Subido por Adrián Brotzmann

Mujer sonido y música

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COSMOAUDICIÓN
DEL PENSAMIENTO MUSICAL PRECOLOMBINO
La mujer y la música en el mundo precolombino
Temas: Sonido y Apego – Sexualidad en el Mundo Precolombino – Membranosos, Ritmo
materno – La mujer Sikuri
Módulo I Clase IV
Rodrigo Covacevich
Las culturas precolombinas desarrollaron sonoridades de características múltiples que en
una primera aproximación son sonidos simples, timbres al servicio de ritos y actividades
colectivas relacionados a cosmogonías, no nos sirve mucho tratar de entender este
mundo desde la música occidental, si es que realmente queremos entender el rol
femenino en la música en esa época, debemos observar y tratar de estudiar los sistemas
comunitarios, las conformaciones familiares y profundizar en el tema de la sexualidad.
Quiero exponer antes de profundizar en este tema “El Rol de la Mujer en la Música
Precolombina” que lo que expongo en este curso texto sobre la Mujer y la música
precolombina, no es un estudio determinante, que a raíz de los pocos estudios que
existen sobre este tema, creo que es importante plantearlo y abrir la posibilidad de
desarrollarlo, para sacarnos durante el ejercicio la visión centro masculina en que se
formulan la mayoría de las investigaciones, y al mismo tiempo intentar mirar el tema
“género” desde una perspectiva muy distante a la que nos rige en estos tiempos
modernos, donde se le da un contexto ideológico con fines manipuladores como si estos
temas fuesen recientes.
Y colocar a disposición diversos antecedentes para quienes quieran profundizar en el
tema.
Quién es Quién
No existen antecedentes concretos que determinen que la mujer no tocaba en el mundo
precolombino, más allá de que en algunas culturas podemos apreciar gracias a sus
iconografías que el rol de músicas relacionadas a ritos relevantes en la comunidad
aparecen solo hombres, hay que considerar en este punto que los cronistas deben haber
dejado pasar infinidad de actividades y aspectos musicales que para ellos era irrelevante
de transcribir, pero como la música pertenece a varios ámbitos de la vida también hay
testimonios de mujeres llevando el rol de guía y como participante de ritos colectivos.
Adentro del lenguaje siempre determinante, se suele mencionar casi todo entorno a roles
masculinos, y me refiero no solo a hechos comprobados si no, a los supuestos en torno a
ejecutantes o constructores de instrumentos. Si bien las antiguas culturas desarrollaron
estructuras jerarquizadas que tanto hombres y mujeres tenían roles definidos, como las
ACLLAS llamadas MAMACONAS, del imperio Inca que por sus votos de castidad fueron
denominadas por los españoles VIRGENES DEL SOL “Termino que se hizo extensivo a
todas las ACLLAS”. que eran las mujeres más bellas, algunas de ellas reservadas como
regalos, intercambio dentro del concepto de RECIPROCIDAD, pero además dentro de un
esquema político de expansión de un imperio.
Los hombres habitantes del pueblo también estaban sujetos a estrictas reglas impuestas
por las jerarquías gobernantes, obligados a casarse también con quien se les impusiera y
vulnerables además a sacrificios y castigos.
COSMO VISIÓN
Es apropiado aclarar que el concepto de cosmovisión andina, es un concepto moderno y
además académico entorno a la mirada externa hacia la vida y creencias de las culturas
originarias, y está sujeto a las creencias de cada cultura, sus leyes y normas, además de las
maneras de interpretar el mundo. Una cultura en si no se ve a sí misma como un ente con
cosmo visión, porque desde el epicentro, se convive en la cosmo vivencia, y este sería el
concepto apropiado.
Desde la mirada occidental moderna creemos que los pueblos originarios vivían en una
especie de paraíso, tal vez al estar mucho más conectado con la naturaleza, en este caso
los conceptos de reciprocidad, o complementariedad por ejemplo están sujetos a otras
realidades en el mundo andino, sobre todo considerando la expansión del imperio Inca, el
hecho de ser invadido por estos, entonces estos conceptos rigen en otros ordenes muy
distantes del concepto de esta era que con cierta fantasía se suele creer que el mundo
indígena es sumamente equilibrado basado en los ciclos de la tierra y la vida, y en cierto
modo es así, pero no olvidemos que adentro de estos conceptos de reciprocidad están
también los sacrificios humanos, de adultos y niños, o el de complementariedad con la
obligación de ejercer matrimonios con otros estados. Entre una infinidad de normas y
reglas que rigen esa cosmovisión que en algunos casos puede ser muy dura o hasta cruel,
claramente desde nuestra mirada occidentalizada.
