fue algo personal como el relato de 1832 y dado
el contexto que ya se ha explicado, nos damos cuenta de por qué José
compartió lo que decidió compartir.
Cabe mencionar que cinco días después de este acontecimiento, el 14
de noviembre, llegó otro visitante, Erastus Holmes, quien le preguntó sobre
el establecimiento de la Iglesia. Lo único que se escribió sobre esta visita,
y lo que dijo José, fue: “Recibí la primera visitación de Ángeles cuando
tenía unos catorce años”.4 Exactamente lo que dijo no se escribió, pero
parece evidente que José compartió su experiencia de la Primera Visión tal
como lo había hecho con Robert Matthews. Mencionaré más sobre la frase
“visitación de Ángeles” cuando trate la frase Y vi muchos ángeles en esta
visión en la sección de “explicaciones y notas” de este capítulo.
EL RELATO DE 1835 (JS)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/journal-1835-1836/24
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato
de la Primera Visión de 1835 (JS) dice lo siguiente:
Al pensar en el tema de la religión, analicé los diferentes sistemas que
se enseñaban a los hijos de los hombres, por lo cual no sabía quién estaba
en lo cierto ni quién estaba en el error, pero consideraba que para mí era
de fundamental importancia que yo estuviera en lo cierto en los asuntos
que tendrían consecuencias eternas. Por lo tanto, estando confundido, me
dirigí a la tranquila arboleda y me incliné ante el Señor, con el sentido
consciente (si la Biblia es verdadera) de que Él había dicho, “pedid, y se
os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” [véase Mateo 7:7-8],
y lo afirmaba otra vez, “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche” [Stg. 1:5].
Esa información era lo que yo más deseaba en ese momento, y con
la firme determinación de obtenerla, oré al Señor por primera vez en el
lugar antes mencionado, o, en otras palabras, hice un intento en vano
de orar. Parecía que mi lengua se había hinchado en mi boca, de modo
que no podía hablar. Escuché un ruido, como si una persona se dirigiera
hacia mí. Me esforcé otra vez por orar, pero no pude. El ruido de alguien
caminando parecía estar más cerca; me puse de pie rápidamente y miré a
3. Jessee et al. Joseph Smith Papers, Journals: 1832–1839 Vol. 1, 55-56.
4. Jessee et al. Joseph Smith Papers, Journals: 1832–1839 Vol. 1, 100 TL.
66
EL RELATO DE 1835 (JOSÉ SMITH)
mi alrededor, pero no vi a ninguna persona o animal que pudiera producir
dicho ruido al caminar.
Me arrodillé de nuevo y pude abrir mi boca, mi lengua se destrabó
y pude elevar al Señor una ferviente oración. Apareció una columna de
fuego arriba de mi cabeza; ésta gradualmente descendió hasta descansar
sobre mí y fui lleno de un gozo indescriptible. Un Personaje surgió de
entre medio de esta columna de fuego, la cual se extendía a todas partes
y, aun así, no había consumido nada. Enseguida apareció otro Personaje,
a semejanza del Primero. Él me dijo, “Tus pecados te son perdonados”,
y me testificó que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y vi muchos ángeles en
esta visión. Tenía alrededor de catorce años cuando recibí este primer
mensaje.5
EXPLICACIONES Y NOTAS
Analicé los diferentes sistemas. El estudio y esfuerzo de uno
mismo es menester para poder tomar decisiones informadas. Además, le
mostramos al Señor que estamos dispuestos a aprender y que queremos
que nos instruya. José, al ir a las fuentes mismas al “analizar los diferentes
sistemas” de religión y también estudiar la Biblia, siguió el consejo de
Pablo. Él escribió: “No apaguéis el Espíritu. No menospreciéis las profecías.
Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tes. 5:19 -21). José buscó una guía
divina, escudriñó las Escrituras y examinó “los diferentes sistemas” y
llegó a su propia conclusión. Dios ha dicho en la revelación moderna:
“Debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien”
(DyC 9:8). Sin saber esto en aquel tiempo de su vida, es exactamente lo
que hizo José.
Era de fundamental importancia que yo estuviera en lo cierto en
los asuntos que tendrían consecuencias eternas. José se dio cuenta
de la importancia de estar en el camino correcto. Es imposible que todas
las iglesias nos lleven de vuelta al reino de Dios mientras que enseñan
doctrinas diferentes. Dos más dos no puede equivaler a cuarto y a la vez
a cinco. Es una respuesta u otra. En otros términos, no hay salvación en
doctrinas falsas y José sabía que, si se asía a la palabra de Dios, ésta le
guiaría “por un camino estrecho y angosto … y [depositaría] su alma, sí, su
alma inmortal, a la diestra de Dios en el reino de los cielos” (Hel. 3:29 -30).
Cada decisión que tomamos nos acerca a Cristo o nos aleja de Él. Sabiendo
José que había “un Señor, una fe, un bautismo” (Efe. 4:5), necesitaba saber
con certeza que el camino en el que andaría fuese el que le conduciría a
Dios, y así, las consecuencias eternas serían gloriosas.
5. Smith, José, “Journal, 1835-1836”, 23-24; citado en Jessee et al. Joseph Smith Papers,
Journals: 1832–1839 Vol. 1, 87-88 TL.
67
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Estando confundido, me dirigí a la tranquila arboleda y me incliné
ante el Señor. José estaba confundido con respecto a las religiones.
Se preguntó a sí mismo: “¿Quién tenía razón y quién no?” (JS–H 1:8).
Seguramente estaba confundido porque las Escrituras hablan de una
doctrina y una Iglesia de Jesucristo. En el relato de 1832 (JS) José dijo que,
según lo que había visto, “no había ninguna sociedad ni denominación que
estuviera edificada sobre el evangelio de Jesucristo, tal como se registra en el
Nuevo Testamento”. No existe una contradicción entre estas declaraciones.
Llegando a esa conclusión propia, estaba confundido y necesitaba ir con la
fuente de toda verdad: Dios.
Es sumamente interesante ver que, para salir de la confusión, tomó
la decisión de ir “a la tranquila arboleda” para orar a Dios. Parece que el
ejemplo de su madre le habría enseñado a hacer tal cosa. Ir a una arboleda
para orar, o simplemente orar con fe, era algo que Lucy Mack Smith, la
madre del profeta, hacía con regularidad. Cuando ella empezó a asistir a las
reuniones religiosas, pedía que su esposo le acompañara. Cuando Joseph
Smith, padre, dejó de asistir (ya que sintió que no valía la pena, y era poco
provechoso, porque no creía que esas religiones tenían la verdad), Lucy
se sintió lastimada, “pero no le contesté” dijo ella. Siguió contando en su
historia: “Me retiré a una arboleda no tan lejos donde oré al Señor en favor
de mi esposo—que se le presentara el Evangelio verdadero y que su corazón
se ablandara para que lo pudiese recibir”. Ella entonces regresó a la casa y
esa noche tuvo un sueño en el que el Señor le contestó que todo iba a estar
bien.6 En otra ocasión, cuando su hija, Sophronia, estaba muy enferma, casi
a punto de morir, ella oró con mucha fe, junto a la cama de ella, pidiendo
a Dios que le salvara. Ella recibió una respuesta, o “testimonio”, como la
llamó, que se sanaría, y así fue.7
Este ejemplo fiel de su madre nos recuerda al de las madres de los
dos mil soldados jóvenes quienes luchaban para proteger a los nefitas y al
pueblo de Ammón. La escritura nos dice: “Hasta entonces nunca habían
combatido; no obstante, no temían la muerte, y estimaban más la libertad
de sus padres que sus propias vidas; sí, sus madres les habían enseñado que
si no dudaban, Dios los libraría. Y me repitieron las palabras de sus madres,
diciendo: No dudamos que nuestras madres lo sabían” (Alma 56:47- 48).
Así que parece que la influencia de la madre del profeta, sabiendo que
ella había recibido respuestas de Dios a través de oraciones, junto con las
escrituras de Mateo 7:7-8 y específicamente Santiago 1:5, como veremos
más tarde, hizo que José también siguiera su ejemplo y fuera a la arboleda
a orar a Dios y salir de su confusión para siempre jamás.
6. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 43 TL.
7. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 52 TL.
68
EL RELATO DE 1835 (JOSÉ SMITH)
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.
Esta es la declaración de Jesucristo mismo. José confió en esta promesa
del Salvador. “Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”
enseñó Pablo (1 Cor. 2:11). Tal enseñanza la apoya Nefi: “Por el Espíritu
son reveladas … todas las cosas” (1 Ne. 22:2). Por lo tanto, debemos recibir
las cosas espirituales de Dios, y esto se realiza por la revelación que viene
a través del Espíritu. Llegamos al conocimiento de la verdad al desear
obtenerla, hacer los estudios necesarios para aprenderla, teniendo fe en
Jesucristo, y después aplicarla—viviendo rectamente—y entonces orar con
fe para recibir la dirección divina que se nos promete. Un ejemplo perfecto
de este principio está en 1 Nefi 10:17-19:
Y aconteció que después que yo, Nefi, hube oído todas las palabras
de mi padre concernientes a las cosas que había visto en su visión, y
también las cosas que habló por el poder del Espíritu Santo, poder que
recibió por la fe que tenía en el Hijo de Dios—y el Hijo de Dios era el
Mesías que habría de venir—yo, Nefi, sentí deseos de que también yo
viera, oyera y supiera de estas cosas, por el poder del Espíritu Santo, que
es el don de Dios para todos aquellos que lo buscan diligentemente, tanto
en tiempos pasados como en el tiempo en que se manifieste él mismo a
los hijos de los hombres.
Porque él es siempre el mismo ayer, hoy y para siempre; y la vía ha
sido preparada para todos los hombres desde la fundación del mundo, si
es que se arrepienten y vienen a él.
Porque el que con diligencia busca, hallará; y los misterios de Dios
le serán descubiertos por el poder del Espíritu Santo, lo mismo en estos
días como en tiempos pasados, y lo mismo en tiempos pasados como
en los venideros; por tanto, la vía del Señor es un giro eterno (cursiva
agregada).
“Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien
da a todos abundantemente y sin reproche”. Debido a que fue esta
escritura la que hizo que José decidiera a orar con fe, a preguntarle al Señor
qué es lo que debía hacer, y cuál de todas las iglesias era la Suya, el élder
Bruce R. McConkie escribió lo siguiente acerca de Santiago 1:5: “Este
versículo de escritura por sí solo ha tenido el mayor impacto y el efecto
de mayor alcance sobre la humanidad que cualquier otra oración escrita
por cualquier profeta en cualquier época. Bien se podría decir que el acto
que coronó el ministerio de Santiago no fue su martirio por el testimonio
de Jesús, sino su declaración, siendo guiado por el Espíritu Santo, de estas
sencillas palabras que condujeron a la apertura de los cielos en los tiempos
modernos”.
Continuó diciendo: “Y bien se podría agregar que todo investigador
de la verdad revelada se encuentra, en algún momento en el curso de
su búsqueda, en el lugar donde se encontró José Smith. Él debe dirigirse
69
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
al Todopoderoso y obtener sabiduría de Dios por revelación si es que
quiere obtener un lugar en esa senda estrecha y angosta que conduce a la
vida eterna”.8
Oré al Señor por primera vez. Esta idea se aclara en el relato oficial
que se encuentra en la Perla de Gran Precio (el de 1838 JS). En él, José dijo
que iba a “recurrir a Dios” y que “era la primera vez en mi vida que hacía
tal intento … vocalmente” (JS–H 1:14). Obviamente no era la primera vez
en su vida que había ofrecido una oración, sino que parece estar haciendo
hincapié que fue la primera vez que había decidido llevar esta inquietud
específica, de manera vocal, directamente a Dios, la fuente de toda la
verdad. Kerry Muhlstein comenta: “Está claro que la oración de José en la
arboleda no fue su primera oración sobre este asunto. El relato de 1842 de
Orson Hyde menciona que oró a menudo acerca de esto y eventualmente
fue a orar a la arboleda. En el relato 1838 [JS] dice él que fue su primer
intento de orar vocalmente. Por lo tanto, podemos suponer que había
orado en silencio al respecto de antemano”.9 Para más información, véase
Comenzó a derramar los sinceros deseos de su alma al Señor con ferviente
determinación en el Capítulo 8.
Mi lengua se había hinchado … no podía hablar. Escuché un ruido
… de alguien caminando … me puse de pie rápidamente … no vi a
ninguna persona. El detalle con el cual describe José lo que sucedió
es interesante y parece ser un ejemplo mostrando que esta historia no es
inventada. Sabiendo que hablaba con un judío, alguien que creía en el poder
del adversario y la existencia de un diablo (Job 1; Mateo 12:24-26), no es
de sorprenderse que José compartiera detalles de la oposición que recibió
del enemigo antes de orar. Evidentemente Satanás se esforzó por intimidar
a José y hacer que no pudiese orar de manera vocal. Mostró su poder al
hinchar la lengua de José para que no hablara. Alexander Neibaur dijo que
“su lengua estaba pegada al paladar; no podía pronunciar ni una palabra”
(1844 AN). Esto, junto con los ruidos, seguramente causó un temor en el
joven y como reacción “[se] puso de pie rápidamente” (1835 JS), dejando
de orar.
Este miedo que transmitió Satanás a José era una táctica para dispersar
y debilitar la fe que estaba ejerciendo. El temor no viene, o no nace, de
la fe, sino que es la antítesis de ella. En nuestros días, el élder Kevin W.
Pearson de los Setenta nos ha enseñado: “La fe y el temor no pueden
coexistir; una cede el lugar a la otra. La verdad es que todos debemos
edificar la fe constantemente y sobreponernos a las fuentes de incredulidad
8. McConkie, Bruce R., Doctrinal New Testament Commentary 3:246-247 TL.
9. Muhlestein, I saw the Lord, 14 n26 TL.
70
EL RELATO DE 1835 (JOSÉ SMITH)
destructiva”.10 Es obvio que este ataque del maligno se hizo con el fin de
distraer a José y destruir su fe.
Me arrodillé de nuevo y pude abrir mi boca, mi lengua se destrabó y
pude elevar al Señor una ferviente oración. A pesar de los ataques de
Satanás, recordemos que los relatos de la Primera Visión que mencionan
algo sobre un ataque del diablo, también dicen que José fue liberado al orar
fervientemente. Puede ser que luego en la vida, después de haber hallado
las planchas de oro, haber traducido las 116 páginas y haberlas perdido,
este consejo de Jesucristo haya hecho que José recordara su pelea con el
adversario en la arboleda: “Ora siempre para que salgas triunfante; sí, para
que venzas a Satanás y te libres de las manos de los siervos de Satanás
que apoyan su obra” (DyC 10:5). Nosotros también debemos orar tal como
Cristo nos amonesta para que no caigamos: “He aquí, en verdad, en verdad
os digo que debéis velar y orar siempre, no sea que entréis en tentación;
porque Satanás desea poseeros para zarandearos como a trigo” (3 Ne.
18:18).
Apareció una columna de fuego arriba de mi cabeza. En este relato
José describe la gloria de Dios como “una columna de fuego”. Esto no
debería extrañarnos ya que otro profeta, Isaías, hablando del hecho de
estar en la presencia de Dios preguntó: “¿Quién de nosotros morará con el
fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?”
(Isa. 33:14; cursiva agregada). Es sencillo, “el Dios Omnipotente habita en
fuego eterno [y] ‘Nuestro Dios es fuego consumidor’”.11 Dada esta verdad,
es evidente que José utilizaría esta imagen para describir lo que vio porque
sería algo con lo cual estaría familiarizado un judío con respecto a las
manifestaciones divinas. ¿Acaso no enseña la Biblia que el gran Jehová,
en Su gloria, “iba delante de [Su pueblo] … para guiarlos por el camino, y
de noche en una columna de fuego para alumbrarlos”? (Éx. 13:21; cursiva
agregada). Además, leemos que “la apariencia de la gloria de Jehová era
como un fuego abrasador” (Éx. 24:17) y que “Jehová tu Dios es fuego
consumidor” (Deut. 4:24). Inclusive, más adelante en su vida, al ver la
entrada del reino celestial y de nuevo al Padre y al Hijo, José Smith dijo:
“Vi la incomparable belleza de la puerta por la cual entrarán los herederos
de ese reino, la cual era semejante a llamas circundantes de fuego; también
vi el refulgente trono de Dios, sobre el cual se hallaban sentados el Padre y
el Hijo” (DyC 137:2-3; cursiva agregada). Parece claro que no hay ningún
problema al decir José que vio una columna de fuego o una columna de
luz. Vio la gloria de Dios, pero con su capacidad intelectual y espiritual
limitada, solo pudo describirla basándose en lo que dicen las Escrituras y
las cosas mortales conocidas que más se asemejan a lo que vio.
10. Pearson, “Fe en el Señor Jesucristo”, 40.
11. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 456.
71
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Fui lleno de un gozo indescriptible. El gozo, un fruto del Espíritu
(Gál. 5:22-23), es un elemento común cuando alguien experimenta una
experiencia espiritual (véase Hel. 5:40-45). Debido a que el Espíritu Santo
vino sobre él, preparándolo para que entrara en la presencia de Dios, fue
lleno de gozo. Es decir, pudo ver y conversar con el Padre y el Hijo y lo
hizo por el poder del Espíritu Santo. Para más información, véase Fui lleno
del Espíritu de Dios en el Capítulo 3.
Un Personaje surgió de entre medio de esta columna de fuego … .
Enseguida apareció otro Personaje, a semejanza del Primero. Es
interesante hacer notar primeramente que José no dijo quiénes eran estos
Personajes. No es extraño que no les haya mencionado por nombre porque
era algo sensible para un judío.12 Sin embargo, no fue necesario que
José dijera los nombres para que nos diéramos cuenta quienes eran estos
Personajes que se presentaron ante él—lo que compartió después basta.
Con respecto a la aparición misma, los que critican a José dicen que
cambió su historia en cuanto al orden en el que se presentaron estos Seres
Divinos; que hubo un orden en este relato, pero que después aparecieron al
mismo tiempo (véase 1838 JS; JS–H 1:17). El mensaje claro es que fueron
dos Personajes y punto. “No existe razón alguna para suponer que cuando
José dice, ‘vi a dos Personajes’, quiere decir que los vio exactamente al
mismo tiempo durante precisamente el mismo periodo de tiempo o que
no vio a otros aparte de estos dos”.13 Él simplemente dijo: “Vi … a dos
Personajes” (1838 JS), pero nunca dijo que se le aparecieron al mismo
tiempo. Los que quieren utilizar esta crítica simplemente están poniendo
palabras en la boca del profeta y quieren interpretar a su manera lo que dijo.
Para mayores detalles, véase Vi en el aire arriba de mí a dos Personajes en
el Capítulo 5.
El hecho de decir aquí que un Personaje apareció y enseguida apareció
otro Personaje, nos enseña sobre el orden de los cielos, el gobierno y el orden
del sacerdocio. “La providencia del Padre [es] presidir como el Principal
o Presidente”,14 Él está a la cabeza y todos los demás somos sujetos a Él.
Este principio también se enseña en el libro de Abraham. Allí aprendemos
que hay varias estrellas y el Señor le dice a Abraham que las que él ve “son
12. El élder James E. Talmage ha escrito: “Para los judíos Jehová era un nombre inefable que
no había de ser pronunciado; lo reemplazaron con otro nombre, el cual aunque sagrado no les era
prohibido decir, a saber, Adonai, que significa el Señor. Los términos originales Jehová y Dios
que aparecen en el Antiguo Testamento, fueron Yahveh o Adonai”. También: “Mucho antes del
tiempo de Cristo, había entre los judíos ciertas escuelas que, siempre atentas a la observancia de
la letra de la ley, aunque no desechando por completo el espíritu de ella, enseñaban que con tan
solo mencionar el nombre de Dios se blasfemaba, y que tal acto constituía una ofensa capital.
Este concepto extremado nació de la interpretación aceptada, mas no inspirada, de Levítico
24:16” (Talmage, Jesús el Cristo, 38, 42 n3).
13. Harper, Joseph Smith’s First Vision, 91 TL.
14. [Manual] José Smith, 44.
72
EL RELATO DE 1835 (JOSÉ SMITH)
las que rigen; y el nombre de la mayor es Kólob, porque está cerca de mí,
pues yo soy el Señor tu Dios; a esta la he puesto para regir a todas las que
pertenecen al mismo orden que esa sobre la cual estás” (Abr. 3:3). Kólob
es una representación de Cristo aquí. Cristo está encima de todos y es el
más cercano al Padre. Así también es con los espíritus: “Estos dos hechos
existen: Hay dos espíritus, y uno es más inteligente que el otro; habrá otro
más inteligente que ellos; yo soy el Señor tu Dios, soy más inteligente que
todos ellos” (Abr. 3:19). En la Primera Visión, el Padre aparece primero y
después el Hijo, siendo presentado por el Padre para que después dejara el
mensaje al joven José.
La frase “a semejanza del Primero” puede ser un poco ambigua. Se
pueden sugerir tres explicaciones: (1) Puede darnos a entender que el
Segundo Personaje apareció “de la misma manera que lo hizo el Primero”.
(2) Puede significar que tal como Su Padre, Cristo es perfecto y tiene todo
poder (3 Ne. 12:48; Mateo 28:18). Él en verdad es “semejante a Dios”
(Abr. 3:24). (3) Por último, Jesús se parece a Su Padre como testifican tres
relatos adicionales (véanse Dos Personajes gloriosos, que exactamente se
parecían el uno al otro en sus características o semejanzas en el Capítulo
6, Dos gloriosos Personajes celestiales se pusieron delante de él, cada uno
pareciéndose exactamente en características y estatura en el Capítulo 8 y
Vi a dos gloriosos Personajes, que se parecían exactamente el uno al otro
en características y semejanza en el Capítulo 9).
Él me dijo, “Tus pecados te son perdonados”, y me testificó que
Jesucristo es el Hijo de Dios. Entendiendo el orden de los cielos,
claramente vemos que estas palabras son del Salvador. Los que dicen
que hay una supuesta contradicción, argumentando que en el relato de
1832 (JS) Cristo le perdonó los pecados a José, mientras que aquí fue el
Padre, evidentemente no comprenden este relato y mucho menos las cosas
sagradas. El Padre presenta al Hijo y fue Éste quien le dijo a José: “Tus
pecados te son perdonados” (1835 JS). Esto concuerda perfectamente bien
con la declaración: “José, hijo mío, tus pecados te son perdonados” (1832
JS). El perdón es lo que buscaba José, y lo recibió del Salvador.
La idea errónea de los críticos al decir que en esta teofanía fue el Padre
quien le perdonó, seguramente viene por su falta de entender las verdades
del Evangelio y específicamente esta frase que sigue en el relato: “Y me
testificó que Jesucristo es el Hijo de Dios”. Razonan ellos que tuvo que
haber sido el Padre porque allí dice que testificó que Jesucristo es el Hijo
de Dios. Lo que parece evidente aquí, y una vez más esto concuerda con el
relato de 1832 (JS), es que Jesucristo le testificó a José sobre Su posición
especial como el Hijo Unigénito. Usando lo que se le conoce como la
investidura divina de autoridad, donde Cristo representa al Padre y habla
como si fuera el Padre, Él pudo testificar de Sí Mismo. En las Escrituras
vemos varios ejemplos de esto, pero los más notables se encuentran en
73
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Moisés 1 y Doctrina y Convenios 29. En Moisés 1, sabemos que Jehová,
o Jesucristo, habla con Moisés, pero le dice: “Y tengo una obra para ti,
Moisés, hijo mío; y tú eres a semejanza de mi Unigénito; y mi Unigénito
es y será el Salvador, porque es lleno de gracia y de verdad” (Moisés 1:6;
cursiva agregada).
En el otro ejemplo, leemos: “Escuchad la voz de Jesucristo, vuestro
Redentor, el Gran Yo Soy, cuyo brazo de misericordia ha expiado vuestros
pecados” (DyC 29:1). Por lo tanto, claramente habla Cristo en esta
revelación. Sin embargo, más tarde en la misma Él dice: “Mas he aquí,
os digo que yo, Dios el Señor, les concedí, a Adán y a su posteridad, que
no muriesen, en cuanto a la muerte temporal, hasta que yo, Dios el Señor,
enviara ángeles para declararles el arrepentimiento y la redención mediante
la fe en el nombre de mi Hijo Unigénito” (DyC 29:42; cursiva agregada). Los
que tienen un buen entendimiento reconocen que Cristo puede hablar como
si fuera el Padre y lo hace porque el Padre ha puesto Su nombre en el Hijo
para que hable las palabras que el Padre diría si estuviera allí. El mensaje
y las verdades compartidas son las mismas. Cristo dejó el testimonio que
era el Hijo de Dios, agregando: “Fui crucificado por el mundo para que
todos los que crean en mi nombre puedan tener la vida eterna” (1832 JS).
El mensaje es hermoso y claro.
Y vi muchos ángeles en esta visión. Este es un dato sumamente
interesante. El hecho de mencionarlo le habría resonado con un judío.
Además, siendo el evento que abriría la dispensación del cumplimiento
de los tiempos, seguramente había testigos celestiales allí para observarlo.
No es nada extraño que los ángeles hayan estado en la presencia, cercana o
lejana, del Padre y del Hijo. Varios profetas, al ver a Dios, también vieron
a muchos ángeles. Entre ellos Lehi, donde “vio abrirse los cielos, y creyó
ver a Dios sentado en su trono, rodeado de innumerables concursos de
ángeles, en actitud de estar cantando y alabando a su Dios” (1 Ne. 1:8). Alma
también dijo que vio a “Dios sentado en su trono, rodeado de innumerables
concursos de ángeles en actitud de estar cantando y alabando a su Dios”
(Alma 36:22). En el Capítulo 1, vimos las visiones de Isaías (Isa. 6:1-7), de
Ezequiel (Eze. 1:28) y de Juan el Amado (Apoc. 4:1-11) en las que vieron
a Dios y a los ángeles, o seres celestiales, que le rodeaban. Seguramente
José mencionó este detalle aquí dada su audiencia, pero realmente no
lo compartió después (según lo que tenemos escrito) porque el enfoque
principal no eran los ángeles, sino la visita del Padre y del Hijo.
Aquí cabe mencionar que otro ataque de los críticos en el que dicen
que no concuerdan los relatos de José Smith (y es un ataque absurdo en
mi opinión), es que cinco días más tarde, el 14 de noviembre de 1835,
José contó su historia a otro visitante, Erastus Holmes, y que según solo
menciona los ángeles. Este relato, si es que puede llamarse un relato, dice
que Holmes vino “para consultar sobre el establecimiento de la Iglesia de
74
EL RELATO DE 1835 (JOSÉ SMITH)
los Santos de los Últimos Días y para ser instruido de manera más perfecta
en nuestra doctrina y comencé y le di una breve relación de mi experiencia
durante mis años juveniles, digamos a partir de los seis años hasta el
momento en que recibí la primera visitación de Ángeles cuando tenía
unos catorce años, y también las visitas que recibí después, concerniente
el Libro de Mormón”.15 Como se ve, esta anotación en el diario de José es
un resumen, y quizás hasta podríamos decir un resumen del resumen, ya
que es bastante corto. No sabemos porque lo escribió así Warren Parrish,
pero podría ser que se preguntó por qué debía de escribir la experiencia
de nuevo si es que recién cinco días antes ya la había escrito. Se critica
esta parte del resumen: “El momento en que recibí la primera visitación de
Ángeles cuando tenía unos catorce años”, y el ataque es que José dijo que
solamente vio a “ángeles” en la visión. Parece que Parrish lo escribió así
porque para él la palabra “Ángeles” (escrito con “A” mayúscula) abarcaba
toda la experiencia completa. La palabra “ángel”, en el diccionario de 1828,
significa mensajeros de Dios, seres celestiales, y hasta Cristo.16 Debido a
que se escribe con una “A” mayúscula, cualquier persona con una mente
sana, sin intenciones de tergiversar el significado, debe saber sin duda que
tiene referencia a la deidad. Parrish escribió que José tuvo una experiencia
con Dios el Padre y Jesucristo junto con cualquier otro ser celestial que
pudiera haber estado presente en esta visión.
Tenía alrededor de catorce años cuando recibí este primer mensaje.
Aquí tenemos la edad de José en sus propias palabras. En los relatos suyos
que haría en el futuro (1838, 1841, 1842) él diría la misma edad. No existe
contradicción alguna.
RESUMEN FINAL
Aunque este relato es corto, contiene detalles hermosos. A diferencia
del relato de 1832 (JS) en el que José compartía su jornada personal, aquí
se enfoca más en lo que sucedió en la arboleda. La oposición de Satanás
al intentar callar al joven, el orden específico en el que aparecen el Padre
y el Hijo, mostrando el orden de los cielos, y el concepto del Hijo como
portavoz, el Mensajero y Mediador del Padre con Sus hijos. Además, la
aparición de ángeles como testigos celestiales de la visita del Rey Supremo
del cielo y el Señor Jesucristo, el Salvador del mundo. Algunos de estos
detalles habrán coincidido con la forma de pensar de su visitante, “Josué,
el Ministro Judío”, aunque la declaración de Jesús siendo el Hijo de Dios
habría sido fuerte. Teniendo estos conceptos en la mente, junto con el
contexto de que su audiencia era un judío no miembro de la Iglesia, nos
ayuda a ver por qué en este relato José compartió ciertos detalles. Este
15. Jessee et al. Joseph Smith Papers, Journals: 1832–1839 Vol. 1, 100 TL.
16. Webster, An American Dictionary of the English Language (1828), ref. “Angel”.
75
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
es el único relato en el que José menciona haber visto a ángeles además
del Padre y del Hijo. La ausencia de este detalle en los demás relatos no
significa que esto no sucedió, ni que contradice a los otros relatos, sino que
era algo secundario al mensaje principal—que había visto a Dios y esta
visita dio el inicio de su llamamiento como profeta.
76
CAPÍTULO 5
EL RELATO DE 1838
(JOSÉ SMITH)
El año de 1838 comenzó con dificultades muy fuertes para el profeta
José Smith. En medio de un estado de odio y de apostasía por parte de varios
miembros de la Iglesia, José tuvo que huir de Kirtland, Ohio, durante la
noche del 12 de enero de 1838 debido a una amarga persecución. El día 14
de marzo de 1838, llegó a Far West, Misuri. Entre los apóstatas se hallaba
John Whitmer, el historiador de la Iglesia, quien al ser excomulgado, se
llevó la historia que había escrito durante los siete años previos.1 Debido
a que el mandato del Señor seguía vigente—“He aquí, se llevará entre
vosotros una historia” (DyC 21:1)—José tomó muy en serio la necesidad
de tener una historia preparada para publicar.
El 27 de abril de 1838, junto con su nuevo escriba George Robinson,
comenzó de nuevo a escribir la historia de la Iglesia. La historia que trata
específicamente la Primera Visión se escribió entre el 27 de abril hasta el
2 de mayo a más tardar. Se sabe esto con certeza debido al registro en el
diario de José Smith por las mismas fechas.2 Habiendo pasado del 1 de
diciembre de 1838 al 6 de abril de 1839 en la cárcel de Liberty, seguramente
los tiempos más difíciles de su vida, el 11 de junio de 1839 José volvió a
trabajar junto con James Mulholland, quien sirvió como su nuevo escriba.
Mulholland copió todo lo que se había escrito el año anterior (1838), por
lo tanto, es su letra con la cual fue escrito el relato de 1838 de José Smith.
De todos los relatos de la Primera Visión, este es el más conocido y
el más amplio. La razón por la cual la membresía de la Iglesia lo conoce
mejor es porque es el único que ha sido canonizado (o agregado a los libros
que aceptamos como sagrada Escritura) y el lector puede encontrarlo en
la Perla de Gran Precio bajo el nombre de José Smith–Historia.3 Dada la
1. Véase Smith, José, History of the Church 3:1-10. Muchos años más tarde, la Iglesia sí pudo
recuperar esta parte de la historia y está guardada entre los archivos de la Iglesia.
2. Jessee et al. Joseph Smith Papers, Journals: 1832–1839 Vol. 1, 260, 263-264. Por lo menos
sesenta versículos fueron escritos de José Smith–Historia durante este tiempo debido a que
menciona que Moroni tenía las planchas “a su cargo hasta el día de hoy, dos de mayo de mil
ochocientos treinta y ocho” (JS–H 1:60).
3. La Perla de Gran Precio contiene una selección de revelaciones, traducciones y narraciones
de José Smith. La primera edición de la Perla de Gran Precio fue publicada en el año 1851 por
Franklin D. Richards. En aquel tiempo servía como presidente de la misión británica. Esta primera
edición contenía parte de la Historia de la Iglesia, la que había escrito James Mulholland, que
contenía este relato de la Primera Visión. La Perla de Gran Precio fue adoptada como Escritura
77
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
información presentada con anterioridad en los primeros dos párrafos,
queda claro el contexto bajo el cual se escribió esta historia. El propósito
de este relato fue convertirlo en la fuente principal del origen de esta obra
maravillosa y seguramente José traía eso en mente al dictar cuidadosamente
lo que quería que se escribiera. Él mismo dice: “Debido a las muchas
noticias que personas mal dispuestas e insidiosas han hecho circular acerca
del origen y progreso de [la Iglesia] … se me ha persuadido a escribir
esta historia para sacar del error a la opinión pública y presentar a los que
buscan la verdad los hechos tal como han sucedido” (JS–H 1:1). Con razón
José fue más preciso en lo que se escribió en este relato.
Dada la apostasía de varios líderes de la Iglesia, las persecuciones e
injurias que recibía y las mentiras que se propagaban de la Iglesia, no debería
sorprendernos que en este relato José se abrió un poco más, dando mayores
detalles que juzgó prudente compartir, tanto a la Iglesia (específicamente)
como a los apóstatas y a los enemigos (en general). Obviamente estas
experiencias recientes, con acusaciones de que era un profeta caído (ojo
que ningún apóstata dijo que era un profeta falso, sino caído), influyeron
en el énfasis que quiso dar. “Este relato es rico en evidencia tanto de la
memoria factual (lo que José experimentó en ese momento) y la memoria
interpretativa (lo que la experiencia significó para José con el tiempo)”.4
Además, como notan Allen y Welch: “Vindicar a los santos también puede
haber estado en la mente del líder de la Iglesia. Si es así, se necesitaba un
relato completo y detallado para poder convencer, uno que diera fechas
(1820), descripciones del clima (‘un día hermoso y despejado’), la hora del
día (‘la mañana’) y citas precisas de conversaciones, así como las palabras
del Señor. Se necesitaba una narrativa convincente y persuasiva para
mantener y atraer la atención de un público prejuicioso”.5
José deja claro el asunto para el que quiera escuchar y entender. Hubo
confusiones, buscó la Iglesia verdadera, vio al Padre y al Hijo, Cristo le
habló instruyéndole sobre el estado de las demás iglesias, y José supo que
iba a ser una herramienta en las manos del Señor. Ya no trató su redención
personal (aunque eso sí es importante), sino que se enfocó en la obra a
la cual fue llamado y en mostrar a las personas dónde tendrían que ir si
quisieran aceptar el Evangelio verdadero de Jesucristo.
después de haber sido aceptada por toda la Iglesia, al realizar un voto de sostenimiento, durante
la Conferencia General del 10 de octubre de 1880.
4. Harper, Joseph Smith’s First Vision, 44-45 TL.
5. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”, 55 TL.
78
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
EL RELATO DE 1838 (JS)—PARTE 1
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/history-circa-june-1839-circa-1841-draft-2/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. Debido a
que el relato de 1838 (JS) es el más largo, será dividido en cinco partes.
Comencemos con los versículos 5 al 10 de lo que es José Smith–Historia:
Durante el segundo año de nuestra residencia en Manchester, surgió
en la región donde vivíamos una agitación extraordinaria sobre el tema
de la religión. Empezó entre los metodistas, pero pronto se generalizó
entre todas las sectas de la comarca. En verdad, parecía repercutir en toda
la región, y grandes multitudes se unían a los diferentes partidos religiosos,
ocasionando no poca agitación y división entre la gente; pues unos
gritaban: “¡He aquí!”; y otros: “¡He allí!”. Unos contendían a favor de la
fe metodista, otros a favor de la presbiteriana y otros a favor de la bautista.
Porque a pesar del gran amor expresado por los conversos de estas
distintas creencias en el momento de su conversión, y del gran celo
manifestado por los clérigos respectivos, que activamente suscitaban y
fomentaban este cuadro singular de sentimientos religiosos—a fin de
lograr convertir a todos, como se complacían en decir, pese a la secta
que fuere—sin embargo, cuando los conversos empezaron a dividirse,
unos con este partido y otros con aquel, se vio que los supuestos buenos
sentimientos, tanto de los sacerdotes como de los conversos, eran más
fingidos que verdaderos; porque siguió una escena de gran confusión y
malos sentimientos—sacerdote contendiendo con sacerdote, y converso
con converso—de modo que toda esa buena voluntad del uno para con el
otro, si es que alguna vez la abrigaron, se había perdido completamente
en una lucha de palabras y contienda de opiniones.
Por esa época tenía yo catorce años de edad. La familia de mi padre
se convirtió a la fe presbiteriana; y cuatro de ellos ingresaron a esa iglesia,
a saber, mi madre Lucy, mis hermanos Hyrum y Samuel Harrison, y mi
hermana Sophronia.
Durante estos días de tanta agitación, invadieron mi mente una
seria reflexión y gran inquietud; pero no obstante la intensidad de mis
sentimientos, que a menudo eran punzantes, me conservé apartado de
todos estos grupos, aunque concurría a sus respectivas reuniones cada
vez que la ocasión me lo permitía. Con el transcurso del tiempo llegué a
inclinarme un tanto a la secta metodista, y sentí cierto deseo de unirme a
ella, pero eran tan grandes la confusión y la contención entre las diferentes
denominaciones, que era imposible que una persona tan joven como yo, y
sin ninguna experiencia en cuanto a los hombres y las cosas, llegase a una
determinación precisa sobre quién tenía razón y quién no.
Tan grande e incesante eran el clamor y el alboroto, que a veces mi
mente se agitaba en extremo. Los presbiterianos estaban decididamente
en contra de los bautistas y de los metodistas, y se valían de toda la fuerza
del razonamiento, así como de la sofistería, para demostrar los errores
79
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
de aquellos, o por lo menos, hacer creer a la gente que estaban en error.
Por otra parte los bautistas y los metodistas, a su vez, se afanaban con el
mismo celo para establecer sus propias doctrinas y refutar las demás.
En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo
me decía a mí mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos estos grupos
tiene razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es,
y cómo podré saberlo? (JS–H 1:5-10).
EXPLICACIONES Y NOTAS
Una agitación extraordinaria sobre el tema de la religión. Como
ya notamos en el Capítulo 3 (véase Alrededor de la edad de doce años,
comencé a inquietarme …) había bastante actividad religiosa en Nueva
York entre 1816 a 1821. Tanto así, que un reverendo de la fe metodista,
George Lane, “el jueves 1 de julio de 1819, asistió a la Conferencia de
Genesee que convocó en Vienna (después llamada Phelps) en el Condado de
Ontario, Nueva York”, que tan solo distaba medio día de viaje, caminando,
desde la granja de los Smith.6 Además, Sarepta March Barker, una
conversa metodista quien vivió en Phelps en 1819, al explicar qué sucedía
en aquel tiempo, empleó una expresión muy similar al relato de José. “El
avivamiento”, observó, “fue un ciclón religioso que se extendió por toda
la región y el reino de las tinieblas se sacudió terriblemente”.7 Varias de
estas reuniones de avivamiento8 de parte de los metodistas, bautistas y
presbiterianos, se llevaban a cabo cerca de las afueras de las arboledas
o en un claro pequeño en el bosque. La gente acampaba en esos lugares
mientras se hacían las reuniones por varios días. Los ministros se rotaban,
tomando turnos para predicar, aconsejar y orar. Una vez un reportero estimó
que había diez mil personas reunidas para ver la predicación. Los registros
eclesiásticos muestran aumentos en los miembros de sus congregaciones y
comunidades, especialmente en 1819 y 1820, a una distancia ubicada dentro
de un radio de treinta kilómetros de la granja de los Smith.
Existe una crítica, iniciada en 1967 por el reverendo Wesley Walters,
donde dice que no había evidencia de reuniones de avivamientos cuando
José Smith dijo que sí había. Los que critican la Primera Visión hoy en
día repiten lo mismo. Para el año 1967, podríamos decir que una evidencia
no descubierta no equivale a una evidencia no existente. Además de la
información compartida en el párrafo anterior, Steven Harper menciona que
algunos diarios de esa área de Nueva York, durante 1819 y 1820, mencionan
6. Porter, “Reverend George Lane” 328 TL. Véase también Harper, Joseph Smith’s First
Vision, 24.
7. Citada en Backman, “Awakenings in the Burned-over District”, 308 TL.
8. La información que sigue para terminar este párrafo es un resumen muy breve de Backman,
Joseph Smith’s First Vision, 71-89.
80
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
que el reverendo George Lane, junto con varios predicadores metodistas,
estaban allí predicando y realizando sus reuniones de avivamiento.9 Si uno
desea buscar, hallará. Si los críticos quieren desacreditar los diarios de los
residentes del área que describen las reuniones y tienen fechas exactas
de las cuales menciona José (y cabe destacar que estas personas no son
mormones o miembros SUD), será imposible darles otra evidencia que
vayan a aceptar. La evidencia señala que sí hubo reuniones y, por lo tanto,
José decía la verdad.
Parecía repercutir en toda la región. La región a la cual se refiere es
toda la parte oeste de Nueva York. Muchas de las personas no pertenecían
a una denominación antes que sucediera este gran despertar.
Los supuestos buenos sentimientos … eran más fingidos que
verdaderos. Los ministros religiosos aparentaban una forma de vivir, tal
como luego hacían sus conversos, pero todo era fingido. En un sentido eran
solamente oidores de la palabra y no hacedores (véase Stg. 1:22). Era un
ejemplo de la hipocresía que existía. “En sentido evangélico, la hipocresía
es asumir falsa apariencia de virtud, rectitud y bondad o arrogarse el derecho
al poder de predicar los principios del evangelio. Así, si una persona sabe
lo que es correcto y aparentemente profesa vivir de acuerdo con ello, pero
en realidad no vive la ley del evangelio, es un hipócrita. La hipocresía es
profesar religión y no practicarla …. De la misma manera los que profesan
ser luz al mundo y guían a las personas por el sendero de la rectitud, pero en
realidad no son los verdaderos administradores del Señor, son hipócritas por
asumir falsamente su autoridad. En otras palabras, tal como lo especifica
el Libro de Mormón y la Biblia, son hipócritas los ministros de las falsas
iglesias de la cristiandad (Morm. 8:38; 1 Tim. 4:1- 4)”.10
Una escena de gran confusión. Bien dice el libro de Proverbios: “Sin
profecía, el pueblo se desenfrena” (Prov. 29:18). Sin un líder inspirado, las
personas creían lo que querían y no había nadie que les guiara en el camino
correcto con respecto a la doctrina. Nefi describió cómo sería el estado
de los gentiles al decir que “los gentiles se ensalzan con la soberbia de
sus ojos, y han tropezado a causa de lo grande de su tropezadero, y han
establecido muchas iglesias; sin embargo, menosprecian el poder y los
milagros de Dios, y se predican su propia sabiduría y su propia instrucción”
(2 Ne. 26:20). Con razón había “gran confusión”.
Esa buena voluntad … se había perdido completamente en una
lucha de palabras y contienda de opiniones. El Salvador dejó claro este
principio: “Aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es
del diablo, que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los
hombres, para que contiendan con ira unos con otros. He aquí, esta no es
9. Véase Harper, “Evaluating Three Arguments against Joseph Smith’s First Vision” 313-319.
10. McConkie, Bruce R., Doctrina Mormona, 343-344.
81
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el otro;
antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas” (3 Ne. 11:29-30).
Esta enseñanza claramente no la seguían.
Tenía yo catorce años de edad. Por segunda vez, la primera siendo
el relato de 1835 (JS), José dice que tenía catorce años. Los datos son los
mismos.
La familia de mi padre … cuatro de ellos ingresaron a [la] iglesia
presbiteriana. Tal como fue uno de los resultados de la apostasía, también
había divisiones en la familia de José Smith. Pablo preguntó: “¿Acaso está
dividido Cristo?” (1 Cor. 1:13). El Señor confirma la respuesta cuando dice:
“Sed uno y si no sois uno no sois míos” (DyC 38:27).
Invadieron mi mente una seria reflexión y gran inquietud. En
el relato de 1832 (JS) José dice que empezó a preocuparse y comenzó a
meditar desde los doce años. Para más información, véase De los doce a los
quince años de edad, medité muchas cosas en el Capítulo 3.
Concurría a sus respectivas reuniones cada vez que la ocasión me lo
permitía. Como cualquier persona honesta, que ama a Dios, José asistió
donde pudiera ser informado y buscar sus propias respuestas, probando todo
(véase Analicé los diferentes sistemas en el Capítulo 4). Es muy probable
que asistió mayormente con su madre y hermanos a la iglesia presbiteriana
(la única religión que tenía una capilla en Palmyra antes de 1823) y a las
reuniones metodistas ya que él mismo dijo: “Con el transcurso del tiempo
llegué a inclinarme un tanto a la secta metodista” (JS–H 1:8; también véase
Preguntó: “¿Debo unirme a la Iglesia Metodista?” en el Capítulo 12).
[Todos querían] demostrar los errores de aquellos [y] establecer sus
propias doctrinas y refutar las demás. Esta observación muestra que
la soberbia abundaba entre los profesores de la religión. “Ciertamente
la soberbia producirá contienda” (Prov. 13:10). El presidente Ezra Taft
Benson nos dejó algunas gemas cuando habló sobre el orgullo, o la
soberbia.11 Algunas, entre muchas son: “El orgullo no mira hacia Dios ni
se interesa por saber qué es lo correcto. Mira hacia los lados, y discute
con los hombres para tener la razón”. “La característica principal del
orgullo es la enemistad: enemistad hacia Dios y enemistad hacia nuestros
semejantes. Enemistad significa ‘tener odio, tener hostilidad y hallarse en
un estado de oposición’. Es el poder por el cual Satanás desea dominarnos.
El orgullo tiene una naturaleza esencialmente competitiva”. “Otro aspecto
importante de este pecado tan prevaleciente es la enemistad hacia nuestros
semejantes. Diariamente nos vemos tentados a elevarnos por encima de los
demás y disminuirlos (véase Hel. 6:17; DyC 58:41). Los orgullosos hacen
de toda persona su adversario, compitiendo con el intelecto, las opiniones,
11. Las siguientes citas vienen de [Manual] Ezra Taft Benson, 251, 253, 254.
82
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
los trabajos, las posesiones, los talentos y otros valores mundanos de los
demás”.
Podemos ver cómo estas enseñanzas describen tanto el estado de las
personas en los días de José como el de las personas en nuestros días.
Debemos cuidarnos de la soberbia.
¿Cuál de todos estos grupos tiene razón; o están todos en error? Esta
era una pregunta muy importante para José. Se dedicó a escudriñar las
Escrituras para llegar a su propia conclusión (véase Me llevó a escudriñar
las Escrituras en el Capítulo 3). Sin embargo, para poder llegar a una
respuesta que no deja duda alguna sobre quién tiene razón, uno tiene que ir
con Dios y recibir de Él la guía necesaria. Después de estudiar, José pensó
haber llegado a una respuesta, pero igual se verá más tarde que, aunque sí
llegó a una conclusión según su intelecto, esa respuesta final no entró por
completo a su corazón.
EL RELATO DE 1838 (JS)—PARTE 2
Ahora continuaremos con José Smith–Historia, los versículos 11 al 14:
Agobiado bajo el peso de las graves dificultades que provocaban las
contiendas de estos grupos religiosos, un día estaba leyendo la Epístola
de Santiago, primer capítulo y quinto versículo, que dice: Y si alguno
de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Ningún pasaje de las Escrituras jamás penetró el corazón de un hombre
con más fuerza que este en esta ocasión, el mío. Pareció introducirse con
inmenso poder en cada fibra de mi corazón. Lo medité repetidas veces,
sabiendo que si alguien necesitaba sabiduría de Dios, esa persona era yo;
porque no sabía qué hacer, y a menos que obtuviera mayor conocimiento
del que hasta entonces tenía, jamás llegaría a saber; porque los maestros
religiosos de las diferentes sectas entendían los mismos pasajes de las
Escrituras de un modo tan distinto, que destruían toda esperanza de
resolver el problema recurriendo a la Biblia.
Finalmente llegué a la conclusión de que tendría que permanecer en
tinieblas y confusión, o de lo contrario, hacer lo que Santiago aconsejaba,
esto es, recurrir a Dios. Al fin tomé la determinación de “pedir a Dios”,
habiendo decidido que si él daba sabiduría a quienes carecían de ella, y la
impartía abundantemente y sin reprochar, yo podría intentarlo.
Por consiguiente, de acuerdo con esta resolución mía de recurrir a
Dios, me retiré al bosque para hacer la prueba. Fue por la mañana de un día
hermoso y despejado, a principios de la primavera de 1820. Era la primera
vez en mi vida que hacía tal intento, porque en medio de toda mi ansiedad,
hasta ahora no había procurado orar vocalmente (JS–H 1:11-14).
83
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
EXPLICACIONES Y NOTAS
Un día estaba leyendo la Epístola de Santiago. José ya había estado
estudiando la Biblia desde hace poco más de dos años. Él había dicho que la
preocupación por su “alma inmortal [le] llevó a escudriñar las Escrituras”
porque creía “que contenían la palabra de Dios” (1832 JS). José fue a lo que
consideraba que era la fuente de la verdad y en ella encontró el hermoso
testimonio y profunda enseñanza de Santiago. De esos escritos aprendió
que debía preguntar a Dios.
[El] pasaje … jamás penetró el corazón … con más fuerza que este
en esta ocasión, el mío. Pareció introducirse con inmenso poder en cada
fibra de mi corazón. Lo medité repetidas veces. Esta parte de la historia
de José nos enseña la suma importancia que tiene el estudio personal de
las Escrituras. El élder Robert D. Hales dio este excelente consejo: “Si
deseamos hablar con Dios, oramos; y si deseamos que Él nos hable,
escudriñamos las Escrituras, porque por medio de Sus profetas recibimos
Sus palabras. De modo que Él nos enseñará a medida que prestemos
atención a la inspiración del Espíritu Santo”.12
Escudriñando las Escrituras, y leyendo específicamente Santiago 1:5, la
descripción de esta experiencia de José es una ilustración perfecta de cómo
el Espíritu de revelación nos habla a través de sagrada Escritura. El Espíritu
hizo que el pasaje le penetrara el corazón “con fuerza” y “con inmenso
poder”. Después, hizo que lo meditara “repetidas veces”. “Los elementos
clave en esa descripción incluyen la fuerza con la que el mensaje del texto
entró en su corazón, los sentimientos acompañantes y la manera en que
reflexionó sobre él una y otra vez”.13 En otras palabras, “lo que se ha descrito
aquí es el Espíritu de revelación dirigiendo a José Smith a preguntar al
Señor; es decir, una revelación que lo dirige a recibir una revelación, [o que
lo llevó a la Arboleda Sagrada]. Esta experiencia podría llevarnos a pensar
con qué frecuencia las revelaciones no se reclaman porque no prestamos
atención a la inspiración de preguntar”.14 Sencillamente si somos lentos en
escuchar la voz de la revelación, la del Espíritu, podría ser que el Señor sea
lento en escuchar nuestras oraciones y en contestarlas (véase DyC 101:7).
Estamos muy agradecidos que el joven José obedeció la inspiración que
recibió y fue a la arboleda para orar y recibir guía.
Los maestros religiosos … destruían toda esperanza de resolver el
problema recurriendo a la Biblia. Parece que no hay fin a los argumentos
sobre los significados de los textos de la Biblia. Además, no se puede enseñar
el Evangelio entre tanta contención. Las interpretaciones no inspiradas de
estos maestros, y los hombres en estos días, sobre los significados de las
12. Hales, “Las Santas Escrituras: El poder de Dios para nuestra salvación”, 27.
13. McConkie y Ostler, Revelations of the Restoration, 9 TL.
14. McConkie, Joseph Fielding, Here We Stand, 194 TL.
84
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
Escrituras, no valen nada. “Nadie conoció las cosas de Dios, a no ser que
haya tenido el Espíritu de Dios” (TJS 1 Cor. 2:12). Por lo tanto, dado que
las palabras de la Biblia son inspiradas y fueron dadas por el Espíritu Santo,
debemos tener ese mismo Espíritu con nosotros para poder entender qué
es lo que Dios quiere decir. No hay otra manera. Con tanta confusión e
interpretaciones diferentes ofrecidas por estos maestros religiosos, no había
una esperanza de llegar a una comprensión verdadera de las cosas de Dios,
aun usando el libro inspirado que debía ayudar al hombre a acercarse a Él.
Al fin tomé la determinación de “pedir a Dios”. Como leímos antes,
José meditó “repetidas veces” (JS–H 1:12) la escritura de Santiago 1:5. Al
meditar mucho y al hacer caso a los susurros y las impresiones del Espíritu
de hacer lo que indicaba la escritura, José determinó pedir a Dios. Su
acción no fue de un día para otro, pero sí mostró la fe suficiente de creer,
y después, de actuar. Este es el mismo principio que enseña Alma cuando
dijo que debemos usar la fe para creer y actuar (véase Alma 32:28-43).
Seguramente las palabras de Santiago, para citar Alma, empezó “a hincharse
en [su] pecho; y al sentir esta sensación de crecimiento, [empezó] a decir
dentro de [sí]: Debe ser que … la palabra es buena, porque empieza a
ensanchar mi alma; sí, empieza a iluminar mi entendimiento; sí, empieza
a ser deliciosa para mí” (Alma 32:28). Quizás de esta manera el pasaje de
Santiago, como dijo José, “pareció introducirse con inmenso poder en cada
fibra de mi corazón” y por eso “tomé la determinación”, dijo él, de “pedir
a Dios” (JS–H 1:12-13).
Me retiré al bosque. Véanse Estando confundido, me dirigí a la
tranquila arboleda y me incliné ante el Señor en el Capítulo 4 y también
Salí hacia la arboleda donde mi padre había hecho un claro en el
Capítulo 11.
Por la mañana, día hermoso y despejado, a principios de la primavera
de 1820. Este es el único relato en el que José da una descripción del día
en el que se inclinó delante del Señor. Parece que es un dato de menor
importancia, pero ¿por qué se tomaría la molestia de mencionarlo?
Simplemente porque el hecho de ir a la arboleda y orar a Dios fue un
acontecimiento verdadero. No tenía por qué inventar un detalle semejante.
Debido a que José estaba intentando dar más información y ser más
preciso, porque al final de todo iba a publicar este relato como oficial para
la historia de la Iglesia, juzgó prudente “pintar”, digamos, la escena en
la que se encontraba aquella mañana de primavera de 1820. En el cuarto
párrafo de la introducción de este capítulo se mencionó el contexto en que
fue escrito y parece ser evidente que por eso tuvo que ser más específico.
En el Apéndice se hablará más sobre el “día hermoso y despejado” cuando
sucedió la Primera Visión.
Era la primera vez [que] había procurado orar vocalmente.
Claramente cuando José dice que “era la primera vez”, no se refiere al hecho
85
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
de orar, sino al de ir a una arboleda y hacerlo vocalmente. La familia Smith
era una familia religiosa. En aquellos días era costumbre que los padres, o el
padre, dirigiera las oraciones de la familia. Aunque seguramente José había
orado en su mente sobre este asunto, parece que está declarando que era la
primera vez que, estando a solas, se arrodilló y procuró “orar vocalmente”.
Para más información, véase Oré al Señor por primera vez en el Capítulo 4.
EL RELATO DE 1838 (JS)—PARTE 3
Aquí seguiremos con José Smith–Historia, los versículos 15 al 17:
Después de apartarme al lugar que previamente había designado,
mirando a mi derredor y encontrándome solo, me arrodillé y empecé a
elevar a Dios el deseo de mi corazón. Apenas lo hube hecho, cuando
súbitamente se apoderó de mí una fuerza que me dominó por completo,
y surtió tan asombrosa influencia en mí, que se me trabó la lengua, de
modo que no pude hablar. Una densa obscuridad se formó alrededor de
mí, y por un momento me pareció que estaba destinado a una destrucción
repentina.
Mas esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me
librara del poder de este enemigo que se había apoderado de mí, y en el
momento en que estaba para hundirme en la desesperación y entregarme a
la destrucción—no a una ruina imaginaria, sino al poder de un ser efectivo
del mundo invisible que ejercía una fuerza tan asombrosa como yo
nunca había sentido en ningún otro ser—precisamente en este momento
de tan grande alarma vi una columna de luz, más brillante que el sol,
directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió
hasta descansar sobre mí.
No bien se apareció, me sentí libre del enemigo que me había
sujetado. Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos
Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me
habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi
Hijo Amado: ¡Escúchalo! (JS–H 1:15-17).
EXPLICACIONES Y NOTAS
[Me aparté] al lugar que previamente había designado. José ya
tenía un lugar específico que había apartado para orar. Ese lugar era una
arboleda que se encuentra directamente detrás de la casa de los Smith allí
en Palmyra, Nueva York. En otro relato, dice: “Salí hacia la arboleda donde
mi padre había hecho un claro, y fui al tocón donde había dejado clavada
mi hacha cuando terminé de trabajar” (1843 DW). Para más información,
véase Fui al tocón donde había dejado clavada mi hacha cuando terminé
de trabajar en el Capítulo 11.
Se apoderó de mí una fuerza … que se me trabó la lengua, de modo
que no pude hablar. Debe haber “una oposición en todas las cosas” y no
86
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
nos sorprende que ese “ángel de Dios [que] había caído del cielo” (2 Ne.
2:11, 17) haya estado presente. “Existe una lección en el relato del profeta
José Smith sobre la Primera Visión”, nota el élder Jeffrey R. Holland, “que
prácticamente cada Santo de los Últimos Días ha tenido la oportunidad
de experimentar, o algún día pronto lo hará. Es una verdad simple y muy
aleccionadora que antes de los grandes momentos, ciertamente antes de
los grandes momentos espirituales, puede venir la adversidad, la oposición
y la oscuridad. La vida tiene algunos de esos momentos para nosotros,
y ocasionalmente vienen justo cuando nos acercamos a una decisión
importante o un paso significativo en nuestras vidas”.15 La decisión de José
de entrar a la arboleda resultó ser el evento más importante y significativo
no solo en su vida, sino también en las vidas de muchas otras personas.
Este testimonio de José aquí nos muestra dos puntos: “Primero, que
el adversario tenía poder para afectar físicamente al joven. En su relato de
1835, José dijo: ‘Parecía que mi lengua se había hinchado en mi boca’…
Segundo, el adversario se esforzó por impedir que José orara vocalmente”.16
Esta oración vocal del joven tendría poder. Satanás, sabiendo quién era
José, probablemente podía presentir que ese era el momento preciso en
que el profeta preordenado iba a recibir la visita personal del Padre y del
Hijo. Así que el diablo, con todo su poder, intentó impedir que José se
comunicara con los cielos.
Una densa obscuridad se formó alrededor de mí. Con respecto a la
densa obscuridad, Kerry Muhlestein ha escrito: “El joven, quien pronto
sería un profeta, estaba aprendiendo de primera mano que una de las
mejores herramientas de Satanás es un sentimiento negro de desesperación.
La desesperación desgarra la esperanza y la fe y quita el deseo de acercarse
a Dios. Los sentimientos de desesperación pueden provenir de muchas
fuentes y de muchas maneras, pero si permanecen por un periodo de tiempo
prolongado, siempre destruyen los cimientos del amor, la esperanza y la fe
que conducen a Dios. A menudo parecen silenciar la capacidad de sentir el
Espíritu. Esta es una herramienta en la que Satanás se deleita emplear, y fue
el arma principal de su arsenal que apuntó a José Smith en esta coyuntura
crucial. Él desató sobre el joven profeta una ola implacable de sentimientos
oscuros, tratando de desanimar el espíritu joven de José bajo la carga de la
desesperanza, la duda y el miedo”.17
Esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me librara.
En medio de las pruebas más fuertes es donde debemos orar con más fervor
y pelear con más fuerza. En otro relato José dijo: “Esforzándome con toda
energía por pedirle a Dios que me librara” (1841 JS). Luchó con todo su ser,
15. Holland, Trusting Jesus, 167 TL.
16. Draper et al., The Pearl of Great Price: A Verse-by-Verse Commentary, 339 TL.
17. Muhlestein, I saw the Lord, 29 TL.
87
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
por fuera y especialmente por dentro. En medio de su desesperación, José
dio todo lo que podía. ¿Será que aprendió esta lección del Salvador mismo
y Su ejemplo perfecto? En Getsemaní, cuando todo el peso de nuestros
pecados, dolores, debilidades, tristezas, imperfecciones y enfermedades
cayó sobre ese Ser Perfecto y Santo, el Espíritu, o la influencia del Padre,
retirándose de Él, ¿cómo reaccionó Cristo? Dice la escritura que “estando
en agonía, oraba más intensamente” (Lucas 22:44). Aun en los momentos
más difíciles y dolorosos, Cristo nos instruye a la perfección. José, estando
en la presencia del adversario, también oró con todo lo que tenía, “con
fervor en el espíritu y en fe” (1840 OP), para que Dios le librara.
