Caudillismo Es aquel fenómeno que está relacionado con el caos político y económico de un país provocados por confluencia de fuerzas opresoras y libertadoras, donde el agente que hace de libertador es un caudillo, líder o agente mesiánico, quien hace el papel de luchador social en bien del conjunto que es el pueblo, que busca reformar o reestructurar la instituciones de un estado o de una nación en camino de la hecatombe, con el único fin de instaurar sus ideas para una mejor distribución de la riqueza y el poder con el pueblo. "El caudillismo es un fenómeno social y político surgido durante el siglo XIX en Latinoamérica…que consiste en la aparición en cada país de líderes carismáticos cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba basada en mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por parte de las multitudes, que depositaban en "el caudillo" la expresión de los intereses del conjunto y la capacidad para resolver los problemas comunes Caudillos durante la Revolución Libertadora (1903) El poder de los caudillos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de las masas populares. Este apoyo popular se tornaba en su contra cuando las esperanzas puestas en el poder entregado al caudillo se veían frustradas, y se decidía seguir a otro caudillo que lograra convencer de su capacidad de mejorar el país o la provincia. Este fenómeno se dio en América Latina durante prolongados períodos de su historia republicana; en algunos casos desembocó en fuertes dictaduras, represiones a la oposición y estancamiento económico y político, pero en otros canalizó las primeras modalidades democráticas y federales en las repúblicas latinoamericanas, así como proyectos de desarrollo autónomo frente a las expresiones políticas neocoloniales. La aparición de caudillos en el Perú se remonta desde la época del virreinato, donde a causa del maltrato, el desprecio y la vejación de la comunidad indígena peruana, salieron a la palestra numerosos caudillos indígenas (Túpac Amaru, Juan Santos de Atahualpa, Manco inca,etc.) quienes con sus actuaciones buscaban reformar y cambiar el régimen político reinante en ese momento en el Perú, mediante la separación del poder monárquico español ,el cual iba a permitir la mejora de la calidad de vida de los indígenas que residían en el país al igual que otros países de américa latina, para el logro de dichas ideas se generaban luchas crueles y encarnizadas , poniendo de manifiesto las luchas internas de poder contra la élite península y criolla. Pero atravez de los años la clase dominante en el Perú se fraccionó en distintos grupos de poder, como es el caso de los patriotas realistas, centralistas, federalistas, moderados, liberales y conservadores, siendo esto trasmitidos a los demás virreinatos de la orbe como es en el caso de Chile, donde se dividió en moderados e independentistas encabezados por Bernardo O'Higgins, en el virreinato de nueva Granadaencabezados por Francisco de Miranda y Simón Bolívar, ambos independentistas y separatistas quienes en 1810 organizaron la Sociedad Patriótica, con el fin de lograr la separación, por lo que Venezuela declaró su independencia en 1811, y redactó una constitución que adoptó la forma de gobierno republicano y federal, similar a la Constitución de Estados Unidos. En otros países más alejados como México, los sectores populares más afectados por las luchas entre criollos y peninsulares fueron los indios y los mestizos, quienes ante las pésimas condiciones sociales y económicas del campesino indígena, un caudillo mestizo como el padre Miguel Hidalgose levantó en rebelión, en 1810 quien mediante el Grito de Dolores inició la guerra de independencia de México .Este movimiento era esencialmente indígena y campesino, y careció del apoyo de los sectores dominantes como la iglesia y la elite criolla quien ante la derrota y muerte de Hidalgo, en 1811, logro levantar otro caudillo separatista como José María Morelos quien retomó la lucha armada, para que en 1813, mediante la convocatoria del Congreso de Chilpancingo, planteó la independencia absoluta de México. Así también sucede con el caso de los países del Caribe, como Puerto Rico y Cuba quienes también permanecieron leales a España, al inicio pero que sin embargo, en ambas islas, comenzó a perfilarse