Subido por Raquel Sánchez de Pedro Crespo

Guía OSMAN de Cambio climatico y salud en el ámbito urbano

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CAMBIO
CLIMÁTICO
Y SALUD EN
EL ÁMBITO
URBANO
Manual de identidad corporativa
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mbolo debe usarse siempre en
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A DE ANDALUCÍA
ESCUELA ANDALUZA
DE SALUD PÚBLICA
1. ELEMENTOS CORPORATIVOS
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símbolo genérico, que representa a la
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Consejería de Salud y Familias
Junta de Andalucía
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Consejería de Salud y Familias
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DIRECCIÓN:
Antonio Daponte Codina
María del Pilar Rueda de la Puerta
COORDINACIÓN Y REVISIÓN:
Paola Jiménez Melgar
Virginia Ballesteros Arjona
AUTORAS:
Antonio Daponte Codina
Paola Jiménez Melgar
Virginia Ballesteros Arjona
Raquel Sánchez de Pedro Crespo
Elena Martín Parra
FECHA: noviembre 2020
ISBN: 978-84-09-25468-2
Maquetación
7 Vértices [www.7vertices.com]
Índice
1. Introducción ......................................................................................................................... 5
2. Metodología ....................................................................................................................... 8
3. Evidencias ......................................................................................................................... 20
4. Conclusiones y medidas de adaptación ............................................................. 47
5. Bibliografía ........................................................................................................................ 49
CAMBIO
CLIMÁTICO
Y SALUD EN
EL ÁMBITO
URBANO
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
1. INTRODUCCIÓN
El marco conceptual del presente informe se basa en los informes, planes y estudios de organismos
internacionales como el Quinto Informe de Evaluación elaborado por el Grupo de trabajo II del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), encargado de la evaluación de la vulnerabilidad
al cambio climático ante los impactos socioeconómicos y naturales, analizando las posibilidades
de adaptación, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, informes de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), entre otros.
Los riesgos para la salud se generan de la interacción de los cambios climáticos futuros con los sistemas
ecológicos, físicos y socioeconómicos complejos, que a su vez se ven afectados simultáneamente por
muchos otros cambios, como la globalización, los cambios demográficos, los cambios en el uso de
la tierra, la nutrición y la calidad de la atención sanitaria (Wardekker et al. 2012; Nadal 2002). Por
lo tanto, la formulación de políticas sobre la adaptación a los riesgos sanitarios del cambio climático
también se enfrenta a una incertidumbre considerable (Wardekker et al. 2012).
Se esperan, así mismo, efectos asociados al cambio climático, en cualquiera de sus escenarios, que
suponen un riesgo y un cambio irreversibles en la función tanto de los ecosistemas terrestres y
acuáticos continentales, como los sistemas costeros (IPCC 2014). Algunos impactos de fenómenos
extremos conexos al clima, como olas de calor, sequías, inundaciones, ciclones e incendios
forestales, muestran una importante vulnerabilidad y exposición de algunos ecosistemas y muchos
sistemas humanos a la actual variabilidad climática (IPCC 2014).
En el presente siglo los problemas de salud se agravarán debido al impacto del cambio climático
sobre los ecosistemas. Por un lado, empeorarán los problemas de salud presentes, como
enfermedades respiratorias, cardiovasculares, y otras crónicas, o enfermedades transmitidas por
el agua o los diferentes vectores. Por otro lado, provocando mayores lesiones físicas o muertes
relacionadas con los eventos extremos climáticos como el aumento de olas de calor y días con
temperaturas extremas. Todo ello genera a su vez un impacto sobre la sociedad a distintos niveles,
económico (reducción de la productividad laboral, el aumento de subvenciones para paliar daños
como los daños producidos en la agricultura, pérdida de infraestructuras, aumentó de la demanda
de los servicios sanitarios y otros servicios públicos , etc.), social (aumentó de la desigualdad social,
conflictos por recursos o por la desigualdad en el acceso a los mismos) o político (nuevos retos
entre dinámicas de cierre de fronteras o la cooperación, conflictos violentos, consenso y apoyo a
las medidas de mitigación y adaptación, opciones políticas frente al clima, mejora en la gestión de
la sostenibilidad ambiental,etc.).
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OSMAN
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Los efectos del cambio climático en la salud se estudiaron más en profundidad a partir del año 2000,
cuando diversos proyectos europeos buscaron profundizar en los diferentes aspectos de los
impactos del cambio climático en la salud, como por ejemplo, EDEN ‘Emerging Diseases in a
changing European environment’, CIRCE ‘Climate Change and Impact Research: the Mediterranean
Environment’ o PESETA II ‘Projection of Economic impacts of climate change in Sectors of the European
Union based on bottom-up Analysis’, o EuroHEAT ‘Heat-health Action Plans’ (Matthies et al. 2008)
todos de la Comisión Europea. Desde organizaciones de referencia, además, se han clasificado los
impactos en la salud, como son el IPCC o el Servicio de Salud Pública, Departamento de Salud y
Servicios Humanos de los Estados Unidos, en los que se ha inspirado la propuesta de clasificación
de impactos más específicos para este informe.
1.1. CONCEPTOS BÁSICOS
Los determinantes sociales de la salud (DSS) son las circunstancias en que las personas nacen,
crecen, viven, trabajan y envejecen (Comisión sobre Determinantes sociales de la salud 2009).
La variabilidad en su distribución explica la mayor parte de las desigualdades sociales en la
salud, siendo estas evitables, sistemáticas e injustas (Whitehead y Dahlgren 2006). Así pues, existe un
consenso a nivel internacional de que las causas de la salud y el bienestar radican en aspectos,
sobretodo, fuera del ámbito de los servicios sanitarios, como por ejemplo las condiciones del
medio ambiente, la economía o del trabajo, entre otras. Esta visión ha dado origen a un cambio en
el abordaje de la protección de la salud, que se materializó en la “Estrategia de la Salud en todas las
políticas” (World Health Organization), en la que se insta a que todos los sectores políticos deben
incluir la salud y bienestar entre sus objetivos. A través de la evolución del propio concepto de
salud el bienestar humano se concibe como un conjunto en equilibrio con el medio natural y social
(Jendritzky y Kalkstein 1997).
La Evaluación de Impacto en Salud o EIS se define como “el conjunto de procedimientos, métodos
y herramientas con los que puede ser evaluada una política, proyecto o actividad en relación a sus
efectos potenciales en la salud y a su distribución en la población”. La aplicación de la metodología
EIS a la valoración de impactos en la salud derivados del cambio climático puede minimizar sus
riesgos, evitar pérdidas económicas e incorporar la participación ciudadana, actuando en dos
principales ámbitos: la adaptación y la mitigación.
Se define como impacto aquellos efectos derivados del cambio climático progresivo y de la
ocurrencia de eventos extremos asociados, que pueden potencialmente tener un efecto sobre
la salud, ya sea de forma directa sobre la población o mediados por los sistemas naturales
(ecosistemas, recursos, medios de subsistencia) y humanos (economía, sociedad, cultura, servicios
e infraestructuras).
La vulnerabilidad está relacionada con el nivel de susceptibilidad o tendencia de una región
determinada a verse afectada por los impactos derivados del cambio climático. El análisis de la
vulnerabilidad se hace en base a sus dos componentes, la sensibilidad o susceptibilidad al daño, y
la capacidad adaptativa de dicho territorio para afrontar los impactos potenciales.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
La sensibilidad viene determinada por el conjunto de las condiciones sociales, políticas, sanitarias y
económicas del territorio para el cual se evalúan los riesgos climáticos (MAGRAMA 2015). Por otro lado,
la capacidad de adaptación guarda una estrecha relación con el concepto de resiliencia (resistencia o
capacidad de recuperación de un sistema). La resiliencia climática se define como la capacidad de los
sistemas socio-económicos para absorber los impactos y mantener su funcionamiento frente a los
impactos del cambio climático, así como su capacidad para adaptarse y evolucionar hacia modelos
que mejoren su sostenibilidad (Folke 2006; Nelson, Neil Adger, and Brown 2007). La capacidad de
adaptación de una región modula el nivel de riesgo, bien agravando sus efectos o por el contrario
ejerciendo un efecto amortiguador (Hess, McDowell, and Luber 2012).
El análisis de vulnerabilidad se realiza a partir de una comparación cualitativa o cuantitativa de los
impactos potenciales con las partes del territorio que en el pasado se han visto afectadas (AyalaCarcedo y Cantos 2002). La adaptación va más allá del reconocimiento del impacto, buscando
la transformación en profundidad a través de una planificación proactiva que actúe sobre los
factores del riesgo, implicando cambios estructurales en las políticas y planes de gestión (Handmer
y Dovers 1996).
La exposición o “elemento en riesgo” engloba aquellos bienes humanos, económicos, estructurales
o ecológicos que pueden verse afectados por un impacto climático (Ayala-Carcedo y Cantos 2002).
1.2. IMPACTOS GLOBALES E INCERTIDUMBRES EN EL ANÁLISIS DE RIESGOS CLIMÁTICOS
Entre los factores de riesgo asociados al cambio climático destacan por su efecto directo sobre la
salud y la severidad e intensidad de sus impactos la temperatura, las precipitaciones, el viento y
la radiación ultravioleta (UV). Sin embargo, desde el ámbito científico se ha puesto en evidencia el
alto grado de incertidumbre que conlleva evaluar los impactos potenciales del cambio climático,
debido a la incertidumbre de los modelos climáticos, así como a la complejidad de sus efectos
directos e indirectos sobre los sistemas humanos y naturales. Por ello, la evaluación de los riesgos y
vulnerabilidades derivados del cambio climático requiere una aproximación multidisciplinar, desde
la caracterización geográfica del medio físico hasta las dinámicas sociales que en él se producen
(Ayala-Carcedo y Cantos 2002).
El análisis de la evaluación de los riesgos y vulnerabilidades de un territorio concreto facilita
el desarrollo de políticas locales de adaptación y mitigación frente al cambio climático. Esta
evaluación es una herramienta que puede suponer una mejora significativa en la planificación
general, tanto urbana como rural, de ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Por ejemplo, en el
desarrollo de sistemas sanitarios de prevención y control adaptados a los impactos potenciales,
o en la readaptación de los ecosistemas naturales de las regiones para la mitigación de dichos
impactos, como es el caso de la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza (Rizvi, Baig,
and Verdone 2015; Kabisch et al. 2017). La implementación de medidas de mitigación resulta
altamente efectiva, como sugieren diferentes escenarios climáticos (Euro-CORDEX, AdapteCCa), lo
que supondrá una menor pérdida de costes humanos, ambientales, sanitarios y económicos (Díaz
et al. 2019; Rosenzweig et al. 2015).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Territorialmente hablando, la península ibérica es uno de los espacios geográficos europeos
más sensibles a los riesgos naturales, debido a su situación geográfica, su carácter peninsular,
su topografía, su climatología y la ocupación humana (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales
e Igualdad 2014; Paz et al. 2016; Moreno 2005). Como parte del dominio-región mediterráneo,
sus riesgos climáticos se caracterizan principalmente por sequías e inundaciones (Ayala-Carcedo
y Cantos 2002). Según el informe citado anteriormente, las zonas más vulnerables a la sequía
se localizan en zonas con sequía estructural, teniendo un nivel de consumo superior al recurso
potencial, como son la mitad suroriental peninsular entre otras. En el caso de riesgo de inundaciones,
la vulnerabilidad es más pronunciada en áreas sujetas a fenómenos de precipitación extrema que
a su vez tengan un alto grado de exposición por estar intensamente urbanizadas, como es el caso
de Andalucía oriental. Las actuales evidencias científicas sugieren que tales eventos extremos de
precipitaciones se verán intensificados en menor o mayor medida en los diferentes escenarios
climáticos proyectados.
La Estrategia Española de Adaptación al cambio climático se han venido materializando desde 2006
a través de diversos hitos, siendo el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático el proyecto
de referencia a nivel estatal. A esta iniciativa se suma en el marco de la Estrategia Española de
Desarrollo Sostenible (EEDS) la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia (EECCEL),
así como el borrador de Proyecto de Ley de Cambio Climático. Ambas estrategias buscan alcanzar
los compromisos internacionales en reducción de emisiones de GEI (90% en 2050 respecto a los
valores de 1990). En Andalucía, las medidas de mitigación y adaptación en materia de cambio
climático se recogen en los programas de acción del Plan Andaluz de Acción por el Clima, y a través
de compromisos locales en el marco de iniciativas europeas como PACES, en aras de una mejora
adaptativa frente a los impactos climáticos.
En los últimos años, existen grandes movilizaciones relacionadas con los riesgos climáticos desde
instituciones públicas, entidades privadas y agentes sociales.
Parte de estas movilizaciones se materializa con docenas de países y ciudades, así como más de
siete mil universidades, declarando esta emergencia climática. y más de siete mil universidades
declaran una emergencia climática; éstas últimas afirmando lo siguiente: ”Como instituciones y
redes de educación superior y universitaria de todo el mundo, declaramos colectivamente una
emergencia climática en reconocimiento de la necesidad de una transformación social drástica
para combatir la creciente amenaza del cambio climático”.
2. METODOLOGÍA
La metodología propuestas para la aproximación a los impactos está compuesta de una fase
previa de revisión bibliográfica, de la cual deriva la clasificación propuesta de los impactos, siendo
una adaptación de la clasificación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
A continuación se plantea una valoración de los impactos, categorizando cada uno de éstos para
la ciudad o entorno objeto de la valoración, según el estudio de una serie de variables, como leve,
moderado o alto.
La figura 1 resume el proceso seguido para la clasificación de los impactos.
Figura 1. Cuadro resumen de la metodología empleada en el presente estudio para el análisis de riesgos y vulnerabilidades en la salud
por impactos derivados del cambio climático (elaboración propia).
2.1. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA (FASE 0)
Se ha hecho una recopilación de información relacionada con el cambio climático y la salud,
incluyendo los documentos de entidades oficiales como el IPCC, artículos científicos, informes de
organismos públicos como la Organización Mundial de la Salud o la Agencia Europea para el Medio
Ambiente.