Poder de un ser efectivo del mundo invisible. La resistencia que
enfrentaba era algo real y no ficticio. Satanás es un ser de espíritu cuya
forma es igual al hombre. Ese ser maligno intentó atacar a José y apoderarse
de él. Así trabaja Satanás—se enfrenta contra los escogidos del Señor para
impedir que suceda un evento espiritual significante. Otro ejemplo de esto
se encuentra en Moisés 1. Allí Moisés hablaba cara a cara con Dios por
un tiempo y después Dios le dejó. Justo en ese momento, estando Moisés
a solas, “Satanás vino para tentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre,
adórame” (Moisés 1:1-12). El diablo es “el padre de las mentiras” (2 Ne.
9:9), y como tal, a Moisés le “gritó en alta voz y bramó sobre la tierra, y
mandó y dijo: Yo soy el Unigénito, adórame a mí” (Moisés 1:19). Después
de tres intentos sin éxito de expulsar a Satanás, “Moisés recibió fuerza,
e invocó a Dios, diciendo: En el nombre del Unigénito, retírate de aquí,
Satanás. Y ocurrió que Satanás gritó en voz alta, con lloro, y llanto, y crujir
de dientes; y se apartó de allí, sí, de la presencia de Moisés, de modo que
no lo vio más” (Moisés 1:20-22).
Con esta historia vemos que Moisés, al mandar al diablo que se retirara
en el nombre del Unigénito verdadero, pudo vencerlo. Después, lo que
sucedió con Moisés fue que tuvo una de las visiones más bellas en las
Escrituras en la que aprendió cómo y por qué el mundo, o más bien los
mundos, fueron creados. Fue instruido sobre la misión del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo, que es “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna
del hombre” (Moisés 1:39). Esa experiencia sumamente espiritual ocurrió
directamente después de que Satanás intentó impedirla. Lo mismo sucedió
con José Smith: Fue atacado por el diablo, clamó a Dios y fue liberado
por el poder de Dios. Después vio y conoció al Padre Amoroso a quien
clamaba y al Hijo Amado, el Salvador del mundo. Un principio verdadero
que José aprendió con esta experiencia, que luego en la vida lo enseñaría al
élder Heber C Kimball, es: “Cuanto más cerca del Señor esté una persona,
mayor poder manifestará el adversario a fin de impedir que se cumplan
Sus propósitos”.18
18. Whitney, Life of Heber C. Kimball, 134 TL.
88
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
Vi una columna de luz, más brillante que el sol. En cuatro de los
cinco relatos que vienen de José, él dice que la luz, o el fuego, venía como
“una columna”. Parece entonces que era un eje cilíndrico de luz que estaba
confinada. Como se ha mencionado antes, José estaba intentando describir
algo que no se puede expresar con palabras. En su revisión de esta versión,
José dijo: “Vi una columna de luz, mucho más brillante y deslumbrante
que el sol en su esplendor meridiano” (1841 JS). Esta luz consistía de la
gloria de Dios. En una revelación moderna aprendemos que “la gloria de
Dios es … luz y verdad” (DyC 93:36; cursiva agregada). Fue esta gloria de
Dios que liberó a José de Satanás: “No bien se apareció [la luz], me sentí
libre del enemigo que me había sujetado” (JS–H 1:17). El élder Robert D.
Hales enseñó: “La luz y la oscuridad no pueden ocupar el mismo espacio al
mismo tiempo. La luz hace desvanecer la oscuridad. Cuando está presente,
la oscuridad es derrotada y debe retirarse. Y lo que es más, la oscuridad no
puede conquistar la luz a menos que ésta disminuya o desaparezca. Cuando
está presente la luz del Espíritu Santo, la oscuridad de Satanás se aleja”.19
Vi en el aire arriba de mí a dos Personajes. José vio a dos Personajes.
No nos dejó el detalle aquí que fue el Padre quien se le apareció primero
y después el Hijo. Simplemente dice que fueron “dos Personajes”. Una
verdad que podríamos decir es que, saliendo de la Arboleda Sagrada, José
sabía más sobre Dios que cualquier de los líderes religiosos del cristianismo
apóstata porque a Ellos los había conocido y hablado cara a cara. Eran dos
Seres, no dos en uno. Tenían cuerpos de carne y huesos, no eran espíritus o
algo que no tenía forma, sin partes o pasiones. Estas citas20 de José, que son
una muestra de varias, claramente enseñan lo que entendió:
“Los maestros de hoy en día dicen que el Padre es Dios, que el Hijo
es Dios y que el Espíritu Santo es Dios, y que todos están en un cuerpo y
son un Dios … . Toda persona que haya visto los cielos abiertos sabe que
allí hay tres Personajes que tienen las llaves de autoridad, y que uno de
ellos lo preside todo”. “Siempre he declarado que Dios es un Personaje
distinto, que Jesucristo es un Personaje aparte y distinto de Dios el Padre,
y que el Espíritu Santo es otro Personaje distinto, y es espíritu; y estos
tres constituyen tres Personajes distintos y tres Dioses”. “Lo que no tiene
cuerpo ni partes es nada. No hay otro Dios en el cielo sino ese Dios de
carne y huesos”. “El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible
como el del hombre; así también el Hijo; pero el Espíritu Santo … es un
personaje de Espíritu” (DyC 130:22).
Es interesante hacer notar que la primera vez que la idea de un Dios
antropomórfico, un Dios con un cuerpo físico, fue impresa por la Iglesia,
19. Hales, “De la oscuridad a Su luz maravillosa”, 78.
20. Las siguientes tres citas vienen de [Manual] José Smith, 44. También véase Smith, José,
The Words of Joseph Smith, 60, 63-64.
89
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
sucedió en 1838 cuando Parley P. Pratt escribió: “Adoramos a un Dios quien
tiene tanto un cuerpo como partes, tiene ojos, boca y orejas y habla cuando
guste, a quien quiera y los manda a donde Él desee”.21 Inclusive, dos años
antes, el 11 de agosto de 1836, un ministro presbiteriano llamado Truman
Coe, quien vivió con los Santos en Kirtland, Ohio, publicó lo siguiente
en el Ohio Observer: “[Los SUD] sostienen que el Dios que adoran los
presbiterianos y todos los demás sectarios no es mejor que un dios de
madera. Ellos creen que el Dios verdadero es un ser material, compuesto de
cuerpo y partes; y que cuando el Creador formó a Adán a su propia imagen,
lo hizo a la misma estatura y forma de Dios mismo”.22
Debe quedar sumamente claro que esta hermosa verdad se enseñó en
los primeros días de la Iglesia. Dios tiene un cuerpo y esto se enseña en el
libro de Moisés, que José recibió por revelación, al final del año 1830: “El
día en que Dios creó al hombre, a semejanza de Dios lo hizo; a imagen de su
propio cuerpo, varón y hembra los creó” (Moisés 6:8-9; cursiva agregada).
José aprendió esta gran verdad en 1820 y en este relato testifica que fueron
el Padre Eterno y el Hijo Unigénito quienes son los dos Personajes que
se le aparecieron. Esta perla de inmenso valor lo comparte en este relato
oficial, aunque en los otros relatos también queda claro que fueron Ellos
con quienes José conversó.
Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre. Nuestro Padre
Celestial es omnisciente, además, es un Dios personal y amoroso. Él conoce
a cada uno de Sus hijos tal y como somos y sabe nuestros nombres. Otra
razón por la que nos conoce es porque “[nos criamos] hasta la madurez
en las mansiones eternas del Padre antes de venir a la tierra en un cuerpo
temporal para pasar por la experiencia como ser mortal”.23 El Padre nos
crio en la vida premortal. En esta solemne ocasión, tal como enseñan las
Escrituras, el Padre dejó Su trono divino para dar testimonio de Su Hijo y
presentarlo: “Y a Dios nadie le vio jamás, excepto el que ha dado testimonio
del Hijo” (TJS Juan 1:19).
Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo! Lo que vemos aquí es el orden
de los cielos. El Padre llegó, llamó a José por su nombre, le presentó a Su
Hijo, dando testimonio de quien era Él y dejó el mandato: “¡Escúchalo!”
El presidente Joseph Fielding Smith ha enseñado: “Si José, al regresar
de la arboleda a su casa, hubiese declarado que se le habían aparecido el
Padre y el Hijo y que el Padre le había hablado y respondido a su pregunta
mientras el Hijo permanecía en silencio a su lado, entonces podríamos
haber aceptado el relato como un fraude. José Smith era demasiado joven e
inexperto como para saberlo entonces, pero no cometió error y su relato está
21. Pratt, Parley P., Mormonism Unveiled, 29 TL.
22. Backman, “Truman Coe’s 1836 Description of Mormonism”, 347, 354 TL.
23. [Manual] Joseph F. Smith, 360.
90
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
en perfecta armonía con la verdad divina, con la ley divina de que Cristo
es el Mediador entre Dios y el hombre”.24 En otra ocasión instruyó: “Toda
revelación desde la Caída ha venido por medio de Jesucristo, quien es el
Jehová del Antiguo Testamento. En todos los pasajes en los que se menciona
a Dios y en los que se habla de su manifestación, se habla de Jehová. Fue
Jehová quien habló con Abraham, con Noé, con Enoc, con Moisés y con
todos los profetas … . El Padre nunca trató directa o personalmente con el
hombre después de la Caída, y nunca se ha mostrado a no ser para presentar
y dar testimonio del Hijo”.25
El Padre da testimonio del Hijo porque la salvación solamente
se encuentra en Cristo y en ningún otro ser (Mos. 3:17; 5:8). Debemos
escuchar a Jesús si queremos saber cómo obtener esa salvación que ofrece.
Cuando el Padre se ha presentado, físicamente o por Su voz audible, Él
manda: “Este es mi Hijo Amado … a él oíd” (Mateo 17:5; 3:17; 3 Ne. 11:7).
EL RELATO DE 1838 (JS)—PARTE 4
Ahora veremos José Smith–Historia, los versículos 18 al 20:
Había sido mi objeto recurrir al Señor para saber cuál de todas las
sectas era la verdadera, a fin de saber a cuál unirme. Por tanto, luego
que me hube recobrado lo suficiente para poder hablar, pregunté a los
Personajes que estaban en la luz arriba de mí, cuál de todas las sectas
era la verdadera (porque hasta ese momento nunca se me había ocurrido
pensar que todas estuvieran en error), y a cuál debía unirme.
Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban
en error; y el Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran
una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían
pervertido; que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de
mí; enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo
apariencia de piedad, mas negando el poder de ella”.
De nuevo me mandó que no me uniera a ninguna de ellas; y muchas
otras cosas me dijo que no puedo escribir en esta ocasión. Cuando otra
vez volví en mí, me encontré de espaldas mirando hacia el cielo. Al
retirarse la luz, me quedé sin fuerzas, pero poco después, habiéndome
recobrado hasta cierto punto, volví a casa. Al apoyarme sobre la mesilla
de la chimenea, mi madre me preguntó si algo me pasaba. Yo le contesté:
“Pierda cuidado, todo está bien; me siento bastante bien”. Entonces le dije:
“He sabido a satisfacción mía que el presbiterianismo no es verdadero”.
Parece que desde los años más tiernos de mi vida el adversario sabía que
yo estaba destinado a perturbar y molestar su reino; de lo contrario, ¿por
qué habían de combinarse en mi contra los poderes de las tinieblas? ¿Cuál
24. Smith, Joseph Fielding, Doctrina de Salvación 1:26.
25. Smith, Joseph Fielding, Doctrina de Salvación 1:26.
91
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
era el motivo de la oposición y persecución que se desató contra mí casi
desde mi infancia? (JS–H 1:18-20).
EXPLICACIONES Y NOTAS
Hasta ese momento nunca se me había ocurrido pensar que todas
estuvieran en error. Esta es la frase que los detractores critican y dicen
que contradice los otros relatos anteriores. Tenemos que recordar que
en el de 1832 (JS), José habla de las personas en general y luego de las
denominaciones. Las que conocía no podían ser la Iglesia de Jesucristo
según su forma de pensar. Estando tan confundido, quizás renegando creer
lo que pensaba, decía en 1835 (JS) que “no sabía quién estaba en lo cierto ni
quién estaba en el error”. Según esa misma forma de pensar, aquí tenemos
la frase, con una traducción diferente en cursiva, “hasta ese momento
nunca me había entrado al corazón que todas estuvieran en error”. Para
más detalles, véanse Abominaciones y tinieblas que cubrían la mente del
género humano en el Capítulo 3 y también Estando confundido, me dirigí
a la tranquila arboleda y me incliné ante el Señor en el Capítulo 4.
No debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error. Debido
a que este relato es para los miembros de la Iglesia, vemos el lenguaje
directo y fuerte que Jesucristo usa. No queda duda alguna de lo que pensaba
sobre lo que enseñaban las sectas y si eran aceptadas por Él. ¿Cuál es Su
Iglesia? Él ha dicho: “Si lleva mi nombre, entonces es mi iglesia, si es que
están fundados sobre mi evangelio … y si es que la iglesia está edificada
sobre mi evangelio, entonces el Padre manifestará sus propias obras en ella”
(3 Ne. 27:8 -10). Ninguna iglesia de aquellos días se llamaba la “Iglesia
de Jesucristo” y mucho menos (y este punto es clave) estaba edificada
sobre el Evangelio de Jesucristo ni se manifestaban las obras del Padre en
ella. Por razones de una apostasía universal, como profetizó Isaías sobre
los últimos días, las “tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad los pueblos”
(Isa. 60:2). Con todos los credos que salieron con el tiempo, comenzando
con el Credo de Nicea (325 d.C.), el Evangelio de Jesucristo se había
transformado en algo completamente diferente—“se [había] corrompido
[Su] viña por completo” (DyC 33:4). Quizás por esta razón José declararía
más tarde en su vida: “Concuerda con el orden de lo celestial el hecho de
que Dios siempre envíe una dispensación al mundo cuando los hombres
han apostatado de la verdad y han perdido el sacerdocio”.26
Todos sus credos eran una abominación a su vista. Alguna vez al
profeta José Smith se le hizo esta pregunta: “¿En qué se distinguen ustedes
de las otras sectas?” Como respuesta él dijo: “En que creemos en la Biblia,
mientras que todas las otras sectas profesan creer en sus interpretaciones
26. [Manual] José Smith, 543.
92
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
de la Biblia y en sus credos”.27 Estos credos eran inventos de los hombres
basados en sus propias interpretaciones de la Biblia. No hay salvación en
ellos. Cristo condenó estos credos como abominables, es decir que eran
ofensivos, malos, contaminados y repugnantes. Tiene todo sentido porque
dentro de estos credos no se enseñan las doctrinas claras y preciosas como,
por ejemplo, que Dios es nuestro Padre literal y tiene un cuerpo de carne y
hueso; que existe revelación y los cielos están abiertos; la vida premortal;
la necesidad de las ordenanzas del Evangelio; cómo efectuar dichas
ordenanzas; la inocencia de los niños pequeños; la vida en el mundo de los
espíritus y la obra que se lleva a cabo allí; los reinos de gloria y la verdad
tan bella de que podemos llegar a ser como nuestro Padre Celestial es y
vivir la vida que Él disfruta.
Con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí.
Nuevamente vemos el estado de hipocresía en el que los profesores de
religión se encontraban. ¿De qué sirve honrar con la boca mientras que el
corazón miente y no siente nada? No vale nada adorar a Dios solamente con
la boca y con palabras huecas que no tienen ningún sentido ni poder detrás
de ellas. Como profetizó Nefi, el temor—la adoración o reverencia—que la
gente en los días de José Smith tenía para con Dios, “les [era] inculcado por
los preceptos de los hombres” (2 Ne. 27:25). Sus ideas eran vanas y falsas.
Su conocimiento venía de creencias personales y de los hombres, no de
la revelación divina, sobre la cual la Iglesia de Jesucristo siempre ha sido
edificada (Mateo 16:17-18). No conocían a Dios porque lejos estaban de Él.
Enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo
apariencia de piedad, mas negando el poder de ella. Dios es la fuente de
toda verdad y doctrina salvadora. Estas personas no enseñaban la doctrina
pura, sino sus propios mandamientos, sus propios credos, y hacían que
éstos pasaran como si fuera la doctrina del cielo. Sus enseñanzas tenían
la apariencia de venir de Dios, pero contradecían lo que es la doctrina
verdadera. En otro sentido, negaban el poder de Dios al actuar como si no
existiera. Nefi nuevamente nos instruye: “Sí, ¡ay de aquel que escucha los
preceptos de los hombres, y niega el poder de Dios y el don del Espíritu
Santo! Sí, ¡ay de aquel que dice: Hemos recibido, y no necesitamos más! Y
por fin, ¡ay de todos aquellos que tiemblan, y están enojados a causa de la
verdad de Dios! … ¡Maldito es aquel que pone su confianza en el hombre,
o hace de la carne su brazo, o escucha los preceptos de los hombres, salvo
cuando sus preceptos sean dados por el poder del Espíritu Santo!” (2 Ne.
28:26-32).
Muchas otras cosas me dijo que no puedo escribir en esta ocasión.
Esta experiencia fue solemne, sagrada y especial. ¿Qué más le habrá dicho
Jesucristo al joven José en aquella ocasión? No lo sabemos. La mayoría
27. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 138.
93
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
de ese mensaje solamente era para los oídos de José y nadie más. Para
esta etapa en su vida, José ya había aprendido que no debía de hablar tan
abiertamente acerca de las cosas sagradas. Alma explicó que “a muchos les
es concedido conocer los misterios de Dios; sin embargo, se les impone un
mandamiento estricto de que no han de darlos a conocer sino de acuerdo
con aquella porción de su palabra que él concede a los hijos de los hombres,
conforme a la atención y la diligencia que le rinden” (Alma 12:9). José,
entonces, simplemente dijo que “muchas otras cosas me dijo que no puedo
escribir en esta ocasión” (JS–H 1:20).
Al retirarse la luz, me quedé sin fuerzas. Tal como sucedió
con Moisés, José, después de ser transfigurado para poder soportar la
gloria de Dios y estar en Su presencia, se quedó “sin fuerzas”. Estuvo
físicamente exhausto porque el Espíritu de Dios vino sobre él y realizó una
transformación divina en su ser. José no dio mayores detalles, pero el relato
de Moisés, al ver “a Dios cara a cara”, dice que “la presencia de Dios se
apartó de Moisés, de modo que su gloria ya no lo cubría; y Moisés quedó
a solas; y al quedar a solas, cayó a tierra. Y sucedió que por el espacio de
muchas horas Moisés no pudo recobrar su fuerza natural según el hombre”.
Se sintió débil porque, dice él, “su gloria me cubrió, y vi su rostro, [y] fui
transfigurado delante de él” (Moisés 1:2, 9 -11).
Apoyarme sobre la mesilla de la chimenea. Parece que después de
llegar a casa, José todavía se sentía débil y tuvo que apoyarse sobre la
mesilla de la chimenea. Su madre se dio cuenta y parece que es por eso que
le preguntó si todo estaba bien.
“He sabido a satisfacción mía que el presbiterianismo no es
verdadero”. José había recibido un testimonio de los cielos—de la boca
misma de Dios. En este sentido, cuando Dios habla, se acaba cualquier
discusión. Lamentablemente no tenemos mayores detalles sobre esta
conversación entre Lucy Mack Smith, la madre del profeta, y José. Lucy
recién se había unido a la iglesia presbiteriana. Una creencia de esta iglesia
es que Dios es invisible, sin cuerpo, partes o pasiones. José supo por sí
mismo que eso no era el caso, pues había visto tanto al Padre como al Hijo.
El adversario sabía que yo estaba destinado a perturbar y molestar su
reino. Parece claro que Satanás y sus seguidores conservan sus recuerdos
de la vida premortal. Cierto es que algo del plan de salvación fue presentado
antes de que fueran arrojados del cielo, pero no se enteraron de todo el plan
(véase Moisés 4:6). José, al entrar a la arboleda, en cierto sentido, comenzó
a andar el camino al cual fue preordenado a viajar. Abraham nos enseña que
vio un grupo de muchas almas “nobles y grandes” a quienes Dios haría Sus
“gobernantes”. Entonces se dijo, en general, que se haría “una tierra sobre
la cual [los hijos de Dios] puedan morar” para ser probados (Abr. 3:22-25).
Después, se eligió a un Salvador. Fue en ese momento que hubo “batalla en
el cielo” (Apoc. 12:7), una guerra de palabras, opiniones y pensamientos.
94
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
Lucifer y los que le siguieron “fueron arrojados abajo, y así llegaron a ser
el diablo y sus ángeles” (DyC 29:37). Por lo tanto, el adversario había visto
a los “nobles y grandes”, los “gobernantes” llamados por Dios antes de la
fundación de la tierra, y así, los conocía. Con razón sabía que José “estaba
destinado a perturbar y molestar su reino” (JS–H 1:20) y quería atacarlo.
Entre más brillante sea la luz de la antorcha sostenida por el siervo de Dios,
más combatirá y gritará el diablo en su contra.
EL RELATO DE 1838 (JS)—PARTE 5
Terminaremos con José Smith–Historia, los versículos 21 al 26:
A los pocos días de haber visto esta visión, me encontré por casualidad
en compañía de uno de los ministros metodistas, uno muy activo en la ya
mencionada agitación religiosa; y hablando con él de asuntos religiosos,
aproveché la oportunidad para relatarle la visión que yo había visto.
Su conducta me sorprendió grandemente; no solo trató mi narración
livianamente, sino con mucho desprecio, diciendo que todo aquello era
del diablo; que no había tales cosas como visiones ni revelaciones en
estos días; que todo eso había cesado con los apóstoles, y que no volvería
a haber más.
Sin embargo, no tardé en descubrir que mi relato había despertado
mucho prejuicio en contra de mí entre los profesores de religión, y fue
la causa de una fuerte persecución, cada vez mayor; y aunque no era yo
sino un muchacho desconocido, apenas entre los catorce y quince años
de edad, y tal mi posición en la vida que no era un joven de importancia
alguna en el mundo, sin embargo, los hombres de elevada posición se
fijaban en mí lo suficiente para agitar el sentimiento público en mi contra
y provocar con ello una encarnizada persecución; y esto fue general entre
todas las sectas: todas se unieron para perseguirme.
En aquel tiempo me fue motivo de seria reflexión, y frecuentemente
lo ha sido desde entonces, cuán extraño que un muchacho desconocido de
poco más de catorce años, y además, uno que estaba bajo la necesidad de
ganarse un escaso sostén con su trabajo diario, fuese considerado persona
de importancia suficiente para llamar la atención de los grandes personajes
de las sectas más populares del día; y a tal grado, que suscitaba en ellos un
espíritu de la más rencorosa persecución y vilipendio. Pero, extraño o no,
así aconteció; y a menudo fue motivo de mucha tristeza para mí.
Sin embargo, no por esto dejaba de ser un hecho el que yo hubiera
visto una visión. He pensado desde entonces que me sentía igual que
Pablo, cuando presentó su defensa ante el rey Agripa y refirió la visión,
en la cual vio una luz y oyó una voz. Mas con todo, fueron pocos los que
le creyeron; unos dijeron que estaba mintiendo; otros, que estaba loco; y
se burlaron de él y lo vituperaron. Pero nada de esto destruyó la realidad
de su visión. Había visto una visión, y él lo sabía, y toda la persecución
debajo del cielo no iba a cambiar ese hecho; y aunque lo persiguieran
hasta la muerte, aun así sabía, y sabría hasta su último aliento, que había
95
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
visto una luz así como oído una voz que le habló; y el mundo entero no
pudo hacerlo pensar ni creer lo contrario.
Así era conmigo. Yo efectivamente había visto una luz, y en medio de
la luz vi a dos Personajes, los cuales en realidad me hablaron; y aunque se
me odiaba y perseguía por decir que había visto una visión, no obstante,
era cierto; y mientras me perseguían, y me vilipendiaban, y decían
falsamente toda clase de mal en contra de mí por afirmarlo, yo pensaba
en mi corazón: ¿Por qué me persiguen por decir la verdad? En realidad
he visto una visión; y, ¿quién soy yo para oponerme a Dios? O, ¿por
qué piensa el mundo hacerme negar lo que realmente he visto? Porque
había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía
negarlo, ni osaría hacerlo; por lo menos, sabía que haciéndolo, ofendería
a Dios y caería bajo condenación.
Mi mente ya estaba satisfecha en lo que concernía al mundo sectario:
que mi deber era no unirme a ninguno de ellos, sino permanecer como
estaba hasta que se me dieran más instrucciones. Había descubierto que
el testimonio de Santiago era cierto: que si el hombre carece de sabiduría,
puede pedirla a Dios y obtenerla sin reproche (JS–H 1:21-26).
EXPLICACIONES Y NOTAS
En compañía de uno de los ministros metodistas. No se sabe quién
fue este ministro metodista con quien José habló. Dada la información que
se compartió al principio de este capítulo bajo Una agitación extraordinaria
sobre el tema de la religión, sabemos que uno de los ministros era George
Lane. Además, los registros históricos muestran que dos ministros más,
William Snow y Andrew Peck, predicaban alrededor del área y quizás
viajaban por la carretera Canandaigua que estaba más o menos a un
kilómetro de la casa de los Smith. Ellos se turnaban cada tres semanas.28
El hermano de José, William Smith, menciona que fue George Lane quien
dio un discurso basándose en Santiago 1:5. Podemos suponer, si William
recuerda bien, que puede ser que uno de ellos dio un sermón sobre Santiago
1:5 y José, lleno de alegría por lo que experimentó, simplemente quería
confirmarle al ministro la veracidad del testimonio de Santiago, porque
pudo pedir a Dios y recibir una respuesta. Para más información, véase
Consideró que [Santiago 1:5] fue una autorización para que él pidiera
solemnemente a su Creador en el Capítulo 8.
No había tales cosas como visiones ni revelaciones en estos días …
todo [cesó] con los apóstoles. No existe escritura alguna que enseñe tal
principio y José supo por sí mismo que no era así. Más adelante en la vida,
el profeta enseñó: “Tenemos lo que tenemos, y la Biblia contiene lo que
contiene; pero decir que Dios jamás comunicó al hombre más de lo que
28. Para más información, véanse Brown, A Pillar of Light, 12-13 y Backman, Joseph Smith’s
First Vision, 70 -71.
96
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
en ella está escrito, sería decir, desde luego, que por fin hemos recibido
una revelación; porque se precisa una para llegar a tal conclusión, pues
en ningún lugar de ese libro declara la voz de Dios que no volvería a
hablar, después de comunicar lo que allí se encuentra; y si hombre alguno
ha descubierto en realidad que la Biblia contiene todo lo que Dios jamás
revelará al hombre, lo ha llegado a saber por una revelación directa, aparte
de las que previamente escribieron los profetas y apóstoles”.29
Mucho prejuicio … fuerte persecución … encarnizada persecución
… todas se unieron para perseguirme … la más rencorosa persecución
y vilipendio. ¿Por qué querrían perseguir a alguien que “no era un joven
de importancia alguna en el mundo” (JS–H 1:22)? El mensaje que José
recibió, “una revelación … que todas las iglesias eran corruptas” (1843
DW), hizo que todas las sectas falsas se unieran en contra de él. La falsedad
y la oscuridad siempre combatirán contra la verdad y la luz. La situación
de José era igual a las de otros profetas verdaderos: “No hay profeta sin
honra sino en su propia tierra y en su casa” (Mateo 13:57). Estos ministros
actuaban como el padre a quien seguían, el que “ha sido homicida desde
el principio y no ha permanecido en la verdad porque no hay verdad en
él” (Juan 8:44). Ellos estaban llenos de odio y rencor, peleándose contra
la verdad y el ungido del Señor. Sabiendo esto, es interesante este relato
de Lucy Mack Smith sobre qué tan severa fue la persecución. No se sabe
si esto sucedió antes o después de la Primera Visión, pero sucedió cuando
José tenía catorce años:
A la edad de catorce años, sucedió un incidente que nos alarmó
mucho, ya que no sabíamos la causa de ello. José, siendo un joven muy
tranquilo y bien portado, no sospechábamos que alguien tuviese algo
en contra de él. Estaba haciendo un encargo un día al anochecer y al
llegar a casa, mientras pasaba por la puerta del patio, por su camino se
disparó un arma evidentemente con la intención de matarlo. Se apresuró
hacia la puerta muy asustado. Inmediatamente buscamos al asesino,
pero no encontramos rastro alguno. A la mañana siguiente, encontramos
sus huellas debajo de una carreta donde estaba cuando disparó. Al día
siguiente encontramos las balas que fueron disparadas de su arma en la
cabeza y el cuello de una vaca que se encontraba enfrente de la carreta
en un rincón oscuro. Hasta el momento no hemos encontrado al hombre
quien intentó este asesinato y nunca supimos la causa de lo sucedido.30
Fue motivo de mucha tristeza para mí. Aquí tenemos a un joven
de solo catorce años quien, como cualquier joven, seguramente quería ser
aceptado. Por haber recibido persecución y maltrato, se ve nuevamente
cómo vivía esa gente “religiosa”. Ellos no seguían lo que enseñó el
29. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 67.
30. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 67- 68 TL.
97
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Maestro: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12). Si hemos de
ser discípulos verdaderos de Jesucristo, debemos tener “presente la fe, la
virtud, el conocimiento, la templanza, la paciencia, la bondad fraternal,
piedad, caridad, humildad [y] diligencia” (DyC 4:6). Los ministros carecían
de estas cualidades, y así, eran falsos.
Yo efectivamente había visto una luz, y … a dos Personajes [y] me
hablaron … . Porque había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios
lo sabía. Las experiencias espirituales ratificadas por el poder del Espíritu
Santo dejan una huella al corazón que no se puede borrar fácilmente.31
José no solo vio al Dios Todopoderoso y a Su Hijo Jesucristo, sino que
también estuvo presente el Espíritu Santo, transfigurándolo como se habló
con anterioridad, además dejando un testimonio de la veracidad del hecho.
Por esa razón “mi alma se llenó de amor”, dijo José, “y por muchos días
me regocijé y sentí gran gozo” (1832 JS). Nadie podía opinar en cuanto a su
experiencia—era algo personal. Sabía con una certeza que había hablado
con Dios y “no podía negarlo, ni osaría hacerlo; por lo menos, sabía que
haciéndolo, ofendería a Dios y caería bajo condenación” (JS–H 1:25).
Había descubierto que el testimonio de Santiago era cierto. José
supo por sí mismo “que si el hombre carece de sabiduría, puede pedirla a
Dios y obtenerla sin reproche” (JS–H 1:26). Esta promesa es para todos,
especialmente para los que quieren saber la verdad. Dios no hace excepción
de personas (Hech. 10:34 -35; 1 Ne. 17:35). José Smith no es diferente que
nosotros en ese sentido. Dios “da a todos abundantemente y sin reproche”
(Stg. 1:5). De hecho, la promesa es que “al que se arrepiente y ejerce la fe y
produce buenas obras y ora continuamente sin cesar, a este le es permitido
conocer los misterios de Dios; sí, a este le será permitido revelar cosas que
nunca han sido reveladas” (Alma 26:22). Así lo hizo José y, seguramente
basándose en su experiencia, nos dejó este bello consejo: “La mejor manera
de obtener verdad y sabiduría no consiste en sacarla de los libros, sino en ir
a Dios en oración y obtener enseñanzas divinas”.32
RESUMEN FINAL
Dado el hecho que este relato se escribió con la intención de ser texto
oficial para la historia de la Iglesia y también para aclarar las declaraciones
de las personas “mal dispuestas e insidiosas” (JS–H 1:1), José comparte
varios detalles que dejan muy en claro ciertos asuntos, como el hecho que
31. El presidente James E. Faust enseñó: “El Espíritu Santo testifica de la verdad y graba tan
profundamente en el alma la realidad de Dios el Padre y de Su Hijo Jesucristo que no hay poder
ni autoridad sobre la tierra que pueda apartar a la persona de ese conocimiento” (“El don del
Espíritu Santo: una brújula segura”, 5).
32. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 230.
98
EL RELATO DE 1838 (JOSÉ SMITH)
supo que la Iglesia de Jesucristo no se hallaba sobre la faz de la tierra—una
instrucción que recibió directamente de Jesucristo. Abiertamente declara
que un Padre amoroso, junto con Su Hijo Unigénito, dos seres con cuerpos,
partes y pasiones, bajaron de Sus tronos divinos a hablar con él y que fue
llamado como un profeta, un Moisés moderno. Antes de esa gloriosa visión,
o visita, había sido atacado por Satanás, quien se esforzó por impedir que
orara. Sin embargo, los designios de Dios siempre se llevarán a cabo.
El mensaje directo para el mundo es que existe una sola Iglesia
verdadera—la Iglesia de Jesucristo. Ésta no se encontraba sobre la faz de la
tierra en el momento que el joven José entró a aquella arboleda para buscar
la guía divina. José da a entender que la Iglesia de Jesucristo tendría que ser
restaurada de nuevo y que era imposible que pudiese brotar y revivir de las
ramas muertas de un árbol decaído, marchitado y podrido. La Iglesia tenía
que ser cultivada desde cero y todo empezó con un joven granjero quien fue
preordenado para realizar esta maravillosa obra en los últimos días. Debido
a esto, recibió persecución por parte de las demás sectas, porque al estar en
la obra de Dios, tenía que haber una oposición, una que combatiera contra
la luz de la verdad. Finalmente, José deja su testimonio, el que recibió no
solo por ver, sino por tener el corazón penetrado por el poder del Espíritu
Santo. Este testimonio del cielo es verídico y a quien quiera obtener uno
semejante, es invitado a buscarlo con fe, pidiendo sabiduría a Dios “quien
da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Stg. 1:5).
99
CAPÍTULO 6
EL RELATO DE 1840
(ORSON PRATT)
Este es el primer relato de segunda mano sobre la Primera Visión que
será tratado en este libro y, por lo que se sabe, el primero de este tipo en
ser escrito. El autor fue Orson Pratt, uno de los doce apóstoles originales
de esta dispensación. El Cuórum de los Doce Apóstoles fue organizado el
14 de febrero de 1835 en Kirtland, Ohio. El élder Pratt fue ordenado como
apóstol el 26 de abril de 1835. Cinco años más tarde, sirvió como misionero
en las Islas Británicas durante los años 1840 a 1841. Llegó a Edinburgh,
Escocia, en mayo de 1840, y para contribuir a los esfuerzos misionales,
decidió escribir un folleto que contuviera las experiencias de José Smith.
Este fue publicado en septiembre de 1840 bajo el título de Un relato
interesante de varias visiones notables, y del descubrimiento reciente de
registros de las Américas antiguas.1 Éste fue el primer relato de la Primera
Visión impreso2 debido a que los relatos de 1838 y de 1842 (ambos de José
Smith) no se imprimieron sino hasta marzo y abril de 1842 en el periódico
Times and Seasons.3 Además, su folleto fue reimpreso en Nueva York en
1841 y posteriormente vendido en Nauvoo.4
Siendo un folleto para apoyar a la obra misional, es evidente que la
audiencia del élder Pratt consistía de personas que no eran miembros de la
Iglesia. El estilo de este relato sigue el de los de José Smith (1832, 1835,
1838). Parece, entonces, que pudo haber tenido acceso a esos escritos,
o por lo menos, siendo un confidente del profeta, mucha información la
pudo haber obtenido de José por medio de conversaciones privadas. Orson
agrega otros detalles para su audiencia, algunos siendo únicos, y también
la forma en que menciona ciertos acontecimientos, vienen claramente de su
conocimiento como científico y su propio interés. Algunos ejemplos son:
el enfoque en la mente, la búsqueda de conocimiento, su descripción sobre
1. El título original en inglés es: A Interesting Account of Several Remarkable Visions, and of
the Late Discovery of Ancient American Records. Para más información, véase Davidson et al.
Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 517-546.
2. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 517.
3. El relato de 1842 (JS) fue impreso el 1 de marzo de 1842 en el Times and Seasons (vol. 3,
núm. 9, 706 -710). El relato de 1838 (JS) después fue impreso el 15 de marzo y el 1 de abril de
1842 en el Times and Seasons (vol. 3, núm. 10, 726 -728 y vol. 3, núm. 11, 748 -749).
4. Véanse Backman, Joseph Smith’s First Vision, 122 y Times and Seasons, vol. 2, núm. 19,
2 agosto 1841, 502.
100
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
la luz y cómo ésta tuvo un efecto en los árboles junto con el hecho que
José tuvo “una sensación peculiar en todo su sistema” y que “su mente fue
arrebatada de los objetos naturales con los que estaba rodeado”.
Cabe mencionar que mucha información de este relato fue utilizada
más tarde por José para el relato de 1842 (JS) en la carta que fue escrita
a Wentworth. Algunas de las frases utilizadas en ella son iguales a las
palabras escritas en el relato de Orson Pratt (véase el Capítulo 9). Este
dato da más validez a lo que está escrito aquí en este, el relato más largo y
detallado de todos los contemporáneos de segunda mano.
EL RELATO DE 1840 (OP)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/appendix-orson-pratt
-an-interesting-account-of-several-remarkable-visions-1840/3
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato
de la Primera Visión de 1840 (OP) dice lo siguiente:
Alrededor de los catorce o quince años de edad, [José] comenzó
a reflexionar seriamente sobre la necesidad de estar preparado para
un estado futuro de existencia; pero cómo, o en qué manera, podía
prepararse, fue una pregunta que no había podido contestar en su propia
mente. Él percibió que era una pregunta de importancia infinita, y que la
salvación de su alma dependía de una comprensión correcta de la misma.
Vio que, si no entendía el camino, sería imposible caminar en él, excepto
por casualidad; y la idea de basar su esperanza de vida eterna sobre una
casualidad, o las incertidumbres, era más de lo que podía soportar. Si
iba a las denominaciones religiosas para buscar información, cada una
señalaba sus principios particulares, diciendo: “Este es el camino, andad
por él” [Isa. 30:21]; mientras que, al mismo tiempo, las doctrinas de cada
una estaban, en muchos aspectos, en oposición directa entre sí. También
se le ocurrió que Dios era el autor de una sola doctrina y, por lo tanto, no
podía reconocer sino una sola denominación como Su Iglesia; y que dicha
denominación debe ser un pueblo que crea y enseñe esa única doctrina
(cualquiera que sea) y que se base en la misma. Entonces reflexionó sobre
la inmensa cantidad de doctrinas, ahora en el mundo, que habían dado
lugar a cientos de denominaciones diferentes.
En su mente, la gran pregunta que debía contestarse era: si alguna de
estas denominaciones es la Iglesia de Cristo, ¿cuál es? Hasta que pudiera
estar satisfecho, con respecto a esta pregunta, no podía estar contento.
Confiar en las decisiones del hombre falible, y basar su esperanza sobre
las mismas, sin ninguna certeza, y el conocimiento propio, no satisfaría los
ansiosos deseos que invadieron su pecho. Decidir, sin ninguna evidencia
positiva y definitiva, en la que pudiera confiar, sobre un tema relacionado
con el futuro bienestar de su alma, era repugnante para sus sentimientos.
La única alternativa que parecía haberle quedado, era leer las Escrituras y
esforzarse por seguir sus instrucciones.
101
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Él, en consecuencia, comenzó a leer las páginas sagradas de la
Biblia, con sinceridad, creyendo en las cosas que leía. Su mente pronto
captó el siguiente pasaje: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada” (Stg. 1:5). De esta promesa él aprendió que era el privilegio de
todos los hombres pedirle a Dios sabiduría, con la certeza de recibir,
abundantemente; sin ser reprendido por hacerlo. Esta era información
alentadora para él, noticias que le daban gran gozo. Era como una luz que
brillaba en un lugar oscuro, para guiarlo hacia el camino por el que debía
caminar. Él ahora vio que, si le preguntaba a Dios, había no solo una
posibilidad, sino una probabilidad; sí, más, una certeza, que él debería
obtener un conocimiento de cuál de todas las doctrinas era la doctrina de
Cristo; y cuál de todas las iglesias, era la Iglesia de Cristo.
Por lo tanto, se retiró a un lugar secreto en una arboleda, a poca
distancia de la casa de su padre, se arrodilló y comenzó a invocarle al
Señor. Al principio, fue tentado severamente por los poderes de la
oscuridad, que se esforzaron por vencerlo; pero continuó buscando la
liberación, hasta que la oscuridad se fue de su mente; y fue capaz de orar
con fervor en el espíritu y en fe. Y, mientras derramaba así su alma [en
oración], deseando ansiosamente una respuesta de Dios, él, al fin, vio una
luz muy brillante y gloriosa en los cielos arriba [de él]; que, al principio,
parecía estar a una distancia considerable. Él continuó orando, mientras
que la luz parecía estar descendiendo gradualmente hacia él; y, a medida
que se acercaba, aumentó en brillo y magnitud, de modo que, para el
momento en que llegó a las copas de los árboles, toda la arboleda, a cierta
distancia, se iluminó de una manera más gloriosa y brillante. Esperaba
haber visto consumirse las hojas y las ramas de los árboles, tan pronto
como la luz hiciera contacto con ellas; pero, al percibir que no produjo
ese efecto, se animó con la esperanza de poder soportar su presencia.
Continuó descendiendo, lentamente, hasta que descansó sobre la tierra, y
así él fue envuelto en medio de ella.
Cuando al comienzo vino sobre él, se produjo una sensación peculiar
en todo su sistema, e inmediatamente su mente fue arrebatada de los objetos
naturales con los que estaba rodeado. Fue envuelto en una visión celestial,
y vio a dos Personajes gloriosos, que exactamente se parecían el uno
al otro en sus características o semejanzas. Se le informó que sus
pecados le fueron perdonados. También se le informó sobre los temas
que durante algún tiempo habían agitado su mente, a saber, que todas
las denominaciones religiosas creían en doctrinas incorrectas; y, en
consecuencia, ninguna de ellas era reconocida por Dios, como Su Iglesia
y Reino. Y expresamente se le mandó que no las siguiera; y recibió una
promesa de que la verdadera doctrina, la plenitud del evangelio, se le debería
dar a conocer en algún momento futuro; después de lo cual, se retiró la
visión, dejando su mente en un estado indescriptible de calma y paz.5
5. Pratt, Orson, A Interesting Account of Several Remarkable Visions, and The Late Discovery
of Ancient American Records, 3-5 TL.
102
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
EXPLICACIONES Y NOTAS
Alrededor de los catorce o quince años de edad. Orson Pratt tenía
razón, José tenía entre catorce y quince años, que quiere decir que tenía poco
más de catorce años. Un dato interesante es que en un discurso que el élder
Pratt dio en Salt Lake City, el 24 de febrero de 1869, preguntó: “¿Cuántos
años tenía José Smith cuando por primera vez el Señor se manifestó a él?”
Después contestó que cuando tuvo la Primera Visión: “Tenía unos catorce
años y cuatro meses de edad”.6
Estar preparado para un estado futuro de existencia. El estado
futuro de existencia significa la vida más allá, la vida en los reinos de gloria
y la vida después de la resurrección. No sabemos cuánto sabía José sobre
este tema, pero en las propias palabras de José, había dicho: “Alrededor
de la edad de doce años, comencé a inquietarme seriamente con respecto a
todo lo importante que tenía que ver con el bienestar de mi alma inmortal”
(1832 JS). Su preocupación era cómo iba a poder presentarse ante Dios
después de esta vida si no conocía bien cómo prepararse en ese mismo
momento de su vida. En el Libro de Mormón aprendemos que “la muerte
viene sobre el género humano … que es la muerte temporal; no obstante, se
le concedió un tiempo al hombre en el cual pudiera arrepentirse; así que esta
vida llegó a ser un estado de probación; un tiempo de preparación para
presentarse ante Dios; un tiempo de prepararse para ese estado sin fin del
cual hemos hablado, que viene después de la resurrección de los muertos”
(Alma 12:24; cursiva agregada). Parece que José tenía una idea sobre este
principio porque si no hubiese sido así, no se habría preocupado. Esta
vida es donde debemos sobrellevar las pruebas, siendo fieles (Abr. 3:25),
arrepentirnos y servir a Dios (2 Ne. 2:21; Alma 42:4) y obtener que el
Espíritu nos acompañe para que tengamos “la mente de Cristo” (1 Cor. 2:16)
y emulamos Su vida perfecta. Esta era la preparación que buscaba José.
Si no entendía el camino, sería imposible caminar en él. Cuando el
eunuco leía las palabras de Isaías, Felipe, siendo inspirado por el Espíritu,
se acercó y le preguntó: “¿Entiendes lo que lees?” La respuesta fue: “¿Y
cómo podré si alguno no me enseña?” Felipe entonces le enseñó, “le
anunció el evangelio de Jesús”. El eunuco después fue bautizado (Hech.
8:26-39). Jesús sanó a un ciego de nacimiento y después, al hallarle por la
calle, “le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y le dijo: ¿Quién
es, Señor, para que crea en él? Y le dijo Jesús: Ya le has visto, y el que
habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró” (Juan 9:1, 35-38).
Pablo también nos hace la pregunta después de decir que, si invocamos el
nombre del Señor, podemos ser salvos: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel
en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?
¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Rom. 10:14). Tal como estos
6. Journal of Discourses 12:353 TL.
103
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
ejemplos, José no podía seguir el camino correcto si no entendía quién
tenía razón, cuál de todas las iglesias era la del Señor. Es imposible caminar
por un camino no descubierto y la salvación es inalcanzable sin saber las
verdades del Evangelio y asirse a la barra de hierro.
Cada [religión] señalaba sus principios particulares / inmensa
cantidad de doctrinas … que habían dado lugar a cientos de
denominaciones diferentes. Aquí vemos claramente los resultados de la
apostasía: confusión, enseñanzas diferentes y preceptos propios. No existen
muchos dioses, sino Uno Solo. En los días de José Smith, tal como hoy,
existen “muchas iglesias [que] predican su propia sabiduría y su propia
instrucción” (2 Ne. 26:20). Estas iglesias falsas “no buscan al Señor para
establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en
pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo
y cuya substancia es la de un ídolo que se envejece y perecerá en Babilonia,
sí, Babilonia la grande que caerá” (DyC 1:16). Estas personas no obedecen
al Espíritu, sino dicen: “Es en vano, porque en pos de nuestros propios
planes iremos, y hará cada uno conforme a la imaginación de su malvado
corazón” (Jer. 18:12).
Confiar en las decisiones del hombre falible … no satisfaría [sus]
deseos. Nuestra confianza siempre debe basarse en Dios, no en el brazo
del hombre. Cristo es nuestra Roca sobre la cual debemos estar edificados,
“que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los hombres
edifican, no caerán” (Hel. 5:12). Nefi también dijo: “¡Oh Señor, en ti he
puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza
en el brazo de la carne; porque sé que maldito es aquel que confía en el
brazo de la carne. Sí, maldito es aquel que pone su confianza en el hombre,
o hace de la carne su brazo” (2 Ne. 4:34). José no podía confiar en las
enseñanzas de los hombres no inspirados. Puede ser que haya leído estas
palabras de Jeremías y por esta razón no confió en el hombre falible: “Así
ha dicho Jehová: Maldito el hombre que confía en el hombre, y que hace
de la carne su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Pues será como la
retama en el desierto, y no verá cuando venga el bien, sino que morará
en los sequedales en el desierto, en tierra de sal y deshabitada. Bendito
el hombre que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será
como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echa sus
raíces … no se angustiará ni dejará de dar fruto” (Jer. 17:5-6).
La única alternativa … era leer las Escrituras y esforzarse por
seguir sus instrucciones. Dios ha declarado: “Las Santas Escrituras de
mí proceden para vuestra instrucción; y el poder de mi Espíritu vivifica
todas las cosas” (DyC 33:16). En una revelación dada al profeta José Smith,
el Señor mandó: “Dedicaréis vuestro tiempo al estudio de las Escrituras”
(DyC 26:1). El estudio de las Escrituras lleva al lector “a la fe en el Señor
y al arrepentimiento, esa fe y arrepentimiento que efectúan un cambio de
104
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
corazón en ellos [para que sean] firmes e inmutables en la fe” (Hel. 15:7-8).
José buscó ser instruido con su lectura de las Escrituras, pero eso no era
todo; también se esforzó “por seguir sus instrucciones”. Como enseñó el
rey Benjamín sobre los que reciben las enseñanzas y las creen: “Si creéis
todas estas cosas, mirad que las hagáis” (Mos. 4:10). De nada sirve tanto
estudio y conocimiento si no ponemos en práctica lo que esas santas
palabras nos enseñan. Estas declaraciones de Santiago y de Jesucristo
mismo son directas y claves para nuestra progresión: “Sed hacedores de
la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”
(Stg. 1:22) y “¿Por qué me llamáis: Señor, Señor, y no hacéis lo que yo
digo?” (Lucas 6:46).
Era el privilegio de todos los hombres pedirle a Dios sabiduría. Dios
es nuestro Padre Celestial. Es un Padre amoroso quien nos ama y quiere dar
abundantemente a Sus hijos. Debemos pedirle a Él sabiduría porque “Él
tiene toda sabiduría, todo conocimiento y todo entendimiento … . No hay
ninguna verdad que no conozca, ni sabiduría oculta de su vista, ni leyes,
poderes o hechos que pueda Él descubrir en alguna eternidad distante. Su
sabiduría y conocimiento son absolutos y no tienen límites ni limitaciones.
Sabe todas las cosas ahora mismo … . Su mente es infinita; Su conocimiento
comprende todas las cosas y Él es la fuente y el autor de toda verdad”.7 Por
esta razón, “siempre debéis orar al Padre en mi nombre”, enseñó Jesucristo,
“y cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre, si es justa, creyendo
que recibiréis, he aquí, os será concedida” (3 Ne. 18:19-20). No hay nadie
mejor que Dios de quién podamos recibir sabiduría.
Cuál de todas las iglesias, era la Iglesia de Cristo. ¿Cuál es la Iglesia
de Jesucristo? Cierto es que en todas las iglesias se encuentra algo de
verdad, pero sólo existe una Iglesia verdadera que contiene toda la verdad
y, a la vez, tiene a Jesucristo a la cabeza de ella. José quería saber cuál era
la Iglesia de Cristo. Para saber cuál es Su Iglesia, podemos comenzar a
comparar cualquier iglesia con la que estableció Jesucristo mismo en el
Nuevo Testamento. Una de las iglesias del día de José Smith habría tenido
que ser igual a la que Jesucristo organizó para que pudiese declarar ser
Suya. ¿Cómo era la Iglesia de Jesucristo en el Nuevo Testamento? Un libro
entero8 sobre el tema se puede escribir, pero para nuestros propósitos aquí,
se mencionarán algunos puntos a continuación:
Primero, la Iglesia se llamaba la Iglesia de Jesucristo, o sea, llevaba Su
nombre (Efe. 5:23) y estaba edificada “sobre el fundamento de los apóstoles
y profetas” (Efe. 2:20). Éstos deberían permanecer “hasta que todos
7. McConkie, Bruce R., A New Witness, 52 TL.
8. Un excelente libro sobre este tema es The Blueprint of Christ’s Church, escrito por Tad R.
Callister. La información en el siguiente párrafo viene de mis propios estudios, pero debo dar
crédito también a Callister, The Blueprint of Christ’s Church, 3-22. También véase Coleman,
Para defender estas gloriosas verdades, 11-12, 38-41.
105
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
lleguemos a la unidad de la fe” (Efe. 4:13) junto con los otros oficiales, o
líderes, como los setenta (Lucas 10:1), evangelistas o patriarcas (Efe. 4:11),
sumo sacerdotes (Heb. 5:1, 5), ancianos o élderes (Hech. 14:23) y pastores
(Hech. 20:28) entre otros.
Segundo, la doctrina que la Iglesia enseña debe, sin falta, ser la misma
que Cristo enseñó. Esta es clave; el Evangelio será enseñado allí y Jesús
dijo “si es que la iglesia está edificada sobre mi evangelio, entonces el
Padre manifestará sus propias obras en ella” (3 Ne. 27:10).
Tercero, la Iglesia debe tener la autoridad de Dios para realizar cualquier
obra necesaria para la salvación. Cristo dio autoridad a Sus siervos (Juan
15:16; Mateo 10:1; Mar. 13:34) y así debe ser hoy en día.
Cuarto, todas las ordenanzas que se efectuaban en Sus días, como la
bendición de los bebés o los niños, el bautismo, la confirmación (entre
otras), junto con la manera correcta de realizarlas, se deben de realizar en
la Iglesia de Jesucristo hoy.
Quinto, “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20) dijo Cristo. El
estilo de vida que uno lleva, los dones del Espíritu, los milagros etc.; todo
esto pertenece a la Iglesia de Jesucristo.
Sexto, y por último, la Iglesia está enlazada con el cielo porque ella está
dirigida por la comunicación divina conocida como revelación (véase por
ejemplo Hechos 10).
En los días de José Smith, ninguna iglesia cumplió con estos puntos
(que son pocos de todos los que se podrían compartir). Por esta razón,
como se verá más adelante en este capítulo, “ninguna de [las iglesias] era
reconocida por Dios, como Su Iglesia y Reino” (1840 OP).
Se retiró a un lugar secreto en una arboleda … y comenzó a invocarle
al Señor. Es muy significativo que José fue a “un lugar secreto” para
derramar su corazón en oración a Dios. En un sentido se apartó del ruido
del mundo para estar a solas con su Creador. El presidente Russell M.
Nelson enseñó:
¿Cómo podemos encontrar respuestas a las preguntas que nos dejan
perplejos? Si algo nos enseña la experiencia trascendental que tuvo José
Smith en la arboleda sagrada, es que los cielos están abiertos y que Dios
habla a Sus hijos.
El profeta José Smith estableció un patrón que hemos de seguir al
resolver nuestras preguntas. Atraído a la promesa de Santiago de que si
carecíamos de sabiduría podíamos pedirla a Dios, el joven José llevó su
pregunta directamente al Padre Celestial. Él procuró revelación personal,
y esa búsqueda dio comienzo a esta última dispensación.
Del mismo modo, ¿a qué dará comienzo la búsqueda de ustedes?
¿De qué sabiduría carecen? ¿Qué necesidad sienten que les es urgente
saber o comprender? Sigan el ejemplo del profeta José; encuentren un
lugar tranquilo a donde puedan ir con regularidad; humíllense ante Dios;
106
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
derramen su corazón a su Padre Celestial; acudan a Él para recibir
respuestas y consuelo.9
Fue tentado severamente por los poderes de la oscuridad. Cuando
estamos a punto de vivir grandes experiencias espirituales, vienen el
adversario y sus huestes con el poder de la oscuridad para impedir que las
logremos. Así pasó con José Smith. En las Escrituras vemos que, durante
el evento más importante y trascendental de todo el universo, la expiación
de Jesucristo, mientras estuvo en Getsemaní, el diablo estuvo presente. El
deseo más grande de Satanás era hacer todo en su poder para que Cristo no
tuviese éxito. “En esa hora de angustia”, escribió el élder James E. Talmage,
“Cristo resistió y venció todos los horrores que Satanás, ‘el príncipe de este
mundo’ pudo infligirle. Este combate supremo con los poderes del maligno
sobrepujó y eclipsó la terrible lucha comprendida en las tentaciones que
sobrevinieron al Señor inmediatamente después de su bautismo”.10
Sobre la frase que Orson Pratt utilizó, tentado severamente, Robert L.
Millet ha escrito: “Una de las definiciones de tentar en el [Diccionario de
Webster de 1828] es ‘poner a prueba’; otra es ‘provocar’. En este sentido,
José fue probado severamente, una prueba que no fue semejante a las que
la mayoría de los mortales alguna vez padecerán. Significados de provocar
incluyen ‘desafiar’. Ciertamente Satanás desafió al joven profeta, una
provocación tan intensa y abrumadora que José temió que moriría”.11
Fue capaz de orar con fervor en el espíritu y en fe. Véase
Esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me librara en el
Capítulo 5.
Vio una luz [que descendía] gradualmente … que se acercaba,
aumentó en brillo y magnitud … se iluminó de una manera más gloriosa
y brillante. La luz, que al inicio estaba a una distancia considerable, y
luego, se acercaba iluminando todo de una manera más gloriosa y brillante,
era la gloria de Dios. “La gloria de Dios es … luz y verdad. La luz y la
verdad desechan a aquel inicuo” (DyC 93:36 -37). La gloria de Dios hizo
que se fuera el diablo y a medida que bajaba esta gloria, esta luz, de poco
a poco se iba llenando el lugar. Esta luz celestial tomaba el lugar de lo
terrenal, envolviéndole al joven para que pudiera estar en la presencia de
Dios. La descripción de Orson Pratt sobre esta luz hace que pensemos en
una luz que baja como un cilindro y a medida que iba bajando, se hacía
más grande, brillante y potente. El élder Pratt escribió que la luz “continuó
descendiendo, lentamente, hasta que descansó sobre la tierra, y así él fue
envuelto en medio de ella” (1840 OP).
9. Nelson, “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, 95; cursiva agregada.
También véase Doctrina y Convenios 42:61.
10. Talmage, Jesús el Cristo, 644.
11. Millet, I Saw a Pillar of Light, 36 TL.
107
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Llegó a las copas de los árboles … . Esperaba haber visto consumirse
las hojas y las ramas de los árboles. El élder Pratt menciona que la luz
“llegó a las copas de los árboles”. William Smith, el hermano de José,
también da un detalle parecido cuando en una entrevista dijo que José “fue y
se arrodilló en oración a Dios. Mientras estaba en oración, vio una columna
de fuego descender. Vio que llegó a las copas de los árboles”.12 Al llegar a
las copas de los árboles, José tuvo miedo, pensando que se iban a consumir
y él junto a ellos, “pero, al percibir que no produjo ese efecto, se animó con
la esperanza de poder soportar su presencia” (1840 OP). Orson Pratt pudo
haber aprendido este dato tanto de José, de manera directa, como del relato
de 1835 (JS) en el que José dice que había una “columna de fuego, la cual
se extendía a todas partes y, aun así, no había consumido nada”.
La arboleda era espesa debido a que había muchos árboles en ella.13
Principalmente eran árboles de arce, cerezos silvestres, hophornbeam (ellos
los llamaban “árboles de tapa dura”), hayas14 y pocos más de fresnos, robles
y nogales. Algunos de estos árboles llegaban a treinta metros de altura.
Cuando uno piensa en la Primera Visión, típicamente nuestras mentes nos
llevan a una arboleda con varios árboles grandes cuyas ramas están llenas
de hojas verdes. Sin embargo, la Primera Visión sucedió a principios de
primavera y los árboles no habrían tenido hojas verdes. En esa temporada
del año habría flores que cubrirían los árboles. Entre los colores de estas
flores que brotarían de esos árboles son: morado-café, una crema brillante,
blanco con algo de rosa, y también amarillo. Por lo tanto, la arboleda habría
estado muy colorida aquella hermosa mañana cuando José salió a orar
porque los árboles habrían tenido flores. Aunque a esas flores el élder Pratt
las llamó hojas, da validez a lo que sucedió en la arboleda.
Se produjo una sensación peculiar en todo su sistema, e
inmediatamente su mente fue arrebatada de los objetos naturales con
los que estaba rodeado. La “sensación peculiar” que se produjo en todo
su sistema es que José fue transfigurado. Para más información sobre su
transfiguración véase Fui lleno del Espíritu de Dios en el Capítulo 3.
Teniendo el Espíritu, siendo transfigurado y estando preparado para
entrar a la presencia de Dios, allí es cuando “su mente fue arrebatada de los
objetos naturales”. En otras palabras, José llegó a un estado más allá de lo
natural, lo físico; a un estado terrestre (paradisíaco), cubierto y glorificado
por el Espíritu Santo para soportar la presencia divina y recibir la luz y
verdad que acompañarían el mensaje que le sería entregado. Además, la
12. Citado en McConkie, Mark L., Remembering Joseph, 310 TL.
13. Toda la información que sigue en este párrafo sobre los árboles y flores viene de McBride,
“I Retired to the Woods”.
14. Árbol de la familia de las fagáceas, que crece hasta treinta metros de altura, con tronco
grueso, liso, de corteza gris y ramas muy altas, que forman una copa redonda y espesa.