SEXUALIDAD
El concepto de sexualidad en el mundo prehispánico es diametralmente diferente al
nuestro, las familias no eran conformada como nosotros conocemos. El matrimonio entre
hermanos, la sexualidad entre parientes cercanos no era cuestionable, no podemos ver
esto como promiscuo, debemos entender que la concepción era otra, como vemos en la
imagen de la relación de la sexualidad con la muerte.
Comportamiento Sexual en el Antiguo Perú de F. Kauffmann Doig
El placer está presente abiertamente para mujeres y hombres, entre hombres y mujeres,
es importante abrir esta mirada porque tiene que ver con el rol femenino en la familia, la
sociedad y su quehacer musical.
EL RÍTMO MATERNO
Este acto de maternar nace del universo, desde las maternidades estelares donde nacen
las estrellas con los componentes que formarían nuestro ADN, huesos y sangre, calcio y
hierro entre otros. La mujer al engendrar otra vida dentro de su cuerpo, otro cuerpo que
no es su cuerpo, es una otredad dentro de ella, acoplando el ritmo de su corazón y el de
su cría, la pulsación de ambos ritmos cardiacos crean ritmos diferentes, el líquido
amniótico sumándose a ese paisaje sonoro para él bebe inolvidable y remitido al
inconsciente, debemos saber que el primer sentido a desarrollarse es el de la audición y es
también el último en morir, órgano que no posee parpados, y desde donde el ser humano
crea los primeros signos de apego, desde el mundo interno del vientre y la voz materna,
por lo que seguro las primeras melodías son desde la voz de su madre, pues porque el
ritmo ya lo posee.
La música siempre ha sido una herramienta que lleva al ser a otros planos del mundo y la
vida, si bien las culturas precolombinas desarrollaron múltiples sonoridades e
instrumentos vinculados a procesos colectivos o específicamente a un entramado sistema
de ritos, instrumentos relacionados a creencias. Sin duda también se divertían con la
música, me refiero a que además de ser utilizada en diversos ritos en base a esquemas
estructurados, la música también debió haber surgido espontáneamente en otras
instancias. Siempre ha sido un espacio de convivencia y placer, es en este sentido que las
expresiones en una comunidad son un bien común al servicio de todas y todos. Es por esto
que cuando nos planteamos la pregunta ¿cuál es el rol de la mujer en la música
precolombina?, seguimos planteando la pregunta de manera errónea, pues en definitiva
tampoco podemos determinar en concreto cuál era el rol del hombre en la música
precolombina, entonces la pregunta se plantea, ¿dando por hecho el rol masculino en la
música?, pues hay pocos antecedentes en relación a ambos roles. Más allá del más
frecuente, que es, que el hombre toca y la mujer baila, lo que podría ser una idea
reafirmada desde el colonialismo.
Lo que nos interesa intentar determinar es la función de la música y el uso de esta en
algunos contextos, también determinar en algunos objetos sonoros la relación entre las
figuras femenina, el sonido y la fertilidad.
En este entramado de circunstancias, cabe otra pregunta sobre el rol de la mujer en la
música, respecto de esto se especula de todo, que las mujeres no tocaban, que muchos de
los esquemas son masculinos, que el rol de la mujer es la danza y el canto solamente, la
verdad que estudios sobre música precolombina los hay bastantes tanto por mujeres y
hombres, pero sobre el rol de la mujer hay muy poco, en parte por la falta de evidencia y
tal vez de interés, al no ser el punto principal, ¿por qué se da por hecho que los
instrumentos los ejecutaban los hombres solamente?. ¿Y si los constructores de muchos
de estos instrumentos eran mujeres?
Consideremos también que los estudios etnomusicológicos en general son sobre la música
sin relevar la importancia de los o las ejecutantes.