Para la búsqueda de la bibliografía especializada y actualizada se han realizado búsquedas
en la base bibliográficas PubMed, Sciencedirect y Web of Science (WoS), mediante el uso de
términos específicos y operadores de búsqueda para cada impacto y sus efectos potenciales en
la salud, seleccionando los más recientes y los estudios de universidades públicas e institutos de
investigación españoles.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
En total se han revisado un total de 160 referencias (113 de ellas indexadas en bases de datos
internacionales, 47 pertenecientes a la literatura gris), de las que cuales 93 pertenecen a artículos
científicos, 41 a documentos de referencia de organismos internacionales y nacionales, 23 a libros
especializados y guías técnicas, y 3 a tesis doctorales. La figura 2 resume de manera gráfica la
tipología y ámbito geográfico de la bibliografía revisada. A partir de la recopilación de los datos y
estudios hemos incorporado las principales aportaciones de las mismas que competen al presente
trabajo.
La revisión se ha realizado en las principales fuentes oficiales relacionadas con la materia
internacionales, nacionales, regionales y locales; así como en publicaciones científicas de
reconocido prestigio. Se han seleccionado las referencias atendiendo a la fuente más oficial, la
proximidad geográfica, la concreción en el tema a valorar.
El periodo de búsqueda se cerró en Junio de 2019, por tanto, no se incluyen referencias posteriores
que pueden enriquecer la presente informe.
Figura 2. Resumen de las consultas bibliográficas realizadas, según la tipología del documento y el ámbito geográfico de referencia
(elaboración propia).
2.2. CLASIFICACIÓN DE LOS IMPACTOS (FASE I )
Para la detección y valoración de los impactos previsibles se propone la siguiente adaptación de la
clasificación propuesta por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, 2014) ya que
es la referencia más importantes vinculadas a dicha temática.
Adaptación de la clasificación propuesta por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático
(IPCC, 2014) que hace la división en tres bloques. Estos son:
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
1. Impactos indirectos mediados por el ecosistema donde se incluyen los relacionados con
las enfermedades transmitidas por los vectores, las infecciones transmitidas por el agua y
alimentos o los relacionados con la calidad del aire (Chiabai et al. 2018).
Algunos de los efectos en salud más estudiados asociados al cambio climático se encuentran
en esta categoría. Algunos ejemplos de enfermedades transmitidas por vectores son la
malaria o el dengue (Patz et al. 1998; Calle et al. 2017). También numerosos parásitos,
bacterias y virus ven aumentada su incidencia y rango territorial con el aumento de las
temperaturas (Hunter 2003).
En esta categoría entrarían también los daños a la salud relacionados con la calidad del aire
derivados de episodios de contaminación atmosférica, así como el aumento de alérgenos en
el aire, con el incremento de enfermedades respiratorias (D’amato et al. 2016; Pope et al. 2004;
Morales 2007).
2. Impactos directos del clima sobre la salud se relacionan principalmente con los cambios
en la frecuencia de eventos climáticos extremos, incluido las olas de calor, las sequías o las
lluvias intensas.
Los episodios climáticos suponen impactos directos en la salud de la población, con
evidencias demostradas en la relación directa con el aumento de la mortalidad. Por ejemplo,
la asociación entre el número de muertes en los días de máxima temperatura (Díaz et al.
2002; J. D. Jiménez y Gil 2018). En este sentido, existe cierta dificultad en la cuantificación
de estos daños a escala global debido a la incertidumbre en el grado de adaptación fisiológica,
social y tecnológica a largo plazo (Wardekker et al. 2012).
Por otro lado, en esta categoría estarían incluidos los efectos relacionados con los procesos
de termorregulación del cuerpo humano, como funciones cognitivas, aumento del estrés,
aumento de mortalidad, etc. (Matzarakis y Amelung 2008; Pal y Eltahir 2015). También se
incluyen los accidentes por causas mecánicas derivadas de condiciones meteorológicas
extremas como caídas de árboles, incendios o riadas, con el consiguiente aumento de la
mortalidad (National Research Council et al. 2015; Urbano M De Bettencourt et al. 2013). Por
último, se contemplan los impactos derivados de una excesiva radiación UV sobre la salud (a nivel
cutáneo, ocular e inmune) (Bais et al. 2018).
3. Impactos indirectos mediados por sistemas humanos, como los impactos ocupacionales,
la pérdida de soberanía alimentaria, o el estrés mental (Mirón 2017; Kjellstrom et al. 2009;
Hayes y Poland 2018). En este grupo también se incluirían los impactos mediados por los
propios servicios sanitarios, en relación a su capacidad de adaptación, el cual resulta ser un
factor clave en la gestión de los riesgos derivados del cambio climático sobre la salud y el
aumento de la resiliencia (Keim 2008). Además, se ha incluído el impacto relacionado con
la pobreza energética, es decir, con la dificultad de mantener un hogar a una temperatura
confortable y asumir los requerimientos de consumo de energía a un coste razonable (Hill, 2011).
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Por último, señalar que de la clasificación adaptada del IPCC, no se ha incluido el impacto
relacionado con la violencia y el conflicto por no ser un factor de riesgo en la actualidad en
el entorno socioeconómico en el que nos encontramos.
En esta clasificación no se incluye un grupo relativo a los impactos sociales ya que la
metodología lo trata de manera transversal a incluir variables como capacidad de
adaptación, grupos vulnerables o inequidades en distribución. Los impactos sociales
están determinados por factores como los estilos de vida, las condiciones habitacionales,
o situaciones de pobreza energética, y tendrían impactos en la cohesión social, en las
dinámicas rural-ciudad, la mortalidad o en conflictos sociales (Alston y Kent 2004), así
como también en la salud mental (Melbourne & Sydney: The Climate Institute 2011; Berry,
Bowen and Kjellstrom 2010).
Tabla 1. Clasificación del impacto del cambio climático en la salud humana
CATEGORÍA
GENERAL
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
DENOMINACIÓN IMPACTO
Aumento en la probabilidad de brotes de
malaria.
Mosquitos
Enfermedades
transmitidas por
vectores
Impactos
indirectos
mediados
por sistemas
naturales
Infecciones
transmitidas por
agua y alimentos
Calidad del aire
Posibles brotes de infección por Dengue.
Aumento de otras enfermedades infecciosas
como la Leishmaniosis, fiebre de Chikungunya
o fiebre amarilla.
Otros vectores
(cucarachas, moscas,...)
Aumento de diversas enfermedades
infecciosas.
Garrapatas (Arbovirus y
bacterias)
Aumento de enfermedades transmitidas por
garrapatas.
Roedores
Aumento de enfermedades transmitidas por
roedores.
Parásitos, bacterias y
virus
Aumento de enfermedades transmitidas por
agua.
Aumento intoxicaciones alimentarias.
Incremento de las enfermedades zoonóticas.
Episodios de
contaminación del aire
(PM10, PM2.5,NO2, O3)
Incremento de la mortalidad y morbilidad
por enfermedades cardiovasculares y
respiratorias.
Impactos cognitivos y neurológicos en edades
tempranas y reducción del peso al nacer.
Aumento de la mortalidad en población
vulnerable.
Exposición a
aeroalérgenos
OSMAN
Incremento y/o agravamiento del número
de casos de alergias y enfermedades
respiratorias.
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Tabla 1. (Continuación). Clasificación del impacto del cambio climático en la salud humana
Aumento de la morbilidad y mortalidad en la
población vulnerable.
Impactos relacionados al calor y al frío
Agravamiento enfermedades previas como
enfermedades crónicas y cardiovasculares.
Reducción de resistencia frente a
enfermedades infecciosas como resfriados o
gripes.
Impactos
directos del
clima sobre la
salud
Impactos relacionados con condiciones
climáticas extremas como inundaciones,
tormentas o incendios
Incremento de la mortalidad de la población
instalada en la zona afectada directamente
por dichos eventos climáticos.
Incremento de enfermedades infecciosas.
Efectos cutáneos como aumentos de
melanoma, cáncer asociado, fotodermatitis,
etc.
Radiación ultravioleta
Efectos oculares.
Efectos sobre la inmunidad, aumentando la
susceptibilidad a infecciones.
Menor seguridad alimentaria debida a la
disponibilidad, el acceso, la utilización y
estabilidad de los alimentos.
Seguridad alimentaria
Impactos relacionados
al calor y al frío dentro
del hogar. Pobreza
energética
Salud
habitacional
Impactos
indirectos
mediados
por sistemas
humanos
Salud
ocupacional
Aumento de la morbilidad y mortalidad en la
población vulnerable.
Agravamiento enfermedades previas como
enfermedades crónicas y cardiovasculares.
Reducción de resistencia frente a
enfermedades infecciosas como resfriados o
gripes.
Golpe de calor y shock
por calor
Aumento de los accidentes laborales debidos
a golpes de calor.
Agotamiento por calor
y pérdida de capacidad
de trabajo
Aumento de enfermedades del sistema
nervioso por reducción de la eficacia de los
mecanismos termorreguladores.
Salud mental
Aumento de las enfermedades y desórdenes
mentales.
Servicios sanitarios
Posibles problemas de adaptación de los
servicios sanitarios ante las consecuencias del
cambio climático.
Fuente: Elaboración propia a partir de la adaptación de la clasificación del IPCC 2014 (Smith, K.R., A.Woodward, D coord. et al. 2014)
2.3. VALORACIÓN DE LOS IMPACTOS EN SALUD (FASE II)
El estudio de los impactos se ha realizado haciendo una adaptación de la metodología utilizada
para valorar el impacto en la salud de la planificación urbanística, en concreto a partir del protocolo
descrito en el “Manual para la evaluación del impacto en salud de los instrumentos de planeamiento
urbanístico en Andalucía” de la (Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales 2015). Se ha puesto
en práctica como herramienta innovadora para el presente informe a la espera de que pueda tener
un uso posterior en otros análisis de riesgos y vulnerabilidades frente al cambio climático.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
2.3.1. Selección de impactos
Con inspiración en dicha metodología y concretamente mediante la adaptación de la tabla del
Anexo U-5 “Lista de chequeo de dimensiones y áreas que pueden verse afectadas por la gestión
local” se han valorado los impactos definidos a partir de la clasificación expuesta en la Tabla 2, a
través de la valoración de las siguientes variables:
●● Probabilidad: Posibilidad de ocurrencia de un cambio significativo en los determinantes
de la salud asociados como consecuencia de los efectos del cambio climático.
●● Intensidad: Nivel máximo de modificación en los determinantes de la salud que podrían
suponer los efectos del cambio climático.
●● Capacidad de adaptación: Existencia de características, medidas y/o actuaciones que
potencian la resiliencia al impacto en salud, es decir, permite una reducción del impacto
negativo o un incremento del impacto positivo.
●● Gravedad en salud: según la publicación ‘Gravedad de la enfermedad` publicada en 2013
por Gambert S., la gravedad es el impacto que una enfermedad tiene en el uso de los
recursos, co-morbilidades y mortalidad de la población sobre la que incide (Gellman y Rick
Turner 2013).
En la siguiente tabla se establece el criterio para la valoración de estas variables en baja, media o
alta que es una adaptación de la propuesta recogida en el Manual para la Evaluación de Impacto
en Salud de los Instrumentos de Planeamiento Urbanístico en Andalucía:
Tabla 2. Criterios de valoración
BAJA
MEDIA
ALTA
PROBABILIDAD
No se prevé que se
produzcan una modificación
en el/los determinantes.
Resulta razonable esperar
que se va a producir
una modificación en
los determinantes pero
puede no ser significativa
o depender de la
concurrencia de factores
adicionales.
INTENSIDAD
La modificación prevista
no tiene suficiente entidad
como para alterar de forma
significativa el estado inicial
de los determinantes.
La modificación prevista
tiene suficiente entidad
como para detectarse
fácilmente pero el resultado
final está claramente
influenciado por el estado
inicial de los determinantes.
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Resulta prácticamente
seguro bien por la
experiencia acumulada bien
por el desarrollo lógico de
las medidas que se va a
producir una modificación
significativa en los
determinantes.
La modificación prevista es
de tal entidad que se altera
por completo el estado
inicial de los determinantes.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Tabla 2. (Continuación). Criterios de valoración
BAJA
CAPACIDAD DE
ADAPTACIÓN
GRAVEDAD DEL
EFECTO EN SALUD
MEDIA
ALTA
No existen iniciativas y
medidas encaminadas a
reducir la vulnerabilidad
de la sociedad y la
susceptibilidad de los
sistemas naturales, ante
este impacto.
Es posible activar iniciativas
y medidas encaminadas a
reducir la vulnerabilidad
de la sociedad y la
susceptibilidad de los
sistemas naturales, ante
este impacto.
Existen iniciativas y medidas
encaminadas a reducir
la vulnerabilidad de la
sociedad y la susceptibilidad
de los sistemas naturales,
ante este impacto.
La gravedad del efecto en
salud del determinante es
leve.
La gravedad del efecto en
salud del determinante es
moderado.
La gravedad del efecto en
salud del determinante es
severo.
Fuente: Adaptación propia a partir del Manual para la Evaluación de Impacto en Salud de los Instrumentos de Planeamiento Urbanístico
en Andalucía (Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales 2015).
Para la valoración del impacto, se ha establecido el siguiente sistema de puntuación:
Tabla 3. Puntuación para las variables incluidas en los criterios de valoración
BAJA
MEDIA
ALTA
PROBABILIDAD
1
2
3
INTENSIDAD
1
2
3
CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN
-1
-2
-3
GRAVEDAD DEL EFECTO EN
SALUD
1
2
3
Se considera menos significativo si la suma del dictamen es menor de 4; siendo significativo cuando
la puntuación total está por encima de 4.
El resultado de este análisis permite la reflexión de cada uno de los posibles impactos obteniendo
una primera evaluación y clasificación en base al grado de importancia de los impactos en:
●● menos significativos, a los que se les otorga un grado de significación leve.
●● significativos, que serán analizados con mayor profundidad para determinar su grado de
significación tal como se describe el el siguiente apartado.