un movimiento a favor de la independencia, en el caso Puerto Rico, hubo una gran simpatía hacia la causa libertaria, y el pueblo puertorriqueño se negó a participar militarmente en contra de los hermanos latinoamericanos. Ante la solidaridad manifiesta de Cuba y Puerto Rico a la guerra de independencia, España decidió reforzar el sistema represivo en las islas con el fin de evitar levantamientos revolucionarios, y logró retener las islas, mientras que las colonias centroamericanas también se rebelaron contra España, donde la primera provincia en declarar su independencia fue El Salvador, donde la rebelión fue realizada fundamentalmente por la clase elitista, y tuvo poca participación de los sectores populares, logrando así en 1823, el reino de Guatemalacompuesto por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Ricase declararon en independencia para que en 1824,se organizara la famosa República Federal Centroamericana, el cual por serias dificultades se separaron dando origen a las naciones que conocemos hoy. En el sur del Perú mientras tanto se gestaba la batalla de Chacabuco en 1817, donde un caudillo civil con ribetes militares como fue Don José de San Martín derrotaba a los españoles, sellando con la batalla de Maipú la independencia de la región, lo cual permitió el establecimiento de un gobierno encabezado por O'Higgins, quien con San Martín preparó la campaña para liberar al Perú de la opresión española. Ya en el año 1822se produce el encuentro de los dos caudillos más importantes para la independencia de América del Sur como es el caso del encuentro de Bolívar y San Martín en Guayaquil, quienes tenían ideas diferentes y cada uno quería establecer a viva fuerza sus intereses por los países independizados, el cual al final para que no se generaran un conflicto entre ellos tuvo que lograr que uno de ellos ceda a la idea del otro caudillo más fuerte y joven, les por ello que San Martín renuncia a sus cargos, volviendo a Chile y refugiándose definitivamente en Europa. Es por ello que el caudillo más fuerte que fue Bolívar recurrió a Sucre para la liberación del Alto Perú y así mediante la batalla de Ayacucho puso fin a las guerras de independencia, sellando así la independencia del Alto Perú, dando nacimiento a Bolivia y al Perú, pero como país republicano y 100% independiente. - CAUSAS DE LA APARICION DE LOS CAUDILLOS EN EL PERU Hubo muchas causas que permitieron la aparición de los caudillos en América del Sur, especialmente en el Perú siendo los principales la ausencia de consenso político y las teorías de gobierno utópicas por parte de los aristócratas. Para acceder al poder, los caudillos se rebelaban con sus aliados militares, deponían al gobernante actual, disolvían el Congreso y se autoproclamaban presidentes provisionales. Después de un corto plazo, se elegía a un nuevo congreso y se convocaba a elecciones presidenciales. En las elecciones, salía elegido el caudillo que había presidido anteriormente la revolución y deposición del antiguo gobernante. Los principales partidarios de los caudillos, aparte de sus hombres de armas de confianza, fueron los miembros de las clases enriquecidas. Así, estos aseguraban un flujo de dinero para el Estado del caudillo de turno y este se comprometía a darles beneficios. El caudillismo militar en el Perú se desarrolló principalmente durante el siglo XIX y el Siglo XX , sobresaliendo Ramón castilla, Enrique López Albujar, Nicolás de Piérola , Andrés Avelino Cáceres, Luis Sánchez Cerro, Manuel A. Odria y Juan Velazco Alvarado , quienes tuvieron gobiernos discretos y con tendencia dictatorial, en el cual se llegaron a reformar y reestructurar, por otro lado también hubo caudillos civiles cuyas ideas se perennizaron a pesar de que algunos de ellos no llegaron al poder , como es el caso de José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre, pero otros si tuvieron la suerte de llegar al poder e instaurar sus ideas de manera democrática, como fue del caso de Alan García Pérez, Fernando Belaunde Terry y Alejandro Toledo Manrique, no logrando algunos de ellos lograr el mejoramiento de vida de la población que en su inicio era el fin de su lucha, degerandose en gobiernos descoloridos y nefastos (Alan García 1985 – 1990), donde cundía la corrupción, el mal uso de los recursos del estado y el desorden económica, donde el carnet partidario era la carta de presentación útil para acceder a un puesto del estado. 