Es cierto que, en las investigaciones de instrumentación precolombina, con suerte se ha
llegado a concretar estudios determinantes, eso ya lo podemos ver en estudios
relacionados a culturas vivientes donde es posible indagar en el contexto sonoro y
contextualizarlo, pero referente a culturas desaparecidas es más difícil determinar los
roles dentro del uso y función de los instrumentos,
Lo cierto es que una investigación de este tipo requiere manejar una cantidad de datos
sorprendentes de estudios sobre civilizaciones antiguas como de culturas actuales, buscar
los puntos de unión y crear los puentes entre una cultura y otra, creencias, religiones y el
rol femenino en el chamanismo es una vertiente muy activa y puede entregarnos
bastantes pistas. Las conformaciones familiares y la sexualidad son otras fuentes
importantes de complementación a la hora de querer entender el rol de los ejecutantes
musicales ya sean mujeres u hombres.
También hay que considerar los ámbitos donde la música se mueve dentro de los mundos
rituales, sociales y naturales. En el ámbito ritual por ejemplo, existen antecedentes
interesantes en torno a la música chamánica, del canto y uso de instrumentos para
propiciar viajes espirituales o tratamientos de sanación realizado por mujeres en muchas
culturas y de tiempos ancestrales y actuales, pero al parecer este rol femenino en las
culturas que dejaron antecedentes, era un rol que basado en un equilibrio y en la visión
cosmogónica, la luna por ejemplo se le relaciona con lo femenino, el sol a lo masculino, y
así roles de mujeres y hombres dentro de un mismo esquema ritual por lo que un chamán
al momento de oficiar un rito, está compuesto por su dualidad, es parte de un colectivo
donde cada uno cumple un rol en lo especifico y también en lo arquetípico, por lo que
podemos ver un equilibrio en la función ritual donde se integra el rol femenino o
masculino según la circunstancia que amerite.
HACE MUCHO TIEMPO
Si nos remontamos a los principios de la civilización en Sumeria, solo 7.000 años a. de C.
encontramos la figura de la diosa INANA, la influencia de esta diosa en las mujeres es
insospechada, ya por el 4.000 antes de C. La sacerdotisa IHEDUANA o ENHEDUANA,
música, filosofa, líder política entre otras cosas le rendía culto a la Diosa y ejecutaba el
tambor de mano, seguramente cantaba. El ritmo es la lengua materna, las mujeres desde
el mundo antiguo se expresan con el tambor, las danzas y los cantos, en las celebraciones
paganas donde las multitudes eran muchas se requería de voces agudas para sostener las
bases de muchos tambores y otros instrumentos, quien le canta desde un inicio al ser en
el vientre es la mujer con su dulce y amorosa voz creando el vínculo de apego con su hija o
hijo
Hoy en día las ancestrales tierras de la Enheduana son las tierras donde más prohibiciones
hay para las mujeres, la mujer es la esclava, pero también el premio en gran parte del
mundo musulmán, la supremacía del hombre sobre la mujer, no es más que un inseguro
juego de poder.
O como decía Galeano “El machismo es el miedo del hombre a las mujeres sin miedo”.
Se evidencia ya en esta época el tambor de mano tocado por una mujer al parecer por
Enheduana, posterior mente en Egipto se puede apreciar el uso del tambor de mano por
parte de mujeres, y si hacemos una vista por diversas culturas, pareciera que el tambor de
mano es totalmente de uso femenino de tiempos antiguos.
Si bien hay culturas donde no está permitido que las mujeres toquen, siempre estos
motivos son creencias o supersticiones, pero también hay culturas como la Mapuche
donde los hombres tocan a la par de las mujeres, dependiendo si, la comunidad. Las
machis en general son mujeres y cantan, invocan, bailan y percuten, en la cultura Inca las
mujeres tocaban el tambor y flautas en fiestas o celebraciones, también estaba las que
iban a la guerra y guiaban ejércitos. Creo que muchos instrumentos del periodo
precolombino los ejecutaban mujeres, que el canto era algo más femenino que masculino
en los ritos, que incluso hacían sus propios instrumentos representando aspectos que solo
una mujer puede interpretar como la gestación.
