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Reglamento-Interno-Iglesia-Local-Manual-de-Doctrinas-Biblicas

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CONCILIO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS DE
COLOMBIA
REGLAMENTO INTERNO
DE LAS
IGLESIAS ASOCIADAS
PROCEDIMIENTOS PARA MINISTROS E IGLESIAS
2
CONTENIDO REGLAMENTO INTERNO DE LA
IGLESIA ASOCIADA
CAPÍTULO I
DEL NOMBRE, DOMICILIO, NATURALEZA Y DURACIÓN
CAPÍTULO II
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
CAPÍTULO III
CARÁCTER CONFESIONAL O CÁNON DOCTRINAL
CAPÍTULO IV
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES: DERECHOS,
DEBERES Y PROHIBICIONES
CAPÍTULO V
5
6
9
11
15
RÉGIMEN DISCIPLINARIO, SANCIONES Y RETIROS
CAPÍTULO VI
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO, ESTRUCTURA
ECLESIÁSTICA Y ÓRGANOS REPRESENTATIVOS
CAPÍTULO VII
18
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE
EMERGENCIA
29
CAPÍTULO VIII
32
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
CAPÍTULO IX
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
CAPÍTULO X
RÉGIMEN PATRIMONIAL
CAPÍTULO XI
DISPOSICIONES VARIAS
35
38
42
3
CONTENIDO
CONTENIDO MANUAL DE DOCTRINAS BÍBLICAS
INTRODUCCIÓN
45
I. NUESTRA PENTECOSTALIDAD
5
II. NUESTRAS DOCTRINAS
A. LA SANTA BIBLIA
B. EL ÚNICO DIOS VERDADERO
C. LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
D. LOS ÁNGELES
E. EL HOMBRE
F. LA SALVACIÓN
G. LA SANTIFICACIÓN
H. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
I. LA SANIDAD DIVINA
J. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
K. LA IGLESIA
L. LA BENDITA ESPERANZA
12
12
14
16
18
21
24
27
29
30
33
36
39
Estos capítulos corresponden a una agrupación temática. Sin embargo,
obedecen a los 16 puntos del canon doctrinal de las Asambleas de Dios
de Colombia establecidos en el Estatuto del Concilio.
4
PRESBITERIO
PREÁMBULO
El presente Reglamento Interno es un instrumento
eclesiástico y jurídico, para ayudar en las principales áreas
de la vida y del orden de la Iglesia Asociada, facilitando la
gestión de su Pastor Presidente.
Las directrices institucionales que traza, son reglas prácticas
que orientan el desarrollo y la conducción de la misma en
torno a aspectos eclesiásticos, jurídicos, administrativos,
organizacionales, confesionales y patrimoniales que le
competen en relación a EL CONCILIO.
Su aplicación asegura, un marco institucional concordante
con los principios de EL CONCILIO; una adecuada
regulación de las relaciones ministeriales y eclesiales de sus
miembros; el desarrollo de la cooperación y la colaboración
en su operatividad; un marco de legalidad apropiado para
su ejercicio y el cumplimiento de los fines y objeto de la
Iglesia.
5
CAPÍTULO I
CAPÍTULO I
DEL NOMBRE, DOMICILIO, NATURALEZA Y
DURACIÓN
ARTÍCULO 1
Del nombre
El nombre de la Iglesia Asociada es IGLESIA DE LAS
ASAMBLEAS DE DIOS.
ARTÍCULO 2
Del domicilio
El domicilio y la sede de la Iglesia Asociada será la ciudad
donde esté ubicada y podrá realizar actividades en todo el
territorio nacional e internacional, en coordinación con el
Distrito respectivo.
ARTÍCULO 3
De la naturaleza jurídica y duración
La Iglesia Asociada se constituye como una entidad
eclesiástica, de naturaleza eminentemente religiosa, de
duración indefinida que actúa bajo cobertura directa de EL
CONCILIO o bajo Personería Jurídica Extendida otorgada
por éste o a través de Personería Jurídica Especial otorgada
por el Ministerio del Interior y de Justicia.
DEL NOMBRE, DOMICILIO, NATURALEZA Y DURACIÓN
6
CAPÍTULO II
CAPÍTULO II
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
ARTÍCULO 4
Del Objeto
La Iglesia Asociada tiene como Objeto la predicación del
Evangelio del Señor Jesucristo y contribuye al progreso
integral de la sociedad colombiana, desarrollando el mismo
objeto social de EL CONCILIO.
ARTÍCULO 5
De los fines
En cumplimiento del anterior Objeto, la Iglesia Asociada
tiene los siguientes objetivos o fines específicos:
A. Fomentar, promover y difundir la proclamación del
Evangelio de Jesucristo utilizando los diversos medios
masivos de comunicación social.
B. Enseñar y practicar la adoración a Dios en los lugares
de culto, como estilo de vida.
C. Facilitar la madurez espiritual y la edificación de los
creyentes.
D. Proveer espacios de compañerismo que fortalezcan la
comunión entre los miembros de la comunidad iglesia.
E. Implementar el desarrollo de ministerios de compasión
y acción social.
F. Extender el Evangelio a través de la apertura de iglesias
y la obra misionera.
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
7
CAPÍTULO II
G. Enseñar las doctrinas bíblicas contempladas en el
canon doctrinal de EL CONCILIO.
H. Participar en el mejoramiento del país, a partir de la
transformación espiritual, moral y social de individuos,
familias y comunidades.
I.
Enseñar los principios y valores bíblicos que fomentan
la unidad, la estructura y la preservación de la familia.
J. Promover la educación en todos sus niveles y
naturaleza.
K. Promover la pentecostalidad como eje transversal de
sus enseñanzas.
ARTÍCULO 6
De las Prerrogativas
Para el cumplimiento de sus objetivos, la Iglesia Asociada
podrá:
A. Vincular o aceptar en su seno, asociaciones de carácter
civil, eclesiástico o
paraeclesiástico; nacionales o
internacionales, públicas o privadas que tengan como
objeto la predicación del Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo y/o posean enfoque de asistencia social.
B. Crear asociaciones y fundaciones.
C. Crear, adquirir y/o administrar medios masivos de
comunicación social y /o virtual.
D. Generar recursos que posibiliten el desarrollo y el
alcance de los fines que garanticen su sostenibilidad.
E. Crear, adquirir y/o administrar instituciones educativas
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
8
CAPÍTULO II
de cualquier nivel y naturaleza.
F. Adquirir, usar, vender, traspasar, hipotecar, y/o alquilar
propiedades que considere necesario para llevar a
cabo su obra.
G. Participar
con
entidades
e
instituciones
gubernamentales y no gubernamentales sin ánimo de
lucro, que promuevan planes de acción social frente
a los sectores menos favorecidos de la población
colombiana.
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
9
CAPÍTULO III
CAPÍTULO III
CARÁCTER CONFESIONAL O CÁNON DOCTRINAL
ARTÍCULO 7
Del Carácter confesional o canon doctrinal
El canon doctrinal de EL CONCILIO es de énfasis
pentecostal y se basa en el postulado: “La Biblia como regla
suficiente de fe y conducta.” Así, la siguiente declaración de
verdades procura unificar nuestro carácter confesional con
el fin de que hablemos una misma cosa. Las doctrinas de
EL CONCILIO constan de los siguientes principios bíblicos
fundamentales:
A. Las Sagradas Escrituras como la Palabra inspirada e
infalible de Dios, superior a la conciencia y la razón.
B. El único Dios verdadero, manifestado en tres personas:
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como la Deidad
adorable.
C. La Deidad del Señor Jesucristo y su encarnación
sobrenatural.
D. Los ángeles como mensajeros y ministradores de Dios.
E. La creación divina del universo y del hombre, la santidad
original, su caída y su redención.
F. La salvación por medio de la fe en la obra redentora de
Jesucristo.
G. La santificación por la obra de Jesucristo, del Espíritu
Santo y de la Biblia.
H. El bautismo en el Espíritu Santo, como la promesa
CARÁCTER CONFESIONAL O CÁNON DOCTRINAL
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CAPÍTULO III
del Padre, con la señal física inicial de hablar en otras
lenguas.
I.
La sanidad divina por la obra redentora de Cristo.
J. El bautismo en agua por inmersión y la cena del Señor
como ordenanzas de Cristo.
K. La Iglesia como el cuerpo místico de Cristo; los
ministerios divinamente ordenados y su misión
evangelizadora.
L. La resurrección de los redimidos y el arrebatamiento de
la iglesia antes de la tribulación.
M. La segunda venida visible de Jesucristo para establecer
su reino milenial en la tierra.
N. El lago de fuego como castigo eterno para los impíos,
Satanás y los ángeles caídos.
O. El cielo como morada eterna de los salvos.
P. Los cielos nuevos y la tierra nueva.
CARÁCTER CONFESIONAL O CÁNON DOCTRINAL
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CAPÍTULO IV
CAPÍTULO IV
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
DERECHOS, DEBERES Y PROHIBICIONES
ARTÍCULO 8
De los Miembros
Son miembros de la Iglesia Asociada, todas las personas
comprometidas con ella, que libre y voluntariamente se
sujeten y acepten el Canon Doctrinal de EL CONCILIO,
sean mayores de 18 años, estén bautizados en agua,
cumplan con los deberes y que además se identifiquen con
la visión de la iglesia y se comprometan con su permanente
formación y desarrollo espiritual.
Parágrafo: Los creyentes bautizados que no han cumplido
la mayoría de edad no hacen parte de la Asamblea.
ARTÍCULO 9
Derechos
Todo miembro de la Iglesia Asociada tiene derecho a:
A. Recibir el reconocimiento como miembro y/o como líder
local.
B. Hacer uso del portafolio de servicios de la Iglesia.
C. Recibir la formación ofrecida a través de las escuelas,
seminarios y demás actividades programadas por la
Iglesia.
D. Ser atendido en sus requerimientos y necesidades
espirituales.
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
12
CAPÍTULO IV
E. Recibir carta de traslado de membrecía cuando lo
requiera.
F. Participar en la Cena del Señor (1 Corintios 11:25-26)
G. Participar en la Asamblea General, ordinaria o
extraordinaria, de forma directa o a través de su
delegado.
H. Participar en las actividades del culto.
I.
Ser visitado por su Pastor o por el comité de visitación,
especialmente cuando esté enfermo o en dificultad.
J. Hacer uso de los servicios que presta la Iglesia.
K. Defenderse en caso de acusaciones y al debido
proceso.
L. Que su nombre sea considerado para el desempeño
de cargos administrativos o ministeriales de acuerdo a
su perfil.
ARTÍCULO 10
Deberes
Todo miembro de la Iglesia Asociada deberá:
A. Mantener una vida consagrada y de servicio al Señor.
B. Guardar una vida de testimonio dentro y fuera de la
Iglesia.
C. Ser fiel en los diezmos y ofrendas a la Iglesia.
D. Evangelizar y ganar personas para Cristo.
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
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CAPÍTULO IV
E. Asistir fielmente a los cultos de la Iglesia y reuniones de
membrecía.
F. Cumplir fielmente las directrices del pastor, el
Reglamento Interno de la Iglesia Asociada; acuerdos
y resoluciones proferidas por la Asamblea Local, el
cuerpo asesor y otros órganos de la Iglesia.
G. Concurrir a las asambleas, reuniones y actos que
señale el Pastor Presidente directamente o por
conducto del personal que se designe en este Estatuto
o el Reglamento Interno.
H. Sujetarse y obedecer a las autoridades establecidas.
I.
Cumplir con los lineamientos determinados por las
directivas de la Iglesia Asociada.
J. Conservar relaciones de comunión con los miembros y
los ministros.
K. Proteger la unidad de la Iglesia actuando en amor hacia
los demás miembros.
L. Desarrollar el principio de colaboración y cooperación
para el éxito de las labores de la Iglesia.
ARTÍCULO 11
Prohibiciones
Se prohibe a los miembros de la Iglesia Asociada:
A. Practicar reincidentemente actos contra la moral y las
buenas costumbres.
B. Atentar contra la doctrina bíblica, con prácticas
espirituales ajenas al canon doctrinal de EL CONCILIO.
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
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CAPÍTULO IV
C. Atentar contra la ética cristiana.
D. Atentar contra la organización religiosa causando
división y contiendas.
E. Crear y designar nuevos lugares de culto sin la debida
autorización.
F. Vincularse en cualquier tipo de sociedad secreta o
movimiento ecuménico que atenten contra los principios
bíblicos y el Estatuto.
G. Apropiarse fraudulentamente de los haberes, bienes y
servicios de la organización.
H. Destruir los bienes de la Iglesia o hacer uso de los
mismos sin la debida autorización.
I.
Entregar dineros y bienes de dudosa procedencia.
ARTÍCULO 12
De los Líderes Locales
Son miembros de la iglesia que por su desarrollo y liderazgo
son acreditados luego de haber recibido capacitación de la
Escuela de Liderazgo Local. Portan la credencial de Líder
Local respectiva expedida por el Pastor Presidente, como
reconocimiento a la labor ministerial que desempeñan
frente a la congregación. Tienen los mismos derechos y
deberes de los miembros.
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
15
CAPÍTULO V
CAPÍTULO V
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
SANCIONES Y RETIROS
ARTÍCULO 13
Sanciones
Dentro de la Iglesia Asociada, se aplicarán las siguientes
sanciones:
A. Amonestación Personal.
Cuando un miembro incurra por primera vez en las
prohibiciones descritas en este reglamento, será
amonestado personalmente por el Pastor Presidente.
B. Disciplina.
Es el proceso mediante el cual se entrena, se adiestra,
se forma en carácter. Su meta es corregir al miembro
que ha incurrido en faltas través de una tutoría cercana.