Ejemplo de aplicación de la metodología:
Aumento de las enfermedades transmitidas por agua (impacto indirecto mediados por sistemas
naturales).
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15
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Como se comenta en la metodología, en la primera fase de valoración, se tienen en cuenta las
variables probabilidad, intensidad, capacidad de adaptación y gravedad en salud.
Probabilidad:
En este sentido, pese a la evidencia existente del aumento de la probabilidad de enfermedades
como el cólera o la legioneliosis transmitidas por el agua con el incremento de la temperatura.
Como las proyecciones climáticas reflejan un incremento de la temperatura: “Resulta razonable
esperar que se va a producir una modificación en los determinantes (calidad del agua) pero
puede no ser significativa o depender de la concurrencia de factores adicionales”, por lo que la
probabilidad es media.
Intensidad:
Como: “La modificación prevista no tiene suficiente entidad como para alterar de forma significativa
el estado inicial de los determinantes”, la intensidad se considera baja, ya que el sistema de
potabilización de España, ha permitido una gran disminución o completa erradicación de dichas
enfermedades a través de este medio.
Capacidad de adaptación:
Se considera que los sistemas tanto de cloración como de sistemas de evaluación de análisis del
agua (el análisis sistemático de las bacterias coliformes o la Escherichia coli) conforman una gestión
sanitaria que hace de la capacidad de adaptación alta.
Gravedad en salud:
En este ejemplo se considera diferentes patologías con una gravedad variable que se considera MEDIA.
Por tanto, si estas estructuras sanitarias y políticas continúan establecidas en el territorio, el
impacto potencial será poco significativo.
2.3.2. Análisis en profundidad de los impactos más significativos
Tras la primera valoración, los impactos que considerados significativos se han analizado con mayor
profundidad a través de los siguientes factores y según los datos disponibles para el entorno:
FACTORES PROPIOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA GESTIÓN LOCAL
●● Impacto potencial: intensidad máxima del impacto que pueden causar en la población.
●● Nivel de certidumbre: grado de confianza adjudicado a la probabilidad de que se produzca
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el efecto en salud al nivel de grupos de población (medido en función de la confianza con
que organismos nacionales e internacionales se han pronunciado al respecto).
●● Medidas de protección o promoción: existencia y efectividad de medidas para corregir
o atenuar el potencial efecto negativo sobre la salud y/o para potenciar u optimizar el
potencial efecto positivo sobre la salud.
FACTORES PROPIOS DEL ENTORNO
●● Población total: magnitud de población expuesta y/o afectada en términos absolutos,
si bien no conviene desdeñar su afección en términos relativos respecto al total de la
población del municipio (en municipios pequeños).
●● Grupos vulnerables: poblaciones cuya capacidad de resistir o sobreponerse a un impacto
es notablemente inferior a la media ya sea por sus características intrínsecas o por
circunstancias sobrevenidas de su pasado.
●● Inequidades en distribución: poblaciones que, de forma injustificada, se ven afectadas
desproporcionadamente o sobre las que se refuerza una desigualdad en la distribución
de impactos.
●● Preocupación ciudadana: aspectos que suscitan una inquietud específica de la población
obtenida en los procedimientos de participación de la comunidad.
Estas variables nos permitirán evaluar de manera sistemática los impactos, pudiendo detectar cuál
o cuáles de éstas pueden tener más peso en cada uno de los impactos y en qué sentido se pueden
establecer medidas.
El resultado de esta valoración nos permitirá adjudicar el grado de significación del impacto sobre
cada uno de los determinantes seleccionados, pudiendo adquirir el impacto tres niveles:
●● Leve: El resultado de ambos dictámenes en la fase IIb de valoración es bajo.
●● Moderado: El resultado de los dictámenes en la fase IIb de valoración es bajo/ medio en
cualquiera de sus combinaciones.
●● Alto: Al menos existe un nivel alto en uno de los dos dictámenes de los factores propios
de la valoración de impactos en la fase IIb de valoración de impactos.
El dictamen, según la valoración de los factores propios y del entorno es:
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Tabla 4. Dictamen de los impactos según la valoración de factores propios y del entorno
Resultado del
dictamen
Factores propios del
cambio climático en la
gestión local
Factores propios del
entorno
Nivel de significación del
impacto
BAJO
BAJO
LEVE
BAJO
MEDIO
MODERADO
BAJO
ALTO
ALTO
MEDIO
BAJO
MODERADO
MEDIO
MEDIO
MODERADO
MEDIO
ALTO
ALTO
ALTO
BAJO
ALTO
ALTO
MEDIO
ALTO
ALTO
ALTO
ALTO
Ejemplo de aplicación de la metodología:
Incremento de la mortalidad y morbilidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias y
agravamiento de alergia.
Como se comenta en la metodología, en la segunda fase de valoración, se tienen en cuenta los
factores propios del cambio climático en la gestión local (impacto potencial, nivel de certidumbre
y medidas de protección o promoción) y los factores propios del entorno (población total, grupos
vulnerables, inequidades en distribución y preocupación ciudadana).
Impacto potencial: Alto
Se considera que los efectos del cambio climático en Granada sobre la calidad del aire son
evidentes. En las últimas tres décadas se ha producido un claro incremento de entre 1.7 y 2.7ºC en
las temperaturas máximas, con proyecciones de seguir aumentando entre 1-5ºC en el horizonte
lejano. Este incremento viene ligado a un mayor número de días secos, derivado de la tendencia
hacia un patrón de precipitaciones más escaso e irregular (Ayuntamiento de Granada-Agenda 21
Local, Universidad de Granada 2019). Este escenario puede alterar negativamente los años de vida
potencialmente perdidos (AVAD) (Murray 1994), en base a la mayor producción y menor dispersión
de contaminantes. El área metropolitana de Granada se encuentra entre las zonas de España con
mayor impacto de contaminación del aire por NO2 y PM10, debido a su orografía y particularidades
meteorológicas (Ministerio para la Transición Ecológica 2017; Consejería de agricultura, ganadería,
pesca y desarrollo sostenible 2018). Es bien conocido que la mayor frecuencia de anticiclones
favorece la menor dispersión de contaminantes, mientras que el incremento en la temperatura
afecta a la producción de éstos, tanto de forma directa por su correlación con el incremento de
ozono, e indirectamente por el uso más intensivo de los sistemas de refrigeración.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Nivel de certidumbre: Alto
Se considera que el nivel de certidumbre es alto debido a la amplia evidencia científica que
establece la relación causa-efecto entre los contaminantes atmosféricos y los problemas
respiratorios (D’amato et al. 2016; Akhtar y Palagiano 2018; D’Amato et al. 2013; Pope et al. 2004;
Brugha y Grigg 2014) y su agravamiento por el cambio climático (Lockwood 2016; Roberts 2004;
Goldsmith 1968; Schwartz 1993), sumado al claro pronunciamiento en esta materia por parte de
de organismos internacionales de reconocido prestigio (OMS, Agencia Ambiental Europea, UNEP,
OMM, etc.) (UNEP y OMM 2011; EEA 2018; World Health Organization. Regional Office for Europe
and World Health Organization 2006).
Medidas de protección o promoción: Media
Se considera un valor medio ya que, desde el Ayuntamiento, se están poniendo en marcha medidas
como la elaboración y puesta en marcha del PACES que podrán reducir parcialmente o atenuar
los efectos en este impacto en su horizonte 2021-2030, el Plan de Mejora de la calidad del aire
(2017-2010) y la inclusión de la reducción de contaminantes en zonas desfavorecidas en su Plan
de inclusión local en zonas desfavorecidas (PLIZD). Así mismo, las tendencias a largo plazo revelan
una disminución en los últimos 15 años de estos contaminantes en la atmósfera de Granada
(Casquero, Titos, and Alados 2016). De hecho, la disminución del tráfico en Granada durante los
fines de semana supone una reducción de casi un 40% en los niveles de NO2, así como medidas
de ordenación del transporte público en la zona centro han conseguido disminuir los niveles de
PM10 en un 33%. Todo ello sugiere que los efectos negativos derivados de los impactos climáticos
sobre los contaminantes atmosféricos se podrían amortiguar a través de medidas de adaptación
y mitigación.
Población total: Alta
Se valora la población total afectada como alta, ya que la exposición a los distintos contaminantes
afecta a toda la población de la ciudad. Por ejemplo, existen de manera generalizada mayores
valores de NO2 en zona oeste-centro debido a la acción de vientos predominantes de dirección
oeste y en torno a las principales vías de comunicación (Casquero, Titos, and Alados 2016; Consejería
de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio 2016), en torno a las cuales se encuentran distritos
altamente poblados como Ronda o Zaidín, mientras que los mayores niveles de O3 se producen en
Armilla y zona noroeste.
Grupos vulnerables: Alta
La valoración de los grupos vulnerables es alta ya que según datos de la ERACIS existen en la ciudad
comunidades de personas que viven en barrios considerados como zonas desfavorecidas (ZDI),
como son el Distrito Norte y Santa Adela.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Inequidades en las distribución: Media
Se valora como MEDIO, que en el Distrito Norte de la ciudad se ha registrado una mayor incidencia
de partículas PM10 y NO2, para los que entre 2010 y 2014 se ha sobrepasado el número máximo
de superaciones de Valores Límite Diarios (más de 35 días con concentraciones superiores a 50 μg/m3)
(Casquero, Titos, and Alados 2016). Pese a que no existen estudios concretos que relacionen el
incremento de la inequidad en la salud debido a la contaminación del aire en Granada, recientes
investigaciones en países donde existe un alto impacto establecen dichos efectos (Yang y Liu 2018;
Charafeddine y Boden 2008), particularmente en edades tempranas (Mortimer et al. 2008).
Preocupación ciudadana: Alta
Se considera alta ya que existe repercusión en los medios de comunicación y movimientos vecinales
que se unen a protestas de asociaciones ecologista que exigen medidas para la disminución de la
contaminación, la mejora de la calidad del aire y, por tanto, de la calidad de vida. Sin embargo,
aunque se ha detectado preocupación ciudadana relacionada con la contaminación del aire en
Granada y se superan los umbrales establecidos por la Directiva 2008/50/CE para PM10, NO2 y O3,
no se han activado los niveles de alerta para estos, ni existe un conocimiento generalizado de cómo
los efectos del cambio climático incrementan o agravan alergias y enfermedades respiratorias y
cardiovasculares.ados, presenta conclusiones generales, incluyendo elementos de éxito y conflicto,
dudas, ventanas de oportunidad y lecciones aprendidas.
3. EVIDENCIAS
3.1. IMPACTOS MEDIADOS POR SISTEMAS NATURALES
3.1.1. Enfermedades transmitidas por vectores
DENOMINACIÓN IMPACTO
Aumento en la probabilidad de brotes de malaria.
SUBCATEGORÍA / FACTORES DE RIESGO
Enfermedades transmitidas por vectores. Mosquitos.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
La malaria es causada principalmente por cinco especies distintas de parásito plasmodium
(Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax, Plasmodium malariae, Plasmodium ovale,
Plasmodium knowlesi), transmitida por mosquitos anofelinos entre individuos. En 2010, se
estimaron 216 millones de episodios de malaria en todo el mundo, principalmente en niños
menores de 5 años en la Región de África (OMS, 2010). Si bien el calentamiento moderado ha
facilitado la transmisión de la malaria (Pascual et al. 2006; Alonso et al. 2011), la proporción de
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
la población mundial afectada por la enfermedad se ha reducido, en gran parte debido al control
de la malaria por P. vivax en climas moderados con baja intensidad de transmisión.
El potencial malariogénico de España es muy bajo y el restablecimiento de la enfermedad es
muy improbable a no ser que las condiciones sociales y económicas se deterioren drástica y
rápidamente. La posible transmisión local quedaría circunscrita a un número muy reducido de
personas y tendría un carácter esporádico. Además, los parásitos que con más probabilidad
podrían producir estos casos serían las formas benignas por P. vivax / P. ovale, ya que puede
desarrollarse a temperaturas más bajas y en los vectores peninsulares (López-Vélez, Molina
Moreno 2005). No hay señales para pensar que la malaria puede volver a surgir con fuerza en
el sur de Europa y mucho menos repetir porcentajes de morbi-mortalidad similares a los de
principios del siglo pasado (Iriso Calle A, Bueno Marí R y otros, 2017).
Sin embargo, hay que destacar que la carga de enfermedad es alta y puede estar aumentando en
algunos lugares (OMS, 2012); como el caso de Grecia, donde ha resurgido en relación con la crisis
económicas y los recortes en gastos del gobierno (Danis et al. 2011; Andriopoulos et al. 2013).
DENOMINACIÓN IMPACTO
Posibles brotes de infección por Dengue.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Enfermedades transmitidas por vectores. Mosquitos.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
El dengue es la enfermedad viral transmitida por mosquito de más rápida propagación en el
mundo. En los últimos 50 años, su incidencia ha aumentado 30 veces con la creciente expansión
geográfica hacia nuevos países y, en la década actual , de áreas urbanas a rurales (OMS,2009).
La primera transmisión sostenida de dengue en Europa desde la década de 1920 se informó en
2012 en Madeira, Portugal (Sousa et al. 2012). Los principales vectores para el dengue, Aedes
aegypti y Ae. albopictus, son sensibles al clima. En las últimas dos décadas, las condiciones
climáticas se han vuelto más adecuadas para el mosquito en el centro-noroeste de Europa
(Benelux, Alemania occidental) y los Balcanes, mientras que se han vuelto menos adecuadas
en el sur de España. Es probable que en el futuro se produzcan tendencias similares, con un
aumento del riesgo simulado en el norte de Europa y una ligera disminución del riesgo en el sur
de Europa. Estos cambios en la distribución están relacionados con condiciones más húmedas
y cálidas que favorecen la invernada de A. albopictus en el norte, y con veranos más secos y
cálidos que podrían limitar su expansión hacia el sur (Caminade et al. 2012).