Hay poca evidencia arqueológica de mujeres ejecutando instrumentos, en Ecuador desde
la cultura Valdivia, a la Jama Cuaque si bien no hay evidencia en sus hallazgos de mujeres
tocando, si hay instrumentos con representaciones en cuerpos femeninos, que podría ser
otras forma de interpretar ciertos aspectos de las mujeres dentro de la comunidad, estas
culturas dejaron cantidad de piezas con diversas representaciones, pero no de mujeres
ejecutando, la cultura Bahía y Jama Cuaque fueron un poco más allá en el desarrollo
acústico de estos instrumentos antropomorfos sobre todos los femeninos creando
sistemas de flautas dobles al interior del cuerpo del objeto.
No olvidemos que la oralidad cambia según quien la transmite.
Contextualicemos el tema musical andino para tener una visión desde aquí hacia atrás en
el tiempo.
MUJER SIKUS
Si bien la música es una acción colectiva, un vehículo de expresión de las culturas y en este
sentido de uso colectivo, se sabe que el sikus y su entramado diseño de ejecución ha sido
en los andes una actividad masculina, solo hombres soplando y “la danza en estas
comparsas realizadas por mujeres es algo recién del siglo pasado”.
“El creciente interés femenino por la integración de grupos de lakitas o de mujeres sikuris
que se ha desarrollado en Argentina, Chile, Perú y Bolivia, nace desde un movimiento
urbano en los años 80 ya con referentes marcación en Lima, como una forma de recuperar
el sikus andino y mantener una tradición Ya antes de esto algunas mujeres integraban
grupos de sikuris, lo que abre el debate de la mujer SIKUS es que incluso en agrupaciones
netamente femeninas la vestimenta era masculina, vinculada a la tradición o tradiciones
según la representación, o si eran grupos rurales allegados a la ciudad”. (Carlos
Huarinaga).
Pero en definitiva las mujeres integran estos grupos desde la danza por bastante tiempo
hasta llegar a soplar y crear sus agrupaciones femeninas donde además de soplar van
danzando.
Este fenómeno es totalmente urbano, estos grupos nacidos en la ciudad comienzan a
tocar se da que son en algunos casos bien recibidas en conjuntos rurales, porque era un
fenómeno el hecho de ver mujeres tocando, pero los sectores más tradicionales y rurales
sujetos a sus tradiciones permanecen inamovibles en torno a este tema y menos que una
mujer vista de hombre para tocar.
Según el investigador etnomusicológico Carlos Sánchez Huaringa la formación de mujeres
sikuris urbana es en gran parte apoyadas por agrupaciones de ideologías marxistas pro
evolucionistas, en tanto su contra partes argumenta desde un discurso esencialista e
indigenista tradicional.
Hoy la mujer lakita se ha desarrollado en amplio espectro ocupando y compartiendo la
tradición retomada o más bien auto transmitida de manera oral, pero enfocando la
manifestación como un fenómeno femenino con la base manifiesta y expresiva en la
igualdad de género.
Quiero decir que por un lado siempre ha habido admiración del mundo urbano sobre
todos en una juventud politizada por las tradiciones andinas, desde la danza femenina en
las comparsas urbanas las mujeres se encontraron en el rol social y ritual de colectividad
urbana, un lugar sin duda maravilloso de compartimientos de aperturas, de ahí a pasar a
soplar para tocar como mujeres era solo un paso, esta visión no fue la misma siempre
desde que nació la inquietud formalmente. “En los años 80, pues 80, 90, 2000 al 2020, el
mundo ha traído en si sus escenarios diversos. Pero de igual manera en constante
crecimiento en varios países estos movimientos sonoros femenino, se aferran a la
tradición base del sikuri para reflejar aspectos más actuales en ello, como es la
reivindicación femenina en la sociedad” (Carlos Sanchez Huaringa) y la auto protección en
torno a la vulnerabilidad a la que están expuestas.
Ante este hecho no creo que debamos discutir si la mujer siempre toco o no toco en el
esquema de las flautas de pan o sikuris, cuando lo que está aconteciendo ahora es mucho
más relevante, ya que simplemente las mujeres sikuris se apoderaron de un espacio que
era prácticamente masculino, lo adopto en un proceso que ha llevado más de 30 años
hasta llegar a tocar como grupo de mujeres y soplar desde ese lugar, y no como hombres
sin la necesidad de igualarse a los grupos masculinos.