1.4.- CONSECUENCIAS DE LA APARICION DE LOS CAUDILLOS EN EL PERU En el Perú después de la aparición y el desarrollo de un gobierno encabezado por un caudillo va a traer como consecuencia principal la inestabilidad política ,sin base nacional, debido a los sucesivos enfrentamientos políticos entre los bandos opositores y oficialistas, quienes se disputan el poder , no logrando un consenso, ni menos una concertación, solo guiándose de acuerdo a lo que el caudillo dice o los que sus apetitos personales les hacen notar, formando así una oposición frívola, inútil y revisionista. Es así como la republica peruana se constituyó sobre una base inconsistente, sobre un Estado embrionario, desorganizado económicamente, caótico en el orden político y sin planes de gobierno que sigan disciplina y orden. Por esta razón, la democracia no es totalmente efectiva y se realiza un uso inadecuado de las conquistas del liberalismo, en vez de un correcto uso de la libertad. El orden impuesto por la fuerza dentro del caudillismo ha quedado como herencia. Además, ciertas características "caudillescas" prosiguen hasta la actualidad. El caudillo, que buscaba gloria ypoder , intentaba con sus obras ganarse la simpatía de la población y desprestigiar al máximo al anterior gobernante; así, reorganizaba el gobierno a su antojo y consideraba como malo todo lo que el gobernante anterior hubiese hecho. Hoy en día, muchos gobernantes desprestigian aquello gestado por sus antecesores y lo abandonan, buscando el propio beneficio, o tal vez como una estrategia para su obligada participación en las siguientes elecciones. Por otro lado, es importante resaltar que, al hablar de caudillismos se habla también de consolidación de fuertes regionalismos, que mermaron el casi inexistente estadonación. Así, hoy en día aún existen algunos de esos fuertes regionalismos, especialmente en el sur andino, que, a pesar de no ser una consecuencia directa del caudillismo, ayudó a que se solidificaran algunos de ellos. Por esta razón, algunas veces planes unificadores resultan insostenibles. EL CAUDILLISMO EN LA VIDA DEMOCRÁTICA DEL PERÚ 2.1.- LA DEMOCRACIA EN EL PERU En el Perú durante los últimos 20 años, se ha desarrollado una vida democrática caótica, con niveles tan bajos de calidad de la democracia peruana generado por gobiernos revolucionarios como es el caso de Alan García 1980 – 1985, gobiernos de facto y gobiernos democráticos (Valentín Paniagua – Alejandro Toledo M.), así también por la desidia de los ciudadanos quienes son pocos activos, prevaleciendo la apatía, por intervenir en la vida política del país, desconfiando en cada momento sobre la eficiencia del sistema y los partidos políticos, siendo por su calidad académica bastante ajena al debate político, dado que muchos no conocen la política o simplemente le es indiferente. Pero que sin embargo los han convertido a esta democracia como una forma de utilizar al estado para sus fines personales, mediante el clientelaje político, donde cada partido que llega el gobierno, logra llevar a militantes de su partido con la finalidad de copar los aparatos del estado, sin tener en cuenta su grado academico,etc. Es por ello que podemos asegurar que en el Perú hay una democracia de calidad media baja, aunque más se parecería a una pseudodemocracia, dado que el grueso de los ciudadanos no participan en la vida política del país, siendo un mínimo de estos quienes militan un partido solo con la idea de ganar algún puestito de trabajo, mas no con la idea de mejorar la calidad política del país , ni menos para apoyar al surgimiento del Perú, por lo que por ello es que se da la oligarquía de un grupo de partidos políticos y castas que siempre gobiernan el país, ya que el peruano estaría acostumbrado a recibir regalos o el populismo engañosos mas no escuchar propuestas ni ideas , que puedan mejorar la calidad de vida del conjunto. 2.2.