La temperatura, la humedad y las precipitaciones se asocian positivamente con la incidencia
del dengue. En algunas circunstancias, la sequía también puede agravar el hecho de encontrar
reservorios en contenedores de aguas donde los vectores se reproducen (Beebe et al. 2009;
Padmanabha et al. 2010). Por lo que el mantenimiento de las infraestructuras donde se conserva
el agua (para la población o en el sector agrario) son de gran importancia.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Tanto la especie Aedes albopictus como Aedes aegypti son transmisoras también de enfermedades
como el Zika o la Chikungunya. En los últimos años se ha reportado en España infecciones vectoriales
del virus dengue, en 2018 se detectaron casos de dengue autóctono, a través del mosquito tigre
-Aedes albopictus-, que se encuentra establecido en Andalucía Occidental, así como en Cataluña,
Comunidad Valenciana o Murcia -ver figura 2- (Sociedad Española de Virología, 2018).
Figura 3. Distribución del mosquito Aedes albopictus (Abril 2017)
Fuente: Centro Europeo para la prevención y control de plagas. (web https://ecdc.europa.eu/en/home).
Proyectos como “Mosquito Alert” están monitoreando mediante ciencia ciudadana1 la
distribución del mosquito tigre y el de la fiebre amarilla al mismo tiempo que realizan una labor
de sensibilización (Más info en: http://www.mosquitoalert.com/). Estos casos reflejan cómo la
distribución de vectores de enfermedades infecciosas va ligada a cambios en el ecosistema global
y en el aumento de la temperatura. Por ejemplo, para enfermedades transmitidas por artrópodos
se observa unos límites de transmisibilidad entre 14-18ºC como límite inferior y 35-40ºC como
superior (Moreno 2005).
DENOMINACIÓN IMPACTO
Aumento de otras enfermedades infecciosas como la Leishmaniosis,
fiebre de Chikungunya o fiebre amarilla.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Enfermedades transmitidas por vectores. Mosquitos.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
1 Se define como aquel trabajo científico desarrollado por ciudadanos y ciudadanas en general, frecuentemente en colaboración con,
o bajo la dirección de científicos profesionales e instituciones científicas (Kobori et al. 2019).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
La especie Ae. albopictus, comúnmente conocida como mosquito tigre, y al igual que para el
dengue, es el principal vector a nivel mundial de arbovirosis como Zika, chikungunya o la fiebre
amarilla. Al igual que el dengue, estas enfermedades transmitidas por vectores comunes, supone
cierto riesgo por la implantación actual y posiblemente futura, en territorios mediterráneos.
Según la OMS (2017) las enfermedades transmitidas por vectores son más del 17% de las
enfermedades infecciosas, y provocan en todo el mundo más de 700 000 defunciones. Aunque
el paludismo es la enfermedad infecciosa transmitida por vectores que más muertes provoca,
enfermedades como la leishmaniasis o la esquistosomiasis afectan a cientos de millones de
personas en todo el mundo, según la OMS.
Pese a que la globalización y el transporte de mercancías están detrás del desplazamiento
intercontinental de la especie, el cambio climático es un factor muy relevante en su establecimiento
local definitivo en las áreas de nueva llegada. Además, se presta atención al desarrollo del mosquito
ya que el vector puede modificar sus hábitos y diferentes estudios han demostrado cómo se
adapta a las diferentes condiciones del territorio, esto genera un margen temporal de actividad
más grande en el vector, y por ende de acción (Patz et al. 1998; Calle et al. 2017).
Los ejemplos de episodios de transmisión de enfermedades por parte del mosquito tigre en el área
del Mediterráneo son ya elevados. Brotes de diferente envergadura del virus chikungunya han
acontecido en Italia y en Francia (Grandadam M, Caro V, Plumet S, et al. 2011). Se ha relacionado
también el aumento del vector con la resurgencia del dengue y chikungunya en África Central y
Sudamérica.
En el caso de la Leishmaniosis los vectores son especies de flebotomos y varios virus como del género
Phlebovirus o Orbivirus, y que ha aumentado su distribución el los últimos años. La presencia de
los vectores está influenciada por condiciones climáticas de temperatura y humedad. Los cambios
previstos por el cambio climático tanto en Europa como en España puede provocar un aumentos en
la distribución de flebotomos. Sin embargo, el aumento de su densidad no sólo depende del clima,
y no se traduce de forma directa en un aumento de la incidencia de la enfermedad (Patz et al. 1998;
Calle et al. 2017).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de diversas enfermedades infecciosas.
Otros vectores (cucarachas, moscas,...).
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
Existen otras bacterias, virus, protozoos y hongos que pueden ser transmitidas por diferentes
especies de artrópodos. Las moscas sinantrópicas, por ejemplo, son portadoras de patógenos
microbianos, y están relacionadas con la transmisión de infecciones entéricas. Así mismo,
las cucarachas son reservorios de bacterias como la Staphylococcus aureus, Escherichia coli,
Mycobacterium leprae, o Salmonella typhi (Marí et al. 2009).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Al igual que los mosquitos otros vectores como moscas y cucarachas dependen de calor y
humedad para su desarrollo, por lo que las variaciones ambientales tienen efectos directos sobre
su dinámica poblacional. Estos vectores pueden transmitir enfermedades como diarreas, cólera,
o la salmonelosis.
La cucaracha americana (Periplaneta americana) es habitual en la costa levantina, ya es habitual
encontrarla en las redes de alcantarillado de numerosos municipios y ciudades del centro de
España, como Madrid (Iriso Calle A, Bueno Marí R y otros, 2017). La presencia en España de estos
vectores es amplia, sin embargo, la lucha antivectorial tiene métodos con buenos resultados.
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de enfermedades transmitidas por garrapatas.
Garrapatas (Arbovirus y bacterias).
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
Las garrapatas son vectores transmisores de bacterias, protozoos y virus. Transmiten enfermedades
como la fiebre hemorrágica de Crimea Congo, el virus de la encefalitis, o enfermedades como la
fiebre botonosa mediterránea o la borreliosis de Lyme.
En España las enfermedades que más se podrían ver influenciadas por el cambio climático son la
enfermedad de Lyme, la anaplasmosis, la fiebre botonosa y otras rickettsiosis y la fiebre de CrimeaCongo (Iriso Calle A, Bueno Marí R y otros, 2017). Las garrapatas más difundidas son Rhipicephalus
sanguineus, la «garrapata común del perro» implicada en la transmisión de la fiebre botonosa
mediterránea e Ixodes ricinus implicada en la transmisión de la enfermedad de Lyme.
Como prevén los modelos de otras enfermedades vectoriales, el área de distribución es previsible
que se amplíe o modifique con el cambio climático. En este caso algunas enfermedades como la
encefalitis por garrapatas podría verse aún más limitada en el territorio español. Por otro lado, las
garrapatas africanas (Hyalomma marginatum, Hyalomma anatolicum) podrían introducirse en la
península ibérica y podrían estan implicadas en la transmisión de la fiebre viral hemorrágica de
Congo-Crimea (López-Vélez, Molina Moreno 2005).
La expansión de las garrapatas depende además de factores extrínsecos como el clima, de otros
factores como la evolución de grandes vertebrados de los que se alimentan y que las transportan
en el territorio, y también de los cambios en el paisaje o la fragmentación del hábitat, que pueden
generar otros efectos en la transmisión de patógenos ((Patz et al. 1998; Calle et al. 2017).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de enfermedades transmitidas por roedores.
Roedores.
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Los roedores son un eficaz transmisor de enfermedades infecciosas en el mundo entero,
las transmiten por contacto directo con alimentos, o indirecto, a través de otros animales, y
pueden resultar un problema de salud pública. Los roedores ejercen además de hospedadores
de otros vectores como pulgas, ácaros o garrapatas, que son vectores a su vez de numerosas
enfermedades, entre ellas algunas ya mencionadas, como la salmonelosis, leptospirosis, fiebres
virales hemorrágicas, tularemia, brucelosis, o la fiebre botonosa, entre otras.
Entre las enfermedades emergentes en España asociadas a roedores se encuentra la Tularemia,
de la que se han notificado casos desde 1997, con más de 1000 casos registrados, y han ocurrido
dos grandes brotes en 1997 y 2007 en Castilla y León (Iriso Calle A, Bueno Marí R y otros, 2017).
Su población depende de sequías, la densidad de depredadores y de la disponibilidad de
alimento. Aspectos como la intensificación agrícola conlleva una erosión del terreno y reducen
la biodiversidad, puede reducir los predadores de los roedores y generar un incremento de la
población, con el consiguiente peligro de transmisión de enfermedades.
La influencia que tienen los cambios en el clima en los vectores afecta a la distribución espacial y
temporal, y también en su dinámica estacional. Para algunos autores el cambio climático podría
tener influencia en el avance de enfermedades del continente africano a la península ibérica,
incluidas las enfermedades transmitidas por roedores, aunque sin suponer una amenaza para la
salud pública (López-Vélez, Molina Moreno 2005).
La detección y diagnóstico de enfermedades transmitidas por roedores es de gran relevancia para
controlar brotes y prevenir epidemias. Así mismo el control integrado de poblaciones a través de
las condiciones de limpieza en las ciudades, o los sistemas de almacenaje de agua son de gran
relevancia en el control de este vector y la acción de las enfermedades de las que los roedores son
hospedadores o reservorios.
3.1.2. Infecciones transmitidas por agua y alimentos
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de enfermedades transmitidas por agua.
Infecciones transmitidas por agua y alimentos.
Parásitos, bacterias y virus.
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
La pérdida de la calidad del agua conlleva numerosos efectos asociados, entre ellos, el aumento
de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera o la legioneliosis. También infecciones
relacionadas con la contaminación del agua, como diversas diarreas, o la criptosporidiosis, una
infección causada por un patógeno y que es de las más comunes en Europa.
El aumento de infecciones y brotes de algunas de las enfermedades mencionadas se relaciona con
un aumento de la temperatura del agua, debido a la alta sensibilidad climática de los parásitos, virus
y bacterias, siendo la probabilidad de este impacto media, y una intensidad baja. Por otro lado, el
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
sistema de potabilización en España ha permitido, como en toda Europa, una gran disminución
o la completa erradicación de estas y otras enfermedades. Se considera que los sistemas tanto
de cloración como de sistemas de evaluación de análisis del agua (el análisis sistemático de las
bacterias coliformes o la Escherichia coli) conforman una gestión sanitaria que hace de la capacidad
de adaptación alta. Si estas estructuras sanitarias y políticas continúan establecidas en el territorio,
el impacto potencial será poco significativo.
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SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento intoxicaciones alimentarias.
Infecciones transmitidas por agua y alimentos.
Parásitos, bacterias y virus.
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
En cuanto a las previsiones sobre la calidad del agua, se espera que haya mayor riesgo de sequías, con
la consiguiente pérdida de calidad del agua, tanto para la agricultura como para el consumo humano
(Vogt et al. 2017; Delpla et al. 2009; Iglesias et al. 2009). Se deduce, que esto es un riesgo para la
salud humana y que podrían aumentar las infecciones transmitidas por el agua (Fewtrell 2013).
Algunos casos de intoxicaciones alimentarias como la enfermedad por vibriosis, transmitida en
el consumo de moluscos, están influenciados por la contaminación de ecosistemas marinos. El
cambio climático también podría aumentar la contaminación de alimentos por bioxinas, así como
micotoxinas, que están producidas por el crecimiento de hongos en los cultivos, pudiendo suponer
un riesgo para la salud (IPCC 2008).
Según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA), durante 2018, se han declarado
220 brotes de TIA (2,6 por 105 hab.), suponiendo una menor incidencia en comparación con el año
anterior. Se han registrado en estos brotes un total de 1678 casos (20,02 casos por 105 habitantes)
y 189 hospitalizados (11,3 %).
En Andalucía los agentes causales de las TIA son los mismos que en el resto de Europa, manteniéndose
la tendencia al alza de brotes producidos por Campylobacter, en tanto que Salmonella mantiene
su tendencia a la baja.
A pesar de ello, para esta categoría la capacidad de adaptación se ha considerado alta por los
sistemas de control de alerta así como el manejo de los recursos hídricos. Las variables de
probabilidad alta, intensidad media, y gravedad del efecto en la salud media, considerándose
como un impacto moderado.
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Incremento de las enfermedades zoonóticas.
Infecciones transmitidas por agua y alimentos.
Parásitos, bacterias y virus.
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
El incremento de las enfermedades zoonóticas en España tienen un impacto potencial significativo,
(Mayoral Cortés y Ruiz Fernández 2010; del Burgo, Rodríguez, and del Real Soldevilla 2009; Jurado
Tarifa 2016; Morales-Yuste et al. 2011), y teniendo en cuenta un grado de incertidumbre alto,
debido al desconocimiento de las enfermedades futuras que pueden ser transmitidas por contacto
directo o indirecto con animales infectados.
Algunas crisis relacionadas con enfermedades zoonóticas, como la gripe aviar, el virus de la gripe
porcina o la leishmaniosis han puesto de relieve la complejidad de dicho impacto para la salud
humana y también animal.
La resistencia de las enfermedades zoonóticas a los tratamientos actuales con antimicrobianos es otro
factor que añade incertidumbre en los impactos futuros, como muestra el informe con datos de 2017
de la Unión Europea sobre la materia (EFSA 2019) y que se desvelan desalentadores. Enfermedades
como la salmonelosis se ha demostrado que aumenta entre un 5 al 10% por cada incremento de la
temperatura de 1 °C con una temperatura ambiente superior de 5 °C (Kovats et al. 2004). No obstante,
a nivel europeo y en España las enfermedades entéricas bacterianas tienen una tendencia decreciente
(Mirón 2017).
Un estudio reciente que evaluó sistemáticamente la sensibilidad climática de los patógenos
de diferentes infecciones humanas y de los animales domésticos europeos, desveló que de los
patógenos animales y humanos, un 99% aproximadamente, eran sensibles a uno o varios factores
climáticos (McIntyre et al. 2018).