108
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
luz, o el Espíritu, hace que podamos comprender las cosas de Dios. Aunque
estén asociados, hay una diferencia entre la luz respecto a las cosas naturales
y el Espíritu en el ambiente espiritual. “En Doctrina y Convenios 93:29, el
hombre se asocia con inteligencia que, a la vez, se equipara con ‘la luz de
verdad’, o aquello por la cual se revela la verdad. En equiparar ‘la luz de
verdad’ con ‘el espíritu de inteligencia’, Charles W. Penrose dijo: ‘Tal como
la luz del sol revela objetos naturales a nuestros ojos, así el Espíritu que
proviene de Dios, con un lugar apropiado para ocupar y las condiciones
en las que opera, revela las cosas de Dios’ (Journal of Discourses 26:23)”.15
Con esta idea, parece entonces que la razón por la que la mente de José “fue
arrebatada de los objetos naturales” fue porque el Espíritu iba operando
en él, preparándolo “para que estuviera disponible a la recepción de cosas
celestiales y espirituales” (1842 OH).
Dos Personajes gloriosos, que exactamente se parecían el uno al
otro en sus características o semejanzas. José vio a “dos Personajes
gloriosos”, o, en otras palabras, tal como aquel siervo justo, Esteban,
también “vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios”
(Hech. 7:55). Dentro de esa gloria, o luz, fuego, majestad y poder, José
pudo darse cuenta que Ellos “exactamente se parecían el uno al otro en sus
características o semejanzas” (1840 OP). Cristo es literalmente el Hijo del
Padre Celestial. En la vida premortal, “era semejante a Dios” (Abr. 3:24),
y así poseía el poder y la gloria del Padre. Después de Su resurrección,
Él declaró: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo
28:18) porque cumplió con Su misión terrenal y ahora poseía un cuerpo
glorificado e inmortal de carne y huesos (Lucas 24:36-39; Fil. 3:21). El
Padre también tiene un cuerpo glorificado tal como declara Hebreos 1:3
cuando dice que Cristo es “el resplandor de su gloria, y la imagen misma
de su sustancia [la del Padre]”.
Contestando a Felipe, Cristo le dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre” (Juan 14:9). Lo dijo porque Él es completamente como el Padre
es, “porque todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual
manera” (Juan 5:19). Dios es el “Hombre de Santidad, y … su Unigénito
es el Hijo del Hombre, sí, Jesucristo” (Moisés 6:57). Sus características
son iguales a las del Padre. Él hace lo que el Padre hace, dice lo que el
Padre dice; piensa, siente, cree y desea lo que el Padre piensa, siente, cree
y desea—son Uno. Además, puede ser que la enseñanza de Alma sobre
la necesidad de nacer de nuevo tenga que ver con esta semejanza entre el
Padre y el Hijo. Alma preguntó: “¿Habéis nacido espiritualmente de Dios?
¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros?” (Alma 5:14; cursiva
agregada). Cristo, como un Ser exaltado, siendo uno con el Padre, tiene la
mente y el poder del Padre. Debemos también buscar tener “la mente de
15. Turner, “The Visions of Moses”, 58 n12 TL; cursiva en el original.
109
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Cristo” (1 Cor. 2:16) y “ser participantes de la naturaleza divina” (2 Pe. 1:4),
adquiriendo los atributos de Dios.
Más tarde en la vida, el profeta José Smith explicó que el “Salvador
nos [muestra] muy claramente la naturaleza de la salvación, y lo que Él
ofreció a la familia humana cuando Él se propuso salvarlos: Él se proponía
hacerlos como Él. Y Él es como el Padre, el gran modelo de todos los seres
que gozan de salvación. Así que esa parte de la familia humana que es
asimilada a Su semejanza, obtiene salvación. Y el no ser como Ellos es la
destrucción y en eso consiste la salvación”.16 Así vemos que Cristo era, y
es, como el Padre. Los que recibamos la exaltación también seremos como
Ellos. Por esta razón estos dos Personajes “exactamente se parecían el uno
al otro en sus características o semejanzas” (1840 OP).17
Se le informó que sus pecados le fueron perdonados. Cuando la
Iglesia fue organizada en esta dispensación, una revelación fue dada en la
que Jesucristo dice: “Después de habérsele manifestado verdaderamente
a este primer élder que había recibido la remisión de sus pecados, de
nuevo se vio envuelto en las vanidades del mundo” (DyC 20:5; cursiva
agregada). Después se habla de la venida de Moroni. Por lo tanto, lo que
leemos en esta escritura solamente puede referirse a la Primera Visión y lo
que le sucedió a José allí; que recibió un perdón de sus pecados. Para más
información, véanse Él me habló y me dijo: “José, hijo mío, tus pecados
te son perdonados” en el Capítulo 3 y Él me dijo, “Tus pecados te son
perdonados”, y me testificó que Jesucristo es el Hijo de Dios en el Capítulo 4.
Las denominaciones religiosas creían en doctrinas incorrectas; y,
en consecuencia, ninguna de ellas era reconocida por Dios, como Su
Iglesia y Reino. “Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la
edifican” (Sal. 127:1). Sabiendo esto, claramente se ve que ninguna iglesia
que está a medias, que no tenga toda la verdad, no practique las ordenanzas
de salvación, no posea el sacerdocio, o la autoridad de Dios, no enseñe la
doctrina correcta y aprobada y no sea guiada por la revelación, puede ser
la Iglesia de Jesucristo. El Señor Jesucristo es el autor y fundador de Su
Iglesia. Jamás reconocerá a otra que no haya establecido personalmente, sin
importar las intenciones buenas y puras que los fundadores de otras iglesias
tenían al establecerlas. En otro lugar, el élder Orson Pratt dijo que a José
“le sería manifestada, en un tiempo venidero, la Iglesia verdadera que Dios
pretendía establecer… . [El Señor] impartió lo suficiente para hacerle saber
que todo el mundo cristiano estaba sin autoridad”.18 Para más información,
véase Cuál de todas las iglesias, era la Iglesia de Cristo más arriba.
16. Smith, José, Discursos sobre la fe 7:16. También véase McConkie y Millet, Doctrinal
Commentary 3:29 -30.
17. Para un excelente discurso sobre cómo Cristo representó a Su Padre durante Su misión
mortal y cómo nos muestra quién es el Padre, véase Holland, “La grandiosidad de Dios”, 70-73.
18. Journal of Discourses 12:355 TL.
110
EL RELATO DE 1840 (ORSON PRATT)
Y expresamente se le mandó que no las siguiera. Debido a que
Jesucristo es “un Dios de verdad, y no [puede] mentir” (Éter 3:12), a José
se le dio el mandato que no siguiera a ninguna de las iglesias existentes.
Si así no fuese el asunto, se le habría dicho que se uniera a una de las
iglesias de sus días. Sin embargo, Su Iglesia no se hallaba sobre la faz de la
tierra en 1820. Para más información, véanse No debía unirme a ninguna,
porque todas estaban en error en el Capítulo 5 y también Y se me mandó
expresamente “no seguirlas” en el Capítulo 9.
Recibió una promesa de que … la plenitud del evangelio, se le
debería dar a conocer. “¿Quién soy yo, dice el Señor, para prometer y
no cumplir?” (DyC 58:31). Dios siempre cumple las promesas que hace.
A Sus discípulos de la antigüedad, Cristo también prometió: “Y cuando
llegue el tiempo de los gentiles”, es decir el tiempo en el que el Evangelio
iría principalmente a los que no son judíos, “resplandecerá una luz entre
los que se asientan en tinieblas, y será la plenitud de mi evangelio”
(DyC 45:28). Vivimos en “el tiempo de los gentiles”. El Evangelio fue
entregado a José Smith y a los que le siguieron, “los que [han] sido
identificados con los gentiles” (DyC 109:60), siendo descendientes de Israel
(véase DyC 52:2; 86:8-10), pero gentiles según su cultura. “He enviado al
mundo mi convenio sempiterno”, confirmó Cristo, “a fin de que sea una luz
al mundo y un estandarte a mi pueblo, y para que lo busquen los gentiles,
y sea un mensajero delante de mi faz, preparando el camino delante de mí”
(DyC 45:9).
Vemos claramente que esta promesa se realizó. El Señor sí le dio
más conocimiento a José Smith y fue a través de él que la Iglesia de
Jesucristo, que contiene la plenitud del Evangelio, fue restaurada. Para más
información, véase La verdadera doctrina de Cristo y la plenitud de la
verdad del Evangelio le [serían] reveladas en el Capítulo 8.
Después de … la visión … su mente [estaba] en un estado indescriptible
de calma y paz. Véase La visión se cerró y la paz y la calma le llenaron
la mente en el Capítulo 8.
RESUMEN FINAL
Este relato de la Primera Visión es muy relevante debido a que es
el primero de segunda mano que se conoce y el primero en ser escrito y
publicado o impreso. El élder Orson Pratt era un confidente del profeta
José Smith. Debido a esto, parece que, como base, usó los relatos de José
Smith (1832, 1835, 1838) posiblemente junto con información que recibió
directamente del profeta. Algunos detalles de esos relatos se encuentran
aquí como la remisión de los pecados, la luz que gradualmente desciende,
dos Personajes que se le aparecieron a José y el deseo de llegar a la verdad,
pero no pudo obtenerla a través de las religiones de esos días.
111
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Dos puntos interesantes que comparte el élder Pratt son que a José le
tentó el diablo justo antes de ver abrir los cielos y que después de ver la
luz que comenzó a descender hacia él, tuvo miedo de ser consumido por
ella. Sin embargo, el mensaje contenido aquí deja claro que José recibió la
remisión de sus pecados y superó las tentaciones de Satanás gracias a la
liberación que le dio Dios. Después vio a dos Personajes, el Padre y el Hijo,
y Ellos le mandaron que no siguiera a ninguna de las religiones de esos
días porque la verdad completa, la plenitud del Evangelio, no se hallaba
entre ellas y que pronto se le daría a conocer. El testimonio del Espíritu le
llenó la mente, dejando claro la veracidad del hecho. Toda esta información
le habría enseñado a cualquier investigador en las Islas Británicas que
ellos también podrían vencer a los poderes de la oscuridad a través de la
liberación de Cristo, y llegar a saber por sí mismos, que el mensaje que los
misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
les traían era uno de salvación. Y por lo tanto que la Iglesia de Jesucristo,
restaurada en nuestros días, había venido a través de José Smith.
112
CAPÍTULO 7
EL RELATO DE 1841
(JOSÉ SMITH)
José Smith comenzó a trabajar nuevamente en la Historia de la Iglesia
en abril de 1838. Junto con sus escribas, tuvieron que empezar desde cero,
como se mencionó en el Capítulo 5, debido a que John Whitmer, el ex
historiador de la Iglesia, se había llevado la historia que había escrito
cuando fue excomulgado. Parece que José aprendió la lección y pidió que
un escriba suyo hiciera una copia de lo que habían escrito unos tres años
antes. Debido a que esta es una copia y edición pequeña de la Historia de
la Iglesia que fue escrito en 1838, este relato normalmente jamás se incluye
entre las versiones existentes de la Primera Visión. Lo interesante es que,
aunque sea una copia, existen unas frases escritas un poco diferentes que
nos pueden dar una idea más allá de lo que leemos en el relato oficial de
1838 (JS).
Con respecto a esta edición, el trabajo lo realizó Howard Coray, un
escriba del profeta José Smith. No se sabía de estos escritos sino hasta
el año 2005 cuando el documento fue descubierto mientras los eruditos
trabajaban en el proyecto de los Joseph Smith Papers.1 Podemos atribuir
este relato mayormente al profeta, como de primera mano, debido a que
Howard Coray dejó una declaración firmada en la que escribió: “Estas
cien páginas de historia fueron escritas por mí, bajo el dictado de José el
profeta”.2
Parece que al utilizar la palabra “dictado” Coray quiso decir que José
habló mientras él escribía. Se supone que José leyó el “Borrador número
2” de su historia donde se encuentra el relato de 1838 (JS) y dirigió los
cambios de edición mientras que lo leía. En este “Borrador número 3”, que
escribió Coray, existen evidencias de dictado.3 Dadas las ediciones para
refinar la historia, he decidido incluir este relato entre los que hemos estado
estudiando en este libro. Además, los cambios, aunque sean menores,
se verán dentro de lo que será la armonización de todos los relatos de la
Primera Visión (véase la Sección IV ).
Este relato será tratado un poco diferente que los demás. Debido a que
es muy parecido al relato de 1838 (JS), siendo una copia y una edición como
1. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 200.
2. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 200 TL.
3. Véase Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 201.
113
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
se mencionó en el primer párrafo de este capítulo, no se citará este relato
en su plenitud. Lo que he hecho a continuación, es citar partes de unos de
los versículos de José Smith–Historia, y después cito la misma información
del relato de 1841 (JS). De esta manera, se hace una comparación entre
ambos textos y el lector podrá ver con facilidad las diferencias. Después de
mostrar una parte de 1838 (JS) y otra de 1841 (JS), seguirá una explicación
de los cambios entre los relatos.
COMPARACIÓN Y EXPLICACIÓN
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/history-circa-1841-draft-draft-3/1
Nota: El documento original se encuentra en la URL citada arriba.
En lo que está a continuación, las palabras rayadas son usadas para
reflejar las que están tachadas en el documento de 1841 (JS ).
Las que se encuentran <entre corchetes angulares> son
palabras que fueron agregadas en el documento original.
1838: Durante el segundo año de nuestra residencia en Manchester,
surgió en la región donde vivíamos una agitación extraordinaria sobre el
tema de la religión. Empezó entre los metodistas (JS–H 1:5).
1841: Durante el segundo año de nuestra residencia en este lugar
surgió una agitación extraordinaria sobre el tema de la religión comenzando
con la iglesia metodista y pronto en este <lugar. Tenía yo cerca de quince
años de edad.> había una agitación extraordinaria religiosa. Empezando en
la sociedad de los metodistas.
Tenía yo cerca de quince años de edad. Esta frase fue agregada
después de haber escrito el texto principal. Sin embargo, aunque dice que
José tenía “cerca de quince años”, no nos deberíamos de sorprender. Esta
frase, en otras palabras, significa que él tenía catorce años y un poco más—
una edad que está “cerca de quince años”. Los demás relatos confirman el
mismo mensaje. La única excepción es el relato de 1832 (JS) donde dice
que José estaba en “el decimosexto año de [su] vida”. Ya se ha dado una
explicación sobre esta frase bajo En el decimosexto año de mi vida en el
Capítulo 3.
1838: Sacerdote contendiendo con sacerdote, y converso con
converso—de modo que toda esa buena voluntad del uno para con el otro,
si es que alguna vez la abrigaron, se había perdido completamente en una
lucha de palabras y contienda de opiniones (JS–H 1:6).
1841: Sacerdote en guerra contra sacerdote, converso contra
converso—convenciendo a una mente sin prejuicios que su supuesto amor
y celos se habían perdido en una lucha de palabras y contienda de opiniones.
En guerra contra / convenciendo a una mente sin prejuicios. En
verdad no solo era una contienda, sino una guerra; una guerra de palabras
114
EL RELATO DE 1841 (JOSÉ SMITH)
para poder ganar más conversos, más “terreno” en la región. Tales eran
sus actos, que podían convencer a cualquier persona que antes no tenía
ningún prejuicio, profesando amor, pero con un celo fingido. Sin embargo,
la palabra dice: “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos” (Stg. 1:22). Nefi también profetizó de
estos eventos cuando dijo: “Porque sucederá en aquel día que las iglesias
que se hayan establecido, mas no para el Señor, dirán la una a la otra: ¡He
aquí que yo, yo soy la del Señor!; y dirán las demás: ¡Yo, yo soy la del
Señor! Y así hablarán todos los que hayan establecido iglesias, mas no para
el Señor; y contenderán una con otra; y sus sacerdotes disputarán entre sí, y
enseñarán con su conocimiento, y negarán al Espíritu Santo, el cual inspira
a hablar” (2 Ne. 28:3- 4).
1838: Durante estos días de tanta agitación, invadieron mi mente
una seria reflexión y gran inquietud; pero no obstante la intensidad de mis
sentimientos, que a menudo eran punzantes, me conservé apartado de todos
estos grupos (JS–H 1:8).
1841: Durante esta agitación, [el tema de la religión] lo hice un
objeto de mucho estudio y reflexión. Aunque mis sentimientos estaban
profundamente interesados, me conservé apartado de todos los grupos.
Mis sentimientos estaban profundamente interesados. A José
le interesaba bastante el tema de la religión. El hecho de conservarse
“apartado de todos los grupos” significa que no se unió a ninguno de ellos
de una manera oficial, aunque sí asistía a sus reuniones cada vez que podía.
1838: Agobiado bajo el peso de las graves dificultades que provocaban
las contiendas de estos grupos religiosos, un día estaba leyendo la Epístola
de Santiago, primer capítulo y quinto versículo, que dice … (JS–H 1:11).
1841: Mientras estuve en este estado de perplejidad, un día estaba
leyendo la Epístola de Santiago, primer capítulo y quinto versículo, donde
encontré las siguientes palabras … .
Estado de perplejidad. José estaba en un estado de indecisión,
o confusión. Las Escrituras son claras al enseñar: “Dios no es Dios de
confusión” (1 Cor. 14:33). “Porque donde hay envidia y contención, allí hay
confusión y toda obra perversa” (Stg. 3:16). El Señor testificó que Satanás,
“ese espíritu … ha llenado el mundo de confusión” (DyC 123:7). Y en otra
ocasión dijo: “Mi casa es una casa de orden, dice Dios el Señor, y no de
confusión” (DyC 132:8).
1838: Ningún pasaje de las Escrituras jamás penetró el corazón de
un hombre con más fuerza que este en esta ocasión, el mío … . Sabiendo
que si alguien necesitaba sabiduría de Dios, esa persona era yo; porque
no sabía qué hacer, y a menos que obtuviera mayor conocimiento del que
hasta entonces tenía, jamás llegaría a saber; porque los maestros religiosos
de las diferentes sectas entendían los mismos pasajes de las Escrituras de
115
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
un modo tan distinto, que destruían toda esperanza de resolver el problema
recurriendo a la Biblia (JS–H 1:12).
1841: Ningún pasaje de las Escrituras jamás causó una impresión más
profunda en el corazón de un hombre que este como la que hizo en el mío ….
Sabiendo como sabía yo, que necesitaba sabiduría de Dios, y a menos que
la obtuviera, yo no podría acertar determinar cuál era la correcta. Y los
maestros de las diferentes sectas interpretaban este pasaje de las Escrituras
para destruir toda confianza de resolver el problema recurriendo a la Biblia.
Sin sabiduría de Dios, yo no podría determinar cuál era la correcta /
Los maestros … interpretaban. Dios es el que revela la verdad y lo hace
a través de Su Espíritu (1 Cor. 2:10 -11). Con razón a José le urgía recibir una
respuesta de Dios. Cada iglesia que conocía, tenía su propia interpretación
de las Escrituras, sin embargo “ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada” (2 Pe. 1:20). Solo Dios le podía confirmar cuál de
todas las iglesias era la verdadera.
1838: Al fin tomé la determinación de “pedir a Dios”, habiendo
decidido que si Él daba sabiduría a quienes carecían de ella, y la impartía
abundantemente y sin reprochar, yo podría intentarlo (JS–H 1:13).
1841: Al fin llegué a la conclusión de pedir a Él por sabiduría, creyendo
que si Él “daba daba a todos los hombres” libremente y sin reproche, no se
negaría a probar Su promesa conmigo.
No se negaría a probar Su promesa conmigo. “Porque todo el que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre
hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿Y si le pide
un pez, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos dará buenas cosas a los que le piden?” (Mateo 7:8-11).
1838: Era la primera vez en mi vida que hacía tal intento, porque en
medio de toda mi ansiedad, hasta ahora no había procurado orar vocalmente
(JS–H 1:14).
1841: Era la primera vez que hacía tal esfuerzo porque en medio de
toda mi ansiedad, hasta ahora no había procurado orar vocalmente.
Primera vez que hacía tal esfuerzo. Una cosa es creer y otra actuar.
José no hizo solo el intento de orar, sino que también se esforzó en hacerlo.
La invitación de Santiago es la de tener fe para obtener una respuesta a las
oraciones. Luego Santiago comparte que “la fe, si no tiene obras, es muerta
en sí misma” (Stg. 2:17). José entonces ejerció su fe, haciendo el “esfuerzo”
para ir a la arboleda a orar vocalmente. Para José, orar vocalmente “quizás
pudo haber sido un impedimento que tuvo que superar y el hecho que
estuvo dispuesto a hacerlo hace hincapié en lo mucho que quería saber cuál
de todas las iglesias era la verdadera”.4
4. Draper et al., The Pearl of Great Price: A Verse-by-Verse Commentary, 339 TL.
116
EL RELATO DE 1841 (JOSÉ SMITH)
1838: Mas esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que
me librara del poder de este enemigo que se había apoderado de mí, y en el
momento en que estaba para hundirme en la desesperación y entregarme a
la destrucción—no a una ruina imaginaria, sino al poder de un ser efectivo
del mundo invisible que ejercía una fuerza tan asombrosa como yo nunca
había sentido en ningún otro ser—precisamente en este momento de tan
grande alarma vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente
arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar
sobre mí (JS–H 1:16).
1841: Mas esforzándome con toda energía por pedirle a Dios que
me librara del poder de este enemigo, en el momento cuando estaba
hundiéndome en la desesperación y entregándome a la destrucción—no
a algo imaginario, sino a la influencia de un ser del mundo invisible que
ejercía una fuerza tan asombrosa como esta. Precisamente en este momento
de alarma vi una columna de luz, mucho más brillante y deslumbrante que
el sol en su esplendor meridiano, cuyo brillo excedía el del sol, arriba de mi
cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí.
Con toda energía / la influencia de un ser del mundo invisible / luz,
mucho más brillante y deslumbrante que el sol en su esplendor meridiano,
cuyo brillo excedía el del sol. José ejerció no solo aliento, sino toda su
energía en una oración que salió del corazón. Lo hizo para combatir el
poder y la influencia de ese ser maligno del mundo invisible. Parece que la
influencia a la que se refiere José aquí, era lo que describió el élder Orson
Hyde al escribir que el diablo “llenó su mente [la de José] con dudas y le
recordó todo tipo de imágenes inapropiadas para impedir que obtuviera
el objeto de sus esfuerzos” (1842 OH).5 Como sabemos, Dios le liberó y
fue en ese instante que vio la columna de luz. José intenta describir esa
luz, pero existen cosas cuya descripción va más allá de nuestra habilidad
para describir. La explicación de José aquí es interesante, no solo era la
luz más brillante que el sol, sino que su brillo era “mucho más brillante y
deslumbrante que el sol en su esplendor meridiano”. ¿Qué más podía decir?
1838: Había sido mi objeto recurrir al Señor para saber cuál de todas
las sectas era la verdadera, a fin de saber a cuál unirme. Por tanto, luego
que me hube recobrado lo suficiente para poder hablar, pregunté a los
Personajes que estaban en la luz arriba de mí, cuál de todas las sectas era la
verdadera (porque hasta ese momento nunca se me había ocurrido pensar
que todas estuvieran en error), y a cuál debía unirme (JS–H 1:18).
1841: Había sido mi objetivo ir a tener la certeza de cuál de todas
las sectas era la verdadera, a fin de unirme a ella. <Por consiguiente,> tan
5. Para más información, véase El adversario hizo varios esfuerzos intensos para enfriar su
alma ardiente. Él llenó su mente con dudas y le recordó todo tipo de imágenes inapropiadas
para impedir que obtuviera el objeto de sus esfuerzos en el Capítulo 8.
117
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
pronto fue posible, pregunté a los Personajes que estaban en la luz, cuál de
todas las sectas era la verdadera (porque había supuesto que alguna era la
correcta), y a cuál debía unirme.
Tener la certeza / había supuesto que alguna era la correcta. Es
interesante este cambio y si unimos las dos frases que utiliza, tenemos una
idea muy buena de lo que quiso decir. José muestra que su objetivo era
“tener la certeza” de saber cuál era la iglesia verdadera y por eso “[recurrió]
al Señor” (JS–H 1:18). Sabía que solamente el Señor era quien le podía dar
una respuesta directa y definitiva. Esa idea la recibió de Santiago 1:5 en la
que aprendió que tenía que pedirle a Dios “quien da a todos abundantemente
y sin reproche”.
El siguiente cambio también nos pone a meditar un poco sobre lo que
pensaba José. Dijo que “hasta ese momento nunca se me había ocurrido
pensar que todas estuvieran en error” (1838 JS) y con el cambio básicamente
dijo la misma cosa, pero con un enfoque en la iglesia verdadera: “había
supuesto que alguna era la correcta” (1841 JS). José había llegado a tal
grado que creía que realmente todas estaban en error, según su intelecto,
pero en su ser, en su corazón, en sus pensamientos más profundos, aún no
aceptaba por completo que todas fueran falsas. Una traducción alternativa
del inglés del relato de 1838 (JS) es: “Hasta ese momento nunca me había
entrado al corazón que todas estuvieran en error”. Así que todavía tenía la
esperanza de hallar la Iglesia verdadera y es por eso que quería “tener la
certeza” (1841 JS) a través de una respuesta que habría recibido de Dios.
Para más información, véase Abominaciones y tinieblas que cubrían la
mente del género humano en el Capítulo 3.
1838: Diciendo que todo aquello era del diablo; que no había tales
cosas como visiones ni revelaciones en estos días; que todo eso había
cesado con los apóstoles, y que no volvería a haber más (JS–H 1:21).
1841: Declarando que era del diablo; que no podía haber visiones
ni revelaciones de Dios en estos días; que ellas habían cesado con los
apóstoles, y que nunca más serían restauradas.
Visiones ni revelaciones … que nunca más serían restauradas. La
Biblia nos enseña desde Génesis hasta Apocalipsis que Dios siempre habla
con Su pueblo. La revelación al hombre es clave en la obra del Señor. Por
lo tanto, cuando Cristo dijo que “sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18), luego en su
vida José Smith pudo aclarar, por conocimiento y por experiencia: “¿Qué
roca? La revelación”.6
1838: Aunque no era yo sino un muchacho desconocido, apenas entre
los catorce y quince años de edad, y tal mi posición en la vida que no era
un joven de importancia alguna en el mundo, sin embargo, los hombres de
6. [Manual] José Smith, 205.
118
EL RELATO DE 1841 (JOSÉ SMITH)
elevada posición se fijaban en mí lo suficiente para agitar el sentimiento
público en mi contra y provocar con ello una encarnizada persecución; y
esto fue general entre todas las sectas: todas se unieron para perseguirme
(JS–H 1:22).
1841: Aunque un muchacho desconocido, <cerca de> quince años de
edad, siendo tal mi posición en la vida que era un joven de poca importancia
en el mundo, sin embargo, los hombres de elevada posición se esforzaron
por agitar la opinión pública en mi contra y causar que las sectas se unieran
para perseguirme.
Cerca de quince años de edad / se esforzaron para agitar. Sobre
su edad, ya se ha dado una explicación (véase Tenía yo cerca de quince
años de edad en este capítulo). Es interesante ver que los líderes religiosos
con “elevadas posiciones” no solo “se fijaron” (1838 JS) en José, sino que
además “se esforzaron”, fueron más allá de lo normal, “por agitar la opinión
pública en mi contra y causar que las sectas se unieran para perseguirme”
(1841 JS). Quisieron involucrar tanto al público como a las sectas. José no
era nadie—¡y solo tenía catorce años!—sin embargo, siendo un profeta
verdadero de Dios, por supuesto que Satanás iba a irritar los corazones de
todos los hombres para que contendieran con ira contra el recién llamado
profeta (véase 3 Ne. 11:29; Mateo 5:11-12). El hecho de ser perseguido por
parte de los líderes religiosos y sus sectas es otro testimonio de la veracidad
de su llamamiento porque cada profeta siempre estorba el reino de las
tinieblas.
RESUMEN FINAL
Tal como se mencionó en el Capítulo 5, el relato que después fue
aceptado como Escritura (1838 JS), tuvo algunos propósitos en mente al
escribirse. Sirvió como la fuente base de información sobre el comienzo de
la Iglesia. José dejó claro que “debido a las muchas noticias que personas
mal dispuestas e insidiosas han hecho circular acerca del origen y progreso
de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días … se me ha
persuadido a escribir esta historia para sacar del error a la opinión pública
y presentar a los que buscan la verdad los hechos tal como han sucedido”
(JS–H 1:1). José fue más preciso en lo que escribió e incluyó varios detalles
que fueron importantes incorporar para dejar escrita una historia que
contenía la verdad.
Lo que contenía el manuscrito era de suma importancia: la historia
que se preparó para ser publicada. Y dada la experiencia que había tenido
con John Whitmer, cuando él se llevó lo que había escrito en su tiempo,
seguramente José quiso prevenir que algo similar sucediera con esta
historia. Por lo tanto, él fue quien mandó que se hiciera una copia de ese
manuscrito. Me gustaría pensar que también podría haber influido el hecho
de recordar la pérdida de las 116 páginas del manuscrito original del Libro
119
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
de Mormón porque tampoco en aquel tiempo había hecho una copia de esa
traducción.7 Sin embargo, no hay evidencia de eso. Lo más probable es que
ya con su experiencia, entendía la importancia de tener, llamémosle, una
“copia de seguridad” además del documento en original.
Este manuscrito nos muestra que no hay una manera definitiva de decir
las cosas. Aun cuando estaban haciendo una copia y José dictaba a Howard
Coray lo que debía escribir, hay ciertos cambios, los que examinamos en
este capítulo, que dan un poco más de información sobre el mensaje que
quería transmitir. No contradicen nada con respecto a lo que se escribió
en primer lugar, sino que muestran algo más y a su vez es otra manera de
compartir las experiencias. Este relato, aunque muy parecido y casi idéntico
al de 1838 (JS), será muy útil en la Sección IV donde se verá la armonización
de todos los relatos. Además, es otro testimonio que viene de José, de que
en verdad vio a Dios, fue mandado a no unirse a ninguna iglesia existente
en los 1820 y que fue llamado por Dios para ser Su profeta—el Profeta de
la Restauración.
7. Para más información, véase Baker y Coleman, José y Moroni, 54-62. También véase
Santos, 48-53.
120
CAPÍTULO 8
EL RELATO DE 1842
(ORSON HYDE)
Este relato de segunda mano viene de Orson Hyde, quien, tal como
Orson Pratt, había sido llamado como uno de los apóstoles al nuevo
Cuórum de los Doce Apóstoles en esta dispensación, el 14 de febrero de
1835. Su ordenación al oficio de apóstol sucedió el siguiente día, el 15 de
febrero de 1835. Siendo un apóstol, “o sea, [testigo especial] del nombre
de Cristo en todo el mundo” (DyC 107:23), él sirvió como misionero en
Inglaterra entre 1837 y 1838. Después en la conferencia general de abril
de 1840 fue llamado a realizar una misión especial durante los años 1840
a 1842. En esta misión, el élder Hyde dedicó la tierra de Palestina, el 24
de octubre de 1841, para el recogimiento de los judíos. Mientras estaba
en camino a Jerusalén, estando en Londres, Orson le escribió una carta a
José Smith en la que dijo: “He escrito un libro para publicar en alemán,
exponiendo nuestra doctrina y principios de la manera más clara que me
fue posible”. Después, agregó que escribió “una historia del origen de la
Iglesia, de alguna manera similar a lo que hizo el hermano [Orson] Pratt”.1
El élder Hyde entonces fue a Alemania para aprender el idioma alemán y
después fue a cumplir su misión a Jerusalén. Volviendo a los EEUU, viajó
nuevamente a Alemania y tradujo al alemán el libro, o folleto, que había
escrito, del cual le hizo mención a José en su carta ya citada. El título del
folleto es: Un clamor del desierto, una voz del polvo de la tierra.2
Orson Hyde, como Pratt, era un amigo cercano de José Smith. Por
lo tanto, parece que al igual que Pratt, por lo menos tuvo acceso a los
relatos de 1838 (JS) y de 1840 (OP), así como a información adicional que
el profeta le habría dado a través de conversaciones privadas. Debido a
que el élder Hyde siguió el estilo del élder Pratt en compartir la Primera
Visión de José Smith (véase el Capítulo 6 ), los relatos son muy parecidos
y tienen varios elementos en común. Este folleto, tal como el de Orson
Pratt, sirvió para ayudar en la obra misional y fue escrito para los alemanes,
tanto para los santos como para los no miembros. Por eso algunos detalles
se basan en el racionalismo, tal como pensaban los alemanes. Algunos
1. Times and Seasons, vol. 2, núm. 23, 1 octubre 1841, 551 TL.
2. El nombre original en alemán es: Ein Ruf aus der Wüste, eine Stimme aus dem Schoose
der Erde.
121
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
ejemplos3 son: La preocupación de José de “basar sus esperanzas [sobre]
una incertidumbre ciega”; y, que la naturaleza a José “le había dotado de
un agudo intelecto crítico, por tanto, miraba a través de la lente de la razón
y el sentido común”. Además, que la oposición vino en la forma de dudas e
imágenes inapropiadas que le llenaron la mente, pero que al final a José se
le prometió “la plenitud de la verdad del Evangelio”.
Este relato tiene un lugar importante entre los relatos porque fue la
primera vez que la Primera Visión fue publicada en un idioma que no
fuese el inglés.4 Podemos confiar en los detalles que el élder Hyde escribió
porque extrajo varios puntos del relato escrito por el élder Pratt (véase el
Capítulo 6 ), y porque son casi iguales a los que José utilizó para su carta
que escribió a John Wentworth (véase el Capítulo 9).
EL RELATO DE 1842 (OH)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/orson-hyde-ein-ruf-aus-der-wste-1842-extract/3
El documento original se encuentra en la URL citada arriba.5 El relato
de la Primera Visión de 1842 (OH) dice lo siguiente:
Cuando había llegado a los catorce años de edad, [José] comenzó
a reflexionar seriamente sobre la importancia de prepararse para una
existencia futura, pero le fue difícil decidir cómo debía emprender
una tarea tan importante. Reconoció claramente que le sería imposible
caminar por el camino correcto sin conocerlo de antemano; y basar sus
esperanzas de vida eterna sobre una casualidad o una incertidumbre ciega
habría sido más de lo que se había sentido inclinado a hacer.
Descubrió que el mundo de la religión funcionaba bajo un aluvión
de errores que, en virtud de sus opiniones y principios contradictorios,
sentaron las bases para el surgimiento de sectas y denominaciones tan
diferentes cuyos sentimientos mutuos con demasiada frecuencia estaban
envenenados por el odio, la contención, el resentimiento y la ira. Sentía que
solo había una verdad y que aquellos que la entendiesen correctamente,
la entenderían todos de la misma manera. La naturaleza le había dotado
de un agudo intelecto crítico, por tanto, miraba a través de la lente de la
razón y el sentido común, y con lástima y desprecio por esos sistemas
de religión que eran tan opuestos entre sí y que, sin embargo, se basaban
todos obviamente en las Escrituras.
3. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”, 59-60.
4. Jessee, “The Earliest Documented Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, 22 y Harper,
Joseph Smith’s First Vision, 60.
5. La traducción del alemán al inglés se encuentra en esta URL: https://www.josephsmith
papers.org/paper-summary/orson-hyde-ein-ruf-aus-der-wste-a-cry-out-of-the-wilderness-1842extract-english-translation/1.
122
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
Después de haberse convencido suficientemente a su satisfacción de
que las tinieblas cubrían la tierra y de que una densa oscuridad cubría las
naciones, le abandonó la esperanza de encontrar en algún momento una
secta o denominación que estuviera en posesión de la verdad pura.
Por consiguiente, en actitud de fe comenzó su propia investigación
de la palabra de Dios sintiendo que era la mejor manera de llegar al
conocimiento de la verdad. No había llegado muy lejos en este esfuerzo
loable cuando sus ojos miraron al siguiente versículo de Santiago [1:5]:
“Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da
a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Consideró que
esta escritura fue una autorización para que él pidiera solemnemente a
su Creador y presentara sus deseos ante Él con la expectativa certera de
tener algún éxito. Y así comenzó a derramar los sinceros deseos de su
alma al Señor con ferviente determinación. En una ocasión, fue a una
pequeña arboleda cerca de la casa de su padre y se arrodilló ante Dios
en oración solemne. El adversario hizo varios esfuerzos intensos para
enfriar su alma ardiente. Él llenó su mente con dudas y le recordó todo
tipo de imágenes inapropiadas para impedir que obtuviera el objeto de sus
esfuerzos; pero la desbordante misericordia de Dios vino a animarlo y dio
un nuevo impulso a su débil fuerza. La nube oscura pronto se disipó y la
luz y la paz llenaron su asustado corazón. Una vez más, invocó al Señor
con fe y fervor de espíritu.
En este momento sagrado, el mundo natural que lo rodeaba fue
excluido de su vista, para que estuviera disponible a la recepción de cosas
celestiales y espirituales. Dos gloriosos Personajes celestiales se pusieron
delante de él, cada uno pareciéndose exactamente en características y
estatura. Ellos le dijeron que sus oraciones habían sido contestadas y
que el Señor había decidido otorgarle una bendición especial. También
se le dijo que no debía unirse a ninguna de las sectas o denominaciones
religiosas, porque todas erraban en la doctrina y que ninguna de ellas era
reconocida por Dios como Su Iglesia y Reino. Se le mandó además que
esperara pacientemente hasta algún momento futuro, cuando la verdadera
doctrina de Cristo y la plenitud de la verdad del Evangelio le fueran
reveladas. La visión se cerró y la paz y la calma le llenaron la mente.6
EXPLICACIONES Y NOTAS
Como se mencionó anteriormente, este relato de Orson Hyde y el
de Orson Pratt (1840) son muy parecidos. Debido a esto, he intentado
relacionar algunos puntos con el relato de Orson Pratt. A la vez, con otros
puntos parecidos, he dado mayor información o he tomado un acercamiento
un poco diferente sobre el asunto para profundizar más los principios que
podemos aplicar a nuestras vidas.
6. Hyde, Orson, Ein Ruf aus der Wüste, eine Stimme aus dem Schoose der Erde, 14 -16 TL.
123
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Los catorce años de edad. Orson Hyde también dejó clara la edad
de José—tenía un poco más de catorce años. Para más información, véase
Alrededor de los catorce o quince años de edad en el Capítulo 6.
Comenzó a reflexionar seriamente sobre la importancia de prepararse
para una existencia futura. Grandes experiencias, junto con las verdades
del cielo, se dan a conocer a través de la revelación después de meditar y
reflexionar. Si escudriñamos las Escrituras y las enseñanzas de los profetas
modernos, tomando el tiempo para reflexionar con la mente y meditar con
el corazón, abrimos los medios para que el Espíritu Santo nos dé más luz y
conocimiento. Nefi, hijo de Lehi, dijo que “sucedió que después que hube
deseado conocer las cosas que mi padre había visto, y creyendo que el
Señor podía hacérmelas saber, mientras estaba yo sentado reflexionando
sobre esto, fui arrebatado en el Espíritu del Señor, sí, hasta una montaña
extremadamente alta que nunca antes había visto, y sobre la cual nunca
había puesto mis pies” (1 Ne. 11:1; cursiva agregada). Nefi entonces vio al
Espíritu Santo cara a cara; de allí un ángel le mostró una visión del árbol
de la vida; de la condescendencia de Dios; de María, de Jesucristo, Su
ministerio y crucifixión; de Su ministerio como Ser resucitado entre los
nefitas; y muchas cosas más hasta los últimos días cuando la Iglesia del
Cordero estaría sobre toda la superficie de la tierra (1 Ne. 11-14).
En esta dispensación, aparte de la Primera Visión, otros dos grandes
ejemplos sobre el poder de meditar y la forma en que lleva a recibir visiones
son el de José Smith, junto con Sidney Rigdon, y el del presidente Joseph
F. Smith. José y Sidney estaban trabajando en la traducción inspirada de la
Biblia, específicamente en Juan capítulo 5. Hubo un cambio inspirado en
el versículo 29 de Juan 5. Ellos dicen: “Y mientras meditábamos en estas
cosas, el Señor tocó los ojos de nuestro entendimiento y fueron abiertos, y
la gloria del Señor brilló alrededor” (DyC 76:11-19). Lo que siguió fue una
visión sumamente hermosa y poderosa, seis visiones en total de hecho, de
la gloria del Padre y del Hijo, la caída de Lucifer, los hijos de perdición,
la gloria celestial, la gloria terrestre y la gloria telestial. En el caso del
presidente Joseph F. Smith, él dijo: “Me hallaba en mi habitación meditando
sobre las Escrituras, y reflexionando en el gran sacrificio expiatorio que el
Hijo de Dios realizó para redimir al mundo … [y en] los escritos del apóstol
Pedro … . Mientras meditaba en estas cosas que están escritas, fueron
abiertos los ojos de mi entendimiento, y el Espíritu del Señor descansó
sobre mí, y vi las huestes de los muertos, pequeños así como grandes”
(DyC 138:1-11). La visión que recibió sobre la obra para la redención de los
muertos es una de las visiones doctrinales más informativas y detalladas
que tenemos en nuestra posesión (DyC 138).
Debemos recordar que, hacia el final del Libro de Mormón, dejando
sus últimas palabras escritas, Moroni nos instruye y nos exhorta a leer este
libro sagrado y luego “que lo [meditemos] en [nuestros] corazones”. Nos
124
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
exhorta entonces a preguntar a Dios sobre la veracidad de las cosas escritas
en el libro y entonces Dios “[nos] manifestará la verdad de ellas por el
poder del Espíritu Santo” (Moro. 10:3- 4). Como podemos ver, el principio
del estudio, la reflexión y la meditación, hacen posible que se abran los
cielos y recibamos gloriosas verdades que serán reveladas por el Espíritu
Santo; “y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas
las cosas” (Moro. 10:5).
Sería imposible caminar por el camino correcto sin conocerlo de
antemano. Véase Si no entendía el camino, sería imposible caminar en
él en el Capítulo 6.
La religión funcionaba bajo un aluvión de errores. El profeta
Amós dijo que “no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto
a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). Si el Señor no habla, si no existen
revelaciones ni profecías, la palabra declara que “el pueblo se desenfrena”
(Prov. 29:18). Es por la revelación que recibimos “el conocimiento de
[Dios]” y se alumbran “los ojos de [nuestro] entendimiento” (Efe. 1:17-18).
Los efectos de la apostasía trajeron como resultado varias religiones, cada
una con sus propias creencias y doctrinas. Estas religiones, cuyos líderes
se confiaban en sí mismos, tenían “un aluvión de errores” por no hacer
caso al Espíritu. Nefi habló de una manera fuerte y directa en contra de
las iglesias que surgirían después de la apostasía, especialmente en los
últimos días. Él escribió que “enseñarán con su conocimiento, y negarán
al Espíritu Santo, el cual inspira a hablar. Y niegan el poder de Dios, el
Santo de Israel, y dicen al pueblo: Escuchadnos y oíd nuestro precepto …
he aquí, escuchad mi precepto … . Sí, y habrá muchos que … enseñarán
falsas, vanas e insensatas doctrinas …. Sí, todos se han salido de la senda;
se han corrompido. A causa del orgullo, y a causa de falsos maestros y falsa
doctrina, sus iglesias se han corrompido y se ensalzan; se han infatuado a
causa de su orgullo …. Llevan erguida la cerviz, y enhiesta la cabeza; sí, y
por motivo del orgullo, de la iniquidad, de abominaciones y fornicaciones,
todos se han extraviado … son guiados de tal manera que a menudo yerran
porque son enseñados por los preceptos de los hombres. ¡Oh los sabios,
los instruidos y los ricos que se inflan con el orgullo de sus corazones, y
todos aquellos que predican falsas doctrinas, y todos aquellos que cometen
fornicaciones y pervierten la vía correcta del Señor! ¡Ay, ay, ay de ellos,
dice el Señor Dios Todopoderoso, porque serán arrojados al infierno!”
(2 Ne. 28:4-15). Por estas razones que menciona Nefi, había “un aluvión de
errores” en las enseñanzas de las religiones en los días de José tal como las
hay hoy en día.
Sentimientos … envenenados por el odio, la contención, el
resentimiento y la ira. Estos sentimientos vienen del diablo debido a
que son exactamente opuestos a ese fruto que nos ofrece el Espíritu Santo
(véase Gál. 5:22-23). Los corazones de muchos los integrantes de las sectas
125
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
estaban llenos de odio en lugar de amor. Practicaban la contención y no
la paz. Había resentimiento en vez de longanimidad. Les dominaba la ira
y no había lugar para la mansedumbre. Lamentablemente estas personas
religiosas eran como describió Pablo a Tito: “Profesan conocer a Dios,
pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados
en cuanto a toda buena obra” (Tito 1:16). Jesucristo dio un mandamiento
al decir: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también
os améis los unos a los otros” (Juan 13:34) y claramente los sentimientos
que tenían no concordaban con esta enseñanza. Recordemos las palabras
de Juan el Amado: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, pero aborrece a su
hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha
visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan 4:20).
Sentía que solo había una verdad. En esto José tenía razón—solo
existe una doctrina verdadera. Pablo lo dejó claro cuando dijo que hay
solamente “un Señor, una fe, un bautismo” (Efe. 4:5). Esto claramente nos
enseña que solo hay un Señor, quien es Cristo, el Salvador y Redentor—no
hay más. Hay una fe, una Iglesia verdadera, que dentro de ella se enseña
una sola doctrina, la de Cristo y por lo tanto un solo camino de regreso
a Su presencia—no hay varias iglesias, doctrinas etc. Hay un bautismo,
una manera correcta y autorizada para llevar a cabo la ordenanza—no
hay muchos bautismos. Si cada uno entiende correctamente la verdad,
tal y cómo es, entonces “la [entienden] todos de la misma manera” (1842
OH). En uno de los relatos, José, en un sentido, afirma lo que dice el élder
Hyde sobre el hecho de sentir “que solo había una verdad”. José dictó:
“Pregunté a los Personajes que estaban en la luz, cuál de todas las sectas
era la verdadera (porque había supuesto que alguna era la correcta), y a
cuál debía unirme” (1841 JS). A pesar de tanta confusión y la duda de cuál
era la Iglesia verdadera, aún José guardaba esa esperanza que había “una
verdad”, o una Iglesia verdadera (véase Tener la certeza / había supuesto
que alguna era la correcta en el Capítulo 7).
Miraba a través de la lente de la razón y el sentido común. ¿Cuántas
veces las personas desechan estas dos cosas? Si la Iglesia de Jesucristo
tenía apóstoles y profetas, trabajaba bajo el principio de la revelación,
enseñaba que Dios y Jesucristo eran dos personas diferentes, realizaba el
bautismo por la inmersión y se otorgaba el don del Espíritu Santo por la
imposición de las manos, y una multitud más de ejemplos, si así era y de
tal forma hacía las cosas la Iglesia de Jesucristo en el meridiano de los
tiempos, ¿no debería ser tal cual hoy en día Su Iglesia y hacer las cosas
de la misma manera? “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos”
(Heb. 13:8) y Su Evangelio también es el “Evangelio Sempiterno” (DyC
68:1; 99:1). Dadas estas verdades sabemos que no, no cambia Su Iglesia ni
Su Evangelio. ¿Por qué es tan difícil entenderlo? Puede ser que la gente no
126
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
razona ni utiliza el sentido común y no confía en el Espíritu para entender
lo que Dios tiene preparado para nosotros (véase 1 Cor. 2:9).
Después de haberse convencido suficientemente a su satisfacción /
en actitud de fe comenzó su propia investigación. El Señor nos ha
mandado: “Buscad diligentemente y enseñaos el uno al otro palabras de
sabiduría; sí, buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad
conocimiento, tanto por el estudio como por la fe” (DyC 88:118). Después
de escuchar a los hombres enseñar y perder la confianza en ellos, José
decidió realizar sus propios estudios, pero investigó “en actitud de fe”.
Tenemos que poner de nuestra parte para aprender todo cuanto podamos,
escudriñando tanto las Escrituras como “los mejores libros”. A la vez,
como el pueblo del convenio, tenemos el don del Espíritu Santo que nos
ayuda a aprender las verdades del Evangelio. El principio de la revelación
es esencial en el aprendizaje de las cosas espirituales y la revelación viene a
través del Espíritu. Cierto es que José llegó a su propia conclusión limitada,
“a su satisfacción de que las tinieblas cubrían la tierra” (1842 OH), a través
de “su propia investigación”, pero al demostrar su fe, entendió que tenía
que orar para recibir una confirmación celestial de la verdad. José había
aprendido y adquirido “conocimiento, tanto por el estudio como por la fe”
(DyC 88:118).
Consideró que [Santiago 1:5] fue una autorización para que él
pidiera solemnemente a su Creador. Las Escrituras nos traen mensajes
que podemos aplicar a nuestras vidas. Es interesante ver aquí que el élder
Hyde, sabiendo que los alemanes en los años 1840 eran más autoritarios,7
menciona específicamente que la invitación de Santiago de pedir sabiduría
a Dios “fue una autorización para que [José] pidiera solemnemente a su
Creador” (1842 OH). Sobre la escritura de Santiago 1:5 y la inspiración que
José recibió, como si estuviera autorizado a pedir a Dios, el hermano de
José, William Smith, compartió algo en una entrevista realizada en 1893.
En ella William menciona que había una reunión de avivamiento entre los
bautistas, metodistas y presbiterianos. Durante una de las noches, William
dice que “un reverendo, Sr. Lane de los metodistas, predicó un sermón
sobre ‘¿a qué iglesia debo unirme?’ El peso del discurso fue pedirle a Dios,
y usó como texto, ‘si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios, quien da a todos abundantemente’. Y por supuesto cuando José se fue
a la casa y estaba revisando el texto, fue inspirado a hacer justo lo que el
predicador había dicho, y se fue al bosque con la fe de un niño, confiada y
simple, creyendo que Dios quiso decir justo lo que dijo, se arrodilló y oró”.8
7. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”, 60.
La Confederación Germánica se basó en un gobierno autoritario y luego las políticas internas de
Otto von Bismarck al comienzo del Imperio alemán (en 1871) fortalecerían esa cultura política
autoritaria.
8. Citado en McConkie y Ostler, Revelations of the Restoration, 8-9 TL.
127
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Comenzó a derramar los sinceros deseos de su alma al Señor con
ferviente determinación. Desde los tiempos de Adán y Eva cuando
“[invocaban] el nombre del Señor … porque se encontraban excluidos de
su presencia” (Moisés 5:4), la oración ha sido el medio por el cual podemos
comunicarnos con Dios. Debemos acercarnos “confiadamente al trono de
la gracia, para alcanzar misericordia” (Heb. 4:16) directamente de Dios.
Existen situaciones en nuestras vidas cuando nuestras oraciones pueden
ser rápidas y directas, mientras que en otras nos tardamos, nos enfocamos
y derramamos los más sinceros deseos, los del corazón, a nuestro Padre
Celestial. En otras palabras, hay oraciones, y en otras situaciones, hay
oraciones. La oración que ofreció José era un ejemplo de aquellas oraciones
que exigió su esfuerzo más arduo y disciplinado; un enfoque especial con
una fuerza de voluntad y un corazón lleno de fe.9 Al Señor le agradan
estas oraciones sinceras, pero poderosas, a las que acompañan una fe y
convicción certera. El que busca la verdad jamás llegará a ella haciendo las
oraciones a medias. Esta declaración nos enseña que José oró sobre este
asunto “con ferviente determinación” antes de entrar a la arboleda y que no
fue una sola vez. Esto no debería sorprendernos debido a que José había
dicho que: “De los doce a los quince años de edad, medité muchas cosas en
el corazón” (1832 JS). Ya llevaba un tiempo estudiando y el clímax fueron
sus oraciones, tanto antes de entrar a la arboleda, como la que hizo en la
arboleda cuando “se arrodilló ante Dios en oración solemne” (1842 OH).
Fue a una pequeña arboleda … se arrodilló ante Dios en oración
solemne. Véanse Se retiró a un lugar secreto en una arboleda … y
comenzó a invocarle al Señor en el Capítulo 6 y Me retiré a un lugar
aislado en una arboleda y comencé a orar al Señor en el Capítulo 9.
El adversario hizo varios esfuerzos intensos para enfriar su alma
ardiente. Él llenó su mente con dudas y le recordó todo tipo de imágenes
inapropiadas para impedir que obtuviera el objeto de sus esfuerzos. El
gran apóstol Pedro escribió: “Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario
el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”
(1 Pe. 5:8). Su misión es hacer que seamos cautivos, “pues él busca que
todos los hombres sean miserables como él” (2 Ne. 2:27). Esforzándose por
impedir que José, este profeta preordenado, orara y obtuviera una respuesta
divina de la boca misma de Dios, Satanás usó tres ataques. El primero fue
“enfriar su alma ardiente”, o en un sentido apagar el fuego de fe que poseía
ya que la fe era necesaria para pedirle sabiduría a Dios. Nefi claramente nos
instruye que “el espíritu malo no enseña al hombre a orar, sino le enseña
que no debe orar” (2 Ne. 32:8-9). El presidente Henry B. Eyring enseñó:
9. Para una buena información sobre la oración y la diferencia entre ciertas oraciones y
nuestros esfuerzos, véase Millet, Men of Influence, 96-99.
128
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
Sé, por experiencia propia, que Satanás y sus siervos intentan
hacernos sentir que no debemos orar. Cuando José Smith, con todas sus
fuerzas, invocó a Dios para que lo librara del poder que trataba de atarlo,
recibió una respuesta a su súplica de alivio y se le aparecieron el Padre
Celestial y Jesucristo.
El intento de Satanás de frustrar el comienzo de la Restauración fue
tan intenso porque la oración de José era muy importante. Ustedes y yo
desempeñaremos funciones más pequeñas en la Restauración continua.
Pese a ello, el enemigo de la Restauración intentará impedir que oremos.
El ejemplo de la fe y la determinación de José nos pueden fortalecer en
nuestro propósito. Esta es una de las muchas razones por las que en mis
oraciones doy gracias al Padre Celestial por el profeta José.10
El segundo ataque fue que “llenó su mente con dudas”. La duda es
antitética a la fe porque “donde hay duda o incertidumbre, no hay fe ni
puede haberla. Porque la duda y la fe no existen en la misma persona al
mismo tiempo. Así que los que dudan y temen no pueden tener confianza
firme. Y donde no hay confianza firme, la fe es débil. Y donde la fe es débil,
los hombres … desfallecerán de mente, y el adversario tendrá poder sobre
ellos, y los destruirá”.11
El tercero fue que “le recordó todo tipo de imágenes inapropiadas”. El
punto aquí es que se esforzó por distraer a José y hacer que su enfoque se
dirigiera hacia otro lado. Puede ser que estas imágenes tenían que ver con
Satanás, intentando influir la mente de José, al mostrarle imágenes falsas
de qué es lo que le sucedería si siguiera orando. Podría tratarse de imágenes
inmorales que habrían causado que se alejara el Espíritu (véase DyC 42:23;
63:16). Sin el Espíritu, José no podría haber visto al Padre y al Hijo. Si
aplicamos este punto a nuestros días, ya que sobreabundan imágenes
inapropiadas como la pornografía, debemos cuidarnos y enfocarnos en tener
la mente limpia. Satanás usa la pornografía para distraernos y hacer que se
10. Eyring, “Oraciones de fe”, 28-29.
11. Smith, José, Discursos sobre la fe 6:12. El presidente Dieter F. Uchtdorf dio este buen
consejo:
Algunos podrían preguntar: “Pero, ¿qué pasa con mis dudas?”. Es natural tener
preguntas, la semilla de la duda honesta por lo general germina y madura hasta convertirse
en un gran roble de entendimiento. Hay pocos miembros de la Iglesia que, en algún
momento u otro, no hayan luchado con preguntas serias o delicadas. Uno de los propósitos
del Evangelio es nutrir y cultivar la semilla de la fe, incluso algunas veces en el arenoso
suelo de la duda y la incertidumbre. La fe es la esperanza de cosas que no se ven pero que
son verdaderas.
Por lo tanto, mis queridos hermanos y hermanas, mis queridos amigos, les pido, primero
duden de sus dudas antes que dudar de su fe. Nunca debemos permitir que la duda nos
mantenga prisioneros y nos prive del amor, la paz y los dones divinos que vienen mediante
la fe en el Señor Jesucristo (“Vengan, únanse a nosotros”, 23).
También el élder, y ahora presidente, Russell M. Nelson enseñó que “la fe es el antídoto
contra el temor” (Nelson, “Manifiesten su fe”, 29).
129
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
alejen por completo los susurros, y mucho más, la presencia del Espíritu.12
Esto impedirá que haya revelación personal, porque sin el Espíritu Santo,
no puede haber revelación. Es muy interesante entonces este mandato de
Dios: “Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente”,
y fijémonos en lo que sigue, “entonces tu confianza se fortalecerá en la
presencia de Dios” (DyC 121:45). Por supuesto Satanás querría atacarnos
de esta manera para no estar en la presencia de Dios y no tener la compañía
del Tercer Miembro de la Trinidad con nosotros.
La desbordante misericordia de Dios vino a animarlo. A pesar de
los ataques del diablo, Dios, siendo más poderoso, libró a José a través de
Su misericordia. José había ido a la arboleda para buscar el perdón de sus
pecados y para saber, con certeza, cuál era la Iglesia de Jesucristo. Siendo
penitente, José pudo recibir la misericordia de Dios: “La misericordia
reclama al que se arrepiente; y la misericordia viene a causa de la expiación”
(Alma 42:23). José fue rescatado por la misericordia y la expiación de
Jesucristo. En nuestro caso, la misericordia de Dios y la expiación de Cristo
también nos pueden librar de Satanás y los efectos del pecado. Vemos un
ejemplo de esto con Alma, hijo, cuando enseñó a su hijo Helamán: “Y
aconteció que mientras así me agobiaba este tormento … me acordé de …
la venida de un Jesucristo, un Hijo de Dios, para expiar los pecados del
mundo. Y al concentrarse mi mente en este pensamiento, clamé dentro de
mi corazón: ¡Oh Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí que estoy en la
hiel de amargura, y ceñido con las eternas cadenas de la muerte! Y he aquí
que cuando pensé esto, ya no me pude acordar más de mis dolores; sí, dejó
de atormentarme el recuerdo de mis pecados” (Alma 36:17-19). Cierto es
“que ninguna carne puede morar en la presencia de Dios, sino por medio de
los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías” (2 Ne. 2:8).
Otra verdad que se manifiesta aquí es que los propósitos de Dios
seguirán adelante y Satanás no podrá detener la obra del Señor. El Señor
está dirigiendo Su obra y sin importar los esfuerzos de Satanás, “las obras,
los designios y los propósitos de Dios no se pueden frustrar ni tampoco
pueden reducirse a la nada” (DyC 3:1).
El mundo natural que lo rodeaba fue excluido de su vista, para que
estuviera disponible a la recepción de cosas celestiales y espirituales. Véanse
Se produjo una sensación peculiar en todo su sistema, e, inmediatamente,
su mente fue arrebatada de los objetos naturales con los que estaba rodeado
en el Capítulo 6 y Mi mente se apartó de aquellos objetos que me rodeaban
y me envolvió una visión celestial en el Capítulo 9.
12. El élder Boyd K. Packer enseñó que “Satanás, con sus ángeles, intentarán capturar sus
pensamientos y controlar lo que ustedes hagan. Si lo logran, corromperán todo lo que es bueno.
Para él, el Internet es solo eso, una red para atraparlos en una inicua adicción a la pornografía.
Les seguirá la infelicidad” (“El estandarte de la verdad se ha izado”, 26).
130
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
Dos gloriosos Personajes celestiales se pusieron delante de él, cada
uno pareciéndose exactamente en características y estatura. Aquí
tenemos otro testimonio de que eran dos Personajes Celestiales a quienes vio
José. Algunos creyentes en la Biblia rápidamente afirman que es imposible
que José haya podido ver a Dios, pues la palabra dice: “A Dios nadie le
vio jamás” (Juan 1:18). Se me hace increíble que haya personas quienes
dicen creer en la Biblia y luego aíslan un solo versículo de todos los demás
que sí enseñan que el hombre puede ver a Dios, y así, establecen su propia
“verdad”. Recuerdo al lector los ejemplos que ya hemos visto en el Capítulo
1 y el Capítulo 2, los cuales no se repetirán aquí, pero sí se agregarán otros
ejemplos. ¿Quiénes más han visto a Dios? Noé (Gén. 6:9), Isaac (Gén. 26:12), Jacob (Gén. 32:24-30), Moisés, Aarón y setenta ancianos (Éx. 24:9 -11),
Manoa y su esposa (Jue. 13:22-23), Salomón (1 Rey. 3:5; 9:2; 11:9), Esteban
(Hech. 7:55-56), Pablo (Hech. 9:3-6; 26:15-16). Además, Cristo prometió
que “los de limpio corazón … verán a Dios” (Mateo 5:8) y luego declaró que
visitará a los que guardan Sus mandamientos (Juan 14:23; véase también
Apoc. 22:3-5). La clave para poder ver a Dios es que debemos de “seguir
en santidad” como lo enseñó Pablo (Heb. 12:14).13 Hemos visto que, porque
José recibió el Espíritu Santo, le fue posible estar en la presencia de Dios
(véanse Fui lleno del Espíritu de Dios en el Capítulo 3 y Se produjo una
sensación peculiar en todo su sistema … en el Capítulo 6 ). Las Escrituras
son sumamente claras sobre este punto. Si uno quiere compartir uno o dos
versículos para decir que José no pudo haber visto a Dios, les mostraremos
veinte, o más, que dicen que sí pudo. Para más información, véase también
Dos Personajes gloriosos, que exactamente se parecían el uno al otro en
sus características o semejanzas mí en el Capítulo 6.