- LA PRESENCIA DE LOS CAUDILLOS EN LA POLITICA PERUANA En la actualidad la presencia de los caudillos en la política peruana se da a través de los partidos políticos, donde el líder político o presidente del partido actúa como agente Mesiánico, quien es visto como único líder natural, quien tiene el derecho de regir las riendas de un partido, así como el único capacitado para gobernar el país y salvarlo, mas no permitiendo que otros agentes o lideres asciendan a la palestra , generándose así disputas internas, inclusive con violencia por lograr tener el poder de mando en su partido, es por ello que se concibe a la política como una actividad pública y violenta, dado que los que se afilian a un partido político entran con la firme idea de lograr ser un caudillo en potencia en un futuro más cercano , para lo cual sabe que debe enfrentase a otros caudillos en potencia para el logro de su fin, que significa liderar y ser dirigente distrital, provincial, regional o nacional. Es por ello que la política peruana está formada por muchos caudillos quienes articulan los partidos políticos en bien personal o en bien de un grupo dirigencial, usando a los recién afiliados para las campañas electorales haciéndose notar frente al gran líder como útil para el logro de el objetivo principal y el bien merecido para recibir un porcentaje del poder, siendo muchas veces el erigido como el filtro de la repartición del poder del estado, generando así el clientelaje político o la venta indiscriminada de los puestos del estado, siendo por lo tanto quien mayor poder tiene en un partido político ganador de una justa electoral general, quien tiene la mayor capacidad de elegir a los futuros funcionarios y dueños de los puestos del estado, por lo que el caudillo gobernante les dará las facilidades necesarias para el logro de ese cometido, para fortalecer la organicidad de su carcaza política que es el movimiento o partido político. 2.3.- EL CAUDILLISMO EN LA VIDA DEMOCRATICA DEL PERU Durante la vida democrática del Perú, desde que se inició la vida republicana se ha erigido siempre aun caudillo, naciente de la aristocracia militar peruana, el cual ha permitido muchas veces la reducción de los derechos ciudadanos, así como el crecimiento de la opresión hacia la población, logrando así que los pilares de la democracia como son los derechos fundamentales sean dejados atrás y por ende la pérdida del valor de la democracia, cortando así la normal vida democrática del país. Es por ello que el caudillismo fue la base para la vida republicana del Perú, dado que con el lanzamiento de líderes políticos, permitieron que poco a poco se configurara la idea del poblador sobre la política, así como a quien se debe de elegir, por lo que por su poder de convencimiento de los caudillos civiles, como también por el poder disuatorio de los caudillos militares, lograban llegar al poder, siendo muchos de ellos tomados como salvadores, por lo que eran los lideres natos, a la cual seguir y a quien podía tomarse como ejemplo. Por lo tanto el caudillismo tuvo gran preponderancia en la continuación y no continuación de la vida democrática del Perú, siendo una corriente política que hasta en la actualidad sigue siendo perenne, permitiendo así el mesianismo y por lo tanto a la muerte del titular del poder político, desencadenaría la muerte de sus partidos políticos y su desaparición en el anonimato El caudillaje militar: Generada en inicios de la República del Perú, como consecuencia de la falta de una clase civil orgánica. El prestigio ganado por los Caudillos: Finalizada las guerras de Independencia los caudillos fueron reconocidos por la población y llamados los Mariscales de Ayacucho. Agustín Gamarra Messía (Cusco, Virreinato del Perú; 27 de agosto de 1785-Ingavi, La Paz, Bolivia; 18 de noviembre de 1841), político y militar peruano que fue presidente del Perú en dos ocasiones: de 1829 a 1833 y de 1839 a 1841. Su último periodo no pudo completarlo pues falleció en la batalla de Ingavi, en Bolivia, durante el último intento de anexar dicha república al Perú, que fue una de sus más acentuadas obsesiones políticas. Gobernó también a título provisorio en 1829 y de 1838 a 1840. Encarna la figura del caudillo militar ambicioso con activa participación en la vida política peruana durante las primeras décadas de la República. Durante la guerra de la Independencia, inicialmente se alistó en las fuerzas realistas, concurriendo a las campañas en el Alto Perú contra los ejércitos argentinos, sirviendo bajo las órdenes de José