Las medidas de protección relacionadas con este impacto están relacionadas con los sistemas de
control sanitario (Márquez 2008), como son los llevadas a cabo por la Consejería de Agricultura,
Pesca y Medio Ambiente; el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) o el
Programa de vigilancia epidemiológica de la fauna silvestre en Andalucía (PVE, Junta de Andalucía).
Existen algunas crisis de sanidad pública derivadas de la contaminación de alimentos o el contacto
directo con animales infectados (Villafranca 2012).
3.1.3. Calidad del aire
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Incremento de la mortalidad y morbilidad por enfermedades
cardiovasculares y respiratorias y agravamiento de alergias.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Calidad del aire. Episodios de contaminación del aire (PM10,
PM2.5, NO2, O3).
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
El incremento de los niveles de contaminación atmosférica se verá agravada por el cambio climático.
Con el incremento de episodios de contaminación (Freire Warden 2009), los impactos potenciales
esperados son, sobre todo, el incremento y/o agravamiento del número de casos de alergias y
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27
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
enfermedades respiratorias y cardiovasculares (Watts N, et al. 2018). Por tanto, la contaminación
del aire y el cambio climático tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar humanos y
contribuyen a la aparición y agravamiento de la rinitis alérgica y el asma entre otras enfermedades
respiratorias crónicas. (Eguiluz-Gracia I, Mathioudakis AG, Bartel S, et al. 2020).
El tráfico es la fuente principal de contaminación de las zonas urbanas, que en algunas localizaciones,
se potencia por la orografía y particularidades meteorológicas (Ministerio para la Transición
Ecológica 2017; Consejería de agricultura, ganadería, pesca y desarrollo sostenible 2018). Es bien
conocido que la mayor frecuencia de anticiclones favorece la menor dispersión de contaminantes,
mientras que el incremento en la temperatura afecta a la producción de éstos, tanto de forma
directa por su correlación con el incremento de ozono, e indirectamente por el uso más intensivo
de los sistemas de refrigeración.
Existe amplia evidencia científica que establece la relación causa-efecto entre los contaminantes
atmosféricos y los problemas respiratorios, cardiovasculares, y el cáncer (Liu C, Chen R, Sera F, et al.
2019; IARC Working Group on the Evaluation of Carcinogenic Risks to Humans. 2016; D’amato et al.
2016; Akhtar y Palagiano 2018; D’Amato et al. 2013; Pope et al. 2004; Brugha y Grigg 2014) y su
agravamiento por el cambio climático (Lockwood 2016; Roberts 2004; Goldsmith 1968; Schwartz
1993), sumado al claro pronunciamiento en esta materia por parte de organismos internacionales de
reconocido prestigio (OMS, Agencia Ambiental Europea, UNEP, OMM, etc.) (UNEP y OMM 2011; EEA 2018;
World Health Organization. Regional Office for Europe and World Health Organization 2006).
Además, la reducción de las PMs a los estándares de la OMS reduciría en un 12,1% los ingresos
hospitalarios por enfermedades cardiovasculares. También habría reducciones en los ingresos por
causas respiratorias, y en la mortalidad general y por causas cardíacas y respiratorias. La reducción
en los niveles de ozono de la ciudad también generaría una disminución en esos indicadores de
salud. (Pascal M, Corso M, Chanel O, et al. 2013).
Existen estudios concretos que relacionan el incremento de la inequidad en la salud debido a
la contaminación del aire, recientes investigaciones en países donde existe un alto impacto
establecen dichos efectos (Yang y Liu 2018; Charafeddine y Boden 2008), particularmente en
edades tempranas (Mortimer et al. 2008).
Se considera que la preocupación ciudadana es elevada, ya que existe repercusión en los medios
de comunicación y movimientos vecinales que se unen a protestas de asociaciones ecologista que
exigen medidas para la disminución de la contaminación, la mejora de la calidad del aire y, por
tanto, de la calidad de vida.
DENOMINACIÓN IMPACTO
Impactos cognitivos y neurológicos en edades tempranas y
reducción del peso al nacer.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Calidad del aire. Episodios de contaminación del aire (PM10,
PM2.5, NO2, O3).
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
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28
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
En 2013 la OMS publicó un informe sobre los efectos de la contaminación del aire a exposiciones
inferiores y con efectos sobre la salud mayores de los anteriormente publicados, entre los cuales
se citan los impactos en el desarrollo neurológico y cognitivo (WHO Regional Office for Europe
2016), apuntando a la contaminación atmosférica como uno de los mayores factores de riesgo para
la salud humana y particularmente en edades tempranas. Estudios posteriores han confirmado
que a los niveles de contaminación atmosférica a los que están sometidos los niños de la ciudad,
aumentan el riesgo de sufrir retrasos en el rendimiento escolar (Sunyer J, Esnaola M, AlvarezPedrerol M, et al. 2015; Freire Warden, Carmen. 2009).
Existen múltiples evidencias científicas que señalan el impacto de los contaminantes atmosféricos
sobre la población infantil (F. Perera et al. 2018; Landrigan et al. 2019; Nicolai et al. 2003), además
de estudios donde se establece la causalidad entre de determinados contaminantes atmosféricos y
anomalías en el desarrollo neurológico en edades tempranas (Schettler 2001; F. P. Perera et al. 2003).
Por otra parte, es conocido que la salud infantil, y las alteraciones en el desarrollo neuronal infantil,
y de forma general la salud infantil, dependen de múltiples factores biológicos, psicosociales y
socioeconómicos, y el nivel de exposición a estos, siendo una cuestión compleja de analizar (PérezLobato 2016; Freire Warden 2009), y, que por lo tanto se ha considerado aún más difícil de discernir
la fracción de esos efectos atribuible a los impactos climáticos.
La exposición a contaminación del aire en la etapa prenatal y en la infancia temprana, en especial
a contaminantes habituales en entornos urbanos como las partículas (PM2.5, PM10), el dióxido
de nitrógeno (NO2) y el ozono (O3), se asocia con efectos cognitivos y neurológicos así como un
reducción del peso al nacer (1–6).
En el caso del NO2, Freire Warden (2009) obtiene en su estudio sobre efectos de contaminantes
ambientales y salud infantil un valor de exposición asignado por cada niño inferior a los umbrales
anuales establecidos por la UE (40 μg/m3) e inferiores a otras ciudades españolas.
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de la mortalidad en población vulnerable.
Calidad del aire. Episodios de contaminación del aire (PM10, PM2.5,
NO2, O3).
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
Múltiples las evidencias científicas que establecen una causalidad entre el incremento de mortalidad
y la contaminación atmosférica, debido a su incidencia sobre enfermedades cardiopulmonares y
cáncer de pulmón, donde destacan las aportaciones de los estudios multiciudad (Pope et al. 2004;
Dockery et al. 1993), y particularmente los estudios de ciudades españolas (Ortiz C, Linares C,
Carmona R, Díaz J. 2017).
En España, la mortalidad por todas las causas atribuibles a la contaminación atmosférica química
se relaciona con 9500 muertes anuales (J. D. Jiménez y Gil 2018). Datos del Proyecto Europeo
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29
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
MED-PARTICLES junto a otros estudios previos demuestran una relación lineal sin umbral mínimo
entre las muertes diarias y la concentración de PM10 (Basagaña et al. 2015; Stafoggia et al. 2013).
En el caso del NO2, es notable que existe un retardo de 2 días en la relación muertes diariasconcentración de contaminante, el cual se relaciona con que las muertes son debidas a causas
circulatorias y patologías asociadas en lugar de causas respiratorias (J. D. Jiménez y Gil 2018).
Entre los principales grupos vulnerables se encontraría la población infantil, los mayores de 65
años y las zonas desfavorecidas socioeconómicamente (Bateson y Schwartz 2004). Existe una
amplia evidencia sobre el mayor riesgo en tales sectores de la población (J. D. Jiménez y Gil 2018).
Según las Naciones Unidas, más del 40% de las enfermedades atribuidas a los riesgos ambientales
se dan por debajo de los 5 años, debido al alto nivel de vulnerabilidad (por mayor susceptibilidad
fisiológica) y exposición a los contaminantes ambientales, así como al mayor número de años
potenciales para que sus consecuencias sean patentes. No obstante, los impactos pueden ocurrir
durante la propia gestación, manifestándose en un menor peso al nacer y mayor morbimortalidad
infantil, asociada a anomalías en el desarrollo del sistema respiratorio e incremento en el número
de ingresos hospitalarios por patologías respiratorias (Wigle et al. 2008; F. P. Perera et al. 2003).
En Europa, existe el alarmante dato de alrededor de 13000 muertes anuales atribuibles a
la contaminación ambiental en menores de 4 años (Delegación de la Comisión Europea,
http://www.delcol.ec.europa.eu/es/novedades/boletin_159.htm.). Debido a la enorme
preocupación suscitada por los datos revelados por numerosos estudios, la OMS y otros
organismos internacionales se ha pronunciado al respecto, desarrollando desde la Cumbre
del Desarrollo Sostenible en 2002 planes específicos que buscan fomentar ambientes
saludables para la población infantil, y establecido los marcos de actuación políticos
en materia sanitaria a través de la puesta en marcha de la Iniciativa Mundial para el
establecimiento de los Indicadores de Salud Ambiental Infantil (ISAI) (Tamburlini et al. 2002).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Incremento y/o agravamiento del número de casos de alergias
y enfermedades respiratorias.
Calidad del aire. Exposición a aeroalérgenos.
Impactos indirectos mediados por sistemas naturales.
La evidencia en cuanto a la relación de los efectos en la salud por la pérdida de calidad del aire,
unido a una intensidad media derivada de la exposición de toda la población (en menor o mayor
medida) tanto a agentes contaminantes en el aire como a alérgenos, hacen de esta categoría un
aspecto central en la posterior evaluación. Si a esto añadimos que las medidas de adaptación
a un medio como es la atmósfera, con estrategias de gran complejidad, hasta el momento más
centradas en la mitigación de la contaminación, y menos en medidas de innovación social, hacen
que los impactos potenciales por la contaminación atmosférica sean numerosos.
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30
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
En líneas generales, los modelos climáticos predicen un aumento de más del 40% en los niveles de
polen el sur de España en el horizonte climático lejano (García de León et al. 2015; Galán et al. 2016).
No obstante, las concentraciones de polen y esporas vienen dadas por las interacciones climáticas
y meteorológicas con cada tipo de especie (silvestre o cultivada) (Moreno 2005). Se espera a su
vez que los cambios cuantitativos en el polen vayan acompañados de cambios en los calendarios
polínicos, adelantando o alargando el periodo polínico de especies potencialmente alergénicas.
Además, existen evidencias que indican interacciones entre contaminantes atmosféricos (CO2)
y la producción de polen y de esporas alergénicas por parte de hongos (Consejería de Medio
Ambiente 2007).
Entre los problemas de salud crónicos o de larga duración en población de 15 y más años a nivel
nacional la alergia crónica se encuentra en el 10,4%, y de 0 a 14 años la primera enfermedad es
la alergia crónica, con un 10%, seguida del asma, 5,2% -ver Tabla- (“Informe Anual Del Sistema
Nacional de Salud 2015” 2015).
Figura 4. Principales problemas o enfermedades crónicas de larga evolución en población infantil
menor de 15 años. Distribución porcentual según el grupo de edad (2011/2012)
Observaciones: Enfermedades o problemas de salud crónicos en población infantil (0 a 14 años) con prevalencia
superior al 2%. Los trastornos de la conducta incluyen hiperactividad.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad e Instituto Nacional de Estadística. Encuesta Nacional de Salud, 2011/2012.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
3.2. IMPACTOS DIRECTOS DEL CLIMA SOBRE LA SALUD
3.2.1. Impactos relacionados al calor y al frío
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de la morbilidad y mortalidad en la población vulnerable.
Impactos relacionados al calor y al frío.
Impactos directos del clima sobre la salud.
Los impactos directos relacionados con el calor y el frío como la morbilidad sobre población vulnerable
tiene una probabilidad alta, puesto que el aumento de la temperatura está relacionado con una
mayor mortalidad de personas ancianas (por causas cardiovasculares), niños y niñas, o personas
con enfermedades sensibles de verse empeoradas por cambios en las temperaturas (Basagaña
et al. 2011; Díaz et al. 2002), así como sectores de la población socioeconómicamente vulnerables
(Martínez-Solanas y Basagaña 2019; Reid et al. 2009; Smith, Corvalán, and Kjellström 1999). Los
efectos directos se producen cuando se dan temperaturas muy extremas, normalmente
definidas bajo el percentil 1-5 de las temperaturas (Martínez-Solanas y Basagaña 2019), aunque
otros estudios a largo plazo sugieren que los efectos indirectos por frío (ej. enfermedades
infecciosas) pueden producirse a temperaturas no necesariamente extremas (Arbuthnott et al. 2018).
En Europa, las olas de calor han aumentado en intensidad, frecuencia y duración desde 2003
(Christidis, Jones, and Stott 2014), una tendencia que bajo los diferentes escenarios climáticos se
confirma que irá en aumento.
Existen múltiples evidencias científicas y datos epidemiológicos que demuestran el incremento
de la morbi-mortalidad de grupos vulnerables en relación a los eventos de calor extremos, y la
preocupación manifiesta por parte de organismos internacionales en este sentido (Matthies et al. 2008;
World Health Organization. Regional Office for Europe and World Health Organization 2009;
National Research Council et al. 2015). En España la fracción de mortalidad atribuible a olas
de de calor extremo ha aumentado de 0.38% a 1.21%, mientras que el atribuido a las olas de
frío se ha reducido de un 1.01% a un 0.52%, asociado al incremento de la temperatura máxima
estival y mínima invernal (Martínez-Solanas y Basagaña 2019). En Andalucía, se ha registrado un
incremento del 36.6.% en las urgencias atendidas asociadas a periodos de calor extremo durante
los días posteriores a dichos eventos, así como un aumento en el número de muertes (de 1 a 5) y
nº urgencias en atención primaria (de 21 a 338 entre 2011 y 2016) (IV Plan Andaluz de Salud, datos
del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía).