El Señor había decidido otorgarle una bendición especial. Parece
que primeramente esta bendición especial era la visita misma del Padre
y del Hijo, la cual se le estaba otorgando precisamente en ese momento.
Cristo había prometido: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre
le amará, y vendremos a él y haremos morada con él” (Juan 14:21-23). José
pudo testificar que esta promesa verdaderamente era “una manifestación
personal” (DyC 130:3). Segundo, según los testimonios de por lo menos
tres de los otros relatos, dos siendo de José (1832; 1835) y el tercero de
Orson Pratt (1840), la bendición otorgada fue una remisión de sus pecados.
Tercero, José supo, con un conocimiento perfecto, que ninguna iglesia
tenía la verdad y que no debía unirse a ninguna de ellas. Cuarto, que sería
a través de él que el Evangelio en su plenitud sería restaurado. Sea lo que
haya sido la bendición otorgada, José supo que Dios escuchó su oración, lo
conocía por su nombre, lo había instruido y que lo amaba.
13. Todas estas referencias vienen de Coleman, Para defender estas gloriosas verdades,
45-46.
131
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Se le dijo que no debía unirse a ninguna de las sectas … porque todas
erraban en la doctrina y que ninguna de ellas era reconocida por Dios,
como Su Iglesia y Reino. Véase No debía unirme a ninguna, porque todas
estaban en error en el Capítulo 5. Además, véanse Las denominaciones
religiosas creían en doctrinas incorrectas; y, en consecuencia, ninguna de
ellas era reconocida por Dios, como Su Iglesia y Reino en el Capítulo 6
y también Y se me mandó expresamente “no seguirlas” en el Capítulo 9.
La verdadera doctrina de Cristo y la plenitud de la verdad del
Evangelio le [serían] reveladas. Esta declaración y promesa de que a José
le serían reveladas estas cosas parece ser una indicación de su llamamiento
como profeta. A él se le daría la verdad, y sería por la revelación tal y
como enseña Pablo: “Pero os hago saber, hermanos, que el evangelio que
ha sido anunciado por mí no es según el hombre; pues yo ni lo recibí ni
lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo” (Gál.
1:11-12). Simplemente, Dios revela “su secreto a sus siervos los profetas”
(Amós 3:7), y José era Su profeta. A Dios mismo, y Sus verdades, se les
conocen únicamente a través de la revelación. “El mundo no ha conocido
a Dios por medio de la sabiduría” (1 Cor. 1:21). Si Dios no se hubiese
revelado a José, nunca le habría conocido. Sin embargo, sí, se le apareció.
La obra maravillosa prometida estaba a punto de comenzar en la que serían
restauradas tanto la Iglesia de Jesucristo como Su doctrina y las enseñanzas
verdaderas del Evangelio. Esta restauración se ha cumplido y a medida que
Dios siga trabajando con Su Iglesia, la Restauración se seguirá desarrollando
y efectuando la expansión de la misma.14 Todo empezó con esta visita al
joven José quien fue llamado como el Profeta de la Restauración.
La visión se cerró y la paz y la calma le llenaron la mente. Al cerrar
la visión, el fruto del Espíritu, la paz, junto con la calma, llenaron la mente
del joven José. El testimonio que dejó el Espíritu le habló a la mente y
al corazón (DyC 8:2). El hecho de resolver los conflictos en nuestras
vidas ayuda a que podamos encontrar paz mental y estar con calma.15 Dos
conflictos muy fuertes para José que causaron que entrara a la arboleda eran
el deseo de recibir la remisión de sus pecados y saber a cuál iglesia debía
de unirse, es decir, cuál era la Iglesia de Jesucristo. Estos conflictos fueron
resueltos con la visita personal del Padre y del Hijo como se ha explicado
con anterioridad. Se agrega aquí que José experimentó lo que sucedió con
el pueblo del rey Benjamín: “El Espíritu del Señor descendió sobre ellos,
y fueron llenos de gozo, habiendo recibido la remisión de sus pecados, y
teniendo paz de conciencia a causa de la gran fe que tenían en Jesucristo que
había de venir, según las palabras que el rey Benjamín les había hablado”
14. Véase Uchtdorf, “Están durmiendo durante la Restauración”, 59.
15. Un excelente discurso sobre este tema es el del élder Richard G. Scott, “Paz de conciencia
y paz mental”, Liahona, noviembre 2004, 15-18.
132
EL RELATO DE 1842 (ORSON HYDE)
(Mos. 4:3; cursiva agregada). El arrepentimiento de José, la recepción del
Espíritu Santo y los efectos de la expiación de Jesucristo causaron que
“la paz y la calma le llenaran la mente”. José tuvo una experiencia muy
parecida a la de Alma cuando imploró “misericordia al Señor Jesucristo [y
recibió] la remisión de [sus] pecados”. Después dijo: “Clamé a él y hallé
paz para mi alma”. Alma supo, y por lo tanto testificó, “que no hay otro
modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por
medio de él” (Alma 38:8-9). En contraste a las dudas y la confusión que
Satanás dejaba en la mente de José, el Señor dejó paz y calma.
RESUMEN FINAL
En este relato, Orson Hyde se acerca al tema de la Primera Visión de
la misma manera en que lo hizo Orson Pratt. El élder Hyde, siendo un
confidente del profeta José Smith, pudo darnos algunos puntos de vista
adicionales, dado el hecho que ciertos detalles pudo haberlos recibido
directamente de José, aunque siguió el ritmo del relato de 1838 (JS). Tal
como en el de 1838 (JS), aquí se cuenta la historia de la confusión y la
búsqueda de conocimiento que José anhelaba obtener, a fin de encontrar el
camino correcto del Señor. Además, de que José vio a dos Personajes en
la visión y se le informó que ninguna iglesia era la de Dios “porque todas
erraban en la doctrina”.
Este relato es importante porque es el segundo escrito por un apóstol
y el primero en ser escrito en otro idioma que no fuera el inglés. Algunos
detalles compartidos también son únicos. Se da una explicación del ataque
del adversario, confirmando que estuvo presente, esforzándose por impedir
que José recibiera una respuesta. Su ataque fue mayormente hacia la mente
de José, llenándola con dudas e imágenes inapropiadas. Sin embargo, el
intento de Satanás fue en vano porque José en verdad vio a dos Personajes
y el mensaje fue entregado. Finalmente, otro detalle sumamente importante
fue el hecho de ser llamado como un profeta, “que esperara pacientemente
[para que] la verdadera doctrina de Cristo y la plenitud de la verdad del
Evangelio le [pudiesen ser] reveladas”. Esta promesa, que vino de Dios,
era infalible y ciertamente se llevó a cabo. La paz que solamente deja el
Espíritu, y que confirma la verdad, le llenó la mente. El mensaje afirma
que este mismo Espíritu podrá iluminar a cualquier mente racionalista para
que, usando también su sentido común, pueda llegar a la verdad, tal como
lo hizo José.
133
CAPÍTULO 9
EL RELATO DE 1842
(JOSÉ SMITH)
En el año 1842, los santos se encontraban asentados en Nauvoo,
Illinois—la ciudad que José Smith fundó. Este fue el año en que salió el
relato de la Primera Visión que ahora comentamos, el segundo más conocido
después de la versión canonizada de 1838 (JS). José recibió una solicitud
de parte de John Wentworth, el editor del periódico Chicago Democrat, en
la que pidió que José le entregara una información breve del origen y la
historia de los Santos de los Últimos Días. Esta información sería incluida
en un libro de un amigo de Wentworth, el Sr. George Bastow, que trataba
una historia de New Hampshire1 (un estado al noreste de los EEUU). Lo
que escribió José se llegó a conocer como “La Carta a Wentworth”. Ésta
nunca fue publicada en ninguna revista ni periódico secular o libro, por
lo tanto, José, como editor, tomó la decisión de publicarla en el periódico
de Nauvoo: Times and Seasons.2 Esta fue la primera vez que un relato de
primera mano, de José Smith, fue impreso y el primero en ser publicado en
los EEUU.3
Este relato fue escrito para el público en general y una audiencia no
miembro de la Iglesia. En la carta, José escribió en primera persona. Relata
su sagrada experiencia, la Primera Visión, la visita de Moroni durante la
noche del 21-22 de septiembre, la salida a la luz del Libro de Mormón y
una breve historia de la Iglesia y sus persecuciones hasta aquella fecha de
1842. Termina con un resumen de creencias dentro de trece puntos que
conocemos como los Artículos de Fe. Éstos se hallan en nuestro libro
canónico de La Perla de Gran Precio.
Una característica de este relato es que es conciso, informativo y directo
al punto. Algunas declaraciones se hicieron más atemperadas para el público
en general. Por ejemplo, José menciona la visita de dos Personajes, pero no
1. Davidson et al. Joseph Smith Papers, Histories: 1832–1844 Vol. 1, 489. También véase
Times and Seasons, vol. 3, núm. 9, 1 marzo 1842, 706.
2. Times and Seasons, vol. 3, núm. 9, 1 marzo 1842, 706 -710. Cabe mencionar que, en julio
de 1843, un historiador, Israel Daniel Rupp, también solicitó a José que le diera información
sobre la Iglesia. José le entregó básicamente la misma carta a Wentworth, con muy pocos
cambios, y Rupp sí la incluyó en su libro He Pasa Ekklesia: An Original History of the Religious
Denominations at Present Existing in the United States, 404-410, que fue publicado en 1844.
3. Véanse Jackson, From Apostasy to Restoration, 74 y Harper, Joseph Smith’s First Vision,
52. Para más información, véase la nota 3 al pie de página del Capítulo 6.
134
EL RELATO DE 1842 (JOSÉ SMITH)
dice quiénes son, como lo hizo en 1838 (JS), posiblemente para no echar
sus “perlas delante de los cerdos” (Mateo 7:6), o para reverenciar a los que
había visto. Sin embargo, es obvio quienes eran esos Seres Divinos. Otro
ejemplo es que aquí dice que “todas las denominaciones religiosas creían
doctrinas incorrectas y que ninguna era reconocida por Dios como Su
Iglesia y Reino” (1842 JS), mientras que en el relato escrito para la Iglesia
(1838 JS), dice que “todas estaban en error; y el Personaje que me habló
dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista” (JS–H 1:19);
redacción que pudo estar influida por los recientes acontecimientos en Ohio
como se mencionó en el Capítulo 5. Sin embargo, declara a todos “que la
plenitud del Evangelio se me daría a conocer en un tiempo futuro” (1842
JS). La Carta a Wentworth tiene un gran valor entre los escritos históricos
SUD. Cada miembro debe tomar el tiempo de leerla en su totalidad.4
EL RELATO DE 1842 (JS)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/church-history-1-march-1842/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato de
la Primera Visión de 1842 (JS), esa parte específica de la carta a Wentworth,
dice lo siguiente:
Cuando tenía unos catorce años, comencé a reflexionar sobre la
importancia de prepararme para un estado futuro, y al averiguar sobre
el plan de salvación, me encontré con que había gran conflicto en las
ideas religiosas; si iba a una organización, me hablaban de un plan, y si
iba a otra, de otro, cada una proclamando que su credo particular era el
summum bonum [el estado máximo] de la perfección.
Al considerar que todas no podían estar en lo cierto y que Dios no
podía ser el autor de tanta confusión, decidí investigar el tema más a
fondo, creyendo que, si Dios tenía una Iglesia, ésta no podía estar dividida
en diferentes facciones, y que si Él enseñaba a una organización que
adorara de cierta manera y administrara un tipo de ordenanzas, a otra no
enseñaría principios que fueran diametralmente opuestos. Como creía en
la palabra de Dios, tuve confianza en la declaración de Santiago [1:5]:
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da
a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
4. Para ver una traducción de toda la Carta a Wentworth, véase el Capítulo 38 de [Manual] José
Smith, 463-474. Entre esas páginas está esta hermosa declaración: “El estandarte de la verdad se
ha izado; ninguna mano impía puede detener el progreso de la obra; las persecuciones podrán
encarnizarse, los populachos se podrán combinar, los ejércitos podrán juntarse y la calumnia
podrá difamar; mas la verdad de Dios seguirá adelante valerosa, noble e independientemente
hasta que haya penetrado en todo continente, visitado todo clima, abarcado todo país y resonado
en todo oído, hasta que se cumplan los propósitos de Dios y el gran Jehová diga que la obra está
concluida”.
135
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Me retiré a un lugar aislado en una arboleda y comencé a orar al
Señor; mientras me encontraba concentrado en ferviente súplica, mi
mente se apartó de aquellos objetos que me rodeaban y me envolvió
una visión celestial, y vi a dos gloriosos Personajes, que se parecían
exactamente el uno al otro en características y semejanza, rodeados de
una luz tan brillante que eclipsó el sol a mediodía. Me dijeron que todas
las denominaciones religiosas creían doctrinas incorrectas y que ninguna
era reconocida por Dios como Su Iglesia y Reino. Y se me mandó
expresamente “no seguirlas” [véase Lucas 17:23], al mismo tiempo recibí
la promesa de que la plenitud del Evangelio se me daría a conocer en un
tiempo futuro.5
EXPLICACIONES Y NOTAS
Cabe mencionar, que al igual que la relación entre los relatos de Orson
Pratt (1840) y de Orson Hyde (1842), este relato de José Smith es muy
parecido a aquellos. Nuevamente, relacionaré algunos puntos de este relato
con los de 1840 (OP) y 1842 (OH). También, daré otros principios de los
puntos que ya hemos visto con anterioridad.
Cuando tenía unos catorce años. José Smith era consistente en la
edad que daba cuando él relataba su Primera Visión. Este es el último relato
de primera mano y concuerda con los demás (1835, 1838, 1841). La única
excepción, si es que calificara como una excepción ya que fue algo agregado
por Frederick G. Williams y no de José, es el relato de 1832 (JS). Para más
información, véase En el decimosexto año de mi vida en el Capítulo 3.
Comencé a reflexionar sobre la importancia de prepararme para
un estado futuro. Véanse Estar preparado para un estado futuro de
existencia en el Capítulo 6 y Comenzó a reflexionar seriamente sobre la
importancia de prepararse para una existencia futura en el Capítulo 8.
Si iba a una organización, me hablaban de un plan, y si iba a otra, de
otro / [Dios ] no enseñaría principios que fueran diametralmente opuestos.
“¿Acaso está dividido Cristo?” preguntó Pablo (1 Cor. 1:18). Obviamente
la respuesta es que no. Las iglesias que conoció José estaban divididas
como se indica con el hecho de enseñar doctrinas y planes diferentes. Dos
enseñanzas diferentes no pueden ser ambas verídicas al mismo tiempo.
Una es verdadera y la otra es falsa, o simplemente las dos son falsas y no
verdaderas. No existen dos Evangelios, un Evangelio “diferente” u “otro”
como los llamó Pablo (Gál. 1:6 -7), sino que uno solo. El Evangelio de
Jesucristo es el plan de salvación; es sempiterno. Sus ordenanzas, doctrinas
y leyes son iguales en estos días como en los días de Adán. El presidente
Wilford Woodruff enseñó: “Ahora, cualquier hombre familiarizado con
las Escrituras puede comprender claramente que sólo hay un verdadero
5. Times and Seasons, vol. 3, núm. 9, 1 marzo 1842, 706 -707 TL.
136
EL RELATO DE 1842 (JOSÉ SMITH)
Evangelio. Nunca hubo sino un solo Evangelio. Cuando ese Evangelio ha
estado sobre la tierra, ha sido igual en cada dispensación. Las ordenanzas
del Evangelio jamás han cambiado desde los días de Adán hasta el día
presente, y nunca serán cambiadas hasta el final del tiempo. Si bien existían
muchas sectas y grupos en los [días de Cristo], Jesús dio a entender a Sus
discípulos que sólo había un Evangelio. Les dijo lo que era. Él les declaró
sus ordenanzas”.6
Dios no podía ser el autor de tanta confusión. “Dios no es Dios
de confusión” (1 Cor. 14:33). Las enseñanzas de Jesucristo son claras,
especialmente cuando se enseñan con autoridad y el Espíritu. Cuando la
palabra se enseña y se recibe por el Espíritu, “el que la predica y el que la
recibe se comprenden el uno al otro, y ambos son edificados y se regocijan
juntamente” (DyC 50:22). Había confusión entre aquellos profesores de
religión porque no tenían el Espíritu y mucho menos la autoridad para
predicar la palabra. Cuando Jesucristo estaba a solas con Sus apóstoles,
ellos le dijeron: “He aquí, ahora hablas claramente, y ninguna parábola
dices. Ahora entendemos que sabes todas las cosas” (Juan 16:29-30). Dios
no fue el autor de la confusión que había, sino que el diablo, “ese espíritu …
[había] llenado el mundo de confusión” (DyC 123:7).
Decidí investigar el tema más a fondo. Se nos enseña que debemos
ser nuestros propios agentes. En este caso, a José le tocó hacer su propia
investigación a fin de poder recibir la guía divina. “Debes estudiarlo en tu
mente”, dice Dios, “entonces has de preguntarme si está bien” (DyC 9:8).
En una revelación moderna, el Señor dijo: “Porque he aquí, no conviene
que yo mande en todas las cosas; porque el que es compelido en todo es
un siervo perezoso y no sabio; por tanto, no recibe galardón alguno. De
cierto digo que los hombres deben estar anhelosamente consagrados a una
causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha
justicia; porque el poder está en ellos, y en esto vienen a ser sus propios
agentes” (DyC 58:26-28). En otras palabras, aplicando este principio a
esta situación de José, o quizás a la nuestra, José tuvo que poner de su
parte. Al hacerlo, estuvo anhelosamente realizando algo bueno, por su
propia voluntad, siendo su propio agente, para poder llegar a la verdad.
Ciertamente no perdió galardón alguno debido a que hizo caso a los
susurros del Espíritu—estudió, meditó y oró sobre lo que había investigado
y aprendido; y recibió una respuesta de los cielos que nadie pudo, y nadie
aún puede, refutar.
Como creía en la palabra de Dios, tuve confianza en la declaración de
Santiago. Siempre debemos confiar en Dios y en las palabras inspiradas
de Sus siervos. “Confía en Jehová con todo tu corazón”, dice el proverbio,
“y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos,
6. Journal of Discourses 24:239 -240 TL.
137
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a
Jehová y apártate del mal, porque será salud para tu ombligo y médula para
tus huesos” (Prov. 3:5-8). Si confiamos en Dios, Él “enderezará nuestras
veredas” (Prov. 3:6), estas que nos llevarán a Su presencia. Al reconocer
y adorar a Dios, apartándonos del mal, nos bendecirá con luz y verdad
que es equivalente a inteligencia, que es la gloria de Dios (DyC 93:36).
En otras palabras, será “salud para [nuestros ombligos] y médula para
[nuestros] huesos” (Prov. 3:8)—será parte de nosotros. José confió en la
palabra inspirada de un siervo fiel y escuchó a los susurros del Espíritu. Por
lo tanto, fue llevado a la arboleda para preguntar a Dios y pedirle sabiduría.
“El Espíritu Santo es esencial para la Restauración” enseñó el élder Robert
D. Hales. Sobre Santiago 1:5 y el poder que sintió al leerlo, el élder Hales
continuó diciendo que “era la influencia del Espíritu Santo. Como resultado
de ello, José fue a una arboleda próxima a su hogar y se arrodilló para
preguntarle a Dios. La Primera Visión que tuvo inmediatamente después
fue verdaderamente memorable y magnífica, pero la senda hacia esa visita
en persona del Padre y del Hijo comenzó con una impresión de orar por
parte del Espíritu Santo. Las verdades reveladas del Evangelio restaurado
se recibieron mediante el modelo de buscar en oración y entonces recibir y
seguir las impresiones del Espíritu Santo”.7
Me retiré a un lugar aislado en una arboleda y comencé a orar al
Señor. José quería asegurarse de que estuviera solo, aislado de todos los
seres mortales para poder comunicarse con la deidad. Estaba completamente
enfocado en el propósito principal por el que entró a la arboleda: orar a
Dios y recibir una respuesta definitiva sobre sus dudas y anhelos. Jesucristo
enseñó que, al orar, “no seas como los hipócritas … para ser vistos por los
hombres; [sino] entra en tu aposento, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre
que está en secreto” (Mateo 6:5-6). La preocupación de José fue recibir las
respuestas directamente de Dios mediante la oración. José pudo declarar
que las palabras de Zenós eran verdaderas: “Y cuando entré en mi aposento
y oré a ti, ¡oh Señor!, tú me oíste. Sí, eres misericordioso con tus hijos,
cuando te invocan para ser oídos de ti, y no de los hombres; y tú los oirás”
(Alma 33:5-8).
Mi mente se apartó de aquellos objetos que me rodeaban y me
envolvió una visión celestial. Esto sucedió, dijo José, “mientras me
encontraba concentrado en ferviente súplica” (1842 JS). José se había
entregado por completo, derramando su mente y alma en oración a Dios
y había recibido del Espíritu (véase Se produjo una sensación peculiar en
todo su sistema, e, inmediatamente, su mente fue arrebatada de los objetos
naturales con los que estaba rodeado en el Capítulo 6). Parece evidente,
primeramente, que José se enfocó tanto en lo que estaba viendo, es decir, “a
7. Hales, “El Espíritu Santo”, 106.
138
EL RELATO DE 1842 (JOSÉ SMITH)
dos gloriosos Personajes” (1842 JS), que los demás objetos, en un sentido,
desaparecieron. Además, le sucedió la misma cosa que les había ocurrido a
los tres discípulos nefitas: “No supieron decir si estaban en el cuerpo o fuera
del cuerpo; porque les pareció como una transfiguración habida en ellos,
como que fueron cambiados de este cuerpo de carne a un estado inmortal,
de modo que pudieron contemplar las cosas de Dios” (3 Ne. 28:15). José,
de igual manera había sido transfigurado para poder “contemplar las cosas
de Dios” y estar enfocado en las cosas espirituales, no las naturales. Pablo
también, siendo transfigurado, “fue arrebatado hasta el tercer cielo” y
también “fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que al
hombre no le es dado expresar” (2 Cor. 12:2- 4).
Vi a dos gloriosos Personajes, que se parecían exactamente el uno
al otro en características y semejanza. Aquí tenemos de José el cuarto
testimonio propio, directo e inequívoco de que él vio a dos Personajes
(1835, 1838, 1841, 1842 JS). Aun el relato de 1832 (JS), al analizarlo bien, da
a entender que eran dos, aunque el enfoque claramente estaba en Jesucristo
y el mensaje que recibió de Él (véase El Señor abrió los cielos sobre mí y
vi al Señor en el Capítulo 3). También para más información, véase Dos
Personajes gloriosos, que exactamente se parecían el uno al otro en sus
características o semejanzas en el Capítulo 6.
Debido a que este es el punto principal de la visión, los críticos lo
atacan con cualquier arma que puedan encontrar. Inclusive, intentan usar
nuestras propias Escrituras para “comprobar” que fue imposible que José
pudiese ver a Dios. Sin entender lo que citan, usan Doctrina y Convenios
84:19 -22 que dice: “Y este sacerdocio mayor administra el evangelio y
posee la llave de los misterios del reino, sí, la llave del conocimiento de
Dios. Así que, en sus ordenanzas se manifiesta el poder de la divinidad. Y
sin sus ordenanzas y la autoridad del sacerdocio, el poder de la divinidad
no se manifiesta a los hombres en la carne; porque sin esto, ningún hombre
puede ver la faz de Dios, sí, el Padre, y vivir” (cursiva agregada). Después
de citar esta escritura, hacen una pregunta y un comentario semejante a:
“¿Cómo es posible que José haya visto a Dios si no poseía el sacerdocio?
Se necesita el sacerdocio para poder ver a Dios como dicen sus propias
Escrituras”.
Que quede claro que la escritura no dice lo que afirman estas personas.
Lo que sí dice es que: “Sin esto, ningún hombre puede ver la faz de Dios, sí,
el Padre, y vivir” (DyC 84:22). ¿Qué es “esto” en el versículo? “Esto” no se
refiere al sacerdocio, que según debe poseer el que ve a Dios, sino al “poder
de la divinidad”. Si intercambiamos la palabra con la frase, este versículo
nos está diciendo que “sin el poder de la divinidad, ningún hombre puede
ver la faz de Dios, sí, el Padre, y vivir”. El contexto de Doctrina y Convenios
84, si seguimos leyendo los versículos 23 y 24, es que Moisés quería que
el pueblo de Israel entrara y continuara en la presencia de Dios. Para poder
139
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
hacer esto, y llegar a ser como Dios es, se necesita recibir las ordenanzas
del sacerdocio. Moisés, quien poseía el sacerdocio de Melquisedec, recibió
el mandato de hacer del pueblo “un reino de sacerdotes y un pueblo santo”
(Éx. 19:6). Moisés deseó “y procuró diligentemente santificar a los de su
pueblo, a fin de que vieran la faz de Dios”, y al final, permanentemente
entraran “en su reposo, el cual es la plenitud de su gloria” (DyC 84:23-24).8
El caso de José fue diferente. Hay otra manera en que “el poder de
la divinidad” puede manifestarse en las personas de manera temporal.
Esto tiene que ver tanto con el sacerdocio como con el Espíritu. Primero,
“ningún hombre en la carne ha visto a Dios jamás, a menos que haya sido
vivificado por el Espíritu de Dios” (DyC 67:11). José recibió del Espíritu y
fue transfigurado (véanse Fui lleno del Espíritu de Dios en el Capítulo 3
y Se produjo una sensación peculiar en todo su sistema … en el Capítulo 6 ).
Además, Dios tiene autoridad, y tiene poder en esa autoridad. El poder
de Dios, en un sentido entonces, es el sacerdocio—Su poder y autoridad.
El sacerdocio de Melquisedec “es el sacerdocio mayor y más santo, y es
según el orden del Hijo de Dios … . Es el conducto mediante el cual el
Todopoderoso comenzó a revelar Su gloria al principio de la creación de
esta tierra, y por el cual ha seguido revelándose a los hijos de los hombres
hasta el tiempo actual”.9 Por lo tanto, es Dios quien utiliza Su sacerdocio
(no el que posee el hombre), en conjunto con el Espíritu, para permitir
que los seres humanos temporalmente “puedan aguantar su presencia en
el mundo de gloria” (DyC 76:118) mientras están aquí sobre la tierra. Este
fue el caso de José y explica cómo pudo estar en la presencia de Dios sin
poseer el sacerdocio. Él tuvo el “poder de la divinidad” que vino sobre él
y disfrutó de la presencia física del Padre y del Hijo. No hay contradicción
alguna y es otro ejemplo de cómo los que no son de nuestra fe tergiversan
los significados de nuestras Escrituras y dan interpretaciones equivocadas
de ellas.
Personajes … rodeados de una luz tan brillante que eclipsó el sol a
mediodía. “Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas” (1 Juan 1:5).
“La gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad”
(DyC 93:36). Dios posee una plenitud de conocimiento e inteligencia, que
se adquieren “por medio de … diligencia y obediencia” (DyC 130:19). Él
es perfecto, obediente y recto en todas las cosas. Por lo tanto, Su luz ha
llegado al máximo nivel, al día perfecto, y es más resplandeciente que
cualquier otra luz (véase DyC 50:24). Por esta razón el Padre y Su Cristo
estaban “rodeados de una luz tan brillante que eclipsó el sol a mediodía”
(1842 JS). Parece evidente, aunque José no lo menciona específicamente
8. Para una buena explicación sobre este punto, véase Robinson y Garrett, A Commentary on
the Doctrine and Covenants, 3:32-34.
9. [Manual] José Smith, 113-114.
140
EL RELATO DE 1842 (JOSÉ SMITH)
aquí, que estaban rodeados de esa luz porque principalmente ésta se había
manifestado primero. El lenguaje es muy parecido a otro relato en el que
José dijo: “Vi una columna de luz, mucho más brillante y deslumbrante
que el sol en su esplendor meridiano, cuyo brillo excedía el del sol” (1841
JS; cursiva agregada). Así que vio la columna de luz, esa gloria de Dios, y
entonces vio a los dos Personajes en medio de ella.
Me dijeron que todas las denominaciones religiosas creían doctrinas
incorrectas y que ninguna era reconocida por Dios como Su Iglesia y
Reino. En el relato de 1838 (JS) que fue escrito más para los miembros,
vindicando a los santos, y también en general para los apóstatas y a los
enemigos de la Iglesia por causa de varias situaciones graves de apostasía
que llevarían al encarcelamiento del profeta, el mensaje de Jesucristo se
expresó de una manera más directa: “Se me contestó que no debía unirme
a ninguna, porque todas estaban en error; y el Personaje que me habló dijo
que todos sus credos eran una abominación a su vista” (JS–H 1:19). Aquí,
siendo un relato escrito cien por ciento para una audiencia no miembro,
y quizás con la idea en mente de suavizar el golpe, pero aún dejando el
mensaje claro, se compartió simplemente “que todas las denominaciones
religiosas creían doctrinas incorrectas y que ninguna era reconocida
por Dios como Su Iglesia y Reino” (1842 JS). Para más información,
véanse No debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error y
también Todos sus credos eran una abominación a su vista, ambos en el
Capítulo 5. Además, véanse Las denominaciones religiosas creían en
doctrinas incorrectas; y, en consecuencia, ninguna de ellas era reconocida
por Dios, como Su Iglesia y Reino en el Capítulo 6 e Y se me mandó
expresamente “no seguirlas” a continuación.
Y se me mandó expresamente “no seguirlas”. Tal como fue mandado,
José nunca se unió a ninguna iglesia. Evidencia de esto se encuentra en la
historia que escribió la madre de José, Lucy Mack Smith. Aunque José fue
quien tuvo la experiencia, Lucy y su familia tenían que recibir sus propios
testimonios de la experiencia de José y la veracidad de las palabras que
Dios le dijo. Ella cuenta que después de la muerte de su hijo mayor, Alvin
(el 19 de noviembre de 1823), un predicador quería unir a todas las iglesias
del área. Ella escribió:
Esto me pareció lo adecuado, y me sentí inclinada a unirme a ellos;
de hecho, la mayoría de la familia parecía bastante dispuesta a unirse
con ellos; pero José, desde el inicio, se negó por completo a asistir a sus
reuniones, diciendo: “Madre, no deseo impedir que vayas a las reuniones,
o alguien de la familia; o que te unas a la iglesia que desees; pero, no me
pidas a mí que me una a ellas. Puedo llevar mi Biblia, e ir a la arboleda, y
aprender más en dos horas, que lo que podrías aprender en esas reuniones
durante dos años si asistieras todo el tiempo”….
141
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Durante esta agitación, José decía que no nos haría daño unirnos con
ellos; que si así lo hiciéramos, no seguiríamos con ellos por mucho tiempo,
porque estábamos equivocados con respecto a ellos y no conocíamos la
maldad de sus corazones.10
Debido a que no hay salvación en las iglesias falsas y es imposible
ejercer fe en doctrinas incorrectas, esta fue la razón por la que Dios le
mandó que no debía “seguirlas”.
Recibí la promesa de que la plenitud del Evangelio se me daría a
conocer en un tiempo futuro. Cuando ha habido tiempos de apostasía,
ha habido necesidad de una restauración de las verdades que se habían
perdido. Jesucristo profetizó: “Por tanto, os digo que el reino de Dios será
quitado de vosotros [los judíos] y será dado a gente que produzca los frutos
de él [los gentiles]” (Mateo 21:43). En 1820, llegó el tiempo para que el
reino se diera a otro pueblo y todo comenzó con esta visita de Dios a José
Smith. Este era el tiempo al cual hizo referencia Pablo cuando Dios nos
daría “a conocer el misterio de su voluntad, según su complacencia, la cual
se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la
dispensación del cumplimiento de los tiempos, tanto las que están en los
cielos, como las que están en la tierra” (Efe. 1:9 -10). Un tiempo de reunir
todas las cosas en Cristo; José recibió la promesa, como dijo, “de que la
plenitud del Evangelio se me daría a conocer en un tiempo futuro” (1842
JS). Esta verdad la confirmó Dios cuando dijo:
Por tanto, yo, el Señor … llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le
hablé desde los cielos y le di mandamientos;
y también a otros di mandamientos de proclamar estas cosas al
mundo; y todo esto para que se cumpliese lo que escribieron los profetas:
Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que
el hombre no aconseje a su prójimo, ni ponga su confianza en el brazo de
la carne;
sino que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el
Salvador del mundo;
para que también la fe aumente en la tierra;
para que se establezca mi convenio sempiterno;
para que la plenitud de mi evangelio sea proclamada por los débiles
y sencillos hasta los cabos de la tierra, y ante reyes y gobernantes (DyC
1:17-23).
En estos versículos aprendemos que José fue llamado por Dios, y que
debía de proclamar que los cielos estaban abiertos de nuevo. Un “débil”
(según el mundo) fue establecido como profeta tal y como sucedió con
la Iglesia de Jesucristo en los tiempos del Nuevo Testamento—varios
pescadores fueron llamados como apóstoles, no eruditos, ni los doctores
10. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 90 TL.
142
EL RELATO DE 1842 (JOSÉ SMITH)
de la ley. Luego el sacerdocio fue restaurado para que todo hombre pudiese
hablar “en el nombre de Dios”. Los convenios fueron establecidos de
nuevo junto con la plenitud del Evangelio para que los hombres tuvieran
la oportunidad de conocer tanto a Cristo como al Padre, aprender de Sus
siervos y aceptar Sus verdades para poder regresar a Su presencia y ser
como Ellos son.
RESUMEN FINAL
Este es el último relato que vino directamente de José Smith. De
todos los relatos que vinieron de él, de primera mano, este es el más corto.
Aunque esté corto, esta Carta a Wentworth tiene un lugar muy importante
entre los escritos de José Smith. Había compartido la experiencia de su
Primera Visión antes, pero este relato es el único que desde el inicio tenía
la intención de ser impreso para una audiencia no miembro. Por esta razón
José da un resumen de su experiencia celestial y lo comparte de una manera
clara y directa. Tal como los escritos de los élderes Orson Pratt y Orson
Hyde, José quiso que su mensaje tuviera algo con lo cual las personas
pudieran identificarse. Él menciona que se preocupaba por el futuro estado
de su propia alma, y seguramente habría algún lector que se preocupara
también por el de la suya. Al averiguar más sobre el plan de salvación,
se dio cuenta que entre todas las denominaciones religiosas había una
confusión. Había “muchos planes”, no uno, y sabía que eso no podía ser.
Siguiendo el consejo de las Escrituras, específicamente Santiago 1:5, oró a
Dios y allí es cuando recibió su respuesta. Los cielos se abrieron y tuvo la
visita personal tanto del Padre como del Hijo.
Este relato de José es el único de primera mano que menciona que la
visión le envolvió y que estos seres celestiales “se parecían exactamente
el uno al otro en características y semejanza”. Este lenguaje sí es parecido
a los relatos de 1840 (OP) y 1842 (OH), pero no está en los otros relatos
de José. Termina esta parte de su carta con la declaración, que todas las
denominaciones no eran del Señor y que la verdad, la plenitud del Evangelio,
sería revelada a través de él. Parece obvio que así lo hizo porque la carta
estaba dirigida a cualquier persona que pudiera leerla. Esta declaración
deja claro que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es
la Iglesia Restaurada de Jesucristo en estos últimos días y que José fue el
ungido del Señor para restaurarla.
143
CAPÍTULO 10
EL RELATO DE 1843
(LEVI RICHARDS)
En la mañana del domingo 11 de junio de 1843, Levi Richards asistió a
una reunión en el templo donde el profeta José Smith habló sobre varios
temas como Mateo 23, la salvación para los muertos y el mundo de los
espíritus.1 A las seis de la tarde del mismo día, Richards asistió a otra
reunión en la que discursó el hermano George Adams sobre el Libro
de Mormón, y también sobre el convenio sempiterno que había sido
quebrantado. Quizás haber escuchado la frase “el convenio sempiterno
que había sido quebrantado” haya influido el tema del discurso de José
Smith. Inmediatamente después el profeta discursó sobre su Primera
Visión, mencionando el estado de las personas, que habían quebrantado
el convenio sempiterno. Richards escribió este relato, o más bien, un
resumen extremadamente corto de lo que contó el profeta José Smith sobre
la Primera Visión, en su diario bajo la misma fecha del 11 de junio de 1843.2
No existen mayores detalles sobre esta entrada en su diario, pero está claro
que la escribió el mismo día que escuchó al profeta relatar la experiencia.
Su relato no agrega mucha información a la que tenemos, pero tres puntos
únicos para destacar son: el convenio sempiterno, la habilidad del profeta de
enseñar el Evangelio y su breve descripción de la persecución que recibió.
Levi Richards era un miembro fiel quien seguía y ayudaba al profeta
José Smith. Era el hermano mayor del apóstol Willard Richards y primo de
Brigham Young. Se hizo miembro de la Iglesia en 1836 en Kirtland, Ohio.
Debido a ello, Richards estuvo presente durante ese periodo difícil de
apostasía que causó que José tuviera que huir de Ohio a Misuri en enero de
1838. También estuvo presente cuando a los santos los sacaron de Misuri.
Levi era médico, y estando en Nauvoo, continuó su especialidad como
cirujano para la Legión de Nauvoo.3 Richards sirvió una misión a la Gran
Bretaña entre los años 1848 a 1853. Después se fue a Utah y allí, en 1874,
fue ordenado patriarca dentro de la Iglesia. Sabiendo todo esto, podemos
decir que este relato vino de un hombre fiel.
1. Casi todo el discurso del profeta se encuentra en Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del
Profeta José Smith, 375-382.
2. Véase Richards, “Journal”, 11 de junio de 1843. También véase Smith, José, The Words of
Joseph Smith, 215.
3. Jessee, “The Earliest Documented Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, 23-24.
144
EL RELATO DE 1843 (LEVI RICHARDS)
EL RELATO DE 1843 (LR)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/levi-richards-journal-11-june-1843-extract/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato
de la Primera Visión de 1843 (LR), la entrada del diario de Levi Richards,
dice lo siguiente:
[Día 11] … . A las 6[pm] escuché al élder George J. Adams [hablar]
del Libro de Mormón. Comprobó de los capítulos 24, 28 y 29 de Isaías
que el convenio sempiterno que había fijado Cristo y los apóstoles había
sido quebrantado—El presidente José Smith dio testimonio del mismo,
diciendo que cuando era un joven comenzó a reflexionar sobre estas
cosas, pero no pudo averiguar cuál de todas las sectas era la correcta—
entró a una arboleda y le preguntó al Señor cuál de todas las sectas era la
correcta. Recibió como respuesta que ninguna de ellas era la correcta, que
todas estaban equivocadas y que el convenio sempiterno fue quebrantado.
Dijo que entendía la plenitud del Evangelio de principio a fin y que podía
enseñarlo y también el orden del sacerdocio en todas sus ramificaciones.
La tierra y el infierno se habían opuesto a él y habían intentado destruirlo—
pero que no lo habían logrado y nunca lo harían.4
EXPLICACIONES Y NOTAS
José Smith … cuando era un joven comenzó a reflexionar sobre estas
cosas. José comenzó desde una edad temprana a reflexionar sobre las
cosas de Dios. José mismo había dicho: “Alrededor de la edad de doce
años, comencé a inquietarme seriamente con respecto a todo lo importante
que tenía que ver con el bienestar de mi alma inmortal, lo que me llevó a
escudriñar las Escrituras” (1832 JS). Además, dijo: “De los doce a los quince
años de edad, medité muchas cosas en el corazón” (1832 JS). Para más
información, véanse Estar preparado para un estado futuro de existencia
en el Capítulo 6 y Comenzó a reflexionar seriamente de prepararse para
una existencia futura en el Capítulo 8.
No pudo averiguar cuál de todas las sectas era la correcta. El
hombre, sin la inspiración divina, no puede saber dónde está la verdad.
“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios …
y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”
(1 Cor. 2:14). Solo Dios puede iluminar la mente del ser humano que quiere
saber la verdad de las cosas espirituales. La luz espiritual viene a través
del Espíritu Santo. Como un Revelador, el Espíritu Santo tiene un papel
sumamente importante. En este caso, vemos que José “no pudo averiguar
cuál de todas las sectas era la correcta” sin la ayuda de un poder que no
4. Richards, “Journal”, 11 de junio de 1843 TL.
145
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
fuera el suyo propio. Es la misma situación para nosotros. Sin la ayuda del
Espíritu, tampoco podremos averiguar o saber. En dos ocasiones, Jesucristo
claramente enseñó: “El Espíritu Santo … os enseñará todas las cosas” (Juan
14:26) y “el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).
En otras palabras, para poder llegar al conocimiento de las cosas de Dios,
saber cuál es la Iglesia verdadera, se requiere el Espíritu de Dios porque
solamente se pueden conocer estas cosas por el Espíritu.
Entró a una arboleda y le preguntó al Señor. Para varios detalles,
véanse todos estos relatos: Estando confundido, me dirigí a la tranquila
arboleda y me incliné ante el Señor en el Capítulo 4; [Me aparté ] al lugar
que previamente había designado en el Capítulo 5; Se retiró a un lugar
secreto en una arboleda … y comenzó a invocarle al Señor en el Capítulo 6;
Me retiré a un lugar aislado en una arboleda y comencé a orar al Señor en
el Capítulo 9 y también Salí hacia la arboleda donde mi padre había hecho
un claro en el Capítulo 11.
Ninguna de ellas era la correcta, que todas estaban equivocadas.
Hasta este punto en este libro hemos visto claramente que las iglesias en
los días de José Smith, tal como dice aquí Levi Richards, “todas estaban
equivocadas”. “He aquí, no hay más que dos iglesias solamente”, dijo el
ángel a Nefi; “una es la iglesia del Cordero de Dios, y la otra es la iglesia
del diablo” (1 Ne. 14:10). Por lo tanto, el hecho de que “todas estaban
equivocadas” significa que no eran la Iglesia verdadera, es decir, eran, y
son, falsas. Sí, es cierto que poseen algo de verdad, pero están muy lejos
de tener la verdad completa. “¿Hay verdad entre los presbiterianos? Sí.
¿Hay verdad entre los bautistas, los metodistas, etc.? Sí. Todos tienen un
poco de verdad mezclada con error. Debemos recoger todos los principios
buenos y verdaderos que hay en el mundo, o no resultaremos verdaderos
‘mormones’” porque “uno de los grandes principios fundamentales del
‘mormonismo’ es recibir la verdad, sea cual fuere su origen”.5
El convenio sempiterno fue quebrantado. Este lenguaje viene
de Isaías 24:5 en el que profetiza sobre los últimos días: “Y la tierra se
contaminó bajo sus moradores, porque traspasaron las leyes, cambiaron
la ordenanza, quebrantaron el convenio sempiterno”. El Señor también
confirmó lo que dijo Isaías al decir que las personas “se han desviado de mis
ordenanzas y han violado mi convenio sempiterno” (DyC 1:15). Después de
la muerte de los apóstoles, la Iglesia de Jesucristo cayó en apostasía. A lo
largo de los siglos, la tierra se contaminó debido a su maldad y rebelión
en contra la verdad. Las ordenanzas del Evangelio fueron cambiadas,
adulteradas y eliminadas. Las ordenanzas del Señor son ritos fijos que no
cambian. “El hecho de quebrantar el ‘convenio sempiterno’ sugiere que
había quienes buscaban la salvación en supuestos convenios hechos por
5. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 387 y 383.
146
EL RELATO DE 1843 (LEVI RICHARDS)
ellos mismos bajo sus propios términos sin la necesidad de los convenios
del sacerdocio. El Señor dijo que tales no buscan la justicia, sino que andan
‘por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen
es a semejanza del mundo’ (DyC 1:16)”.6
El Evangelio tergiversado, modificado y corrupto ya no es el Evangelio
sempiterno—ya no es el Evangelio de Jesucristo. Un evangelio que no sea
de Jesucristo no es verdadero y no tiene poder para salvar a las personas.
Todas las ordenanzas son necesarias y deben de llevarse a cabo en la misma
manera que las estableció Dios. “Ordenanzas instituidas en los cielos
antes de la fundación del mundo, en el sacerdocio, para la salvación de
los hombres, no deben ser alteradas ni cambiadas. Todos deben salvarse
basados en los mismos principios”.7 Dado que el pueblo estaba en un estado
apóstata y extraviado, fue necesario que se realizara una restauración de la
Iglesia de Jesucristo debido a que no se hallaba sobre la faz de la tierra.
Entendía la plenitud del Evangelio de principio a fin y que podía
enseñarlo. El José Smith de 1843 en Nauvoo ya no era el José de 1820
a 1830 en Nueva York. Para los años 1840, José había progresado de
manera exponencial en conocimiento y experiencia. Estando en Nauvoo,
el Señor derramó abundancia de bendiciones sobre José y Su pueblo del
convenio. Su conocimiento del Evangelio era casi perfecto. Si pensamos
sobre las cosas que había aprendido directamente de Dios, y las que había
experimentado, entre los años 1820 a 1843, podemos ver con claridad que,
él sí, podía enseñar el Evangelio de principio a fin. Podríamos dar un listado
de varias páginas sobre las cosas que aprendió José, pero como resumen
podemos decir que, con respecto al Evangelio, José:
1. Sabía quién era y cómo era Dios; también recibió visitas de otros
seres resucitados.
2. Había recibido la autoridad del Sacerdocio, tanto Aarónico como el
de Melquisedec, bajo las manos primeramente de Juan el Bautista (DyC
13) y después de Pedro, Santiago y Juan (DyC 27:12-13).
3. Había traducido el Libro de Mormón; hizo una traducción, o revisión
inspirada, de la Biblia; recibió otras revelaciones doctrinales poderosas que
están en el libro de Doctrina y Convenios; sacó nueva Escritura.
4. Comprendió claramente qué era la fe (inclusive dio siete discursos
sobre la fe en Kirtland, Ohio en 1834 -1835 que son un tesoro), el
arrepentimiento y la manera correcta para bautizar y otorgar el don del
Espíritu Santo.
5. Recibió visiones gloriosas sobre los reinos de gloria (DyC 76) y
específicamente sobre el reino celestial (DyC 137) que contienen bastantes
detalles. Con respecto a esa visión maravillosa, José dijo: “Yo podría
6. McConkie y Ostler, Revelations of the Restoration, 47-48 TL.
7. Smith, José, The Words of Joseph Smith, 210 TL.
147
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
declarar cien veces más de lo que he explicado respecto de las glorias de
los reinos que se me han manifestado en visión, si me fuese permitido, y si
la gente estuviera preparada para recibirlas”.8
6. Recibió otras revelaciones detalladas y poderosas sobre el sacerdocio
(DyC 84; 107) y otras verdades sobre la Creación, la Caída, los últimos
tiempos, la Segunda Venida, la resurrección, nuestro progreso y otros
asuntos de doctrina (véanse, por ejemplo, DyC 29; 45; 88; 93; 130; 131; 133).
7. Dedicó un templo en el cual recibió otras llaves y autoridad para
llevar a cabo la obra de Dios (DyC 110).
8. La ordenanza del bautismo para los muertos fue restaurada el 15 de
agosto de 1840.
9. Recibió una revelación sobre las ordenanzas del templo tanto de la
antigüedad como de esta última dispensación (DyC 124).
10. Recibió una revelación sobre el matrimonio y la ordenanza del
matrimonio celestial para que una pareja pudiese ser sellada por toda la
eternidad.
La lista podría continuar, pero aun así nos damos cuenta de que José
tenía un conocimiento amplio y ciertamente entendió cabalmente el
Evangelio de Jesucristo. José pagó el precio del estudio y debido a eso, y
obviamente dada su posición como profeta, él recibió luz y conocimiento
directamente de los cielos. “Si durante cinco minutos pudieran ver lo que
hay en el cielo”, declaró José, “aprenderían más que si leyesen todo lo
que se haya escrito sobre el tema”.9 Personalmente fue instruido por los
profetas antiguos y pudo entender “la plenitud del Evangelio de principio a
fin” (1843 LR). Además, teniendo el Espíritu consigo, pudo enseñarlo con
poder (véase DyC 42:14). En el mismo año de 1843, este profeta valiente
dijo: “Hablo con audacia y fielmente y con autoridad … . Sé lo que digo;
comprendo mi misión y mis asuntos. Dios Todopoderoso es mi escudo; y
¿qué puede hacer el hombre si Dios es mi amigo?”10
Entendía … el orden del sacerdocio en todas sus ramificaciones. Para
1843, José ya había obtenido un conocimiento sumamente amplio sobre el
sacerdocio. Fue el 15 de mayo de 1829 cuando se le confirió el Sacerdocio
Aarónico (DyC 13) y le fue conferido el Sacerdocio de Melquisedec en
algún momento de la segunda mitad de mayo de 1829 (DyC 27:12-13).11
8. Smith, Joseph Fielding, Enseñanzas del Profeta José Smith, 371-372.
9. [Manual] José Smith, 445.
10. [Manual] José Smith, 556.
11. En la sección 18 de Doctrina y Convenios, el Señor dice que Oliverio Cowdery y David
Whitmer, “como a Pablo mi apóstol, [habían sido] llamados con el mismo llamamiento que él”
(DyC 18:9). Esto significa que ellos eran, como apóstoles, testigos especiales de los eventos de
la Restauración, específicamente del Libro de Mormón. “Este versículo refleja además el hecho
de que la autoridad apostólica ya se había dado a José, a Oliverio y a David para este momento
de junio de 1829” (Robinson y Garrett, A Commentary on the Doctrine and Covenants, 1:105
148
EL RELATO DE 1843 (LEVI RICHARDS)
Los oficios de élder, sumo sacerdote, patriarca, setenta y apóstol fueron
restaurados y conferidos sobre otros hombres entre los años 1830 a 1835.
Con respecto a las ordenanzas12 del sacerdocio, el día 30 de marzo de
1836 se llevaron a cabo los primeros lavamientos y unciones en el templo
de Kirtland. Seis años más tarde, la ordenanza de la investidura por primera
vez se hizo el 4 de mayo de 1842. En tal investidura a uno se le otorga “el
privilegio de recibir los misterios del reino de los cielos” (DyC 107:19) y
“la llave del conocimiento de Dios” (DyC 84:19)—dos cosas que vienen
a través del Sacerdocio Mayor. Un año más tarde, el 16 de mayo de 1843,
José recibió una revelación que declaraba que “para alcanzar el [grado]
más alto [de la gloria celestial], el hombre tiene que entrar en este orden
del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio];
y si no lo hace, no puede alcanzarlo” (DyC 131:1-3). Esta revelación trató
el hecho de poder ser sellado como esposo y esposa por tiempo y toda la
eternidad como enseña Pablo: “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer,
ni la mujer sin el varón” (1 Cor. 11:11). José fue sellado a su esposa Emma
Smith el 28 de mayo de 1843. Luego, el 28 de septiembre de 1843, José y
Emma obtuvieron la plenitud del sacerdocio, recibiendo su segunda unción
en la que fueron ungidos rey y reina, sacerdote y sacerdotisa.13
Viendo que José entendió perfectamente bien el orden del sacerdocio,
sus oficios y ordenanzas, nos damos cuenta de que comprendió también
todas sus ramificaciones. José enseñó14 claramente: “Si un hombre ha de
recibir la plenitud del sacerdocio de Dios, debe obtenerla de la misma manera
en que Jesucristo la obtuvo, que fue por guardar todos los mandamientos y
obedecer todas las ordenanzas de la casa del Señor … . Todos los hombres
que lleguen a ser herederos de Dios y coherederos con Jesucristo [o sea,
seres exaltados] tendrán que recibir la plenitud de las ordenanzas de Su
reino”. Además: “Los que poseen la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec
son reyes y sacerdotes del Dios Altísimo, y tienen las llaves del poder y de
las bendiciones”. La ramificación, o consecuencia, de obedecer el orden del
sacerdocio, recibiendo sus ordenanzas, es que seremos exaltados, llegando
a ser como nuestro Padre Celestial es. En otras palabras, a estas personas
TL). Para un artículo extremadamente convincente que sitúa el rango de fechas posibles para
la restauración del Sacerdocio de Melquisedec entre el 16 hasta el 28 de mayo de 1829, véase:
Porter, “The Restoration of the Aaronic and Melchizedek Priesthoods”, 30-47. Para más
información sobre la restauración del Sacerdocio de Melquisedec, véase Baker y Coleman, José
y Moroni, 71-74.
12. Para una excelente referencia sobre las ordenanzas del templo, véase Mackley, Testimonio
de Wilford Woodruff, 59 -79. Las fechas mencionadas a continuación vienen de la misma fuente.
13. Para más información sobre segunda unción, véanse Coleman, Escudriñando Isaías
en el Libro de Mormón, 347-351; Mackley, Testimonio de Wilford Woodruff, 75-79 y también
Bradshaw, Temas del Templo, 53-58, 105-109.
14. Las próximas dos citas vienen de [Manual] José Smith, 445 y 114.
149
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
justas “el Padre [entregará] todas las cosas” porque “son sacerdotes y reyes
que han recibido de su plenitud y de su gloria; y son sacerdotes del Altísimo
… son dioses, sí, los hijos de Dios. Por consiguiente, todas las cosas son
suyas, sea vida o muerte, o cosas presentes o cosas futuras, todas son suyas,
y ellos son de Cristo y Cristo es de Dios” (DyC 76:55-59).
La tierra y el infierno … habían intentado destruirlo—pero que no
lo habían logrado y nunca lo harían. Existe una oposición en todas las
cosas. Si la tierra (los del mundo) y el infierno (Satanás y sus seguidores)
se opusieron a José, es porque era un profeta verdadero y estaba haciendo
la voluntad de Dios y estableciendo Su reino. José enseñó dos verdades15
con estas palabras sencillas y directas: “Siempre se levantarán los falsos
profetas para oponerse a los verdaderos” y “respecto del reino de Dios, el
diablo siempre establece su reino al mismo tiempo para oponerse a Dios”.
Para más información, véase Todos me persiguieron y desde entonces me
han perseguido en el Capítulo 11.
A pesar de sus intentos de destruir al profeta, “no lo habían logrado y
nunca lo harían” (1843 LR). Jesucristo había profetizado que, durante la obra
de la Restauración, “la vida de mi siervo estará en mi mano; por tanto, no
lo dañarán, aunque sea herido por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré,
porque les mostraré que mi sabiduría es mayor que la astucia del diablo”
(3 Ne. 21:10). Durante un periodo oscuro y difícil de la vida de José, mientras
estuvo en la cárcel de Liberty, el Señor le dijo: “El testimonio de traidores
nunca volverá a tu pueblo en contra de ti. Y aunque su influencia te lance en
dificultades y tras rejas y muros, se te estimará con honor; y de aquí a poco
tu voz será más terrible entre tus enemigos que el león feroz, a causa de tu
rectitud, y tu Dios te amparará para siempre jamás…. Por tanto, persevera
en tu camino, y el sacerdocio quedará contigo; porque los límites de ellos
están señalados, y no los pueden traspasar. Tus días son conocidos y tus
años no serán acortados; no temas, pues, lo que pueda hacer el hombre,
porque Dios estará contigo para siempre jamás” (DyC 122:3-4, 9).
RESUMEN FINAL
Este relato de segunda mano es sumamente corto. Sin embargo, los
puntos únicos que Levi comparte acerca del convenio sempiterno, el
conocimiento del profeta con respecto al Evangelio y su comprensión
del sacerdocio, que podía José enseñar ambas cosas, y la persecución que
recibió, nos dan un tesoro de información si nos pusiéramos a pensar en
sus significados. Lo interesante es que Richards no menciona la visita del
Padre o del Hijo, pero puede ser que él decidió enfocarse en la respuesta que
José recibió sobre el convenio sempiterno que fue quebrantado—tal como
había mencionado el hermano George Adams en su discurso previo al del
15. Estas dos citas vienen de [Manual] José Smith, 213 y 15-16.
150
EL RELATO DE 1843 (LEVI RICHARDS)
profeta. Este punto deja claro que debido a que el convenio sempiterno
del Evangelio había sido quebrantado, era necesario una restauración. José
Smith fue llamado como profeta, y después instruido, para poder entender
el Evangelio, junto con sus ordenanzas y las ramificaciones del orden del
sacerdocio. Así llegó a ser un instrumento en las manos del Señor para
llevar a cabo esta obra salvadora en los últimos días.
151
CAPÍTULO 11
EL RELATO DE 1843
(DAVID NYE WHITE)
David Nye White era el editor principal del periódico Pittsburgh Weekly
Gazette. En el verano de 1843, White estaba visitando lo que era, en aquel
tiempo, la parte oeste de los EEUU. Llegó a Nauvoo, Illinois y debido a
que sabía que a los lectores de su periódico, una audiencia no miembro de
la Iglesia, les interesaría saber algo sobre Nauvoo, escribió sus impresiones
sobre ella. Específicamente sobre el sitio del templo, White escribió que
“el sitio de Nauvoo es uno de los más bellos sobre el río Mississippi”. En
la mañana del 21 de agosto de 1843, después de desayunar, White visitó
al profeta en su casa. José, amigablemente, le invitó a pasar y sentarse.
Hablaron por una hora y entre varios temas el profeta contó algo sobre la
Primera Visión. Por lo tanto, este relato viene directamente de José Smith,
pero fue impreso por David Nye White y por eso es considerado un relato
de segunda mano.1
Las impresiones de White sobre su visita a Nauvoo, junto con la
entrevista al profeta, se publicaron por primera vez como un artículo en el
Pittsburgh Weekly Gazette del 15 de septiembre de 1843. Una semana más
tarde “fue impreso de nuevo en el New York Spectator el 23 de septiembre”.2
Cabe mencionar que White no tenía una impresión favorable de José. En
el artículo, él habla del profeta de manera despectiva, menospreciándolo,
y dice que lo cree un impostor. Cualquiera puede tener su opinión, sin
embargo, el contenido de lo que White escribió es consistente con lo que
José siempre había contado en sus relatos de la Primera Visión. White lo
escribió en un estilo de primera persona y los detalles parecen auténticos.
No habría una razón para fabricar cosas como “un claro” en la arboleda
donde José fue a orar; el lugar que había dejado “clavada [su] hacha”.
También el hecho que José vio a dos Personajes y que Uno se apareció
primero y después el Segundo. El Primero llamándole al Segundo “mi Hijo
amado”. A pesar de su propia opinión del profeta, White parece haber sido
1. Quizás el lector se pregunta cuál sería la diferencia entre la Carta a Wentworth (véase el
Capítulo 9) que fue impreso en un periódico, pero se considera un relato de primera mano y este
relato, también impreso en un periódico, es de segunda mano. La diferencia es que José escribió
la Carta a Wentworth y él mismo fue el editor del Times and Seasons, mientras que David Nye
White fue quien entrevistó al profeta, escribió la entrevista y la imprimió.
2. Allen y Welch, “The Appearance of the Father and the Son to Joseph Smith in 1820”,
57-58 TL. Véase también Jackson, From Apostasy to Restoration, 75, 78 n15.
152
EL RELATO DE 1843 (DAVID NYE WHITE)
fiel en la parte de la entrevista que contiene aquella experiencia única y
sagrada que tuvo José.
EL RELATO DE 1843 (DW)
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/interview-21-august-1843-extract/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba.3 El relato de
la Primera Visión de 1843 (DW), hallado en su periódico, dice lo siguiente:
El Señor sí se revela a mí. Lo sé. Se me reveló primero cuando
tenía unos catorce años, siendo un simple niño. Te lo contaré. Había una
reforma entre las diferentes denominaciones religiosas en el vecindario
donde vivía, y la tomé con seriedad, y deseé saber a qué Iglesia unirme.
Mientras pensaba en este asunto, de manera indiferente abrí el [Nuevo]
Testamento a estas palabras en Santiago [1:5]: “Pide al Señor, quien da
a todos abundantemente y sin reproche”. Así que decidí preguntarle.
Inmediatamente salí hacia la arboleda donde mi padre había hecho un
claro, y fui al tocón4 donde había dejado clavada mi hacha cuando terminé
de trabajar, y me arrodillé y oré, diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me
uniré?”