1. Se aplica con amor, buscando que quien la reciba
no la menosprecie ni desmaye cuando se le es
aplicada. Hebreos. 12:5
2. A través de ella Dios manifiesta su amor. Hebreos
12:6
3. Se aplica para obtener frutos. Hebreos. 12:11
C. Suspensión Temporal de Membrecía.
Para suspender temporalmente la membrecía a un
miembro se tendrán en cuenta las siguientes causales:
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
16
CAPÍTULO V
1. No dar muestras de cambio después de haber
estado en disciplina.
2. Aceptar un concepto de doctrina contraria a la de la
Iglesia.
3. Mostrar conducta divisionista y contenciosa.
4. Presentar inmoralidad comprobada.
5. Crear nuevos lugares de culto sin la debida
autorización de la Junta Directiva o del Pastor
Presidente de la Iglesia.
6. Incurrir en faltas repetitivas, sin pruebas de cambio.
D. Cancelación de la membrecía o expulsión.
Son causales de cancelación de la membrecía o
expulsión las siguientes:
1. Predicar falsa doctrina comprobada.
2. Incurrir continuamente en faltas de inmoralidad
comprobada.
3. Promover e incitar la conducta rebelde y divisionista
en la Iglesia.
4. No dar muestras de cambio después de la suspensión
temporal de la membrecía.
5. Apropiarse de algún bien mueble o inmueble de
propiedad de la Iglesia, sin la debida autorización.
Parágrafo: Para efectos de aplicar una sanción se tendrá
en cuenta el debido proceso y derecho a la defensa
constitucional que se consagra en estos Reglamentos.
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
17
CAPÍTULO V
ARTÍCULO 14
Procedimiento para la aplicación de sanciones
El procedimiento para aplicar las sanciones por faltas se
surtirá teniendo en cuenta el modelo bíblico expresado en
Mateo 18:15-20 y es el siguiente:
A. Citación por el Pastor Presidente.
B. Citación en presencia de dos (2) testigos.
C. Citación ante el cuerpo asesor.
D. Verificación y análisis de las pruebas.
E. Imposición de sanción o absolución por el cuerpo
asesor.
ARTÍCULO 15
Retiro de los miembros
El retiro de los miembros se presenta por:
A. Retiro voluntario
Se entiende que hay retiro voluntario cuando un miembro
se ausenta de la Iglesia sin ninguna comunicación por
un tiempo de seis (6) meses o más.
B. Retiro forzoso
Se origina por traslado a otra iglesia o por muerte.
RÉGIMNE DISCIPLINARIO
18
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VI
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
ESTRUCTURA ECLESIÁSTICA Y ÓRGANOS
REPRESENTATIVOS
ARTÍCULO 16
De la Iglesia Asociada
La Iglesia Asociada es un cuerpo corporativo con el encargo
de la Gran Comisión de Cristo, que actúa como una agencia
de Dios para la evangelización del mundo, la adoración, la
edificación del cuerpo, el equipamiento de ministerios y el
desarrollo de las misiones.
Está organizada administrativamente de acuerdo a su
carácter ministerial y operativamente de acuerdo a su
enfoque ministerial. Basa su relación con EL CONCILIO
en la unidad, la igualdad, la cooperación, la sujeción y la
rendición de cuentas. Eclesiásticamente acepta la doctrina
de EL CONCILIO y su autoridad además de desarrollar sus
mismos fines y propósitos ministeriales.
ARTÍCULO 17
De la estructura eclesiástica
La estructura eclesiástica básica de la Iglesia Asociada
es la que se menciona a continuación, no obstante podrá
organizarse en función de los fines de acuerdo a su visión
ministerial, sin faltar a los aspectos, descritos a continuación:
A. Asamblea Local.
B. Pastor Presidente.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
19
CAPÍTULO VI
C. Cuerpo Asesor o su equivalente.
D. Equipo ministerial o Liderazgo.
E. Miembros.
ARTÍCULO 18
De la Asamblea Local
La Asamblea Local es el máximo órgano representativo
de la Iglesia Asociada y constituye la colectividad de sus
miembros.
A. Conformación
Está conformada por los miembros activos de la iglesia,
en plena comunión incluyendo el cuerpo ministerial y
el liderazgo debidamente acreditado por la iglesia
Asociada.
B. Convocatoria
Se reunirá cada cuatro años o cuando sea necesario,
para recibir la proyección y dirección de la iglesia por
parte del Pastor Presidente de la misma.
C. Quórum
La Asamblea Local, podrá acogerse al sistema de
delegados, cuando la membrecía sea igual o superior a
200 miembros y en ningún caso el número de delegados
podrá ser inferior al 20% de su membrecía. Este 20%
será el quórum establecido para sesionar. En el caso
contrarío el quórum estatutario para sesionar será de la
mitad más uno de los miembros.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
20
CAPÍTULO VI
D. Facultades
Las siguientes son las facultades de la Asamblea Local:
1. Elegir y/o ratificar al Cuerpo Asesor.
2. Efectuar sesiones informativas para recibir los
correspondientes informes del desarrollo de la obra,
acuerdos de aplicación local y proyectos de trabajo.
3. Recibir los proyectos de trabajo que el Pastor
Presidente presente en acuerdo con su Cuerpo
Asesor.
ARTÍCULO 19
Del Pastor Presidente
El Pastor Presidente es el ministro de mayor autoridad
dentro de la Iglesia, plenamente avalado por EL
CONCILIO y quien la orienta en todas sus áreas. Asume
la responsabilidad, el liderazgo y la dirección del Cuerpo
Asesor y de toda la Iglesia.
ARTÍCULO 20
Facultades y Funciones del Pastor Presidente:
Son funciones del Pastor Presidente
A. Legales
1. Ser el Representante Legal de la Iglesia cuando se le
haya otorgado Personería Jurídica Extendida.
2. Asegurar que todos los asuntos de orden jurídico de
la Iglesia sean atendidos oportuna y eficientemente.
3. Convocar las reuniones ordinarias y extraordinarias
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
21
CAPÍTULO VI
del Cuerpo Asesor.
4. Asesorarse en los contratos y operaciones en que
tenga intereses la Iglesia.
5. Presidir la Asamblea Local y las sesiones del Cuerpo
Asesor.
6. Recibir poderes específicos de parte del Presbiterio
Nacional para las diligencias oficiales a nombre de la
Iglesia.
B. Administrativas
1. Determinar la orientación general de la Iglesia
aprobando acuerdos de aplicación local, siempre y
cuando no contravengan el presente Reglamento, los
Estatutos y el Reglamento Interno de EL CONCILIO.
2. Presentar los informes requeridos por el Distrito de la
gestión adelantada en la Iglesia y facilitar el desarrollo
de las auditorias establecidas por el mismo.
3. Vigilar el desarrollo de sus iglesias en formación.
4. Establecer junto con sus equipos asesores o
ministeriales, la estructura administrativa requerida
para su funcionamiento.
5. Verificar que se cumplan todas las normas legales
referentes a la contratación y desvinculación de
personal de la Iglesia.
6. Aplicar en la Iglesia las disposiciones emanadas por
cualquier instancia de EL CONCILIO.
7. Supervisar que los ministros asociados cumplan
oportunamente sus obligaciones.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
22
CAPÍTULO VI
8. Ser miembro ex oficio de los Órganos de Dirección
y Administración de la Iglesia.
9. Elaborar el plan y el cronograma anual de trabajo.
C. Financieras
1. Gestionar y administrar los recursos necesarios para
la financiación de proyectos.
2. Autorizar el pago de los gastos ordinarios de la Iglesia.
3. Autorizar gastos de carácter extraordinario no
contemplados en el Presupuesto Operativo hasta por
el 20% del presupuesto anual.
4. Preparar, junto con el Tesorero, el Presupuesto
Operativo de la Iglesia para someterlo a consideración
del Cuerpo Asesor.
5. Asegurar el manejo de los recursos de la Iglesia,
teniendo en cuenta las normas contables y legales
vigentes.
6. Establecer políticas de supervisión y control de todos
los movimientos financieros que aseguren el manejo
apropiado de los recursos de la Iglesia.
7. Garantizar el cumplimiento de las normas legales,
contables y tributarias que rigen la Iglesia.
8. Controlar el buen uso de las cuentas bancarias a
nombre de la Iglesia revisando los procedimientos
contables, fiscales y financieros.
9. Velar por el cumplimiento de las obligaciones
financieras de la Iglesia para con el Distrito.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
CAPÍTULO VI
23
10. Asegurar el Patrimonio de la Iglesia, garantizando la
titularidad de la misma en todos los bienes adquiridos.
11. Asumir el Plan Único de Cuentas de EL CONCILIO
y presentar mensualmente al Distrito un reporte de
ejecución.
D. Ministeriales
1. Determinar la visión y misión de la Iglesia de acuerdo
con su carácter ministerial y sus características.
2. Implementar una estrategia evangelística que asegure
la extensión del reino de Dios y que esté acorde con
la visión de la Iglesia.
3. Establecer la estructura ministerial de la Iglesia,
asegurando la formación y proyección de nuevos
ministros.
4. Dar cobertura a los ministros reconocidos por el
Distrito, los cuales cumplirán con las funciones que le
sean asignadas por el Pastor Presidente.
5. Establecer programas para la capacitación y
desarrollo del Equipo Ministerial, el liderazgo y la
Iglesia.
6. Presentar ante el Presbiterio Distrital a los líderes
locales que cumplan con los requisitos para convertirse
en ministros con reconocimiento de EL CONCILIO.
7. Facilitar el desarrollo integral de cada uno de sus
miembros.
8. Establecer políticas y programas de atención a la
membrecía y sus familias que aseguren su bienestar
y cobertura.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
24
CAPÍTULO VI
9. Establecer lineamientos y directrices para los
programas de restauración de la Iglesia.
10. Establecer directrices y velar porque la filosofía
y los principios doctrinales y teológicos de EL
CONCILIO se apliquen en la formación de la
Iglesia.
11. Velar por mantener el vínculo fraterno de la Iglesia
con EL CONCILIO.
ARTÍCULO 21
Vacante, nombramiento y ratificación del Pastor
Presidente
En caso de presentarse vacante de Pastor Presidente, en
la Iglesia, se procederá así:
A. El Cuerpo Asesor o su equivalente, informará por escrito
al Presbiterio Distrital.
B. El Presbiterio Distrital suplirá a la Iglesia un Pastor
Interino. La Iglesia puede sugerir candidatos.
C. Cuando un Ministro se ha desempeñado como Pastor
Interino, puede ser ratificado como Pastor Presidente
por la Asamblea Local.
D. Para nombrar Pastor Presidente, el Presbiterio Distrital
designará a un Pastor en calidad de interino por un
periodo, no mayor de un año, y luego será sometido a
ratificación. La Asamblea para realizar ratificación debe
ser convocada con treinta (30) días de antelación por
el Presbiterio Distrital o el Superintendente del Distrito.
E. La ratificación e instalación del Pastor Presidente será
presidida por el Presbítero Seccional o en su defecto por
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
25
CAPÍTULO VI
un funcionario del Distrito. Se hará una sola votación y
será ratificado con las 2/3 partes de la membrecía.
ARTÍCULO 22
Cambio de Pastor Presidente
El Presbiterio Distrital tiene la facultad de nombrar, cambiar,
destituir, o designar temporalmente o definitivamente a un
ministro de una Iglesia Asociada, cuando el caso lo amerite
según el Reglamento Interno.
Las iglesias asociadas con ministerios en extensión tienen
la facultad de designar, cambiar, destituir o mover a sus
pastores, pero deben informarlo al Distrito correspondiente.
Parágrafo: En caso de ausencia temporal del Pastor
Presidente, se le debe informar al Presbiterio Distrital
correspondiente, quien asumirá la dirección de la Iglesia,
designando un ministro con credenciales de EL CONCILIO
que cumpla los requisitos para tal cargo.
ARTÍCULO 23
Del Cuerpo Asesor y/o equivalente
Previa selección y presentación por parte del Pastor
Presidente, la Asamblea Local deberá elegir y/o ratificar el
Cuerpo Asesor, que dará soporte al Pastor en la toma de
decisiones administrativas. Este Cuerpo será elegido por
un periodo mínimo de cuatro (4) años, y estará compuesto
por mínimo 5 personas, elegidas de su membrecía y/o de
los ministros asociados.
A. Requisitos
Para ser miembro del Cuerpo Asesor se requiere:
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
26
CAPÍTULO VI
1. Haber tenido una entrevista previa con el Pastor
Presidente.
2. Estar fundamentado doctrinalmente.
3. Poseer habilidades administrativas.
4. Ser persona de buen testimonio en todas sus áreas.
5. Tener madurez espiritual y emocional.
6. Llevar un mínimo de 5 años como miembro de la
Iglesia y haber concluido mínimo la formación para
líder local.
7. Ser persona fiel en sus compromisos económicos
para con la Iglesia.
8. Ser persona sujeta a la autoridad y que acepta los
principios bíblicos, Estatuto y reglamentos de la
Iglesia.
9. Haber manifestado voluntariamente su interés de
aportar al sostenimiento y crecimiento de la obra.
10. Tener una edad mínima de veinte (20) años.
B. Elección
En caso de elección del Cuerpo Asesor se tendrá en
cuenta lo siguiente:
1. Los candidatos previamente seleccionados por el
Pastor Presidente y el Cuerpo Asesor en ejercicio,
serán presentados por el Pastor Presidente a la
Asamblea Local.