Manuel de Goyeneche, Joaquín de la Pezuela, Juan Ramírez Orozco y José de La Serna. Actuó también en la represión de la rebelión de los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua (1814) y contra las guerrillas de originarios del Alto Perú logrando derrotar a la Republiqueta de Larecaja. Subió por todos los escalones inferiores hasta el grado de teniente coronel. Pero se le involucró dos veces en conspiraciones tramadas por los patriotas y fue enviado a Lima en 1820. Poco después se sumó a la causa de la Independencia enrolándose en el Ejército Libertador de José de San Martín. Estuvo luego en dos expediciones enviadas a la sierra central y en la desafortunada campaña de Ica (1822). Durante la Segunda Campaña de Intermedios figuró como segundo del general Andrés de Santa Cruz (1823). Con la llegada de Bolívar y el ejército grancolombiano, fue nombrado jefe del Estado Mayor y como tal destacó en la batalla de Ayacucho (1824). Fue nombrado prefecto del Cuzco y jefe del Ejército del Sur. En 1828, invadió Bolivia; firmó con dicha nación el Tratado de Piquiza y fue nombrado Mariscal. Bajo las órdenes del presidente del Perú, mariscal José de La Mar, participó en la Guerra contra la Gran Colombia como Comandante general del Ejército peruano, pero ambicionó el poder y contando con la complicidad de los generales Antonio Gutiérrez de la Fuente y Andrés de Santa Cruz, derrocó a La Mar en plena guerra. Asumió entonces la Presidencia del Perú y acto seguido firmó la paz con la Gran Colombia por medio del Tratado Larrea-Gual. Este primer gobierno duró de 1829 a 1833 y se caracterizó por su autoritarismo y por su deseo de integrar Bolivia al Perú. En 1834 provocó una rebelión de sus partidarios contra el gobierno del electo Presidente Luis de Orbegoso; derrotado, salió desterrado a Chile. En 1835, cuando Orbegoso y Santa Cruz pactaron para la realización de la confederación entre Perú y Bolivia, Gamarra se opuso pero fue derrotado en la batalla de Yanacocha, teniendo que exiliarse nuevamente. Conspiró desde Chile contra la constituida Confederación Perú-Boliviana encabezada por Santa Cruz e integró la Segunda Expedición Restauradora dirigida por el general chileno Manuel Bulnes. Desembarcada la expedición en el Perú, Gamarra intervino como director general de operaciones en la campaña militar que culminó con la derrota de los confederados en la batalla de Yungay, tras la cual huyó Santa Cruz y finalizó la Confederación (1839). Gamarra ejerció provisionalmente la presidencia del Perú, hasta que el Congreso reunido en Huancayo lo ratificó como Presidente Constitucional del Perú. Este segundo mandato duró de 1839 a 1841. Volvió a intervenir en Bolivia, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Ingavi (18 de noviembre de 1841) Felipe Santiago Salaverry del Solar (Lima, 3 de mayo de 1806 - Arequipa, 18 de febrero de 1836) fue militar y político peruano, el presidente más joven que tuvo el Perú y el más joven en morir. Era un militar muy ilustrado, con afición a la lectura y con talento para la escritura. En 1835 se rebeló contra el presidente Luis José de Orbegoso y tomó el poder. Gobernó apenas un año, de febrero de 1835 a febrero de 1836. Lideró a su país frente a la invasión boliviana. Derrotado y apresado por Andrés de Santa Cruz, murió fusilado, tras un proceso sumario en su contra. Carrera militar Ingresó como cadete en el batallón “Numancia” y sirvió bajo las órdenes del general Juan Antonio Álvarez de Arenales en la segunda campaña de la sierra central. Luego se destacó en el primer sitio del Callao y fue ascendido a subteniente, el 15 de enero de 1822. Fue destinado al batallón N.º 1 de la Legión Peruana y, ya con el grado de teniente segundo, concurrió a las adversas batallas de Torata y Moquegua, durante la primera expedición a puertos intermedios (1823). Ascendido a capitán, participó en las batallas de Junín y Ayacucho (1824), y luego participó en las operaciones que el mariscal Antonio José de Sucre dirigió en el Alto Perú, figurando en la toma de Potosí. Regresó a Lima en 1825 y fue destacado como sargento mayor a resguardar el cuartel del batallón Granaderos N.