Pronto vi una luz, y luego un personaje glorioso en medio de la luz, y
luego otro personaje, y el primer personaje dijo con respecto al segundo:
“He aquí mi Hijo amado, escúchalo”. Entonces, me dirigí a esta segunda
persona, diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me uniré?” Él respondió:
“No te unas a ninguna de ellas, todas son corruptas”. La visión se terminó,
y cuando volví en mí, estaba de espaldas; y pasó algún tiempo antes de que
mi fuerza volviera. Cuando volví a casa y le dije a la gente que tuve una
revelación y que todas las iglesias eran corruptas, todos me persiguieron
y desde entonces me han perseguido. Pensaron detenerme, pero no lo han
conseguido, ni podrán hacerlo.5
EXPLICACIONES Y NOTAS
El Señor sí … se me reveló primero cuando tenía unos catorce años,
siendo un simple niño. De nuevo vemos que, cuando la narración vino
de José, él era consistente y dijo tener catorce años—tal como en los demás
relatos. Es interesante pensar que el Señor decida trabajar con los niños.
Tal y como enseñó Jesús: “Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos; de
otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y se derrama el vino y los
3. Para ver otra versión del documento original que contiene el artículo completo (incluyendo
el relato de la Primera Visión), véase https://contentdm.lib.byu.edu/digital/collection/19CMNI/
id/10554/.
4. Es decir, un tronco cortado.
5. “The Prairies, Nauvoo, Joe Smith, the Temple, the Mormons, etc.”, 58:3 TL.
153
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
odres se pierden, pues el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (Mar.
2:22). Esto significa que existen niños y jovencitos que son puros y no
han sido contaminados con las ideas erróneas de los hombres. Observa el
élder LeGrand Richards: “No se ha de suponer que el Señor escogería a un
individuo versado en las tradiciones y doctrinas de los hombres, porque
sería sumamente difícil instruir a tal persona. Como dijo Jesús, el vino
nuevo haría pedazos los cueros y se perdería el vino. Por otra parte, si
escogía a un joven como José Smith, el Señor podría instruirlo según Su
voluntad, y sería efectivamente vino nuevo en un cuero nuevo, sin que
hubiese conflicto con lo viejo. Vemos, pues, que el Señor obra las cosas
según Su propia manera”.6 Fueron niños los que recibieron la visita de
Cristo y de varios ángeles (3 Ne. 17:21-25). Cristo visitó a Mormón cuando
éste tenía quince años (Morm. 1:15), a Nefi cuando era muy joven (1 Ne.
2:16) y a Samuel también (1 Sam. 3:1-21). El Señor, sí, se revela a los niños
y jovencitos con un corazón puro.
Una reforma entre las diferentes denominaciones religiosas. La
cantidad de personas que se bautizaron en las diferentes religiones del
área donde vivía José muestra que sí se llevó a cabo una reforma, o un
avivamiento. Milton Backman ha hecho un gran trabajo en recopilar varias
estadísticas de los bautismos de las diferentes denominaciones religiosas
del área cerca de Palmyra. En resumen,7 una iglesia muy pequeña y nueva,
formada en 1818 con dieciséis miembros, la membresía aumentó a más
de cincuenta pocos meses después. Con respecto a las iglesias grandes,
la Asamblea General de la iglesia presbiteriana tuvo unos 500 bautismos
entre los años 1812 a 1816. Sin embargo, entre 1816 a 1821, tuvo más de
8.000. En un área con presencia de algunas iglesias bautistas, se bautizaron
2.425 personas en el año 1819 y en otra área, 2.256 en el año 1820. Para
más información, véase Una agitación extraordinaria sobre el tema de la
religión en el Capítulo 5.
La tomé con seriedad, y deseé saber a qué Iglesia unirme. La única
manera de saber la verdad es a través de la revelación. Al tomar la reforma
religiosa con seriedad, vemos que José tenía entonces una reverencia por
conocer la verdad. La reverencia invita a la revelación. Por lo tanto, al
reverenciar las cosas sagradas, las mismas que estaba estudiando para
poder llegar a la verdad, estaba en cierto sentido abriendo la puerta para
la revelación. Su reverencia se reflejaba en sus acciones y su actitud, junto
con su deseo de saber qué debía hacer. Por esta razón, y también por ser
preordenado para ser un profeta, pudo recibir esa divina revelación. De
igual manera, no debemos tratar a lo ligero las cosas sagradas y debemos
6. Richards, Una Obra Maravillosa y un Prodigio, 39.
7. Las cifras que siguen, y más información aún, vienen de Backman, Joseph Smith’s First
Vision, 84-89 y Backman, “Awakenings in the Burned-over District”, 309 -315.
154
EL RELATO DE 1843 (DAVID NYE WHITE)
vivir de manera recta si es que deseamos que Dios nos bendiga y nos revele
Sus verdades. “Sí, al que se arrepiente y ejerce la fe y produce buenas
obras y ora continuamente sin cesar, a este le es permitido conocer los
misterios de Dios; sí, a este le será permitido revelar cosas que nunca han
sido reveladas” (Alma 26:22).
De manera indiferente abrí … a … Santiago. Esto no significa que
a José no le importaba qué leía, sino que era algo que hizo sin un sistema
específico del estudio. El significado de la palabra en inglés8 da a entender
que lo hizo de manera incierta y sin un plan previo. Sabemos que José
estudiaba las Escrituras. Parece ser que su estudio no era organizado o
sistemático, sino que estudiaba una parte de la Biblia aquí y otra allí. Parece
que a José le había influenciado un sermón que lo llevó a leer Santiago y fue
por eso que “de manera indiferente” fue allí. No había pensado estudiarlo
sino hasta que escuchó un sermón sobre el tema (véase Consideró que
[Santiago 1:5] fue una autorización para que él pidiera solemnemente a su
Creador en el Capítulo 8 ).
Este estudio de José fue el catalizador para que hiciera lo que enseñaba
el versículo de Santiago. José tenía la fe para actuar. “Una sola oración”,
señaló el élder Bruce R. McConkie, “[veinticuatro] palabras claras y
sencillas—estas palabras escritas por el Espíritu han tenido un gran
impacto en la religión y en todo lo que le pertenece. Aunque presentan un
concepto divino de aplicación universal … fueron preservadas a través de
los siglos para la guía especial de aquel profeta que debía dar el comienzo
de la dispensación del cumplimiento de los tiempos”.9
Salí hacia la arboleda donde mi padre había hecho un claro. Cuando
los Smith llegaron a la casa que está cerca de la Arboleda Sagrada, tuvieron
que ponerse a trabajar muy duro en hacer un claro para cultivar semillas.
En su historia, Lucy Mack Smith escribió: “Mi esposo y [nuestros] hijos,
Alvin y Hyrum, se pusieron a trabajar para pagar por cien acres de tierra
que [mi esposo] contrató con un agente de tierras. En un año, hicimos casi
todo el primer pago, construimos una casa hecha de troncos, y comenzamos
a hacer un claro. Creo que cerca de treinta acres de tierra se prepararon para
cultivar dentro del primer año”.10 El solo hecho de hacer un claro de treinta
acres en un año significa que trabajaron muy, muy duro. “Un hombre que
trabaja solo podría limpiar diez acres dentro del primer año, aunque a
costa de no poder levantar cercas, hacer un jardín, o construir un granero
y otras edificaciones”.11 Los Smith hicieron un claro de treinta acres al
8. La palabra es “promiscuously”, un adverbio. El diccionario de 1828 da a entender lo
mencionado arriba.
9. McConkie, Bruce R., A New Witness, 5 TL.
10. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 64 TL.
11. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling, 33 TL; cursiva agregada.
155
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
mismo tiempo que cultivaron, construyeron una casa y en la primavera
comenzaron a producir azúcar de arce.
Fui al tocón donde había dejado clavada mi hacha cuando terminé
de trabajar. Aquí tenemos un detalle muy específico que muestra que
José hablaba la verdad y que seguramente no fue algo inventado. ¿Para
qué incluir este detalle? Nos enseña que José había estado trabajando toda
la semana, cortando leña para hacer fuego, y es muy posible que estuviera
pensando en este tema mientras trabajaba. Al terminar el sábado, dejó
“clavada [su] hacha” en un tocón, habiendo ya determinado regresar al
siguiente día, el domingo, para “orar vocalmente” (JS–H 1:14) cuando
nadie estaría en la arboleda.12 Por lo tanto, parece que José ya tenía todo
planeado debido a que anticipaba elevar su voz en oración al Padre, con
verdadera intención, en un lugar específico que ya había apartado. Si así
era, es interesante leer estas palabras que escribió el élder Neil L. Andersen:
“Al preparar y planificar nuestra comunicación con el Padre Celestial, le
demostramos que tenemos verdadera intención. Por supuesto, en muchas
ocasiones, nuestras expresiones son espontáneas; mas cuando apartamos
deliberadamente un horario y un lugar significativos, al orar en voz
alta y con verdadera intención, el poder de nuestras oraciones alcanza
los cielos”.13
Me arrodillé y oré, diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me uniré?”.
Como se sabe, había dos razones por las que José entró a la arboleda: Buscar
la remisión de sus pecados y saber cuál era la Iglesia verdadera para poder
unirse a ella. Dado el hecho que esta entrevista era para un público extenso
y no miembro de la Iglesia, José no menciona nada sobre su búsqueda de la
remisión de sus pecados como fue el caso y el enfoque en el relato de 1832
(JS). Aquí va directo al punto: “¿A qué Iglesia me uniré?” (1843 DW). A los
lectores no les iba a importar la salvación propia de José. Su propósito aquí
fue hablar del punto principal que afectaría a todos ellos—que hay una sola
Iglesia verdadera. Parece que cuando José logró arrodillarse, estas fueron
las primeras palabras que habló. En este relato, él no menciona el ataque de
Satanás porque, nuevamente, parece que la idea que quería transmitir aquí
fue que hizo una pregunta, buscando la sabiduría como aconseja Santiago
y que, al buscar con sinceridad y humildad, como contestación José recibió
la visita de Dios el Padre y Dios el Hijo. No era necesario hablar de la
adversidad en esta entrevista, sino dejar clara la idea de que pidió y Dios sí
le contestó; porque Él escucha nuestras oraciones.
Vi una luz … y luego un personaje glorioso en medio de la luz, y
luego otro personaje. Aquí tenemos un testimonio consistente con los
12. Para ver qué hacía José esa semana, y la idea que la Primera Visión sucedió un día
domingo, véase el Apéndice.
13. Andersen, Neil L., El don divino del perdón, 118.
156
EL RELATO DE 1843 (DAVID NYE WHITE)
demás de que fueron dos Personas gloriosos a quienes vio José. Los relatos
de 1835 (JS) y de 1844 (AN) también comparten este detalle, y aquí queda
sumamente claro que el primer Personaje es el Padre. Después le dice a
José, “con respecto al segundo: ‘He aquí mi Hijo amado, escúchalo’” (1843
DW). Entre las primeras verdades que José aprendió, si acaso no fue la
primera, es que el Padre y el Hijo son dos personas distintas y diferentes.
Mientras el mundo cristiano enseñaba que la Trinidad eran tres en uno,
José, como testigo verdadero, vio que no era así. José habló con claridad:
“Siempre he declarado que Dios es un Personaje distinto, que Jesucristo es
un Personaje aparte y distinto de Dios el Padre, y que el Espíritu Santo es
otro Personaje distinto, y es espíritu; y estos tres constituyen tres Personajes
distintos y tres Dioses”.14
Para más información, véase Un Personaje surgió de entre medio de
esta columna de fuego…. Enseguida apareció otro Personaje, a semejanza
del Primero en el Capítulo 4.
El primer personaje dijo con respecto al segundo: “He aquí mi Hijo
amado, escúchalo”. Existe unidad entre los Dioses de la Trinidad. Cristo
enseñó: “Y esta es mi doctrina, y es la doctrina que el Padre me ha dado; y
yo doy testimonio del Padre, y el Padre da testimonio de mí, y el Espíritu
Santo da testimonio del Padre y de mí” (3 Ne. 11:32). El Padre aparece
primero al joven José y, al llegar Jesús, da testimonio de Su Amado Hijo.
Esa es otra verdad que se entiende claramente aquí, que Jesucristo es el Hijo
de Dios. Con respecto a este tema y en una exposición oficial, la Primera
Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles escribieron: “Jesucristo
es el Hijo de Elohim [el Padre] tanto espiritual como corporalmente, es
decir, Elohim es literalmente el Padre del espíritu de Jesucristo y también
del cuerpo con el que Jesús cumplió Su misión en la carne, ese cuerpo que
murió sobre la cruz y más tarde se levantó mediante la resurrección, y ahora
es la morada inmortal del espíritu eterno de nuestro Señor y Salvador”.15
Me dirigí a esta segunda persona, diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia
me uniré?”. Ahora que el Padre había testificado de Su Hijo y mandado
a José que le escuchara, José aprovechó la oportunidad e hizo su pregunta
de nuevo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me uniré?” (1843 DW). Si había
confusión entre los hombres, no la había con Cristo. Sólo Él, el Mediador
entre nosotros y el Padre, podía entregar una respuesta directa en la cual
José podía confiar plenamente. Fue necesario que Ellos llegaran y se le
aparecieran a José para dar el comienzo a la dispensación del cumplimiento
de los tiempos. Esta pregunta simple y sincera causó que la revelación
14. [Manual] José Smith, 44.
15. El Padre y el Hijo: Una Exposición Doctrinal de la Primera Presidencia y los Doce,
citado en Talmage, Artículos de Fe, 512-513. Véase también Coleman, Escudriñando Isaías en
el Libro de Mormón, 355-356.
157
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
moderna viniera nuevamente de los cielos porque Dios habló una vez más
al hombre. En 1839 José Smith dijo: “¿Qué poder hay que detenga los
cielos? Tan inútil le sería al hombre extender su débil brazo para contener
el río Misuri en su curso decretado, o volverlo hacia atrás, como evitar que
el Todopoderoso derrame conocimiento desde el cielo sobre la cabeza de
los Santos de los Últimos Días” (DyC 121:33).
Él respondió: “No te unas a ninguna de ellas, todas son corruptas”.
Para esta audiencia general y no miembro de la Iglesia, José da la respuesta
directa y clara de Jesucristo (el mismo punto que se hace en los demás
relatos), pero no comparte mayores detalles. Para más información, véase
No debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error en el Capítulo
5. Además, véanse Las denominaciones religiosas creían en doctrinas
incorrectas; y, en consecuencia, ninguna de ellas era reconocida por Dios,
como Su Iglesia y Reino y también Y expresamente se le mandó que no las
siguiera, ambos en el Capítulo 6 y por último Me dijeron que todas las
denominaciones religiosas creían doctrinas incorrectas y que ninguna era
reconocida por Dios como Su Iglesia y Reino junto con Y se me mandó
expresamente “no seguirlas”, ambos en el Capítulo 9.
Cuando volví en mí, estaba de espaldas; y pasó algún tiempo antes
de que mi fuerza volviera. Cuando un ser humano está en la presencia
de Dios, o está lleno del Espíritu Santo a tal grado que tiene una gran
experiencia espiritual, después se queda agotado y sin fuerzas. Un erudito
SUD, Truman G. Madsen, quien era experto sobre la vida y la historia de
José Smith, hizo el siguiente comentario con respecto a este evento:
José estaba cansado después de su experiencia en la arboleda. El
encuentro, por largo o corto que haya sido, le exigió mucho. Él dice:
“Volví en mí” (JS–H 1:20). Creo que es inapropiado decir que había estado
en trance o en un estado místico. Los paralelos más claros provienen
de los registros antiguos de Moisés, Abraham y Enoc. Como aquellos
profetas de la antigüedad, José estaba lleno de un espíritu que le permitió
soportar la presencia de Dios. ¿Ese espíritu es enervante o energizante?
Mi respuesta considerada es: “Sí”. Son ambos. Exige de nosotros una
concentración y una entrega que no se compara con algo que sea posible
en esta vida. Pero también confiere grandes capacidades que trascienden
nuestros poderes finitos mentales, espirituales y físicos.16
En el caso de José, al pasar el tiempo y al tener experiencia espiritual
tras experiencia espiritual, visitas celestiales, visiones y revelaciones, se
fue acostumbrando más y más a ellas. El día 16 de febrero de 1832 fue
cuando José, junto con Sidney Rigdon, tuvo la visión de los grados de
gloria que tenemos escrita en la Sección 76 de Doctrina y Convenios.
Fue tan gloriosa, que se le conoció simplemente como “La Visión”. Philo
16. Madsen, Joseph Smith the Prophet, 105 TL.
158
EL RELATO DE 1843 (DAVID NYE WHITE)
Dibble era uno de los hermanos quien estuvo presente en ese cuarto de la
casa de John Johnson cuando Dios dio a conocer las gloriosas verdades
contenidas en “La Visión”. Su relato de haber visto a José y a Sidney dice:
José, a intervalos, decía: “¿Qué veo?” … y después relataba lo que
había visto o estaba contemplando. Entonces Sidney respondía: “Yo veo
lo mismo”. Al rato Sidney decía: “¿Qué veo?” y explicaba lo que había
visto o estaba viendo, y José respondía: “Yo veo lo mismo”.
Esta forma de conversación se repetía en breves intervalos hasta
el final de la visión y mientras duró ninguna otra persona allí presente
pronunció ni una sola palabra…. Yo estuve allí, creo que durante más de
una hora, hasta que la visión finalizó.
Durante todo ese tiempo, José estuvo sentado firme y tranquilo, en
medio de una gloria magnífica, pero Sidney permanecía sentado,
desfallecido y pálido, con un aspecto visiblemente lánguido, ante lo cual,
José dijo sonriendo: “Sidney no está acostumbrado a esto como yo lo estoy”.17
Como se ve en estos ejemplos, el cuerpo humano necesita tiempo para
recuperar las fuerzas después de tener alguna experiencia espiritual de
tal magnitud. Con el tiempo, José pudo soportar más, pero en el caso de
la Primera Visión, siendo la primera vez que había experimentado algo
parecido, “pasó algún tiempo antes de que [su] fuerza volviera” (1843 DW).
Todos me persiguieron y desde entonces me han perseguido. La
razón por la persecución vino porque José fue muy directo con las personas.
Dijo: “Volví a casa y le dije a la gente que tuve una revelación y que todas
las iglesias eran corruptas” (1843 DW). Estas personas se ofendieron
con esta declaración verdadera y estando en el error, siendo culpables
de pertenecer a iglesias falsas, ellos hallaron “la verdad dura, porque los
[hirió] hasta el centro” (1 Ne. 16:2). El mensaje de José atacó la raíz del
problema y muchas personas no pudieron soportar que José tuviera éxito
en compartir la verdad. Sobre estas personas, el élder Orson Pratt dijo:
“¿Por qué habrían de sentir tanta preocupación y ansiedad con respecto a su
testimonio como para perseguirlo, un joven que no tenía ni quince años? La
razón era obvia—si aquel testimonio [de José] era verdadero, ninguna de
sus iglesias era la verdadera Iglesia de Cristo. No es de extrañar pues, que
comenzaran a perseguir, a señalar con el dedo de desprecio y decir: ‘Allí
va el niño visionario’”.18
Un relato contemporáneo de una vecina de los Smith, Mrs. Palmer,
muestra que los Smith eran personas queridas antes de que José tuviera su
experiencia. Ella comentó que sus padres eran buenos amigos de los Smith,
una familia honesta, religiosa y trabajadora. Su padre tenía una granja y a
17. Citado en McConkie, Mark L., Remembering Joseph, 252-253 TL. También véase Santos,
150 -151.
18. Journal of Discourses 17:280 TL; cursiva agregada.
159
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
menudo contrató a José para que trabajara con ellos debido a que era un
joven muy trabajador. Ella siguió contando que:
[Pudo] recordar la emoción que se suscitó entre la gente por la primera
visión del joven, y escuchó a su padre comentar que sólo era el dulce
sueño de un joven de mente pura. Dijo que uno de los líderes de su iglesia
se acercó a su padre para protestar fuertemente que permitiera una amistad
tan cercana entre su familia y el “joven Smith”, como él lo llamaba … .
Ella recordó que el pastor dijo en un tono muy solemne e impresionante
que la misma influencia que tenía el joven era el peligro que temían para
la generación venidera, no sólo el joven, sino que todos los que entraran
en contacto con él lo seguirían, y que él debía ser detenido.
No fue hasta que José tuvo una segunda visión y comenzó a escribir
un libro que alejó de ellos a muchas de las mejores y más brillantes
personas de las iglesias, que sus padres se dieron cuenta del hecho que su
amigo, el pastor, les había dicho la verdad. Allí entonces su familia cortó
su amistad con todos los Smith, porque toda la familia siguió a José … .
Sus padres luego prestaron toda la ayuda que pudieron para ayudar a
destruir a José Smith; pero era demasiado tarde, había seguido su curso
demasiado tiempo. No podía ser detenido.19
Pensaron detenerme, pero no lo han conseguido, ni podrán hacerlo.
La promesa que Dios ha hecho a Sus siervos es: “Iré delante de vuestra
faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en
vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros”
(DyC 84:88). Cuando Dios guía la obra, nadie la puede detener y Él cuidó
a José hasta que su misión mortal se había cumplido. Aunque José murió
asesinado, en realidad las personas no tuvieron éxito en detenerlo. Después
del martirio de José y su hermano Hyrum en la cárcel de Carthage, sus
cuerpos fueron llevados a Nauvoo, lavados y vestidos para que la familia
Smith los viera. La madre del profeta comparte su experiencia solemne con
estas palabras:
Durante mucho tiempo me había aferrado a cada fibra de valentía,
había despertado toda la energía de mi alma y había invocado a Dios
para que me fortaleciera; pero al entrar a la habitación y ver a mis hijos
asesinados, ambos yaciendo ante mis ojos al mismo tiempo; y al escuchar
los sollozos y gemidos de mi familia … fue demasiado. Me desplomé,
clamando al Señor en la agonía de mi alma: “¡Dios mío!, ¡Dios mío!,
¿Por qué has abandonado a esta familia?” Respondió una voz: “Me los he
llevado para mí, para que descansen”…. En cuanto a mí, estaba hundida
en las profundidades de mis aflicciones, y aunque mi alma estaba llena
de horror más allá de la imaginación, estaba muda hasta que me levanté
de nuevo para contemplar el espectáculo delante de mí … . Mientras
19. Citado en McConkie, Mark L., Remembering Joseph, 27-28 TL. También véase Brown,
A Pillar of Light, 43-44.
160
EL RELATO DE 1843 (DAVID NYE WHITE)
contemplaba sus semblantes tranquilos y sonrientes, casi me pareció
oírlos decir: “Madre, no llores por nosotros; hemos vencido al mundo por
amor; les llevamos el Evangelio para que sus almas pudiesen ser salvas;
nos mataron por nuestro testimonio, y así nos pusieron más allá de su
poder; su ascendencia es por un momento, la nuestra es un triunfo eterno”.
Entonces pensé en la promesa que había recibido en Misuri, de que
en cinco años José tendría poder sobre todos sus enemigos. Había pasado
el tiempo y la promesa se cumplió.20
La victoria final era de José por haber terminado fielmente su misión.
El Señor lo protegió durante el tiempo necesario para enseñarles a los
apóstoles qué era lo que debían hacer. La obra continúa y seguirá adelante
hasta que venga el Rey en poder y gloria para dar el comienzo del Milenio.
Para más información, véase La tierra y el infierno … habían intentado
destruirlo—pero que no lo habían logrado y nunca lo harían en el
Capítulo 10.
RESUMEN FINAL
Este es el único relato de segunda mano que se presenta en la voz de
primera persona. A pesar de los sentimientos personales de David Nye
White, parece que fue fiel a lo que José le había dicho en la entrevista. En
ella, vemos que José declara afirmativamente, dando su testimonio, que
Dios sí se revela y que se había revelado a él. La primera vez que sucedió
fue cuando tenía catorce años. Un detalle único que aprendemos aquí, y
White no tendría por qué haberlo inventado, es que José fue a la arboleda a
un lugar previamente designado. El lugar era donde había estado trabajando
con anterioridad y José había marcado ese lugar dejando clavada su hacha
en un tocón. Este detalle puede significar que el día en que fue a la arboleda
a orar, había sido un día domingo21 debido a que nadie más habría estado en
la arboleda y así pudo estar solo.
Aquí José confirma, tal como en 1835 (JS), que cuando vio la luz,
o el fuego, primero se le apareció el Padre (“un personaje glorioso”) y
después llegó el Hijo (“otro personaje”). Habiendo escuchado el mandato
del Padre, José habló a Cristo y también le escuchó. Para el público en
general, la declaración de José fue clara: Vio al Padre y al Hijo, y supo que
ninguna iglesia en aquel tiempo era verdadera. Compartió el detalle, tal
como en 1838 (JS), que después de la visión, se encontraba de espaldas y le
faltaba fuerza. Parece que después José decidió mencionar la persecución
que recibió desde entonces para que los lectores del periódico supieran
que la recibía por causa de decir la verdad de que “todas las iglesias eran
20. Smith, Lucy Mack, History of Joseph Smith, 324-325 TL. También véase Ballard, “¿No
hemos de seguir adelante en una causa tan grande?”, 10.
21. Se explorará esta teoría del día domingo en el Apéndice.
161
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
corruptas”. Sin embargo, siendo un siervo verdadero del Señor, no lo iban a
poder destruir, porque Dios le había dicho: “Sé paciente en las aflicciones,
porque tendrás muchas; pero sopórtalas, pues he aquí, estoy contigo hasta
el fin de tus días” (DyC 24:8).
162
CAPÍTULO 12
EL RELATO DE 1844
(ALEXANDER NEIBAUR)
En 1844, estando en su propia casa con un grupo muy pequeño de
amigos cercanos, José Smith compartió la experiencia que tuvo en la
Arboleda Sagrada de Palmyra. Entre los presentes estuvo Alexander
Neibaur, quien escribió los detalles de este relato en su diario bajo la fecha
del 24 de mayo de 1844—un mes antes de la muerte de José. Al parecer,
apuntó lo que escuchó del profeta justo después de que lo contara, debido a
que escribió que había estado en la casa de José el mismo día que lo contó.
El ambiente íntimo en el que se compartió este relato posiblemente es la
razón por la cual encontramos algunos detalles que no hallamos en los
otros. Los más impactantes son una descripción de Dios el Padre, junto con
la confirmación que fue Él quien apareció primero y que el Hijo llegó en
segundo lugar. Los otros detalles son conocidos y concuerdan con los otros
relatos con una excepción del orden de dos cosas que escribió. Tenemos
que recordar que el inglés no era el idioma nativo de Neibaur y quizás fue
eso lo que causó que él escribiera los acontecimientos que José compartió
en un orden diferente al que se conocen en los demás relatos. Se analizará
este punto en la sección de explicaciones después de citar el relato.
Alexander Neibaur nació en Alemania de padres judíos y migró a
Inglaterra donde fue bautizado como miembro de la Iglesia en 1838 durante
la primera misión realizada por los apóstoles. Era dentista, graduado de la
Universidad de Berlín, y había ejercitado su especialidad por quince años
antes de migrar a Nauvoo donde llegó en 1841. Allí estableció su local y un
anuncio en el Times and Seasons dio las noticias de los servicios que ofrecía
como dentista.1 Estando en Nauvoo, Alexander también se convirtió en
tutor y amigo cercano del profeta. A menudo José estudiaba tanto alemán
como hebreo con el hermano Neibaur.2 Parece que unos tres meses antes de
escuchar a José compartir su experiencia, Alexander había sido ordenado
setenta en el Sacerdocio de Melquisedec.3 Después de la muerte de José,
siguió a Brigham Young y a los doce apóstoles a Utah donde murió en 1883.
Podemos entender claramente que este hombre era fiel, un seguidor del
profeta y creyente en la Restauración. Un bisnieto suyo, Hugh W. Nibley,
1. Times and Seasons, vol. 2, núm. 19, 2 agosto 1841, 502.
2. Hedges et al. Joseph Smith Papers, Journals: May 1843–June 1844 Vol. 3, 205, 257.
3. Neibaur, “Journal”, 18 de enero de 1844.
163
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
llegó a ser uno de los eruditos SUD más reconocidos en toda la historia de
la Iglesia.
EL RELATO DE 1844 (AN )
https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/alexander-neibaur-journal-24-may-1844-extract/1
El documento original se encuentra en la URL citada arriba. El relato
de la Primera Visión de 1844 (AN), la entrada del diario de Alexander
Neibaur, dice lo siguiente:
24 de mayo …. El hermano José nos habló sobre la primera experiencia
que tuvo. En una reunión de avivamiento, su madre, su hermano y
hermana habían tenido una experiencia religiosa. Él también deseaba una
experiencia religiosa y quería sentir y gritar como los demás, pero no
podía sentir nada.
Abrió su Biblia y el primer pasaje que le llamó la atención fue: “Si
alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos
abundantemente y sin reproche” [Santiago 1:5]. Fue a la arboleda a orar
y se arrodilló. Su lengua estaba pegada al paladar; no podía pronunciar ni
una palabra. Se sintió mejor después de un rato. Vio un fuego en el cielo
que se acercaba cada vez más. En el fuego, vio a un Personaje de tez clara
y ojos azules. Cubría sus hombros una tela blanca y tenía el brazo derecho
desnudo. Al poco tiempo, otro Personaje se puso al lado del Primero. El
señor Smith le preguntó: “¿Debo unirme a la Iglesia Metodista?” [Se le
dijo:] “No, no son mi pueblo. Todos se han descarriado. No hay quien
haga el bien, ni siquiera uno, pero Este es mi Hijo Amado, ¡escúchale a
Él!” El fuego se acercó y descansó sobre los árboles. [A José] lo envolvió
y lo consoló.
Se esforzó por levantarse, pero se sentía muy débil. Entró en [su]
casa. Le contó al sacerdote metodista [su visión], quien dijo que no era
una época para que Dios se revelara en visiones. La revelación había
cesado con el Nuevo Testamento.4
EXPLICACIONES Y NOTAS
Él también quería tener una experiencia religiosa y quería sentir …
pero no podía sentir nada. Las verdaderas vivencias religiosas, dadas
por el Espíritu, se sienten. Al asistir a varias reuniones, José “no podía
sentir nada”. Las verdades del Evangelio se comunican de Espíritu a
espíritu; se sienten. El Señor ha declarado: “He aquí, hablaré a tu mente
y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará
en tu corazón” (DyC 8:2). La revelación viene a la mente y se siente en el
corazón. Jesucristo condenó a los malvados de Sus días por rechazar sus
4. Neibaur, “Journal”, 24 de mayo de 1844 TL.
164
EL RELATO DE 1844 (ALEXANDER NEIBAUR)
sentimientos y no entender con sus mentes: “Porque el corazón de este
pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado
sus ojos [en otras palabras, rehusaron usar sus corazones y mentes], no sea
que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y
se conviertan, y yo los sane” (Mateo 13:15). En cambio, los rectos “abrieron
sus corazones, y comprendieron en sus corazones las palabras [de Cristo]”
(3 Ne. 19:33).
La experiencia de Oliverio Cowdery nos da una idea de lo que José
buscó, pero no pudo obtener, en aquellas reuniones: “¿No hablé paz a tu
mente en cuanto al asunto? ¿Qué mayor testimonio puedes tener que de
Dios?” (DyC 6:23; cursiva agregada). Además: “Haré que tu pecho arda
dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien. Mas si no estuviere bien, no
sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un estupor de pensamiento que te
hará olvidar lo que está mal” (DyC 9:8-9; cursiva agregada). El presidente
Boyd K. Packer explicó: “Ese ardor en el pecho no es simplemente una
sensación física; es más como una luz cálida que brilla dentro del ser
mismo”.5 José no podía sentir la paz ni la luz espiritual que acompañan
al testimonio que el Espíritu Santo deja en la mente y en el corazón del
que busca la verdad. Sencillamente, la verdad en su plenitud no se hallaba
en aquellas iglesias a donde José asistía. La falta de experimentar algo
semejante a lo que vivieron su madre y sus hermanos, hizo que José siguiera
buscando y, al final, que entrara a la arboleda.
El primer pasaje que le llamó la atención fue [Santiago 1:5].
Santiago, o Jacobo, el que escribió la Epístola de Santiago, era el medio
hermano de Jesucristo (Mateo 13:55). El consejo que ofrece en Santiago
1:5-6 seguramente vino de una experiencia personal. Jacobo no creía en
su Hermano, ni le aceptó como el Mesías, mientras estuvo cumpliendo Su
misión mortal divina. Inclusive, se había burlado de Él y lo desafió (véase
Juan 7:2-5). Sin embargo, se convirtió el día en que el Cristo resucitado
se le apareció personalmente (1 Cor. 15:7).6 Además de una manifestación
personal física de Cristo a él, su conversión consistió de una respuesta
divina a una oración de fe. Él tuvo “falta de sabiduría”, actuó “con fe, no
dudando nada”, y recibió su respuesta (Stg. 1:5-6). Algún tiempo después
de obtener su propio testimonio, fue llamado como apóstol (Gál. 1:19).
Pablo dijo que Jacobo, Pedro y Juan “eran considerados como columnas”
(Gál.2:9). Vemos entonces que, aunque al principio dudaba de su Hermano,
Jesucristo, al final obtuvo un testimonio de Él como el Mesías, el Salvador.
Este conocimiento se recibió tanto por una revelación personal (o
5. Packer, “Revelación personal: el don, la prueba y la promesa”, 69. Para más información
sobre el Espíritu y los sentimientos, véanse Lund, Hearing the Voice of the Lord, 92-106 y
Millet, The Holy Spirit, 170 -174.
6. Como sustento, véase GEE Jacobo, hermano del Señor, 101. Además, la tradición cristiana
apoya que el Jacobo mencionado en 1 Corintios 15:7 es el medio hermano de Jesucristo.
165
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
manifestación personal) como una revelación a través del Espíritu Santo
como respuesta a su oración.
En el caso de José Smith, él hizo caso al valioso consejo de Santiago,
creyó en sus palabras, y mostró la fe suficiente para actuar—tal como
Jacobo. José confió en esas palabras que se derivaron de una experiencia
propia y, debido a que las siguió, supo por sí mismo que eran verdaderas
(véase JS–H 1:26).
Su lengua estaba pegada al paladar; no podía pronunciar ni una
palabra. En medio de este ambiente íntimo con sus amigos, se ve claramente
que José compartió los detalles del ataque de Satanás. Sucede muy seguido
en la vida, que cuando nos vamos acercando a tener una experiencia
espiritual, el adversario hace algo, o nos tienta, para que perdamos el
enfoque, caigamos y no seamos dignos de recibirla. José había ido a la
arboleda, siguiendo los susurros del Espíritu y, en un intento de impedir
que ofreciera su oración, ese ser maligno hizo que su lengua se quedara
pegada al paladar. José, en su relato de 1835 (JS) dijo que su “lengua se
había hinchado en [su] boca, de modo que no podía hablar”. En otro dijo:
“Se me trabó la lengua, de modo que no pude hablar” (JS–H 1:15). Este
ataque no fue el único que el diablo haría contra José durante su vida.
Además de este, le atacaría tres años más tarde justo antes de descubrir
las planchas por primera vez en el cerro Cumorah y también directamente
antes de realizar la restauración del Sacerdocio de Melquisedec.7
Este ejemplo de la agresión del diablo nos da una idea que, si algo
semejante sucede en nuestras vidas, ya sea un ataque de dudas o de
tentaciones, podamos darnos cuenta de la fuente de donde vienen esos
pensamientos, desecharlos, y enfocarnos en lo que debemos hacer, a fin
de que recibamos lo que nuestro Padre Celestial quiere darnos. Para más
información, véanse Mi lengua se había hinchado … no podía hablar en
el Capítulo 4 y también Se apoderó de mí una fuerza … que se me trabó la
lengua, de modo que no pude hablar en el Capítulo 5.
Se sintió mejor después de un rato. Para poder saber por qué José
se sintió mejor, hallamos la respuesta en muchos de los relatos, pero se
citarán sólo dos a continuación. Primeramente, Dios fue quien liberó a José
de ese ser maligno. Él recibió misericordia de Dios y también la expiación
de Jesucristo tomó efecto en él: “La desbordante misericordia de Dios vino
a animarlo y dio un nuevo impulso a su débil fuerza” (1842 OH; véase
Alma 42:23). Segundo, José también fue rodeado de la gloria de Dios y
recibió del Espíritu Santo: “Una columna de luz, más brillante que el sol,
descendió hasta descansar sobre mí y fui lleno del Espíritu de Dios” (1832
7. Para leer los detalles de estos acontecimientos, véase Baker y Coleman, José y Moroni,
29 -31, 72-73, 112-113 n26, 114-115 n15.
166
EL RELATO DE 1844 (ALEXANDER NEIBAUR)
JS). Estando libre de la influencia del diablo, y ahora lleno del Espíritu
Santo, claramente José se sintió mejor.
Vio un fuego en el cielo que se acercaba cada vez más. Aquí es
donde vemos que la gloria de Dios descendió del cielo y descansó sobre
José, haciendo que se sintiera mejor. Este fuego, o esta luz, vino del cielo,
o de la presencia de Dios, “porque Dios mora en fuegos eternos”8 y porque,
como enseñó Ammón: “El cielo es un lugar donde moran Dios y todos
sus santos ángeles” (Alma 18:30). El fuego representa, y es, la gloria de
Dios, que se acercaba para después cubrir al joven José, preparándolo para
entrar a la presencia de Dios el Padre (Hel. 5:42- 45). Para más información,
véanse Apareció una columna de fuego arriba de mi cabeza en el Capítulo
4 y Vio una luz [que descendía] gradualmente … que se acercaba, aumentó
en brillo y magnitud … se iluminó de una manera más gloriosa y brillante
en el Capítulo 6.
En el fuego, vio a un Personaje de tez clara y ojos azules. Parece
claro que este Personaje es Dios el Padre debido a que es Él quien aparece
primero. Dios tiene características y un cuerpo inmortal y glorificado.
Las Escrituras enseñan que Dios es un hombre exaltado, “su nombre es
Hombre de Santidad” (Moisés 6:57) y “tiene un cuerpo de carne y huesos”
(DyC 130:22). Además, “Dios creó al hombre, a semejanza de Dios lo hizo;
a imagen de su propio cuerpo, varón y hembra los creó” (Moisés 6:8-9;
cursiva agregada). Este detalle muy específico, que Dios tiene ojos azules,
nos hace pensar en por lo menos tres cosas: (1) Había un ambiente íntimo
en el que José relató esta experiencia. (2) Es muy probable que hubo una
distancia física muy cercana entre el Padre, el Hijo y el joven para que
se diera cuenta de este detalle. (3) José debe de estar diciendo la verdad,
porque, ¿de qué serviría compartir tal detalle tan específico si estuviera
“inventando” este acontecimiento?
Es sumamente interesante leer un relato de John Murdock—otro
hombre que vio al Salvador—y compararlo con lo que dijo José. Durante
una reunión en la Escuela de los Profetas en Kirtland, Ohio, en marzo de
1833, el hermano Murdock escribió en su diario:
En una de estas reuniones, el Profeta nos dijo que, si podíamos
humillarnos ante Dios y ejercer una fe firme, veríamos el rostro del
Señor. Cerca del mediodía se abrieron visiones a mi mente, y los ojos
de mi entendimiento fueron iluminados, y vi la forma de un hombre,
muy hermoso, el aspecto de su rostro era sano y bello como el sol. Su
cabello era un gris plateado brillante, rizado en la forma más majestuosa,
Sus ojos de un azul intenso y penetrante, y la piel de su cuello de un
blanco sumamente hermoso y estaba cubierto desde el cuello hasta los
pies con una túnica suelta, de un blanco puro, más blanco que cualquier
8. [Manual] José Smith, 237.
167
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
prenda que haya visto antes. Su semblante era sumamente penetrante y,
sin embargo, encantador. Y mientras me esforzaba por comprender al
personaje completo, de pies a cabeza, se me fue y la visión se cerró. Pero
dejó en mi mente la impresión de amor, durante meses, que nunca antes
había sentido en ese grado.9
En el libro de Hebreos, aprendemos que Jesucristo es “el resplandor
de su gloria [la del Padre], y la imagen misma de su sustancia” (Heb. 1:3),
y José confirma esta verdad cuando relató: “Vi a dos gloriosos Personajes,
que se parecían exactamente el uno al otro en características y semejanza”
(1842 JS). Joseph Young, de igual manera, testificó que el Padre y el Hijo
“estaban arriba de [José] a cierta distancia en el aire, pero tan cerca que
se veían todos los rasgos de sus rostros”, y que Ellos “eran en semejanza
exacta el uno al otro y la imagen misma de cada uno, tanto que no se podía
distinguir el uno del otro, salvo en [que] el semblante de uno indicaba que
Él era mayor que el Otro”.10 Puede ser entonces, según lo que se ha leído
de estos testigos, que ambos tienen ojos azules.
Ahora bien, tanto José Smith como Juan el Amado dijeron que
Jesucristo tiene ojos “como llama de fuego” y cabello blanco (DyC 110:3;
Apoc. 1:14). Parece que al describir Sus ojos así, ellos no quieren decir que
Sus ojos eran anaranjados, sino que la descripción describe perfectamente
el efecto penetrante de tales ojos Eternos. Sea el que sea el color de los
ojos de Dios, o cómo se nos parezcan al verlos con nuestros ojos mortales,
lo que es cierto es que “cuando él aparezca … le veremos tal como él es”
(1 Juan 3:2), veremos Su cara y sabremos. Para algunos esto será después
de esta vida, sin embargo, para el que viva una vida muy recta, la promesa
verídica y real de Cristo es que tal persona aquí y ahora en esta vida mortal
“verá mi faz y sabrá que yo soy” (DyC 93:1; véanse también DyC 88:68;
130:3 y Juan 14:23).
Cubría sus hombros una tela blanca y tenía el brazo derecho desnudo.
Nuevamente vemos un detalle muy específico que no sería importante si
José no estuviera diciendo la verdad. El hecho de compartir este detalle
muestra que la forma en que estaba vestido el Padre concuerda con las
descripciones de la vestimenta de los seres celestiales en las Escrituras.
Algunos ejemplos, entre varios, de personas quienes estaban vestidos de
vestidura blanca como la nieve, túnicas de blancura exquisita y mantos
blancos, son: Jesucristo (Mateo 17:2; Mar. 9:3), Adán, o el Anciano de
Días (Dan. 7:9), Moroni (JS–H 1:31), los ángeles (Juan 20:12; Mateo 28:3;
Mar. 16:5; 1 Ne. 8:5; 14:19), los ejércitos del cielo (Apoc. 19:14), y las
personas dignas cuyas ropas “han blanqueado en la sangre del Cordero”
9. Citado en Andrus, Doctrines of the Kingdom, 329-330 TL; cursiva agregada.
10. Carta de Joseph Young citada en Oman, “Ye Shall See the Heavens Open”, 117-118 TL.
Véase también Brown, A Pillar of Light, 30 -31.
168
EL RELATO DE 1844 (ALEXANDER NEIBAUR)
(Apoc. 7:9 -14; 3:4-5). Esta forma de vestirse, con ropa blanca, no debería
extrañarnos debido a que el color blanco “se asocia con los conceptos de
pureza, rectitud, santidad, inocencia, victoria, luz y revelación”.11 Inclusive,
el trono de Dios se describe como “un gran trono blanco” (Apoc. 20:11).
El otro detalle, que es sumamente poderoso, es que el Padre “tenía
el brazo derecho desnudo” (1844 AN). El brazo trae consigo el símbolo
de poder y fuerza, y la mano simboliza nuestras acciones, también el
poder y los convenios (especialmente la mano derecha).12 De una manera
simbólica, y a la vez muy verdadera como vemos aquí, Dios, como dice
Isaías, “ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro” (Isa.
52:10). En un sentido, como lo explica Nefi, Dios desnuda Su brazo “al
llevar a efecto sus convenios y su evangelio para con los que son de la
casa de Israel” (1 Ne. 22:11). El Evangelio y los convenios asociados con
él fueron restaurados por Dios a través de José Smith. Dios desnudó Su
brazo y vino a establecer Su convenio, con Su pueblo nuevamente, debido
a que “el convenio sempiterno fue quebrantado” (1843 LR). Vino a ofrecer
la plenitud de Su Evangelio en esta, la dispensación del cumplimiento de
los tiempos.
Otro Personaje se puso al lado del Primero. De todos los relatos
que tenemos, este es el tercero que comparte claramente este dato que el
Padre apareció primero y después el Hijo. Los otros relatos son el de José
Smith (1835) y el de David Nye White (1843). Jesucristo apareció a la
mano derecha del Padre. Como se vio con anterioridad, la mano derecha
se asocia con convenios. Cristo es Hijo del convenio de la salvación que
se ofrece a todos los hijos de Dios a través de Su expiación y “mediante
las condiciones del arrepentimiento” (DyC 18:12). Él está a la derecha del
Padre porque es justo y exaltado. En otra ocasión en la que José vio a Dios
el Padre y a Jesucristo, dejó este testimonio: “Y vimos la gloria del Hijo,
a la diestra del Padre, y recibimos de su plenitud; y vimos a los santos
ángeles y a los que son santificados delante de su trono, adorando a Dios
y al Cordero, y lo adoran para siempre jamás” (DyC 76:20 -21). Esteban
también “vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y
dijo: ¡He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está a la
diestra de Dios!” (Hech. 7:55-56). En el día del juicio, los justos estarán a
la mano derecha de Jesucristo (Mateo 25:32-40).
Preguntó: “¿Debo unirme a la Iglesia Metodista?”. Esta pregunta
que hizo José, dirigida a Jesucristo, no nos extraña debido a que él mismo
había dicho: “Con el transcurso del tiempo llegué a inclinarme un tanto a la
secta metodista, y sentí cierto deseo de unirme a ella” (JS–H 1:8). Al llegar
11. Gaskill, The Lost Language of Symbolism, 104 TL.
12. Véase Gaskill, The Lost Language of Symbolism, 28, 43- 44, 157, 338 n66.
169
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
a una decisión, aunque tenía la duda si estaba en lo correcto, José pidió con
fe y además planeaba actuar. Con respecto a este punto, el élder David A.
Bednar hizo la siguiente observación:
El ejemplo clásico de pedir con fe es José Smith y la Primera Visión.
Cuando el joven José deseaba saber la verdad acerca de la religión, leyó
los [versículos 5 y 6] del primer capítulo de Santiago … . Fíjense, por
favor, en el requisito de pedir con fe que, a mi modo de entender, significa
la necesidad no sólo de expresar, sino de hacer; la doble obligación de
suplicar y de ejecutar; el requisito de comunicar y de actuar.
El meditar en este texto bíblico llevó a José a retirarse a una arboleda
cerca de su casa para orar y buscar conocimiento espiritual … . Las
inquietudes de José se centraban no sólo en lo que necesitaba saber, sino
en lo que debía hacer. Su oración no fue simplemente: “¿Cuál iglesia es
la verdadera?”. Su pregunta fue: “¿A cuál Iglesia debo unirme?” (JS–H
1:18). José fue a la arboleda a pedir con fe y estaba resuelto a actuar.13
“No, no son mi pueblo. Todos se han descarriado. No hay quien
haga el bien, ni siquiera uno”. Dios lo declaró en términos claros y
directos—no había pueblo alguno en ese día que fuera el Suyo. Todos se
habían alejado del Evangelio verdadero, o como escribió Levi Richards, “el
convenio sempiterno fue quebrantado” (1843 LR). Estas palabras que Dios
le dijo a José, como comprobamos con el relato de 1832 (JS), se relacionan
con lo dicho por Dios el Hijo, Jesucristo: “He aquí, en este momento el
mundo yace en el pecado y no hay quien haga el bien, ni siquiera uno.
Se han apartado de mi Evangelio y no guardan mis mandamientos; con
sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí” (1832 JS; cursiva
agregada).
Quizás exista una pregunta aquí debido a que fue Cristo quien dio el
mensaje a José, pero en este relato, directamente después, dice que José
debía escuchar a Jesucristo. Hay dos explicaciones para esto. La primera
es que puede ser que el Padre haya dicho esta frase breve, mandó que José
escuchara a Cristo, y entonces Jesús dio mayores explicaciones y repitió
la frase. La segunda es que sabemos que el inglés no era el idioma nativo
del hermano Neibaur. Puede ser que al estar escribiendo en su diario haya
mezclado el orden de lo que José les había comentado. No sabemos a
cabalidad, debido a que este es un relato de segunda mano, pero el mensaje
entregado está claro que no había ningún pueblo sobre la faz de la tierra
que fuera el de Dios.
“Este es mi Hijo Amado, ¡escúchale a Él!”. Nuevamente, el
testimonio es que el Padre mandó a José que escuchara al Hijo. Fue
Cristo quien daría el mensaje porque hay “un solo mediador entre Dios
y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Tim. 2:5). Con esta declaración de
13. Bednar, “Pedir con fe”, 94-95; cursiva agregada.
170
EL RELATO DE 1844 (ALEXANDER NEIBAUR)
escuchar a Jesucristo, parece claro que las palabras anteriores, sobre el
pueblo descarriado y que nadie hacía el bien, por lo menos las repitió Cristo
y después dio mayor información más allá de esa frase, o sencillamente las
dijo Él debido a que es el Mediador. Puede ser que el hermano Neibaur,
como se mencionó más arriba, nada más mezcló el orden de los eventos.
Desde el principio Jesucristo ha sido el Hijo Amado del Padre porque
siempre ha hecho Su voluntad y la hace a la perfección. Fue llamado el “Hijo
Amado” en la vida premortal (Moisés 4:2), al principio de Su ministerio
mortal (Mateo 3:17; Mar. 1:11), en el Monte de Transfiguración (Mateo
17:5; Lucas 9:35), y aun después de Su resurrección (3 Ne. 11:7; 21:20). Es
evidente que el Salvador y Redentor del mundo fue, es y será el Escogido
del Padre, el Hijo quien llevó a cabo el plan de salvación, siendo el único
que lo hizo sin una sola equivocación. El Padre, con todo Su corazón,
ama a todos Sus hijos, sin embargo, solo hay Uno que es y posee el título:
“Hijo Amado”.
El fuego se acercó y descansó sobre los árboles. [A José] lo envolvió
y lo consoló. De nuevo, se supone que esto aconteció antes de que se le
aparecieran el Padre y el Hijo. Sin embargo, puede ser que lo menciona el
hermano Neibaur aquí para darnos a entender qué es lo que había sucedido
al final de todo—el fuego descansó tanto sobre los árboles como sobre
José, envolviéndolo. Él fue físicamente envuelto en la luz, o fuego, y lleno
del Espíritu Santo, tal como dicen otros relatos como los de 1832 (JS),
1835 (JS) y el de 1840 (OP), lo cual testifica de la naturaleza física de la
experiencia, porque, como dice aquí, “descansó sobre los árboles” (1844
AN). José fue consolado porque el Espíritu Santo es el Consolador (Juan
14:26; 15:26). Éste le llenó “de esperanza y de amor perfecto” (Moro. 8:26)
y dio “testimonio del Padre y del Hijo” (DyC 42:17).
Se esforzó por levantarse, pero se sentía muy débil. José “se sentía
muy débil” porque el agotamiento físico acompaña a las experiencias
espirituales. Ya se comparó el ejemplo de José con el de Moisés (véase
Al retirarse la luz, me quedé sin fuerzas en el Capítulo 5) y también se
analizó otra experiencia espiritual de José Smith y Sidney Rigdon y cómo
les afectó (véase Cuando volví en mí, estaba de espaldas; y pasó algún
tiempo antes de que mi fuerza volviera en el Capítulo 11).
Algunos ejemplos adicionales en las Escrituras son las experiencias de
Lehi, Nefi y Daniel. Lehi, cuando “estaba orando al Señor, apareció ante él,
sobre una roca, un pilar de fuego; y fue mucho lo que vio y oyó”. Después,
“volvió a su casa en Jerusalén, y se echó sobre su lecho, dominado por el
Espíritu y por las cosas que había visto” (1 Ne. 1:6 -7; cursiva agregada). Nefi
habla de estar “lleno del Espíritu de Dios, a tal extremo que [su] cuerpo
no tiene fuerzas” (1 Ne. 17:47; cursiva agregada). En otra ocasión dijo:
“Pues he aquí, tengo impresiones en el espíritu, que me agobian al grado
de que se debilitan todas mis coyunturas” (1 Ne. 19:20; cursiva agregada).
171
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Daniel experimentó algo parecido cuando tuvo una visión: “Y yo, Daniel,
me debilité y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, atendí los
asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no había
quien la entendiese” (Dan. 8:27; cursiva agregada). Lo mismo sucedió
cuando tuvo otra visión: “Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión; y
no quedaron fuerzas en mí”, relató Daniel, “antes bien, mis fuerzas se
convirtieron en debilidad, sin retener yo vigor alguno. Pero oí el sonido de
sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un
profundo sueño, con mi rostro en tierra” (Dan. 10:8-9; cursiva agregada).
Tal como estos profetas de la antigüedad, José Smith también se quedó
débil, y sin fuerzas, después de haber tenido su experiencia celestial—la
visita personal de Dios el Padre y de Jesucristo, el Gran Redentor.
Sacerdote metodista … dijo que no era una época para que Dios se
revelara en visiones. La revelación había cesado con el Nuevo Testamento.
Este comentario del sacerdote metodista era algo típico de las religiones en
aquellos días. Todavía hoy en día, existen muchas iglesias que intentan
silenciar a Dios al decir que el Todopoderoso, quien hablaba, ya no habla.
El mensaje comunicado por el Dios de los cielos al joven vidente era
decisivo en extremo. Se había declarado, en lenguaje fácil de entender,
que los credos de los hombres no concordaban con su evangelio. No era
un mensaje muy agradable para los ministros religiosos del día. Además,
la visión había desquiciado las tradiciones de los tiempos, y de una manera
enfática impugnaba y refutaba las doctrinas que se predicaban en las
iglesias. El mundo enseñaba y creía que el canon de las Escrituras estaba
completo; que no habría, ni podía haber más revelación; que las visitas de
ángeles habían cesado con los primeros padres cristianos y que tales cosas
habían dejado de ser para siempre jamás. También se enseñaba la doctrina
de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran seres incomprensibles, sin
cuerpo, partes o pasiones. La revelación del Padre y del Hijo, en calidad
de personas separadas, cada cual con un cuerpo tangible a semejanza del
cuerpo del hombre, significaba el exterminio de esta doctrina, así como
de la doctrina de los cielos sellados. El mundo sostenía que no debía
esperarse la perfección en la religión o en la organización de la Iglesia de
Cristo, sino que los hombres debían guiarse por su propia razón humana
para interpretar la palabra del Señor declarada en las Escrituras.14
Por lo tanto, la enseñanza de que los cielos están sellados, y de que la
revelación cesó con el Nuevo Testamento, es falsa y vana. La experiencia
de José, al recibir la visita personal de Dios y de Jesucristo, junto con todas
las experiencias hoy en día de cualquier persona que busque la verdad y
reciba revelación personal, muestran que Dios sí habla y que los cielos
están abiertos. Si esta “no [es] una época para que Dios se [revele]”, como
mencionó el sacerdote a José, entonces eso aplica solamente a las iglesias
14. Smith, Joseph Fielding, Elementos de la historia de la Iglesia, 49 -50.
172
EL RELATO DE 1844 (ALEXANDER NEIBAUR)
falsas, como la suya, y todas las demás que creen el mismo error. Dios guía
a Su Iglesia por revelación; Él se revela o nunca es conocido. La Iglesia que
José fue mandado a organizar, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días, es “la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda
la tierra” (DyC 1:30). Esto porque Cristo está a la cabeza de ella, contiene
Su doctrina en su plenitud y es guiada por revelación divina.
RESUMEN FINAL
Por lo que se sabe, esta pudo haber sido la última vez que José
compartió su experiencia santa de la Arboleda Sagrada. Un mes más tarde,
el 27 de junio de 1844, fue asesinado a sangre fría. Varios de los detalles
que resumió el hermano Neibaur concuerdan con los demás relatos que
hemos estudiado (por ejemplo: las sectas diferentes, su estudio de la Biblia,
Santiago 1:5, la arboleda, su oración, que no podía hablar, vio una columna
de fuego, o luz, y también a dos Personajes, y que todas las iglesias eran
incorrectas, etc.). Lo interesante de este relato, además de confirmar que
fue el Padre quien apareció primero y después el Hijo, es que el primer
Personaje era de “tez clara y ojos azules [y que] cubría sus hombros una
tela blanca y tenía el brazo derecho desnudo” (1844 AN). El detalle de
los ojos es algo tan fascinante que dudo que alguien lo agregaría a menos
que haya sido la manera específica en que fue descrito Dios. Lo que debe
ser claro es que Dios ama a todos sus hijos y en verdad los mira con “una
mirada transparente, misericordiosa, llena de amor sincero, de interés y de
benevolencia eterna e incalculable”.15
La descripción de la ropa concuerda con lo que leemos en las Escrituras
sobre la vestimenta de los seres resucitados, vestidos de telas o túnicas
blancas, o vestidos blancos como la nieve que excede “a cuanta cosa
terrenal [con un] extraordinario brillo y blancura” (JS–H 1:31). Estando
en la presencia de dos Seres Celestiales, Exaltados y Glorificados, José
pudo realizar su pregunta específica y supo por sí mismo, recibiendo su
respuesta directamente de Dios, al hablar con Él cara a cara, que ningún
pueblo era el Suyo. Después de recibir la visita del Padre y del Hijo, José
se quedó débil tal como otros profetas bíblicos, pero lleno de consuelo.
A pesar de la creencia falsa que “la revelación había cesado con el
Nuevo Testamento”, Dios comprobó al joven José que aún habla con el
hombre—especialmente con los que son escogidos para ser Sus profetas y
15. Estas palabras vienen de una conversación que tuve con mi amiga, Alfonsina Bernal
Arreola, después de compartirle el dato de los ojos azules. Aunque pensó que quizás algunos
latinos podrían ver esto con un sentimiento de exclusión (ojos cafés vs. azules), sin embargo,
quedó maravillada con la idea de que Dios puede mostrarse tal y como es a Sus hijos fieles,
inundándoles de un amor profundo y permanente debido a que es un Padre amoroso, lleno de
caridad, quien desea que regresemos a Su presencia.
173
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
liderar Su “obra y [Su] gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna
del hombre” (Moisés 1:39).
174
SECCIÓN III
TABLAS COMPARATIVAS
El lector ahora debería tener un conocimiento de los contextos y el
contenido de cada relato de la Primera Visión, debido al estudio profundo
realizado con respecto a ellos que se hizo en la Sección II (incluyendo
cuál fue la fuente, dónde se compartió, a quiénes fue dirigido, qué enseñan
etc.). Con esta base, ahora, en esta Sección III, se compartirán los puntos
principales de todos los relatos, uniéndolos en tablas comparativas. El
objetivo es poder obtener una vista panorámica, fácil de entender, de qué
contiene cada relato y cuáles son los puntos que tienen en común.
Se han dividido todos los detalles, o los puntos principales, de la
Primera Visión entre cinco tablas.1 Estos puntos se encuentran en la primera
columna, la que está a mano izquierda, de cada tabla. Las siguientes diez
columnas representan cada relato de la Primera Visión que se ha estudiado.
Cada fila contiene entonces el punto principal y después se marca con un
círculo negro (●) si ese punto está presente en el relato. Si no se encuentra,
se deja en blanco. También puede haber un círculo blanco (○) si el punto
se implica, o si se da a entender, aunque el relato no lo diga de una manera
clara. Esta última marca tendrá una explicación que la acompaña en una
nota al pie de página. Todas las filas tendrán este estilo con la excepción de
la primera fila de la Tabla 1 que trata la edad de José Smith cuando sucedió
la Primera Visión. Allí los cuadritos incluirán su edad, o estarán en blanco
en las dos instancias en que los relatos no la mencionan.
Las tablas comenzarán en la siguiente página y cada una cubrirá el
espacio de dos páginas para que sean fáciles de entender y visualizar. Las
cinco divisiones son: (1) Hechos anteriores a entrar a la arboleda, (2) Una
vez en la arboleda y hasta la visión, (3) La visión celestial de José Smith,
(4) El mensaje entregado a José Smith, (5) Sucesos después de la Primera
Visión. Debido a que existen algunos puntos que solo aparecen en un relato
y no en los demás, podemos estar seguros de que hay muchos detalles que
José no compartió y que desconocemos con respecto a la Primera Visión.
José, en resumen, simplemente dijo: “Muchas otras cosas me dijo [Dios]
que no puedo escribir en esta ocasión” (JS–H 1:20).
1. Esta investigación la realicé por mi cuenta. Sin embargo, debo dar crédito a algunas fuentes
que me han ayudado en reunir la información: Allen y Welch (“The Appearance of the Father
and the Son to Joseph Smith in 1820”, 79-83) me dio una guía de cómo organizar las tablas junto
con la información encontrada. Backman (Eyewitness Accounts of the Restoration, 201-203)
y Brown (A Pillar of Light, 170 -171) confirmaron varias ideas que tuve y ayudaron también a
organizar la información hallada.