2. Se procederá a la elección por voto secreto y por
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
27
CAPÍTULO VI
mayoría simple serán elegidos los candidatos con
mayor número de votos.
C. Funciones
Son funciones del Cuerpo Asesor:
1. Desarrollar la función de servicio a la Iglesia y asesoría
al Pastor Presidente en las áreas de interés que éste
le asigne.
2. Presentar informes de su gestión al Pastor Presidente.
3. Solicitar al Distrito su intervención en casos de
emergencia a través del Presbítero de Sección.
4. Avalar la adquisición de bienes inmuebles, su
enajenación o gravamen garantizando el mayor
beneficio para los intereses de la Iglesia.
5. Avalar el presupuesto que asegure la gestión de la
Iglesia para cada año.
6. Velar por la vivienda, la educación, el bienestar y la
dignidad de las familias ministeriales que sirvan en
dicha Iglesia.
7. Propender por la adquisición de vivienda propia
para el pastor y su familia, según las posibilidades
económicas de la Iglesia, a ministros que superen los
10 años de servicio en dicho lugar.
D. Sesiones
El Cuerpo Asesor sesionará ordinariamente cada tres
(3) meses y extraordinariamente cuantas veces sea
necesario, a juicio del Pastor Presidente, o de la mitad
mas uno de sus miembros. Deliberará y decidirá con la
presencia y votos de la mitad más uno de sus miembros,
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
28
CAPÍTULO VI
en caso de empate el voto del Pastor Presidente será
decisorio.
E. Conformación
El Cuerpo Asesor está conformado por los siguientes
miembros, quienes serán designados por el Pastor
Presidente de acuerdo a sus capacidades:
1. Tesorero: es el responsable de asegurar el correcto
manejo y administración de los recursos financieros
de la Iglesia en coordinación con el Pastor Presidente.
2. Secretario: es el encargado de levantar las actas
correspondientes y firmar los documentos a los que
hubiere lugar.
3. Vocales: son miembros designados para cumplir
con las responsabilidades asignadas por el Pastor
Presidente para el correcto funcionamiento de la
Iglesia.
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO
29
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VII
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE
EMERGENCIA
ARTÍCULO 24
Vinculación al Concilio
La Iglesia Asociada, es un ente autónomo, vinculado
fraternalmente a EL CONCILIO. Su relación se basa en
la unidad, igualdad, cooperación, sujeción y rendición de
cuentas. Jurídicamente opera bajo el NIT de EL CONCILIO,
en su defecto bajo Personería Jurídica Extendida o
Personería Jurídica Especial. Eclesiásticamente acepta
la doctrina de EL CONCILIO, su autoridad eclesiástica, y
desarrolla sus mismos fines y propósitos ministeriales. Se
rige por el Estatuto, el Reglamento Interno y el Reglamento
Interno de la Iglesia Asociada.
La Iglesia Asociada recibe cobertura de EL CONCILIO a
través del Distrito del cual es miembro. Acata todas las
disposiciones administrativas, ministeriales y jurídicas
emanadas de él; a su vez recibe capacitación, recursos y
asesoría para sus ministros, líderes y membrecía; además
de soporte en las áreas ministerial, administrativa y jurídica.
ARTÍCULO 25
Desvinculación
La Iglesia Asociada podrá desvincularse de EL CONCILIO,
por voluntad propia, expresada a través de decisión tomada
por el 80% de su membrecía reunida en Asamblea Local o
por decisión de EL CONCILIO, previo cumplimiento de los
procedimientos establecidos en el Reglamento Interno de
este último.
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE EMERGENCIA
30
CAPÍTULO VII
ARTÍCULO 26
Estado de Emergencia
El Estado de Emergencia es la intervención que aplica el
Presbiterio Distrital a una Iglesia Asociada que se encuentre
inmersa en cualquiera de las siguientes situaciones:
A. Incompetencia administrativa de sus pastores y cuerpo
asesor.
B. Abuso en la autoridad del Pastor Presidente.
C. Ingobernabilidad de la Asamblea Local e Iglesia.
D. Ruptura de la unidad de la Iglesia.
E. Insubordinación del Pastor Presidente a las autoridades
de EL CONCILIO.
F. Otras similares que impidan el desarrollo normal de la
iglesia
ARTÍCULO 27
Causales del estado de emergencia
El Presbiterio Distrital intervendrá y declarará el Estado de
Emergencia a una Iglesia Asociada cuando:
A. Se contravenga el Estatuto, el Reglamento Interno
o el Reglamento Interno de la Iglesia Asociada y las
doctrinas fundamentales.
B. Se incurra en faltas reiteradas contra la moral, la ética
y las buenas costumbres, cometidas por cualquiera de
los ministros aceptados por la Iglesia.
C. Se presente rompimiento entre el Pastor Presidente,
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE EMERGENCIA
CAPÍTULO VII
31
Cuerpo Asesor o un grupo mayor a una tercera parte de
la membrecía activa de la Iglesia y no hubiere arreglo
entre las partes.
D. Se presente incapacidad para cumplir con sus
obligaciones financieras.
E. Se pierda el control y el buen orden de una Asamblea
Local, que ponga en peligro la integridad de los
funcionarios, los asistentes a la misma y la estabilidad
de la Iglesia.
F. Se encuentren inconsistencias que afecten el correcto
desarrollo de la Iglesia, luego de una supervisión
realizada por el Distrito.
G. La Iglesia no permita que un funcionario designado por
el Distrito la supervise.
ARTÍCULO 28
Procedimiento para declarar el Estado de Emergencia
Cuando una Iglesia Asociada sea declarada en Estado de
Emergencia, el Presbiterio Distrital deberá:
A. Informar por escrito la declaratoria de Estado de
Emergencia al Pastor Presidente y al Cuerpo Asesor.
B. Declarar cesantes de su cargo al Pastor Presidente y
demás funcionarios.
C. Nombrar un Pastor y los funcionarios interinos
necesarios para la operatividad de la iglesia, hasta que
termine el Estado de Emergencia.
D. Gobernar y administrar la Iglesia, hasta tanto
sean superadas las causales de la declaratoria de
emergencia.
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE EMERGENCIA
32
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO VIII
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
ARTÍCULO 29
Iglesias en Formación
Es función de la Iglesia Asociada, fundar administrar y
dar cobertura a nuevas iglesias, en coordinación con el
Distrito al cual pertenece, las que se denominarán Iglesias
en Formación. Estas tendrán esta calidad hasta cuando
el Distrito las reconozca como iglesias asociadas, previo
aval del Pastor Presidente y cumplimiento de los requisitos
para tal efecto. Las iglesias en formación tendrán una
estructura similar a la de la Iglesia Asociada y su pastor
será un ministro vinculado, fraternalmente, a la que le da
la cobertura.
Los recursos y su administración serán coordinados por
la Iglesia Asociada, quien establecerá los procedimientos
correspondientes.
Parágrafo: Los demás procedimientos para la apertura
y cobertura de obras están descritos ampliamente en el
manual de apertura y cobertura de obras de EL CONCILIO.
ARTÍCULO 30
Pastoreo
Cada Iglesia establecerá un modelo de pastoreo que
asegure la atención, el desarrollo y crecimiento espiritual
de cada uno de sus miembros y asistentes. A su vez,
éste permitirá reflejar su carácter ministerial y visión,
dentro del marco ético y doctrinal de EL CONCILIO. La
Iglesia Asociada podrá solicitar soporte y asesoría al
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
CAPÍTULO VIII
33
Distrito correspondiente para fortalecer la aplicación de su
estrategia ministerial.
ARTÍCULO 31
Iglecrecimiento
Cada Iglesia tiene la autonomía de seleccionar la estrategia
de Iglecrecimiento y la estructura ministerial que más le
convenga para su desempeño de acuerdo con su carácter
y visión, procurando alcanzar a su comunidad con el
mensaje del evangelio dentro del marco ético y doctrinal
de EL CONCILIO, recibiendo del Distrito correspondiente
el soporte y asesoría que requiera en el desarrollo de las
estrategias seleccionadas.
ARTÍCULO 32
Ministerios que desarrolla
La Iglesia desarrolla diversos ministerios de acuerdo al
enfoque ministerial y visión del Pastor Presidente, sin dejar
de implementar aquellos que cumplan con el evangelismo,
el discipulado, la adoración, la formación de líderes y la
extensión del Reino de Dios.
Cada Iglesia podrá establecer su propio modelo de
desempeño ministerial propendiendo por la excelencia a
través de equipos de trabajo que respondan por:
A. La adoración de excelencia a través de ministros y
equipos de alabanza, sonido y adecuación de púlpito de
acuerdo a los recursos de cada Iglesia.
B. La seguridad del lugar de culto o templo, a través de un
plan logístico y de evacuaciones que minimicen riesgos
de accidentalidad y provean tranquilidad a los asistentes.
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
34
CAPÍTULO VIII
C. La correcta ornamentación del lugar con los distintivos
de EL CONCILIO y su imagen corporativa, de acuerdo a
los recursos de cada lugar.
D. La formación de los miembros de la iglesia a través de
Escuelas de Formación de liderazgo.
E. El cuidado, la atención y la formación de la niñez, la
adolescencia a través de iglesias para niños o sus
equivalentes.
F. El cuidado, la atención y la formación de los diferentes
grupos homogéneos y de edades que conforman la
membrecía y asistencia de la Iglesia.
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
35
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO IX
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
ARTÍCULO 33
Contratación
La Iglesia Asociada está obligada a cumplir con todos los
parámetros legales establecidos para los procesos de
contratación, además de proteger sus propios intereses y
actuar dentro del marco ético y doctrinal del EL CONCILIO,
recibiendo del Distrito al cual pertenece, el soporte y
asesoría necesarios.
ARTÍCULO 34
Vinculación Laboral
La Iglesias Asociadas propenderán por legalizar la situación
laboral del personal que apoye sus labores administrativas
mediante un contrato, en el que se contemplen las
condiciones salariales, prestacionales, de seguridad social
y demás que se consideren necesarias, además de las
funciones que deben desempeñar y su duración.
Parágrafo: en el caso del voluntariado que sirve en la Iglesia
también deberá establecerse el vínculo que exonere a la
Iglesia de cualquier responsabilidad contractual y laboral.
ARTÍCULO 35
Procedimientos
La
Iglesia deberá establecer y documentar los
procedimientos y los puntos de verificación y control
correspondientes a:
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
36
CAPÍTULO IX
A. Tesorería (ingresos, egresos y caja menor).
B. Contabilidad.
C. Registro y actualización de la membrecía.
D. Manejo de Personal.
E. Archivo y correspondencia.
F. Además de los requeridos por el Estado Colombiano.
Parágrafo: Las iglesias asociadas que operan bajo
la Personería Jurídica de EL CONCILIO, deberán
implementar un sistema contable de acuerdo con el Plan
Único establecido por éste para efectos de la unificación
contable y declaraciones tributarias.
ARTÍCULO 36
De la Personería Jurídica Extendida
La Iglesia Asociada propenderá por cumplir los requisitos
para obtener la Personería Jurídica Extendida. Para ello,
deberá demostrar que por razones de su ejercicio no existen
procesos legales en contra de EL CONCILIO y suyo propio.
A partir del momento que asume su Personería, asume
la responsabilidad frente a los procesos que se generen,
sin embargo, recibirá del Distrito al cual pertenece toda la
asesoría necesaria para adelantar su representación en
cualquier proceso legal.
ARTÍCULO 37
Derechos
La Iglesia podrá asumir ante el Estado y cualquier otra
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
CAPÍTULO IX
37
institución la defensa de los derechos que le ampara la ley
y la Constitución Política del Estado Colombiano.
ARTÍCULO 38
Supervisión y control
La Iglesia permitirá y facilitará las visitas de seguimiento y
control que el Distrito, a través de sus funcionarios, adelante
sobre su situación administrativa, jurídica y financiera,
concertando y adoptando las determinaciones, políticas y
sugerencias dadas para su correcto funcionamiento.
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
38
CAPÍTULO X
CAPÍTULO X
RÉGIMEN PATRIMONIAL
ARTÍCULO 39
Patrimonio
El patrimonio de la Iglesia Asociada que opera bajo la
Personería Jurídica de EL CONCILIO está constituido por:
A. Los inmuebles y muebles que adquiera a título propio.
B. Los excedentes que obtenga.
C. Los diezmos y las ofrendas voluntarias de la feligresía.
D. Las donaciones de hermanos y amigos del Evangelio.
E. Todas las demás que sean de lícita procedencia.
ARTÍCULO 40
Compra, venta o permuta de propiedades
Para los efectos de comprar, vender o permutar bienes de
la Iglesia se procederá de la siguiente manera:
A. La Iglesia Asociada podrá adquirir, vender, enajenar,
traspasar y negociar sus bienes muebles e inmuebles.
B. El Representante Legal tendrá la libertad de negociar
hasta por un monto del 10% del patrimonio, en adelante
será el Cuerpo Asesor quien autorizará las negociaciones
hasta el 30% del patrimonio.
C. La Iglesia Asociada está en obligación de mantener
y velar por la integridad de su patrimonio, para lo cual
determinará claramente su participación en la posesión
RÉGIMEN PATRIMONIAL
CAPÍTULO X
39
de cualquier bien mueble o inmueble.
D. La Iglesia deberá establecer un sistema de inventarios,
que asegure el seguimiento y control de todas sus
posesiones y permita efectuar la devaluación y dar de
baja los bienes que por tal efecto deban ser sujeto de
este procedimiento.