º 9, donde le tocó conjurar un motín encabezado por el teniente coronel Alejandro Huavique. Él mismo se batió a sable con el oficial sublevado y le dio muerte ante el asombro de su tropa (23 de marzo de 1828). Recibió entonces el grado de teniente coronel. En 1829 fue nombrado ayudante de campo del presidente José de La Mar, acompañándolo durante la guerra contra la Gran Colombia. Asistió a las acciones de Saraguro (13 de febrero) y Portete de Tarqui (27 de febrero). Destacado al cuartel general de Piura, fue hecho prisionero al ser derrocado La Mar. Liberado, permaneció en Piura y se hizo notar como partidario del depuesto mandatario; luego viajó a Lima, decidido a apartarse de la política, pero el presidente Gamarra le ofreció la subprefectura y la comandancia militar de Tacna en 1831. Salaverry aceptó y partió a Tacna, donde se casó con doña Juana Pérez. Pasado algún tiempo dejó como gobernador interino de Tacna a José Rosa Ara y viajó a Lima a solicitar su retiro. Su deseo era dedicarse de lleno a la agricultura. Pero sus planes fueron desvirtuados por sus enemigos y fue acusado de conspiración. Apresado, se le condenó a pena de confinación en la aldea de Huallaga, cerca del Marañón, en el departamento de Amazonas (26 de julio de 1833). No tardó en convencer a sus guardianes para que lo dejaran libre, y junto con un puñado de partidarios marchó a Chachapoyas donde depuso al prefecto, desconociendo así el gobierno de Gamarra. Pero ante la aproximación de las fuerzas gobiernistas, fue abandonado por los suyos y capturado, siendo llevado encadenado a Cajamarca. Nuevamente convenció a sus captores para que lo liberaran y efectuó un nuevo pronunciamiento el 26 de octubre. Marchó a Trujillo y en la Garita de Moche (actual puerto de Salaverry) se enfrentó a las fuerzas gobiernistas que comandaba el general Francisco de Vidal, siendo derrotado. Huyó entonces hacia el norte y se refugió en la hacienda Suipiro, en Paita. Sin embargo fue reconocido y entregado a Vidal. Se le embarcó con destino a Guayaquil, pero una vez más convenció a sus custodios e hizo que la nave desviara su rumbo. Desembarcó en las playas de Lambayeque, pasando inmediatamente a Trujillo, en febrero de 1834. Para entonces se había restablecido en Lima el gobierno provisorio de Orbegoso, luego de la intentona golpista de los gamarristas encabezados por Bermúdez, quienes se replegaron a la sierra. Salaverry apoyó a Orbegoso y encabezó una movilización contra las autoridades de Trujillo, de cuya lealtad al gobierno se desconfiaba. Asumió el cargo de comandante general del departamento de La Libertad y luego se unió a las fuerzas orbegosistas que en el departamento de Junín operaban contra los rebeldes. De esa época data un famoso dicho suyo, al momento de pedir un ascenso al presidente: «Hágame coronel y yo me haré el resto». Efectivamente, obtuvo el grado de coronel (8 de marzo de 1834); luego participó en la batalla de Huaylacucho y en el “abrazo de Maquinhuayo”, que puso fin a la guerra civil (abril de 1834). Orbegoso le premió con el ascenso a General de Brigada (9 de junio de 1834). Salaverry tenía entonces 28 años y se ponía en una posición expectante dentro de las altas esferas del poder castrense de la década de 1830. Tal poder radicó en la cercana colaboración que tuvo con el gobierno de Orbegoso, quien le nombró Inspector General de las milicias de la República, cargo de suma importancia pues tenía como principal objetivo asegurar la estabilidad del régimen y precaver cualquier tipo de sublevación. Golpe de estado Efigie de Salaverry en el Panteón de los Próceres en Lima. Tanto poder en manos de Salaverry, hizo que muchos desconfiaran con razón, temiendo que diese un golpe de estado. Pero el presidente Orbegoso, hombre débil y demasiado bondadoso, parecía no ser consciente del peligro. En una de sus obras, el deán Valdivia cuenta que Orbegoso le preguntó a Salaverry sobre los rumores de que quería hacer una revolución. Salaverry, muy desenvueltamente, le respondió: «Si así fuese, señor general Presidente, principiaría fusilando primero a Vuestra Excelencia.» Orbegoso quedó visiblemente mortificado ante tal respuesta, pero atinó a hacer nada. De otro lado, en Bolivia conspiraban el presidente de ese país, Santa Cruz, con el general Gamarra, planeando la unión de la nación altiplánica con el Perú. Posiblemente por este último motivo o por otra razón, Orbegoso se dirigió al sur, dejando