177
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tabla 1: Hechos anteriores a entrar a la arboleda
Puntos o detalles compartidos en los relatos
La edad de José cuando sucedió la Primera Visión
Su investigación duró varios años
Había una agitación o reformación religiosa
José deseaba una experiencia religiosa
Se preocupó por su bienestar personal y la remisión de sus pecados
Escudriñó las Escrituras como parte de su búsqueda
Se preocupó también por la humanidad
Había confusión y peleas entre las religiones
Había hipocresía y malos sentimientos entre la gente religiosa
José sintió angustia por sus propios pecados
Ninguna iglesia existente era como la del Nuevo Testamento
José no sabía cuál de todas era la Iglesia verdadera
Su búsqueda para conocer la Iglesia verdadera
Estaba convencido de que Dios era bueno y grande
La razón decía que tenía que haber una Iglesia verdadera
Dios no es el creador de la confusión
No debía confiar en la casualidad
Santiago 1:5 mencionada como la escritura principal
178
TABLAS COMPARATIVAS
1832
JS
1835
JS
1838
JS
1840
OP
1841
JS
1842
OH
1842
JS
152
14
14
14
14
14
14
1843
LR
1843
DW
1844
AN
14
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○3
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●
2. La explicación sobre esta edad está bajo En el decimosexto año de mi vida en el Capítulo 3.
3. José alude a esta confusión religiosa al decir que había “diferentes sistemas [de religión]
que se enseñaban a los hijos de los hombres”.
179
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tabla 2: Una vez en la arboleda y hasta la visión
Puntos o detalles compartidos en los relatos
Entró a una arboleda o a un bosque
José oró
Oró fuertemente o con fervor
José clamó por misericordia o la recibió
Clamó a Dios por primera vez
Quería saber qué iglesia era la verdadera
Escuchó el ruido de alguien caminando
Se puso de pie
No pudo hablar, tenía la lengua hinchada
Fue atacado con dudas e imágenes inapropiadas
Ataque de tentaciones y poderes de la oscuridad
Había oscuridad y/o nubes de oscuridad
José se esforzó con todo su aliento por pedirle a Dios
Se destrabó su lengua y finalmente pudo hablar
José oró nuevamente
Se sintió mejor o fue liberado
180
TABLAS COMPARATIVAS
1832
JS
1835
JS
1838
JS
1840
OP
1841
JS
1842
OH
1842
JS
1843
LR
1843
DW
1844
AN
○4
●
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●
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○5
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●
○6
●
4. José lo llama “aquel lugar solitario”, que es equivalente a la arboleda.
5. Orson Pratt dice “la oscuridad se fue de su mente” que da a entender que hubo una oscuridad
mental además de algo físico.
6. Aunque no lo dice específicamente, el hecho que pudo preguntar si “[debía unirse] a la
Iglesia Metodista” después de no poder hablar, sugiere que se destrabó su lengua.
181
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tabla 3: La visión celestial de José Smith
Puntos o detalles compartidos en los relatos
Apareció una luz o una columna de luz
Apareció un fuego o una columna de fuego
La luz, o el fuego, fue más brillante que el sol
La luz, o el fuego, estaba arriba de su cabeza
La luz, o el fuego, descendió desde arriba
La luz, o el fuego, descendió gradualmente
La luz, o el fuego, tocó los árboles
La luz, o el fuego, descansó sobre José
Había luz, o fuego, por todas partes
José fue lleno del Espíritu Santo
Apareció un Personaje primero y posteriormente Otro
Había dos Personajes ante él al final de cuentas
Los Personajes se parecían exactamente el uno al otro
Los Personajes eran gloriosos, Su gloria no admitía descripción
Se aparecieron también muchos ángeles
José preguntó a qué iglesia debía unirse, o cuál era la iglesia correcta
182
TABLAS COMPARATIVAS
1832
JS
1835
JS
●
1838
JS
1840
OP
1841
JS
●
●
●
1842
OH
1842
JS
1843
LR
●
1843
DW
●
●
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●
○7
●
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●
1844
AN
●
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●
●
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●
●
○9
●
○9
●
●
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●
●
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○8
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●
●
○8
●
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●
●
7. Orson Pratt dice que todo “se iluminó de una manera más gloriosa y brillante”. No lo
compara con el sol, pero parece que se puede interpretar así.
8. Parece ser que estos relatos dan a entender que estaba por todas partes debido a que “el
mundo natural que lo rodeaba fue excluido de su vista” (1842 OH) y, dice José: “Mi mente se
apartó de aquellos objetos que me rodeaban y me envolvió una visión celestial” (1842 JS).
9. La explicación sobre este punto está bajo El Señor abrió los cielos sobre mí y vi al Señor
en el Capítulo 3.
183
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tabla 4: El mensaje entregado a José Smith
Puntos o detalles compartidos en los relatos
El Padre presentó al Hijo y testificó de Él
A José se le llamó por su nombre
Su oración fue contestada, se le otorgó una bendición especial
Sus pecados fueron perdonados
Se le mandó guardar los mandamientos
Jesús se describió a Sí Mismo
Se le mandó no unirse a ninguna iglesia, ni a los metodistas, y no seguirlas
Todas las iglesias eran incorrectas y corruptas
Nadie hace el bien
Todas las iglesias estaban en error, descarriadas; convenio sempiterno quebrantado
Sus profesores estaban corruptos
Sus credos eran una abominación
Todas las iglesias enseñaban doctrinas falsas
Con sus labios me honran
Apariencia de piedad, mas niegan el poder
Ningún pueblo era del Señor; todos en apostasía
El Señor viene pronto
Se le prometió la plenitud del Evangelio
184
TABLAS COMPARATIVAS
1832
JS
1835
JS
1838
JS
○10
●
●
●
●
●
1840
OP
1841
JS
1842
OH
1842
JS
1843
LR
1843
DW
1844
AN
●
●
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○11
●
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○12
●
○12
●
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●
●
10. Cristo, como si fuera el Padre, hablando con investidura divina de autoridad, fue quien
hizo esto. La explicación sobre este tema está bajo Él me dijo, “Tus pecados te son perdonados”,
y me testificó que Jesucristo es el Hijo de Dios en el Capítulo 4.
11. El hecho que el fuego “lo envolvió y lo consoló” muestra claramente que había recibido
del Espíritu y por lo tanto recibió el perdón de sus pecados.
12. Al decir que “todas estaban en error” se entiende que ningún pueblo era el del Señor.
185
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Tabla 5: Sucesos después de la Primera Visión
Puntos o detalles compartidos en los relatos
José estaba de espaldas
Se quedó sin fuerzas y se sentía muy débil
Su alma se llenó de amor
Fue lleno de gozo o sintió gran gozo
Estuvo en un estado de calma, paz y consuelo
Meditó sobre su experiencia en su corazón
Después de la experiencia, el Señor estaba con José
José podía enseñar sobre el Evangelio y el Sacerdocio
Se fue a su casa
Contaba la historia para que otros pudieran creer
Su conversación con el ministro metodista
Recibió mucha oposición y persecución de las personas
Como un joven normal, cayó en la transgresión
186
TABLAS COMPARATIVAS
1832
JS
1835
JS
1838
JS
1840
OP
1841
JS
1842
OH
1842
JS
1843
LR
1843
DW
1844
AN
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○13
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13. La frase “se esforzó por levantarse” da a entender que estaba de espaldas.
187
●
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
CONCLUSIÓN
Analizando las tablas, se evidencia el hecho establecido en la Sección
II de que José compartió varios detalles, pero no todos los relatos contienen
cada uno de ellos. Claramente la razón es porque las circunstancias y las
audiencias eran distintas y diferentes. El relato más detallado, o el que
menciona la mayor cantidad de los detalles en las tablas (45 de 81—un
55.6%), es el relato canonizado de 1838 (JS) junto con la copia del mismo
(1841 JS). El relato que comparte la menor cantidad de detalles es el de
Levi Richards (1843) que solo comparte 11 de 81 detalles (un 13.6%).
En la Tabla 1, la que trata los hechos anteriores a la Primera Visión, lo
más importante fue que José quería encontrar la verdad. Para hallarla, puso
de su parte y escudriñó las Escrituras. Nueve de los diez relatos comparten
algo sobre esos detalles. Ocho de ellos mencionan específicamente que
entre todo lo que estudió, la escritura que le impactó más que cualquier
otra, fue Santiago 1:5.
Lo que la Tabla 2 nos enseña, al entrar José a la arboleda, es la
importancia de poner en práctica lo que uno aprende—especialmente si
Dios lo manda. El énfasis principal que todos los relatos hacen es que José
entró a la arboleda y que oró. Fue a ese lugar porque hizo caso a la promesa
de Santiago y creía que recibiría una respuesta. Sólo cuatro de los relatos
dicen que oró fuertemente o con fervor, sin embargo, los diez dicen que oró.
Nueve de los diez relatos en la Tabla 3, que trata detalles sobre la
visión, muestran que lo que vio José fue una columna de luz, o de fuego.
Dentro de esa luz o fuego, que es la gloria de Dios, había dos Personajes
gloriosos (algo que nueve de los relatos dicen). Este es el punto principal de
todos: ¡José vio a Dios el Padre y a Jesucristo! Ambos estuvieron presentes,
aunque cuatro de los relatos comparten el dato interesante, alineado al
orden de los cielos, de que el Padre apareció primero y después el Hijo.
Ellos aparecieron para dejar un mensaje de suma importancia. La Tabla
4 muestra que José y sus contemporáneos hicieron claro que el mensaje fue
que todas las iglesias existentes eran incorrectas y que ninguna de ellas era
la del Señor. Por lo tanto, a José se le mandó que no se uniera a ninguna
de esas iglesias. Fuera de estos puntos, y con respecto a las otras cosas
que Dios le dijo, José escribió: “Muchas otras cosas me dijo que no puedo
escribir en esta ocasión” (JS–H 1:20).
En la Tabla 5, es notable que lo que sucedió después de la Primera
Visión no tiene el mismo enfoque que se les da a los detalles anteriores. El
punto más importante relacionado a esta tabla, y contenido en los relatos,
es que José intentó compartir su experiencia para que las otras personas
pudieran sentir el mismo gozo que él experimentaba. Sin embargo, solo la
mitad (cinco de diez relatos), mencionan que José compartió su experiencia
con otros. Luego siguió la persecución como cuatro relatos dicen, sin
embargo, el detalle de la predicación de José es el detalle más compartido.
188
SECCIÓN IV
ARMONÍA ENTRE LOS RELATOS
ARMONIZACIÓN:
UN SOLO RELATO
Hasta este punto, el libro ha tratado el llamamiento del profeta José
Smith (Sección I ) y todos los relatos contemporáneos de la Primera Visión,
junto con una explicación de cada uno (Sección II ). En la Sección III se
hizo una comparación de los relatos dentro de cinco tablas, uniendo varios
detalles específicos de cada uno, para ver qué se mencionó en qué relato.
Ahora, en esta Sección IV, se unirán todas esas piezas, o puntos, dentro de
un solo relato, como si estuviéramos armando un rompecabezas. Al hacer
esto, nos va a permitir ver la pintura completa, dentro de un solo cuadro,
hasta donde sea posible, de lo que sucedió en la Arboleda Sagrada.
En esta armonización, utilizaré como base el relato de José Smith de
1838.1 Debe ser evidente que lo hago porque es la versión canonizada,
hallada en la Perla de Gran Precio, aceptada como sagrada Escritura. Al usar
este relato como la base, fue más fácil organizar el material. El contenido
ya estaba dividido en versículos y éstos ayudaron a agregar la información
de los otros relatos y así situar dicha información donde parece que debe
estar en la historia completa.
Además, cabe mencionar que para que no tuviese párrafos tan largos,
debido a que estoy agregando más información de los otros relatos al de
1838, donde ha sido necesario he dividido los versículos en dos o más
párrafos. La esperanza aquí es que el relato armonizado sea más fácil para
leer. Los números al principio de los párrafos corresponden a los mismos
versículos de José Smith–Historia.
Dentro de esta armonización el lector verá tres estilos diferentes en las
palabras. Un estilo “normal”, es decir, el que se ha visto a lo largo de este
libro, significa que son las mismas palabras que vienen directamente de
José Smith–Historia, el relato de 1838 (JS), y que nada ha sido cambiado.
Si las palabras están en “cursiva”, esto significa que estoy citando uno
de los relatos de José Smith mismo, los de primera mano, que no sea el de
1838 (por ejemplo 1832, 1835, 1841 o 1842). Después de las palabras en
cursiva se dice de dónde vino la cita. Esto se hace con un número y dos
iniciales que estarán entre corchetes. Por ejemplo “[1832 JS]” significa “el
1. Esta idea la obtuve del excelente libro escrito por Matthew B. Christensen: The First
Vision: A Harmonization of 10 Accounts from the Sacred Grove. También me ayudó lo que
escribió Milton V. Backman en su libro Eyewitness Accounts of the Restoration, 22-29.
191
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
relato de José Smith de 1832”. Este es el mismo estilo para citar los relatos
que he utilizado a lo largo del libro.
Si las palabras están “subrayadas”, entonces significa que viene de uno
de los relatos de segunda mano, sea de Orson Pratt, Orson Hyde, Levi
Richards, David Nye White o Alexander Neibaur. De igual manera, después
de las palabras subrayadas, habrá también un número y dos iniciales entre
corchetes indicando la fuente de la cita. Por ejemplo “[1840 OP]” significa
“el relato de Orson Pratt de 1840”.
El último aspecto que cabe hacer notar es que de vez en cuando tuve que
agregar unas palabras al relato para que fluyera mejor. El lector verá cosas
como “[y]” o “[entonces]” etc. Esto se hizo para unir las ideas. También,
al citar los relatos de segunda mano, en lugar de decir “José pensó” o “él
se dio cuenta”, estas frases han sido cambiadas a primera persona (“pensé”
o “me di cuenta”) y así suena como si José estuviera contando la historia
completa. El lector debe saber que los cambios de estas frases, o palabras,
de tercera persona a primera, no se encuentran entre corchetes.
Mi esperanza al hacer esta armonización de los relatos contemporáneos
de la Primera Visión es mostrar al lector, que efectivamente, las piezas
de cada relato encajan y la narración fluye. Las personas pueden criticar
a José Smith y su experiencia todo lo que quieran, pero las evidencias
señalan, tal como una comparación de los Evangelios que hablan de
la vida de Jesucristo, que cada relato cuenta una historia verídica de la
misma experiencia. Aunque las audiencias y las circunstancias hayan sido
diferentes cada vez en la que se compartió esta experiencia, el hecho de
unir estos relatos nos permite ver que esta historia única tiene bastante
sentido y nos ofrece, además, más detalles hermosos. Asimismo, espero
que el lector pueda sentir el poder que hay detrás de lo que José compartió
y que tenga una nueva experiencia que ilumine su mente al leerlo.
Para que el lector no se confunda, en la siguiente página se provee una
guía que muestra qué significa cada número con las iniciales que estarán
entre los corchetes. De esta manera, el lector puede estar seguro de lo que
está leyendo y, si quisiera, podrá regresar a los relatos originales en la
Sección II para ver cómo están escritos en su contexto original.
192
LA PRIMERA VISIÓN
ARMONIZADA
Guía para la armonización
ABREVIATURA
FUENTE
1832 JS
El relato de José Smith de 1832
1835 JS
El relato de José Smith de 1835
1840 OP
El relato de Orson Pratt de 1840
1841 JS
El relato de José Smith de 1841
1842 OH
El relato de Orson Hyde de 1842
1842 JS
El relato de José Smith de 1842
1843 LR
El relato de Levi Richards de 1843
1843 DW
El relato de David Nye White de 1843
1844 AN
El relato de Alexander Neibaur de 1844
Alrededor de la edad de doce años, comencé a inquietarme seriamente
con respecto a todo lo importante que tenía que ver con el bienestar de
mi alma inmortal, lo que me llevó a escudriñar las Escrituras. Creyendo,
según se me había enseñado, que contenían la palabra de Dios, por lo
tanto, las apliqué a mí mismo. Mi relación estrecha con las personas de
diferentes denominaciones me causó un gran asombro [1832 JS].
5 Durante el segundo año de nuestra residencia en Manchester, surgió
en la región donde vivíamos una agitación extraordinaria sobre el tema de
la religión. Empezó entre los metodistas, pero pronto se generalizó entre
todas las sectas de la comarca. En verdad, parecía repercutir en toda la
región, y grandes multitudes se unían a los diferentes partidos religiosos,
ocasionando no poca agitación y división entre la gente; pues unos
gritaban: “¡He aquí!”; y otros: “¡He allí!”. Unos contendían a favor de la fe
metodista, otros a favor de la presbiteriana y otros a favor de la bautista. Si
iba a una organización, me hablaban de un plan, y si iba a otra, de otro,
193
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
cada una proclamando que su credo particular era el summum bonum [el
estado máximo] de la perfección [1842 JS].
6a Porque a pesar del gran amor expresado por los conversos de
estas distintas creencias en el momento de su conversión, y del gran celo
manifestado por los clérigos respectivos, que activamente suscitaban y
fomentaban este cuadro singular de sentimientos religiosos—a fin de lograr
convertir a todos, como se complacían en decir, pese a la secta que fuere—
6b Sin embargo, cuando los conversos empezaron a dividirse,
unos con este partido y otros con aquel, se vio que los supuestos buenos
sentimientos, tanto de los sacerdotes como de los conversos, eran más
fingidos que verdaderos; porque siguió una escena de gran confusión
y malos sentimientos—sacerdote contendiendo [y] en guerra contra
sacerdote, converso contra converso—convenciendo a una mente sin
prejuicios [1841 JS], de modo que toda esa buena voluntad del uno para con
el otro, si es que alguna vez la abrigaron, se había perdido completamente
en una lucha de palabras y contienda de opiniones.
7 Por esa época tenía yo catorce años de edad. La familia de mi padre
se convirtió a la fe presbiteriana; y cuatro de ellos ingresaron a esa iglesia,
a saber, mi madre Lucy, mis hermanos Hyrum y Samuel Harrison, y mi
hermana Sophronia.
8a Durante estos días de tanta agitación, invadieron mi mente una
seria reflexión y gran inquietud; [el tema de la religión] lo hice un objeto
de mucho estudio y reflexión [1841 JS]. Comencé a reflexionar sobre la
importancia de prepararme para un estado futuro [1842 JS] de existencia;
pero cómo, o en qué manera, podía prepararme, fue una pregunta que no
había podido contestar en mi propia mente. Percibí que era una pregunta
de importancia infinita, y que la salvación de mi alma dependía de una
comprensión correcta de la misma. Vi que, si no entendía el camino, sería
imposible caminar en él, excepto por casualidad; y la idea de basar mi
esperanza de vida eterna sobre una casualidad, o las incertidumbres, era
más de lo que podía soportar [1840 OP].
8b Pero no obstante la intensidad de mis sentimientos, que a menudo
eran punzantes, me conservé apartado de todos estos grupos, aunque
concurría a sus respectivas reuniones cada vez que la ocasión me lo
permitía. Con el transcurso del tiempo llegué a inclinarme un tanto a la
secta metodista, y sentí cierto deseo de unirme a ella, pero eran tan grandes
la confusión y la contención entre las diferentes denominaciones, que era
imposible que una persona tan joven como yo, y sin ninguna experiencia
en cuanto a los hombres y las cosas, llegase a una determinación precisa
sobre quién tenía razón y quién no. Al averiguar sobre el plan de salvación,
me encontré con que había gran conflicto en las ideas religiosas [1842 JS].
8c También se me ocurrió que Dios era el autor de una sola doctrina
y, por lo tanto, no podía reconocer sino una sola denominación como Su
194
LA PRIMERA VISIÓN ARMONIZADA
Iglesia; y que dicha denominación debe ser un pueblo que crea y enseñe
esa única doctrina (cualquiera que sea) y que se base en la misma. Entonces
reflexioné sobre la inmensa cantidad de doctrinas, ahora en el mundo, que
habían dado lugar a cientos de denominaciones diferentes [1840 OP].
9 Tan grande e incesante eran el clamor y el alboroto, que a veces mi
mente se agitaba en extremo. Yo también deseaba una experiencia religiosa,
y quería sentir y gritar como los demás, pero no podía sentir nada [1844
AN]. Los presbiterianos estaban decididamente en contra de los bautistas y
de los metodistas, y se valían de toda la fuerza del razonamiento, así como
de la sofistería, para demostrar los errores de aquellos, o por lo menos,
hacer creer a la gente que estaban en error. Por otra parte los bautistas y
los metodistas, a su vez, se afanaban con el mismo celo para establecer sus
propias doctrinas y refutar las demás.
10a En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones,
a menudo me decía a mí mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos
estos grupos, cuyos sentimientos mutuos con demasiada frecuencia [están]
envenenados por el odio, la contención, el resentimiento y la ira [1842 OH],
tiene razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y
cómo podré saberlo? Al considerar que todas no podían estar en lo cierto y
que Dios no podía ser el autor de tanta confusión, decidí investigar el tema
más a fondo, creyendo que, si Dios tenía una Iglesia, ésta no podía estar
dividida en diferentes facciones, y que si Él enseñaba a una organización
que adorara de cierta manera y administrara un tipo de ordenanzas, a
otra no enseñaría principios que fueran diametralmente opuestos [1842
JS]. Después de haberme convencido suficientemente a mi satisfacción de
que las tinieblas cubrían la tierra y de que una densa oscuridad cubría las
naciones, me abandonó la esperanza de encontrar en algún momento una
secta o denominación que estuviera en posesión de la verdad pura [1842
OH].
10b En mi mente, la gran pregunta que debía contestarse era: si alguna
de estas denominaciones es la Iglesia de Cristo, ¿cuál es? Hasta que pudiera
estar satisfecho, con respecto a esta pregunta, no podía estar contento [1840
OP]. Medité muchas cosas en el corazón acerca de la situación del mundo,
de la humanidad, de las contenciones y las divisiones, de la iniquidad y las
abominaciones, y de las tinieblas que cubrían la mente del género humano.
Mi mente se angustiaba en extremo por sentirme culpable de mis pecados
[1832 JS]. La única alternativa que parecía haberme quedado, era leer las
Escrituras y esforzarme por seguir sus instrucciones. En consecuencia,
comencé a leer las páginas sagradas de la Biblia, con sinceridad, creyendo
en las cosas que leía [1840 OP].
10c Al escudriñar las Escrituras, encontré que el hombre no se
acercaba al Señor, sino que había apostatado de la fe verdadera y viviente.
Y no había ninguna sociedad ni denominación que estuviera edificada sobre
195
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
el evangelio de Jesucristo, tal como se registra en el Nuevo Testamento.
Sentía deseos de llorar por mis pecados y por los pecados del mundo, pues
de las Escrituras había aprendido [1832 JS] con el sentido consciente (si la
Biblia es verdadera) de que Él había dicho, “pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá”, [1835 JS] que Dios era el mismo ayer, hoy y
para siempre y que no hacía acepción de personas, porque Él es Dios [1832 JS].
10d Porque había observado el sol—la luminaria gloriosa de la
tierra—y también la luna pasando en su majestad por los cielos, y las
estrellas brillando en sus cursos, y la tierra sobre la cual estoy, y las
bestias del campo, las aves del cielo y los peces de las aguas, y también al
hombre andando sobre la faz de la tierra con majestad y fuerza de belleza,
cuyo poder e inteligencia para gobernar lo que es sumamente grandioso y
maravilloso, aun en la semejanza de Aquél que los creó [1832 JS].
10e Y al reflexionar sobre esas cosas, clamé desde el fondo de mi
corazón: “El hombre prudente tuvo razón cuando dijo que ‘es necio el que
dice en su corazón que no hay Dios’”. Mi corazón exclamó: “Todos estos
dan testimonio y ponen en evidencia un poder omnipotente y omnipresente,
un Ser que crea las leyes, y decreta y une todas las cosas dentro de sus
confines, que llena la eternidad, un Ser que era, que es y que será de
eternidad en eternidad”. Y cuando consideré todas estas cosas y que ese
Ser busca que los que lo adoren, lo adoren en espíritu y en verdad; por
tanto, clamé al Señor pidiendo misericordia, porque no existía nadie más
a quién dirigirme para obtenerla [1832 JS].
11 Agobiado en este estado de perplejidad, [1841 JS] bajo el peso
de las graves dificultades que provocaban las contiendas de estos grupos
religiosos, un día estaba leyendo la Epístola de Santiago, primer capítulo y
quinto versículo, que dice: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada.
12 Esta era información alentadora para mí, noticias que me daban
gran gozo. Era como una luz que brillaba en un lugar oscuro [1840 OP].
Ningún pasaje de las Escrituras jamás causó una impresión más profunda
[1841 JS] [o] penetró el corazón de un hombre con más fuerza que este
en esta ocasión, el mío. Pareció introducirse con inmenso poder en cada
fibra de mi corazón. Lo medité repetidas veces, sabiendo que si alguien
necesitaba sabiduría de Dios, esa persona era yo; porque no sabía qué hacer,
y a menos que obtuviera mayor conocimiento del que hasta entonces tenía,
jamás llegaría a saber [o] determinar cuál era la correcta [1841 JS]; porque
los maestros religiosos de las diferentes sectas interpretaban [1841 JS] los
mismos pasajes de las Escrituras de un modo tan distinto, que destruían toda
esperanza de resolver el problema recurriendo a la Biblia. Ahora vi que, si
le preguntaba a Dios, había no solo una posibilidad, sino una probabilidad;
sí, más, una certeza, que debería obtener un conocimiento de cuál de todas
196
LA PRIMERA VISIÓN ARMONIZADA
las doctrinas era la doctrina de Cristo; y cuál de todas las iglesias, era la
Iglesia de Cristo [1840 OP].
13 Finalmente llegué a la conclusión de que tendría que permanecer
en tinieblas y confusión, o de lo contrario, hacer lo que Santiago aconsejaba,
esto es, recurrir a Dios. Al fin tomé la determinación de “pedir a Dios”,
habiendo decidido que si Él daba sabiduría a quienes carecían de ella,
y la impartía abundantemente y sin reprochar, no se negaría a probar
Su promesa conmigo [1841 JS] [y] yo podría intentarlo. Consideré que
esta escritura fue una autorización para que pidiera solemnemente a mi
Creador y presentara mis deseos ante Él con la expectativa certera de tener
algún éxito. Y así comencé a derramar los sinceros deseos de mi alma al
Señor con ferviente determinación [1842 OH]. No sabía quién estaba en
lo cierto ni quién estaba en el error, pero consideraba que para mí era
de fundamental importancia que yo estuviera en lo cierto en los asuntos
que tendrían consecuencias eternas. Esa información era lo que yo más
deseaba en ese momento, y con la firme determinación de obtenerla, oré al
Señor por primera vez [1835 JS].
14 Por consiguiente, de acuerdo con esta resolución mía de recurrir
a Dios, estando confundido, me dirigí a la tranquila arboleda [1835 JS],
me retiré a un lugar aislado [1842 JS] al bosque para hacer la prueba y me
incliné ante el Señor [1835 JS]. Fue por la mañana de un día hermoso y
despejado, a principios de la primavera de 1820. Era la primera vez en mi
vida que hacía tal esfuerzo [1841 JS], porque en medio de toda mi ansiedad,
hasta ahora no había procurado orar vocalmente.
15a Inmediatamente salí hacia la arboleda donde mi padre había
hecho un claro, y fui al tocón donde había dejado clavada mi hacha
cuando terminé de trabajar [1843 DW]. Después de apartarme al lugar que
previamente había designado, mirando a mi derredor y encontrándome
solo, en el lugar antes mencionado [1835 JS], me arrodillé y empecé a
elevar a Dios el deseo de mi corazón [e] hice un intento en vano de orar
[1835 JS]. Apenas lo hube hecho, diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me
uniré?” [1843 DW], cuando escuché un ruido, como si una persona se
dirigiera hacia mí. Me esforcé otra vez por orar, pero no pude. El ruido de
alguien caminando parecía estar más cerca; me puse de pie rápidamente
y miré a mi alrededor, pero no vi a ninguna persona o animal que pudiera
producir dicho ruido al caminar [1835 JS].
15b Súbitamente se apoderó de mí una fuerza que me dominó por
completo, y surtió tan asombrosa influencia en mí, que se me trabó la lengua,
de modo que no pude hablar. Parecía que mi lengua se había hinchado
en mi boca [1835 JS], estaba pegada al paladar [y] no podía pronunciar
ni una palabra [1844 AN]. Una densa obscuridad se formó alrededor de
mí, y por un momento me pareció que estaba destinado a una destrucción
repentina. El adversario hizo varios esfuerzos intensos para enfriar mi alma
197
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
ardiente. Él llenó mi mente con dudas y me recordó todo tipo de imágenes
inapropiadas para impedir que obtuviera el objeto de mis esfuerzos [1842 OH].
16a Mas esforzándome con todo mi aliento [y] toda energía [1841
JS] por pedirle a Dios que me librara del poder de este enemigo que se
había apoderado de mí, y en el momento en que estaba para hundirme en
la desesperación y entregarme a la destrucción—no a una ruina imaginaria,
sino al poder [e] influencia [1841 JS] de un ser efectivo del mundo invisible
que ejercía una fuerza tan asombrosa como yo nunca había sentido en
ningún otro ser—precisamente en este momento de tan grande alarma, la
desbordante misericordia de Dios vino a animarme y dio un nuevo impulso
a mi débil fuerza [1842 OH]. Me arrodillé de nuevo y pude abrir mi boca,
mi lengua se destrabó y pude elevar al Señor una ferviente oración [1835
JS]. La nube oscura pronto se disipó y la luz y la paz llenaron mi asustado
corazón [1842 OH].
16b El Señor escuchó mi ruego en aquel lugar solitario y, mientras
me encontraba en actitud de acudir al Señor, [1832 JS] vi una columna
de luz [o] de fuego [1835 JS], mucho más brillante y deslumbrante que
el sol en su esplendor meridiano, cuyo brillo excedía el del sol [1841 JS],
directamente arriba de mi cabeza; que, al principio, parecía estar a una
distancia considerable. Continué orando, mientras que la luz parecía estar
descendiendo gradualmente hacia mí; y, a medida que se acercaba, aumentó
en brillo y magnitud, de modo que, para el momento en que llegó a las
copas de los árboles, toda la arboleda, a cierta distancia, se iluminó de una
manera más gloriosa y brillante. Esperaba haber visto consumirse las hojas
y las ramas de los árboles, tan pronto como la luz hiciera contacto con ellas;
pero, al percibir que no produjo ese efecto, me animé con la esperanza de
poder soportar su presencia [1840 OP]. Esta luz gradualmente descendió
hasta descansar sobre mí y fui lleno de un gozo indescriptible [1835 JS].
[La luz] descansó sobre la tierra, y así fui envuelto en medio de ella [1840
OP] y me consoló [1844 AN].
17a No bien se apareció, me sentí libre del enemigo que me había
sujetado. Una vez más, invoqué al Señor con fe y fervor de espíritu [1842
OH]. Al reposar sobre mí la luz, se produjo una sensación peculiar en todo mi
sistema, e inmediatamente mi mente fue arrebatada de los objetos naturales
con los que estaba rodeado. Fui envuelto en una visión celestial [1840 OP].
Fui lleno del Espíritu de Dios [1832 JS]. Un Personaje de tez clara y ojos
azules [1844 AN] surgió de entre medio de esta columna de fuego, la cual
se extendía a todas partes y, aun así, no había consumido nada [1835 JS].
Cubría sus hombros una tela blanca y tenía el brazo derecho desnudo [1844
AN]. Y el Señor abrió los cielos sobre mí y [1832 JS] enseguida apareció
otro Personaje, a semejanza del Primero [1835 JS], al lado del Primero
[1844 AN].
198
LA PRIMERA VISIÓN ARMONIZADA
17b Vi en el aire arriba de mí a dos gloriosos Personajes celestiales
[1842 OH], que se parecían exactamente el uno al otro en características y
semejanza [1842 JS], cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de
ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, con respecto al segundo
[1843 DW], señalando al otro: “Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!”
Vi al Señor, y [1832 JS] Ellos me dijeron que mis oraciones habían sido
contestadas y que el Señor había decidido otorgarme una bendición especial
[1842 OH]. Y Él [el Hijo] me habló y me dijo: “José, hijo mío, tus pecados
te son perdonados. Sigue tu camino, anda en mis decretos y guarda mis
mandamientos. He aquí, Yo soy el Señor de gloria. Fui crucificado por el
mundo para que todos los que crean en mi nombre puedan tener la vida
eterna” [1832 JS]. Me testificó que Jesucristo es el Hijo de Dios [1835 JS].
18 Había sido mi objeto recurrir al Señor para saber [y] tener la
certeza de [1841 JS] cuál de todas las sectas era la verdadera, a fin de saber
a cuál unirme. Por consiguiente, tan pronto que fue posible [1841 JS], por
tanto, luego que me hube recobrado lo suficiente para poder hablar, me
dirigí a esta segunda persona [1843 DW], que [estaba] en la luz arriba de mí,
diciendo: “Oh Señor, ¿a qué Iglesia me uniré?” [1843 DW] Cuál de todas
las sectas era la verdadera (porque hasta ese momento nunca se me había
ocurrido pensar que todas estuvieran en error, porque había supuesto que
alguna era la correcta [1841 JS]). “¿Debo unirme a la Iglesia Metodista?”
[1844 AN].
19 Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas
estaban en error; que todas las denominaciones religiosas creían doctrinas
incorrectas y [1842 JS] todas erraban en la doctrina y que ninguna de ellas
era reconocida por Dios como Su Iglesia y Reino [1842 OH]. El Personaje
que me habló dijo que el convenio sempiterno fue quebrantado [1843
LR]. “He aquí, en este momento el mundo yace en el pecado y no hay
quien haga el bien, ni siquiera uno. Se han apartado de mi Evangelio y
no guardan mis mandamientos” [1832 JS]; que todos sus credos eran una
abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían pervertido;
que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí; enseñan
como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de
piedad, mas negando el poder de ella. Mi ira está encendida en contra de
los habitantes de la tierra y caerá sobre ellos de acuerdo con su impiedad
y para llevar a cabo aquello que se ha declarado por boca de los profetas
y los apóstoles. He aquí, vendré pronto, como está escrito, en las nubes y
revestido de la gloria de mi Padre” [1832 JS].
20a De nuevo me mandó que no me uniera a ninguna de ellas; y se
me mandó expresamente “no seguirlas” [1842 JS]. Se me mandó además
que esperara pacientemente hasta algún momento futuro [1842 OH],
[porque] recibí la promesa de que [1842 JS] la verdadera doctrina de Cristo
y la plenitud de la verdad del Evangelio me serían reveladas [1842 OH];
199
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
y muchas otras cosas me dijo que no puedo escribir en esta ocasión. Vi
muchos ángeles en esta visión. Tenía alrededor de catorce años cuando
recibí este primer mensaje [1835 JS]. La visión se terminó, y cuando [1843
DW] otra vez volví en mí, me encontré de espaldas mirando hacia el cielo.
La paz y la calma me llenaron la mente [1842 OH]. Al retirarse la luz, me
quedé sin fuerzas; me esforcé por levantarme, pero me sentía muy débil
[1844 AN], pero poco después, habiéndome recobrado hasta cierto punto,
volví a casa.
20b Al apoyarme sobre la mesilla de la chimenea, mi madre me
preguntó si algo me pasaba. Yo le contesté: “Pierda cuidado, todo está bien;
me siento bastante bien”. Entonces le dije: “He sabido a satisfacción mía
que el presbiterianismo no es verdadero”. Y mi alma se llenó de amor, y por
muchos días me regocijé y sentí gran gozo, y el Señor estaba conmigo [1832
JS]. Parece que desde los años más tiernos de mi vida el adversario sabía
que yo estaba destinado a perturbar y molestar su reino; de lo contrario,
¿por qué habían de combinarse en mi contra los poderes de las tinieblas?
¿Cuál era el motivo de la oposición y persecución que se desató contra mí
casi desde mi infancia?
21 A los pocos días de haber visto esta visión, me encontré por
casualidad en compañía de uno de los ministros metodistas, uno muy activo
en la ya mencionada agitación religiosa; y hablando con él de asuntos
religiosos, aproveché la oportunidad para relatarle la visión que yo había
visto. Su conducta me sorprendió grandemente; no solo trató mi narración
livianamente, sino con mucho desprecio, diciendo que todo aquello era
del diablo; que no había tales cosas como Dios [revelándose] en visiones
[1844 AN] ni revelaciones en estos días; que todo eso había cesado con los
apóstoles [y] con el Nuevo Testamento [1844 AN], y que nunca más serían
restauradas [1841 JS]. No podía encontrar a nadie que creyera en mi visión
celestial. No obstante, meditaba sobre estas cosas en mi corazón [1832 JS].
22 Sin embargo, no tardé en descubrir que cuando volví a casa y
le dije a la gente que tuve una revelación y que todas las iglesias eran
corruptas [1843 DW], mi relato había despertado mucho prejuicio en
contra de mí entre los profesores de religión, y fue la causa de una fuerte
persecución, cada vez mayor y desde entonces me han perseguido [1843
DW]. Y aunque no era yo sino un muchacho desconocido, apenas entre
los catorce y quince años de edad, y tal mi posición en la vida que no era
un joven de importancia alguna en el mundo, sin embargo, los hombres
de elevada posición se fijaban en mí lo suficiente [y] se esforzaron por
[1841 JS] agitar el sentimiento público en mi contra y provocar con ello una
encarnizada persecución; y esto fue general entre todas las sectas: todas se
unieron para perseguirme [y] pensaron detenerme [1843 DW].
23 En aquel tiempo me fue motivo de seria reflexión, y frecuentemente
lo ha sido desde entonces, cuán extraño que un muchacho desconocido de
200
LA PRIMERA VISIÓN ARMONIZADA
poco más de catorce años, y además, uno que estaba bajo la necesidad de
ganarse un escaso sostén con su trabajo diario, fuese considerado persona
de importancia suficiente para llamar la atención de los grandes personajes
de las sectas más populares del día; y a tal grado, que suscitaba en ellos un
espíritu de la más rencorosa persecución y vilipendio. Pero, extraño o no,
así aconteció; y a menudo fue motivo de mucha tristeza para mí.
24 Sin embargo, no por esto dejaba de ser un hecho el que yo hubiera
visto una visión. He pensado desde entonces que me sentía igual que Pablo,
cuando presentó su defensa ante el rey Agripa y refirió la visión, en la cual
vio una luz y oyó una voz. Mas con todo, fueron pocos los que le creyeron;
unos dijeron que estaba mintiendo; otros, que estaba loco; y se burlaron
de él y lo vituperaron. Pero nada de esto destruyó la realidad de su visión.
Había visto una visión, y él lo sabía, y toda la persecución debajo del cielo
no iba a cambiar ese hecho; y aunque lo persiguieran hasta la muerte, aun
así sabía, y sabría hasta su último aliento, que había visto una luz así como
oído una voz que le habló; y el mundo entero no pudo hacerlo pensar ni
creer lo contrario.
25 Así era conmigo. Yo efectivamente había visto una luz, y en
medio de la luz vi a dos Personajes, los cuales en realidad me hablaron;
y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había visto una visión,
no obstante, era cierto; y mientras me perseguían, y me vilipendiaban,
y decían falsamente toda clase de mal en contra de mí por afirmarlo, yo
pensaba en mi corazón: ¿Por qué me persiguen por decir la verdad? En
realidad he visto una visión; y, ¿quién soy yo para oponerme a Dios? O,
¿por qué piensa el mundo hacerme negar lo que realmente he visto? Porque
había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía
negarlo, ni osaría hacerlo; por lo menos, sabía que haciéndolo, ofendería a
Dios y caería bajo condenación.
26 Mi mente ya estaba satisfecha en lo que concernía al mundo
sectario: que mi deber era no unirme a ninguno de ellos, sino permanecer
como estaba hasta que se me dieran más instrucciones. Había descubierto
que el testimonio de Santiago era cierto: que si el hombre carece de sabiduría,
puede pedirla a Dios y obtenerla sin reproche. Después de muchos días caí
en la transgresión y pequé en muchas cosas que hicieron una herida a
mi alma, y había varias cosas que sucedieron que no se pueden escribir
[1832 JS]. [Sin embargo, digo] que [entiendo] la plenitud del Evangelio de
principio a fin y que [puedo] enseñarlo y también el orden del sacerdocio
en todas sus ramificaciones. La tierra y el infierno se [han] opuesto a mí y
[han] intentado destruirme—pero … no lo [han] logrado y nunca lo [harán]
[1843 LR].
201
CONCLUSIÓN
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
“Ningún hombre conoce mi historia” dijo José Smith. “Yo no puedo
relatarla: jamás lo he intentado. No culpo a nadie por no creer mi historia.
De no haber pasado las experiencias que he tenido, yo mismo no la hubiera
creído”.1 José fue fiel a su testimonio: “Un día hermoso … de la primavera
de 1820” (JS–H 1:14), oró con verdadera intención y, como respuesta, tuvo
la visita personal de Dios el Padre y de Dios el Hijo. Buscaba la remisión
de sus pecados y la sabiduría de cuál de todas las iglesias era la de Dios.
En cambio, recibió mucho más de lo que esperaba en este evento único y
sumamente sagrado. Siendo misericordioso, Dios le dio el perdón de sus
pecados y le contestó su pregunta sincera al decirle que “no debía [unirse] a
ninguna [iglesia], porque todas estaban en error” (JS–H 1:19). De allí, José
recibió la promesa de que “la verdadera doctrina de Cristo y la plenitud
de la verdad del Evangelio le [serían] reveladas” (1842 OH). Recibir un
llamado profético de Dios mismo seguramente fue mucho más de lo que
esperaba obtener. Con su llamado, se abrió la última dispensación, la que
prepararía al pueblo del convenio para recibir a Jesucristo cuando venga
“en la gloria de su Padre con sus ángeles” (Mateo 16:27), “la dispensación
del cumplimiento de los tiempos” (Efe. 1:10). Si José tiene cimentada su
posición como la cabeza de la gran séptima, y última, dispensación, ¿cuál
es su posición y estado entre los siervos de Dios?
JOSÉ SMITH ENTRE LOS PROFETAS
En el gran concilio de los cielos que se llevó a cabo en la vida premortal,
de manera solemne, Cristo fue sostenido como el Salvador. Además, “las
inteligencias … fueron organizadas … y entre todas estas había muchas
de las nobles y grandes”. Dios dijo: “A éstos haré mis gobernantes; pues
estaba entre aquellos que eran espíritus, y vio que eran buenos” (Abra.
3:22-23). Hay un orden de autoridad entre Dios y Sus hijos. El Padre
gobierna y Jesucristo sigue en autoridad. Con respecto a este orden de los
hijos de Dios, el élder Bruce R. McConkie ha enseñado:
Comenzamos con el Señor Jesús, y luego tenemos a Adán y Noé. A
partir de allí vienen las cabezas de las dispensaciones. Entonces llegamos
1. [Manual] José Smith, 559.
202
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
a los profetas, a los apóstoles, a los élderes de Israel, a hombres sabios,
buenos y sagaces que tienen el espíritu de luz y entendimiento. Cada
cabeza de una dispensación es un revelador de Cristo para su día; todo
profeta es testigo de Cristo; y cada otro profeta o apóstol que viene es un
reflejo, un eco y un prototipo de la cabeza de la dispensación. Todos ellos
vienen a hacer eco al mundo y a exponer y dar a conocer lo que Dios
ha revelado a través del hombre que fue designado para dar Su palabra
eterna al mundo para esa era.2
Si Cristo es el Mayor, y después siguen Adán y Noé en segundo y tercer
lugar,3 y ellos son cabezas de sus respectivas dispensaciones, podemos
suponer, sin equivocarnos, que José tiene una posición de autoridad
entre ellos y otros profetas que eran cabezas de sus dispensaciones como
Enoc, Abraham y Moisés. Ellos son los siervos más grandes y nobles
entre los siervos de Dios. Sobre José, el Señor declaró: “Esta generación
[dispensación] recibirá mi palabra por medio de ti” (DyC 5:10). José es
quien reveló a Cristo en estos, los últimos días; y al aceptar a los siervos de
Dios, aceptamos también a Cristo (3 Ne. 28:34; DyC 84:36; 112:20). En la
Sección 21 de Doctrina y Convenios, el Señor de nuevo deja claro qué tipo
de profeta es José Smith: “Serás llamado vidente, traductor, profeta, apóstol
de Jesucristo, élder de la iglesia por la voluntad de Dios el Padre, y la
gracia de tu Señor Jesucristo, habiendo sido inspirado por el Espíritu Santo
para poner los cimientos de ella y edificarla para la fe santísima” (DyC
21:1-2). Después, a los miembros de la Iglesia, Dios les manda: “Daréis
oído a todas sus palabras y mandamientos que os dará según los reciba,
andando delante de mí con toda santidad” (DyC 21:4).
Nuevamente, de manera directa, el Señor declara que las palabras de
José Smith son Sus palabras, las de Cristo mismo, porque él es el profeta
quien está a la cabeza de esta dispensación: “Porque recibiréis su palabra
con toda fe y paciencia como si viniera de mi propia boca”. Si escuchamos
a este Profeta de la Restauración, Dios nos deja esta promesa: “Porque si
hacéis estas cosas, las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros”
(DyC 21:5- 6; cursiva agregada). También, dice Cristo, que los que hacen
lo opuesto “serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del
convenio” (3 Ne 21:11; DyC 1:14). José fue escogido y llamado por Dios. Por
lo tanto, tiene una posición prominente entre los profetas verdaderos. Es un
testigo de Cristo, y por lo que vio y escuchó, logró obtener conocimiento
de primera mano de su Salvador.
2. McConkie, Bruce R., “This Generation Shall Have My Word through You”, 37 TL.
3. “El sacerdocio se dio primeramente a Adán … él es Miguel el Arcángel, de quien se habla
en las Escrituras. Después se dio a Noé, que es Gabriel; éste sigue a Adán en la autoridad del
sacerdocio” ([Manual] José Smith, 109; cursiva agregada).
203
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
VERDADES APRENDIDAS DE LA PRIMERA VISIÓN
La visita acontecida en la Arboleda Sagrada es única. De ella podemos
aprender varios aspectos doctrinales y principios eternos. ¿Qué es lo
que aprendió José Smith ese mismo día, o luego en la vida, ya con más
experiencia, debido a que vio al Padre y al Hijo? Además, ¿qué es lo que
podemos aprender también de su experiencia? Sugiero los siguientes
puntos:
1. Las Escrituras sirven para guiarnos y es importante estudiarlas.
“Las Santas Escrituras de [Dios] proceden para [nuestra] instrucción”
(DyC 33:16) y debemos “[acordarnos] de escudriñarlas diligentemente”
(Mos. 1:7). Fue la preocupación de José sobre “el bienestar de [su] alma
inmortal” (1832 JS) que lo llevó a estudiar las Escrituras. Al estudiarlas,
José pudo acercarse más a Dios, preparar su mente y reflexionar sobre
lo que tenía que hacer. Si las escudriñamos, podremos de igual manera
acercarnos a Dios y aprender Sus verdades, porque, como dijo Cristo, “en
ellas se hallan escritas todas las cosas concernientes al fundamento de mi
iglesia, mi evangelio y mi roca” (DyC 18:4).
2. La promesa de Santiago es verdadera. José mismo testificó: “Había
descubierto que el testimonio de Santiago era cierto: que si el hombre
carece de sabiduría, puede pedirla a Dios y obtenerla sin reproche”
(JS–H 1:26). Todo aquel que haya suplicado al Señor, con fe verdadera,
sabe que el Padre escucha nuestras oraciones. Se me hace increíble el amor
que nos demuestra nuestro Padre Celestial al contestar nuestras oraciones.
La promesa que dejó Jesús es: “Cualquier cosa que pidáis al Padre en mi
nombre, si es justa, creyendo que recibiréis, he aquí, os será concedida”
(3 Ne. 18:20). En lo personal, yo sé de todo corazón, que esta promesa es
verídica.
3. Satanás es un ser real y fue expulsado del cielo. Satanás atacó a
José Smith justo antes de que ofreciera su oración, tal como lo hizo con
Jesús después de que había ayunado cuarenta días (véase Mateo 4:1-11). Así
como hay un Dios, existe también un diablo—“una oposición en todas las
cosas” (2 Ne. 2:11). Aunque en esta experiencia no lo vio, como luego en
la vida sí lo vería,4 José supo que era “un ser efectivo del mundo invisible
que ejercía una fuerza tan asombrosa” sobre él (JS–H 1:16). En algunas
revelaciones que recibió luego en la vida, aprendemos que Satanás “se
rebeló en contra del Hijo Unigénito, a quien el Padre amaba y el cual estaba
en el seno del Padre, fue arrojado de la presencia de Dios y del Hijo, y fue
llamado Perdición, porque los cielos lloraron por él; y era Lucifer, un hijo
de la mañana” (DyC 76:25-26; 29:36 -37).
4. Satanás tiene poder e influencia y los ejerce en contra del reino
de Dios. Satanás “busca que todos los hombres sean miserables como él”
4. Véase Baker y Coleman, José y Moroni, 112-113 nota 26.
204
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
(2 Ne. 2:27) y ejerció poder sobre José. Él “fue tentado severamente por
los poderes de la oscuridad, que se esforzaron por vencerlo” (1840 OP).
Además, fue su “influencia” lo que utilizó para “[ejercer] una fuerza tan
asombrosa” en el joven (1841 JS). José pudo aprender por experiencia propia
que el diablo ataca a los que estorban su reino y que quieren acercarse a
Dios. Es por eso por lo que nos es pertinente el consejo de Pedro: “Sed
sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pe. 5:8).
5. Dios tiene más poder que Satanás. Dios es omnisciente y omnipotente
porque “tiene toda sabiduría y todo poder” (Mos. 4:9). Los Evangelios
muestran varios ejemplos del poder de Cristo, como cuando echó fuera
demonios, calmó los elementos, sanó a las personas o las levantó de entre
los muertos (por ejemplo, Mateo 17:14 -21; Mar. 4:36- 41; Lucas 6:17-19;
Juan 11:40 - 46). En la arboleda, “el adversario hizo varios esfuerzos intensos
para … impedir que [José] obtuviera el objeto de sus esfuerzos; pero la
desbordante misericordia de Dios vino a animarlo y dio un nuevo impulso
a su débil fuerza. La nube oscura pronto se disipó y la luz y la paz llenaron
su asustado corazón” (1842 OH). Dios siempre tendrá mayor poder que
Satanás y nosotros también lo podemos vencer “por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra de su testimonio” (Apoc. 12:11).
6. La oración nos da poder para poder vencer a Satanás. Jesucristo
enseñó: “Debéis velar y orar siempre, no sea que entréis en tentación;
porque Satanás desea poseeros para zarandearos como a trigo” (3 Ne.
18:18). José relató: “Pude elevar al Señor una ferviente oración. Apareció
una columna de fuego arriba de mi cabeza” (1835 JS). En otro relato dijo:
“Mas esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me librara
del poder de este enemigo que se había apoderado de mí … vi una columna
de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz
gradualmente descendió hasta descansar sobre mí. No bien se apareció, me
sentí libre del enemigo que me había sujetado” (JS–H 1:16 -17). En nuestras
vidas, si oramos, la promesa es que saldremos triunfantes y venceremos a
Satanás (véase DyC 10:5).
7. Dios reside en los cielos. Mormón escribió a su hijo Moroni: “Y
la gracia de Dios el Padre, cuyo trono está en las alturas de los cielos,
y de nuestro Señor Jesucristo, que se sienta a la diestra de su poder …
te acompañe y quede contigo para siempre” (Moro. 9:26). José testificó
que la columna de luz, o de fuego, descendió del cielo (1832 JS; 1835 JS;
JS–H 1:16). Orson Pratt dio más detalles al decir que José “vio una luz muy
brillante y gloriosa en los cielos arriba [de él]; que, al principio, parecía
estar a una distancia considerable. Él continuó orando, mientras que la
luz parecía estar descendiendo gradualmente hacia él; y, a medida que se
acercaba, aumentó en brillo y magnitud” (1840 OP; cursiva agregada).
Alexander Neibaur también dijo: “Vio un fuego en el cielo que se acercaba
205
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
cada vez más” (1844 AN). Estos testimonios dejan claro que esa gloria de
Dios vino de Su presencia, del cielo, y es allí donde “el refulgente trono de
Dios” se encuentra y “[se sientan] el Padre y el Hijo” (DyC 137:3).
8. Dios escucha nuestras oraciones. El testimonio de José fue: “Y el
Señor escuchó mi ruego en aquel lugar solitario” (1832 JS). Si oramos en fe,
Dios nos escucha (Alma 33:8). Recuerdo un tiempo muy difícil en mi vida
en el que necesitaba guía y consuelo. Estando solo en mi habitación, ofrecí,
como José, “una ferviente oración”, y debido a que oré con sinceridad,
fervor y fe, el Padre fue misericordioso conmigo y contestó mi oración.
Supe que todo iba a estar bien con la situación de mi familia y recibí el
consuelo que anhelaba. En verdad, la paz y la calma me llenaron la mente.
Estas experiencias pueden ser nuestras al humillarnos y ofrecer una oración
del corazón a un Padre Amoroso.
9. Si lo requiere la situación, podemos ver a Dios. Si Dios decide
aparecer a Sus siervos, bien lo puede hacer. El Capítulo 1 trató este tema en
detalle y quedó claro que Dios se manifiesta a Sus profetas. El testimonio
conciso y directo de José y sus contemporáneos era que había visto “a
dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción” (JS–H 1:17).
Sí, es cierto, que esta fue una experiencia sagrada y especial que abrió la
séptima dispensación, sin embargo, la promesa de Jesucristo es: “El que me
ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos
morada con él” (Juan 14:23). Esta promesa fue cumplida en más de una
ocasión en la vida de José Smith. Por lo tanto, pudo afirmar: “La visita del
Padre y del Hijo, en este versículo, es una manifestación personal” (DyC
130:3). Así puede ser para nosotros si Dios nos juzga dignos de recibir tal
bendición.
10. Dios nos conoce por nuestros nombres. Dios es omnisciente (Sal.
147:5) y conoce a cada uno de Sus hijos. El Padre le llamó a José “por
[su] nombre” (JS–H 1:17) cuando se le apareció. Esto muestra que Él sabía
quién era él. Cuando se dirigió a él, Jesucristo le dijo: “José, hijo mío, tus
pecados te son perdonados” (1832 JS). Siendo hijos de Dios, Él nos ama, nos
conoce, y desea que recibamos todo lo que Él tenga. El presidente Dieter
F. Uchtdorf enseñó esta bella verdad: “Y a pesar de que contemplemos la
inmensidad del universo y digamos ‘¿Qué es el hombre en comparación a
la gloria de la creación?’, Dios mismo dijo que ¡nosotros somos la razón
por la que creó el universo! … Ésta es la paradoja del hombre: comparado
con Dios, el hombre no es nada; no obstante, somos todo para Dios”.5
11. El Padre y el Hijo son dos personas distintas. El presidente Gordon
B. Hinckley dijo: “La experiencia que José Smith tuvo en sólo unos
momentos un día de primavera de 1820, trajo mayor luz y conocimiento
y comprensión sobre la personalidad y la realidad y la substancia de Dios
5. Uchtdorf, “Ustedes son importantes para Él”, 20.
206
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
y de Su Amado Hijo que la que el hombre hubiese logrado durante siglos
de especulación”.6 La idea de tres dioses en uno era una idea falsa. Al
experimentar su visión sagrada, José supo que eran dos personas distintas:
“Pronto vi una luz, y luego un personaje glorioso en medio de la luz, y
luego otro personaje, y el primer personaje dijo con respecto al segundo:
‘He aquí mi Hijo Amado, escúchalo’” (1843 DW).
12. El Padre y el Hijo tienen forma, tienen cuerpos, se parecen. Jesús
testificó: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Del
Hijo la palabra dice que es “el resplandor de su gloria [la del Padre], y la
imagen misma de su sustancia” (Heb. 1:3). José declaró: “Vi a dos gloriosos
Personajes, que se parecían exactamente el uno al otro en características y
semejanza” (1842 JS). José entendió que “el Padre tiene un cuerpo de carne
y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo” (DyC 130:22).
En los Discursos sobre la fe, aprendemos que el Padre y el Hijo poseen “la
misma mente, la misma sabiduría, gloria, poder y plenitud llenando todo en
todo. El Hijo estando lleno de la plenitud, de la mente, gloria y poder, o, en
otras palabras, del espíritu, gloria y poder del Padre”.7
13. El Padre testifica del Hijo y Cristo en verdad es el Mediador. El
Padre aparece para dar testimonio de Su Hijo Amado (Mateo 17:5; 3:17;
3 Ne. 11:7) y después deja que Jesucristo entregue el mensaje debido a que
es el Mediador (1 Tim. 2:5; Heb. 8:6). El Padre claramente dijo a José:
“Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” (JS–H 1:17). De allí, fue el Hijo
quien conversó con José: “José, hijo mío, tus pecados te son perdonados.
Sigue tu camino, anda en mis decretos y guarda mis mandamientos. He
aquí, Yo soy el Señor de gloria. Fui crucificado por el mundo para que
todos los que crean en mi nombre puedan tener la vida eterna” (1832 JS).
14. ¡Jesucristo vive! Es un ser resucitado tal como enseña la Biblia.
Qué día tan hermoso cuando los ángeles proclamaron: “No está aquí,
porque ha resucitado, así como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto
el Señor” (Mateo 28:6; Lucas 24:4 -7). Esa mañana de primavera en 1820,
el Salvador resucitado estuvo delante de José, en medio de “una columna
de luz, mucho más brillante y deslumbrante que el sol en su esplendor
meridiano, cuyo brillo excedía el del sol” (1841 JS). El testimonio que dejó
José fue: “Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de
él, este es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que
vive!” (DyC 76:22). Este es el testimonio que arde en el corazón de cada
creyente a quien el Espíritu ha testificado de la realidad de Jesucristo. ¡Yo
sé que vive mi Señor, Salvador y Redentor! El amor que nos tiene va más
allá de lo que puedan describir las palabras. Él es el “Rey de Reyes y Señor
de Señores” (Apoc. 19:16).
6. Citado en “La naturaleza de la Trinidad”, 35.
7. Smith, José, Discursos sobre la fe 5:2.
207
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
15. Cristo tiene poder para perdonar los pecados. Durante Su ministerio
mortal, Cristo “dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”.
Cuando los escribas cuestionaron en sus corazones lo que había dicho,
Jesús les dijo: “¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son
perdonados, o decirle: Levántate, y toma tu lecho y anda? Pues para que
sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: ¡Levántate!, y toma tu lecho y
vete a tu casa. Entonces él se levantó enseguida y, tomando su lecho, salió
delante de todos” (Mar. 2:5 -12). Las palabras de la boca misma de Jesucristo
en la experiencia de José le enseñaron que Cristo le perdonó sus pecados:
“Tus pecados te son perdonados” (1835 JS). Habiendo recibido la remisión
de sus pecados, José declaró: “Y mi alma se llenó de amor, y por muchos
días me regocijé y sentí gran gozo, y el Señor estaba conmigo” (1832 JS).
16. Jesús es el Salvador del mundo y la salvación se encuentra en Él.
Las Escrituras enseñan “que no se dará otro nombre, ni otra senda ni medio,
por el cual la salvación llegue a los hijos de los hombres, sino en el nombre
de Cristo, el Señor Omnipotente, y por medio de ese nombre” (Mos. 3:17).
Cada uno está “redimido a causa de la justicia de [su] Redentor” (2 Ne. 2:3)
porque llevó a cabo Su sacrificio expiatorio. El Hijo testificó a José: “José,
hijo mío, tus pecados te son perdonados. Sigue tu camino, anda en mis
decretos y guarda mis mandamientos. He aquí, Yo soy el Señor de gloria.
Fui crucificado por el mundo para que todos los que crean en mi nombre
puedan tener la vida eterna” (1832 JS). Todos los que hayan experimentado
el perdón de sus pecados saben que “sus vestidos fueron blanqueados
mediante la sangre del Cordero” (Alma 13:11).
17. Había una apostasía universal y Su Iglesia no se hallaba sobre la
faz de la tierra. Isaías vio los días de la gran apostasía cuando declaró que
las personas “traspasaron las leyes, cambiaron la ordenanza, quebrantaron
el convenio sempiterno” (Isa. 24:5). Las personas de los días de José
Smith hicieron exactamente lo que profetizó Pablo: “No soportarán la sana
doctrina [y] amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán el oído de la verdad y se volverán a las fábulas” (2 Tim. 4:3- 4).