E. Para las Iglesias que operan bajo la Personería Jurídica
de EL CONCILIO, los bienes deben estar escriturados
a nombre de éste y la Iglesia Asociada se beneficiará
mediante la figura legal de cesión y administración de
los bienes, cumpliendo con las obligaciones tributarias
y derivadas del uso del bien. En este caso la Iglesia
Asociada debe enviar anualmente y dentro de los tres (3)
primeros meses de cada año, un inventario valorizado de
todos los activos fijos al Presbiterio Distrital respectivo,
con copia a los archivos generales de EL CONCILIO.
F. Cuando se reciban donaciones de personas naturales
o jurídicas, nacionales o extranjeras, en especies, los
elementos recibidos deberán afectar el patrimonio y se
levantará un acta de donación.
ARTÍCULO 41
Destinación religiosa
Los bienes muebles e inmuebles bajo la titularidad de las
iglesias asociadas de EL CONCILIO deben conservar
su destinación religiosa, razón por la cual no podrán ser
reclamados por los miembros de la iglesia, ni por sus
dignatarios, aunque ellos hayan contribuido para su
adquisición.
RÉGIMEN PATRIMONIAL
40
CAPÍTULO X
ARTÍCULO 42
Sobre la administración del patrimonio.
Los actos y negocios que requieran la autorización previa
del Cuerpo Asesor y/ o Asamblea, deberán constar siempre
por escrito y el Representante Legal de la Iglesia deberá
anexar al documento o protocolizar cuando se trate de
escrituras públicas, el extracto del acta en la cual se le
confiere la autorización.
Parágrafo: Las iglesias asociadas con Personería
Jurídica Extendida hacen parte de EL CONCILIO, y por
tanto deberán conservar su destinación religiosa en toda
la actividad tendiente a la adquisición y/o disposición
de los inmuebles. Por esta razón, deberán solicitar a
EL CONCILIO autorización para efectuar cualquier tipo
de enajenación. La Iglesia Asociada deberá anexar al
documento o protocolizar cuando se trate de escrituras
públicas, la autorización dada por EL CONCILIO.
ARTÍCULO 43
Disolución
Son causales de la disolución de la Iglesia Asociada:
A. La voluntad afirmativa y manifiesta del ochenta por
ciento (80%) de los miembros reunidos en Asamblea
Local.
B. Haber perdido su capacidad de gobernarse, sostenerse
o propagarse.
C. Mandato legal.
RÉGIMEN PATRIMONIAL
CAPÍTULO X
41
ARTÍCULO 44
Liquidación
En cualquier caso de liquidación la Iglesia seguirá las
siguientes disposiciones, sin perjuicio de las normas
legales vigentes:
A. La Asamblea Local informará por medio del Pastor
Presidente o el Cuerpo Asesor al
Presbiterio
Distrital, quien los asesorará para la liquidación de las
obligaciones contraídas por todo concepto.
B. Una vez establecidas sus responsabilidades en todos
los órdenes, el Pastor Presidente y un delegado del
Cuerpo Asesor, serán las personas encargadas de
ejecutar la cancelación de las obligaciones de la Iglesia.
C. El remanente que quedare, el Pastor Presidente,
efectuará el traspaso a EL CONCILIO.
RÉGIMEN PATRIMONIAL
42
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XI
DISPOSICIONES VARIAS
ARTÍCULO 45
Reformas y enmiendas al Reglamento Interno
Para la modificación o adición al presente Reglamento
Interno deberá presentarse solicitud por escrito al Pastor
Presidente de la Iglesia Asociada, quien junto con el Cuerpo
Asesor estudiarán su viabilidad y presentarán al Distrito.
Éste último la presentará ante la Comisión Permanente de
Reforma Estatutaria para su estudio y posible aprobación.
Toda decisión en beneficio de la Iglesia Asociada
será aplicable sin necesidad de reforma o enmienda
reglamentaria siempre que no quebrante las leyes vigentes,
el Estatuto y el Reglamento Interno de EL CONCILIO y que
no vulnere los derechos de los miembros de la Iglesia.
ARTÍCULO 46
Leyes de la República de Colombia.
La Iglesia Asociada declara expresamente respaldar la
Constitución Política de Colombia, acatar y cumplir las
leyes de la República, decretos y normas reglamentarias
y demás disposiciones concordantes sancionadas por el
Estado Colombiano.
ARTÍCULO 47
Vigencia
Este Reglamento Interno comenzará a regir a partir de
la fecha de la sanción oficial del Ministerio del Interior y
de Justicia, y la promulgación de la Personería Jurídica
Extendida.
DISPOSICIONES VARIAS
43
CONCILIO DE LAS
ASAMBLEAS DE DIOS DE COLOMBIA
MANUAL DE
DOCTRINAS BÍBLICAS
44
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La Biblia es nuestra mayor fuente de fe y conducta. En ella encontramos
la doctrina que creemos, practicamos y predicamos como Asambleas de
Dios.
Por eso, con el ánimo de unificar nuestra norma de fe, presentamos
este manual, La doctrina del Concilio de las Asambleas de Dios de
Colombia consta de los siguientes principios bíblicos fundamentales.
Estos postulados son esenciales para un evangelio completo.
Antes de esbozar las que consideramos nuestras doctrinas básicas,
verifiquemos un aspecto crucial concerniente a la pentecostalidad que
nos rodea y define.
INTRODUCCIÓN
45
CAPÍTULO I
I. NUESTRA PENTECOSTALIDAD
A. DEFINICIÓN ETIMOLOGICA
El término Pentecostés viene del griego pentekosté (heméra y
literalmente significa “el quincuagésimo día”. Con esa palabra se
describe la fiesta de la cosecha celebrada el quincuagésimo día después
de la Pascua (Domingo de Resurrección) y que pone término al tiempo
pascual. Durante el Pentecostés narrado en Hechos capitulo 2, sucedió
el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia,
por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo.
B. DEFINICIÓN BÍBLICA
En Hechos capítulo 2, encontramos elementos indispensables que
nos definen como pentecostales, dichos aspectos se convierten en las
declaraciones siguientes:
1. Somos pentecostales porque creemos en el Cristo resucitado, en sus
palabras, en su obra redentora como salvador, sanador, bautizador y
Rey que pronto viene.
2. Somos pentecostales porque creemos en el poder de la oración,
sencillamente porque sin oración no hay Pentecostés. La oración
individual es muy importante, pero la oración congregacional es
dinamita. La Iglesia es analogía de la comunión trinitaria, y solo hace
explotar el poder divino cuando se reúne en unidad para orar.
3. Somos pentecostales porque buscamos al dador de las señales y no
a las señales como un fin. Las señales llegarán indefectiblemente “de
repente” como consecuencia de la presencia de Dios sobre creyentes
totalmente rendidos a la soberanía de Cristo.
4. Somos pentecostales porque buscamos vehementemente ser llenos
del Espíritu Santo. Es una verdad liberadora saber que el Espíritu Santo
esta presente en la vida del creyente desde el momento mismo de su
conversión. Sin embargo, se debe anhelar, buscar, luchar, desear el
bautismo con el Espíritu Santo y después de ello una llenura constante
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
46
CAPÍTULO I
con evidencias de una vida transformada por su poder.
5. Somos pentecostales porque damos libertad absoluta al Espíritu
Santo, no lo encasillamos en una liturgia prediseñada, lo respetamos
como persona y acatamos sus decisiones.
6. Somos pentecostales porque proclamamos el evangelio de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión con
el Espíritu Santo.
C. DEFINICIÓN HISTÓRICA
Ser pentecostal es creer que la acción del Espíritu Santo que operó en
Pentecostés está vigente para los cristianos de todos los tiempos. El
Movimiento Pentecostal tiene su origen cercano en los movimientos
de santidad de finales del siglo XVIII. En 1906 rompió las barreras
socioculturales, existentes en este tiempo, siendo sumamente incluyente,
y dando cabida a la diversidad. El avivamiento en la calle Azusa se usa
como referente al origen de varias denominaciones cuyo eje transversal
es el movimiento pentecostal. Entre ellas las Asambleas de Dios. Los
tres grandes movimientos espirituales del siglo XVIII – el wesleyano,
el avivamiento calvinista y el pietismo alemán- trataron explícitamente
de restablecer al máximo el cristianismo característico de la iglesia
primitiva. Su enseñanza central era que el poder del Espíritu Santo,
dado en Pentecostés a todos los que se arrepintieron, creyeron y fueron
bautizados, esta disponible en todo tiempo y lugar.
D. DEFINICIÓN CONCEPTUAL
La Pentecostalidad es un movimiento dentro del cristianismo resultado
de la espiritualidad, donde se da una apertura a la persona, presencia
y poder del Espíritu Santo. Dicha apertura incluye el desarrollo del
carácter de Cristo en la vida del creyente por la obra del Espíritu,
(Gálatas 5:16-23), además de la capacitación del Cuerpo de Cristo para
el ejercicio de su ministerio por medio de los diferentes ministerios,
dones y carismas. (1 Corintios 12).
La pentecostalidad es un movimiento del Espíritu, es una respuesta
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
47
CAPÍTULO I
al cesasionismo y a la institucionalización de la fe que apagó la
manifestación de los dones del Espíritu.
E. EN RELACIÓN A NUESTRA IDENTIDAD PENTECOSTAL
Es vital practicar las siguientes directrices para mantener la vigencia de
la pentecostalidad:
1. Debemos mantener firme el mover del Espíritu Santo en nuestras
congregaciones.
2. Debemos entender que Pentecostés es un movimiento de
manifestaciones, profecías, señales, visiones y milagros.
3. Debemos vivir como pentecostales de hecho y no nominales.
4. Debemos evitar que el contexto de corrientes teológicas de hoy
afecten nuestra pentecostalidad.
5. Debemos conocer que Asambleas de Dios está llamada a ser un gran
movimiento del Espíritu Santo.
6. Debemos recordar que el objetivo principal del bautismo del Espíritu
Santo es cumplir la misión de evangelizar.
7. Debemos establecer en nuestras iglesias el contenido de la
pentecostalidad.
8. Debemos saber que la praxis de la pentecostalidad siempre va
acompañada de sanidad y liberación de endemoniados.
9. Debemos promover al santo ministerio a ministros llenos del Espíritu
Santo.
10. Debemos regresar a nuestra pentecostalidad bíblica.
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
48
CAPÍTULO I
F. TEOLOGÍA PENTECOSTAL
Los siguientes son principios teológicos - bíblicos que trazan los
parámetros de la pentecostalidad que practicamos:
1. Partimos del texto bíblico para nuestra práctica (hacemos énfasis en
la teología de Lucas)
2. Tenemos raíces teológicas Cristo céntricas. (Hechos 2:22-39)
3. Creemos en la persona y obra del Espíritu Santo activa en el creyente
y en la iglesia. (Hechos 6:3)
4. Propendemos por la vida santa (ética). (Lucas 1:75)
5. Estimulamos la experiencia personal. (Hechos 1:1)
6. Creemos en el llamado de Ministros vocacionales, (Lucas 5:27-28)
7. Aceptamos la diversidad de ministerios (sacerdocio universal de los
creyentes). (Efesios 4:11; 1 Corintios12:28; Romanos 12:6-8; 1 Pedro
4:10-11)
8. Propendemos por la preparación ministerial. (Lucas1:1- 4)
9. Respetamos la Función por encima del status. (Hechos 6:3)
10. Creemos que el movimiento pentecostal tiene un marcado énfasis
misionero. (Hechos 1:8 cf. 8:1,4)
11. Proclamamos la Esperanza escatológica, conocida también como la
teología de la esperanza. (Lucas18:8,19:11)
G. EXPERIENCIA PENTECOSTAL
No es sólo la teología la que mantiene vigente la pentecostalidad, es la
experiencia personal lo que caracteriza a los pentecostales verdaderos.
Por eso, a continuación se enumeran los matices preponderantes a
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
CAPÍTULO I
49
dicha experiencia.
1. El bautismo en el Espíritu Santo como empoderamiento, (Hechos
1:8).
2. Hablar en lenguas como señal del bautismo con el Espíritu Santo.
(Hechos 2:4)
3. El fruto del Espíritu como señal de carácter cristiano. (Gálatas 5:2223)
H. EJERCICIO DEL MINISTERIO
Las Escrituras enumeran las manifestaciones del Espíritu Santo bajo
tres categorías específicas:
1. Dones:Romanos 12:3-8, 1 Pedro 4:10, 1 Corintios 12:28-31.
2. Ministerios: Efesios 4:11-12, 1 Corintios 12:27-31.
3. Operaciones: 1 Corintios 12: 7-11, 1 Corintios 12:28-31
Todos los creyentes tienen derecho a recibir la promesa del Padre: el
bautismo en el Espíritu Santo, según el mandato del Señor Jesucristo,
por eso deben buscarlo fervientemente. Esa era la experiencia normal
y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene
una investidura de poder para la vida, el servicio, la concesión de los
dones espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4,
8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo
nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12–17; 10:44–46; 11:14–16;
15:7–9).
Con el bautismo en el Espíritu Santo, el creyente recibe experiencias
como:
1. Ser lleno del Espíritu (Juan 7:37–39; Hechos 4:8)
2. Una reverencia más profunda para Dios (Hechos 2:43; Hebreos
12:28).
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
50
CAPÍTULO I
3. Una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra (Hechos
2:42)
4. Un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos
(Marcos 16:20).
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con
la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los
dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es esencialmente
lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios 12:4–10, 28), pero es
diferente en propósito y uso.