Hay que entender que las tradiciones andinas son complejas y más rígidas, en este sentido
el fenómeno urbano de las mujeres sikuris es más bien otra expresión con una cosmo
visión más actual que si pretendiera ser una continuidad de lo andino, no sería más que
una imitación cultural, por lo que es mucho mejor que se asuma este nuevo ciclo de
sikuris urbanos como una nueva expresión basada en una tradición ancestral sí, pero con
un lenguaje cultural urbanizado y bajo los contextos sociales actuales.
Una característica de los grupos sikuris urbanos femenino es la fusión de las
cosmovisiones indígenas y las actividades políticas ideológicas actuales.
En este punto el contenido de fondo es la reivindicación de la mujer a través de la
tradición andina musical en torno al sikuri, esto lo contrapone con la visión andina donde
las tradiciones, son como son.
Sin embargo y saliendo del tema andino sikuri donde es casi el único lugar donde
encontramos datos de que la mujer no pertenecía al grupo de soplo, en general mujer y
música siempre han estado unidas, existen diversos testimonios y registros etno gráficos
dejados por grandes investigadoras como Isabel Arentz, Violeta Parra, Margot Loyola y
María Ester Greve.
Isabel Aretz en su visita en Argentina y Chile entre 1940 y 1941 registra sin proponérselo a
muchas mujeres Mapuche, pues eran ellas las que tenían los conocimientos y portaban las
muiscas mostrándonos esto el traspaso oral del aprendizaje transmitido hasta ahí.
factor de desaparición es que el fenómeno oral no se modifique y permanezca cada vez
más débil hasta desaparecer.
En Chiu Chiu y Caspana norte de Chile como en muchos lugares se celebra el día de los
muertos, la tradición en esta zona es muy dedicada, pero hace unos 10 años por alguna
razón las mujeres que en una parte de la ceremonia entraban con cantos a la casa del
difunto, dejaron de hacerlo sin motivo aparente, como observadores externos a estos
fenómenos, no podemos llegar y volver a insertar una tradición en una comunidad a la
cual uno no pertenece, pero si podemos identificar el factor que hace que una tradición
no se transmita más.
En el ámbito precolombino los antecedentes más cercanos en torno a mujer y música son
los textos de Gauman Poma de Ayala en relación al imperio Inca, pero ya en influencia con
los Españoles, por lo que vemos imágenes de indígenas en actitudes muy cortesanas, por
lo que es altamente probable la influencia en la forma y presentación en este caso, pero
sin duda hay una tradición de mujeres incas encargadas de la música para la corte Inca,
denominadas* TAQUI ACLLA quienes tenían aptitudes de cantoras, tocadoras de tambores
y pincullos, si la clase alta inca se divertía y ejecutaba música, como en todos los tiempos
la plebe seguro la hacía de manera mucho más holgada.
Respecto a si la mujer toca o no toca, claro está que siempre lo ha hecho, independiente
de las leyes que rigen a cada etnia, cultura o comunidad, o independiente de la
importancia que se le da ahora de si era protagonista más o menos o tanto como el
hombre, pues esta mirada no es más que complejizar una realidad ancestral con un tema
argumentado desde la actualidad.
Es muy probable que el cese de la música tradicional u originaria fue con la llegada de los
conquistadores, quienes prohibieron en muchos casos la música, en otros casos las
lenguas nativas y es muy probable que desde ese entonces se impusieran nuevas normas
a la luz de un dios adornado por el hombre que por consecuencia complejizara las
dinámicas relacionadas a ritos y festividades indígenas, donde la mujer comenzó un
adoctrinamiento diferente al del hombre bajo un dios netamente masculinizado.
Si en la pureza de una cultura ancestral mujeres cantaban a la luna y hombres al sol en
base a una cosmogonía propia después de la conquista, pues ni al sol ni a la luna si no que
a un Dios que nadie conocía y seguramente solo hombres para adorar y mujeres para
rezar.
Hoy muchas de estas culturas no existen más, entonces ¿qué tenemos además de restos
arqueológicos de instrumentos casi incompletos?
Tenemos la memoria sonora a recuperar y conocer para de alguna manera poder
restablecer un orden antiguo ligado al conocimiento de los ciclos, la vida y la muerte
expresado en el sonido.
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