Con vistas a los horizontes climáticos cercanos y lejanos, (Díaz et al. 2019) hacen una previsión
comparada del aumento de mortalidad relacionado con altas temperaturas en España, bajo
escenarios proactivos (con medidas de adaptación) y pesimista (sin medidas de adaptación).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
La capacidad de adaptación podría verse mejorada mediante el desarrollo de sistemas de detección
de personas en riesgo y, mejora en el acceso a los servicios sanitarios, restauración de viviendas
en zonas desfavorecidas además de la implantación de medidas de protección encaminadas a la
mejora del confort térmico urbano. Según Díaz et al. (2019), la mortalidad atribuible al calor podría
reducirse entre un 24 y 50% para los diferentes escenarios climáticos.
Por un lado, en Andalucía se ha encontrado una clara relación entre la mortalidad diaria y las
temperaturas extremas, sobretodo en personas ancianas frágiles (Consejería de Salud y Familias 2013b).
En Andalucía ha aumentado considerablemente el porcentaje de viviendas con baja capacidad
de termoregulación (del 6.4% al 11%), lo que está muy ligado a la pérdida detectada en el nivel
socioeconómico andaluz entre 2011 y 2016 (Consejería de Salud y Familias 2013a).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Agravamiento enfermedades previas como enfermedades crónicas
y cardiovasculares.
Impactos relacionados al calor y al frío.
Impactos directos del clima sobre la salud.
Se han estudiado los efectos de las olas de calor en población con enfermedades previas como
las enfermedades crónicas y cardiovasculares. El aumento de temperaturas está relacionado
con un aumento de calambres por calor, deshidratación, aumento de trombogénesis, insolación,
agotamiento por calor, golpe de calor, agravamiento de enfermedades crónicas pulmonares,
renales y psiquiátricas (WMO y WHO 2015).
Los últimos estudios relacionan también el aumento de las temperaturas con el agravamiento del
Parkinson, la demencia o el Alzheimer (Linares et al. 2016; Kjellstrom et al. 2010) y la prematuridad en los
partos debida al efecto agravante del cambio climático sobre la contaminación del aire (Silva et al. 2013).
Las medidas preventivas se encuentran con dificultades puesto que los sistemas sanitarios públicos
se encuentran saturados y estos efectos añadirían más presión a la población vulnerable, y por otra
parte el factor de la vivienda y la ineficiencia en el aislamiento térmico tiene un papel fundamental
en el confort térmico de las personas, tal como se refirió en el apartado previo.
En los factores propios del entorno la población afectada sería la población vulnerable, para este
impacto, personas mayores de 65 años, lactantes y menores de 4 años, personas con enfermedades
crónicas pulmonares, enfermedades neurológicas, demencias, Parkinson, personas diabetes o
obesidad (WMO y WHO 2015).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Reducción de resistencia frente a enfermedades infecciosas como
resfriados o gripes.
Impactos relacionados al calor y al frío.
Impactos directos del clima sobre la salud.
Las bajas temperaturas son el principal factor que determina la prevalencia de enfermedades
de carácter infeccioso durante los meses invernales, tratándose de uno de los principales
problemas de salud pública. Un reciente estudio (Moriyama y Ichinohe 2019) ha demostrado a
nivel experimental (en ratones) que temperaturas características de olas de calor en latitudes
templadas (36ºC) la respuesta inmune de los individuos infectados es más limitada. Según los
autores de estos estudios preliminares, la pérdida de apetito y peso puede influir en la pérdida de
resistencia, la cual se modula a través de aportes dietéticos suplementarios. Sin embargo, existen
muchas dudas sobre el propio papel del incremento de la temperatura a nivel genético. Debido a
la necesidad de profundizar en estos estudios, y aplicando el principio de precaución, los propios
autores sugieren tomar un enfoque proactivo desde el sistema sanitario, asegurando en las zonas
desfavorecidas una buena nutrición junto a las vacunaciones (“Heat Waves, Food Insecurity due to
Climate Change May Weaken Immune Systems” 2019).
La gripe constituye un importante problema de salud pública. Las epidemias estacionales anuales
de gripe están asociadas a una importante tasa de hospitalizaciones y mortalidad, así como a una
considerable demanda de recursos en salud. La medida de control considerada más eficaz frente
a la gripe es la vacunación anual de ciertos grupos de población considerados de alto riesgo de
padecer complicaciones asociadas a gripe. Debido a la elevada capacidad del virus de la gripe
de sufrir variaciones antigénicas, la composición de las vacunas debe revisarse cada año a fin de
asegurar que se ajustan a las propiedades antigénicas de los virus circulantes. En este sentido es
imprescindible una adecuada vigilancia virológica y epidemiológica de la enfermedad que permita
detectar y caracterizar precozmente los virus de la gripe circulantes y evaluar su capacidad de
difusión en la población.
Así mismo, las situaciones meteorológicas en las que se den temperaturas más elevadas de lo
habitual, podrían favorecer de forma clara, una mayor y más veloz propagación de las plagas
causantes de la transmisión tanto de la gripe común como de otros tipos o variantes (Towers et al. 2013;
Fuhrmann 2010; Flahault et al. 2004; Institute of Medicine, Board on Global Health, and Forum on
Microbial Threats 2008; Berberian y Rosanova 2012).
Los estudios que relacionan la influencia directa del incremento de temperatura con la menor respuesta
inmune al virus de la gripe aún se encuentran a escala experimental (Moriyama y Ichinohe 2019),
precisando aún de un mayor número estudios clínicos y epidemiológicos que arrojen mayor nivel de
certidumbre. Existe una reducción de resistencia causada por otros factores ambientales, sociales y
conductuales como la automedicación (Seva-Izquierdo y Flores-Dorado 2014).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Existen muchos los esfuerzos encaminados a la prevención de estas enfermedades a los diferentes
niveles, a través de campañas de vacunación. La vigilancia de la gripe en España se sirve de la
ayuda de diversos sistemas y fuentes de información, que permiten ofrecer una visión amplia del
comportamiento de la enfermedad y de los virus gripales circulantes, tanto en el conjunto del
Estado español como en cada Comunidad Autónoma. El conjunto del SVGE engloba diferentes
fuentes y sistemas de información.
3.2.2. Impactos relacionados con condiciones climáticas extremas como inundaciones,
tormentas o incendios
DENOMINACIÓN IMPACTO
Incremento de la mortalidad de la población instalada en la zona
afectada directamente por dichos eventos climáticos.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Impactos relacionados con condiciones climáticas extremas como
inundaciones, tormentas o incendios.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos directos del clima sobre la salud.
Las tendencias globales indican que los eventos meteorológicos extremos y sus riesgos asociados
(tormentas, incendios, inundaciones) serán más frecuentes y extremos en las próximas décadas
(National Research Council et al. 2015; Sena, Corvalan, and Ebi 2014; Scientific American Editors 2012).
Efectos inundaciones en la salud en Europa (Few 2013; Hajat et al. 2005). Estos eventos extremos
generan muertes de forma directa (hipotermia, electrocución, quemaduras, intoxicación por
monóxido de carbono) (Werrity et al. 2007; Keim 2008).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Incremento de enfermedades infecciosas.
Impactos relacionados con condiciones climáticas extremas como
inundaciones, tormentas o incendios.
Impactos directos del clima sobre la salud.
Respecto al incremento de enfermedades infecciosas, se ha hecho referencia en diversos
apartados previos a cómo el cambio climático puede aumentar la dispersión de vectores de dichas
enfermedades, así como el aumento originado por la reducción en la respuesta inmune por parte
de la población.
Los sistemas de detección temprana y de vigilancia epidemiológica para vectores y brotes de estas
enfermedades están sujetos a múltiples planes de acción locales, regionales y estatales, aspectos
que proporcionan una alta capacidad de adaptación (Kirch, Bertollini, and Menne 2005).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
3.2.3. Radiación ultravioleta
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Efectos cutáneos como aumentos de melanoma, cáncer asociado,
fotodermatosis, etc.
Radiación ultravioleta.
Impactos directos del clima sobre la salud.
La relación entre cambio climático y radiación ultravioleta se describe a través de los efectos del
cambio global sobre la reducción del ozono estratosférico, para lo que numerosos estudios han
evidenciado los efectos perjudiciales sobre la salud humana (López Figueroa 2011; Martens 2013;
Van de Leun, Bornean, and Xang 2007; Bais et al. 2018; McKenzie et al. 2011; Kricker et al. 1993).
La Organización Mundial de la Salud relaciona los efectos de las radiación untravioleta con efectos
sobre la piel como melanoma maligno, carcinomas cutáneos no-melanoma (referidos a los que
son cánceres diferentes al melanoma), daños crónicos por el sol o alergia al sol (fotodermatosis).
La luz UV puede subdividirse en términos de longitud de onda (UV-A, UV-B y UV-C), la longitud de
onda es inversamente proporcional a su frecuencia y las frecuencias más altas de la luz poseen
más energía, por tanto, las más altas son las que transportan mayor cantidad de energía y son
los más perjudiciales para los sistemas biológicos. Mientras que los rayos UVB causan un daño
considerable en el ADN de la piel, sólo recientemente se ha demostrado que los rayos UVA
inducen la dimerización de pirimidina y generan especies reactivas de oxígeno y nitrógeno que
dañan el ADN, las proteínas y los lípidos. El efecto inmunosupresor de la radiación UV contribuye
a su actividad carcinógena. Cualquiera de estos efectos de la radiación UV puede contribuir a
la inducción de cánceres de piel por otros agentes como virus, rayos X o químicos carcinógenos
(Bharath y Turner 2009).
Suele haber aparición en prensa y campañas de sensibilización, aunque bastante estacionales. Se
considera que gran parte de la población conoce algunos de los posibles efectos de la exposición
al sol y toman medidas de protección al respecto.
A pesar de que existen medidas generales dirigidas a la sensibilización de la población sobre
los peligros de la exposición prolongada al sol, se podrían desarrollar mayores estrategias de
adaptación, ya que no implican grandes cambios estructurales. Podría actuarse a nivel urbanístico
en base a las carencias de zonas verdes al documentado efecto de la reducción de la exposición a
UV en las zonas urbanas mediante el aumento de parques urbanos y los beneficios que reportan
sobre la salud (Heisler 2010).
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CATEGORÍA GENERAL
Efectos oculares.
Radiación ultravioleta.
Impactos directos del clima sobre la salud.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
El efecto del cambio climático a nivel ocular está relacionado con los niveles ambientales de
radiación ultravioleta (UV) y las temperaturas máximas del día en verano, afectando a la prevalencia
de cataratas en el ojo. Por otro lado, existen beneficios vinculados a la exposición al sol que se
relacionan con la síntesis de vitamina D, con grandes consecuencias para la salud. Por tanto, el
balance de ganancias y pérdidas debido al aumento de la exposición a los rayos UV varía según la
ubicación, la intensidad de la exposición y otros factores (como la dieta) que influyen en los niveles
de vitamina D (Lucas et al. 2013).
Los estudios sobre la recuperación del ozono estratosférico y el cambio climático proyectan que los
niveles de radiación ultravioleta en la superficie de la Tierra generalmente volverán a los niveles
anteriores a 1980 para mediados de siglo, y pueden disminuir aún más para 2100, aunque existe
una gran incertidumbre sobre las proyecciones (Correa et al. 2013). Por otro lado, las temperaturas
más altas en países con climas templados pueden aumentar el tiempo que las personas pasan al
aire libre (Bélanger et al., 2009) y provocar efectos adversos adicionales inducidos por los rayos UV.
Efectos sobre la inmunidad, aumentando la susceptibilidad
a infecciones.
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CATEGORÍA GENERAL
Radiación ultravioleta.
Impactos directos del clima sobre la salud.
En la actualidad los efectos sobre la inmunidad están menos estudiados (Swaminathan et al.
2019; Candéias y Testard 2015; Bais et al. 2018) y por tanto se desconoce cómo podrá afectar a la
susceptibilidad de infecciones.
3.3. IMPACTOS MEDIADOS POR SISTEMAS HUMANOS
3.3.1. Seguridad alimentaria
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CATEGORÍA GENERAL
Menor seguridad alimentaria debida a la disponibilidad, el acceso,
la utilización y estabilidad de los alimentos.
Seguridad alimentaria.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
Según la FAO el cambio climático afecta a cada una de las cuatro dimensiones de la Seguridad
Alimentaria y Nutricional: la disponibilidad física, el acceso, la utilización (nutricional) y la estabilidad
de los alimentos en el tiempo. Los efectos del cambio climático se suelen vincular a la dimensión
estabilidad, dimensión que cuya sostenibilidad en el tiempo depende de las otras dimensiones,
e introduce mayor incertidumbre respecto a la productividad de las actividades agrícolas, de los
ingresos de los hogares y los precios (Food and Agriculture Organization of the United Nations 2018).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Esto implica nuevos retos para la seguridad alimentaria, principalmente en la disponibilidad y la
estabilidad de los alimentos. El aspecto más tratado en las políticas españolas es la salubridad e
inocuidad de los alimentos así como su valor nutricional, sin embargo, el cambio climático conlleva
retos en la productividad agrícola y el abastecimiento de alimentos regionales para la población.
La producción agraria se asocia con la preocupación por la seguridad alimentaria, además de con
la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua o la disminución de la calidad del paisaje
(Hole et al. 2005). Por ejemplo, globalmente los sistemas agroalimentarios son responsables del 60
% de la pérdida de biodiversidad terrestre, de aproximadamente el 24 % de las emisiones globales
de gases efecto invernadero, del 33 % de los suelos degradados, o de la sobreexplotación del 20 %
de los acuíferos mundiales (Programme and United Nations Environment Programme 2016; “Food
Systems and Natural Resources” 2016).
La producción de alimentos se vería afectada por varios factores como el aumento de enfermedades
en los cultivos (plagas) que aumentan con la inestabilidad ecosistémica, la desertificación (suelos
no cultivables por la erosión), sequías o la pérdida de calidad del agua. Las tasas de pérdida de
fertilidad de la tierra por prácticas y el uso de insumos agresivos o el descenso de la disponibilidad
y calidad de agua, dificultan las perspectivas de la seguridad alimentaria. Por ejemplo, en Europa,
la producción agrícola, aumentó un 56% entre 1961 y 1990, descendió un 33% desde 1990 hasta
2014 (Fischer 2018).