El Bautismo en el Espíritu Santo es un don divino real, vigente y
necesario para todo creyente, en todo lugar, en toda la historia. Esta
experiencia confirma la presencia de Dios en la vida de la persona y
lo empodera para el servicio a Dios. La evidencia física que la Biblia
describe para el Bautismo en el Espíritu Santo es hablar en nuevas
lenguas (Hch. 2:2-4; 10:46; 11:15-17; 19:6) Incluso hay referencias que
infieren esta manifestación (Hch. 8:15-17; 9:17).
Esta obra del Espíritu en el creyente generalmente prescinde del
entendimiento del individuo pero trae provecho y tiene por lo menos
tres propósitos:
1. La edificación personal: En la experiencia espiritual el creyente es
tocado por el Espíritu Santo fortaleciendo su vida y alentando su fe y su
espíritu al hablar un lenguaje celestial (glosolalia).
2. La edificación de la iglesia: El apóstol Pablo hace referencia a las
lenguas como don y la solicitud de interpretación para la iglesia. Dios
puede comunicar mensajes de aliento y fortaleza o exhortación para los
oyentes.
3. Testificar a los no creyentes: En Hechos capítulo 2, el Espíritu Santo
utilizó a los creyentes en el aposento alto para que hablasen lenguas
humanas (xenolalia). Los visitantes en Jerusalén les oían hablar en
diversos idiomas “Las maravillas de Dios” por lo que estaban atónitos.
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
CAPÍTULO I
51
El mismo texto describe cómo algunos espectadores se incomodaron
con esta experiencia, asociándola al efecto de la embriaguez causada
por el vino. Pese a ello, Pedro, investido con el poder del Espíritu dio un
sermón con el cual más de tres mil personas se convirtieron.
Por otro lado, El apóstol Pablo nos orienta a hacer todo “decentemente
y con orden”. Esto nos lleva a la conclusión que el hablar en lenguas es
la evidencia física inicial para el bautismo del Espíritu Santo, que no se
debe impedir el hablar en lenguas, mas hay que hacerlo con sabiduría.
NUESTRA PENTECOSTALIDAD
52
CAPÍTULO II
II. NUESTRAS DOCTRINAS
La doctrina del Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia consta
de los siguientes principios bíblicos fundamentales:
A. LA SANTA BIBLIA
Creemos en las Sagradas Escrituras como la Palabra inspirada e
infalible de Dios, superior a la conciencia y la razón.
Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son
verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el
hombre, la regla infalible y principal autoridad de fe y conducta (2
Timoteo 3:15, 16; 1 Pedro 2:2.)
LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA
La palabra griega theopneustos es la que más se acerca en su
equivalencia a nuestro vocablo “inspiración” y se halla en 2 Timoteo
3:16. Significa literalmente “soplada por Dios”. Por el soplo y poder
divino, El Espíritu Santo dirigió a los autores humanos de la Biblia
con tal precisión que la obra refleja exactamente la intención de Dios
mismo. Como fue Dios mismo el que habló por medio de los profetas
y apóstoles, los documentos originales que ellos escribieron llevaron
las marcas especiales de la inspiración divina. Esto significa que los
sesenta y seis libros canónicos, los cuales constituyen la Biblia, son, en
sus expresiones originales, completamente dignos de confianza como la
voz del Espíritu Santo (2 Pedro 1:19-21).
LA INFALIBILIDAD DE LA BIBLIA
La Biblia es infalible es decir, no es susceptible de error y, por lo tanto,
no puede extraviarnos, engañarnos ni decepcionarnos. Se destacan las
cualidades de inerrancia e infabilidad. La palabra inerrancia enfatiza
la veracidad de las Escrituras, mientras que la infalibilidad recalca la
confiabilidad de ellas. Ambas cualidades se aplican a toda la Escritura
e incluyen la exactitud de la revelación divina. Por lo tanto es la verdad
LA BIBLIA
53
CAPÍTULO II
(2 Samuel 7:28; Salmo 119:43; Juan 17:17; Colosenses 1:5)
EL TEMA DE LA BIBLIA
La Biblia es un libro rico en contenidos y principios espirituales. Su
alcance trata aspectos tocantes a la ética y moral, historia, administración,
convivencia entre otros. Sin embargo, todos estos elementos son matices
que acompañan el tema fundamental de la Biblia que es la redención del
hombre. Desglosándolo se entendería así:
El Antiguo Testamento: Es la preparación para la venida del
Redentor
Los Evangelios:
Son la manifestación del Redentor
Hechos de los Apóstoles:
Es la proclamación del mensaje del
Redentor
Las Epístolas: Son la explicación del mensaje del
Redentor
Apocalipsis:
Es la consumación de la obra del
Redentor
LA BIBLIA
54
CAPÍTULO II
B. EL ÚNICO DIOS VERDADERO
Creemos en el Único Dios verdadero, manifestado en tres personas:
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como la Deidad adorable.
El único Dios Verdadero se ha revelado como el Eterno existente en
sí mismo “YO SOY”, el Creador del cielo y de la tierra y Redentor
de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios
de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
(Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10; Mateo 28:19; Marcos 12:29; Lucas
3:22).
LA DEIDAD ADORABLE
1. Definición de vocablos. Los vocablos “trinidad” y “personas”, según
se relacionan con la Deidad, aunque no se encuentran en la Biblia,
están en armonía con ella. Por lo tanto podemos comunicar a los demás
nuestro entendimiento inmediato de la doctrina de Cristo respecto al
Ser de Dios, según se distingue de “muchos dioses y muchos señores”.
Podemos hablar debidamente del Señor nuestro Dios, que es un solo
Señor como una Trinidad o como un Ser de tres personas, sin apartarnos
por ello de las enseñanzas bíblicas (como ejemplo, Mateo 28:19; 2
Corintios 13:14; Juan 14:16,17).
2. Distinción y relación en la Deidad. Cristo enseñó una distinción de
personas en la Deidad que expresó en términos específicos de relación:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que esta distinción y relación, en lo que
a su forma se refiere es inescrutable e incomprensible, pues la Biblia
no lo explica (Lucas 1:35; Mateo 11:25-27; 28:19; 2 Corintios 13:14;
1 Juan 1:3, 4).
3. Unidad en la Trinidad. La Trinidad es un misterio en si misma. Es
una doctrina bíblica ampliamente sustentada (Mateo 3:16-17; Mateo
28:19-20; Juan 1:18; 15:26; 17:11, 21) Las tres personas de la Deidad
están en un estado de unidad, por lo que sabemos que no son tres dioses
diferentes. Ninguna de las personas de la Deidad existe ni opera separada
o independientemente de las otras (Juan 5:17-30, 32,37; 8:17,18).
Existe un solo Dios que es Señor Todopoderoso. (Deuteronomio 6:4;
Zacarías 14:9).
EL ÚNICO DIOS VERDADERO
55
CAPÍTULO II
4. Dios es trascendente. Es decir, está por encima y más allá del
universo que creó y es mayor que él. Es inmanente, está presente en
el universo y participa en él. Aunque Dios está presente en toda su
creación, la creación no es Dios.
ATRIBUTOS DE DIOS
La clasificación de atributos divinos es como sigue:
1. Atributos naturales: Aquellos que definen lo que Dios es en sí
mismo, aparte de la creación. Responden a la siguiente pregunta: ¿qué
cualidades caracterizaron a Dios antes de existir lo creado? Dios es
espíritu, Dios es uno y Dios es infinito.
2. Atributos activos: Muestran lo que Dios es en relación con el universo.
Dios es omnipotente, Dios es omnipresente, Dios es omnisciente, Dios
es sabio y Dios es soberano.
3. Atributos morales: Caracterizan lo que Dios es en relación con
los seres humanos. Dios es santo, Dios es justo, Dios es fiel, Dios es
misericordioso, Dios es amor y Dios es bueno.
EL ÚNICO DIOS VERDADERO
56
CAPÍTULO II
C. LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
Creemos en la Deidad del Señor Jesucristo y su encarnación
sobrenatural.
El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. En Juan 1:1-18 se expresa
su Deidad de una manera muy explícita. El versículo 18 declara “A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer”. Su posición “en el seno del padre” expresa, no
una distinción en cuanto a esencia ni alguna clase de inferioridad, sino
una estrecha relación con el Padre y una participación en la autoridad
de Él.
Jesús mismo reconoció su deidad cuando dijo: “El que me ha visto a
mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). También recibió adoración (Mateo
2:2; 11; 14:33; 28:9) y ejerció autoridad divina perdonando pecados
(Marcos 2:1-12). Y sus discípulos lo reconocieron como el Hijo de Dios
(Mateo 16:16).
La Biblia declara muchos aspectos en relación a su vida, entre ellos:
1. Su nacimiento virginal (Mateo 1:23; Lucas 1:31-35).
2. Su vida sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:21,22).
3. Sus milagros (Hechos 2:22; 10:38).
4. Su obra vicaria en la cruz (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21).
5. Su resurrección corporal de entre los muertos (Mateo 28:5-6; Lucas
24:39; 1 Corintios 15:3-4).
6. Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1:9, 11; 2:33; Filipenses
2:9-11; Hebreos 1:3).
LOS OFICIOS DE CRISTO
El concepto de los oficios de Cristo tiende un puente entre la enseñanza
de quien es Él y lo que vino a hacer. Hay tres términos que designan
LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
CAPÍTULO II
57
estos oficios. Él es “profeta”, “sacerdote” y “rey” y cada uno de estos
términos enfatiza la obra mediadora de Cristo entre el Padre y los seres
humanos. Él es profeta en la medida que habló toda palabra que el
Padre le indicó (Juan 14:24), predijo hechos del porvenir (Mateo 24) y
cumplió la labor como ungido (Isaías 42:1-7). Él es sacerdote porque
fue consagrado y representa a los hombres delante de Dios y a Dios
delante de los hombres. Jesús es el sacerdote por excelencia, el Gran
Sumo Sacerdote por encima de cualquier sacerdote humano porque no
simplemente ofreció un sacrificio, sino que, se ofreció a si mismo como
sacrifico puro y su muerte trajo perdón de pecados (Hebreos 4:14-16)
Es ahora nuestro amigo y abogado a la diestra del Padre e intercede
por nosotros (Rom 8:34; Je 7:25; 1 Jn. 2:1). Él es rey, es quien ha
quebrantado el poder del pecado, la muerte, la tumba y el infierno. Él
reina a la diestra del Padre en los lugares celestiales, reina como cabeza
de la iglesia (Efesios 1:22-23) y está declarado que todo será sometido
bajo su dominio (Apocalipsis 5:6-13; 11:15).
LA NATURALEZA DE CRISTO
El Señor Jesucristo, en lo que respecta a su naturaleza divina y eterna,
es el verdadero y unigénito Hijo del Padre, pero en lo que respecta a
su naturaleza humana, es el verdadero Hijo del Hombre. Por lo tanto,
se le reconoce como Dios y hombre; quien por ser Dios y hombre,
es “Emanuel”, Dios con nosotros (Mateo 1:23; 1 Juan 4:2, 10,14;
Apocalipsis 1:13,17).
Dado que el nombre “Emanuel” abarca lo divino y lo humano, en una
sola persona, nuestro Señor Jesucristo, el título Hijo de Dios describe
su debida deidad, y el título Hijo del Hombre su debida humanidad. De
manera que el título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad, y
el título Hijo del Hombre al orden del tiempo (Mateo 1:21-23; 13:41;
Marcos 1:1; Lucas 9:26; 2 Juan 3).
LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
58
CAPÍTULO II
D. LOS ÁNGELES
Creemos en los ángeles como mensajeros y ministradores de Dios.
El vocablo ángel, se deriva del hebreo mal’ak del A.T., y aggelos
del griego del N.T., quiere decir mensajero (Éxodo 23:20; Jueces 2:1;
Lucas 2:11; Hechos 7:38; Hebreos 1:14)
NATURALEZA DE LOS ÁNGELES.
En cuanto a la naturaleza de los ángeles:
Son espíritu. Esto es, seres inmateriales e incorpóreos (Hebreos 1:14).
A diferencia de los hombres, no están limitados por las condiciones
naturales o físicas. Tienen la capacidad de asumir una forma humana a
fin de ser vistos por los hombres (Génesis 19:1-3).
1. Son seres creados por Dios. No se dice el momento exacto de su
creación pero son anteriores a los hombres. Por ser criaturas no aceptan
adoración (Apocalipsis 19:10; 22:8-9).
2. Son inmortales. Es decir, no están sujetos a la muerte. En Lucas
20:34-35 Jesús explica que los santos resucitados serán como los
ángeles en el sentido que no pueden morir más.
3. Son numerosos. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que el número
es muy elevado, millares de millares, millones de millones (Daniel
7:10; Mateo 26:53; Lucas 2:13; Hebreos 12:22).
4. Sin sexo. Describe a los ángeles como si fueran varones, pero son
seres asexuales (Lucas 20:34-36).
CLASIFICACIÓN DE LOS ÁNGELES
Puesto que el orden es la primera ley del cielo, la Biblia implica una
organización de estos seres en cuanto a su función.
1. El Ángel del Señor. Es distinguido de cualquier otro ángel pues
tiene funciones particulares. Por sus funciones descritas en el Antiguo
LOS ÁNGELES
59
CAPÍTULO II
Testamento entendemos que es una manifestación de nuestro Señor
Jesucristo ya que recibió adoración, perdonó pecados y el Nombre de
Dios está en él (Exodo 23:20-23)
2. Arcángel. Miguel es mencionado como arcángel o ángel principal
(Judas 9; Apocalipsis 12:7). Aparece en estrecha relación con la nación
israelita (Daniel 12:1). La manera como se menciona a Gabriel implica
que tiene una posición muy elevada. Está en la presencia de Dios (Lucas
1:19) y entrega mensajes que tienen gran importancia respecto al Reino
de Dios (Daniel 8:16; 9:21).