Con su propio estudio, José llegó a creer que “el hombre no se acercaba
al Señor, sino que había apostatado de la fe verdadera y viviente. Y no
había ninguna sociedad ni denominación que estuviera edificada sobre el
evangelio de Jesucristo, tal como se registra en el Nuevo Testamento” (1832
JS). Jesucristo confirmó, con respecto a las iglesias, que “todas estaban en
error; y … que todos sus credos eran una abominación a su vista” (JS–H 1:19).
18. No hay salvación en doctrinas falsas y no debemos unirnos a las
iglesias falsas. Las doctrinas falsas no vienen de Dios, sino del diablo.
Por esta razón se conocen como “doctrinas de demonios” (DyC 46:7) y
éstas son las que se enseñan durante tiempos de apostasía (1 Tim. 4:1). En
los tiempos de José Smith, “todas las denominaciones religiosas creían en
208
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
doctrinas incorrectas; y, en consecuencia, ninguna de ellas era reconocida
por Dios, como Su Iglesia y Reino” (1840 OP). Debido a que eran iglesias
falsas, a José “se [le] mandó expresamente ‘no seguirlas’” (1842 JS). “Y
[en cuanto a] todos aquellos que predican falsas doctrinas … . ¡Ay, ay,
ay de ellos, dice el Señor Dios Todopoderoso, porque serán arrojados al
infierno!” (2 Ne. 28:15).
19. Habría una restauración de Su Iglesia y el Evangelio verdadero.
Isaías profetizó de “una obra maravillosa y un prodigio” (Isa. 29:14) que
se llevaría a cabo. Pedro lo llamó “los tiempos de la restauración de todas
las cosas” (Hech. 3:21). Cuando el Salvador habló a José Smith, le dijo
que vino “para llevar a cabo aquello que se ha declarado por boca de los
profetas y los apóstoles” (1832 JS). Es decir, ya era tiempo para iniciar
la restauración del Evangelio, y el comienzo fue el llamamiento de José
Smith. Dijo él: “Al mismo tiempo recibí la promesa de que la plenitud del
Evangelio se me daría a conocer en un tiempo futuro” (1842 JS). Dios ya
estaba preparado para trabajar a través de Su profeta y levantar “un reino
que no será jamás destruido ni será dejado el reino a otro pueblo; … [que]
permanecerá para siempre” (Dan. 2:44).
20. Los cielos están abiertos de nuevo y Dios habla con Sus siervos,
los profetas. Si Dios habló en los tiempos antiguos, ¿no lo haría también
hoy en día? “No hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a
sus siervos los profetas” (Amós 3:7). La Primera Visión en sí muestra que
Dios habla a Sus siervos escogidos. Algunos de los relatos dicen: “Él me
habló y me dijo” (1832 JS), “Él me dijo” (1835 JS), “me habló, llamándome
por mi nombre” (JS–H 1:17), “Ellos le dijeron” (1842 OH), “me dijeron”
(1842 JS), y “Él respondió” (1843 DW). Nuestro Dios es un Dios vivo y
hablante, no muerto y mudo. Hace que Su voluntad sea conocida a través
de la revelación, sea por Su manifestación y visita personal, por Su voz o
por Su inspiración que viene por medio del Espíritu Santo. Moroni habló
fuertemente en contra de los que creían lo opuesto al escribir: “Y también
os hablo a vosotros que negáis las revelaciones de Dios y decís que ya
han cesado, que no hay revelaciones, ni profecías … . He aquí, os digo que
aquel que niega estas cosas no conoce el evangelio de Cristo; sí, no ha leído
las Escrituras; y si las ha leído, no las comprende” (Morm. 9:7-8). Hoy
en día gozamos de revelación personal e institucional (de la Iglesia). Así
siempre ha trabajado Dios con Su pueblo, y así lo hace nuevamente en esta
última dispensación.
Seguramente existen más verdades que José aprendió aquella mañana
de 1820, pero escribió: “Muchas otras cosas [Dios] me dijo que no puedo
escribir en esta ocasión” (JS–H 1:20). Con este acontecimiento, un
fundamento fue puesto, Dios llamó a un profeta de nuevo para publicar
buenas nuevas, restaurar la Iglesia de Jesucristo y el reino de Dios sobre la
faz de la tierra. Este evento es fundamental porque la Iglesia de Jesucristo
209
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
está edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efe. 2:20).
FUNDAMENTAL PARA NUESTRA FE
Un edificio, por más majestuoso que sea, solo es tan fuerte como su
cimiento. Si éste se debilita, se rompe o se quita, el edificio se derrumba.
¿Debería extrañarnos que haya tantos ataques en contra de la Primera
Visión? Es el fundamento sobre el cual toda esta obra maravillosa, la
Restauración, se sitúa. El presidente Gordon B. Hinckley lo explicó de
esta manera:
Durante más de un siglo y medio, muchos enemigos, críticos y
seudoeruditos han malgastado su vida tratando de refutar la validez de
aquella visión. Por supuesto, no pueden comprenderla. Las cosas de Dios
han de entenderse por el Espíritu de Dios. No ha habido nada que pueda
compararse en magnitud a dicha visión desde que el Hijo de Dios anduvo
en la tierra como ser mortal. Sin esta piedra fundamental de nuestra fe y
de nuestra organización, nada tenemos. Con ella, lo tenemos todo.
Mucho se ha escrito y se escribirá aún para tratar de contradecirla.
La mente finita no puede comprenderla, pero la aseveración del Espíritu
Santo que un incalculable número de personas han recibido durante
muchos años desde que aconteciera, da testimonio de su veracidad, de que
sucedió tal como José Smith lo declaró, de que fue tan real como el mismo
amanecer en Palmyra, de que es una significativa piedra fundamental, una
piedra angular, sin la cual la Iglesia no podría estar “bien coordinada”
[Efe. 2:21].8
El testimonio del presidente David O. McKay también es muy directo
y poderoso:
La aparición del Padre y el Hijo a José Smith es el fundamento de
esta Iglesia. En ello consiste el secreto de su fortaleza y su vitalidad. Esto
es verdad, y así lo testifico … . Se ha contestado el interrogante de lo que
Dios es; la relación que tiene con Sus hijos es clara; es evidente el interés
que tiene en la humanidad a través de la autoridad delegada al hombre.
El futuro de la obra está asegurado. Ésta y otras verdades maravillosas
quedaron aclaradas por aquella gloriosa Primera Visión.9
Además de ser el fundamento de la Iglesia, esta experiencia también fue
el cimiento sobre el cual José edificó su ministerio. Fue fiel a este testimonio
y conocimiento hasta el día en que, “como la mayoría de los ungidos del
Señor en tiempos antiguos, [selló] su misión y obras con su propia sangre”
(DyC 135:3). Ciertamente, “donde hay testamento, necesario es que ocurra
8. Hinckley, La Fe: Esencia de la religión verdadera, 10.
9. [Manual] David O. McKay, 102-103.
210
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
la muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma,
pues no es válido entretanto que el testador vive” (Heb. 9:16 -17).
Sobre los últimos momentos de su vida, y la de su hermano Hyrum
Smith, el élder Jeffrey R. Holland, hablando específicamente del Libro de
Mormón, pero en general de la obra de José Smith que comenzó con la
Primera Visión, dijo estas palabras conmovedoras sobre sus testimonios
inquebrantables de la veracidad de su ministerio: “En ésa, su más apremiante
y última hora de necesidad, yo les pregunto: ¿blasfemarían esos hombres
ante Dios y continuarían basando su vida, su honor y su propia búsqueda de
la salvación eterna en un libro (y por ende en una iglesia y un ministerio)
que ellos hubieran inventado de la nada?” Continuó diciendo:
Olvídense por un momento de que las esposas de ellos están a punto
de convertirse en viudas y sus hijos a punto de quedarse huérfanos;
olvídense de que el pequeño grupo de sus seguidores quedarán “sin casa,
sin hogares y sin amigos” y que sus hijos dejarán huellas de sangre sobre
ríos congelados y desoladas praderas; olvídense que legiones perecerán
y otras vivirán declarando en los cuatro cabos de la tierra que saben
que el Libro de Mormón y la Iglesia que lo proclama son verdaderos.
Descarten todo eso y díganme si en esta hora de muerte, ¿entrarían estos
dos hombres en la presencia de su Juez Eterno, hallando solaz y citando
un libro, el cual, si no fuera la mismísima palabra de Dios, los tildaría de
impostores y charlatanes por la eternidad? ¡Ellos no harían eso! Estaban
dispuestos a morir antes que negar el origen divino y la veracidad eterna
del Libro de Mormón [y de la Primera Visión y de la Iglesia].10
Nuevamente, recordemos las palabras de José: “Yo efectivamente había
visto una luz, y en medio de la luz vi a dos Personajes, los cuales en realidad
me hablaron; y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había visto
una visión, no obstante, era cierto … . Había visto una visión; yo lo sabía,
y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo; por lo
menos, sabía que haciéndolo, ofendería a Dios y caería bajo condenación”
(JS–H 1:25).
CONCLUSIÓN
La Primera Visión, lo que implica, lo que enseña y lo que es, es de
suma importancia. Cada relato de aquella sagrada experiencia nos ilumina
la mente, y el Espíritu Santo testifica al corazón de cualquier persona que
ame la verdad, sobre la veracidad del acontecimiento. Los cielos están
abiertos de nuevo, Dios habla con el hombre, Jesucristo está a la cabeza de
Su Iglesia, y como tal, ha dicho: “Os nombro a mi siervo José para ser élder
presidente de toda mi iglesia, para ser traductor, revelador, vidente y profeta”
(DyC 124:125). “El acontecimiento más grande que se ha verificado en el
10. Holland, “Seguridad para el alma”, 89.
211
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
mundo”, testificó el presidente Joseph F. Smith, “desde la resurrección del
Hijo de Dios del sepulcro y su ascensión a los cielos, fue la visita del Padre
y del Hijo al joven José Smith con objeto de preparar el camino para poner
los fundamentos de su reino—no el reino del hombre—para nunca jamás
cesar ni ser derribado. Habiendo aceptado esta verdad, encuentro que es
fácil aceptar todas las demás verdades que él anunció y declaró durante
su misión de catorce años en el mundo. Jamás enseñó una doctrina que
no fuera verdadera; nunca practicó una doctrina que no le fuera mandado
a obedecer. Jamás defendió el error. Él no fue engañado; él vio; oyó; hizo
lo que le fue mandado hacer; y por tanto, Dios es el responsable de la
obra efectuada por José Smith, no José Smith. El Señor es responsable, no
el hombre”.11
José tuvo que realizar su propia investigación para encontrar la verdad,
sin embargo, al final de todo, solo pudo obtener la respuesta definitiva al
acudir a la Fuente de la verdad. Debido a que todas las cosas espirituales
las conoce Dios, y las puede dar a conocer, su solemne oración ofrecida
en la primavera de 1820 fue clave para poner un punto final a su jornada.
Pudo testificar: “Puedo asegurar a los santos que la verdad … se puede
conocer mediante las revelaciones de Dios … y mediante la respuesta a
la oración”.12 La revelación más grande que dio a conocer la verdad fue la
Primera Visión—la respuesta entregada a la oración simple y humilde de
un joven de catorce años. El testimonio del profeta es poderoso, directo y,
mayor de todo, verídico. Lo acompaña la luz espiritual del cielo. Una vez una
mujer llamada Mary Isabella Hales Horne escuchó al profeta describir “su
Primera Visión cuando el Padre y el Hijo se le aparecieron”. Ella comentó:
“Mientras relataba las circunstancias, el semblante del profeta se iluminó
y un poder tan maravilloso acompañó sus palabras que todos los que las
escucharon sintieron su influencia y poder”.13 ¡Qué experiencia habría sido
escuchar, de la boca misma del profeta, su experiencia sagrada! En nuestro
caso, tenemos sus propias palabras en este libro y en José Smith–Historia.
Podemos, y debemos, leer y escudriñarlas para que permitamos que, de una
manera, José nos cuente su historia.
Si la experiencia de José no fuera verdadera, sería de menor importancia
y las personas no combatirían en contra de ella. “Los cuestionamientos
respecto al profeta José Smith no son nuevos”, indicó el élder Neil L.
Andersen. “Sus críticos los han lanzado desde que esta obra comenzó. A
las personas de fe que, con el conocimiento del siglo XXI, se preguntan
sinceramente en cuanto a sucesos o declaraciones del profeta José de hace
casi doscientos años, les doy un consejo de amigo: Por ahora, ¡démosle
11. Smith, Joseph F., Doctrina del Evangelio, 488.
12. [Manual] José Smith, 445.
13. Horne, “Testimony of Sister M. Isabella Horne”, 6.
212
QUÉ HERMOSA LA MAÑANA
un respiro al hermano José! En el futuro, ustedes tendrán 100 veces más
información de la que se encuentra en todos los motores de búsqueda
combinados de hoy y vendrá de nuestro omnisciente Padre Celestial....
Testifico que José Smith fue un profeta de Dios. ¡Créanlo y sigan adelante!”14
Aunque los ataques son antiguos y gastados, la confirmación del Espíritu
Santo es constante y nueva para cada persona sincera que quiere saber
la verdad—les rejuvenece el alma. Ese mismo Espíritu ha llevado a mi
mente y mi corazón la realidad del llamamiento del profeta José Smith y la
veracidad de su experiencia llamada la Primera Visión.
Dejo mi testimonio, recibido directamente del cielo, que Dios el Padre
nos ama y conoce a cada uno de nosotros, Sus hijos. Él conocía al joven
José mucho antes de ese día de primavera de 1820, desde la vida premortal.
Sabía su nombre y su preordenación para estos últimos días. Sé que el
Salvador, Jesucristo, vive. Él es el Mesías, a través de quien, y solo por
medio de Él, se encuentra la salvación. Es exaltado, estando a la diestra
de Dios y estuvo presente, también a la mano derecha del Padre, cuando
Ellos aparecieron a José Smith. Él está a la cabeza de Su Iglesia, La Iglesia
de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ambos el Padre y el Hijo
tienen cuerpos de carne y huesos como Seres glorificados, exaltados e
inmortales. Ellos ciertamente aparecieron al joven José y, siendo cubierto
del Espíritu Santo, fue protegido y transfigurado para soportar Su divina
presencia. José habló con Ellos, y después Ellos le hablaron. El mensaje
fue comunicado, la bendición de la remisión de sus pecados recibida, la
respuesta de sus preguntas entregada y el llamado profético extendido.
La séptima, y última, dispensación había iniciado, la “justicia [enviada]
desde los cielos” (Moisés 7:62) y la comunicación de Dios al hombre, la
revelación, la luz de la verdad, que quita las nubes espirituales oscuras que
existían durante siglos, se vio de nuevo.
¡Qué gozo saber que Dios habla con el hombre de nuevo! ¡Qué alegría
ver que Él recuerda Sus convenios y cumple con lo que se ha profetizado!
José declaró: “Las cosas de Dios son de profunda importancia, y sólo
se pueden descubrir con el tiempo, la experiencia y los pensamientos
cuidadosos, reflexivos y solemnes. Tu mente, ¡oh hombre!, si quieres
llevar un alma a la salvación, debe elevarse a la altura del último cielo,
y escudriñar y contemplar el abismo más oscuro y la ancha expansión de
la eternidad; debes tener comunión con Dios”.15 José ciertamente tuvo
comunión con Dios, tanto el Padre como el Hijo. Mi oración es que también
podamos tener comunión con Dios, y que el Espíritu Santo deje Su sello
como el Testador, para que obtengamos un testimonio firme que esta es la
obra de Dios—la obra maravillosa profetizada y el prodigio prometido que
14. Andersen, “La fe no es una casualidad, sino una elección”, 66 - 67.
15. [Manual] José Smith, 281.
213
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
comenzó con la Primera Visión. Así podremos siempre exclamar: ¡Qué
hermosa la mañana en la que José vio a dos Seres Celestiales, Dios el
Padre y Jesús!16
16. Véase Himnos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (1992), 14.
214
APÉNDICE
¿CUÁNDO SUCEDIÓ
LA PRIMERA VISIÓN?
¿Cuándo sucedió la Primera Visión? Esta es una pregunta que muchos
se han hecho. Se tiene que admitir desde un principio que no hay una fecha
específica, oficial o exacta, en la que sucedió la Primera Visión.1 José nunca
anotó la fecha, pero como ya hemos leído hasta este punto en este libro,
José tampoco anotó nada en cuanto a sus experiencias sino hasta que Dios
mandó que lo hiciera (véase la introducción del Capítulo 3 ). A pesar de
no tener una fecha exacta, en este Apéndice veremos alguna información
existente que nos podría ayudar a ver, posiblemente, el día mismo en
que ocurrió la Primera Visión. Lo que se comparte a continuación viene
principalmente de dos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días, ambos con doctorados, John C. Lefgren y John P. Pratt.
Algo interesante es que ambos llegaron a la misma conclusión, la misma
fecha, pero utilizando dos métodos y estudios completamente diferentes.
Con respecto a los estudios, el Dr. Pratt hizo un estudio sobre el
Calendario de Enoc (detallado en el Libro de Enoc). No se dará un
resumen de su estudio aquí, pero él llegó a la fecha del primer día del
primer Gran Año de 364 años dentro de ese calendario. La fecha, según
nuestro calendario, es el 26 de marzo de 1820. Al enterarse el Dr. Lefgren
del estudio del Dr. Pratt, y sabiendo que Enoc profetizó de los últimos días
y la Primera Visión, decidió probar esa fecha contra los registros del clima
del área cerca de Palmyra. Después, concordó que debió haber sucedido el
26 de marzo de 1820. De este estudio se dará un resumen aquí. Todos los
detalles de los estudios de ambos hermanos están reunidos y organizados
en un sitio web (https://march26th1820.com). Casi toda la información a
continuación viene del estudio del Dr. Lefgren.2
1. Esto no significa que posiblemente haya un documento todavía no encontrado en los
archivos de la Iglesia que tenga la fecha exacta. Hay ciertos documentos que fueron encontrados
ciento y cincuenta años después de haberse escrito. Simplemente en este momento no hay uno
que contenga ese detalle.
2. Véase https://march26th1820.com. No puedo tomar el crédito de la información en este
Apéndice. He decidido compartir algo de su estudio aquí porque no se encuentra en español y
sus argumentos son bien fundados y acompañados de muchas referencias.
215
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
PRINCIPIOS DE LA PRIMAVERA
La Primera Visión sucedió cuando José tenía catorce años de edad. Él
nació el 23 de diciembre de 1805. Por lo tanto, cumplió los catorce años
el 23 de diciembre de 1819 y la primavera de 1820 habría sido la única
primavera en la que José tenía catorce años. En el relato oficial (1838
JS), José dijo que “fue por la mañana de un día hermoso y despejado, a
principios de la primavera de 1820” (JS–H 1:14). La primavera de 1820
duró entre las fechas del 20 de marzo hasta finalizar la madrugada del 21
de junio—unos 93 días (aunque en Norteamérica, según un punto de vista
meteorológico, los meses enteros de marzo, abril y mayo se consideran
primavera). Sabiendo esto, se supone que la Primera Visión debió haber
sucedido en alguna fecha entre el 1 de marzo hasta el 23 de abril. Hemos
notado que el élder Orson Pratt dijo que José Smith “tenía unos catorce años
y cuatro meses de edad” cuando tuvo la Primera Visión.3 Si tomamos esta
información al día, entonces, sabiendo que José nació el 23 de diciembre
de 1805, la fecha que tendríamos es el 23 de abril de 1820. Interesante
es darnos cuenta que ese día era un día domingo. Sin embargo, hay más
información para ir “filtrando” las posibles fechas para encontrar la fecha
de la Primera Visión.
En el año 1818, un hombre llamado Dr. Joseph Lovell fue nombrado
cirujano general de los EEUU. En 1819, el Dr. Lovell instruyó a varios
militares oficiales médicos a anotar tres veces al día sus observaciones
meteorológicas. En el año 1820, Dr. Lovell juntó todos los informes
meteorológicos escritos a mano de los primeros cuatro meses del año de
varios puestos del ejército (unos dieciséis lugares en total). Estos informes
contenían las temperaturas del clima de cada día, tres veces al día. Fue
la primera vez en la historia del mundo que estos datos, una colección
sistemática del clima nacional, fueron recopilados. Luego fueron publicados
en un periódico llamado el National Intelligencer. Además, los microfilmes
se encuentran en los archivos nacionales de los EEUU en College Park,
Maryland.
¿Por qué es importante el clima y qué tiene que ver con la Primera
Visión? Recordemos que José dijo que “fue por la mañana de un día
hermoso y despejado” (JS–H 1:14; cursiva agregada). En Sackets Harbor,
una instalación militar a distancia de unos 160 kilómetros de Palmyra,
Nueva York, el Dr. W. Wheaton tuvo la responsabilidad de realizar su
informe del clima del área. Siguiendo las instrucciones del Dr. Lovell,
anotó la temperatura del área tres veces al día (a las 7am, las 2pm y las
6pm) y también explicó cómo era. Desde el 1 de marzo hasta el 15 de abril
de 1820, había veintidós días que tuvieron una mañana “despejada”. Con
respecto a un día “hermoso”, había un periodo de cuatro días, comenzando
3. Journal of Discourses 12:353.
216
¿CUÁNDO SUCEDIÓ LA PRIMERA VISIÓN?
el jueves 23 por la noche hasta el domingo 26 por la noche, que eran días
despejados con la temperatura más alta. Durante estos días, la temperatura
varió de entre 7 a casi 18 centígrados (44 a 64 grados Fahrenheit). Estos
días claramente caen “a principios de la primavera de 1820” y se pueden
considerar como “un día hermoso y despejado” (JS–H 1:14). Es interesante
hacer notar que el día domingo 26 de marzo fue el día más caluroso de
la primavera y es aún más interesante saber que el Dr. Wheaton escribió
en su diario que, en ese día, “los cielos estaban despejados y el clima era
hermoso”. Veamos ahora otro factor que corresponde con el clima y es un
resultado directo de dicho clima: la producción de azúcar de arce.4 Esto
también nos ayuda a posiblemente encontrar el día en que aconteció la
Primera Visión.
AZÚCAR DE ARCE
La familia Smith produjo azúcar de arce de los árboles de arce en la
arboleda que estaba detrás de su casa en Palmyra. El azúcar que daban los
árboles de arce era básicamente la única fuente de azúcar en aquellos días.
Lucy Mack Smith, la madre de José, escribió: “En la primavera después
de mudarnos a la granja, comenzamos a producir azúcar de arce, del cual
hicimos un promedio de mil libras [454 kg] por año”.5 Este era su trabajo
en la primavera y este trabajo depende mucho del clima. Esta cosecha del
azúcar de arce sucede en el principio de la primavera. El flujo de la savia de
arce se rige por un ciclo de temperaturas de congelación y descongelación.
Esto significa que las temperaturas tenían que bajar a menos de 0 grados
centígrados y subir arriba de 0 grados centígrados para que pudiera producir
la savia y después convertirla en azúcar. En el informe del clima que hizo el
Dr. Wheaton, entre las fechas del 13 de marzo hasta el 22 de marzo, el clima
permitía que hubiera un flujo constante de savia de arce de los árboles.
Entre estas fechas, los Smith habrían producido la mitad del azúcar de
ese año.
Para poder producir 454 kilogramos de azúcar, como lo mencionó
Lucy Mack Smith, toda la familia Smith debió haber trabajado fuertemente
en esos días de marzo, especialmente entre el sábado 18 y el sábado 25. La
temperatura era ideal hasta el día viernes 24. Durante toda esta semana la
familia habría trabajado entre 16 a 20 horas al día para poder seguir el ritmo
del flujo de la savia de arce. Habrían tenido que dejar fuegos encendidos
4. En inglés es “maple sugar”. Otras posibles traducciones son: jarabe o miel de arce (o de
maple). Inclusive, en algunos países quizás se utilice la palabra “sirope”. El verdadero jarabe de
arce proviene de las provincias de Quebec, Ontario y Marítimas de Canadá y de los estados de
Nueva Inglaterra, del noreste de los EEUU.
5. Proctor y Proctor, The Revised and Enhanced History, 88 TL. También véase Enders, “The
Sacred Grove”, 15.
217
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
durante las 24 horas del día hasta el día sábado 25 de marzo para poder
producir el azúcar. Debido a que después de 30 horas con la temperatura
estando más allá de los 0 grados centígrados habría parado el flujo de la
savia de arce, el siguiente día, el domingo 26 de marzo, los miembros de
la familia Smith, estando exhaustos, habrían descansado. Ya no habría la
necesidad de trabajar ese día, ni de tener un fuego encendido para hervir el
agua para después hervir la savia. Pensando en lo que tenían que hacer entre
semana con respecto a los árboles y la necesidad de cortarlos para tener
leña para los fuegos, tiene sentido lo que José comentó en su entrevista con
David Nye White en 1843, que él específicamente había salido “hacia la
arboleda donde mi padre había hecho un claro, y fui al tocón donde había
dejado clavada mi hacha cuando terminé de trabajar, y me arrodillé y oré”
(1843 DW; para más información, véase Fui al tocón donde había dejado
clavada mi hacha cuando terminé de trabajar en el Capítulo 11).
Al tener las temperaturas más altas durante los días viernes 24 al
domingo 26 (el domingo siendo el día más caluroso de la primavera de
1820), habría sido el día ideal para que José fuera a la arboleda para estar
solo y ofrecer su oración. Además, era el día domingo, el día de reposo, el
día del Señor. Después de varios días largos y pesados de trabajo, este día
domingo por fin le dio a José la oportunidad de relajarse y enfocarse en las
cosas de Dios. José ya había apartado el lugar exacto, allí “donde había
dejado clavada [su] hacha cuando [terminó] de trabajar” el día anterior
(1843 DW). Por fin pudo seguir el consejo de Santiago y pedir sabiduría
directamente a Dios para poder encontrar las respuestas que buscaba—la
remisión de sus pecados y saber a qué iglesia debía unirse.
CONCLUSIÓN
Viendo las evidencias, las “cosas pequeñas y sencillas” (Alma 37:6),
parece claro que había tres días en los que José pudo haber entrado a la
arboleda y experimentado el acontecimiento más grande que haya sucedido
desde la expiación y resurrección de Jesucristo. Estos tres días son el
viernes 24, el sábado 25 y el domingo 26 de marzo. Tomando en cuenta lo
que se menciona arriba, los días viernes y sábado los Smith habrían estado
sumamente ocupados recogiendo la savia de arce y después hirviéndola.
Por lo tanto, el único día que pudo haber sido, según su horario de trabajo,
la temperatura y el clima, cuando José entró a la arboleda a orar, es el día
26 de marzo, un día domingo.
El 26 de marzo de 1820 fue el día más caluroso de la primavera, y,
nuevamente según el diario del Dr. Wheaton, en ese día, “los cielos estaban
despejados y el clima era hermoso”. Esto concuerda casi palabra por
palabra con lo que escribió José Smith, que la Primera Visión sucedió “por
la mañana de un día hermoso y despejado, a principios de la primavera
de 1820” (JS–H 1:14). Despejado y hermoso—así fue el día 26 de marzo
218
¿CUÁNDO SUCEDIÓ LA PRIMERA VISIÓN?
de 1820. Durante esa mañana, José habría entrado a la arboleda mientras
hacía unos 15 o 16 centígrados (la temperatura máxima del día llegando
a casi 18 centígrados). Parece que fue ese día que José pudo “elevar al
Señor una ferviente oración” (1835 JS) y “el Señor escuchó [su] ruego
en aquel lugar solitario” (1832 JS). Ofreció los deseos de su corazón al
Todopoderoso, y como consecuencia, como lo relató él: “Vi una columna
de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz
gradualmente descendió hasta descansar sobre mí … Al reposar sobre mí
la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no
admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y
dijo, señalando al otro: Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” (JS–H 1:16 -17).
219
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ÍNDICE ALFABÉTICO
Nota: Si una referencia contiene una “n”, ésta significa “nota”.
Por ejemplo “129 n11” significa “la nota 11 al pie de la página 129”.
Para ahorrar espacio, “JS” significa “José Smith” y
“PV” significa “Primera Visión”.
A
Adoración: de serafines y ángeles, 16, 39; a
Dios, 23, 39, 90, 138; delante del trono,
39, 169; en espíritu y en verdad, 54, 196;
Satanás busca la, 88; falsa, 90, 93;
enseñanza de la, 135
Aflicciones: profundidad de las, 160; ser
paciente en las, 162
Agua: del diluvio, 8; del mar Rojo, 9;
bautismo, 10 -11; voz de Dios como
muchas, 39; árbol planteado junto a, 104;
hervir, 218
Albedrío: agentes del Señor, 10; en la vida
premortal, 29; propio agente, 137
Alma(s): buenas y nobles, 9, 28, 94; de
Abraham, 20; salvación de las, 29, 101,
161, 213; Moisés vio todas las, 31;
bienestar del, 54-55, 101, 145; inmortal,
54, 67, 84, 103, 145; lleno de amor, 55,
62, 98, 186, 200, 208; transgresión causa
heridas al, 55, 63, 201; Espíritu quema lo
impuro del, 59; a la diestra de Dios, 67;
la palabra ensancha al, 85; Espíritu Santo
testifica al, 98 n31; derramar en oración,
102, 123, 128, 138, 197; ardiente, 123, 128,
197-198; paz para el, 133; agonía de, 160;
Espíritu Santo rejuvenece el, 213
Alma hijo (el profeta): sobre la vida
premortal, 11-12; visitó a José, 38;
imperfecto, 63-64; vio a Dios, 74; y la fe,
85; y los misterios de Dios, 94; y nacer
de nuevo, 109; y misericordia, 130; la
experiencia de JS con la de, 130, 133
Amonestación: y el llamamiento de los
profetas, 13, 22-24; y el llamamiento
de JS, 42
Aarón: portavoz, 9; llamado, 12; sacerdocio
de, 40, 61, 148; casa de, 40; Dios apareció
a, 131
Abominación: cubría la mente humana, 54,
56-57, 195; y credos, 92- 93, 134, 141, 184,
199, 208; y fornicaciones, 125
Abraham: preordenación, 8-9, 29; linaje de
9; llamamiento de, 14-15; y el concilio,
14-15, 28, 94; vio a Dios, 15; recibió
autoridad, 18; comisión de, 20; padre de
muchas naciones, 20, 23; adoró a Dios,
20; halló reposo, 20; su amonestación,
23; cabeza de una dispensación, 26, 203;
JS era descendiente de, 29, 33; talento
espiritual, 29; él conocía a JS, 37; el
Evangelio de, 40; su posteridad tendría el
sacerdocio, 42; libro de, 65, 72; Dios
habló con, 91
Acciones: santas, 54; de meditación, 56; de
seguir las Escrituras, 85; y reverencia,
154; la mano simboliza nuestras, 169
Adán: profeta de Dios, 7, 18; lenguaje de, 7;
Enoc ordenado por, 18; primer hombre,
18; línea de autoridad desde, 18; cabeza
de una dispensación, 26; él conocía a JS,
30, 37; profetizó en Adán-ondi-Ahman,
30; es Miguel, 30, 203 n3; no moría hasta
poder arrepentirse, 74; formado a imagen
de Dios, 90; y Eva, 128; el Evangelio y
las ordenanzas son iguales desde,
136-137; es el Anciano de Días, 168;
segundo en poder, 202-203, 203 n3
227
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Amor: hacia JS, vi; Dios muestra, 11, 204;
alma llena de, 55, 62, 98, 186, 200, 208;
fruto del Espíritu, 62; Dios es, 62;
desesperación destruye el, 87; Dios es
amoroso, 90, 99, 105, 173 n15, 206;
supuesto, 114-115; dudas nos priven de,
129 n11; vencer al mundo por, 161;
impresión de, 168; perfecto, 171; el de
Dios, 207
Andersen, Neil L.: consejo sobre las críticas
de JS, 212-213
Ángeles: Moroni, 1, 34, 168; del diablo, 2,
95, 130 n12; arcángel Miguel, 14, 30, 203
n3; trono de Dios rodeado de, 16, 39, 74,
169; ministraron a Cristo, 17; alrededor
de nosotros, 22, 160; legiones de, 24;
ministerio de, 41; en la tumba de Cristo,
49; María vio a un, 63; JS vio, 66, 67,
74-75, 76, 182, 200; declaran el
arrepentimiento, 74; alaban a Dios, 74;
con ‘A’ mayúscula, 75; como testigos,
75; Satanás como caído, 87, 95; muestra
una visión a Nefi, 124, 146; visitaron a
niños, 154; moran en el cielo, 167; se
visten de blanco, 168; visitas de, 172;
Cristo vendrá con, 202; proclamaron la
resurrección de Cristo, 207
Antiguo Testamento: los profetas del, 7-25;
la palabra ‘secreto’ en el, 13 n8; términos
en el, 72 n12; Cristo es Jehová, 91
Año 1820: Dios habló con JS en, 3; era de la
Restauración, 27, 142; JS vio a Dios, 43,
60, 207; primavera del, 50, 58, 83, 85,
202, 216-217; año de la PV, 78, 85, 202,
215-219; y agitación religiosa, 80-81, 154;
la Iglesia de Cristo no estaba sobre la
tierra en el, 111
Apariencia: gloria de Dios, 71; falsa, 81; de
piedad, 91, 93, 184, 199
Apostasía / apóstatas: no hay profetas en la,
7; Isaías enseña sobre, 21, 208; la Iglesia
cayó en, 27, 146; alejarse de la fe, 54, 56,
195, 208; en Kirtland, 77, 144; de líderes,
78; resultados de, 82, 104, 125;
cristianismo, 89; universal, 92, 208;
iglesia que surgieron después de, 125;
relato de 1838 escrito para los, 141;
requiere una restauración, 142, 147;
convenio sempiterno quebrantado, 145;
pueblo en, 184; y doctrinas de demonios,
208-209
Apóstoles: escuchar sus palabras, vi;
fundamento de la Iglesia, 7, 105, 209-210;
designación como, 17-19, 39 -41; Pablo,
17, 148 n11; significado, 17; recibieron la
autoridad, 17; y Moisés, 18; y Jeremías,
18-19; Cristo, el principal, 19; enviados
por Cristo, 19; y su misión, 22;
entregados, 24; Cristo constituyó, 24; son
necesarios, 24; JS recibió visitas de, 37;
los doce de 1835, 52 n2; Cuórum de los
Doce, 65, 100, 121, 157; revelación cesó,
según, con los, 96-97, 118, 200; testigos
especiales, 121; Pedro, 124, 128; Iglesia
de Cristo tiene, 126; pescadores llamados,
142-143; oficio de restaurado, 149; JS
enseñó a los, 161; Jacobo, 165-166; como
prototipos, 203; JS como, 203
Árbol/es: decaído, 99; luz tuvo efecto en,
102, 108, 182; plantado junto a agua, 104;
copas de, 108, 198; tipos de en la
arboleda, 108; de la vida, 124; fuego
sobre los, 164, 171, 182; y arce, 217
Arboleda: misioneros enseñan sobre, 3 n2;
Sagrada, 48, 84, 89, 155, 173, 204; la
razón porque JS entró a la, 58, 61, 130,
156; JS se dirige a, 66, 68, 102, 106, 197;
y Lucy Mack Smith, 68; JS oró en, 70,
84, 164; el adversario estuvo en, 71, 205;
y orar vocalmente, 85-86; localización
de, 86, 217; se iluminó, 102, 198;
descripción de, 108; JS oró muchas veces
antes de entrar a la, 128; JS inspirado
a ir a la, 138, 166, 170; un claro en la,
153, 155
Arce: árboles de, 108, 217; azúcar de, 156,
217-218
Armonización: de todos los relatos, 191-201
Arrepentimiento: condiciones de, 10, 169;
declarar el, 20, 41; Dios es
misericordioso con el, 21; deseo para el,
57; contristados para, 57; ángeles
declaran el, 74; tiempo para el, 103; la fe
y el, 104; de JS, 133; JS entendió qué era
el, 147
Atacar / ataque: el diablo a JS, 70, 88, 95,
99, 130, 166, 197-198, 204; de los críticos,
74, 139; de dudas, 128-129, 166, 180;
Satanás nos ataca, 130; del adversario, 133;
el mensaje de JS, 159; el diablo a los que
estorban su reino, 205; contra la PV, 210
Atributos: de Dios, 58, 109-110
228
ÍNDICE ALFABÉTICO
Autoridad: Dios da, 17, 25, 42; profetas
reciben, 17, 25; de varios profetas, 17-19;
el sacerdocio es la de Dios, 20, 110; JS
tuvo, 33, 34, 147; cómo JS recibió, 40-41;
investidura divina de, 73-74, 185 n10;
llaves de, 89; la Iglesia debe tener la,
106; mundo cristiano sin, 110; enseñar
con, 137; y el poder de la divinidad,
139-140; Dios tiene, 140; JS habló con,
148; apostólica, 148 n11; orden de, 202-203,
203 n3; delegada al hombre, 210
Avivamiento: tono de, 53; reuniones de, 55,
80-81, 154, 164; ciclón religioso, 80; y un
discurso dado, 127
enseña que Jehová guio a Su pueblo, 71;
JS estudió la, 84, 155; no se pudo
resolver el problema con la, 84-85;
creemos en la, 92-93; no tiene todo lo
que Dios ha dicho, 97; enseña que Dios
habla, 118; traducción inspirada, 124, 147;
enseña que Cristo vive, 207
Boca: de Isaías, 16; de Enoc, 17, 23; de
Ezequiel, 21; de Jeremías, 23; de JS,
66-67, 87, 166, 197-198, 212; de Dios, 90,
94, 128, 203, 208; honrar con la, 93.
Brazo: de misericordia, 74; de la carne, 93,
104, 142; débil, 158; de Dios, 164,
168-169, 198; símbolo del, 169; santo,
169; desnudar el, 169
Brown, Matthew B.: sobre JS y la Iglesia
verdadera, 57
Burlarse: de JS, 42; de Pablo, 95, 201; de
Cristo, 165
B
Babilonia: caerá, 104
Backman, Milton: sobre los relatos, 50;
sobre las reuniones de avivamiento,
80-81; estadísticas bautismales, 154
Bautismo: Juan a Cristo, 10; por qué Juan
bautizaba, 11; en el nombre del Padre
etc., 22; si Cristo lo hizo o no, 49; de
Frederick Williams, 53 n4; con fuego,
59; solo un, 67, 126; del eunuco, 103; una
ordenanza, 106; tentaciones después del,
107; por inmersión, 126; por los muertos,
148; números de, 154; de Alexander
Neibaur, 163
Bautistas: reuniones de avivamiento, 80,
127; verdad entre los, 146; bautismos en
la iglesia, 154
Bednar, David A.: y pedir con fe, 170
Bendiciones: del Evangelio, 20, 33; la
última de Adán, 30; nobles buscan de JS,
42; de bebés, 106; especial, 123, 131, 184,
199; en Nauvoo, 147; y la plenitud del
sacerdocio, 149; de recibir la visita de
Dios, 206; remisión de pecados, 213
Benson, Ezra Taft: sobre la PV, 3; sobre el
orgullo, 82-83
Biblia: los que la tienen, deben tener
profetas vivientes, 3 n2; habla de la
existencia de los profetas, 7-8; sobre los
profetas, 8-25; confirma la relación de
Abraham con Dios, 15; y dispensaciones,
26 n1; palabra declarada, 31; en alemán,
36-37; los principios del Evangelio en la,
41; Rigdon discursa sobre la, 41;
diferencias en la, 49-50; estudiar la, 67;
C
Caída: naturaleza, 62; revelación desde, 91;
de Lucifer, 124; verdades recibidas por
José, 148
Camino: preparar el del Señor, 10, 35, 36,
111, 212; con pruebas, 22; correcto, 67,
81, 104; propio, 104, 147; uno solo hacia
Dios, 126
Características: del llamamiento, 13; del
orgullo, 82; el Padre y el Hijo se parecen
en, 102, 109 -110, 123, 136, 143, 168, 199,
207; de la Carta a Wentworth, 134 -135;
de Dios, 167
Cárcel: de Liberty, 77, 150; de Carthage, 160
Caridad: amor puro, 62; debemos tener, 98;
el Padre es lleno de, 173 n15
Carne y huesos: Dios tiene un cuerpo de, 89,
109, 167, 207, 213
Carta: de JS a W.W. Phelps, 53; a
Wentworth, 101, 122, 134, 134 n2, 152 n1;
de Orson Pratt a JS, 121; de Joseph
Young, 168
Casa del Señor (véase Templo)
Cautivos: en Egipto, 9; en una tierra ajena,
21; y el Faraón, 23; el diablo quiere
hacernos, 128
Celestial: Seres, 2, 60, 123, 131, 143, 168,
173, 199; Cabeza, 7; gloria o reino, 17
n13, 39, 71, 124, 147, 149; concilio, 28-29;
mensajeros, 39, 42; visión, 55, 102, 136,
229
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
172, 182-183, 198; ángeles como testigos,
74, 75; orden, 92; luz, 107; confirmación,
127; matrimonio, 148; visitas, 158
Ciego: de mente, 12, 21; Pablo, 39; Cristo
sanó a un, 103
Cielo(s): viii, 3, 10, 13-14, 16 -17, 27, 30, 38,
42, 59-60, 74, 87, 89, 93, 94, 106, 125,
137, 139, 142, 148, 158, 167, 169, 172, 196,
205-206, 209, 212, 213
Circunstancias: relatos preparados bajo
diferentes, 48-49, 188, 192
Comisión: y el llamamiento de los profetas,
13, 19-22; y el llamamiento de JS, 41- 42;
JS había recibido una de Dios, 52 n1
Comparaciones: 14, 20, 30, 46-47, 55, 93,
102, 118, 131, 190, 192, 221, 224, 230,
242, 246, 258-259, 306-310
Concilio de los cielos: vida premortal, 10, 13
n8, 202; visión del, 13; asignaciones
dadas en, 13; y Abraham, 14, 28; e Isaías,
16; y Jeremías, 16; JS sobre el, 28-29;
Brigham Young sobre el, 29; JS escogido
en, 36; Cristo sostenido en, 202
Condenación: al mundo, 22, 62; el pueblo
bajo, 41; Cristo y los credos, 93; JS bajo
si negaba su visión, 96, 98, 201, 211;
Cristo a los malvados, 164
Confiar: el Evangelio a un hombre, 37; al
trono de gracia, 58, 128; en Dios, 64, 104,
137-138, 157, 166; en las promesas de
Dios, 69; no en el hombre, 93, 101, 104,
142; detalles del élder Hyde, 122; líderes
en sí mismos, 125; JS perdió en los
hombres, 127; no hay en dudas, 129; en la
presencia de Dios, 130
Confusión: Dios no es de, 25, 115, 135, 137;
salir de, 68; gran, 79, 81, 85, 194; como
resultado de la apostasía, 104; casa de
Dios no es de, 115; entre las religiones,
137, 143, 178, 194
Conocimiento: viii; perfecto, 2, 131; Dios da,
2, 63, 111, 158; de los judíos, 11; profetas
tenían sobre JS, 30-38; más si no
endurecemos los corazones, 48; de la
verdad, 69, 123; del Espíritu Santo, 98
n31, 124, 125, 146; ponerlo en práctica,
105; Dios tiene todo, 105, 140; buscar por
estudio y fe, 127; de JS, 147-148, 203
Consecuencias: 56, 114, 126, 129, 159, 167,
170, 227
Consejo: de Dios, 12, 13, 37, 71; buscarán de
JS, 42; de Pablo, 67; del élder Hales, 84;
de JS, 98; del presidente Uchtdorf, 129
n11; de Santiago, 143, 165-166, 218; de
Pedro, 205; del élder Andersen, 212
Consuelo: a Adán, 30; acudir a Dios para
recibir, 107; JS recibió, 173, 186; el autor
necesitaba, 206
Contención: de la humanidad, 54; entre
iglesias, 79, 122, 126, 194, 195; no se
puede enseñar el Evangelio con, 84;
espíritu de, 81; y confusión, 115
Contexto: Jeremías 30, 35; de la PV, 48-49;
de los relatos, 52-53, 57, 65-66, 77-78,
100 -101, 113-114, 121-122, 134-135, 144,
152, 163; de DyC 84, 139
Convenio: pueblo del, 7, 23, 26, 32, 37, 127,
147, 202; conocimiento de los, 31;
restaurados al, 34; sempiterno, 34, 111,
142, 144, 146, 170, 208; cumplir con los,
61; del sacerdocio, 147; del matrimonio,
149; la mano simboliza, 169; restaurados
por Dios, 169; Hijo del, 169; Dios
recuerda, 213
Coray, Howard: como escriba, 47, 113, 120;
declaración firmada, 113
Corazón: Espíritu habla al, vi, 2, 50, 98, 132,
164, 211; endurecido, 12, 19, 21, 22; la
palabra penetra el, 33, 84, 115, 196;
dedicar el, 35; puros de, 42; alejado, 56,
104, 170, 199; no había entrado al de JS,
57, 83, 92, 118; y meditar, 63, 124, 128,
145, 200; Satanás irrita el, 81-82, 119;
que miente, 93; derramar en oración,
106 -107, 117, 206; orgullo del, 125; deseos
del, 128, 219; lleno de fe, 128; limpio,
131; confiar en Dios con todo el, 137;
maldad del, 142; los rectos abren el, 165;
testimonio del, 207
Cordero: de Dios, 10; inmolado, 10; sin
mancha, 11; adorar al, 39, 169; Iglesia del,
124, 146; sangre del, 168, 205, 208.
Cosecha: de azúcar de arce, 217
Cowdery, Oliverio: recibió llaves, 18, 40; vio
a Cristo, 39; vio Juan el Bautista, 40; vio
a Pedro, Santiago y Juan, 40; testigo
especial, 148 n11; experiencia de, 165
Credo: abominables, 91, 93, 135, 141, 184,
191, 208; varios, 92; sectas creen en,
92-93; de los hombres, 93; no
concuerdan con el Evangelio, 172
230
ÍNDICE ALFABÉTICO
Cristiano/ismo: Enoc, un enigma para los, 14;
aceptan siete dispensaciones, 26, 26 n1;
ministros, 65, 172; iglesias, 81; apóstata,
89; sin autoridad, 110; y la Trinidad, 157
Cristo (véase Jesucristo)
Crítica/os: 4, 49, 50, 52, 56, 57, 58, 59,
72, 73, 74 -75, 80-81, 92, 139 -140, 192,
210, 212
Crucifixión / Cruz: muerte por, 24; Cristo
enviado para ser, 22, 62; Cristo fue, 55,
61, 74, 199, 207, 208; Nefi vio la, 124;
Cristo murió sobre, 157
Cuatro partes de la tierra: recoger los
escogidos, 31; llaves para recoger a
Israel, 40
Cuello: de una vaca, 97; de Dios, 167
Cuerpo(s): asamblea, 13; de Cristo, 24;
cambio en el de JS, 59; el Padre y Cristo
tienen, 89-90, 99, 167, 172, 207, 213; de
carne y huesos, 89, 93, 167, 213; imagen
de su propio, 90, 167; creencia falsa que
Dios no tiene, 94; glorificado, 109, 167;
tres nefitas, 139; el Padre del de Cristo,
157; humano, 159, 172; de JS y Hyrum,
160; sin fuerzas, 171
Cumorah, Cerro: 166
Cuórum de los Doce Apóstoles: 65, 100,
121, 157
Destrucción: mensaje de, 21; de los inicuos,
36; repentina, 86, 197
Diablo (véase Satanás)
Diario: de George Laub, 36; JS no guardó
uno detallado, 52; primero de JS, 53, 65;
y Warren Parrish, 65-66; anotaciones en
el de JS, 75, 77; de Nueva York, 80-81;
de Levi Richards, 144-145; de Alexander
Neibaur, 163 -164; de John Murdock,
167-168; de Dr. Wheaton, 217, 218
Dibble, Philo: y su experiencia con “La
Visión”, 159
Diluvio: y Noé, 8, 28; justicia y verdad
como un, 31
Dios (véase Padre Celestial)
Discípulo(s): recibieron autoridad, 19; hacer
de todas las naciones, 22; entendieron
sobre Juan el Bautista, 36; verdaderos, 98;
promesa de Cristo a los, 111; Cristo les
enseñó un Evangelio, 137; tres nefitas, 139
Discursos: de JS, 2, 36, 144; de Sidney
Rigdon, 41; de George Lane, 96, 127; de
Orson Pratt, 103; de George Adams, 144
Dispensación: del Evangelio, 10; la última,
22, 29, 30, 36, 37, 106, 148, 202, 209,
213; hay siete, 26; del cumplimiento de
los tiempos, 26, 33, 38, 40, 43, 47, 74,
142, 155, 157, 169; generación, 32, 203;
del evangelio de Abraham, 40; Dios
envía una, 92; Iglesia organizada, 110;
cabezas de las, 202-203
Divisiones: entre la gente, 1, 54, 79, 193; y
las creaciones de Dios, 15; en la familia
de JS, 82; no hay con Cristo, 82, 136;
no debe haber en la Iglesia, 135, 195;
en doctrina, 136
Doctrina: de revelación, viii; falsas, 1, 67, 93,
125, 135, 141, 199, 208-209; se debe
enseñar, 22; en la Biblia, 41; de
salvación, 43; la Expiación es central,
61-62; diferentes, 67, 101, 125, 136; una
doctrina, 68, 126, 194; establecer propias,
80, 195; de Cristo, 81-82, 123, 132, 157;
credos no son, 93; Dios es fuente de, 93;
verdadera, 132, 133, 199, 202; de los
hombres, 154, 199; PV refuta la de las
iglesias, 172; Iglesia de Cristo contiene
Su, 173
Doctrina y Convenios: y Abraham, 18; sobre
JS, 34; y mandatos de Dios, 41; primera
edición, 65; sobre 93:29 de DyC, 109;
CH
Cheesman, Paul: encuentra el relato de
1832, 48
D
Daniel: interpreta un sueño, 27; se quedó sin
fuerzas, 172
Debilidades: de la juventud, 63; Cristo
tomó sobre Sí, 88; fuerzas se convirtieron
en, 172
Decisiones: secretas, 13 n8; informadas, 67;
nos acercan a o alejan de Cristo, 67; la de
JS de ir a la arboleda, 68, 87;
importantes, 87; no confiar en las del
hombre, 101, 104; de publicar la Carta a
Wentworth, 134
Desafíos: con el adversario, 53, 107;
“provocar”, 107
Desnudo: el brazo, 168-169
231
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
sobre 84:19-22 de DyC, 139 -140;
revelaciones poderosas, 147; sobre 18:9
de DyC, 148 n11; Sección 76, 158 -159;
Sección 21, 203
Don del Espíritu Santo: inefable, 2; negar,
93; se otorga el, 126, 147; los SUD tienen
el, 127
Dones: del Espíritu, 106; divinos, 129 n11
Duda(s): al saber de varios relatos, 48; no
hay en respuestas de Dios, 83; JS la
experimentó en la arboleda, 87; Satanás
llenó la mente de JS con, 117, 123, 129,
133, 180, 198; no hay fe y, 129; presidente
Uchtdorf sobre, 129 n11; actuar con fe
sin, 165; ataque de, 166
de los profetas modernos, 124; restauradas,
132; de cielos sellados, 172-173
Escribas: del tiempo de Cristo, 24, 36, 56,
208; Howard Coray, 47 n2, 113; John
Whitmer, 52; Frederick G. Williams, 53;
Warren Parrish, 65-66; George Robinson,
77; James Mulholland, 77
Escrituras: y el espíritu de inspiración, 7;
sobre la preordenación, 8-12; sobre los
llamamientos de los profetas, 13-24;
tiempo de restauración, 27-28; sobre JS,
30 -38; JS las escudriñó, 55-56, 67, 83,
84, 145, 155, 188, 193; escudriñar, 56, 84,
104, 124, 127; una visión más bella de,
88; proceden de Dios, 104; claras para
enseñar, 115; interpretación de, 116, 139 -140;
meditar las, 124 -125; nos guían, 204
Esperanza: 64, 84-85, 87, 108, 116, 118, 122,
126, 129 n11, 171, 194, 195, 196, 198
Espíritu: de Cristo, 2, 157; de la revelación,
3, 69, 84; susurros del, 4, 85, 137-138, 166;
de inspiración, 7; de la profecía, 28; contrito,
57; fruto del, 62, 72, 132; de contención,
81-82; obtener el, 103; malo, 128
Espíritu Santo: saber por, vi, 146; testifica,
vi, 2, 50, 63, 98 n31, 132, 157, 165, 207,
211; sabe todas las cosas, 2, 69, 125;
rechazar el, 12; descendió del cielo, 14;
Cristo siempre tenía, 17; bautizar en
nombre de, 22; y Adán, 30; discernir por,
31; recibir enseñanzas por, 41, 164;
enseñar con, 41, 137, 148; JS lleno del, 41,
55, 59, 94, 108 -109, 131, 138, 158,
166 -167, 171, 182, 198, 213; es un
Santificador, 59; poder del, 69, 72, 93,
98, 125; guiado por, 69, 146; inspiración
del, 84, 203, 209; Escritura dada por, 85;
impresiones del, 85, 138, 171; luz del, 89;
un Personaje, 89, 157; hace que
comprendamos, 109; negar, 115, 125;
revela, 116, 124, 127, 164, 166; Nefi vio al,
124; otorgar, 126, 147; sin, no hay
revelación, 130; confirma la verdad, 133,
213; vivificado por, 140; es un Revelador,
145; enseña, 146; es un Consolador, 171
Estandarte: el convenio sempiterno como,
111; de la verdad, 135 n4
Estrellas: 54, 57, 72, 196
Estudio: de las Escrituras, 55, 56, 84, 104; JS
dado a profundo, 56; menester para tomar
decisiones, 67; y poner en práctica, 105;
E
Edén, Jardín de: Dios estuvo con Adán, 7.
Efraín: pueblo de, 35; JS era descendiente
de, 35
Egipto: 9, 15, 18, 20, 23
Elías: el profeta, 17, 19, 40; Juan el Bautista
como un, 35-36; quien restauraría todas
las cosas, 36; quien entregó el evangelio
de Abraham, 40
Elohim (véase Padre Celestial)
Enemigo(s): diablo es un, 1, 70; de la Iglesia,
78, 141, 210; se apoderó de JS, 86, 117,
198, 205; intenta impedir que oremos,
129; JS tendría poder sobre sus, 161
Enemistad: contra Dios, 62, 82; característica
del orgullo, 82; significado, 82
Enoc (el profeta): y una visión, 8; enigma
para los cristianos, 14; llamamiento de,
14; libros apócrifos de, 14; vio a Dios, 14;
ordenado por Adán, 18; comisión de, 20;
su amonestación, 22-23; cabeza de una
dispensación, 26, 203; presente en
Adán-ondi-Ahmán, 30; profetizó de JS,
30 -31; JS lo conoció, 37; soportó la
presencia de Dios, 158; Calendario de,
215; profetizó de los últimos días, 215
Enseñanzas: Adán las recibió de Dios, 7; de
Isaías, 21; del Libro de Mormón, 31;
deben ser recibidas por el Espíritu, 41; de
Dios, 55, 137; aplicar las, 56; de conocer
las cosas de Dios, 69; sobre el orgullo,
82; que contradicen las de Dios, 93, 104,
125; divinas, 98; de nacer de nuevo, 109;
232
ÍNDICE ALFABÉTICO
y la meditación, 124 -125, 137; buscar
conocimiento, 127; de JS, 148, 155, 194, 208
Eva: vida premortal, 29-30; y Adán, 128
Evangelio: recibimos a Cristo al recibir Su,
vi; y la palabra salvadora, vi; veracidad
del, 3; plenitud del, 3, 31, 34, 41, 102, 111,
123, 136, 142, 148, 199; verdades del, 7,
73, 104, 127, 138, 164; dispensación del,
10, 40; y la Expiación, 20, 61-62;
ministrar el, 20, 22, 42; restauración del,
21, 26 -28, 34, 41, 111, 131, 132, 209; a los
muertos, 34 -35; predicación del, 36-37,
64; principios del, 41, 81; de Cristo, 56,
78, 92, 106, 148, 169, 204, 209;
ordenanzas del, 93, 137, 146 -147;
sempiterno, 126, 147, 169; propósito del,
129 n11; no hay dos, 136 -137; es el plan
de salvación, 136; habilidad de JS de
enseñar, 144, 147
Evangelios, Los: diferencias entre, 49;
comparación de, 192; muestran el poder
de Cristo, 205
Exaltación: bendiciones de, 20, 33; Cristo
enviado para dar, 22, 55, 62, 74, 199, 207;
JS espera la, 34; y la senda, 69 -70;
inmortalidad y la, 88, 174; al recibirla,
seremos como Dios, 110
Expiación: 12, 20, 22, 61, 74, 107, 124, 99,
130, 133, 166, 169, 208, 218
Ezequiel: llamamiento de, 16 -17; vio a Dios,
16; era sacerdote, 19; enviado por Dios,
19; comisión de, 21; su amonestación,
23 -24
gente que produzca, 27, 142; de los
lomos, 31; del Espíritu, 62, 72, 125, 132;
y confiar en Dios, 104
Fuego: y Ezequiel, 16; JS vino antes del, 28;
y la puerta del reino Celestial, 39;
columna de, 59, 67, 71, 89, 108, 164, 167,
171, 182, 188, 198, 205; bautizado con,
59; y Dios, 71; de fe, 128; gloria de Dios,
167; y la producción de azúcar, 217-218
Fuerza(s): de JS, 34, 91, 94, 123, 129, 153,
158 -159, 161, 166, 171, 198, 200, 205; del
razonamiento, 79, 195; penetró al corazón
con, 83, 84, 115, 196; se apoderó de JS
una, 86, 117, 197, 204, 205; pelear con, 87;
Moisés recibió, 88; de voluntad, 128;
humana, 159; el brazo simboliza, 169;
de Nefi, 171; de Daniel, 172
G
Gabriel (el ángel): es Noé, 203 n3
Generación: recibirá la palabra de JS, vi, 32,
203; última, 30; dispensación, 32, 203;
bendecidas, 40; y el arrepentimiento, 41
Gentiles: JS como luz a los, 34; Evangelio a
los, 37, 111, 142; estado de los, 81; tiempo
de los, 111
Getsemaní: Cristo en, 88, 107; el diablo en, 107
Gloria: revestido de, 14; de Dios, 14, 15, 59,
71, 86, 89, 94, 107, 109, 124, 138, 140,
166 -167, 188, 199, 206, 207, 219; reinos
de, 17 n13, 93, 103, 124, 147-148, 158; a
Dios, 33; de Cristo, 38 -39, 59, 124, 161,
169; Cristo es el Señor de, 55, 199, 207;
luz y verdad, 89, 107, 138; Celestial, 149
Gobierno: humano, 26 n1; del sacerdocio,
72; autoritario, 127 n7
Gracia: Cristo es lleno de, 20, 74; trono de,
58, 128; cambiar la naturaleza por la, 62;
de Cristo, 130, 203; del Padre, 205
Guerra: de palabras, 80, 94, 114, 194; en los
cielos, 94-95; de sacerdotes, 114, 194
F
Familia: de Noé, 8; escogida, 9; bendecidas
de la tierra, 20, 33; linaje de JS, 29;
humana, 47, 110; de Dios, 61; de JS, 79,
82, 86, 141, 160, 194, 206, 217-218; de
Mrs. Palmer, 159 -160; honesta, 159
Fariseos: 27, 56
Fe: 2 n3, 11-12, 48, 53, 58, 61, 62, 68, 69, 70,
71, 74, 85, 87, 88, 98, 102, 104 -105, 116,
123, 127, 128, 129, 129 n11, 132, 142, 147,
155, 165 -166, 167, 170, 198, 203, 204,
206, 212
Folleto: de Orson Pratt, 100; de Orson
Hyde, 121
Fruto(s): conocer los profetas por, 13, 25,
106; de las obras, 19; de JS, 25, 38, 43;
H
Hacha: clavada de JS, 86, 153, 156, 197, 218
Hales, Robert D.: sobre la oración, 84; sobre
luz y oscuridad, 89; sobre el Espíritu
Santo, 138
Hales, Mary Isabella: descripción de JS al
contar la PV, 212
233
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Heredero / herencia: legítimo, 18, 33; del
reino Celestial, 39, 71; de Dios, 149
Hermano de Jared: naturaleza caída, 62
Hierro: y barro, 27; barra de, 104
Hijos de Dios: 94, 150, 169, 202, 206
Hinckley, Gordon B.: sobre la PV, 206 -207,
210
Hipocresía / hipócritas: 56, 81, 93, 138, 178
Holland, Jeffrey R.: sobre momentos
espirituales y la PV, 87; sobre el Libro de
Mormón y JS, 211
Humildad / humillar: Enoc tenía, 22;
siervos, 42; debemos tener, 98; ante
Dios, 106 -107, 167; buscar con, 156; y la
oración, 206, 212
Hyde, Orson: sobre el ataque del diablo, 117;
el relato de, 121-133; apóstol, 121; dedicó
la tierra de Palestina, 121; amigo cercano
de JS, 121
105; JS, por Dios, 131; JS, por los
profetas antiguos, 148
Inteligencia: poder e, 54, 57, 196; luz y
verdad son, 138, 140
Interpretación: del sueño del rey, 27; del cap.