En el segundo aspecto, el aumento de temperaturas está relacionado con un nivel mayor de
patógenos y de enfermedades transmitidas por alimentos, para cuyo impacto específico se tienen
sistemas de control de prevención y también de vigilancia y alerta posterior en casos graves
de intoxicaciones, como se ha mencionado en los impactos relacionados con la transmisión de
infecciones a través del agua o enfermedades zoonóticas.
La disponibilidad de alimentos así como la calidad de los mismos depende directamente de las
condiciones ambientales. La generalizada pérdida de la biodiversidad, tanto pérdida la diversidad
genética de los cultivos como del ganado, debido a la homogeneización mundial de los métodos de
producción las variedades regionales y autóctonas adaptadas al territorio han sido reemplazadas
por otras adaptadas al mercado (“Baseline Report: Biodiversity in Standards and Labels for the
Food Sector” 2017), o la destrucción de ecosistemas naturales tradicionalmente agrarios, influyen
en la inseguridad de la producción alimentaria y la dependencia exterior.
Los sistemas agroalimentarios también dependen de factores políticos y económicos, la
concentración a gran escala de pocas empresas que gestionan toda la cadena alimentaria hacen
de la globalización del sistema alimentario un factor de riesgo a nivel local, generando una gran
dependencia de los recursos externos, y por tanto, disminuyendo la soberanía alimentaria y
aumentando la vulnerabilidad regional.
No existen medidas específicas de protección para frenar sus causas, como la pérdida de
biodiversidad agrícola o la implantación de técnicas que eviten la desertificación. Por otra parte,
hay algunas políticas alimentarias como el Pacto de Milán que busca fortalecer los sistemas
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38
Cambio climático y salud en el ámbito urbano
agroalimentarios locales y sostenibles, o recientemente la Junta de Andalucía ha iniciado una
Estrategia de Seguridad Alimentaria más centrada en los aspectos de control de la salubridad y
valor nutricional de los alimentos y los nuevos retos en este sentido para la salud.
El acceso a la alimentación depende además de la situación socioeconómica de las personas
y familias, afectando a grupos vulnerables determinados que ya tienen otros factores de
vulnerabilidad social.
Por ello desde el IFOAM se ve necesario rediseñar las políticas a nivel local y mundial, para crear
nuevos sistemas agrarios con visiones ecológicas, estableciendo nuevas cadenas de suministros
y adaptándose a sistemas de innovación (Adrian Muller, Lin Bautze, Matthias Meier et.al. 2016).
3.3.2. Salud habitacional
Al igual que la categoría anterior, impactos directos del clima sobre la salud, se considera que hay
que contemplar de manera independiente los impactos relacionados con el frío y el calor dentro
de los impactos indirecto mediados por los sistemas humanos, concretamente en la subcategoría
de salud habitacional, vinculada a la pobreza energética. Por ellos se mantienen los impactos:
●● Aumento de la morbilidad y mortalidad en la población vulnerable.
●● Agravamiento enfermedades previas como enfermedades crónicas y cardiovasculares.
●● Reducción de resistencia frente a enfermedades infecciosas como resfriados o gripes
La pobreza energética (PE) puede definirse como “Dificultad de mantener un hogar a una
temperatura confortable y asumir los requerimientos de consumo de energía a un coste razonable”
(Hills, 2011) o “Dificultad para mantener la vivienda en unas condiciones de climatización
adecuadas para la salud, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) están entre 18 y
21ºC en invierno y 25ºC en verano”.
Además, es previsible que la PE cobre en el futuro mayor relevancia debido a factores como
(Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), 2012; Tirado Herrero et al. 2014; UCL Institute
of Health Equity, 2014):
●●
●●
●●
●●
Mayor variabilidad térmica por el cambio climático global
Persistencia de dificultades económicas
Aumento de las desigualdades
Aumento de los precios de la energía
Los determinantes que se relacionan con la pobreza energética son, principalmente, la eficiencia
energética de la vivienda, el coste de la energía y los ingresos domésticos.
En cuanto a la distribución de esta problemática, está asociada a la forma de propiedad de la
vivienda, la posición socioeconómica, la edad, perfil/estructura de las familias y otros factores (la
edad del edificio, su aislamiento, tener instalaciones energéticas, la ruralidad o la zona geográfica
y climática).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de la morbilidad y mortalidad en la población vulnerable.
Salud Habitacional.Impactos relacionados al calor y al frío dentro
del hogar. Pobreza energética.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
Tal y como se indica en el apartado de impactos directos del clima sobre la salud, los impactos
relacionados con el calor y el frío como la morbilidad sobre población vulnerable tiene una
probabilidad alta, puesto que el aumento de la temperatura está relacionado con una mayor
mortalidad de personas mayores (por causas cardiovasculares), niños y niñas, o personas con
enfermedades sensibles de verse empeoradas por cambios en las temperaturas (Basagaña et al. 2011;
Díaz et al. 2002), así como sectores de la población socioeconómicamente vulnerables (MartínezSolanas y Basagaña 2019; Reid et al. 2009; Smith, Corvalán, and Kjellström 1999).
Los efectos directos se producen cuando se dan temperaturas muy extremas, normalmente
definidas bajo el percentil 1-5 de las temperaturas (Martínez-Solanas y Basagaña 2019), aunque
otros estudios a largo plazo sugieren que los efectos indirectos por frío (ej. enfermedades
infecciosas) pueden producirse a temperaturas no necesariamente extremas (Arbuthnott et al. 2018).
En Europa, las olas de calor han aumentado en intensidad, frecuencia y duración desde 2003
(Christidis, Jones, and Stott 2014), una tendencia que bajo los diferentes escenarios climáticos se
confirma que irá en aumento.
Múltiples evidencias científicas y datos epidemiológicos que demuestran el incremento de la morbimortalidad de grupos vulnerables en relación a los eventos de calor extremos, y la preocupación
manifiesta por parte de organismos internacionales en este sentido (Matthies et al. 2008; World Health
Organization. Regional Office for Europe and World Health Organization 2009; National Research
Council et al. 2015). En España la fracción de mortalidad atribuible a olas de calor extremo ha
aumentado de 0.38% a 1.21%, mientras que el atribuido a las olas de frío se ha reducido de un
1.01% a un 0.52%, asociado al incremento de la temperatura máxima estival y mínima invernal
(Martínez-Solanas y Basagaña 2019). En Andalucía, se ha registrado un incremento del 36.6.%
en las urgencias atendidas asociadas a periodos de calor extremo durante los días posteriores
a dichos eventos, así como un aumento en el número de muertes (de 1 a 5) y nº urgencias en
atención primaria (de 21 a 338 entre 2011 y 2016) (IV Plan Andaluz de Salud, datos del Sistema de
Vigilancia Epidemiológica de Andalucía).
Con vistas a los horizontes climáticos cercanos y lejanos, (Díaz et al. 2019) hacen una previsión
comparada del aumento de mortalidad relacionado con altas temperaturas en España, bajo
escenarios proactivos (con medidas de adaptación) y pesimista (sin medidas de adaptación).
La capacidad de adaptación podría verse mejorada mediante el desarrollo de sistemas de detección
de personas en riesgo y, mejora en el acceso a los servicios sanitarios, restauración de viviendas
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
en zonas desfavorecidas además de la implantación de medidas de protección encaminadas a la
mejora del confort térmico urbano. Según Díaz et al. (2019), la mortalidad atribuible al calor podría
reducirse entre un 24 y 50% para los diferentes escenarios climáticos.
Por un lado, en Andalucía se ha encontrado una clara relación entre la mortalidad diaria y las
temperaturas extremas, sobretodo en personas ancianas frágiles (Consejería de Salud y Familias 2013b).
En Andalucía ha aumentado considerablemente el porcentaje de viviendas con baja capacidad
de termoregulación (del 6.4% al 11%), lo que está muy ligado a la pérdida detectada en el nivel
socioeconómico andaluz entre 2011 y 2016 (Consejería de Salud y Familias 2013a).
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Agravamiento enfermedades previas como enfermedades crónicas
y cardiovasculares.
Salud Habitacional.Impactos relacionados al calor y al frío dentro
del hogar. Pobreza energética.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
A continuación, se expone de nuevo el análisis de las evidencias elaborado para el apartado de
impactos directos del clima sobre la salud.
Se han estudiado los efectos de las olas de calor en población con enfermedades previas como
las enfermedades crónicas y cardiovasculares. El aumento de temperaturas está relacionado
con un aumento de calambres por calor, deshidratación, aumento de trombogénesis, insolación,
agotamiento por calor, golpe de calor, agravamiento de enfermedades crónicas pulmonares,
renales y psiquiátricas (WMO y WHO 2015).
Los últimos estudios relacionan también el aumento de las temperaturas con el agravamiento del
Parkinson, la demencia o el Alzheimer (Linares et al. 2016; Kjellstrom et al. 2010) y la prematuridad en los
partos debida al efecto agravante del cambio climático sobre la contaminación del aire (Silva et al. 2013).
Las medidas preventivas se encuentran con dificultades puesto que los sistemas sanitarios públicos
se encuentran saturados y estos efectos añadirían más presión a la población vulnerable, y por otra
parte el factor de la vivienda y la ineficiencia en el aislamiento térmico tiene un papel fundamental
en el confort térmico de las personas, tal como se refirió en el apartado previo.
En los factores propios del entorno la población afectada sería la población vulnerable, para este
impacto, personas mayores de 65 años, lactantes y menores de 4 años, personas con enfermedades
crónicas pulmonares, enfermedades neurológicas, demencias, Parkinson, personas diabetes o
obesidad (WMO y WHO 2015).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
DENOMINACIÓN IMPACTO
Reducción de resistencia frente a enfermedades infecciosas como
resfriados o gripes.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Salud Habitacional.Impactos relacionados al calor y al frío dentro
del hogar. Pobreza energética.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
Al igual que en los dos impactos anteriores, se usa el análisis realizado en el apartado de impactos
directos del clima sobre la salud.
Las bajas temperaturas son el principal factor que determina la prevalencia de enfermedades
de carácter infeccioso durante los meses invernales, tratándose de uno de los principales
problemas de salud pública. Un reciente estudio (Moriyama y Ichinohe 2019) ha demostrado a
nivel experimental (en ratones) que temperaturas características de olas de calor en latitudes
templadas (36ºC) la respuesta inmune de los individuos infectados es más limitada. Según los
autores de estos estudios preliminares, la pérdida de apetito y peso puede influir en la pérdida de
resistencia, la cual se modula a través de aportes dietéticos suplementarios. Sin embargo, existen
muchas dudas sobre el propio papel del incremento de la temperatura a nivel genético. Debido a
la necesidad de profundizar en estos estudios, y aplicando el principio de precaución, los propios
autores sugieren tomar un enfoque proactivo desde el sistema sanitario, asegurando en las zonas
desfavorecidas una buena nutrición junto a las vacunaciones (“Heat Waves, Food Insecurity due to
Climate Change May Weaken Immune Systems” 2019).
La gripe constituye un importante problema de salud pública. Las epidemias estacionales anuales
de gripe están asociadas a una importante tasa de hospitalizaciones y mortalidad, así como a una
considerable demanda de recursos en salud. La medida de control considerada más eficaz frente
a la gripe es la vacunación anual de ciertos grupos de población considerados de alto riesgo de
padecer complicaciones asociadas a gripe. Debido a la elevada capacidad del virus de la gripe
de sufrir variaciones antigénicas, la composición de las vacunas debe revisarse cada año a fin de
asegurar que se ajustan a las propiedades antigénicas de los virus circulantes. En este sentido es
imprescindible una adecuada vigilancia virológica y epidemiológica de la enfermedad que permita
detectar y caracterizar precozmente los virus de la gripe circulantes y evaluar su capacidad de
difusión en la población.
Así mismo, las situaciones meteorológicas en las que se den temperaturas más elevadas de lo
habitual, podrían favorecer de forma clara, una mayor y más veloz propagación de las plagas
causantes de la transmisión tanto de la gripe común como de otros tipos o variantes (Towers et al. 2013;
Fuhrmann 2010; Flahault et al. 2004; Institute of Medicine, Board on Global Health, and Forum on
Microbial Threats 2008; Berberian y Rosanova 2012).
Los estudios que relacionan la influencia directa del incremento de temperatura con la menor
respuesta inmune al virus de la gripe aún se encuentran a escala experimental (Moriyama y
Ichinohe 2019), precisando aún de un mayor número estudios clínicos y epidemiológicos que
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
arrojen mayor nivel de certidumbre. Hay una reducción de resistencia puede estar causada por
otros factores ambientales, sociales y conductuales como la automedicación (Seva-Izquierdo y
Flores-Dorado 2014).
En cuanto a las medidas de protección, son muchos los esfuerzos encaminados a la prevención de
estas enfermedades a los diferentes niveles, a través de campañas de vacunación. La vigilancia de
la gripe en España se sirve de la ayuda de diversos sistemas y fuentes de información, que permiten
ofrecer una visión amplia del comportamiento de la enfermedad y de los virus gripales circulantes,
tanto en el conjunto del Estado español como en cada Comunidad Autónoma. El conjunto del
SVGE engloba diferentes fuentes y sistemas de información.
Existe un enorme desconocimiento en la población general acerca de los efectos y consecuencias
que el incremento de la temperatura en el contexto del cambio climático puede tener sobre la
gripe y resfriados.
3.3.3. Salud ocupacional
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de los accidentes laborales debidos a golpes de calor.
Salud ocupacional.Golpe de calor y shock por calor.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
En la clasificación relacionado con la salud ocupacional, se encuentran efectos analizados en
profundidad en apartados anteriores, como es el golpe de calor por altas temperaturas. Como se ha
citado, los efectos en la salud son: fatiga, dolor de cabeza, irritabilidad, deshidratación, calambres,
erupciones cutáneas, agotamiento, pérdida de conocimiento, agravamiento de dolencias previas
como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales, cutáneas, diabetes, etc. Además de
enfermedades y daños a la salud por exposición prolongada: el calor puede producir daños en los
sistemas cardíacos, renales, hepáticos, o accidentes cerebrovasculares agudos (WMO y WHO 2015).