3. Querubines. Son ángeles de elevada posición relacionados con los
fines redentores de Dios respecto al hombre (Génesis 3:24; Éxodo
25:22).
4. Serafines. Son mencionados en Isaías 6. Sabemos muy poco de
ellos. Su nombre significa “Seres ardientes” y están relacionados con
el trono de Dios.
OFICIOS DE LOS ANGELES
Las Escrituras enseñan que los santos ángeles ministran:
1. En el culto y servicio de Dios. (Ap. 5:11-12; Sal. 148:1-2 Mt. 4:11)
2. En la ejecución de la voluntad de Dios. Sal. 103: 20-21; 2 Cr. 32:21)
3. En la ministración de los herederos de Salvación (He. 1:14):
a.
Ayudaron a Daniel en el foso de los leones (Dn. 6:22).
b.
Sacaron a Pedro de la cárcel (Hch. 12:7-11).
c. Conducen al Seno de Abraham, a los que mueren en Dios.(Lc.
16:22).
d.
Uno de ellos fortaleció a Jesús en Getsemaní (Lc. 22:43).
e. Uno de ellos fue enviado a Pablo con un mensaje (Hch. 27:
23-24).
LOS ÁNGELES
60
CAPÍTULO II
f. Acompañarán a Cristo en su segunda venida (Mt. 13:39-42;
16:27).
CARÁCTER DE LOS ÁNGELES
1. Son obedientes: Cumplen su misión sin discutir ni vacilar. Por tal
razón se dice “Sea hecha tu voluntad como en el cielo, así también en la
tierra” (Mateo 6:10; Salmo 103:20; Judas 6; 1 Pedro 3:22)
2. Son reverentes: Su actividad más elevada es la adoración a Dios
(Nehemías 9:6; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:6).
3. Son sabios: La inteligencia de los ángeles excede a la de los hombres
pero es finita. Son llamados sabios pero no pueden discernir la mente
del hombre y no conocen todos los misterios de Dios (1 Pedro 1:12)
4. Son humildes: No guardan resentimientos personales (2 Pedro 2:11;
Judas 9).
5. Son poderosos: Son poderosos en fortaleza (Salmo 103:20)
6. Son santos: Separados por Dios y para Él, son “Santos ángeles”
(Apocalipsis 14:10)
LOS ÁNGELES
61
CAPÍTULO II
E. EL HOMBRE
Creemos en la Creación divina del Universo y del hombre, la
santidad original, su caída y su redención.
El libro de Génesis parte de la premisa que “En el principio Dios creó
los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Concebimos que la creación no
fue producto de un accidente cósmico o producto de una evolución
involuntaria. Sabemos que todas las cosas fueron creadas en Él, por
Él y para Él (Colosenses 1:15-17). Vemos en la naturaleza misma un
orden establecido por Dios y una armonía que él mismo sustenta. Al
saber que Dios, en su sabiduría misericordiosa, ha creado todas las
cosas, podemos entender fácilmente que todo, incluyendo y sobre todo
el hombre, fue creado con un propósito divino. (Génesis 1:1,26; 2:17;
3:1-7; Romanos 5:12-21)
CREACIÓN DEL HOMBRE
El hombre no fue producto de la casualidad. Dios mismo ideó, diseñó
y creó al ser humano. El Señor lo formó del polvo de la tierra sopló
en su nariz aliento de vida y el hombre fue hecho un alma viviente
(Génesis 2:7). Dios hizo al hombre a su propia imagen (Génesis 1:26,
27). Esto evidentemente hace referencia a la naturaleza espiritual del
hombre, y no a su cuerpo. El ser humano, aunque posee forma física,
no es sólo un ser material. El género humano fue formado como un
ser espiritual, estaría incompleto sin alguna de estas partes. Con ello,
Dios le ha dotado de “inmortalidad”. (Eclesiastés 3:11). Esto indica
que tuvo un origen pero vivirá eternamente. Cada ser humano elige en
su vida terrenal dónde ha de pasar la eternidad. Dios hizo al hombre a su
propia imagen (Génesis 1:26, 27). Esto evidentemente hace referencia a
la naturaleza espiritual del hombre, y no a su cuerpo.
En su sabiduría perfecta, Dios formó una pareja, hombre y mujer, como
el diseño para la familia. Ambos géneros son igual de valiosos ante Dios,
poseyendo igualmente cada uno la imagen de su Creador. La expresión
de “imagen” también es aplicada a ciertas cualidades del hombre como
son el intelecto, la voluntad, las emociones y los sentimientos.
EL HOMBRE
62
CAPÍTULO II
CAÍDA DEL HOMBRE
El hombre fue creado bueno y justo; porque Dios dijo: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Sin
embargo, el ser humano por su propia voluntad cayó en trasgresión,
incurriendo así no sólo la muerte física sino también la espiritual, que es
la separación de Dios (Génesis 1:26, 27; 2:17; 3:6; Romanos 5:12-19).
Literalmente pecado significa “errar en el blanco”. Esto da la idea de
alguien que lanza la flecha a un objetivo, mas no acierta. Pecado en ese
orden es fallar en el propósito divino para el hombre. Por tanto, pecado
es todo aquello que va en contra de la voluntad divina. La Voluntad
de Dios no es caprichosa ni egoísta. Dios aborrece el pecado porque
destruye al que lo practica y a sus semejantes y aparta a la creación de
su creador. El pecado tuvo su origen en el mal uso de la libertad que
Dios les concedió a las criaturas dotadas de voluntad. El pecado tuvo su
origen en la libre elección de las criaturas de apartarse de Dios, primero
Satanás y otros ángeles, luego el hombre y la mujer.
Dios advirtió claramente las consecuencias de la desobediencia.
Sin embargo el ser humano cedió a la tentación y recibió la justa
retribución. Estas consecuencias afectaron su vida espiritual al perder
la comunión con Dios y provocando muerte espiritual. Afectó las
relaciones interpersonales al generarse conflictos entre la pareja.
Produjo consecuencias de juicio en la tierra misma y consecuentemente
ocasionó la muerte física.
REDENCIÓN DEL HOMBRE
Dios, que es rico en misericordia, no abandonó a su creación ni la destruyó
por el pecado. Antes proveyó túnicas que cubrieran la vergüenza y
malicia que produjo el pecado. Consideramos también que la referencia
de Génesis 3:15 es una declaración profética respecto a la obra de Cristo.
Dios siguió cerca de los hombres pese a que los hombres se alejaban de
Él. Frecuentemente hacía llamado a los hombres de volverse a él. Enoc,
Noé y Abraham son ejemplo de ello. Dios da promesa a este último de
formar a partir de él una generación que conociera la Palabra de Dios
EL HOMBRE
CAPÍTULO II
63
para que la declarara al mundo. Por esta promesa se origina el pueblo
hebreo, los israelitas, los judíos.
Dios guió a Moisés para establecer rituales y sacrificios descritos
en el Antiguo Testamento con el fin de prefigurar la obra que, en el
cumplimiento del tiempo, haría nuestro Señor Jesucristo. Él es el
sacrificio perfecto que restaura la comunión entre Dios y los hombres,
entre los hombres y sus semejantes y ha dado promesa de restauración
para la creación y victoria sobre la muerte al prometer Vida Eterna para
todos aquellos que creen en Su Nombre. El camino hacia nuestro Señor
fue de nuevo abierto. Jesús murió siendo inocente para que nosotros,
aún siendo pecadores, tuviésemos posibilidad de acceder al trono de la
Gracia (Romanos 5:8; Hebreos 4:16).
EL HOMBRE
64
CAPÍTULO II
F. LA SALVACIÓN
Creemos en la Salvación por medio de la fe en la obra redentora de
Jesucristo.
La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre
derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.(Lucas 24:46-47; Juan 3:3,16;
Romanos 10:13-17; Efesios 2:8; 1 Tesalonicenses 5:9). En ningún otro
tenemos salvación (Hechos 4:12). La expresión “salvación” significa
ser librado de la muerte. Para el caso de la raza humana, esta salvación
no se refiere únicamente al aspecto físico, sino a la muerte espiritual
que entró en el hombre por causa del pecado (Romanos 5:17).
ASPECTOS GENERALES DE LA SALVACIÓN
1. Condiciones para la salvación. La salvación se recibe a través
del arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo.
Arrepentimiento (del griego metanoia) significa un cambio de dirección,
un cambio de idea respecto a la manera de vivir y de conducirse. Un
verdadero arrepentimiento requiere un reconocimiento de nuestro
pecado y nuestra condición de pecadores y pedir una transformación
para vivir en santidad a fin de agradar a Dios. El arrepentimiento
implica volverse del pecado y volverse a Dios. Con ello, el hombre se
convierte en hijo y heredero de Dios según la esperanza de vida eterna
por el lavamiento de la regeneración, la renovación del Espíritu Santo
y la justificación por la gracia a través de la fe (Lucas 24:47; Juan 3:3;
Tito 2:11; 3:5–7).
2. Evidencias de la salvación. La evidencia interna de la salvación es
el testimonio directo del Espíritu (Romanos 8:16). La evidencia externa
ante todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad
(Efesios 4:24; Tito 2:12). La persona experimenta una transformación
sobrenatural en la cual día a día se va manifestando el carácter de Cristo
y el fruto del Espíritu Santo, convirtiéndose en testimonio para otros.
Para ello es indispensable la fidelidad y la permanencia en Dios.
Nuestra salvación fue conquistada por Cristo. Jesús mismo declaró que
el Hijo del hombre había venido a dar su vida en rescate por muchos
LA SALVACIÓN
CAPÍTULO II
65
(Marcos 10:45). Ello demuestra que Jesús hizo lo que fue necesario
para nuestra liberación del pecado. Jesús nos redimió “de la maldición
de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gálatas 3:13). Como nuestro
Sumo Sacerdote “entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido
eterna redención (Hebreos 9:12, 26).
OBRA EXPIATORIA EN LA CRUZ
La muerte de Jesucristo en la cruz del Calvario es el principal
acontecimiento de la historia. Esto es lo que diferencia al cristianismo
de todos los demás sistemas religiosos. El cristianismo adquiere su
mayor significado, no de la vida y las enseñanzas de su fundador, bien
que ellas son importantes, sino de su muerte como sustituto en nuestro
lugar. Su victoria sobre el pecado, el diablo y la muerte se selló por
su resurrección. Este evento real es el principal milagro de la Biblia,
milagro en el cual se basa nuestra fe y nuestra salvación (1 Corintios
15:21-24, 54-57).
El relato bíblico describe que la pareja humana fue expulsada del huerto.
Más que ser depuesta de un lugar, hubo una ruptura de una relación: la
perfecta comunión con Dios. Desde ese momento la entrada ante la
presencia de Dios estaba cerrada. Esta realidad era tipificada con la
solemnidad del lugar Santísimo en el Tabernáculo ordenado por Dios.
Aquel lugar donde moraba la presencia de Dios representada en el Arca
del Pacto, era un lugar inaccesible para los hombres. Únicamente el
Sumo Sacerdote, y bajo las leyes estipuladas, podía entrar por un breve
periodo de tiempo en el día de la expiación.
Con su muerte, Jesucristo rasgó el velo del Templo que alejaba a los
hombres de Su Dios y Creador (Hebreos 10:20). El acceso estaba al
alcance de todos, mas no todos accederían. Dios extiende la invitación
de restablecer la Comunión perdida. La expiación vicaria de Cristo es
única y suficiente. Sólo él, quien vivió sin pecado pese a las tentaciones,
podía presentarse como una ofrenda por nosotros, cumpliendo así el
significado del día de la expiación hebreo. El contraste entre la liturgia
veterotestamentaria y la obra hecha por nuestro Salvador radica en que
con un solo sacrificio, Cristo nos ha hecho perfectos por la fe a aquellos
LA SALVACIÓN
66
CAPÍTULO II
que creemos y le recibimos (Hebreos 10.14). No todos serán salvos. Esta
elección está en la voluntad del hombre, como lo estuvo el desobedecer.
No es que Dios decida quien se va para el infierno, simplemente, Dios
no obliga a nadie a ir al cielo. Pero quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4).
RESULTADOS DE LA OBRA DE CRISTO
El Señor Jesucristo realizó una obra perfecta. Por él recibimos:
1. Perdón de pecados, o pago por ellos. En un sentido práctico, él
pagó el precio para que a nosotros nos fuera perdonada la deuda y
no recibiéramos la muerte como pago (Hechos 10:43; Efesios 1:7;
Colosenses 2:13).
2. Reconciliación entre Dios y los hombres. Al quedar saldada la
deuda, podemos ser restablecidos en plena comunión con Dios (2
Corintios 5:18; Colosenses 1:21) Incluso reconcilió a los hombres con
sus semejantes (Efesios 2:16).
3. Justificación ante él. Es decir, por la obra de Cristo somos declarados
justos ante el Padre Celestial (Hechos 13:39; Romanos 3:24; 1 Corintios
6:11; Tito 3:7).
4. Regeneración (Mateo 19:28; Tito 3:5) Por medio de Cristo y del
Espíritu Santo cada día somos renovados para ser conforme al Señor.
5. Adopción. Por la misericordia de Dios y la obra de Cristo, ahora
podemos ser llamados hijos de Dios, herederos de las promesas divinas
(Juan 1:12; Romanos 8.15; Gálatas 4:5; Romanos 8:17)
6. Victoria sobre el pecado y la muerte. Apartados de Dios es imposible
vencer los hábitos, deseos y las tendencias que nos llevan a pecar. Con
nuestro Señor tenemos la posibilidad de vencer si somos fieles a él y
obedientes a Su Palabra (Romanos 6:14; 1 Corintios 10:13; 1 Juan 5:4).