49 de Isaías, 32-35; propia, 57, 116; no
inspiradas, 84 -85; de los credos, 92-93;
equivocadas, 140
Íntimo: consejo, 13; relato, 53, 64; ambiente,
163, 166, 167
Investidura: divina de autoridad, 73 -74,
185 n10; ordenanza de la, 149; y recibir
los misterios, 149
Ira: encendida, 55, 199; contender con, 81-82,
119; envenenados por, 122, 126, 195
Isaac: siervo de Dios, 9; visitó a JS, 37; vio a
Dios, 131
Isaías: preordenación de, 10, 29; profetizó de
Juan el Bautista, 10; llamamiento de, 16;
vio a Dios, 16; enviado por Dios, 18;
comisión de, 21; las enseñanzas de, 21;
su amonestación, 23; profetizó sobre la
restauración, 27, 209; profetizó sobre JS,
32-35; sobre estar en la presencia de
Dios, 71; profetizó sobre los últimos días,
92; sobre el convenio sempiterno, 145,
146, 208; sobre cómo Dios desnuda Su
brazo, 169
Israel (Jacob): siervo de Dios, 9; escala de,
17 n13; visitó a JS, 37; JS descendiente
de, 111; vio a Dios, 131
Israel: librado de Egipto, 9, 18; recogimiento
de, 18, 19, 34, 40, 43; nación rebelde, 19;
pueblo escogido, 20; hijos de, 20, 35, 40;
casa de, 21, 169; pueblo del convenio, 43;
Cristo es el Santo de, 125; élderes de, 203
I
Idioma: imperfecto no puede describir la
gloria de Dios, 59
Iglesia de Jesucristo: edificada sobre
profetas, 7, 24, 209 -210; cayó en
apostasía, 27, 146; de los SUD, 27, 112,
119, 143, 173, 213; JS quería saber cuál
era, 64, 130, 132; hay una, 68, 99;
ninguna se llamaba, 92; y la revelación,
93; tendría que ser restaurada, 93, 132,
147; ¿cuál es?, 105-106; Cristo es el
fundador, 110; JS la restauró, 111, 143,
209; debe ser igual hoy, 126
Imagen: de Jehová, 25, 43; del sueño del rey,
27; de Dios, 90, 167; de su propio dios,
104, 147; misma de su sustancia, 109, 168,
207; en los rostros, 109; inapropiadas,
117, 122, 123, 129, 198
Imposición de manos: 39, 40, 126
Infierno: puertas del, 42, 203; los que irán al,
125, 209; opuesto a JS, 145, 150, 201
Infinito/a: expiación, 22; importancia, 101,
194; mente de Dios es, 105
Inicuos: diluvio tragó a los, 8; heridos, 33;
destrucción de, 36; luz y verdad desechan
a, 107
Inspiración: espíritu de, 7; del Espíritu
Santo, 84, 209; de JS, 84, 127; divina, 145
Instruido: para buenas obras, 56; Moisés
sobre la misión de Dios, 88; JS buscó ser,
J
Jacob (véase Israel)
Jehová (véase Jesucristo)
Jeremías: preordenación de, 9-10, 29;
describe a los profetas falsos, 13;
llamamiento de, 16; era sacerdote, 18;
enviado por Dios, 18-19; comisión de, 21;
su amonestación, 23; profetizó sobre JS,
35; sobre confiar en Dios, 104
Jerusalén: Cristo tenía que ir a, 24;
sacerdotes enviados desde, 35; Orson
Hyde fue a, 121; casa de Lehi en, 171
234
ÍNDICE ALFABÉTICO
Jesucristo: cómo recibirlo, vi, 203; Espíritu
de, 2; JS invita a venir a, 2; apareció a
JS, 2, 3, 38, 42, 59-60, 72-73, 89, 90-91,
98, 109 -110, 128, 139, 143, 157, 161, 169,
173, 188, 202, 206, 207, 212, 214; Hijo
Amado, 3, 10 -11, 88, 91, 152, 157, 171,
199, 207, 219; Cabeza de la Iglesia, 7,
105, 173, 211, 213; del ángulo, 7, 210; es el
Mesías, 10, 11, 35, 43, 69, 130, 165, 213;
misión de, 10, 88; ejemplo perfecto, 10,
19, 88; es Jehová, 10, 39, 74, 91; Salvador,
10, 43, 74, 75, 126, 157, 165, 171, 208;
preordenado, 10 -11, 94, 202; nos salva,
10, 11, 55, 62, 74, 91, 124, 130, 133, 169,
199, 208; Hijo de Dios, 11, 26, 60, 63, 67,
73, 74, 75, 98, 109, 157, 199; sangre de, 11,
168, 205, 208; y Juan el Bautista, 11;
Unigénito, 12, 22, 23, 31, 62, 63, 73-74,
88, 90, 99, 109, 204; sumo sacerdote, 12,
19; apareció a Moisés, 15, 59, 64, 88, 94,
131; es Santo, 16; ministerio de, 17, 35,
36, 61, 124, 171, 208; comunión con el
Padre, 17; transfigurado, 17; escogió a
doce, 17; Redentor, 19, 74, 126, 171, 172,
207, 208; enviado por el Padre, 19, 19 n15;
perdón viene por, 20; YO SOY, 20, 74; y
la voluntad del Padre, 22; revelación a
Sus siervos, 24, 125, 209; Cabeza de una
dispensación, 26; reunir todo en, 26, 33,
142; profetiza del reino, 27, 142; ascendió
al cielo, 27; El Justo, 30; con los nefitas,
35, 37; profetizó de JS, 36 -37; a la diestra
del Padre, 38-39, 109, 169, 205, 213; y Su
trono, 39, 71, 206; ¡vive!, 39, 43, 207,
213; Pablo vio a, 39; profetizó sobre el
Libro de Mormón, 41; genealogías de,
49; misericordia de, 53, 58, 62, 130, 166;
estudio de las Escrituras, 55, 204; sobre
los hipócritas, 56; todas las cosas dan
testimonio de, 57-58; sobre el poder ver a
Dios, 59; perdonó a JS, 59, 61, 73, 110,
206, 208; Señor, 59-60, 103, 126; mensaje
de a JS, 61-62, 73-74, 92-94, 110 -111,
131-132, 141-142, 146 -147, 158, 170 -171,
199; Mediador, 61, 75, 91, 157, 170 -171,
207; ser hijos de, 61; omnipotente, 62,
73, 109, 208; gracia de, 62; es amor,
62- 63; confiar en, 64, 104, 137-138, 157,
166; acercarse a, 67; fe en, 69, 74, 104,
129 n11, 132; y la oración, 71, 105, 138,
204, 205; guía a Su pueblo, 71; fuego
consumidor, 71; Kólob representa a, 73;
se parece al Padre, 73, 109 -110, 168, 207;
investidura divina de autoridad, 73-74; en
Getsemaní, 88, 107; tomó sobre Sí
nuestros pecados etc., 88; tiene cuerpo,
89-90, 99, 109, 207, 213; Padre e Hijo son
seres distintos, 89, 126, 157, 206-207;
escucharlo, 90 -91, 157, 170 -171; sobre las
iglesias, 92- 93; condenó credos, 93; ser
discípulos de, 98; mente de, 103, 109 -110,
207; Roca, 104; da autoridad, 106;
exaltado, 109; fundador de la Iglesia, 110;
representa al Padre, 110 n17; un Dios de
verdad, 111; profetizó sobre la
Restauración, 111, 150; roca de
revelación, 118; Ser resucitado, 124, 207;
mandó amarnos, 126; no cambia, 126;
promesa de verlo, 131; enseñanzas claras,
137; rodeado de luz, 140; sobre el Espíritu
Santo, 146; obtener plenitud como, 149;
coherederos con, 149; visitó a niños, 154;
da testimonio del Padre, 157, 207; no hay
confusión con, 157; condenó a los
malvados, 164-165; se apareció a Jacobo,
165; descripción de Sus ojos, 167-168;
vestimenta de, 168-169; Hijo Mayor en
autoridad, 202-203; poder de, 205; poder
para perdonar, 208
José de Egipto: gran vidente, 9; profetizó
sobre JS, 31; Dios dio revelaciones a, 32;
significado de su nombre, 32
José Smith–Historia: invitación de leer, 4; el
relato de 1838 está en, 77; armonización
basada en, 191; las propias palabras de JS
están en, 212
Josué, el Ministro Judío: 65-66, 75
Juan el Bautista: preordenación de, 10; quién
era, 11; y 3:1 de Malaquías, 35; profetiza
sobre JS, 35-36; confiere el sacerdocio a
JS, 40, 147
Juan, el Revelador / el Amado: monte de
transfiguración, 17, 19; y el concilio, 17;
vio a Moisés, 18; sobre el testimonio de
Jesús, 28; hace una pregunta a Cristo,
36; dio autoridad a JS, 40, 147; relata
cosas únicas, 49; enseñó que Dios es
amor, 62; sobre el amor, 126; considerado
como columna, 165; describe los ojos de
Cristo, 168
Judío(s): sabían de un Cristo, 11;
pensamiento, 35; “Josué, el Ministro”,
235
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
65-66, 75; familiarizados con el fuego,
71; y el nombre de Dios, 72 n12;
Alexander Neibaur, 163
Juicio: y venganza, 15; contra el pueblo, 21;
final, 26 n1; día del, 169
Justicia: 20, 28, 30, 31, 42, 56, 104, 137, 147,
208, 213
Justo(s): hombres, 7, 30, 149 -150; Cristo, 30,
169; mostrarse, 56; pedir cosas, 105, 204;
siervo, 109; a la mano derecha, 169
Juzgar: manera de, 1-2; por las obras, 22, 62;
dignos de recibir una bendición, 206
de Moroni, 124; salida a la luz, 134; y
George Adams, 145; testigos del, 148 n11;
élder Holland sobre, 211
Limpio: por Cristo, 57; deseo de ser, 58; JS
llegó a ser, 61; mente, 129; de corazón, 131
Lomos: de José de Egipto, 31
Lucifer (véase Satanás)
Luz: y verdad, 2, 27, 89, 107, 138, 140; a los
gentiles, 34; y conocimiento, 48, 64, 124,
148, 206; y Pablo, 50, 95; columna de,
54, 59, 71, 86, 89, 117, 141, 166, 173, 188,
198, 205, 219; y la oscuridad, 89, 97;
descripción de la, 107; y los árboles, 108;
y el Evangelio, 111; espiritual, 145, 212;
que brilla dentro del ser mismo, 165;
y entendimiento, 203
K
Kimball, Heber C.: sobre el poder del
adversario, 88
Kirtland: Templo de, 18, 39, 40, 65, 149;
Ohio, 39, 60 n11, 65-66, 90; JS huyó de,
77, 144; Cuórum de los Doce organizado
en, 100; Escuela de los Profetas, 167
Kólob: la mayor estrella, 73; representa a
Cristo, 73
LL
Llamamiento: Espíritu Santo testifica del de
JS, 2, 213; preordenación, 8-12; no puede
llamarse a sí mismos, 12; de varios
profetas, 12-24; preordenación de JS,
28-30; de JS, 31-32, 38-42, 132, 209; de
Pablo, 39; fruto tangible del de JS, 43;
PV dio inicio al de JS, 76; y la
persecución, 119
Llaves: del sacerdocio, 10, 40, 42; del
recogimiento, 18, 19, 34, 40; del
sellamiento, 19, 40; plenitud de, 29, 149;
de conocimiento, 37, 139, 149; del reino,
40; de autoridad, 89; de los misterios, 139
Llegar a ser: JS conocido, 1; los de la Biblia,
3 n2; uno, 41; puro, 64; como Dios, 93,
139 -140
L
Labios: 16, 55, 56, 91, 93, 170, 184, 199
Lane, George: 80 -81, 96, 127
Lavamientos: en templos, 149
Lefgren, John C.: estudio sobre la
temperatura y la PV, 216 -218
Lehi: testificó de Juan el Bautista, 10; vio a
Dios, 74; dominado por el Espíritu, 171
Lengua(s): y el nombre de JS, 1, 34, 42; de
JS, 65, 66- 67, 70, 86, 87, 164, 166, 180,
197-198
Ley(es): de Dios, 11, 62; de los testigos, 40;
letra de la, 72 n12; del Evangelio, 81, 136;
divina, 91; Dios conoce todas, 105;
traspasar, 146, 208
Liberación: al orar, 71; por el poder de Dios,
88; JS buscó, 102; de Cristo, 112
Libres: JS se sintió, 86, 89, 167, 198, 205
Libro de Mormón: aclara mensajes, 21; tiene
parte en la restauración, 21, 41; JS lo sacó
a la luz, 30 -31, 134; se encuentra la
plenitud del Evangelio, 31, 41; y el
sacerdocio aarónico, 40; JS testifica del,
41; fruto de JS, 43; y visitas de ángeles,
45; y la vida mortal, 103; y las palabras
M
Madsen, Truman G.: sobre la experiencia de
JS, 158
Malaquías: profecía sobre JS, 35
Maldad: y corazones, 142; tierra
contaminada, 146
Maldiciones: 40, 93, 104
Mandamiento: guardar, 18, 41, 55, 61, 131,
199, 208; efectuar una obra, 31; doctrinas
como, 91, 93, 199; de amarse, 126; a JS,
142; y la plenitud del sacerdocio, 149; dar
oído a, 203
236
ÍNDICE ALFABÉTICO
Mano: extendida, 14, 21; derecha, 15, 169, 213;
izquierda, 15; ordenado por, 18, 25, 147; de
Dios, 19, 23, 33, 78, 150, 151, 213; otorgar
llaves, 19, 40; de siervos, 31, 71; impía,
135 n4; símbolo, 169; convenios, 169
Manto: de rectitud, 16; de Dios, 16;
profético, 28; blancos, 168-169
María: hija espiritual, 29 -30; vio un ángel,
63; visión de, 124
Mártir: Santiago, 69; de JS y Hyrum, 160
Matrimonio: ordenanza, 148; celestial, 148;
convenio de, 149
McConkie, Bruce R.: sobre 3:19-21 de
Hechos, 27-28; sobre 1:5 de Santiago,
69-70, 155; sobre el orden de la
autoridad, 202-203
McConkie, Joseph Fielding: ruta a la
Arboleda Sagrada, 3 n2; sobre el Vidente
Escogido, 43
McKay, David O.: testimonio sobre la PV, 210
Meditar: que el lector lo haga, vi; y JS, 54,
56, 63, 82, 84, 85, 128, 137, 145; las
Escrituras, 55, 145; revelación viene
después de, 124 -125
Melquisedec: ordena a Abraham, 18; orden
de, 19
Mesías (véase Jesucristo)
Metodista: bautismos en la iglesia, 55 n8;
agitación religiosa, 79, 114, 193; JS se
inclinó hacia, 79, 82, 169, 194; reuniones
de avivamiento, 80, 82, 127; ministros, 81,
96, 127, 172, 200; verdad entre los, 146
Milenio: dispensación cristiana, 26; y la
Segunda Venida, 27, 161
Millet, Robert L.: sobre el Vidente Escogido,
43; diferencias en la Biblia, 49 -50; sobre
una cita de John Taylor, 60; definición de
“tentar”, 107
Ministerio: de JS, 2, 37, 210 -211; de Isaías,
16; de Cristo, 17, 35, 36, 124, 171, 208; de
Abraham, 23; ejercer, 28; de ángeles, 41;
de Santiago, 69
Ministros: 20, 38, 65, 75, 80, 81, 90, 96, 97,
98, 172, 200
Misericordia: 16, 54, 57, 58, 62, 74, 128, 130,
133, 166, 196, 198, 205
Misión: 8, 10, 18, 21, 22, 23, 28, 30, 32, 33,
34, 37, 63, 66, 77 n3, 88, 109, 110 n17,
121, 128, 144, 148, 157, 160, 161, 163, 165,
210, 212
Misterios de Dios: 63, 69, 94, 98, 139, 149, 155
Misuri: Far West, 77; JS huyó a, 144; río,
158; JS recibió una promesa en, 161
Moisés: liberó al pueblo, 9; preordenación,
9, 29; mar Rojo, 9; profetizó de Cristo,
11; llamamiento de, 15; vio a Dios, 15, 59,
64, 88, 94, 131; Monte de Transfiguración,
17, 19; enviado por Dios, 18; comisión de,
20 -21; su amonestación, 23; Dios le
aparecerá, 25; cabeza de una dispensación,
26, 203; talento espiritual, 29; profetizó
sobre JS, 31-32; JS profeta como, 38;
entregó llaves a JS, 40; soportó la
presencia de Dios, 59; semejanza de
Cristo, 74; diablo se le aparece, 88;
quedó sin fuerzas, 94; y el pueblo de
Israel, 139 -140
Montañas: alta, 15, 31, 124; huirán, 23; como
un templo, 39
Monte: alto, 13, 14, 17, 38; de Simeón, 14;
de Horeb, 15, 18; de Transfiguración, 18,
19, 36, 171; piedra cortada, 27; de los
Olivos, 36; como un templo, 39; Sermón
del, 49
Mormón (el profeta): sobre lo bueno y lo
malo, 1-2; visitó a JS, 38; Cristo le visitó,
154; carta a Moroni, 205
Moroni (el profeta): visitas de a JS, 1, 61,
110, 134; profecía de, 1, 34; citó 30:18-21
de Jeremías, 35; instruyó a JS, 38; y las
planchas, 77 n2; su exhortación, 124 -125;
túnica blanca, 168; carta de Mormón,
205; sobre la revelación, 209
Muerte: de Cristo, 24, 26 n1, 35; de Adán,
30; temporal, 74, 103; perseguir hasta la,
95, 201; cadenas de la, 130; de Alvin,
141; de los apóstoles, 146; de JS, 160,
163, 210 -211
Muertos: Dios sabe sobre, 11; y la
resurrección, 31, 103; Evangelio a los,
34 -35, 124; huesos de, 56; salvación
para, 144; bautismo para, 148; Cristo
revivió, 205
Mundo de los espíritus: Joseph F. Smith vio,
29; obra en, 93; JS habló sobre, 144
Murdock, John: su descripción de Cristo,
167-168
237
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
N
O
Nacer: reservados para, 29; Cristo de María,
63; de nuevo, 109
Naturaleza: sagrada, 50; caída, 62; humana,
63; del orgullo, 82; divina, 110; física de
la PV, 171
Nauvoo: 36, 100, 134, 144, 147, 152, 160, 163
Nefi: visitó a JS, 38; imperfecto, 63- 64;
sobre el Espíritu Santo y la revelación,
69; estado de las personas, 81, 93; temor
de la gente, 93; confió en Dios, 104; las
iglesias de los días de JS, 115, 125; y
reflexionar, 124; vio al Espíritu Santo,
124; su visión, 124; y el espíritu malo,
128; dos iglesias, 146; Cristo le visitó,
154; Dios desnuda Su brazo, 169; sin
fuerzas, 171
Nefitas: Cristo entre, 35, 37, 124; tres, 139
Negar: JS no lo haría, 28, 38, 96, 98, 201,
211; Juan el Bautista como Elías, 35; el
poder de Dios, 93, 125, 184; al Espíritu
Santo, 115, 125; hechos, 126; JS asistir a
las reuniones, 141
Neibaur, Alexander: escuchó a JS contar la PV,
163; alemán y judío, 163; tutor de JS, 163
Nelson, Russell M.: invitación de, 3-4; cómo
encontrar respuestas, 106 -107; sobre la fe,
129 n11
Niños: John Alger, 60 n11; pequeños, 93;
bendición de, 106; fe de un, 127; Dios
trabaja con los, 153-154; JS “niño
visionario”, 159
Noé: preordenación, 8, 29; cabeza de una
dispensación, 26; vino antes del diluvio,
28; visitó a JS, 37; vio a Dios, 131;
tercero en poder, 202-203, 203 n3
Nombres: de JS, 1, 31, 32, 34, 42; de Noé
conocido, 8; de Moisés y Aarón, 9; YO
SOY, 20; Hyrum, 32; Jehová, 72 n12;
Hombre de Santidad, 167
Nuevo Testamento: comienza con Juan el
Bautista, 10; diferencias entre pasajes
paralelos, 49 -50; Evangelio en el, 54, 56,
57, 68, 196, 208; Iglesia de Cristo en el,
105-106; JS estudió el, 153; revelación
cesó, según, con el, 164, 172, 200
Nyman, Monte S.: saeta pulida, 33
Obra: maravillosa, vi, viii, 27, 37, 78, 99,
132, 209, 213; de Dios, 4, 15, 17, 22, 29,
36, 40, 41, 118, 130, 160, 148, 213; de la
Restauración, 30, 150; buena, 56, 126;
misional, 100, 121; y gloria, 174; de JS,
211, 212
Odio: estado de, 77; enemistad, 82; llenos de,
97, 126; envenenados por, 122; 125, 195
Ojos: de Abraham, 14; de Moisés, 15; de Dios,
34, 39, 90, 164, 167-168, 173 n15, 198; de
JS, 39, 60 n11, 124; soberbia de, 81
Oposición: 3, 65, 70, 75, 82, 86 -87, 99, 122,
150, 186, 200, 204
Oración: a favor de JS, 38; de JS y Oliverio,
40; JS en la arboleda, 58, 70, 84, 87, 106,
108, 117, 129, 138, 156, 166, 198, 212, 219;
respuestas, 68, 116, 138, 165, 212; lento en
responder, 84; obtener enseñanzas, 98;
para comunicarnos con Dios, 128;
diferentes, 128; Dios escucha, 156, 199,
204, 206; poder de vencer a Satanás,
205; del autor, 206, 213-214
Ordenanzas: 20, 34, 93, 106, 110, 126, 136 -137,
139 -140, 146 -147, 148 -149, 195, 208
Orgullo: 82, 125
Oscuridad: durante siglos, 43; y momentos
espirituales, 87; densa, 87, 123, 195, 197;
no conquista la luz, 89; y los pueblos, 92;
combate contra la luz, 97; poder de, 107,
112, 205; ataque de, 180
Ovejas: Moisés apacentaba, 15; perdidas de
Israel, 22
P
Pablo (el apóstol): 17, 17 n13, 19, 24, 25, 26,
39, 50, 57, 58, 62, 67, 69, 82, 103, 126,
131, 132, 136, 139, 142, 148 n11, 149, 165,
201, 208
Packer, Boyd K.: sobre Satanás, 130 n12;
ardor en el pecho, 165
Padre Celestial: JS vio al, vi, 2, 3, 37, 38, 39,
43, 50, 60, 71, 75, 78, 89, 94, 112, 129,
132, 143, 156, 161, 169, 172, 188, 202, 210,
212, 213; todo lo que tiene, viii; nada
imposible para, 1; omnisciente, 8, 90,
213; preordenó a Sus siervos, 8 -12; gloria
de, 14, 15, 59, 71, 86, 89, 94, 107, 109, 124,
138, 140, 166 -167, 188, 199, 206, 207, 219;
238
ÍNDICE ALFABÉTICO
Gazette, 152; New York Spectator, 152;
National Intelligencer, 216
Perla de Gran Precio: PV está en, 4, 70;
sagrada Escritura, 77, 77 n3, 191; libro
canónico, 134
Persecución: amarga, 77-78; encarnizada, 95,
119; y JS, 97, 119, 150, 159 -160, 188,
200 -201; y el relato de 1838 de JS, 134
Phelps, William W.: carta de JS a, 53
Piedra: del ángulo, 7, 210; de zafiro, 16;
cortada del monte, 27; JS como, 33; PV
fundamental, 210
Pie(s): ponerse de, 17, 19, 30, 66, 70, 197; de
la imagen, 27; de Cristo, 39, 167-168
Plan de Salvación: 30, 137, 145, 212, 237,
284, 351, 353; Cristo es persona principal,
10; y JS, 32; doctrina central, 61- 62;
presentación del, 94; es el Evangelio de
Cristo, 136; Cristo lo llevó a cabo, 171
Planchas: de oro, 41, 71, 77 n2, 166
Plenitud: restauración en su, 1, 3, 34, 131; de
Cristo, 24; de llaves y poder, 29; del
Evangelio, 31, 34, 41, 102, 111, 135, 142,
147-148, 169, 201, 209; recibir de la, 39,
150, 169; de la verdad, 123, 132, 199; de
la gloria de Dios, 140; de conocimiento,
140; del sacerdocio, 149
Poder: 16, 22, 23, 27, 31, 37, 41, 53, 58, 62,
69, 70, 73, 81, 84, 87, 88, 93, 98, 104, 107,
109, 117, 125, 129, 139 -140, 147, 156, 161,
169, 196, 198, 204 -205, 207, 212
Pornografía: e imágenes inapropiadas, 129;
Satanás la usa para distraernos, 129 -130;
adicción, 130 n12
Pratt, John P.: estudio sobre el calendario de
Enoc y la PV, 215
Pratt, Orson: cambio en el cuerpo de JS, 59;
el relato de, 100 -112; apóstol, 100; y la
edad de JS, 103, 216; descripción de la
columna de luz, 107; confidente de JS,
111; sobre el testimonio de JS, 159
Pratt, Parley P.: sobre un discurso de JS,
41- 42; al Dios que adoramos, 90
Precepto: de hombres, 93, 125; poder del
Espíritu Santo, 93; propios, 104
Predicar: autoridad de, 17; enviado a, 21; el
Evangelio, 23, 34, 36 -37; con poder, 33;
el arrepentimiento, 41; propia sabiduría,
81, 104; doctrinas falsas, 125, 209; y
edificarse, 137
voz del, 17; envió a Cristo, 19, 22, 27, 62;
orar al, 24, 58, 105, 106, 128, 138, 156,
204; gloria al, 33; Cristo a la diestra,
38-39, 109, 169, 205, 213; Hombre de
Santidad, 58, 109, 167; como “Señor”, 60;
testimonio del, 61, 91, 157, 170, 207;
preside, 72, 202; apareció primero en la
PV, 73, 157, 167, 169, 173; tiene todo
poder, 73; misión del, 88; amoroso, 88,
99, 105, 173 n15, 206; tiene cuerpo, 89,
93, 109, 207, 213; nos crio en la vida
premortal, 90; nuestro y literal, 93, 105;
Cristo, Hijo literal, 109, 157; ser uno con,
109; ser como, 110, 149; escucha nuestras
oraciones, 156, 199, 204, 206; Elohim,
157; entrar a Su presencia, 167;
descripción de Sus ojos, 167-168;
vestimenta del, 168 -169; brazo del, 169;
nos conoce, 206
Páginas, 116: perdidas, 71, 119 -120
Palmyra, Nueva York: 4, 47, 52 n1, 82, 86,
154, 163, 210, 215, 216, 217
Paraíso: Pablo llevado al, 139
Parrish, Warren: escriba de JS, 65-66;
escribió un relato de la PV, 66, 75
Patriarcas: 18, 106, 144, 149
Paz: fruto del Espíritu, 62, 132; JS sintió,
102, 123, 132-133, 200, 205; contención y
no, 126; y dudas, 129 n11; conciencia,
132; hablar a la mente, 165; acompaña el
testimonio, 165
Pecado: perdón, 2, 39, 53, 57, 59, 61, 62, 110,
130, 132, 156, 202; Cristo quita, 10, 55,
58, 60, 61, 73-74, 88, 130, 199; reconocer,
16; arrepentirse, 21-22, 63; sentir culpa,
54, 57, 61, 195; efectos del, 130
Pedro (el apóstol): 7, 11, 17, 18, 19, 24, 27, 30,
36, 40, 124, 128, 147, 165, 205, 209
Pensamientos: judío, 35; los de JS, 64, 118;
guerra de, 94; virtud, 130; diablo intenta
capturar, 130 n12; estupor, 165; desechar
malos, 166; reflexivos, 213
Perdón: JS buscó, 2, 53, 59, 61, 73, 130; por
Cristo, 20, 39, 58, 60, 61, 202, 208;
arrepentimiento, 21-22; de pecados, 53,
62, 110, 184, 202
Perfección: 88, 135, 171, 172, 194
Periódicos: The Reflector, 52 n1; Ohio
Observer, 90; Times and Seasons, 100,
100 n3, 134, 152 n1, 163; Chicago
Democrat, 134; Pittsburgh Weekly
239
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Preordenación: de varios profetas, 8-12; de
Cristo, 10 -11; en el concilio, 13; de JS,
28-30, 32, 38, 99, 128, 154, 213
Preparación: Conferencia General, 4; estado
de, 10; para el Milenio, 26; tiempo de,
103; que JS buscó, 103
Presbiteriano: bautismos en, 55 n8, 154;
agitación religiosa, 79, 193; y Lucy
Smith, 79, 94, 194; reuniones de
avivamiento, 80, 127; única capilla en
Palmyra, 82; ministro, 90; verdad entre
los, 146; no es verdadero, 200
Presencia de Dios: viii, 8, 12, 15, 16, 18, 19,
29, 42, 59, 62, 71, 72, 74, 94, 107, 108, 126,
128, 130, 131, 138, 140, 158, 167, 173, 204,
206, 211, 213
Primera Visión: que signifique algo mayor
para el lector, viii; base del testimonio de
JS, 3; es una teofanía, 3; en las Escrituras,
27, 30 -31, 61, 110; relatos contemporáneos,
47-51; lección de, 87; escenario, 108;
primera vez que fue impreso, 134, 134 n2;
y pedir con fe, 170; comparación de los
relatos, 177-188; armonizada, 193-201;
muestra que Dios habla, 209; intento de
refutar, 210; de suma importancia, 211;
¿cuándo sucedió?, 215-219; temperatura
durante, 218 -219
Principios: servir a dos señores, 1-2;
revelación, 3, 69, 126, 127; llamamientos
vienen de Dios, 12, 29; del Evangelio,
20, 41, 81; son eternos, 56; verdades
reveladas por el Espíritu Santo, 69; orden
del sacerdocio, 72-73; contención, 81- 82;
fe y actuar, 85; acercarse a Dios y los
ataques del diablo, 88; estado de
probación, 103; estudio y meditación,
124 -125; propio agente, 137; nos
salvamos con los mismos, 147; que nos
enseña la PV, 204 -210
Prisión: espiritual, 8, 34; de papel y tinta, 53
Profecías: de Moroni, 1; de José de Egipto,
9; no menospreciar, 25, 67; de las
Escrituras, 26; sobre JS, 30 -38; duales,
32; no cesan, 209
Profetas: vivientes se necesitan, 3 n2; como
fundamento, 7, 105, 210; sin, no hay
Iglesia verdadera, 7; nos guían a Dios, 8;
preordenación de, 8 -12, 28-30;
llamamientos, 12-25, 38-42; comprobar
los verdaderos, 25; Dios aparece a Sus,
25, 43; y las dispensaciones, 26;
buscaron talento espiritual, 29; profecías
de sobre JS, 30 -38; conocieron a JS,
37-38; enseñan las palabras de Dios, 55,
84; son falibles, 63- 64; han visto ángeles,
74; JS instruido por, 148; falsos se
oponen a los verdaderos, 150; Escuela de
los, 167; JS entre los, 202-203
Progreso: 25, 29, 78, 105, 119, 135 n4, 147, 148
Promesas: 22, 23, 31, 34, 42, 69, 98, 106,
111, 116, 131, 132, 142, 160, 161, 168, 188,
197, 199, 202, 203, 204, 205, 206, 209
Prueba / probar: 22, 87, 94, 103, 107
Pueblo de Dios: guiado por profetas, 7;
sacerdote para, 25; y el Mesías ben
José, 35
Puerta: ordenación, 25; gloria Celestial, 39,
71; del infierno, 42, 203; casa de JS, 97; y
oración, 138; y revelación, 154
Puro / purificación: 16, 39, 42, 58, 59, 62, 64,
93, 110, 123, 154, 160, 167, 195
Q
Quebar: río de y Ezequiel, 16
Quebec: jarabe de arce, 217 n4
Quebrantado: corazón, 57; convenio
sempiterno, 144, 146 -147, 169, 199, 208
R
Ramas: muertas, 99; de árboles, 102, 108, 198
Recompensa: recibir lo que Dios tiene, viii
Reflexionar: 54, 79, 84, 95, 101, 115, 122,
124 -125, 135, 145, 194, 195, 196, 200, 204
Reino: de Dios, 11, 27, 29, 67, 102, 106, 110,
123, 136, 141, 142, 150, 199, 209, 212; de
sacerdotes, 21, 140; Evangelio del, 36 -37;
llaves del, 40; de tinieblas, 80, 119; del
diablo, 94-95, 150, 200, 205; misterios
del, 139, 149; ordenanzas del, 149
Relatos: comparados a un partido de fútbol,
49; todos en uno solo, 191-201; como
rompecabezas, 191
Relatos completos de la PV: de 1832 (JS),
54 -55; de 1835 (JS), 66 -67; de 1838 (JS),
79-80, 83, 86, 91- 92, 95-96; de 1840 (OP),
101-102; partes de 1841 (JS), 114 -119; de
1842 (OH), 122-123; de 1842 (JS), 135 -136;
de 1843 (LR), 145; de 1843 (DW), 153; de
1844 (AN), 164; armonización de, 193-201
240
ÍNDICE ALFABÉTICO
S
Restauración: JS, Profeta de la, vi, 26, 32,
42, 120, 132, 203; PV es el comienzo, 3;
revelaciones de la, 8, 18; del Evangelio,
28 -30, 41, 132, 208; todas las cosas,
29 -30, 208; y el papel del testigo, 36-37;
Cristo testificó de, 37, 150; Libro de
Mormón, señal de, 41; difundir el
mensaje, 43; eventos principales de, 61;
Satanás intenta frustrar, 129; y el Espíritu
Santo, 138; necesidad de cuando hubo
una apostasía, 142, 147, 151; PV es el
fundamento de, 210
Resurrección: PV evento más importante
desde, 3, 211-212, 218; de Cristo, 22, 30,
35, 49, 109, 157, 171; de todos, 30; vida
después, 103; revelación detallada
sobre, 148
Revelación: viii, 2, 3, 3 n2, 7, 11, 14, 19, 20,
37, 42, 47, 50, 52, 53, 67, 69, 70, 72, 74,
84, 89, 90, 91, 93, 96-97, 98, 104, 106,
109, 110, 116, 118, 124 -125, 126, 127, 130,
132, 137, 138, 140, 145-146, 148, 149,
154 -155, 158, 159, 161, 164, 165 -166,
172-173, 204, 209, 212, 213
Reyes: Melquisedec, 18; de Egipto, 23;
Nabucodonosor, 27; Evangelio
proclamado delante de, 34, 142; Dios, 75,
161; Agripa, 95, 201; Benjamín, 105, 132;
ungido, 149; y sacerdotes, 149 -150; de
Reyes, 207
Richards, LeGrand: sobre el llamamiento de
JS, 154
Richards, Levi: escribió un relato de la PV,
144; miembro fiel y patriarca, 144;
convenio sempiterno quebrantado, 170
Rigdon, Sidney: vio a Cristo, 38; discursó en
Filadelfia, 41; traducción inspirada, 124;
visión grados de gloria, 124, 158 -159, 171
Río: Quebar, 1; Susquehanna, 40;
Mississippi, 152; Misuri, 158
Ropa: descripción de las de seres celestiales,
168 -169
Rostro: de Dios, 15, 59, 94; de Ezequiel, 16;
duro, 19, 24; recibir su imagen, 109;
descripción del de Cristo, 167-168;
comparación del Padre y del Hijo, 168;
de Daniel, 172
Sabiduría: 3, 29, 37, 50, 69 -70, 81, 83, 98,
102, 104, 105, 106, 116, 127, 128, 132,
138, 150, 156, 165, 196, 202, 204, 205,
207, 218
Sacerdocio: llaves, 10, 29, 40, 42; Melquisedec,
12, 18, 23, 40, 61, 140, 147, 148, 163;
ministerio y, 20, 42; autoridad de Dios,
20, 139; poder del, 29; JS poseyó, 33, 147,
148; Pablo ordenado al, 39; restauración
de, 40, 143, 148 n11, 166; Aarónico, 40,
61, 147, 148; orden del, 72-73, 145, 149,
201; envío de una dispensación, 92;
ninguna iglesia poseía, 110; y poder ver
a Dios, 139 -140; convenios del, 147;
ordenanzas, 147, 149; revelación sobre,
148; plenitud del, 149; quedará con JS,
150; se dio primero a Adán, 203 n3
Sacerdotes: 11, 12, 18, 19, 21, 24, 25, 27, 30,
33, 35, 79, 106, 114 -115, 140, 149 -150,
164, 172, 194
Sacrificio: expiatorio, 61, 124, 208
Saeta: JS como una pulida, 33
Salvación: no hay en doctrinas falsas, 1, 67,
208-209; temporal, 8; en Cristo, 10, 20,
61- 62, 91, 169, 208, 213; vestiduras de,
16; bendiciones de, 20, 33; de los
hombres, 29, 147, 213; y el Evangelio, 37,
42; doctrinas de, 43; propia de JS, 53,
101, 156, 194, 211; arrepentimiento para,
57; no hay en credos, 93; no hay sin saber
la verdad, 104; en qué consiste, 110;
ordenanzas de, 110, 147; mensaje de, 112;
no hay en iglesias falsas, 142, 208 -209;
para los muertos, 144; ver la de Dios, 169
Sanar: al siervo, 37, 150; y Cristo, 103, 205
Sangre: de Cristo, 11, 168, 205, 208; fría,
173; JS selló su misión con, 210; huellas
de, 211
Santiago (1:5): citada en la PV, 66, 102, 123,
135, 153, 164; influyó en JS, 68, 118, 143,
155, 188; su impacto, 69 -70; penetró el
corazón de JS, 84; sermón sobre, 96, 127;
es verdadera, 98; y la influencia del
Espíritu Santo, 138; testimonio personal
de Santiago, 165-166; escritura principal
de la PV, 178
Santiago (el apóstol): en el Monte de
Transfiguración, 17, 18, 19; recibió llaves
de Moisés, 18; preguntó sobre Elías, 36;
confirió el sacerdocio a JS, 40, 147
241
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
Santiago (Jacobo): acto que coronó su
ministerio, 69; testimonio verdadero, 96,
201, 204; ser oidores, 105; invitación de,
116, 127, 156; fe y obras, 116; medio
hermano de Cristo, 165; su experiencia
personal, 165 -166; como columna, 165
Santificar: y Jeremías, 9; delante del trono,
39, 169; y el Espíritu Santo, 59
Santo / santidad: orden, 11; llamamiento, 12;
Dios es, 16, 62, 88, 130; nombre, 17;
pueblo, 21, 140; ángeles, 39, 167, 169;
Hombre de, 58, 109, 167; de Israel, 125;
seguir en, 131; sacerdocio mayor, 140;
brazo, 169; andar con toda, 203
Santos de los Últimos Días: 32, 78, 90, 121,
134, 144, 158, 212
Satanás: siervo del, 1; enemigo de Dios, 1;
lucha contra Dios, 1, 2; contra el
testimonio del Espíritu Santo, 2; busca
que seamos miserables, 2, 128, 204;
JS atacado por, 70, 88, 99, 166, 197-198,
204-205; intentó intimidar a JS, 70;
impidió que JS orara, 70, 75, 87, 128;
transmitió miedo, 70; orar para vencer,
71, 88, 205; irrita los corazones, 81- 82,
119; enemistad, 82; usa la desesperación,
87; ser real, 88, 117, 204; intenta impedir
los propósitos de Dios, 88; apareció a
Moisés, 88; padre de las mentiras, 88;
conserva sus recuerdos de la vida
premortal, 94; fue arrojado del cielo, 95,
204; tentó a JS en la PV, 107, 112; y las
experiencias espirituales, 107, 166; en
Getsemaní, 107; gloria de Dios hizo que
se fuera, 107; llena el mundo de
confusión, 115, 137; tres ataques contra
JS, 117, 128 -130; visión de Lucifer, 124;
sentimientos de, 125-126; león rugiente,
128, 205; misión es hacernos cautivos,
128; no quiere que oremos, 128-129;
cómo obtiene poder, 129; no puede
detener la obra, 130; iglesia del, 146;
establece su reino, 150; Dios tiene mayor
poder, 205; y doctrinas falsas, 208
Secta(s): 65, 79, 82, 83, 91, 92, 95, 97, 99,
115 -116, 117-118, 119, 122-123, 126, 137,
145, 169, 173, 194, 195, 196, 199, 200, 201
Segunda Unción: 149
Segunda Venida: enseñanzas de Isaías, 21; y
dispensaciones cristianas, 26; eventos
incidentes de, 28; y la profecía de
Malaquías, 35; Cristo habló de, 36;
revelación sobre, 148
Sellar / sello: divino, 51; esposo y esposa,
148, 149; JS a Emma, 149; cielos, 172; JS
y su misión, 210; testimonio del Espíritu
Santo, 213
Sentimientos: de JS, 53, 79, 101, 115; que da
el Espíritu, 62; de las sectas, 79, 122,
125-126, 194, 195; y penetrar el corazón,
84; de desesperación, 87; no se debe
rechazar, 164 -165
Señales: del llamamiento de JS, 2-3; Libro
de Mormón, 41
Señor (véase Jesucristo): definición de,
59-60
Septiembre, 21-22 de: Moroni apareció, 1,
35, 134
Ser como Dios: 93, 110, 140, 142, 149 -150
Serafines: 14, 16
Símbolos: carbón encendido, 16; rollo, 21;
brazo, 169; mano, 169
Smith, Emma: sellada con JS, 149; obtuvo la
plenitud del sacerdocio, 149
Smith, Hyrum: espíritu selecto, 29;
significado de su nombre, 32; y los
presbiterianos, 79, 194; trabajador, 155;
mártir, 160; últimos momentos, 211
Smith, José: profeta verdadero de Dios, vi,
2, 97, 119, 132, 142, 150, 157, 162, 203, 211,
213; generación recibe la palabra, vi, 32,
203; escogido del Señor, vi, 2, 4, 12, 34,
36, 50, 97, 132, 143, 202, 209, 213; vio al
Padre y al Hijo, vi, 2, 27, 38-39, 42, 50,
59- 60, 64, 72-73, 78, 87, 89-90, 94, 98,
109 -110, 124, 128, 131, 139, 143, 157, 161,
169, 173, 182-183, 188, 198-199, 202, 206,
207, 212, 214; Profeta de la Restauración,
vi, 26, 32, 36-37, 42, 120, 132, 203; sobre
la revelación, viii, 97, 118, 212; y Moroni,
1, 34, 35; nombre tomado para bien y
mal, 1, 34, 42; educación escolar, 1, 52;
restauró el Evangelio / la Iglesia, 1, 3, 28,
34, 99, 110, 111, 132, 142, 143, 169, 209;
¿de quién es siervo JS?, 1-2, 203; invita a
venir a Jesucristo, 2; ministerio de, 2,
210-211; buscó el perdón, 2, 53, 58, 59,
61, 73, 130, 218; un testigo, 2, 28, 36, 43,
50, 157, 168, 203; llamamiento de, 3,
38-42; conoció y habló con Dios, 3, 38,
242
ÍNDICE ALFABÉTICO
60, 88, 90, 161, 170, 199, 206 -207, 209,
213; y la revelación, 3, 53, 60, 69, 84, 90,
94, 124, 132, 154, 158, 173, 209, 212; edad
de en la PV, 3, 58, 75, 82, 103, 114, 124,
136, 153, 178-179, 194, 216; preordenación
de, 12, 28 -30, 38, 42, 154, 202, 213; no
pudo autonombrarse, 12; sobre Pablo y el
tercer cielo, 17 n13; Moisés le entregó
llaves, 18, 40; la prueba de su
llamamiento, 26-43; cabeza de una
dispensación, 26, 29, 36, 202-203; ¿por
qué fue llamado?, 26 -28; sobre el
testimonio de Jesús, 28; sobre la
preordenación, 28-29; descendiente de
Abraham, 29, 33; espíritu selecto, 29;
conocido antes de nacer, 30 -38; vidente,
31, 43, 203, 211; significado de su
nombre, 32; tenía autoridad, 33, 34, 40,
42, 147, 148, 148 n11, 203; fuerzas de, 34,
91, 94, 123, 129, 153, 158-159, 161, 166,
171, 186 -187, 198, 200, 205; Mesías ben
José, 35; profetas antiguos le instruyeron,
37-38, 39, 148; sobre ministros de Cristo,
38; ojos de, 39, 60 n11, 124; recibió el
sacerdocio, 40, 42; recibió llaves, 40;
comisión de, 41- 42, 52 n1; lleno del
Espíritu Santo, 41, 55, 59, 94, 108 -109,
131, 138, 158, 166 -167, 171, 182, 198, 213;
su amonestación, 42; y variaciones en la
PV, 48 -50; críticas acerca de, 49, 56-57,
58, 59, 72, 73, 74 -75, 80 -81, 139 -140, 192,
210, 212; asesinado, 50, 160, 173; sobre la
falta de registros, 52 n2; habilidad de
escribir, 53; sentimientos de, 53, 57, 62,
79, 101, 115, 195; propia salvación, 53,
101, 124, 145, 156, 194, 211; relatos de la
PV, 54 -55, 66-67, 79 -80, 83, 86, 91-92,
95-96, 101-102, 114-119, 122-123, 135-136,
145, 153, 164, 193-201; escudriñó las
Escrituras, 55-56, 67, 83, 84, 104 -105,
127, 137, 145, 155, 178 -179, 188, 193, 204;
sobre las personas de sus días, 56, 81, 92,
104, 114 -115, 125-126, 142, 194 -195, 208;
quería saber a qué iglesia unirse, 56, 91,
105, 117-118, 126, 130, 132, 154, 156, 170,
178 -179, 196, 199, 218; debemos
“escuchar” lo que cuenta, 57, 78, 212;
razón por entrar a la arboleda, 58, 61,
130, 132, 156; oración, 58, 60, 69, 70, 71,
85-86, 106, 116, 127-128, 138, 156, 170,
180 -181, 188, 197-198, 202, 205-206, 212,
218, 219; vio una columna de luz / fuego,
59, 71, 89, 108, 117, 141, 166, 173, 182-183,
188, 198, 205, 207, 219; Cristo perdonó a,
59, 61, 73, 110, 184 -185, 206, 208;
transfigurado, 59, 94, 98, 108, 139, 140,
213; llamado por su nombre, 61, 73, 90;
mensaje de Dios a, 61- 62, 73 -74, 92- 94,
110 -111, 131-132, 141-142, 146 -147, 158,
170 -171, 199; cae en la transgresión, 63,
186 -187, 201; y “Josué, el Ministro
Judío”, 65-66; lengua hinchada, 65,
66-67, 70, 86, 87, 164, 166, 180, 197-198;
vio ángeles, 66, 67, 74 -75, 76, 182, 200;
entender el camino, 67, 104; su madre
influyó en, 68; Santiago influyó en, 68,
118, 143, 155, 166, 188; diablo lo ataca,
70, 87-88, 95, 99, 117, 128 -130, 166,
180 -181, 197-198, 204; liberado, 71, 89,
107, 117, 130, 166, 180 -181, 198; describe
la gloria de Dios, 71, 89, 167; huyó de
Kirtland, 77, 144; y su familia, 79, 82, 86,
141, 160, 194, 206, 217-218; describe la
mañana de la PV, 83, 85, 197, 216, 218;
clavó su hacha, 86, 153, 156, 197, 218;
enseñanzas sobre Dios, 89; que no
siguiera a ninguna iglesia, 92, 111, 131,
141, 158, 184 -185, 188, 199, 209; sobre el
orden celestial, 92; sobre cómo nos
distinguimos, 92-93; habló con un
ministro, 96, 118, 172 -173, 186 -187, 200; y
la persecución, 97, 119, 150, 159 -160,
186 -187, 188, 200 -201; alguien le disparó,
97; no negaría la PV, 98, 201, 211; sobre
cómo obtener verdad, 98; sintió paz, 102,
123, 132-133, 200, 205; confió en Dios,
104, 138, 157; tentado, 107, 112, 205;
mente de, 57, 78, 82, 108 -109, 117, 129,
132-133, 138, 195, 198; sobre la salvación,
110; traducción inspirada, 124; y dudas,
126, 129; su experiencia comparada con
la de Alma, 130, 133; bendición especial,
131, 184 -185, 199; fundó Nauvoo, 134; y
la Carta a Wentworth, 134 -135; y el poder
de la divinidad, 139 -140; no quería asistir
a otras iglesias después de la PV, 141-142;
lo que entendía, 147-150; sobre la Sección
76 de DyC, 147-148; y ver lo que hay en
el cielo, 148; sellado con Emma, 149;
obtuvo la plenitud del sacerdocio, 149;
243
LA PRIMERA VISIÓN DE JOSÉ SMITH
sobre la plenitud del sacerdocio, 149;
sobre el reino de Satanás, 150; con David
Nye White, 152-153, 161; como vino en
cuero nuevo, 154; trabajador, 155-156,
159 -160, 217-218; cuerpo llevado a
Nauvoo y su familia lo ve, 160 -161;
estudiaba alemán y hebreo, 163; no podía
sentir, 164 -165; no puede relatar su
historia, 202; entre los profetas, 202-203;
darle oído, 203; lo que aprendió en la PV,
204 -210; últimos momentos, 211;
testimonio del autor sobre, 213-214; sobre
la comunión con Dios, 213; no anotó una
fecha de la PV, 215
Smith, Joseph, padre: JS llamado como, 31;
casa de, 60 n11; dejó de asistir a las
reuniones de las sectas, 68
Smith, Joseph F.: visión del mundo de los
espíritus, 29, 124; y la meditación, 124;
testimonio de la PV, 211-212
Smith, Joseph Fielding: sobre quién le habló
a JS en la PV, 90 -91; Cristo habló con los
profetas, 91
Smith, Lucy Mack: describe el estudio de
JS, 56; mujer de fe, 68; oraba en
arboledas, 68; fe presbiteriana, 79, 194;
JS asistía a las reuniones con, 82; en
casa después de la PV, 94, 200; relato
del intento de asesinato de JS, 97; sobre
las palabras de JS y las sectas, 141-142;
el trabajo de los Smith, 155; sintió
abandonada, 160; oyó las voces de JS y
Hyrum, 161; reunión de avivamiento, 164,
165; sobre la producción de azúcar, 217
Smith, William: sobre George Lane, 96, 127;
dice que el fuego llegó a las copas de los
árboles, 108
Snow, Lorenzo: sobre la preordenación de
JS, 28
Soberbia: 81, 82, 83
Sod: definición, 13, 13 n8; experiencias,
14 -16, 38 -39
Sol: 39, 54, 57, 59, 86, 89, 109, 117, 136, 140 -141,
166, 167, 182, 183, 196, 198, 205, 207, 219
Taylor, John: espíritu selecto, 29; sobre los
profetas que conocieron a JS, 37-38;
sobre la PV, 60
Telestial: gloria, 17 n13, 124
Temor: 22, 70, 93, 129 n11
Templo: e Isaías, 16; de Kirtland, 18, 39, 40,
65; ordenanzas del, 34, 148, 149; Dios
vendrá súbitamente, 35; reunión en el, 144;
llaves restauradas en, 148; Nauvoo, 152
Tentación: 63- 64, 71, 107, 112, 166, 180, 205
Terrestre: gloria, 17 n13, 124, estado, 108
Testigos: JS, 2, 28, 36, 43, 50, 157, 203;
profetas o apóstoles, 22, 24, 121, 148 n11,
203; Evangelio dado a un, 36 -37; ley de
los, 40; confiable, 50; Padre e Hijo, 50;
ángeles como, 74, 75
Testimonio: firme de la PV y de JS, vi; dos
fuentes, 2-3; profetas sobre Cristo, 10 -11;
manto profético, 28; preordenación de
JS, 28-29; de JS sobre Cristo, 38 -39, 169,
207; Espíritu Santo, 50, 63, 64, 98, 112,
132, 165, 207, 210, 213; todas las cosas de
Cristo, 57-58; del Padre sobre el Hijo, 61,
90 -91, 157, 170; Dios a JS, 94; de
Santiago, 96, 98, 165, 201; recibir propio,
141; apostasía, 145; de traidores, 150;
entre la Trinidad, 157; Pratt sobre el de
JS, 159; muertos por, 160; ninguno
mayor, 165; JS fiel a su, 202; del
presidente McKay, 210; del élder
Holland, 211; del autor, 213-214
Tinieblas: cubren la mente, 54, 56, 195; reino
de, 80, 119; permanecer en, 83, 197;
poderes de las, 91, 200; cubrirán la tierra,
92, 123, 127, 195; no hay en Dios, 140
Traducción: alternativa de una frase, 56 -57,
92, 118; libro de Abraham, 65; La Perla
de Gran Precio, 77 n3; las 116 páginas,
119 -120; inspirada de la Biblia, 124, 147;
Libro de Mormón, 147
Traductor: JS llamado un, 203, 211
Transfigurar: Moisés, 15, 59, 94; Cristo, 17;
JS, 59, 94, 98, 108, 139, 140, 213; tres
nefitas, 139; Pablo, 139
Tristezas: produce arrepentimiento, 57;
Cristo tomó sobre Sí, 88; de JS, 95, 201
Trono: de Dios, 10, 14, 15, 16, 17, 39, 71, 169,
206; ángeles delante del, 39, 71, 169;
Cristo sentado, 39; de la gracia, 58, 128;
dejarlo para dar testimonio, 90, 99; está
en el cielo, 205
T
Tablas comparativas: 178 -187
Talmage, James E.: sobre los judíos y el
nombre de Dios, 72 n12; Cristo en
Getsemaní, 107
244
ÍNDICE ALFABÉTICO
Túnica: Cristo llevaba, 167-168; de seres
celestiales, 168 -169; blanca, 173
Visión/es (véase Primera Visión): de Enoc,
8, 14; de Isaías, 10, 16; de Abraham, 14 -15;
de Ezequiel, 16 -17; de Joseph F. Smith,
29; de Moisés, 31-32; de Pablo, 95-96,
201; de Nefi, 124; la Sección 76 de DyC,
124, 147-148, 158 -159; de Daniel, 172
Voluntad: de Dios, 8, 11, 24, 55, 150, 203,
209; Cristo y la del Padre, 22, 62, 170;
del hombre, 25; fuerza de, 128; propia,
137; instruir a JS según Su, 154
Volver: décima parte, 23; a Dios, 34;
corazones, 40; a fábulas, 208
U
Uchtdorf, Dieter F.: sobre las dudas, 129 n11;
somos todo para Dios, 206
Últimos días: vi, 4, 9, 21, 26 -27, 29, 30, 35,
36, 37, 43, 47, 92, 99, 124, 125, 143, 146,
151, 203, 213, 215
Ungido: JS, 4, 50, 97, 143; Cristo, 11, 35;
siervos, 42; rey y reina, 149; los del
Señor, 210
Unidad: de la fe, 24, 105-106; entre la
Trinidad, 157
Unigénito: Cristo es del Padre, 12, 22, 23,
30, 62, 63, 73 -74, 88, 90, 99, 109, 204
W
Welch, John W.: sobre el relato de 1838, 78
Wentworth, John: La carta a, 101, 122, 134,
134 n2, 152 n1; editor del Chicago
Democrat, 134; su carta tiene gran
valor, 135
White, David Nye: editor del Pittsburgh
Weekly Gazette, 152; fue a Nauvoo, 152;
visitó a JS, 152; entrevista con JS, 153,
218; fiel a su entrevista, 161
Whitmer, John: como escriba, 52;
historiador, 77, 113
Williams, Frederick G.: escriba, 53;
información sobre, 53 n4; y una frase
agregada, 58, 136
Woodruff, Wilford: espíritu selecto, 29;
sobre un Evangelio, 136 -137
V
Velo: otro lado del, 34; retirado, 39
Ver a Dios: JS, vi, 38-39, 62, 63, 76, 120,
169, 188; Moisés, 15, 31, 94; Isaías, 16,
74; Ezequiel, 16 -17, 74; varios profetas,
25, 74; no en la carne, 59, 140; Lehi, 74;
Juan el Amado, 74; un listado de
personas, 131; argumento en contra,
139 -140; se puede, 206
Vestidura / vestimenta / vestidos: gloria de
Dios, 14, 55, 199; de pureza, 16; de
salvación, 16; blanca, 168 -169, 173; seres
resucitados, 173; blanqueados, 208
Vida eterna (véase Exaltación)
Vida premortal: y llamamientos, 8-12; estado
de preparación, 10; y el concilio, 13, 202;
y Abraham, 14 -15; e Isaías, 16; y Jeremías,
16; albedrío 29 -30; Padre nos crio, 90;
credos no enseñan, 93; Satanás conserva
recuerdos de, 94; Cristo era un Dios, 109;
Hijo Amado, 171; Dios conocía a JS
desde, 213
Videntes: 9, 31-32, 43, 172, 203, 211
Vino: nuevo en odres viejos, 153-154
Viña: obrar en, 29; corrompida, 92
Y
Young, Brigham: sobre el concilio, 29;
espíritu selecto, 29; como profeta
después de JS, 163
Young, Joseph: sobre la apariencia del Padre
y del Hijo, 168
Z
Zenós: sobre la oración, 58, 138
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SOBRE EL AUTOR
Christopher J. Coleman es originario de Redondo Beach, California.
Se graduó de la Universidad de Brigham Young (BYU) con la especialización
académica en Español y Estudios Latinoamericanos. Ha trabajado para la
Iglesia como maestro dentro del programa de la Enseñanza en Seminarios
e Institutos de Religión. Un puesto que tuvo durante cerca de diez años.
Por otra parte, fue misionero de tiempo completo para La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la Misión Ciudad de México
Norte durante los años 2001-2003.
Ha publicado tres libros: Para defender estas gloriosas verdades
(2003/2010—3ra ed.), José y Moroni: 7 principios que Moroni enseñó a José
Smith (2013), como coautor junto con LeGrand L. Baker, y Escudriñando
Isaías en el Libro de Mormón (2016). Ha escrito otros artículos religiosos,
administra un grupo de Facebook con más de 20.000 seguidores (“Doctrina
de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”) y ha
participado en discusiones religiosas en programas de radio locales con
cobertura nacional e internacional.
El hno. Coleman, inclusive, ha tenido la bendición de recibir varias
invitaciones para presentar charlas fogoneras, de manera presencial, en los
EEUU y diferentes países de Latinoamérica como México, Chile y Perú.
Durante la pandemia del COVID-19, ha seguido recibiendo invitaciones
para realizar charlas virtuales por medio de Zoom con varias estacas y
misiones de Latinoamérica. Es un honor para él convivir con sus queridos
hermanos hispanohablantes dondequiera que se encuentren.
Usted puede seguirle al hno. Coleman en su página de autor de
Facebook: https://www.facebook.com/ChristopherColemanOficial.
Para ver más contenido del hno. Coleman, suscríbase a su canal de
YouTube: https://www.youtube.com/c/LaArboledaSagrada.
Si desea ver un podcast al cual el hno. Coleman fue invitado a participar
y tratar el tema de la Primera Visión antes de que se publicara este libro,
favor de ir a: https://www.youtube.com/watch?v=EdVSPvJeAks.
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OTROS LIBROS DEL AUTOR
Para defender estas gloriosas verdades (2010—3ra
ed.). Un buen libro para cualquier miembro de la
Iglesia, pero especialmente para los misioneros (futuros
y actuales). Este libro ayudará al lector a aprender más
sobre las escrituras que mejor apoyan y comprueban las
enseñanzas del Evangelio de Jesucristo. La esperanza
es que todos podamos estar “siempre preparados para
responder con mansedumbre y reverencia a cada uno
que [nos] demande razón” (1 Pe. 3:15).
José y Moroni: 7 principios que Moroni enseñó a José
Smith (2013—escrito junto con su amigo LeGrand L.
Baker). Un libro muy popular, se trata del llamamiento
del Profeta José Smith, cómo él llegó a ser un profeta
y la salida a la luz del Libro de Mormón. Al lector se
le enseña siente de los principios que Moroni le enseñó
a José Smith. Estos mismos principios pueden ser
aplicadas a la propia vida del lector para que se acerque
más a Jesucristo.
Escudriñando Isaías en el Libro de Mormón (2016). Es
un libro que inspira y edifica. Contiene explicaciones
y aplicaciones de los capítulos de Isaías hallados en
el Libro de Mormón. Al enfocarse en la doctrina del
Evangelio, el libro ayuda al lector a entender mejor
los escritos de Isaías y aplicarlas a su vida. Se pueden
comprar estos libros en: (1) Las tiendas de Eborn
Books (2) El internet (ebornbooks.com o amazon.com)
(3) Con el autor (Christopher Coleman) escribiendo un
correo a [email protected].
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