en Lima como encargado del mando a Manuel Salazar y Baquíjano (7 de noviembre de 1834). Ausente Orbegoso, se sublevaron en la Fortaleza del Real Felipe del Callao los sargentos y soldados impagos que conformaban la guarnición (1º de enero de 1835). Salaverry sofocó la sublevación tomando por asalto la fortaleza y se hizo gobernador de dicha plaza (4 de enero). Luego, aprovechando su situación inmejorable, se pronunció al frente de su guarnición contra la autoridad del encargado del mando, el señor Salazar (medianoche del 22 de febrero); poco después ingresó a Lima y se autonombró Jefe Supremo de la República (25 de febrero), con el pretexto de que el país se hallaba acéfalo, es decir sin presidente, pues Orbegoso se hallaba fuera de la capital.1 El nuevo gobierno fue reconocido en diversos lugares del país, mas no en el sur, que continuó obedeciendo a Orbegoso. Este envió contra Salaverry una división al mando del general Francisco Valle Riestra. Valle Riestra se hizo a la mar en Islay y desembarcó en Pisco, pero no pudo continuar pues sus propios hombres lo apresaron y lo entregaron a Salaverry, quien ordenó su fusilamiento. Tal exceso se debió, según se cree, a una vieja y enconada enemistad personal o simplemente a un arrebato de ira de Salaverry, debido a las fechorías que cometían los bandoleros en Lima. Otra expedición organizada en el norte por el general Domingo Nieto en apoyo de Orbegoso también fue debelada por Salaverry en persona. Nieto fue desterrado. La escuadra salaverrina rindió a Islay y a Arica (puertos del sur). Un decreto de amnistía general, dado por Salaverry en mayo de 1835 y la convocatoria al Congreso que debía reunirse en Jauja, fueron señales de que la unificación del mando del país en manos de Salaverry era ya un hecho; solo Arequipa acataba todavía la autoridad de Orbegoso. Nació el 25 de agosto de 1795, en Usquil, Perú. Hijo de Justo Pastor de Orbegoso Isasi y Burutarán, alcalde de Trujillo, y de Francisca Josefa Moncada Galindo y Morales, IV condesa de Olmos. Cursó estudios en el seminario de San Carlos y San Marcelo (Trujillo). Se trasladó a Lima para ingresar en el Real Convictorio de San Carlos, donde cursó Filosofía, Matemáticas y Física. En 1812, al terminar su bachillerato en Artes, volvió a Trujillo a causa de una grave enfermedad de su padre. En 1814, tras fallecer su progenitor, se hizo cargo de la administración del patrimonio familiar y de la producción agropecuaria de su hacienda. En 1815, ingresó en el regimiento de milicias de Trujillo como cadete de caballería, posteriormente fue ascendido a alférez de la compañía de carabineros. En 1817, obtuvo el grado de teniente de la VII compañía del regimiento de milicias provinciales disciplinadas de caballería de Trujillo, en 1819, el de ayudante mayor, y un año después, el de capitán. En 1820, se unió al Ejército libertador del general José de San Martín siendo ascendido en 1821 a sargento mayor, en 1822 a teniente coronel y en 1823, a coronel. El 2 de septiembre de 1824, fue nombrado Subprefecto de Lambayeque y luego Prefecto del departamento de La Libertad. Por su colaboración con la causa libertadora, se le premió con la medalla cívica que el Congreso Constituyente mandó acuñar con el busto de Bolívar.En 1833, resultó elegido presidente de la República iniciando un período de gobierno liberal. Un año después, se opuso a la incorporación de Perú a la Gran Colombia y promulgó la Constitución de 1834. En 1836, fue derrocado por el general Felipe Santiago Salaverry. Logró el apoyo del presidente boliviano Andrés de Santa Cruz, que en 1836 derrotó a Salaverry en Socabaya. Creó, junto con Santa Cruz, la Confederación Perú-boliviana, en la que Orbegoso ocupó la presidencia del Estado norperuano. Se le otorgó el grado de Gran Mariscal y se le condecoró con un sol de brillantes con las inscripciones: «El Estado Nor-Peruano al general D. Luis José Orbegoso», y en el reverso «Sirvió a la patria con lealtad». En 1838, derrotado en la Portada de Guía por los chilenos que se oponían a la unión de Perú y Bolivia, tuvo que abandonar el país. Residió en Guayaquil hasta 1844, año que regresó a Trujillo. Contrajo matrimonio con María Josefa Martínez de Pinillos Cacho, hija del español Juan José Martínez de Pinillos. Fueron padres de 13 hijos.