Es bueno recordar siempre que la salvación que nos otorga el Señor es
mucho más que una puerta de escape de la condenación eterna, es la
puerta por la cual tenemos acceso a una vida plena y útil en el reino de
Dios.
LA SALVACIÓN
67
CAPÍTULO II
G. LA SANTIFICACIÓN
Creemos en la Santificación por la obra de Jesucristo, del Espíritu
Santo y de la Biblia.
La santificación es un acto de separación de todo lo malo, y de
dedicación a Dios (Romanos 12:1, 2; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos
13:12). La Biblia prescribe una vida de “santidad sin la cual nadie verá
al Señor” (Hebreos 12:14). Por el poder del Espíritu Santo podemos
obedecer el mandato que dice: “Sed santos porque yo soy santo” (Juan
17:17; Romanos 12:1,2, 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 12:14; 13:12;
1 Pedro 1:15, 16).
PROCESO EN LA SANTIFICACIÓN
La santificación se efectúa en el creyente cuando este reconoce su
identidad con Cristo en su muerte y su resurrección, y por fe se propone
vivir cada día en esta unión con Cristo, y somete todas sus facultades
al dominio del Espíritu Santo (Romanos 6:1–11, 13; 8:1, 2, 13; Gálatas
2:20; Filipenses 2:12, 13; 1 Pedro 1:5).
Cuando nos convertimos nacemos de nuevo y somos librados de la
tiranía del pecado. Sin embargo, debemos reconocer que aún quedarán
muchas cosas por cambiar en nuestra vida. Por la Gracia de Dios somos
llamados santos, pero aún necesitamos ser perfeccionados. La palabra
“santo” significa literalmente apartado, escogido, separado. Esta
expresión nos conduce a dos aspectos: Separados de y separados para.
Los creyentes han sido separados del pecado y separados para Dios y
su servicio. A fin de cumplir estas expectativas Dios nos enseña en la
Biblia que la santificación es de posición e instantánea y es práctica y
progresiva.
Cuando hablamos de que es de posición e instantánea reconocemos
que, en el momento en que la persona se arrepiente, experimenta
una transformación sobrenatural en la que, ante los ojos de Dios es
perdonado, justificado y llamado santo. Esta es la posición que
adquirimos. Muchos en el momento de su arrepentimiento sienten una
limpieza interior, una paz y una libertad que evidencian la obra de Dios.
LA SANTIFICACIÓN
68
CAPÍTULO II
No todos han de experimentar esta sensación, pero todo aquel que se
arrepiente y recibe al Señor recibe estos beneficios.
El segundo aspecto de la santificación es el ser práctica y progresiva.
Esto implica que, desde el momento de nuestra conversión, el Señor
nos guiará en un proceso de continua purificación. Este, por dar una
ilustración, es ir ascendiendo en la santidad. Este ascenso no es por
medio de escalones (por etapas o ciclos) más bien es como ascender
por una colina.
MEDIOS DE SANTIFICACIÓN
El proceso de santificación, tanto la inmediata como la progresiva,
es logrado gracias a tres fuentes divinas. Por medio de nuestro Señor
Jesucristo, del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios. Nuestro Señor
Jesucristo ha pagado el precio al morir en la cruz y por su sacrificio, por
la sangre derramada en la cruz nosotros somos santificados. Su obra
purifica nuestra vida de nuestros pecados pasados y trasciende para ser
suficiente ante cualquier pecado que cometamos en este mundo. La
Biblia nos advierte de no pecar deliberadamente justificando nuestras
acciones con la muerte de Cristo. La Biblia considera tal pecado
voluntario como menosprecio a la sangre del pacto y afrenta para el
Espíritu de Gracia (Hebreos 10:29). Los méritos de Cristo no operarían
entonces por no haber un genuino arrepentimiento.
El Espíritu Santo como santificador nos guiará en este proceso (2
Corintios 3:18). Tendrá que haber una labor mancomunada del Espíritu
y nuestra disposición a la santificación. La Biblia tiene frecuentes
expresiones sobre la necesidad de vivir una vida de santidad, de
abstenernos, de apartarnos, de hacer morir. Nuestra disposición al
cambio y a la obra divina juega un papel fundamental, aunque por
nosotros mismos es imposible la santificación. En últimas, todo lo que
hagamos para nuestra santificación es una respuesta al llamado de Dios,
a su amorosa invitación a vivir una vida de Santidad junto a Él. No
debemos negarnos a la Guía Divina al ser redargüidos por el Espíritu
para no contristarle. Será el Espíritu Santo quien nos guíe a entender
la Palabra divina, el tercer agente en la santificación, para que nuestro
cambio sea real y efectivo (Juan. 15:3; 17:17).
LA SANTIFICACIÓN
69
CAPÍTULO II
H. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Creemos en el Bautismo en el Espíritu Santo, como la Promesa del
Padre, con la señal física inicial de hablar en otras lenguas.
Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar
fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo
y fuego, según el mandato del Señor Jesucristo. Esta era la experiencia
normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo
viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión
de los dones espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos
1:4, 8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo
nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12–17; 10:44–46; 11:14–
16; 15:7–9). Con el bautismo en el Espíritu Santo el creyente recibe
experiencias como la de ser lleno del Espíritu (Juan 7:37–39; Hechos
4:8), una reverencia más profunda para Dios (Hechos 2:43; Hebreos
12:28), una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra
(Hechos 2:42) y un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para
los perdidos (Marcos 16:20).
LA EVIDENCIA FÍSICA INICIAL DEL BAUTISMO EN EL
ESPÍRITU SANTO
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con
la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los
dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es esencialmente
lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios 12:4–10, 28), pero es
diferente en propósito y uso.
EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
70
CAPÍTULO II
I. LA SANIDAD DIVINA
Creemos en la Sanidad Divina por la obra redentora de Cristo.
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación
de la enfermedad ha sido provista en la expiación y es el privilegio de
todos los creyentes (Isaías 53:4, 5; Mateo 8:16, 17; Santiago 5:14–16;
1 Pedro 2:24).
CAUSAS DE LA ENFERMEDAD
Primariamente, la enfermedad y la muerte han venido sobre el hombre
debido al pecado “…por tanto, como el pecado entró en el mundo por
un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron”. (Romanos 5:12). El cuerpo fue
sometido a los estragos de la enfermedad y esta se convirtió en uno de
los medios de ejecutar la sentencia de la muerte por causa del pecado. Es
un error suponer que toda enfermedad proviene de un pecado cometido
recientemente. Las enfermedades están en el mundo y afectan a la
humanidad en general sin importar justicia o pecado personal (Lucas
13:1-4) Es importante aclarar que la enfermedad tiene varias razones:
1. Por las consecuencias de la caída. Hasta que se acabe el orden
presente, la humanidad está destinada a sufrir enfermedades y dolencias.
Damos gracias a Dios que por nuestro Señor Jesucristo podemos recibir
sanidad, mas esta no implica inmunidad.
2. Por causa del pecado. Una de las consecuencias del pecado es la
muerte. Esta se da generalmente por las enfermedades. Muchos de los
pecados que el hombre comete atacan directamente su cuerpo, lo que le
ocasiona enfermedades.
3. Por causa del descuido. La Biblia nos recuerda que somos Templo
del Espíritu Santo. Si bien ahora entendemos este principio, muchas
veces no cuidamos adecuadamente nuestro cuerpo, lo que le hace
propenso a enfermedades, accidentes y dolencias. De alguna manera el
descuido es una forma de pecado, mas no es algo intencional.
4. Por la influencia de demonios. La Biblia registra algunos casos en
LA SANIDAD DIVINA
CAPÍTULO II
71
los que la enfermedad de alguna persona tenía un trasfondo espiritual
demoniaco.
5. Para fortalecer nuestro espíritu. La Biblia describe el caso de Job, al
cual Dios permitió una serie de calamidades y enfermedad que produjo
realmente una mayor bendición y enseñanza espiritual. El ciego de
nacimiento recibió respuesta a su enfermedad “Para que la Gloria de
Dios se manifieste en el”. Incluso el apóstol Pablo habla de un “aguijón
en la carne” (posiblemente una enfermedad) que Dios permitió para que
Pablo no se vanagloriara por todas las revelaciones recibidas.
ESPERANZA FRENTE A LA ENFERMEDAD
Nuestro buen Dios ha provisto la sanidad por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Incluso desde el Antiguo Testamento la posibilidad de
sanidad estaba al alcance de los hombres en cuanto a la protección.
Dios dijo: “Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces
lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas
todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los
egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador” (Éxodo
15:26; Deuteronomio 28:15-68).
En la descripción profética de Isaías respecto a la obra de nuestro Señor
Jesucristo se declaró “por sus llagas fuimos nosotros curados”, esto
fue confirmado en el Nuevo Testamento (Isaías 53:4-5; Mateo 8:17;
1 Pedro 2:24). Esta promesa alentadora confirmada por la multitud de
testimonios bíblicos, históricos y actuales nos hacen ver la realidad de
la sanidad divina por la obra de Cristo. En su ministerio en la tierra
Jesús realizó muchos milagros “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo
y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y
sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
(Hechos: 10:38, Lucas: 13:11-38)
MEDIOS PARA LA SANIDAD.
La sanidad es un acto de gracia y de propósito divino. Jesús mismo
recalcó que en los días de Naamán el sirio había muchos leprosos pero
LA SANIDAD DIVINA
72
CAPÍTULO II
sólo él fue sanado. Muchos fueron sanados por el Señor Jesucristo,
mas no todos. Incluso, es obvio entender que la sanidad fue temporal
en el hecho que luego murieron. Los resucitados por el poder de Dios
volvieron a morir. Esto no niega el bienestar que trae la mano sanadora
de Dios y la declaración con estos actos sobrenaturales de que Dios
desea erradicar las consecuencias del pecado. “Cristo nos redimió de
la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está
escrito: «maldito todo el que es colgado en un madero»), para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles, a fin de
que por la fe recibiéramos la promesa del espíritu. Gálatas 3: 10-14
La sanidad divina es parte integral del evangelio. Lucas 4:18-19 declara:
“el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner
en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor” Hay
muchos textos más que lo confirman (Salmo 103:3; Mateo 8:16-17;
10:7- 8; Marcos 16: 15, 18; Lucas 10:9) Dios permite que por medio
de sus hijos se operen sanidades y milagros en el Nombre de Jesús
(Marcos 16:17-18; Juan 14:12-14; Hechos 5:12-16; Santiago 5:14-15).
Al creer en la obra sanadora de nuestro Señor Jesucristo no desconocemos
la labor médica que ayuda en tiemos de dolencia. Dios es y seguirá
siendo nuestro sanador, mas no condenamos a aquel que emplee un
servicio médico. Consideramos que ello es una señal de prudencia
más que de incredulidad. Dios ha dotado de sabiduría al hombre y le
ha permitido avanzar en la ciencia. Dios puede obrar a través de la
medicina para traer alivio temporal.
LA SANIDAD DIVINA
73
CAPÍTULO II
J. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
Creemos en el bautismo en agua por inmersión y la Cena del Señor
como ordenanzas de Cristo.
El cristianismo bíblico no es ritualista ni sacramental. No es ritualista
porque la simple realización de la ceremonia no tiene sentido si esta
no viene acompañada de fe y de conciencia del por qué se realiza. No
es sacramental porque el sacramentalismo sostiene que el participante
obtiene un tipo de “gracia especial” que obra para su salvación. Además
se recibiría esta gracia únicamente por la realización del ritual, así este no
vaya acompañado de fe. El Nuevo Testamento describe dos ordenanzas
dadas por nuestro Señor Jesucristo a la Iglesia. Deben entenderse como
un recordatorio, no como poseedoras de un poder salvador. Se recibe
gran bendición al cumplirlas por la obediencia que en si implican y por
la gracia de Dios. Cuando el creyente participa de estas ordenanzas
está confesando verdades espirituales que ya cree y practica, y por
ellas recibe las bendiciones prometidas. (Mateo 28:19; Lucas 22:14-16;
Romanos 6:4; 1 Corintios 11:23-26; 2 Pedro 1:4)
EL BAUTISMO EN AGUA POR INMERSIÓN
El bautismo en agua. Las Escrituras establecen la ordenanza del
bautismo en agua por inmersión. Todos los que se arrepienten y creen
en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados (Mateo 28:19;
Marcos 16:16; Hechos 10:47, 48). Existe un profundo simbolismo en el
bautismo (Romanos 6:4). El bautismo es la identificación del creyente
con Cristo y una confesión pública de Su obra. El creyente declara ante
el mundo que ha muerto con Cristo. Una muerte no física, sino muerte
a sus pecados y a una vida en desobediencia y alejada de Dios. Somos,
en sentido simbólico y espiritual, sepultados con Cristo para resucitar
por la fe. Estamos confesando el nuevo nacimiento y la nueva vida
que tenemos en Cristo. En el bautismo hacemos una renuncia pública a
nuestra vida lejos de Dios y nos comprometemos en fidelidad al Señor.
Esta declaración es muy seria por lo que tiene que hacerse con madurez
y conciencia. Por tal razón no avalamos el bautizo de recién nacidos,
entendiendo que ellos no tienen la madurez suficiente para tomar esta
decisión. Entendemos la necesidad de la salvación para los niños y no la
LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
74
CAPÍTULO II
negamos, mas sabemos que el bautismo no es para salvación, sino para
compromiso. De esta manera declaran ante el mundo que han muerto
con Cristo y que han sido resucitados con Él para andar en nueva vida
El bautismo en agua no tiene ninguna implicación en cuanto a la
salvación o el perdón de pecados. El bautismo es una confesión pública
de que nuestros pecados han sido perdonados y que nuestras conciencias
pueden estar limpias ante Dios (1 Pedro 3:21).