Sin embargo, la exposición en determinados trabajos y en el horario laboral hacen que el impacto
tenga otras características en la población e influya en la salud ocupacional.
El cambio climático podría tener un impacto significativo en la salud humana, con efectos en los
trabajadores de interior y exterior, en especial en personas trabajadoras de sectores como la
agricultura, la pesca, la construcción, y muchas áreas de servicio (“Criteria for a Recommended
Standard: Occupational Exposure to Heat and Hot Environments - Revised Criteria 2016” 2016).
Esto genera un impacto también en la productividad laboral y los ingresos económicos, y
consecuentemente en la salud mental. Según el Informe del IPCC una estimación para el escenario
RCP 8.5, cuantifica que la productividad laboral global, durante los meses más calurosos, se
reduciría al 60% en 2100.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Algunos factores ambientales por los que el aumento de accidentes laborales por golpe de calor
podría verse afectado son: oficinas de trabajo en viviendas con mala eficiencia energética (en mal
estado o sin climatización), un ambiente muy urbanizado y con islas de calor o la contaminación del
aire. Factores personales como la falta de aclimatación al calor (mecanismo de termorregulación
fisiológica por el cual el cuerpo no aumenta tanto su temperatura corporal), la obesidad, la toma
de fármacos que dificulten las respuestas de adaptación, la falta de descanso, el consumo de
drogas o alcohol, tener fiebre o infecciones, o padecer alguna enfermedad sistémica que alteren la
vasodilatación cutánea o los mecanismos de sudoración, influyen en padecer trastornos por calor
((E. Lizarralde Palacios, A. Gutiérrez Macías, M. Martínez Ortiz de Zárate, SERVICIO DE URGENCIAS
Y MEDICINA INTERNA. HOSPITAL DE BASURTO. BILBAO 2000).
En el periodo del verano de 2017 las muertes atribuibles a olas de calor en España fueron 20, 9
ocurrieron dentro del horario laboral (trabajo en el exterior), de los 9, 4 ocurrieron en Andalucía, 2
eran trabajos en un invernadero, los otros dos en obra pública y trabajos de jardinería (Ministerio
de Sanidad 2018). La mayor incidencia del cambio climático sobre la reducción de la capacidad
laboral se da en países en vías de desarrollo donde las condiciones laborales están peor aseguradas.
Independientemente de la intensidad, la monitorización tanto por los sistemas sanitarios como del
cambio climático, para una mejor comprensión de cómo afecta a la salud son retos actuales.
Existe campañas públicas de información desde la ola de calor de 2003 y guías informativas (a
nivel nacional el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo se encarga de ello),y
algunas normativas como el Real Decreto 486/97). El Plan nacional de actuaciones preventivas
de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud (2018) o el Protocolo de actuaciones de
los servicios sanitarios ante una ola de calor (Ministerio de Sanidad y Consumo 2004) promueven
buenas prácticas a nivel individual.
La población más afectada está compuesta por las personas en edad de trabajar, en trabajos
al exterior o invernaderos, y con dificultades en el acceso a los servicios sanitarios, las más
susceptibles de sufrir estos efectos.
DENOMINACIÓN IMPACTO
Aumento de enfermedades del sistema nervioso por reducción de
la eficacia de los mecanismos termorreguladores.
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
Salud ocupacional. Agotamiento por calor y pérdida de capacidad
de trabajo.
CATEGORÍA GENERAL
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
El aumento de temperatura corporal tiene efectos numerosos en la salud que en última instancia
pueden causar la muerte. El sistema nervioso regula los mecanismos de regulación térmica en
el cuerpo, que controla a través del hipotálamo las respuestas para mantener la temperatura
estable ante el exceso o falta de calor, aunque su funcionamiento no se conoce aún con exactitud
(Stellman 1998). En la hipertermia, debido al aumento de la producción de calor o debido a alguna
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
alteración, los síndromes de mayor trascendencia clínica son los trastornos de exposición al calor,
hipertermia maligna, síndrome neuroléptico maligno y síndrome serotoninérgico (E. Lizarralde
Palacios, A. Gutiérrez Macías, M. Martínez Ortiz de Zárate, SERVICIO DE URGENCIAS Y MEDICINA
INTERNA. HOSPITAL DE BASURTO. BILBAO 2000). La influencia que tendrá el cambio climático en
dicho impacto ha sido aún poco estudiados.
3.3.4. Salud mental
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Aumento de las enfermedades y desórdenes mentales.
Salud mental.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
El cambio climático tiene efectos sobre la salud mental por diferentes vías, como el aumento del
estrés, empeorando situaciones problemáticas psíquicas ya existentes o influyendo en el aumento
al suicidio (Berry, Bowen, and Kjellstrom 2010). En casos graves, tras la exposición de eventos
climáticos extremos como inundaciones o subidas del mar, con la consiguiente pérdida de la
vivienda y pertenencias personales, generando un estrés postraumático y/o empeoramiento de
la enfermedades mentales existentes. En zonas con graves impactos ambientales las poblaciones
tienen que desplazarse a otros lugares por falta de recursos básicos, son los llamados desplazados
ambientales (Pardell 2011).
Las afecciones podrían ser directas, por la generación de un trauma a partir de accidentes
relacionados con los impactos del cambio climático, o indirectos, como el cambio en el bienestar
de la comunidad, o por afectar a la salud física, derivado de algún impacto del cambio climático,
(Berry, Bowen, and Kjellstrom 2010). Las altas temperaturas prolongadas, impidiendo el descanso
nocturno provoca un aumento del estrés así como de desórdenes mentales asociados a las altas
temperaturas, teniendo mayor incidencia en la población que vive en viviendas más antiguas, sin
buena ventilación o con escasez de medios. Como en la mayor parte de los impactos relacionados
con la salud la vulnerabilidad está influida por características personales y sociales, de edad,
género, y tiene más impacto en colectivos vulnerables: personas con bajos ingresos, población
gitana, o población inmigrante.
En España una de cada diez personas mayores de 15 años declara haber tenido alguna enfermedad
mental diagnosticada (“Encuesta Nacional de Salud. España 2017” 2018). Entre los problemas
mentales de salud más frecuentes están la depresión y la ansiedad, con especial incidencia en las
mujeres. En Andalucía en el año 2006 unas 678 mil personas padecían algún trastorno mental, de
los cuales el 79 mil tenían consideraciones graves, y con una prevalencia mayor en Andalucía que
en el resto de las comunidades, y así mismo las tasas de suicidio muestran un valor mayor para
Andalucía (Servicio Andaluz de Salud, 2008).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Según estas consideraciones, y la relación con las previsiones de los efectos del cambio climático,
podría sugerirse que el aumento de trastornos psicológicos podría afectar en un grado no
significativo pero dependerá en un grado fundamental de las medidas implementadas y los
servicios sanitarios públicos.
La capacidad de adaptación depende de las infraestructuras habitacionales y sistemas de
climatización y buen aislamiento de las viviendas por una lado, y de los planes y programas de
prevención y atención para la salud psicológica, así como las estructuras sanitarias, con Planes
como El Plan Integral de Salud Mental de Andalucía 2016-2020, que sin embargo contrasta con las
dificultades en la asistencia primaria y en el acceso a toda la población.
3.3.5. Servicios sanitarios
DENOMINACIÓN IMPACTO
SUBCATEGORÍA /FACTORES DE RIESGO
CATEGORÍA GENERAL
Posibles problemas de adaptación de los servicios sanitarios ante
las consecuencias del cambio climático.
Servicios sanitarios.
Impactos indirectos mediados por sistemas humanos.
Las poblaciones que no tienen acceso a servicios de salud de buena calidad y servicios de salud
pública esenciales tienen más probabilidades de verse afectadas negativamente por la variabilidad y el
cambio climáticos (Frumkin y McMichael, 2008). Las duras condiciones económicas en Europa desde
2008 llevaron a recortes en los servicios de salud en algunos países, seguidos por un resurgimiento
de enfermedades infecciosas sensibles al clima, incluida la malaria (Karanikolos et al. 2013).
Además, la calidad, organización, y recursos de los servicios sanitarios tiene y tendrá un papel
crucial ya que la evidencia apunta a que el primer nivel de atención, es decir, atención primaria,
urgencias, y emergencias, tienen carencias en la capacidad de adaptación a la demanda asistencial
vinculada al clima.
Cabe puntualizar que, aunque la valoración de este impacto de forma independiente se ha
considerado leve, los Servicios Sanitarios tienen funciones de prevención a través de estrategias
de protección y promoción, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. El estado y calidad de estos
servicios incide de manera transversal en todos los riesgos y, por lo tanto, en todos los impactos,
con intensidad variable.
Por tanto, la calidad de los recursos, el mantenimiento y mejora de los Servicios Sanitarios será un
factor clave para la adaptación a los efectos del cambio climático en la salud de la población.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
4. CONCLUSIONES Y MEDIDAS DE ADAPTACIÓN (FASE III)
La evaluación de los riesgos y vulnerabilidades de la salud frente al cambio climático desde el
ámbito local surge de la necesidad de comprender cómo los factores propios del entorno y la
gestión local podrán responder y adaptarse a los escenarios climáticos futuros.
En respuesta a la necesidad de identificar los impactos de estos cambios y realizar un diagnóstico
que permita evaluarlos de manera sistemática, la presente guía integra una metodología novedosa,
que aúna las evidencias científicas y el trabajo realizado en materia de cambio climático y salud
por los organismos internacionales más prestigiosos y organismos de investigación, junto con una
adaptación de la metodología de la valoración de impacto en salud (VIS) desarrollada en Andalucía
a raíz de la entrada en vigor del Decreto 169/2014, de 9 de diciembre, por el que se establece el
procedimiento de la Evaluación del Impacto en la Salud de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Esta adaptación incorpora la calificación de la posible gravedad en la salud y/o el impacto en los
servicios sanitarios. Es decir, al impacto que una enfermedad tiene en la salud, la esperanza de
vida, y la calidad de vida de las personas; siendo relevante dicha gravedad en la gestión de los
riesgos y en el principio de precaución.
De manera transversal, el principio de precaución se ha tenido presente en su elaboración, pues la
propia incertidumbre derivada de las proyecciones climáticas se suma a la derivada de sus efectos
sobre los determinantes de la salud, y la salud de la población.
La clasificación de impactos proviene de una adaptación de la propuesta por el Panel
Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
En cuanto a los impactos indirectos mediados por el ecosistema, como MEDIDAS DE ADAPTACIÓN,
en este sentido, la gestión local podría fomentar y/o poner en marcha acciones como:
●● Fomento de la movilidad o transporte sostenible a través de:
ŠŠ
ŠŠ
ŠŠ
ŠŠ
ŠŠ
La potenciación del uso del transporte público colectivo y de la bicicleta.
Priorización de zonas amables para el peatón.
Limitación del vehículo privado.
Promoción de los caminos escolares.
Transición a vehículos eléctricos y/o menos contaminantes.
●● Potenciación de la presencia de infraestructura verde tanto en edificios como en espacios
públicos que ayuden a mitigar el nivel de los contaminantes en el aire.
●● Gestión de las zonas verdes con especies que no tengan un alto nivel alérgeno.
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
●● Establecer protocolos de monitorización, información y alerta de Calidad del Aire que
permitan tener un control de los niveles de contaminación, evitando superar umbrales de
los distintos contaminantes.
En cuanto a los impactos directos del clima sobre la salud, como MEDIDAS DE ADAPTACIÓN, en
este sentido, la gestión local podría fomentar y/o poner en marcha acciones como:
●● Puesta en marcha o mejora de los sistemas de detección de personas en riesgo.
●● Mejora en el acceso a los servicios sanitarios.
●● Realización de campañas para alentar a la población a protegerse de las condiciones
extremas ya sean por frío o por calor.
●● Potenciar la presencia de infraestructuras verdes, sombras y fuentes en espacios públicos
que permitan la refrigeración.
●● Establecer ayudas para combatir la pobreza energética y mejorar el acondicionamiento
de las viviendas.
En relación con los impactos mediados por sistemas humanos, como MEDIDAS DE ADAPTACIÓN,
en este sentido, la gestión local podría fomentar y/o poner en marcha acciones como:
●● Promoción de la agricultura urbana.
●● Sensibilización pública en materia de abastecimiento de alimentos.
●● Promoción de los productos locales y de proximidad.
●● Establecimiento/mejora de protocolos de seguridad laboral en condiciones de riesgo.
●● Mejora en el acceso a los servicios sanitarios, con especial atención a la salud mental en
la asistencia primaria.
Las acciones frente al cambio climático para las ciudades mediterráneas dependen en gran medida
de sus necesidades locales y retos de vulnerabilidad, pero deben encaminarse principalmente
hacia la evaluación de los riesgos en la salud, y la gestión de eventos extremos y adaptación a largo
plazo (Paz et al. 2016).
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Figura 5. Enfoques de la gestión del riesgo y adaptación al cambio climático
Fuente: Elaboración propia adaptada de IPCC (2012) “Managing the Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate
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Cambio climático y salud en el ámbito urbano
Manual de identidad corporativa
6
Marca genérica
mbolo genérico
símbolo debe usarse siempre en
s proporciones y colores descritos
n este manual. Es preciso además
itar su uso en aplicaciones que
uedan comprometer su integridad
su interpretación, como tamaños
uy reducidos, y su uso en colores
o autorizados. Estas limitaciones se
etallan en apartados específicos de este
anual.
NTA DE ANDALUCÍA
ESCUELA ANDALUZA
DE SALUD PÚBLICA
1. ELEMENTOS CORPORATIVOS
a marca genérica se construye a partir
el símbolo genérico, que representa a la
stitución tanto en la construcción de la
arca como de manera independiente
n determinadas aplicaciones.
Consejería de Salud y Familias
Junta de Andalucía
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