Aunque en casos particulares el bautismo se realice por aspersión,
vemos como bíblico por su connotación el sumergir la persona en el
agua (atendiendo a otro matiz del significado etimológico, como es:
teñir) sin que esto represente que el bautismo por inmersión tenga
preponderancia en su significado respecto al de aspersión. Practicamos
como principio bíblico el bautizar la persona en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
LA CENA DEL SEÑOR
La Cena del Señor consiste en la participación de elementos simbólicos
–el pan y el fruto de la vid– como expresiones de nuestra participación
de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4); un
recordatorio de sus sufrimientos y su muerte (1 Corintios 11:26); una
profecía de su segunda venida (1 Corintios 11:26); y un mandato para
todos los creyentes “¡hasta que él venga!”.
La Cena del Señor ocupa en los cristianos el lugar que ocupa en los
judíos la pascua (1 Cor. 5:7). No tenemos una periodicidad específica
en cuanto a su práctica, aunque regularmente se hace una vez al mes.
Esta es una ceremonia conmemorativa de la muerte y resurrección de
nuestro Señor Jesucristo quien dijo “Hace esto en memoria de mi”
(Lucas 22:19). Nos recuerda su vida en la tierra y su obra en la cruz
muriendo en nuestro lugar y para nuestra salvación.
De igual manera es una ceremonia instructiva que nos recuerda la
encarnación de Cristo y la expiación por nuestros pecados. Es también
inspirativa, porque nos recuerda que es por fe que podemos recibir los
LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
CAPÍTULO II
75
beneficios de la muerte y resurrección de Nuestro Señor. Nos recuerda
que Él murió y resucitó para darnos nueva vida y que nos abstengamos
de toda especie de mal. La cena del Señor proclama el Nuevo Pacto
que Dios ha hecho por medio de la sangre de Cristo y nos invita a
permanecer fieles al Señor “hasta que él vuelva” y estemos con él en el
Reino Celestial.
La cena del Señor es una ceremonia de koinonía. Se declara la
reconciliación que ahora tenemos por Dios, teniendo entrada ante el
trono por la sangre de Cristo y la comunión que experimentamos entre
hermanos. Es una celebración de acción de gracias a la que se invita
a participar dignamente (1 Corintios 11:27-29). Hay sentencia divina
contra aquel que participe de ella indignamente.
La cena del Señor es un recordatorio de la obra expiatoria de nuestro
Señor y la esperanza bienaventurada de su regreso por nosotros.
En ningún momento consideramos bíblico que el pan y el vino se
transformen literalmente en el cuerpo de Cristo (transubstanciación).
Tampoco avalamos el que la substancia del pan y el vino se mezclen
con la del Señor (consubstanciación). Creemos que el pan y el vino son
elementos simbólicos de la obra de Cristo que se manifiesta no sólo en
el momento de la cena, sino en el diario vivir del verdadero creyente.
LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
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CAPÍTULO II
K. LA IGLESIA
Creemos en la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo; Los
Ministerios divinamente ordenados y su misión evangelizadora.
La palabra Iglesia proviene del término griego ekklessia que traduce
“congregación llamada”. Está constituida por todos aquellos que creen
en el Señor en todo lugar, en todo tiempo de la historia. Este término
tiene tres connotaciones. Se llama habitualmente “Iglesia” al lugar
donde la iglesia habitualmente se reúne. Este es un espacio dedicado
para la exaltación al Señor y la proclamación de Su Palabra. Aunque no
es la definición bíblica, no es delito el así llamarla. Se define “Iglesia
Local” como el grupo de creyentes que se reúnen frecuentemente en un
mismo sitio. También son llamadas congregaciones y están lideradas por
un pastor o grupo de pastores. Sin embargo, el término más acertado es
el de “Iglesia Universal” que es el conjunto de creyentes en todo tiempo
y todo lugar que han aceptado al Señor como soberano en sus vidas, se
han arrepentido y viven una vida de santidad aguardando la promesa de
la Vida Eterna. (Mateo 28:19-20; Marcos 3:13,14; 16:15-20; Romanos
1:1; Efesios 1:22,23; 4:11,12; Hebreos 5:4; 12:23)
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu
Santo, con el encargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo
creyente, nacido del Espíritu Santo, es parte integral de la asamblea
general e iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos
(Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y
salvar lo que se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar
un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, la principal razón de ser
de las Asambleas de Dios como parte de la Iglesia es:
1. Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos
1:8; Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15, 16).
2. Ser un cuerpo corporativo en el que el hombre pueda adorar a Dios
(1 Corintios 12:13).
LA IGLESIA
CAPÍTULO II
77
3. Ser un canal para el propósito de Dios de edificar a un cuerpo de
santos siendo perfeccionados a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11–16;
1 Corintios 12:28; 14:12).
Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis
a esta razón de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento
enseñando a los creyentes y alentándolos a que sean bautizados en el
Espíritu Santo. Esta experiencia:
1. Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y
milagros (Marcos 16:15–20; Hechos 4:29–31; Hebreos 2:3, 4).
2. Agrega una dimensión necesaria a la adoración y a la relación con
Dios (1 Corintios 2:10–16; 1 Corintios 12–14)
3. Los capacita para responder a la plena manifestación del Espíritu
Santo en la expresión de frutos, dones y ministerios como en los
tiempos del Nuevo Testamento para la edificación del cuerpo de Cristo
(Gálatas 5:22–26; 1 Corintios 14:12; Efesios 4:11, 12; 1 Corintios
12:28; Colosenses 1:29).
Nuestro Señor ha provisto un ministerio divinamente llamado y ordenado
con el triple propósito de dirigir a la iglesia en: (a) la evangelización del
mundo (Marcos 16:15–20), (b) la adoración a Dios (Juan 4:23, 24) y (c)
la edificación de un cuerpo de santos, para perfeccionarlos a la imagen
de su Hijo (Efesios 4:11, 16).
Dios ha permitido que sus hijos participemos en la labor evangelizadora.
Él llama a todos sus hijos a cumplir el ministerio de la reconciliación.
Esta es una labor para todos y cada uno de los miembros de la iglesia.
Sin embargo, hay quienes tienen un llamado especial para servir al
Señor. Efesios 4:11 reconoce que Dios ha constituido a apóstoles,
evangelistas, profetas, pastores y maestros para perfeccionar a los
santos y para la edificación del cuerpo de Cristo. Estos ministerios están
vigentes. Aunque no hay que tomarlos como un título para oficiar, sino
como un llamado a cumplir. Más que recibir reconocimiento y prestigio,
un siervo de Dios ha de procurar cumplir el llamado divino. La Biblia
LA IGLESIA
78
CAPÍTULO II
presenta algunas analogías para explicar lo que significa la iglesia. La
más importante es la figura de la iglesia como Cuerpo. De hecho, es
llamada el cuerpo de Cristo. El significado de ello apunta que Jesús
es el líder y cabeza y cada creyente es parte del cuerpo mísitico en el
cual y a través del cual Dios obra. Jesús no instituyó una organización,
sino que creó un organismo. Da sentido de vida y movimiento y de
importancia. Otras ilustraciones bíblicas son las de la iglesia como una
vid, un edificio, un ejército, una novia, todas ellas con aplicaciones
particulares.
La iglesia tiene tres funciones:
(a) Evangelizar a los perdidos
(b) Constituir a los santos para el Señor
(c) Ministración a Dios.
En el servicio al Señor todos los creyentes tienen su parte. Tanto los
laicos como los llamados para un servicio frecuente, bíblicamente se
enseña el sacerdocio de todos los creyentes. La diferenciación no está
en aspectos cualitativos sino de función.
LA IGLESIA
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CAPÍTULO II
12. LA BENDITA ESPERANZA
En este capítulo se encuentran enlazadas las declaraciones doctrinales
de las Asambleas de Dios de Colombia que tienen referencia a los
eventos escatológicos. Creemos y esperamos la venida de nuestro
Señor Jesucristo, quien vendrá y tomará para sí a aquellos que hemos
creído. A partir de ese momento, Dios hará juicio sobre los moradores
de la tierra. Este no ha de ser el final para los hombres: una eternidad
nos espera. Eternidad que será de comunión plena con Dios para los
justos y castigo para los impíos. (Romanos 8:19-23; 1 Tesalonicenses
1:10; 4:16, 17; Tito 2:13)
Creemos en la resurrección de los redimidos y el arrebatamiento de
la iglesia antes de la tribulación.
La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento
junto con los que estén vivos cuando sea la venida del Señor es la
esperanza inminente y bienaventurada de la Iglesia (1 Tesalonicenses
4:16, 17; Romanos 8:23; Tito 2:13; 1 Corintios 15:51, 52). Por causa
del pecado entró la muerte a los hombres. Esta realidad no atemoriza al
verdadero creyente pues Jesús es la resurrección y la vida (Juan 11:25).
Dios nos alienta al entender que Él ha vencido la muerte y nos hará
victoriosos frente a este enemigo.
Muchos de los creyentes en la iglesia primitiva sintieron cierta
desesperanza al ver que algunos de ellos morían y aún no se manifestaba
la promesa del Señor Jesús de tomarnos para estar para siempre con él
(Juan 14:3). El Señor guió a los escritores sagrados para plasmar la
esperanza bienaventurada del creyente. El Señor Jesús prometió que
volvería por nosotros, los que hayan muerto creyendo en el Nombre
del Señor serán resucitados y tomados y luego los creyentes vivos
seremos tomados para sufrir una transformación sobrenatural: el
cuerpo corruptible que nos ha acompañado será modificado a un cuerpo
incorruptible. Este suceso será la etapa final de la santificación y de
la preparación para estar ante el Trono del Señor. A este suceso se le
conoce como el rapto o arrebatamiento de la iglesia. Al ser tomados
por Dios, somos librados del castigo temporal que viene para la tierra y
final para aquellos que no creyeron en la Palabra de Dios.
LA BENDITA ESPERANZA
80
CAPÍTULO II
La Biblia relata, que los sucesos que siguen al rapto serán de regocijo
en el Reino Celestial al estar ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10;
1 Corintios 5:10), y celebrando la Cena de las Bodas del Cordero
(Apocalipsis 17:7-9). Los juicios de Dios se consumarán sobre la tierra
sobre el sistema político, religioso, moral y social apartado de Dios
en lo que se conoce como la época de Gran Tribulación (Apocalipsis
15:4; 16:7; 19:2; Mateo 24:21; Apocalipsis 7:14). Si bien este tiempo
es de juicio, el deseo de Dios es el arrepentimiento de los hombres
para ser librados del castigo eterno. La obstinación del corazón humano
entregado al pecado es tal, pese a la manifestación del poder y la ira
divina, la constante ha de ser dureza, soberbia y falta de arrepentimiento
(Apocalipsis 9:21; 16:9; 16:11).
Creemos en la Segunda Venida visible de Jesucristo para establecer
su Reino Milenial en la Tierra.
Jesucristo declaró que retornaría a la tierra. La Biblia afirma que será
establecido como Rey y Soberano sobre la tierra (Zacarías 14:4; Mateo
24:27,30; Romanos 11:26,27; Apocalipsis 20). No vendrá solo, sino
que, vendrá con sus santos para gobernar la tierra en un reino que la
Biblia lo estipula por mil años. La autoridad divina se manifiesta en
que, el primer decreto emitido será el encarcelamiento del diablo en
el abismo por este periodo de tiempo. Este reino milenario traerá la
salvación de Israel como nación (Ezequiel 37:21, 22; Sofonías 3:19,20;
Romanos 11:26,27) y el establecimiento de una paz universal (Isaías
11:6–9; Salmo 72:3–8; Miqueas 4:3, 4). La Iglesia no será engañada,
pero tristemente habrán quienes rechazarán el reino justo y perfecto
de Dios para volverse a la esclavitud del enemigo, por lo que recibirán
juicio.
Creemos en el Lago de Fuego como castigo eterno para los impíos,
Satanás y los ángeles caídos.
Habrá un juicio final. En aquel día los pecadores muertos serán
resucitados y todos serán juzgados según sus obras. Todo aquel cuyo
nombre no se halle en el Libro de la Vida, será confinado a sufrir
castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte
LA BENDITA ESPERANZA
81
CAPÍTULO II
segunda, junto con el diablo y sus ángeles (o demonios). La bestia y el
falso profeta también serán arrojados (Mateo 25:46; Marcos 9:43–48;
Apocalipsis 19:20; 20:11–15; 21:8). Esto es lo que la Biblia describe
como la condenación eterna. Debemos vivir una vida en santidad para
no ser condenados y debemos testificar a los que no creen para que se
arrepientan y se vuelvan a Dios.
Creemos en el cielo como morada eterna de los salvos.
En la naturaleza misma de Dios está el amor y la misericordia. El deseo
de nuestro Señor es tener a su lado Sus Hijos. Esto indica una relación
estrecha con nuestro Creador y Salvador por lo que nos ha prometido
que estaremos para siempre con Él. (Juan 14:2; Apocalipsis 21:22).
Creemos en los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.
La Biblia declara una restauración de los estragos del pecado. La
expresión hebrea de “cielos nuevos y tierra nueva” trae una connotación
de totalidad. Es decir, todo lo que fue destruído por el hombre y el
pecado será restaurado por Dios. La Biblia declara. “Pero nosotros
esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).
LA BENDITA ESPERANZA
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